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Guion de video

Introducción

El día de hoy analizaremos el texto denominado etnografía sobre el honor y la violencia de una hinchada
de fútbol en Argentina.

El texto analizado constituye un trabajo antropológico realizado por María Verónica Moreira durante la
década del 2000, y publicado en el año 2007. Su propósito fue analizar el comportamiento y los actos
violentos, así como las motivaciones de la hinchada del Club Atlético Independiente, perteneciente a la
primera división de la Asociación de Fútbol Argentino.

El estudio para la etnografía tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires, específicamente en el partido
provincial de Avellaneda, lugar de origen del club, en donde se realizó un trabajo de campo para analizar
el comportamiento y organización de la llamada barra brava.

Consideraciones

Es necesario entender que existen varios grupos de aficionados que conforman la hinchada del club.

Por un lado, se encuentran los socios quienes pagan una cuota mensual y son parte de la asociación civil
sin fines de lucro de Independiente, y por otro lado se encuentra la barra, una agrupación de hinchas de
complejo orden social, compuesta por 250 hombres entre los 18 y 35 años, la cual se articula en base a
dos ejes: la procedencia barrial de los integrantes y su posición de éstos dentro de una jerarquía.

La mayoría de los miembros están vinculados a actividades ilegales, por lo que se mantiene un sentido de
confidencialidad y un control de identidad riguroso.

La organización de la barra es jerárquica, pues se distinguen tres grupos principales: los jefes, los
hombres influyentes y la tropa. Todos estos miembros participan en conjunto, alentando al equipo con
cánticos durante los partidos y participando de fuertes enfrentamientos violentos con las barras de los
clubes rivales.

Tesis y Argumentos

Tras dar a conocer los aspectos básicos de la organización y actividades de la barra de Independiente, la
autora da a conocer la idea central de la etnografía y sus argumentos.

Para María Verónica Moreira, la rivalidad entre los hinchas de equipos diferentes está determinada por un
marcado principio de enemistad. La continua hostilidad que caracteriza a los hinchas en el fútbol
argentino es el marco dentro del cual destacan las acciones violentas de un sector particular de
simpatizantes denominados como “la barra brava” de un club, impulsados por la idea de mantener el
honor y el aguante, conceptos que serán analizados a lo largo del video.

Aguante

La autora empieza por analizar el término del aguante para defender su idea central. Ella entiende que la
forma de vivir la rivalidad futbolística es lo que diferencia a la barra con los demás aficionados, pues los
miembros de la barra no relacionan el aguante con la práctica de apoyar al equipo en todo momento sin
importar el contexto, más bien lo vinculan con la resistencia y decisión para participar en los
enfrentamientos violentos con la hinchada rival.

Este concepto no refiere únicamente a la capacidad de asestar golpes al enemigo, sino también de poder
resistirlos. Como menciona un propio miembro de la agrupación, El aguante es demostrarle al otro que
tenés huevos y te la bancás.

Por esta razón la lucha con la hinchada rival trasciende a una competencia gestual desde las tribunas, pues
se convierte en un juego agonístico que busca la sumisión del rival.

Honor

El segundo concepto que la autora analiza para defender su idea es el honor, entendido como una cualidad
moral de quien actúa de forma ejemplar dentro de un tiempo y espacio social específicos.

Dentro del mundo de la hinchada, esta cualidad se ve reflejada en valores como el coraje y la valentía de
aquellos que van al frente de las peleas. Exhibir el aguante es una parte primordial de la personalidad de
los miembros de la barra.

En palabras de los miembros de la hinchada: plantarse, ir al frente o agarrarse a piñas, son actos que
resaltan los aspectos positivos de quienes adquieren prestigio y consiguen su permanencia dentro del
grupo.

Negar el apoyo o no arriesgar la vida por los miembros de la hinchada son acciones que demuestran
debilidad y cobardía según el código de honor de la barra. Conllevan sanciones restitutivas que varían
desde una reprimenda hasta la expulsión definitiva.

Por esta razón, los combates se convierten en instancias de evaluación de los comportamientos sociales,
por medio de los cuales los hinchas tratan de cumplir con las expectativas del grupo.
Dentro de la rivalidad de las barras, el honor está relacionado con la defensa de los bienes propios y el
perjuicio sobre los bienes ajenos, principalmente las banderas y los emblemas del club, pues el prestigio
depende de la capacidad de defender los objetos propios y robar los del enemigo.

La pérdida de bienes como las banderas produce la reacción de los enemigos, quienes preparan estrategias
para recuperar lo perdido y en lo posible, robar algún objeto del adversario. Siendo la venganza
fundamental para el honor del grupo. Por esta razón, existe la presión social de resguardar con su propia
vida los objetos personales y colectivos.

Básicamente, la disputa entre bandas tiene como objetivo conservar y aumentar el honor, lo que resulta en
una secuencia constante de desafíos entre fuerzas antagónicas en donde prima la violencia.

Metodología

La metodología consistió en un trabajo de campo antropológico realizado dentro de la institución


deportiva. Al entender el trabajo de campo como el pilar principal dentro de la etnografía, es necesario
definir las técnicas que la autora utilizó para la recolección de datos.

Esta etnografía es el resultado de combinar varias técnicas de trabajo de campo al mismo tiempo,
partiendo por la observación como principal herramienta. Esta observación varía entre participante y no
participante según la situación, pues la autora no asumió un rol activo en todas las manifestaciones que
estudió, principalmente los enfrentamientos violentos. Sin embargo, como la propia autora menciona, si
formó parte del grupo en actividades como los viajes a los estadios visitantes.

Esta observación se complementa con la técnica de la conversación, empleada con regularidad para
destacar los hechos importantes que mencionan los miembros de la barra. Además, está acompañada de
técnicas biográficas al valerse de las experiencias personales y las historias de vida que los integrantes de
la hinchada, con el fin de relacionarlas con los conceptos y los fenómenos sociales a analizar.

Conclusiones

Entendemos que la autora llegó a las siguientes conclusiones.

A diferencia de lo que ocurre en la competencia deportiva, los espectadores buscan la victoria bajo otro
tipo de acciones. La tensión entre ganar o perder se manifiesta por una serie de comportamientos y
actitudes materializados en gestos corporales.

Los hinchas, en lugar impulsar a su equipo a ganar el partido, desean ganar su propia contienda en las
tribunas, compitiendo por aspectos como quién cantó más fuerte o quién colocó más banderas. Por lo
tanto, se llega a un punto en donde la excitación sobrepasa la lógica deportiva, y los miembros de la barra
se ven invadidos por el deseo de triunfar.

El problema se da cuando los miembros de la barra manifiestan su forma de sentir la rivalidad mediante la
violencia, pues los enfrentamientos se vuelven parte de la cotidianidad al valorar positivamente la
violencia como mecanismo para solucionar conflictos.

Se debe entender que muchas de esas personas socializan en ámbitos de marginalidad y violencia, por lo
que encuentran en la barra un sentido de pertenencia.

Además, el reconocimiento de los líderes de la barra se da por medio de relaciones con personajes
políticos y de la propia institución deportiva. Por esta situación es que resulta muy complicado sacar a la
barra de la institución e intentar reducir la violencia, siendo una trama social compleja, difícil de
dilucidar, pues la violencia nace a partir de esta red de relaciones.

Reflexión personal

Este análisis nos permitió ser conscientes de que existe una realidad que va más allá de la competencia
deportiva, la cual la mayoría de hinchas comunes no perciben, pues como aficionados de un club de
fútbol profesional, se preocupan principalmente por el éxito deportivo, mas no por la organización y
actividades de los grupos denominados como “barras bravas”, además de las disputas y conflictos con las
aficiones rivales.

Esta realidad, caracterizada por la violencia presente en las tribunas, surge a partir de una desesperada
necesidad de victoria y reconocimiento del honor, pues al formar parte de estos grupos, las personas
adquieren un comportamiento de carácter cultural que dirige su accionar como miembros de la barra.

El problema radica en que la violencia, tanto física como verbal, se ha convertido en un aspecto esencial
dentro del pensamiento cultural de la agrupación, el cual influye directamente en la toma de decisiones de
los líderes y los miembros importantes de la entidad.

Personalmente, creemos que esta violencia surge de dos esferas principales, la relación de los miembros
de la barra con el mundo de las actividades ilegales, y la desesperada necesidad de victoria que despierta
la afición por el deporte competitivo. Estos componentes provocan que los miembros de la barra recurran
a la violencia como el medio ideal para manifestar su pasión y devoción por el club al que siguen, siendo
capaces de soportar cualquier arrebato físico o verbal con el fin de defender los colores de su equipo.

Lamentablemente, lleva a que la celebración de un deporte tan hermoso como el fútbol se vea manchada y
corrompida por los actos violentos de los aficionados más radicales, quienes ponen sus intereses
personales, vinculados con prácticas ilegales, por encima del bienestar deportivo del club, pues ni siquiera
se interesan por el desempeño del equipo, pues solo les importa proteger los bienes personales de la barra
y vencer en los enfrentamientos violentos. Por desgracia, los líderes de estas organizaciones tienen fuertes
vínculos con personajes políticos y los propios directivos de la institución deportiva, convirtiendo a este
problema, en una trama social compleja y muy difícil de dilucidar.

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