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352 RPO MANUEL CUERVO, 0. F. Tate accidental. Y entonoes, qué significarian el principio. 4a consoreio y sus titulos de Corredentora y Mediadsre univer- senet Bénero humano, a no ser que Maria fué la Madre det re dentor, por quien nos vino y eonseguimos tods Ip gracia? Ho ahi, Drevemente indicado, por qué ereamos nosotros que, sre ntrto ¥ In satisfacoién ex condignitate, no se salve cl cat fiadero contenido de la Corredencién mariana, Es stacie todavia 12ine falta por abondar ex este problema, en el que todos dence , Procurendo sree un cuerpo orginico y consistente de docisina, oe a Monia eon le solerioldgion de Jesueristo y las ensehianses feng Trateca ay el Teologia respecto de Maria, de te graci, de nea. ‘Salamanca, 24 de diciembre de 1944, ORIENTACIONES MARIOLOGICAS ° LOS ESTUDIOS MARIANOS EN NUESTROS DIAS Pom et Rao. P. Narciso Garcia Gareés, C. M. F. SRS Huelga la prosentacién del R. P. Narciso Garcia, Bl ato 1940 Dublied sus dos obras “Mator-Cornedempteix” U“Titulos y Grande. ras de Maria”, + aue le han merecido un puesto distinguido entre tos maridtogos. Bl mismo afto arrojé ta semilla de ta cual, al calor det Congreso Naclonal Mariano de Zaragoza, debia nacer nuestra Sociedad Ma. "olégica Espafiota, Después, etd en st recuerdo y en ta grattud 4e todos su actuacién en ta I Asamblea Nacional de Mar ‘ologia, EL articulo siguiente es una muestra de su desprendimiento, Ma que habiéndoto escrito para revista de su Instituto, lo ha cedide, & imitancias nuesiras, porque nos parecié muy oportun para orientar a los amigos y colaboradores de S. M. B. a i LOS ESTUDIOS MARIOLOGICOS EN NUESTROS DIAS El presente arliculo no ha sido trabajado para Estupros Marua- Nos. Esta confesién, lisa y lana, esperamos nos conciliars la be- nevolencia de los lectores, que podrian sentirse dofraudados, al no encontrar aqui ot ¥alor cientifico de Ia investigacién especula- tiva o positiva que campea en los estudios precedentes. Nos habiamos propuesto orientar a los Jeetores de una Revis- ta de divulgacién, acerca del movimiento marioligico en nues- ‘wos dias, cuando alguien nos sugirié Ia idea y atin nos rogé insistentemente que publicésemos estas cuariillas en Esrupios ‘Mananos. Es verdad que el érgano de Ia Sociedad Mariolégica Espafiola se abre, de suyo, a las monografias y trabajos espe- cializados sobre las grandezas y privilegios de la Virgen; pero luna mirada de conjunto a la produccidn bibliogrifica més sa: liente de los tltimos afios (y concretamente dol iltimo sexenio, del cual nos saldremos s6lo por via de excepeidn), ayudara inclu- 80 a log mariélogos y més a los que no siguen fan de cerca el ‘movimiento de la cieneia mariana. Pero hay algo mis: trétase del primer volumen de Esropios ‘Manuaxos. Su aparicién, como argeno de la Sociedad Mariolégi- ca Espafiola y frulo remoto del tltimo Congreso Mariano Nacio- nal de Zaragoza, puede despertar muchas aficiones... gPor qué no tender le mano y atraer dicha Sociedad a esos eullusiastas Jévenes profesores de Seminarios y Colegios de religiosos que deseen colaborar en la glorificacion dt Nuestra Sefiora, restau rando el pasado esplendoroso de nuestra mariologia? ¢Por qué no orientarlos mostrindoles el camino? Sin embargo, no es tarea fécil. Al poner manos a la obra, topa uno con Ja absoluta carencia de medios en muchas de nues- ‘ras bibliotecas, y los dias que vivimos son, franeamente, desfa- ‘vorables para resiimenes de este género. Por Jo mismo, con un plan modesto y sin pretensiones de ha- ‘cer una resefia aeabada, intentaremos dar a los lestores unas no- 356 BF NARGISO caRcts cARofs, ¢. a6, a ticias de interés sobre biblio, Meas de in gratia y ouestiones mastolégicas de {DIDIOGRAPTA MARIANA Ele apatad, sb abies de sr espacio donb Mtoe RAPP, Baty Baton, 0. Joy aparesios nat biome tae 838 (trescientos treinta Y ocho), y oho de er onmpia ni, Sistnguinne ron soto ‘oats 4) Manet, ontna. completo, lenaria todo el M,, en una lista de traba- 940, anotaban no menos de la enumeracidn distaba mu- idad de 10s lectores, nosotros en esa abundantisima pro- 7 —Enite las varias docenas de obra {e podrfamos citar, queemos fjemon ens ene Go ape RENO (Asls), “Maria Santissimas Madve‘di te cae i osra(Onande, Pv Ut) ai, 10 tpPENs (5.), de los Padzes Blancos, “Movil xe 1 8. “Mariologine Compen- sng ggtaACH Eig), O.. Maitog” Tesla de Be rei, Vitwine Masin Mate Det alque Deu nr homies Lamesen (HL), 8.1, “De Beata Virgine™, Rom co, Serene: durum dudtoram, por sjareoer coma inles privados de ls disefpulos de la Universidad Greer ‘Wartant,(Franciseo Miguel), “Vida de Maria la Mates done. i Pask oimaiad de os tcares dan pian rcontemest ats ASE! Arte Sirs Taam SEM: Satein des anced Pantie CML: Collectanes Mati nansia, reas Sins Tei irs Them Pace), EpheneaesTesape avin ert on 20 an ttre three eaattue de Lie (ASR: Recherches de Science Religigase, A a: Reve Tenis Toe Eesti Review Tiesesehe Qari Yeon Den correspondiente que are Mas tet Saga ORKENTACIONES MARIOLOGICNS 357 suis”. Versién de la segunda edicién alemana, por el P. Marce- lino Zalba, S. 1, Feiburgo (Alemania), 1988. AtastRUBY (Gregorio), “Mariologia sive tractatus. de Beatissi- ma Virgine Maria Matre Dei”, Valladolid, tom. 19, 1984; tom. 22, 1944. Gancta Gancts (Narciso), C.-M. F., “Pitulos y Grandesas de Maria 0 explicacién teolégico-popular de lox misterios y prerro- gativas de ta celestial Semiora”, Madrid, 1940. Goromen (Fr. Luis), 0. FM. “La Virgen Maria", Barcelo- via, 1988, CanPaxa (Emilio), “Maria net Dogma Cattolico”, edic. cuai ta, Turin-Roma, 1986. Son también interesantes los dos voliime- - nes del mismo Campana, “Maria net Culto Cattotico”, 1988. Rosazst (Gabriel), 0. S. M., “H capolavoro di Dio”. (Piccola mariologie divisa in trenta istruzioni utilissime pel mese di anaggio}. Turin-Roma, 1988. — “Mariologia”. Tom, 1: Inkroductio in Mariologiam, Mildn, ‘40H, (Hemos ofdo que ya ha visto la luz el segundo tomo, pero ‘no hemos podido hacernos con él.) Autores de mariologias, mas o menos generales, son tam- bbién el P. Bunxann, 0. P.: “Le Mystere de Marie”. (Les origines ot Jes grands actes de la Maternité de grace de la sainte Vierge), ‘obra publicada ya en 1933, pero traduelda a varias lenguas on eb iiltimo sexenio, y que justamente reclama una versién al cas lellano. Gowi (mmo, Card): “Maria Suntisima” (obra péstuma), ‘dos vokimenes, en que se recogen diversos eseritos pastorales ¥ conferencias del ilustre purpurado y abundante material sobre a mediacién de Maria, reunido por él, como miembro de la ‘Comisién pontificia, para el estudio de la defintbilidad de esta prerrogativa mariana, Ganntoou-Lacrance: “La More due Sauveur et notre vie inte rieure” (Lyon, 1944). La obrita tiee eardcter marcadamente as- cético, pero estudia hermosamente gran parte de los privilegios ‘de Maria, tales como la inmaculada concepeidn, Ia plenitud de gracia, la asuncién y realeza, y sus oficios de madre espiritual, ccorredentora y dispensadora de las gracias. agZittana (Dom Gaston), 0. 8, B.: “Marie de qui est né Jésus" 'aris, 1987. Habré de ser una mariologia completa en 1h vai menes, trabajada por los monjes de Solssmes, Hasta hoy ven ppublicados 1s tres primeros que (rlan de la matemidad divine umaculada coneepeién y plenitud de gracia de Maria, Ne wn {igemos dar un jut sobre In obra hana ela conui, for luo la misma altura de ta escuela donde so elabora, puede we. gtoar alguna desiusén que objelivament,acao ae fuga ee No podemos convertir estas columnas en anunci anda; pero silos letores hubleran de pedinoos we eee: Préolicos, Jes recomendatiamos Alastruey y Merkelbach ioe {que deban explicar marilogia; Colomer'y Gomme gts pe sadores que quieran enfocar el mister mariano en’ su senhen ites Rn neyo onl . sia, eonviene sobre todo a los predieado- % ¥ esetiores que quieran dar doctrina sdlida y abundant. epi libre de Lennerz es muy incompleto para mariologin ge- reyes S6lo estudia ta maternidad y vinginidad de: Masi, su Asuncién y mediacién; el de Keuprens, trata hermocamente, tl problema ide ta eoeredencién y mevaciém, pore er ae ae Mario, encuadtada en el ambiente histérieo en que Ia Virgen Towers; pero me temo que no sea del gusto espafo. pata’ tenes més fortuna "La Virgen Maria en su marco imo”, de Bravrats, traduecién del P. Samuel Ei 7 a" 7 . Samuel Eijan, Ma- Grid, 1944, aunque tenga menos valor Jocumental y se remit nds de una vez a la imaginacién y la hipdtesis (2). 3) Estupi0s pu tas FUENTES MaRToLénicas No. dont ERIN De MS MantoLéaicas—No habremos de Siendo una rama de In Teologia, la ciencia uuriana ha de cacy ARO 5 eck EDA Ub dl P,P Bote, “Mere : 7: 8 eres, un oslo human Sin mee, GEG, AEA AMEL Btbtonasos por caraster orion. Lon tas sa anor ab ORIENTACIONES ataRroLdoteas 359 empezar el estudio do las grandezas de-la Virgen, izvestigando el fundamente de las nsismas (an sit) en 1a doctrina revelada, es decir, estudiando la Hseritura y la Tradicién, Bs un trabajo previo fundamental, descuidado —tal -ver—en “otros tiempos: pero hoy cultivado con cariiio, Citaremos algunos trabajos principal AtanEDa (Santiago), 0. S. B., “La Virgen en la Biblia y en 1a Primitiva Iglesia”, reeditado en Barcelona, 1989. Como estudio de conjunto es, acaso; 1a mejor obra que conocemos, aunque ‘no pueda amarse un estudio definitivo, Dp Sturanr (G.), “Maria Santissima nettantico Testamento, nella sua vita ¢ nella vita della Chiesa”, Turin, 1939. ‘Aqui debemos recordar también 1a Introduceién a la Mario- logia ds Rosehini, ya mencionada, la cual pudiera Uamarse, mejor todavia, Introduccién al estudio de las fuentes mario- légicas. a ‘También podrian citarse los estudios generales sobre la li- turgia (ya hemos aludido al de Castraxa), como el del benedic- tino P. 0, Guminrez, “El culto litirgico de ta Santisima Virgen”, Madrid, 1998. Gon cardeler mas particular, han aparecido varios estudios sobre la doctrina de los Papas, sobre determinadas cuestiones exegéticas y sobre Ia docirina de algunos Padres y.escritores eolesidsticos. Merocen sar conocidos, entre otros: Brreewaesx, “Adnotationes circa doctrinam B. M. Virginis “Corredemptricis in documentis RR. Pontificum”, en ETL, 1939, pags. 745-778 'Y aqui no podemos menos de recordar y recomendar @l pre- ccioso libro del mismo Brrrrmmeox, algo anterior, pero siempre de actualidad, “Doctrina Mariana Leonis XIII". Brajas, 1928. Roscmrsr publicd, primeramente en la revista Marianum, ¥ después en optisculo aparte, “La Madonna nel pensiero ¢ nell segnamento ¢i Pio XI”. Roma, 1999. Nuestro buen amigo Fr. J.'B. Canot, 0. F. M., publieé un studio con el titulo “Episcopatus catholicus et Beatae Virginis Co- tredemtio”, BTL, 1939; pags. 801-888. Su intento em tan vasto, =? 360 RP. NANCISO cancia can SG MF, ee ue nadie va a pedirle una perteceién impos : eecién imposible, Lo mismo eabe gets de su monogratia “De Sanctorum. Patrem dotting Give . Virginis corredemptionem”, publiowl 8 gin publicada en M,, 1940; pag. 256 Las cuestiones exegtticas preferenteme i a : 7 le diseutidas son et GRRtMe matiolégico del protosvangelio(Gén, 9, 15) y da Sinus gman contemplado por San Juan en el Apocalius ferent Recordaremos brevemente algunos ttabajon, Ae ‘Ganon (Fa, J.B), 0. F. Mes “Uttam ving 0B. . Virgins corredomp sit in 8. Scriptura formutiterreveita". M1980; page eee Tursipan J.) “Quomedo pracnuntictur Maria tk fens 8 eee, En VD, 1980; pags. 853 y se, eee Gontoa (Fr, Alberto), 0. Pas “La ea", En GP. vol, 62 (1942); page. 5-08 Pmuenis (6. M), 6. M: “Senso mariologien dell P c. riologico det Apocatss XU”. En DI, 1940; pags. 8 y se feceaie 4, BERS (Alfonso), C.-M, ¥.: “Dnimtctiae ponen..” (Genes, 15): “Signiem magnum apparuit. (Ap. 12. te 7 2,2) Siu (Ap. 12,4). Bn Vb, 194i Dr Foxao (Fs. Lorengo), 0. F, M. Gon: “1 ( 0. , BM. Cone: “Intorno al senso mae Tiologico del? Apocatise, cap. XII". M, 1044; page, 248 vos Es lambién digno de ser conocido ol paquese, opliua de D. Havoa: “Das erste biblische Marienwor!, Slutiged ious, oe ‘ue tantas revistas cienlitiens se ouperon cee Pero un recuento por menudo de esudios semejanes, debidos 4 plumas tan presigiosas como Hovausisrn, Stas, tle, § ape os en revistas de Escritura o de Teologia, no podria men 4e fatigar a los lectoves, S29 pole sees Las ensefianzas de los Padves los Padres y Doclores de la Iglesia son campo prefevido por ls invesligadores, Bastaran atguros jeu los: Banné (Hl): “La royauté de Mari i Marie pendant tes neuf premier steels”. En RSR., 1990; pags. 420 y Soa! Premiers ELP. Onttz pe Unsina, ST ha ‘ 4, ST, ha publioado dos interesantos ar- leulos: “La Mariolopia nei Padi Sirici™ y “Lo sottarne ne Marioiogia nella Patrologia Oriente”. en Oriente hee Period.", os afios 1985 y 1940, respectivamente, preludianie we, primera promesa mesiani- ORTENTACIONES. MARIOLO 361 trabajo que en gran parte esté ain por hacer y que ha de repor- lar grandes luces a le eienela mariana, Gitaremos también el articulo de Nauwatamnrs, M, A.: “De Maria, Nova Bva, doctrina Patrum antenicaenorum", en D'., 1981, paginas 480 y ss, que lamé justamente la atencién, y los del carisimo P, Garou (J. B.), 0. F. M.: “De SS, Patrum doctrina cir- ca B. Virginis Corredemptionem", on M., 1040, pigs. 256-296, y “Doctrina de Beatae Virginis Corredemiptione ab ortu usque ad prolapsum aetatis scholasticorum”, en Miscellanea Francescana, 4944, cuadern, IE y I, Las monografias sobre algunos Padres o eseritores en parti- -eular no tienen numero. Rucciorm (José) tradujo del original siriaco los eneantadores hhimnos a la Vingen de S. Efvén, Le doctrina de S, Ireneo estiidiala el dominico P, 0, PRzY- BYIsKt: “De Mariologia Saricti Trenaei Lugdunensis". Roma, 1987. : La de San Bernardo digronla a conocer: Noauis: “Mariologie de 8. Bernard”, Paris, 1935; Ravaven: “La doctrine mariale de Saint Bernard”, Paris, 1935; y Moruseaw: “Comment la doctrine de la Maternité Spirituette de Marie vinstalle dans ta théologie mystique de S. Bernard", en BEM., 1935, EL P, Lorenzo Dr Fowzo dié a luz un gran estudio sobre la “Doctrina Sancti Bonaventurae de universali Mediatione B. Vir- -ginis”. Roma, 1988. Mas no podemos seguir por ese camino. San Anselmo, San Antonio de Padua, San Roberto ‘Belarmino, San Alfonso de Li- -gorio, ol Beato Montfort y muchos otros séntos y escritores han sido estudindos con earifio y han contvibuido con su autoridad al prometedor renacimiento de los estudios mariolégicos. Dos obfas quiero citar en este punto, aunque anteriores al quinquenio que preferentemente estudiamos: la del P. C. Dintmx- scuwemer, C. $8. R., “La Mariologie de Saint Alphonse de Li- guori® (dos voliimenes), Friburgo (Suiza), 4981 y 1984, trabajo lisico, eruditisimo y acabado, y la dal oratoriano A. Mouiex, “Les grandeurs de Marie, dapris tes éerivains de Uécole fran. gaise”, Paris, 1984; preciosa antologia, a través de la cual reco- See —— 362 rremos la vida de la Virgen y contemplamos sus. grandezas tal como las sentian las grandes figuras que se llamaron Cardenal Borulle, P. Gondren, P, Gibieuf, M. Olier, San Juan Eudes, Beato Montfort, etc., ete. Por cierto que este libro nos trae @ In memoria aquel otro de ‘Turonsr, “La Médiation mariale dans (Ecole Francaise, Paris, 1940, en el cual, a nuesiro juieio, el autor no se libra del peligro, tan corrismie en esa clase de trabajos, de ver en los autores estu. diados la mentalidad que uno mismo Nova preconeebida, Para terminar, digamos que en este campo de la investiga- cidn histérica es digno de menetén entre nosotros ot P. Boven, S. L, el cual, afios atrés, publics diferentes monografias sobre San Ireneo, San Alberlo, Santo Tomés, ele. Ultimamente ha pu- blicado més bien estudios doctrinales, aunque siempre con rica dase de Teologia positiva; sin embargo, atin podriamos citar aqui su articulo “De universali B. Mariae Medialione metapho- rica testimonia", en M., 1964, pags. 201-287. y la ligera noticia “Un notable maridiogo armeno: 8. Gregorio de Nareg”, publi- cada en la Revista Esp. de Teologia el mismo afio 1944. En la misma revista y el mismo afio escribié un articulo so- bre “Sudres y la trascendencia de ta Maternidad divina” et Rove- rendo D. Gregorio R. de Yorre, y otro, Fr. Orrio pot NiSo Jm- sts, 0. €. D., sobre “Un maridlogo carmelita espafiol del s, xvi: RP. José de Jestis Marta Quiroga”, Bueno es que empecemos a explotar nuestro incomparable: patrimonio mariolégico. ¢) Estuptos oz cvpstioszs pomtinicas—Los libros y artfou— Jos publieados sobre Tos diferentes titulos y grandezas de Maria: son numerosisimos. Distinguiendo esos mismos titulos 0 eues- tiones, a voces disputadas, plicenos sefialar a los estudiosos y- amantes de la Virgen las obras siguientes: . Sopre 14 CoxcuPciés Inmaculada de Maria recordamos los- trabajitos de G. Baswoxs, “L'Immacolata Concesione. Senso del dogma. La visione di Lourdes", Turin, 1937; y las diéfanas expli- caciones de Vax Hove, “De immunitate B. M. V. a concupiscen— tia” y “De fundamento impeccabititatis B. M. Virginis", en CM., 1940, pags. 50 y 168, ~ 10 ORIENTACIONES MARIOLOGICAS 363, EL P. Mitpwer, 0. S. M., ha publieado también diversos ar ticulos sobre Ia fe en el privilegio de la Concepeién sin man- cha, eo Inglaterra, y Satavmite ha estudiado el culto a la Inma- -culada entre los griegos y eslavos. Pero semejantes investigacio- nes no than de despertar el interés entre la generalidad de nues~ 'iros leolores. El incansable P. Carlos Bantc, 0. F. M., publieé el aflo pasado cana monogratia, “De debito peceati originalis in B. Virgine Ma- ria. Investigationes de doctrina quam tenuit Tomnis Duns Se us", renovando una cuestiOn sobre cuya terminologia deben po- "nerse de acuerdo los teélogos. ¥ entre nosotros vié Ia luz el libri- to “La Inmacwlada Concepcién”, Barcelona, 1941, det P. F. Sota, que nos da un pequefio. resumen vel aleanee e historia del dogma. La Marenumpap ovina ha sido hermosamente estudiada por el P.M. J. Nicotas, 0. P, Hace afios, en 1924, Brrtnaaigux aquilalé algiin tanto los eonceptos en un articulo aparecido en ETL: “De notione divinag maternitatis”. pags. 71 y ss.; pero el estudio del P. Nicoxas, “Le concept intégral de Maternité divine”, es algo poco menos que acabado y definitive, que no puede desconocer ‘quien se precie de seguir los estudios marianos y quiera hablar bien del primer privilegio de Maria. EI Di, L, Gaxit did a luz un flosilegiv interesante intisulado “La morte ¢ [Assunsione di Maria SS. nelle omelie greche dei se- cali VIT-VII", Roma, 1944 El citado P. Batsc consideré la tradicién de tos tedlogos esco- islas durante los sigios xvm y xvitt en el articulo “Vom Tode und der Himmeelfanrt Mariae™ EI P. Dr Foxzo estudié este privilegio mariano en San Bue- aventura: “De corporea Assumptions B. M. V. eiusque gloria ccaclesti iuxta $, Bonaventuram”. M., 1989; pags. 327 y 56. Silvia Rosst presenté un trabajo interesante en “L’Assunsione di Maria nella Storia deltarte cristiana”. Napoles, 1940. Y el P. Fruurnorr, 0. P., profundizd en las razones vélidas ‘para la demostracién de este gran privilegio mariano en “De doc- trina Assumptionis corporalis B. M. V. rationibus theotogicis, ‘llustrata”, A., 1938; pags. 3-16. ‘Como puede verse, In bibliogratia asuncionista es muy dis- ee A. NARCISO caRcia Gancés, €. Grela; eh esle campo sigue siendo la gran figuen el P. Resivos, con sus publicaiones de vavios lusts, y en Hspaiia bien pons, mos cilar todavia ta obra del P. Juan Aaustt, GM. F. ig ain, gen en el misterio de la Asuncién®. Madrid, 1901. Estos ultimos afos la gran produccién masioldgion versa en tomo a la sreo1ciox, y, mds conerelamente, de la connioeraten de Maria. En la segunda parte de este articulo se complolend ia informacion que sumariamente presotamos a los leet, og tt 10 que representa en si misina y por lo que puede signi- tea SON oe a ia historia, debemos recordai, en primer término, la carla def hear Fendisimo P. Bato, Ministro General de los Franciocance, aes Ei oor ay alton ya ee nnn Virgine omnium gratiarum Mediatrice™. publicada al aie gulonte eon el Utulo “Maria Mediatrice di tutte le graste" on la iblioteca Ascetica, que diy niversi Biboteca Ascatica, que dvige la Universidad del Segrads| Corus sapettt® infinidad de articulos, de divulgacién unos, y otr svt an A eis diet Médiation Mariale”, Lovaina, 1989, publicutlo antes ae tat Anteriormente hemos cilado ya un estudio del P. Bower, ¢po- proan’s extencemos enumerando los de J. Me Carty, G. Philips ¥,cien mis. Sin embargo, los estudios de la mediacién, en su oft. en su funcién prineipalisima. Sobre la i mediacién, en general, {nize nosotros debemos recomendar todavia la obra'del carisime B Ruaauoa, 0. 8. B, “Maria Mediadora”, Vitorie, 1928, aunque en la proxima edicién deberd tomar ya nuevos elementos ach’, Gommedercisn sigue siendo la euestién bataliona; estos Afios han aparecido trabajos en pro y en contra, Como Ins may Hi citado P. Basse, 0. F. M, estudia la clase de métito con ‘que Maria ejereid su oficio de Mediadora en “Die sekundate ve Herschaft der Gottesmutter”, 4087. iat see ‘ORMENTACIONES MARIOLGGIEAS ‘Tema parecido, y con una competencia notable, abordé el en- ‘trafiable amigo P. Manuel Cuervo, 0. P., en su estudio “La yra- cia y el mérito de Maria en su cooperacién a la obra de nuestra salud". CP., 1988. El trabajo que marca un positivo adelanto en Ja ciencia mariolégica reapareei6 eompendiado en la Vida sobre- ‘natural, 1940, con el titulo “La gracia de la Mediadora y su co- operacién objetiva en el misterio de nuestra Redencidn’. BI P, Canor, a quien también hemos aludido anteriormente, es un entusiasia enamorado de la Virgen, y especialmente de su oficio de Corredentora; por eso sale a la arena cuando lo ve combatido, Asi nacié su opussulito “The Blessed Virgin's Co-Ite- demption vindicated”, Quaracchi, 1937; asi también su batalla- dor arlioulo “Pater Lenners et problema de Corredemptione ma- riana”, M., 1940. Ademés ha publicado otros trabajitos (algunos Jos hemos eitado ya), como “Le fundamento proximo carredemp- tionis marianue”, ete., ete. Lennerz, a quien nos referiamos ahora, ha continuado como impugnador de la Corredencin perfecta que oltos atribuyen a la Virgen; en ese sentido ha publicado varios articulos, pero su doc- trina puede verse en el libro antes citado, impreso como apun- les de los alumnos que frecuentan su clase en la Universidad Gregoriana, ‘También ha continuado en su posicién contraria el ilustre profesor Juan Riviere, aunque sin aporlar nuevos elementos al estado de la cuestién, Y ya que hablamos de la oposicién, debemos recordar a Wer ner Goosexs, quien durante los afios 1987 y 1938, en las Collatio- ‘nes Gandavenses, intents bar-enar todos los fundamentos de la Corredencién, Postertormente reunié sus articulos en un fo- llelo intitulado “De rooperatione immediata Mutris Redemptoris ‘ad redemptionem obiectivam, Quaestionis controversae pery-n- satio”. Paris, 1989. A nosotros nos parecié ilegitimo su método Y¥ sus rezones poco convincen‘es; pero los que se precian de ma- Pidlogos deben conocer el opiseulo, ‘También se han declarado contra la Corredenciéa da la Vir- gen: Gorrivo, en la obra citada al principio, 0, mejor dicho, no se deolara en contra, pero la eoncibe de manera que no hay lal eat Gorredencién en el sentido disputado; G. Pruutps: “De coopera Hone Beatae Mariae Virginis in Redemptione”, REL., shor 1998 ¥ 1980; G. Soamm: “Mary's part in our Redemption”, Londres, 1988, y algunos otros. Pero es mayor, sin comparacidn, el ntimero de los quo hen salido por el privilegio de In celestial Sefiora. Algunos hemos lz {ado ya, a los cuales afiadiremos ocho o diez mas, dignos de ser conocidps, EI P. H. Seige, S. I. en su libro “Corredemptric”, Roma, 1999, expone la doctrina de los tltimos Papas sobre la Mediavion de Maria, y esu doctrina refleja un adelanto positivo, A Goossens respondié el P. Rosciist con un opusculite, “De Corredemptrice: Perpensatio difficultatum Prof. W.. Goossens contra cooperationem immediatam B. M. Vinginis ad redemptio- rem objectivam”. Roma, 1989. La contestacién esta muy bien in. fencionada; pero ya dijimos en otro lugar que a nosotros ny nos Parecié suficienta ni decisiva EI P. Bovar, S. L, ha dado 1 luz varios arliculos; de ellos que- remos recordar dos: “Redempta et Corredemptrie” M., 1940, en que se propone Ja dificultad méxima (2) contra la Corredencién arta, y “Cooperatio remota in ordine physico ad oblectivam Tademptionem” en AST., donde ataca la lerminologia y el imé todo del P. Lennera; y “BU hecho de la Corredencién o la Corre. dencidn Mariana generalmente considerada”, en la Reviste Es. paiiola de Teologia, 1941, pigs. 681 y ss, ‘i BI P. Félix Vacas, O. P., rompié lanzas también por la Sefio- Ta en el Boletin Eelesidstico de Filipinas con los articulos “La Santisima Virgen en la obra de la Redencién” y “Bl mérilo de Maria Corredentora no es de congruo”. Agosto y octubre de 1940, respectivamente, Entre los estudios aparecidos en las revistas durante los tilti- mos afios ocupan un lugar de primerisimo orden el de Drvuos. CHNEIDER, “Concours Sotériotogique de Marie a notre Rédemp. iton” y el de Lexx. “Comment je congois j'établis et je defends la doctrine de ta Médintion Muriale", aparceidos ambos'en el ot, Isordinario de Ephemerides Theologicae Lovanienses, al term. nar el affo 1939, No eoinciden en todos sus puntos, v. gr., en la ue ONIEYTACIONES MARIOLGeIe4s 367 ‘olase del mérito de Maria en favor de los hombres; pera ambos representan un esfuerzo digno de alabanza y un progreso esti- meble. ¥ termino esta ya larga enumeracién recordando dos libros que para utilidad de los leotores, y aun para penetrar a fondo en Ja debatida cuestién, pueden serles suficientes, Sea el primero el del P. G. Frueruore, 0. P., “De alma socia Christi Mediatoris”, Roma, 1986, que es un intento serio de profundizar en In cues. lida, proponiéndola con Ia robustez de la escuela tomista; y ol segundo—perdonen los lectores nuestra falta de modestia—, nuestro libro “Mater-Corredemptrix”, donde exponemos ol sen. ido y estado de In cuestién, pesamos las razones en pro y en coatra, y seilalamos una solucién que esperamos se abra cami- no en el porvenir. Debiéramos aducir otros estudios del mismo Frusriorn, Al Javssens, Oh, Feckes, A, DENEFs, elc., ete.; pero nos haria- ‘mos interminables, y ademés no serfan de tanto provecho para 4a generalidad de los lectores, por estar en holandés, alemén, in- alts... La realeza de Marla ha sido otto de los temas que han empe- zado a estudiar con carifio Wltimamente los mariélogos. Desde que removid la cuestion Dz Gruyrsr, en 1934, con su “Be Beata Maria Regina”, han aparecido varios estudios histéri- 0s 0 teolégicos, como el citado anteriormente de BARA, “La ro- youté de Marie pendant tes neuf premiers sidcles” y “Marie, reine du monde”, del mismo autor, en BEM., 1937. Debemos recordar tambien “La souveraineté de Notre-Dame”, del montfortiano P. Morneau, Paris, 1998, aunque no sea de un carécler rigurosa o exclusivamente teolégico; y sobre todo, los magnifieos arlieulos del P. Nicotas, 0. P., “La Vierge-Reine”, publicados en RT. el aio 1939, Pero sobre esta materia podemos cilar con satisfaccién una monografia espafiota, la del P. Angel Luis, C. $8. R., “La realesa de Maria”, precioso estudio de los fundamentos y naturaleza de Ja prerrogativa mariana, que tiene su complemento en este mis- m) mimero de Estuvios Maniavos. Podrin abrazarse 0 no algu- rcs de sus puntos de vista; pero no cabe duda que +1 opiisculo einai i 358, RP. nanciso cancia eancés, c. el P. Luis habré de ser citado entre los mejores sobre la materia, Y vamos a terminar con una lista de obras de ascétion ma. Tana, que acaso sea Ia mis apreciada por muchos de nuestros {ectores, Sin embargo, ahora mas que nunca debemos repetir que nto intentamos hacer un recuento acabado. Seria imposible se- guir paso @ paso toda Ia propaganda que revistas piadosas ¥ eo. fradias hacen del culto y devooidn a la Virgen. Ni tienen numero {cs devocionarios manuales de Congregaciones 0 Asociaciones ‘iversas, Nos fijaremos, pues, en algunos libtitos o estudios mis notables por su valor o por las orientaciones quo sefialan, Es hermoso el librito del P. FR. CHaruor, §. L, “Presence ma- le”, que veivindiea para la Santisima Virgen el lugar que por voluntad divina ha de ocupar en la vida de todo oristiano, im~ reso en Paris, 1939, Es ulilisimo el de H. Howone, “Cing minutes avee Notre- Dame". Paris, 1939, El dol P, Pius, S. 1, “Murie dans notre histoire divine”, publi- cado ya en 1992 (Tolosa}, ha sido traducido al italiano en 1938, ¥ quistéramos verlo extendido entre nosotros por el encanto que @1P. Plus sabe poner en cuanto toca, y por ser un comentario hermoso, aungue no profundo, de la Maternidad espiritual de Maria. Es interesantisima y disputada la cuestin que se plantean J. Moséar, “Mariens Stellung im-Organismus der Kirche". T0.. 4988, y Roxpsr, SL, “De la place de la trés Sainte Vierge dans legtise, Corps Mystique du Christ”, BEM., 1987, Citar a Sminux, Scunrvens, Rawsavp, PastoriNo, Lyousrat ¥ cfen més, nos levaria demasiado lejos. Terminamos, pues, re- gerdando el artioulo de J. Wers, 8. J.. “Mary und the Priest”, om Ter, 1940, que trae a la memoria el precioso libro de nuestro P. Ramén Risena, 0. M. F., “Maria y el Sacerdote”, y los dife. Pentes libros de predicacién del P, Braxcut, O. P. que, como toda st hermosa poliantea del orador sagrado, tienen fondo y un- elim: ast el “Virgo Praedicanda”, el “Beatam me dicent”, ete En este apartado, también tenemos entre nosotros algunos libros dignos de ser recomendados. La idea do la vida mariana ©-vida de intimidad con In Virgen Nuestra Sefiora, se abre e mapas cH ORIENTACTONES maivOoLOeteAs 369 mino en la aseélica (en Ia teoria, porque en la préetica lo tuvo siempre) y ha producide trabajitos de diferente valor, como, el “Vivre uni Marie”, dei P. Vax Haute, C. 88. R., Paris, 1939, y el “Notre-Dame dans ma vie", del dominico B. Brnxapor, Parts, 1987. Pues bien, este libro, precioso por muchos coneeptos, ha sido traducido iiltimameate al castellano. Ademés, se ha reedila- do “Maria, Madre y Sefiora", del Cardenal Goa, Toledo, 1938, y “Bjercicios espivituales marianos”, del P. Gonsucuo, C. M. F., Madrid, 1941. Hablando de reediciones, zedmo no citar Ia novi. sima de “Las Glorias de Maria”, de 8. éisosso, revisada y ano- tada con arreglo a la edicién critica italiana, por nuestro cari- simo P. Angel Luis, C. $8, R., Madrid, 1941? Viene a lenar un vacio que se dejaba sentir, y por ello felicitamos al entrafiable amigo. Y cerramos este apartado, recordando “EI Rosario en fami- ia", dol P. Cayusta, 8. 1., Zaragoza, 1939; “EI alma de la Vir- gen", por el P,, Eugenio Bscrmaxo, ©. ML, 1980, y “Medtitaciones sobre Ia vida y virtudes de ta Virgen", por Ildefonso Rooriovez Vuaar, Valladolid, 1944, reeditado en 1942. Finalmente, aunque de importaneia doctrinal secundaria indirecta, recordaramos algunas obrilas de carécter histérico aparecidas entre nosotros En ocasién del Centenario de la venida de la Virgen a Zara- Sora, aparecié la de D. Leandro Atwa Navan: “EU Pilar: La Tra aicién y 1a Historia”, Zeragoza, 1930; en la misma ciudad, vié la luz “Bt culto de la Virgen det Pilar en su templo”, del M. 1. Don Santiago Guattar, 1989, y un afio més tarde, “La tradicién de 1a venida de ta Virgen en carne mortal a Zaragoza”, por el Re- verendo D. Franeiseo Izqumapo ‘Trot. De interés o cardcter algo més general son algunas publica- ciones de la “Obra Mariana de Propaganda”, dirigida on Valla- dolid por el benemérito P, Nazario Pérez. En tiempos bien di- ticiles ¥ contando con eseasisimos recursos, ha editado el tomo primero de la “Antologia Mariana de Elocuencia” (“Vida de Nuestra Sefiora, meditada y predicada por los aulotes’clisicos del siglo de oro”) y diferentes opuseulitos de aseética ¢ historia mariana, Actualmente esté publicando, por entregas de, 16 pagi- pe 370 RP, NARCISO GARCIA GARCES, 6. ah nas, una Historia Mariana de Espafia, cuyo autor es el misma P, Nazario, En esle terreno aoabamos de saludar una obra, que send re- cibida con alborozo por lo que es y por lo que ensefia: “Ieono- grafia y santuarios de la Virgen en Navarra”, por el P. Jacinto ‘Ctavania, C. M. F., Madrid, 1962. Es el tomo primero de una obra profusamente ilustrade, que nos diee eon elocuencia lo que Maria ha hecho por sus devotos en una regidn privilegiada y lo. que esos devulus han hecho por su celestial Reina. ;Ojalé nos fuera dado presentar obras semejantes de eada una de las regio nes espatiolas! Basta. Profelizé la Virgen, que “todas las generaciones la lla- marian bienaventurada”. Las péiginas que anteceden son una Palmaria demostracién de la profecia. También hoy sienten las. alas ¢ irresistible atractivo de la divina Madre: y ansian co- noverla mejor; conociéndola, amarla eon amor més tierno; y por amor Ilegarse a ella, para que ella las eve a Jesueristo. 1Ojalé que el mundo todo aprendiera ese camino! Pero no divaguemos: después de ese répido vistazo a la bit Dliografia mariana, demos otro a varias cuestiones que hoy atraen la atencién de los maridlogos, U.—CUESTIONES DE ACTUALIDAD Este punto, més atin que el precedente, podria interesar @ nuestros leetores; pero si hubiéramos de ser completos, decla rando los términos y exponiendo las opiniones sobre los’ puntos. debatidos, nos hariamos interminable, No haremos més que sefialar algunos principales, manifes- lando a veces nuestro sentir, pero sin romper lanzas exprofeco por una u otra solucién. 1° (Morivo pe 14 ENcaRNAciéN, 0 razén primaria por que fué Aooretada la existencia de Cristo y Maria, La importaneia de la ‘cuestién se comprende sin esfuerzo: la solucién que demos a la misma, alumbrard con diversa luz tratades tan imporiantes como el de la predestinacién, concepeién inmaculada, realeza, malernidad espiritual, ete., de In Virgen Nuestra Sefiora. Todos conocen las tésis tradicionales e irreductibles, rie ORKEOTACIONES MaRLOLSerCAs 374 4) Sentencia Tomista: Si el hombre no hubiera pocado, el Hijo de Dios no se hubiera encarnado. En eonsecuencia, segun Jos actuales decretos, Dios quiso la Encarnacién en orden a la salvacién o remedio del hombre. b) Sentencia Escotisia: El Verbo s¢ hubiera hecho hombre, aungue Adén no hubiera, pecado. Dios quiso la Encamacién or si misma, la cual (ya deoretada por sf), en un signo posterior a la previsién de la caida, rectbiria tinieamente la modalidad: Eneamacién Redentora (2). Ahora bien: hace un afio, salieron a la arena los PP. J. M. Roc ca y G. M. Roschini, servitas, sosteniendo que Ia cuestién, desde hace sigios, esté mal planteada, y esto porque queda encerrada @ términos muy particulares y porque, formulada hipotitica- mente sobre el orden presente, concluye de manera general, saligndose del mismo orden actual, primeramente contemplado al proponerse la cuestién, El problema —dioen— ha de plantearse de manera positiva y universal, como ‘lo hacia San Anselmo: Cur Deus Homo?, 0 on las mismas palabras de Rocea y Roschini: “Quaenam sit, in praesent ordine, ratio adaoquata universatis Incarnationis Ver~ Di". A lo cual, responden: “Limena exmcTi0, ap AETERNO 4 DEO FACTA, ORDINIS PRABSENTIS CUM OMGIBUS QUAE TN B) CONTINENTUR; IN QUANTUM SOLUS ORDO PRAESENS ADAMUSSIM RESPONDENT MENSU RAB ET MODO, AD BO PARITER LIBBRE PRARPIXIS, QUIBUS VOLUTY SUAM BONITATEM AD EXTRA EFFUNDERE ET EXINDE GLORIAM EXTRINSECAM HAURIRE” (8), En una palabra, el motivo o razin primaria de la Enoarna- ‘elon seria el deereto divino. que eligié el orden presente. Gon esta solucién, los autores de Ia nueva sentencia ereen salvar todos los inconvenientes de las trilladas disputes escolas- ficas y, en particular, poner a salvo la unidad e infalibilided del plan divino (2) “a Diorsets podrin ser mumerossims. De toy autores moderaos, yeanse Snlenmente 1. Bower, 0. T. My “Prinautd abylue et uniwratle Se W'S, sone ‘ara ot de a Tre Sainte Vier; V. ees, 0. P., “Le mal de Vincornabon®, seen fn BEM, 1035, alems de Ios clldos por Rogcma al comentat au santo Oe nes rimarta extaentoe Chet e¢ Dotparse", Me Hal, pat 5, Bott (An et Me, S0Uh ples. 89 0 =9- RP. NARGISO GARCIA cans, Ca. F. Ae En la misma Revista, Martavvst (19441, pigs, 151-168), repro- dujeron los aulores algunos de los ecos desperiados por su ar- liculo, y mas largamente, por segunda vez, en las pigs, 301-971, Imposible examinarlos por menudo, ‘Si bubiéramos de exponer lealmente nuestro sentir, dirta— mos que él intento de consiliacién, en principio, nos parece lau- dable; pero nos tememos que su éxito no sea mayor que el de otras senlencias intermedias e incoloras, inventadas para armo. nizar lesis irreductibles, en los tratados de le gracia, de la pre destinacién, ete, En el fondo, eabe preguntarse si la ponderada universalidad en ol planteamiento pasa realmente de ser un recurso ineficaz, Ya que debemos hablar del problema tal couo en et orden pre. sente nos hablan las Sagradas Eserituras; por donde la cuestion Puede reducirse a sta pregunta: En el signo cuanto, propuesto por los autores: “Visioni sui intellectus (seu scientige simplicis intelligentiae), imperivm adiungit (Deus) et unice praesentem ordinem ligit et illum ad pravim deducit, Vult igilur simail crealionem, permissionem lapsus hominis, iacarnalionem Ver~ Di per mulierem, ete. Ordo iste, ab acterno » Deo intentus, in lempore a Deo ipso exsecutioni mandatue” (5) zqué orden de signos tBgicos debemos distinguir en el orden presente? Si se admits esta pregunta, eae por tierra todo el aparato diseurrido. Para la conciliaetén; si se rechaza, preguniariamos ingenua. mento si se protende resolver la cuestién multiseoular o si so ‘quiere més bien esquivarla Por lo demiés, en las disputas han sido mas los elogios de par- te de'los escotistas, y han abundado més las ampugnaciones del campo opuesto, Nolaremos también, que en In contienda se ha mezoledo ya la pasién, acudiendo una parte al desenfado y crus deza de expresién, y respondiendo los autores de Ja nueva teoria con el chiste y el gracejo; y en disputes de altura, no sé cudl de las dos armas sea més reprensible 2° PRINCIPIO PRIMARIO DE LA MARIOLOGtA.—Principios de la mariologia ton aquellas verdades sobre las cuales, como sobre (9) Le, pas, 20 21, Los subeaysdos son de Rocca y toon, 313 Tundamentos, se levanta el magnifico edificio de Ia ciencia ma~ Fiano. Siendo verdadera ciéneia, deberd tenerlos Ia mariologia; y siendo parie do la teologia, esos principios deberin constar en Jas fuentes de Ia revelacién, En nuestra obra “Titulos y Grandesas de Maria”, distinguia- ‘mos el principio constitutive de la mariologia, que se Hama tam- bién principio primero o fundamental, en el que estriban o del cual brotan Iégiea y armonosiamente todas las partes de la ofen- cia mariana; y prineipios cognoscitivos, que son como reglas de inmediata aplicacién, para juzgar acertadamente de ta legiti midad o «xageracién que pueda encerrarse en cierlas alabanzas ‘que a la celestial Sefiora se atribuyan. Ahora nos fijamos en el principio supremo o fundamental sobre el eual se ha eserito mucho en los ultimos afios (6). ‘Las cuestiones son dos: Puede reducirse Ja mariologia a un: Prinelpio supremo? Y, en enso afirmativo, jeu es ese prinoi- plo? Para responder a estas preguntas, debe considerarse inte gralmente ln misidn de Maria, revelada en la Escritura y en la tradieién; y en esa misiOn hllamos dos eonceptos principales, que formalmente no se incluyen ni reclaman necesariamente: maternidad divina y asociacién a la obra redentora. Por esta razén eabalmente Bittremicux, Dillenschneider, Keup- pens y Alastruey, prefieren hablar de dos principios supremos: Maria es Madre de Dios y Maria esté asociada a la obra de red mir al’ hombre, ¥ dos prineipios admite el P. Roschini, aunque se esfuerce en hablar de un principio supremo (7). eels ac a ta sera rae nec ee a Sa tae as entation fut tele eact deaerta sty oe nenortecraa’, Sane iret ei ry wae sae ae ite i cts ct Poi, Gere iota Lk eee Ionia stream ns pepe apa nr se aan a i re as 180 ancl canes, ©. at F. @Bsla sentencia, resuelve la cuestién o Ia soslaya? En todo caso, a nuestro juicio, no muestra toda la unidad y hermosura do Ia ciencia mariolégica, ni la plenitud y armonia del misterio ‘mariana, Eso parece olaro; pero o atin més evidento que maternidad © asociacién con Cristo reduplicative o consideradas en si mic- tmas, por separado, no pueden ser raiz de todas las conclusiones que llega la mariologia, Fo Ia matornidad divina, peussiron como en el principio pri- ‘mario y tolal Mons, Iassorta y Portue-Grenexs (8); en el offoio dle segunda Eva o en el eonsoreio con Cristo, Dextere, Lavavp Y acaso Brutor (9) Para aoeclar en la solucién, son osientadores las palabras del P. Boven, en un trabajo consagrado titimamente ol tema {ue nos ocupa: “Es lo cierto, y esto es siempre lo principal, que fen la base de la mariologia hay que poner dos hechos coordi. nados: ni dos hedhos ineoherentes, 10 cual nos levarla a la ‘dualidad de principios; ni tampoco un hecho solo, lo cual nor Hevaria a Ja simplicidad de principio. Mas entre ambos extremos dle la dualidad y de I simplicidad existe ol témino medio de la unidad compuesta o compleja. Si ln dualidad de los dos hechos Dasicos exeluye la simplicidad, su coordinacién impone la uni. dad. De todos modos, entre dos prineipios coordinados 0 conexos ¥ un solo principio complejo 0 compuesto de dos hechos coordi. yados, no es ya tanta la diferencia, que obligue a los teblogos a HL IMF Hd Ale: “Potius quam loge de dunbus priscpis de une supreme ea tr Belo nt fea," sn ‘joes segs oo rata el odo dr guardar a unided ae preg ct ‘comune wt. si te aon ais {x ammo, “Thettcooptacathlica sew wcentla de Yirptne Maria Deiperene”, 0, Pouts-Ommnms, “Zehrowch ier Dogmat"! Paterorn. to 2), DENEEME, “Het grondprinciep der maritoye”, 1986, ch Marnie Deseo Tod SRE, MI, Be te eowate esrumentate de More’ stray de touts wre, ~ae ORIENTACIONES waRIOLSoICAs 375 tomar posiciones adversas. Mas si se nos obligara a tomarias, nos ‘nelinariamos a la unidad de principio compuesto” (40). Maternidad divina y Asociacién con Jesucristo, tinense inti- mnamente y tienen un mismo término total, La Asociacién queda inaugurada de hecho al dar el consentimiento a la maternidad divina; y 1a matemidad divina.adquiere su complemento y 3° corona con Ia asociacidn, Por el abjeto adecuado que se propone @ Maria y que esla Sefiora acepta al abrazarse con Ia materni- dad dal Cristo como Redentor; y por la unin intima de todos los cristianos con Jesuerisio, nuestsa cabeza, hemos dicho otras veces (14) que toda la misién de la Vingen, vl “misterio de Ma- ria, como hoy dicen algunos, se reduce a su malernidad inte- gral: Maria, siempre y en todo, Madre, Madre del Cristo fisico, nuestra cabeza, segtin In carne; Madre de nosotros, sus miem~ bros, segiin el espisitu; y proponiamos como principio funda mental: Manta gst Maren Camusm toratis, Con palabras dife- rentes, dicen lo mismo los PP. Cumavo y Bovan (12), ni pueden tener otro valor Ins hermosas éonsideraciones del P. Bernard en. “Le Mystere de Marie", y el andlisis de la maternidad divina en. su aleance y signifleacién histériea, como sefialé el P. Tanmuen, al principio de su precioso Tratado “La Mére de Dieu ot la Mere des Hommes”, Le maternidad-esponsal, asignada por Scxeesex (13), y admi- {ida itimamente por Feokxs y DRUWs, en los articulos citados, como principio bésico; a la cual nos levarian tanto la maternic died civina como la asociacién de la Virgen u la ubra redentoray y también la divina maternidad corredentora que propugnan MER KaupacH: Maria est Mater Dei-Redemploris, y Bawz: Missio Vir- Ginis fuit maternitas Tesu, seu Dei Salvatoris (14), pueden see 0) "Le geonomia de a rvicatacin y el principio fundamentat dé te marta”, ade, 406, pap. 30 (09 an aater-Coredemptrz, sect. 1, soboiom 2, pigs. 121 y siguientes, nae on y Grandezas de ari”, Shp. ty pb. 1 (G3) "comvo, "Boletn de Teolgla Doguatea", arstuloaitmamente eco, pa, 22 (52) “Bendbuch der Katholichen Doymatt”, tot. 3, plg. 4. (38) Menasisscn, iorblogi, "ex; Benz, ob le Fecensoa el coneeldo iro tw Duiecnnmnen sbi ln matics de Sem Aiton, en DT, 109%, pee ior, Or, 17, pte, 144. Boren en ot —s- 376 RP, NARGISO cancis eaRcis, ¢. 3, dar ults ands 0 nenos Feliges, eon mis o menos aires de noves dad, pero en el fondo coinciden. Resumiendo, pues, cuanto evamos dicho, eonoluiremos ig. Rarece mejor fundar toda Ia mariologia en un cole prin- ciblos ast Jo sxige la unidad y armonia de la cioncia maton, Te ruppone el hecho de que los oficios de Manta estan mince ¢ indisolublemente coordinados. anaes? Principio no puede basarse exclusivamente en le ‘malernidad divina o en el consoreio con Jesucristo, Meni "s formulas que juntan en un principio ambos ofcios Ge Maria quiais se distinguen en matices; pero en al fondo xe re aad tnisma idea, idea o misién intogral de Nuestra, Shans cpio saranatots, queda hermosaiente condensada en el p Tip piniatia et Madre det Cristo total”. Al comienzo de noveco denen tides y Grandezas de Maria, datos 1mm avanve de cae. Geblea eleborarse una completa mariologia a bave de oo prin- eipio tan hermoso como sélido y verdadero, seen CONREDENGION Y Mino DE MaRtA-—Es ta euestién del die. En tomo d ella, la bibliogvatia es abundantisimaa, aunque de valor muy desigual (15), ‘es problemas en tomo a ta eorredencién eran muchos tora aM? Al nombre: {Puede darse @ Maria el de Corre: dentora? serch tl problema det nombre se planteaba ta. ouestion Sei hecho: sCoopers Maria verdaderamente a. nueslea men cién ¥, Analmente, quedaba por determinar el modo Como fue y en qué consistié In cooperacién de Maria? catenin eee ampah Sot trian. nrermmabe, y seesadonos ier en me nawens “heise. rpe ner seenten Dimes seein Ge arse. Parton, se or perms oan ae ae ORIENTAGIONES ManIOLGoIcAS 377 ta | Hsien ( remota | noral objetiva } ‘ine | tien wroxima Gonnees (sim | tiv {Fisica sujetive | poral as linieas palabras que exigen alguna declaracién, son esas de corredencién objetiva y subjetiva. Por Ia primera’ entiende Lannanz el concurso a la obra de la redencidn misma de Jesu cristo; por Ia segunda, el eoneurso a In aplicacién de los frutos de la redencién. Esa division, que inconsideradaments fué admitide por mu- chos maridlogos, era equivoca, descoriocida de los antiguos, y dirfase inventada ex professo para desvirtuar la eficacia de in aumerables textos do Padres y Eseritores que, de manera expli- cita © equivalente, bablan de le cooperacién de Marla a la obra redentora, pero sin fijar el modo (corredeneién objeliva inme- diata), ya que ellos no acostumbraron dar el nombre de reden. cién a ia aplicacién de los frutos, Sin embargo, esa divisién fué muy recibida y tuvo la virlud de separar a los mariolégos: gNos corredimis a Virgen con cormedencién rMmpiaa opsertva? Ese es el punto discutido, Nosotros eombatimos esa divisién en nuestro libro Mater-Co- rredemptriz: y proponiamos la siguiente: coRREDENCION mpropia PROPIA Saeag_extmativa Material FORMAL ES PARAEL MEJOR ititedas es EAPRELMBIOR Hahn Bencion! ae 378 RP. NARGISO caRcis canes, c. at F. La explicacién de todos esos términos nos haria demasiado Prolijos; véase en el citado libro, pags. 140-143, y en Titulos y grandesas de Maria, pags, 108-107. Baste notar que la cuestién debatida es 1a que plantean los términos impresos con maytis- ‘ula. Mds todavia: el nudo crucial esté en las palabras CORRE- DENCION PROPIA, ENTITATIVA, FORMAL; y las tres subdivi- siones siguientes deelaran el modo, para prevenir dificultades in- fundadas. Posteriormenie, el P. Rover, con un andlisis menudo y fi simo, deshizo la divisién det P. Lennerg, pero no fijé otra termi- nologia que sea punto de pattida para que podamos entender- nos (16). EI P. Rosohini (17) saludé alborozado el articulo del P. Bover, como “una fase che a noi sembra ormai decisiva”, de tal modo, que “crolla inevilabilmente tutto il sistema Lennerziano”. Soy el primero en reonocer el servicio presiado por el P. Bover; pero ‘sigo pensando que si los varios embates combinados han des- teuido 1 andamiaje de.términos, no se ha abordado atin direeta- ‘mente y en el fondo la cuestién que plantean Billot, Riviére, Len- rnerz, Goossens y otros. Creemos todavia més: que con desviar la ‘euestién al aleance del consentimiento de In Virgen, ouya efica- cia trascendental y verdadero influjo ooreedentivo son manifies- tos, se lograré reivindicar para la Virgen la corredencién obje- tiva inmediata (si todavia queremos emplear esa infortunada di- ‘VisiGn) ; pero aun entonces acaso este por resolver la cuestién eru- cial, a saber: {LOS MERITOS Y SATISFACCIONES DE MARIA los de toda su vida, y, consiguientemente, también los prinefpa- lisimos de su consentimiento) DEBEN CONSIDERARSE COMO PRECIO (secundario y dependiente, como es natural) EN VIR- TUD DBL QUAL SE OBRO NUESTRO RESCATE, ES DECIR, ‘SE DIO POR SATISFECHA LA DIVINA JUSTIGIA Y NOS AD- ‘MITIO BL PADRE A SU AMISTAD Y GRACIA? Si no nos engafiamos, eso es lo que niegan los que figuran como enemigos de la Corredencidn; y si es esto lo que afirman (0 fomrais remota & erdine hynco ob obectcam rekemptionem”, 62 AST, (10) ha Corraentrice”, eu ML, 496, pes. 440-18 eee ORLENTAGIONES MARIOLOGICAS 379 eee eee sus campeones, conviéneles plantear sin miedo la cuestién y afrontar las dificultades, investigando os testimonios de la tra- dieién (en esto queda mucho por hacer) y sacando de una vez toda la riqueza doctrinal contenida en verdades que ya poseemos : perfecta y constanle asociacién de Maria con Cristo, Maternidad espiritual, ele,, ete. Hablando de la Corredencién nos vienen a la pluma otras cuestiones fan interesantes como las del mérito de Maria en fa- vor de los hombres, y su mediacién, No hacemos ms que aludir 4 la primera. 5 Acerca doi mérito las cuestiones son dos: En qué signo deba colocarse, y de qué especie sea, El diferente signo o momento ldgico en que se ponga el mé- rito, hace que la Corredencién deba Hamarse entilativa formal © solamente conexa y derivada; pero en ambas hipétesis pueden preguntarse y se preguntan los autores: ;La Virgen nos obtuvo Jas gracias eon mérito de congruo o con mérito de condigno? Y, ante todo, queremos advertir que la divisién corriente do miérito (de condigno y de congruo) es muy imperfecta, y que den- to de una misma especie (2) no puede confundirse el mérito de condigno- secundum. quid y el mérito de condigno simpliciter o. ex toto rigore iustitiae, Hechas esas salvedadles, creemos sinceramente que la logica esté de parte de 16s que atribuyen a la Virgen el mérilo de con- digno en favor de los hombres, porque —supuesta la plenitud de graoia redundante en Maria; —supuesta su dignidad de Madre de Dios, que caracteriza y da el esse moris 0 el valor de los acios de la Virgen; —supuesta, especialmente, su perfecta asociacién a Jesucris- to, la oual confiere a Maria un cardcter de persona oficial y pii- bliea, —No falta a nuestra Sefiora ningtn requisito para merécer de condigno por todas los hombres. . Lo cual se veré més claramente preguntando: ;Por qué un hombre cualquiera no puede merecer de condigno por otro hom- bre? Examinense las eausas que sefialan los tedlogos y se veré a re 380 RP, NARCISO Gancix GARCES, 6. ah, que no se encuentran en Maria, Principio proporvionado, depu- lacién, eto, todo lo tiens Maria, ELP. Rosehini pretende huir la fuet ‘roduciendo una divisién nueva de mé 7a de los argumentos in- to: de congruo (el de Maria) Mérito no corredentivo (de condigno 0 de congruo) el de los otros justs. Pero esa distineién no pareceré a muchos tan aprioristica ‘como aquella de la Corredencién objetiva y subjetiva del P. Len- ‘netz? El mérito que Roschini lama corredentivo dependeria s0- Jamente de la aceptacién diving, mientras que las eondiciones que ‘creemos verifieadas en la Virgen no le confieren una igualdad absoluta entre persona y persona, entre obra y premio, como su- cede en las obras de Jesuoristo (por eso jamuis se piensa en con- coder a la Virgen un mérito de condigno secundum rigorem ius- fitiae), pero si una igualdad més perfecta que la que puede darse en un hombre que para si merece de condigno ol aumento de gea- cia o gloria. Aiguna diferencia admitird Roschini entre la digni- dad de Madre natural y la de hijo adoptivo de Dios; alguna reneia entre la Alma Sota Christi Mediatoris y cada uno de los hombres, cuya salvacién obran Cristo y Maria como un princi pio total. Ponga, pues, distincién en el mérito, no solamente por Je distinta aceptacién diving, sino por su diferente valor y pre clo intrinseco (18), y no rebaje ol mérito y satistaccién de In Co: sredentora al plano en cue se mueven los méritos y satisfaccio- znes del comin de los hombres, como ciertamente los rebaja (cuan- to al valor especifieo), aun introduciendo el mérito eorredentivo de su invenoién, Por si en este punto oretendiera alguien ver alguna novedad, reeordaremos brevemente tos autores que atribuyen a la Virgen el mérito de condigno, 18) Yeas \ Mesio coreedentivo| de cndizn de Crit. lo “tran mentum corredempticiin Detparee appear poset en Ma Ost, pags 238 7 sigulentes. Permttanog et canto 8 de su tabalo ns ha parciso endeble-y muy inferior Asemis —a esto sl que no le comprendemos—; sigue eonfunaiengo ol mérito de {ronsisno simpeiter” com et mario Je “evngas secundum qld Aa els note 4, phe, 248, en que ae retire 8 nosotros, = cst. Anau ORTENTAGIONES MARIOLOCICAS 381 SESE ESSE AG SiscenbcenicbsAicninanesiord BStSSSEO SSIEEL, | Podriamos recurvir, tal vez, a San Buenaventura, que distin- gue tres clases de méritos: de condigno, de digno y de congruo, y atribuye el segundo a la Santisima Virgen, cuya plenitud de gra- cia le concedia “ut aliquid digno posset mereri, quod non pos- sent, si omnes Sarieli essent congregali simul” (19), distincign que, por lo menos, manifiesta la necesidad de no confundir el mérito de Maria con el mérilo de los otros justes. Podriamos citar las autoridades de Ripalda, Vega y Carlos de! ‘Moral, que expresamente atribuyen a la’ Virgen ol mérito de con- digno, explanando sus argumentos; pero nos eontentamos con recordar los maridlogos modernos, que hoy dia sostienen, segu- Tisimos, la misma tesis en favor de la Virgen. Pues bien: entre los autores de toda solvencia qué atribuyen 4 Ia Virgen el mérito de condigno, recotdamos ahora a Lebén, que es un valor de primer orden y eonocedor como pooos de la tradicién mariolégica; a Batic, el gran maridlogy franciscano, y 4 Grabie, franciscano también, que ha estudiady 1a cuestién en Ja historia de os wllimos sigios; y a los dominicos P. Fernandez ¥ P. Cuervo, que saben razonar lo que dicen (20). Aunque de paso, asierita la misma tesis el P, CoLomeR, 0. F. ML, en su robusto libro La Virgen. Maria, pag. 154; a esta sontencia se aproxima el ilustre Birrnesmevx al admitir para la Virgen el mérilo de digno, y Letom no disimula la simpatia que sienle por ella, aunque no Hegue a defenderla. Otros autores, como DILLENs- cuwawen, BERNaRp y FaurHor®, siguen hablando del mérito de congruo; pero, a nuestro modo de ver, es porque no aciertan a desembarazarse de una terminologia imperfecta (21). Y baste lo dicho para que nuestros leotores se orienten en cues- {ion de tanta importaneia y actualidad, (40) Comm. ts 3 Sent, D. & a. 8, q 2, Of Br Fungo, Doctine S, Bonaventure de untersat mediatione 8. Virgie Marie” nhmeses et 7 Uh, pagh 88° y OL (20; Lamin, “Comment Je congo, Fated et je defends to Gocrine Weta Me ition Marae, en EL, “1880, paps. G55-THL Balse, en eh wel. ales site, “Die ‘aeundare‘uilerackat er Gotteematier”. Gaunt, "Pheolaees consdertiones de natura medationts ‘B.'M, Virginia”, en Collctanca’Proncticna, Slavia, sibeak 103T, pie. 93. Fuandnors, “De metutone B. Virginie secunien,dostrnen §. Th ‘ae, 0 CT ORs lomo M8, pag. 164, Comm, en La Teeos-artaton wDre “Ea pee voi yl merto de Maris en vu enoperaion a ia abro de tusite wtuds en Ch, isd, (20) Verse muestra obra"Moterscononempteta, cap. 8, nose, soeats. oe

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