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Un sentimiento naufragante

Ya caía la noche, y ahí me encontraba yo, un joven indigente en medio de la calle con problemas de
amnesia, tenía 3 días sin recordar nada y divagando por las calles cuando de repente me sentí
triste, y decidí sentarme en una banca de un pequeño parque, y cerré mis ojos…
En ese momento me traslade a otro lugar, un lugar que nunca antes había visto, y comencé a
explorar; a mi derecha había una inmensa cantidad de agua cristalina, un hermoso mar en donde
sobre él tenía un enorme barco que había tirado anclas, a mi izquierda se encontraba una persona
que no lograba ver ni reconocer por medio de su silueta, y distraído en saber quién era, logre oír a
lo lejos una voz que me hacía sentir seguro y a su mismo tiempo feliz, no comprendía el motivo de
esto, y estaba tan confundido.
Cuando iba a darle la espalda a aquella sombra, aquella voz se aclaró y dijo; pase lo que pase mi
cariño navegara en tu corazón como ese barco en aquel mar, abrí nuevamente mis ojos cuando
fueron tocados por una gota de agua, y me di cuenta que en ese momento comenzó a llover, era
tarde y estaba todo empapado, no sabía dónde quedarme y comenzaba a tener frio así que corrí en
busca de refugio.
Tropecé con una roca y caí, pero conmigo nuevos espejismos, aquel barco tenía un timonero que
levantaba su ancla y a medida que se alejaba el mar entraba en sequía, y mis sentimientos en
desesperación, cuando miré a mi izquierda había un hombre muerto, y comencé a llorar y a gritar
en medio de la calle, aquel hombre muerto era…
Mi mejor amigo Jack.

- Luis Payares

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