Hablar en Lenguas

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Hans-Claus Ewen

Lenguas no pertenecen a la perifería del caminar cristiano.


“Estas serán las señales de los que creen, hablarán en nuevas lenguas ...”
Jesucristo.
Tésis:
Con este trabajo quiero convencer a los lectores que el hablar, cantar y orar en nuevas lenguas
debe ocupar un lugar mucho más importante en la vida del cristiano y de la iglesia de como se
está practicando. Este don no debe estar en la perifería de la vida cristiana, sino debería usarse
como uno de los dones principales que promueven el avance del Reino de Dios en y atravéz
del cristiano. En el transcurso del argumento voy a aclarar algunos de los mal-entendidos y
corregir unas interpretaciones incorrectas mayores que han impedido un uso mayor de este
don tan maravilloso.

Introducción:
El término técnico que se usa en la teologia para este don es glosolalia. La controversia que el
cuerpo de Cristo ha mantenido respecto a este don del Espiritu Santo nunca parece terminar,
aunque el sólo hecho que haya tanta teología en contra, nos debería llevar a la pregunta del
por qué. Casi ningún otro don es tan atacado tanto teologicamente, sicologicamente como
folosóficamente. Los cristianos que tienen sus raices en el racionalismo lo consideran una
tontera, ya que el entendimiento se queda sin fruto. Los conservadores ad-vierten en contra
del peligro del éxtasis. Otros simplemente lo colocan en otro tiempo o dispensación postulan-
do que se acabó después del tiempo de los apóstoles originales. La termi-nación del canon
bíblico con 27 libros del Nueve Testamento se ha declarado como la venida de “lo
perfecto” (1. Cor. 13,10), consequentemente terminando también el tiempo de lenguas,
profecias, y otros dones de revelación divina.

Un hecho histórico innegable es que la población de los cristianos que hablan en lenguas ha
crecido dramaticamente en los últimos 100 años lo cual se debe principalmente los movimien-
tos pentecostés y carismático. Ambos movimientos están presentes al nivel mundial y consti-
tuyen, despues de solamente 100 años de existencia, ya el 27 % del cristianismo mundial.Vale
la pena mencionar que durante este período de tiempo más personas se convertido a Cristo
que en todos los siglos anteriores. Siendo es don de lenguas un asunto central en ambos movi-
mientos, debemos preguntar, ¿Cuál será el valor de este don? Y ¿Quién podrá tener el mayor
interés de desanimar los cristianos al respecto?

Vamos a considerar los siguientes puntos:


1. Lenguas – un resumen de su aparición en el Nuevo Testamento.
2. La aparición de este don en la historia de la iglesia
3. Un aspecto pasado por alto.

1. Lenguas – un resumen a base del Nuevo Testamento.

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La primera señal de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo en la historia de la iglesia
fue el hablar en lenguas (griego: gloossais, de esta palabra se deriva la palabra glosolalia).
Versículo 4 expresa el “mecanismo”: “comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen.” Por lo tanto el milagro no fué uno del oir de los presentes,
sino definitivamente uno del hablar de los 120. En los versos 6 y 8 de Hechos 2, las personas
presentes en el evento son testigos y confirman oir sus propias lenguas en boca de los que
fueron llenos con el Espíritu. Interesantemente aquí la palabra usada en griego es „dia-
lektoo“. En el versículo 11, donde se resume el evento, la palabra traducida lenguas vuelve a
ser “gloossais”.

Era obvio que hablaban idiomas que nunca habían aprendido, más sin embargo los pronun-
ciaban claramente. El mensaje que pronunciaban se aclara en el versículo 11 como las grandes
maravillas de Dios.

En el libro de los Hechos, esta experiencia puede ser considerada el caso normal para todos
los que recibieron el bautismo en el Espíritu Santo. Solo una vez se registra cierto asombro al
respecto, pero no era el hecho de hablar en lenguas, sino el grupo de gentiles quienes reci-
bieron esta bendición, Hechos 10:44-46.

El recibir esta habilidad sobrenatural constituye una colaboración del creyente con el Espíritu
Santo. Hechos 2:4 dice “ Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen “. Por tanto el hablar en lenguas no
significa apagar la mente o sea desconectar la conciencia, como ocurría con oráculos paganos
donde las personas entraron a estados de éxtasis debido a drogas que habían tomado. El
creyente en ningún momento se convierte en instrumento del Espíritu Santo sin voluntad
propia. Es decir que el Espíritu proporciona la habilidad internamente, pero deja la ejecución
del don completamente a la persona, en el sentido de pronunciar las palabras. El grado de
llenura del Espíritu por lo tanto no se puede medir por la manera de cómo el don es ejecuta-
do. Hay personas quienes hablan en lenguas con mucha emoción y hasta con lágrimas, y hay
personas quienes lo hacen tranquilamente sin demostrar sentimientos. La ejecución del don es
decisión del creyente y va a depender de la personalidad de la persona. El cómo no implica
más o menos llenura del Espíritu, pues es asunto del creyente y no obra del Espíritu.

Si seguimos leyendo HECHOS encontramos que el fenómeno de hablar en lenguas se pre-


senta casi constistentemente en las ocaciones en las cuales personas fueron “llenas del Espíri-
tu” Santo. En forma explícita ó implícita HECHOS nos demuestra que la personas que tuvie-
ron la experincia personal de ser llenos del Espíritu Santo tambíen hablaron en nuevas len-
guas. Pedro anuncia profeticamente al final de su sermón en el día de Pentecostés que debe
ser la normalidad de los cristianos experimentar la llenura del Espíritu que para él indubable-
mente incluía el hablar en lenguas – Hechos 2,38-39. Hechos 11,15 confirma este punto de
vista. En dos pasajes podemos concluir que el hablar de lenguas se presentó, a pesar de que no
se menciona directamente. En Hechos 8,18 el mago Simón observó algo que estaba sucedien-
do con las personas que recibían el Espíritu Santo por la imposición de las manos de los após-
toles que habían venido de Jerusalén – Hechos 8,15-17. La manifestación de cual se dió cuen-
ta este hombre solamente puede haber sido el hablar en lenguas ya que este fenómeno era el
único mencionado en Hechos hasta este punto. El Hechos 9,17-18 leemos de como Saulo re-
cibe el bautismo en el Espíritu Santo. No se mencionan lenguas, pero muchos años más tarde
el apostol Pablo dice de si mismo: “Doy gracias a Dios que hablo más en lenguas que todos
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ustedes!” 1. Corintios 14,18. Los primeros gentiles (no judíos) que fueron llenos del Espiritu
Santo en Hechos 10,44-48 hablaron en lenguas igual como los presentes en el día de Pente-
costés como lo confirma Pedro en Hechos 11,15. En Hechos 18,24-28 tenemos la historia del
eloquente Apolos que tenía que aprender algo de l pareja Priscila & Aquila. En el contexto del
libro de Hechos la enseñanza sobre el bautismo en el Espíritu Santo es la única cosa que Apo-
los pudo haber aprendido de estos dos que tiene sentido. Particularmete viendo los versículos
que siguen – Hechos 19,1-7, donde Pablo introduce a un grupo de 12 hombres a esta expe-
riencia con el resultado que todos hablaron en lenguas y profetizaron – vemos otra confirma-
ción de lo que estamos diciendo.

En el Nuevo Testamento el hablar, cantar y orar en nuevas lenguas es la regla y no la excep-


ción del cristiano que ha sido lleno del Espíritu Santo. Verlo de otra manera sería hacer vio-
lencia a la palabra de Dios.

Hay diferentes tipos de hablar en lenguas. Un pequeño resumen:

 Lenguas como acción de gracias -1ª. Cor. 14:16-17


 Lenguas como alabanza – Hech. 2:4 y 11; 10:44-46; 1ª. Cor. 14 :15
 Lenguas como oración a Dios para la edificación propia (privada) – 1ª. Cor. 14:1-4
 Lenguas como mensajes de Dios a los hombres en el contexto de la reunión de la
iglesia – 1ª. Cor. 12:10, 28-30; 14:2l-22, 22-28
 Lenguas como señal del verdadero creyente – Marcos 16:17-18
 Lenguas como señal (profético) para los incrédulos – 1. Cor. 14,22
 Lenguas como adoración – Juan 4:23-24; Judas 20
 Lenguas como intercesión – Rom. 8:26-27

Esta diversificación del posible uso y empleo de esto don prohibe un punto de vista que lo li-
mite a solamente una situación.

En resumen se puede decir que el hablar en lenguas hoy, se debería encontrar en las siguientes
situaciones:
1. Como señal en el bautismo del Espíritu - no tiene que ser interpretado.
2. Como don de servicio a la iglesia – es necesaria la interpretación ya que la
iglesia no recibiría edificación de otra forma.
3. Como lenguaje de oración en la cual peticiones, intercesiones, acción de
gracias, alabanza y adoración son expresadas – la interpretación solamente
es necesaria, si el contenido es para edificación de la iglesia y no exclusiva-
mente de naturaleza privada.
4. Como medio de la autoedificación del creyente – no tiene que ser inter-
pretado.
5. Como señal profético a los incrédulos en nuestras reuniones.

El Nuevo Testamento por lo tanto no enseña que cada caso del hablar en lenguas tiene que ser
interpretado. Además de esto 1ª. Cor. 14:2 nos explica que uno que habla en lenguas, habla a
Dios y por el Espíritu habla misterios. La palabra misterios también significa secretos y por
lo tanto es obvio que no todo lo que es hablado en lenguas está destinado para todos los oídos.

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Además de eso, Pablo dice 1ª. Cor. 14:28 que si no hay intérprete para una lengua, el que hab-
la en lengua debe seguir hablando para sí mismo y para Dios en lenguas.

Dos malentendidos:
1. El hablar en lenguas tiene relativamente poco valor.
2. Pablo prohibe el hablar en lenguas si no hay intérprete.

Cuatro aspectos tomados de 1ª. Cor. 14 van a aclarar que se trata verdaderamente de mal-
entendidos:
I. Pablo no quiere que por el énfasis unilateral sobre el hablar en lenguas, otros
dones como el de profecía sean descuidados.
II. Pablo desea en el versículo 5 que todos hablen en lenguas. El mismo habla más
en lenguas que todos los demás (versículo 18) y prohibe que se prohiba el
hablar en lenguas (versículo 39). Si alguien como Pablo practicaba tan
intensamente este don, esto nos debería servir de ejemplo y nos debería
mostrar que el hablar en lenguas no pertenece a la periferia insignificante de la
vida cristiana, sino al mero centro.
III. Pablo quiere devolver al don de profecía el valor que en la vida de la iglesia
debe tener, sin prohibir el hablar en lenguas.
IV. Ninguna forma de oración puede ser menospreciada, ya que la oración siempre
es de un gran valor, también así la oración hecha en lenguas.

El hecho de que hablando en lenguas uno se edifica a sí mismo, es decir, uno crece espiritual-
mente, está de acuerdo con el mandamiento de Dios de amarle a El, a nuestro prójimo y a
nosotros mismos. No es una actitud egoísta edificarse en el Espíritu, sino es absolutamente
necesario si queremos servir efectivamente al Señor.

Las ventajas de hablar en lenguas:


Podemos adorar a Dios por medio de un idioma en el cual nunca hemos pecado. El hablar
en lenguas señala al hecho que los primeros hombres nunca tuvieron que aprender a hablar,
pues recibieron esta habilidad cuando Dios sopló

 su Espíritu dentro de ellos. Por lo tanto el estado original de comunicación entre


Dios y el hombre es parcialmente restaurado por medio de este don.
 El hablar en lenguas es una forma más directa é íntima de acercarse a Dios -1ª.
Cor. 14:2
 El hablar en lenguas es la unica forma de edificarse a si mismo que el Nuevo
Testamento menciona de esta forma.

La palabra griega para edificación, OIKODOME, (1. Cor. 12:7; 14:3, 4, 5,12,26), significa
sencillamente construir una casa. Esta manera de edificar no tiene que ver, en primer lugar,
con sentimientos o emociones, sino se refiere a la edificación concreta de un templo para la
presencia de Dios dentro de mí. Al construir una casa, normalmente uno puede registrar el
progreso de la construcción. Los cuartos son terminados uno por uno, y la casa se va convir-
tiendo en una habitación. En este proceso Dios nos quiere ayudar y por eso ha puesto a

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nuestra disposición este don maravilloso. Depende de nosotros si lo buscamos, recibimos y
usamos.
Solamente por el Espíritu Santo podemos clamar “Abba Padre”. Esto nos enseña Gálatas 4:6
y Romanos 8:15. El Nuevo Testamento define que orar en el Espíritu significa el hablar en
lenguas – “si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora.” (1. Cor. 14,14). “Pero
vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”
Judas 20. Por lo tanto el hablar en lenguas es una de las maneras más efectivas de cultivar
nuestra relación con el Padre Celestial. Dios es Espíritu y solamente puede ser entendido y
adorado por el espíritu. Romanos 8:26-27 dice que a veces no sabemos cómo orar y que el
Espíritu Santo nos puede ayudar en esta debilidad con gemidos indecibles.

¿Cuándo debo y puedo utilizar este don?


Aquí también hay malentendidos. Algunos piensan que el uso de este don debe partir de un
impulso del Espíritu Santo al cual el creyente obedece. Este caso sin embargo solo se da
cuando hablamos del don de lenguas en el sentido de un don de servicio a la iglesia, cuyo fin
es la edificación de la misma. Aquí el Espíritu Santo da un mensaje en lenguas a un hermano,
este hermano lo pronuncia en obediencia al Espíritu y el mensaje luego tiene que ser
interpretado para edificar a la iglesia: 1ª. Cor. 14:27. La frase “que hablen por turno“ implica
la habilidad del creyente de no reaccionar inmediatamente al impulso del Espíritu. El contexto
nos enseña que los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas (versículo 32).
También en el versículo 28 la palabra indica que el creyente puede detener o contener un
mensaje del Espíritu, si no hay intérprete en la iglesia. Todo esto quiere decir que el cristiano
puede y debe utilizar su voluntad para decidir cómo y cuándo va a dar un mensaje de parte
de Dios o no. Estos principios se aplican al don de lenguas en el sentido de servicio a la igle-
sia, a la profecía y realmente a todos los dones que tienen que ver con mensajes.

1ª. Cor. 14:14-15 dice: “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi
entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el
entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” Aquí
dice dos veces claramente que mi yo decide orar y cantar en lenguas. En otras palabras, el que
habla en lenguas, si lo practica bíblicamente, nunca va a perder el control de sí mismo. Un
cristiano nunca va a ser posesionado por el Espíritu Santo. Si la voluntad humana al hablar en
lenguas fuera anulada, tendríamos la situación extraña que Dios estaría alabándose etc. a sí
mismo.

Uno puede utilizar un idioma que ha aprendido cuando uno quiera o cuando convenga , así
también el hablar en lenguas está a nuestra disposición. Una vez recibido el don nos que-
dará para siempre y podemos hacer uso de él cuando queramos.

Habiendo visto las múltiples posibilidades del uso de este don, deberíamos haber reconocido
la necesidad del uso constante. Orar, interceder, alabar, adorar, dar gracias y la edificación
propia son el “negocio diario” de cada cristiano.

También el cantar en lenguas es algo que cada cristiano lleno del Espíritu es capaz de hacer,
pues si puedo hablar en inglés, también puedo cantar en Inglés. Es asunto de nuestra voluntad
“arriesgarse y probarlo”.

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1. Cor. 14,18-19: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros”
Aunque ya lo comentamos, es necesario reconocer que nuestro empleo de esto don, particu-
larmente como medio de autoedificación, no debe ser escaso. Pablo se refiere definitivamen-
te a su uso privado de este don, ya que en el próximo versículo dice que prefiere hablar cinco
palabra en lengua conocida cuando está reunido con los hermanos que 10.000 en lengua des-
conocida. Pablo había encontrado el gran valor del orar y adorar y cantar en lenguas en sus
tiempos devocionales con Dios. Si queremos acercarnos a la espiritualidad de Pablo, tenemos
que aprender de él en este aspecto.

Tres actitudes actitudes hacia el don de lenguas.


1. ¡No seamos ignorantes! 1. Corintios 12,1
En 1. Corintios 12,1 leemos: „No quiero, hermanos, que ignoreis acerca de los dones es-
pirituales!“ Ignorancia en primer lugar es desconocer un asunto, en este caso la instrucción
coreccta respecto a los dones del Espíritu. Pablo quiere que la iglesia sepa, conozca y practi-
que todo lo que se puede saber, conocer y practicar con relación a este tema. Peor que no
conocer es conocerlo y no practicarlo. Este tipo de ignorancia es inexcusable. Ya en el tiempo
de Pablo había ignorancia al respecto. Apolos no sabía de esto, los 12 hombres de Efesios
tampoco – Hechos 18,24-19,7. Si no se predica ni se enseña y muchos menos los líderes de
una iglesia son los ejemplos a quienes deben seguir los hermanos, estas experiencias de per-
derán y con ellas la iglesia perderá una bendición que no puede ser sustituida por otra. Líderes
de iglesias están llamados según Hechos 20,17 a anunciar „todo el consejo de Dios“ para pro-
ducir iglesias que „no tengan falte de ningún don“ - 1. Corintios 1,7.

El Nuevo Testamento presupone que los líderes espirituales no solamente conozcan la teoría
respecto a los dones, sino que sean ejemplo para las iglesias de cómo se emplean para la ma-
yor edificación de los hermanos – 1. Corintios 11,1: „Sed imitadores de mi ...“ Esta palabra de
Pablo no se refiere a su conocimiento bíblico, sino a su vida y su ejemplo practico. Los líde-
res de iglesias deben hacer tres cosas para que sus miembros aprendan a caminar en los
dones:
1. Enseñar la teoría al respecto
2. Ser modelo para que los hermanos lo puedan copiar
3. Proveer oportunidades para que los hermanos puedan practicar los dones.

2. ¡Seamos celosos por este don!


“Procurad, pues, los dones mejores” – 1. Cor. 12,31.
“Seguid el amor; y procurad los dones espirituales” – 1. Cor. 14,1.

El amor no es un don del Espíritu Santo, sino el primer aspecto del fruto del mismo – Galatas
5,22. El amor no es el don más grande ni el mejor don, como uno podría interpretar in-
correctamente 1. Corintios 12:31. La frase “mas aun yo os muestro un camino más excelente”
en el griego también se podría traducir así: “Yo les mostraré este camino de una mejor
manera ..” A veces los traductores de la Biblia se inclinaban por su preferencia teológica. De
los reformadores se sabe que no eran muy carismáticos. El amor descrito en el capítulo 13 de
1. Corintios debe ser la base para todo uso de dones. Sin embargo el amor no sustituye el
em-pleo de los dones.

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La palabra „procurar“ expresa de una forma muy débil, lo que realmente quiere decir la pala-
bra griega original. “zeloo” significa “celar algo ardientemente”. Nuestra palabra CELOS
viene de esta raíz. La misma palabra se usa en en Juan 2:17 (Basándose en el Salmo 69:9) :
« El celo de tu casa me comió. » (Reina Valera 1912). El uso de este tipo de lenguaje de-
muestra que Pablo quería que no hubiera una actitud indiferente en cuanto a este tema. El
quiere que procuremos celosamente de todo corazón obtener estos dones para nosotros mis-
mos y para la iglesia. El no procura hablar en lenguas de forma celosa, demuestra nuestra falta
de sabiduria y es un acto de desobediencia a la palabra explicita de Dios de hacerlo.

Procurar los dones mejores también ha sido sujeto a malas interpretaciones. No existe una
jerarquía entre los dones ya que su uso depende más de la situación y del tipo de edificación
que requiere. Profetizar es mejor cuando la iglesia está reunida, pero no tiene sentido, cuando
estoy solo orando a Dios, pues en esta situación es mejor hablar en lenguas. Es la situación
que determina cual don es el mejor. Personalmente creo que todos los dones están a la dispo-
sición de los creyentes por la presencia del dador de los dones – el Espíritu Santo - en ellos. El
lenguaje de 1. Cor. 12,8-10 parece indicar que uno tiene un don y el otro tiene otro don. Esta
manera de pensar también se confirma con el cuadro del cuerpo que se emplea en este capí-
tulo. Sin embargo obversamos que personajes como Pablo y Pedro emplean practicamente
todos los dones en el transcurso de su minsterio. La “especialisación” en un don o la
limitación a un don que desde esteo momentos reside en el creyente significaría una limita-
ción de crecimiento y de ministerio. “El que hable en lenguas que procure saberlas interpre-
tar!” Otros pasajes implican que realmente no nos hace falta ningún don: “Bendito sea el Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo ..” Efesios 1,3. “vosotros estáis completos en él ..“ Colosenses
2,10. “de tal manera que nada os falta en ningún don ..” 1. Corintios 1,7. La órden de
procurar los dones celosamente también implica que uno no tiene que quedarse en un nivel.

Por lo tanto creo que 1. Corintios 12, 8-10 se refiere más a las situaciones que requieren el
empleo de los dones que depositarlos nada más en los creyentes. Entendiendo esto uno puede
saber que el Espíritu Santo no have acepción de personas cuando 1. Cor. 12,11 dice: “Pero
todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como
él quiere.”
¡Practiquémoslo con amor! 1. Corintios 13,1

El amor tiene que ser la actitud sobre la cual se basa todo uso y toda operación de los dones
del Espíritu. El diablo puede imitar todos los dones del Espíritu, pero no puede imitar el fruto
del Espíritu – Galatas 5,22-23. Hablamos en lenguas porque amamos a Dios, a los hombres y
a nosotros mismos. Siendo la lengua un idioma dado por Dios constituye la manera de
expresarse más santa y pura. El amor a Dios se puede expresar en un idioma en cual nunca
hemos pecado (Isaías 6). Lenguas constituyen la perfecta adoración y oración. Considerando
que es un regalo del Padre a sus hijos amados, no podemos tomarlo como ocación para
enorgullecernos. Podríamos leer el versículo al revés: “Si yo hablase en lenguas humanas y
angélicas, y lo hago con amor, no vengo a ser como metal que resuena sino un cimbalo que
entona alabanzas celestiales, agradables al Padre.”

La razón principal de muchos mal-entendidos.

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Para comprender el asunto de la lenguas hay que diferenciar entre el don de lenguas que es un
don ministerial que sirve para la edificación de la iglesia si es interpretado y la habilidad de
hablar, orar o cantar en lenguas para el uso y edificación privado. El capítulo 14 de 1.
Corintios no solamente establece una comparación entre el don de lenguas y el de profecia,
sino también demuestra que hay que distinguir entre el don de lenguas de uso público y
privado. El don ministerial siempre tiene que ser interpretado por el don de interpretación de
lenguas, la habilidad de hablar en lenguas como un lenguaje de oración y adoración personal
no tiene que cumplir este requisito. Si uno no interrumpe el servicio de la iglesia, puede prac-
ticarlo con confianza. Cuando el director de un servicio decide que toda la iglesia debe tomar
un tiempo para orar o alabar a Dios en lenguas, esto también es una forma ordenada de utili-
zar esta habilidad. Muchas veces éstos son los momentos, en los cuales el Espíritu Santo más
se manifiesta y da revelación a la iglesia. La razón porqué esto es así vamos a ver en el tercer
capítulo.

Respecto a 1. Corintios 12,30 quiero añadir lo siguiente: La respuesta a la pregunta:


„¿Hablan todos en lenguas?“ en este capítulo logicamente es „NO!“. Hay una razón: 1.
Corintios 12, 8-10 describe los dones ministeriales que debe edificar a la iglesia. Este don
ministerial de lenguas siempre tienen que ser interpretado, lo cual también es enfatizado por
la siguiente pre-gunta: „¿Interpretan todos?“ Los dones aquí mencionados no tienen que ver
con el lenguaje de oración y adoración que cada cristiano puede tener. Además de esto queda
el problema humano que no todos hablarán en lenguas porque sencillamente son ignorantes o
no quieren hacerlo a pesar de que lo podrían hacer. El hecho de que no todos hablan en
lenguas no dice nada respecto a la posibilidad de que podrían hacerlo. Dios quiere que todos
lo tengan y practiquen, pero o puede obligar a nadie a hacerlo.

En 1. Corintios 14 la respuesta a la pregunta „¿Hablan todos en lenguas?“ es indirectamente


„SI“, pues cada cristiano que lo desea tener para su uso personal y privado, lo puede tener y
practicar. Pablo anima definitivamente a todos a procurar por lo menos tener lenguas en este
sentido: „Así que quisiera que todos vosotros hablaséis en lenguas ... Doy gracias a Dios que
hablo en lenguas más que todos vosotros ... no impidáis el hablar lenuas!“ (Versos 5,18,39).
„¿Hablan todos en lenguas?“, Pablo diría, SI, lo deberían hacer. El hecho que siempre habrá
personas que no hablan en lenguas no significa que no lo pudieran hacer o que el Espíritu
Santo no les quiesiera bendecir con esto habilidad.

Jesucristo lo puso en términos maravillosamente generales: Marcos 16,17-18 dice: “Y estas


señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas
lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño;
sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” ¿Cuál es la normalidad del creyente según
este pasaje? Hablar en lenguas es una señal que sigue a los que creen en Jesucristo para
salvación. Estas palabras contribuidas a mismo Señor Jesús nos muestran que hablar en len-
guas pertenece a la vida normal del creyente. Hay teólogos que dicen que este pasaje fué aña-
dido al texto original más tarde. Aunque esto fuera cierto, el pasaje todavía indicaría lo que en
la vida ordinaria del cristiano de aquel entonces era considerado normal. En el libro de He-
chos encontramos relatos reales de cómo se cumplieron estas palabras de Cristo.

Si tu quieres, tu puedes hablar en lenguas para edificarte de una manera


que nunca has experimentado.

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Resumen
Si nos acercamos sin prejuicios al Nuevo Testamento encontrarémos una enseñanza bien clara
respecto al hablar en lenguas en teoría y práctica. Este don es presentado como uno de gran
valor que no debe ser ignorado y cuya utilidad no debe ser olvidada o perdida. Pablo nos
instruye: „Toda escritura es útil para enseñar, corregir, redargüir é instruir en justicia .. para
que el hombre de Dios sea perfecto ...“ 1. Timoteo 3,16-17. El hablar en lenguas es una medio
que la palabra de Dios nos revela que va a contribuir para alcanzar esta meta. El abuso de este
don o su aparición en religiones paganas no justifica que nosotros no lo busquemos y
practiquemos de acuerdo a la enseñanza del Nuevo Testamento.

2. Lenguas – su aparición en la historia de la iglesia.

El fenómeno del hablar en lenguas se registra en la historia de la iglesia hasta el siglo V en


tiempos de Agustín de Hipona. Parece ser que la práctica de este don era el caso normal en la
iglesia temprana. El historiador inglés Edward Gibbon, quien al final del siglo XVIII escribió
una obra importante sobre el imperio romano, menciona entre las cinco razones principales
del crecimiento asombroso del cristianismo, los poderes milagrosos de la iglesia temprana. El
dice: “La iglesia cristiana ha tenido, empezando con el tiempo de los Apóstoles y los primeros
discípulos, una serie ininterrumpida de poderes sobrenaturales: El don de lenguas, visiones y
profecías, el poder de echar fuera demonios, sanar enfermo y resucitar muertos “.

Hay indicaciónes en los escritos de los padres de la iglesia que el hablar en lenguas siempre
existía por lo menos hasta el siglo cinco AD. Ireneo, obispo de Lyon (130-200), lo menciona
en su obra „adversus haereses“. Novatian, teólogo y „contra-papa“ (230) lo describe en su
obra sobre la trinidad. Alrededor del año 340 Hilario, obispo de Poiters (300-367), habla de
este don en una obra similar. En el año 390 Augustín de Hippona hace referencia a este
fenómeno en su interpretación del Salmo 32. Desafortunadamente el llega más tarde a la
conclusión que este don y ya no es para el tiempo presente.
Después de Augustín la iglesia cae en lo que se llama la edad oscura. El haber dejado la
teología del Nuevo Testamento respecto a los dones del Espíritu es una razón porqué la iglesia
perdió su poder y su espiritualidad original.

Los dones, por supuesto nunca desaparecieron completamente, pues cristianos, quienes se
daban cuenta de su existencia, los buscaban y practicaban através de los siglos. Hilda, de
Bingen (Alemania), una santa del siglo 12 parece haber cantado en lenguas extrañas. En un
grupo de los Morawios se dieron manifestaciones de glosolalia en el siglo 14. Entre los
Camisardos de Francia se mencionan testimonios de lenguas en el siglo 17 y en el metodismo
temprano de Juan Wesley eran muy comunes. Los Quakeres, cuyo nombre significa
„tembladores“, experimentaban lenguas en este tiempo también.

Al principio del siglo 20 Dios decidió devolver esta dimensión de espiritualidad a la iglesia en
una manera más amplia. Con el pentecostalismo el hablar en lenguas volvió a tener un lugar
de más preeminencia en las iglesias. El movimiento carismático, el cual se inició en las
iglesias grandes ya establecidas como la católica y la metodista por ejemplo, siguió este

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mismo espíritu a pertir de la década de los sesenta y despues de segundo concilio vaticano. Al
principio del siglo 20 los pentecostales y carismaticos constituían solamente el 0,6 % del
cristianismo mundial. Al final del siglo 20 ya eran 27 %.

Un movimiento mundial que también ve el hablar en nuevas lenguas como algo que todo
cristiano debe tener y practicar son los cursos ALFA. Es uns curso evangelístico que dura 11
semanas y en cuyo centro está un fin de semana cuando se ora por la llenura del Espíritu de
los participantes. Este curso ha explotado a nivel mundial. Hoy, Junio 2007, existen 30.000
cursos en 152 países de mundo. Mas de un millión de personas han recicibo a Jesucristo como
Señor por medio de estos cursos. Las dos iglesias que el Señor nos permitió fundar hasta
ahora en Alemania son productos de cursos ALFA. (http://de.wikipedia.org/wiki/Alpha-Kurs.)

La población de cristianos que hablan en lenguas está constantemente creciendo y se ve


acompañado de un crecimiento de iglesias nunca antes observado en la historia de la iglesia.

3. Lenguas – un aspecto pasado por alto.

Sabemos que toda la vida cristiana, su inicio y su crecimiento está ligada a la obra del Espíritu
Santo y de la palabra de Dios en nosotros. Nacemos de nuevo por la obra de los dos, el Espíri-
tu y la palabra - Juan 1,12-13; 3,1-8; 1. Pedro 1,23, Santiago 1,18. El mismo principio lo en-
contramos en la creación original: “El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas ... y dijo
Dios que haya ...”

Además sabemos que la fe y la confesión de la boca es es medio por el cual nosotros recibi-
mos esta obra salvadora personalmente. “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón
se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación ..” Romanos 10,9-10. El
creer de corazón y el confesar con la boca son tan inseparables como lo es la obra del Espíritu
y la de la palabra de Dios. Colosenses 2,6 nos amonesta de la siguiente manera: “Por tanto, de
la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él.” ¿Cómo lo recibimos? Con la
fe del corazón y con el confesarlo con la boca como Señor. Este modo debe acompañar
nuestro caminar con Cristo desde el momento de nuestra salvación. Todo aspecto de fe tiene
que ser creido y luego confesado para que se haga una realidad completa. (Generalmente será
también probado después de ser confesado, pues Dios quiere que nuestras creencias lleguen a
ser arraigadas en nuestra vida.)

No importa cuando una persona haya llegado a los pies de Cristo, ella va a entrar a un proceso
largo de refinir su manera de pensar. Lo que nosotros pensamos y el modo como pensamos
es producto de muchas influencias como los padres, el hogar, el nivel socio-económico, la ig-
lesia, la cultura, los estudios, los trabajos y mucho más. No existe una persona en el mundo
que tenga un pensar independiente o sea que no haya influencias externas sobre su modo de
pensar. Como cristianos tenemos que saber que hay una fuerza atras de nuestros pensamientos
que los controla y domina. Efesios 4,23 dice:
“renovaos en el espíritu de vuestra mente”

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Interesantemente no dice: Renovaos en vuestra mente”. No tiene sentido de cambiar mi ma-
nera de pensar, si no puedo cambiar el “espíritu” que mueve mi manera de pensar. La palabra
espíritu tanto el el griego (pneuma) como en el hebreo (ruach) se traduce literalmente “aire
en movimiento”. El espíritu mueve las cosas! Atras de cada pensamiento hay un espíritu que
lo mueve, controla o domina.

En el universo solamente hay dos tipos de espíritus – buenos que provienen de Dios y malos
que provienen de Satanás. El espíritu humano puede ser influenciado por Dios o el diablo. La
religión es una obra satánica en la cual se cambian los pensamientos de personas sin tocar el
espíritu que tienen adentro. Es un camuflage perfecto, pues para afuera todo parece santo y
piadoso, pero por dentro hay cosas podridas y feas. Mateo 23 describe el resultado – fariseos
y escribas hipócritas por dentro podridos, pero para afuera religiosos fanáticos.

La conquista de Latinoamerica es un ejemplo por exelencia. Los españoles habían luchado


por 700 años contra los moros. Las dos culturas tuvieron tanto contacto que se empezaron a
mezclar asuntos de lenguaje y cultura. El Español adoptó varias palabras árabes como “cami-
sa”, ”pantalón” y el famoso “ojalá” (Allah siendo el nombre para Dios en Àrabe). Latinoame-
rica era conocido por aspectos culturales como el machismo, la corrupción, las dictaduras y
una posición baja de la mujer en general. ¿De dónde vienen estas características? Si conside-
ramos el mundo musulmán hoy, encontramos las mismas cosas: machismo, dictaduras, co-
rrupción y una baja posición de la mujer. Practicamente no existe hoy un país musulman en el
mundo que no tenga un tipo de dictadura. Lo que pasa es que los conquistadores conquistaron
el continente en el nombre del catolisimo, pero impulsado por el espíritu musulmán. Como
resultado Latinoamerica llegó a ser un continente muy católico que a pesar de su pensamiento
religioso ha producido características que contradicen el cristianismo. Claro que hoy día todo
esto está cambiando, pero en principio así ha sido.

Regresando al tema tenemos que ver ahora, cómo se puede llevar a acabo este proceso nece-
sario de renovar el espíritu de nuestros pensamientos. Ya hemos visto que tendrá que ver con
el Espíritu de Dios, la palabra de Dios, nuestra fe de corazón y el empleo correcto de nuestra
boca. En todas las denominaciones é iglesias cristianas existe el deseo de vivir una vida llena
del Espíritu Santo aunque el camino de realizar esto es muy diferente. Ser llenos del Espíritu
de Dios significa que EL domina y controla todo nuestro ser, incluyendo nuestra mente. Este
lenguaje describe el hecho que ya no hay otra influencia que pueda manipular o mover mi vi-
da. Si el Espíritu de Dios llena mi vida, ya no hay lugar para otro. Solamente el Espíritu de
Dios puede darme la “mente de Cristo” (1. Corintios 2,16).

Mientras en el pentecostalismo la llenura del Espíritu se busca y procura por medios de expe-
riencias claves y momentos de la llamada unción, el Nuevo Testmento tiene una respuesta
muy sencilla al respecto: Efesios 5,18-20:
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien
sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con
himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en
vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y
Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

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La órden de ser lleno del Espíritu – hablando de una llenura permanente que no depende de ni
necesita reuniones o momentos especiales – siguen participios presentes que indican el modo
de cómo cumplirla: hablando – cantando – alabando – dando gracias. El contexto de Efe-
sios 5 demuestra que Pablo está hablando de asuntos de la vida diaria. Si seguimos su pensa-
miento necesitamos ser llenos del Espíritu para ser buenos esposos y esposas, buenos padres é
hijos, buenos patrones y empleados etc... SER LLENO del Espiritu significa entonces que soy
capaz de pensar como Dios piensa respecto a todos los aspectos de la vida (diaria). Si una su-
puesta llenura del Espíritu no abarca nuestro carácter, es incompleta.

Lo que hablamos con nuestra boca va a determinar nuestro grado de llenura del Espí-
ritu. La biblia habla mucho del poder de las palabras habladas y nunca debemos olvidar esto
– Proverbios 18,20-21; Santiago 3,1-11; Mateo 12,36-37.
Pasajes para estudiar el,poder
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la
ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18,21. Cuando de la palabra hablada:
hablamos “movemos el aire”, en otras palabras activamos Génesis 1,3; 11,6
cual espíritu que haya en nosotros. Este “movimiento” del Proverbios 1,31; 12,4 y 13; 13,2-3;
espíritu va a producir frutos que luego se convierten en 15,23; 18,7 y 20-21;
nuestra comida – para bien o para mal, para muerte o para 21,23;
vida. La única “comida” que nos conviene es la comida Ecclesiastés 5,5
espiritual que provee la palabra de Dios “movida” (en el Hosea 10,13
sentido de pronunciada) por el Espíritu de Dios. Mateo 12,36-37; 15,18
Juan 1,1-4
En el idioma chino el signo para persona es el signo para Romanos 10,8-10
“boca”. Una boca es una persona en el pensar chino.
También la palabra “persona” es interesante.Viene del latín “personare” y significa
literalmente “sonar através de (algo)”. En el teatro antiguo los actores usaban más-caras para
cubrir sus caras. Su voz se oía através de la máscara y es esto se desarolló el término
“persona”.

Hay un versículo muy conocido en el pueblo evangélico que contiene un misterio: Josué 1,8:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en
él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en
Premios NOBEL él está escrito; porque entonces harás prosperar tu
ganados por judíos: camino, y todo te saldrá bien.” ¿Porqué no dice que la
ley de Moisés no se debe apartar de tu corazón o tu
En la estadística de ganadores de premios
NOBEL los judíos se destacan: Han ganado mente? La meditación hebrea se distingue de otras
16 en medicina, 21 en quimica y 35 en física. formas de meditación como por el ejemplo la de los
Hay más de 100 ganadores que son judíos budistas o hindúes. Los hebreos meditaban pronun-
en total. Los judíos solamente constituyen ciando la palabra de Dios con su boca. No meditaban
una fracción mínima de la población mun-
dial - el 2 ‰. Los musulmanes, quienes con- dentro de si en el área de sus pensamientos, sino en
stituyen el 20 % de la población mundial so- forma externizada hablando constantemente la Ley de
lamente han ganado un total de ocho pre- Moisés. Este principio lo enseña también el Salmo 1:2
mios NOBEL. Josué 1,8 produce resultados “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su
muy notables. Los judíos siempre han sido
muy prosperos, muy genios y los mejores ley medita de día y de noche.” La palabra “medi-
músicos y artistas han salido de en medio de tar” (hagah) significa literalmente “murmurar, musitar,
ellos. masticar, susurrar en el sentido de repetir / hablar en

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voz baja”. Es algo como el proceso de digestión que utilizan las vacas cuando vuelven a
masticar la paja.

El principio obvio atrás de esta manera de meditación era y es que hablando las verdades de la
palabra de Dios en voz alta, el espíritu de nuestra mente será renovado. Tanto en Josué como
en el Salmo 1 el resultado de este simple ejercicio será el éxito en todo!

¿No enseña la Biblia que las palabras de Cristo son “Espíritu y vida”? Juan 6,63. Hablar la pa-
labra de Dios es activar el Espíritu de Dios. La creación original fue resultado de la palabra
pronunciada de Dios: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. “ Génesis 1.3. Cada vez que
Dios dijo algo, este algo fue creado. Hay poder creativo en la palabra de Dios hablada. “Por-
que como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra,
y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi pa-
labra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será pros-
perada en aquello para que la envié.“ Isaías 55,10-11. Veamos este pasaje clave de Pablo:

“1. Corintios 2,9-16: “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni
han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pe-
ro Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu
del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de
Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de
Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con
palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritual-
mente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque
¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de
Cristo.“

Algunos ahora se preguntan ¿que tiene todos esto que ver con el hablar en lenguas? Muchísi-
mo, si lo queremos creer. Hablar en lenguas también es una manera de “mover el aire”. Ya
que hablando en lenguas hablamos lo que el Espíritu Santo da a nuestro espíritu humano de
hablar, no hay ninguna impureza que se pueda mezclar a nuestra oración o alabanza.

Exhalamos lo que el Espiritu Santo da é inhalamos el fruto de la perfecta edificación.

El profeta Isaías ya habla de este tipo de edificación que los hijos de Dios pueden tener, si
quieren: “porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los
cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no qui-
sieron oir.” Isa. 28,11-12. Pablo se refiere a este pasaje en 1. Corintios 14,21.

Por esto mismo este don de orar y alabar en lenguas no debe existir en la perifería
de la vida de la iglesia y del creyente, sino en su mero centro.

El Nuevo Testamento establece una relación significante:

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“si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora.” 1. Cor. 14,14. “Pero vosotros, amados,
edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo” Judas 20. Orar en
el Espíritu obviamente significa orar en lenguas.

No es casualidad que este don fue la primera manifestación del bautismo en el Esíritu Santo
en el día de pentecostés. El hablar en lenguas es como una puerta que abre acceso a todos los
demás dones que la iglesia necesita para su debida y necesaria edificación. No existe en la pa-
labra de Dios ningún sustituto para esta habilidad divina de orar y alabar según la voluntad de
Dios. Se requiere de mucha humildad y fe ejercer este don, pues nuestro entendimiento que-
dará sin fruto.

Los siguientes versículos de Hechos implican que la experiencia de ser bautizado en el Espíri-
tu Santo y con esto el hablar en lenguas debe ser lo normal para las generaciones cristianas
que siguen al día de pentecostés: Hechos 2,38-39; 8,14-18; 9,17-18; 10,44-48; 11,15-17;
19,1-6. No hay ninguna evidencia bíblica que pueda indicar que el bautismo en el Espíritu no
sea seguido por un hablar en lenguas o que el hablar en lenguas se haya terminado.

La pregunta de Pablo en 1. Corintios 12,31: “Hablan todos en lenguas?” , cuya respuesta es


claramente “no”, se debe interpretar en el contexto del mismo capítulo. Aquí se enseña sobre
el don de lenguas que constituye un don de servicio a la iglesia. Por esto también su próxima
pregunta: “Interpretan todos?”. Este don de lenguas que involucra un mensaje para la iglesia,
no lo van a tener todos igual como no todos podrán interpretar.

El capítulo 14 de Corintios demuestra claramente que hay uso de lenguas en el contexto pri-
vado que sirve para la edificación personal. Este tipo de hablar en lenguas es definitivamente
para todos que lo quieran tener. La falta de distinción entre estos dos tipos ha llevado a las
confusiones y polémicas sobre este don. Si el Espíritu Santo diera a unos este don de auto-
edificación y a otros no, esto implicaría una parcialidad que obviamente no puede existir en
Dios. El Espíritu Santo reparte según lo que requiera la situación.

“Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.” Lucas 7,35.

Testimonios:
Hace casi ocho años yo redescubrí el don de orar en lenguas. Decidí orar por lo menos 15
minutos en lenguas desconocidas cada día. No lo he cumplido el 100 %, pero si lo cumplí la
mayor parte de tiempo. Desde que lo estoy haciendo hemos fundado dos iglesias que hoy tie-
nen un total de 170 personas con niños y jóvenes. He predicado y enseñado en seis países del
mundo. En los años en los cuales yo no lo hacía, no puedo reportar mayor cosa que Dios haya
hecho através de mi vida. ¿Casualidad? No lo creo.

El jefe de la federación de iglesias a la cual pertenezco en Alemania, el pastor Ingolf Ellßel,


una vez fué preguntado sobre su vida de oración. El dijo que el 70 % de su tiempo de oración
ora en lenguas. El es jefe de más o menos 550 iglesias en Alemania, es director de la federa-
ción de denominaciones pentecostales de Alemania y director de la federación de iglesias y
demoninaciones pentecostales a nivel de Europa. Tiene un ministerio sumamente ungido, de

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mucha influencia y seguido por muchos señales y milagros. Su secreto personal es el de Pab-
lo, “Doy gracias a Dios que hablo mas en lengua extraña que todos ustedes!”

La misionera Jackie Pullinger quien trabaja entre drogadictos, prostitutas y criminales en


Hongkong, China, testifica la respecto: “Cada día oraba exactamente 15 minutos en el len-
guaje del Espíritu, sin sentir cosa alguna al pedir ayuda al Espíritu para orar por aquellos que
quería alcanzar. Después de seis semanas de repente empecé a llevar a personas a Cristo sin
que me costara. Criminales caían llorando de rodillas, mujeres fueron sanadas, adictos a la
heroina fueron librados milagrosamente de su adicción. Yo sabía que todos esto no tenía en
forma mínima que ver conmigo.”

Pablo dijo: “Doy gracias a Dios que hablo más en lenguas que todos ustedes!” ¿Quienes so-
mos nosotros para menospreciar un don de Dios que produce una diferencia tan notable en la
vida de sus hijos?

Para preguntas, comentarios y quejas, diríjase a:

Pastor Hans-Claus Ewen


Ernst-Wöllsteinstr. 9
55481 Kirchberg
Alemania
Tel: 0049 – (0) 6763-4858
Correo electrónico: ehc@cz-h.de
Página de Internet: www.cz-h.d

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