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UNIDAD 2

2.1 Introducción a la etnografía:


La investigación antropológica es eminentemente cualitativa y empírica; se enfoca en las
acciones/prácticas y discursos. El método de la antropología es comparativo y tiene como eje el trabajo
de campo y la etnografía.
La etnografía, en tanto método de investigación de la antropología cultural o etnología, implica el
estudio de primera mano de la realidad social y cultural. A diferencia de la etnología o antropología
cultural, que son de carácter comparativo y explicativo, la etnografía es eminentemente descriptiva. Su
objeto es la descripción sistemática de una cultura. Rosana Guber (Guber, 2001), considera que la
etnografía tiene una triple acepción: enfoque, método y texto. En tanto enfoque, busca comprender los
fenómenos sociales desde las perspectivas de sus actores, indagar en la humanidad a partir de la
diversidad. Como método, se sustenta en el trabajo de campo, cuyo resultado constituye la evidencia que
soporta la descripción. En cuanto al texto, este es el producto del trabajo de campo y su análisis,
constituye la relación entre la teoría y el campo, mediada por los datos etnográficos. Así, con la
etnografía como método de investigación, se recoge en el campo los datos que se convierten en
evidencia, con la cual los antropólogos sustentan sus teorías.

La escritura descriptiva de las culturas está presente desde épocas bastante antiguas, por ejemplo, en los
diarios y crónicas de viajeros y misioneros; sin embargo, no es hasta la segunda mitad del siglo XIX que
aparecen los indicios de la etnografía como tal, consolidándose en las primeras décadas del siglo XX, en
tanto metodología sistemática de trabajo. Las figuras de Malinowski en Europa y Franz Boas en Estados
Unidos, son fundamentales en el surgimiento de la etnografía como elemento nuclear de la antropología
cultural.
Ahora bien, al referir a la etnografía como un proceso descriptivo de la realidad social observada en el
campo, no referimos a una simple descripción, sino a lo que Clifford Geertz denomina “descripción
densa”. Geertz, en su obra La interpretación de las culturas, tomando como premisa esta terminología
acuñada por Gilbert Ryle, afirma que la etnografía es “descripción densa”, en la medida en que
constituye un esfuerzo intelectual que ahonda, que indaga en las complejidades, en las tramas, en las
estructuras de significación, explicando los hechos sociales desde su contexto;
Lo que en realidad encara el etnógrafo (salvo cuando está entregado a la más autonómica de las rutinas
que es la recolección de datos) es una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas, muchas de
las cuales están superpuestas o enlazadas entre sí, estructuras que son al mismo tiempo extrañas,
irregulares, no explícitas, y a las cuales el etnógrafo debe ingeniarse de alguna manera, para captarlas
primero y explicarlas después (Geertz, [1973] 2003, pág. 24)
El trabajo de campo constituye el pilar fundamental de la etnografía y, aunque el etnógrafo dispone de
una serie de herramientas metodológicas, la percepción y la sensibilidad hacia el mundo semiótico
observado, juegan un rol esencial. La capacidad del etnógrafo de abstraer e indagar sobre el universo
temporal y espacial de sentido, será lo que, en gran medida, guiará lo que se registra y lo que no. En ese
sentido, muchos afirman que la antropología, y su método la etnografía, son una forma particular de
comprensión de la realidad.
La etnografía, como lo plantea Rosaldo, es una forma de análisis social; de comprensión intercultural,
por ello es la mayor contribución al conocimiento que la antropología cultural ha hecho. La etnografía,
lo dice Clifford, es un “fenómeno interdisciplinario emergente” que permite acercarnos a las diversas
dimensiones de la acción humana, desde tomar helados, hasta la guerra, la ritualidad o las nuevas
construcciones míticas. (…) La etnografía, según Rosaldo, tiene el mérito de que al presentar a la cultura
como “sujeto de análisis”, abre las posibilidades para la comprensión de la riqueza de la diversidad, la
variabilidad y la diferencia de las conductas culturales, ya no desde una mirada exótica, sino desde una
mirada desnaturalizada de la cultura, para mostrarla como construcción específicamente humana con
características propias y diferenciadas (Guerrero, 2002, págs. 12-13)
Por su parte, con el paso de los años, la etnografía ha ido modificando su forma de estudiar la realidad;
tal como lo señala Patricio Guerrero (2002), han existido cambios en la manera de hacer etnografía; así,
las etnografías clásicas han estado marcadas por el realismo etnográfico, caracterizadas por el
predominio de la mirada del investigador, la dicotomía sujeto-objeto en el proceso de recolección de la
información y la priorización del análisis sincrónico de lo observado, lo que impedía un acercamiento a
la cultura en tanto proceso, al tiempo que no consideraba el cambio y el conflicto dentro de la misma.
La autoridad etnográfica enfatizaba en la voz del investigador, como poseedor de la ciencia, quien se
constituía en la voz del “otro” como sujeto de estudio.
Según Guerrero (2002), de la etnografía clásica, considerada por el autor como ventrílocua y
monofónica, puesto que no permitía escuchar las voces de los actores, se pasó en los últimos años a una
etnografía polifónica, en la que cobran protagonismo las voces de los sujetos, como constructores de su
propia cultura. En la nueva etnografía se cuestiona la mirada clásica, que congelaba a las culturas en el
presente etnográfico, convirtiéndolas en objetos de museo, y se enfatiza en la visión diacrónica-
sincrónica, comprendiendo a la cultura en tanto proceso y constructo.

2.2 Técnicas de trabajo de campo en la etnografía:


“la mirada va más allá de los ojos y la vista, implica poner un ejercicio de escucha, de atención,
de ética y de comprensión hacia la diversidad de las culturas (…) esta mirada necesita de un
entrenamiento que posibilite además del registro del mundo físico, tangible y evidente, el registro
de los espacios silenciosos y los matices que existen en la cotidianidad de la cultura”
(Alejandro Vázquez Estrada)
En el trabajo de campo son varias las técnicas de las que disponen los antropólogos. Cada investigador
selecciona las técnicas de acuerdo a sus preferencias metodológicas y a las particularidades del objeto de
estudio; sin embargo, es recomendable combinar más de una técnica, a fin de entretejer los resultados
entre las limitaciones y potencialidades que cada una presenta. Entre las diferentes técnicas de trabajo de
campo, se puede citar las siguientes:
Observación: El trabajo de campo implica el involucramiento del investigador con las realidades a
observar. En este sentido, un elemento fundamental e imprescindible en la investigación antropológica
constituye la observación. La observación requiere la presencia del investigador en el contexto de las
manifestaciones a estudiar. La precisión del etnógrafo en la observación y en la recolección de la
información en el campo, es lo que permite indagar en aquellos elementos portadores de sentido.
Existen tres tipos de observación: la observación participante, en la que el investigador asume un rol
activo en las manifestaciones a estudiar o en la vida de una comunidad, durante el tiempo de estudio; es
una observación de carácter vivencial. La observación no participante es aquella en que el investigador
no participa en la acción, no se integra plenamente en la situación observada (aunque su simple
presencia también influye en la realidad que se observa). La observación flotante, relativamente nueva
en la antropología, se aplica sobre todo en el estudio de los fenómenos urbanos contemporáneos
(realidades fragmentadas, intersticios, estructuras líquidas, etc.) que suelen ocurrir en los espacios
públicos; en este caso, el investigador asume un carácter de anonimato y se caracteriza porque su objeto
de estudio es inesperado, asume una actitud dispuesta al descubrimiento de lo que la realidad social le
devele.
Conversación: La simple conversación es una técnica de recolección de datos, importante en el proceso
investigativo para ganar confianza e interactuar con mayor fluidez.
Entrevistas: Se puede aplicar entrevistas abiertas o libres, cuyo desarrollo es espontáneo entre lo que el
investigador pregunta y los que al informante le interesa hablar; en este caso, los temas se van
profundizando en torno a discusiones abiertas. Las entrevistas abiertas parten de temas amplios y
permiten aflorar tópicos que, de otra manera, el investigador no lo hubiese previsto; su riesgo consiste en
que requiere mayor destreza para focalizar la discusión en función de las preguntas de investigación.
Por otra parte, constan las entrevistas dirigidas o semiestructuradas, mismas que parten de un guion o
estructura preestablecida por el etnógrafo; se trata de un cuestionario o temario elaborado previamente
por el investigador y en función del cual se guía la entrevista. Su ventaja es que permite centrar los
temas de interés, obtener una base de datos para evaluar patrones y excepciones. En ambos casos, ya sea
de la entrevista abiertas o libre y la entrevista dirigida o semiestructurada, se parte de estructuras de
respuesta abierta (las preguntas de respuesta cerrada suelen responder a investigaciones de carácter
cuantitativo, se usan en menor medida en la antropología y nunca de manera exclusiva en esta disciplina
eminentemente cualitativa).
En función del número de participantes, se distingue entre entrevistas grupales y entrevistas individuales.
En el caso de las entrevistas grupales, se puede trabajar con: grupos focales, grupos de discusión, grupos
triangulares.
Técnicas biográficas: En este tipo de técnicas constan las historias de vida, historias orales o relatos de
vida. Se parte de entrevistas, técnicas documentales y observación. Suelen referir a información
personalizada, pero que permite contextualizar relaciones y circunstancias sociales de carácter más
amplio. Es decir, partiendo de una historia de vida, de un individuo, los datos trascienden al individuo
para explicar fenómenos sociales.
Genealogía: Ampliamente usada en la antropología tradicional. Su función primordial es estudiar los
principios y patrones de parentesco, las reglas de matrimonio y filiación, y comprender la organización y
las relaciones sociales.
Cartografía social: Es un ejercicio, generalmente colectivo, de generación de información y activación
de la memoria a partir de la producción gráfica. Generalmente se trabaja con croquis, en los cuales, a
partir de evocaciones e imaginarios locales, las personas identifican espacios, relaciones sociales o
procesos históricos, a partir de sus propios sistemas de representación. Con cartografía social es posible
graficar y comprender el espacio, pero también el tiempo, los conflictos, los sentidos y las percepciones.
Tanto el espacio como el tiempo pueden ser graficados, representados y estudiados a partir de la
cartografía social.
Técnicas documentales: En antropología se combinan con otras técnicas de campo, y suelen estar
destinadas al análisis de discursos (fuentes: documentos oficiales, documentos personales, documentos
bibliográficos, material audio visual, fotografías, mapas, pinturas, postales, carteles, música, croquis,
etc.)
Otras técnicas: Actualmente, el trabajo etnográfico también incursiona en otras técnicas alternativas.
Son una serie de procesos que buscan hacer de la investigación un proceso de acción y participación más
activa, son procesos que de alguna manera involucran el “conocer-haciendo”; así, hay ejercicios de
recorridos, caminatas guiadas, reuniones de conversación intergeneracionales, dar la cámara al “otro”
para registrar desde sus propias miradas, etc. Las opciones son múltiples y no finitas; sin embargo, al
igual que las demás técnicas, deben estar sujetas a la rigurosidad en el registro etnográfico.
Instrumentos: El trabajo de campo, con la aplicación de las diversas técnicas, a su vez es respaldado en
instrumentos diversos: diarios de campo, formularios con preguntas y respuestas, croquis, fotografía,
video, audio, etc.

2.3 La ética en la investigación y el manejo de la información:


Si bien no se ahondará en este apartado, cabe recordar que la investigación antropológica no está exenta
de unos principios éticos que deben regir su accionar. Además de los códigos e instrumentos legales
vigentes en cada país para el campo de la investigación, en la antropología se ha de prestar especial
importancia, al menos, a los siguientes aspectos:
- Dimensionar el interés científico y social de lo investigado y los beneficios y riesgos potenciales de
la investigación.
- Dimensionar las relaciones de poder entre investigadores e investigados.
- Consentimiento libre, previo e informado de los participantes en la investigación.
- Derecho a la confidencialidad, al anonimato y a la privacidad. Derecho al secreto cuando así los
dispongan los informantes/participantes en la investigación.
- Garantizar el retorno de la información a sus portadores.

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