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FACULTAD DE

CIENCIAS E INGENIERIA

PRINCIPIOS MORALES Y LEGISLACIÓN


TRIBUTARIA
DE EDUARDO SCHMIDT

PROFESORES:
Carlos Romero Izaga
Gabriela Keiko Nakama Hokamura
M. Dolores Velasco Corrionero

"Los textos han sido seleccionados para el uso exclusivo de los alumnos del curso
“Ética Profesional en Ing. Industrial - IND201” Queda prohibida su difusión y
reproducción por cualquier medio o procedimiento total o parcial, fuera del marco del
presente curso"

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La evasión tributaria es un problema serio en no pocos países de América
Latina. Sus ciudadanos no quieren pagar impuestos ni otros tributos. Alegan que
el dinero recaudado sólo sirve para pagar los sueldos de burócratas inútiles que
poco o nada hacen para servir a la población en forma eficiente. Además, la
figura del funcionario público corrupto que exige o acepta sobornos es muy
conocida en la mayoría de los países. Si tales personas ya perciben un buen
ingreso, gracias a los sobornos que reciben, ¿por qué aumentar los impuestos
para pagarles mejor?
Por su parte, los respectivos gobiernos contestan que no es posible
ofrecer un buen servicio sin recibir los fondos que los diferentes impuestos deben
generar. Muchas veces opinan que la razón principal por la cual existen
funcionarios corruptos es el bajo nivel de sus sueldos y que la única manera de
pagarles bien sería aumentar los impuestos.
Parece que nos encontramos entrampados en un círculo vicioso. Hay
cada vez menos eficiencia y honestidad entre los servidores públicos, lo cual se
debe en buena medida a los bajos sueldos que perciben. No se les puede pagar
mejor porque los contribuyentes, argumentando que ellos son corruptos e
ineficientes, evaden los impuestos. ¿A la luz de qué principios morales se podría
resolver este dilema? De esto nos preocuparemos en el presente capítulo. Pero
antes de todo, conviene recordar la distinción que se debe hacer entre los
principios morales y los juicios prácticos acerca de los medios necesarios y/o
convenientes para hacerlos respetar en la práctica. Una cosa es un principio
moral que debe ser respetado en la legislación tributaria; otra es un juicio práctico
acerca del tipo de legislación que sea más conveniente en un momento
determinado en tal o cual país. Asimismo, una cosa es un principio moral que los
contribuyentes deben aplicar para determinar sus obligaciones morales en este
campo; otra es un juicio práctico acerca de la mejor manera de cumplir con sus
obligaciones en una situación determinada.

1. Los principios morales que deben ser respetados por la legislación


tributaria
¿Cuáles son los principios morales que deben ser respetados por la
legislación tributaria? A continuación presentamos seis de ellos. Antes de
examinarlos, conviene hacer la siguiente advertencia: serán muy pocos los
impuestos que respeten en forma perfecta estos seis principios morales. Un
impuesto será moralmente aceptable en la medida en que los respete. Por lo
general, no será posible afirmar en forma tajante que tal o cual impuesto es o no
es moralmente aceptable. Lo que habrá que hacer en cada caso es tomar una
decisión en función de estos principios tomados en conjunto.

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1.1 El primer principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria
El primer principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria es el siguiente:
El Estado (gobierno central, municipio, etc.) tiene tanto el derecho como la
obligación moral de establecer un sistema justo de impuestos que sea adecuado
para promover el bien común y atender a las necesidades de la sociedad.

Según este principio, el Estado debe crear un sistema tributario que sea
justo. En algunos países existe un caos notable en el campo de la legislación
tributaria. Se han creado impuestos del momento, con la finalidad de conseguir
fondos para tal o cual finalidad; pero parece que nunca se ha examinado el
problema tributario en forma global. Puede ser que de por sí varias leyes
tributarias sean moralmente aceptables; sin embargo, puede ser que la carga
tributaria que estas leyes, tomadas en conjunto, imponen en los hombros de tal
o cual sector de la sociedad no sea moralmente aceptable.
Hay dos razones por las cuales el Estado tiene este derecho y obligación:
en primer lugar, para promover el bien común, y en segundo lugar, para atender
a las necesidades de la sociedad. Conviene recordar lo que entendemos por el
bien común: es el conjunto de condiciones que la sociedad ofrece a cada
individuo para poder vivir una vida digna, gracias a sus propios esfuerzos. En
cuanto a las necesidades de la sociedad, éstas deben ser atendidas según el
principio de subsidiariedad.

1.2 El segundo principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria
El segundo principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria es el siguiente:
El Estado tiene el derecho y la obligación moral de cobrar en forma justa los
impuestos establecidos.

No es suficiente establecer los impuestos; también es necesario cobrarlos


en forma justa. Si el Estado no se esfuerza por evitar la evasión tributaria, puede
deformar la conciencia moral de los contribuyentes. Por ejemplo, si un
empresario ve que a un determinado grupo de empresas el Estado no les exige
pagar sus impuestos, puede llegar a la conclusión de que el Estado no quiere
cobrar tales impuestos. En América Latina pueden darse situaciones en que, por
razones políticas o de otra índole, el gobierno decida no cobrar determinados
impuestos.
En varios países, existen los llamados sectores informales de la
economía. En países tales como el Perú, se ha estimado que a veces hasta el
7Q% del comercio se realiza mediante pequeñas empresas o personas que no
están registradas en el padrón de contribuyentes. Cuando el Estado no cobra

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impuestos a los vendedores informales, se comprende por qué los empresarios
formales alegan que al pagar los impuestos no pueden competir en el mercado.

1.3 El tercer principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria
El tercer principio moral que debe ser respetado por la legislación tributaria
afirma lo siguiente:
El Estado tiene la obligación moral de aplicar los ingresos fiscales de manera
eficiente para atender a las necesidades sociales.

Lo que se afirma aquí es que el Estado debe usar el dinero en forma


eficiente, para los fines especificados en la ley. Cuando se habla de necesidades
sociales, se refiere tanto al bien común corno a otras necesidades, algunas de
las cuales pueden ser coyunturales.
Uno de los abusos que se pretende corregir al proponer este principio es
la utilización del dinero recaudado para un determinado fin en otro diferente, sin
una adecuada compensación. Por ejemplo, si el gobierno decide utilizar fondos
que pertenecen al sistema nacional de seguro social para mejorar su flujo de
caja en otras áreas, debe pagar intereses al sistema nacional del seguro social.
Además, si este dinero hace falta para brindar un buen servicio a los asegurados,
no es ético tomarlo prestado para otros fines.

1.4 El cuarto principio moral que debe ser respetado por la legisla-ción
tributaria
El cuarto principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria es:
Los impuestos deben ser estructurados de tal forma que los que tengan mayores
ingresos paguen un porcentaje mayor de sus ingresos por concepto de
impuestos. Es preferible basar el sistema tributario en los llamados impuestos
directos.

En su afán de cubrir rápidamente sus necesidades económicas, las


diferentes instancias del gobierno prefieren acudir a impuestos indirectos sobre
la venta de productos tales como la gasolina y la electricidad. La razón es que
les resulta más fácil administrar este tipo de impuestos; además, los impuestos
indirectos suelen recibirse a lo largo del año, facilitando así un buen flujo de caja.
Pero desde el punto vista de los principios morales, el problema está en que este
tipo de impuestos recae en forma desproporcionada en los sectores de la
sociedad que tienen menores ingresos. Sería mucho más equitativo estructurar
el sistema tributario sobre la base de impuestos directos a los ingresos de las
personas naturales y jurídicas, sin ignorar que el ahorro es necesario para la
reinversión.

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1.5 El quinto principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria
El quinto principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria afirma lo siguiente:
Al proponer la creación de cualquier impuesto, el gobierno tiene la obligación
moral de medir en forma realista el impacto de este impuesto en el bien común.

Al proponer cualquier ley tributaria, el gobierno debe estudiar el impacto


que tendrá en el conjunto de condiciones que la sociedad ofrece a cada individuo
para poder vivir una vida digna, gracias a sus propios esfuerzos. No es suficiente
calcular los ingresos que pueden ser generados por una ley. Por ejemplo, puede
ser que un impuesto sobre el cemento rinda buenos ingresos. Sin embargo, es
probable que este tipo de impuesto restrinja la construcción civil, creando así un
problema de desempleo que puede ser bastante serio.

1.6 El sexto principio moral que debe ser respetado por la legislación
tributaria
El sexto principio moral que debe ser respetado por la legislación tributaria
afirma que un impuesto es justo en la medida en que se cumplen cuatro
condiciones:
1. Que haya sido establecido por la autoridad competente.
2. Que contribuya efectivamente a promover el bien común
3. Que recaiga sobre los diferentes sectores de la población según su
respectiva capacidad económica.
4. Que respete los derechos de los ciudadanos con referencia a la propiedad
privada. Tres de estas condiciones han sido comentadas en los incisos
anteriores. Falta comentar la cuarta. Lo que esta condición pretende evitar
son impuestos con efectos confiscatorios.

2. Los principios morales que los contribuyentes deben respetar al


determinar sus obligaciones tributarias
Antes de examinar tres principios morales que los contribuyentes deben
tener presentes al determinar sus obligaciones tributarias, conviene hacer la
siguiente advertencia: por lo general, no será posible afirmar en forma tajante
que tal o cual impuesto no obliga moralmente. En cada caso, habrá que tornar
una decisión en función de estos tres principios tomados en conjunto.

2.1 El primer principio moral que los contribuyentes deben respetar


El primer principio moral que los contribuyentes deben respetar al
determinar si tienen la obligación moral de pagar un impuesto afirma lo siguiente:

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Los contribuyentes tienen la obligación moral de pagar impuestos en la medida
en que sean impuestos justos utilizados para promover el bien común y atender
a las necesidades de la sociedad.

Este principio parece bastante claro. Sin embargo, se presta a


interpretaciones subjetivas por parte de personas interesadas en justificar su
modo de proceder al no querer pagar los impuestos. Para poder afirmar que tal
o cual impuesto no es justo, una persona tendrá que comprobar objetivamente
que no se cumple alguna de las cuatro condiciones mencionadas. Asimismo, si
desea afirmar que no está obligado a pagar un determinado impuesto porque no
será utilizado para promover el bien común o a atender las necesidades de la
sociedad, tendrá que tener evidencia sólida. No es suficiente fundamentar tales
juicios en "lo que todos creemos" o en alguno que otro hecho aislado. Para poder
tomar una decisión, la más objetiva posible, el contribuyente debe buscar el
consejo de personas moral y profesional-mente capaces de ayudarle a evaluar
hasta qué punto el impuesto en mención realmente contribuye al bien común o
a la satisfacción de las necesidades de la sociedad.

2.2 El segundo principio moral que los contribuyentes deben respetar


Como se puede apreciar, el segundo principio moral que los
contribuyentes deben respetar con referencia a los impuestos completa al
primero:
Se supone que un impuesto es justo mientras no se comprueba lo contrario.

Esto quiere decir que en caso de duda, existe la obligación de pagar los
impuestos. La razón es que en tales situaciones, la duda favorece a la autoridad
encargada de promover el bien común y atender a las necesidades de la
sociedad.

2.3 El tercer principio moral que los contribuyentes deben respetar


El tercer principio moral que los contribuyentes deben respetar afirma que
al juzgar que no tiene la obligación moral de pagar un impuesto porque lo
recaudado no será utilizado en forma correcta, el contribuyente no puede
quedarse con el dinero. En tales casos, tiene las siguientes obligaciones
morales:
1. Debe contribuir a la realización de obras que favorecen al bien común
o satisfacen las necesidades de la sociedad. El monto de esta
contribución debe ser por lo menos igual a lo que él pagaría si el
impuesto fuera utilizado correctamente.
2. Debe evitar cualquier acción que pudiera interpretarse como
corrupción de funcionarios públicos encargados de cobrar tales
impuestos.

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Se supone que el contribuyente en mención es sincero en su deseo de
aportar lo que debe a la sociedad. Si está seguro que un determina-do impuesto
no será utilizado correctamente, puede canalizar su ayuda, por ejemplo,
mediante alguna de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Es posible
que la legislación tributaria facilite este procedimiento.
Para poder aplicar en cada país lo que se ha dicho en este capítulo; será
necesario hacer una evaluación general de su sistema tributario. Luego, dentro
de este contexto, habrá que analizar los diferentes impuestos a la luz de los
principios expuestos. Mientras no sea posible realizar este análisis, a la hora de
querer decidir lo que es ético con relación al pago de los impuestos, habrá que
confiar en la buena voluntad y la actitud moral fundamental sana de los
profesionales.

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