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suiaheee TOMAS DE VILLANUEVA SERMONES DE LA VIRGEN M Ak| A OBRAS C iG BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS OBRAS DE SANTO TOMAS DE VILLANUEVA Sermones de la Virgen (traduccién) y Obras castellanas N°’ felicitamos de poder presentar hoy una de las fi- guras més esclarecidas del siglo xvi; era ya tiempo de saldar esta deuda de catélico patriotismo, En el si- lencio y recogimiento de una celda monacal, como en el candelero de un arzobispado, Santo Tomas de Villa- nueva basta por si solo para llenar un siglo, como basté para captarse la veneracién mas profunda de aquellos dos grandes monarcas que admiraron al mundo y ensancha- ron los horizontes del suclo espafiol: Carlos V y Fe- lipe II. Por primera vez salen a luz en espafiol los sermones del gran Santo espafiol; mejor dicho, una seccién de su inspirada y copiosa produccién: los sermones dedicados a la Virgen en sus diferentes festividades, Traducidos por un ferviente admirador, con un carifio célido y re- verente y acomodados a Jos gustos del dia; traduccién fiel a la hondura del »ensamiento y afectividad tierna del Santo, sin sujecié: servil a la letra y construccién latinas, pero sin arbitrariedades también desligadas de Ja personalidad que palpita y se refleja en un estilo ca- racteristico. Una traduccién suelta y desembarazada, sen- cilla y brillante, que hace asequibie la fecunda inspira- cién del Santo para que pueda ser saboreada por el yulgo espafiol, sin caérsele de las manos a la vez al publico culto. ‘Arsenal inagotable de doctrina mariolégica, aparte el sentimiento piadoso que rezuma por doquier, son estos sermones de Santo Tomas de Villanueva imprescindible recurso histérico y doctrinal en la mariologia espajiola. Y son también las escasas muestras de sus escritos cas- tellanos un elocuente testimonio de la perfeccién que habia alcanzado el idioma y un Aureo eslabén que se engarza con mérito propio en la rutilante cadena de misticos y ascéticos que a continuacién de él, y quizd por una eficaz influencia suya, alcanza pletérica floracién en Espafia. Como es a su vez el Santo una de las prime- ras figuras que en el gran siglo enaltecieron el pilpito espafiol. Como complemento de los Sermones de la Virgen y Obras castellanas del gran “Arzobispo del Imperio” se insertan al final de este volumen dos exteusgs indices de materias y de nombres, que facilitan al lector el manejo de esta magnifica edicién, preparada por el P. Santos Santamarta, O. S. A. OBRAS DE SANTO TOMAS DE VILLANUEVA BIBLIOTECA AUTORES CRISTIANOS Declarada de interés nacional ESTA COLECCION SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y¥ ALTA DIRECCION DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA LA COMISION DE DICHA PONTIFICIA UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELACION CON LA B. A. C., ESTA INTEGRADA EN EL ANO 1952 POR LOS SENORES SIGUIENTES: PRESIDENTE: Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. FRaNctsco Barpabo ViEJ0, O. P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la Pontificia Universidad. VICEPRESIDENTE : Imo. Sr. Dr. LoRENzo Turrano, Rector Magnifico. vocaLes: R. P. Fr. Acapiro Soprapiu.o, O. F. M. C., Decano de la Facultad de Teologia; R. P. Dr. Marce- LINO CaprEROS, C, M. F., Decano de la Facultad de Derecho; M. I, Sr, Dr. BERNARDO Rincon, Decano de la Facultad de Filosofia; R. P. Dr. Jost Juménez, C. M. F., Decano de la Facultad de Humanidades Cldsicas; R. P. Dr. Fr. Auperto Coiunaa, O. P., Catedratico de Sagrada Escritura; R. P. Dr. BERNARDINO Liorca, S. I., Catedrdtico de Historia Eclesidstica. SECRETARIO: M. [. Sr. Dr. Lurs Sana Batust, Profesor, LA EDITORIAL CATOLICA, S. A.—Apartapo 466 MADRID ¢ MCMLII OBRAS DE SANTO TOMAS DE VILLANUEVA SERMONES DE LA UIRGEN Y OBRAS CASTELLANAS INTRODUCCION BIOGRAFICA, VERSION Y NOTAS DEL PADRE FR. SANTOS SANTAMARTA, O.S.A. BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID @MCMLII INDICE GENERAL NIHIL OBSTAT; = * Dr. Anpris pr Lucas, Censor. Paginas BIpLIOGRAFiA sessees xI INTRODUCCION GENERAL IMPRIMI POTEST: R pe Fr. Féux Garcfa, O. S. A, (Rasgos biogrdaficos) Prov. an Preliminares .... eee 3 1. En el mundo estaba... ov edits Padres—El nifio.-Herencia lmosnera—Brotes de santidad—se entrega @ los estudios.—Encruvijada—Vocaeién decldida. Eleccién. II. Religioso perfecto dale 7 . 16 En el yestibulo de le @eligion—En el crisol: 1a Corporacién, al aspitante, Dlos.-Base y coronacién: Oracién. Leccién. Retiro. Sumision.—Otras virtudes.—Profeso.—Sacerdote IMPRIMATUR; HI. Predicador saat abediaden : - 6 MH José Mania, Talisman de 1a elocuencia.—Exitos a granel. Rémora y espejis- mo.—Espiritu y oracion —ABoranzas agustinianas de Salamanca.— Ob. aux. y Vie. gral. Cargos en aluvién.—Por tierras de Portugal.—Auditorios hetero- géneos.—Predicador de Carlos V.—Director de almas. Madrid, 23 diciembre 1952. a 7 . r ae Anhelos truncados.—Comprension y triunfo-A Dios rogando.— Digno y en su puesto.—Fraternidad € igualdad.—Estela de abo- Jengo. V. Arzobispo 4B Qué descansade vida... Rechaza un arzovispado.—Pero le viene otro.~Devolueion de cédulas y mandato de obediencia—Bulas de pobre.—Camino de Valencia—en lo duda... encomendarlo a Dios, Alojamiento por carided.—La humildad ensalzada—-;Céreeles para eclesiasticos?—Fraile y artobispo.—Cosidos y remiendos.--Paredes limpias.—Nostalgia de mesa y austeridad conventual, Pastor infatigable. Si tu ojo est& limpic Una jira penosa.— ‘A cara descubierta.—Apelacion al Juicio de Dios.—En guardia per- manente.—Cotejando...—Diseiplina, oracién y recuperacién de almas EL Lim snero. Andrajos y simpatia.—jCavas eran sus rentas? - — et El desplitarro de los santos. —Dejarse engahar—Tirer la pledra y GRAFICAS NEBRIJA, 8. A—tbiza, i]_Teléfono 26 1 UoMagla esconder la mano.--Eco de gemidos infantiies.—Fuente inagotable. Monumentum aere perennius.—Expiacién y corazonada.—Porve- nur ‘Sereno.—Seminario. pretridentino.—Cufio agustininno.—Fermen- to y cantera.—EI panegirista Roméa Liidé,—Vastago lozano, VI ENDICE GENERAL Paginas La Contrarrejorma. Gritos de reforma.—Entereza y humildad frente a rebelde insolencia.—Latigazos sin paliativos.—No hay mal que por bien no venga.Clamores por un Coneilio. Trento.—Alejado de la reunion; cartas memorables.—Apostolado en casa propla—Aliento de Tomas de Villanueva en Trento.—gAu- seneia rebelde? Aeterna requies, Sin descanso.—Hada de ensuefios—Antorcha que se ‘extingue.--Sin lecho donde morir—Con hébito del sefior San Agustin. Torrente de lagrimas y clamoreo lugubre.—Reguero de bendicién, Conciones; Breve descripcién y estudio . + SERMONES DE LA VIRGEN En la concepcion de la Bienaventurada Virgen Maria .... SerM6n I. De la inmaculada concepcion de la Bienaven- turada Virgen Maria, .. Sermon Il. Sobre el mismo argumento Serm6n III. Sobre el mismo argumento .. Sermén IV. Del mercader que busca perlas preciosas y de la Virgen Marfa como perla preciosa, en sentido alegérico En la natividad de la Bienaventurada Virgen Maria . Sermon I. De cinco libros que se citan en la Escritura, es a saber, el de la vida, el de la naturaleza, el de Ja Escritura, el del ejemplo y el de la conciencia . Sermon Il. De la genealogia de Cristo y de la excelen- cia de la Virgen Maria .. SERMON III. Marla elegida por Dios para ser madre de Dios y abogada del mundo ..... : Sermon IV. De la excelencia de la Bienaventurada Vi gen Maria . Sermén V. Sobre el mismo argumento .. En la presentacion de la Bienaventurada Virgen Maria ...... SeRMON. La Bienaventurada pagent Maria es una perla preciosisima ... En la anunciacion de la Bienaventurada Virgen Maria SERMON I. Sobre el saludo angélico; de la virginidad, fe, humildad y silencio de la Bienaventurada Vir- gen Maria SERMON II. Sobre el coloquio ‘gel ‘areéngel Gabriel con Ja Bienaventurada Virgen Maria, y de cuando y cémo- reinara Cristo en la casa de Jacob . 99 129 129 148 152 157 173 173 185 201 213 218 221 221 234 234 246 INDICE GENERAL SERMON III. De las virtudes de la Bienaventurada Vir- gen Maria que se manifestaron en la anunciacién y encarnacién del Verbo . Sermén IV. Sobre Ja encarnacién del Verbo y plenitud de gracias de Maria .... AposTILLA. Sobre la encarnacién del Verbo . Sermén V. Maria es el huerto cerrado, la esposa, her- mana y fuente sellada de que se habla en los Can- tares; «Huerto cerrado, hermana miap, etc. . Sermon VI. Sobre la plenitud de gracias y virtudes en Maria y sobre las diversas figuras de la encarnacién del Sefior . Sermén VII. Sobre la embajada del arcéngel ¢ Gabriel « a Ja Virgen Maria y la encarnacién del Verbo ......... En la visitacién de la Bienaventurada Virgen Maria ... Sermon. Sobre el fibilo de los dos nifios, Jestis y Juan, en la visitacién de la Santisima Virgen y explicacién del cAéntico «Magnificat anima mea Dominum» ApostiLLa. Sobre los mismos argumentos ....... En la purificacion de la Bienaventurada Virgen Maria ...... SerMén I. Sobre la purificacién de la Virgen y el res- cate del Nifio Jess; sobre diversas circunstancias de estos misterios; sobre la compraventa de Cristo en el sentido mistico y espiritual . . SERM6n IT. Sobre los mismos asuntos, con la expositén del cantico «Nunc dimittisy . En la asuncion de la Bienaventurada Virgen Maria ........, SeRM6n I. Armonfa del evangelio de esta festividad con Ja vida de la Bienaventurada Virgen Marfa. 0 sobre la vida activa y contemplativa de la Virgen Maria ... Sermén TT. Sobre nuestra ascension espiritual v la atun- cién de la Virgen Marfa . SeRméw III. Sobre la vanidad de, las cosas mundanas, destino verdadero y propio del hombre sobre la tie- Tra v excelencia de la vida mondstica; sobre la con- templaci6n continua de la Virgen Maria v su asun- cién al clelo . SERMON TV. Sobre las cualidades oue debe ‘tener el cas- tillo espiritual. esto es. el alma, para aque Cristo pueda entrar y hospedarse en él; sobre la vida ac- tiva y contemplativa y excelencia de ésta: sobre la vida contemplativa de la Virgen Marfa. v su muerte. resurreceién y gloriosa asuncién . fetes 298 307 34 314 328 333 333, 347 369 380 395 vit iNDICE GENERAL inpice GENERAL Ix Paginas : Paginas Senm6n V. Sobre la admirable asuncién de la Virgen ee 516 Maria y su exaltacién sobre todos los coros de los 7 angeles: tierna invitacién del Esposo a su esposa Testamento 598 ‘para que suba a su reino ........... ir 426 Sermon del amor de Dios ............... 600 Seamén VI. Qué relacién tiene con esta solemnidad el Evangelio «Entré Jesiis en clerta aldeas..., y asun- Sermones castellanos . 6 cién de la Virgen Maria 447 ADVERTENCIA .... 611 SeRMO6n VII. Sobre la asuncién de la ‘Bienaventurada SERMON I 612 Vitgen Maria de este misero desierto rebosando en gramon II. 616 delicias ; 462 Senméx VIII Sobre los gradés de la escala espiritual Smeox To ba por los que hemos de subir al Esposo, y de la asun- SERMON TV. Advertencia . me 625 gion de la Virgen Maria ... 43 SexmOn V. De la Samaritana. Advertenela 632 SenMON IX, De tres subidas, es a saber, la del alma dal justo, que asclende del desierto de los pecados INDICE DE MATERIAS 2.c.ccccccsssossusssoesessennsnveseareneseee 643 por la escala de las virtudes; la del alma perfecta, INDICE ONOMASTICO «secs: 664 que sube del desierto de la’ soledad por la escala de la contemplacién; y la de la Bienaventurada Virgen Maria, que asciende ped del desierto del mun- do al cielo ... 483 Sobre Nuestra Sefiora .... 293 SERMON. Cudnto debe la Virgen Maria a su Sefior por la inmensidad de gracias que Dios le confirié ...... 493 FRAGMENTO de otro sermén .... 502 OBRAS CASTELLANAS Modo breve de servir a nuestro Sefior en diez reglas .... 507 . De la leccién, meditactén, oracién y contemplacion ........... 514 CapiTuLo ft. De la leccién 0.0... eee 514 Carfroto 2. De la meditacién 517 Carfruro 3. De la oracién .......... 519 Curfroto 4. De la contemplacién . 523 Explicacion de las dienaventuranzas y su correspondencia, ya con los dones del Espiritu Santo, ya con la oracién Gel Padre Nwestro veescessseessene essences 8 Sotiloquio para después de la Sagrada Comuni6n vaccum 541 Proemio sobre unos sermones del Santisimo Sacramento ... 556 Platica y aviso al religioso que toma hGbito ....... ee BZ BIBLIOGRAFIA LeocER SUREDA, MicueL: Origen, naturaleza y valor pedagdgico de ser Colegio tutiano” «Razon y Fen (1935) vol 1. p. 4418s y°Vol. 2, p. 2158s. Archivo histérico hispano-agustiniano, Homenaje a Santo Tomas ‘de Villanueva en el III Centenario de su beatificacién (7 octubre 1618-1918), vol. 10, p. i61ss. (1918). Una serie de articulos intere- santes. CAaPANAGA, P. VICTORINO, O. R. S. A.: Santo Tomds de Villanueva {Semblanza biograjied) (Madrid 194): ¢Vidas de Santos espa- oles. Diyr THOMAE A ViLLaNova: Opera omnia. Seis volimenes en folio (Manila 1881 a 1897). Esta es la edicién_a que se reflere el texto cuando se hace alusion a las obras del Santo. Esorivi, Vicente: Tomds de Villanueva, arzobispo del Imperio. Es- tampas singulares sobre una vida ejemplar (Valencia 1941). FULLANA, FR, Luis, O. F. M.: Por qué Santo Tomds de Villanueva no asistid al Concilio de Trento. Articulo publicado en la revista franeiscana «Verdad y Vida», n. 9 (enero-marzo 1945). L1up6 ViceNTE, RAMON: El colegio mayor de Santo Tomds de Villa- nueva (Valencia 1944). — El colegio mayor de la Presentacion. Homenaje en el cuarto cente- nario de su fundacion (1550-1950) (Valencia 1950). — La entrada de Tomds de Villanueva en Valencia. Bs una serie de estampas en recuerdo del centenario (1545-1945) (Valencia 1945). Marurana, P. Victor, O. §. A.: Vida de Santo Tomds de Villanueva, arzobispo de Valencia (Santiago de Chile 1908). QUEvEDO VittEGas, FRANCISCO DE: Epitome a la Historia de la vida ejemplar y glortosa muerte dei bienaventurado Fr. Tomas de Vi- Hanueva, rerigiose de la Orden de San Agustin y arzobispo de Valencia: Biblioteca de Autores Espanoles, t. 2 de las Obras de Quevedo, p. 555s. SALON, P. FR. MIGUEL, 0. 8. A.: Vida de Santo Tomds de Villanueva. arzovispo de Valericia, ejemplar y norma de obispos y prelados, nueva ed. (Real Monasterio del Escorial 1925). SawmtaGo Veta, P. GREGORIO vE, O. S. A.; Biblioteca Ibero-Americana de la Orden'de San Agustin, t. 8, art. Villanueva (Sto. Tomds de). Sobre las obras y sus vicisitudes es probablemente la mejor fuente de informacién, tanto de los escritos (latinos y espafoles) del Santo como de los trabajos que sobre el mismo y aquéllos se han compuesto, bien que no todos los datos sean del P. Vela, pues la muerte ‘le impidié coronar esa su obra genial y gigante. 'No es necesario advertir que no puede hacer relacién de lo que poste- tiormente se ha escrito y descubierto. Tiene una informacion muy importante y extensa sobre los bidgrafos del Santo, a que nos Temitimos para no aumentar aqui la lista, y Sobré las fiestas , xD BIBLIOGRAFIA que se celebraron en varias ciudades con motivo de la beatifica- cion y canonizacién del santo Limosnero. Santo Toms pe Vittanveva: Opzisculos castellanos: Biblioteca de la «Revista Agustinianay (Valladolid 1885). Es una reproduccién de la edicion del P. Méndez (Madrid 1763). Se recogen también en la presente edicién entre las obras castellanas del Santo. Vicente Opti, José; Vida, virtudes, milagros y festivos cultos de Santo Tomas de Villanueva, arzooispo ae Valencia, de la Orden de N. G. P. San agustin. La saca a luz el religiosisimo convento de Nuestra Sefiora del Socorro de la misma religion (Valen- cia LD. Nota.—Por no prolongar esta resefia bivliografica no nos detenemos a dar noticia de tantas y tamtas vidas que acerca de Santo Tomas de Villanueva han salido a luz, Queda constancia de les mas extensas, la del P. Salon y la de Vicente Orti; como.insinuamos antes, en el P. Vela puede verse una’ resefia completa. Yen nuestras publicaciones periédicas Revista Agustiniana y La Ciudad de Dios nan salido varios articulos interesantes referentes a Santo To- més de Villanueva y algunos de sus setmones INTRODUCCION GENERAL SANTO TOMAS DE VILLANUEVA La revalorizacién de tantos auténticos valores de aguella ofuscadora miriada de nuestro gran siglo que deslumbra y abruma por su brillo y densidad, no puede menos de sacudir el espiritu con sus ramalazos y tornarle tenso y exultatico ante la contemplacién de nuevos y halagiiefios panoramas jue reclaman imperiosamente su atencién, Salen de dia en lia de trasteras empolvadas a nueva luz tesoros inmarcesi- bles que ni el olvido e ingratitud ni el culpable abandono han logrado desvirtuar: fué mucho lo que nuestros antepasados nos legaron, para que pudiera quedar irremediable y oscura- mente ‘arrumnbado. Tiempos gloriosos aquellos en que lo grande corria pare- jas con lo ordimario. ya que lo extraordinario se haela tan corriente y lo excepcional tanto se repetia, que dificilmente se descubren figuras que a los demas se aventajen. Parece como si las crestas de empinadas montafias contendiesen en tit&nicos esfuerzos por sobresalir y, en su alocada carrera de superacién, unas con otras se confundieran e igualaran. Fogueadas las imaginaciones con los ensuefios fantasti- cos de las Indias, caldeados los espiritus en el ansia urente de la salvacién de aquellas almas, y tremente la sensibilidad catélica ante los dislates teolégicos y desmanes sanguina- rios de los precursores y jerifaltes de la reforma protestante, diriase que a porfia se disputaban los 4nimos el honor de enrolarse en aquella milicia espiritual y humana, que para tan altas empresas se estaba forjando y dando ya sazonados tos: la milicia espiritual de nuestros teélogos, nuestros santos y nuestros artistas, y la milicia castrense de nuestros aguerridos tercios continentales y nuestras improvisadas y no menos duras ¢ imbatibles tropas transmarinas. loquiera se visiumbraba un puesto de peligro y aso- maba su fea y disforme catadura un enemigo de los ideales que eran el alimento y la vida de aquellos celadores de la espiritualidad, surgian legiones de paladines a romper con tenacidad sus lanzas en la defensa del preciado tesoro de su fe catélica. 4 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA . Porque, no podemos olvidarlo, mas bien tenemos que airearlo y clavarlo en el corazén de los espafioles y hacerles sentirse orgullosos de ello: el ideal que todo espafiol, como tal, lleva dentro, el que ha troquelado su vida espiritual y animica, haciéndola como alma de su alma, es el ideal ca- télico, que, ahondando en el substrato formativo de nuestra nacionalidad, llegarfamos a ver fundido en estrecho abrazo con el constitutivo de patria. Bien alto lo proclamaba el car- denal Goma en un memorable discurso: «El pensamiento catélico es la savia de Espafian *. Y lo hacia precisamente en aquellos tiempos aciagos de la segunda funesta repi- blica espafiola, cuando parecia que Espafia habia renegado de su pasado y vuelto la espalda a los valores mas puros de su oria. Mas atn, afiadia el gran vocero de la His- panidad en aquella inolvidable jornada en que se conme- moraba la fiesta de la Raza, nombre que debfa sustituirse por el de fiesta de la Hispanidad: «Hay una relacién de igualdad entre catolicismo e hispanidad» *. Ya antes, como lo demuestra su libro En defensa de la Hispanidad, habia el gran patricio Ramiro de Maeztu for- mulsdo idéntica conclusién: «Si la Hispanidad se hizo con la idea catdlica...» °. Y mas explicitamente, y como expli- cando esa catolicidad de la Hispanidad: «La Hispanidad es e] Imperio que se funda en la esperanza de que se pueden salvar como nosotros los habitantes de las tierras descono- cidas» *, Con razén, pues, debe concluirse, con Ramiro de Meeztu, que vel mundo no ha conocido ideal mas elevado que el de Ja Hispanidad» °. Y asi tienen actualidad peren- ne y estan pletéricas de contenido aquellas palabras de José Antonio: «El ser espaiiol es lo tinico grande que se puede ser en el mundo», palabras que gentes de inteligen- cia roma y sentimientos achatados han interpretado como una huera frase retérica 0 como una insustancial farolada. No se podra jamas prescindir del catolicismo cuando se trate de poner de relieve los valores hispdnicos; antes hay siempre que concederle el honor de figurar a su cabeza, como fundamento, vida y aglutinante de los mismos. Por eso sera siempre hacer patria, y de la mejor ley, el remover y sacar de la oscuridad a los representantes ge- nuinos de esos valores, que no son otros que los santos, las encarnaciones del ideal catélico, los realizadores en si mis- 1 Apologia de la Hispanidad. Discurso en el teatro Colon (Bue- nos Aires) el dia de la Raza, 12 de octubre de 1934. Apéndice a Defensa de la Hispanidad de Maeztu. p. 355 (Valladolid 1938. 3° ed). 2 Th. 3 Defensa de la Hispanidad, p. 302 (Valladolid 1938, 3.* ed.). 4b. p. 243. 3 Tb. p. 302. PRELIMINARES 5 mos de ese ideal y sembradores los mas entusiastas de esa semilla que a la vez habian de hacer fructificar en los de- mas. No fueron estatuas yacentes cinceladas por el gran Artista para servir con su pureza de lineas y acabada forma de recreo a las miradas ansiosas de emocién estética; seria convertir lo mas puro y afinado del espiritu tenso y esta- lante del cristianismo en la mas burda pasividad del nir- vana budista. Fueron, por el contrario, seres inquietos y dinamicos, que, conscientes de las riquezas desbordantes que atesoraban, percibian en sus entrafias Ja implacable comezén de derramarlas a raudales, sabiendo los ubérrimos frutos que el gran Padre de familias recogeria de tan mani- rrota prodigalidad. ‘Asi, es de Jamentar que permanezcan atin algunos de Jos mas representativos en el montén del anonimato o en la rememoracién, para mayor vergiienza fria e indiferente, de la aureolada peana de su santidad. Es tal el vértigo de la vida hodierna y tan incoercible el arritmico borbollar de su efervescencia, que arrebatan atropelladamente nuestra atencién, privandonos del tranquilo sefiorio de nuestras fa- cultades y de la serena hegemonia de nuestra sensibilidad sobrexcitada por los continuos y violentos choques de abru- madora hiperestesia. Una de las figuras mas sefieras, verdadera perla y piedra miliaria de nuestro gran siglo, y quiz4 también una de las mas olvidadas o preteridas, es la que nos cupo en suerte sa- car hoy a luz en estas columnas de la B. A. C., la figura cumbre de Santo Tomas de Villanueva, el mas atacado, sin duda, de aquellos tiempos gloriosos en la jerarquia ecle- sidstica espafiola, sol resplandeciente del Imperio espafiol, astro de primera magnitud entre la pléyade de estrellas que con luz propia alumbraban los bramosos horizontes, aguila caudal que desde las inaccesibles alturas a que supo ele- varse podia mirar con tranquilo sefiorio el campo de guerra en que se debatia el resto de los mortales ; en una palabra, «Arzobispo del Imperion, como con frase feliz lo denomi- naba Vicente Escriva *. A _pesar de los méritos propios para ocupar un puesto tan distinguido en el escalafén de la santidad y la ciencia espajiolas, a pesar de su dominio avasallador en el 4nimo de principes, magnates y plebeyos, a pesar del influjo so- erano que ejercié con su palabra y sus escritos en Espafia yen el extranjero, eg bien escasa la atencion que se le ha prestado, bien poco lo que por él se ha hecho, casi nada lo que se le ha dado a conocer. Parece como si la fama y renombre que en vida le abrumaba se hubiera ido con él al sepulcro. Aquellas aclamaciones con que era celebrado, * Tomds de Villanueva, arzobispo del Imperio (Valencia 1941). 6 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA las voces de alabanza que a porfia se le tributaban, el en- tusiasmo exaitado que su vida y milagros suscitaban, los trenos y lamentaciones que a su muerte se entonaron, las jubilosas demostraciones que se renovaron con motivo de su beatificacion y canonizacién, que pusieron en movi- miento y acordes entonaciones a la Orden Agustiniana, a ciudad de Valencia y a toda la Iglesia espafiola, todo ello resuena hoy en nuestros oidos no mas que como eco de un lejano ya pasado y desligado de nuestro presente, Un devoto suyo, casi contempordneo, hermano de ha- bito, el P. Miguel Salon, cuando aun estaba fresco el aro- ma de sus virtudes y recientes las huellas de sus obras, 1500, escribié con el mas acendrado carifio y ferviente admira- cion y entusiasmo una extensa relacién de su vida y sus vir- tudes. No es una biogratia pertecta, con todas las exigen- cias de la moderna critica y metodologia; pero si una na- rracién casi completa en cuanto a datos e intluencia se re- tiere, un acopio inmenso de materiales para levantar un magnifico monumento a la memoria del gran Arzobispo. Ireinta afios mas tarde, 1620, el genio de Quevedo daba a la.luz publica un epitome de la vida del bienaventura- do Fr. lomas de Villanueva, como anticipo o preludio de una extensa Historia que no se llegé a publicar, y que hu- biera sido un monumento digno del gran Prelado por mano de un gran genio y artista. A més de esas dos obras, que nos parecen las mas im- portantes, la primera por su extensién, y por su calidad y primor la segunda, se han publicado algunas otras, sobre todo a raiz de la muerte del Santo, tanto en Espafia como en el extranjero. De lo mds importante sobre biogratia y estudios acerca de Santo [omas, daremos un resumen bi- bliogratico al tinal de esta introduccién. Pero no queremos pasar por alto en esta ligera introduccién dos estudios con- tempordaneos, notables, si no por su extensién, si por el fer- voroso calor que los inspira, e indice de que aun no ha desaparecido la memoria dei gran Arzobispo y limosnero. Nos reterimos a Tomds de Villanueva, de Vicente Escriva, aparecido en Valencia (1941), y Santo Tomds de Villanueva, del P. Victorino Capanaga, agustino recoleto, editado por la Biblioteca Nueva en la coleccién Vidas de Santos Es- paftoles (Madrid 1942). La primera, Tomds de Villanueva, es, como nos insi- nia su autor, una coleccién de estampas singulares sobre una vida ejemplar, una serie de emotivas pinceladas basa- das en un tondo rigurosamente histérico, envueltas en un ambiente de c4lido afecto. Reivindicacién de una gloria singular, ornamento de la Iglesia espafiola, esbelta palmera del vergel agustiniano y foco deslumbrante de la archidié- PRELIMINARES 7 cesis de Valencia. Sentida y amada con apasionado entu- siasmo y descrita con fascinante colorido. Dirfase que su autor, compenetrado con la época del Santo y eco de las jdeas y sentimientos en ella imperantes, ha sabido, cual solicita abeja, libar con delicadeza exquisita y ponernos de relieve con acabada maestria los valores genuinos que en- grandecen y exaltan nuestro gran siglo. Sacando a la plaza publica de la literatura y el arte una de las mis ricas joyas que yacia sepultada en el olvido m4s vergonzoso. Y reve- laéndonos a la vez sus magnifficas cualidades de captador de momentos hondos y facetas salientes. _Indudablemente lend su cometido, dando a luz un libro interesante y atrac- tivo, deleite de los ojos y embeleso de la imaginacién. Es lamentable que no haya alcanzado mas difusién esta joya literaria, y que, en el rumbo vertiginoso aue los pro- blemas acuciantes de hoy imprimen a la vida, se hayan visto tantos privados de una lectura tan interesante y que con tal emocién nos hace sentir el peso de nuestras glorias pre- téritas. Serfa para nosotros una verdadera satisfaccién des- pertar con estas Ifneas la atencién de muchos lectores v con- tribuir con ellos a renovar_la aceptacién que tuvo al salir a luz, Cierto aue Vicente Escrivé es hoy sobradamente co- nocido y huelgan nuestros encomios. Santo Tomds de Villanueva, del P. Cavdnaga, es una joya de distinto caracter aue la de Vicente Escriva. Escrita, quiz4, con no menos galanura de lenguaie. desde luego; no necesitamos hacer tampoco la apologia del P. Capanaga ; es harto conocido del piblico culto, y sus cualidades lite- varias le han ganado un justo renombre en la republica de las letras. El intento de la coleccién a que pertenece esta obra no es otro aue extractar los valores mAs puros y acrisolados de nuestra historia que se contienen en nuestra geograffa. «trajear, como dice el P. Capanaga, las grandes figuras de nuestros santos». Y a fe aue sabe hacerlo él con la com- vetencia del tedlogo y literato v con el encendido afecto de hermano. | Cémo discurre a través de todo el libro el fondo netamente catélico y teolégico que forma la quintaesencia del contenido de nuestra historia como nacién. la pureza y hrillantez de su estilo facil v encantador. salpicado de be- Nezas de primer orden. y el regusto carifioso y no exento de cierto sano orgullo de contar en su alcurnia corporativa con figuras de la talla humana y sobrenatural de Santo To- mas de Villanueva ! Aunque corto y reducido, ha sabido escoger, cribar_y resumir con tal acierto los rasgos salientes de la vida del into y poner tan de relieve los momentos cumbres que se lestacan en su multiple actuacién publica y privada, que 8 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA la consideramos obra acabada en su género y modelo de semblanzas biograficas. Nos pareceria de perlas encajarla al frente de esta primera edicién de las conciones en caste- llano; y con ello nos ahorrarfamos el trabajo de pergefiar unas cuartillas y el sonrojo de ver cudn palidas y desvir- tuadas han de salir comparadas con las suyas. Con estas ligeras reflexiones queremos entrar en la tarea de hacer una presentacién del Santo, cuyos sermones sobre Ja Virgen ven por vez primera la luz en espafiol. Si atin hay tesoros oratorios, teolégicos, escriturarios y morales que ex- plotar en nuestra Patria, es probable existan pocos monu- mentos tan importantes como las conciones de Santo To- mas de Villanueva, verdadero arsenal de predicadores y estudiosos de la ascética y la mistica. Y es lamentable, re- petimos, que el publico culto espafiol contintie atin priva- do de sus ensefianzas. Cierto que aqui no se dara sino una ligera muestra de su obra. Toda ella forma una colecién de seis voliimenes en folio, de los cuales el contenido de los de la Virgen ocupa sélo la mitad del cuarto. Pero ser esta muestra como un aperitivo: indudablemente estimularé en los lectores el anhelo de saborear toda la obra del Santo y a los més asiduos e interesados a explotar el rico filén que se les descubre. No podemos olvidar que en la oratoria pertenece Santo Tomas a aquella ilustre falange de predicadores agustinos gue Ilenaron el gran siglo, y fué uno de los ms ilustres re- presentantes: los Vazquez. Orozco, Malén de Chaide, Val- derrama, Castroverde, Villavicencio, Marauez; «Gloriosa constelacién agustinianay los lamé el P. Olmedo’, nada sospechoso de parcialidad, sino admirador entusiata de tan- tos astros de vrimera magnitud. Entre los cuales sobresale a gran altura Santo Tomas. si no auiz4 por los recursos re- téricos, sf por la ventaja de la santidad, que sabemos es el factor mas decisivo cuando se trata de aquilatar los efectos de la elocuencia en el dnimo de los oyentes, al fin de cuen- tas el dinico hito de Ja misma, tanto profana como sagrada. Lo cita D. Micuel Mir como vno de los primeros represen- tantes de] pilpite esnafial. y de los que bastarfan para dar «alguna idea del esplendor a que se levanté la elocuencia del vilpito en nuestro siglo de oro» *. Pero de muchas de esas lumbreras no nos quedaron ca- si muestras en espafiol. sohre todo de los primeros en el or- den cronolégico. Escribianlas en latin para su gobierno, pa- “1 Fr. Mowisto Vézourz_O. §_A., Sermones. Notas y prélogo det P. Félix G. Olmedo, 8. T.: Clasicos Castellanos (Madrid 1943). p. 64. * Sermones del P. Fr. Alonso de Cabrera, discurso preliminar, p. IT: Nueva Biblioteca de Autores Espafiolés (Madrid. 1930), VIDA EN EL MUNDO 9 ra su orientacién, como un arsenal de materias, notas, citas, etcétera. Y asi desaparecieron para siempre piezas inmor- tales que serian hoy orgullo de nuestra retérica, y a su luz y resplandor podrfamos codearnos con las naciones que se consideran representantes exclusivas de la moderna oratoria cristiana. Es verdad que algo se va trabajando en la investigacién de nuestros oradores sagrados, y se va poniendo de manifiesto que posee el pilpito espafiol verdaderas joyas inexploradas adn. I. Vida en el mundo Nace Tomés de Villanueva en 1488 en la villa de Fuen- lana, provincia de Toledo, adonde se habian_refugiado sus padres, huyendo de la peste que se habia sefioreado de su pueblo natal, Villanueva de los Infantes, no muy distante de aquel otro. De familia bien acomodada, noble por su linaje, de todos reverenciada y amada, a lo cual, sin duda, contribufa sobre todo el blasén de mayor nobleza que la enaltecfa, su cristianismo integral y generosidad desbordan- te con los necesitados. Papres.—Llamabanse sus padres Alonso Tomés Garcia y,Lucfa Martinez Castellanos ; y era la casa solariega de los Garcia como el pafio de ldgrimas en que se enjugaban las de la comarca, y el remedio de los menesterosos de los ale- dafios. Parecia rivalizar el cristiano matrimonio en soco- trer a los pobres y colocar en Banco seguro su hacienda; cada cual se ejercitaba en esta virtud segin sus ocupaciones caracterfsticas. El padre prestaba gratis sus simientes a los labradores, y sus dineros sin ningtin interés a Jos que se lo solicitaban, perdondndoselo con frecuencia vista su necesi- dad; y sostenfa un molino tinicamente para los pobres, tra- yéndose a su casa la harina que producia y repartiéndose entre ellos después de convertida en blancos panes. La ma- dre con toda solicitud y diligencia atendfa que ningtin po- bre se alejara de su casa sin la correspondiente limosna: pan, harina, dineros, telas, ropas, llegando mas de una vez a despojarse de las suyas propias para socorrer a algun pobre que llegaba a tiempo de haberse agotado las que se repartian, Esto, amén de los socorros en dinero y especie que secretamente enviaba a personas vergonzantes. Era Ja auténtica caridad cristiana la reina de aquel ho- gar, y sus manifestaciones tenian que erumpir en las formas mas variadas, no faltando, como era natural, el matiz de las conversaciones y comentarios con que mutuamente se estimulaban en tan caritativa tarea. Hogar auténticamente 10 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA cristiano aquél, en que las palabras son aliento de las bue- nas obras y un efecto a la vez de las mismas. Una nota digna de admiracién es cémo Dios bendecia aquel hogar y le hacia prosperar aun materialmente, pues eran tales las limosnas, tan continuas y tan considerables a veces, que podian poner en peligro la hacienda, si no fuere por la providencia particular que Dios tenia de ellos. ¢Céme no iba a bendecir tan loables empefios? Con todo ello y la honradez de sus costumbres y la re- ligiosidad a toda prueba, habfase convertido aquel hogar en la casa patriarcal del pueblo, a la que todos respetaban y consideraban verdadero refugio y proteccién del mismo. Como manifestacién del ascendiente moral que ejercia, nos citan con insistencia los bidgrafos del Santo la seguridad con que acudian los vecinos a depositar alli sus hijas don- cellas cuando la Ilegada 0 el paso de tropas por el pueblo les hacfa presentir un peligro para su honestidad; les pare. cia garantia absoluta, como lo demostraba la experiencia, el dejarlas al abrigo de aquellos muros santificados por la virtud y defendidos por el honor y autoridad de aquella ma- trona venerable, que en su vida de religién y caridad vid mas de una vez rubricadas sus obras con el prodigio. Ex ntNo.—Cuan dificil es que el buen y constante ejem- plo no sea semilla fecunda de buenas obras y que de pa- dres nobles y virtuosos salgan hijos malos y abyectos. Nues- tro Santo no fué sino un reflejo acrecentado de las virtudes y rasgos de sus progenitores: a porffa Ilevaba él a la prac- tica la caridad serena y larguiflua del padre y la desbor- dante y afectuosa prodigalidad de la madre, excitando m4s de una vez a los mismos en su obra de cristiana genero- sidad. Es una estampa magnifica y sefiera la de Tomis de Vi- lanueva en la hagiograffa espafiola y universal, una figura de cuerpo entero y una personalidad inconfundible, cuyas hazafias comienzan a jalonar su vida desde la nifiez; desta- cdndose a inconmensurable altura y achicando quiz4 a las demas la cualidad de manirroto limosnero, que vemos disi- parse en horizontes inabordables en la administracién de los bienes de su arzobispado, pero que ofrece rasgos ya in- confundibles en los detalles que nos constan por sus bidgra- fos. Atn hoy, al través de cuatro siglos, nos impresionan dulce y emotivamente aquellas escenas que no pierden ac- tualidad y parece recobran emergencia en el contraste de la descarnada frialdad presente; no es extrafio que, preten- diendo refiirle sus padres por las inconsideradas limosnas que traspasaban los limites de lo racional, sintieran mas de una vez sus ojos prefiados de lagrimas viendo la inocencia 1. VIDA EN EL MUNDO 1 de su Angel y el nivel sin limites de sus sentimientos hu- manitarios y cristianos. HERENCIA LIMOSNERA.—Como si nada de lo suyo fuera propio, nos dice grficamente Quevedo, ude todo lo que tenia y trafa y le daban sus padres no era més tiempo due- fio del que tardaba en tener de ello necesidad algin pobre» °. {Qué escena aquella de la gallina clueca y sus polluelos! Se entontraba solo en casa; una criada que habia queda- do para guardarla no tenia las Ilaves de la despensa, ni ha- bfa posibilidad de encontrar cosa alguna con que socorrer a seis necesitados que llamaron a las puertas de la casa hi- dalga. Su compasién le hace ingenioso y no repara en obs- taculos: uno por uno fueron pasando los polluelos a manos de los mendigos contra las protestas airadas de la clueca. Y si viniera otro mas, decfa dando satisfaccién a su madre que dulcemente le reconvenja, se llevara la clueca; no me sufre el corazén que el pobre se aleje sin limosna de la casa. ¢Qué madre resistirfa la tentacién de trocar el merecido re- proche por un no menos merecido apretado abrazo de ma- ternal ternura? Los detalles se repetian con alarmante frecuencia: los zapatos nuevos se cambiaban por los viejos que llevaba un mendigo o pasaban de sus pies a los de éste; sus ropas ad- guirfan nuevo duefio en cuanto topaba con un pobre des- harrapado ; el desayuno que le preparaban para ir a la es- cuela, iba siempre a satisfacer el est6mago de algdn menes- teroso. Los ardides de que se industriaba para estas faenas y el candor con que satisfacia a su santa madre al repren- derle, sélo de vn alma angelical e iluminada por Dios po- drian originarse '°, 7 BROTES DE SANTIDAD.—Ni se vaya a pensar que esto era fruto de un natural humanitarismo ; bastara desde luego la sola contemplacién de tanta miseria como pulula por esos mundos de Dios para mover y enternecer al corazén hu- mano. Pero en Toméas, a mas de estos hontanares de sen- tmientos humanos, otro era el origen de su desmedida ca- ridad. A la par que la compasién del pobre habfanse des- arrollado las demas virtudes cristianas: cristianos viejos f£ran sus padres, y desde el primer momento cuidaron de inculcar en el primogénito su piedad acendrada. Gentes de biigeiida, del dienaventurado Fr. Tomas de Villanueva, p. 59: Bi- lioteca de Autores Espafioles, t. 48. 2° Magnifiea y cautivadora es la estampa que con pinceladas maestras nos dibuja el P. Conrado Muifios en la figura de Toma- gin, uno de los cuentos que integran sus conocidisimas Horas de pigdciones. Nada hay alli de exagerado: 0 son auténticos datos Hargticos 0 condensacion de observaciones arrebatadas a la rea- 12 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA raigambre espafiola, en el siglo de la floracién de una fe sincera y consecuente, eran sus destellos los que orientaban la febricitante actividad de aquellas almas inquietas y afa- nosas de grandes empresas. Las amplias avenidas hacia la intimidad con Dios a que luego darian carta de naturaleza en sus escritos nuestros misticos, no eran sino el ensanche de las veredas que sus antepasados hab{an recorrido impulsados por el conyenci- miento de aue Dios se dignaba tratar con ellos y aceptar sus obsequios. Era el resultado de esa fe genuina, elevadora de nuestra vida terrena, revalidadora de nuestros actos mez- quinos, que da categorfa de sobrenatural a nuestro humano fluir. Las duras penitencias de Tomas en sus afios infantiles, sus prolongadas oraciones, la repeticién con sus compafie- ros de los sermones de la Iglesia... ;Cudnto nos descubren de un alma enamorada de Dios y qué testimonio mas irre- fragable de un encendido amor y un convencimiento pleno de que la vida no tiene sentido sin una orientacién fntegra hacia lo sobrenatural ! Si es verdad que los biégrafos no nos han conservado si- no retales de estos afios primerizos, y pasan como de corrida por ellos, achaques son de los tiempos, que no del material que les sobraba. Abiertos a horizontes ilimitados y con la mente cargada de gravidas catélicas ambiciones, no podfan entretenerse en las menudencias, por santas que sean, con cave en algunos modernos pretenden captar nuestra aten- cién como si no tuvieran temas mas trascendentales en que ocupar sus ratos de ocio. SE ENTREGA A LOS ESTUDIOS.—E] nifio crecfa v con su edad se acrisolaban las virtudes en el palenque de las re- laciones con sus compaiieros, obstAculo a la vez y contraste fiel de las sanas v robustas costumbres. Del que sabe sor- tear ileso los escollos que acechan a la virtud en esos diffci- les afios de la pubertad, bien puede asegurarse mantendrd enhiesta en el resto de sus dias la bandera de su honradez y religiosidad. Hoy desde luego quiz4 m4s que entonces, a dia- tio contemplamos la marejada en que tienen que debatirse tantos y tantas jévenes en todas direcciones solicitados. Con el acopio de conocimientos adquiridos en la escuela v los recursos del desnierto talento que se habia revelado, Negé el momento de abandonar el pueblo natal y su familia vara entrar en la corriente del saber, que junto con la de las armas polarizaba entonces los afanes de todos los esva- fioles. Salamanca y Alcald. Palabras magicas en los ofdos de nuestros antepasados. que atin hoy no han perdido la aureola de la ciencia y del saber; cifra y cumbre de las as- piraciones hidalgas, que no podfan acomodarse al anoni- mato del terrufio ; focos poderosfsimos de luz intelectual que VIDA EN EL MUNDO 13 monopolizaron, por decirlo asf, los altos estudios de la Es- pafia de entonces y competfan noblemente con los mas re- nombrados centros de la cristiandad. Las margenes del Tor- mes y el Henares tienen que saber mucho de jaranas y cui- tas estudiantiles. 1503. A Alcala dirigié sus pasos el hijo de Alfonso Gar- cla; bien pertrechado el espfritu, como lo iba su inteligen- cia, para salir a flote de la Babel en que se engolfaba; aue nunca la estudiantina jaranera e indisciplinada de aquellos dias fué el ambiente propicio para la integridad de costum- bres y delicadeza de sentimientos. Poco nos cuentan de su vida de estudiante, ni nos hace falta. Las tareas abrumadoras no dejaban tiempo para hol- gar al, que pretendiera sobresalir, y la solidez de Ia forma: cién, daba un tono de austera seriedad a los claustros uni- versitarios. Tomas Garcfa (asf se apellidaba por aquellas calendas) fué siempre un modelo de estudiantes; su tesén invencible y su preclaro ingenio atrajeron pronto la aten- cién de maestros y condiscipulos. Como si se_presintiera portador de un alto destino, escasos le parecfan los momen- tos para mejor disponerse a cumplirlo. No eran problemas econémicos ni ambiciones mundanas; bien lo sabfa Dios, y también él] lo sabia. De los primeros habfa estado siem- pre libre y desligado, y su desenlace fué la renuncia del patrimonio que su padre, muerto durante sus afios de Alca- 14, le dejara. Quiso volver a sus estudios libre como el pa- jaro, para lo cual hizo donacién de toda su herencia a los pobres, fundando un hospital, que doté de lo necesario. Las aclamiaciones de sus condiscfpulos, las alabanzas de sus maestros, el éxito rotundo de sus intervenciones, la au- reola de estimacién que se habfa granjeado, podfan ser parte a suscitar nobles ambiciones: ¢no parecfa reservado para él un lugar en aauella famosa reptublica de las letras? ¢No le habjan sefialado con el dedo entre aquella primera y es- cogida grey aue poblé el insigne Colegio de San Ildefonso, fundado por el cardenal, digno de eterna memoria, Jiménez de Cisneros? ¢No le habfa puesto por modelo en’ publico el venerado maestro Juan de Vergara? ¢No se le proveyé cétedra de artes en cuanto se gradué como maestro de las mismas v licenciado en teologia? #No desempefié con ge- neral aplauso y aprovechamiento de sus discfpulos la céte- dra, conténdolos tan aventaiados v sobresalientes como el maestro Hernando de Encinas v Fr. Domingo de Soto. luz de ‘tantos tedlogos? ¢Qué le faltaba para llegar al pindculo le Ja gloria y al cenit de la celebridad? Encrucijapa.—El enflogo lo puso la Universidad de Sa- lamanca. La fama de las brillantes explicaciones y el talen- to de’ Tomas Garcfa habfa llegado a las aulas de la Atenas 14 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA espafiola. Y ganosas sus autoridades de contar en su claus- tro de profesores a sujeto tan eminente, sin él solicitarlo ni tener conocimiento, enviaron una embajada portadora de honrosisima distincién: acababa de quedar vacante la cAtedra de filosoffa natural y habfan puesto en él los ojos para que la explicase en condiciones ventajosisimas. ¢A qué més podia aspirar un profesor joven, enamorado del saber, que a formar parte de la pléyade de sabios que tan alto estaban poniendo dentro y fuera el nombre de Sala- manca >? Ni se dejé desvanecer por tan halagiiefias perspectivas ni le infatuaron tan risuefias esperanzas; otros eran los de- signios que Dios tenfa sobre él y otras las aspiraciones e ilusiones que albergaba en su corazén. La piedad infantil, sencilla y transparente. se habia hecho reflexiva y robusta, consciente de sus destinos. Si al impulso del calor hogarefio su corazén generoso, libre de las trabas del pecado, se ha- bfa encaminado a Dios con el afecto de una candidez ino- cente y Ifmpida, superados sin Ja menor salpicadura los bo- rrascosos escollos de los devaneos estudiantiles, en las alda- bonadas incesantes de su oracién retirada y en el martilleo restallante de sus despiadadas disciplinas habfa columbra- do ahora horizontes mas dilatados, y derroteros mas tenta- dores se habfan abierto ante su espiritu. Habia que afiadir sus conocimientos, cada vez mas profndos, del valor del alma humana; que no vor el afan del saber especulativo se habfa enfrascado en los estudios. No podia ser que su alma, tan ricamente dotada y cultivada con tal esmero, tu- viera que anclar definitivamente en la falaz hojarasca de frondosidades mundanas ; la elevacién de sus vensamientos sentfa cada dia con mavor comezén los latigazos de gélidos vacfos, de effmeras afiagazas. Vocaci6N DEcIDIDA.—Muchas horas consumié tratando de despejar la incégnita fundamental y decisiva de su vida; muchos susviros y apremiantes Iamadas salpicaban su re- coleta oracién; muchos golpes descargaron sobre sus es- pvaldas en demanda de luces; la oracién y el vapuleo son los dos recursos socorridos en su vida y resortes soberanos oue le solucionan los problemas mas espinosos. Con esta se- riedad y reflexisn maduraban aquellas figuras une resolu- cién que habfa de ser basica v definitiva en su vida. No le es diffcil ver lo que Dios quiere de é]. Cuando con generosidad e indiferencia dejamos que la voluntad del Se- fior disponga a su arbitrio de nuestros destinos, pronto sue- len aclararse nuestras dudas y vacilaciones; no son les di- vinas luces ambiguas y dudosas ni fluctia indeciso su bene- placito. Lo que suele entorpecer_ nuestra marcha son los prejuicios con que emprendemos Ja ruta de nuestras inda- 1. Via EN EL MUNDO 15 gaciones y el pretender con prémisas preconcebidas una Benclusion satistactoria y meridiana. ; : £1 Sefior Je Hamaba a tomar parte activa en la vida de ou Iglesia. Aunque no habia recorrido m&s mundo que el que separa_a Villanueva de Alcalé, era sobrada ventana aquella Universidad para conocerlo y ver las necesidades cada vez mas apremiantes de obreros en la ‘ardua tarea de la evangelizacién. Aparte el angustioso reclamo que de allende los mares recientemente surcados martillaba inelu- dible en todo pecho espafiol, no menos angustiosas eran las necesidades del viejo continente cristiano; negros nuba- rrones prefiados de tormenta se cernian sobre Europa. La corrupcién de costumbres, en parte debida a la deforma- cién del renacimiento humanistico, que se habia apodera- do del mundo cristiano, sin respetar los cotos cerrados de la jerarquia eclesidstica ; el despertar de un mundo medieval ganoso de libertades, el confusionismo religioso que a la sombra de estos factores se estaba incubando y a punto ya de explotar, hacfan concebir menguadas esperanzas ‘y tris- tes presentimientos respecto al porvenir de la Iglesia: Execci6N.—Tomés no puede mantenerse ajeno a la lu- cha que se avecina, y quiere arrimar el hombro para coope- rar a conjurar sus embates. Ya estA decidida su vocacién: renuncia a un futuro risuefio mundano, consagracién a las austeridades de la vida escondida con Cristo. Consagracién que para ser total y sin reserva ha de realizarse en el re- manso del claustro, en la vida cenobitica, donde sdlo le queda al alma el derecho de aspirar a una perfecta unién e identificacién con Cristo mediante la guarda solicita y per- petua de los consejos evangélicos. Muchas y seguras tra- yectorias se le brindan al hombre cuando trata de llevar a cabo esta empresa; es admirable la fecundidad de la Igle- sia para marcar directrices a los anhelos de sus hijos: al encuentro de las necesidades que surgen cada dia brotan también de su fecundo seno nuevas corporaciones religio- sas puestas bajo la sombra_y amparo de una Regla auto- tizada y unos Estatutos o Constituciones que la completan Y acomodan mas a los tiempos. Queremos cerrar estas re- flexiones con la Ifmpida y sobria sencillez del ms autoriza- do bidgrafo del Santo, que nos explica la eleccién definitiva y el porqué de la misma. Luego de narrar las diligencias que hizo para conocer la voluntad de Dios, termina: «Sien- do de edad de veintinueve afios para los treinta #, pare- ciéndole la Orden de Nuestro Padre San Agustin muy con- veniente a sus deseos y propésitos, por ser la Regla de este 41 Nacido el 1488 y tomando el hébito el 21 de noviembre ge 2518, se nota el lapsus cronolégico en que aqui incurre el . Salén, 16 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA gloriosisimo Doctor (aunque todas lo son) tan santa y ejem- plar, y ajustada a la perfeccién evangélica y vida de los santos apéstoles, que fueron los primeros religiosos de la Iglesia; y la observancia de esta Orden, puesta en un buen io, que ni de pesada o rigurosa excederia sus fuerzas, ni menos de libre o floja entibiarfa su devocién, determiné entrar en ella. Y asi, teniendo noticia de la gran religion y recogimiento que se guardaba en la casa de Nuestro Pa- dre San Agustin de Salamanca, dejada la Universidad de Alcala y cuanto en ella y en cualquier otra podia pretender, se fué alld a pedir el habito de nuestra Orden» **. Il. Religioso perfecto EN EL VESTIBULO DE LA RELIGION.—Dfa 21 de noviembre de 1516. El convento de San Agustin de Salamanca est de fiesta: recibe hoy en su seno a quien le dara un lustre sin- gular. Famoso era ya por los hombres ilustres que en vir- tud y letras habia dado a la Iglesia. Precisamente hablando de] P. Francisco de la Parra, prior en aquellos afios, dice Quevedo: «Hombre insigne en santidad y letras, uno de los muchos que ha producido aquel religiosfsimo conven- to» 8, Bien podian repicar a gloria las campanas de la torre vestirse de pompa y majestad el 4mbito de la iglesia de San Agustin: por las puertas se le entraba el que habia de ser orAculo famoso de su pilpito y atractivo imantador de las almas. Si fama y renombre tenia ya el convento de San Agustin, harto dificil seria calibrar quién a quién honré mas. El convento al nuevo novicio o el nuevo novicio al convento. Un elemento de juicio aclaratorio nos lo propor- ciona el lucido elenco de religiosos preclaros que en sus manos hicieron sus votos o bajo su inspiracién renunciaron al mundo o recibieron el influjo de sus letras y virtudes: Padres Jerénimo Jiménez, Francisco de Nieva, Juan Esta- cio, Beato Alonso de Orozco, Juan Bautista Moya, Alonso de Borja, Agustin de la Corufia, Hernando de Castroverde, Juan de Guevara..., cuyas vidas ejemplarfsimas y maravi llosas de celo ensalzan nuestras Crénicas y pregonan las gestas llevadas a cabo principalmente en América, adonde se dirigieron la mayor parte para dar horizonte a la sed de almas que consumia las suyas; no podemos demorarnos aqui para exponer ni los rasgos principales de estos santos varones. 12 P, MicueL SaLén, Vida de Santo Tomds de Villanueva, c. 4, ed. del Monasterio del Bscorial, 1925. 13 QuEvEDo, Vida del dienaventurado..., p. 60. 2. RELIGIOSO PERFECTO Ww EN EL CRISOL.—Tiempo de prueba suele denominarse al del noviciado. Pero una prueba triple: de la corpora- cién, del individuo y de Dios. La corporacion, cuyo fin es su propia conservacion y la santidad de sus miembros, pone delante de sus nedfitos sus leyés, sus observancias, sus aus- teridades, cuantas dificultades y atractivos se encuentran en su seno. Tratalos, es verdad, como madre amorosa y tiene para con ellos las ternuras y delicadezas que requiera la infancia espiritual, Pero esos mimos y regalos no pueden convertirse en blandenguerfas ilusorias; son un medio no més y un recurso para sacar adelante la delicada y tierna planta. Por eso también, y de un modo particular, ha de hacer presente las dificultades que surgen en el curso de la vida religiosa. Y aqui entra la prueba del individuo. Viene al claustro con anhelos de perfeccién. El mundo le cansa y abruma con su vaciedad; su corazén no se sacia con los sefiuelos que le brinda. Y asf se siente hechizado por la vida reli- iosa: un remanso de paz para su alma agitada, una ple- nitud para su espfritu vacfo. Por eso todo en ella parece sonrefrle y halagarle: la soledad, el silencio, los rezos, las ceremonias, la bondadosa virtud de su maestro, el trato de- licado y cordial de sus hermanos, los horizontes halagiiefios que se abren ante su espiritu..., una euforia arrulladora se apodera de todo su ser. Pero no es eso sélo la vida religio- sa. Se presentarén dias duros: el espiritu se vera privado de esa serena diafanidad, las tinieblas ensombrecern el an- tes riente horizonte, el espiritu del mal forjaré atemoriza- dores trampantojos, a su vista se entibiard la calida frater- nidad de sus hermanos; las amorosas exhortaciones de los superiores se trocaran, a su parecer, en reconvenciones As- peras y desabridas; el benéfico rocio del cielo se evapora- ra, sucediéndole el gris de la sequedad y el hastfo; la carne también pretenderé tornar por sus fueros... Se hace preci- so tensar el arco con constancia, aquilatar su resistencia y contrastar con calma si las fuerzas podran soportar la prue- ba que se ha de prolongar por toda la vida. Mas sobre todo esta la prueba de Dios: por El, en iti- ™o término, ha renunciado el novicio a los halagos de la carne y a las ambiciones mundanas, para llegar mediante €sa renuncia, que ha de alcanzar su cenit en la religién, a la reproduccién del divino modelo Cristo Jestis. {La pro- Videncia amorosa y delicada de Dios con las también de: icadas flores de su huerto cerrado! «Como a nifios recién nacidos» amaméntalos el Sefior con la leche del espiritu, Prodigandoles las caricias de sus solicitudes paternales para suavizar la brusquedad del cambio por El Ievado a cabo. —___ “1 Petr. 2,2, 18 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA Son los dias del noviciado, son las almas ingenuas de estos huevos pimpollos recipientes en que derrama complacido el néctar de sus regaladas blanduras, las célidas etusiones de sus intimidades. Pero la vida del mafiana reserva sor- presas y contrariedades, y el modelo no recorrié un camino de rosas: es preciso imitar a éste y estar templado para soportar aquélias. Ser4n una vez las tentaciones de la car- ne, se abultarn otra las exaltaciones de la imaginacién; la tibieza tratard de infiltrar su esterilidad enervante, la se- quedad amagara con el tedia de una vida insoportable: al lemonio, por otra parte, se le autorizara a tender fascina- dora la complicada red de sus embelecos; las austeridades y asperezas cargaran las sombras de sus amarguras; el prolongado silencio y soledad simulara el espectro sepul- cra] sin valvula de escape. Dias enteramente consagrados a Dios y dedicados a me- dir las fuerzas y calcular las distancias para un futuro cuyo Ifmite es la muerte. La seriedad debe presidir esas horas prefiadas y fecundas; no es un juego de nifios para tomar- lo con ligereza y superficialidad Es precisamente lo que buscaba Tomas Garcia, No era ya un jovenzuelo con ilusiones efimeras. Habia meditado mucho y habfa rezado mucho y habialo consultado mucho antes de dar el paso definitivo. Nada podia sorprenderle ya ni sobrecogerle; no era facil volverse atras ni dejarse do- minar por las dificultades. Entré plenamente convencido de que era ésa la voluntad de Dios, de que el Sefior le werfa bajo la ensefia agustiniana. Y convencido, ademas, de que venia a santificarse y no a otra cosa. BASE Y CORONACIGN: ORACION.—En el noviciado comen- zaron, no ya a fundamentarse, sino a brillar y destacarse aquellas practicas y virtudes que definen a un religioso y encuadran su estampa de perfeccién, y que habjfan de ser e] talisman de su vida y sus éxitos. La oracién como base ; no media hora, una hora de me- ditacién, que con la misa y otras devociones dan a muchos religiosos y personas devotas pie para creerse hombres de oracién. | Qué ridfculo y mezquino juzgarse haber llegado casi a la perfeccién o creerse en camino seguro con esos pertrechos! La oracién de las almas como Fr. Tomas, que aspiran a la perfeccién de verdad, no tiene limites ni com- ‘partimentos estancos: las obligaciones, las obras de cari- dad, los actos de comunidad pueden ser (que no lo son) los uinicos estorbos o los tmicos mojones que deslindan el trato exclusivo con Dios. ¢No es la santidad el tinico motivo de la vocacién del cristiano, y m4s aun del religioso? ¢Y dén- de granjearla con mAs seguridad que en el trato intimo con Dios? Mas aun, ése es ya, podemos decir, el comienzo de 2. RELIGIOSO PERFECTO 19 esa santificacién, puesto que a identificarnos con El nos Ileva. Asi lo han entendido las almas santas, nuestros pro- totipos; asf lo entendié Fr, Tomas, que desde el primer momento dedicé a la oracién toda su atencién y estima y le consagré todo el tiempo que sus estudios y ocupaciones le dejaban libre; mucho més durante los dias del novicia- do, en que aquéllos y éstas suelen ser muy moderados. Seria curioso poder penetrar en el alma del ferviente no- vicio, tan impuesto en la doctrina espiritual de los escrito- Yes eclesidsticos, y analizar el grado de oracién a que lle- gaba ya entonces y més tarde alcanzé. No hay duda que seria un precioso documento, y es una pena que, cual otra Teresa o San Juan-de la Cruz. no nos haya legado Jos fru- tos de su experiencia personal, que habjan de ser intere- santisimos. LecciéN.—Un arma preciosa en el combate de la vida espiritual encontraron siempre las almas escogidas en la lectura. Para resistir a los halagos de los sentidos, para des- enmascarar las ilusiones del demonio, para librarse de las acariciadoras quimeras de la imaginacién. menester es un acopio y aprovisionamiento nada comtin de materiales; se hace necesario pertrecharse convenientemente, a fin de no estar a merced de vaivenes y devaneos. La lectura espi- ritual, el repaso de lo que nos suministra el divino Espiritu en sus Escrituras, los santos en los rasgos hazafiosos de sus vidas y los maestros en sus obras, ha de ser ocupacién favorita aue Ilene la vida de los que anhelan seguir las hue- llas de Cristo. No puede considerarse la lectura espiritual como un pasatiempo edificante, como materia de relleno de tantos ratos que no tienen ocupacién determinada en nuestra vida, como piadosa ocupacién de nuestra pereza e indolencia. No lo entendieron asf los santos, cuyas huellas tan de cerca segufa, por no decir que iba abriendo. nuestro in- signe novicio. «Non multa, sed multum» es el recurso ba- sico que nos proponen los maestros para sacar fruto fecun- do y durable. No se dispersaban las energfas de Fr. Tomas, como suelen desvanecerse hoy las de tantas almas piadosas, en la lectura de tan prolifera abundancia de libros espiri- tuales. Se entregaba con verdadera ansia, y casi con pasién. a las Sagradas Escrituras. al melifluo San Bernardo: horas y_ horas rumiaba sus paginas, desentrafiando el sentido es- piritual y mfstico de las unas v asimildndose la uncién y Ppiedad que rezuman las obras del otro. Sabia de sobra que no vodjan ser unas frasecitas bien sonantes ni unos pen- samientos faciles v curiosos el objeto de tal aplicacién. Si, que, cuando se forjaban aquellos hombres de temple a toda prueba, no buscaban coleccioncitas muy monas que 20 SANTO TOMAS DE VILLANUEVA en la superficialidad de su bagaje intelectual les ayudasen a disimular o encubrir la vaciedad tipica de estos tiempos de. tan indtil o perniciosa lectura, Habia gue regar el arbol del corazén, y para ello se precisa que el agua que destila la lectura penetre hasta las rafces. Mas tarde, el ya profeso y sacerdote P. Tomas se en- frascaré en la lectura de San Agustin, Santo Tomas, etcé- tera, para preparar sus lecciones como maestro y para ayu- darse en el ejercicio de la predicacién. En la actualidad, en el reposo del noviciado, es hora sobre todo de formarse a s{ mismo y de asentar sdlidamente el edificio de la per- sonal santificacién. Retiro,—Es otra caracterfstica y virtud de nuestro no- vicio, jCudntas palabras inttiles, cudntas_conversaciones estériles, cudntos ratos perdidos, para no hablar de los mal- gastados! Ya estaba apercibido Fr. Tomas de los dispen- dios ociosos que consumen o pueden desgastar nuestras reservas. La vida de estudiante en Alcala le habfa ense- fiado tanto... Las juergas vy diversiones de mal gusto, las horas perdidas en el vagabundeo casi inevitable de aulas universitarias, el obligado y vacfo comentario de cotidianos comineros acaeceres. no pudieron nunca hacerle juguete de sus girévagos escarceos. De ahi que en el noviciado conservase aquel retiro que le hacfa notar en el observan- tisimo convento de Salamanca y guardase tan perfecto si- lencio, que seria una maravilla verle hablar si la obediencia no le forzaba a ello, o verle fuera de su habitacién si al- guna ocupacién no le obligaba. Tenia que tintinarle en los ofdos y reflejar su eco en el alma la frase llena del Kempis: «Quoties inter homines fui, minus homo rediiv... Ya pue- den los espfritus modernos y abiertos a todas las vibracio- nes del espfritu humano reprochar a esas almas enamora- das del retiro y el silencio su hurafio misantropismo, como si €squivaran sistematicamente el comercio humano por co- bardia y complejo de inferioridad, por menosprecio des- defioso de los que consideran inferiores a si mismos o por temor hipocritoso y gazmofiero de contaminacién, Estén estas almas muy por encima de esos petulantes que no re- paran en criticar y censurar desatinadamente lo aue su es- piritu romo no es capaz de rastrear, No era el miedo ni la esauivez hurafia ni a afectada moiigateria lo que alejaba a Fr. Tomas del excesivo trato de los hombres: estaba él ya bien curtido y prdctico para dejarse embaucar por se- mejantes tergiversaciones. Mas se aprovecha de unos mi- nutos con Dios aue de largas horas con los hombres. Ni vale decir que el edificarlos con nuestra conversacién y buenas costumbres es salvaguardia o disculpa suficiente para prolongar nuestros coloquios y pasatiempos, | Cudnto 2. RELIGIOSO PERFECTO an tiempo perdido y energias malbaratadas con tan especioso motivo! No son ellos solos, las figuras préceres, los que comprenden esta verdad; nos aventajan tnicamente en conocerla a tiempo; porque a la larga todos estamos acor- des, y tenemos la prueba en el aplauso con que luego ru- bricamos su actitu . Tal comenzé Fr. Tomas desde sus primeros dias de vida religiosa: el retiro, la soledad, el silencio, no fueron re- cursos de un espiritu insociable y hosco, sino el medio para forjar y dar temple a su personalidad inconfundible e inal- terable ya desde entonces en los trances mas premiosos y desiguales, y el preludio también de un aprendizaje que sélo en la muerte alcanzarfa su remate y coronamiento. Sumisi6N.—De propésito evitamos Ja palabra obedien- cia cuando vamos a tratar de la virtud basica y cumbre del religioso, y que en grado heroico fué como el distintivo de Fr. Tomas desde los primeros dias de su vida religiosa. Es axioma de lo mas rudimentario entre los que se dedican un poco a la vida de la gracia que la obediencia es mds agradable a Dios que el mismo sacrificio '*, que por su na- turaleza tiende a reconocer y proclamar el soberano domi- nio. Y vemos cémo precisamente el sacrificio cumbre. figu- rado por todos los demas y del cual recibian su fuerza aplacadora, fué el sacrificio de la voluntad de su Hijo y su sometimiento a la voluntad del Padre, constituyendo esa inmolacién de la misma (que llevé consigo la del cuerpo) la redencién universal, plena y superabundante, del género humano. Al abandonar el siglo y recluirse en la Religién que, segtin todas las garantias, el Sefior le sefialaba. era también elemental para Fr. Tomés la conviccién de cue no eran las austeridades, ni los rezos prolongados, ni los la- boriosos esfuerzos de la cAtedra, etc., el obietivo de la vida religiosa: la negacién de la propia voluntad, el rendimiento lel juicio propio, la resignacién de los apegos personales, ahf estriba el fundamento y remate de la perfeccién re- ligiosa. Por eso decfamos que no auerfamos encabezar este apartado con la palabra obediencia: hay algo mas elevado V perfecto que lo que vulgarmente se encierra en esta pa- labra. La sumision a la voluntad, a las érdenes. a los deseos més nimios del superior, lleva consigo la sublimacién de la obediencia, la elevacién de esta virtud al grado heroico, que es como la corona a la vez de todas las virtudes; en esas alturas sublimadas se confunden la resignacién o su- misién de todo lo humano con la obediencia. ien es verdad que, por su temperamento y por el lar- 1 Reg. 15,22.

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