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El terremoto y el tsunami de Japón en 2011.

El 11 de marzo de 2011, un terremoto submarino de magnitud 9.0 - 9.1 golpeó Japón.


El epicentro del terremoto fue en la región de Tohoku en el océano Pacífico, cerca de la costa
noreste de Japón. Este evento también se conoce como el Gran Terremoto de Japón Oriental o el
Terremoto y Tsunami de Tohoku. Fue uno de los desastres naturales más devastadores de la
historia de Japón y tuvo un impacto significativo en la conciencia de Japón y en la conciencia
mundial sobre cómo prepararse y responder a desastres naturales de gran escala.

A continuación, se destacan algunos puntos clave sobre el terremoto y el tsunami:


Terremoto: El terremoto fue uno de los más poderosos registrados en la historia y el más fuerte en
Japón. Duró aproximadamente seis minutos antes de que el movimiento telúrico causara un
desplazamiento en la corteza terrestre. Incluso en Tokio, que está a unos 370 kilómetros al sur del
epicentro, se sintió en gran parte de Japón.

Tsunami: El terremoto provocó un gran tsunami que se extendió por la costa noreste de Japón. En
algunas áreas costeras, las olas del tsunami alcanzaron alturas de hasta 40 metros, arrasando todo
a su paso. Las ciudades y aldeas fueron inundadas por el tsunami, causando una gran destrucción y
pérdida de vidas.

Daños y víctimas: Más de 15.000 personas murieron en el desastre y hubo miles de personas
desaparecidas. También hubo muchas personas heridas. La central nuclear de Fukushima Daiichi,
donde se produjeron fusiones nucleares y liberaciones de radiación, fue una de las infraestructuras
que sufrió graves daños.

Respuesta y apoyo internacional: Japón inició una masiva operación de socorro y movilizó a sus
fuerzas de autodefensa, además de solicitar apoyo de la comunidad internacional. Varios países,
organizaciones humanitarias y voluntarios ofrecieron ayuda en forma de suministros médicos,
alimentos, agua y apoyo logístico.

Impactos a largo plazo: Japón sufrió un efecto duradero del desastre de 2011.
La catástrofe provocó cambios en las políticas energéticas de Japón, incluida la reducción de su
dependencia de la energía nuclear, lo que provocó discusiones sobre la seguridad y la energía
nucleares en el país. Además, se realizaron grandes labores de reconstrucción en las zonas
afectadas.

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