Jesus, Um Pai de Família

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ALESSANDRO VILAS BOAS
1ra edición _
SJ Campos, SP
2020
Editorial DOMA
Avenida Nove de Julho, 765 • Sala 31 • Jardim Apollo
12243000 • São José dos Campos, SP
teléfono: (12) 36005980 e
mail: contato@editoradoma.com • www.editoradoma.com
por Alessandro Vilas Boas
Jesús, un padre de familia
Las referencias bíblicas se tomaron de la Nueva Versión King James (NAA), a

menos que se indique lo contrario.
Todos los derechos reservados a Editora DOMA. Prohibida la reproducción por
cualquier medio, salvo citas breves, con indicación de la fuente.
Edición, preparación y revisión:

Débora Mühlbeier Lorusso
Revisión:
Chico Leche
Cubrir:
Breno Peterson
Ilustración:
lucas silveira
Disposición:
Waldemar Suguihara
Catalogación internacional en datos de publicaciones (CIP)

(Cámara Brasileña del Libro, SP, Brasil)
Vilas Boas, Alejandro

2048022 Jesús, un padre de familia [libro electrónico] / Alessandro Vilas Boas. –
1ª ed. – São José dos Campos, SP: Editora Doma, 2020.
ePub
ISBN 9786586994049
1. Iglesia. 2. Jesucristo I. Título.
CDD 232
Índices para el catálogo sistemático: 1.

Jesucristo: Cristología – 232 Cibele
Maria Dias – Bibliotecaria – CRB8/9427
DEDICACIÓN
Esta obra es fruto de años de dedicación a la
oración. Aún así, ciertamente no lo habría
completado sin la Iglesia. Dedico este libro, por
tanto, a mis hermanos de la UNA Iglesia, quienes
han caminado conmigo durante años, ayudándome
y siendo ministros de Dios en mi vida. Se lo dedico
a todos los hermanos y amigos que me han dado
el privilegio de participar en sus historias y
convertirme en una voz para ellos, como pastor y
líder. A ti, mi amor eterno y fidelidad incansable.
Eres carne de mi carne y sangre de mi sangre.
Doy gracias a Dios por mi esposa, quien
siempre me empuja hacia el propósito eterno de
Dios, guardando a nuestra familia no sólo en
oración sino en exhortación. No podía dejar de
dedicarle este libro a ella, que me conoce como
nadie en esta tierra y también comparte conmigo
la búsqueda de vivir este mensaje día tras día.
Brunna, este trabajo es tanto mío como tuyo. ¡Eres la mujer d
Te amo y amo la familia que hemos construido
juntos, tanto terrenal como espiritual.
RESUMEN
5 dedicación
8 recomendaciones
10 Prefacio
14 Esto es aquello, esto es aquello: no una introducción
20 Danza de la Trinidad
20 Una triple respuesta
22 Monoteísmo distinto: un Dios es tres
27 El padre
28 El hijo
30 El Espíritu Santo
33 Familia eterna
39 invitados a bailar
44 Jesús Padre
44 No es un error teológico
49 Niños: la revelación del misterio continúa
52 Cruz: hombre y Dios, hombre y hombre
54 Familia de muertos
58 ¡No me defiendas, alimenta!

58 Después de decir eso...
59 Lugar secreto compartido 66
Armado en el Jardín
70 Judas: el traidor de Jesús
72 Pedro: traidor al pueblo de Jesús
83 Fiel a la palabra, infiel a la familia
85 seguidores de la cabeza cortada
88 Iglesia que Jesús inauguró en la Tierra

88 Qahal, no compañía
97 Una iglesia paternal
101 Cultura, no título
104 Gobierno a favor, no a favor
107 Liderazgo plural
114 Familia que discipula

114 No subestimes el poder del cuerpo
116 Relación, no método
125 Transparente y vulnerable
129 Los justos me golpean
137 Cómo confiar en las personas

137 Todavía hay una cruz
140 Mi casa, una casa de discipulado

140 Predicación de la vida común
142 Cómo vivían los conversos
146 Cultura de la hospitalidad

150 Balance de tiempo
154 Fracción del pan: no sólo, sino también
156 Nadie me debe nada
160 iglesia madura

160 Porque amo, sirvo
166 Hasta que sea innecesario
168 Maduros están los muertos
171 A quien Dios envía
RECOMENDACIONES
Como esposa, felicito al autor y al libro, diciendo que ambos
son ciertos: la revelación que usted encuentra aquí ha impulsado
nuestro hogar y nuestra iglesia durante años. Hoy somos parte de
una cultura: Jesús se hizo Padre para revelar Su Iglesia como familia.
¡Hay tanto poder en este mensaje! ¡Hay tanta curación! Los invito a
conocer y saborear el sabor vivo y transformador de estas palabras.
Dudo que sigas igual.
Brunna Vilas Boas
Estábamos allí cuando se predicó este mensaje por primera

vez. Como familia, hemos estado cosechando sus frutos a lo largo
de los años: la revelación ha sido encarnada y vivida por nuestra
iglesia. Creemos que este libro no es sólo una expresión de
Alessandro, sino de todos los que hemos vivido esta poderosa
verdad entre nosotros. Lo que leerás en estas páginas fue recibido
de Dios, vivido en la práctica, madurado en la vida y comprobado por
quienes nos acompañan. ¡Tú nunca serás el mismo!
Prisca y Gabriel Cantarino
En este libro, Alessandro escribe de manera profunda y

práctica sobre nuestra vida con la familia de Dios, la Iglesia. Este no
es un mensaje que acabamos de verlo predicar, sino uno que lo
vimos en vivo. Durante años de caminar con Ale y Bru, continuamos
experimentando esta revelación todos los días, siendo juntos una
familia espiritual. Estamos seguros de que este mensaje transformará
tu hogar, tal como ha transformado el nuestro.
David y Ana Cardoso
El conocimiento de Dios es lo más majestuoso y sublime que

podemos poseer. De hecho, conocerlo es el propósito de la vida. En
este libro, Alejandro te llevará más profundamente a este conocimiento
del Dios trino, destacando aspectos de la persona de Jesús que te
llenarán aún más de amor por Él y especialmente por Su familia.
Pastor Lipão
Conozco a Alessandro desde hace algunos años y,

como todo lo que desborda, ya sea en la mesa, componiendo,
predicando o escribiendo, comencé a leer el libro con la
esperanza de recibir algo cargado de pasión por Jesús.
Ciertamente, mi expectativa no se vio frustrada.
Pero eso no es todo. Este material es rico en exposición
bíblica. Sencillo en lenguaje, profundo en revelación.
Fui edificado y ministrado sobre temas puntuales y complejos
para nuestros días. Repasé conceptos como lo que realmente
significa ser una familia espiritual y lo que significa ser la
Iglesia de Jesús. He sido muy bendecida y estoy segura que
tú también lo serás.
Farley Labatut
Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que entré al

departamento de Ale. ¡Tenía hambre de Dios!
Había pasado los tres meses previos a esa reunión cantando
“No traje nada a la mesa”. Sabía que había más, pero no
sabía cómo alcanzarlo. El libro que tienes entre las manos es
una invitación a una profundidad que sólo pueden experimentar
personas que, a pesar de ser diferentes, comparten el mismo
pan y comen en la misma mesa. Hay una inmersión reservada
para quienes deciden vivir la familia de Jesús.
luca martini
Este libro articula conceptos básicos de la fe cristiana

como la Trinidad y la Eclesiología, ¡pero con un enfoque
sorprendente! Es imposible no enamorarse de la maravillosa
danza de la Trinidad, con toda su belleza y misterio. Más que
eso, siéntase honrado de escuchar la amable invitación a
participar en él.
Alessandro Vilas Boas, una vez más, nos trae un libro
que corta en ambos sentidos: la pasión por Jesús y la pasión
por la iglesia. ¡Más que nunca necesitamos este mensaje!
Víctor Vieira
PREFACIO
Por lo general, no nos damos cuenta de hasta qué punto lo

que hacemos, decimos y pensamos está determinado por
la cultura de la sociedad en la que vivimos. Mucho más
allá de generalizaciones como “los estadounidenses son
materialistas”, “los brasileños son apasionados”, “los
europeos son cerrados”, la cultura tiene un impacto directo
en la forma en que nos relacionamos con Dios mismo.
Esto me quedó aún más claro al hablar con un
experimentado misionero alemán que ha pasado décadas
evangelizando naciones. Me contó una historia sobre un
hombre del Medio Oriente que había sido evangelizado
durante muchos meses.
Durante el tiempo de evangelización, Jesús sanó
radicalmente a aquel hombre en su cuerpo físico, además
de que el misionero pasó incontables horas discutiendo la
Biblia con él. El hombre realmente creía que Jesús era el
hijo de Dios.
A pesar de esto, nunca había confesado a Jesús como
su Salvador. Sintiéndose frustrado, el misionero le preguntó:
"¿Estás listo ya para recibir a Jesús?" Él respondió: “Casi.
Tengo una familia muy grande. Ha sido un proceso largo y
convincente, pero ahora prácticamente todos están de
acuerdo. Sólo estamos esperando el consentimiento de mi
nuera. Cuando ella esté de acuerdo, recibiremos a Jesús”.
Esta historia destaca la enorme diferencia de

mentalidad entre el mundo oriental y el mundo occidental.
La mayoría de las veces, decisiones importantes
en una sociedad oriental son tomadas por la familia,

no por un individuo. El matrimonio, la universidad, la
carrera e incluso la religión de los individuos se
deciden en la familia. Es similar al relato del carcelero
registrado en el libro de los Hechos:
Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y todos

su casa.
Hechos 16.31
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Este pensamiento es completamente ajeno al
mundo occidental. La unidad familiar no es tan fuerte
ni tan importante para nuestra sociedad como lo es en
Oriente. Nuestra cultura nos ha programado para
pensar individualmente. “¿Qué es mejor para mí?”,
“¿Qué quiero hacer?”, “¿Adónde quiero ir?”.
Las clasificamos como decisiones personales, en las
que nadie tiene derecho a interferir.
Esta individualidad se ve reforzada por el avance
de la tecnología moderna. A través de internet, redes
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sociales y plataformas de comunicación podemos

hacer casi todo nosotros mismos. Con las redes
sociales no hay necesidad de convivir con amigos;
Tenemos innumerables amigos virtuales. A través de
la industria de la pornografía, multitudes en todo el
mundo pueden satisfacer sus deseos sexuales sin
siquiera salir de casa o tener contacto con otra persona.
Como se profetizó en Hebreos 10:25, muchos en
la Iglesia incluso se han olvidado de congregarse,
optando por una forma más fácil de cristianismo:
simplemente ven algunos mensajes en las redes
sociales, pero no enfrentan los desafíos de aprender
a caminar en armonía con los demás. , pagar cuentas
en las relaciones o someterse a las autoridades
ordenadas por Dios.
La cultura de Dios nos enseña que la sociedad del

cielo es bastante diferente. Fue fundada por un Dios trino.
En este libro, Alessandro Villas Boas desmitifica el gran
misterio de la Trinidad, mostrándonos cómo la comprensión
de la triple naturaleza de Dios es la base para comprender
la cultura del cielo. Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Dios y familia! El fundamento de la cultura que Jesús vino a
establecer es la familia. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
han caminado juntos en perfecta armonía y constante
12 comunión a lo largo de la eternidad.
Hagamos al hombre.
Génesis 1.26
Bajemos y confundamos el idioma que hablan.

Génesis 11.7
¿Quién irá por nosotros?
Isaías 6.8
Al comienzo del Génesis, Dios declaró: "No es bueno

se
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que el hombre esté solo". Así como el Dios trino vive

continuamente en perfecta armonía y compañerismo, Él
desea lo mismo para Su iglesia.
La base del cristianismo fue enfatizada por Jesús en el libro
de Juan, capítulo 17, de manera simplificada, justo antes
de ir a la cruz:
Para que todos sean uno. Y como tú, Padre, estás en mí y yo

en ti, así ellos sean en nosotros.
Juan 17.21
Cuando entendemos este principio de la cultura

celestial, podemos entender mejor el propósito eterno de
Dios. El deseo de todo buen padre es
para que algún día tu hijo también sea padre. El propósito

eterno de Dios era enviar a Jesús como Padre de familia.
Marcos Schubert
13
oicaferP
ESTO ES ESO, ESTO ES

ESO: NO ES UN
INTRODUCCIÓN
Jesús ha estado ministrando a mi corazón durante siglos,

aproximadamente la eternidad. En palabras del mismo
Cristo, “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).
En mi libro anterior, ¿Quién es Jesús?, abrí mi corazón
sobre este fuego en mi pecho que no me deja descansar:
quiero conocer a Jesús. Todo pierde su valor ante la
“sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor”.
Por él lo perdí todo y lo tuve por basura, para ganar a
Cristo y ser hallado en él”. (Fp 3.8,9).
Sí, quién es Jesús es una pregunta eterna.

Responderla es lo que haré por siempre, sin aburrimiento
ni monotonía, porque hay una fuente inagotable en quien Él
es. ¿Por qué dejaría de vivir el propósito eterno sólo
después de mi muerte, o cuando Cristo regrese? ¡Mi vida
eterna ya ha comenzado! Cada encuentro con el Hijo de
Dios es una experiencia de eternidad. Más que eso, cada
día de relación con Él es un paso hacia la plena satisfacción:
estoy satisfecho cuando soy aquello para lo que fui creado,
es decir, un conocedor inquieto del Hijo de Dios, que
progresivamente se vuelve como Él.
Me refiero a relaciones, no a ser cantante, pastor,

misionero, emprendedor. Sea su amigo, no sólo su
empleado. Puede que sea llamado a hacer algo, pero mi
llamado eterno,
por encima de cualquier vocación, está conocer a Jesús; lo

demás viene a partir de ahí, como fruto.
Aquí está el punto de inflexión, lo que me hace concluir
que es inconsistente llamar a estas líneas una introducción.
Aunque aparecen en las primeras páginas de este libro,
son una continuación del propósito eterno de conocer a
Jesús. Quien emprende el viaje para conocerlo llega
fatalmente a una estación llamada familia, es la continuación
del viaje y no hay manera de llegar al destino sin pasar por
15 ella.
Lo que tenéis en vuestras manos es una invitación a

seguir viviendo la eternidad, según el modelo del cielo. Y en
el cielo no hay sólo un proceso continuo de conocer a
Cristo, sino un movimiento continuo de ser Su familia.
Puedes comenzar el camino conociendo a Jesús, pero no
puedes continuar sin vivir en Su familia, con todo lo que eso
implica. Si incluso nuestro Dios no es solo, sino trino, ¿cómo
podremos dar fe de los que quieren ir solo? El modelo
celestial y eterno no es individual.
Quizás el tema de la familia espiritual toque una

herida dolorosa, expuesta en el mundo cristiano de nuestros
días, pero no sin curación. Oro para que dudes de lo que
digo, pero no de lo que dice Jesús, porque cuando lo
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conoces, te enfrentas a la Verdad misma, y la verdad libera.

Recorre estas páginas de la mano de Él, teniendo una
revelación de lo que es, para Cristo, ser Iglesia. Así, ser
sanados para integrarse y disfrutar plenamente de lo que
significa ser una familia eterna de hijos apasionados por
conocer a Jesús y fieles a la familia de Cristo.
Juan el Bautista pasó su vida en ayuno y oración.

Podría estar orgulloso de su santidad, como quien eligió
habitar el desierto de la abnegación para preparar el camino
al Mesías. Sin embargo,
¿Cuál es el testimonio de Juan el Bautista cuando encontró

a Jesús? ¿Habla de su propio ministerio? No. ¿De qué
familia desciende él mismo? Tampoco. ¿Cómo podría vivir
en constante ayuno y oración? No.
Juan testifica sobre él y exclama:

Éste es aquel de quien dije: "Él viene después de mí, pero es
más importante que yo, porque fue antes que yo". Porque todos
dieciséis hemos recibido de su plenitud gracia sobre gracia. Porque la ley
fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el Dios unigénito,
que está al lado del Padre, lo ha revelado.
Este fue el testimonio de Juan cuando los judíos enviaron

sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: "¿Quién
eres?" Confesó y no negó; confesó:
“Yo no soy el Cristo.
Juan 1.1520
Juan Bautista testifica que él no es el Cristo: “Éste es

aquel”. Podría haber dicho mucho sobre sí mismo porque
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había trabajado hasta ahora para extenderle la alfombra a

Jesús. Pero no, no destacó su labor ministerial. Tengo una
corazonada sobre el motivo de esta humildad y tiene que
ver con un estilo de vida reservado y desértico.
Luego respondió: Soy

"la voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor",
como dijo el profeta Isaías.
Juan 1.23
Un evangelista para la era de los memes y los tweets

Podrías definirte citando cuántos seguidores tienes, o qué
tan grande es tu ministerio,
sin embargo, Juan el Bautista se llamó a sí mismo la "voz

del desierto". Ese hombre eligió una vida en el desierto,
alejado de todo lo que pudiera catalogarse como atractivo.
Se retiró a una intensa búsqueda en el lugar secreto.
La iglesia de João Batista no era cómoda, no tenía

aire acondicionado, tal vez ni siquiera un lugar para sentarse.
Por el tipo de ropa que llevaba, es posible que no oliera
bien. Allí hizo discípulos. ¿Qué sucedió? Nada menos que
17 el mismo Cristo fue a su iglesia. El Mesías le pidió a Juan
el Bautista que lo bautizara.
Fue él quien oró: “Es necesario que él crezca y yo

disminuya” (Juan 3:30). Un hombre que elige el secreto y
acaba encontrándose con Jesús en ese desierto no se
señala a sí mismo, sino a Él. “Éste es aquel”, “Éste es
aquel”.
Oro para que este libro despierte a muchos Juan los
Bautistas, forjados en secreto, en el Jardín de la Relación,
que dejaron todo a un lado para preparar el camino para
Cristo. Y cuando lo reconocen, no se atribuyen nada, sino
que llaman todas las miradas hacia Aquel que los merece,
Cristo.
Al mismo tiempo, no oro por los cristianos que
profesan sólo “Esto es aquello” sino también “Esto es
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aquello”.
Pero Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la

voz y les dijo: Varones judíos y todos los que habitáis
en Jerusalén, esto os sea notorio, y escuchad mis
palabras. Estos hombres no están borrachos, como
pensáis, siendo ésta la hora tercera del día.
Pero esto es lo que dijo el profeta Joel:
Y sucederá en los últimos días, dice Dios, que
derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros
hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes
verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;
y también derramaré de mi Espíritu sobre mis siervos y
mis siervas en aquellos días, y profetizarán; y haré prodigios arriba en

el cielo, y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y vapor de humo. El
sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el
día grande y glorioso del Señor; y sucederá que todo aquel que invoque
el nombre del Señor será salvo.
Hechos 2.1421 (ARC)
Este discurso de Pedro fue pronunciado después del

descenso del Espíritu Santo, en Pentecostés, en actitud
18 de reconocimiento: “esto es lo que dijo el profeta”, “esto
es aquello”. El apóstol discernió el derramamiento, que
resulta en nuevos discípulos. ¿De qué estamos hablando?
De una Iglesia llena del Espíritu en los últimos días. La
ola que hoy se levanta es también ésta, la última, que
precede a la cosecha final. Los mismos discípulos que
dicen “Esto es aquello” en el lugar secreto de la relación
también deben reconocer “esto es aquello” en un ambiente
familiar y colectivo:
Y perseveraron firmemente en la enseñanza y la comunión de los

apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones.
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En cada alma había miedo; y por medio de los apóstoles se hacían

muchos prodigios y señales.
Todos los que creían estaban juntos y tenían todo en común. Vendían
sus propiedades y bienes, distribuyéndolos entre todos, según cada
uno tenía necesidad.
Diariamente perseveraban unánimes en el templo, partían el pan en
casa en casa y comían con alegría y sencillez de corazón, alabando a
Dios y gozando del favor de todo el pueblo. Mientras tanto, el Señor iba
añadiendo a ellos día tras día los que iban siendo salvos.
Hechos 2.4247
“Esto es aquello” en el secreto, “esto es aquello” en

la familia. Si pudieras resumir el libro “¿Quién es Jesús”, di
ria que es un llamado al “Esto es aquello”. Ya aquí, en

“Jesús, Padre de familia”, la invitación es a continuar por
“esto es aquello”, en el ambiente de la Iglesia de Cristo,
Iglesia paternal, familia.
Y créeme: comprender lo que realmente es la Iglesia
inaugurada por Jesús puede no sólo sorprenderte, sino
encender tu corazón de amor. Primero, por supuesto, por
Él, pero también por lo que Él ama: Su Esposa, Su Iglesia,
la familia en la que Jesús es el Padre.
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BAILAR
DE LA TRINIDAD
una triple respuesta
Luego de comprender que “Quién es Jesús” es la pregunta

de la vida y la respuesta está en la relación íntima,
constante y eterna con Quién es Él, se abre un horizonte
ante el buscador. Hay muchas facetas de Cristo por
conocer, tarea que lleva tiempo –literalmente, infinito,
porque la eternidad no lo agota.
Sin embargo, hay algo a lo que aspirar en esta

búsqueda del conocimiento de Jesús: la esencia. En su
constitución esencial, ¿quién es Jesús? La respuesta es
triple: Él no es uno sino tres. El único Dios es trino, o
mejor dicho, trino.
Aunque muchas personas intentan restarle
importancia al tema de la Trinidad, es un fundamento no
negociable del evangelio. Ciertos fundamentos nos definen
como cristianos, por lo que conocerlos es esencial. A lo
largo de la historia de la Iglesia, muchas herejías,
especialmente aquellas arraigadas en el gnosticismo, han
intentado disminuir la magnitud de Dios pasando por alto
o no comprendiendo la Trinidad.
Es una doctrina elemental, citada en el reconocido
“Credo Apostólico”, que fue creado y consolidado en los
primeros siglos de la era cristiana para resumir nuestra fe:
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo

y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que

fue concebido por obra del Espíritu Santo; nacido de la Virgen
María; sufrió bajo Poncio Pilato, fue crucificado, murió y fue
sepultado; descendió al mundo de los muertos; resucitó al
tercer día; ascendió al cielo; está sentado a la diestra de Dios
Padre Todopoderoso, desde donde vendrá a juzgar a vivos y
muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia de Cristo, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
21
Con la intención de unificar la Iglesia y combatir las
herejías nació el Credo. Por sí solo, no sería suficiente para
defender todos los aspectos del cristianismo, incluidos temas
como la justificación por la fe, la eclesiología y el regreso de
Cristo. Sin embargo, determina el fundamento: el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad.
Por tanto, quien se decide por la fe cristiana debe

conocer la Trinidad. El mismo Hijo oró al Padre para que
comprendiéramos la importancia de ser uno con los otros y
con Él, como Él es uno con el Padre, indicando que el núcleo
eterno y ejemplar de nuestro caminar de fe es la Trinidad:
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Pido no sólo por éstos, sino también por los que llegan a
creer en mí, a través de la palabra que hablan, para que todos
sean uno. Y como tú, oh
Padre, tú estás en mí y yo en ti, para que ellos estén en
nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria
que me diste yo se la di, para que sean uno, como nosotros;
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno,
para que el mundo sepa que tú me enviaste y los amaste,
como a mí me amaste.
Juan 17.11,2023
Si se encuentra en la propia oración del Mesías por los

cristianos de todos los tiempos, incluyéndonos a usted y a mí,
¿Cómo liberar? Comprender la relación sinérgica y

eterna entre Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo es indispensable no sólo para los teólogos y
eruditos, sino para todos los creyentes en Jesús cuya
oración consiste en “Hágase su voluntad, aquí en la
tierra como está”. está en el cielo.””. La Trinidad es
el modelo celestial, preexistente a la humanidad, que
continúa, ininterrumpidamente, ayer, hoy y por los siglos.
Antes de traer el cielo a la tierra, primero
22 debemos entender lo que sucede en el cielo.
Al vislumbrar la Trinidad, conoceremos la imagen
celestial que nos dio origen, a la que podemos
asemejarnos no sólo individualmente, sino como
Iglesia. El evangelio no es ni el Antiguo ni el Nuevo
Testamento, sino eterno, y se refiere a la Trinidad.
Vi otro ángel volando en medio del cielo, que tenía el

evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Apocalipsis 14.6
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Monoteísmo distinto: un Dios es tres

Cuando Dios le da la ley a Moisés, los
fundamentos de la ley moral ya escritos en el corazón
de quienes se relacionaban con el Señor comienzan
a tener un registro físico y didáctico. Y los diez
mandamientos van encabezados por el mandato
expreso de no tener otros dioses, ni hacer imágenes
talladas para adorarlos: "No adoréis estas cosas, ni
las sirváis" (Ex 20,5).
La nación de Israel no sólo se estableció sobre
la base del principio de un solo Dios, sino que
también se distinguió de otros pueblos por esto. Por
eso, desde el principio, la humanidad caída llegó a creer
y adorar a otros dioses. La llegada de la Ley Mosaica lo

clavó, para que no fuera mal interpretada:
“Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

Deuteronomio 6.4
Este versículo se convirtió en la profesión central

de fe de los judíos. Hay oraciones y momentos
específicos en los ritos judíos reservados para la
23 repetición de estas palabras: Shemá Yisrael, Adonai
Elohenu, Adonai Echad. Desde pequeños, a los judíos
se les enseña a rezar esta frase, junto con otras, en la
oración que ha merecido el nombre de Shemá.
El imperativo fue pronunciado por Dios mismo no
como una prueba del canal auditivo. No se trata sólo de
escuchar. Shemá es un llamado a la obediencia, una
orden de Dios para observar algo. ¿Pero lo que? ¿Qué
se debe obedecer? Monoteísmo, la adoración de un
solo Señor. Fue precisamente esta devoción a un solo
Dios lo que diferenciaba a los judíos de otros pueblos,
en una época de predominio politeísta.
daadzinnaieraD
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Consideremos el contexto. Los egipcios, que

subyugaron a los hebreos antes del Éxodo, son ejemplos
bíblicos de politeístas (Jos 24,14): algunos del pueblo
elegido se contaminaron con la práctica egipcia y
también comenzaron a adorar a otros dioses.
En la época de los jueces, un fuerte celo divino impulsó
a Gedeón a destruir todos los altares erigidos al dios
Baal (Jueces 6,2527) – y erigidos por los propios
judíos.
Ya en la época de los reyes de Judá e Israel,
encontramos en Josías el mismo temor, que le hizo
destruir los muebles y materiales utilizados en el culto a
Baal, a la diosa Asera y a todo el ejército del cielo, así
como aniquilar a los sacerdotes y demoler casas de culto.prostituta
alrededor del templo (2 Reyes 23:47). Los profetas, en la

misma línea, acusaron al pueblo de adulterio, calificando
la idolatría como una traición a la fidelidad de la vida al
único marido, el Dios de la alianza.
Desde esos tiempos hasta el final de la Biblia se
condena fuertemente la idolatría y el culto a otros dioses:
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para tener

24 derecho al árbol de la vida y entrar por las puertas a la
ciudad. Afuera están los perros, los hechiceros, los
inmundos, los homicidas, los idólatras y todo aquel que
ama y practica la mentira.
Apocalipsis 22.1415
¿Qué identificamos? La raíz de las religiones

monoteístas, que son sólo tres: el islam, el judaísmo y el
cristianismo, todas nacidas en Oriente Medio.
El fundamento monoteísta de la fe judía es también la base
de la fe islámica y de la fe cristiana: hay un solo Dios y
adorar a otros dioses es un pecado capital.
Sin embargo, el monoteísmo cristiano se diferencia en
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la doctrina de la Trinidad, uno de los grandes misterios de

nuestra fe. Tres personas diferentes forman un Dios único,
y Él sigue siendo uno. La Trinidad es el único Señor,
descrito en el Shemá, en quien converge nuestra fe, Aquel
que es el fundamento de nuestro credo.
No subestimes el significado de esta verdad sólo
porque está más allá de la comprensión humana.
Necesitamos que el Espíritu Santo obre en nosotros,
dándonos la mente de Cristo, para lograr una revelación de
la esencia de nuestro Dios.
Los que niegan todo aquello de lo que son incapaces.

entender negar que Dios sea una Trinidad.
AW Tozer, en “El conocimiento de lo santo”
Hay quienes rechazan lo que no pueden

comprender: no son capaces de reconocer la Trinidad,
ni de vivir las bendiciones que provienen de haberla
reconocido. No va en contra de la doctrina del Dios
trino el hecho de que no pueda explicarse humanamente,
al menos no en su totalidad ni de manera satisfactoria;
al contrario, nos lleva a la búsqueda de la revelación
espiritual, porque las cosas espirituales se disciernen
espiritualmente.
25
Esto también hablamos, no con palabras enseñadas por
sabiduría humana, sino enseñadas por el Espíritu,
comparando las cosas espirituales con las espirituales. Ahora
bien, la persona natural no acepta las cosas del Espíritu de
Dios, porque para él son locura. Y ella no puede entenderlos,
porque se disciernen espiritualmente.
1 Corintios 2.1314
Los justos viven por fe, así que ármate de tu fe,

empápala del Espíritu de verdad y sigue leyendo.
Primero, seamos realistas: ni siquiera la mente

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más creativa podría haber inventado este concepto. En

segundo lugar, existe una corriente opuesta, llamada
antitrinitarismo, defendida incluso por otros polos
monoteístas, tanto el Islam como líneas del propio cristianismo.
Lejos de querer agotar un tema tan profundo,
sólo quiero señalar bíblicamente e históricamente
algunas de las referencias a la Trinidad, comenzando
por la Confesión de Fe de Westminster. El texto se
constituyó en el siglo XVII, tras extensos debates sobre
una necesaria reforma doctrinal en la Iglesia de
Inglaterra. Nótese este extracto, tomado del capítulo
“De Dios y la Santísima Trinidad”:
En la unidad de la Deidad hay tres personas de una

misma sustancia, poder y eternidad: Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. El Padre no es de nadie: no es

engendrado ni procede; el Hijo es eternamente engendrado del
Padre; el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo.
Dios es uno, una unidad de Dios. Sin embargo, en

él hay tres personas de una misma sustancia: igualmente
Dios, igualmente eterna. Nunca, ni por un momento, dejes
que tu mente limitada se atreva a pensar que Dios no es
uno. Dios es uno y nosotros somos seguidores
26
monoteístas. Lo que pensamos acerca de nuestro Señor
es crucial porque gobierna cómo nos comportamos:
nuestro Dios es uno.
Recordando el Shemá, es posible resaltar otro
término en el texto de Deuteronomio 6.4: Ejad, que
significa “uno”. Esta palabra admite la posibilidad de ser
utilizada para representar una unidad compuesta:
Por tanto, el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su

mujer, y los dos se convierten en una sola carne.
Génesis 2.24
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Y el Señor dijo:
He aquí, el pueblo es uno, y todos tienen la misma lengua. Este

es solo el comienzo; ahora no habrá restricción en todo lo que
planean hacer.
Génesis 11.6
Hay quienes cuestionan esta interpretación, por lo

que no basta con probar la trinidad; sin embargo, no se
debe ignorar la posibilidad de una unidad compuesta.
Esto se debe a que hay muchas otras evidencias bíblicas
de la Trinidad, como Dios hablando de sí mismo en plural
en Génesis 1:26: “Hagamos
el ser humano a nuestra imagen”, además del episodio de
Torre de Babel, en Gén 11,7: "Venid, bajemos y

confundamos la lengua que hablan".
Aunque no son pocas las demostraciones bíblicas de
la existencia de un divino y santísimo concilio de tres
personas, quisiera recorrer con vosotros otro camino,
sencillo y lógico: probar la divinidad de cada uno: Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Añadamos la deidad de los tres a la
seguridad del Shemá de que hay un solo Dios. Si hay un
solo Dios y, al mismo tiempo, la divinidad de cada uno de
27 los tres es verdadera, entonces el relato se cierra en la
Trinidad: Son Dios, no dioses. Ellos son Echad, son un
solo Dios.
El padre
Dios Padre es preexistente y creador de todas las

cosas, el que fue, es y siempre será. No llegó a serlo,
porque siempre lo fue. Figura más aceptada de la Trinidad,
fue también quien estableció todas las cosas antes de la
fundación del mundo. En la dispensación de los tiempos Él
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manifestó a Su Hijo Jesucristo para llevar a cabo el plan

eterno de salvar a los hombres y establecer una familia.
En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.

Génesis 1.1
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que

nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo.
Efesios 1.3
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,

para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que
tenga vida eterna.
Juan 3.16
Desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, la

divinidad del Creador es explícita, adorada y temida. En
“Teología sistemática”, Wayne Grudem explica la paternidad
y, por lo tanto, la posición gobernante de Dios Padre como
se describe en las Escrituras:
En la creación y en el plan de redención, el Padre se

presenta como quien planifica, dirige y envía por su carácter paternal
y creativo. Lo hace porque quién es implica lo que hace; por lo tanto,
comandar, dirigir y enviar se adapta a Su posición como Padre,
28 que es el modelo de toda paternidad humana.
El hijo
La impugnación de la divinidad de Jesús se ve

agravada por un río de herejías. En mi opinión, el apóstol
Juan es el que mejor eleva y explica la deidad del Hijo; de
hecho, parece ser uno de sus temas favoritos. Al decir que
Jesús vino antes que Juan Bautista (Jn 1,15) y Abraham (Jn
8,58), el escritor enfatiza que Cristo es más grande. Uno ni
siquiera era digno de desatar sus sandalias, otro era sólo un
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siervo, pero Jesús estaba arriba: Hijo de Dios, uno con el

Padre celestial. Estas son algunas de las poderosas
declaraciones del apóstol Juan:
En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo

era Dios. Él estaba en el principio con Dios.
Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él nada de lo que fue
hecho fue hecho.
Juan 1.13
Yo y el Padre somos uno.
Juan 10.30
Padre, mi voluntad es que donde yo esté, los que me diste también

estén conmigo, para que vean la gloria que me diste, porque me
amaste desde antes de la fundación del mundo.
Juan 17.24
Lo que fue desde el principio, lo que oímos, lo que vimos con

nuestros propios ojos, lo que miramos y tocaron nuestras manos,
acerca del Verbo de vida.
1 Juan 1.1
29
La palabra griega traducida “principio” es dolor, que
significa “fuente u origen”, también utilizada en Col 1:18 y
Apocalipsis 3:14. Jesucristo no sólo fue desde el principio,
sino que fue antes del principio. Es decir, no sólo estaba con
Dios en la Creación, sino que era Dios antes de la Creación
y era el medio por el cual todas las cosas llegaron a existir.
Poseedor de la gloria divina, encarnó; luego pudo ser

visto y tocado por Juan y sus hermanos de fe.
Debemos entender que Él no se hizo glorioso, como
sostienen los gnósticos, sino que fue amado y coronado de
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gloria desde antes de la fundación del mundo. Él renunció a

esta gloria que tenía de tabernáculo entre los hombres, pero
sabía que la recuperaría cumpliendo Su obra vicaria:
Y ahora, Padre, glorifícame en Ti con la gloria que tenía contigo

antes que el mundo existiera.
Juan 17.5
Además de ser Creador con el Padre, poseedor de la

gloria antes de que el mundo existiera, la Biblia aún confirma
a Jesús como un gobernante poderoso, sobre todo
principado, potestad, potestad, señorío y todo nombre que
pueda mencionarse (1 Co 15.24; Ef 1 :2123).
¿No sientes que tu corazón se acelera? ¡Aleluya!
Para finalizar este breve resumen, llamo a escena

a Agustín de Hipona, comúnmente llamado
San Agustín, uno de los teólogos y filósofos más
importantes de los primeros siglos del cristianismo:
Los que afirman que nuestro Señor Jesucristo no es

Dios, o que no es Dios verdadero, o que no es un solo Dios
con el Padre, o que no es inmortal porque es “mutable”, que
sepan de su error por el testimonio más claro y por la afirmación
unánime de los libros santos, de los cuales son estas palabras:
30 En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el
Verbo era Dios. Es claro que reconocemos al Verbo de Dios
como Hijo único del Padre, de quien se dice después: Y el
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,1114), en
referencia al nacimiento por encarnación, que tuvo lugar en el
tiempo, teniendo a la virgen por madre.
Agustín, en "La Trinidad"
El espíritu santo
¡Bendito sea el Señor, Dios Espíritu Santo, por
quien fuimos adoptados! Como hicimos con las otras
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dos personas de la Trinidad, resaltemos primero Su

preexistencia:
En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra estaba

informe y vacía; Las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
Génesis 1.12
Es evidente que el Espíritu de Dios estaba en el

momento de la creación y estaba obrando junto con el
Padre y el Hijo. Por tanto, preexiste al mundo. En varias
ocasiones en el Antiguo Testamento se habla de Él
como el Espíritu de Dios. Sin embargo, un versículo del
Nuevo Testamento registra una descripción preexistente de
cita a la tercera persona de la Trinidad compartiendo la

misma divinidad:
Dios, sin embargo, nos ha revelado esto a través del Espíritu.

Porque el Espíritu todo lo escudriña, incluso las profundidades
de Dios. Porque ¿quién conoce las cosas del hombre, sino el
mismo espíritu humano que está en él? De modo que nadie
conoce las cosas de Dios excepto el Espíritu de Dios.
1 Corintios 2.10,11
31
Pablo les dice a los corintios que el Espíritu conoce
las profundidades de Dios por una razón: “está en él”, el
Espíritu está en Dios, es el Espíritu de Dios. Dios y Su
Espíritu son uno; por lo tanto, el Espíritu es Dios.
Corro el riesgo de ser simplista al hablar del Espíritu
Santo, que todo lo sabe: “¿Adónde me iré de tu
Espíritu?” (Sl 139.7). El Dios omnipresente merece toda
la tinta del mundo para describirlo y honrarlo. Sin
embargo, el objetivo aquí es pasar por alto la verdad de
la deidad del Padre, el Hijo y el Espíritu, y luego
profundizar en el hecho de que debemos ser no sólo uno,
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sino como la unidad de los tres en uno.
Estoy extasiado, amigos míos, al pensar que el

Espíritu de Dios engendró a Cristo en María:
El ángel respondió:
“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso también el ser santo que
nacerá será llamado Hijo de Dios.
Lucas 1.35
Sólo es posible generar alguien con la misma

esencia ¿no? Si Jesús es Dios, el Espíritu Santo también
tiene que serlo, porque él fue quien generó al Hijo de Dios.
Dios en el cuerpo de María. Todavía se le describe

bíblicamente como aquel que ungió a Jesús para la obra
del ministerio, llenándolo de poder y gracia (Is 61,1; Mt 3,16).
El mismo Espíritu que resucitó a Cristo también nos vivifica
y se llama Espíritu de adopción, por el cual clamamos
“Abba, Padre” (Rom. 8:1115).
El que reparte dones a la Iglesia de Jesús (1Co
12.46) es el mismo que está delante del trono de Dios
(Ap 1.4; Is 11.2). Consolador, Él nos enseña todas las
32 cosas (Jo 14,26). Respecto a Él, Jesús dijo: “Mejor os es
que yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no
vendrá a vosotros; pero si voy, os lo enviaré” (Jo 16.7). A
coro con la novia, el Espíritu dice: “¡Ven!” (Ap 22.17).
La deidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es

evidente en las Escrituras. Son Dios, en una unidad
compuesta. Coexistiendo, coeterno, compartiendo
autoridad y gloria. En nombre de cada uno de Ellos,
predicamos el evangelio:
Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones,

bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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Mateo 28.19
Teniendo presente la existencia trina del único Dios,

ha llegado el momento de ser pragmáticos. ¿Cómo afecta
esto la práctica de mi fe? La respuesta es tan directa como
contundente: afecta el centro de nuestro credo, porque se
trata del Dios en quien creemos.
En consecuencia, afecta nuestro estilo de vida, porque
nuestra fe no es sólo teórica: no puede serlo.
Vuelvo a la conexión con mi libro anterior: si
Quién es Jesús es la pregunta de la vida, qué es la
Trinidad no es más que la misma pregunta, formulada por
quienes entienden que Jesús es parte de la unidad de tres
personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu. comprensión
quién es nuestro Señor trino, nuestras vidas se regirán por

esa comprensión y reflejaremos nuestra conducta en el
conocimiento de Él, o más bien, en el conocimiento de su
unidad.
En este sentido, el monoteísmo antitrinitario puede
resultar contraproducente para la fe práctica porque
rechaza un punto muy importante. Por poca o superficial
comprensión de la Trinidad, muchos cristianos establecen
su relación con Dios desconociendo la unidad inherente a
33 Él, un Dios que no está solo. ¡En sí mismo, Dios es una
comunidad!
Antes de continuar, vale la pena señalar que aquí no
se implica ninguna invitación al politeísmo. No hay tres
dioses, sino un Dios entre tres. A nuestra mente cartesiana
le cuesta asimilar, por lo que puede caer al otro lado,
separando lo inseparable. Lo que está en juego es conocer
a Jesús y luego comprender que Él es trino, con el objetivo
de lograr, en la práctica, remodelar nuestra vida según el
modelo divino, eterno y celestial de la unidad. Así es como
debemos ser transformados, en relación con quién es Él,
hasta traer a la tierra el modelo del cielo, tanto en quiénes
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somos individualmente como en qué tipo de Iglesia estamos

estableciendo.
familia eterna
En el principio, Dios crea al hombre y lo llama a la
comunión. La primera mención bíblica del “llamado” está en
Génesis y se refiere a la relación. Según la Ley de la
Primera Mención, el primer registro bíblico de un concepto
merece atención para construir la comprensión del concepto
mismo. Por lo tanto, si queremos entender las llamadas,
debemos partir de esto:
Y el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó:

¿Dónde estás?
Génesis 3.9
¿Llamó a Adán a trabajar? ¿A un servicio?

No. Al pecar, Adán se había distanciado, por lo que
el Creador lo llama de regreso a Él. Está claro que,
omnisciente y omnipresente, el Señor sabía dónde
estaba físicamente Adán, además de ser plenamente
34 consciente de que el hombre había pecado. Aun
sabiendo todo, Él no llama a Adán para interrogarlo
sobre el error, ni para llamarlo a ser profeta, pastor
o misionero. ¿Qué implica “¿Dónde estás?” es “¿Por
qué dejaste donde se suponía que debías estar, el
Jardín de nuestra relación?”.
Nótese que esa pregunta de Dios había quedado

sin respuesta: "¿Dónde está el hombre?" Esto se debe a
que el Creador ya no encontró al hombre que había
creado, sino una imagen distorsionada. Lo que fue
creado a imagen de Dios ya no existía; el pecado había destruido.
Sí, nos convertimos en hombres caídos. Me atrevo a decir que nos
hemos convertido en animales; sólo así se puede explicar tanta barbarie.
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Después de Adán, el único hombre que existió

según el modelo de Dios fue Cristo, el último Adán.
Cuando Pilato miró al Cristo sangrante y dijo: “¡He aquí
el hombre!” (Juan 19:5), en ese precioso día, ¡Dios
encontró al hombre!
Cristo no murió para hacerte profeta.
El Mesías no resucitó para daros un cargo. Jesús murió
para entregaros al Padre, y el Padre a vosotros. Lo
sostienen con los brazos abiertos para simbolizar la
forma en que el Padre nos espera a ti y a mí: listo para
un abrazo íntimo.
La profundidad de este principio es infinita y eterna.
Si no entendemos cuál es el principal llamado divino,
tampoco apreciamos la respuesta que Dios espera. Por
lo tanto, ¿de qué sirve buscar frenéticamente conocer
nuestro papel en el Cuerpo de
¿Cristo? Si los cimientos no existen, ¿sobre qué estamos

tratando de construir?
¿Quién es Jesús?, p.34
El primer y más importante llamado del hombre es a

una relación personal e íntima con Dios: es el propósito de
la existencia humana. Cuando una vida se construye sobre
otros cimientos, existe un alto riesgo de que se derrumbe o
se estanque en la frustración. Sólo hay satisfacción plena en
35 ser aquello para lo que fuimos diseñados, sólo hay placer
real en el lugar de la relación con el Señor. Perdemos tiempo
haciendo cosas, incluso cosas buenas, cuando las hacemos
fuera del Jardín.
En estos momentos, Dios llama: “¡Oye! ¿Donde estas?".
Sin embargo, hay que añadir el factor trinitario a esta
eterna comunión del hombre con Dios. Ya hemos visto que
Dios no es uno, sino tres. Estamos llamados a una relación
con el único Dios, que son tres: Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu Santo.
Entonces, al mirar a la Trinidad, vemos lo que estamos
llamados a conocer en relación: un Dios que es, en sí mismo,
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una familia. ¡Guau!
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del

conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios y
cuán inescrutables sus caminos!
Romanos 11.33
La Trinidad es una familia eterna, que siempre ha

existido y siempre existirá. Sin embargo, cuando el hombre
fue incluido en el guión de la historia, no se hizo de todos
modos, porque la criatura fue diseñada en un molde.
Cuando era niño, solía poner una moneda debajo de

una hoja de papel. La idea era dibujar el lugar exacto donde
se escondía para ver los nacimientos.
crea un dibujo perfecto del mismo, con los números, símbolos

y formato muy bien copiados. Este es un buen ejemplo del
uso de una plantilla, en la que un diseño aparece literalmente
encima de la versión original.
Cuando Dios decidió formar al hombre, vean lo que
dijo y cómo lo dijo:
Y Dios dijo:
— Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza.

36
Génesis 1.26
Fuimos creados a imagen de Dios, pero ese Creador

dijo “hagamos” y “a nuestra imagen”. Dios no estaba
hablando con los ángeles, porque no son creadores; Dios
estaba hablando con Dios.
Él no estaba solo, no creó solo, porque Él es tres. Entonces
nuestro molde, aquel sobre el cual fuimos diseñados, es
este Dios trino, la Trinidad.
Ahora es el momento de unir las cosas: la Trinidad es
una familia eterna, en perfecta unidad, y fuimos diseñados
para ser a su imagen, expresión de la unidad de Dios Padre,
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Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Dios no planeó sólo

individuos, sino criaturas familiares capaces de vivir en plena
unidad con los demás, así como la Trinidad es un solo Dios.
Quizás ya hayas conectado los puntos, pero déjame

ser más explícito: así como el evangelio es eterno, también
lo es la Iglesia. La Trinidad siendo familia no sólo estableció,
en Sí misma, un molde de cómo debe ser la familia terrenal,
la familia de sangre, sino también el molde para levantar la
familia que se formó a partir de la Sangre del Cordero, la
Esposa, la Iglesia. La Iglesia siempre ha existido en el cielo,
pero Jesús, por Su sacrificio y en Su tiempo
caminar por la tierra, inauguró el modelo celestial de

la Iglesia aquí – y ese modelo es una familia.
Nuestra visión se ve profundamente afectada
por nuestras experiencias. En cuanto a la familia,
nos resulta difícil no proyectar en la familia espiritual
lo que vivimos en la familia terrena: desconfianza,
traición, abandono.
Hoy en día es raro encontrar un joven cuyos padres no

37 estén divorciados. También es raro encontrar a alguien que
no resulte herido, de alguna manera, por su propia familia.
El resultado de esto es que reflejamos una concepción
distorsionada de la familia para esta familia eterna, que es el
plan de Dios. Por eso nos resulta fácil mirar a la iglesia como
una institución, pero difícil verla como una familia. (...)
No basta con casarse o tener hijos para vivir en familia.

Puedes tener todo esto, pero nunca haber experimentado
una familia según las Escrituras, que reproduzca la misma
intimidad que el Padre tiene con el Hijo, que el Hijo tiene con
el Padre, que ambos tienen con el Espíritu Santo. (...)
Dios no decidió, de la nada, vivir la iglesia como familia

de creyentes. ¡No! El cielo siempre ha sido una gran familia,
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una gran congregación, en la que todos están alrededor del

trono, alrededor de la bondad de Dios. Déjame ser claro: Dios
es una familia. Entonces, ¿qué deberíamos ser y vivir?
¡Familia! (...)
Esta no es una familia cualquiera, sino un modelo
eterno. La iglesia debe seguir el modelo que siempre ha
existido en el cielo, debe ser como la familia celestial
compuesta por la Trinidad y los ángeles. Es importante
recalcar que sí, siempre ha habido adoración y adoración,
pero el centro de la iglesia eterna es la intimidad, es la
relación, porque es una familia. Por eso es tan perjudicial
reflejar el modelo terrenal de familia cuando se intenta
comprender lo que Dios espera de la iglesia: las relaciones
familiares en la Tierra son extremadamente corruptas.
¿Quién es Jesús?, p.111,112
Lo que encontrará en este libro es el modelo celestial

de familia diseñado para la Iglesia hoy, en la práctica.
Familia de muertos, familia traidora, cultura paternal,
liderazgo plural, casa de discipulado, envío de maduros.
Mucho se dirá, mucho será desmitificado, mucho será
revelado, pero no sin la voluntad de superar el dolor, las
heridas adquiridas en experiencias pasadas con iglesias y
líderes. No te rindas cuando el tema sea demasiado
delicado, dado tu historial con él. La exposición de la
38 herida es la oportunidad de verla sanada.
Dejo aquí no sólo una invitación a probar la medicina

que puede gotear con cada línea leída hasta el final de
esta obra, sino también un desafío a vivir una nueva
estación como Iglesia de Jesús.
¿Vamos a rezar?
Señor Jesús, no hay nadie como el Señor. Todas las

personas y las cosas están por debajo de Su grandeza. ¡Te
honramos y amamos con todo nuestro corazón! Escuche y
responda esta oración, que trasciende el espacio y el
tiempo, otorgándole la capacidad de ser inédita para cada
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lector.
Espíritu Santo, pido que quien recorra el camino de
estas páginas sea abrazado por Ti.
Que los corazones se calienten ante la verdad de que
somos hijos de Dios y por tanto familia de Dios Padre, para
que, con el corazón encendido, sácanos de nuestras
cuevas solitarias, de nuestras oraciones de arrepentimiento,
y llévanos al lugar de la curación. y restauración.
Oro para que quien ahora esté leyendo esta oración

esté lleno de valentía y hambre espiritual para seguir la
carrera que tiene por delante, para conocer a Cristo y ser
como Él es. Sí, Señor, en
Llénanos de pasión por quién eres Tú, pero también

por la Iglesia que amas. Persistimos una vez más en
la oración del Hijo Jesús: “que todos sean uno”.
En su precioso nombre. Amén.
invitado a bailar
Gregorio Nacianceno, patriarca de Constantinopla
39 y teólogo del siglo IV, fue un gran defensor de la
doctrina de la Trinidad. En los escritos de Gregorio,
se encontró que el término griego perichoresis o, en
la adaptación portuguesa, perichoresis, definía el
dinamismo de la relación entre Padre, Hijo y Espíritu
Santo. La palabra está formada por peri, que significa
“movimiento circular”, corea, que significa “danza” y
esis, sufijo común para expresar acción, proceso.
En uno de sus principales usos prácticos, la
pericoresis definió una danza circular. Más
concretamente, un tipo de baile que realizaban los
niños, normalmente en círculo, cogidos de la mano.
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Un miembro del juego estaba en el medio, mientras

el resto bailaba a su alrededor, hasta que se produjo un intercam
Otro padre de la iglesia, Juan Damasceno, del
siglo VII, profundizó la comprensión de la relación
entre las tres personas de la Trinidad mediante esta
danza en círculo, tomadas de la mano. Lo clasificó
como un movimiento perfecto y uniforme de tres
personas entrelazadas, que crea una única unidad
circular. Un movimiento permanente de integración y convivenc
La profundidad de esta relación es la intimidad,
porque el movimiento de los tres forma uno. Se
relacionan armoniosamente, como en un baile. Hay
compás, ritmo continuo y un vínculo de amor.
Teniendo presente la visión de esta danza incomparable,

que no puede describirse completamente con palabras
humanas, lea nuevamente esta porción de la oración de Jesús:
Pido no sólo por éstos, sino también por los que llegan a creer
en mí, a través de la palabra que hablan, para que todos sean
uno. Y como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, así sean ellos en
nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria
que me diste yo se la di, para que sean uno, como nosotros; Yo
en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno, para
40 que el mundo sepa que tú me enviaste y los amaste, como a mí
me amaste.
Juan 17.11,2023
No te quedes sin sentir el impacto de estas palabras.

El amor que une a las tres personas de la Trinidad en una
danza perfecta de unidad es el amor con el que el Padre nos
ama. Jesús dijo que así como el Padre lo ama, el Padre nos
ama a nosotros. ¿Cómo imaginas el amor del Padre por el
Hijo, siendo Jesús uno de los miembros de la Trinidad, es
decir, un Hijo uno con el Padre? Este amor es el mismo que
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el del Padre hacia aquellos que fueron hechos hijos en Cristo.
Y hay más. El Hijo nos llama a bailar: “para que sean

uno como nosotros; Yo en ellos y tú en mí”.
¡La obra del Mesías, del Redentor, nos hizo posible entrar en
una coreografía eterna de unidad!
Jesús estaba tratando de mostrar cómo era su rey.

relación con el Padre y por qué podía decir que los dos eran uno.
Sin embargo, los discípulos no entendieron, porque a la mente
racional le cuesta visualizar este tipo de situaciones. Por ejemplo,
podrías intentar representar la relación entre Jesús y el Padre
usando un diagrama. Si Jesús está en el Padre, un círculo grande
puede representar al Padre y uno más pequeño, dentro del
primero, representará a Jesús. Pero aquí viene el segundo.
parte: ¡el Padre también está en Jesús! No es posible

mostrar ambas cosas al mismo tiempo. Es imposible.
Un poco más tarde, en el discurso, el cuadro se
vuelve aún más complicado: En aquel día sabréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros (Juan 14:20).
Christofer Walker en "La danza de la Trinidad"
Amigo mío, esto no es trivial. ¡No somos el cuarto ser

de la Trinidad, pero la experimentamos como somos en
41 Jesús y Jesús en nosotros! Repito las palabras del Maestro:
“Yo en ellos y tú en mí”. Ser uno con Jesús es tener el
privilegio de participar en la danza eterna que define
perfectamente el significado de la unidad. En Cristo somos
partícipes de lo que vive la Trinidad. ¡Qué misterio tan
increíble!
Necesito abrir un paréntesis, para eliminar cualquier
posibilidad de error. No pretendo añadir, bajo ninguna
circunstancia, una nueva persona a la Trinidad. El hecho de
que Dios sea Dios se debe a Su eterna autosuficiencia e
inmutabilidad; Quien intenta, entonces, añadir o quitar algo
a Dios está, de hecho, creando otro dios. Esto, sin embargo,
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no cambia la verdad estridente y escandalosa de la Escritura

de que Cristo nos ha llamado a una relación plena con Él,
por tanto, con la Trinidad, en una fusión hasta llegar a ser
uno. Ser uno con Él es participar, en Él, de lo que Él es en
la Trinidad, y no ser el cuarto ser de ella.
Ahora necesito decirte algo: no irás solo a este lugar.

Las palabras de Jesús fueron: “para que todos sean uno.
(...) ellos también estén en nosotros (...) para que sean
uno”. El uso del plural no es aleatorio, porque Jesús estaba
inaugurando una familia eterna, una comunidad eterna en
la tierra, no solo individuos salvos.
Jesús vino a revelar al Padre, que no está solo, sino

la unidad perfecta de la familia eterna, la Iglesia eterna,
preexistente de eternidad en eternidad. La Esposa de Jesús,
entonces, queda inaugurada, por su sacrificio, como unidad
de los creyentes con esta Iglesia eterna preexistente. Es un
posicionamiento colectivo de los creyentes, en Cristo, en el
núcleo de la familia de la Trinidad y de los cielos.
En otras palabras, yo no soy la Iglesia, nosotros lo

42 somos. La unidad de todos los que profesamos la fe en el
Hijo de Dios forma la Iglesia. Hemos sido injertados en la
Vid para ser juntos parte de esta familia eterna, no sólo
sabiendo quién es Jesús –o mejor dicho, quién es la
Trinidad– sino expresándolo al mundo a través de quiénes
hemos llegado a ser en Él, la Iglesia eterna, la familia eterna
del Dios trino.
Dios invita a la Iglesia a bailar la danza de la unidad,
la danza de una familia que sabe ser muchos en uno. La
próxima vez que vayas a leer la Biblia, léela con ojos
transformados, porque encontrarás recurrentemente la
presencia de una danza familiar en las narraciones, en las
doctrinas, en los símbolos.
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Las Escrituras señalan lo que siempre fue el plan del

Creador: tener una familia unida, con Jesús como el
primogénito entre muchos hijos.
Quiero pedirle que lea el resto de este libro con una
perspectiva cambiada sobre la Iglesia de Jesús. La iglesia
no somos tú ni yo, sino nosotros dos juntos, injertados en
Cristo, colocados en el círculo de danza eterna de la unidad,
y esa Iglesia es una familia, no una corporación. Y el vínculo
que nos une es el amor, el mismo amor que existe entre los
seres de la Trinidad.
Así que ya no sois extraños ni peregrinos, sino conciudadanos

de los santos y miembros de la familia de Dios.
Efesios 2.19
Aquí ya no puede haber griego ni judío, circuncisión e

incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo
es todo y en todos.
Vestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados,
de compasión, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.
43 Apoyaos unos a otros y perdonaos unos a otros si alguno
tiene queja contra otra persona. Como el Señor os perdonó,
así también perdonaos unos a otros. Pero por encima de
todo esto está el amor, que es el vínculo de la perfección.
Colosenses 3.1114
daadzinnaieraD
T
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JESÚS PADRE
No es un error teológico
Hijitos, todavía un poco de tiempo estaré con vosotros.

Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos, también os lo
digo ahora: a donde yo voy, vosotros no podéis venir. Os
doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros.
Como yo os he amado, que también vosotros os améis
unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si os amáis unos a otros.
Juan 13.3335
Cerca del tiempo del sacrificio, de consumación del plan

redentor que ya existía antes de la fundación del mundo,
Jesús se dirige a sus discípulos como “hijitos”, revelando
un cuidado propio de un Padre –nunca fue sólo un maestro
o un mentor, pero un líder con un visible apego paternal
hacia quienes caminaban a su lado. Como principio de
interpretación bíblica, debemos mantener una visión
macro, analizando el texto en su contexto y en
comparación con el resto de las Escrituras.
El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento no tenía

la visión de la Trinidad que tenemos hoy. Por cierto,
aceptar que Dios siempre tuvo un Hijo, que es uno con Su
Padre, no fue fácil para los cristianos del primer siglo,
oráculos de la creencia en el único Dios. Encontramos,
sin embargo, un hermoso registro bíblico en el que una
voz del cielo respalda la filiación de Jesús: “Éste es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). Hijo

del Hombre, Hijo de Dios.
Son muchos los puntos en los que la Biblia define a
Jesús como Hijo, sin embargo, esta no es la única forma en
que se le describe. De hecho, con sólo pensar en el concepto
de Trinidad ya aclaramos la cuestión: “Él es la imagen del
Dios invisible” (Col 1,15), “El Hijo, que es el resplandor de la
gloria de Dios y la expresión exacta de su Ser”
(Hebreos 1,3). En función, Jesús es el Hijo, pero Su obra en
45 la tierra fue revelar al Padre. Jesús es la expresión del Padre
y la encarnación de la paternidad divina.
Nadie ha visto jamás a Dios; el Dios unigénito, que está al lado

del Padre, lo ha revelado.
Juan 1.18
Entonces le preguntaron:
¿Dónde está tu Padre?
Jesús respondió:
No me conocéis y no conocéis a mi Padre; Si me conocierais,
sú
e rdsaePJ
conoceríais también a mi Padre.
Juan 8.19
Todo me ha sido entregado por mi Padre, nadie conoce al Hijo

sino el Padre; y nadie conoce al Padre excepto el Hijo y aquel
a quien el Hijo quiera revelarlo.
Mateo 11.27
Ya hemos visto que en Jesús somos adoptados en la

familia eterna. Al vencer el pecado y la muerte, Cristo
proporcionó más que un medio de justificación y liberación
de la ira venidera, sino que estableció en la tierra la familia
celestial, de la cual forman parte aquellos cuyos corazones
fueron circuncidados por la sangre del Cordero. En este
punto nos encontramos con Jesús el Padre.
Tranquilo, no estoy tratando de forzar una

interpretación, mucho menos simplificar la Trinidad o
promover una nueva teología. Manteniendo la
comprensión de quién es Jesús en la Trinidad, pero
añadiendo a esto el hecho de que, en Su obra terrenal,
vino a revelar al Padre, es fácil concluir que Jesús
caminó en nuestra tierra como un Padre de familia, un
exacto Expresión de la familia del Padre del cielo.
Cuando Dios deseó revelarse al mundo, no envió
46 a Sus ángeles ni pergaminos con descripciones de Su
personalidad, sino que envió al Hijo. ¿Por qué enviaría
Dios al Hijo? Porque si queremos conocer al Padre,
debemos mirar al Hijo. Esto también ocurre en la familia
de sangre: si quieres conocer a Alessandro, conoce a
sus hijas.
Cristo, al decir "hijitos", no sólo estaba siendo
humanamente paternal, sino divinamente paternal.
Cristo estaba presentando al Padre al mundo a través
de Sí mismo, siendo Padre.
Un día, cerca del momento en que iba a comenzar
a ministrar en una iglesia de Río de Janeiro, Jesús me
dijo: “Ale, no soy un predicador de púlpito, soy un
se
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hombre de familia”. Sé que quería decirme que el

ministerio no era la norma, a pesar de que yo era de la
familia. Jesús no fundó una Iglesia como la de hoy,
simplemente vivió con los discípulos. Jesús no fue a un
lugar fijo, donde también llevaba a sus amigos, con la
intención de adorar: Cristo comía con ellos, viajaba con
ellos en barca, hacía largas y agotadoras caminatas, iba
a la montaña o al Huerto a orar. y llamó a sus discípulos
para que fueran con él.
Así, Jesús mostró amor, pero también confrontación

hasta el punto de llamar a Pedro "Satanás".
Ayunaba, pero también comía, iba a fiestas,
Celebraron la Pascua con fiestas y música. ¿Qué tipo de

ambiente es este? Un ambiente familiar.
Es necesario comprender que Jesús, la Palabra de
Vida, no es sólo un mensaje, un boceto, sino la encarnación
de todo lo que el cielo representa.
Jesús encarnado es amor en la carne, bondad en la carne,
justicia en la carne, misericordia en la carne y también
paternidad en la carne. Su predicación no consistió en
hermosos discursos, porque Él era mucho más que un
47 sermón predicado. Cristo es el mensaje de Dios encarnado,
no falta ni una coma. Todo lo que Dios es se revela en Jesús
y se muestra en Su vida terrenal.
Jesús reveló que el Padre es Padre de familia

para esos discípulos – y así inauguró la familia de la Iglesia,
modelada según el cielo. Solo de esto ya podemos concluir
que no es cualquier tipo de iglesia la que puede llamarse
familia eterna, sino sólo aquellas que tienen las características
de la Iglesia de Jesús, aquella en la que Cristo encarnado
se mostró como Padre. , y no una cabeza. .
sú
e rdsaePJ
¿Muy intenso? Absolutamente, pero no puedo

endulzarlo. No podemos llamar Iglesia a nuestras reuniones
si no somos como la familia del Padre Jesús. Dejó claros los
conceptos básicos, y nunca se trataron de números,
resultados o entretenimiento.
Si bien todas estas cosas pueden ser parte del contexto de
las iglesias, no son lo que caracteriza a la Novia. La Iglesia
es una familia que hace la voluntad del Padre, esto es lo que
nos define como Iglesia de Jesús.
Y, extendiendo la mano a los discípulos,

dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Así que
quien hace la voluntad de mi Padre celestial es mi
hermano, mi hermana y mi madre.
Mateo 12.49,50
¡Eso es familia, amigo mío! Y un detalle importante:

no soy yo quien llama familia a la Iglesia, es Jesús. Está
diciendo que aquellos que hacen la voluntad del Padre son
Su familia. ¿A qué se refiere Cristo, no sólo en este texto,
sino con Sus actitudes? A una familia basada en hacer la
voluntad de Dios, en la que haya cuidado y relación
paternal, con tiempo juntos, mucho tiempo de convivencia,
en el día a día.
48 Le pido que ilumine los ojos de vuestro corazón, para que

sepáis cuál es la esperanza de vuestro llamamiento, cuáles
son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál la supereminente grandeza de su poder sobre nosotros
los que creemos. , según la operación de la fuerza de su
poder. Ejerció este poder en Cristo, levantándolo de entre los
muertos y sentándolo a su diestra en los lugares celestiales,
muy por encima de todo principado, potestad, potestad,
dominio y todo nombre que se pueda nombrar, no sólo en
este siglo presente. , pero también en el próximo ro. Y puso
todas las cosas bajo los pies de Cristo, y le dio por cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la
plenitud de aquel que todo lo llena en todo.
Efesios 1.1823
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¡Ah, qué preciosidad! La Iglesia es el cuerpo de

Cristo, es decir, su continuación: si Él caminó como Padre
de familia, a nosotros nos corresponde continuar la misión
a través de una Iglesia paternal, una familia eterna.
Además, ha dotado a Su Iglesia con la autoridad para
manifestar Su propósito eterno a través de ella, que incluye
establecer una familia espiritual.
Y esto para que ahora, por medio de la iglesia, la multiforme

sabiduría de Dios sea dada a conocer a los principados y
potestades en las regiones celestiales, conforme al propósito
eterno que Dios estableció en Cristo Jesús Señor nuestro.
Efesios 3.10,11
En un breve resumen, pero que desentrañaremos

más adelante, Jesús es la imagen de un Dios invisible,
y la Iglesia es la imagen de un Jesús ahora invisible.
Por tanto, la autoridad que la Iglesia ha recibido sirve a
un propósito eterno, no a intereses individuales. Es a
través de la Iglesia que se da a conocer la multiforme
sabiduría de Dios, por lo que el hombre no puede
andar tratando de establecer la voluntad de Dios, ¡sino
estando fuera de la Iglesia! ¡Es para la Iglesia, ella es el
49 medio por el cual el propósito será gloriosamente establecido!
Niños: la revelación del misterio continúa

En él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados,
según las riquezas de su gracia, que Dios nos prodigó con
toda sabiduría y entendimiento. Él nos ha revelado el misterio
de su voluntad, según su propósito, que estableció en Cristo,
de reunir en él, en la dispensación del cumplimiento de los
tiempos, todas las cosas, tanto las que están en el cielo como
las que están en la tierra.
sú
e rdsaePJ
Efesios 1.710
A mim, o menor de todos os santos, foi dada esta graça de

pregar aos gentios o evangelho das insondáveis ri quezas de
Cristo e manifestar a todos qual é a dispensa ção do mistério
que, durante tempos passados, esteve oculto em Deus, que
criou todas las cosas. Y esto para que ahora, por medio de la
iglesia, la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer a
los principados y potestades en las regiones celestiales,
conforme al propósito eterno que Dios estableció en Cristo
Jesús Señor nuestro.
Efesios 3.811
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en

mi carne lo que queda de las aflicciones de Cristo para su
cuerpo, que es la iglesia, de la cual fui hecho ministro según
la dispensación de Dios, que me dio la vida. confiado en su
nombre, a
para cumplir plenamente la palabra de Dios: el misterio

que ha estado oculto durante siglos y generaciones,
pero que ahora se ha manifestado a sus santos. A
estos Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria
de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en
vosotros, la esperanza de gloria.
Colosenses 1.2427
Cristo era el misterio escondido, ahora revelado y

exaltado sobre todo. Teniendo toda autoridad, se
50 humilló y enfrentó la muerte en la cruz; luego resucitó,
sometiendo todas las cosas bajo sus pies.
Esa autoridad la otorgó a la Iglesia, Su cuerpo, Su
continuación. Es a través de nosotros, la Iglesia, que
se sigue revelando al mundo el misterio de quién es
Jesús, su sacrificio y la adopción de los niños por su
sangre.
Ruego y deseo fervientemente que comprendan
esto: La Iglesia es la manera en que Dios cumple Su
plan eterno. Es a través de ella que el Padre se mueve.
¡No hay manera de catalogarlo como un fracaso! Ella
no es pobre ni está en bancarrota, sino gloriosa,
senad
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poderosa, santa y un instrumento del gobierno de Dios

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lrid
,aseiú
en la tierra. Esta familia espiritual está dotada de

autoridad (Efesios 1:22,23) para manifestar la voluntad
del Señor, el “propósito eterno que Dios estableció en
Cristo Jesús” (Efesios 3:11). Pero ¿cómo ser la
extensión de Cristo, como Iglesia, para continuar la
revelación del misterio y del eterno propósito divino?
Entender y ser familia de Dios, porque eso es lo que Jesús inauguró
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino

conciudadanos de los santos y miembros de la familia
de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles
y profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo
Jesús. En él, todo el edificio, ensamblado, crece hasta
convertirse en un santuario dedicado al Señor. En ello tu también
están siendo edificados, junto con los demás, para ser

morada de Dios en el Espíritu.
Efesios 2.1922
Sí, participamos de la obra de Dios, de la construcción

que Él hace desde el principio de todo. La familia de Dios
de los adoptados a través de Cristo está construida sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas, con Cristo como
fundamento, piedra angular: este Jesús de quien hablamos,
51 el Jesús que es Padre de familias.
Si vamos a continuar la misión de Cristo, debemos

entender cómo se relaciona Él con Su Novia. Lo que la
Biblia señala es un amor furioso y sacrificial destinado a
formar una Iglesia gloriosa. Entonces surgen preguntas:
¿Cuánto amo ser, junto con muchos hermanos, la Iglesia
de Jesús?
¿Cuál es la intensidad de este amor? ¿Cómo se expresa
mi amor en la edificación de una Iglesia gloriosa? La
respuesta debe ser práctica, porque si no hay sacrificio de
sú
e rdsaePJ
mi parte por amor a la Iglesia de Jesús, tal vez estoy lejos

de la misión.
Maridos, que cada uno de vosotros ame a sus mujeres, así

como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por
ella, para santificarla, habiéndola limpiado en el lavamiento
del agua mediante la palabra, para presentarse a sí mismo
como la Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa
parecida, pero santa y sin mancha.
Efesios 5.2527
No sé si te has dado cuenta, pero lo que estamos

construyendo aquí expone a los no creyentes. Tampoco
permitimos que nadie piense en la redención de Cristo sin
el factor familiar, porque eso no es bíblico. Desde el
principio el tratamiento
de Dios con el hombre incluye la familia, no sólo la natural,

sino un pueblo.
A Adán, Dios le ordenó la multiplicación y el gobierno.
Con Abraham, Dios habló de generar una gran nación, que
bendeciría a todas las familias de la tierra. Con Moisés,
Dios delineó los límites morales, políticos y sociales de una
comunidad multitribu. Jesús llama a sus discípulos “hijos”,
señalando el carácter familiar de la Iglesia que estaba
inaugurando. Nunca se trató sólo de individuos, ese nunca
52 fue el plan.
No hay verdadero cristianismo sin un alto nivel de
participación de los hermanos. Aun así, incluso aquellos
que están dentro de los templos pueden ser desiiglesiales:
si rechazan la comunión, no son familia, no son Iglesia.
Siendo deliberadamente repetitivo: la Iglesia no soy yo ni
vosotros, sino que somos nosotros, en comunión. Ésta es
la idea divina y eterna.
Cruz: hombre y Dios, hombre y hombre.
Hay todavía otro aspecto de la obra de Cristo que

se
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apunta no sólo a la inauguración de la Iglesia como familia,

sino al tipo de familia ante la cual Jesús se mostró Padre:
una familia de la cruz. En su sacrificio, no sólo unió al
hombre con Dios, sino al hombre con el hombre,
estableciendo un modelo para la familia de Jesús: se forma
al pie de la cruz.
Y junto a la cruz estaban la madre de Jesús, su hermana María,

esposa de Clopas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su
madre y al discípulo amado que estaba junto a ella,
dijo: "Mujer, ahí tienes a tu hijo".
Luego dijo al discípulo:
"Aquí está tu madre".
A partir de ese momento el discípulo la llevó a su casa.
Juan 19.2527
En la misma cruz que reconcilió al hombre con Dios,

Jesús unió al hombre con el hombre. Un discípulo,
entonces, adopta a la madre de Jesús como su madre,
unida no por la sangre sino por la sangre del Cordero de
Dios. Una familia espiritual, en la que el cuidado no se
establece a distancia ni a través de funciones, sino a
través de una relación, como entre un hijo y su madre. El
cuidado se establece no como un líder superior e
inalcanzable hacia un discípulo miserable, sino como un
53 hijo que está dispuesto a cuidar de su madre la respuesta
de Juan no fue "conducir" a la madre de Jesús, sino
llevarla a su casa como una familia.
¿Dónde nació esta Iglesia familiar? En el cruce. ¡Qué

patrón! ¡Qué molde! ¿Sabes porque? Porque en la cruz
no hay lugar para pequeñas peleas entre ministerios
mayores y menores. No importa cuántos seguidores
tengas delante del madero. La edad que tengas en la
iglesia o en el ministerio no tiene sentido frente al mayor
sacrificio de todos. ¡En la familia cruzada, lo que realmente
sú
e rdsaePJ
importa es Cristo!
Luego no puede haber ni judío ni griego; ni esclavo ni

libre; ni hombre ni mujer; porque todos sois uno en
Cristo Jesús.
Gálatas 3.28
Si nuestras Iglesias fueran familias generadas en el

lugar de la cruz, tal vez tendríamos no sólo resultados,
sino frutos. No sólo números, sino corazones. No sólo
estatus, sino testigos dispuestos a la cruz, a morir por Él y
por Su Iglesia – o mejor dicho, por Él y por Su familia, que
es también tu propia familia.
Si queremos vivir lo que Jesús propuso en el
Calvario, es imprescindible elevar el nivel de ofrenda y
renuncia. Estamos tan acostumbrados a dejarlo a nuestros pies
de la cruz pecados y dolores, porque, de hecho, es el

lugar para dejarlos, pero poco entendemos de entregar
también éxitos. Cuando dejamos todo ahí, sobre el
madero, estamos aceptando la invitación a ser esa
familia en la cruz. Entonces ya no soy solo yo, sino yo
en medio de muchos hermanos, asumiendo el
compromiso de ser y vivir en familia con cada uno de
ellos, con un compromiso eterno. Así como Juan
recibió a María como madre y ella lo recibió como hijo
54 al pie de la cruz, así nosotros morimos a nosotros
mismos para comprometernos con nuestros hermanos
y hermanas en una sola familia, nacida y mantenida por la sangre
En ONE Church, donde soy uno de los pastores,
siempre nos decimos durante la cena: “Te amo,
hermano mío. Sois carne de mi carne y sangre de mi
sangre”. Que esa verdad penetre en ti ahora mismo.
¡Amor por la familia de Dios!
familia de muertos
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Pasemos a una sección muy práctica e

importante, destacando detalles de cómo funciona una
familia espiritual: liderazgo plural, discipulado en el
modelo de Cristo, curación de heridas en el cuerpo,
amor fraternal, hospitalidad. Sin embargo, no hay
manera de continuar sin hablar más de la cruz, porque,
para ser Iglesia, es necesario comprender este lugar
donde Jesús formó una familia a partir de un discípulo
y de su propia madre.
Mucha gente huyó del lugar de la crucifixión, pero
no Juan, María y quizás María Magdalena. El primer
paso para establecer una iglesia o ministerio es
enseñar a no huir de la cruz.
Jesús dijo a todos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome

día a día su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida,
la perderá; y el que pierda su vida por mi causa, la salvará. ¿De
qué le sirve a una persona ganar el mundo entero si pierde o se
hace daño a sí mismo? Porque cualquiera que se avergüence de
mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del Hombre,
cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos
ángeles.
55 Lucas 9.2326
Jesús nunca ocultó el requisito para cualquiera

que quisiera ser su discípulo: tomar la cruz. El
estandarte de la Iglesia no es otro que la cruz, incluso
porque somos una reunión de discípulos de Cristo.
Jesús nos llama a morir para vivir. De hecho, no
hay resurrección sin muerte. La lógica es la inversa:
para vivir, muere primero, porque así se manifiesta la
Vida en ti. Eres lo que debías ser justo después de tu
muerte. Una semilla de mostaza no da fruto sin morir,
sú
e rdsaePJ
tú tampoco.
¿Y puede una familia multiplicar el fruto que el

Señor espera sin morir? No. Multiplica la cizaña, frutos
que no duran, solo resultados sin esencia.
Llenamos nuestros púlpitos, oídos y corazones
con mensajes que enseñan a huir o negar la cruz. Este
evangelio blando ha generado cristianos sin peso de
gloria, inmaduros y poco dispuestos a caminar en
familia.
Y no penséis que la vida de la cruz es sinónimo
de ser franciscano. ¡Lo mejor de todo es después de
la muerte de uno mismo! Lo mejor de la vida, la familia,
el trabajo, las relaciones, todo. Cuando hay muerte,
entonces se derrama vida abundante.
En el contexto de la Iglesia, es fundamental que

seamos familia de muertos, porque así estaremos muy
por encima de cualquier herida.
Pero cuando llegaron a Jesús, viéndolo ya muerto, no le

quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le
atravesó el costado con una lanza, y al instante salió
sangre y agua.
Juan 19.33,34
56
Cuando los guardias llegaron con armas para herir
a Jesús, éste ya estaba muerto. ¡Guau! ¡Eso es, amigo
mío, eso es! Jesús enseñó el modelo de los muertos.
¡Quien esté muerto, aunque esté herido, ya está muerto!
Nadie es capaz de matar a los muertos. Al muerto se le
puede atravesar una lanza, se le puede abrir la herida,
pero no reacciona como un vivo, no se siente como un
vivo, no duele como lo haría un vivo.
El ego silenciado, que no se ofende y tiene
propósitos firmes: eso es lo que hace que la familia
funcione. Un alto nivel de amor hará que la vida fluya de
nosotros, incluso en medio del dolor.
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Esta es la familia de la que hablo, una familia

formada al pie de la cruz, participando de la muerte de
Cristo. Las heridas suceden dentro de esta familia, pero
está formada por muertos, por lo que la herida solo
colabora para cumplir el propósito mayor:
Y esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: “Ni

uno de sus huesos será quebrado”. Y nuevamente la
Escritura dice: "Mirarán al que traspasaron".
Juan 19.3637
Como dije antes, la parte práctica vendrá, pero

sólo después de la cruz y el Huerto. Ya hemos pasado
la cruz, ahora vamos al Huerto.
NO ME DEFIENDAS
¡APASCENTE!
Después de decir eso...

Dicho esto, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del
arroyo Cedrón, donde había un huerto; y allí entró con ellos.
Jo 18.1
¿Después de decir qué? Juan 17. Tienes algunas opciones:

toma tu Biblia y lee la oración completa que Jesús hizo por
mí y por ti antes de ir a la cruz, lee en mi libro ¿Quién es
Jesús? Cómo me explicó Dios esta oración, o también
puedes Escuche parte de esa revelación en una canción que
escribí y grabé hace un tiempo llamada Quiero conocer a
Jesús.
Le recomiendo encarecidamente que haga las tres, pero
opte por la Biblia si no quiere las otras dos fuentes.
Juan 17 es la invitación más hermosa a la relación, a

la comunión, hecha por el mismo Jesús. Él, sin embargo,
siguió su camino después de eso, llegando al Huerto de
Getsemaní, desde donde no volvió a la vida ordinaria. De
allí se enviaba al bosque.
Ahora nuestra mirada pasará por el capítulo 18 en
busca de una única verdad: la que viene después de haber
comprendido que conocer a Jesús es nuestra principal
vocación.
Hay familia, hay traición, hay amor, hay principios y
mucha curación. Ya estoy avanzando: no habrá luz. Yo
mismo he sido arrojado, aplastado, desgarrado por este capítulo.
– y todavía lo soy. El lado positivo es que, tras una buena

sacudida, lo que queda es lo inquebrantable.
Todo lo que puede derrumbarse acaba cediendo, dando paso
a la firmeza, a la madurez.
Ahora bien, las palabras “otra vez” significan la eliminación

de estas cosas sacudidas, es decir, de las cosas creadas,
para que las cosas que no pueden ser sacudidas permanezcan.
Hebreos 12.27
59
Creo que, en el camino hacia la madurez, es obligatorio
pasar por el momento en que Jesús nos sacude.
Él hace esto para que podamos concentrarnos en nuestro
ombligo y vivir en el Reino de Dios, no en el reino de nuestro
propio vientre. Cristo toma a las personas disponibles y pone
sus vidas patas arriba, sacudiéndolas, hasta que sólo queda
lo que queda. Sé que lo necesito, pero no sólo eso, quiero
ese proceso. Si tú también quieres, ¡vamos!
lugar secreto compartido

eNm
ifea
,sad!rnoetso d¡
p
Judas, el traidor, también conocía ese lugar, porque Jesús

se había reunido allí muchas veces con sus discípulos.
Juan 18.2
Getsemaní no era un lugar nuevo ni para Jesús ni para

sus discípulos. La expresión “muchas veces” es clara: como
hace un Padre con sus hijos, Jesús había mostrado a sus
pequeños el Jardín de la intimidad, donde fue, junto con ellos,
varias veces. Fue en este Jardín donde Jesús libró una gran
batalla, quizás la más desgarradora registrada en las
Escrituras, y no la hizo solo.
Entonces fueron a un lugar llamado Getsemaní. Allí, Jesús

dijo a sus discípulos:
Sentaos aquí mientras voy a orar.
Y, llevando consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, comenzó
a sentir miedo y angustia. Y él les dijo: Mi alma está
profundamente triste hasta la muerte; Quédate aquí y mira.
Marcos 14,3234
60 En los cuatro evangelios es fácil identificar que Jesús

se retiró solo para hablar con el Padre, el Maestro enseñó
un estilo de vida en el que el “cuarto”, o lugar secreto,
debe ser parte de la agenda diaria: “Pero al final ora, entra
en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que
está en secreto” (Mateo 6:6).
Lo sorprendente en Juan 18 es detectar que el lugar
secreto también era compartido.
Que quede claro: una cosa no excluye la otra. El
lugar secreto, mío y sólo de mi Esposo, debe ser
protegido, cueste lo que cueste. Sin embargo, también
hay que invitar a las personas a este ambiente mío, como
Jesús invitó a sus discípulos a Getsemaní, en diferentes
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situaciones, incluso difíciles. El lugar secreto de Jesús

estaba abierto a su familia.
Lo que Jesús hizo fue precisamente eso: dar acceso.
¡Nos llevó a su lugar de intimidad con el Padre, nos hizo
partícipes!
Los capítulos 17 y 18 de Juan son cruciales para
comprender la vida de Cristo y nuestra vida en Cristo.
Cristo. En el Huerto, en su oración sumo sacerdotal, Jesús
pide al Padre que todos sean uno como Él mismo es uno
con Dios. Hay una invitación obvia para nosotros, en
Cristo, a entrar en la danza perfecta de la Trinidad, en la
danza de la relación profunda hasta que seamos uno. Lo
que también debe quedar claro es que no fuimos invitados
a ir solos: “para que sean uno, como
somos; Yo en ellos, y tú en mí, para que sean

perfeccionados en uno” (Juan 17:23).
¿Quién comparte el Jardín? La familia en la que Jesús
se manifiesta como Padre, en la que hay comunión, cada
uno con Jesús y también entre sí.
De nuevo, ¿de qué estamos hablando? De la Iglesia.
¿Podemos decir que la Iglesia es lo que se reúne en
un edificio, al son de una banda, seguido de un sermón
basado en las Escrituras? No, la Biblia nunca habló de eso.
61 La Iglesia es una familia que comparte el lugar secreto, que
comparte momentos con Jesús y con los hermanos:
momentos de alegría, momentos de profunda angustia,
momentos de intimidad. La Iglesia es la familia en la que
Jesucristo ocupa la silla del Padre, revelándose al Padre
mismo, por lo que cada uno de nosotros está llamado no
sólo a experimentar la intimidad con Él, sino a ser facilitador
para que otras personas habiten el lugar de la intimidad con
Él. Él, que es también el lugar de intimidad entre los
miembros de la familia.
No se equivoquen, el Jardín no es exclusivo de los

mejores: Judas estuvo allí. El primer versículo de Juan 18
eNm
ifea
,sad!rnoetso d¡
p
dice enfáticamente que el traidor conocía ese lugar y que

Jesús se llevaba a todos.
los discípulos allí. Hay traidores en la misma mesa donde
comen los niños. El armario de oración familiar tendrá
discípulos de todo tipo, no sólo los de “alto nivel”. ¡No
debemos valorar el potencial, sino las personas!
¡Que Cristo se forme en nosotros y seamos como Él!

Porque nuestro Jesús no priva de la comunión ni siquiera a
aquellos que Él ya sabe que no permanecerán. La invitación
al lugar secreto compartido por la familia de Jesús es un
proceso abierto, no selectivo. Así que no tengas miedo de
traer traidores al
tu lugar secreto! No tengáis miedo de tener en la mesa al

traidor, ni de darle voz como se le dio a Judas.
No hagamos callar a la gente ni les restemos el
derecho a hablar. Mientras habla el traidor, Jesús moldea
la lealtad de los verdaderos discípulos. Por favor, no
estamos hablando de otorgar títulos y cargos ministeriales
a nadie, ¡solo escucha y tómate tu tiempo! Judas tenía
voz en la mesa, pero Pedro y Juan obtuvieron poder de
palabra. Una familia no debe estar desorganizada, sino
62 partir siempre de la premisa relacional.
Está claro que el tiempo –y el mismo Cristo– pondrá

a prueba el interior de cada uno, la cuestión es que esto
no debe ser preocupación de la familia. Además, no es
función de la Iglesia dictar sentencia contra uno u otro,
porque hay un solo Juez. El propósito de la Iglesia es la
comunión, con Jesús y entre Sus pequeños, para
manifestar al mundo quién es Jesús: “para que todos
sean uno (...) para que el mundo crea” (Juan 17:21) .
Cuando predico sobre estas cosas, escucho
comentarios como: "¿Qué pasa si me lastimo?" Recuerda
que, a estas alturas, ya deberíamos ser una familia de muertos.
se
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No predico la ingenuidad, sino un corazón familiar,

paternal, que cree, que extiende misericordia.
La Iglesia que Jesús vino a inaugurar no está
institucionalizada, sino familiar. Es sobre este amor
paternal que ella fue diseñada para construirse. En
definitiva, lo que aquí determinamos es el primer paso
para que la Iglesia sea en la tierra como en el cielo, como
lo es la unidad entre la Trinidad y los ángeles, en una
familia de eterna comunión: el lugar secreto debe ser
compartido, sin miedo a las heridas.
¿Bebiste de la fuente, en un momento devocional
increíble? Llama a alguien y cuéntale lo que pasó. ¿Estás
angustiado? Llama a un hermano para que comparta el
suelo sobre el que estarán tus rodillas y tus pies.
de él, en la tierra santa de la comunión. ¿Es por nada?

Prepara un café e invita a alguien a pasar unas horas contigo
y tu familia, en la intimidad de tu hogar, sin mascarillas ni
maquillaje, como invitarías a tu hermano de sangre, a tu
madre o a tu padre. ¿Está feliz? Invita a alguien a adorar
contigo. Vea a cada persona en su iglesia como un miembro
de la familia, luego viva una vida familiar; esto replanteará
cualquier actividad de la “iglesia”, desde la adoración hasta el
discipulado, desde la célula hasta los ministerios, desde la
63 adoración hasta el sermón.
Si viviéramos en una Iglesia familiar, quizás

disminuiríamos las dificultades que encontramos dentro de
una Iglesia institucional. Es bueno recalcar que esta familia no
se construye con métodos, sino pura relación. Este tema es
provechoso, así que hablemos de él en otro momento del
libro, no sin antes desentrañar el Jardín de la Comunión.
¿Por qué es tan importante hablar de Get semani?

Porque es en la comunión que se cumplen los propósitos
divinos. Jesús, literalmente, cumplió su misión en el Jardín de
la comunión, en el Jardín de su relación con el Padre, pero
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también entre Él y sus discípulos. Fue allí donde oró “Padre

mío, si no es posible que este cáliz pase de mí sin que lo
beba, hágase tu voluntad” (Mt 26,42) y de allí partió hacia la
cruz, su ministerio. apéndice.
Si estás estableciendo un ministerio largo

Si sois parte de vuestra relación con Jesús, hay un problema
esencial: antes y por encima de cualquier función, habéis sido
llamados a ser uno con Él. En cambio, si vuestra edificación
se está dando lejos de la familia de la Iglesia, entonces
necesitáis urgentemente ajustar vuestro corazón, porque el
suyo es paternal y familiar desde la eternidad, como lo
demostró también en la tierra, cuando dio prioridad a constituir
una familia, y no
una denominación o un ministerio de muchos gustos.

Jesús se mostró Padre, que muchas veces “quiere juntar a
sus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las
alas” (Mt 23,37). Es decir, no se cumple el propósito divino
sólo en los púlpitos, sino en la familia.
Nunca lo olvides: tú no eres la iglesia, nosotros lo

somos. No sólo fuiste llamado a ti a la relación, sino que
también a nosotros. Si el lugar secreto de Jesús era
64 compartido con la familia que estaba construyendo, ¿por
qué construiríamos una Iglesia institucionalizada, que juzga
y selecciona quién entra o quién elige no compartir lo que,
en secreto, comió y bebió del Padre?
El Señor os quiere en secreto y no negocia esta

intimidad, pero eso no es toda la voluntad de Dios – porque
Él, en Sí mismo, no está solo.
Al mismo tiempo que Jesús quiere llevarte a aguas profundas,
también quiere que regreses a la orilla:
Midió otros quinientos metros, y ya era un río que no

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podía cruzar, porque las aguas habían crecido. Era

agua en la que se podía nadar, un río que no se podía
cruzar caminando. Luego me preguntó: "¿Viste esto,
hijo de hombre?"
Luego el hombre me llevó de regreso a la orilla del río.

Cuando llegué allí, he aquí a la orilla del río había gran
abundancia de árboles, a ambos lados del río. Entonces
me dijo:
Estas aguas corren hacia la región oriental, descienden
al valle del Jordán y entran en el mar, cuyas aguas
serán saludables. Todos los seres vivos que pueblan
los lugares por donde pasa este río tendrán vida. Y
habrá muchos peces, porque esas aguas llegaron hasta allí.
Las aguas del Mar Muerto se volverán saludables y
todo vivirá por donde pase ese río.
A ambos lados del río crecerán todo tipo de árboles frutales.

Las hojas de estos árboles no se marchitarán y nunca
dejarán de dar fruto. Producirán frutos nuevos cada mes,
porque son regados con las aguas que salen del santuario.
Su fruto será para alimento, y sus hojas para medicina.
Ezequiel 47.59.12
Amigo mío, sólo después de la profundidad sus frutos

sesenta y cinco
sirven de alimento. Sólo después de regresar a la orilla
miras hacia atrás y dices: “Vaya, aprendí el camino. ¡Ahora
es el momento de llevar a alguien junto a las aguas que
no se pueden cruzar!
Antes de continuar, quiero hablar a quienes ya
cultivan una relación sana con Jesús, pero no comprenden
la importancia de que Jesús se muestre Padre de una
familia, y no sólo Salvador de un individuo.
En primer lugar, preguntaos por vuestro conocimiento del
Hijo de Dios, porque quien lo reconoce puede ver que es
tres en uno, es una familia.
Segundo, orar para llegar a ser como Jesús, porque eso
no es una petición sino una ordenanza bíblica – es decir,
orar para aprender a ser familia como Él lo es en la
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Trinidad y como Él se ha revelado en Su ministerio

terrenal.
Por último, no seas una represa, sino una fuente que
brota. Lo que has recibido en el secreto de tu relación con
Cristo, sácalo a la luz de la comunión.
Deja que tus hermanos prueben su fruto y te digan a qué
sabe. ¡No más caminar solo!
Lo que te digo en la oscuridad, repítelo en la luz; y lo que os

susurren al oído, proclamadlo desde las azoteas.
Mateo 10.27
armado en el jardin
Entonces, habiendo recibido Judas la escolta y algunos

guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos,
llegó a aquel lugar con faroles, antorchas y armas.
Juan 18.3
Habiendo entendido que el lugar secreto debe ser

compartido también con la familia espiritual, es necesario
analizar cómo llegar a ese ambiente, qué postura espera del
66
Padre de esa familia, Jesucristo. Estamos hablando de un
ambiente seguro, en el que todos puedan exponerse sin
miedo, porque la idea es, juntos, vivir con Jesús y ser
transformados a su imagen. Uno de los discípulos, sin
embargo, violó esta seguridad al traer armas.
Qué verso tan intrigante. Judas no sólo trajo toda una

escolta preparada para llevarse al Mesías, sino que también
llegó al lugar de la comunión con “linternas, antorchas y
armas”. Al lugar más seguro alguien ha llevado el peligro de
las armas.
¿Estás conmigo? ¿Estás entendiendo el riesgo?
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Cuando comenzamos a habitar el Jardín de la relación

con Jesús y con la familia de Jesús Padre, es posible
encontrarnos cara a cara con esta realidad: nosotros mismos
o los demás armados. Armado en el Jardín.
Portar armas en un lugar profundo de comunión y relación es
lo mismo que decir: “Si algo sale mal, disparo”.
Cuando las cosas se pongan difíciles, saca el arma.

Cuando le contradicen, apunta con el revólver. Cuando no
es su manera, dispara. Cuando es herido, se convierte en asesino.
Y más: los que van armados suelen llevar consigo a otros
hombres armados, así como Judas no apareció solo, sino
con un grupo de guardias, campeones de la justicia invertida,
de la injusticia disfrazada de ley.
De nada sirve gritar a los cuatro vientos que vive la

familia o publicar esto en las redes sociales si llevas en
el bolsillo una calibre 38, dispuesta a atacar a quien
flaquee, sea quien sea. Deja las armas, amigo mío, deja
las armas... Tener armas en el Huerto y sentarte así con
tus hermanos a compartir la vida de Cristo es ser un
traidor. Sin suavizar el impacto, digo: quien decide ir
armado al Jardín está manchando un ambiente sagrado.
67 Me imagino que muchas mentes ahora piensan que

los hombres no son confiables, o incluso algunos, muy
creyentes, protestan: “Maldito el que confía en el
hombre” (Jer 17:5). Debo recordaros una vez más: una
familia de muertos puede ser atacada y sufrir, como
Jesús fue traspasado por una lanza después de muerto,
pero un muerto no se queja de haber sido herido. O
mejor dicho, los muertos no tienen miedo de resultar heridos.
¡Ey! ¿Entiendes qué tipo de familia inauguró
Jesús? Una familia de muertos, al pie de la cruz, que no
se mueven ni dejan de moverse por miedo a ser heridos
por los hermanos. Recuerda: algunos irán armados al
Jardín, ¡solo decide no ser ese Judas!
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Date cuenta de que Cristo nos trajo de regreso al

Jardín, no solo a ti o a mí, sino a nosotros. ¡Me encanta
que todo esto haya ocurrido en un jardín! Es como si
Jesús estuviera limpiando todo el daño del error cometido
en el primer Jardín, el Edén. É como se o Redentor
mostrasse que, quando um erra, a melhor escolha não é
atirar como Adão: “Foi essa mulher que você me deu!”,
nem sacar a espada como Caim: “Por acaso eu sou tutor
do meu irmão para saber ¿donde está?". ¡No! ¡No
vayamos armados al Huerto donde Cristo nos trajo!
Vuestra confianza no debe estar en la esencia

defectuosa del hombre, sino en el infalible Hijo del Hombre, el
Padre de esta familia que se llama Iglesia y que fue

inaugurada en la cruz, para ser formada de muertos y
resucitar como nueva criatura. Si confiáis en Él, entonces
vivid en familia como Él vivió, abiertos a las relaciones, en el
Jardín de la Comunión, sin armas y dispuestos a la cruz.
Por tu causa estamos continuamente entregados a la muerte;

éramos considerados ovejas para ser sacrificadas.
68
Romanos 8.36
También me gustaría recordarles que no es sólo el

incrédulo quien quita la comunión. “Ah, mis amigos en el
mundo me sacan de la comunión”, puede afirmar alguien,
pero la Biblia muestra que la realidad es más dura: quien
comulga es el que también está en comunión, pero armado
como Judas. No subestiméis lo que aquí nos ocupa: el
discípulo que va armado al Huerto es tan dañino como el
mismo Judas.
En el Huerto no necesitas armas, sólo herramientas

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para podar y plantar, para mejorar tu relación con Él y entre

nosotros, Su familia.
Entonces Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó

y les preguntó:
"¿A quién estás buscando?"
Ellos respondieron:
— A Jesús Nazareno.
Entonces Jesús les dijo:
“ Soy yo.
Ahora estaba también con ellos Judas el traidor.

Cuando Jesús les dijo: "Yo soy", ellos se retiraron y cayeron al
suelo.
Jesús les volvió a preguntar:
"¿A quién estás buscando?"

Ellos respondieron:
— A Jesús Nazareno.
Entonces Jesús les dijo:
"Ya te dije que soy yo."
Juan 18.48
En el Huerto están Mateo, Andrés, Pedro, Juan, también

está Tomás, está Judas. A veces también llegan guardias,
69
traídos por uno de los discípulos armados, pero con un objetivo
inherente al Huerto: buscar a Jesús, buscar quién es Jesús.
“¿A quién buscas?”, preguntó. “A Jesús”, respondieron.
Eso es todo, amigo. Es eso. El Jardín trata de quién es

Jesús, de lo que es posible descubrir en nuestra relación con
Él en nuestro lugar secreto. Al mismo tiempo, se trata de
quiénes llegamos a ser en Él, es decir, su imagen –familia–,
lo que terminamos no sólo conociendo, sino demostrando en
nuestras relaciones unos con otros. Date cuenta de que es una
cuestión de identidad: quién es Jesús, quiénes somos nosotros.
Aunque la persecución de los guardias y de Judas

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parecía santa, no lo era. Nuestra búsqueda corre el mismo

riesgo: parecer cristocéntrica, pero en realidad sólo quiere
capturar a Jesús para que sea nuestro.
Jesús y satisfacer nuestros deseos. ¡Oh, por favor no lo hagas!
¡Nadie puede arrestar al Señor! Somos una familia en la que
Él es el Padre; Su lugar está entre nosotros, para siempre.
Sé un discípulo cuya comunión con Jesús y con la familia

de Jesús es tan profunda, tan profunda que cuando alguien
intenta sacarte del lugar de la comunión como lo hizo con
Jesús, tú también respondes siendo. Baste decir: Yo soy,
–, como
Él es. Mira quien soy. Soy uno con Él y con
mi familia, en el lugar de la comunión. Estoy firme en mi

propósito de relación vertical y horizontal, dispuesto a morir,
ser herido y resucitar con la vida de Cristo en mí, es decir, la
vida que no guarda ofensas, sino que suscita constantemente
amor y favor.
Judas: traidor de Jesús

70
Hablemos de Judas. Ciertamente, la traición de aquel
discípulo no comenzó en el Huerto, ya estaba ocurriendo,
incluso en el caso de un miembro de esa familia de Jesús –y
no un miembro cualquiera, sino uno de los más cercanos.
Judas no era la multitud que recibió enseñanzas de Jesús y
fue testigo de milagros.
Judas fue uno de los doce apóstoles, elegido para la comunión
íntima y llamado a continuar la misión del Maestro, siendo
como Él en el cumplimiento del "Ir".
Ese discípulo, al que se le había confiado una función,

importante – tesoro Lo –, vivía una vida de familia.
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cuidaba el Padre de aquella familia, que era Jesús.

Compartió todo con sus hermanos, los demás discípulos.
No sólo escuchó explicaciones exclusivas del Maestro, sino
que fue testigo de una vida santa al mirar al Santo en las
actividades diarias. El mismo pan y vino que alimentó a los
otros 11 también alimentó a Judas.
Aun así, siendo un visitante frecuente del Jardín y

miembro de esa creciente familia, Judas agotó sus entradas.
Entienda: Judas no vendió a Jesús por 30 piezas de plata,
sino que se vendió a sí mismo. Cambió su relación con Jesús
y su familia por un cambio que sólo satisface las necesidades
terrenales.
Recordemos que Judas conocía el Huerto y, en el

peor momento de la traición, fue al Huerto a buscar a Jesús.
El discurso del traidor no es el mismo que el de Satanás:
"Odio al Señor". El que odia al Señor ni siquiera va al
Huerto. El discurso de quien abandona es también: “Te
busco, Jesús”.
El problema está en la raíz de la búsqueda. Judas
Iscariotes no buscó a Jesús por lo que Él es, ni para llegar
a ser como Él – el objetivo era satisfacerse a sí mismo, a
71 sus deseos, a lo que pensaba que necesitaba, a lo que
pensaba que era necesario. Cuando pensó que necesitaba
30 monedas, negoció la relación.
¡Qué gran error es comparar la presencia de Jesús
con nosotros con cualquier otra cosa! No hay nada en este
mundo más valioso que estar con Él. Las necesidades
momentáneas y los platos de lentejas nunca podrán hablar
más fuerte en nuestro corazón que los deseos eternos.
Recuerde la parábola donde un hombre encuentra una
perla de gran precio y vende todo para conseguirla. ¡En
lugar de venderlo, venda todo por la perla más preciosa!
Deseos de la carne, riquezas y lujos, fama y reconocimiento,
amores y pasiones: nada, absolutamente nada se compara
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con Su valor.
Judas fue al Huerto a buscar a Jesús para encontrar

su propio apoyo, para una necesidad que creía tener.
Armado, arrinconó a Jesús: “Tú eres mi Jesús, haz lo que
yo quiero”, “Necesito 30 monedas, Jesús. Tienes que venir
conmigo”, “Te digo adónde ir y tienes que ir conmigo ahora”,
“Estoy aquí con todos mis amigos armados, porque si no
vienes con nosotros, nosotros Te llevaré a la fuerza”.
¿Has notado que ésta es la base de la idolatría? La

corteza de Ido no es sólo tener una imagen tallada y
adorarla, sino que es, sobre todo, crear un dios.
para nosotros mismos y, sin embargo, atrevernos a llamarlo

Jesús. Como dijo el apóstol Pablo: “Cambiaron la gloria del
Dios incorruptible por imágenes de seres humanos
corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” (Romanos
1:23).
No sé si os empezó a quedar claro, pero estamos
pintando un panorama muy actual. ¿Cuántos Judas
negocian con Jesús a escondidas y luego van al Huerto
para obligar a Jesús a ir con ellos, a hacer lo que quieren?
72 Judas usa a Jesús, llama Jesús al dios que creó para sí
mismo.
Este es un patrón de traición: alguien que traiciona el
valor del primer y más importante llamado, que es una
relación con Jesús, basada en quién es Él y un deseo
intenso de hacer Su voluntad.
Cuanto más conocemos a Jesús, más buscamos agradarle,
en detrimento de cualquier placer momentáneo: Él es el
mayor deleite de nuestro corazón.
Judas traicionó a Jesús, en medio de la familia de la
que Jesús se mostró Padre, pero no fue el único traidor.
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Pedro: traidor al pueblo de Jesús

Entonces Simón Pedro desenvainó la espada que llevaba y hirió
al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Y el
nombre del siervo era Malco.
Pero Jesús dijo a Pedro:
"¡ Vuelve a envainar tu espada!" ¿No beberé la copa que el Padre

me ha dado?
Juan 18.10,11
¿Quién dijo que sólo Judas llevaba armas a Jar Dim?

No podemos hablar de los otros discípulos, pero la Biblia
da certeza de dos hombres armados: Judas y Pedro.
¿En qué coincide la historia de los dos? Armas en el Jarro

tenues y una traición.
Es común hablar de las tres veces que Pedro negó a
Jesús, después de cómo lloró amargamente y volvió a su
antiguo oficio, la pesca, con el corazón destrozado por
haber agraviado nada menos que al mismo Mesías, aquel
por quien juró morir si necesita ser. . Sin embargo, cuando
nos centramos en las tres negaciones antes de que cantara
el gallo, perdemos un contexto revelador sobre la traición
73 de Pedro, que fue diferente a la de Judas.
La primera diferencia está en el uso de armas.

Ambos llevaron armas al lugar de la comunión, pero uno
apuntó con armas a Jesús, otro las usó contra un soldado
llamado Malco. En nombre de defender a Jesús, Pedro
atacó a un hombre. Ni siquiera necesito decir mucho más
que esto: ¿cuántas veces lastimamos a las personas y
usamos la defensa de Cristo como excusa?
¿Cómo respondió el Salvador? Me tomo la libertad de
imaginar cómo sería en otras palabras: “Guarda tu espada,
Pedro. ¿Crees que necesito que me defiendas? ¡Estoy
cumpliendo mi propósito de fundar una familia al pie de la
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cruz, cuida esa espada que trajiste a nuestro lugar de

comunión!”
Jesús no reclutó guardias. No llamó a sus discípulos

para que lo defendieran, para que lo protegieran de las
heridas, para que le ahorraran sacrificios. Jesús vino a
fundar una familia que conoce bien y frecuenta, individual y
colectivamente, el Jardín de la relación. El ministerio de la
reconciliación ha sido confiado a los reconciliados, quienes
juntos deben lograr la reconciliación – entre Dios y los
hombres y entre los hombres mismos, estableciendo la
familia eterna aquí en la tierra. Simplemente como lo hizo
Jesús.
Pedro, sin embargo, no lo entendió así. Mostró

amor por Jesús, incluso caminando con su familia,
pero no mostró amor por aquellos a quienes Jesús
amaba; al contrario, sacó la espada para herir a
alguien, incluso pisando esa tierra familiar de
Getsemaní. Una agresión en el lugar de la comunión.
Para que tenga aún más sentido, debemos
entender quién era Malco. El evangelio escrito por
Marcos describe a Malco como “siervo del sumo
74 sacerdote”, es decir, alguien del linaje de Leví,
calificado para los servicios sacerdotales. No era
cualquiera, sino un representante de la Casa de Dios.
De esta información ya entendemos la gravedad
de lo que hizo Pedro: no sólo llevó una espada al lugar
de la comunión, sino que la usó contra un hombre
que servía en el templo. Sin embargo, hay otro factor
agravante: como siervo del sumo sacerdote, Malco
tenía que cumplir con los requisitos de la Ley de
Moisés, que prohibía cualquier marca en el cuerpo:
una oreja cortada significaría no ser apto para el
ministerio. Al herir a Malco, Pedro inactivó un ministerio.
No sé qué tan enfático necesito ser para que esto
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suene absurdamente terrible: ¡Pedro afirmó amar a

Jesús, pero no amaba al pueblo de Dios! Pedro se
llamó a sí mismo defensor de Jesús al herir al pueblo
de Jesús, inhabilitando un ministerio a causa de una
herida. Y eso sucedió con Cristo justo al lado, en el
Huerto, diciendo: “¡No necesito que me defiendas!
¡Guarda la espada!
Mientras Judas quería llevarse a Jesús, Pedro
quería quedarse con Jesús para sí, incluso si le
costaba lastimar a alguien. Son traiciones diferentes,
pero con un punto de intercesión: “Jesús es mío”.
Judas quería que Jesús sirviera a sus propios
intereses, así que negoció la relación y lo tiró todo por
30 monedas. Pedro quería que Jesús
Sí, incluso quería una relación con Él, pero no le importaba

lo que hacía palpitar el corazón de Jesús: su familia, la
Iglesia.
¡Guau! Cómo me impacta. El corazón de Jesús es
paternal, Él siempre ha estado preocupado por cómo hacer
que Su Iglesia sea una familia eterna, como siempre lo fue
en la Trinidad.
Sobre esa base de unidad tan intensa, hasta el punto de
hacer que muchos se conviertan en uno, actuó durante su
75 vida terrena, para dejar huellas, huellas sobre las que cada
familia debe caminar.
La traición de Pedro a la Iglesia también se muestra
en su comportamiento en los momentos siguientes. La
Biblia dice que cuando los guardias se llevaron a Jesús
de Getsemaní, todos los discípulos lo abandonaron y
huyeron (Mateo 26:56). Peter era uno de los fugitivos. Poco
después, las Escrituras lo describen siguiendo a Jesús,
pero desde lejos. Tenemos, entonces, una secuencia de
hechos que revelan lo que sucede con el traidor tipo
“Pedro”.
Simón Pedro y otro discípulo siguieron a Jesús. Este discípulo

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era conocido del sumo sacerdote y, por eso, logró entrar al patio
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de su casa con Jesús. Peter, sin embargo, se quedó afuera,

junto a la puerta. El otro discípulo, conocido del sumo sacerdote,
salió, habló al portero y condujo a Pedro al interior.
Entonces la criada, encargada de la puerta, le preguntó a Pedro:
"¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?"

Él respondió:
"No, no lo soy".
Los criados y los guardias estaban allí, habían encendido un
fuego para protegerse del frío y se calentaban. Peter estaba entre
ellos, calentándose también.
Juan 18.1518
Pedro activó sus contactos en WhatsApp

para poder acceder al lugar donde estaba Jesús.
Algunos estudiosos dicen que este “otro discípulo” podría
ser Nicodemo, el mismo que recibió de Jesús una preciosa
explicación sobre el nuevo nacimiento. “Mano Nico, ¿no
puedes obligarme a entrar ahí también?”. Ese hombre
ocupaba un puesto de gobierno, y Pedro aprovechaba ese
puesto no sólo para entrar, sino para sentarse en la ventana.
Los que no aman a la Iglesia usan la Iglesia.
76
La escena continúa. La toma ahora muestra a una
criada preguntándose si Pedro era uno de los discípulos
de aquella prisionera, una criada que estaba a la puerta. Lo
curioso es que Nicodemo – si así fuera él – también fue
discípulo de Jesús y en este pasaje se le describe
exactamente así: “otro discípulo”, pero sólo se interrogó a
Pedro. De alguna manera se delató, tal vez por su acento,
tal vez porque se comportó de manera poco discreta cuando
caminó con Jesús y ganó cierta fama.
Sabemos que Pedro solía actuar impulsivamente,

con una devoción que muchas veces parecía arrogante.
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Seguía diciéndole a Jesús que no lo dejaría morir, que

moriría por Él, que no quería que el Maestro le lavara los
pies, una secuencia de arrebatos espirituales. Este “hombre
espiritual” respondió a la mujer: “No, no soy su discípulo”.
¡Dios mio! ¡Cuántas veces he sido Pedro! Como era

impulsivo, apasionado, también fui imprudente y estúpido.
Por supuesto, el apóstol Pedro del que leemos en el libro
de los Hechos es uno maduro, no el que estamos
estudiando ahora; sin embargo, me identifico con sus
fracasos desde el momento de la inmadurez. ¡Jesús, danos
un corazón humilde y dependiente para ver quiénes somos
y permitir Tu toque transformador!
La verdad es que no todo lo que parece espiritual es

espiritual. Muchas personas hacen lo que les dicen en la
institución de la Iglesia, pero no tienen nada espiritual ni
saben lo que significa ser una familia espiritual. En aquel
tiempo, entre Pedro y Nicodemo, dirigió a Nicodemo
como el sensato.
En el versículo 18, la película pasa a una escena
interesante: Pedro calentándose junto al mismo fuego
que los guardias. Primero, podríamos preguntarnos por
77 qué Pedro estaba allí, y no con su familia de fe, consolando
a esos otros fugitivos. No, Pedro no se quedó con su
familia y fue a buscar calor en el fuego del enemigo, en
el fuego de los guardias que habían arrestado a Jesús.
Así es, ese Pedro espiritual se sentó en
la rueda de los escarnecedores, al lado del que tomó
prisionero a Jesús. Es posible que por su cabeza pasaran
muchas cosas, por ejemplo: “Ah, cómo le voy a decir a
mis líderes que negué a Jesús…”.
Ahora visualiza esta escena: Pedro pensando esto,

mientras disfruta del fuego de los enemigos, en lugar de
estar en el calor de la familia.
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Bien, encontramos otro patrón: aquellos que no

entienden el valor de la familia de la Iglesia se alejarán de
ella cuando cometan un error. Peor que eso, termina
encontrando calor entre los enemigos. ¡Y pensar que
esta historia comenzó con Pedro llevando armas al Jardín!
Simón Pedro estaba de pie, calentándose. Entonces le

preguntaron:
"¿No eres tú también uno de sus discípulos?"
Él lo negó y dijo:
"No, no lo soy".
Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a
quien Pedro le había cortado la oreja, preguntó: "¿No te
vi con él en el huerto?"
Nuevamente Pedro lo negó. Y en seguida cantó el gallo.
Juan 18.2527
Una pregunta más, un “no, no lo soy” más. La tercera

pregunta viene de un familiar de Malco. Presta mucha atención
a las palabras de aquel hombre: "¿No es verdad que te vi en el
jardín
¿con él?".
78 Oye ¿todavía estás conmigo? ¿Puedes ver
espiritualmente esta verdad? ¡Pedro no sólo incapacitó a Malco,
sino que hizo que la familia de Malco no quisiera el Jardín! La
acusación viene de una forma muy concreta: "¿No te vi ahí en
el lugar de la comunión, cortándole la oreja a Malco?". Pedro
responde: “¿Yo, en el huerto? ¿En lugar de la comunión? ¿En
el lugar profundo? No, no fui yo."
En ese momento, Pedro niega el Jardín. No sólo Jesús,

sino el Jardín en el que Jesús estaba estableciendo una familia
a través de la relación. Fue entonces cuando finalmente cantó
el gallo. Terminó un ciclo: llevó una espada al Huerto, con la
que herió a la Iglesia; huyó, no se unió a la familia, sino que
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buscó calor en el fuego enemigo; finalmente, negó el lugar de

relación con Jesús y con el pueblo de Jesús.
¿Sabes cuándo se hace aún más evidente la falta de

comprensión de Pedro sobre la importancia de la Iglesia?
Cuando, después de resucitar, Jesús conversa con él.
Antes de leer cómo la Biblia describe el diálogo, quiero

presentarles el escenario. Es importante darse cuenta de que
Jesús trabaja con el contexto. Pedro, Tomás, Natanael, los
hijos de Zebedeo y otros dos discípulos habían pasado la
noche en la barca, sin pescar un solo pez. Un detalle
interesante: ¿quién?
Los pecados contra el lugar de intimidad tienden a volver

a viejas prácticas.
Debemos quemar los carros en nuestros corazones.
No hay vuelta atrás. La falta de comunión entre los
discípulos en medio de aquel caos provocó una absoluta
falta de convicción sobre todo lo que habían vivido y
aprendido, al punto de decidir volver al antiguo propósito
de vida.
Sigamos la historia. Al comenzar el día, un hombre
79 aparece en la playa pidiendo algo de comer, pero no es
reconocido por los pescadores, quienes se limitan a
negarle el pedido de comida. Jesús les pide que echen
las redes, como en un déjà vu del momento en que
fueron llamados a ser discípulos: ellos también acababan
de terminar una noche de pesca improductiva, cuando
recibieron el intrigante encargo de seguir al Maestro y
convertirse en pescadores de personas. . .
Ocurre una nueva captura milagrosa. Juan se

vuelve hacia Pedro y le dice: "¡Es el Señor!" (Jn 21,17).
¿Cuál es la reacción de Pedro? Se arroja al mar y nada
hacia la playa. Una vez más, abandona la barca llena de
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peces para que la cuiden los demás discípulos, yendo

solo hacia Jesús. Ciertamente hay un impulso de amor
por Jesús, pero no va acompañado del deseo de ir con
su familia: fue solo, no llevó a nadie con él.
Casi cada vez que pienso en ello lloro. Mientras

escribo estas palabras, las lágrimas corren por mi rostro...
Pedro se arrojó – ¡qué corazón tan hambriento del Señor!
Sin embargo, Peter no se dio cuenta de que podía llevar
a otros con él. Sabiendo que Yeshua podía liberarlo de
ese peso de regresar a su antigua vida, Pedro fue el
primero en irse, en arrojarse. Créanme, necesitamos
hombres pioneros como Pedro. La mayor parte
El desafío de los pioneros, sin embargo, no es ir solos, sino

llevar a la gente consigo.
En la playa, ¿qué había preparado Jesús? ¡Una
hoguera! ¡Guau! Traicionó en una hoguera, en una hoguera
encontró a Jesús resucitado, al Jesús Padre de familia, al
Jesús que estaba inaugurando, sobre esos cimientos, una
Iglesia gloriosa. ¿Quién enciende el fuego? Jesús. ¿Quién
inicia el fuego? Jesús. Entonces, ¿quién inicia el avivamiento?
¡Jesús, amigo mío, Jesús!
80 Jesús rehace escenarios de traición para sellar la
reconciliación. Jesús rehace escenarios de dolor para
promover la curación. Que Jesús con las cicatrices de la
cruz –no con llagas, sólo cicatrices– va al encuentro de sus
pequeños.
Después que hubieron comido, Jesús le preguntó a Simón

Pedro:
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos otros?
Él respondió: "Sí,
Dios sabe que lo amo".
Jesús le dijo:
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— Apacienta mis corderos.

Jesús preguntó por segunda vez: Simón,
hijo de Juan, ¿me amas?
Él respondió: "Sí,
Dios sabe que lo amo".
Jesús le dijo:
— Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez Jesús le preguntó: Simón,

hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro se entristeció porque Jesús preguntó por tercera vez: "¿Me
amas?" Y él respondió: El Señor sabe todas
las cosas; sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
— Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo, que

cuando eras más joven te ceñías y caminabas por donde
querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus manos, y otro
te ceñirá y te llevará a donde no quieras ir.
Jesús dijo esto para indicar con qué clase de muerte Pedro
glorificaría a Dios. Después de decir esto, Jesús añadió:
Sígueme.
Juan 21.1519
81
La primera pregunta es capciosa, porque establece
una comparación: “más que los demás”. Pedro
realmente se vio así mismo, por encima de los demás
discípulos: en su propio amor por Jesús. Hay quienes
profesan amor a Jesús, pero considerando a todos los
que están debajo de él y de su santísima vida espiritual.
¿Cómo responde Jesús? “Apacienta mis corderos”.
Pensemos en esto por un momento. Anteriormente
vimos cómo corrigieron a Pedro, no a la ligera, para
que guardara su espada, porque Jesús no necesitaba
ser asesinado. Ahora Jesús hace las cosas más
explícitas: “Pedro, no me defiendas. ¡Alimenta!”, “Pedro,
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no quiero jurar de amor, quiero que ames lo que yo

amo: ¡mis hijitos, mis corderitos, la familia que inauguré!”.
Una vez más, el Señor pregunta si Pedro lo ama.

Nuevamente Pedro responde que sí, que el Señor lo
sabía. Jesús le dice que pastoree y reine. “Pedro, no
quiero que me ames sólo a mí, sino que quiero que
ames y cuides de mi rebaño”.
En la última pregunta, Pedro se puso triste.
Añadió que Jesús no sólo sabía que lo amaba, sino que
conocía todas las cosas, nada podía escapar de su
soberanía. Jesús vuelve a pedir a su discípulo que
comience a cuidar de la Iglesia y termina con una
indicación del martirio del apóstol. Ese pro
El lío previamente incumplido de morir por Jesús, Pedro lo

cumpliría algún día.
Pedro no mintió las tres veces que respondió que
amaba a Jesús. Amaba a Jesús, simplemente no amaba
de la misma manera al pueblo de Jesús, la familia que el
Hijo de Dios estaba reconciliando consigo mismo. El
problema es que no amar lo que Él ama es una traición.
Lá atrás, quando Pedro saiu para acompanhar o

82 aconteceria com Jesus ao invés de ficar com seus irmãos,
ele até poderia ter a intenção de demonstrar amor por Jesus
– apesar de ter negado três vezes ser um de Seus discípulos
–, mas não demonstrou amor por Tu familia. Lo que hizo
que Pedro abandonara la compañía de sus hermanos fue
el sentimiento de que Jesús no estaba allí y que no quería
sólo la Iglesia.
Recuerdo haber pasado por algo similar.
A los 18 años, viviendo en la ciudad de São Paulo, pasaba
horas en la sala de oración, frente a la Biblia, en una vida
de ayuno y mucho clamor. En ese tiempo escribí muchas
canciones, fui tocado por el Espíritu Santo innumerables
veces.
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Pensé que era increíble, de parte de Dios, incluso

más que los demás. Un día, el Señor Dios se apareció y
dijo: “Ale, deja tu guitarra a un lado y busca a alguien que
la cuide”. ¡Aquí fue tan impactante! Perdí el norte. ¿Cómo
podrían palabras tan simples deshacerme por completo?
Cuando miré a los ojos de Jesús, vi lo que Él ama: Su
Iglesia. ¡Quiero amar al Señor y Su Iglesia!
Nuestro amor a Cristo encuentra plenitud cuando
emana de nosotros hacia nuestros hermanos. Después de
la obra de Jesús, todo continúa a través de la Iglesia, familia
eterna de Dios, y no amar a la Iglesia es no amar a Jesús.
Les comparto ahora una cita sobre Pedro que pocos

conocen, el que se equivocó, pero
aumentó; quien hizo trampa, pero se arrepintió. Pedro

que amó a su Señor hasta el fin. El Pedro que, después
de mirar a los ojos del Maestro, frente a esa hoguera
encendida por el mismo Cristo para promover un
ambiente sanador, nunca volvió a ser el mismo.
Hegesipo dice que Nerón buscaba hechos contra Pedro

para condenarlo a muerte. Cuando el pueblo vio esto, le
rogaron encarecidamente a Pedro que huyera de la ciudad.
Pedro finalmente se dejó persuadir por las importunas
83 peticiones y se dispuso a huir.
Sin embargo, cuando llegó a la puerta de la ciudad, vio al
Señor Jesucristo que venía a su encuentro, a quien Pedro,
adorando, le dijo: Señor, ¿adónde vas? A lo que Él
respondió diciendo: Vuelvo para ser crucificado. —
Entonces Pedro, comprendiendo que con estas palabras el
Señor se refería al martirio del que huía, volvió a la ciudad.
Jerónimo dice que fue crucificado, cabeza abajo y pies arriba,
a petición suya porque, dijo, era indigno de ser crucificado de
la misma manera y manera como lo fue el Señor.
John Foxe, en "El libro de los mártires"

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Fiel a su palabra, infiel a su familia.
Para ilustrar, cambiemos de personaje. A Jonás

se le dio una misión: advertir a Nínive que la ciudad
sería destruida por su maldad. Luego de la fuga que
culminó en el estómago de un pez de gran tamaño, el
hombre decidió obedecer. Fue a Nínive y predicó un
duro sermón de juicio que convenció los corazones de
aquella gente. Entonces Dios cambió la sentencia y
los perdonó a todos.
El profeta estaba indignado. Se quejó ante Dios,
justificando que no había obedecido inmediatamente
porque sabía que el Señor actuaría con
compasión. Tan disgustado, pidió la muerte, a lo que

Dios respondió: "¿Crees que es razonable tu ira?".
Herido, Jonás abandonó Nínive y construyó un

refugio cerca, desde donde aún podía ver la ciudad.
Se sentó a la sombra para observar desde su palco
lo que sucedería. Es decir, no se quedó con esa
comunidad recién salva, sino que se alejó de ella
para estar solo. Por cierto, la estrategia de Jonás
84 todavía se utiliza ampliamente hoy, siglos después.
Dios hizo crecer una planta sobre Jonás para
protegerlo del malestar, pero al día siguiente envió
un gusano para destruir ese techo natural. El sol
golpeó a Jonás, que casi se desmaya. En otra
demostración más de madurez, una demostración de
madurez –contiene ironía– pidió morir.
Cuando salió el sol, Dios hizo que soplara un viento muy

caliente del este. El sol golpeó la cabeza de Jonás y casi
se desmaya. Entonces pidió morir, diciendo: ¡Para mí es
mejor morir que
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vivir!
Entonces Dios le preguntó a
Jonás: ¿Crees que es razonable tu enojo por la planta?
Jonás respondió:
¡Es tan razonable que hasta quiero morir!
Y el Señor dijo:
— Tienes compasión de la planta que no te costó ningún

problema. No lo hiciste crecer. Una noche nació y la
siguiente desapareció. ¿Y no crees que debería tener
mucha más compasión por la gran ciudad de Nínive, en
la que hay más de ciento veinte mil personas, que no
pueden distinguir entre su mano derecha y su izquierda, y
además muchos animales?
Jonás 4.811
Jonás fue fiel a la palabra de Dios y la transmitió a los

ninivitas, pero no fue fiel a la comunidad de creyentes que
allí estaba naciendo. Jonás tenía más compasión por una
planta que por vidas. Hizo lo que le pidieron, pero escapó
de la vida familiar.
He escuchado este discurso varias veces, pero creo
en días de restauración para aquellos dispuestos a morir
por Jesús, pero también enamorados de Su familia. En el
llamado a amar a Jesús con todo el corazón, debemos
85 entender que está implícito amar a la familia, simplemente
porque eso es lo que Él es, en su esencia trina, y eso es lo
que Él ha establecido ministerialmente aquí en la tierra.
No aceptéis este dualismo, como si fuera posible –o

aceptable para Dios– ser fieles a la Palabra y, al mismo
tiempo, ser infieles a la familia. No son conceptos
separables. Necesitamos hombres que no sólo lleven el
mensaje profético sino, sobre todo, lleven el corazón del
Dios de la profecía.
seguidores de la cabeza cortada

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Nuevamente necesito ser directo. Si no estás en una

iglesia, no uses la excusa de que puedes amar a Jesús sin
estar arraigado en una familia espiritual, en una Iglesia.
¿Han fracasado, han fracasado y fracasarán las iglesias?
¿La gente y los líderes harán cosas absurdas?
Sí. Sin embargo, nada de esto excluye ni empaña el plan
perfecto para seguir manifestando el misterio al mundo a
través de la Iglesia. Jesús no hace nada sin Su iglesia,
porque es Su extensión.
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.

Colosenses 1:18
¿Te imaginas un cuerpo vivo caminando sin

cabeza? Ahora todo lo contrario: ¿una cabeza
paseando por las calles de la ciudad, transmitiendo
buenos mensajes a todos? ¿Cómo camina hoy la
cabeza, Cristo, sobre la tierra? A través de Su cuerpo,
la Iglesia. No hay otra manera, si no que estamos
hablando de una escena de una película de terror, en
la que una cabeza arrancada del resto del cuerpo comanda a un g
No hay posibilidad de ser seguidor de la cabeza
86 cortada fuera del Cuerpo de Cristo. Esto no es bíblico,
así de simple. Y nadie es la Iglesia sola, porque una
mano cortada no lleva la vida. ¿De qué hemos hablado
ya? Yo no soy la iglesia, nosotros lo somos.
Porque el cuerpo no es un miembro, sino muchos. Si el pie

dice: “Porque no soy mano, no soy del cuerpo”, no por eso deja
de ser parte del cuerpo. Si el oído dice: “Porque no soy ojo, no
soy del cuerpo”, no por eso deja de ser parte del cuerpo.
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo esto

fuera escuchado, ¿dónde estaría el sentido del olfato? Pero
Dios dispuso los miembros, colocando a cada uno de ellos en
el cuerpo como quería.
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Pero si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el

cuerpo?
En efecto, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo.
Los ojos no pueden decirle a la mano: "No te necesitamos". Y
la cabeza no puede decirle a los pies: "No os necesito".
Al contrario, los miembros del cuerpo que nos parecen más

débiles son necesarios, y a los que nos parecen menos dignos
en el cuerpo, a éstos les damos mucho mayor honor. Incluso a
aquellos que no son decorosos en nosotros los vestimos con
honores especiales, mientras que nuestros miembros nobles
no tienen necesidad de ello. Sin embargo, Dios coordinó el
cuerpo, otorgando mucho más honor al que tenía menos, para
que no hubiera división en el cuerpo, sino que los miembros
cooperaran, con igual cuidado, unos a favor de los otros. De
modo que si
un miembro sufre, todos sufren con él; y si uno de ellos es

honrado, todos los demás se alegran con él.
Ahora sois el cuerpo de Cristo e individualmente miembros
de ese cuerpo.
1 Corintios 12.1427
Nuestras frustraciones no pueden ser mayores

que el evangelio. Nuestras decepciones con las
comunidades locales no pueden vencer la vida de
87 Cristo en nosotros. Cristo, por amor, también fue
herido, murió, ¡pero resucitó!
Muchos dicen: "Me reúno en casa con mi propia
familia". ¡Qué cómodo es estar sólo con quienes te
agradan, sin estar forjado en el horno de las
relaciones! ¡Qué cómodo te resulta decir que eres
Iglesia con aquellos que tú mismo has elegido, y no
con todos aquellos que Cristo ha puesto en tu camino!
¡Que el Señor nos haga una verdadera Iglesia!

Ya sea en casa, en los templos o en las calles, no
importa el lugar, lo que importa es que seamos una
familia.
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IGLESIA QUE JESÚS

INAUGURADO EN LA TIERRA
Qahal, no compañía
A pesar de haber repasado tantas cosas juntas a lo largo
de estas páginas, sigo creyendo que puede haber dudas
sobre qué es realmente la Iglesia. Naturalmente, pensamos
en ese edificio con un letrero en el frente con un bonito
nombre como “UNA Iglesia” estampado para que todos lo
vieran. Analizando sólo esto, en un zoom que excluye todo
el contexto, alguien podría defender la tesis de que Jesús,
cuando vino al mundo, mostró un rechazo a la idea de
iglesias institucionalizadas, organizadas, como en el molde
actual. Algunos incluso se preguntarían: si Él vino a
establecer una familia, ¿por qué plantamos tantas iglesias
diferentes?
Esta defensa existe y se basa en el establecimiento
no de denominaciones, sino de un solo Cuerpo.
Así, los que no asisten a ninguna iglesia caminan sobre la
cuerda floja: por un lado, la verdad bíblica, por el otro, la
definición más pura de herejía. No se confunda: busque la
Biblia y encuentre no sólo verdades, sino la Verdad misma.
Eso es lo que vamos a
hacer ahora, establecer bíblicamente qué es la
Iglesia. El caso es que no es una institución, sino una
familia. No existen, sin embargo, impedimentos ni
prohibiciones de organización, siempre que se mantengan
las bases paternas.
El problema, entonces, no está en la junta de la iglesia,
como claman los anarquistas en el mundo evangélico, sino
en los fundamentos espirituales. La Biblia no predica sobre
placa, ni prohíbe tenerla, pero afirma enfáticamente

que el plan eterno de Dios involucra una comunidad
familiar. La cuestión no es el formato de las iglesias
actuales, sino su fibra, de qué están compuestas, y
muchas no tienen nada que ver con la Iglesia bíblica,
la Esposa, la familia eterna.
Antes de continuar, aclaremos todo esto, porque
hay una línea muy fina. Decir que la Iglesia de Jesús
es una familia y no una empresa es una defensa
89 enteramente justa; por otro lado, no congregarse en
ningún lugar, afirmar que las iglesias que tienen un
CNPJ son sólo empresas: esta es la definición más
pura de escapismo.
Seríamos imprudentes si, al reunir a cientos de
personas en un solo lugar, no mantuviéramos el
orden. Si eres de los que son “tímidos” con respecto
a los templos, te pido que nos ayudes a encontrar
una casa lo suficientemente grande como para reunir
a 500 personas para un servicio dominical. ¿El
problema es realmente el templo? Si tuviéramos una
casa que pudiera albergar a esta multitud, ¿no se
habría convertido también en un momento? No nos
dejemos llevar por los extremismos.
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Muchos de los que caen de ese lado –por no

decir casi todos– esconden una dificultad de sumisión.
Son personas contrarias a la vida compartida
inherente a las iglesias locales, que no entienden o
no quieren creer en los pilares del gobierno
eclesiástico descritos en las Escrituras. A estos, una
advertencia: el Novio tiene celos de la Novia, así que
no seas tú quien se levante contra ella.
Retrocedamos algunos espacios, para avanzar
lenta y cronológicamente, en una macro visión
bíblica de lo que es la Iglesia.
Y Dios dijo:
— Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza.

Tenga dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo,
sobre las bestias, sobre toda la tierra, y sobre todo ser viviente
que se arrastra sobre la tierra.
Así que creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo

creó; varón y hembra los creó. Y Dios los bendijo y les dijo:
Fructificad y multiplicaos,
llenad la tierra y sojuzgadla. Ten dominio sobre los peces del mar,
90 sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se arrastra
sobre la tierra.
Génesis 1,2628
¿Qué tenemos aquí? Dios comenzó a la humanidad

estableciendo una familia; eso por sí solo dice mucho sobre
el propósito de nuestra existencia, a su imagen, que en sí
mismo es una familia. Además, aquella primera pareja de la
raza humana también fue llamada a multiplicar su especie y
someter a toda la tierra, para tener dominio sobre ella, señal
de que, desde la Creación, el Creador delegó gobierno y
autoridad en la familia.
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Una familia, en multiplicación, a la que se le ha dado

o se le ha dado autoridad: una definición clara de la Iglesia.
Los fundamentos de la Iglesia ya estaban allí, en el Edén,
como reflejo de la realidad divina y celestial. El deseo eterno
de Dios era tener un pueblo exclusivo, que fuera espejo de
la Trinidad y del “pueblo” del cielo.
Deténgase a pensar que, antes de que existiera el
hombre, es decir, mucho antes de la inauguración de la
Iglesia de Jesús, ya existía el culto. En los cielos, los ángeles
cantan desde la eternidad. Vimos en Apocalipsis que hay
un evangelio eterno, lo que significa que las buenas nuevas
circulan en los reinos celestiales en lugar del evangelismo
humano. Hay un núcleo familiar perfecto en movimiento.
mento, desde siempre, en la Trinidad. Entonces, cuando

oramos para que se haga la voluntad de Dios en la tierra
como en el cielo, estamos trayendo una realidad
preexistente a nuestro ahora, para cumplir el plan eterno
del Señor.
Podemos resumirlo de la siguiente manera: El
propósito eterno de Dios, manifiesto desde la Creación, es
que el hombre tenga una relación con Él, viva y multiplique
familias y, en última instancia, ejerza el gobierno sobre la
91 tierra. Fuimos creados para conocer a Jesús y ser como
Él, y Él es, al mismo tiempo, comunión, familia y gobierno.
¡Están puestos los cimientos de la Iglesia eterna!
Un poco más adelante en la historia de la humanidad,

Dios establece un pacto con Abraham. El plan, manifestado
al principio, no ha cambiado: comunión, familia, gobierno.
Vea:
Que Dios Todopoderoso os bendiga, os haga fructíferos

y os multiplique para que seáis multitud de pueblos.
Génesis 28.3
La expresión “multitud de pueblos” es, en el original

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hebreo, qahal. El Diccionario Strong explica su significado:
1) asamblea, compañía, congregación, convocatoria

1a) asamblea 1a1) por mal consejo, guerra o invasión,
propósitos religiosos 1b) compañía (de exiliados que
regresan) 1c) congregación 1c1) como cuerpo organizado
Strong también muestra que, en una raíz temprana,

el término tenía el sentido de unir, tanto por razones
religiosas como políticas. Se utilizaba para convocar una
asamblea de guerra y juzgar.
ment, o una reunión con fines religiosos. Una vez más, se

ve en acción el plan eterno: de Abraham, Dios daría a luz
a qahal.
La historia es bien conocida: el padre de la fe tuvo
el hijo de la promesa, Isaac, pero no se puede decir que
nació qahal. Luego Isaac engendró a Jacob, padre de las
doce tribus. En Jacob, más concretamente en su familia,
se formó finalmente una nación, la que pasó a ser llamada
con el nuevo nombre de su padre, Israel, pueblo elegido
92 de Dios, heredero de la promesa y del pacto.
Después de que Jacob regresó de Paddanaram, Dios se le

apareció nuevamente y lo bendijo. Dios le dijo: Tu nombre
es Jacob, pero tu nombre ya no será Jacob; su nombre será Israel.
Y le puso por nombre Israel. Le dije más:
— Yo soy Dios Todopoderoso; fructificad y multiplicaos; De ti

saldrá una nación y multitud de naciones , y reyes saldrán de ti. La
tierra que di a Abraham y a Isaac, también te la daré a ti y a tu
descendencia después de ti.
Y Dios se retiró de él, levantándose del lugar donde le había

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hablado. Entonces Jacob levantó una columna de piedra en el

lugar donde Dios le había hablado y derramó sobre ella libación y
aceite. Al lugar donde Dios le había hablado, Jacob llamó Betel.
Génesis 35.915
Que texto tan rico, amigo. Dios le está diciendo a

Israel que de él se formaría no sólo una nación, sino “una
multitud de naciones” – en hebreo, qahal.
¿Cómo exactamente se formó este qahal?
En una familia de doce hermanos, cuyo padre se convirtió
en agente del pacto divino con el hombre.
El último versículo de este pasaje muestra a Jacob,
ahora Israel, nombrando el lugar donde Dios habló.
ra con él sobre qahal: Betel. Según Strong, esta palabra griega

significa "casa de Dios". Llegamos a la primera mención bíblica
de la Iglesia.
Mi interior vibra ante este misterio. La casa de Dios es el
lugar donde se establecía qahal en una familia: una asamblea
de hermanos, gobernada por un padre, no por un administrador.
Teniendo como lente este concepto familiar de

Asamblea y, por tanto, de la Iglesia, la interpretación de la
93 bendición abrahámica que llega hasta nosotros adquiere nuevos
contornos. O mejor dicho, la sombra se convierte en sustancia:
Bendeciré a los que lo bendigan y maldeciré a los que lo

maldigan. En ti serán benditas todas las familias de la tierra .
Génesis 12.3
Desde el qahal, desde la asamblea familiar, la bendición

llegaría a todas las familias de la tierra. ¡Ups! Espera un
momento, ¿la bendición llegaría a las iglesias, como empresas o
instituciones? ¡No! ¡La bendición viene de una familia para todas
las familias!
Son dos caras de una misma moneda. Uno de ellos es el
establecimiento de la familia natural, de sangre, que desde Adán
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y Eva hace latir fuertemente el corazón de Dios –de nada sirve

tener comunión y querer ejercer gobierno sobre el mundo, si no
se ama y gobierna. tu propia casa: “Porque el que no sabe
gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de
Dios?”
(1 Tim 3,5). Dios no comienza desde afuera, sino desde adentro
hacia afuera.
La otra cara del plan eterno es, desde una familia espiritual,
la Iglesia, bendecir a todas las familias naturales de la tierra,
injertándolas en su propia familia espiritual.
Observe cuántas veces se ha utilizado la palabra

familia hasta ahora. Dios ama a las familias simplemente
porque siempre ha sido uno. Si se trata de Él, entonces se
trata de la familia. El plan divino se lleva a cabo sobre una
base familiar, tanto en la restauración de las familias
naturales como en el establecimiento de la Iglesia como una
gran familia espiritual. No hay escapatoria, no hay término
medio ni verdades a medias. Es quién es Dios, eso es lo
que dicen las Escrituras.
94
También te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella.
Mateo 16.18
Viajando hacia atrás en el tiempo, estamos en el Nuevo

Testamento, en la Era Cristiana, cuando el término Iglesia
comienza a aparecer de manera explícita, no sólo dicho por
el mismo Cristo, sino registrado en la enseñanza apostólica.
Los escritos del Nuevo Testamento partieron del griego,
pero hay que recordar que, muy probablemente, estos
discursos de Jesús fueron pronunciados en otra lengua.
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La más aceptada es que Cristo habló principalmente

en hebreo, lengua nativa de los judíos, pero también en
arameo, adoptado con mayor intensidad por los propios
judíos durante el cautiverio babilónico.
Apesar de Daniel, por exemplo, ter sido escrito em aramaico,
Esdras se queixou do abandono da língua hebraica e iniciou
um movimento de resgate e valo rização (Ne 8.13;
13.1,2325), que incluía a leitura da Torá hebraica todos los
sábados.
Jesús resucitó en ese contexto. Ciertamente, recibió
una educación judía clásica, hasta el punto de que aprendió
a leer los textos hebreos de la Biblia y discutió el tema,
cuando tenía sólo 12 años, con líderes religiosos de la época
(Lc 2,3952). Por cierto, tenía la
empezar a leer las Escrituras en la sinagoga (Lucas

4:16); conversó con la mujer samaritana, pueblo que
conserva la lengua hebrea (Juan 4,426); Habló en
hebreo con Pablo en el camino a Damasco (Hechos 26:14).
Es posible que supiera griego, hasta tal punto que
no tuvo dificultad para dialogar con el centurión romano
(Mt 8,513) y más tarde con Pilato (Jn 18,2830). Todo
indica, sin embargo, que el hebreo era a la vez la lengua
de uso común y la lengua de estudio del Maestro.
95
Algunos padres de la iglesia también lo reconocieron.
Papías es citado por el historiador Eusebio en una
defensa de que Mateo, autor del evangelio que lleva su
nombre, recogió los oráculos en lengua hebrea y "cada
uno los interpretó como mejor pudo".
(Historia Eclesiástica, III).
¿Por qué decimos esto? Porque las estructuras
de pensamiento detrás del griego del Nuevo Testamento
son en realidad hebreas. Por lo tanto, para interpretar
con precisión un término griego que se refiere a otro
hebreo, debemos analizarlo también en hebreo.
El término Iglesia, que leemos en Mt 16,18, es el

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griego ekklesia. Tenga en cuenta el significado, según el

Diccionario Strong:
1) una asamblea de ciudadanos convocada desde

sus hogares a algún lugar público, asamblea 1a) una
asamblea del pueblo reunida en un lugar público con el
propósito de deliberar 1b) una asamblea de los israelitas
1c) cualquier reunión o multitud de hombres reunidos por
casualidad, tumultuosamente 1d) en sentido cristiano
1d1) una asamblea de cristianos reunidos para el culto en
una reunión religiosa 1d2) una compañía de cristianos, o
de aquellos que, con la esperanza de la salvación eterna
en Jesucristo, observan sus propios ritos religiosos,
celebrar sus propias reuniones espirituales y gestionar
sus propios asuntos, según las normas prescritas para el cuerpo por e
el orden 1d3) los que en cualquier lugar, en una ciudad,

aldea, etc., constituyen un grupo y se unen en un solo
cuerpo 1d4) la totalidad de los cristianos dispersos por el
mundo 1d5) asamblea de fieles cristianos ya fallecidos y
recibidos en el cielo .
Ekklesia significa "llamado": ek significa "fuera"

y klesis "llamar". Lo que se denota es un impulso
exterior de esta asamblea, que es real e importante,
pero eso no es todo.
96 El equivalente hebreo de ekklesia es qahal. Si
la estructura de pensamiento detrás del Nuevo
Testamento es hebrea, y posiblemente lo que los
evangelios registrados en griego realmente se
dijeron en hebreo, no podemos interpretar ekklesia
sin qahal. Ambos juntos tienen pleno sentido.
Creo que ya has conectado los puntos, ¿no?
Está claro que tenemos la misión, como asamblea
de santos, de salir a llevar el evangelio por el
mundo, pero somos y hemos sido llamados
eternamente a ser qahal, una asamblea familiar,
que se reúne no por vínculos administrativos, sino
por sangre: la sangre del Cordero. Hay una misión
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afuera, al mismo tiempo que no se puede descuidar

lo que hay adentro: una familia.
Desde hace algún tiempo las iglesias se han
movido mucho en cuanto a la evangelización, pero
se ha abandonado la relación, la esencial comunión
familiar, que es el plan eterno de Dios. Pregunto,
sin suavizar ni embellecer: ¿de qué sirve
evangelizar el mundo sin qahal?
Ekklesia es un llamado de Dios a salir de tu
propia vida y pasar de la comodidad a la comunión.
No se trata sólo de evangelismo, sino de vida que
genera vida.
El fin de la evangelización es la Iglesia, y así lo señala la

Escritura desde el principio. No se debe pensar en formar una
multitud de pueblos a partir de vidas desconectadas de una
familia espiritual.
Betel no está formado por individuos que, sin la Iglesia, predican
el evangelio. Betel surge de qahal, de una familia para todas las
familias de la tierra. El origen de una ekklesia, una asamblea de
personas convocadas, es un qahal, una familia espiritual.
97
una iglesia paternal

La expresión “iglesia paternal” es otra manera de entender
a la Iglesia como familia. Dios siempre ha mostrado el deseo de
vivir la paternidad, y no es casualidad que el título de este libro
sea “Jesús, Padre de familia”. Al mostrarse Padre, al revelar al
Padre, Jesús inauguró la Iglesia, como familia espiritual, en la
que hay un cuidado paternal.
Cuando hablamos en estos términos, no cabe una posición

jerárquica en la que uno es jefe y otro es empleado. No, la
Iglesia de Jesús no es así. Hay diferentes funciones, con
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diferentes implicaciones, pero sigue siendo una familia.
No me malinterpretéis: no existe el desprecio por el

gobierno. En unas pocas páginas leerá exclusivamente sobre
cómo gobernar. Lo que hay que tener claro desde ya es que el
gobierno que ejerce Jesús, como cabeza de la Iglesia, es un
gobierno paternal, de Padre de familia.
¿Qué hace un padre? Proporcionar. ¿Qué más? Se cuida.

¿Tiene más? Sí, hay mucho amor, alegría y vida diaria.
¿Terminó? No, porque el padre también corrige.
Sobre todo, un Padre da su vida por sus hijos. Oh,
¡Jesús, golpéanos con Tu impulso paternal mientras nos

establecemos como Tu Iglesia, Tu familia aquí en la tierra!
Cuando vemos el deseo de Dios de establecer a Israel

como Su familia en la tierra, no estamos hablando de
estructura, sino de ser. Israel fue el pueblo de Dios en todo
momento, no sólo cuando sacrificaban o realizaban rituales
en el Templo. No eres parte de tu familia sólo cuando estás
dentro de las cuatro paredes de tu hogar. Ser familia es algo
98 que somos, independientemente de lo que hagamos.
Siempre que pensamos en la Iglesia debemos hacerlo,

antes de hacer cualquier cosa. Entonces, cuando hacemos
algo, está anclado en quiénes somos. Y surge una pregunta:
si lo único que puede ofrecer la Iglesia de Jesús es servicio,
reconsidere su puesto de liderazgo, si es que lo ocupa. El
servicio es importante, pero debe ser un desborde de ser
familia. Da un paso atrás y empieza a preguntar: "¿Por qué
hago lo que hago en la iglesia?"
Muchos cometen el error de sustituir la relación por

la actividad ministerial, y esto es grave.
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Una familia valora las personas, una empresa, los

resultados. Así como no se puede renunciar a la comunión
vertical con Dios, tampoco se puede negociar la comunión
horizontal entre sí en la vida familiar. La iglesia no es un
ambiente de trabajo, es una casa, es un hogar.
Aunque siempre hablo de ello, nunca creo que sea

suficiente. Todo cristiano debe comprender que amar a Dios
no es sólo amarlo a Él, sino convertirse en Su amor hacia
los demás.
La vida cristiana no se mide sólo por la relación

vertical, con Dios, sino también por la relación
horizontal, con los hermanos. Dime que tan pro
En lo profundo estás con la gente y ellos contigo, y diré cuánto de Dios

ha vivido. Dios es una familia, no un ser aislado. Muchos dicen: “Dios
no une personas, Dios une propósitos”. ¡Qué gran inversión de valores!
Yo digo de otra manera: ¡Dios une a las personas, ese es el propósito!
Alessandro Vilas Boas, en “Quién es Jesús”
Por eso, promover más métodos que las relaciones

puede incluso traer resultados, pero no es el fruto que brota
de la Vid, en la que todos estamos conectados como
99
sarmientos. Oye, ¿puedes visualizar una enredadera? ¿Hay
alguna rama desconectada de él –y, en consecuencia,
también desconectada de otras ramas– que todavía esté
viva? La vida que sale de Él pasa a través de nosotros, y no
sólo a través de mí.
Asimilé el sentido de ser familia antes de hacerlo.
iglesias, entonces es tiempo de ser intencionalmente
paternales como Jesús. Es del cuidado de un padre por su
esposa e hijos de lo que estamos hablando aquí.
Una Iglesia paternal, al entender que es familia, se comporta
como familia en cualquier situación: en la conversión de
alguien, en el discipulado, en la reprimenda del familiar que
se equivocó. Siempre con actitud paternal.
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Quizás no haya mejor manera de ejemplificar cómo

funciona una Iglesia paternal que ésta: cuando es necesario
tratar con alguien que ha pecado de “feo”. ¿El familiar deja
de ser familia? No. Incluso puede optar por irse muy lejos y
no volver a ver a nadie nunca más, pero mientras elija vivir
en esta misma casa espiritual, será familia. Hmm... huelo
inquietud. Este tema incomoda la silla, ¿no?
Imagínese la escena: un adolescente le cuenta a su

líder que dejó embarazada a su novia. ¿Qué hace el líder de
los padres? Lo que haría un padre. Y un padre corregiría, haría
que el niño comprenda las consecuencias del error y

afronte cada una de ellas. Un padre le recordaría a su
hijo que para criar a un hijo tendría que dejar de serlo. Un
padre como Jesús abrazaría también a ese hijo, como si
fuera el pródigo, y le ayudaría a no sucumbir a
pensamientos de culpa.
¿Y si apareciera un Judas? Una Iglesia paternal
buscaría, primero, la revelación del Padre, pero sin olvidar
que en la misma mesa donde se sentaron Pedro, Santiago
100
y Juan, también se sentó Judas.
¿Y cuándo es el líder el que deja caer la pelota? La
Iglesia paternal no pasa un paño, pero tampoco apaga la
mecha que aún humea (Mt 12,20). Corrige, pero no mata.
¿Y cuando el error está sucediendo en la otra iglesia?

No se busca protestar contra el protestantismo ni se
expone a la desnudez, pero hay intercesión, regada de
compasión.
Como pastor de una iglesia, he estado en situaciones
como ésta innumerables veces. Recuerdo que una vez un
discípulo había cometido un pecado sexual y fue corregido,
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confrontado. Al final de todo, lo invité a pasar un tiempo

conmigo en mi casa. Él, con tono de sorpresa, dijo: “No
esperaba esto, pastor. ¡Nunca me hicieron eso!
¿Qué pasa si empezamos a lidiar con los pecados

de los hermanos como Cristo trata con los nuestros?
Corregir, instruir a vivir una vida de santidad, enseñar
cuál es la paga del pecado, pero, al mismo tiempo,
extender la mano y decir: “¡Aquí estoy!”.
¡Debemos aprender de nuestro Maestro y creer en las
personas!
Mientras no lidiemos con el pecado de la manera
correcta, seguirá siendo un insecto de siete cabezas. La
Iglesia paterna quiere engendrar hijos, no
simplemente evita que sus miembros pequen.

Hablaremos más sobre eso más adelante. Por ahora,
necesitamos aclarar qué es la familia.
Y la familia no es sólo una reunión de personas, sino
un grupo de personas que se relacionan entre sí y con
Jesús. La familia no es una empresa basada en el lucro; es
un hogar, basado en el amor. Esto debe demostrarse
culturalmente, no sólo desde el púlpito; en la vida, no sólo
en conferencias y reuniones.
101
Cultura, no título
¿Cómo gobernó Jesús sobre la familia que estaba
inaugurando? Viviendo. Ser. Caminando juntos. En ningún
momento hay una exigencia por parte de Cristo de ser
reconocido como el líder de esos discípulos; su vida en
común apoyó su liderazgo. Enseñó como alguien que tiene
autoridad y “no como los escribas” (Marcos 1:22). ¿De
dónde vino esa autoridad? De su propia vida, de quién era
Él.
No hay método más importante que la vida.
Quien eres discípulo. Lo que se vive se convierte en
enseñanza. Lo que bebéis de Cristo desborda y sacia la sed
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del mundo. Los líderes no se forman con el mero hecho de

recibir un cargo, sino reconociendo una autoridad que
proviene de la vida. ¿Y quién lo reconoce? La familia
espiritual.
Es incluso malo tener que hablar de ello, pero también
hay que decir lo obvio. Vivimos en una época de líderes
autoproclamados, vacíos de vida con la cabeza y el cuerpo
de Cristo. No es que sea innecesario organizar roles y
establecer un equipo de gobierno en nuestras iglesias
locales, pero esto no debe hacerse simplemente por
necesidad.
El cristiano maduro, maduro en la poda y el

riego, en medio de un huerto de árboles diferentes a
él, se convierte en líder de manera orgánica. No
significa que todos necesiten recibir el título de “líder”,
sino que, en las áreas en las que maduro, termino
llevando vidas hacia la superación en las mismas
áreas. Mi experiencia emana desde mi interior cuando
permito que mi familia espiritual acceda a mí. Cuando
me tocan, algo rezuma.
102 Nadie puede dar lo que no tiene. Por lo tanto,
nadie debe liderar en la Iglesia de Jesús sin vivirla
personalmente, sin haberla probado, sin ser primero
una familia espiritual.
¿Cómo establecer cultura, en lugar de liderar por
títulos? Pon en práctica la revelación que tuviste de
Cristo. Luego enseña e inspira a otros a practicar
también. Esto crea un movimiento que sostiene el
ministerio incluso en ausencia del líder.
El verdadero papel de un líder es establecer la
cultura – la cultura del Reino y también la porción
específica que Dios le ha dado, y sólo a él, de una
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manera particular. Así, tendremos una Iglesia

dependiente del Rey, inmersa en la cultura del Reino,
sin una dependencia enfermiza del liderazgo para mantenerla en m
En esta labor de establecer una cultura, cesan las
crisis de carencia e inmadurez.
¿Alguna vez has experimentado la sensación de
que algo cambia con solo entrar en un determinado
entorno? Así puede vivir la Iglesia, transformando a
las personas con sólo incorporarlas a su entorno
familiar. Cuando tienes una cultura establecida, es
más fácil, es más ligero.
Pensemos en términos prácticos. Puedes predicar
durante cinco horas seguidas a uno de tus discípulos
y él aprenderá mucho. Hay, sin embargo,
Otra forma de enseñar: lleva a tu discípulo a almorzar a tu

casa, donde podrá ver cómo tratas a tu esposa e hijos. Esto
te servirá de inspiración y también bautizará tu propio
liderazgo con un fuego de vida, mucho más intenso que
cualquier discurso. No enseñaréis como los escribas, sino
como Jesús, con autoridad.
En ese sentido, sé paternal, pero sin preocuparte por

el título de padre. La paternidad espiritual nunca puede
103 reemplazar la paternidad divina. Generad en Cristo, sin
pretender ningún título, sólo pidiendo a vuestros discípulos
que sean vuestros imitadores, porque vosotros mismos sois
imitadores de Jesús, es decir, no se trata de vosotros, sino
de Él.
Porque aunque tuvierais miles de instructores en Cristo, no

tendríais muchos padres, porque yo os engendré en Cristo
Jesús por el evangelio. Por eso os pido que seáis mis imitadores.
Sed mis imitadores, como también yo soy imitador de Cristo.
1 Corintios 4,1516; 11.1
Cuando asumas cualquier cargo de gobierno,

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respaldado por tu vida con Él y la familia espiritual, no

trabajes para ti mismo. Genera siempre personas, de modo
que, en el balance, hayas generado muchas más vidas que
cosas. No exigáis ventajas y honores, porque servir a Cristo
y a Su Iglesia ya es recompensa.
¿Qué es mejor, un hombre con título de padre de una
multitud, o una multitud con la cultura del Padre?
Lo que construimos aquí fue el concepto de liderazgo
paternal, en el que el líder ama a sus discípulos como a
niños y los trata así cuando los regaña o los alienta a alabar,
cuando ama y cuando envía. Él anhela no saber
nada solo, sino transferir una cultura del conocimiento

de Jesús caminando junto a muchas personas. El líder
paternal es como Jesús, que llevó a sus discípulos al
mismo monte donde fue a encontrarse con el Padre; el
lugar secreto no era un secreto.
Una iglesia que establece una cultura no utiliza
personas para construir cosas, sino que construye
personas que edificarán a otras personas. Así, el Reino
se expande de manera saludable. En definitiva, valorar
104 a las personas antes que a los roles. Titula lo que hay
antes de hacer. Sé paternal, pero no exijas ser padre
de todos; no es necesario, ya tienen padre.
Gobierno a favor, no a favor

Después de hablar de cultura, llega el momento
del gobierno bíblico. Es muy intrigante notar que
después de la caída, el hombre comenzó a gobernar al hombre.
Se perdió el sentido de gobierno familiar.
Ante tal escenario, nuestra mirada debe buscar
al Señor y redescubrir sus normas.
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La primera mención del dominio del hombre sobre la

tierra ya fue citada anteriormente: después de decir que
Adán debía multiplicarse, Dios le ordenó ejercer
dominio, gobernar. El gobierno comisionado estaba
ligado a la multiplicación de aquella familia, formada
por Adán y Eva, por lo que el Creador no estaba
estableciendo otro tipo de gobierno que no fuera el
familiar.
Con eso, nuestra forma de gobernar depende de
la revelación de lo que es una familia espiritual. En una
familia con forma de cielo, uno no gobierna sobre el
otro, sino en nombre del otro.
Pero entre vosotros no será así; al contrario, el que

quiera hacerse grande entre vosotros, que se ponga
al servicio de los demás; y el que quiera ser el primero
entre vosotros, sea vuestro servidor; como el Hijo del
Hombre, que no vino para ser servido, sino para servir
y dar su vida en rescate por muchos.
Mateo 20.2628
Imagínese cuán contundente fue esta exhortación en

105 los oídos de un pueblo que esperaba un nuevo Rey David,
un guerrero imponente que haría de Israel la nueva
potencia mundial, gobernando sobre todo el planeta. A los
hombres que deseaban prominencia, Jesús les ofreció
una palangana y una toalla para que se unieran a Él en
el servicio de lavar los pies.
Amigo mío... ¿cómo describirlo con palabras?
Nuestro Jesús, el Padre de nuestra familia llamada
Iglesia, definió el gobierno con la palabra “siervo”.
Él mismo vino a servir, no a ser servido.
(Mt 20,28), ¡y está llamando a sus siervos a unirse a Él!
¡Este es el equipo de líderes que Jesús forja y establece
para el gobierno eclesiástico!
Gobernar a favor es servir. Es entender que la gente
no nos sirve. Es recordarte constantemente que la visión
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no sirve a mis propios intereses, sino a los propósitos

eternos del Padre, no es que solo queramos llegar lejos,
sino que queremos ir juntos.
Y dio a algunos, apóstoles, y algunos profetas, y

algunos evangelistas, y algunos pastores y maestros,
para equipar a los santos para la obra de su servicio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que
todos lleguemos a la unidad . .de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a la madurez, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para
que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y
sacudidos
de aquí para allá por todo viento de doctrina, por las artimañas
de los hombres, por la astucia con que se extravían.
Efesios 4.1114
Dios estableció los cinco ministerios para la

edificación del cuerpo, y hasta ahora todo va bien. Hemos
oído hablar de ello innumerables veces. El punto de
inflexión se produce en la frase “hasta que lleguemos
106 todos”. Los líderes y ministerios no se establecen para
que los buenos enseñen a los malos, como si uno
estuviera en una plataforma y otro en el suelo. Hasta que
lleguemos todos habla de cuidado mutuo, para que, uno
al lado del otro, todos caminemos hacia la madurez.
Si hay uno más maduro que el otro, el más maduro
ayudará al menor a ser más, así ambos caminarán juntos.
Esto para que vosotros, con todos los santos, podáis

comprender cuál es la anchura y la longitud y la altura y la
profundidad, y conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo
entendimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
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Efesios 3.1819
En serio, no te limites a leer este versículo, devoralo:

no trates de entender el amor solo, porque la revelación
plena del amor de Cristo viene con todos los santos. Es
evidente que, en las Escrituras, ministerios y liderazgo
no significan sólo títulos privilegiados. En todo hay una
complementación a favor de todos.
Uno completa al otro, así todos sabrán mucho más.
Un día estaba orando, en mi lugar secreto, cuando

me sorprendió la voz del Espíritu Santo: “¿Por qué no
intentas aprender de tus hermanos lo que aquí pasas
horas tratando de descubrir?”.
Es una locura pensar que Dios me dirigió hacia mis

hermanos para aprender cosas que Él mismo podía
explicar. Es porque mi hermano ya pasó por procesos y
lleva una porción que yo no tengo!
Por eso el Señor quiere que aprendamos en el Cuerpo,
siendo el Cuerpo. Todo será más profundo si superamos
el orgullo de aprender sólo por nosotros mismos.
A cada uno de nosotros se le ha dado una medida. A
cada uno, un regalo. No hay necesidad de que sea otra
107 persona, ni de que piense que soy mejor que los demás;
simplemente somos diferentes y ricamente complementarios
en el Cuerpo de Cristo.
Los apóstoles no son mayores que los maestros,
simplemente tienen funciones diferentes, así como los
pastores no son superiores a los evangelistas y profetas.
Cualquiera que sea la función ministerial, todos son uno.
Así se establece el gobierno a favor, no sobre.
Líder, baja del púlpito y vive con tus discípulos.
¿Encontre algo? Trae a alguien a tu vida para que descubra
contigo. Servir, servir, servir.
Considera la porción de Dios que tú mismo no tienes,
porque está dentro de otro, y sólo accederás a ella a
través del contacto y la vida con tu hermano.
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Sea como Jesús, no como los fariseos. De lo contrario,

corre el grave peligro de precipitarse hacia la irrelevancia
ministerial o, peor aún, puede estar construyendo algo que
no se parece en nada al Señor.
liderazgo plural
A los ancianos entre vosotros, yo, anciano como
ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y también
partícipe de la gloria que ha de ser revelada, os
ruego que pastoreéis el rebaño de Dios que está
entre vosotros, no por obligación, pero de buena gana, como dio
el quiere; no por avaricia, sino de buena gana; no como

enseñoreándose de los que se les han confiado, sino
siendo ejemplos para el rebaño. Y cuando aparezca el
Príncipe de los Pastores, recibiréis la corona de gloria que
nunca se desvanece.
1Pedro 5.14
Pedro, un apóstol, está hablando aquí a los

ancianos, que son líderes y, muy probablemente,
discípulos maduros, llamados a ser ejemplos del rebaño.
108
La palabra está en plural, indicando que no hay uno
solo, además de Pedro incluyéndose a sí mismo: “Yo,
un anciano como ellos”. ¿Qué está implícito? La
existencia de una especie de consejo, en el que los
líderes de la iglesia cooperan entre sí, como consiervos,
es decir, un liderazgo plural.
Es bueno dejarlo claro de inmediato: el liderazgo
plural no es sinónimo de desorden. Por el contrario, es
una demostración de cuidado del cuerpo: en lugar de
correr el riesgo de autoritarismo o de toma de decisiones
unilaterales, el cuidado fluye de un grupo.
La forma en que las Escrituras resuelven el
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autoritarismo es definiendo el liderazgo como patrón de

liderazgo. En él se toman juntas las decisiones más
importantes y vitales de la Iglesia. Además, es en este
lugar donde cada pastor y líder da cuenta de su vida y
obras, para que pueda ser cuidado y sostenido por sus
hermanos.
Todos tienen voz en este núcleo de liderazgo, pero
no se menosprecia la cultura del honor. A los que
merecen honor, honor. Cabe señalar que Pedro era una
voz relevante en el grupo de ancianos, una voz que
destacaba sin anular a las demás.
La cuestión, por tanto, no es instaurar una especie
de ultrademocracia en la que todo se someta a votación,
sobre todo porque el modelo del cielo es monárquico.
– todos servimos a un Rey Soberano. En este sentido, la

voz de la mayoría no siempre es la voz de Dios, al menos
no cuando la mayoría está en contra de la Biblia y de la
visión propuesta por el Señor. La cuestión es que nadie
debería liderar solo.
Para aclarar aún más: en un liderazgo plural puede
haber diferentes funciones, con mayor o menor
responsabilidad. Lo que una sola persona no puede
centralizar a todo el gobierno.
109 De hecho, la centralización no hace nada.
Es una de las maneras más fáciles para que un líder se
pierda y, aun así, se vuelva irrelevante. ¿Por qué?
Porque no hay continuidad, no hay cuerpo, no hay Iglesia
donde sólo uno habla y todos obedecen. Siendo la Iglesia
una familia, debemos gobernar de manera plural. El
líder bíblico, además de comprender que no debe liderar
solo, tampoco debe tener miedo de delegar. Eso se
aplica a una iglesia, un ministerio, una banda.
Los cimientos eclesiásticos mismos fueron puestos

por un equipo de apóstoles, no sólo por Pedro, Juan o
Pablo. Estos tres tampoco lo hicieron todo, porque era
geográficamente imposible. Hubo un liderazgo plural y
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un constante establecimiento de nuevos líderes, a

quienes se delegaron responsabilidades.
Muchas iglesias al inicio de la era cristiana nacieron
así, a partir del trabajo de un apóstol, quien fue enviado
bajo la visión de un liderazgo apostólico plural. El apóstol
constituyó nuevos líderes para continuar con la obra
local y luego partió para otra misión.
La instrucción del apóstol Pedro lleva consigo una

frase increíble: "no como enseñoreándose de los que os
han sido confiados". Ya hemos visto que somos
sacerdotes y reyes no para gobernar, sino para favorecer, es decir.
No es función de un líder decidir por los liderados, ni

hacer de los liderados sus esclavos. Cuando se
instituye un liderazgo plural, es más fácil detectar a
quienes son dominantes, porque muchos ven más de
uno: la visión se amplía.
Es interesante que Pedro dé el contrapunto a los
gobernantes: “no como enseñoreándose de los que
les han sido confiados, sino siendo ejemplos para el
rebaño”. Para combatir la tendencia a dominar,
110 aprende a ser. Si lo eres, ya tienes el requisito de
liderar a alguien: el ejemplo. Cuando lideras más con
tu testimonio que con palabras, exigencias o
dominación, el fruto son discípulos maduros que
también aprenden a ser antes que ellos. Si el líder
falta, estos discípulos pueden seguir la misión y la
Iglesia permanece.
En cuanto a ti, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en

Cristo Jesús. Y lo que oíste de mí ante muchos testigos,
encarga esto a hombres fieles, capaces de instruir a otros.
2 Timoteo 2.12
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Un liderazgo plural desea la expansión del

Reino, no una recompensa para uno u otro. Quiere
que todos lleguen al pleno conocimiento de Dios, y no
sólo los más espirituales.
Los líderes de una iglesia matriz son el suelo, no
el techo, por eso delegan, porque entienden que no
son los dueños de todos los talentos ni los responsables
de todos los servicios. Si estás haciendo más de lo
que deberías, tu trabajo no está a la altura de lo que
podría ser; es muy posible que alguien más lo haga
mejor. Pero también hay otro aspecto: puedes estar
bloqueando el proceso de servicio, sacrificio y
aprendizaje de otra persona.
El líder dominante no genera continuidad,

porque vive según sus propios sueños y proyectos.
Este es el tipo de persona que mata, si es necesario,
para ver despegar sus proyectos. ¡Este no es el
camino que debemos caminar!
Quien decide hacerlo todo solo perturba el
movimiento orgánico de un cuerpo, en el que se
necesitan muchos miembros para funcionar
correctamente. En el liderazgo la lógica es la misma:
111
no todos pueden ser mano, no todos pueden ser cuello.
En cambio, si somos muchos, pero sincronizados,
tendremos un liderazgo sano y, en consecuencia,
una Iglesia sana.
Si el máximo cargo de gobierno, el divino, no
tiene un solo líder, sino tres… no hay argumentos en
contra. El modelo del Cielo no es el de un gobierno
individual, ni uno que centralice todas las funciones.
Es eso.
La lógica es simple: sé paternal, no tengas
miedo de que otros crezcan contigo o incluso más.
Nuestros ministerios se volverán cada vez más
poderosos a medida que perdamos el miedo a que
los discípulos vuelen. ¡Hay una porción en mi
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hermano que no tengo y la necesito para construir

juntos algo digno de nuestro Señor!
“Pero, Alejandro, soy víctima de estos liderazgos
autoritarios... No puedo confiar en las iglesias, porque
están formadas por personas muy equivocadas.
¡Solo quiero a Jesús!” Realmente entiendo quién se
siente así, y por eso escribí este libro. Si eres uno de
esos, necesito recordarte a Pedro, quien también
solo quería a Jesús, no a la familia de Jesús...
Los próximos capítulos destilarán la curación y
al mismo tiempo señalarán estrategias muy prácticas.
Sin embargo, no quiero seguir sin orar. ¿Vamos?
Señor Jesús, no hay nadie que ame a la Iglesia como tú.

Bautízanos con ese mismo amor. Danos también un corazón
que no se ofenda. ¡Danos un corazón como el tuyo!
Jesús, no hay otra persona que haya sufrido tanto como

tú por tu iglesia. Fuiste el más agraviado. Por eso, oro por mí y
por mis hermanos para que hagamos de cada injusticia que nos
hacen se convierta en una oportunidad para manifestar Su vida.
112
Sana nuestras heridas y dolor. Derrame de tu
amor paternal en nuestros corazones. ¡Y que en nuestros
hermanos y hermanas encontremos una familia! Amén.
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FAMILIA QUE
DISCÍPULO
No subestimes el poder del cuerpo.
Quien no toca el Cuerpo no experimenta lo que de Él

emana. Por tanto, no congregarse es un ataque contra
uno mismo, es privarse de la bendición.
Quienes se aíslan buscan intereses egoístas y se rebelan

contra el sentido común.
Proverbios 18:1 (NVI)
No es sabio vivir solo. Este versículo de Proverbios

es contundente: quien se aísla viola el sentido común.
Y lo peor: quienes abandonan la Iglesia porque fueron
heridos, terminan alejándose de su propia curación.
Al oír la fama de Jesús, la mujer se acercó por detrás entre la

multitud y tocó su manto. Porque decía: "Si tan sólo toco su
ropa, seré sanado".
Marcos 5.27,28
Aquella mujer, que padecía hemorragias desde

hacía más de una década, no tocó la cabeza de Jesús,
sino las ropas que cubrían su cuerpo. Proféticamente,
la curación sólo llegó cuando ella tocó el Cuerpo de
Jesús. ¡La unción y la vida fluyen del Cuerpo! ¿Cuándo
empezó Tomás a creer en la resurrección? Cuando
tocó el cuerpo de Jesús:
Y luego le dijo a
Tomás: —Pon aquí tu dedo y mira mis manos. Extiende
también tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo,
sino creyente.
Juan 20.27
Hay poder que fluye del Cuerpo de Cristo, y si no lo

tocas, no recibes lo que tiene para ofrecer. Quienes
deciden no tocar a la Iglesia ni ser tocados por ella eligen
115 no acceder a sus tesoros y milagros. La verdad es que mi
vida espiritual nunca estará completa solo en el armario de
oración, porque el plan solo se completa en comunión con
el Cuerpo.
No se debe subestimar el poder de ser Iglesia.

No es una reunión cualquiera, sino sobrenatural.
Jesús nunca dejará de honrar su plan familiar: la Iglesia es
la extensión de Él mismo, de quién es Él, y esto no es una
broma. Hay un poder incalculable escondido y reservado
para quienes deciden vivir y ser una familia espiritual.
id
essa
oluapilíicm ef
La Iglesia tiene en ella la plenitud de Cristo: “la Iglesia,

que es su cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en
todos” (Efesios 1:22, 23). Con ojos naturales podemos ver
errores y deficiencias, pero con los ojos de Cristo vemos la
familia de Dios, el medio a través del cual Cristo continúa
Su obra en la tierra. Por lo tanto, hay poder que fluye del
Cuerpo. La plenitud de Cristo está en la Iglesia, y eso es
muy poderoso.
Padre de los huérfanos y de las viudas es Dios en su

santa morada. Dios hace que los solitarios habiten en
familia; libera a los cautivos y les da prosperidad; sólo los
rebeldes habitan en tierra árida.
Salmos 68.5,6
¡Dios hace que los solitarios caminen en familia!

Hermanos, estoy plenamente convencido de que cada
persona quiere ser parte de ello. Parte de una familia, parte
de un propósito, parte de lo que Dios hace. El Señor es
Padre de los huérfanos, Padre de las viudas, Padre de los
rechazados, Padre de los que necesitan un Padre ¡No
hay resistencia en Dios! Cuando encontramos ese hogar,
esa familia, descubrimos prosperidad, como dice el
versículo: prosperidad que ni todo el dinero del mundo
116 podría brindar. Sin embargo, el terreno del solitario es
estéril. Siempre seremos infructuosos e incompletos mientras permanez
Relación, no método
Una de las grandes fuentes de sanación y maduración
es el discipulado. Es bueno recordar que la Gran Comisión
no sólo ordenó la evangelización, sino también hacer
discípulos en todas las naciones, por lo que el discipulado
no es una invención reciente, sino un mandato dado por
Cristo mismo.
Muchas iglesias, sin embargo, sólo han experimentado
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con métodos de discipulado, algunos bastante locos.

¿Cuál es el enfoque de los métodos? Resultados. ¿Cuál
es el enfoque del discipulado? Que Cristo se forme en
nosotros, para que desborde, de adentro hacia afuera,
transformando el mundo.
Es bueno ser siempre celoso del bien y no sólo cuando

estoy con vosotros, hijos míos, por quienes sufro nuevamente
los dolores de parto, hasta que Cristo se forme en vosotros.
Gálatas 4.18,19
Pablo les dice a los gálatas que sufre dolores de

parto para que Cristo sea generado en ellos. Más bien, los
llama “hijos”. El discipulado de los padres quiere hacer hijos.
los niños crezcan en Cristo, y no anotar números en la

hoja de resultados. Hay un encuentro entre la necesidad
no sólo de hablar de Jesús, sino de transformar a las
personas en sus discípulos, con una cualidad inherente
a un buen discipulado: él es paternal como Jesús.
Vamos por partes. ¿Qué es el discipulado? Es el

proceso de que todo cristiano llegue a ser como Cristo,
de que Cristo sea engendrado en el cristiano. No es un
117 proceso humano, no es un viaje para lograr el éxito en
nuestras iglesias. No, el discipulado es el proceso de
seguir a Cristo y ser como Él. Y el Señor usa a la Iglesia
y a los hermanos y hermanas para promover esto en
cada uno de nosotros.
Llamamos discipulador al facilitador de este
proceso, pero el discípulo no pertenece al discipulador,
sino a Jesús –que nadie ocupe su lugar. El discipulado
es, de hecho, un instrumento utilizado por Jesús para
conducir a la madurez. Sin embargo, dado que el
discipulado es el camino que recorre todo cristiano,
debemos recordar que el Señor de este camino es
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Jesús, no el discipulador.
Es natural que surjan similitudes entre discipulador
y discípulo, pero el objetivo del discipulado es que Cristo
sea formado en el discípulo, y no que el líder obtenga un
clon. Si se parece al líder, que lo sea porque, primero,
¡el líder se parece a Jesús!
Repito lo que dije en otro contexto: no se puede
dar lo que no se tiene. Por otro lado, si lo eres, eres
capaz de generar a partir de lo que ya te has convertido.
Este ciclo de ser y luego generar es el ciclo del discipulado.
¿En qué entorno se desarrolla? ¿En una línea sa

en la iglesia? Hermano mío, el discipulado es vida en
vida, es estar cerca de alguien hasta que él también lo esté.
Una vida que hace espacio para vivir otra vida.
muy cerca y entonces uno puede beber del agua viva que
brota del interior del otro. Si Jesús dijo que el Reino de
Dios está dentro de nosotros (Lucas 17:20,21), ¿qué
puede salir de nosotros cuando nos dejamos tocar?
¡Cultura del Reino!
Para que sea muy fácil de entender, basta con fijar
la vista en nuestro mayor ejemplo, nuestro modelo, el
mejor discipulador que existe: Jesucristo.
118 Él les dijo: Venid y ved. Entonces fueron y vieron dónde se

hospedaba Jesús; y se quedaron con él aquel día, alrededor de
la hora décima.
Juan 1.39
El discipulado de Jesús no se basó en un libro de

ejercicios, aunque no está mal utilizar uno. El Maestro
decía “vengan y vean”, invitando a los discípulos a su
casa. Los llamó para ver dónde vivía, cómo vivía. Era
como decir: “aprende de mí mientras vivo”.
La mayoría de los sermones que Cristo predicó

estaban dirigidos a multitudes. Los más cercanos, sin
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embargo, eran estudiantes comunes y corrientes,

aprendieron viendo a Jesús en vivo. Obviamente, vieron
que lo que predicaba, también lo vivía.
¿Listo para un pequeño enfrentamiento? Líder, ¿qué
aprendería tu discípulo si lo acercaras tanto como Jesús
acercó a los suyos? ¿Se daría cuenta tu discípulo de que,
en la práctica, vives lo que predicas, o vería dos posturas
diferentes, una en el púlpito y otra en casa?
El discipulado de Jesús siempre se basó en la

relación. Repito, sin miedo a ser feliz: es quien es Jesús,
eternamente tres, en una danza perfecta de tres Seres
viviendo en una relación eterna e imparable. Cristo es
formado en nosotros cuando
nos relacionamos, siendo Su familia espiritual – y el

discipulado es parte fundamental. Practicar el
discipulado de Jesús es vivir la relación con las
personas, invitándolas a ser parte de nuestras vidas.
Si sólo formamos una amistad con el discípulo,
no somos diferentes de cualquier otro amigo. Si
somos simplemente maestros de las Escrituras para
alguien, no habrá diferencia entre nosotros y los
profesores de un seminario. Nuestra función, como
119 discipuladores, es unir las dos cosas: la amistad y la enseñanza
Sin embargo, si no hay vida, si el discípulo no
puede imitar la vida de su discipulador –ya sea porque
el líder no se parece a Cristo o porque no se ha
generado una apertura para la relación–, estamos
fallando en hacer discipulado. Si alguien imita a
Cristo, se parecerá al Padre, y si os imita a vosotros,
¿se parecerá a Cristo? Si tu vida no confirma tu
unción, no necesitamos tu unción, amigo mío.
Nuestra relación debe ser similar a la que Jesús

tuvo con sus discípulos y que Jesús mismo tiene con
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el Padre en la Trinidad. En este entorno de vida, el

discípulo no es mi alumno, ni un empleado, ni un
miembro de mi equipo ministerial; mi discípulo es mi
familia, sangre de mi sangre.
Así también nosotros, que somos muchos, somos un

cuerpo en Cristo y miembros unos de otros.
Romanos 12.5
Tenga en cuenta que el versículo de Romanos

muestra que no sólo somos miembros de Cristo,
sino miembros unos de otros. Así, la relación y
transmisión de la vida de Jesús debe ser un camino
de doble sentido, con un corazón humilde, enseñable y amoroso
de ambas partes. En el contacto, en la convivencia, en

el caminar juntos, se escucha al cristiano más importante,
pero no al único que tiene derecho a hablar. Por cierto,
quien no sabe escuchar no merece ser escuchado. Lo
que debe ocurrir es un intercambio, una apertura por
parte del discípulo, pero también del discipulador.
No hagáis nada por partidismo o vanagloria, sino con

humildad, considerando cada uno a los demás mejores
que él mismo.
120
Filipenses 2.3
Lo reduciremos hasta que sea muy práctico, pero

creo que el panorama ya se está formando. El verdadero
discipulado no es rehén de un cronograma mensual;
eso puede ser tutoría, entrenamiento, pero no
discipulado, no el discipulado de Jesús.
El modelo de Cristo es la convivencia, es comunión entre
discípulo y hacedor de discípulos en diferentes momentos
y circunstancias. Juntos en oración, juntos en el estudio,
juntos al comprar pan, juntos en la cena con la familia,
juntos en la adoración, juntos en un viaje al banco. Así,
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lo que se vive brota del líder y, de la comunión, nacen

los frutos.
Mientras todo lo que tengamos sean unos minutos
a la semana para leer juntos un manual, no estaremos
experimentando el discipulado. Si sólo te encuentras
con un supuesto discípulo cuando te citan para tomar un
café, todavía no es tu discípulo. Los discípulos son
familia y la familia está siempre unida. ¡Vida sobre vida!
Cuando hablamos de formar a Cristo en alguien, el
objetivo no es capacitar a la persona en un área
específica de especialización. Por eso no se debe
confundir la formación de un cantante o un predicador
con el discipulado. El discipulado es la unión del "ven y
verás" con la "vida en vida" hasta que Cristo sea formado.
Finalmente, es necesario pasar a la cualidad

del discipulado de Jesús: paternal. Llamando niños
a sus discípulos, pero también llevándoles corrección.
Dividir largos paseos y viajes entre la multitud, pero
también compartir el Jardín.
Vivir milagros, pero también caminar hacia la cruz.
La forma en que Jesús demostró libertad al enseñar
a sus discípulos, muchas veces enfáticamente como
cuando llamó a Pedro Satán, indica una construcción
121 de intimidad que sólo se ve en la familia.
La paternidad exige intimidad. La paternidad es

libertad para hablar y afrontar cosas de las que nos
avergonzamos, que no abrimos a cualquiera, por
eso lo hacemos en familia, como si un hijo abriera
su corazón a su padre. ¿De dónde sacaste eso,
Alejandro? De uno de los ejemplos bíblicos más
bellos de paternidad espiritual: Pablo y Timoteo.
Pablo quería que Timoteo fuera con él, así que lo circuncidó
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a causa de los judíos de aquellos lugares; porque todos

sabían que su padre era griego.
Hechos 16.3
Timoteo fue circuncidado por Pablo. Es difícil

pensar en algo más íntimo y vergonzoso que ser
circuncidado por quien te guía espiritualmente. Eso
fue lo que hizo Pablo, porque Timoteo era como un
hijo. Pablo tocó lo más íntimo de Timoteo. ¿Y por
qué Pablo hizo esto? Como discipulador paternal,
el apóstol vio no sólo ese momento, sino el futuro
ministerial de su hijo espiritual, quien encontraría
más puertas abiertas entre los judíos si fuera
circuncidado.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús, por mandato de Dios nuestro

Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, a Timoteo,
verdadero hijo en la fe, gracia, misericordia y paz, de Dios Padre
y de Cristo Jesús nuestro Señor.
1 Timoteo 1.1,2
El hecho de acceder a la intimidad del discípulo

no le da derecho a éste a considerarse superior ni
122 a exponer la desnudez de su hijo espiritual. Por eso
debemos buscar ser como Jesús, para manifestar
paternidad en el discipulado como Él lo hizo. Sabía
exactamente la medida, la dosis, el momento, el
modo, viendo mucho más que ahora. Así como un
padre toma decisiones pensando en décadas de
anticipación, un discipulador guía con discernimiento
profético y un intenso deseo de impulsar al discípulo
hacia el pleno cumplimiento del propósito divino.
Ya hemos visto características de una iglesia

paternal, ahora estamos viendo las mismas
características como base del buen discipulado, el
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discipulado que hizo Jesús y luego los apóstoles

también. Una vida en vida que genera
progresivamente intimidad, como un padre con un
hijo. Así el cristiano más experimentado se convierte
en canal de Dios para llegar a los cuartos oscuros,
a los cuartos cerrados, a la vergüenza escondida
del discípulo. ¿Para avergonzarte? De ninguna
manera. El objetivo es que, en la intimidad, se
construya un ambiente seguro para la confesión de
los pecados y las tentaciones, paso innegociable para que haya
Confiesaos vuestros pecados unos a otros y orad unos por otros

para que seáis sanados. Mucho puede, por su eficacia, la súplica
de los justos.
Santiago 5.16
Es esta curación, de uno que se confiesa al

otro, de uno que ora por el otro, mientras ambos
viven para el Señor, lo que emana del Cuerpo. No
nos equivoquemos: este nivel de restauración no se
logra sin una vida de discipulado. Puedes ser muy
bendecido asistiendo a cultos e incluso siendo parte
de un ministerio, pero sólo alcanzarás la madurez
total cuando permitas que, en el discipulado, se
acceda profundamente al lado interno.
123 La vida de Jesús corre por todo Su Cuerpo, no
sólo en los pastores. No necesitas tener a tu pastor
como discipulador, porque la savia corre por muchas
ramas, y no sólo por la rama pastoral. Y más: nunca
te pongas en un pedestal con respecto al discipulado,
porque aquellos que conocen menos la Biblia o se
han convertido por menos tiempo que tú, todavía
tienen a Jesús, y Jesús es lo que necesitarás.
para siempre.
Quizás no vives el discipulado porque sientes
que nadie está a la altura de tus conocimientos o
experiencia. Una alerta: estás al borde de un
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precipicio. Si no eres capaz de recibir de alguien

que sabe menos, además de no obedecer la orden
de considerar a todos superiores a ti, tienes una
expectativa equivocada. Jesús es todo en todos, no
todo en algunos súper creyentes.
En el que no puede haber ni griego ni judío, circuncisión

ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, libre; pero
Cristo es todo en todos.
Colosenses 3.11
Si eres pastor, recuerda que la autoridad viene

de la vida, así que empodera a las personas que
viven, ponlas al discipulado, no solo a los elocuentes
y buenos oradores de la Palabra. Por otro
Por otro lado, busque dirección en Dios, porque Él no vive

en cajas. Quizás Su voluntad esté en lugares no
convencionales, en formas no obvias, en personas
consideradas improbables.
Sobre todo, líderes o seguidores, es esencial que
volvamos a honrar el discipulado. Este llamado no es
estacional, sino para siempre, hasta que Él venga. Cristo
necesita ser formado en cada uno de nosotros, y la manera
bíblica de hacerlo es a través del discipulado que ocurre en
124 la relación, no en la ejecución de meros métodos.
Por un lado, una persona cuya autoridad ha sido

reconocida por el Cuerpo, por el testimonio, y no sólo por el
conocimiento, aunque esto también es indispensable. Por
otro lado, alguien que esté dispuesto a transformar su vida,
dispuesto a exponer todo lo necesario para la transformación.
En una calle de doble sentido, discipulador y discípulo dan y
reciben; incluso si el discipulador ocupa una posición de
gobierno, el gobierno se ejerce a favor del discípulo, y no con
superioridad.
Aún en el tema del discipulado, vale la pena señalar que

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nadie es lo suficientemente profundo o demasiado maduro

para no necesitar a Jesús. Los discípulos no pueden ser los
más arrogantes; más bien, deberían ser los más sedientos y
humildes.
Juntando algunas piezas, estamos hablando de la vida
de una Iglesia paternal. En él hay vida en vida, relación, no
una reunión de gente armada en el Jardín. En medio de esta
cultura paternal, se establece un gobierno a favor, en el que
unos están dispuestos a cuidar y otros están dispuestos a ser
cuidados, en un discipulado según el modelo de Jesús.
Si restauramos la salud del discipulado en nuestras

iglesias, no sólo encontraremos resultados, sino que también
encontraremos el cielo en la tierra, la voluntad de Dios – revelada
en la Palabra – estar satisfechos: una familia espiritual que

ama, corrige, dirige y vive junta, hasta que todos sean uno
y unidos con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
transparente y vulnerable
La comunión es, en sí misma, una clave para la
125 transformación, una herramienta que moldea al hombre en
la forma de Cristo. Es necesario, sin embargo, desentrañar
el significado de la comunión, comprender cómo se debe
mantener, según las Escrituras.
El mensaje que oímos de él y que os anunciamos es este:

Dios es luz, y en él no hay oscuridad alguna. Si decimos que
tenemos comunión con él y caminamos en tinieblas, mentimos
y no practicamos la verdad.
Si caminamos en la luz, como él está en la luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos
limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
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nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si

confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1.59
La Biblia es como un campo de tesoros. Algunas

explícitas, otras ocultas por el mismo Dios, que nos invita a
desvelarlas por el Espíritu. Os invito a mirar con ojos
espirituales este texto, ajustando el enfoque de vuestra
lente, porque allí está “la profundidad de las riquezas, tanto
de la sabiduría como de la ciencia de Dios” (Rm 11,33).
Dios es luz. Si aspiramos a ser como Él y servirle, no

hay camino posible sin luz. ¿Y qué hace la luz? Revela. La
luz muestra lo que, en la oscuridad, no era posible.
ver. Juan no alivia: quien dice que tiene comunión con el

Señor, pero camina en tinieblas, no es más que un mentiroso.
Luego viene una parte explosiva: aquellos que deciden

caminar en la luz que Él es, tener comunión unos con
otros. Oye, ¿todavía estás ahí? ¿Puedes sentir el impacto
de esta verdad? Puede doler como un puñetazo en el
estómago: “Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré.
En mi boca era dulce como la miel; Sin embargo, cuando lo
126 comí, mi estómago estaba amargo”. (Ap 10.10).
La verdad es que la luz y la comunión con la familia

espiritual van de la mano. No digo esto con alegría, pero
hay muchos vampiros en nuestras iglesias. Gente que no
se expone a la luz, pero quiere cantar alabanzas, quiere
predicar, quiere ser misionero, quiere, quiere, quiere. Son
descendientes de sanguijuelas: “La sanguijuela tiene dos
hijas, que se llaman Da y Da” (Proverbios 30:15). Piden que
se les dé todo, pero no entregan nada, no dejan que la luz
que hay en la comunión brille en sus vidas, en sus
corazones, en quienes realmente son.
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Cualquiera que rechace la comunión con la familia

espiritual habita en la oscuridad. Y, peor aún, la Biblia lo
llama mentiroso, cuando se llama a sí mismo un conocedor
de Dios: no hay manera de conocer a Jesús y no ser
iluminado por la luz que Él mismo es. Y Él es comunión, Él
es familia. Vivir con Él y con Su familia significa vivir en la
luz.
Caminar en esa luz, a su vez, es dejar brillar quiénes
somos, dejar que nuestros hermanos y hermanas vean
nuestras imperfecciones, no pretender ser lo que no somos.
El que camina en la luz es real, no un modelo. La luz
descubre lo oculto, y así nacen los transformados, los niños
maduros, que reconocen los pecados y saben pedir ayuda.
¿Sabes qué les sucede a quienes caminan en la luz del

compañerismo? Simplemente leemos juntos la respuesta:
“Si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos
limpia de todo pecado”.
(1 Juan 1,7). ¡La comunión purifica! ¡Comunión limpia!
¡La luz de la comunión saca a la luz el pecado oculto para
trabajar en él!
“Ah, pero no tengo grandes pecados. Soy creyente
127 desde hace mucho tiempo”. Usaré las palabras de Juan para
responder a cualquiera que se atreva a pensar así: “Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros”
(1 Juan 1,8). Y el texto continúa:
Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso, y su

palabra no está en nosotros.
1 Juan 1.10
Todos, sin excepción, necesitan abandonar los

pecados, y Dios creó el ambiente propicio para ello: la Iglesia
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paternal, la que Jesús inauguró con su vida, muerte y

resurrección. Una familia espiritual de muchos hermanos,
construida sobre una base sólida no solo de evangelismo
sino también de discipulado, creada y mantenida a través de
las relaciones.
¿Por qué vivir la comunión? Porque allí es donde se
encuentra la luz, es decir, lejos de ella, no es posible ver
bien, ni a uno mismo ni a los demás. Si alguien se ve
demasiado lejos, necesita más compañerismo. Si alguien
sólo ve fallas en todo y en todos, incluida su iglesia local,
probablemente se ha alejado de la comunidad.
¿Quieres ver bien? ¡Viva la comunión!

¿Y cómo vivimos juntos? Con luz, revelando lo que se
nos oculta a nosotros mismos, mientras estamos
en familia. La transparencia y la vulnerabilidad son

elementos sin los cuales el discipulado no genera vida, sin
los cuales no se ataca el pecado desde su raíz.
La superficialidad en la vida de la Iglesia nunca fue el
plan del Creador. Hemos visto hasta ahora cuán interesado
está en la intimidad, en estar tan cerca como para ser uno.
¿Cómo vivir la unidad sin dejarse tocar, sin volverse
vulnerable?
Más que eso, ¿estás preparado para ser así,
128 transparente? ¿Estás dispuesto a ser vulnerable con la
gente? ¿Realmente quieres obedecer el mandato de Jesús
de ser discípulo y hacer discípulos, tocando y siendo tocado
por el poderoso Cuerpo de Cristo?
Si es así, quiero traer esperanza: hay confrontación,

hay un dolor natural en el arrepentimiento, pero esto no es
más que la cruz, esa que Jesús dijo que era obligatoria para
todo aquel que aspira a ser llamado su discípulo.
Jesús dijo a todos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome

día a día su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la
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perderá; y el que pierda su vida por mi causa, la salvará.
Lucas 9.23,24
Lo que propongo aquí no es más que ser como Jesús.

Ser vulnerable y transparente es ser como Él, vivir en
comunión es ser como Él.
Quizás al leer estas palabras te incomode el énfasis en
el hecho de que la comunión tiene un impacto directo en
librarnos de los pecados, por eso te propongo una reflexión
bajo este prisma: el de ser como Él.
¿Qué es el pecado? No se trata sólo de hacer algo

malo, sino de no vivir lo que Dios nos ha dado.
propone vivir – simplemente porque no queremos vivir esa

vida. Dejar de pecar es mucho más que dejar de consumir
pornografía, por ejemplo, sino tener una mente redimida
respecto al sexo. Es decir, ser santo no es portarse bien,
sino ser como Jesús. Y la comunión de la familia tiene el
poder de transformarnos en quien Él es, no sólo de superar
el comportamiento incorrecto.
La Iglesia de Jesús es una familia de personas sin

129 máscaras, vulnerables, tratables y por tanto santas. Tan
seguros de quiénes son, tan seguros de que Dios los ama,
que no temen las opiniones de los demás. Incluso si alguien
es insensible a tus debilidades, está bien: las personas
como Jesús no se ofenden.
¡La comunión es ligera! ¡La comunión es el fuego que

nos mantiene puros como Jesús! Repito la pregunta, porque
debe llegar a lo más íntimo de nuestro corazón: ¿cómo
vivir la unidad y la fuerza de la comunión sin volvernos
vulnerables y transparentes, sin dejarnos tocar?
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lastimame justo
¿Quieres con todo tu corazón ser discípulo de Jesús?

Entonces necesitas estar dispuesto a ser cuidado por otros,
en la familia llamada Iglesia. Debes estar dispuesto a
exponerte a las correcciones necesarias.
Sigue el razonamiento: no te conviertes en discípulo

tocando sólo la cabeza, que es Cristo, sino también la
extensión de la cabeza, que es Su Cuerpo. En Su soberanía,
el Creador decidió crear seres que se vuelvan similares a Él
no sólo a través de una relación consigo mismo, sino
también a través de
a través del compañerismo con otros hombres. De esta luz

que emana de la comunión nacen los hijos de Jesús,
semejantes a Él, uno con el Padre, pero también uno con
los hermanos.
El párrafo anterior resumió lo que hablamos en este
capítulo, acerca de una familia de discipulado.
El discipulado, por tanto, no es negociable y tiene un papel
central en la comunión planeada por el Señor.
Él, en quien creemos, en quien depositamos la fe y cuyos
130 hijos profesamos ser, es comunión y tiene un plan eterno
para establecer lo que Él es en una familia hoy llamada
Iglesia y esto no solo se genera en cultos y conferencias. ,
pero en una cultura
compañerismo y discipulado.
También hemos visto que el discipulado es una
relación, no un método. Esto significa que una vida tocando
otra vida es más eficaz para que Cristo se forme en nosotros
que utilizar fórmulas y basarnos sólo en horarios, aunque
sea necesario utilizarlos como estrategia. Sé antes que lo
hagas y dará fruto cuando hagas cualquier cosa, incluido el
discipulado. Por tanto, tener comunión en la familia y aceptar
liderar y ser guiado por un hermano son pasos hacia la
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transformación profunda de nuestra vida, de adentro hacia

afuera.
A pesar de este énfasis en la relación, nuestros ojos

deben permanecer en Jesús y el modelo que Él estableció
para la familia espiritual mientras estuvo aquí: El discipulado
de Cristo no pasa de trapo ni barre la suciedad debajo de la
alfombra; al contrario, confronta. Hay amistad, pero no se
evitan los temas difíciles en nombre de la buena vecindad.
Cualquiera que decida ser transparente y vulnerable en el
discipulado inevitablemente atraerá la confrontación, y eso
es algo bueno.
“Qué bueno, ¿estás loco?”. No, sólo soy bíblico.

Vamos allá:
Pero ahora me alegro, no porque estuvieras triste, sino

porque tu tristeza te llevó al arrepentimiento. Porque
fuisteis contristados según Dios, para que no sufrierais
ningún daño de nuestra parte.
Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, que a nadie entristece;
pero la tristeza del mundo produce muerte.
131 2 Corintios 7.910
Si alguien te predicó alguna vez que la tristeza nunca

viene de Dios, bienvenido a la luz: hay una tristeza piadosa,
que es el arrepentimiento. En una cultura de discipulado,
habrá dolor con cada encuentro, y ese dolor es parte de
Su obra en nosotros; sin la tristeza del arrepentimiento, no
hay gozo de la transformación. Antes, cruzar. Luego la vida.
El discipulado sin confrontación no es discipulado,

basta con mirar la relación de Jesús con sus doce amigos.
Aunque Cristo fue bondadoso y a veces incluso enigmático
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en sus enseñanzas, al mismo tiempo sabía cuándo ser muy

directo y confrontativo. Lo interesante es que incluso
después de un intenso discipulado, con palabras
extremadamente duras, la mayoría de los discípulos
permanecieron con Él.
El alineamiento de nuestras vidas llega a través de la
confrontación, pero la respuesta correcta sólo llega con el
arrepentimiento, recordando todo el dolor y la tristeza que
trae consigo, haciendo que el arrepentido, muchas veces,
llore amargamente al reconocer el error. Por eso debemos
reconocer que hay una batalla constante entre el
arrepentimiento y la
que debemos expresar cuando nos enfrentamos en el
discipulado y el orgullo que no queremos
nunca nos dobleguemos.
Sin embargo, hay ciertas cosas que contribuyen a

que los orgullosos nunca se dobleguen, y una de ellas es
el enfoque del discipulado.
¿O desprecias la riqueza de la bondad, la tolerancia y

la paciencia de Dios, ignorando que la bondad de Dios
te lleva al arrepentimiento?
Romanos 2.4
132 Este pasaje del capítulo 2 de Romanos lleva el título

“El justo juicio de Dios”. El tema de esta enseñanza de
Pablo es el juicio, pero el apóstol no dice que el juicio
produzca arrepentimiento.
Cava conmigo ahora, porque hay un tesoro
escondido: no se corrige a alguien con sólo una palabra de
juicio. El juicio no genera arrepentimiento ni conduce al
alineamiento necesario. Es la bondad de Dios la que lleva
al arrepentimiento, amiga mía, la bondad. ¿Dónde fluye
esta bondad? ¡Por hombres, por hacedores de discípulos!
¿Por qué la Iglesia sigue siendo la misma después

de ciertos enfrentamientos? Porque las palabras de
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alineación se tiran con el dedo acusador. “Si pecas, irás al

infierno”. “Si tienes relaciones sexuales antes del
matrimonio, tu matrimonio estará en quiebra, condenado al fracaso”.
La Iglesia ha trabajado con amenazas y el resultado
de las amenazas es el miedo. Nadie se mantiene firme en
Jesús teniendo como fundamento el temor, sino cuando lo
ama con todo su corazón. Por amor a Él elegí obedecer,
no por miedo a las consecuencias.
No me malinterpretes, todo error trae cosas malas, ya
sean internas o externas. Lo que está en juego aquí es el
verdadero arrepentimiento, que es fruto de la bondad
divina y del enfoque bondadoso del discipulado, no la
amenaza del juicio. Las consecuencias, aunque existen,
no son las
enfoque, el enfoque es el amor de Jesús. Quienes lo aman

más que a nada, incluso más que a su propia reputación,
aceptan la confrontación, porque quieren arreglar todo lo
que los puede alejar del Abba.
Cuando el discipulado se sumerge en las aguas de la
bondad de Dios, la herramienta de confrontación no es el
juicio: el juicio se conoce y se enseña adecuadamente,
pero nunca se usa como arma, ni siquiera en la confrontación
más dura. ¿Sabes qué pasa cuando confrontas con bondad,
133 misericordia y amor? Rompes el corazón orgulloso en lugar
de endurecerlo aún más. La misericordia y el amor rompen
las cadenas de la altivez.
Jesús quitó las piedras de las manos de los jueces,

mostró amor y luego confrontó: “No peques más” (Jn 8).
Así nace el verdadero arrepentimiento, rompiendo el
orgullo del corazón para generar un cambio de actitud.
Aún será necesario, en un ambiente seguro, tocar la

intimidad. Jesús marcará el tono de cada conversación,
incluidas aquellas que necesitan abrir heridas, porque eso
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es discipulado. Pero no se debe hacer nada sin amabilidad.

La misma bondad que brota de Él debe brotar de nosotros,
en cada encuentro. Un enfrentamiento en el amor puede
cambiar el destino de una persona, así como un
enfrentamiento basado únicamente en el juicio puede
destruirlo.
Ahora que hemos aclarado la postura adecuada del
discipulado al confrontar, hablemos del discípulo. Imagínese
a uno de nosotros presentándose ante Dios en el Día del
Juicio con la siguiente afirmación: “Hola, Dios. Estoy aquí
para justificar mi falta de cambio. No es de extrañar,
me hubiera gustado haber cambiado, pero mis discípulos
me lastimaron.
Me atacaron todo el tiempo, juicio tras juicio, y nunca me
trajeron una palabra amable.
Cuando más necesitaba una vuelta, me golpearon con palabras

duras”.
Puede parecer un ejemplo bastante pintoresco, pero si
pudiéramos visualizar lo que nuestras respuestas de hoy
proyectan para el mañana, nos sorprenderíamos. La forma en
que respondemos hoy dice mucho de lo que vendrá mañana, y
debemos escuchar esa voz para reevaluarnos.
Aunque el propósito de este libro es animar a una familia

134 de hacedores de discípulos sanos y maduros, el discípulo nunca
debe poner la responsabilidad de su vida en manos del hacedor
de discípulos. ¿Qué pasa si el discípulo comete un error? O
mejor dicho, ¿qué pasa si el discipulador ya ha cometido un error?
De nosotros, los discípulos, el Señor espera el
arrepentimiento. Puede que el enfrentamiento no haya llegado
por el camino correcto, pero tenemos un Juez justo encargado
de juzgar quién nos enfrentó mal. La pregunta es: ¿cuál ha sido
mi respuesta a los enfrentamientos?
El que quiere ser como Jesús aprende en cualquier
momento. El más espiritual se entrega primero, perdona
primero, se arrepiente primero. ¡Para los maduros, cada injusticia
es una oportunidad para manifestar a Cristo!
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Una vez más, el arrepentimiento va en contra del orgullo.

Si permanecemos orgullosos hasta el punto de no aceptar una
palabra de alineación, la que fue transmitida con bondad o la
que fue con tristeza, somos aptos para el Reino de Dios. –, No
El arrepentimiento está entrelazado con el Reino, es inseparable.
Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a

decir: — Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está
cerca.
Mateo 4.17
Cuando Adán pecó, culpó a Eva, quien a su vez

culpó a la serpiente. Se trata de una clásica muestra de
orgullo ante la confrontación: no hay admisión de culpa,
sino un intento de poner a alguien más en el juego.
Cuando alguien de nuestra familia espiritual viene

a nosotros con una crítica, especialmente el discipulador
con quien estamos construyendo una relación de
confianza, el maldito orgullo de nuestro corazón caído
135 intenta levantarse y gritar. Si dejamos que el orgullo
prevalezca en el momento de la confrontación, no
permitirá que el arrepentimiento entre en escena.
Aquellos que son buenos para los argumentos y las
justificaciones suelen ser terribles para el
arrepentimiento y el cambio de vidas.
Es importante entender que no recibir
confrontación es lo mismo que declararse autosuficiente.
Note la respuesta que Dios le dio a una Iglesia que se
enorgullecía de no necesitar nada:
Dices: "Soy rico, estoy bien y no necesito nada". Pero ¿no

sabes que eres infeliz, sí, miserable, pobre, ciego y
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essa
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desnudo?
Apocalipsis 3.17
Laodicea no podía ver su propia desnudez porque

se creía autosuficiente. Lo hemos dicho antes y vale la
pena repetirlo: si queréis ver bien, entonces vivid en la
luz de la comunión, porque seguramente habrá un
enfrentamiento en cada ámbito revelado por la luz. ¡Y
que nuestra respuesta sea la de un corazón que
voluntariamente se humilla! La humildad y el
reconocimiento del error son los primeros pasos para
el cambio de actitudes, para la transformación.
Sí, nos necesitamos unos a otros para que todo
orgullo se doblegue. Necesitamos ser confrontativos
ted para que el dolor del arrepentimiento haga sangrar

nuestro íntimo y reciba la medicina celestial. ¡Que un
justo me haga daño, pero no quedo el mismo!
Hazme daño el justo, y será un favor; repréndeme, y será

como aceite sobre mi cabeza, que no lo rechazará. Seguiré
orando mientras los malvados obran el mal.
Salmos 141.5
136
Es eso. En una Iglesia paternal, el discipulador
golpea al discípulo con una vara de reprensión, pero
esto es recibido como un favor, como aceite en la
cabeza. Por favor, no te quedes sin reflexionar y orar
para tener ese corazón enseñable que se arrodilla
ante la confrontación en lugar de levantarse con
piedras en las manos. ¡Deseo el aceite en tu cabeza!
Creo de todo corazón que esta cultura del
alineamiento nos mantiene humildes y podados
adecuadamente para que demos aún más frutos. El
discipulador debe construir este lugar seguro para
acceder al corazón del discípulo. El discípulo, en
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cambio, necesita abrirse humildemente, ser

transparente y vulnerable, para que, si es necesario,
se rompa en los enfrentamientos y pueda, finalmente, levantar alg
Imagínense una iglesia de discípulos así,
imagínense. Hay una relación, una vida viviendo en
contacto con el otro, generando cambios a partir de
la transferencia de una cultura en la vida cotidiana.
También está el discipulado paternal, con atención al
destino, no sólo al inmediato. También hay un
enfrentamiento en la misma mesa donde se reparte el
pan. El alineamiento, sin embargo, está impregnado
de bondad por parte del discipulador y seguido de una
respuesta humilde y arrepentida del discípulo. ¡Qué
Iglesia tan gloriosa!
Cómo confiar en la gente
Necesito compartir contigo algo simple que llevo

conmigo. Cuando hablamos de discipulado y de ser
vulnerables, tanto como discipuladores como discípulos,
es natural que sintamos miedo, miedo de confiar en
las personas y terminar heridos.
La clave para ganar esto es simple: ¡no esperes
nada! Generar expectativas en las personas es el
137 primer paso de la frustración. La expectativa es lo que
proyectamos sobre alguien o algo; entonces, si no
sucede exactamente como lo idealizamos, terminamos
haciéndonos daño. Es decir, quienes crean expectativas
casi siempre se ven frustrados.
Segundo consejo simple pero poderoso: no dejes
de hacer lo que Cristo haría solo porque alguien más
no esté haciendo lo mismo. Ser bondadoso,
transparente y puro es exactamente lo que es Cristo; Si
por ser así otros corresponden con piedras y traiciones,
bienaventurados nosotros, porque nos asemejamos al
Maestro.
No limites tu cristianismo imitando a quien no imita
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a Jesús. Siempre habrá quien, al ver, pronto olvide;

escuchando, tápate los oídos. Nosotros, sin embargo,
permaneceremos alerta y siguiendo al Cordero,
cargando nuestra cruz, como ovejas obedientes.
todavía hay una cruz
No soy uno de los hermanos Grimm ni estoy

escribiendo un cuento de hadas. Soy plenamente
consciente de que cada uno de estos capítulos sobre la
Iglesia de Jesús nos exige nada menos que todo. Vivir
una Iglesia paternal sólo es posible para los muertos,
dispuestos a resucitar no la propia vida, sino la de los demás.
Cristo. Jesús inauguró esta familia en el árbol, y es en la cruz

donde debe ser sostenida.
Un discipulado genuino, establecido por una familia
discipuladora, no una empresa que sólo quiere sostenerse con
formar buenos empleados –, la cruz.
Aquellos que no se deciden por la cruz no podrán soportar
vivir bajo el discipulado, ya sean discípulos o discipuladores.
Nadie puede ser discipulado o discipulador si primero no
es discípulo de Cristo. Y Jesús dijo claramente que es sólo un
138 discípulo el que toma la cruz, por lo que no debemos crear
expectativas diferentes: si nuestra predicación evangelizadora
no habla de muerte para el yo, tal vez nunca podremos
cosechar frutos dignos de arrepentimiento en el discipulado.
No engañes en la evangelización, entonces serás libre

de vivir y establecer el discipulado de Jesús, al pie de la cruz.
¡Y comprueba si tú mismo no fuiste engañado cuando fuiste
evangelizado!
Amigos míos, reflexionemos sobre esto. Primero, alguien
necesita ser salvo; luego el discipulado. La base de ambos es
la cruz. Si antes disfrazamos el evangelio a los no salvos,
entonces, durante el discipulado, corremos el riesgo de intentar
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hacer discípulo de alguien que aún no se ha convertido en hijo

de Dios.
Como cristiano y líder, ¿cuál es la raíz del fruto que has
dado? Os invito a que os hagáis esta pregunta, recordando a
Jonás, que obedeció, aunque tardíamente, pero luego mostró
ciertas reservas en su corazón sobre la voluntad de Dios de
salvar a Nínive. Es posible dar frutos de obediencia, de
cumplimiento de principios, pero sin un corazón clavado en la
cruz.
Cuando hablo de cruz, hablo de morir antes de dar fruto,

porque “si el grano de trigo, cayendo en la tierra, no muere,
queda solo; pero si muere, da mucho fruto”.
(Jn 12,24). Y este mensaje de la cruz comienza a cambiar
desde dentro, luego se derrama y comienza a empapar a

quienes nos rodean. Es decir, el mensaje de la cruz primero
nos cambia, luego nos capacita para realizar la obra de Dios
en la Iglesia y en el mundo.
Cualquier cosa que el Señor quiera que hagamos, Él
primero nos la hace. El proceso no es lo que estamos
haciendo, sino en quién nos estamos convirtiendo. Si nos
convertimos en discípulos que toman la cruz, hacemos
discípulos que también están muertos.
139 La cruz existe y debe ser la base de nuestra vida, de
nuestra predicación, de nuestro discipulado, de la Iglesia que
nos estamos convirtiendo en Él. Todavía hay tiempo para
ajustar el enfoque y apuntar al fruto de una vida crucificada,
en lugar de a los resultados. ¿Vamos?
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MI CASA,
UNA CASA DE
DISCIPULADO
Predicación de la vida común
Antes de pasar a términos muy prácticos, era necesario

establecer unos fundamentos. Ahora es el momento de
visualizar, sentir, oler cómo es vivir en una familia espiritual
y cómo atraer personas para aumentar esa familia.
En primer lugar, cualquier entorno es probable que

llegue a las personas y dé testimonio de lo que se vive en
Jesús. Los discípulos que estaban con Cristo aprendieron
de Él en la barca, en la sinagoga, en los caminos, en casa
de uno, en casa de otro, al aire libre, en el Huerto, en el
monte, pagando impuestos, leyendo las Escrituras. , al
montar el campamento, al dormir, al despertar. El
discipulado no debe ser rehén de las oficinas de la iglesia,
sino que debe ocurrir en cualquier espacio y en cualquier
momento.
Como hoy hay una ola de ocho u ochenta, ya recalco
que la idea no es que el discípulo esté con el discipulador
las 24 horas del día, sino que existe la posibilidad de que
el discípulo, al estar contigo en situaciones cotidianas, te
se bendecido. ¿Por qué? Porque de este modo los
fundamentos del discipulado son fraternos, no institucionales.
Además, este punto de vista amplía el alcance de lo
que viene antes del discipulado, que es la evangelización:
predicas con tu vida mientras estás en el trabajo, en la
universidad, pagando una cuenta, comprando una barra de
pan. Su vida da testimonio de Cristo y se convierte en la
única Biblia que muchos leen. la diferencia en
tu propia conducta predica y reúne a personas interesadas

en una vida como la tuya.
Romantizamos la predicación del evangelio,
enclaustrándola en las iglesias o definiendo que solo debe
ocurrir en campañas de evangelización callejera. Sin
embargo, la mayoría de los conversos no respondieron a
la predicación en la iglesia o en la calle, sino a las relaciones:
los servicios y conferencias pueden haber sido parte de
ello, pero generalmente había una persona detrás que los
141 invitaba, que vivía cerca y testificaba de vez en cuando. ...
Cristo.
El evangelio que predica tu vida tiene mucho más
poder que un mensaje que no se vive.
En este sentido, cada persona que conoces es una
oportunidad para expresar el amor de Dios que está en ti,
que ya ha transformado tu corazón, tus actitudes y tu familia.
Empiece por amar a las personas con las que entra

en contacto y vivir la vida de Dios cerca de ellas.
Cuando llegue la oportunidad de compartir el evangelio, tu
vida confirmará el mensaje. Después de eso, es mucho más
probable que la persona esté abierta a aprender sobre su
iglesia. Recuerde, sin embargo, que el objetivo no es ganar
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uc
un miembro, sino ganar un hermano, una persona más

interesada en conocer a Jesús y ser transformado por Él.
Evangelizar en la vida ordinaria es predicar con vida.

De la misma manera, el discipulado en la vida cotidiana es
dejar fluir naturalmente el amor de Dios que ya opera dentro
de nosotros. Sed amables con todos, en todas partes,
mostrando a Cristo.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os

amáis unos a otros.
Juan 13.35
¿Has notado que la base es la misma, la relación,

tanto para el evangelismo como para el discipulado?
Porque así es como se construye un ambiente seguro
y de confianza, ya sea para presentarle a Jesús a
alguien con quien nunca ha tenido contacto o para
impulsar a un cristiano maduro a un lugar aún más
elevado en la relación con Cristo.
Es posible que muchos de tus amigos no
cristianos nunca acepten una invitación a la iglesia de
142 inmediato, pero es probable que vengan a cenar a tu
casa. Al compartir la mesa con ellos, también estás
compartiendo el ambiente armonioso de tu hogar, los
principios detrás de las actitudes de cada miembro de
la familia, el gobierno que fluye de los padres, la
obediencia con la que los hijos responden.
En este ambiente de la vida ordinaria, puedes
preguntar cómo está tu amigo, darle consejos de
manera sutil y no religiosa, mostrarle amor y
bienvenida, porque eso es lo que hace una familia.
Después de un tiempo, puede que también haya lugar
para exhortar a una conducta incorrecta. Y nada de
eso ocurrió dentro de las cuatro paredes de la iglesia.
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Cristo formándose en tu hogar puede ser el imán

que atraiga a tus amigos, el impulso para que den un
paso hacia la salvación. Asimismo, su carácter en
vosotros también será un trampolín para sus
discípulos, hacia la próxima gloria, “de gloria en
gloria” (2 Co 3.18).
Vive cerca de las personas y déjales acceder a tu
vida. Así que predique, incluso sin usar palabras.
¿Cómo vivían los conversos?
Y perseveraron firmemente en la enseñanza y la comunión de

los apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones. En
cada alma había miedo; y por medio de los apóstoles se hacían
muchos prodigios y señales.
Todos los que creyeron estaban juntos y tenían todo en

común.
Vendían sus propiedades y bienes, distribuyéndolos entre

todos, según alguno tenía necesidad.
Diariamente perseveraban unánimes en el templo, partían
el pan en casa en casa y comían con alegría y sencillez
de corazón, alabando a Dios y gozando del favor de todo
el pueblo. Mientras tanto, el Señor iba añadiendo a ellos
día tras día los que iban siendo salvos.
143 Hechos 2.4247
No subestimes el poder de un fragmento de la

Palabra de Dios. Estos seis versículos, que aparecen
en la Biblia justo después del título “Cómo vivían los
conversos”, llevan fundamentos de la iglesia primitiva,
los mismos que pueden y deben replicarse hoy para
ser una familia espiritual que discipule de manera saludable.
Doctrina común. Había una base doctrinal y los
conversos la conocían bien. Podemos decir que no
caminaron sin enseñanza, sin fundamento. Vea cómo
el escritor de Hebreos habla de estos principios:
Por tanto, dejando los principios elementales de la

doctrina de Cristo, avancemos a lo perfecto, no poniendo
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de nuevo el fundamento del arrepentimiento de las obras

muertas y de la fe en Dios, la enseñanza de los bautismos
y la imposición de manos, la resurrección de los muerto,
muerto y juicio eterno.
Hebreos 6.1,2
Una familia espiritual sana camina y per se por

un camino doctrinal. No hay desorden en la enseñanza
de la Palabra de Dios, sino fundamentos sólidos.
Temas como el arrepentimiento, la fe, el bautismo, la
imposición de manos, la resurrección de los muertos y
el juicio eterno deberían ser el tema de muchas de las
mesas que la familia espiritual comparte a diario.
así como los momentos programados de enseñanza bíblica

en el discipulado.
Verás, no estoy hablando de una doctrina que
queramos o inventemos. No se nos pidió crear un nuevo
mensaje, sólo replicar la misma predicación desde el
principio de todas las cosas, empapada de la frescura
actual de lo que Dios está obrando. La doctrina de nuestras
iglesias debe ser bíblica, evitando interpretaciones
personales o incluso opiniones históricas. De esa manera,
144 tendremos una comunidad sólida.
Comunión. La segunda cosa en la que perseveraron

fue en el compañerismo. Hemos tocado esa tecla muchas
veces, pero no sin razón: es un patrón divino. Una iglesia
saludable no sólo fomenta el compañerismo, sino que
persevera en él. Esto, por supuesto, incluye el discipulado.
En la fracción del pan y en las oraciones. Aquí vemos

dos aspectos de la comunión: la mesa, que habla de la vida
común compartida, y el secreto, que también debe ser
compartido. El texto, entonces, abre un abanico sobre esta
comunión:
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En cada alma había miedo, y ni una sola.
Prodigios y signos acompañaron la vida apostólica,

demostrando que son fruto de la comunión vertical y
horizontal.
Los que creyeron vivieron juntos, no sólo se

congregaron juntos.
Tenían todo en común, vendían todo para ayudarse

mutuamente cuando fuera necesario.
Diariamente perseveraron unánimemente, siendo uno,

lo que demuestra el mantenimiento de la comunión.
Vivían como familia tanto en el templo como de casa

en casa, por lo que no estaban confinados a los muros
de una iglesia.
Comidas compartidas, vida en común.
Todo esto lo hicieron con alegría y sencillez de

corazón, sin pesadumbre.
No dejaron de alabar a Dios juntos, en un culto

colectivo, no sólo en un culto individual.
145
Este estilo de vida fue un testimonio para el mundo, al
punto que los primeros cristianos se ganaron la simpatía
de todo el pueblo.
Mientras tanto... el Señor aumentó la familia.
Necesito verme a mí mismo, individualmente, como

parte de esta colectividad. Los fundamentos de una iglesia
sana siempre tienen en cuenta al otro y al nosotros, nunca
sólo al yo. Mis propios planes siguen siendo hechos y
sometidos, en secreto, al Señor, pero no me considero
autosuficiente, como si nadie más importara que Jesús
quizás este fue el gran error de Pedro: que quería a Jesús,
pero no la Iglesia de Jesús.
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Cuando vemos estos principios en la descripción de la

iglesia primitiva, no estamos viendo tal sugerencia de cómo
hacer iglesia. Si no somos como la iglesia apostólica,
estamos haciendo cualquier otra cosa menos iglesia.
Así que si hay algún consuelo en Cristo, algún

consuelo de amor, alguna comunión del Espíritu, si
hay afectos y misericordias profundas, completad
mi gozo, para que penséis lo mismo, tengáis el
mismo amor, estéis unidos en el alma. , teniendo el
mismo sentimiento. Nada hagáis por partidismo o
vanagloria, sino con humildad, considerándonos unos a otros.
superior a ti mismo. No cada uno tenga en cuenta lo que

es propio, sino también lo que es de los demás.
Filipenses 2.14 (ARA)
¿Cómo vivían los conversos? En afectos

profundos. En una unidad de pensamiento, de amor,
de alma, de sentimiento, en la que no hay lugar para
el partidismo ni para la vanagloria, porque cada uno
146 da ventaja al otro, considera al otro superior.
Mientras uno tiene a la vista el interés del otro, el
otro apunta al interés del uno, por lo que ambos crecen.
No se puede negar que el modelo bíblico para
la Iglesia de los conversos está mucho más anclado
en las relaciones que en el entretenimiento. Es
mucho más familiar que empresarial. Es una vida
mucho más ordinaria que una conferencia. Es
mucho más lado a lado que jerárquico, aunque
respeta al gobierno y cultiva una cultura del honor.
Pero no sin una sólida base doctrinal.
Quede claro, entonces, que una iglesia con un
discipulado saludable, si bien se centra en las
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relaciones, nunca ignora la enseñanza. Veamos

cómo estos dos puntos pueden surgir no sólo en la
vida ordinaria, sino abriendo las puertas de nuestro hogar.
cultura de la hospitalidad
Si somos una familia, debemos empezar por
hacer lo que hace una familia natural: pasar tiempo
juntos. Hay una vida común que compartir, y esto no
se limita al ámbito de la iglesia local. Entonces, a
medida que crecemos en la revelación de lo que
significa ser la Iglesia, el contacto entre nuestra familia natural y
y nuestra familia espiritual, dadas las debidas

proporciones y prioridades.
¿Por qué hablo aquí de familia natural?
Porque es imposible vivir el discipulado fuera del
ámbito de nuestros hogares. La hospitalidad es bíblica
y capaz de engendrar los afectos profundos que Pablo
describió a los filipenses.
No os olvidéis de la hospitalidad, ya que algunos,

147 practicándola, sin saberlo, han acogido a los ángeles.
Hebreos 13.2
¿Está eso también en tu Biblia? Porque aquí en el

mío está muy claro: la hospitalidad es un valor del
Reino de Dios. Debemos ser hospitalarios, y Dios
mismo nos honra si obedecemos; podemos terminar
teniendo ángeles en nuestros hogares.
Hay, sí, una interpretación literal, de que es
posible que los ángeles vayan a nuestra dirección. Hay,
sin embargo, otra posibilidad de entendimiento: Dios
envía ángeles a los hogares de quienes deciden ser
hospitalarios y acoger a sus hermanos. ¡Guau! ¡La
hospitalidad provoca al cielo, que envía ángeles a la
casa hospitalaria! No sé ustedes, pero yo quiero vivir
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uc
ambas cosas. Me emociona recibir ángeles o hermanos

que atraigan ángeles, lo que sea.
Y siempre llega el momento del “cómo”.
Entendamos, entonces, cómo ser hospitalario, no
hacerlo de todos modos.
Sed mutuamente hospitalarios sin quejaros.

1 Pedro 4.9
No murmurar es una regla que dura para siempre,

pero especialmente cuando se trata de hospitalidad.
Para evitar este mal, es necesario adaptarse
expectativas, porque recibir gente en casa es un trabajo duro.

La gente come, se ensucia, hace desorden, hace ruido, pero es
imposible vivir juntos sin este desorden; sin embargo, es posible
lograr un equilibrio. ¿Como? Establece algunas reglas simples.
Así es, crea un manual de supervivencia del discipulado

para tu hogar. Si cree que la estrategia es buena, coloque
recordatorios en la cocina y el baño, para que el discípulo se
sienta parte de la casa, incluso a la hora de limpiar y organizar.
148 Pide sin miedo la colaboración de tus discípulos.
Al mismo tiempo que llamas al discípulo a compartir el

trabajo, trabaja sobre tu propio espíritu. Hacer de nuestra casa
una casa de discipulado requiere buen ánimo de nuestra parte,
de lo contrario nos convertimos en ese estereotipo de la tía
molesta que no deja que nadie camine descalza porque deja
huellas en el piso encerado, nadie puede comer fuera del
rectángulo de la mesa así que Para no generar migajas, nadie
puede nada por esto y aquello.
En la práctica, pide ayuda; En lo más profundo de ti, conserva
el coraje y el amor por servir a tu familia espiritual. Te lo
garantizo: será más ligero.
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Imaginemos juntos una posibilidad. Usted y su esposa

hospedarán a una pareja que pasará el fin de semana con
usted. Dependiendo de la intimidad y la situación financiera del
momento, sugieren, previamente, compartir los gastos del
mercado. Pide a ambos que traigan toallas de baño y utensilios
de higiene. Pon un mensaje de cortesía en el baño: no dejes
pelos en el desagüe, limpia el lavabo después de cepillarte los
dientes, recoge la basura cuando esté llena.
Suena tonto, pero compartir es también vivir en familia.

No dejes de cobrar por culpa del trabajo, solo organiza todo
para no abrumar a nadie. Yo pregunto: si Jesús preguntara
Cena en tu casa, ¿la negarías para no tener que

trabajar? Quiero creer que además de no negarlo,
cocinarías comida deliciosa, pondrías una mesa
increíble, prepararías buena música para sonar de
fondo, creando un ambiente agradable.
Dentro de nuestro presupuesto y circunstancias,
podemos ser excelentes anfitriones. La verdad es que
debemos actuar con todo aquel que visita nuestra
casa como lo haríamos si Jesús viniera a visitarnos.
149
“Porque tuve hambre, y me alimentasteis; Estaba sediento,
y me diste una bebida; Fui forastero y me recibisteis; Estaba
desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitaron; Me
arrestaron y vinieron a verme”.
"Entonces los justos preguntarán:
'¿Cuándo te vimos hambrientos y te dimos de comer? ¿O
tiene sed y le dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como
un extraño y te hicimos huésped? ¿O desnudo y vestido?
¿Y cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
El Rey, respondiendo, les dirá:

"De cierto os digo, que siempre que lo hicisteis a uno de
estos hermanitos míos, a mí lo hicisteis."
Mateo 25,3540
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Desde que comencé a comprender estos

principios, siempre he dado la bienvenida a la gente a
mi hogar. Recuerdo establecer horarios de visitas,
establecer qué día vería a quién. Puede que suene
gracioso, pero así fue (y sigue siendo) así.
Una vez un amigo, ministro del evangelio, me
preguntó si podía dormir en mi casa, porque quería
experimentar más del Señor, y así lo hizo.
Episodios como este son recurrentes en mi historia,
por la gracia de Dios: a mi casa vienen personas
sedientas de encuentros con Jesús. En el día
Luego, cuando me desperté, mi amigo estaba pálido y me

miraba. Él preguntó: "¿Fuiste tú quien vino de noche y
pusiste tu mano sobre mi cabeza?" Yo no había hecho
nada. Entonces se dio cuenta de que un ángel lo había
visitado y ministrado sobre su vida.
Sé que para algunos resulta difícil creer en este tipo

de manifestaciones, pero eso no las cataloga como falsas.
En otra ocasión, todavía en mi época universitaria, otro
150 amigo vino a dormir a mi casa. Lo estaba ayudando
debido a sus crisis sexuales. Al día siguiente, también
asombrado, me dijo: "No sé qué pasó, pero es como si
alguien viniera, durante la noche, y me quitara todas mis
crisis". ¡Oh, cómo amo la presencia de Dios!
La hospitalidad y la vida en común enseñan más de

lo que imaginamos, transforman más de lo que imaginamos.
Los invito a renunciar a sus comodidades, una y otra vez,
para experimentar el amor de Dios que fluye en la
hospitalidad.
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balance de tiempo
"Alessandro, ¿entonces me estás diciendo que me
deje ir, que me deje ir para siempre y que mantenga mi
casa llena todo el tiempo?"
Oye, por encima, espera. Ni ocho ni ochenta.
¡Debes abrir tu hogar, pero no desequilibrar tu hogar!
Necesitará reconciliar sabiamente la familia natural y

la familia espiritual. Matrimonio, hijos, profesión, ministerio,
cada cosa en su debido lugar de prioridad y con la debida
dedicación de tiempo. ¿Sabes quién puede hacer eso? El
discípulo maduro, amigo mío. Madurez es saber decidir
qué hacer y
cuándo hacerlo, considerando lo más importante,

pero sin excluir todo lo demás.
¿Tiempo perdido? No, lo que falta es un propósito.
Todo tiene su tiempo y hay un tiempo para cada propósito

bajo el cielo.
Eclesiastés 3.1
Hay tiempo para cada propósito, así que define

151 propósitos, así será más natural repensar la
asignación del tiempo. Tenga propósitos claros y
luego priorice su tiempo. Si quieres establecer el
propósito de vivir verdaderamente una familia
espiritual, entonces organízate para esto: ¿qué días
de la semana y en qué horarios abrirás tu hogar?
¿Qué días serán sólo para tu familia natural?
¿Cuál es el límite entre las responsabilidades
ministeriales y tu profesión, para que todo acabe bien?
Es lo que hizo Jesús, así es como caminó
Jesús. Viajó mucho, pero tuvo tiempo de detenerse
y hablar con una mujer samaritana. Se retiró para
orar, pero dejó que una multitud interrumpiera Su
secreto, sin comprometerlo, ya que pronto regresó
a Su tiempo a solas con el Padre. El Maestro predicó
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a las multitudes, pero reunió a los discípulos para

explicarles mejor los mensajes. Créanme: Jesús
incluso tuvo tiempo de dormir, aunque fuera en un
barco, en medio de una tormenta. ¿Que es eso?
Concilia todo, sabiamente.
Necesitamos entender que no es posible ni
saludable hacer todo a la vez. Hay días con
diferentes pendencias, y debemos reconocerlas. Es
muy fácil entrar en modo automático y perder la
noción del tiempo, arriesgando lo que debería ser
una prioridad. No es ninguna broma; de hecho,
puede ser fatal en determinadas zonas.
El viejo consejo de llevar una agenda, física o

virtual, encaja muy bien. Anota qué es una prioridad y
divide tu tiempo para que partes no negociables de
nuestras vidas no queden fuera, especialmente tu
familia y tu secreto. Incluye también trabajo, limpieza
de la casa, vacaciones.
Quizás, antes de este libro, ni siquiera entendías
el discipulado como parte de la vida cotidiana. Ahora
bien, debería estar en tu agenda también, no todos
152 los días, pero sí muchos. Al principio, es natural
sentirse estancado, porque estás acercando a
personas que antes vivían a cierta distancia. Con el
tiempo se convertirá en un hábito. Incluso lo
extrañaréis cuando la casa no esté llena de discípulos,
de discipulado, de amigos, de vuestra familia espiritual.
Con todo esto establecido, manténganse
flexibles, porque siempre habrá imprevistos y
urgencias. Si habías reservado la noche para tener
un tiempo a solas, pero te diste cuenta de que un
discípulo necesita hablar, invitarlo a cenar, ver una
película, orar juntos – ajusta la hoja de cálculo, porque
estás al servicio del Rey, y no de Sobresalir.
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Sé feliz, ligero y siempre amigable. Entiende que

tu vida es una, por eso organizar el tiempo y las
prioridades es un consejo práctico. La clave espiritual
es: estar completo. Alessandro en casa es el mismo
que Alessandro en la iglesia, quien es el mismo que
Alessandro en el trabajo. Así que no será pesado ni
doloroso centrarse en uno u otro, porque en realidad
todas las cosas son una: Cristo en mí.
El secreto aquí es el equilibrio. No vivir sólo para
la familia espiritual, olvidándose del hogar y la
profesión, pero tampoco vivir sólo para el hogar y las
ambiciones profesionales, dejando de lado el Cuerpo
de Cristo. Es posible reconciliar todo, con la ayuda
de nuestro amigo Espírito Santo.
Si puedo darte un consejo con respecto al equilibrio

del tiempo, es este: no vivas para las demandas de la
tierra, sino para el propósito del cielo. Si usted es pastor
o líder, es posible que esté pensando en este momento:
“Si lo dejo pasar, las ovejas ocuparán todo mi tiempo”.
¡Y así es! Una llamada de auxilio a altas horas de la
noche, una persona que enfrenta un divorcio, otro
enfermo, un velorio aquí, un nacimiento allá. En las
iglesias grandes el escenario se multiplica.
153 De hecho, algunos casos son muy graves. Para
estos, dejemos de lado el 99. Sin embargo, no te sientas
obligado a responder a todas las llamadas, a resolver
todas las cosas, a abrazar el mundo entero solo.
Ocúpese primero de lo que pueda manejar, mientras
busca delegar otros casos a líderes o amigos. Alguien
más puede ir en tu lugar y está bien. Lo importante es
no vivir ni hacer nada por miedo a los hombres. Ama a
la gente, pero teme a Dios.
¿Busco ahora el favor de la gente o el favor de Dios? ¿O

trato de complacer a la gente? Si todavía estuviera tratando
de agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo.
Gálatas 1.10
iM
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uc
Con este versículo en tu corazón, pregúntale al

Señor qué hacer y qué no hacer. Así como Jesús no se
dejó llevar por las demandas humanas, sino que hizo o
dijo sólo lo que primero recibió directamente del Padre,
que nuestro secreto nos dé el poder para filtrar las
demandas. Es imposible atender a todos, pero es
perfectamente posible aprender a discernir las
prioridades del cielo. Es imposible servir a todos, pero
es divinamente posible amar a todos.
Partir el pan: no sólo, sino también

Vida ordinaria, afectos arraigados, cultura de la
hospitalidad, equilibrio del tiempo. No hay mucho que
procesar, lo sé, pero aún no ha terminado. Creo que
ha quedado claro que todo tiene que converger en la
relación, en lo que llamamos “vida en vida”. Para que
nuestro hogar sea ese lugar de discipulado, surge la
necesidad de abrir no sólo nuestra vida, sino nuestra
154 agenda, equilibrando tiempo y prioridades.
Si bien este partimiento del pan, de casa en casa,
es la regla en la familia de Jesús, es necesario
entender que el hombre espiritual vive no sólo de
cenas y socializaciones, sino de la Palabra de Dios.
Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en

él: Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente
mis discípulos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.
Juan 8.31,32
El discipulado nunca estará completo sin la

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enseñanza de las Escrituras. Una vez que hemos

puesto el método en su lugar, ahora es posible mirarlo
de forma saludable. El método no reemplaza la
relación, pero puede ser útil para un buen discipulado.
Hay varios métodos para enseñar la Biblia, así
que no me atrevo a cerrar las puertas. Hablaré sólo de
algunas maneras, sin pretender agotar un tema tan
amplio e importante.
Una idea, por ejemplo, es proponerle a tu
discípulo que estudien juntos un libro de la Biblia.
Puedes acordar leer un capítulo al día y tener una
reunión semanal para hablar de lo leído. Algunas
preguntas pueden estar preestablecidas, de modo
que las respuestas sean compartidas.
Lleno: quién escribió el libro, cuál es el contexto

histórico, quién es el público objetivo, qué principios veo
en cada capítulo, cómo aplicarlos en mi vida.
Es tan simple como poderoso. Si cada uno toma
su cuaderno con notas de lectura y dedicas tiempo a
comparar respuestas, no solo hay un estímulo para el
conocimiento de la Biblia, sino una oportunidad de
acceder a la vida del discípulo, para ayudarlo a practicar
lo que está leyendo.
155 Y, por supuesto, el hacedor de discípulos también se transforma
a partir de esta experiencia: es posible que haya leído la Biblia
completa 97 veces, pero la fuente de la Palabra es inagotable.
Si haces discípulos apasionados por la Palabra de
Dios, estás produciendo cristianos estables que
permanecerán fieles al Señor en los días malos.
Además, el objetivo de generar a Cristo en alguien es
inalcanzable sin la Palabra, sin la Palabra en persona:
sin contacto con la Biblia no hay pleno conocimiento de
Jesús y, más aún, hay grandes riesgos de formar
creyentes volátiles, que se vuelven volátiles. se dejan
llevar por cualquier viento de doctrina.
Sea intencional al derramar lo que enseñan las
Escrituras. Sea intencional en cuanto a ser espiritual,
no sólo natural. Como se dijo antes, el discipulado sin
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uc
la Biblia es solo amistad, pero la verdadera familia

comparte el pan tanto natural como espiritual.
Pon en tu mesa alimento espiritual, no sólo pizza.

No pienses en colgar adornos en la casa antes de haber
construido el piso, los cimientos. Ofrecer bases firmes
como la Roca. Enseñe, como si fuera a enseñarle a su
hijo.
nadie me debe nada

Ser discípulo y discipular requiere renunciación. No
todo serán flores, así que toma tu cruz, sin compararla con
la de nadie, carga la tuya, hijo mío, y sigue a Jesús.
Niégate a ti mismo diariamente. En lugar de simplemente
satisfacerte a ti mismo, sirve a Dios y a la Novia, hasta que
encuentres la plena satisfacción de estar en el centro de Su
voluntad. Por cierto, no te engañes: hasta que mueras, no
156 disfrutarás del sabor de la resurrección y de la vida. No, no
hay gozo comparable al que está reservado para los
muertos en Cristo, vivos para Dios.
¿Por qué este recordatorio de la vida de la cruz en

este momento? Porque todo lo que os propongo para vivir
como familia de Jesús, como discípulos y hacedores de
discípulos, debe prescindir de la recompensa.
No se vive en familia espiritual para ser visto. No discipulas
para ser elogiado por ello. Nada de lo que hacemos por el
Cuerpo puede esperar algo a cambio. Hacemos lo que
hacemos por Cristo y el Cuerpo, no por nosotros mismos.
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Tenemos todo lo que necesitamos en el Hijo. No hay

nada, absolutamente nada, que nadie pueda hacer por
nosotros comparable a lo que Él es y al placer de conocerlo.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo

entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también con
él todas las cosas?
Romanos 8.32
Si te falta satisfacción interior, necesitas leer mi otro

libro, amigo, que habla de nuestro principal llamado a
conocer a Jesús. Lo que estás leyendo aquí es un llamado
a quienes ya
descubrió el sentido de su propia existencia en la relación

íntima con Él: ahora apacienta, cuida las ovejas, ama a la
Esposa, vive en familia espiritual. Esto es también conocer
a Jesús, el Cristo que fue Padre de muchos discípulos y
fundador de la Iglesia como familia.
Cuando hay placer y satisfacción en Él y Su novia, no

tiene sentido exigir nada a nadie. Conocer a Jesús y ser
su familia es su propia recompensa, es decir, no
157 necesitamos ser recompensados por hacer esto. No
necesitamos reconocimiento humano por tener una vida
devocional bien establecida, así como no necesitamos
aplausos por ser discípulos o hacedores de discípulos.
No le debáis nada a nadie excepto el amor mutuo. Porque

quien ama a su prójimo cumple la ley.
Romanos 13.8
Nunca, jamás, impongas un peso de deuda a tus

discípulos. La única deuda que tenemos unos con otros es
el amor, y eso significa que no es nuestro papel hacernos
responsables de lo que hacemos: ni elogios, ni palabras de
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uc
afirmación, ni resultados, ni honores, ni “gracias”.
La gratitud suele manifestarse en oleadas.

En el momento posterior a una demostración de
agradecimiento, puede haber silencio absoluto, desaparición
e incluso desprecio. Sin embargo, si la respuesta negativa
o la falta de respuesta de alguien todavía nos conmueve o
nos afecta, es muy posible que no estemos satisfechos sólo
con el amor del Padre.
Aquellos que se sienten ofendidos por la falta de honor
tendrán problemas cuando llegue la gloria: estarán
orgullosos. Estamos a los pies de Jesús, fascinados por
Tus ojos... no tenemos tiempo para ofendernos. ¡La gloria

es suya!
Grábate en tu corazón la siguiente frase: nadie me
debe nada. Con ese corazón, vayan a realizar cualquier
servicio en beneficio del Cuerpo de Cristo.
De esta manera, liberaremos a las personas: son de Jesús,
no nuestras.
¿Y sabes qué más? Esto nos quita una gran carga
de encima. ¡La vida de iglesia se vuelve mucho menos
158 onerosa! Sólo hay frustración porque había expectación. Si
vuestra expectativa está puesta en Él y no en los hombres,
vuestro corazón no desmayará de desilusión.
Si uno no responde como esperabas, u otro hace
todo diferente a lo que le enseñaste, está bien.
Si esa otra persona en la que dedicaste una gran cantidad
de tiempo a invertir se fue y aún así habló mal de ti, está
bien. Ni siquiera Jesús tuvo buena retribución de todos, y
no hablo sólo de Judas el traidor:
Al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos,

que se quedaron a distancia y gritaban: ¡Jesús,
Maestro, ten piedad de nosotros!
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Al verlos, Jesús dijo: Id

y presentaos a los sacerdotes.
Sucedió que, a medida que iban, fueron purificados. Uno de los
diez, al ver que estaba sano, volvió alabando a Dios en alta voz
y se postró rostro en tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Y este era un samaritano. Entonces Jesús preguntó: ¿No
fueron diez los curados? ¿Dónde
están los nueve? ¿No se encontró a nadie que volviera a dar
gloria a Dios sino este extranjero?
Lucas 17.1218
Las relaciones abusivas pueden surgir de este

sentimiento de que el otro está en deuda contigo o te debe
algo. ¡Abri los ojos! nadie con quien
nos relacionamos no nos debe nada! Lo que le hacemos

a alguien, hagámoslo por amor, sin esperar nada a cambio.
Así es como construimos conexiones saludables y
vínculos firmes.
Piensa en cómo Dios trabaja contigo. ¿Te obliga a
obedecer? A los mandamientos inflexibles, que nunca
serán negociables, Él no fuerza una respuesta. Por el
contrario, cuando Él revela la verdad y señala el camino,
espera que usted obedezca porque lo ama, no porque se
159 sienta obligado a seguir reglas.
Nuestros amigos, discípulos o discipuladoras, tienen

derecho a tomar decisiones y en ocasiones no somos
parte de ellas. La gente nos hará daño, pero nadie nos
debe nada. Estad libres de prisiones emocionales y
apegados al Amor perfecto.
Deja que tus discípulos te amen a ti y a Jesús, y
luego expresa ese amor en respuesta. Sepa, sin embargo,
que si los vincula con deudas de honor y gratitud, es muy
poco probable que su respuesta esté arraigada en el amor.
El resultado es un edificio construido sobre cimientos
inestables, que podría derrumbarse en cualquier momento.
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IGLESIA MADURA
Porque amo, sirvo

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a seguir a un necio,
apartado para el evangelio de Dios.
Romanos 1.1
La palabra griega traducida “siervo” es doulos,

que significa “esclavo”. Pablo presenta la
carta a los romanos llamándose esclavo de Cristo.
Griegos y romanos esclavizados permanentemente
y por la fuerza. Pablo, aunque tenía ciudadanía romana,
era judío de nacimiento y había sido criado según las
costumbres hebreas (Fil. 3:5). Según la Ley de Moisés,
los esclavos tenían derecho a recibir la libertad después
de siete años de servicio.
Si compras un esclavo hebreo, él trabajará para ti durante

seis años; pero en el séptimo año será gratis, gratis. Si llegó
soltero, se irá solo; si fuera hombre casado, la mujer irá con
él. Si el dueño le da esposa, y ella le da hijos e hijas, la
esposa y sus hijos serán del dueño del esclavo, y él se irá
solo. Sin embargo, si el esclavo dice expresamente: “Amo a
mi amo, a mi esposa y a mis hijos; No quiero ser libre”,
entonces el dueño del esclavo lo llevará ante los jueces y lo
hará llegar a la puerta o al quicial, y su dueño le perforará la
oreja con un punzón; y será tu esclavo para siempre. Éxodo
21.26
Una y otra vez, Dios se enfrentó a situaciones

que no necesariamente expresaban Su voluntad: la
poligamia, por ejemplo. Por lo tanto, cuando leemos
una ley divina sobre la esclavitud, es incorrecto
interpretar que había un respaldo del Señor para que
los hombres fueran esclavizados. Esto es exprimir la
Biblia hasta que gotee con interpretaciones forzadas.
Como Dios bondadoso, lo que estaba haciendo
era enseñar a un pueblo a defender principios incluso
161 en situaciones que sólo cambiarían en generaciones
posteriores. Para hacer frente a la esclavitud de
aquella época, Dios estableció un principio de
misericordia: liberación cada siete años. Hoy es
impensable y abominable esclavizar, pero el principio
de la misericordia permanece, porque es un atributo
divino, es lo que Dios es: misericordioso.
Es bueno que se aclare este punto para que
nadie se levante y diga que Dios es señor de esclavos,
como vemos en los dramas cinematográficos. Por
otro lado, también es imperativo entender que Él pagó
arauisdealm
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el precio para comprarnos y ser nuestro Señor.

Entonces, cuando creemos en Jesús y le pedimos
que sea no sólo Salvador, sino Señor de nuestras
vidas, estamos haciendo exactamente lo mismo que
el siervo mencionado en el Éxodo: “Amo a mi señor,
no quiero ser libre. ”. Nos convertimos en esclavos
por amor y Él se convierte, de hecho, en nuestro
dueño.
Cuando Pablo se llama a sí mismo esclavo, está
reconociendo el señorío de Cristo sobre su vida.
vida. Es como si dijera: “Antes era esclavo del mal y
del pecado. Hoy sigo siendo esclavo, pero quien me
compró fue el Hijo de Dios. Mi dueño es mi Amor, mi
Redentor, mi Jesús”. Es una declaración de sumisión
total, pero no impuesta la
La esclavitud es una elección de amor, como la elección

del esclavo hebreo que amaba a su amo.
Es interesante que Pablo enfatice el hecho de ser
esclavo de Jesús justo antes de hablar de su vocación al
apostolado, de su separación por el evangelio de Dios.
Estaba vinculando su sumisión a Dios como esclavo con
el servicio que hacía para la expansión de la Iglesia.
162 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, y ni siquiera

digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia
de Dios. Pero, por la gracia de Dios, soy lo que soy.
Y su gracia que me fue dada no fue en vano.
Al contrario, trabajé mucho más duro que todos ellos; pero
no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
1 Corintios 15.9,10
Y ahora voy al grano: así se identifica la madurez

en la fe, por el alto nivel de renuncia y servidumbre no
sólo a Dios, sino a la Iglesia. Los niños simplemente
hacen lo que quieren, las personas maduras renuncian a
sus derechos por amor a los demás – así es, a los
demás, no sólo al Señor. Los inmaduros se sienten
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ofendidos por la invitación de la cruz, los maduros se

entregan a la muerte tanto por Jesús como por el pueblo
de Jesús. Si una persona demuestra agonía al oír hablar
del precio, del esfuerzo, de la renuncia y de la cruz, no le
pongas a guiar a personas en la familia espiritual: es un niño en la fe.
Como está escrito: “Por causa de ti somos asesinados

continuamente; éramos considerados ovejas para el
matadero”. Pero en todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de Aquel que
nos amaba.
Romanos 8.36,37
El amor a Dios se expresa en el amor a su

pueblo. Este patrón es bíblico y está presente en
varios textos, pero uno, en particular, instantáneamente
hace que crezcan espinas en la silla de quien lo lee:
Si alguno dice: "Amo a Dios", pero odia a su hermano, es un

mentiroso. Porque quien no ama a su hermano a quien ha
visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y el
mandamiento que tenemos de él es este: el que ama a Dios,
ame también a su hermano.
163
1 Juan 4.20,21
Me reservo el derecho de no explicar estos

versículos, son muy explícitos. Voy directo al grano:
no hay verdadero amor a Dios sin amor a la Iglesia y
a los hermanos. Sí, somos esclavos de Cristo, pero
también somos esclavos de Su Cuerpo, que es la
Iglesia. Pablo, esclavo de Cristo, pero también
después de la Iglesia de Jesús.
El apóstol entendió tan bien esta verdad que es
imposible hablar de ser un servidor –por tanto, un
arauisdealm
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esclavo– de la Iglesia sin mencionar sus escritos. Aquí

hay uno más:
Estoy rodeado por ambos lados, teniendo el deseo de partir

y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor.
Pero gracias a ti es más necesario que siga viviendo.
Filipenses 1.23,24
A diferencia de aquella primera reacción de

Pedro, que abandonó a sus hermanos en nombre de
ir a ver qué pasaba con Jesús, Pablo amó tanto a la
Iglesia que comprendió la necesidad de continuar en
la tierra, vivo, pudiendo arremangarse y trabajar para
el Cuerpo, aunque era incomparablemente mejor estar
con Jesús. ¡Dios mío, esto es demasiado fuerte! Palo
He aquí, durante unos minutos, sopesó su amor a Jesús y

su amor a la Iglesia.
Dice algo como esto: porque amo a mi amo, elijo ser
su esclavo y servirle; Asimismo, porque amo a la familia de
mi amo, elijo ser su esclavo y servirles.
Hagamos un poco más de Paulo, ¿vale?
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder

164 de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío
primeramente y también al griego.
Romanos 1.16
Quizás te estés preguntando cómo servir a la Iglesia,

cómo trabajar para ella, teniendo en cuenta quién eres y lo
“poco” que puedes ofrecer. Te traigo una buena noticia: no
se trata de ti. El medio por el cual usted y yo servimos a los
hombres es el evangelio. No hay nada que inventar ni
relativizar, porque con el evangelio basta. No necesitamos
modificarlo para hacerlo más agradable o más impactante.
Él es exactamente lo que es. Depende de nosotros
anunciarlo.
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Tenga en cuenta que el apóstol no dijo que el

evangelio tiene poder, sino que es poder en sí mismo.
Podemos actualizarnos, utilizar diferentes herramientas y
estrategias, pero nunca intentar salvar y bendecir por
medios distintos al puro evangelio de Dios.
Los apóstoles no crearon este evangelio –
simplemente lo recibieron. Lo que ellos predicaron y lo que
debemos seguir predicando fue concebido en la eternidad.
¿Recuerdas todavía el comienzo de este libro, cuando
citábamos el “evangelio eterno” (Ap 14.6)?
Este evangelio es totalmente suficiente y capaz.
Y, por supuesto, la pregunta sin respuesta: ¿cómo
servir a la Iglesia y al mundo con el evangelio? Conociéndolo,
tanto en su relación personal con Jesús como
con Su palabra. El verdadero cristiano, que elige ser

esclavo de Cristo y de la Iglesia, está profundamente
comprometido con las Escrituras.
Esta suma, de un corazón esclavo con compromiso
bíblico, es la base para servir con excelencia a la familia
espiritual. Con una dosis muy alta de muerte, el sirviente
no resulta herido ni herido cuando trabaja para la gente.
Sostenido sobre los firmes cimientos de la verdad, este
siervo tampoco tiembla en los días malos, ni ante las
165 malas doctrinas y las enseñanzas absurdas que acosan
constantemente a la Novia.
Esclavos de Dios, de la Iglesia y del evangelio: ese

es el modelo. No sólo debemos tener personas así en
nuestras comunidades, sino que debemos convertirnos en
esas personas. Muchos han ganado voz al ser buenos
comunicadores. ¡No! ¡Necesitamos aprender a escuchar a
quienes escuchan a Dios! La Iglesia necesita escuchar a
quienes dieron su vida por la causa. Que Dios no permita
que comuniquemos el evangelio sin tener nuestras manos
arauisdealm
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involucradas en Su obra.
Cuando termina el servicio dominical, los oyentes
vuelven a su rutina y pueden vivir sus vidas como quieran,
menos el pastor que predicó el mensaje.
Se expuso, se hizo vulnerable. El mensaje que predicó
ahora le predicará a él. Son estos hombres y mujeres a
quienes debemos escuchar.
En un mundo impulsado por Internet, todo el mundo
tiene una opinión. La verdad es que no necesitamos tanta
opinión, lo que necesitamos son más esclavos por amor,
hombres y mujeres que entreguen su vida a la causa que
se llama Iglesia. ¡Quiero ser uno de esos!
Pastores, den voz a estos esclavos. Discípulos,

escuchen la voz de estos no sólo conocedores,
sino hacedores de la Palabra. Ésta es la manera de

establecer una Iglesia madura.
hasta que sea innecesario
Habrás notado que el tema culminó, casi sin querer,

en liderazgo. Sin embargo, no dejes que este título pesque
en ti malos conceptos o experiencias, porque no estamos
166 hablando de los líderes que tuviste, sino de discípulos que,
a medida que se asemejan a Cristo, terminan llevando sus
propias vidas. Por el testimonio enseñan con autoridad.
De hecho, todo buen discípulo, en diferentes

proporciones y aún sin obtener ningún título en su iglesia,
termina liderando el mundo. Es el principio divino de
gobierno, que se manifiesta en el hogar, en el trabajo y
también en la Iglesia. Entonces, sigamos abordando las
características de un buen líder, porque no están ligadas al
cargo o función, sino a la vocación universal de hacer
discípulos – el “Ir” de Jesús es para todos.
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Y dio algunos apóstoles, algunos profetas, algunos evangelistas,

y algunos pastores y maestros, para equipar a los santos para
la obra de su servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y conocimiento
del Hijo de Dios, al estado de madurez, a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños
sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento. la
astucia de las personas, por la astucia con la que inducen al
error.
Efesios 4.1114
Primero, ningún ministerio sirve al ministro, sino la

Iglesia. No eres pastor para embellecer tu LinkedIn, sino
para edificar el cuerpo de Cristo. Quien trabaja para la Iglesia
con el objetivo de formar un currículum está trabajando mal.
Y es muy posible que se sienta frustrado cuando llegue el
momento de cambiar de puesto o función ministerial.
Hoy, Dios puede ponerte a dirigir una iglesia, pero

mañana te pedirá que lo abandones todo. ¿Y ahí? ¿Qué
167 pasa si Jesús me pide que deje la guitarra? ¿Qué pasa si
llega el momento de entregar el proyecto en el que has
trabajado tan duro a otra persona?
Es necesario que dos cosas estén bien resueltas
dentro de nosotros. La primera es que los ministerios tienen
una fecha de vencimiento: por lo tanto, no debemos trabajar
para hacerlos eternos: lo nuevo de Dios puede llegar en
cualquier momento. El segundo es el tipo de edificio que
construimos como líderes: ¿podrá mantenerse sin nosotros?
Preste mucha atención: en el versículo anterior, vemos

arauisdealm
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los cinco ministerios que Pablo enseña, y cinco de ellos

tienen fecha de vencimiento, "hasta que alcancemos
madurez". No trabajes para que tu ministerio dure para
siempre, sino haz todo lo contrario: trabaja para hacerte
innecesario. Trabaja para madurar a quienes te rodean.
El inmaduro no puede salir de escena, pero el maduro

trabaja para ser innecesario. Así debemos liderar, dándolo
todo hoy, mientras preparamos todo para cuando ya no
estemos en escena.
Encuentra a alguien y dale todo sin esperar nada a

cambio. Ayude a esa persona a madurar, conviértalo en un
discípulo maduro, luego continúe, continúe persiguiendo el
carácter de Cristo usted mismo.
Luego busca otro hermano y entrégaselo todo. De acuerdo a
lo das todo, también te aseguras de recibir siempre algo nuevo

y fresco del Señor.
Esta es una estrategia de discipulado maduro.
El líder inmaduro genera dependientes, porque está necesitado.
Ya el maduro genera discípulos independientes y, como él,
también maduros. Por lo tanto, el discípulo generado es, de
hecho, un nuevo líder, que puede fácilmente reemplazar a su
discipulador y discipular a otros.
Cuando hay intencionalidad por parte del líder en el
168 sentido de no perpetuarse en el cargo actual, la expansión
ocurre libremente, porque hay un desprendimiento de los títulos.
Lo importante no es sólo ser maduros, sino generar maduros,
para que la Iglesia se convierta en una familia de reyes y
sacerdotes. No sólo gobiernan los pastores y líderes, sino
todos, incluso aquellos que ejercen el gobierno sin título de
liderazgo. Así vive una Iglesia madura, en la que se trabaja
“hasta que lleguen todos”, y no sólo para que llegue el pastor
o ministro de culto.
Maduros son los muertos

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La madurez deja huellas. Cuando los identificamos,

podemos darnos cuenta: pasó uno maduro. Ya hemos hablado
mucho de algunos de estos rasgos: la capacidad de no
ofenderse, de no huir nunca de los procesos, de estar dispuesto
a la cruz, de ser manso, humilde y generoso. En 1 Timoteo hay
una lista interesante:
Fiel es la palabra: si alguno desea el episcopado,

excelente trabajo desea. El obispo, pues, debe ser
irreprensible, marido de una sola mujer, templado,
sensato, modesto, hospitalario, capaz de enseñar;
no dado al vino, no violento, sino cordial,
aborrecedor de contiendas, no avaro; y quien gobierna bien
propia casa, criando a los hijos bajo disciplina, con el debido

respeto. Porque el que no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? Que el obispo no se
convierta nuevamente, no sea que se llene de orgullo e incurra
en la condenación del diablo. También le es necesario tener
buen testimonio de los extraños, para no caer en deshonra y
en lazo del diablo.
1 Timoteo 3.17
169 Estas calificaciones necesarias para evaluar a un

líder no son más que demostraciones de madurez. Cada
día estoy más seguro de que, para crecer en madurez, no
hay atajos: hay que morir.
Porque yo, por la ley misma, morí a la ley, para vivir para
Dios. Estoy crucificado con Cristo; Por tanto, ya no soy yo
quien vivo, sino que Cristo vive en mí. Y la vida que ahora
vivo en la carne la vivo por la fe en el Hijo de Dios, que me
amó y se entregó por mí.
Gálatas 2.19,20
arauisdealm
gi
El lema de la madurez podría ser este: “Ya no soy yo

quien vive”. Ésta es la mentalidad de esclavo.
Mis amigos líderes, ¡no somos señores! No estamos
llamados a dirigir iglesias, sino a verlas con nuestras vidas,
cueste lo que cueste – ¡aunque cueste todo!
El inmaduro vive para sí mismo, para satisfacerse,

incapaz de decir no a ninguno de sus deseos. Al maduro se
le mata, para que pueda pensar y considerar superior al
otro.
Algo me asusta estos días: sin darnos cuenta, hemos
estado utilizando nuestras iglesias locales para aprovechar
los talentos personales, cuando deberíamos estar haciendo
lo contrario, nuestros talentos personales al servicio de
nuestras comunidades. Una banda comienza a ministrar en
su iglesia local, pero con la esperanza de conseguir citas;

cuando menos lo esperas, estos músicos ya no aparecen
en la iglesia. ¡Equivocado! ¡Que Dios reposicione
nuestros corazones! El maduro está muerto a tus voluntades.
No confundas esta postura con la mediocridad,
porque en Jesús hay vida para los muertos que abunda.
La diferencia es que quien se pone diariamente en la
cruz le da ventaja al otro en lugar de exigir sus derechos,
por lo que las bendiciones lo persiguen a él, en lugar de
170 ser perseguidas por él. No hacemos nada por
recompensas, nadie nos debe nada. Todo lo que
obtenemos es la definición más pura de gracia.
Cuanto antes comprendamos que nuestras vidas

no son nuestras, así como nuestros discípulos no son
nuestros, antes alcanzaremos la verdadera madurez.
Los líderes maduros lideran con autoridad no porque
tengan un título de una escuela de liderazgo, sino porque
han pasado las pruebas de carácter de Dios, las pruebas
que se han aplicado a la vida, el ejercicio diario de la
muerte.
No hay mayor apoyo para el liderazgo que una
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madurez alcanzada en Dios, a través de una vida de

cruz. Estamos llamados a probar toda la gloria y los
logros de Cristo, pero primero somos invitados a Su cruz.
Podría terminar este tema con una paradoja bíblica:

muramos todos y luego vivamos. Es un gran eslogan y
está cargado de verdades del evangelio. Sin embargo,
en nuestro contexto actual, es necesario acotarlo:
muramos todos para poder liderar.
Ahora sí, subamos el último escalón.

A quien Dios envía
Finalmente llegamos. Mi esperanza es que hayas

sido etiquetado hasta aquí y continúes un poco más allá,
en los siguientes párrafos. Que estas palabras os
enciendan radicalmente. ¡Que el Señor te visite y abra
tus ojos para contemplar Sus insondables promesas!
A comienzos del año 2019 al 2020, el Señor me

171 visitó y me dijo: “Enséñame estas tres palabras:
discipulado, madurez y envío”. Desde entonces me han
sacudido y sacudido. Al principio pueden parecer
simples, pero tienen mucho poder. En el proceso de
redacción de este libro, hemos dedicado mucho tiempo
a hablar sobre el discipulado y la madurez, por lo que
he reservado el final para las presentaciones.
Es evidente que hay una expectativa de la
creación, que anhela la manifestación de los hijos de
Dios. Esta expectativa quedará plenamente satisfecha
con la aparición gloriosa de Jesucristo, pero ya comienza
a recibir cumplimiento desde nuestra posición como
arauisdealm
gi
miembros de Su familia.
Las Escrituras muestran un intenso deseo de Dios
mismo de usar a Sus hijos para la restauración de todas
las cosas; pero la pregunta que debemos hacernos es,
¿a quién usa Dios? ¿A quién envía Dios?
La ardiente expectación de la creación aguarda la revelación

de los hijos de Dios.
Romanos 8.19
Los niños que anhelaban la creación se describen

con la palabra griega huios. Su significado principal es
de “hijos maduros” que son iguales al Padre, por lo que
la creación no clama por ningún hijo, sino por la
manifestación de los hijos maduros de Dios. no los niños
hijos tacaños, no hambrientos de títulos. ¡No!

Los que se añoran son los niños que experimentan en su
propio cuerpo las marcas del evangelio y el poder de la
resurrección, niños que llevan en sí el poder de una vida
justa, a imagen y semejanza de Jesús.
En el año que murió el rey Uzías, vi yo al Señor sentado sobre un

trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. Los
serafines estaban por encima de él.
Cada uno tenía seis alas: con dos cubría su rostro, con dos cubría
172 sus pies y con dos podía volar. Y clamaban unos a otros, diciendo:
Santo, santo, santo es el
Señor de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”.
Los postes de las puertas se movieron ante la voz de un llamado,

y el templo se llenó de humo. Y yo dije
si:
¡Ay de mi! ¡Estoy perdido! Porque soy hombre de labios inmundos,

y habito en medio de pueblo de labios inmundos; ¡Y mis ojos han
visto al Rey, Jehová de los ejércitos!
Entonces uno de los serafines voló hacia mí, trayendo en su mano

un carbón encendido que había tomado del altar con unas
tenazas. Con la brasa tocó mi boca y dijo: He aquí,
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esta brasa ha tocado tus labios. Su iniquidad es quitada y su

pecado es perdonado.
Después de esto oí la voz del Señor que decía: "¿A
quién enviaré, y quién irá por nosotros?"
Le respondí:
Aquí estoy, envíame.
Entonces el dijo:
— Ve y di a este pueblo: “Escucha; escuchar, pero no entender.

Ver; ver, pero sin percibir”.
Isaías 6.19
¡Cómo me encanta este texto! Me encanta que Isaías

vio al Señor, me encanta que Isaías entendió que los
ángeles no solo le cantaban a Dios que Él es Santo,
pero se cantaron esa verdad el uno al otro. ¡Sí, el uno al

otro! Así como disfrutamos de la gloriosa santidad de
Dios a través de la comunión, así es en el cielo. Todavía
me encanta el hecho de que Isaías ve la tierra llena de la
gloria del Señor. ¡Dios mío, qué día!
La pregunta que debería surgir en el pecho de
cualquier cristiano serio es: "¿A quién enviaré?" Que
queridos hermanos, Dios siempre tuvo seguidores,
siempre tuvo gente, siempre tuvo cantos y siempre fue
173 adorado. ¿Por qué entonces pregunta: “¿A quién
enviaré?” Es obvio para mí que el Señor no envía a todos.
En una reacción similar a la de Pedro cuando vio a

Jesús resucitado, Isaías dice: “¡Yo! ¡Envíame a mí!”. Yo
hubiera respondido lo mismo. Pero no sólo eso, es
necesario identificarse con la etapa previa a la pregunta
por el envío: antes de ponerse a disposición, Isaías
reconoció su incapacidad, su impureza: “¡Ay de mí!
¡Estoy perdido!
Porque soy hombre de labios inmundos, y habito en
arauisdealm
gi
medio de pueblo de labios inmundos; ¡Y mis ojos han

visto al Rey, Jehová de los ejércitos!
Amigos, somos incapaces no sólo porque hemos
pecado, sino porque carecemos de la capacidad para
hacer la obra de Dios. ¡Los inmaduros intentarán hacerlo
con la fuerza del brazo, pero los maduros clamarán por la
gracia divina! ¡Ay de mi! ¡Ay de mi! Lo impactante es
darse cuenta de que Dios no negó la incapacidad de
Isaías, simplemente respondió con fuego.
Oye, por favor quédate conmigo ahora. Estaré aquí
con el 100% de ustedes, luego lean esto: Dios no tiene la
intención de enviar niños. El avivamiento no es para
niños. Dios envía a los que han sido lavados por el
fuego, forjados y madurados por los procesos. ¿Tu
entiendes eso? ¡Dios cuenta con los maduros! Y maduros
no son los que lo saben todo, sino los que
confían por encima de todo, nunca se ofenden y perdonan

rápidamente.
Sí, hay muchas personas autoenviadas sin raíces
profundas en el evangelio ni en la vida en el Cuerpo. Estos
generalmente se quejan de la propia Iglesia, protestan
contra el protestantismo. No digo que no haya resultados
entre cristianos tan infantiles, pero no hay fuego sobre ellos
ni sobre lo que están construyendo. El mundo ni espera ni
se deja transformar por ellos. El envío respaldado por el
174 Cielo llega a aquellos que primero ardieron y luego vivieron
en llamas por el Novio y la Novia.
¿Quieres que te lo envíen? Arde por Jesús y déjate
quemar en el discipulado y la vida en familia espiritual.
Sueño que esta madurez no sea sólo en los líderes, sino
en todos los cristianos que son formados por ellos, ¡así
tendremos una Iglesia de gente madura!
El deseo más profundo de mi corazón es que si has
llegado hasta aquí, ya estés enamorado de la Iglesia como
yo decidí estarlo. La Iglesia, los niños, los herederos del
legado de Jesús, los niños humanos: ¡estos son los que
Cristo quiere enviar por toda la tierra! ¿Vamos? ¿Vamos?
se
m
lrid
,aseiú nad
a u
p
Jf
CRISTO NUESTRO SEÑOR, en el evangelio de San

Mateo, al oír la confesión de Simón Pedro, el cual ante todos
abiertamente le reconoció como Hijo de Dios, y al percibir la
mano secreta de su Padre, llamó es (en alusión a su nombre)
la roca sobre la cual Él construiría Su Iglesia tan fuerte que
las puertas del infierno no podrían prevalecer contra ella. En
estas palabras hay tres puntos dignos de notar: primero, que
Cristo tendría una Iglesia en este mundo. Segundo, que esta
Iglesia tendría una fuerte oposición, no sólo por parte del
mundo, sino también por las fuerzas y poderes supremos
de todo el infierno. Y, tercero, que esta Iglesia, a pesar de
todos los esfuerzos del diablo y de toda su malicia, continuaría.
John Foxe, en "El libro de los mártires"

¡Esta es la Iglesia de Jesús, formada por Sus hijos

maduros, discípulos de la cruz, dispuestos a morir y perseverar
hasta el fin, sabiendo que la Iglesia no tendrá fin, sino que
continuará por toda la eternidad!
Me prende fuego, amigo mío, me prende fuego el corazón...
¡Vamos allá! Este es el momento de que seamos una familia.

de personas que son imposibles de herir, imparables, maduras
y cristianas. Él enviará a esta familia madura en estos días,
175 los días del fin. Saldremos a todas las naciones a preparar el
terreno para la segunda venida de Jesús. ¡Pronto Él vendrá
y estamos allanando Su camino con corazones maduros,
encendidos, tratados y llenos de amor por lo que Él ama!
Donde quiera que estés ahora, oro para que de estas

palabras fluya una transferencia de carga y convicción. Que tu
vida nunca vuelva a ser la misma.
Que tu corazón se expanda y se transfiera a un nuevo nivel
de amor por Dios y por tus hermanos y hermanas.
arauisdealm
gi
Seguramente no habría otra manera de

Termine este libro – necesitamos orar juntos:
Amigo Jesús, aquí estamos, después de tantas páginas

de meditación, ante la Santísima Trinidad. Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo, por favor haz que este mensaje se
encarne en nosotros. Haz que tus verdades corran por nuestras
venas. Cruzanos con Tu mensaje. ¡Padre, enséñanos a amar!
¡Oh Dios! ¡Ya no queremos vivir nuestras propias vidas!

Espíritu Santo, enséñanos las cosas escondidas en Dios y
condúcenos adonde nadie ha llegado. Dios, madura a tu
pueblo y luego envíanos por toda la tierra, por todas las
ciudades, a nuestras familias.
¡Eres digno de cada centímetro, de cada metro, de cada

kilómetro de este planeta!
Que, de manera sobrenatural, hermanos míos,
después de leer este libro, no dejen de ser conmovidos y
hasta perturbados por Su presencia, por Su unción.
¡Nosotros te amamos! Gracias Señor. tuyo es el rey
en el poder y la gloria, para siempre. ¡Amén!
176
se
m
lrid
,aseiú nad
a u
p
Jf

Jesus, Um Pai de Família

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ALESSANDRO VILAS BOAS

por Alessandro Vilas Boas

Jesús, un padre de familia

Las referencias bíblicas se tomaron de la Nueva Versión King James (NAA), a

Edición, preparación y revisión:

Catalogación internacional en datos de publicaciones (CIP)

Vilas Boas, Alejandro

1. Iglesia. 2. Jesucristo I. Título.

Índices para el catálogo sistemático: 1.

14 Esto es aquello, esto es aquello: no una introducción

58 ¡No me defiendas, alimenta!

88 Iglesia que Jesús inauguró en la Tierra

114 Familia que discipula

137 Cómo confiar en las personas

140 Mi casa, una casa de discipulado

146 Cultura de la hospitalidad

160 iglesia madura

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