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La memoria como condicionante en la Narratividad de Donde las voces se

guardan y Pedro Paramo

Hay ya una amplia bibliografía de cómo se lleva acabo el tema de la memoria

en la obra Rulfiana por lo que encontré en ello la posibilidad para desarrollar un

análisis comparativo de como este recurso estilístico de Juan Rulfo es tratado

en obras actuales como lo es Donde las veces se guardan publicada en 1992

por Marco Antonio Samaniego a casi 4 décadas de la aparición de Pedro

Paramo. Algunas otras motivaciones que suscitaron la decisión de abrazar la

obra de Rulfo y Samaniego por medio de esta temática, es que, no se encontró

en los ensayos revisados para la elaboración de este, alguna tesis que

planteara el tema de la memoria como un recurso necesario y fundamental

para la narratividad de estas dos obras, sino que más bien se abordaba como

un recurso que figuraba en el arsenal narrativo de Rulfo. Por último, otro de los

motivantes, fue el placer de pensar obras a las cuales se le ha dedicado poco

tiempo para su análisis, sino es que nulo.

“La memoria es fundamental para la vida y para la escritura, fundamental

para Rulfo y para sus personajes. Porque uno trata de recordar con la mente y

en realidad recuerda más bien con los sentidos. Pero la razón no siempre

coincide con las sensaciones, lo cual instaura una especie de estira y afloja

entre ambos tipos de recuerdos…” esto nos dice Mónica Mansour( Mansour,

1996) en su ensayo El discurso de la memoria, que da tratamiento a la obra de

Rulfo en general. Ya de entrada damos por hecho una relación estrecha entre

el estilo narrativo de Rulfo y el recurso de la memoria como una dualidad


compuesta de dos entidades, hechos objetivos y sensaciones del momento,

que se enfrentan en un juego de choques.

El recurso de la memoria es tan necesario en la narrativa de Rulfo

debido a que funciona de igual manera en lo intratextual como fuera del texto.

Por un lado su función establece una relación directa entre una problemática

social y la estructura narrativa de un texto literario. Es decir, crea un relación de

significado entre lo textual, (lo imaginario y lo ficticio) y lo factico (los sucesos

históricos) mediante este recurso que sintetiza dos contrarios que componen

un mismo concepto. Mario Muños reafirma esta disertación estableciendo una

estrecha relación entre la estructura de Pedro Paramo como respuesta a una

coyuntura social que se sufrió por los resultados que se obtuvieron con la

revolución y que propiciaron el deterioro de la vida campestre y el desarrollo de

la vida urbana, y que suscitaron una sensación de desencuentro con un

promesa revolucionaria que no llego y cuya representación podemos entre ver

en como vivos y muertos vagan por las calles de cómala como una forma

elíptica de sugerir la permanencia del pasado en el presente inmediato.

(Muños, 1985) este planteamiento se sustenta en la memoria en medida que

ambos personajes, tanto vivos como muertos, hilan la narratividad de Pedro

Paramo entrelazando y superponiendo los tiempos narrativos, a través de los

recuerdos, para evidenciar que los cambios entre el pasado y el presente han

sido nulos. “estos anacronismos explican que en Pedro Paramo el hecho de

que el imperio del cacique no se ha modificado por la Revolución, ni por los

acontecimientos que siguieron a su término” (Muños, 1985)


Así mismo la memoria se establece, dentro del texto, como el engranado

que condiciona y permite un desarrollo narrativo, entrelazando y yuxtaponiendo

sus tiempos narrativos por medio de los recuerdos y las anécdotas.

Por otro lado Donde las voces se guardan al igual que Pedro Paramo es

una novela que aparenta no tener un argumento definido, o si se quiere,

aparenta tener un argumento superfluo que se desarrolla y se codifica bajo

circunstancias sociales (como la Revolución Mexicana en Juan Rulfo). Dicho

esto, como primera impresión podemos tomarla como vivencias narradas en

torno a uno de los personajes “La chueca” y su historia de amor trágico.

Estas anécdotas a su vez no encuentran un espacio ni un tiempo

definido. Es una historia que se traslada de un espacio aparentemente ficticio o

ficcionalizado (como podemos suponer es Atabalpa) a un espacio meramente

geográfico por medio de la memoria. El recurso de la memoria es el que

marcara la subjetividad de la historia y la manera en que se estructura la

narrativa. Una superposición de anécdotas, memorias, que no interactúan entre

sí, y que sin embargo, de manera paralela, irán hilando la coherencia y sentido

a una historia para el lector atento.

En resumen es una novela narrada por medio de focalizaciones donde la

ambigüedad y la subjetividad imperan y donde los personajes pretenden ser

igual de complejos que la estructura de la novela; con esa dualidad polarizada:

Pasado y futuro, historia y memoria. Todo esto se establece dentro del margen

de otra problemática social: la migración, por medio de la memoria.

Las similitudes en ambas narraciones pueden ser no gratuitas ambas

evidencian un problemática social mediante una historia. Y en ambas aparece


un anacronismo que no impide el entendimiento de la narración. Ciertamente

hay una dislocación de espacio y tiempo en estas dos obras literarias que solo

se puede llevar a cabo si la memoraría funge el papel principal en el entramado

de la narración.

La memoria como manifestación del tiempo pasado vista desde el

presente permite que todas las voces narrativas que encontramos en Pedro

Paramo y Donde las voces se guardan puedan manifestarse en un mismo

espacio y desarrollar una narración desde diferentes tiempos y permitiendo que

todos los personajes y todas sus experiencias den forma lógica al relato. Bajo

estas circunstancias ninguno de los personajes narradores necesitan ser

actores, basta con ser testigos.

El narrador testigo es necesario y casi exigido para estos relatos, ya que

este tipo de narrador se encuentra inherentemente ligado al condicionante de la

memoria. Debido a que este personaje recrea desde un tiempo distante hechos

ocurridos en un espacio temporal específico. Y al que solo se puede acceder

por este medio.

Para lograr esta traslación de memorias a un espacio determinado, tanto

Samaniego como Rulfo se valen de un mismo mecanismo, una misma

configuración de elementos, la memoria como ya se mencionó y una referencia

inmutable y común entre todos los personajes en la cual recaen todas las

anécdotas y en la cual se desarrollara la trama o el argumento. “Pedro Paramo

se erige, así, bajo una estructura cambiante a partir de un referente inmutable

y opresivo como lo es el campo jalisciense.” (Muños, 1985) y en el caso de la

novela del Baja Californiano las zonas rurales de Sinaloa, ambas configuradas

en sus respetivos textos como Comala y Atabalpa. Pero no solo se valen estos
dos autores del espacio como punto de encuentro, sino también de personajes,

como lo es el caso de Pedro Paramo y el personaje de “La chueca”.

Si bien estas dos novelas se componen de muchos otros elementos,

como las ideas que desarrollan, así como también los símbolos y mitos en los

que se fundan, no son en vano las especulaciones expresadas puesto que

propician un dialogo entre dos obras temporalmente distantes, mediante la

búsqueda de un punto de encuentro como lo es la memoria, que incluso si se

desea ver de manera extratextual este elemento aparece con cierto aire de

ironía en la obra de Samaniego. Ya que la obra de Samaniego es una

preservación de una tradición narrativa fundada por Juan Rulfo, un recuerdo,

una traslación de un pasado distante al presente.


Bibliografía

Toda la obra/Juan Rulfo; Ed. Critica Claude Fell. Mexico: Consejo

Nacional Para la Cultura y las Artes, 1992

Texto crítico. Centro de investigaciones lingüísticas- literarias. No.33.

México; Universidad Veracruzana, 1985.

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