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México, D. F. 06470. Teléfono: 50 97 20 70
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Pozuelo de Alarcón 28223
Madrid, España, Teléfono: 91 862 52 89
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ISBN: 978-607-402-836-2
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Entrevistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Archivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
A
l finalizar la Segunda Guerra Mundial el panorama de la cultura popular y la
cultura “oficial” fue modificado por la trascendencia del movimiento chicano
en Estados Unidos, para el caso del conjunto tejano-mexicano. En México,
el crecimiento de la industria musical y una mayor difusión por medio del teatro, la
radio, el cine y la televisión, así como las fiestas populares de los grupos desplazados
a las zonas industrializadas del noreste de México ampliaron el gusto por la música
del conjunto norteño.
En el periodo comprendido desde la posguerra hasta finales de la década de 1970,
aunque el conjunto se mantiene como una música marginal, tiene avances importantes.
El desarrollo tecnológico, que posibilitó los bailes y conciertos masivos, llegó a ser el
medio idóneo para impulsar nuestro género musical de manera significativa, inclusive
más allá de la región, sin contar con ningún tipo de apoyo oficial.
Ahora, nos encontramos frente a una cultura de masas. En relación con la música
popular debemos discernir si tiene un carácter conservador, favoreciendo a los grupos
129
Alejandro L. Madrid, Music in Mexico, Experiencing music, expressing culture…, pp. 73-74.
1
Entrevista con Ramiro Cavazos, quien acompañó a Los Alegres de Terán en sus primeros años,
2
130
sexto, lo cual sugiere la posible genealogía del artefacto que después sería el favorito
en el acompañamiento del acordeón. Como ejemplo, en la fotografía datada en 1925,
donde vemos al músico Juan Flores,5 distinguimos un instrumento con trece o incluso
catorce clavijas de madera, demostrando que no es un bajo sexto, el cual debe tener
sólo doce clavijas, más bien, se trata de una guitarra séptima con cuerdas dobles,
aunque con una caja mucho más grande de lo normal.
Además, en un retrato promocional del grupo Los Donneños (imagen 4.1), de la
casa discográfica Falcon Records, se reconoce al joven Ramiro Cavazos cargando un
instrumento, el cual definitivamente se puede llamar bajo sexto: lo garantiza la pisada
de la mano izquierda del intérprete, el número de cuerdas, y hasta los bigotes —el
ornamento colocado por lo común en el puente— pero llama la atención que, en una
fecha tardía como mediados de la década de 1950, el aparato productor de sonidos
tiene una caja armónica bastante delgada, más parecida a la guitarra, y no tan amplia
como actualmente se hacen.
El bajo sexto actual presenta un recorte o resaque: una curva en la caja para fa-
cilitar el acceso a los trastes más cercanos a la boca y llegar a las notas más agudas,
5
Juan Alanís Tamez, Un barrio lleno de música, Historia musical de Santiago, Nuevo León, Mon-
terrey, Consejo para la Cultura de Nuevo León, 1998, p. 51.
131
6
Información disponible en http://www.reyesforo.com/post/Esto-me-lo-platico-mi-abuelo-la-histo-
ria-del-bajo-segun-Carlos-Cadena-985550?hi; consultada el 11 de abril de 2014.
7
Mencionado en Eloy Cruz, La casa de los once muertos, historia y repertorio de la guitarra…,
pp. 76-77.
8
El bajo quinto es muy similar al bajo sexto, sólo que en lugar de seis cuerdas dobles sólo tiene
cinco, para un total de diez cuerdas. Sencillamente es un bajo sexto al que se le ha quitado su par de
cuerdas más grave.
132
Por otra parte, fue por estos años cuando se comienzan a utilizar la tarola y el
tololoche en el conjunto, el último de los cuales fue reemplazado pronto por el bajo
eléctrico en Estados Unidos, a finales de los cincuenta.9 Pero si hay experimentos con
los instrumentos musicales, otro tanto sucede con las voces: en las diversas grabaciones
realizadas en las décadas de los cuarenta y cincuenta, todavía no podemos hablar de
un conjunto norteño o tejano consolidados, sobre todo relacionado al estilo de cantar.
Los discos que aparecieron a finales de la década de 1940, grabados por fundadores
del conjunto norteño como Maya y Cantú y Los Donneños, revelan un estilo muy
parecido al de los mencionados duetos vocales del capítulo II, tan comunes en México
y sur de Estados Unidos desde la decimonovena centuria. El timbre de las voces, así
como el uso del canto en terceras y el frecuente glissando, hacen parecer que algu-
nas parejas norteñas son solamente antiguos dúos vocales, los cuales cambiaron las
guitarras por acordeón y bajo sexto. De esta manera, los duetos norteños compuestos
por la voz grave y la contra alta, acompañándose ellos mismos, comenzaron a iden-
tificarse con una región. El cambio en los instrumentos no sólo se debió al mayor
eco de los mismos en relación con el menor sonido que producen dos guitarras, lo
cual les permitió llegar a un mayor número de personas en cantinas, plazas, parques
y mercados, sino también a que bajo sexto y acordeón se volvieron representativos
de su área geográfica.
La introducción de las voces en la tradicional música instrumental que había hecho
resonar dichos artefactos sonoros marcó un cambio de dirección en el conjunto: ya no
había duda que la música era patrimonio de la demarcación. La primera grabación con
este nuevo concepto fue materializada por el dueto de Jesús Maya y Timoteo Cantú
en 1946, aunque transcurrieron un par de años para que fuera maquilada por Ideal
Records.10 Pero serían dos jóvenes nacidos en General Terán, Nuevo León, los que
reformaron el bajo perfil del conjunto norteño hasta convertirlo en un acontecimiento
mediático. Originalmente fueron conocidos como Ortiz y Ábrego, y poco después
bautizados como Los Alegres de Terán.
Contagiando su tradición rural, Tomás Ortiz con bajo sexto y Eugenio Ábrego en
acordeón llegaron a Monterrey para grabar, en mayo de 1949, sus primeros discos para
la pequeña productora Orfeo.11 Considerados después como “Los padres de la música
norteña”, plasmaron en acetato y vinil más de 2 500 canciones.12 Inicialmente, su
Chris Strachwitz, notas al disco compacto Maya y Cantú, El primer conjunto norteño famoso,
10
133
enorme fama regional fue gracias a la casa tejana Falcon Records, y después internacio-
nalmente al gigante Columbia Records. El director en México de esta última compañía
grabadora, Felipe Valdez Leal, proclamaba que Los Alegres de Terán representaban
“un cheque al portador”, pues cada uno de sus discos “tenía aseguradas altas ventas”.13
Ibidem, p. 58.
13
Agustín Gurza, with Jonathan Clark & Chris Strachwitz, The Arhoolie Foundationʼs Strachwitz
14
134
compositores, con 205 canciones, así como en el primer puesto entre los intérpretes,
con un total de 811 grabaciones.15
En las presentaciones públicas de Los Alegres de Terán la gente se aglomeraba
frente al escenario para escucharlos, olvidándose de bailar mientras el dueto cantaba,
lo cual era muy poco común.16 Además, influyeron en los artistas de las generaciones
posteriores: debido a sus grabaciones los integrantes de Los Tigres del Norte se familia-
rizaron con la música norteña,17 mientras que Los Relámpagos del Norte comenzaron
a interpretar estrofas de Los Alegres cuando Paulino Bernal quiso escucharlos con
vistas a promoverlos en su compañía discográfica.18
El “complejo estilo vocal”, de Los Alegres de Terán no podía ocultar la deuda con
los famosos tríos románticos de boleros,19 entre los que sobresalieron Los Panchos y
Los Tres Reyes, refinados ensambles de cantantes acompañados por dos guitarras y
requinto que interpretaban primordialmente boleros, y que fueron el deleite del pú-
blico latinoamericano durante los años treinta y cuarenta.20 Sin embargo, Los Alegres
no rompen de tajo con la tradición: en sus discos siempre incluyeron polcas y otras
piezas instrumentales, y otro de los secretos de su fama fue sin duda su estilo rural,
que fue reconocido como autentico por el público que compró sus discos en ambos
lados de la frontera.
Pero si el conjunto norteño admite la influencia de formas musicales venidas del
sur de México, el conjunto tejano toma en consideración a los géneros y tecnología
del norte de Estados Unidos. Un buen ejemplo es el acordeonista Tony De la Rosa,
quien según Manuel Peña introdujo el uso de micrófonos, la batería, el bajo eléctrico
y la amplificación del bajo sexto y acordeón, y para la década de 1950 convirtió a
su conjunto en el más popular de Texas.21 A partir de este momento podemos hablar
ya de un conjunto consolidado. Al pertenecer a la segunda generación de músicos
regionales, De la Rosa retoma elementos de la tradición musical mexicana, grabando
15
Ibidem, pp. 162-167.
16
Entrevista con el compositor Reynaldo Martínez, “El gallero”, McAllen, Texas, 24 de julio de 2013.
17
Agustín Gurza, with Jonathan Clark & Chris Strachwitz, The Arhoolie Foundationʼs Strachwitz
Frontera Collection of Mexican and Mexican American recordings…, p. 129.
18
Entrevista a Paulino Bernal, http://www.youtube.com/watch?v=7NX-wWzFEVA, consultado el
3 de agosto de 2013.
19
Alejandro L. Madrid, Music in Mexico, Experiencing music, expressing culture…, p. 82. El autor
propone llamarlos en español tríos bolerísticos (comunicación personal) pero el público en general los
conoce como tríos románticos, de allí mi propuesta de un término medio entre ambos.
20
Ibidem, pp. 52-53.
21
Manuel Peña, The texas-mexican conjunto..., pp. 86-87.
135
canciones de José Alfredo Jiménez y Cuco Sánchez,22 pero condimentadas con otras
músicas que amó: western swing y honky-tonk.23
Por otra parte, además de las reformas en materia de estilos e instrumentos musi-
cales, y matizando la afirmación de Manuel Peña —quien declara que entre 1947 y
1970 el conjunto tejano realiza una “emancipación completa” del conjunto norteño—24
tenemos un periodo de posguerra caracterizado por entornos socioeconómicos e
influencias musicales desiguales al norte y sur de la frontera, aunque con un acerca-
miento entre ambas tradiciones.
En los años que van de 1942 a 1964, los gobiernos estadounidense y mexicano
impulsaron el Programa Bracero, con lo cual unos cinco millones de mexicanos fueron
invitados a trabajar legalmente en la Unión Americana.25 En el ámbito de la música
norteña y tejana, lo anterior significó mayores fuentes de empleo para filarmónicos,
así como la confluencia e intercambios entre dichas tradiciones armónicas.
Escoltando a la diáspora mexicana en su camino al norte, grupos norteños como Los
rancheritos del Topo Chico efectuaron giras en Estados Unidos, las cuales podían ex-
tenderse por más de seis meses, visitando lugares cada vez más alejados de la frontera,
como los estados de Illinois, Kansas, Georgia o Nebraska.26 Este grupo neoleonés, y
otros del momento, asimilaron las tendencias musicales tejanas e irradiaron las propias,
pues frecuentemente alternaban sus conciertos con destacadas agrupaciones estadouni-
denses, como cuando El palomo y el gorrión tocaban con el Conjunto Bernal.27 Este
último ensamble ha sido uno de los más depurados de toda la historia del conjunto, pues
cantaban a tres voces, y se acompañaban por dos acordeones de botones cromáticos
tocados con gran virtuosismo. El acordeonista del Conjunto Bernal, el tejano Paulino
Bernal, hizo varias grabaciones con músicos norteños, como la realizada en 1954 con
Ramiro Cavazos en bajo sexto, donde acompañaron al cantante Chris Sandoval y
colaboró también el baterista Leonel Sánchez, en una de las primeras intervenciones
22
Escúchese el disco Tony De la Rosa, 35 golden hits, Hacienda Records, Corpus Christi, 2005.
23
Ray Cano Jr., “De la Rosa, Tony” en Laurie E. Jasinski (ed.), The Handbook of Texas music second
edition, Denton, Texas State Historical Association, 2012, pp. 160-161.
24
Manuel Peña, Música tejana…, pp. 94-95.
25
María Luisa De la Garza, Ni aquí ni allá, el emigrante en los corridos y en otras canciones popu-
lares, Cádiz, Ayuntamiento de Cádiz, 2005, p. 23.
26
Luis Antonio Garza Torres, Los Rancheritos del Topo Chico de Catarino Leos Rodríguez, vida y
obra, Monterrey, UANL, 2013, p. 47.
27
Guillermo Berrones, Ingratos ojos míos, Miguel Luna y la historia de El Palomo y El Gorrión,
Monterrey, UANL, 2013, p. 141.
136
28
Entrevista con Leonel Sánchez, baterista de Los Alegres de Terán, mencionado en Ramos Aguirre,
Los Alegres de Terán…, p. 100.
29
Entrevista a Paulino Bernal, Información disponible en http://www.youtube.com/watch?v=7NX-
wWzFEVA; consultada el 3 de agosto de 2013, y también Manuel Peña, The texas-mexican conjunto...,
p. 106
30
Véase y escúchese el CD Conjunto Bernal, 16 early tejano classics, Arhoolie Records, El Cerrito,
California, 1997.
137
Si bien el ascendiente del rock ’n’ roll es bastante sutil en este ejemplo, en años
subsecuentes Ramón Ayala incluiría elementos de ese género musical para mezclarlos
con la cumbia —ambos géneros nuevos y ambos marginados—, como el caso de su
versión de la canción Despeinada. Con la partitura anterior intento hacer evidente
la “elasticidad” del conjunto respecto a la asimilación de conceptos derivados de
otras tradiciones melódicas, al contrario de lo que sucedió con el mariachi, que al ser
convertido en la viva imagen de la nación mexicana quedó congelado en un pedestal
durante décadas, repitiendo los mismos sones, interpretados de manera muy similar,
ad nauseam. Además, estos ejemplos nos sirven como prueba de que el conjunto
norteño y tejano se encuentran muy próximos, intercambiando ideas y símbolos
mutuamente y haciéndolo también con otras músicas, al contrario de lo que afirman
algunos investigadores, que los consideran géneros musicales antagonistas.
Por ejemplo, con el fin de enfatizar las “diferencias estilísticas” subyacentes entre
el conjunto tejano y norteño, Cathy Ragland transcribió el famoso Corrido de Gerardo
González, interpretado primero por el acordeonista y cantante neoleonés Ramón Ayala,
y después por el grupo tejano Los dos Gilbertos. No obstante que acepta la influencia
del conjunto Tex-Mex en Ayala —quien, por cierto, radica desde hace décadas en el sur
de Texas—, la autora señala que su versión tiene un compás ternario, que el acordeón
es un instrumento de acompañamiento y que sus escalas son “simples y repetitivas”;
mientras afirma que la interpretación de Los dos Gilbertos posee compás binario y
una “mucho más elaborada improvisación” por parte del acordeonista.31
Ciertamente Luis y Julián o el grupo Pesado se apegan a la conservadora ejecución
que hace Ayala del corrido mencionado, pero también encontramos agrupaciones
mexicanas que se relacionan más con Los dos Gilbertos, como la del conjunto sonorense
Honorables, o el sinaloense Abraham Beltrán y Los Rayitos, que a pesar de ostentar
ambas ritmos ternarios, este se ve alterado por síncopas agresivas, además de tener
un acordeón mucho más participativo.32A fin de cuentas, si tratáramos de escuchar
todas las grabaciones del fronterizo Corrido de Gerardo González, encontraríamos
diferencias en todas ellas, sin importar si se trata de artistas norteños o tejanos. Después
de todo, uno y otro tocan algunas canciones que han circulado por casi un siglo, por
lo cual procuran ofrecer la versión más novedosa —o la más tradicional si su público
así lo exige—, que les asegure notoriedad mediática y generosas ventas de discos.
Por otra parte, durante este periodo, muchos músicos norteños tuvieron un ascenso
en la escala social gracias a su trabajo en Estados Unidos, porque todavía a mediados
Todas estas versiones pueden verse en la página YouTube, además de otras con banda y hasta de
32
huapangueros.
138
33
Eulalio González Ramírez, Autobiogr… ajúa!..., p. 233.
34
Guillermo Berrones, Ingratos ojos míos…, pp. 86 y 104.
35
Francisco Ramos Aguirre, Los Alegres de Terán…, pp. 70-71.
36
Luis Antonio Garza Torres, Los Rancheritos del Topo Chico…, p. 38.
37
Guillermo Berrones, Ingratos ojos míos…, pp. 137-138.
139
sexto asiduamente en la década de los cincuenta,38 poco antes que las frecuencias
regiomontanas, pues La Doña de la Música Norteña y La Norteña del Cuadrante se
fundaron en Monterrey casi al mismo tiempo.39
De nuevo, las fortuitas referencias históricas nos confirman que la música del
conjunto gozó de aprobación primero al norte del Río Grande: a finales de los treinta,
Don Santiago Jiménez ya tocaba regularmente en el programa de melancólico título
“La hora Anáhuac”, transmitido desde San Antonio.40 En Texas, la radio en idioma
español siempre ha emitido música mexicana y tejana por partes iguales, mezclando
el conjunto norteño con los variados géneros locales. Dicha tendencia cambió al
comenzar la década de 1990, cuando se relegó al conjunto Tex-Mex en favor de la
música norteña, preferida por los migrantes recientes.41
38
Ibidem, pp. 66-67; y también: entrevista con el compositor Ernesto Juárez Frías, cuyas canciones
han sido interpretadas tanto por cantantes acompañados de mariachi como por conjuntos norteños, y
quien piensa que la música norteña no debería llamarse así, pues afirma que la música de acordeón y
bajo sexto gustó primero en la capital mexicana, Zacatecas, 23 de mayo de 2012.
39
Dinorah Zapata Vázquez, Génesis y desarrollo de la radio y la televisión en Nuevo León, UANL,
Monterrey, 1990, pp. 45-46.
40
Manuel Peña, The texas-mexican conjunto..., p. 63.
41
Melanie Josephine Morgan, Regional mexican radio in the U.S.: Marketing genre, making audi-
ences…, p. 110.
140
1904.42 En la región que nos interesa, Lydia Mendoza cantó y tocó su guitarra frente
a un micrófono en San Antonio a finales de la década de los veinte; la regiomontana
Rosita Fernández grabó para Bluebird en 1931;43 y el dúo de las hermanas Carmen y
Laura Hernández fueron acompañadas por el mismísimo Narciso Martínez a media-
dos de los cuarenta.44 Pero aquí estamos hablando de música tradicional mexicana en
Estados Unidos, todavía no de los alegres sonidos del conjunto.
Una de las primeras mujeres acordeonistas en Texas que dirigió su propio conjun-
to fue Eva Ybarra, quien comenzó a tocar en el grupo de su padre a la edad de seis
años, en 1951.45 La destacada intérprete nacida en San Antonio continúa haciendo
presentaciones hasta el día de hoy, pero ha tenido una carrera muy difícil en un mundo
artístico dominado por hombres, e incluso se le ha tachado de ser lesbiana, rumor que
ella rechaza vehementemente.46
Linda Escobar, cantante nacida en Alice, Texas, e hija del compositor Eligio
Escobar, comenzó a sobresalir también a temprana edad, grabando a los siete años
para Ideal Records, a principios de la década de 1960. Confiesa que ha tenido “bas-
tantes dificultades: muchísimas” para desarrollar su carrera musical, debido a que
los hombres tienen gran solidaridad entre ellos, pero no hacia las mujeres.47 Ella
considera que en la actualidad es “un poquito más fácil” para las damas musicales,
pero lo cierto es que en el trigésimo segundo Tejano Conjunto Festival en San An-
tonio, en el año 2013, tanto Ybarra como Escobar fueron programadas para actuar
por la tarde, no en los horarios estelares nocturnos, que estuvieron reservados para
solistas y agrupaciones masculinas, como Los Hermanos Farías, Mingo Saldivar o
Leonardo Flaco Jiménez.
Ybarra y Escobar iniciaron sus carreras en los años de expansión del conjunto, en
momentos que nuestro género era conocido más allá de Nuevo León, Tamaulipas y
Texas, pues hacia 1964 Las incomparables hermanas Ortiz ya estaban popularizando
los nuevos sonidos en California. En dicho grupo destacó Isabel Salaiza Ortiz, acor-
deonista y cantante que posteriormente sería conocida como La dama del acordeón,
siendo líder de Chavela y su grupo Express. Isabel refería que nunca padeció com-
42
María Herrera-Sobek, Chicano folklore: A handbook, Westport, Greenwood Publishing Group,
2006, p. 49.
43
Ramiro Burr, “Women in conjunto music” en Juan Tejeda & Avelardo Valdez (eds.), Puro con-
junto…, p. 88.
44
Manuel Peña, The texas-mexican conjunto..., p. 72.
45
Juan Tejeda, “Eva Ybarra” en Juan Tejeda, & Avelardo Valdez (eds.), Puro conjunto…,pp. 295-297.
46
Cathy Ragland, ““Tejano and proud”: Regional accordion traditions of south Texas and the border
region”…, p. 94.
47
Entrevista a Linda Escobar, San Antonio, Texas, 18 de mayo de 2013.
141
48
Ramiro Burr, “Women in conjunto music”…, pp. 91-92.
49
Ramiro Burr, The billboard guide to tejano and regional mexican music…, pp. 73-74.
50
Véase, y escúchese, el disco compacto The soulful women duets of south Texas, Arhoolie Records,
El Cerrito, California, 2000, que contiene varios duetos decantantes mexicanas.
51
Otros grupos, como Los Alegres de Terán, también grababan para Falcon, y en México eran
distribuidos por Discos Tambora.
52
Después de buscar infructuosamente en cadenas comerciales de México, logré adquirir discos de
Las Jilguerillas y del Dueto Río Bravo en una tienda Walmart, en Port Isabel, al sur de Texas.
142
revista Billboard, durante los primeros años de la década de 1970, con la canción
Abre el corazón.
Para concluir, debemos resaltar que si una característica de los acordeonistas del
conjunto ha sido su imagen de ““tigre” dandy pero sexualmente agresivo”, las mujeres
que toman al acordeón como su modus vivendi desarrollan una contraparte femenina
de dicho rol masculino: se vuelven asertivas y sensuales.53 Como ejemplo, tenemos
grupos tejanos y norteños contemporáneos, que explotan esta apariencia erótica, y
que están integrados por señoritas, como el caso de Chicas de canela, Las Fenix, y
Las lluvias del norte; mientras que en México es posible mencionar agrupaciones
masculinas, pero encabezadas por mujeres, como Priscila y sus balas de plata y
Saraly y la promesa.
53
Sydney Hutchinson, “Becoming the Tíguera: The Female Accordionist in Dominican Merengue
Típico” en The World of Music, Vol. 50, No. 3, Accordion Culture (2008), pp. 37-56. La autora analiza
el papel de las damas del acordeón en el género merengue, pero hay un paralelismo sorprendente con lo
que sucede en los roles al interior del conjunto.
54
Manuel Peña, Música tejana…, pp. 130-132.
143
Me llamaron al servicio
como macho es mi deber, dije: “presente”,
por buena, por mala suerte,
me tocó la infantería, de esos que van en el frente...
No he podido comprender,
como pude yo volver, quizás por suerte,
o es que mi Dios es muy grande,
mi virgen guadalupana me protegió de la muerte...
55
Phyllis McKenzie, The Mexican Texans…, p. 93.
56
David Montejano, Anglos and Mexicans in the making of Texas, 1836-1986, Austin, The University
of Texas Press, 2010, pp. 262-268.
57
Margaret E. Dorsey y Miguel Díaz-Barriga, “Patriotic citizenship, the Border Wall, and the “El
Veterano” Conjunto Festival” en Alejandro L. Madrid (ed.), Transnational encounters, Music and per-
formance at the U. S. –Mexico border, New York, Oxford University Press, 2011, pp. 207-227.
144
58
Canción ranchera Ya volví de Corea, grabada en 1951, Conjunto de Henrry Arizmendez.
145
Lo enlistaron en el army
por órdenes del tío Sam,
como iba mero adelante
lo mataron en Vietnam…59
59
Información disponible en http://www.youtube.com/watch?v=gx1Jrgspu-g; consultada el 15 de
abril de 2013.
60
Margaret E. Dorsey y Miguel Díaz-Barriga, “Patriotic citizenship, the Border Wall, and the “El
Veterano” Conjunto Festival…”, p. 208.
61
Mencionado en Leo R. Chavez, The latino threat: Constructing immigrants, citizens, and the na-
tion, Stanford, Stanford University Press, 2013, p. 15.
146
Villa, Weslaco y Santa Rosa, para la década de 1950, se intentó reformar la imagen
ramplona del conjunto, prefiriendo los bailes en lugares cerrados, en los cuales no se
vendía cerveza y donde podía concurrir toda la familia.62 De esta forma, los habitantes
de la frontera trataron de alejar los escarnios que habían pesado en el imaginario del
conjunto, al hacer de su música portadora de valores regionales, como la importancia
de la familia, cultura del trabajo, lealtad y solidaridad. Al mismo tiempo,procuraron
distanciarse de la estigmatizada tradición mexicana por medio de maneras de bailar,
como por ejemplo el tacuachito, danza que fue muy popular en todo Texas, cuyos mo-
vimientos recordaban a otro gracioso habitante de la región: el tlacuache o zarigüeya.63
En la introducción comentamos que a finales de la década de 1960, el movimiento
chicano transformó la percepción del conjunto tejano, pasando de ser una “basura de
cantina a un tesoro cultural”.64 En los años posteriores, se dio una revaloración del
género en Texas debido al boom de la música tejana, llegando incluso a generarse un
periodo de auge mediático más allá de la región, cuando artistas como Selena y La
Mafia reemplazaron el bajo sexto y el acordeón por la guitarra eléctrica y el sinteti-
zador, logrando captar la atención internacional. Al mismo tiempo, se desarrolló un
grupo de aficionados al conjunto tradicional que comenzó a promover encuentros y
festivales, destacando el Tejano Conjunto Festival en San Antonio.
Eventualmente llegó también el reconocimiento gubernamental, pues cuando
la National Endowment for the Arts (Fundación Nacional de las Artes) estableció
en 1982 el National Heritage Awards (Premio Nacional del Patrimonio) la primera
laureada del programa en Texas fue la cantante Lydia Mendoza, y al año siguiente se
reconoció la trayectoria de Narciso Martínez como uno de los fundadores del con-
junto tejano-mexicano. Con el paso del tiempo, han sido distinguidos también por el
presidente de Estados Unidos con el National Heritage Fellow ship (Beca Nacional
del Patrimonio) Valerio Longoria (1986), Santiago Almeida (1993), Santiago Jiménez
Jr. (2000) y Mingo Saldivar (2002). El galardón más reciente fue concedido en 2012
a Leonardo “Flaco” Jiménez, en una ceremonia en la cual no sólo se le entregó un
estímulo económico de 25 mil dólares, sino que también fue declarado como tesoro
nacional vivo de la Unión Americana.65
62
Entrevista de Margaret Dorsey a Lupe Sáenz, Información disponible en http://portal.utpa.edu/
utpa_main/lib_home/archive_home/Guadalupe%20Saenz; consultada el 15 de julio de 2013.
63
Manuel Peña, The emergence of conjunto music, 1935-1955 en Juan Tejeda & Avelardo Valdez
(ed.), Puro conjunto…, p. 20.
64
Manuel Peña, Música tejana…, p. 115.
65
Información disponible en http://www.nea.gov/honors/heritage/fellows/NHF_listYear.php;
consultada el 31 de mayo de 2013.
147
Alfonso Ayala Duarte, Breve historia gráfica de la música en Monterrey, México, CONARTE/
66
148
PIPORRO
Después de la Segunda Guerra Mundial fue posible para los intérpretes del conjunto
ganarse la vida exclusivamente con la música gracias al fenómeno de los ballrooms,
69
Tomo prestada la clasificación de géneros musicales propuestos por Lena, Bandingtogether…,en
especial el segundo capítulo. La autora reconoce cuatro géneros: Avant-garde, cuando existen sólo
una docena de participantes activos que se reúnen de manera informal y no atraen la atención de la
prensa; scene-based, caracterizado por un grupo moderado de miembros activos que tienen fama local;
industry-based se organiza como una corporación industrial y tiene alcance nacional e internacional, y
traditionalist, cuando un género basado en la industria sufre una crisis y deja de ser difundido por los
medios de comunicación masivos.
70
Por ejemplo: La música grupera, “con sus piezas sentimentaloides y bobaliconas”, “trivializava los
valores más entrañables del sentir norestense”. Carlos Velázquez, “El viejo pʼal vino: la lengua más vio-
lenta de la frontera”, Áurea, Revista de arte y literatura, #002, Noviembre-diciembre de 2013, pp. 18-23.
71
Véase Simon Frith, Performing Rites, on the value of popular music…, p. 13.
149
al taco circuit72 y las caravanas, pero debemos acotar el citado testimonio de Manuel
Peña, quien proclama que, entre 1947 y 1970, se da la “época dorada o clásica” del
conjunto tejano, agregando que durante dichos años tal ensamble realiza una “emanci-
pación completa” del conjunto norteño.73 Sin duda hay perfeccionamientos, como los
que brotan en el campo de la electrónica o como el surgimiento de grupos admirables
como el mencionado Conjunto Bernal. No obstante, la información disponible permite
indicar que el conjunto continúa siendo una música popular bastante impopular, como
lo fue en sus inicios el blues, además de que seguimos encontrando más afinidades
que diferencias entre tejanos y norteños.
En este sentido, la autobiografía de Eulalio González, “Piporro”, resulta preciosa
para entender los altibajos del periodo, pues el famoso actor, cantante, compositor y
bailarín vivió en primera persona el nacimiento y transformaciones de la figura del
norteño y su música en el imaginario colectivo. A decir verdad, él se volvió un símbolo
de la cultura regional. Nuestro personaje anhelaba convertirse en un famoso locutor
de radio, llegando a ser comediante por pura casualidad, pues acudió al llamado de la
estación XEQ para formar parte del grupo de histriones que intervendrían en la serie Ahí
viene Martin Corona. Eulalio González, presumiendo su acento reynero, ganó el papel
del “viejo norteño, jacarandoso y decidor”, que aparecía en el libreto con el nombre
de Piporro, y que haría mancuerna con el ya famoso charro cantor Pedro Infante.74
Poco tiempo después, en 1951, se llevó exitosamente a la pantalla grande la historia
de Martin Corona,75 por lo que González jamás renunciaría al personaje de Piporro.
Sin embargo, y a pesar de la aceptación de su agradable personaje, el actor declara-
ba que no fue sencillo que sus canciones fueran recibidas como “algo tan mexicano”,
pues todavía en la década de los cincuenta, mientras trabajaba en el teatro, el público
de la Ciudad de México esperaba que Piporro cantara tangos cuando aparecía en
escena acompañado por acordeón y guitarra.76 Antes de Lalo González, grupos mu-
sicales como Los Montañeses del Álamo y Los Alegres de Terán eran prácticamente
desconocidos en la capital del país, siendo el retrato típico del norteño una verdadera
caricatura: la de hombres repugnantes, “tipos patibularios”, con sombrero texano,
bigote y pistola enormes,77 popularizado en las carpas desde finales de los treinta por
72
Así se le llamó al circuito de conciertos de música regional mexicana en el sudoeste de Estados
Unidos.
73
Manuel Peña, Música tejana…, pp. 94-95.
74
Eulalio González Ramírez, Autobiogr… ajúa!..., pp. 95-99.
75
Ibidem, p. 110.
76
Ibidem, p. 126.
77
Ibidem, pp. 123-126.
150
78
Alfonso Ayala Duarte, Desde el cerro de la silla..., pp. 89-90.
79
Cathy Ragland, “From pistol-packing pelado to border crossing mojado: El Piporro and the mak-
ing of a “Mexican” border space” en Alejandro L. Madrid (ed.), Transnational encounters, Music and
performance at the U. S.–Mexico border, New York, Oxford University Press, 2011, pp. 341-372.
80
Eulalio González Ramírez, Autobiogr… ajúa!..., p. 406.
151
81
Ibidem, pp. 329-330.
82
Agustín Gurza, with Jonathan Clark & Chris Strachwitz, The Arhoolie Foundationʼs Strachwitz
Frontera Collection of Mexican and Mexican American recordings…, p. 162.
83
Eulalio González Ramírez, Autobiogr… ajúa!..., p. 307.
84
El terror de la frontera, Dir. Zacarías Gómez Urquiza, Filmadora Chapultepec, 1963, 70 min.
85
El rey del tomate, Dir. Miguel M. Delgado, Filmadora Chapultepec, 1963, 94 min.
86
Información disponible en https://www.youtube.com/watch?v=2tgmCzIuaCM; consultada el 5
de agosto de 2014.
152
El objetivo del Piporro con sus coplas, y en cintas como El pocho,87 era llamar
la atención hacia esa especie de herida conocida como frontera,88 así como hacer
visibles y reivindicar a los mexicoamericanos: su interés radicaba “en el desinterés
que siempre ha habido hacia esos personajes —los mexicanos nacidos allá—… que
teniendo el color nuestro y la sangre que corre por sus venas igual a la de nosotros, no
han despertado jamás otra cosa que no sea el desprecio de llamarlo “pochos”, como
equivalente expresión de renegados”.89 La solidaridad hacia los mexicoamericanos
que proclamó Lalo González va en contra del recelo habitual del gobierno mexicano,
el cual no consideraba que la diáspora tuviese sangre “igual a la de nosotros”. Para
muestra, después de haber escrito, dirigido y producido con recursos personales El
Pocho —con su tema calificado entonces como una “papa caliente”— el gerente del
Banco Cinematográfico no la consideró “de interés nacional”, por lo que el Piporro
tuvo que superar muchos obstáculos burocráticos para que su filme fuera exhibido.90
Al mencionar la película El bracero del año en el primer capítulo, vimos manifes-
tarse una línea ideológica que no simpatizaba con la migración, con un mensaje que
invitaba a trabajar la tierra en México, y no en la Unión Americana. Por lo general,
el cine mexicano y estadounidense fue bastante duro con la representación que hacía
de los mexicoamericanos y los migrantes recientes, pues nunca hay una diferencia
clara entre ambos grupos: acusándolos por igual de ser pasivos, flojos y carentes de
valores familiares, hasta incluso tacharlos de inmorales, deshonestos y criminales.91
Los descendientes de migrantes han sido rechazados por partida doble, no sólo por
el discurso oficial y por la sociedad mexicana, sino también por la opinión pública del
país donde nacieron. Como ejemplo, el Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán
(conocido por sus siglas MEChA), que busca el fomento de la educación entre los
87
El pocho, Dir. Eulalio González, Raza Films, 1970, 95 min.
88
Entre los varios ejemplos se encuentra el texto de Gloria Anzaldúa: “The U.S.-Mexican border es
una herida abierta where the Third World grates against the first and bleeds” en Gerardo Nuñez Arel-
lano, “Framing illegality in the United States: Sonic culture, power and the politics of representation”,
Tesis inédita para obtener el grado de Doctor en filosofía en Estudios Étnicos, University of California,
Berkeley, 2010, p. 79.
89
Eulalio González Ramírez, Autobiogr… ajúa!..., p. 245.
90
Ibidem, pp. 239-248.
91
A lo largo del tiempo, el gobierno estadounidense ha tenido relaciones variables con los mexi-
coamericanos, pero en las últimas décadas toda la comunidad latina ha sido asociada con un estatus
similar al de los indocumentados. Gerardo Nuñez Arellano, Framing illegality in the United States…,p.
41. También Gleen A. Martínes, “Mojados, malinches, and the dismantling of the United States/México
border in contemporary mexican cinema”, Latin american issues, N° 14, 1998, pp. 31-50, y finalmente,
De la Garza, Ni aquí ni allá…, p. 111.
153
92
Datos tomados de: http://www.nationalmecha.org/about.html; consultada el 15 de abril de 2013.
93
Patrick J. Buchanan, State of emergency: The third world invasion and conquest of America, New
York, St. Martinʼs Press, 2007, pp. 107-110. Las ideas de Buchanan carecen de originalidad, práctica-
mente es el mismo discurso racista anti-hispano que había desarrollado el profesor de ciencias políticas
de la Universidad de Hardvard, Samuel P. Huntington (1927-2008).
94
José Ángel Hernández, Mexican American colonization during the nineteenth century…, p. 8.
95
Las declaraciones que hizo Poniatowska a la prensa en Venezuela pueden ser vistas en http://
americanpatrol.com/FEATURES/010814MEX-ANNEX-USA/ElenaElImparcial010703.html; consul-
tada en 22 de abril de 2013.
96
José Ángel Hernández, Mexican American colonization during the nineteenth century…, pp. 8-10.
154
97
Como la llama Pat Buchanan, y también la historiadora mexicana Josefina Zoraida Vazquez en Juan
Carlos Talavera, “La Mesilla, el episodio más vergonzoso en la historia de México: Zoraida Vázquez”,
Información disponible en http://www.cronica.com.mx/notas/2013/769623.html; consultada el 29 de
julio de 2013.
98
De acuerdo con Dan Arellano, mencionado en José E. Limón, ““This is our música guy!”: Tejanos
and ethno/regional musical nationalist” en Alejandro L. Madrid (ed.), Transnational encounters, Music
and performance at the U. S.–Mexico border, New York, Oxford University Press, 2011, p. 121.
99
Ibidem, pp. 121-122, y también: entrevista realizada a Juan Tejeda, San Antonio, Texas, 15 de
julio de 2011.
100
Agustín Gurza, with Jonathan Clark & Chris Strachwitz, The Arhoolie Foundationʼs Strachwitz
Frontera Collection of Mexican and Mexican American recordings…, pp. 15-16.
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