Arquidiócesis de Portoviejo
Año de la Comunión
Semanario Litúrgico • Director: P. Luis Ricchiardi, sdb. • N.º 3029 •Tiraje: 350 000
Edita: Centro Salesiano de Publicaciones Pastorales José Ruaro
Telf.: 02-250-6248 opción 3 o ext. 30151 / 22201 / 22202 / 02-250-6251 Cel.: 098 351 6617
correo-e: luzdeldomingo@salesianos.org.ec
Impresión: Editorial Don Bosco-Centro Gráfico Salesiano. Cuenca
¿Por qué solo los sacerdotes perdonan los pecados?
Ilustración: CSPP
Queridos hermanos en el Señor:
Alguna vez hemos escuchado decir: «Yo me
confieso directamente con Dios»; o, «¿Por qué
tengo que decir mis pecados a un hombre tan pe-
cador como yo?», refiriéndose al sacerdote. Sin
embargo, el apóstol San Pablo, reconociendo que
«todo proviene de Dios, que nos reconcilió consi-
go por Cristo», enseña al mismo tiempo que Dios
«nos confió el ministerio de la reconciliación», de
manera que, en cuanto apóstoles, son como «em-
bajadores de Cristo» (2 Corintios 5, 18-20).
En la Iglesia reconocemos que «los obispos y
los presbíteros, por el sacramento del Orden, tie-
nen el poder de perdonar todos los pecados “en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”»
(Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1461). Pero
también que esto no los hace «mejores», «más
santos» o «más hijos de Dios» que los demás, ya
CAMINANDO CON NUESTRO PLAN DE PASTORAL DIOCESANO
¿Para qué existe la Iglesia? La Iglesia existe para evangelizar, es decir, para llevar a las personas el anuncio
del Evangelio de Jesucristo y descubran en Él su amor, su misericordia, suscitando en ellos la conversión y el
seguimiento, y después convertirse en misioneros.
CUID
ME
YO
O
16 de mayo de 2021
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Ciclo B
que también los sacerdotes necesitan, como todos
los demás bautizados, del mismo sacramento de la
reconciliación.
El «poder» de perdonar pecados en nombre de
Cristo es ciertamente un don que reciben los sa-
cerdotes con el sacramento del Orden. Este don,
sin embargo, no lo poseen porque sean «mejores»
o «peores» que los demás, sino solo por la misión
que tienen de «ministros de la reconciliación». En
este sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica
aclara muy bien que «el confesor no es dueño, sino
servidor del perdón de Dios» (n. 1466).
Por otra parte, los sacerdotes no ejercitan el
ministerio de «confesores» de cualquier manera,
sino que este sacramento está muy regulado por la
Iglesia, para asegurar que los sacerdotes lo admi-
nistren de la manera más digna y solo para el bien.
Así, por ley de la Iglesia, los sacerdotes solo pue-
den absolver válidamente si el obispo respectivo les
concede las «facultades» o el «permiso» necesario
para ello. Sin ese permiso, no es válida la absolu-
ción (cf. Código de Derecho Canónico, cann. 966-
969). Precisamente porque «no son dueños, sino
servidores del perdón de Dios…».
Recibir el perdón de un sacerdote y no de uno
mismo nos recuerda que el perdón es siempre un
regalo inmerecido, que siempre nos llega «de otro».
Nos recuerda que nadie puede darse el perdón «a
sí mismo», por más fe que tenga… ¿Acaso no sen-
timos, cada vez que recibimos la absolución, que el
perdón de Dios es un verdadero regalo?
Con afectuoso saludo y paternal bendición.
+Eduardo Castillo Pino
Arzobispo
 16 de mayo de 2021
º Ritos iniciales
Guía: Hermanos: como a los primeros discí-
pulos, el Señor nos ha convocado, hoy, para
hacernos testigos de su Ascensión. Cristo no
se fue, sigue a nuestro lado cuando nos com-
prometemos a continuar su misión. Cantemos
con entusiasmo para celebrar su presencia.
1. RITO DE ENTRADA
Presidente: La gracia de nuestro Señor
Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo, estén con todos ustedes.
Asamblea: Y con tu espíritu.
2. RITO PENITENCIAL
Presidente: Hermanos: Para celebrar dig-
namente estos sagrados misterios, reco-
nozcamos nuestros pecados.
(Un momento de silencio). Yo confieso...
Presidente: Dios todopoderoso, tenga
misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.
Asamblea: Amén.
3. GLORIA
4. ORACIÓN COLECTA
Presidente: Oh Dios, cuyo Hijo asciende
hoy a los cielos en presencia de los
Apóstoles, concédenos según su promesa,
que permanezca siempre con nosotros en
la tierra, y nos permita vivir con Él en el
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo, en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Asamblea: Amén.
Liturgia de la Palabra
Guía: La entrada en la Gloria del Padre convierte
a Cristo resucitado en Señor del Universo. Al
escuchar hoy lo que sucedió en el inicio de la
Iglesia, el Señor nos invita a asumir la tarea
misionera de anunciar el Evangelio. Acojamos
con entusiasmo y con agradecimiento, la
Palabra de Dios.
5. PRIMERA LECTURA Hech 1, 1-11
Lector: Lectura del libro de los Hechos
de los Apóstoles.
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí
acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó,
hasta el día en que ascendió al cielo, des-
pués de dar sus instrucciones, por medio del
Espíritu Santo, a los apóstoles que había
elegido. A ellos se les apareció después de
la pasión, les dio numerosas pruebas de que
estaba vivo y durante cuarenta días se dejó
ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les
mandó: «No se alejen de Jerusalén.
Aguarden aquí a que se cumpla la promesa
de mi Padre, de la que ya les he hablado:
Juan bautizó con agua, dentro de pocos
días ustedes serán bautizados con el Espíritu
Santo». Los ahí reunidos le preguntaban:
«Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la sobe-
ranía de Israel? Jesús les contestó: “A uste-
des no les toca conocer el tiempo y la hora
que el Padre ha determinado con su autori-
dad; pero cuando el Espíritu Santo descien-
da sobre ustedes, los llenará de fortaleza y
serán mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria y hasta los últimos rinco-
nes de la tierra”». Dicho esto, se fue elevan-
do a la vista de ellos, hasta que una nube lo
ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamen-
te al cielo, viéndolo alejarse, se les presenta-
ron dos hombres vestidos de blanco, que les
dijeron: «Galileos, ¿qué hacen allí parados,
mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los
ha dejado para subir al cielo, volverá como
lo han visto alejarse». Palabra de Dios.
Asamblea: Te alabamos, Señor.
6. SALMO DE RESPUESTA Salmo 46
Salmista: Entre voces de júbilo, Dios as-
ciende a su trono. Aleluya.
Asamblea: Entre voces de júbilo, Dios
asciende a su trono. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos;
aclamen al Señor, de gozo llenos;
que el Señor, el Altísimo, es terrible
y de toda la tierra, rey supremo. R.
 La Ascensión del Señor - Ciclo B
Entre voces de júbilo y trompetas,
Dios, el Señor, asciende hasta su trono.
Cantemos en honor de nuestro Dios,
al rey honremos y cantemos todos. R.
Porque Dios es el rey del universo,
cantemos el mejor de nuestros cantos.
Reina Dios sobre todas las naciones
desde su trono santo. R.
7. SEGUNDA LECTURA Ef 4, 1-13
Lector: Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los efesios.
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la
causa del Señor, los exhorto a que lleven
una vida digna del llamamiento que han
recibido. Sean siempre humildes y ama-
bles; sean comprensivos y sopórtense
mutuamente con amor; esfuércense en
mantenerse unidos en el espíritu con el
vínculo de la paz. Porque no hay más que
un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es
también solo una la esperanza del llama-
miento que ustedes han recibido. Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, un
solo Dios y Padre de todos, que reina sobre
todos, actúa a través de todos y vive en
todos. Cada uno de nosotros ha recibido la
gracia en la medida en que Cristo se la ha
dado. Por eso dice la Escritura: Subiendo a
las alturas, llevó consigo a los cautivos y dio
dones a los hombres. ¿Y qué quiere decir
«subió»? Que primero bajó a lo profundo de
la tierra. Y el que bajó es el mismo que
subió a lo más alto de los cielos, para llevar-
lo todo. Él fue quien concedió a unos ser
apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser
evangelizadores; a otros, ser pastores y
maestros. Y esto, para capacitar a los fieles,
a fin de que, desempeñando debidamente
su tarea, construyan el cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a estar unidos
en la fe y en el conocimiento del Hijo de
Dios y lleguemos a ser hombres perfectos,
que alcancemos en todas sus dimensiones
la plenitud de Cristo. Palabra de Dios.
Asamblea: Te alabamos, Señor.
8. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Asamblea (cantando): Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice
el Señor, y sepan que yo estaré con uste-
des todos los días hasta el fin del mundo.
Asamblea: Aleluya, aleluya.
9. EVANGELIO Mc 16, 15-20
† Lectura del santo Evangelio según san
Marcos. Asamblea: Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se apareció Jesús a
los Once y les dijo: «Vayan por todo el
mundo y prediquen el Evangelio a toda
creatura. El que crea y se bautice, se salva-
rá; el que se resista a creer, será condena-
do. Estos son los milagros que acompaña-
rán a los que hayan creído: arrojarán demo-
nios en mi nombre, hablarán lenguas nue-
vas, cogerán serpientes en sus manos, y si
beben un veneno mortal, no les hará daño;
impondrán las manos a los enfermos y
estos quedarán sanos». El Señor Jesús,
después de hablarles, subió al cielo y está
sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron
y proclamaron el Evangelio por todas par-
tes, y el Señor actuaba con ellos y confir-
maba su predicación con los milagros que
hacían. Palabra del Señor.
Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús.
10. PROFESIÓN DE FE
11. ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente: Presentemos al Padre
nuestra oración confiada por la Iglesia y por
el mundo diciendo: Señor, escúchanos.
Asamblea: Señor, escúchanos.
1 Por todos los que celebramos la fiesta de
la Ascensión del Señor, para que asuma-
mos la tarea misionera como un compromi-
so comunitario. Oremos al Señor.
2 Por la Iglesia, por el Papa, obispos, pres-
bíteros, religiosas y religiosos, laicos y
laicas, para que sientan la responsabilidad
de apostar valientemente por el Reino, por
el mundo nuevo que Dios quiere. Oremos
al Señor.
3 Para que experimentemos la presencia Despedida
de Jesús resucitado en su Palabra, en la
Eucaristía, en los pobres y en cuantos se Guía: Jesús se fue, para que nosotros asu-
comprometen a continuar su misión. mamos la tarea de construir el mundo nue-
Oremos al Señor. vo que Él había iniciado. ¿Aceptamos su
Presidente: Padre, todo esto te lo pedimos invitación? ¿Qué haremos esta semana?
por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.
Asamblea: Amén. Evangelio y Vida
«Ese mismo Jesús...
Liturgia de la Eucaristía volverá como lo han visto alejarse»
• Antes de subir, Jesús envió a los Once para
que fueran por todo el mundo y predicaran la
12. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Buena Noticia de la salvación. El Señor «ac-
Oh Dios, cuyo Unigénito, nuestro tuaba con ellos» y hacían milagros a quienes
Sumo Sacerdote, vive para siempre creyeran: arrojar demonios, hablar lenguas
sentado a tu derecha intercediendo por nuevas, sanar a los enfermos.
Hoy su mensaje nos llega por medio de sus mi-
nosotros, concédenos acceder confia- sioneros
damente al trono de la gracia para al- La Iglesia sigue en espera
canzar tu misericordia. Por Jesucristo, de ese glorioso advenimiento.
nuestro Señor. Tomado de Misal de la Obra Nacional de la Buena Prensa - México D. F.

Asamblea: Amén.
Cartelera
13. ORACIÓN DESPUÉS DE LACOMUNIÓN Peregrinaciones sacerdotales. Del 17 al 20
Te pedimos, Señor, que los dones que de este mes, los sacerdotes de la Arquidióce-
hemos recibido de tu altar, enciendan sis de Portoviejo, desde sus respectivas zonas
pastorales, vivirán una peregrinación a las tres
en nuestros corazones el deseo de la parroquias con el título de San José, con oca-
patria celestial, y nos hagan llegar, si- sión del Año del Custodio del Redentor.
guiendo los pasos de nuestro Salvador, Consejo Pastoral Diocesano. El viernes 21 de
allí donde él nos ha precedido. Él, que mayo se reúnen los delegados de las distintas
zonas y pastorales para coordinar el trabajo de
vive y reina por los siglos de los siglos.
evaluación de esta primera etapa del proceso
Asamblea: Amén. pastoral que lleva nuestra Iglesia particular.
Pueblo de Dios caminando en comunión,
participación y misión

Tiempo Litúrgico: VII Semana de Pascua Liturgia de las Horas: III Semana
SANTORAL LECTURA DIARIA PALABRA DE FE
L 17 SAN PASCUAL BAILÓN Hech 19,1-8/ Sal 67/ Jn 16,29-33. Cantemos a Dios un canto de alabanza. Aleluya.
M 18 SAN LEONARDO MURIALDO Hech 20, 17-27/ Sal 67/ Jn 17, 1-11. Reyes de la Tierra canten al Señor. Aleluya.
M 19 SAN URBANO Hech 20,28-38/ Sal 67/ Jn 17,11-19. Reyes de la Tierra canten al Señor. Aleluya.
J 20 SAN BERNARDINO DE SIENA Hech 22,30;23,6-11/ Sal 15/ Jn 17,20-26. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
V 21 SAN CRISTÓBAL MAGALLANES Hech 25,13-21/ Sal 102/ Jn 21,15-19. Bendigamos al Señor que eres rey del universo. Aleluya.
S 22 SANTA RITA DE CASIA Hech 28,16-20.30-31/ Sal 10/ Jn 21,20-25. El Señor verá a los justos con complacencia. Aleluya.
D 23 DOMINGO DE PENTECOSTÉS Hech 2,1-11/ Sal 103/ 1 Cor 12,3-7.12-13/ Jn 20,19-23 Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
 C UI D
ME
Grupo

YO

O
Editorial
Don Bosco

Solemnidad de la Ascensión del Señor

«Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos». Mt 28, 20

La Ascensión y la vida cristiana

Somos testigos Siempre Misioneros Invitados a

de Jesús acompañados de la Iglesia la conversión

La Ascensión de Cristo Luego de la Ascensión Con la Ascensión, el

La Ascensión es el no es el fin de su pre- empieza la misión mandato de Jesús cobra
punto de partida para sencia entre nosotros, evangelizadora de la fuerzas; se comprende
comenzar a ser testigos sino el comienzo de una Iglesia. A través de ella, el valor de la Pasión y
de Cristo resucitado y nueva forma de estar el mensaje cristiano la Muerte. Se abre un
anunciar la salvación. en el mundo a través habría de transformar camino de conversión
del Espíritu Santo. al mundo entero. para todos los fieles.

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