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CURSO DE HISTORIA DE

LA FILOSOFÍA ANTIGUA

"UNA VIDA SIN INVESTIGACIÓN NO ES DIGNA DE SER


VIVIDA"

(Platón, Apología de Sócrates, 38a)

INTRODUCCIÓN GENERAL

Esta sentencia de la “Apología de Sócrates”, del gran filósofo griego Platón, puede
servirnos de introducción para tratar de comprender cabalmente el sentido de la actividad
filosófica, o como se suele decir del “filosofar”, tal cual éste era entendido en el marco cultural
de la Grecia Clásica, y que ha pasado ciertamente a la historia como el modelo y la matriz de
todo el pensamiento filosófico occidental.

Por lo tanto, antes de hablar de la Filosofía Antigua, investiguemos un poco sobre cuál
ha sido el origen o génesis de este fenómeno cultural del pensamiento filosófico en la Antigua
Grecia. ¿Para los griegos quién es verdaderamente “Filósofo”? Es aquel que busca
incansablemente la “Verdad”, y trata luego por medio de ella de vivir en plenitud su vida,
sorteando las difíciles condiciones de esta vida terrena y aspirando a la Felicidad.

Esto quizás nos hace recordar una sentencia de nuestro Divino Maestro Jesucristo:
“Para entrar en el Reino de los Cielos, hay que hacerse semejante a un niño”. Y qué más típico
de un niño pequeño que el preguntar constante e incansablemente por el: ¿por qué? de todas las
cosas. Esto nos da la idea de que el Filósofo es como un niño, en el sentido de que, pasando a

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través de las múltiples dificultades de la vida humana, conserva las características más propias
de lo humano, luchando por no deformar sus inclinaciones más naturales, sino más bien tratando
de llevarlas hacia su plenitud a través de un método estrictamente racional y de una
investigación sistemática.

Antes de tratar propiamente acerca de la historia misma de la filosofía antigua,


preguntémonos a propósito del fenómeno mismo del nacimiento de esta actividad suprema de la
inteligencia humana en el orden natural que llamamos Filosofía. Es evidente, para cualquiera
que reflexione mínimamente sobre el desarrollo histórico de la filosofía misma, que primero los
filósofos filosofaron, es decir pensaron en el nivel filosófico, y sólo luego se preguntaron el
porqué del inicio de esta actividad humana que lleva al hombre del plano de lo individual,
parcial, urgente, momentáneo, superficial, al plano de lo universal, de lo importante, de lo
permanente, de lo profundo, de lo primero y último, del fundamento, de lo que da sentido a toda
otra actividad propiamente humana. Después de varios siglos de quehacer filosófico, los grandes
filósofos comenzaron a preguntarse: ¿por qué los hombres comenzaron a filosofar?; ¿por qué la
filosofía nació en Grecia, pueblo pequeño y pobre frente a grandes imperios, y no en otras partes
del mundo civilizado de aquella época? Sigamos este itinerario para encontrar las raíces mismas
de nuestro hodierno filosofar.

De este modo, nuestro propio filosofar se hará más humano porque más consciente, y
también al mismo tiempo, se inclinará a una gratitud siempre más grande hacia todos aquellos
que pensando la realidad con mayor profundidad nos han ayudado a vivir más humanamente;
esto, en definitiva nos llevará a elevar un himno de alabanza hacia nuestro Creador y Redentor
que "todo lo ha dispuesto para el bien de sus elegidos", también la obra intelectual de pensar la
realidad desde el punto de vista filosófico. Indagando el hombre, hasta las últimas causas, la
realidad que lo rodea y la realidad de su propio ser, va descubriendo el rostro del "Otro", de
aquel que es principio y fin de todas las cosas, "Luz de Luz", Verdad y Bien absoluto; de este
modo la filosofía no tiene otro fin que el de reconocer que somos, como decían los filósofos
griegos, "una estirpe divina", y que toda nuestra vida no tiene como finalidad sino la de
"asemejarnos a la divinidad", trascendiendo por nuestro espíritu los límites del espacio y del
tiempo, participando de la vida de Aquel que es el mismo "ayer, hoy y siempre".

2
I) ETIMOLOGIA DE LA PALABRA:

Los griegos disponían de un nutrido vocabulario para significar los modos del saber:
Sofía, gnosis, gnome, noesis, sinesis, idreie, episteme, epistemosine, idmosine, matesis, matema,
istoria, filosofía, filomatia, polimatia.

Pero la misma amplitud de esas denominaciones ha permitido que bajo ellas hayan
podido cobijarse holgadamente los sentidos más diversos. En concreto, los que ha revestido la
palabra filosofía a lo largo del tiempo son casi tantos como el número de sus cultivadores,
conforme al concepto que cada uno tiene de la realidad y de nuestro modo de llegar a conocerla.

Esta vaguedad e imprecisión eran perfectamente naturales en los comienzos de la


Filosofía, que es un producto elaborado por la inteligencia humana, y que ha necesitado un largo
lapso para llegar a su madurez. La Filosofía se enfrenta ineludiblemente con el problema de
determinar su propio concepto. Pero no se trata de un problema previo. Antes bien, si nos
fijamos en el orden genético de los hechos, vemos que primero han filosofado los hombres, y
después, reflexionando, han adquirido conciencia de que han hecho filosofía y han tratado de
precisar su concepto. Los problemas filosóficos fueron surgiendo poco a poco, de una manera
confusa, implicados unos en otros, al enfrentarse los hombres con la realidad. Sólo después de
llegar a un cierto grado de madurez fue posible plantear reflexivamente el problema de la
ciencia, buscando criterios para distinguir y articular orgánicamente sus diversas partes.

Por esta razón no nos dice gran cosa el simple análisis gramatical de las palabras
primitivas, excesivamente generales, las cuales han ido precisándose cada vez más y llenándose
de un contenido más rico, aun cuando en ocasiones sea sumamente diverso. Las palabras Sofía y
sofos tienen en la literatura griega un sentido muy amplio, aplicándose indistintamente a toda
clase de saber, tanto especulativo como práctico. En Homero, sofos significa hombre hábil en
artes mecánicas, y por derivación, prudente, astuto, ingenioso, sutil. Un sentido semejante tiene
atribuido a los Siete Sabios de Grecia, cuya "sabiduría" expresa simplemente la ciencia práctica
de la vida, o lo que podríamos llamar prudencia o experiencia. Jenófanes y Heráclito
contraponen la sabiduría (sofín), el primero, a la fuerza bruta (reme) de los hombres y de los
caballos, y el segundo, a la erudición superficial de los pitagóricos (polimatia).

3
La palabra Sophia tuvo como significado primitivo la habilidad manual en un arte
cualquiera; luego la habilidad en las bellas-artes: música, poesía; por fin el saber en general,
con un carácter de excelencia.

Las palabras “sabio y sofista” fueron por largo tiempo sinónimos. Un sofista era un
hombre que se destacaba en un arte, y un sabio. Luego, la palabra pasó a designar un maestro
de elocuencia, arte soberanamente útil en la democracia ateniense. Por fin, tomó un sentido
peyorativo: en la Atenas del siglo V, un sofista es un maestro de retórica que domina con
habilidad argumentos capciosos, que se jacta de hacer triunfar cualquier tesis, que desvía a la
juventud, y llega al colmo de hacerse pagar las lecciones, a los ojos de los griegos, indigno de un
hombre bien nacido.

En latín, sapientia viene de sapere: tener un paladar delicado, tener buen gusto; por lo
tanto, ser un buen conocedor, bien juzgar en todo campo. Y así se asimila al concepto griego de
sabiduría: un saber superior al nivel medio.

Más imprecisa aún es la palabra Filosofía, la cual, etimológicamente, sólo expresa


curiosidad, afición o deseo de saber (filos-sofia), sin referirse a ningún objeto determinado.
Según Diels, su origen es probablemente Jónico 1. El documento más antiguo sería el fragmento
35 de Heráclito: "Es preciso que los amantes de la sabiduría (filósofos andras) conozcan muchas
cosas"2. Aunque esa expresión aparece atribuida a Heráclito por Clemente de Alejandría, y
pudiera reflejar un concepto posterior3.

El mismo sentido amplio e indeterminado tienen las palabras que Herodoto pone en boca
de Creso dirigiéndose a Solón: "Han llegado a nosotros muchas noticias tuyas, tanto por tu
sabiduría (sofín) como por tus viajes, y que, movido por el deseo de saber, has recorrido muchas
tierras para conocerlas"4. Tucídides atribuye a Pericles una expresión semejante: "Amamos la
belleza con moderación y amamos la sabiduría sin debilidad"5.
1
DIELS., Vorsokratiker, I, p. 519 nota 6.

2
Id./ibid., I, 22 B35.

3
CLEMENTE DE ALEJANDRIA., Stromata, II 421,4.

4
HERODOTO., I30.

5
TUCIDIDES., II40.

4
Cicerón6 y Diógenes7 recogen de Heráclides de Ponto la tradición que atribuye a
Pitágoras la invención de la palabra Filosofía. Según Aecio, era corriente entre los pitagóricos8.
Pero tampoco era mucho más precisa la palabra Matemáticas (matemata=enseñanzas) que éstos
utilizaban.

En Sócrates y Platón se acentúa la contraposición entre sofía y filosofía, dando a la


segunda un matiz de modestia, con un poco de fondo escéptico. La sabiduría perfecta (sofía) es
propia de Dios, que es el sabio por excelencia. Los hombres solamente son filósofos, es decir,
amantes o aficionados a la sabiduría9.

Digamos pues, en primera aproximación, que la filosofía es el amor, o la búsqueda,


de un saber eminente.10

II) El NOMBRE DE "FILOSOFIA", ORIGEN Y


SIGNIFICADO11:

Más allá de la etimología del nombre "filosofía", que ya hemos puesto de manifiesto en
la primera parte, veamos cual es la historia de esta palabra que esconde su realidad más
profunda. Esta realidad del significado de la palabra “filosofía” nos llega como muchas otras
cosas de la Antigüedad no por un testimonio directo sino por una tradición posterior.

Según una tradición que trae a colación Cicerón, y que remontaría a un alumno de
Platón, llamado Heráclides el Póntico, es Pitágoras el inventor del nombre "filosofía". Los

6
CICERON., Tusc. V 3,8.

7
DIOGENES LAERCIO., I, 12.

8
AECIO., I 3,8.

9
PLATON., Fedro, 270d.

10
VERNEAUX R., Introduction générale et logique, nov. ed., Paris 1968, Beauchesne et ses fils, p. 9.

11
VERNEAUX R., op-cit., p. 11-12.

5
primeros pensadores de Grecia eran llamados sabios; Pitágoras, por modestia, no quiso ser
llamado sino amigo o amante de la sabiduría. El texto de Cicerón al que hacemos referencia se
encuentra en las Tusculanas:

"Con éstos, es decir con los siete sabios, comenzaron a dedicarse con
empeño a la contemplación de las cosas todos los que sostenían ser sabios y
eran llamados sabios, y este nombre se extendió hasta la época de Pitágoras,
quien, según escribió el discípulo de Platón e ilustre varón de primer rango,
Heráclides de Ponto, fue llamado a Fliunte para discutir con León [Leontes]
-gobernante de Fliunte- algunos temas de alto nivel e importancia. Tras
quedar admirado León del talento y elocuencia de Pitágoras, le preguntó en
qué arte confiaba más, a lo que éste replicó que no conocía arte alguno, sino
que era filósofo.” (Cicerón, Tuscul., V 3, 8).

Aristóteles no dice nada de esta tradición, que sin embargo estaba en buena posición
para conocer, habiendo sido él mismo discípulo de Platón durante 20 años 12. Pero pronuncia
por su cuenta una sentencia del todo similar, poniéndola bajo el patrocinio del poeta Simónides:

"Se podría a buen título estimar como más que humana la posesión de
la Sabiduría. Bajo tantos aspectos, en efecto, la naturaleza del hombre es tan
esclava, que según Simónides, sólo un Dios puede gozar de este privilegio"
(Met., I, 2).

III) EL SENTIDO DEL NOMBRE:

Habiendo definido la etimología y la historia del nombre debemos pasar a su


significado teórico. Cuando tratamos de definir lo que es la filosofía, las dificultades
comienzan. Provienen no tanto de las diversas concepciones que a lo largo de la historia se han
dado de la sabiduría, sino más bien de que en el seno de la corriente aristotélico-tomista ha
habido en este sentido una profunda evolución.
Veamos en primer lugar la historia anterior al Tomismo. Para los Griegos, desde su
nacimiento, la filosofía presentó en modo neto las siguientes tres características: a) su
contenido, b) su método, c) su finalidad.

a) En cuanto a su contenido, la filosofía quiere explicar la totalidad de las cosas,


toda la realidad13, sin exclusión de partes o momentos. Por ello se distingue de las ciencias
12
PLATON., Fedro, 270d.

13
ARISTOTELES., Metafísica, I, 982b.

6
particulares. Es la pregunta de los primeros filósofos: "¿cuál es el principio de todas las
cosas?". Así la filosofía se propone como objeto toda la realidad del ser, buscando el primer
principio, o sea el primer "porqué" de las cosas.

b) La filosofía busca una explicación puramente racional de la totalidad que tiene


como objeto. Lo que vale en filosofía es el argumento de razón, la motivación lógica, el logos.
No basta a la filosofía constatar, relacionar experiencias: la filosofía debe ir más allá del hecho,
más allá de la experiencia, para encontrar la causa o las causas con la razón. Las grandes artes y
religiones tratan de comprender el sentido de toda la realidad, pero a través del mito y de la
fantasía, o con la creencia y la fe; mientras la filosofía busca una explicación de la totalidad
del real al nivel del logos.

c) La finalidad de la filosofía está en el puro deseo de conocer y de contemplar la


verdad. La filosofía griega es desinteresado amor a la verdad. Los hombres, escribe Aristóteles,
en el filosofar "buscaron el conocer a fin de gustar y no para conseguir alguna utilidad
práctica". En efecto la filosofía nace sólo después de que los hombres han resuelto los
problemas fundamentales de la subsistencia y son libres con respecto a las urgencias materiales.
"Es evidente, por lo tanto, concluye Aristóteles, que nosotros no buscamos en la filosofía una
ventaja extraña a ella misma, y, así, es evidente que, como decimos hombre libre a aquel que es
fin a sí mismo y no está sometido a otros, así ésta sola, entre todas las demás ciencias, decimos
libre: ella sola es fin asimisma". Es fin asimismo porque mira la verdad buscada, contemplada y
gozada como tal. Se entiende, por lo tanto, la afirmación de Aristóteles: "Todas las otras
ciencias serán más necesarias que esta, pero ninguna le será superior". Una afirmación que toda
la greicidad hizo propia.

Una reflexión se impone. La "contemplación" que es peculiar de la filosofía griega no


es vacuo otium (ocio). Ella no está sometida a fines utilitarísticos, pero posee una relevancia
moral y política de primer orden. Es evidente, en efecto, que, contemplando la totalidad,
cambian necesariamente todas las perspectivas usuales, cambia la visión del significado de la
vida del hombre, y una nueva jerarquía de valores se impone. La verdad contemplada infunde
una enorme energía moral.

Resulta evidente, de lo dicho, la absoluta originalidad de esta creación griega.


También los pueblos orientales tuvieron una "sabiduría" que intentaba interpretar el sentido de
7
todas las cosas, y que no estaba sometida a fines pragmáticos; pero tal sabiduría estaba llena de
representaciones fantásticas y míticas, y esto la ponía en la esfera del arte, de la poesía o de la
religión. En el haber intentado esta concepción de la totalidad haciendo sólo uso de la razón
(logos) y del método racional, está el gran descubrimiento de la filosofía griega. Un
descubrimiento que ha condicionado estructuralmente de manera irreversible toda la cultura
Occidental.

IV) LA FILOSOFIA COMO NECESIDAD PRIMARIA


DEL ESPIRITU HUMANO14:
La filosofía es entendida generalmente como el estudio del todo, de toda la realidad, de
todo el ser, mientras las ciencias particulares estudian un determinado campo de la realidad.

Considerando los filósofos Presocráticos se ve como no buscaban un principio de este o


de aquel hecho, por ejemplo, de una determinada especie viviente, sino el principio, el "arjé",
de toda la realidad, el principio del cual se generan todas las cosas naturales. ¿Cómo surge el
cosmos? ¿Cuáles son las fases y los momentos de su generación? ¿Cuáles son las fuerzas
originarias que obran en este proceso? Y si limitaban su investigación a la naturaleza, y no se
preocupaban todavía del mundo humano, del mundo del espíritu, esto sucedía porque no habían
prestado aún atención a ello, porque no tenían todavía un concepto de espíritu, no porque
quisieran limitar sus investigaciones a un solo campo de la realidad.

Parménides representa un momento culminante del proceso de formación del saber


filosófico, pues se pone la pregunta del ser, del ente más allá de sus diferencias (de las formas
particulares), dando nacimiento así al nivel metafísico del saber.

Será el mérito de los sofistas y sobre todo de Sócrates el haber trasladado el interés
primordial de la filosofía al problema del hombre. Cae en crisis la problemática del cosmos y
la atención se concentra sobre el hombre y su específica virtud. Nace de este modo la
problemática moral. Sócrates ve la dignidad de la filosofía en que vuelve al hombre virtuoso,
siendo la fuente de sus males la ignorancia.

14
REALE G-ANTISERI D., op-cit, p. 12.

8
Las grandes síntesis del siglo IV a.C. enriquecerán ulteriormente la temática
filosófica, distinguiendo problemas (conexos a la problemática del todo) que representarán
luego, en el curso de toda la historia de la filosofía, como puntos de referencia paradigmáticos.

Platón descubrirá y buscará demostrar que la realidad o el ser no es de un sólo género, y


que más allá del cosmos sensible existe también una realidad inteligible y trascendente al
sensible, y, por lo tanto, descubrirá aquella que más tarde será llamada metafísica (realidades
que trascienden las realidades físicas).
Este descubrimiento llevará a Aristóteles a distinguir una física verdadera y propia
como doctrina de la realidad física distinta de la metafísica, que se ocupa de las realidades
suprafísicas.

Los problemas morales se especificarán, se distinguirá dos momentos de la vida, el del


hombre singular y el del hombre asociado, y nacerá así la distinción de los problemas éticos de
los problemas políticos (problemas que sin embargo estarán íntimamente conexos).

Con Platón y Aristóteles serán fijados los problemas (ya anunciados por los filósofos
precedentes) de la génesis y de la naturaleza del conocimiento, y aquellos lógicos y
metodológicos. Es método de la búsqueda racional. ¿Cuál es la vía que el hombre debe seguir
para alcanzar la verdad? ¿Cuál es el aporte de los sentidos y cual el de la razón? ¿Cuál es la
característica del verdadero y del falso? ¿Cuáles son las formas lógicas por las que el hombre
piensa, juzga, razona? ¿Cuáles son las reglas del recto pensar? ¿Cuáles son las condiciones para
que un tipo de razonamiento pueda decirse científico?

En conexión con el problema lógico-gnoseológico nace el problema de la determinación


de la naturaleza del arte y del bello, el problema estético. El problema retórico.
La filosofía proto-aristotélica tratará de estos problemas como definitivamente
adquiridos, que reagrupará en: 1) físicos (ontológico-teológico-físico-cosmológico), 2) lógicos
(y gnoseológicos), y 3) morales.

La última filosofía griega, que se desenvuelve en época ya cristiana, responderá a


instancias místico-religiosas, conformándose al espíritu de la nueva época.

9
¿Por qué el hombre ha comenzado a filosofar? Los antiguos respondían que tal
necesidad se radica de manera estructural en la misma naturaleza del hombre: "todos los
hombres por naturaleza aspiran al saber"15. Y también: "El ejercitar la sabiduría y el
conocer son deseables por sí mismos para los hombres: no es posible, en efecto, vivir como
hombres sin estas cosas, y además son útiles para la vida; en efecto, nada nos sucede de bueno,
que no sea realizado después de haber razonado y obrado en conformidad con la sabiduría".
Además, sea que el vivir felizmente consista en el probar placer, sea que consista en el poseer la
virtud, sea que consista en la sabiduría, en todos estos casos es necesario filosofar: estas cosas en
efecto nos llegan principal y claramente por medio de la filosofía. Y los hombres tienden al
saber porque se sienten plenos de "estupor" o de "maravilla", dicen Platón16 y Aristóteles:
"Los hombres han comenzado a filosofar, ahora como en los orígenes, a causa de la maravilla:
mientras al principio quedaban maravillados de frente a las dificultades más simples, luego,
progresando poco a poco, llegaron a ponerse problemas siempre mayores, como los problemas
que atañen los fenómenos de la luna y aquellos del sol y de los astros y después los problemas
que atañen al origen del entero universo"17.

Es pues esta "maravilla", la cual surge en el hombre que se pone frente al Todo y
se pregunta cuál sea el origen y el fundamento de este y cual el puesto ocupado por él
mismo en este universo, la raíz de la filosofía 18. La filosofía es ineliminable e irrenunciable
porque lo es la maravilla de frente al ser.

¿Por qué este todo? ¿De dónde viene? ¿Cuál es su razón de ser? Estas preguntas se
reducen a la siguiente: ¿Por qué el ser y no más bien la nada? ¿Por qué existe el hombre? ¿Por
qué yo existo?

Como es evidente se trata de problemas que el hombre no puede no ponerse, o al


menos problemas que si vienen refutados degradan al que los refuta. Y son problemas que
mantienen su sentido preciso aún después del triunfo de las ciencias particulares modernas, pues

15
ARISTOTELES., Metafísica, I, 980a.

16
PLATON., Teeteto, 155d: "Es propio del filósofo estar lleno de maravilla; no tiene otro origen el filosofar
que este de estar lleno de maravilla".

17
Id./ibid., I, 982b.

18
S.THOMAE AQUINATIS., S. Theol., I, q. 12, a. 1.

10
ninguna de estas está capacitada para resolverlos. Las ciencias responden solamente a preguntas
sobre las partes y no a preguntas sobre el sentido del todo.

Por estas razones podemos repetir con Aristóteles que no sólo en el origen, sino también
ahora y siempre, la vieja pregunta tiene sentido, y tendrá sentido mientras el hombre probará
"maravilla" de frente al ser de las cosas y de frente al propio ser; es decir, mientras el hombre no
descubra todas las causas del origen y del fin de su propio ser en el mundo.

Platón propone también otro concepto diverso a propósito del origen del filosofar:
la filosofía como planteamiento y solución del problema de la vida 19. En el Fedón, Platón
define la filosofía como una preparación a la muerte, pero la muerte entendida como ingreso en
la verdadera vida, la muerte como la que revelará el verdadero significado de la vida humana.
"Aquellos que aman el saber...conocen bien que la filosofía, ocupándose de educar su
alma...busca poco a poco guiarla y aún se ocupa de liberarla del cuerpo...y la exhorta a recogerse
y a restringirse toda sola en sí misma..."20.

Así también las filosofías post-aristotélicas: estoicismo, epicureísmo, neoplatonismo. El


problema central de estas es el de la vida: qué significado y qué valor tiene la vida humana.
Surgen muchos tratados de la "vita beata". S. Agustín es un ejemplo egregio de este modo de
concebir la filosofía.

Unidad de las dos teorías: ¿Son dos problemas diversos, el del ser en su totalidad, y el
de la vida humana? No lo son pues en el todo estoy incluido también yo mismo, y resolver el
problema del todo significa resolver también el problema del hombre, del valor de la vida
humana.

Por esto la filosofía, aún en su aparente carácter abstracto, incide profundamente sobre la
vida. No es indiferente para la vida moral de un hombre la filosofía que él profesa, mientras que
es totalmente indiferente su grado de conocimiento en matemática o en química. Hay verdad, si

19
VANNI-ROVIGHI., Elementi di filosofia, vol. I, Brescia 1962, La Scuola, p. 9-12.

20
PLATON., Fedón, cap. 33.

11
bien con una cierta exageración, en la frase de Fichte: "La filosofía que uno tiene, depende de
qué hombre uno es"21.

El problema de la vida está implícito en el problema del todo, pero este está a su vez
implícito en aquel. De hecho, para saber cuál es el significado que tiene la vida humana es
necesario ver de dónde venga y cual sea su término. ¿Soy el producto de fuerzas ciegas o de una
Providencia ordenadora? ¿El término de mi vida es la nada o es alcanzar otra vida, más intensa y
alta?

Un determinado pueblo o individuo puede comenzar poniendo el acento sobre un


problema, otro pueblo u otro individuo puede comenzar poniendo el acento en otro. Los Griegos
acentuaron primero el problema del todo, del universo. Pero lo importante es comprender que
un problema implica al otro.

Así el afrontar el problema de la vida lleva a afrontar el problema del conocimiento, en


vista de garantizar los actos cognoscitivos con los cuales se resuelven paso a paso el problema
del universo y de la vida. Para los griegos, este era un tema fundamental en la vida del hombre:
el hombre como ser dotado de “logos”, es decir de algo divino en él a diferencia de los otros
seres de este universo; se ve necesitado de la verdad para poder vivir bien. Ya que no sigue un
movimiento espontáneo como las plantas, o un movimiento instintivo como es el caso de los
animales, necesita de una visión recta del mundo, de sí mismo y de Dios, para alcanzar la
felicidad. A una visión distorsionada de la realidad, le seguirá un obrar desordenado que lo
alejará de su plenitud.

21
FICHTE., "Was für eine Philosophie man wähle hängt davon ab, was man für ein Mensch ist", Erste
Einleitung in die W. L. 1797, ed Medicus (Fichte's Werke), vol. III, pag. 18.

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