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(Filial Ilo)
SEMESTRE 2023 – I
ASIGNATURA
REALIDAD NACIONAL
DOCENTE
TÍTULO TRABAJO
DEMOCRACIA Y POPULISMO
Se dice que populismo fue el nombre de un movimiento en Rusia a finales del siglo
XIX un movimiento que pretendía reemplazar la monarquía por una república, el
significado de populismo en aquel caso eludía en devolver el poder al pueblo, en
referencia a ello es que el significado se ha ido distorsionando con el paso de los
años hasta llegar a interpretarse como una tendencia de representantes de
congraciarse con las clases populares.
En el transcurso del tiempo se ha ido notando en mayor medida los canales que
usan los líderes políticos para poder expresar sus ideales en los cuales se
identifican discursos populistas, estos significan una problemática ya que su
influencia en la población permite que en los debidos procesos que destinan la
representación en cuanto a los intereses del pueblo sean ocupados por los líderes
que rechazan más ideas, que halagan los sentimientos elementales del pueblo, que
prometen situaciones que vistas desde un aspecto estadístico-racional son poco
probables, líderes que dicen representar el cambio y que además muchas veces
enfrentan a la población con la manifestación de estereotipos.
¿QUÉ ES LA DEMOCRACIA?
INICIOS DE LA DEMOCRACIA
Representaciones:
Aspecto económico
Castillo surgió como una figura del campo que justamente abogaba por una reforma
económica que evitará el incremento desmesurado del alza de los alimentos, nada
más alejado de la realidad, aunque su ministro de Economía en ese entonces,
Oscar Graham, justifique el poco control que se ha podido tener con los precios por
el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que está acelerando los costos internos. Pero
como todo en la vida, hay dos caras de la moneda en una misma realidad: Castillo
ni su gabinete han sido inteligentes para aprovechar, como país minero, el aumento
en hasta US$5 la libra de uno de los principales commodities latinoamericanos: el
cobre, cuyos precios suben ante la imposibilidad de que Rusia suministre ese metal.
Al igual que no existe una definición única del término, tampoco existe un populismo
"unificado". Lo utilizan distintas corrientes políticas, ya sean de izquierdas o de
derechas, y puede estar cargado de otras ideologías adicionales. En el caso del
populismo de derechas: de nacionalismo radical y xenofobia.
Aunque no existe una única definición de populismo, se le pueden atribuir una serie
de características.
Los populistas hablan del "pueblo". Sin embargo, consideran a la población como
una unidad en el sentido de que no hay diferencias dentro de la sociedad. Para los
populistas, solo hay un pueblo y, por ende, una única opinión. Puesto que, en su
opinión, son los únicos que conocen y comprenden esta opinión, también son los
únicos que pueden defender las necesidades del pueblo.
Alegan que sectores, como los partidos políticos y los activistas de derechos
humanos, son antipatriotas y suponen un peligro para la cultura nacional.
Las cuestiones sociales complejas se simplifican al máximo y, a menudo, se cargan
de emocionalidad. El objetivo de esta simplificación es generar la impresión de que
los populistas están mejor preparados para resolver los problemas que sus
competidores o "la élite".
Otra característica del populismo es que cuenta siempre con uno o varios líderes
carismáticos cuyo propósito es imponer la voluntad del "pueblo" contra todos los
obstáculos y protegerlo de los supuestos peligros que amenazan su modo de vida
tradicional.
Los populistas, sin embargo, no aprecian ese pluralismo, perciben al pueblo como
una masa homogénea. Solo se admiten determinadas posturas y actitudes políticas.
En los casos más extremos, las opiniones discrepantes se consideran incluso una
traición.
No existe una "solución única" para el populismo. Algunos de los remedios que se
emplean pueden incluso tener consecuencias negativas. Por ejemplo, los partidos
moderados intentan alejar a los votantes de los partidos populistas acercándose a
ellos en cuestiones concretas. Sin embargo, esto puede salir mal. Por un lado, los
votantes en estas situaciones tienden a quedarse con el "original", es decir, con los
populistas. Por otro lado, puede llevar a que las opiniones más extremas se
normalicen y ocupen un lugar importante en el debate social.
Sin embargo, existen una serie de estrategias que pueden utilizarse para debilitar a
los populistas.
Una mayor transparencia también puede ser una posible solución. Proporciona a la
ciudadanía la oportunidad de ver y comprender cómo actúa un gobierno y por qué
se toman determinadas decisiones. Y por último, pero no por ello menos importante,
el diálogo entre el electorado y las personas electas es esencial.
El populismo y el pueblo
Los movimientos sociales que dicen hablar en nombre del pueblo limitan la tentación
populista de construir al pueblo como un sujeto homogéneo y el empeño del líder de
autoproclamarse como la encarnación de la voluntad popular. En Bolivia, por
ejemplo, el gobierno de Morales está sometido a negociaciones con movimientos
sociales que han logrado frenar iniciativas estatales. Correa y Chávez han actuado
como si fuesen la vox populi. Ganar elecciones y tener altos índices de popularidad
los certifican no sólo como los únicos representantes legítimos, sino como la voz y
«la encarnación misma del pueblo».
Las visiones míticas del pueblo, que son una respuesta a los estigmas que usan las
élites, pueden llevar a fantasías autoritarias. Si el pueblo es visto como homogéneo,
si la imagen del pueblo es transparente, si no se reconocen sus divisiones internas,
si se argumenta que el pueblo unitario lucha en contra de sus enemigos externos, el
peligro es la creación de la imagen autoritaria del «pueblo como uno».
Claude Lefort señaló que las revoluciones del siglo XVIII abrieron el espacio
político-religioso ocupado por la figura del rey. En su libro Los dos cuerpos del rey,
Ernst Kantorowicz analizó cómo el monarca, al igual que Dios, era omnipresente
porque constituía el cuerpo de la política sobre el que gobernaba. Igual que el hijo
de Dios que fue enviado para redimir el mundo, era hombre y Dios, tenía un cuerpo
natural y uno divino, y ambos eran inseparables. La democracia, señala Lefort,
transforma el espacio antes ocupado por el rey en un espacio vacío que los
mortales solo pueden ocupar temporalmente:
El primer gobierno de Alan García, que tuvo lugar en Perú desde 1985 hasta 1990,
ha sido considerado por algunos analistas y críticos como un gobierno populista. El
término "populismo" es amplio y puede tener interpretaciones diferentes según el
contexto y la perspectiva. Sin embargo, hay ciertos aspectos de la gestión de García
que pueden ser asociados con el populismo.
Conflicto armado interno: Durante este período, Perú también enfrentó un conflicto
armado interno con grupos insurgentes, principalmente Sendero Luminoso y el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Estos grupos realizaron ataques
violentos y acciones terroristas que causaron la muerte de miles de personas.
Conclusiones
REFERENCIAS