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Wa0030.
Wa0030.
▪ Tratamientos con cambio de composición, los que añaden nuevos elementos a sus
propios componentes o cambian la proporción de los existentes. De aquí que se llamen con más
propiedad Tratamientos Termoquímicos.
De acuerdo con las variantes de estas fases se obtienen los distintos tratamientos.
Fase 2. Esta fase tiene por objeto lograr el equilibrio entre la temperatura del centro y la periferia y
con ello la homogeneización de la estructura. Deberá ser tanto más larga cuanto más rápido haya
sido el calentamiento.
Fase 3. Es la fase decisiva en la mayoría de los tratamientos. Para lograr el constituyente deseado
hay que partir de la estructura austenítica, si se quiere que haya transformación.
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Figura 1
Si esta tercera fase se hace escalonadamente, es decir, enfriando rápidamente hasta una
cierta temperatura y luego se la mantiene a esa misma temperatura durante el tiempo suficiente, se
comprueba que también se logra la transformación. Se dice de estas transformaciones que son a
temperatura constante o isotérmica. Las transformaciones isotérmicas tienen la ventaja, sobre las
logradas en el enfriamiento contínuo, de que la estructura resulta muy homogénea, mientras que
en el enfriamiento contínuo pueden resultar varios tipos de cristales. Uniendo los puntos de principio
de transformación resulta una curva característica para cada acero. A la izquierda o por encima de
ella, todo está en forma austenita.
Uniendo los puntos finales de transformación se obtiene otra curva, detrás de la cual o debajo
de ella toda la masa estará transformada. Estas se llaman de las "eses" por su forma característica,
y al diagrama se le llama de las TTT (transformación, Tiempo, Temperatura).
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Las temperaturas Ms y Mf son muy importantes y representan el principio y el final de la
transformación en martensita respectivamente.
Con estas curvas resulta fácil comprender los efectos de los tratamientos térmicos. Variando las
fases se pueden variar los resultados.
1. TEMPLE
El temple tiene por fin dar a un metal aquel punto de resistencia y de dureza que requiere para
ciertos usos. Los constituyentes más duros y resistentes son las martensita y la cementita. Para
lograr estos constituyentes, se sigue este proceso:
Fase 1. El calentamiento se hace hasta alcanzar la austenización completa en los aceros de menos
de 0.9% de C; y entre la A1 Acm para los que pasan de 0.9% de C. En la figura 2 aparece la zona
adecuada de calentamiento, en función del porcentaje de C.
Figura 2
Fase 2. El mantenimiento debe ser suficiente para alcanzar la homogeneización entre el núcleo y
la periferia. Las piezas gruesas necesitarán más tiempo que las delgadas. Si la velocidad en la fase
1. fue grande, hay que alargar el tiempo de permanencia de la fase 2.
Fase 3. La velocidad de enfriamiento debe ser tal, que no penetre la curva de enfriamiento en la S,
hasta llegar a la temperatura Ms de la martensita. En la figura 3 (pág 4) se muestra el gráfico del
temple.
El éxito del temple estriba en el conocimiento exacto de los puntos de transformación y del
empleo del medio adecuado para lograr la velocidad suficiente de enfriamiento.
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Figura 3
1.1. Martempering
Así se llama a cierto tipo de temple diferido que se realiza según el gráfico de la figura 3.
La primera y segunda fase es iguales a las del temple con enfriamiento continuo. En la fase
tercera se enfría la pieza rápidamente, sin llegar a la temperatura Ms y se la mantiene así unos
momentos sin alcanzar la curva de principio de transformación. Con ello se logra una uniformidad
térmica; se vuelve a enfriar seguidamente y se logra la transformación deseada: martensita.
Seguidamente se enfría hasta la temperatura ambiente.
Es un nombre que, como su mismo nombre indica, no alcanza más que a la superficie de la
pieza. Se emplea para obtener piezas superficialmente duras y resilientes en el núcleo.
Fase 1. Se calienta la pieza a gran velocidad, cuidando que sólo llegue a la temperatura de
austenización el espesor deseado de la periferia.
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Fase 3. Se enfría rápidamente para lograr la transformación martensítica de la periferia.
2. REVENIDO
Es un tratamiento posterior al temple y que tiene por objeto: 1) Eliminar las tensiones del temple
y homogeneizar el total de la masa: 2) transformar la martensita en estructuras parlíticas finas,
menos duras pero más resilintes que la martensita.
Fase 1. Se calienta siempre por debajo del punto crítico A1. La temperatura alcanzada es
fundamental para lograr el resultado apetecido.
Fase 3. Se enfría en aceite, agua o al aire; en algunos aceros esta fase es muy importante.
TEMPLE-REVENIDO ISOTÉRMICO
Pueden obtenerse efectos semejantes al del temple y revenido con un solo tratamiento, que
consiste en lograr la transformación de austenita a temperatura constante y próxima a la Ms, pero
por encima de ella. Se alcanza así una estructura bainítica*, con buena dureza y resiliencia y se
evitan peligros del temple tales como tensiones y grietas y la fragilidad del revenido. Este tratamiento
se llama Austempering.
3. RECOCIDO
Consiste en un tratamiento térmico con el cual los metales adquieran de nuevo la ductilidad o
cualidades perdidas por otros tratamientos térmicos u operaciones mecánicas. Son varios los
resultados que se pueden lograr y según ellos los procesos son distintos.
▪ Recocido de regeneración
Es el empleado para que un acero, que por distintas causas haya adquirido un grano muy
grande, quede a grano normal y con pequeña dureza.
▪ Recocido de ablandamiento
Se emplea este recocido para ablandar aceros que ya sea por mecanizado, ya sea por forja
o laminación han quedado duros y difíciles de mecanizar. Con él se logran durezas más pequeñas
y una maquinabilidad más fácil.
Se emplea este recocido para quitar acritud* a aceros pobres en carbono, cuando se han
trabajado en frío, como sucede en el trefilado, estirado, embutido, etc. La acritud puede llegar a ser
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tal que resulte imposible continuar la operación que se realizaba sin peligro de rotura o de grietas.
Es un recocido similar al de ablandamiento, pero a menor temperatura.
* Acritud: La propiedad que adquieren ciertos metales al ser deformados en frío. Con la acritud se
vuelven más frágiles y difíciles de deformar.
▪ Recocido isotérmico
4. NORMALIZADO
TRATAMIENTOS TERMOQUÍMICOS
1. CEMENTACIÓN
2. La segunda fase es el temple; con él se logra que la capa exterior adquiera gran dureza mientras
el núcleo permanece sin cambios. Cuando la primera fase ha sido muy larga, se suele intercalar
entre la primera y la segunda un recocido de regeneración. Los aceros empleados para cementar
deben ser pobres en carbono.
2. NITURACIÓN
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el hierro. La operación es lenta, de 20 a 80 horas, y el espesor de la capa muy pequeño. No necesita
temple posterior. El acero debe ser adecuado.
3. CIANURACIÓN
Es una variante de la cementación y nituración por la que las sustancias ceden nitrógeno y
carbono. Se realiza con sustancias en estado líquido y tiene la ventaja de que es muy rápido.
Se obtienen pequeñas penetraciones y el temple se hace aprovechando el calor de la primera fase.
Cuando un acero está formado por un solo constituyente, sus características son las del
constituyente.
Cuando está formado por varios, que es lo más común, entonces sus propiedades son un
promedio de las propiedades de los mismos constituyentes. Los tratamientos cambian los
constituyentes de los aceros y por consiguiente cambian también sus propiedades mecánicas. En
líneas generales se puede decir:
Del temple: que aumenta la dureza, la resistencia a la tracción, el límite elástico, y que
disminuye la resiliencia y el alargamiento. Del recocido: que aumenta el alargamiento y la resiliencia
y disminuye la resistencia y la dureza; y que el revenido: disminuye la resistencia, el límite elástico
y la dureza; mientras que aumenta el alargamiento y la resiliencia. Hay que cuidar mucho la
temperatura, entre los 200 y 400º C para evitar efectos contrarios en la resistencia.
Referencias
www.metalia.es