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LEGITIMA Y DONACIONES: UNA RELACION CONFLICTIVA ROXANA JIMENEZ VARGAS-MACHUCA * Pera SUMARIO: 1. Introduccién.- 2. EI Deambular Conceptual y Nomativo de la Donacién.- 3. La Donacién Inoficiosa.- 4. La Leaitima.- §. Ttulo de Propiedad impertecto det Donatario.- 6. Donacién Inoficiosa y Derecho de Propiedad.- 7: Donacién inoficiosa y Presctipcién Adqui- stiva.- 8. Donacones Simuladas.- 9. Reduccién y Colacion.- 10. Bus- cando Soluciones al Problema. 1. Introduccién Los actos a titulo gratuito que las perso- nas realizan entre si, a diferencia de los que se llevan a cabo a titulo oneroso, tienen dos connotaciones valorativas muy distintas, de- pendiendo del contexto en que se les sit Fuera del émbito jurfdico, son considera- dos dignos de elogio y admiracién, colocén- doseles hasta como modelo de conducta, por implicar un valor socialmente deseable como lasolidaridad, debido a que la falta de busqueda de reciprocidad material (cuantifi- cable) normalmente importa motivaciones internas positivas, es decir, altruismo, gene- rosidad, amistad, gratitud y hasta piedad (no cuantificables)!, Numerosas entidades de apoyo al préjimo, de diversa indole (religio- sas, laicas, poltticas, entre otras) dedican tiempo y recursos en fomentar a todos los ciudadanos este actuar, el mismo que por excelencia denota una conducta subjetiva ideal, que sirve de contrapeso a la febril biisqueda de provecho en términos de ga- nancias y utitidades materiales en que nues- ta sociedad de economia liberal nos ha su- mergido. En efecto, basta con prestar atencisn a los discursos desde fos piilpitos, desde los mi- ct6fonos de las Teletones, desde los estrados politicos y, en general, desde cualquier me- dio de difusién, para que constatemos que su valoracién social como algo “bueno” se en- cuentra tan interiorizada en cada persona, que hasta se utiliza en forma manipuladora en el discurso demagégico, ya que apela a sentimientos que todos identificamos -desde tiempos inmemoriales- como correctos 0, pot lomenos, saludables. Siendoel consenso aeste respecto undnime y atemporal, podria- mos llegar a calificarlo de conocimiento ob- Jetivo. Més atin en los tiempos actuales, en que la moralidad es un tema que se replantea, ‘0 mejor dicho, se retoma, retaciondndosela con Ia buena fe y la justicia ‘Abogada. Maestria en Derecho Civil ena Pontificia Universidad Catélica det Per. Profesora de Derecho Civil ‘en la Universidad de Lima y en la Pontificia Universidad Catslica del Pe -Rensta.unioica oe. parune 28 94 Legitima y donaciones: una relacién conflictiva No obstante, si alos actos a titulo gratuito se les sit al interior del sistema legal, den- tro de la estructura del Derecho positivo, el panorama cambia radicalmente: las dona- ciones son vistas y evaluadas en forma sus- picaz, para ser finalmente juzgadas y conde- nadas por carecer precisamente de una justi-~ ficacién de indole materialista. La falta de una reciprocidad (synalag- ma?) visible, econdmicamente palpable, es castigada mediante normas que debilitan la fuerza y relativizan la permanencia de tales decisiones. Por ejemplo, en los sistemas ju- ridicos de la tradicién romano-germénica, la existencia de figuras tales como la donacién inoficiosa distorsionan la donacién propia- mente dicha, Hay, pues, una discriminacién de la propiedad adquirida a titulo gratuito, por contraio entre vivos. Lo paradéjico del caso estriba en que, en un sistema donde prima la autonomfa de la voluntad, legalmente se restrinja 0 perjudi- que ésta cuando se trata de tal categorfa de actos, siendo su justificacién la proteccién indiscriminada de los legitimarios del do- nante, independientemente de cualquier cri- terio de justicia ni oportunidad. Si bien a nuestro entender el Derecho no tiene como finalidad Ia orientacién moral de las conductas de las personas, ya que ésa constituye la funcién de otras disciplinas (concretamente 12 Educacién), sf creemos ‘que el Derecho no debe adolecer de incon- sistencias respecto de los fines sociales que se espera de la interaccién de los individuos, es decir, el Derecho no constituye una cate- gorfa independiente de la moral, sino que debe estar al servicio de ella, principalmente de la justicia y de los demés valores que la conforman. En este orden de ideas, encontramos que la dualidad valorativa mencionada entre ¢l ideal social de la solidaridad y Ia f6rmula legal correspondiente, acarrea como conse~ cuencia directa un desincentivo al primero. 92 sevsta.srwoica DEL PERU" AL interior de numerosos sistemas juridi cos -e1 nuestro entre ellos- existe una incon: sistencia entre las diversas normas que giran alrededor de la problemética de la donacién y sus consecuencias en la realidad. Dicha inconsistencia se presenta dentro del propio contrato de donacién, debido a que una de las normas que loregulan relativiza su efecto principal -Ia transmisién de la propiedad del donante al donatario-, contraviniendo la es ‘ructura de las instituciones en que se en- cuentra -nocién de contrato y derecho de propiedad- y sometiendo la figura ala logica particular del Derecho de Sucesiones. Este quiebre institucional, que no encaja conceptual ni funcionalmente en la légica del derecho de propiedad, ni tampoco de la autonom(a privada (particularmente la liber- tad contractual), y ni siquiera llega a cum- plir con los fines de la estructura sucesor trae como consecuencia directa Ia insegu dad juridica del donatario respecto de su condicién de propietario del bien donado. La inseguridad juridica* imposibilita 0, en el mejor de los casos, dificulta a una unidad social a tener un grado de calculabi- lidad en relacién a lo que puede esperar de las demas unidades sociales, generando des- confianza € incertidumbre. Los intercam- bios que sostienen las economias de merca~ do requieren estar dotados de un flujo claro y eficiente de las relaciones entre las perso- nag, y entre éstas y los bienes, siendo indis- pensable la existencia de la predictibilidad en estas relaciones®, De no existir dicha predictibilidad acerca del futuro del derecho de propiedad que se tiene respecto de un bien, sino existe certeza de que el titulo de propiedad que de él se tiene va a garantizar la perpetuided e incon- Gicionalidad del derecho, entonces no hay seguridad juridica sobre tal derecho de pro- piedad. En la préctica, este bien quedaria casi fuera del comercio debido a que resulta evidentemente riesgoso adquitirlo, pues no Roxana Jiménez Vargas-Machuca se puede prever lo que va a ocurrir con él. st0 es lo que ocurre con los bienes adquiri- dos a titulo gratuito. Esta discriminaci6n juridica resulta per- judicial: no cabe distinguir entre titulos de propiedad “perfectos” e “imperfectos”. EI ‘tulo de propiedad deberia ser el mismo en sérminos de seguridad y atributos para cual- quier caso de adquisicion del bien’. Hemos analizado la permanencia en el ‘iempo de esta institucién, encontrando que ‘a regulaci6n de la donacién, particularmen- +e sus restricciones relacionadas a la legiti- ima, viene desde tiempo atrés, manteniéndo- se, en cuanto al fondo, exactamente igual de egislacién en legislacién, de sociedad en sociedad, de época en época, indiferente a 98 cambios sociales, econémicos y norma- vos, como una figura intangible que sobre- vive muy al margen de la ubicacién distinta anque se le site en cada Cédigo Civil, de la evolucién de las libertades individuales, de & necesidad de contar con derechos reales 0S y Seguros que hagan viable el trifico atrimonial. En la préctica, la donacién -perticular- mente de inmuebles- casi nunca asume la ma de tal. Abogados y notarios aconsejan quienes pretenden donar o recibir en dona- 2iGn la simulacién de compraventas para tar la inseguridad que trae consigo un ftulo de propiedad sujeto a un eventual wontecimiento de ocurrencia y fecha incier- as, Ciertamente, la norma se encuentra en desuso, pues nadie bien informado y en su ano juicio aceptarfa un titulo de propiedad sroveniente de una donacién (salvo que el Jonante sea una persona juridica). 2. El deambular conceptual y norma- tivo de la donacién Partiremos de un concepto.que maneja- nos como una verdad absoluta y tan antigua somo las formas sociales, que es la defini- ion de contrato como acuerdo de volunta- des. Nos equivocamos cuando creemos que lanocion de contrato nacis bajo este criterio. Para los griegos, el concepto de contrato se vineulaba estrechamente a la idea de jus- ticia conmutativa, es decir, a la nocién de reciprocidad, de synalagma, partiendode las nociones de justicia elaboradas por Aristote- les. El synalagma desbordaba al contrato, ues se encontraba en todas las relaciones de ‘cambio, sean voluntarias 0 no. Es decir, de- bia haber reciprocidad de prestaciones sien- do indiferente que esta reciprocidad derivase © no de un acuerdo de voluntades. De esta forma, el sinalagma podfa encontrarse tanto en una venta como en un delito 0 en un cuasi-delito. No es que la convencién o acuerdo de voluntades jugase un rol imele- vante, sino que para la concepcién griega su Papel en el cambio es tan s6lo de orden accidental’ Para el Derecho romano, que se constru- y6en base a Ia filosofia griega, el contrato y las obligaciones derivadas de é! provenfan de la existencia del synalagma. El pacto es accesorio: “Del mismo modo que en el syna- Jagma, el consentimiento no es esencial: no es més que una pieza accesoria; la ciencia Jurfdica romana contempla las cosas, los ne~ gotia, en su conjunto, son més complejos que las ideas puras"®. Bs decir, la conven- cidn es tan solo una parte del todo. La ubi- cacién de la donacién se encontraba, pues, lejos de los contratos, constituyendo una de las formas de adquitir Ia propiedad?. Desde esta época se le considerd como un “acto”, ya que su caracteristica de gratuidad pertur- baba los preceptos sobre contratos. Es mucho después, con el surgimiento de la burguesfa, cuando empieza a requerirse de Conceptos que faciliten el tréfico fluido de bienes, que se transforma el concepto de contrato,. adecudndose a las necesidades econémicas, politicas y sociales de este sec- tor emergenie. Es entonces que se dirige la noci6n de contrato hacia el acuerdo de vo- Rensra cum DEL FeRUM ee 93 Legitima y donaciones: una relaci6n conflictiva luntades, dejando el synalagma 0 reciproci- dad de lado para efectos del concepto. Es aquf cuando la donacién recién puede ingre- sar al campo de los contratos, Sehadicho que el cambio en la definicion de contrato en realidad obedecié a factores religiosos y no econémicos, por provenir de la honra a la palabra empefiada, lo cual a su vex deriva de la oristiana prohibicién de mentir. Esta es la Hamada “espiritualiza- cién” del contrato, teoria que no ha prospe- ado. Resulta interesante observar que para el derecho anglosajén, 1a nocién de contrato conserva mucho la base romana, ya que a efectos de determinar si se esté 0 no ante un contrat, se debe partir de la presencia de la consideration, que constituye la existencia de un sacrificio a cargo de una de las partes a cambio del beneficio que recibe de la otra. Si no hay consideration, no hay contrato y, por tanto, no hay exigibilidad”®, Volviendo a la actual definicién de con- ‘rato en nuestros sistemas romano-germéni- cos, vemos que la gratuidad, es decir, la falta de reciprocidad en Ia donacién, ha trafdo ‘como consecuencia una compleja ubicacién y tratamiento sistemético en los Cédigos Ci- viles. Por ello es que la regulaci6n de la dona- ion deviene en ser la més restrictiva y sui generis del sistema, ya que resulta ser un hibrido que abarca fragmentos de distintas logicas juridicas, resultando, ala postre, una figura de dificil definicién y complicada ubi- cacién sistemética, No en vano Pietro Bon- fante comentaba que “.-las donaciones se ven obligadas a vagar como instituciones en pena por las diversas partes del sistema sin encontrar descanso en alguna." Porsuparte, el profesor espaiiol José Luis de los Mozos también seftala, sobre el parti- cular, que “El estudio de In donacién es caso uno de los que presentan més dificul- tades, iniciéndose éstas, desde el punto de 94 newsta ssnbIcA OE. PERU NT 28 vista sistematico, al no saber dénde encua drarle. La cuesti6n aparece yaen el Derecho Romano, donde la Instituta, de Gayo, coloca a la donacién entre la compraventa y tos legados, ofteciendo al presente las mismas dificultades que se hacen patentes en toda reforma legislativa y en todo plan didécti- co", Para ilustrar lo dicho, demos una breve mirada a Ja ubicacién y regulacién de la donacién en algunos ordenamientos juridi- cos: + E1.Cédigo Civil peruano seftala que: “Por la donacién el donante se obliga a trans- ferir gratuitamente al donatario la propie- dad de un bien” (art. 1621). Se trata de un contrato obligacional y solemne’®, +B) Cédigo Civil alemén, dividido en 5 libros, coloca a la donacién dentro del Derecho de las Relaciones Obligatorias, entre la compraventa y el arrendamiento, To que la ubica sistemndticamente dentro de los contratos. Asimismo, en otros ar- Liculos se indica expresamente que se tra- ta de un contrato. Su articulo 516 es sumamente deseripti- vo: “Una atribucién por la cual alguien enriquece a otro a costa de su patrimonio es donacién si.ambas partes estén de acuerdo en que Ja attibucién se realice gratuitamente, Sila atribucién se ha reali- zado sin la voluntad del otto, el atribu- yente (donante) puede requerirle, bajo sefialamiento de un plazo prudencial, para la declaracién sobre la aceptacin. Después de transcurso el plazo vale como aceptada la donacién si el otto no la ha rehusado antes. En el caso de repulsa puede ser exigida la restitucién de lo atri- buido, segdin las disposiciones sobre la restitucién de un enriquecimiento injus- to" + El Cédigo Civil espafol, en su articulo 618, dispone que: “La donacién es un acto de liberalidad pore! cual una persona Roxana Jiménez Vargas-Machuca dispone gratuitamente de una cosa favor de otra, que la acepta.” Este articulo se ‘encuentra fuera de las obligaciones y los contratos, situando a la donacién, con la ‘ocupacién y las sucesiones, en el libro tercero (“De los diferentes modos de ad- quirir la propiedad”). Pero los modos de adquirir la propiedad fueta de los contra- {os son unilaterales y la donacién no loes, por lo que el legislador espafiol tuvo que incluir en la normaet requisito de la acep- tacién del donatario, Io que conlleva una contradiccién: se requiere acuerdo pero se ubiea @ la figura dentro de los actos unilaterales. Gran parte de la doctrina espaiiola's, al comentar este articulo, sostiene que la donacién es un contrato, mientras que otro sector, importante también, le asigna elcarécter de acto o negocio juridico, mas no pisan el terreno de la esfera contrac- tual"®, Debido a este problema concep- tual, el profesor Roca Sastre, atendiendo ala funcién econdmica y social y no tanto a la realidad normativa, ha llegado a de- finir 2 la donacién como un desplaza- ‘miento patrimonial que se puede lograr dando, prometiendo o liberando!”. El Cédigo Civil franeés, que coloca a la donacién con los testamentos, la define en su articulo 894 como un acto de la siguiente forma: “La donacién entre vi- vos es un acto por el cual el donante se desposee actual e irrevocablemente de la cosa donada, a favor del donatario, que la acepta.” Sin embargo, en el titulo general de los contratos, dedica varios articulos a definiciones, entre las que se encuentran a los contratos como acuerdo de volunta- des, y luego a las clases de contratos, entre los cuales figuran los sinalagmati- cos o bilaterales y los unilaterales*®, No hay razén, dentro de Ia légica de este Cédigo, para no ubicar a la donacién ‘como un contrato. + El Cédigo Civil italiano sitia a la dona- cin entre las sucesiones, pero Ia define explicitamente como contrato: “La dona- ci6n es el contrato en el cual, por espiritu de liberalidad, una parte enriquece a la otra, disponiendo a favor de ésta de un derecho suyo, 0 asumiendo frente a ella una obligacién.” (art. 769)!9, + La norma argentina establece que: “Ha- br& donacién, cuando una persona por un acto entre vivos, transfiera de su libre voluntad gratuitamente a otra, la propie- dad de una cosa” (art, 1789). Si bien sitéa ala donacién en el lugar de los contratés, no hace referencia al término obligacién, como sf lo'hace en los demés contratos; en cambio, sefiala que la donacién es un “acto entre vivos", y finalmente cae en reiteracion al indicar que una persona transfiere “de su libre voluntad”, pues por tratarse de un contrato la libre voluntad esté implicita. ‘+ El Cédigo Civil chileno ubica a la dona- cién en un libro que trata basicamente a lassucesiones; en otro libro se encuentran reguladas las obligaciones y los contra- tos. Este Cédigo no sigue ta disposicién del Code, sino una disposicién cuatripar- tita?® que, como seffala Carlos Ramos, “parece una Variante moderna de las Ins- tituciones de Gayo y de Justiniano’. En el artfoulo 1386, este Cédigo define a la donacién como un acto: “La donacién entre vivos ¢s un acto por el cual una persona transfiere gratuita e irrevocable- mente una parte de sus bienes a otra per- sona que la acepta.” Pero al igual que el francés, el Cédigochileno también define alos contratos clasificandolos en unilate- rales y bilaterales, en gratuitos y onero- sos, donde perfectamente encajarfan las donaciones, por lo que la doctrina chilena no tiene reparo alguno en considerarlas ‘como contratos. La regulacién de la donacién en este Cé- RevsTa suranga oat PeRuNe2 OS Legitima y donaciones: una relacién contlictiva digo es muy particular, pues en todo el libro destinado a la donacién entre vivos ro hace remisiGn alguna a los contratos, sino s6lo establece dénde hay 0 no hay donacién. Por ejemplo, no dona el que repudia una herencia, legado o donacién 0 deja de cumplir la condicién a que esta subordinado un derecho eventual (art. 1394), Tampoco hay donacién en el co- modato ni en ef mutuo sin interés (art 1395), ni dona el que presta servicios personales gratuitos (art. 1396), ni el que a favor de un tercero se constituye fiador, © constituye prenda o hipoteca, ni el que exonera de sus obligaciones al fiador 0 condona una prenda o hipoteca mientras esté solvente el deudor (art. 1397), ni hay donacién cuando habiendo por una parte disminucién de patrimonio, no hay por otra aumento (art. 1398), ni hay donacién cuando se condona una deuda o el que aga lo hace a sabiendas de que en reali- dad no adeuda (art. 1397). + El Cédigo Civil. venezolano ubica a Ia donacién entre las obligaciones y Ia ven- ta, por lo que es clara su posicién contrac- tual. Mastin, el articulo 1431 sefiala: “La donacién es el contrato por el cual una persona transfiere gratuitamente una.cosa otro derecho a otra persona que la acep- ta 3, La donacién inoficiosa Sc ha visto c6mo esta figura esté normada y definida por distintos sistemas, donde re~ saltan las posiciones y contradicciones res- pecto de su naturaleza juridica; no obstante, cen cada una de las legislaciones que la regu- Jan de una u otra forma, al concordarse la totalidad de dispositivos que la conforman aparecen una serie de remisiones que final- mente la ubican en los contratos. Sin duda, la institucién tiene mAs de contrato que de acto unilateral (en realidad, jams es unila- 96 rewsrA.unocave remus teral, no obstante su ubicacién en determina- dos Cédigos). Debemos precisar que al ser un contrato, la donacién s6lo puede celebrarse entre per- sonas vivas (donacién intervivos) y, ademas, se trata de un contrato cuyos efectos han de producirse de inmediato, por lo que concep- tual y sistemdticamente se exeluyen los Ie- gados y las lamadas donaciones mortis cau- sa, Sobre el particular, el profesor Puig Bru- tau resefia un interesante caso (sentencia del 7/N1978, Aranzandi, N° 2756) en el que la donante, quien tenfa setenta afios de edad a la fecha de la donacién, se reservé el disfru- te, administraci6n y disposicién de los bic~ nes donados durante el plazo de cuarenta afios, 10 cual significaba que dicha “dona- cin” tendria efecto sélo después de su muerte, “El Tribunal Supremo declaré: "que lo realizado choca con el contenido del art. 618 del Cédigo Civil, que considera el con- trato donaterio como una figura especial de la forma genérica del acto de liberalidad, en el que ésta es primordial para todos tos tipos ide la misma, a la que es preciso afiadir, para puntualizar su concepto, las notas contrac- tuales de gratuidad y de disposicidn, ninguna de las cuales puede estimarse concurrente en el presente caso, demostrativo de que la do- nante no tuvo nunca en verdad el indispen- sable animus donandi propiamente dicho, sencillamente porque Io que quiso y esa fue su voluntad, no fue realizar un auténtico contrato de donacién.””, Sin embargo, la instituci6n alberga entre sus normas una disposicién a la que no se puede considerar limitativa, sino destructiva de las categorfas conceptuales en las que se enmarca. A esta disposicién se le denomina como donacién inoficiosa, y es definida erréneamente como limites @ la donacién. Decimos erréneamente, pues la donacién inoficiosa es més bien un limite al derecho de propiedad derivado de la donacién™ Roxana Jiménez Vargas-Machuca La donacién inoficiosa es ta parte de lo donado que excede la porcién de libre disponibilidad del donante. Este exceso se verifica, luego de fallecido el donante, en relacién alos bienes que constituyen la masa hereditaria’S En sintesis, los supuestos para que opere a donacién inoficiosa son los siguientes: + Eldonante don6 en vida uno o més bienes de su propiedad * Posteriormente, el donante fallece y se abre su sucesin. * Para calcular la legftima, se consideran los bienes de Ia herencia relicta més todo aquello donado en vida (incluyéndose, evidentemente, los llamados anticipos de legitima, que no son otra cosa que las donaciones hechas a legitimarios). Luego se consideran a todos los legitimarios existentes al momento del fallecimiento. + Es aquf cuando ya se puede establecer la legitima, y si éstano alcanzaasercubierta por el patrimonio que el causante tenfa a su muerte, se reducen las donaciones que realiz6 en vida hasta completarla. La por- cién de la donacién que es objeto de re- duccién es lo que se denomina “donacién inoficiosa”. La reduccién de las donaciones sélo ope- ra si éstas son inoficiosas, vale decir, cuando perjudiquen Jas legitimas. Primero se redu- cirdn los legados y luego las donaciones. Como se aprecia, éste es el recurso principal para defender la legitima. Pero no se consi dera la proteccién al derecho del donatario, quien puede ver mermado (o hasta ser de pojado en su totalidad) su derecho de propie- dad respecto del bien donado. Esta norma se encuentra en casi todos los sistemas de la tradicin romano germénica. Aqui sf hay consenso. Podrfa decirse que, en ‘cuanto a sus efectés, la donacién es homo- génea en la mayor parte de estos ordena- mientos. La donacién inoficiosa es una figu- ra que se ha mantenido -y se mantiene- inal terable en los Cédigos civiles a través de los afios, 4. La legitima La legitima es una limitacién para favo- recer aa familia, teniendo su fundamentoen los deberes y obligaciones provenientes de la relacién familiar que nace del parentesco consanguineo o del vinculo familiar*6 Como acertadamente expresa el profesor Lohmann, “Es una atribucién legal consis- tente en derecho a recibir del causante una atticipacin de su fortuna, que se expresa en el derecho de participar en un monto proporcional de! valor del patrimonio neto relicto, més el valor del patrimonio donado (..esun derecho a favor de ciertos parientes que (salvo los casos excepcionales de deshe- redaciOn 0 de indignidad) se expresa nor- malmente en una participacién determinada de la herencia, (...). Dicho a la inversa, la legitima se expresaen sentido negativo tanto ensede testamentaria como freno ala volun- tad del testador, como en Ia sucesién intes- tada respecto de las donaciones que hubiera Podido efectuar el causante. Es un limite.’ El mismo autor explica que el espectro de la legitima es el siguiente: “a) En la sucesién testada, supuesta la validez del testamento, la legitima opera como mecanismo limite, en el sentido de impedir que con disposi- ciones testamentarias, o con ellas su- madas a donaciones previas, se exce- da el testador de ciertos topes a favor de no legitimarios, b) En la sucesi6n intestada, cuando el legitimario no ha recibido en vida del causante y de éste, donaciones cuyo valor sea por lo menos equivelente al de ja cuota legitimaria. c) EVSTAIURECADE PEFUN2s OT Legitima y donaciones: una relacién conflictiva En lasucesién intestada que complete Ja testada, cuando el testador no ha dispuesto de todos sus bienes y cuan- do lo que en vida 0 por el testamento Jo atribuido al legitimario es insufi- ciente."8, Los legitimarios, para nuestra legisla- cién, son los hijos y los demés descendien- tes, los padres y los dems ascendientes (és- tos, empero, quedan excluidos si hay algin descendiente), y el ednyuge. Los descen- dientes del mismo grado (todos hijos, todos nietos, todos bisnietos, etc.) participan por igual en la legitima, y si hay descendientes de distinto grado se aplicarén las reglas de la representaci6n. Su legitima es de dos tercios del caudal legitimario, Los ascendientes tie- nen una cuota legitimaria de la mitad del acervo legitimario, y aquf no hay derecho de representacién. La legitima del cényuge es igual a la legitima de un hijo, y si hay e6n- yuge més descendientes, concurren en partes iguales; si coneurren con ascendientes tam- bién seré en partes iguales. No hay que olvi- dar, empero, que la legitima del cényuge es independiente del derecho que le correspon- de por concepio de gananciales provenientes de la liquidacién de la sociedad de bienes del matrimonio §. Titulo de propiedad imperfecto del donatario El efecto principal de la existencia de la donacién inoficiosa es que el titulo de pro- piedad del donatario es un titulo imperfec- to, inseguro, que mds se asemeja a un dere- cho de uso por un lapso indeterminado (hasta Ja muerte del donante), al cabo del cual se podré definir si -este derecho de uso- se convertité en uno de propiedad perpetua res- pecto ala totalidad oa parte de! bien donado. Esto dependerd, primero, del monto del pa- trimonio que el donante/causante deje a su muerte y, segundo, de Jos legitimarios que 98 newsta.morca.o0. PERLE 2 este donante/causante tenga al momento de su fallecimiento. Alberto G. Spota sefiala que “Sin perjul- cio de que el nuevo Cédigo Civil, surgido de laley 17.711, ha brindado seguridad juridica a los contratos a titulo oner0so, lo cierto es que atin ante el supuesto de que las partes persigan con la simulacién un fin Ifcito como Jo es la donacién, suelen ocurrir a tal dona- cién disfrazada con el propésito de que cl donatario cuente con un titulo "comerciali~ rable", © sea, que no esté expuesto a la accién de reduccién, la cual es reipersecuto- ria y no prescribe sino a partir del plazo decenal ordinario (art. 4023), pero a contar de la muerte del donante (art, 3955), Este plazo incierto -la muerte del donante con més el término decenal indicado- pone de manifiesto la “imperfeccién” del titulo en ‘cuanto pueda darse Ia hip6tesis de que surjan legitimarios que no se tuvo presentes. Es por ello que se recurre aesta simulacién relativa, Ja cual nos enfrenta ante un estado de cosas donde la donacién sigue apareciendo en el Ambito juridico, pero con el ropaje del acto contractual a titulo oneroso"®. ‘Tres consecuencias se derivan de la im- perfeccién de este titulo de propiedad: 1) La inseguridad jurfdica del donatario en relaci6n a la duracién y calidad de su titulo de propiedad. 2) Le crea la obligacién de conservar el bien-en buen estado, a fin de poder devolverlo en caso se llevara a cabo la accién de reduccién, 0 en todo caso de conservar, un fondo con el objeto de restituir su valor*?, 3) Disminucién del valor del bien dona- do. Se convierte en un titulo devalua- do, cuyo valor comercial deviene en uno significativamente inferior al va- lorde mercado.” Roxana Jiménez Vargas-Machuca Encontramos una gran contradiccién en- tre el fin de la norma y su realidad. Su finalidad es proteger a fos legitimarios del donante, mas es claro que no lo hace en su momento oportuno. La proteccién posterior (cuando fallece el donante) es demasiado relativa para tomarla con seriedad. Més atin si las circunstancias han sufsido variaciones. ‘Sin embargo, encontramos una cierta cegue- ra respecto de este enfoque en Ia doctrina®! 6. Donacién inoficiosa y derecho de propiedad En el Perti no se admite la restriccién ni la privacién de la propiedad por causa que no sea de necesidad y utilidad publicas o de interés social, que es 1a configuraci6n del Presupuesto que admite la expropiacién, toma ajeno al que nos ocupa. ‘Nuestro Derecho define a la propiedad como el poder jurfdico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien, Analizando los cuatro caracteres del de- recho de propiedad (real, exclusivo, absoluto ¥¥ perpetuo), los mismos que son el comple- ‘mento de los atributos del propietario (usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien), el profesor Jorge Avendafio expresa que aqué- los “configuran y delinean este derecho de propiedad como el mas completo de los de- echos reales (...). Por ser un derecho real, la propiedad confiere a su titular las facultades, de persecusién y de preferencia, y ademés establece respecto de Ia cosa una relacién directa inmediata. Por ser un derecho ex- clusivo, la propiedad es erga omnes, esto es, se puede oponer a todos y excluye de su mbito a todo otro titular. Por ser un derecho absoluto, la propiedad confiere a su titular todas las facultades posibles sobre el bien (..). ¥ por ser un derecho perpetuo, la pro- piedad solo se extingue cuando el bien desa- parece 0 cuando es abandonado, no asf por el simple no uso del titular.”>2. En los ordenamientos jurfdicos que se encuentran en una economia de libre mer do, el concepto de propiedad tiene una sig- nificacién filoséfica (que se encuentra inte- riorizada por los ciudadanos), que es practi- ‘camente homogénea, encontréndose refleja- da en sus legislaciones y politicas de desa- rrollo. Esta concepcién vincula a la propie- dad privada con la libertad. Como causas de extincién de la propie. dad, el Cédigo Civil peruano enumera las siguientes: la adquisicién del bien por otra persona, destruccién del bien, expropiacion y abandono. No se contempla la reduceién de las donaciones. Despojar a alguien de su propiedad, de una propiedad que no ha abandonado, que se encuentra poseyendo continuamente, de una propiedad debidamente inscrita como tal, s6lo podrfa tener como justificacién el que estuviese atentando contra el bien comin’. En el caso de la justificacién del despojo de Ia propiedad del donatario, el bien comin ‘estarfa, bajo este esquema, representado por el derecho sucesorio, por la proteccién a la familia, Esta solucién legislativacumple con tal finalidad en el caso de os legados (cuya reducci6n no perjudica ningtin titulo de pro- piedad), y también hasta cierto punto no irrestrictamente- en el caso de los bienes donados a legitimarios (para quienes esto se considera anticipo de legitima), pero no en el caso de las donaciones realizadas a terce- Fos, menos atin cuando al tiempo de realizar- se la donaci6n el donante tenfa una situacién econémica sin duda distinta -y quiz ni si- quiera estaba casado ni tenia hijos- a la que tenia al tiempo de su fallecimiento. 7. Donacién inoficiosa y preseripcién adquisitiva La norma peruana dispone que la propie- dad inmucble se adquiere por prescripcién mediante Ia posesién pacifica en diez afios sin justo titulo y en cinco con justo titulo y RewsTaURDCAceL PER ie2s 99 Legitima y donaciones: una relacién conflictiva buena fe*, mientras que la adquisicién por prescripcion de un bien mueble requiere la posesién continua, pacffica y publica como propietario durante dos afios si hay buena fe, y por cuatro sino la hay. El donatario, al ser propietario y no mero poscedor, no puede acogerse al beneficio de Ja preseripcién adquisitiva, por lo que se ‘encuentra con un derecho de propiedad de peor calidad que el que adquiere un poseedor de mala fe. La inseguridad jurfdica respecto de su titulo de propiedad es palpable. 8. Donaciones simuladas Como se ha visto, la donacién se encuen- tra mucho més circunscripta al derecho de sucesiones que al de obligaciones o contra~ tos, no obstante que tampoco encaja natural- mente dentro de aquél, pues la donacién es un acuerdo de voluntades (acto intervivos) mediante el cual una persona se obliga a transmitir a la otra la propiedad de un bien, celebrindose este contrato a aves de una formalidad solemne, la cual tiene como ra~ z6n de ser que el donante se reafirme a sf mismo en cuanto a la liberalidad que preten- de Hevar a cabo*, La doctrina reconoce la existencia de las, donaciones disfrazadas, que constituyen una simulaci6n relativa. Sin embargo, no se rea- liza un anélisis del descrédito que implica tener una instituci6n que no se utiliza en su aspecto juridico (con excepci6n de las dona- ciones realizadas por personas juridicas, mu- chas veces como resultado de un célculo tributario-contable), a pesar de que sf se efectiia en su aspecto real. Un fin Iicito como Io es el donar por ayudara alguien querido*6 deberfa exhibirse, orgulloso, ante la sociedad. Pero por todas las razones que estamos esbozando en este trabajo, se esconde, se oculta, se realiza siempre con la apariencia de otro contrato (a 100 nevsra ssnoioa 08. peu nea tftulo oneroso) para evitar engendrar un sftu- o de propiedad tan injusto como ineficiente. Sobre el particular, el profesor Guillermo A. Borda relata un caso de donacién simula- da que lleg6 a Jos Tribunales de Justicia argentinos: “Los tribunales de Buenos Aires resolvieron un interesante caso: un rico em- presario textil regalé a su hija y a su novio (que era un sobrino muy allegado al donan- te), un importante departamento. Como es de estilo en estos casos, para no perjudicar el itulo de propiedad, los novios aparecieron ena escritura comprando cada uno la mitad indivisa, Pero el matrimonio no lleg6 a cele- brarse y algtin tiempo después la hija se cas6 con un tercero y se fue vivir al departamen- to regalado por su padre. El primer novio, que como dije, aparecfa en la escritura como condémino, demands la divisién de! condo- minio. La demandada pudo probar que la venta era un acto simulado que escondfa una donacién y la demanda fue rechazada por aplicacién de los mencionados artfculos (Ceiv. Cap., Sala D, 28/9/1978, in re OECZR-Y. 9, Reduceién y Colacién + £Qué bienes se reducen y cuales se cola- cionan? Aqui entramos ala diferenciacién en fun- cién de la calidad de quienes reciben estas liberalidades. En primer lugar, si quienes reciben algu- na donacién son los Hamados “herederos forzosos”** (es decir, legitimarios) del do- nante, entonces tales donaciones se conside~ rarén anticipos de herencia (0 anticipos de legitima) y se colacionarén al fallecer éste. ‘Se computan como parte de la legitima del donatario y es ahi cuando se colacionan a fin de que cada legitimario reciba el porcentaje de legitima que le corresponde, salvo ‘dis- pensa de colacin. Cuando hay dispensa de colacién, dicha donacién (0 anticipo) se imputard a la por- Roxana Jiménez Vargas-Machuca 2i6n de libre disponibilidad, al igual que las donaciones realizadas a terceros no legitima- tios. Otro punto a destacar es el relativo ala alificacion de la donacién a legitimarios zomo anticipo de herencia, lo que no es necesariamente exacto, ya que en su momen- {0 ain no lo ¢s -no hay herericia ni por tanto hherederos sin causante-, y ademas pueden ‘ocurrir una serie de eventos que le modifi- quen la naturaleza, como por ejemplo en el caso de que el donatario legitimario reciba como donacién un bién, y luego sea deshe- redado por el donante causante, o si renun- siase a la herencia, Ciertamente en estos 2as0s lo reeibido por donacién ya no se con- siderard anticipo de legitima y, por ende, no se colacionaré; en cambio, correré la misma suerte que las donaciones realizadas a terce- 10s no legitimarios, El Proyecto de Reforma del Libro de Su- cesiones de Cédigo Civil de 1984, a cargo del profesor Guillermo Lohmann, contem- pla aspectos no previstos por el Cédigo vi- gente, disponiendo por ejemplo que no es solacionable Ia liberalidad recibida por quien en ese momento no era legitimario. Seria el caso de un donatario que podrfa ser sobrino o simplemente un tercero sin ningu- ‘na expectativa sucesoria respecto del donan- te, quien posteriormente lo adopta y por ello termina siendo legitimario. En este caso, siertamente, su donacién no serd colaciona- ble sino Gnicamente reducible. 10. Buscando soluciones al problema Hay legislaciones que optan por diversas soluciones al problema, las mismas que si bien recogen en algo el clamorde la realidad, no resuelven el problema en su totalidad, sino que solamente lo alivian. Es el caso de los sistemas que optan por reducir la inseguridad juridica del donatario a.una cantidad especifica de afios, por medio de normas que disponen que s6lo podén ser objeto’de reduccién las donaciones realiza- das, por ejemplo, dentro de los diez afios anteriores a la muerte del donante®, En otros casos este plazo es de cinco afios. En el Pert no, hay plazo, por lo que las donaciones realizadas por un donante de 18 afios de edad podrfan ser reducidas por sus legitimarios al fallecer aquél, por decir, a los 75 afios de edad. El problema, a nuestro juicio, estriba en demostrar si la donacién se realizé en des- medro 0 perjuicio de los derechos de los legitimarios. Es decir, si existié algin grado de dolo, mala fe 0 negligencia en el donante al momento de realizarla, o algun tipo de prodigalidad, entonces sf serfa conveniente facultar a los legitimarios a efectuar dicha reducci6n, de similar forma como los acree- dores tienen derecho a accionar cuando se ha dispuesto de bienes o derechos en perjuicio de sus intereses. De lo contrario, no deberia proceder Ja reduccién. Esto presupondria la existencia de estos familiares consanguineos y/o c6nyuge al momento de realizar ladona- ién, por lo que si doné cuando no tenia estos familiares entonces jamés deberé proceder la accién de reduccién ni colacién alguna. Asimismo, es de notar que si al momento de realizar [a donacién la situacisn patrimo- nial del donante fuese delicada, es decir, que efectivamente dicho acto de desprendimien- to prodijera un perjuicio al esténdar de vida de sus legitimarios, la inoficiosidad de la donacién no podria invocarse por ser éste un recurso que no procede sino Iuego de la aperturade la sucesién de dicho donante. Por ello €s que en ningiin caso, en los hechos, logracl fin de proteccién de los intereses de los familiares, por lo que no se justifica fa inconsistencia respecto del concepto de de- recho de propiedad. En efecto, la donacién inoficiosa se de- clara con posterioridad a la muerte del do- ante, y con referencia a los bienes que éste dej6 al morir. No interesa si al momento en revsrasunoicaoe.renuntzs 101 Legitima y donaciones: una relacién conflictiva que realiz6 la donacién él se encontraba en una situaci6n econémica superior que al fa- Hecer (que es lo usual). Por tanto, operaria ‘como una suerte de condicién resolutoria completamente aleatoria, Quien de buena fe (por razones afectivas, de solidaridad, de compasién, de agradeci- ‘miento), y hasta sin semejante grado de bue- na fe (por motivos de conveniencia, de figu- raciGn, de vanidad personal, de egocenttis- mo) desea donar un bien a otto, lo més probable es que al momento de tomar tal decisién carezca de apremio econémico (y tal vez carece también de legitimarios), mientras que el donatario muy posiblemente se encuentra en una situacién econdmica més dificil que su benefactor. Ciertamente nadie dona sus primeros mil délares, sino los Gltimos, su excedente, De la misma forma, nadie donarfael inmueble en gue habita, sino uno que en ese momento no le resulta indis- pensable para conservar su estandar de vida. Asimismo, quien dona un bien tene la intenci6n de transferir la propiedad perpetua (es decir, la misma calidad del derecho de propiedad que é] tiene respecto del bien), ya que de lo contrario se limitarfa a ceder el uso del mismo. Por esta razén es que las compraventas simuladas constituyen la realidad que ha su- plido la deficiencia de la norma, Esta préct ca lleva décadas, legando a formar parte de la costumbre. El costo de mantener figuras ineficaces y en desuso en nuestros sistemas es més alto de lo que se supone. Resta credi- bilidad a nuestros ordenamientos jurfdicos. Por tiltimo, creemos que la institucién de Ia legitima en sf misma es altamente discuti- ble, y que deberfa relativizarse Los sistemas paternalistas y proteccionis- tas que no contemplan laeficiencia ala larga no logran sus objetivos de salvaguardar los derechos de los desprotegidos; de la misma forma, buscando a través del individualismo absoluto a total eficiencia basada en que “cada cual sabe mejor qué es lo que le con- viene”, se Hega a una sociedad aistada e injusta, El ideal es armonizar ambos funda- mentos. Por ejemplo, si un padre deseara darle mayor apoyo a un hijo menos favore- cido por Ja naturaleza o por la suerte, y quisiera dejarle las tres cuartas partes de su patrimonio, ya que tiene otro hijo que es muy exitoso en la vida, no podrfa hacerlo, ya que atentarfa contra la legftima. La ley dispone que cada uno debe recibir partes iguales Creemos que Ia protecci6n legal solamente deberia ir encaminada a favor de quienes lo necesitan, es decir, los hijos menores de edad, los incapaces, etc. También deberian considerarse Ios casos en que determinados familiares capaces hayan convivido con el causante y hayan colaborado con su trabajo y apoyo a la formacign de te fortuna de és. Finalmente, insistimos en que deberta to- mars en cuenta, en caso de disposicign gra- tuita de bienes en desmedro de familiares con derechos no sélo expectaticios sino ac- tuales (la obligacién de proveer al sustento de la familia) respecto del donante, la posi- bilidad de que éstos puedan accionar cuando ain se pueda impedir el dafio, sin tener que esperar hasta gu fallecimiento para poder hacerlo. Nofas: Enel prblogo de la Quinta Patida de Alfonto el Sabio se lama a estos contratos “de gracia y amor”. Cit. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manvel. El contrato en General. 7.1, vol. XI, | parte, Lima, Fondo Editorial de Ja Pontificia Universidad Catélica del Pend, 1998, p. 213, 102 revistasuninca 08 PERU 28 Roxana Jiménez Vargas-Machuca I sinalagma es ta reciprocidad en el inteccambio, por ello es que actualmente los contatos bilaterales (no confundir con el acto jurdico bilateral: todo contrato toes; el contrato bilateral est referido al contrato con prestaciones reciprocas) son definidos -aunque con cieras excepciones en doctrina- com sinalagméticos. Por «ejemplo, dos contratos sinalagméticos perfectos son fa compravenia y la permuta La libertad contractual es aguélla que permite Jas partes determinar lbemente le forma -siempre que no existaformalidad expresamente seiaada por ley bajo sancién de nulidad- y contenido de un contrato,y tiene ‘su sustento en la autonomfa de la voluntad, Nuestro sistema juriieo ha recogido este principio en el artculo 1354 del Codigo Civil. La doctrinaes de igual parecer. Cft, DELA PUENTE Y LAVALLE, Manvel, Ertdios det contraro privado. Lima, Gultural Cuzco S.A., Bditoces, 1983, tomo I, pp.s3-54; SOTO, Carlos A. La «auicnomia privada y la buena fe como fundamento de la obligatorieded del contrato, Buenos Aites, Cuadernos e Doetrina del Colegio Piblico de Abogados de la Capital Federal, Fasefeulo N® Il, pp. 5-8: BULLARD GONZALEZ, Alfredo. Contratacidn en masa, ;contaracién? En: Estudios de Anilisis Econdmico del Derecho. Lima, ARA Eaitores, 1996, p. 54 1a insoguridad juridica, que es lo opveso gla seguridad jucica, genera desconfianea y corlleva ala incertidumbre. Con asirto, Jeremy Bentham, en relacién a la seguridad juridica, seta que “Gracias ella ‘.) podemes prever el futuro y, por fo tanto, tomar nuetias disposciones para entonces sla base sobre la 4que descansan todos fs planes, todo trabajo y todo ahoro; con ella Ia vida no es simplemente un sucesisn 4 instanes sino una continvidad, y la existencia de cada uno ena como un eslabén en la caena oe las seneraciones. La seguridad (..) es a cractecstica dela civilizaisn, fo que diferencia al hombre culto dl salvaje, a la paz de la guerra, al hombre de la bestia.” Ce. ALTERINL, Allo A. La inseguridad jut Buenos Aires, Abelodo-Perct, sf pp. 17-18 iertmene, no abogamos por una seguridad jurdica enendida a “rajatabla”, pues ésta es alimenada cnntinuamente por ia justicis, debiendo mantener un equiiri, ya que un sistema predesbley “seguro” pero injusto scareaa la larga unainsepurided mayor. La seguridad uric y la jesticia no son pees, independicnes ‘entre sf, La exisencia de una sin Ia otra le resta contenido, le reduce sustancia y merma su vigeneln. Como acertadarmente sefiala Pérez Lui, “De hecho la manipulaci dela seguridad juidia por los despoismnos de todo signo representa una constantehistrica. En los Estados totalitacos los doginas de la plentud sutosuficenca del ordnamient jurdico, el principio de la inquebrantabildadeinexorbiidaddelalegalidad, ta publicidad exagerads hasta la propaganda del ley scons el control e a disrecionalidad judiial han sido insrumentalizados al miximo para la imposisign del monopolio politico eideolégico. La seguridad surdiea, asf entendida y degradada, noha impedido la promulgacicn de leyesdivigidas a consagrarciverss formas de isriminacién racial o pola y, en suma el contro opesivo de la sociedad. Estas manifestaiones 4 la seguridad de 1 inseguridad son incompatbles eon la razén de ser del Estado de Derecho.” (PEREZ LUNO, Antonio Enrique, La seguridad jerdica, Barcelona, Editorial Ariel S.A. segunda edicign (revisaday esa al da), 1998, p27 JIMENEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana, Efectos y defectos de la donacién, Estudio comparativo entre los Vigentes sistemas peruano y argentino, El proyecto argentino. Eni lsituciones de Derecho Pivado Moderno. Problems y Propuesias. Buenos Aires, Abcledo-Perot, 2001, . 807 Un itersante y buon estudio sobre este tema puede encontzarse en VILLEY, Miche. En tomo al contrat, ‘propiedad y ia obligacin (captlo extraido de “Archives de Philosophie du Devi”, Bd, Srey. Pais. 1968), Poquefia biblioteca de Filosofia del Derecho, Ediciones Ghesi, Buenos aires, 1980, p. 32 VILLEY, Michel. En tomo al contro... Ob. cit, p.37 Justiniano sefalaba en su Institwa que "Hay otro géneco de adquisici, cual es la dnacién (.)"(L.2. La consideration consiste en un derecho, una uildad, un interés, o un benefiio comespondiente a una pane, ©/en una renunca, un detrimento, una pérdida, © una responsabilidad aporada, suid o emprendia por la ova parte "Basta que algo se aya prometdo, cumplio, renunciado o sutio por parte a quien se hola promesa, paraadvertruna consideration poresaprotmesa.” |ANSON. Principles of Contracts, p63) Entonces 40 mis relevant no esté tanto en el beneficio de una de as pares, sino que en vrtud dela proms acta partsabandond algin derecho olimitésulibercad de accidnjurica. La consideration, buscando equivelencis, vendrta‘a sr la causa (en téminos de reciprocidad) de nuestro sistoma, Si no existe consideration. pave sk derecho anglosaién, no hay contrat, yl pact se reduce auna promesa sin sancin conta sa ncumplinients es decir, se rataria de una promesa que tiene niamente efectos morales soviales rewstaworcace. renuntze 103 Legitima y donaciones: una relacién conflictiva 8 Gitado por DELLOS MOZOS, Joté Lui, La donacion ene! Cigo Cin, En: Derecho Civil (Método, sistemas 1 categorasjurdics). Madrid, Editorial Civitas, $.A., 1988, . 333. DELOS MOZOS, José Luis. Ob. it, p. 333 La norma pervanaexigeformalidad solerare para la donaciGn de bienesinmuebles sf como para a de biones rmuebles de cierto valor EL BGB se divide en $ Libros: Libro I: Parte general (personas, negocios jridicos, ete): Libro Il: Decocho de Jas Relaciones Obligatonas: Libro Ill: Derecho de Cosas; Libro 1V: Derecho de Famili; y Libro V- Derecho Sucesori. Ci. CASTAN TOBENAS, José. Derecho Civil Expatol campun y foral. Derecho de Obligaciones: las particularesrelaciones obligatoias. Mace, Baitorial Reus S.A. 1969, . IV, p. 196; DE LOS MOZOS, José Lis, Ob. ct, p. 361; VALVERDE Y VALVERDE, Calixto, Tratado de Derecho Civil Espafo. Valladolid, 1937, p 480, Cir, DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio, Sistema de Derecho Civil. Madrid, Editorial TECNOS, S.A. 1986, Tl, p. 394; PUIG BRUTAU, José, Fundamentos de Derecho Civil bzcelona, BOSCH, 1982, Tl, Vol. tl p.73; VALLET DE GOYTISOLO, Juan. Etuadios sobre donaciones, Madrid, Editorial Montecorvo S.A, 1978, p. 288 ROCA SASTRE, La donacton remueratora, En: Estudios de Derecho Privado,T. I, Madrid, 1948, p. 531 ‘Art, 1101: "El conrato es una convencin por a eual una o mds personas se obligan hacia otra o varias més, ‘dar, a hacer 0 ano hace alguna cosa.” ‘ar. 1102: “El contato es sinalagmatico o bilateral cuando ls conrszntes se obliga reeiprocamente unos para con ots." ‘Art, 1103: “Es unilateral euando una o varias personas estén obligadas para con ota. varias, sin que por parte ‘de eatastimas exist cbligacién en ello” Este Cédigo esta constituido por 6 libros: Libro I: De las Personas y de la Familia; Libro {1: De las Sucesiones. (est libro est vidido en 5 titlos. de los cuales el quino es De las Donaciones); Libro Il: Dela Propiedad: Libro 1V: De las Obigaciones; Libro V: Del Trabajo: y Libro VI: Dela Tutela de los derechos. El Cédigo Civil chileno se divide en 4 libros, ademss del Titulo Preliminar: Libro I: De la Petsones(equt inluye aa familia); Libro Il: De fos Bienes, y de su dominio, posesibn uso y £008; Libro Ill: Dela sucesién por eausa de muerte y de las donaciones ene vivo, y Libro IV: De las Oblgacionesy de os Contratos. RAMOS NOREZ, Carlos. Et Cédigo Napolednico y su recepcign en América Latina, Lima, Fondo Béitorial dla Pontificia Universidad Catdica del Pers, 1997, p. 103. * “Ladonaci6nes siempre un contrat; no es un acto unilateral no puede provenir de una declaraciéa unilateral de voluntad, En eso se diferencia det legado. Ese no es un contratoses una pica manifestacin de la voluntad unilateral. Sin embargo la donscin y el legedo, como también la condonacién, con liberaliddes.” (CASTA- NEDA, Jorge Eugenio. El contrato de donacién. Lima, sle, 1967, p. 12.) PUIG BRUTAU, José. Furdamentos de Derecho Civil, TH, Vol Il, 0B cit, pp. 75-6 JIMENEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana, La inseguridadjuridica del donataro, Revista junitica SCRI- BAS, af, N4, Arequipa, 1998, p59. ‘At, 1629: “Nadie puede dar por via de donacién, mds de lo que puede disponer por tetamento, La donacin ‘er invilda en todo lo que exceda de esta medida. El exceso se regula por el valor que tengan o debian tener los Bienes al momento dela muerte de! donate.” LANATTA, Romulo. Derecho de Sucesiones. T. Ul, Lima, Universidad de San Marcos, 1969, p. 237: CASTAREDA, Jorge Eugenio. Derecho de Sucezion, Tomo Il, Lima, sie, 1975, p. 48; ECHECOPAR GARCIA, Luis. Derecho de Sucesiones. Lima, Ediciones Sana, 1950, p. 106; FERRERO COSTA . ‘Augusto, Derecho de Sucesiones. En: Teatado de Derecho Cx, V, Vol. Il,Lima, Universidad de Lima, 1994, p 531, entre otros machos, pues respecto este puntohay unaciertaniformidad de opiniGneladocrina en general, tanto nacional como extanjera. LOHMANN LUCA DE TENA. Guilleemo, Derecho de Sucesiones. Vol. XVI, Ti Lima, Fondo Ecitoril de la Pontificia Universidad Calica del Pers, 1996, pp. 460-662. LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, Derecho de Sucesiones. Val. XVI, T. Il, Ob ct, pp. 462-463, SPOTA, Albeno G. Instituciones de Derecho Civil. Contrator. Vol. VI, Buenos Aires, Ediciones Depelma 1987, p. 228 104 newsta.sonoica a. remus ze Roxana Jiménez Vargas-Machuca En el Derecho peruano el donatario puede devolver el bien o su valor. En cambio, para el daecho argentino la accién es reipersecatoria, por lo que si el donatario dispuso del bien, ya sea a titulo gratuito u oneroso, los hheredéros podrfan recuperarlo, en cuyo caso el donataro tendrfa que restitur fo pagado a quien le compes el bien, Laafirmacisn de Puig Brutaues claro ejemplo de lo que queremos decir: “El ordenamiento juridico no permite {que el donanterealice durante su vida acts que puedan disrinuie su patrimonio en perjuicio de los que sorin sus legitimarios (..).Liberrad de donar en vida y libertad de testar tienen, pues, el mismo limite, Pero slo es posible conocer est imite y comprobar que ha sido respetado, después del fallesimiento del causante.” (PUIG BRUTAU, José. Ob. cit, T. H, Vol. 1, p. 101). AVENDANO VALDEZ, Jorge. Derecho Reales. 2d. edivién, Materiales de Ensefianza para el estudio det Libro V del Cédigo Civil en la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Catdlca del Pert (correzida y ‘aurmentada), Lima, 1990, p. 24 Bien comtin presuponejusticia y seguridad: sn estos valores no puede datse el primero. De igual forma, no ‘puede darse una antitesis © contradiccién entre el bien individual y l bien colectivo. No es fo que convene Particularments a cada uno, que es el bien individual, pero tampoco debe entenderse como opuesto a este ‘timo, ya que resulta de Ia armonia de lo que es bueno para cada uno con lo que es bueno para todos. El bien comdn ¢s pues Ja suma total de bienestar general (la salud del pueblo). Consttuye a lo que apunta un ‘ordenamiento valioso, el mismo que debe servic de instruments eficaz de realizacién de los deseos comunes ‘Que le dan sentido, Entonces el bien comin viene a ser el méximo coma denominador del interés individual yel imexts coletivo ‘Sobre la buena fe subjetiva ver JIMENEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. Et Principio de la Buena Fe: En: “Obligaciones y Contratos en tos albores del siglo XXI", Libro Homenaje a Roberto Liper Cabana, coordinade por Oscar4J. Amealy Silvia ¥. Tanai, Buenos Aires, Abeledo- Perro, setiembre de 2001: y también Andlsis sistemético del concepto de Buena Fe en el Cédigo Civil de 1984, Revista juridica Advocatus, Universidad de Lima, junio de 2000, En los actos juridicos solemnes © ad-solemnitatem, la manifestacién de voluntad se expresa a través de ta Formalidad, fo que equivale a decie que sin ésta no se declar6 la voluntad, pot to que no se legé a celebrar ‘nada. Y como sefiala el profesor francés Christian Larrournet, “Un contrato tend cardctersolemme, ya sea en virtud de tas voluntades de las partes, o ya sea de una dispasicién legal” (LARROUMET, Chistian. Teoria General det Contrato. Vo. 1, Bogoté, Hditorial Temis, S.A, 1993, p. 412). Y, en realidad, aunque la finalidad sea egotsta no por ello deja de sec lca BORDA. Guillermo A. Responsabitidad por ia ruptura de lpromesa matrimonial, evista jure ‘Acequipa.a fo Il, N°4, 1998, p. 68. ‘Término inadecuado. pees en sentido estricto, no son ni heredetos (un legitimario no es lo mismo que un heredero, a pesar de que muchas veces coinciden amas calidades) ni forzoscs (nadie los obliga, la legitima s renunciable). Un estudio bastante minucioso sobre las diferencias entre herederosy legtimarios se puede encontrar en LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Derecho de Sucesiones. Vol. XVII, T. Il, eaptulo 16, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catélica del Pers, 1996, Esta es la solucin planteada por el Proyecto del Cédigo Civil argentino de 1998, el cual distingue entre las

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