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Universidad Autónoma de Chihuahua.

Comunicación Oral.
19 de septiembre de 2018

La religión.
David Eduardo Delgado Ramírez.

“La religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio” -Voltaire.

¿Qué pasaría si te dijera que Jesús vino a abolir la religión?


Lo que quiero decir es, si la religión es tan buena, ¿por qué ha causado tantas
guerras? Y si puede construir santuarios gigantes, ¿por qué ha fallado en alimentar al
pobre? Verán la religión es tan solo un maquillaje para el exterior y en cuanto al
comportamiento una mala actuación.
La guerra de Esmalcalda en Alemania tras la reforma protestante, la no menos
violenta matanza de San Bartolomé en la Francia de 1572 como parte de las guerras
de religión y la reconquista en España son tan solo unos ejemplos de conflictos
destacados por su influencia religiosa. Y ni hablar de la inquisición y las cruzadas en
siglos anteriores.
Que diferente de las enseñanzas de aquel maestro que decía “Dichosos los que
trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9. Y aun así nos
encontramos en tiempos modernos siguiendo con las guerras, no siempre en armas
pero muy a menudo con desprecio, tratando de someter al prójimo para sacar provecho
propio. Se nos olvido aquel proverbio, antiguo pero no obsoleto, “Más vale ser paciente
que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades”. Prov. 16:32.
Sin embargo, no todo queda en la violencia, podemos ver también desde los
ostentosos templos de arte colonial cubiertos en oro, hasta los más impresionantes
auditorios construidos a la más alta vanguardia de la arquitectura contemporánea. Ya
no es extraño encontrar a hombres proclamando las bondades de la sencillez pero que
irónicamente viajaron en su propio jet privado para llegar hasta el lugar de dicha
conferencia.

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Qué lejos quedó lo que enseñaba el nazareno en Lucas 14:13 cuando dijo “Más
cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás
bienaventurado”. También el apóstol amado, Juan, tiene algo que decir al respecto en
su primera epístola “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener
necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”. 1 Jn.
3:17
Así pues nos hemos encargado de convertir nuestros templos en lugares de
entretenimiento para la gente “buena”, cuando deberían ser hospitales para las
personas heridas. En plataformas de la intolerancia y el desprecio cuando deberían ser
mares de gracia. Nos enfocamos en convertirnos en seres morales que huyen
aterrorizados de cualquiera que no se apega a las reglas que nosotros mismos
creamos, sin darse cuenta que esas reglas son las mismas que han alejado a las
personas de la verdad.
Debo decir que la intención de este mensaje no fue crear juicio ni debate, sino
dejar bien claro el punto de que Jesús y la religión son cosas muy aparte. Mientras la
religión te dice “has” Jesús dijo “hecho esta”. Y mientras la religión te hace ciego Jesús
te da la vista. Mientras los religiosos de aquel tiempo se preocupaban por ser vistos,
admirados y decirle a todos el juicio que se merecían por romper su ley. Jesús se
preocupo por ir a los rechazados, a los marginados de ese mundo; extranjeros, pobres,
mujeres y enfermos. Y es justo en eso, que la iglesia debería seguirse preocupando en
tiempos modernos. Así que vayamos mas allá de lo que nos han hecho creer que es la
iglesia, y en su lugar que cada quien busque la verdad de manera critica, sin tomar
nada por sentado y haciendo siempre con amor las cosas que nos toquen hacer. Dice
1 Cor. 13:13 "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el
mayor de ellos es el amor.”

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