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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACIÓN ANTE LA POSGUERRA (1944-1946)

Author(s): B. Martha Rivero Torres


Source: Investigación Económica , JULIO-SEPT. 1982, Vol. 41, No. 161, TRABAJADORES
(JULIO-SEPT. 1982), pp. 13-57
Published by: Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Stable URL: http://www.jstor.com/stable/42778173

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Investigación Económica 161, julio-septiembre de 1982 , pp. 13-57

DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACIÓN


ANTE LA POSGUERRA (1944-1946)

B. Martha Rivero Torres

I. Introducción

a) Antecedentes

Es de sobra conocido que el proyecto de industrialización pro


desarrollado por el Estado mexicano desde los años posteri
Revolución de 1910 encontró, en el periodo de la segunda guer
dial, condiciones favorables para su realización.
Las condiciones creadas por la guerra en el ámbito inter
conformaron un marco adecuado para el desarrollo de la indus
cional. Sin embargo, el ambiente originado por la situación b
puede explicar por sí mismo la acelerada expansión de la in
mexicana durante esos años; sería más exacto afirmar que la c
tura internacional vino a complementar un proceso interno qu
política como económicamente, presentaba cierto grado de
ción. Es decir, si para entonces el país no hubiera contado
infraestructura básica y determinada planta industrial, así co
cierto nivel de desarrollo en los demás sectores de la econom
tado de todo un proceso histórico previo a 1940 en el que la p
económica del Estado jugó un papel preponderante), estas con
internacionales no hubieran podido ser aprovechadas para ace
crecimiento industrial del país.
Un elemento decisivo que obligó a los gobiernos de los países
americanos a redefinir sus relaciones con el mercado mundial y r
tar sus economías hacia la industrialización, fue la crisis de 1
economías latinoamericanas resintieron los efectos de la crisis
ls

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cional por el cierre de mercados a sus


disminución en la entrada de capital e
el modelo agroexportador que había se
brio de estas economías había dependi
siones tomadas fuera de su ámbito intern
del mercado internacional. No es de ex
biernos buscaran reorientar sus economías hacia sus mercados internos
y desarrollar su industria, como forma para depender lo menos posible
del exterior.
En México la nueva tendencia se reflejó en un descenso notable de
la producción minera, de petróleo y agrícola comercial; posteriormente,
en la recuperación, las ramas que gradualmente se levantaron fueron
las manufactureras y las que servían a la agricultura nacional, mien-
tras que las actividades extractivas descendieron. Para 1940 estas
últimas no habían alcanzado los niveles de 1925.1
En este contexto, en el periodo de Cárdenas (1934-1940) se dio un
nuevo estímulo al desarrollo de la industria nacional, mediante una
política económica basada fuertemente en el intervencionismo estatal.
Esta política implicó un importante reajuste en las relaciones del Es-
tado con los principales grupos de poder económico y de los sectores
populares a nivel nacional, así como con los intereses imperialistas en
México.
El papel histórico del cardenismo como destructor del poder de los
terratenientes a través de la reforma agraria significó un aporte fun-
damental para la industrialización del país. Desde esta perspectiva el
presidente michoacano completó la obra iniciada por la Revolución
de 1910.
Así, los intereses del sector del partido revolucionario lidereado por
Cárdenas, orientados a mermar el poder de los latifundistas, coincidie-
ron (aunque desde posiciones muy diferentes) con los intereses de una
facción emergente de la burguesía nacional y con los de las clases po-
pulares.
Apoyado por la llamada "ala izquierda" del Partido Nacional Re-
volucionario y por el movimiento sindical reivindicativo en ascenso,
representado por el Comité Nacional de Defensa Proletaria,2 al derro-
1 Reynolds, Clark W. La economía mexicana, su estructura y crecimiento en el siglo xx.
FCE. México, 1970, p. 51.
2 Cabe aclarar que a principios de los años 30 reinaba la desarticulación en el movimiento
obrero, y que al mismo tiempo, los demoledores efectos de la crisis de 1929 sobre los ingresos
de los asalariados habían motivado todo un intento por parte de las principales organizacio-
nes obreras de unificarse, esfuerzo que desembocó en la formación del Comité de Defensa
Proletaria (1933) integrado por la Confederación General de Obreros y Campesinos de

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tar a Calles que lidereaba al "ala derecha" de la fam


ria y se identificaba con los intereses de los latifundis
posible que el poder de la burguesía nacional (especial
v financiera), entrara en una etapa de consolidación.
La movilización obrera de apoyo a la política reivind
denas contra el Jefe Máximo de la Revolución, culm
ción de un frente popular antifascista, el cual se inc
en el momento de su transformación en Partido de la Revolución Me-
xicana (prm). La configuración del nuevo partido apoyado en los sec-
tores populares fortaleció el poder del Estado para llevar adelante su
proyecto político y económico y justificar su mayor intervención en la
vida social frente a los demás grupos de poder. Adicionalmente, el par-
tido corporativo garantizó la subordinación de estos sectores a los obje-
tivos estatales.
La forma como se libró esta pugna de intereses permitió el desarro-
llo de una política de protección y de subsidios a la industria en bene-
ficio de la expansión industrial. Entre las medidas más importantes que
incidieron en el crecimiento de la industria se encuentran, la Ley de
Industrias Nuevas y Necesarias decretada en 1939 ; 8 la creación de la
Comisión Federal de Electricidad, la creación de una amplia red ban-
caria y la reafirmación del Banco de México como árbitro de la polí-
tica crediticia. El gasto en obras públicas al igual que la reforma agra-
ria y la política de reivindicaciones salariales tuvieron también un efec-
to redistributivo que reactivó la demanda interna.
Los efectos de estas medidas en conjunto se manifestaron en el dina-
mismo registrado por la industria, especialmente en la rama de trans-
formación.
El mismo sentido tiene la expropiación petrolera decretada en 1938,
por medio de la cual Cárdenas redefinió sus relaciones con el capital
extranjero al propiciar la reorientación de la inversión extranjera de
las actividades extractivas a la producción manufacturera, a la vez que
aseguró el control de esta fuente nacional de riqueza por el Estado me-
xicano y garantizó el aprovisionamiento de un combustible indispensa-

México, cuyo líder era Vicente Lombardo Toledano, la Confederación Sindical Unitaria (del
Partido Comunista), el Sindicato de Ferrocarrileros de la República Mexicana, el Sindicato
de Trabajadores Minero Metalúrgicos y el Sindicato Mexicano de Electricistas. León, Samuel,
El Comité Nacional de Defensa Proletaria . Mimeo, pp. 21-22.
8 El incremento del número de empresas de nueva creación durante el periodo, que de
6 916 nuevas empresas en 1935 aumentaron a 13 510 en 1940, sugiere el incentivo que
representó esta ley para la expansión de la industria. Mendoza Araiza, Humberto. Industria-
lización y clase obrera en México, 1930-1940 . Versión preliminar. Mimeo. Tesis de licencia-
tura, Fac. de Economía, unam, p. 35.

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16 Investigación Económica

ble para el desarrollo posterior de la i


medida también reforzó el poder inte

b) Los efectos de la segunda guerra m


industrial (1940-1946)

La política en favor de la industriali


rra, además de ser fruto de todo un proc
tado del debate y la lucha entre las dif
que intervinieron tanto los distintos g
como diversos sectores de la burguesía n
ricanos en México, pugnas que se manif
y que fueron dando cauce, en la práct
trializar al país en medio de la oport
para la realización de este objetivo.
Desde el punto de vista de las consecu
este proceso se puede afirmar que, por
das por la situación bélica en el merca
un marco favorable para la venta de p
rior en donde el incremento de la demanda externa vino a dar un
fuerte impulso a la producción nacional.
En efecto, el aumento de las exportaciones constituyó el estímulo
más importante para el incremento de la producción industrial en com
paración con aquel representado por la necesidad de sustituir impor
taciones. Es decir que, no obstante el fuerte apoyo del Estado a
sustitución de importaciones, la demanda externa por productos mex
canos, especialmente la norteamericana, se convirtió en el principal
acelerador de la industrialización durante el periodo de guerra. Ade
más, la demanda interna durante la guerra, al no poder ser satisfec
con importaciones fue cubierta con producción interna. Lo anterior
resalta con claridad en el cuadro 1, donde contrasta de una mane
notable el acelerado ritmo de crecimiento de la producción dedicada
a la exportación frente a un incremento anual de la producción orien
tada hacia el mercado interno menos dinámico.
La industria manufacturera, en particular, nunca antes había reci-
bido un impulso semejante al de esos años. En primer lugar, la nece-
sidad de cubrir la demanda externa y, en segundo, la de cubrir la de-
manda interna de importaciones que escaseaban, fueron dos factores
que se conjugaron para dar pie al inicio de un proceso cuya significa-
ción, más que por los indicadores cuantitativos del aumento de su pro-

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ducción, se puede medir por el hecho de que dich


favorecido de una vez por todas el desarrollo de un
que tendía a diversificar y ampliar la base industri
mo que habría de continuar a pesar de una serie de
los años posteriores a la guerra.
Por otra parte, la guerra vino a afectar la situación
desde una perspectiva diferente. La contraposición
debatía el mundo, "democracia o fascismo" influyo p
revolucionaria que ascendía al poder y entre otras
objetivo de industrializar al país, pudiera asegurar s

Cuadro 1. Producción industrial total, increment


la ' exportación y para el mercado interno (índice
1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946

Volumen de la
producción 100 105.1 121.2 138.3 145.8 157.0 171.2 174.6
Incremento anual (%) 100 5.1 15.3 14.1 5.4 7.7 9.0 2.0
Exportación 100 122.1 194.1 44.9 704.9 607.8 975.2 905.4
Mercado interno 100 104.8 119.9 133.8 136.8 149.8 157.3 162.0

Fuente: Ortiz Mena..., op. cit., pp. 228-229.

Al estallido de la segunda guerra mundial, el país vivía un momento


de inestabilidad política interna que se reflejó en la contienda electoral
de 1940. Esta situación fue producto de una serie de tensiones durante
el periodo cardenista, entre las cuales se encontraban aquéllas ocasio-
nadas por las reformas que ante los ojos de una parte importante de
la burguesía 4 y de amplios sectores medios de ideología conservadora,
había tenido un carácter "exageradamente" popular y nacionalista.
La política reivindicatória de Cárdenas al igual que su política de
expropiaciones originaron, especialmente después de la nacionalización
del petróleo, una fuerte oposición empresarial, así como una serie de
presiones por parte de los gobiernos y las compañías expropiadas ; a ello
4 Guando hablamos de la burguesía descontenta con el cardenismo, nos referimos al sector
de comerciantes, banqueros e industriales de mentalidad conservadora que no estaban de
acuerdo con la modernización del país, porque no estaban dispuestos a correr el riesgo de
perder el dominio que ejercían sobre importantes áreas de la economía. Generalmente se
identifican con aquellas empresas cuyo origen se remonta a finales del siglo xix. Su incidencia
política se hacía sentir a través de los representantes de la Confederación de Cámaras de
Comercio e Industria (concanacomin).

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habría que agregar el deterioro que pa


sufrido el apoyo que las bases popula
la prometida política populista de Cár
tos esperados por algunas facciones de e
La fuerza que adquirió el movimien
parte por lo anterior, ya que encontró
zantes en grupos descontentos con el c
Al mismo tiempo, ante el agotamient
nario, representado por el presidente
del PRM vio fortalecida su posición y
nativa política más moderada que le
presiones de los diferentes grupos soci
La política de unidad nacional surge e
ciliatoria a través de la cual la famiüa
rar, sin perder el apoyo de los sectore
el reconocimiento de la parte inconfor
la conciliación, la facción moderada
nuel Ávila Camacho) no solamente log
aumentar su grado de intervención en
e imponer un proyecto económico que
sobre la economía.
En estas circunstancias, la contraposición política internacional entre
"democracia o fascismo" vino a reforzar a nivel interno la función
conciliatoria de la política de unidad nacional instrumentada por el
Estado. Así, el desarrollo de esta política adquirió un doble significado :
por un lado, representó la forma de conciliar los intereses de las dis-
tintas fuerzas en torno al urgente objetivo que presentaba la guerra:
la lucha contra el fascismo; y por otro, al hacer posible esta concilia-
ción vino a favorecer la consolidación del poder político de la facción
revolucionario representada por Ávila Camacho y entre otros objetivos
de más largo plazo, perseguía el de industrializar al país.
De esta manera, el efecto unificador que tuvo a nivel interno lo que
se consideró "la cruzada por las democracias", fue aprovechado muy
hábilmente por el grupo en el poder al identificarse con los llamados
países democráticos, para reforzar el sentido conciliatorio de su polí-
tica y por ende, para consolidar su poder político.
El pronunciamiento del representante del prm en favor de los alia-
dos se explica en parte por la identificación del movimiento oposicio-
nista lidereado por el Partido Acción Nacional (pan) y la Unión Na-
cional Sinarquista (uns) con la ideología nazifascista.
Pero más que por las razones expuestas, al gobierno de Ávila Cama-

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cho le convenía declararse en favor de los aliados,


grandes beneficios que podían resultar de una mejor
Estados Unidos.
Es preciso tomar en cuenta que para la ctm, principal organización
obrera del país, la lucha contra el fascismo representó una de las prin-
cipales consignas que condujeron hacia su fundación, y que el apoyo
del gobierno a los aliados servía para reafirmar el apoyo de ésta al Es-
tado, el cual constituía una de sus principales bases de sustentación.
En un primer momento, después del inicio de la guerra en Europa
(septiembre de 1939) y antes de la entrada de Estados Unidos al con-
flicto armado (diciembre de 1941), la unidad nacional permitió que
el grupo representado por Ávila Camacho consolidara su liderazgo
político frente a las escisiones internas resultantes del periodo carde-
nista y configurara un proyecto 8 que entre otras cosas, perseguía fa-
vorecer el fortalecimiento de un sector de la burguesía industrial y
financiera del país, con el objeto de hacer posible la expansión de la
industria. Asimismo, este momento se caracterizó por la modelación
del proyecto avilacamachista a través de la influencia y la pugna entre
las diferentes fuerzas sociales, controversia que incidiría en la delimi-
tación de todo un marco legal y político como paso previo para la ins-
trumentación de una política orientada a aprovechar las condiciones
del mercado internacional en beneficio del crecimiento industrial.
El segundo momento comienza con la participación de los Estados
Unidos en la contienda y termina a finales de 1943, cuando las repe-
tidas victorias aliadas hacían creer en la derrota definitiva de los países
del Eje. Después de la declaración oficial del gobierno norteamericano
contra los países fascistas, la entrada de México a la guerra era inmi-
nente.

A partir de este acontecimiento, las diferencias entre los factores


sociales de la producción fueron aparentemente supeditadas al obje-
tivo de lo que el gobierno presentaba como las necesidades prioritarias
del momento, es decir, el logro de la victoria aliada.
Así, la unidad nacional como unificación de fuerzas internas frente
a la amenaza externa alcanzaba, en esas circunstancias, su doble con-
notación en su sentido más amplio. El hecho de que el país se encon-
trara en guerra parecía justificar de una manera suficiente la poster-
gación de las pugnas internas para mejores épocas.
La creencia más o menos generalizada en importantes sectores na-
ö No se puede hablar de un proyecto económico claramente definido y determinado, sino
de la meta que se había impuesto el gobierno de industrializar al país, alrededor de la cual
se iría definiendo en respuesta a las circunstancias del momento, la política económica.

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cionales de la existencia de un objetivo


poralmente, facilitó la tarea que el go
un rápido incremento productivo, en b
en medio de cierta estabilidad social.
Es por esto que, junto con el estímulo que indudablemente represen-
tó el incremento de la demanda externa, él periodo de la guerra vino
a representar un impulso definitivo para la realización de una acelera-
da acumulación de capital, condición que se había vuelto indispensable
para llevar adelante de una vez por todas lo que algunos autores han
dado en llamar "el arranque industrializador".
Garantizada, como estaba, la supremacía de los grupos gubernamen-
tales en la lucha interna por el poder gracias, entre otras cosas, a la
forma en que el régimen avilacamachista había aprovechado la con-
traposición entre las grandes potencias, la política de unidad nacional
se orientó fundamentalmente a lograr el buen entendimiento obrero
patronal, para que no se viera interrumpido el esfuerzo productivo es-
timulado por las condiciones de la guerra y por la política del gobierno.
Había que obtener la mayor ventaja de una situación tan favorable
para los intereses tanto políticos como económicos del Estado y de
aquellos sectores de la burguesía que coincidían con el objetivo de lo-
grar la expansión industrial.
Así, con el objeto de garantizar la paz social en medio del estado de
guerra, el gobierno propuso a los factores sociales de la producción un
pacto de unidad nacional, por medio del cual los conminaba a evitar
los conflictos obrero-patronales que pudieran obstaculizar el proceso
productivo.
La respuesta del gobierno se llevó a la práctica cuando la firma del
pacto de unidad obrera, que representó la renuncia de la mayoría de
las organizaciones obreras a hacer huelgas y a postergar sus pugnas in-
tergremiales. En tanto, la parte patronal, representada por las cáma-
ras empresariales, rehuyó cualquier posibilidad de cooperación con el
sector obrero y se negó a subordinarse a las proposiciones del Ejecutivo.
Es indudable que la tendencia hacia el apaciguamiento obrero de
la política de unidad nacional observada desde el primer año del go-
bierno de Ávila Camacho fue la orientación que vino a dar la nueva
tónica a la política conciliatoria oficial. El fuerte incremento de la pro-
ducción que pretendía el Estado volvía indispensable aumentar el con-
trol obrero para delimitar las demandas de los trabajadores en favor
de una mayor acumulación de ganancias. La necesidad del gobierno
de redefinir sus relaciones con las organizaciones obreras, sin perder
el apoyo que le brindaban, vino a prevalecer sobre los demás objetivos

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perseguidos por la política de unidad nacional. La realiz


objetivo fue posible, en parte, por la forma como se proye
cional la posición ante el conflicto bélico en favor de lo
y que le permitió adjudicarse un carisma de gobierno d
El pacto de unidad obrera sintetiza el control que el g
a ejercer sobre el movimiento obrero durante la gu
tiempo que evidencia el proceso de debilitamiento que su
mo y que fue acentuado por la rivalidad entre las organ
ras. La constitución del Consejo Obrero Nacional a
pacto, resultó ser muy desventajosa para la ctm, ya
consolidación de las otras organizaciones obreras en un
la central líder.
El considerable incremento en el número de huelgas que sucedió a
la firma del pacto obrero, reflejó la incapacidad de la burocracia sin-
dical para detener el descontento de los trabajadores ante la creciente
merma del poder adquisitivo de sus salarios.
El tercer momento se inicia a partir de la movilización y reagrupa-
miento de los diferentes grupos sociales en torno a la posguerra y sus
efectos sobre la economía mexicana, lo cual tuvo lugar desde mediados
de 1944, y finaliza con el sexenio avilacamachista.
En la medida en que el peligro fascista iba desapareciendo y se ave-
cinaba la posguerra, el lugar central que la defensa contra el fascismo
había ocupado en la política de unidad nacional iba siendo desplazado
por el objetivo de industrialización que inquietaba al gobierno, a los
sectores empresariales y a los sectores obreros organizados. La unidad
nacional, que tanto había reforzado el poder del Estado en el cuadro
político interno, encontraba en el objetivo de llevar al país por el ca-
mino de la industrialización, su objetivo primordial durante los años
de la posguerra.

c ) Las fuerzas sociales en torno a la pplítica de industrialización


(1940-1946) i

Desde una perspectiva más concreta, es preciso señalar que la instru-


mentación de la política económica y de conciliación del gobierno im-
plicó una serie de negociaciones con las fuerzas sociales fundamentales.
El desarrollo industrial del país fue resultado de la interacción entre
los intereses del gobierno de los Estados Unidos en el país, el gobierno
de México, las principales organizaciones empresariales y las princi-
pales organizaciones obreras.

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En primer lugar, la situación bélica p


las relaciones entre los gobiernos de M
to a nivel político como económico.
Durante los años de estudio los punto
estadunidense y el de México, agudiza
lera, empezaron a solucionarse hasta l
ción mutua frente a la guerra. Sin em
se contrapusieron dos proyectos que m
cias de intereses, aparentemente soluci
La dependencia de México con su veci
México se vio obligado a realizar la ma
los Estados Unidos al ser obstaculizado
La forma como se desenvolvieron sus relaciones comerciales resultó
beneficiosa para la producción nacional ya que la economía estaduni-
dense se encontraba orientada a satisfacer las necesidades planteadas
por la guerra, debido a lo cual incrementó sus requerimientos de pro-
ductos mexicanos, como de otros países, para complementar su con-
sumo interno.
Desde la década precedente, el gobierno de los Estados Unidos ha-
bía intentado la realización de un proyecto librecambista en su polí-
tica con América Latina. Durante el periodo bélico este proyecto
pudo llevarse a efecto, al menos con México, sin redundar en graves
perjuicios para su economía, porque la situación de guerra se encargó
de brindar un ambiente favorable para la salida de bienes al exterior
y para no permitir la entrada indiscriminada de mercancías extranje-
ras que pudieran sustituir a las nacionales en el mercado interno.
El comercio con los Estados Unidos fue liberado por el tratado co-
mercial de diciembre de 1941, intercambio que por sus características
resultó en una balanza comercial positiva para México en 1939, 1940,
1942 y 1943.
Es preciso apuntar que el incremento de las exportaciones de manu-
facturas, nunca antes observado, favoreció la política orientada a lo-
grar la expansión industrial. Sin embargo, el incremento de la produc-
ción estimulada por la demanda externa enfrentó obstáculos tales como
la escasez de bienes de capital, los cuales tradicionalmente se impor-
taban del exterior.
El acelerado proceso productivo se fincó en la maquinaria y el equi-
po existentes, así como en la intensificación del trabajo.
Lo anterior manifiesta la importancia del proceso interno previo a
1940, por medio del cual fue posible la creación de la infraestructura
necesaria para que en los años bélicos pudieran ser aprovechadas las

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 23

condiciones del mercado internacional. Así también


primordial del control obrero para asegurarse una p
terrumpida.
Los saldos favorables de la balanza comercial suma
raciones internacionales como: turismo, envío de br
concedidos por el Banco de Exportaciones e Importac
resultaron en una fuerte entrada de divisas, especial
y 1943. En estos años, la casi prohibitiva importació
pital redundó en una fuerte disminución de la inve
pese a las crecientes divisas obtenidas. Posteriormen
muladas permitieron un financiamiento de la invers
y equipo, la cual aumentó considerablemente a part
La relación comercial con Estados Unidos mantuvo su carácter de-
pendiente, ya que se produjo para satisfacer las necesidades externas
más que las internas, lo que redundó en un crecimiento desequilibrado
entre los sectores y entre las diferentes ramas. Al terminar la guerra
y desaparecer las favorables condiciones del mercado internacional, la
producción interna decayó enormemente, lo que volvió indispensable
el replanteamiento de la política comercial.
En segundo lugar, el Estado favoreció el desarrollo de la burguesía
industrial nativa como punto necesario pata la realización de su pro-
yecto de industrialización. La política 'económica del gobierno preten-
día facilitar la tarea de la burguesía industrial, ya que su debilidad y
mentalidad conservadora dificultaba el crecimiento de la industria.
Y, precisamente por esta gran debilidad, el Estado jugó un papel muy
importante en el desarrollo de la industrialización.
La burguesía industrial, a su vez, imprimió ciertas características a
la realización de dicho proyecto, al aprovechar las condiciones que el
gobierno y la situación bélica le brindaban para aumentar su produc-
ción y sus ganancias.
Cuando hablamos del sector industrial solamente podemos referir-
nos a dos grupos, porque esos grupos contaban con cierta influencia
política : el sector más fuerte económicamente que agrupaba a la mayo
ría de las industrias cuyo origen se remonta hasta el siglo xix o princi-
pios del XX, y el sector de reciente creación, que representaba a los
industriales nuevos de las industrias de transformación, cuyo nacimien
to estuvo íntimamente ligado al periodo bélico.
El sector más tradicional de la burguesía industrial apoyó la polí-
tica económica del gobierno, porque indudablemente la beneficiaba,
pero ante la política que pretendía lograr el crecimiento horizontal de
la industria, por medio de la creación y el fortalecimiento de nuevas

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24 Investigación Económica

industrias, sintió amenazados sus intere


tado sobre la economía.
Así, cuando la promulgación de la Ley de Cámaras que separó a
los industriales de los comerciantes, el sector industrial tradicional
aceptó la ingerencia del Estado, mientras que el sector comercial vo-
ciferó en contra. La implicación de esta ley se redujo a que los indus-
triales, con ayuda del Estado, fueron liberados de la tutela de los co-
merciantes y se les brindó una presencia y una opinión política pro-
pias, actitud que contrastó con aquella que asumieron ante la creación
de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación y la pro-
mulgación de la Ley de Industrias de Transformación, en que unie-
ron fuerzas con los comerciantes para oponerse a estas medidas.
El desarrollo de las industrias de transformación que significó la di-
versificación de la base industrial existente fue estimulada en primer
lugar por la política del gobierno, que supo aprovechar la situación
internacional para facilitar el crecimiento de dichas industrias. Los
nuevos empresarios apoyaron la política intervencionista del Estado
y descalificaron la entrada indiscriminada de productos e inversiones
extranjeros, a diferencia de lo que sostuvo el sector industrial conser-
vador. Esta posición de los nuevos industriales redundó en un fortale-
cimiento del poder de negociación del Estado frente al sector más tra-
dicional de la burguesía, compuesto por los grupos más conservadores
de los comerciantes, los industriales y los banqueros, quienes a su vez
apoyaron la posición del gobierno estadunidense para luchar por la
liberalización de la economía. El enfrentamiento se sintetizó en la con-
traposición de dos proyectos económicos para la posguerra: por un
lado, tenemos un proyecto librecambista que buscaba la entrada libre
de productos e inversiones estadunidenses a México, propuesto por Es-
tados Unidos y apoyado por los grupos más conservadores de la bur-
guesía nacional. A este proyecto los empresarios nativos le agregaron
otro objetivo referente a la liberalización de precios y salarios, todo
lo cual exigía la menor regulación posible de la economía.
Por otro lado, estaba el proyecto propuesto por la cnit, la ctal y la
CTM que resultó de sus puntos de coincidencia. El proyecto pretendía
que las relaciones obrero-patronales se rigieran bajo el principio de que
ambos sectores compartirían los beneficios de la industrialización, re-
conociendo los privilegios que deberían corresponderles a los empresa-
rios, así como los derechos de los trabajadores. Se oponía terminante-
mente al proyecto estadunidense y se declaraba en favor de que el
Estado protegiera el desarrollo de la industria nacional contra la lla-
mada penetración imperialista.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 25

En tercer lugar, la tendencia de algunos sectores ob


dos a combatir el fascismo, fue aprovechada por el g
machista para reforzar su política laboral dirigida a e
más efectivo sobre el movimiento obrero y subordina
des de su proyecto económico. A su vez, el movim
nombre de la lucha por las democracias, aceptó la
sus derechos y reivindicaciones económicas en apoyo
se autonombraba democrático.
El Estado, al identificarse con los países aliados, legitimó su política
de mayor control obrero, ya que ocultaba, gracias a la coyuntura in-
ternacional, el carácter propiamente antidemocrático de su forma de
gobernar.
El objetivo de aumentar su dominación sobre el movimiento obrero
se explica, en parte, porque el grupo en el poder necesitaba asegurarse
su respaldo, ya que constituía una de sus principales bases de susten-
tación, sobre todo si recordamos que al finalizar el periodo cardenista
la familia revolucionaria vio muy de cerca la posibilidad de perder su
liderazgo político.
Así también, necesitaba afianzar el apoyo de la burguesía conser-
vadora, cuyas relaciones se vieron muy deterioradas durante el sexenio
anterior. Para ello, debía buscar una fórmula más conciliatoria en su
política laboral. Desde el comienzo del periodo observamos que este
sector de la burguesía se propuso lograr la desaparición de los dere-
chos y de las organizaciones obreras, y aunque el Estado no pretendía
acabar definitivamente con estas organizaciones por que constituían
un punto de apoyo fundamental para su propia existencia, los dere-
chos obreros fueron limitados al ser reformada la Ley Federal del Tra-
bajo. Más adelante, cuando México participaba en la guerra, el go-
bierno utilizó como pretexto el conflicto bélico para pedir la poster-
gación de los derechos obreros sin necesidad de intentar eliminarlos,
situación que facilitó el aumento de la explotación del trabajo en bene-
ficio del acelerado incremento de la producción. Finalmente, al acer-
carse la posguerra, la ofensiva de la burguesía conservadora contra el
derecho de huelga se agudizó mientras la cnit presentó un proyecto
alternativo donde los derechos obreros deberían ser respetados.
En este sentido, el control obrero cumplió una función fundamental
para hacer posible el acelerado proceso de acumulación que tuvo lu-
gar durante el periodo de la guerra, ya que gracias a él fue posible
combinar el fuerte incremento de la producción estimulado por la
demanda externa, con una notable limitación salarial que incidió en
una mayor concentración de las ganancias.

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26 Investigación Económica

Las organizaciones obreras, al estar di


mente a sus derechos, reforzaron la
beneficiaba principalmente a la burgu
La forma como el movimiento obrero se articuló al Estado durante
la guerra estuvo influida por la llamada lucha contra el fascismo, ya
que les permitió justificar su subordinación al Estado.
La salida de Vicente Lombardo Toledano de la dirección de la ctm,
en 1941, significó un cambio en la relación entre el movimiento obre-
ro y el Estado, porque Lombardo representaba una línea que per-
seguía aumentar la participación del movimiento obrero en la vida
política nacional.
El fortalecimiento del grupo de Fidel Velázquez en la dirección de
la ctm, debido en gran parte a la inadecuada política seguida por Lom-
bardo Toledano y el Partido Comunista dentro de la central, así como
también por el apoyo que el gobierno de Ávila Camacho le brindó,
reforzó la línea sindical que tendía a supeditarse mayormente a los
límites marcados por el Estado.
Por último, cuando la posguerra se avecinaba, la posición de la cen-
tral líder fue la de reforzar el papel interventor del Estado en la eco-
nomía, en contraposición a la burguesía tradicional y a los monopolios
extranjeros.

II. LOS PROYECTOS INDUSTRIALIZADORES EN LA POSGUERRA

Al avecinarse la posguerra, el Estado tuvo que salvar otros obstáculos


que se le presentaban para mantenerse como el eje rector de la econo-
mía y de la lucha de clases.
El acercamiento entre los gobiernos de México y de los Estados Uni-
dos que la guerra había facilitado se ponía en peligro de nuevo, debido
a las diferencias de opinión entre uno y otro respecto al tipo de política
económica que debería instrumentarse en México durante la posguerra.
Washington presionaba al gobierno mexicano de muy diversas formas
para que disminuyera lo más posible el intervencionismo estatal y,
con ello, redujera las barreras impuestas a la importación de los pro-
ductos y a las inversiones estadunidenses.
Al mismo tiempo, sectores empresariales nacionales de importancia,
cuyos principales voceros eran los representantes de la concanaco y la
cp, junto con la concamin, formaban un bloque para oponerse al in-
tervencionismo del Estado y propugnar por el libre comercio nacional
e internacional, a la vez que volver a la cargada en contra del recono-

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 27

cimiento de los derechos y de las organizaciones de l


decir, el gobierno de los Estados Unidos y los grupos
ternos intentaban mermar el poder directivo del Est
y también, éstos últimos, hacer desaparecer práctic
pilares en que se apoyaba la fuerza del Estado : el se
nizado.
Ante la posibilidad de perder su lugar privilegiado ante el Estado
la CTM unía sus fuerzas a quienes le parecían menos dañinos a sus in-
tereses. Era preferible - declaraban - enfrentarse a los empresarios
nacionales que a los gigantes extranjeros, razón por la cual - ar-
güían - tácticamente convenía unirse a los grupos nacionalistas.
Cabe recordar que la situación de la ctm en el con la colocaba en
una posición desventajosa frente al bloque obrero dirigido por la crom.
La primera se vio obligada a buscar en otra parte la fuerza necesaria
para sobreponerse a sus rivales.
Mejor oportunidad no podía presentársele a la ctm para asegurarse
la preferencia del gobierno, que apoyar la tendencia proteccionista de
su política económica al suscribir el Pacto Obrero Industrial, al mismo
tiempo que propugnaba por la línea menos nociva a sus intereses rei-
vindicativos.

la) La política de los Estados Unidos hacia América Latina

Una vez que, a juicio de los hombres de negocios que integraban las
Comisiones Nacionales - industriales, comerciantes, banqueros, agri-
cultores - los éxitos de la guerra empezaron a mostrar evidencias cla-
ras de la proximidad de la derrota total del enemigo, se tomó la de-
cisión unánime de celebrar una conferencia general para estudiar cómo
encarar los problemas económicos que traería consigo la posguerra.
La tendencia observada en la política de Estados Unidos hacia Amé-
rica Latina, que buscaba el acercamiento y un intercambio comercial
libre con los otros países del Continente durante la década que prece-
dió a la guerra, iba recobrando su curso inicial conforme los aliados
derrotaban al fascismo en Europa, de tal forma que para mediados de
1944, cuando el desenlace de la guerra estaba definido y sólo se espera-
ba el momento de su terminación, la Comisión del Desarrollo Inter-
americano, en Nueva York,6 sometía a la consideración de los minis-

6 La Comisión del Desarrollo Interamericano se constituyó en 1936 por una Comisión de


Ministros de Relaciones Exteriores para definir las posiciones de los países de América frente
a las tensiones que se originaban en Europa y que desembocarían en el estallido de la Segunda

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28 Investigación Económica

tros de Relaciones Exteriores de las ot


serie de recomendaciones destinadas a
dustria del hemisferio en la posguerra.
tificadas por unanimidad por los repr
presentes. Las resoluciones tomadas
aumentar el poder adquisitivo de los
ello elevar el nivel de vida del hemisferio. Los acuerdos se referían a
los siguientes puntos: reducción de tarifas, eliminación de barreras al
comercio, financiamiento de la industrialización de regiones no explo-
tadas, prevención de la inflación, mejoramiento de los transportes oceá-
nicos, aéreos y terrestres, desenvolvimiento de los recursos hidroeléctri-
cos, diversificación de la agricultura, extensión de la legislación sobre
seguridad social y promoción de los viajes turísticos.
En el texto de las resoluciones destacaba el papel que se asignaba a
los gobiernos en sus respectivas economías, ya que era notable la ten-
dencia a aminorar el intervencionismo estatal, así como a facilitar la
entrada de productos e inversiones extranjeras en los diferentes países,
partiendo del principio del intercambio "igualitario".
La evidencia de lo anterior se encontraba en recomendaciones que
instaban a los gobiernos a que estimularan la inversión, a la vez que
sugerían se ejerciera sobre las empresas privadas, la regulación indis-
pensable para proteger el interés público y se eliminaran los subsidios
gubernamentales a las empresas. Asimismo, se pedía que los gobier-
nos no entraran en competencia con las empresas privadas, a menos
que esto se justificara por el interés público. Igualmente, se demandaba
la desaparición del control comercial y la disminución del control so-
bre el intercambio, por medio de una supresión gradual en las barreras
comerciales y la simplificación de las disposiciones aduanales para que
permitieran el mayor desarrollo del comercio internacional. Otras su-
gerencias eran que se dispensara igualdad de trato a los productores
nacionales y extranjeros.7
Al gobierno de Estados Unidos le interesaba que América Latina se
industrializara ; ello propiciaría la ampliación de sus mercados internos
tanto para productos de consumo medio como de cierto tipo de bienes
de capital. En este sentido Roosevelt modernizaba el tipo de relaciones
que establecía con los países del Sur. Pero a cambio de reconocer la
necesidad de estos países de industrializarse, exigía la instrumentación
Guerra Mundial. En las conferencias de esta comisión se manifestó la tendencia señalada que
iba tomando la política de Estados Unidos hacia América Latina, así como la reacción de
estos países ante la misma.
7 Acción Social , julio 15, 1944.

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Dos PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 29

de un modelo que en última instancia venía a adecuars


dades de la economía norteamericana.
Así se hablaba de estimular la inversión de capital y, con ello, fa-
vorecer el desarrollo de la iniciativa privada, pero al limitar la posi-
bilidad de protección estatal a las empresas, en realidad se condicio-
naba el crecimiento económico a las grandes empresas. La pequeña y
mediana industrias características de los países latinoamericanos no
encontrarían espacio en sus mercados nacionales para desarrollarse y,
además, las empresas monopólicas de estos países, aunque seguramente
subsistirían, ello sería gracias a sus ligas con las extranjeras. Así tam-
bién, la reducción de la acción del Estado sobre la economía implicaba
la libre entrada de productos extranjeros frente a los cuales la compe-
titividad de los nacionales era mínima y al sugerir igual trato a inver-
sionistas privados y extranjeros dejaba solamente dos caminos a los
empresarios latinoamericanos : o aliarse con los extranjeros y convertir
sus empresas en especie de filiales o complementarias de las america-
nas, o bien, condenarse a la desaparición, porque en ningún momento
las empresas latinoamericanas estarían en capacidad de enfrentarse
a los monopolios extranjeros.
En pocas palabras, al gobierno de Estados Unidos le interesaba que
los países latinoamericanos se industrializaran, con la mira de crear
mercados más amplios para colocar el excedente de su producción tan-
to de bienes manufacturados como de bienes de capital. Era indispen-
sable, entonces, garantizar que los gobiernos de esos pueblos dejaran
actuar libremente a las fuerzas del mercado como forma de asegu-
rarse el predominio sobre dichos mercados. Un elemento del progra-
ma estadunidense era aquel referente a las inversiones, ya que no sólo
buscaba lograr la entrada sin restricciones de sus productos a las eco-
nomías dependientes, sino establecer las mejores condiciones para la
entrada de sus capitales, es decir, el plan pretendía que los inversionis-
tas norteamericanos se convirtieran en participantes y usufructuarios
del proceso industrializador de América Latina, los cuales producirían
para vender sus productos en los mismos mercados latinoamericanos,
con el consecuente desplazamiento de los productos nativos. Este úl-
timo punto también requería de la mínima acción estatal, desde el
punto de vista del Estado inversionista, ya que podría convertirse en
un peligroso competidor de la iniciativa privada.
Los representantes patronales de la delegación mexicana en la Con-
ferencia Interamericana pertenecían a los grupos patronales de los
comerciantes, industriales y banqueros, cuyos intereses estaban fuerte-
mente ligados a los de los hombres de negocios estadunidenses.

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30 Investigación Económica

Ib) La conferencia de Chapu


Tanto los líderes obreros mexicanos como los de la gnit estaban aten-
tos a los acuerdos que se tomarían en dicha Conferencia, porque era
a través de ella que se hacía pública la política que seguiría el go-
bierno de Estados Unidos respecto a América Latina.
Las contrapropuestas de la ctal y de la gnit, aunque formuladas
por separado, presentaron puntos importantes de coincidencia. La ctal,
en su Convención de Cali, Colombia, en diciembre de 1944, denuncia-
ba en términos fuertes la explotación económica que los países impe-
rialistas ejercían sobre América Latina. Se afirmaba que Estados Uni-
dos y Gran Bretaña obtenían grandes beneficios de los préstamos que
otorgaban a las entidades públicas y privadas de esos países; se les acu-
saba, asimismo, de orientar sus inversiones y créditos al desarrollo de
las actividades extractivas, lo que había transformado a estos países
en productores de materias primas e importadores de bienes manufac-
turados. El imperialismo - continuaban - había mantenido el comer-
cio entre los países latinoamericanos completamente desarticulado y
lo había orientado a su exclusivo beneficio. También - afirmaban -
se había apoyado en los latifundistas y las dictaduras personales para
influir en los regímenes de esas naciones de acuerdo a su conveniencia
Concluían que la explotación imperialista y la supervivencia de un sis-
tema feudal y esclavista en América Latina ocasionaba la gran miseria
e ignorancia de sus pueblos. Para defenderse de la voracidad imperia
lista deberían luchar por conseguir una completa autonomía económic
y política, perseguir el desarrollo económico de sus respectivos países y
mejorar el nivel de vida de las masas de su población.
Finalmente se pronunciaban en favor de una mayor dirección y un
mayor control del Estado sobre la economía, el cual debería seguir un
política proteccionista, aplicada según el caso.8
Unos meses más tarde, la ctm, junto con algunos de los Sindicatos
Industriales más importantes del país,9 ratificaba las resoluciones to
madas por la ctal, para descalificar a aquellos sectores nacionales
extranjeros que veían a la industrialización del país como un peligro
para sus mercados; se adherían a la posición de Ávila Camacho sobre
la solidaridad internacional y se pronunciaban contra la Carta Econó
mica de las Américas, que contenía el plan librecambista norteameri
cano presentado en la Conferencia Interamericana de Nueva York.
8 El Popular . marzo 5, 1945.
9 Entre otros, ctm, ftse, Sind. Minero, Sindicato de la enseñanza, de la Industria Azu-
carera, Ferrocarrileros, Petroleros, Telefonistas, Textiles. El Popular , febrero 2, 1945.

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DOS PROYECTOS Dli INDUSTRIALIZACIÓN 31

La čnít fundó su protesta en la tesis que reconoc


existente en el desarrollo de los diferentes países del
ricano y que defendía el derecho de los países atrasa
industria con las medidas aduanales adecuadas y con
ciertas condiciones a la entrada de capitales extranjer
Al mismo tiempo, los líderes de la concanaco en oc
ante la necesidad de conformar un bloque empresar
pacto, que hiciera frente a las intenciones del gobier
papel regulador sobre la economía durante la pos
también que encarara las movilizaciones tendientes
laciones entre la ctm y la cnit avaladas y propicia
gobierno, iniciaron toda una estrategia encaminada
y la alianza de la concamin. Esta última, aunque s
política antiobrera y anti-intervencionista de la c
mantenía una cierta distancia y reserva debido a qu
no terminaban de aceptar y reconocer la existencia
ción Industrial como cámara autónoma.11
Así pues, la concanaco al acercarse la posguerra decidía hacer a
un lado las rencillas, con el objeto de conformar una alianza entre los
empresarios de ideologías tradicionales y presentar con mayor fuerza
su oposición a la reglamentación de sus actividades por el Estado y
el reconocimiento de los derechos y las organizaciones obreras.
Los empresarios, después de haber disfrutado las grandes ventajas
de una política que prohibía el estallido de los paros y que había mer-
mado tanto la combatividad del movimiento obrero, no se resignaban
a aceptar la posibilidad de un resurgimiento del movimiento obrero
y, mucho menos, a tener que reconocer su propia subordinación al Es-
tado en el campo económico.
Más adelante, cuando se proyectaba la celebración de la siguiente
Conferencia Interamericana, en la Ciudad de México, los comisiona-
dos del gobierno mexicano preparaban ponencias en donde predomi-
naba el proteccionismo, motivo por el cual la cnit, al inaugurarse la
Conferencia de Chapultepec ratificó su confianza a la delegación
mexicana y destacó los principios económicos por los cuales luchaba.
Sorpresivamente, la concamin y la Cámara Textil apoyaron en ese
momento la actitud tomada por la cnit.12
La posición del gobierno ante los problemas en discusión sobre la
1<0 Futuro , mayo 1945.
11 Shafer, Robert Jones. Mexican Business Organizations. History and Analysis. Syracuse,
University Press, 1973, p. 55.
18 Futuro , mayo, 1945.

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32 Investigación Económica

posguerra quedó sentada en el discu


Ja sesión de apertura, el 21 de febrer
existencia de países fuertes y países dé
pensable establecer una cooperación ec
de justicia a las esferas de acción de las
zadas, permita a todas utilizar mejor
y promueva en las de población menos
ble para explotar con mayor amplitu
za", todo esto con el objetivo final de
de todos los pueblos.13
Los principales acuerdos de la Confer
que se considerara todo atentado con
una agresión a los demás Estados fir
teramericanas siguieran celebrándos
territorial era considerada inviolable;
versivos y se impidiera cualquier activ
que los salarios crecieran en relación
naciones productoras de bienes de cap
de estos productos; que se fomentara l
jorara a las industrias existentes que p
del nivel de vida de la sociedad; que
drásticamente sus compras en Améric
transición; que se dictaran leyes cuyo
blación trabajadora.14
Días después de la Conferencia de Ch
dunidense presentaba el llamado Plan
incluía las tesis de la Carta Económica
establecer un comercio entre las naciones americanas con las menores
restricciones.
Nuevas protestas de la cnit que recibieron un fuerte y abierto apoyo
de la CTM, de los grandes Sindicatos de Industria y de la misma ctal,
se hicieron oír. Esta muestra de opinión fue apoyada, extrañamente,
por la CONCANACO y por los editoriales y comentarios de la prensa,
además de ser respaldada por todas las delegaciones latinoamericanas
que asistieron a la Conferencia de Chapultepec, en virtud de lo cual,
el Plan Clayton se modificó.10
La CONCANACO y la cp en un principio no se hicieron eco del progra-

13 Secretaría de Gobernación, Seis años de actividad regional , 1946, pp. 51-52.


14 El Popular , marzo 9, 1945.
15 Lavín, José Domingo. La Industrialización de México. "Relaciones Obrero Patronales."
Ateneo Nacional de Ciencias y Artes de México, abril 13, 1945, pp. 27-28.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 33

ma contenido en la Carta Económica de las Américas


ban muy de acuerdo en aceptar la industrializació
dispensable para el desarrollo del país, ya que ello
tendrían que aceptar el crecimiento horizontal de la in
cimiento y desarrollo de nuevos sectores de la burgue
que de la comercial. Pero ante las pocas, si no es que
tenían que ceder y aceptar esto como una concesió
acercarse a sus más queridos aliados, los monopolios ex
frentar al Estado en la lucha política que se libraba in
La CTAL, posteriormente, analizaba las modificacion
operado sobre la Carta Económica de las Américas en
de la Conferencia de Chapultepec: por un lado, se
igualdad de acceso a los bienes de producción para el
trial, el derecho a la existencia de barreras arancelar
miento internacional a que los países latinoamericano
materias primas; pero por otro, deploraba que no se h
en favor de una política que controlara la entrada de
jero a los países latinoamericanos, que delimitara lo
mercio internacional y que planteara la intervención
economía.16

2a) El pacto obrero industrial

Las pláticas que durante un año habían sostenido los


y de la ctal para concertar una alianza con los ind
ramas de transformación, desembocaron en la firma
Obrero Industrial el 7 de abril de 1945, por medio
la ctal y la cnit suscribían un programa para la posg
ciones comunes, cuyos puntos más importantes eran:
I. Pugnar por la plena autonomía económica de l
desarrollo económico y por elevar el nivel de vida de
II. Renovar y consolidar la alianza que en el curso
había forjado bajo la política de unidad nacional.
III. Trabajar por un México moderno, próspero y
miseria, insalubridad e ignorancia, mediante el má
miento de sus recursos naturales, el aumento de la c
tiva, el incremento de la renta nacional, la multiplic
cías y servicios, la ampliación de los transportes y la
y obras públicas.

16 El Popular, marzo 10, 1945.

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34 Investigación Económica

IV. Desechar la tesis de la autosuf


la necesidad y conveniencia de busc
más industrializadas del Continente
peración redundara en beneficio t
como de los pueblos de los países m
V. El pacto no implicaba la renunc
clases firmantes, ni el menoscabo de
ces vigentes, consagraban en su favo
VI. Por último, ofrecían al pueblo
grama económico nacional conjunto
puntos:
1) Se pretendía liquidar la etapa
y precapitalista, para convertirse e
derna y una industria importante,
mediante una "revolución industrial".
2) El logro de este objetivo requería de la colaboración y el esfuerzo
conjunto de los sectores productivos de la industria.
3) Se proponía que las otras organizaciones obreras suscribieran el
pacto.
4) Finalmente, se enf atizaba en que la ctm era fiel a su programa
revolucionario al concentrar sus energías en el objetivo primordial de
industrializar al país, "porque la industrialización es en la actual etapa
de nuestra evolución el medio adecuado para llevar adelante la lucha
por la libertad y la democracia, por la liberación nacional y por la
justicia social".
En el texto, se dejaba traslucir una contradicción que al mismo
tiempo expresaba la importancia del tipo de relación que establecía.
Cuando se hablaba de que ninguna de las partes renunciaba a sus in-
tereses y más legítimos derechos se agregaba "los industriales tendrán
plenas posibilidades para poner en práctica su iniciativa y capacidad
emprendedora y los obreros podrán obtener más altos salarios, mejor
nivel de vida y estabilidad en sus empleos. Nada de eso implica el
abandono de los derechos que la ley concede a los trabajadores y de
las garantías que otorga a los empresarios".18
Así, aunque se reconocía a los obreros el derecho a elevar su nivel
de vida por medio de un incremento en su participación de la riqueza
nacional, esto no podía realizarse si los derechos obreros seguían siendo
tan limitados como los consignaba la ley.
La reacción de las Cámaras Comercial e Industrial y de la Confe-
17 La Voz de México, abril 12, 1945 y El Popular, abril 28, 1945.
18 Futuro , mayo, 1945.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 35

deración Patronal ante la firma del pacto, dejó e


acuerdo y solidez que afectaba al bloque empresari
min - según palabras del ingeniero Lavín, presi
había aprobado la concertación del pacto en un
sejo Ejecutivo, y el día que se hizo público el pacto
mida el vicepresidente de la concamin, ingeniero
otros de sus miembros como el ingeniero Evari
Pedro A. Chapa y licenciado Aaron Sáenz.10
En contraste la cp y la concanaco desataron un
paña de propaganda que criticaba el acto. La cp
miento obrero que si quería aliarse al sector empr
abjurar de la lucha de clases, de cualquier creencia
sus actos pasados. La gran cámara industrial au
abiertamente al pacto, en ningún momento salió en
Pero el silencio que guardaba la concamin no e
presión de pugnas que se libraban en su interior f
constituía un punto de apoyo para las teorías interv
tenía el Estado. Así, la Asamblea Ordinaria de la
Jalisco defendía el respeto a la libertad de come
papel que el gobierno quería atribuirse como producto
Unos meses después, en septiembre, la ctm propo
que se formara una Comisión Obrero Industrial
los problemas económicos que afectaban a ambas cl
Acto seguido, se elaboró un reglamento que estab
de concurrir a esta Comisión de Aveniencia cuando
un conflicto en alguna empresa, o bien en los caso
ya hubiera sido promovida, la Comisión de Avenie
derla y someter la pugna a un procedimiento conci
El procedimiento consistiría en la presentación
puntos de vista de las partes para que, en 30 días, la
el problema, nombrara los peritos adecuados y pres
Si en este plazo el dictamen no se había terminado
se repetiría el mismo proceso en igual tiempo. La h
rarse sólo que después de los 60 días, la Comisión d
flicto era imposible de arreglarse por la vía co
anunciaba que 174 conflictos planteados en el Dist
ban siendo resueltos a través de estos mecanismos.

19 Tiempo 3 noviembre 22, 1946.


20 Tiempo , noviembre 22, 1946.
21 La Voz de México . mayo 13, 1945 y septiembre 30, 1945, respectivamente.
22 Idem.

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36 Investigación Económica

La Comisión de Aveniencia, por inicia


una declaración en el sentido de que
cada dos años se realizaran con base
nominales.23
Los núcleos patronales más desconten
tronal presentaban a la opinión públic
aceptación por la cnit, como un hec
ridículo",24 a la vez que responsabiliza
a los industriales a la firma del Pacto
instrumento del comunismo.26
En respuesta a las imputaciones de
dente de la cnit los acusaba de ser lo
pésimas condiciones en que se desarroll
nales y les recordaba que los Centros
ver con la industria.26
Para cuando la Comisión de Avenien
CONCAMIN ya se había aunado a las p
y se dedicaba a obstaculizar la realizac
ciliatorios.27
Conviene comentar que la ambigüedad de las posiciones de la con-
camin ante la concertación del Pacto Obrero Industrial, respondía en
gran medida a que, si bien era cierto que no estaba de acuerdo con la
petición de un excesivo proteccionismo estatal, porque ello favorecería
el desarrollo de sus competidores, tampoco estaba inconforme con los
grandes beneficios que había obtenido de la política estatal en favor
del crecimiento de sus empresas.
Oponerse al pacto significaba para los grandes industriales plantear
un conflicto directo con el gobierno, cosa que no estaban seguros de
desear, pero sobre todo había algo que les molestaba enormemente, y
era la fuerza que adquiría la ctm al unirse con los pequeños industria-
les. A la vez, la cnit - desde su punto de vista - concedía demasiado,
al plantear un tipo de relación obrero-patronal en donde se reconocía
como un derecho legítimo la participación de los trabajadores en el
incremento de la riqueza nacional, es decir, el aumento periódico de
sus salarios reales.
Por otra parte, la campaña desatada contra la cnit por la cp y la

23 Lavín, José Domingo. Dos Conferencias . Cursos de Invierno, ene, unam, 1946, pp. 22-24.
24 La Voz de México, septiembre 30, 1945.
25 La Voz de México, diciembre 9, 1945.
26 La Voz de México, diciembre 9, 1945.
27 Lavín, José Domingo, Dos Conferencias. . op. cit., pp. 22-24.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 37

CONCANACO obligó a la Confederación Industrial a to


el juego. En realidad, si no le convenía unirse a los in
dores del gobierno, mucho menos le favorecía establ
con la CTAL y la central obrera mayoritaria de Mé
comprometería demasiado sus grandes ganancias. De
apoyo al gobierno hubiera significado, en última ins
narse al gobierno, mientras que, coligarse con la cp
una vez que esta última había aceptado la existenc
Confederación de Cámaras Industriales, representa
autonomía no sólo frente a los comerciantes, sino an
tado. Además, debilitaba la fuerza de la cnit, que a p
bio de dirección en 1944, había comenzado a hacer
en favor de un exagerado proteccionismo, y que para
cionaba demasiado la entrada de capital extranjero.
Después de la constitución de la Comisión Obrero
procedió a elaborar un plan de industrialización que
sidente a finales de agosto. El presidente les respond
su aprobación por el entendimiento mostrado entre lo
patronal y les manifestaba que los puntos de vista d
presados en el plan, coincidían con la acción que el
desarrollando.28
El proyecto de industrialización de la Comisión p
consistía básicamente en construir cinco o seis grand
dustria básica que dotarían de energía eléctrica, prod
combustible, hierro y acero, maquinaria y herramie
industrias nacionales, la agricultura y los transportes;
dimiento agrícola por medio de un programa de irrigació
explotación de los yacimientos que contenían el com
industriales, substancias químicas y materiales de co
sarios para satisfacer las exigencias de la industria b
gica ; importación de equipos y maquinaria iniciales d
des centros de la industria; conceder la intervención
más destacados de las organizaciones industriales y ob
ción técnica del sistema a falta de otros que deberían
nanciar el plan con capitales del Estado, nacionales y
últimos sujetos a ciertas condiciones; rehabilitar y reorg
carriles; finalmente proteger con aranceles a las indu
las existentes del país.29
28 Futuro 3 septiembre, 1945.
29 Futuro , septiembre, 1945.

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38 Investigación Económica

Por las mismas fechas en que el pro


Industrial salía a la luz pública, la
ofrecía en la ciudad de México, al s
gobierno americano, una celebración
curso que dejaba sentado el interés
menos avanzados se industrializaran,
tuviera cuatro veces más industrias d
guro de que el mercado para los prod
mentaría un gran aumento" 30 y con
niente que resultaría para México la
proteccionista. Finalmente, aconsejab
cuya producción resultara abundan
de barreras arancelarias, para lo cual
dialmente aquellas industrias cuya
del exterior.31
El discurso definía las intenciones de
to a sus relaciones económicas con M
americanos, ya que aunque no se opon
ría hacerse el principal usufructuari
dos internos y, por supuesto, evitar
pudieran competir en algún moment
Todos estaban de acuerdo en que M
para elevar el nivel de vida de la p
que ver con el tipo de política indus

2b) El proyecto de los industria


Vicente Lombardo Toledano

Vale la pena hablar de las posiciones que se encontraban detrás de la


alianza obrero patronal para resaltar los intereses que subyacían a ella,
recalcar hasta qué punto cedían cada una de las partes y enfatizar en
qué forma las beneficiaba este acuerdo.

El proyecto de los industriales nacionalistas

El entonces presidente de la cnit, Domingo Lavín, un mes después de


la firma del pacto, pronunciaba una conferencia en el Palacio de
30 Lavín, José Domingo. La Industrialización ... s op. cit., p. 12.
31 Ibid., pp. 14-17.
32 Ibid.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 39

Bellas Artes, donde exponía los puntos de vista de los


les respecto a la política de industrialización.
Para empezar, definía el concepto de "Renta Na
términos: "La producción agrícola e industrial y la p
vicios de la nación es la formación del activo naciona
los bienes que tienen que llegar de otros lugares sign
ción de pagarlos en alguna forma al exterior y const
a la vista . . . ".®8 De ahí lo absurdo de las tesis de lo
tadunidenses, los cuales aconsejaban la disminución de
celarias para elevar el nivel de vida de los pueblos, o
riqueza nacional. En realidad lo que pretendían - a
era facilitar la entrada de sus productos a los merc
Latina. La cnit afirmaba, en cambio, que el proceso d
ción de los países atrasados requería del proteccion
era más que seguir el camino trazado por la experienc
Se pronunciaba en contra de las organizaciones polí
maban la llamada "lucha de clases" 84 como un estado
apropiado para el progreso nacional, ya que más bien
gran fricción retardataria. A la concepción que ace
clases oponía otra que propugnaba por la conciliación
cordancia con las resoluciones de la Conferencia Internacional del Tra-
bajo de Filadelfia, proponía cambiar las palabras "patrón" y "obrero
asalariado" por las de "empleadores y empleados". Los primeros eran
aquellos que organizaban las empresas y creaban fuentes de trabajo;
los segundos, aquellos que se concretaban a pedir empleo para resolver
su situación individual.
En el modelo de la cnit destacaba la concepción de un hombre de
empresa dinámico y emprendedor, el cual como mero inversionista o
manejador de una empresa tendría que trabajar intensamente para
la conservación y mejoramiento de sus instalaciones, además de vigilar
el constante aumento de la producción, mientras que reprobaba a
aquel empresario que sin tener ocupaciones obtenía grandes beneficios
del esfuerzo y del trabajo ajeno.
El verdadero industrial - continuaba - dedicaba gran atención a
satisfacer las necesidades de sus trabajadores y a mantenerlos bien re-
munerados. El Seguro Social podía convertirse en una gran fuente de
ayuda para resolver estos problemas.

33 Futuro . mayo, 1945.


34 La tesis de "la lucha de clases" en el discurso político del momento tendía a relacionarse
con la línea cardenista.

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40 Investigación Económica

El control sindical debería enfocarse a


dimiento del obrero, lo que ayudaría a
productivos que terminaba pagando el
Finalmente, descalificaba a aquellos
social que perseguían solamente fines e
trucción de otras industrias por medio
podrían dedicarse a producir bienes
raban en el país.86

El proyecto de Vicente Lombar

Vicente Lombardo Toledano, líder d


Obrero Industrial, exponía sus puntos
mas de la posguerra en un acto orga
Iris de la ciudad de México, el 5 de
explicaba toda una teoría que justific
obreros y de la cnit. Al empezar criti
se debatían ante la posguerra, como p
naba por la libertad irrestricta del
conducía a una división internaciona
pobres seguirían produciendo materia
ductos manufactuiados de los países av
irresponsable aquella teoría que pret
dependientes abandonaran la unidad n
la táctica de la lucha de clase contra clase.
Posteriormente, reconocía que existían grandes desigualdades en el
desarrollo económico, social y político de las naciones, razón por la
que debían buscarse soluciones diferentes para los diversos países del
mundo, a los que clasificaba en dos grandes rubros: los países impe-
rialistas y los países coloniales y dependientes.
En el primer caso, la burguesía no sólo oprimía a su propio pueblo
sino a otros más, debido a lo cual se le podía considerar contrarrevolu-
cionaria en todas las etapas de la revolución, además de que la lucha
nacional en sus propios países no constituía una parte importante del
programa revolucionario. En el segundo, la sujeción al imperialismo
también afectaba a la burguesía nacional de los países dependientes,
por lo que en una determinada etapa y durante un determinado perio-
do, la burguesía nacional podía apoyar el movimiento revolucionario

35 Futuro, septiembre, 1945.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 41

de su país contra el imperialismo. Aquí, el factor na


de lucha por la emancipación era un factor de la re
El expositor concluía que el proletariado de los paí
debía luchar por la revolución proletaria, mientras q
de los países dependientes debía luchar por la libera
línea política del proletariado de los países imperiali
de clases, en tanto que para los países dependientes
cional, el frente nacional.
Después, hacía referencia al Pacto Obrero Indus
en un contexto de lucha por la autonomía de Méxic
rialismo. En seguida, aclaraba que autonomía nacio
nivel de vida del pueblo y mejoramiento económico
res mexicanos, no eran lo mismo que socialismo, pe
mentos minaban las bases de la explotación imperia
Más adelante exponía un programa de posguerr
Latina, cuya finalidad primordial era lograr la plen
nómica y política de festos países. Algunas de las
desarrollo económico; elevación del nivel de vida de
cionamiento a la entrada del capital extranjero; imp
go que obligaba a los países dependientes a vender b
primas y comprar caro las manufacturas; fijación d
de las divisas extranjeras en igual conveniencia pa
partes; revolución técnica de la agricultura; revoluc
industria ; ampliación de las industrias eléctrica, side
canalización del crédito en favor del desarrollo econ
a la industria nacional; aumento de salarios reales; p
precios rurales; establecimiento del Seguro Social.
Asimismo, proponía la formación de un Frente Ún
un partido único de la clase obrera; de un frent
dirección del proletariado y de un frente nacional d
vimiento popular y estimulado por el proletariado o
país de América Latina. Pedía la intervención ené
Estado en la economía para controlar y vigilar los p
de capital extranjero y los tratados internacionales
último, exhortaba a los pueblos de América Latina a
imperialismo y sus agentes.
Algunas de las consignas establecidas para Méxic
cambio en la política económica del Estado para ami
cuencias de la crisis económica, y la formulación
programa mínimo de industrialización.
Era evidente que tanto los líderes de la cnit como

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42 Investigación Económica

ros estaban en contra del librecambis


reconocían el desarrollo desigual de l
un desarrollo expansivo de la industr
terno, que debería ser ampliado pa
crecimiento industrial. También coin
necesidad de utilizar un alto grado d
algunos límites a la entrada de inver
sible el crecimiento de la industria nacional.
Sin embargo, había algunas diferencias en la concepciones de cada
cual que vale la pena subrayar, sobre todo en dos puntos esenciales:
una, la concepción de la unidad nacional. Para la cnit, la unidad na-
cional era la forma política que debía permanecer, mientras que para
la parte obrera significa una táctica política temporal; dos, el inter-
vencionismo, para la primera, estaba sometido a un mayor condiciona-
miento, ya que el Estado debería complementar y satisfacer las nece-
sidades de los industriales ; en cambio, para los segundos, la acción del
Estado deebría ejercerse aun por encima de los intereses de los indus-
triales y orientarse a satisfacer las necesidades de las masas populares.

2c) La política económica del gobierno

La política económica del gobierno frente a la posguerra se situaba


dentro del debate político que ocupaba a los sectores organizados de
la producción, en medio del cual el Estado tenía que definir claramen-
te su papel en el desarrollo industrial del país.
Un elemento común a las medidas decretadas durante los últimos
años del gobierno avilacamachista, fue que por medio de ellas, el Estado
asumía un rol directivo sobre la economía. Otra característica de la
política económica al final del avilacamachismo, fue el carácter poco
radical y más bien conciliador de estas medidas.

La ley de inversiones extranjeras

El Presidente Avila Camacho, en julio de 1944, ordenó la promulga-


ción de un decreto que exigía a toda empresa con participación ex
tranjera, que 51% de su propiedad fuera mexicana. Esta medida ex-
piró al terminar la guerra.36
30 Sanford, "La Revolución Industrial de México", Problemas Agrícolas e Industriales de
México, Vol. III, núm. 2, abril-junio, 1951, p. 76 y Sría. de Gobernación... op. cit., pp.
309-310.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 43

La ley, al ser promulgada como una medida de e


justificada por el gobierno porque - argüía - era ne
control de agentes fascistas sobre las empresas mexi
presaba la cautela con que el gobierno manejaba los asu
a la inversión extranjera.
El decreto, aunque de duración provisional, fue e
momento en que empezaban a sentirse los efectos
así que su objetivo fue más bien de carácter prevent
de que se iniciara una indiscriminada acometida de ca
al país.
El contenido de la ley era de doble fondo, ya que manifestaba que
el gobierno estaba dispuesto a permitir la entrada de capital extran-
jero al país pero, al mismo tiempo, dejaba sentado que tendría que
hacerlo bajo nuevos condicionamientos.
El carácter temporal de la ley permitía al Ejecutivo medir las reac-
ciones de los diferentes sectores, debido a que su cordial actitud frente
al capital extranjero podría provocar el descontento de los industria-
les nacionalistas y de la ctm y ctal, a la vez que la imposición de
ciertos límites al capital extranjero podía agudizar la oposición de los
empresarios conservadores contra el intervencionismo estatal.
En enero de 1946, Ávila Camacho declaraba que apoyado en la
política de cooperación universal entre las naciones, México estimaba
que sus leyes relativas a la inversión extranjera en su suelo deberían
traducirse en una estrecha colaboración con el capital nacional y que
todo ello debería conducir al progreso de industrias nuevas y al mejo-
ramiento de la técnica. A lo que agregaba que el gobierno daría las
facilidades para que la iniciativa privada y el capital (nacional o ex-
tranjero), se orientaran hacia actividades básicas tales como la indus-
tria eléctrica, la metalúrgica y todas aquellas que tendieran a satisfa-
cer el mayor número de necesidades nacionales.37

La Ley de Fomento Industrial

En un momento en que la lucha armada y el sexenio avilacamachista


estaban por concluir, una de las principales preocupaciones del go-
bierno era dejar asegurado el crecimiento horizontal y vertical de la
industria. De igual forma, el gobierno tenía que premiar el apoyo que
los industriales nacionalistas le brindaban para librar la batalla contra
el bloque empresarial que se oponía al intervencionismo.
37 El Popular, enero 22, 1946.

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44 Investigación Económica

Por lo anterior, a mediados de julio d


maras dos iniciativas de ley: tina que
Industrias de Transformación de 1941
dación de un Banco Nacional de Fomen
lizar los objetivos de la Comisión de F
1944.88
La Ley de Fomento Industrial, aprobada hasta febrero de 1946,
introducía una nueva clasificación de las empresas que deberían ser
privilegiadas: en primer lugar estaban aquellas que se consideraban
fundamentales para el desarrollo industrial, a las que se les otorgaba
una exención de impuestos por diez años; en segundo lugar, las empre-
sas consideradas de importancia económica, a las que se podría exen-
tar por 7 años y finalmente, se encontraban todas las demás empresas,
a las que se les podía eximir de impuestos por cinco años. Las empre-
sas que se habían acogido a los beneficios de la Ley de 1941 podían
solicitar ampliación del periodo.89
Una clasificación tan general, aunada a otra innovación de la ley
que facultaba al presidente a modificar las tarifas arancelarias cuando
lo considerara conveniente para estimular el desarrollo de las indus-
trias nuevas y necesarias, dejaba abierta la posibilidad de que se favo-
reciera prácticamente a cualquier industria.
La Ley de 1946, a diferencia de la anterior, no eximía del pago del
impuesto de exportación o aforo a las industrias, lo cual, junto con
otra cláusula que disponía que las empresas dedicadas a la explota-
ción de materias primas en el país subvencionaran a los precios más
bajos las necesidades internas antes que las externas, iba orientada a
aumentar la oferta de productos manufacturados, cuya escasez pre-
valecía.40
En una mesa redonda organizada a finales de julio de 1945, por el
licenciado Mañero, destacado economista, para discutir los proyectos
de ley con la asistencia de representantes de la gnit, de la ctm y de
las Cámaras, se dio lectura a una comunicación enviada por la con-
c an aco en que objetaba la necesidad de promulgar una nueva ley,
porque ya existía la Ley de Industrias de Transformación, a lo que
agregaban que la primera por lo menos enunciaba de manera concreta
38 La Comisión Federal de Fomento Industrial se creó en junio de 1944. En el decreto
se definía que el Estado debería suplir temporalmente a la iniciativa privada y estimular las
inversiones de los particulares para la creación de las industrias requeridas por el desarrollo
económico nacional. Además se aclaraba que el Estado traspasaría esas empresas a los par-
ticulares después de la guerra. Tiempo, julio 27, 1945.
80 Mosk. . ., op. cit., p. 59.
40 Ibidem.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 45

cuáles eran las empresas que deberían ser exentas


nueva ley las caracterizaba de una manera muy g
rarlas casuísticamente. Además, se quejaban de qu
nal de Fomento Industrial que se pensaba fundar
instituciones de crédito existentes.
Daniel Jiménez Acevedo, en nombre de la ctm, manifestó su apro-
bación a la propuesta y aseguró que para elevar el estándard de vida
de la población era necesario que la industrialización fuera financiada
por mexicanos. Igualmente, el representante de la cnit, Domingo
Lavín, expresó su acuerdo tácito ante la medida.
Más sorpredente fue la asistencia del licenciado Ponciano Guerrero
que, en representación de la Confederación de Cámaras Industriales,
hizo pública su aceptación para que fueran expedidas las leyes porque
manifestaban un deseo de los distintos sectores industriales.41
La CONCANACO se opuso a la medida porque iba dirigida a estimu-
lar el desarrollo y fortalecimiento de los industriales. Tal preferencia
aseguraba la independencia de éstos respecto a los comerciantes, no
solamente en cuanto a conservar la autonomía de su Confederación,
sino en cuanto a necesitar menormente de la tutela y el financiamien-
to de los comerciantes.
La ampliación del privilegio molestaba a los comerciantes porque
garantizaba la continuación de la expansión industrial, pero lo que les
parecía todavía más inaceptable era la forma tan general como se
enunciaba a las empresas beneficiadas, ya que implicaba conceder al
Estado un exagerado poder de decisión sobre la actividad industrial,
a la vez que la marcada orientación de la medida a volcar la produc-
ción nacional de materias primas sobre el mercado interno, podía pres-
tarse a reducir la demanda interna disponible para los productos que
hasta entonces habían importado algunos comerciantes.
La nueva disposición agradaba más a los industriales de la con-
camin, debido a que ampliaba la posibilidad de que sus empresas go-
zaran de sus prerrogativas.
Las diferencias de opiniones entre industriales y comerciantes difi-
cultaban la transformación de un sólido bloque empresarial para en-
frentar las posiciones del gobierno.

Las Leyes de Emergencia

Paralelamente a las discusiones en torno a la Ley de Fomento Indus-


41 Tiempo , julio 27, 1945.

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46 Investigación Económica

trial se inició un debate referente a si


como las de compensación al salario in
tas, precios tope) debían derogarse al t
lo proponían la ctm, el pc, la ftdf, et
jurídico.
El Partido Comunista, por ejemplo, argumentaba que en virtud
de que el gobierno no había logrado detener el alza de los precios, por
lo menos debería mantener estas leyes que representaban un pequeño
alivio para el trabajador.43
Los obreros también fueron recompensados por haber respaldado
al Estado en su lucha contra el bloque empresarial, ya que a mediados
de septiembre las cámaras legislativas ratificaban las leyes de emer-
gencia.44
Es preciso señalar que ese año, el nivel de la inflación había llegado
a tal punto que en realidad la prolongación de las medidas de emer-
gencia no era más que un paliativo para los obreros cuya situación se
acercaba cada vez más a la miseria. La prolongación de las leyes de
emergencia adquiere mayor sentido si pensamos que, a través de ellas,
el Estado reafirmaba su poder interventor en la economía frente a las
acaloradas declaraciones de los empresarios conservadores en contra
del debatido asunto.

2d) La reacción de las otras organizaciones obreras ante


el Pacto Obrero Industrial

La táctica lombardista dirigida a concertar una alianza con el sector


industrial progresista fue muy fructífera para la ctm, ya que gracias
a la firma del Pacto Obrero Industrial, la ctm había logrado asegu-
rarse la preferencia del gobierno además de revestirse de una gran im-
portancia política. Así, superaba el peligro de quedar relegada por las
otras organizaciones integrantes del Consejo Obrero Nacional.
Las esperanzas de la crom de colocarse en el liderato del movimien-
to obrero se vinieron por tierra ante la acción tomada por la ctm. Las
palabras y manifestaciones de los dirigentes cromistas referentes al
42 Las Leyes de Emergencia fueron medidas tomadas por el Estado alrededor de 1944,
por las cuales pretendió aminorar la rampante inflación y calmar las exigencias de las clases
más bajas ante la merma de sus salarios. Las principales fueron la ley de compensación al
salario insuficiente, la congelación de las rentas, el establecimiento de un control de precios
sobre los artículos de primera necesidad.
43 La Voz de México , agosto 19, 1945.
44 Informe del Banco de México, 1945, p. 27.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 47

pacto expresaban una profunda contrariedad, des


fue compartido por la cgt, cpn, cocm y demás mi
Inmediatamente después de la concertación de
patronal, la crom congregó a los representantes de
ciones del con en torno a una nueva tentativa cont
ner ciertas reformas al reglamento del con, entre
en que pedía se considerara quorum legal, para
sesiones del Consejo, la asistencia de la mitad más
tantes de cada una de las organizaciones y que las r
de votarse por unanimidad se tomaran con base
partes de los votos y sólo para los casos de huelga
tación de una nueva organización en el seno del
unanimidad.46
Asimismo, proponía se creara un Jurado de Honor para premiar o
sancionar a los dirigentes que lo merecieran y que el con pudiera in-
tervenir en los conflictos entre las centrales y los sindicatos.
Al conocer la propuesta, el 12 abril, Fidel Velázquez manifestó su
desacuerdo, pero con apoyo de la Secretaría del Trabajo, las otras
organizaciones concedieron un plazo de quince días a la ctm para es-
tudiar el proyecto. Al llegar el día señalado, Fidel Velázquez anunció
que no podría asistir a la sesión, por lo que se ratificó la iniciativa.
Una semana después, la ctm dejaba sentada su posición en una reu-
nión del con, donde no aceptaba la votación por mayoría, ni la con-
decoración sindical y mucho menos la intervención del con en el régi-
men interno de los sindicatos. La discusión terminó con la expulsión
de la ctm.47

3. La oposición del bloque empresarial al proyecto nacionalista

Con la terminación de la guerra, desaparecían los motivos por los


cuales las organizaciones obreras habían aceptado renunciar a las huel-
gas y los paros. El gobierno no podía ir más lejos en este sentido, aun-
que los empresarios exigieran la incorporación de este sistema al régi-
men constitucional, porque ello podía amenazar la permanencia del
grupo revolucionario en el poder, máxime que las elecciones presiden-
ciales estaban próximas a efectuarse.
45 Medina, Luis. "Del Gardenismo al Ávila Camachismo, Historia de la Revolución Me-
xicana, núm. 18. El Colegio de México, 1978, pp. 329-331.
46 crom, Memoria , agosto de 1943, julio de 1945, pp. 192-205.
47 Tiempo , mayo 11, 1945.

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48 Investigación Económica

Los meses que sucedieron a la celebra


trial fueron testigos de una enconada
la CTM y la cnit, por parte de las conf
La concertación del pacto venía a re
de las posiciones del gobierno que ta
los empresarios, desde dos puntos de
en favor del intervencionismo estatal
protegía la existencia de las organizac
de los trabajadores contra la embestid
rición.
La parte obrera aunque no era precis
pacto, en cuanto a que se quería ante
obreros un sistema conciliatorio par
obrero-patronales, obtenía por lo men
tencia por parte de una minoría empr
Para el gobierno era fundamental ev
obrero organizado del prm, porque en
fuerza política. Su eliminación podría
de negociación frente a los empresari
control y la subordinación de los traba
gran medida, al aparato sindical buroc
En oposición a los ataques dirigidos co
del Velázquez anunciaba, en una ent
México, periódico del pcm, que la ctm
la creación de un Código del Trabajo
Partido de la Revolución Mexicana.
(afirmaba el Secretario General de l
eficaces que los consignados por la L
ya que estos últimos entorpecían, en
da solución de los conflictos obrero-p
ningún motivo la ctm aceptaría el plan
en donde pedían el recuento previo
favor o en contra de la huelga, ya q
lación de esta conquista obrera.48
Al mismo tiempo, lanzaban violentos
bardo Toledano y el ingeniero Lavín
líder de la ctal y acusar al presidente
lización de un pían internacional de po

48 La Voz de México, julio lo., 1945.


49 La Voz de México, 30 de septiembre de 1945.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 49

No obstante que las tres confederaciones patronales


bloque frente al Estado, algunas diferencias subsistía
canaco, apoyada por la Confederación Patronal, y l
Industrial.
La cp y la concanaco en su xvm Convención Anual, celebrada
a mediados de septiembre, resolvían uniformar la actitud de los hom-
bres de empresa en contra de los paros de los trabajadores, de los sin-
dicatos y de la cláusula de exclusión, para propugnar en cambio por
el arbitraje obligatorio y declararse por la desaparición de la lucha de
clases. También se pronunciaban contra la idea del Estado como po-
der supremo y absoluto y contra la intervención del Estado en la vida
económica, a la que consideraban opuesta al interés nacional. Final-
mente, exigían que se aceptara la colaboración de la concanaco en
la expedición de las leyes.50
La posición de la Confederación de Cámaras Industriales quedó sen-
tada en los acuerdos finales de su m Convención, que tuvo lugar en
enero de 1946, donde reconocían el desarrollo industrial como el in-
terés fundamental de México, como un elemento de "defensa de inte-
rés nacional", y como el medio para elevar el nivel de vida de las
mayorías. Además, aclaraban que exclusivamente correspondía a la ini-
ciativa privada hacerse cargo de la industrialización del país y mani-
festaban que el Estado debería intervenir sólo cuando los industriales,
por conducto de sus Cámaras, se lo requirieran. Asimismo, ofrecían
asesorar a los organismos del Estado sobre cómo deberían actuar ante
los problemas de orden público relacionados con la industria y repro-
baban el papel del Estado inversionista y competidor. Finalmente, se
pronunciaban contra cualquier sector industrial que tendiera y promo-
viera la lucha de clases, mientras que apoyaba el sistema de coopera-
ción amistosa entre gobierno, organizaciones obreras e industriales.81
La posición de la concanaco y de la cp era todavía más radical y
reaccionaria que la de la concamin, cosa perfectamente explicable si
recordamos los beneficios que esta última derivaba del periodo bélico
y de la política seguida por el gobierno tanto económica como políti-
camente.

La concanaco no mencionaba la necesidad de que el país se


trializara y negaba de entrada toda forma de intervencionismo
tal, a la vez que presionaba por la supresión de los derechos ob
y de las organizaciones de los trabajadores.

50 La Voz de México, 23 de septiembre de 1945.


51 El Popular, enero 26, 1946.

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50 Investigación Económica

La CONCAMIN no difería demasiado


baba abiertamente la industrialización
ver una cierta aceptación del protecci
acción del Estado sobre la economía a
no la reprobaba absolutamente. De igu
de la colaboración entre las clases era
ciación a través de nuevas reforma
más que presionar por la desaparición
nizaciones obreras.
La m Convención de los Industriales fue testigo de uno de los en-
cuentros frontales entre la concamin y la cnit más virulentos respecto
al plan de industrialización por el que deberían propugnar. El inge-
niero Lavín, en nombre de la cnit, se rebeló contra los dirigentes de
la confederación porque exigía una redacción más detallada y defi-
nida de las resoluciones.62 Sin embargo, la aprobación de dos puntos
que habían propuesto los representantes de la cnit calmó sus exigen-
cias: a) aconsejaban que se formara una conciencia económica del
concepto de "renta nacional" 88 y, b) reconocían la conveniencia de
una política arancelaria que permitiera la importación de productos
indispensables para el desarrollo y la elevación del nivel de vida de las
mayorías, a la vez que aceptaban una alta imposición fiscal para im-
pedir que la "renta nacional" se "dilapidara".54
La admisión de ambos enunciados sugería que si la Confederación
Industrial estaba dispuesta a ceder en algo, era precisamente en el
aspecto proteccionista que proponía la cnit, pero sin olvidar las con-
diciones antes expuestas.
Mientras tanto, la ctm y algunos importantes sindicatos de indus-
tria se movilizaban para hacer frente a los ataques de que eran objeto
por parte de los empresarios conservadores. Así, el Consejo Directivo
de la ctm anunciaba un paro nacional de cuatro horas en provincia
y una en la capital, con el objeto de detener la ofensiva de las fuerzas
conservadoras, pedir la disolución de la uns (Unión Nacional Sinar-
quista) y la prohibición de sus periódicos, además de declararse contra
la carestía, apoyar el control de los artículos de primera necesidad y
protestar contra la agresión imperialista en América Latina.
El 5 de febrero se suspendieron las actividades en los transportes

02 Medina, Luis. Del cardenismo . . . op. cit.. p. 337.


53 El concepto de "Riqueza Nacional" se definía - según Lavín - como la producción
agrícola, más la producción industrial, más los servicios, menos las importaciones. Futuro ,
mayo, 1945.
04 El Popular , 22 y 23 de enero de 1943.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 51

férreos, aéreos y de carretera, en los restaurantes, cent


centrales telefónicas, radiodifusoras, el sector eléctri
blecimientos del comercio libre y la gran industria.
laba que un millón de personas habían realizado el p
El paro formaba parte de todo un plan de acción
incluía igualmente una vasta campaña de publicidad
la labor de los órganos periodísticos de la reacción;
manente de las actividades de la uns y el pan y la
empresas que ayudaron moral o económicamente a la
En coordinación con la ctm, los sindicatos de ferrov
tranviarios publicaron el 2 de febrero un document
reacción, así como también a los secretarios de Econ
por no haber recurrido a las medidas necesarias par
nomía y acusaban al Procurador General de Justicia
de la uns.66
Para esas fechas, la ofensiva de los sectores empre
servadores había llegado a adquirir un nivel de fuer
no se había llegado a ver en los años del gobierno av
acción empresarial conservadora vinculada a los sect
la Iglesia Católica y de los partidos de oposición, real
general del comercio, la banca y parte de la industri
La iniciativa del paro surgió entre los banqueros
Guerrero, Jalisco y San Luis Potosí, idea que se disc
blea Ordinaria de la Asociación Nacional de Banquer
ro y donde poco más de la mitad de los asistentes la
tras que el resto denunció la naturaleza política d
acaloradamente.
El secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, ante la solicitud del
permiso correspondiente, dejó la decisión en manos de la Comisión
Nacional Bancaria. A esas alturas, los representantes de la Asocia-
ción Nacional de Banqueros, Mario Domínguez, ligado al pan, y Sal-
vador Ugarte, relacionado con el clero, incitaban a los demás a ir al
paro por encima de la opinión de la Comisión y de la decisión de las
autoridades. En tal situación, el Presidente se limitó a expresar al se-
cretario de Hacienda, que los bancos que quisieran cerrar podrían
hacerlo.
El día anterior al paro, el Boletín Financiero de la Asociación Na-
cional de Banqueros hacía pública una supuesta autorización de la
&5 Tiempo , febrero 8, 1946, y El Popular, febrero 6, 1946.
56 Tiempo , febrero 8, 1946, y El Popular, febrero 2, 1946.
57 Tiempo, febrero 8, 1946.

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52 Investigación Económica

Comisión Bancaria y del Ejecutivo par


ma la CONCANACO invitaba en alguno
sus establecimientos el viernes 11. La
vicepresidente de la cámara Ricardo Ur
Pablo Anderson, no así por su preside
podía verse demasiado comprometid
fondos entre sus correligionarios para
sidencial del pan, Ezequiel Padilla. El C
en los diarios del 10 de febrero un a
gerente, el ingeniero Honorato Carras
El mismo día, una asamblea común t
merciantes y patrones para discutir lo
el cierre de los comercios fue prácticam
cipales, mientras que en la banca el
que las instituciones nacionales de cré
en la industria tan sólo unas cuantas fábricas cerraron.
Muy pronto, la cnit desaprobaba cualquier tipo de paro, en tanto
que la ctm anunciaba una suspensión nacional de labores, en señal
de adhesión a todos los revolucionarios.58
El llamado paro político patronal adquiría sentido en torno a las
muy próximas elecciones presidenciales pero, desde otro punto de vis-
ta, la desconfianza empresarial se debía al posible retorno a la llamada
"lucha de clases", línea que relacionaban con el cardenismo y al que
se adjudicaría un exagerado papel interventor sobre la economía.
Un mes después la concamin, cuya participación en el paro había
sido mínima, celebraba la toma de posesión de su nuevo presidente,
Evaristo Araiza,59 el cual en su mensaje de salutación dejaba sentada
la posición de sus representados ante las actitudes tomadas por los
banqueros y los comerciantes. La línea trazada por Araiza tendía a
la conciliación entre ios industriales más cercanos al librecambismo y
aquellos que apoyaban mayormente el proteccionismo.
El nuevo presidente explicaba que la libre iniciativa dentro de los
marcos de la ley era un factor de progreso en México y reconocía la
posibilidad de intervención estatal cuando la acción de los particulares
fuera deficiente. Pero también afirmaba que el progreso dependía del
esfuerzo conjunto de todos los hombres de empresa, debido a lo cual
había que acercarse a los comerciantes y a los banqueros. Más adelan-
te aclaraba que la concamin como organismo representativo de un
58 Véase Tiempo . febrero 18, 1946.
69 D. Evaristo Araiza había sido por muchos años gerente de la Compañía Fundidora de
Fierro y Acero de Monterrey. Tiempo , marzo 8, 1946.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 53

sector económico debería mantenerse alejada de tod


tico o confesional y advertía que los industriales
postura librecambista a ultranza, ni tampoco una
proteccionista.60
La posición de la concamin fue completada unos
Carlos Prieto, observador presidente de la Compa
Fierro y Acero de Monterrey, cuando se quejaba de
industrial había sido frenado por una práctica incon
vimiento obrero que pretendía convertir casi todas
las empresas industriales en salarios, uso que impedí
necesarias para la renovación de las fábricas.61
En esta ocasión, el presidente salió a la defensa de l
do el 8 de abril, en la conmemoración del primer an
Obrero-Industrial, mostró sus simpatías por los capit
que no consideraban excesivas las demandas de los t
minadas a percibir un salario justo.62
La celebración obrero-industrial se realizaba en medio de un albo-
roto anticomunista de la cp y la concanaco a través de Voz Patronal,
Revista Patronal, Carta Semanal y sus periódicos en los estados, en
especial, El Mundo de Tampico. Las ideas que expresaban estos sec-
tores patronales quedaron sintetizadas en una ponencia presentada en
la Convención de Centros Patronales a mediados de septiembre de
1946, bajo el título de La industrialización del país y la política de la
Internacional Marxista. En una conferencia dictada a mediados de
octubre por el ingeniero Lavín, denunciaba las conclusiones de la Con-
vención Patronal. Se afirmaba (decía Lavín) que el comunismo era
propagado en el país de acuerdo a las pautas marcadas por el Con-
greso Internacional Comunista que había tenido lugar en Moscú, en
Ì935, y en donde la consigna establecida había sido la de lograr la uni-
ficación obrera. La acción de estos empresarios iba encaminada a di-
vidir al proletariado mexicano en el con, en la central mayoritaria, la
CTM, y en los sindicatos. Consideraban al prm como fruto de los linca-
mientos trazados por la Internacional Comunista y acusaban a los par-
ticipantes del pacto Obrero Industrial de estalinistas porque utilizaban
Ja industrialización como fórmula política para atacar al capitalismo
estadunidense y como medio para llegar a la revolución proletaria.
Concluían, de acuerdo con las palabras del presidente de la cnit, que
como los obreros mexicanos podían ser un factor en favor de una revo-
60 Tiempo . marzo 8. 1946.
61 Tiempo , marzo 22, 1946.
62 Tiempo, abril 19, 1946.

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54 Investigación Económica

lución proletaria, era mejor que no s


ción, para que no existiera proletaria
En la misma conferencia, el ingenie
los anticomunistas al explicar la sign
nismo en México. Lavín juzgaba qu
existía en México, no era, por cierto,
tido Comunista en el país, con un esc
poco porque el comunismo hubiera
como para derruir las tradiciones rel
de México, sino que el peligro com
antídotos desproporcionados que se e
que en realidad eran utilizados "para
pública contrario a los ideales de la R
ble que el poder cambie de manos y
la obra de la Revolución".

4. Efectos de la posgteerm en la eaonomía mexicana


Comercio exterior

Del término, de la guerra no resultó, como se esperaba, un cambio sus-


tancial en la orientación geográfica de nuestro comercio exterior. La
proporción mayoritaria tanto de nuestras exportaciones como de nues-
tras importaciones correspondió a nuestro comercio con los Estados
Unidos.
Uno de los efectos económicos más importantes ocasionados por la
posguerra, fue el considerable aumento de nuestras importaciones fren-
te a un incremento menor de nuestras exportaciones, debido a lo cual
el saldo de la balanza comercial negativo ya en 1944, se acentuó cre-
cientemente en 1945 y 1946.
Pero lo que parece más indicativo de los cambios producidos por
la posguerra en nuestro comercio exterior y, por tanto en nuestra in-
versión y producción internas, son las modificaciones presentadas por
la composición de las importaciones y de las exportaciones. En nues-
tra exportación, destaca el ascenso de las manufacturas, cuyo creci-
miento se observa desde los comienzos del conflicto.
Los artículos determinantes para el aumento del total de nuestra
importación, fueron principalmente maquinaria y productos industria-
les. De éstos, fundamentalmente se importaron: instalaciones indus-
triales, maquinaria textil, motores eléctricos y mecánicos, maquinaria,

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 55

herramientas y refacciones para la industria, bomba


nicos, camiones de carga y pasajeros, locomotoras, c
rril, etc. Además, substancias químicas, varilla corr
celulosa, aceites y lubricantes y gas natural.63 Cabe
situación contrasta enormemente con la imposib
bienes de capital que caracterizó a los primeros años

Balanza de pßgos

El año que finalizó el conflicto y el siguiente fuero


considerable disminución en la entrada de divisas qu
rizado a los años de guerra. En primer lugar, la ten
de la balanza comercial se vio acentuada al aumen
tivo de la balanza comercial antes señalado.
Durante 1945 la reserva monetaria aumentó debido a que se retuvo
cierta parte de los intereses y dividendos que normalmente se remitían
al extranjero y por el ingreso, relativamente modesto, de capitales
atraídos por los altos tipos de interés del mercado local, aunque prin-
cipalmente por la constitución de capitales circulantes de las nuevas
industrias extranjeras recientemente establecidas.64
La variación anual experimentada por la reserva del Banco de
México, S. A., muestra los aumentos habidos desde 1940 a 1945
(con excepción de 1941 ), en que el país logró acumular una considera-
ble reserva de oro y divisas; en 1946 registró una baja de consideración
producida no por la reducción de exportaciones de mercancías que
habían continuado creciendo, sino por el aumento, más que proporcio-
nal, de las importaciones.
En resumen, durante todo el periodo de la guerra hubo factores de
aumento y de disminución tanto de origen externo como interno.
Como factor de aumento externo los más importantes fueron las
exportaciones de mercancías; los renglones de turistas y de trabajado-
res mexicanos, que durante la guerra fueron a prestar servicios a faenas
agrícolas y en las vías férreas, dieron al país un ingreso considera-
ble de divisas; los préstamos de organismos internacionales deben to-
marse como disposiciones efectivas de los créditos concedidos.
Los factores de aumento de origen interno fueron la nueva produc-
ción de oro y plata, que por su carácter de divisa internacionalmente
Informe del Banco de Mexico, 1945, pp. 13-14 e Informe del Banco Nacional de Mé-
xico, 1946, p. 16.
64 Informe del Banco de México , 1945, p. 15.

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56 Investigación Económica

aceptada, tiene efectos de variación


en las reservas de oro y plata en pod
exportaciones mismas.
Entre los factores de disminución e
ciones de mercancías, que habían ve
rado a partir de 1944, originando l
reserva, que no pudo contrarrestar la
to; por tener una deuda exterior rel
absorbían una cantidad muy insignifi

Inversión y producción indus

Contrario a lo que había sucedido d


flicto, en que la inversión industrial
frente a un sorprendente aumento d
causas se explican en la introducción
un aumento prácticamente paralelo d
El incremento de la inversión indus
para esas fechas las restricciones im
tención de maquinaria y equipo en
desaparecido, además de que la fue
tenido lugar durante la guerra, que n
te por la carencia de importaciones d
el financiamiento de la creciente inver
los últimos años del periodo en estud

Cuadro 2. Producción industrial tot


la exportación y para el mercado
1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946

Volumen de la
producción 100 105.1 121.2 138.3 145.8 157.0 171.2 174.6
Incremento anual (%) 100 5.1 15.3 14.1 5.4 7.7 9.0 2.0
Exportación 100 122.4 194.1 44.9 704.9 607.8 975.2 905.4
Mercado interno 100 104.8 119.9 133.8 136.8 149.8 157.3 162.0

Fuente: Ortiz Mena..., op. cit., pp. 228-229.

65 Informe del Banco de México , 1946, pp. 42-43.

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DOS PROYECTOS DE INDUSTRIALIZACION 57

En contraste, la producción industrial fue perd


conforme los requerimientos de la demanda extern
yendo. Cabe aclarar que no fue sino hasta el año de
censo en la producción industrial y en las exportaci
mensiones de una crisis de posguerra.

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