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CRITICAS Jorge Panesi ae Dobie ¥ FIVECD 0 REEREA nom ep 6s 9 Politica y ficcion 0 acerca del volverse Hteratura de cierta sociologia argentina Hay una comodidad critica que se puede llamar cident Gakte ‘a comodiad del conjuncin poli spncris, yaya. Sep 4 pola yeratura, pola yfccin. Pros ago dene moa | Tafancén era, la fuse polit de una cert tka que no se deja adoriecer ita seguridad luovia ‘el confort de ia conforma y la confortacion, es sulugar permanente de incomodidad, La crtica de : te decolocarse desacomodarse para descoloeary wu 0 deracomodar, por ejemplo las ares delacotocacio, SMa © posicin, de aquello que solemes amar "ana JSP posicin politica’ ya sea en su sentido estratégico- “ya. Guns militar (fa politica como una forma continua de La Une sera y la intervencin en los conictor sociales) 0 ‘nou apaciguadayapaciguante manera de colocarse ca lamesa de los contraos 7 ls acuerdo racionales ara mediaizaroretardat los confit que de ods ‘nodos patean por debujo de la misma mesa eulatva dels negociaciones. Enambis manera de conecbi a poltca,b lcratia es més que el arte del inconformisino razo™ nado ola develation de una verdad inavertida pero ‘que saa allen las css o lo textos eras, ae los js peezosos que no sabia vera, Ei exe acto de desoloracn, en fs maniobras de lectin que des mmonian fo que se ha armada trayé del ump y el sua, através ambién de la complica de ot nere- ses la atia partiipacin de agentes, insduciones Sugar de to aha <5 Y grupos, la critica dewuelve no sélamente un cone ‘imiento improbable, mitad especulativoymitad em- pico de los objetos literatios, textos, tramasinsttie ionales ¢histércas, sino que establece, debido asi | posicién discursiva ambigua e inestable, la brecha de las posibilidades. Dice que otras tramas fueron | posible y que estuvieron siempre alli, en los textos Inactuales que le, o que otras relaciones se despten- den del presente yla acmalidad, en los intersticios que cl apabullante presente (que siempre es presencia | de la fuerza anonadante de lo insitido y conven- | ionalizado, o lo que es o mismo, una entrega alas | pasiones laxas de la desorientacién). La desorientai cin, la pérdida de-la brijula, el camino marcado, el derrotero del mapa inserible,y el trazado de otro ‘camino son las condeiones de la eitica. La critica es la desorientada por naturaleza; 0 bien se presenta ‘como la que finge, invenia o propone la desorienta- ién momenténea para ir hacia otro lugar con los restos del camino y con lo que queda del presente Sila critica lterari-ha sido viet tradicionalmente como Ia que orienta al pablico sobre narmas yvalo- res dela literatura, en Ia base que Ia sostiene no hay sms que tn abrirse alo que no ests fjo, a lo que catnbiay forzosamente detorienta, en primer higar, ata propia critica que hace de ese estapor su fuerza aseguradora. 4 Tos pensadores ser ver, que la hace caer ‘en kas fascinaciones teérica-a las que se aplica con sospechoso encarnizamiento, Yno hay tcoria de fa | critica (la critica adopta en su orfandad teorias que | sabe proviorias) porque su dscurso mentor es el de | 4a mods, el discurso de lo que pasa, de lo que est pa sando, y también de lo que-es pasado, porque como +66 I ‘amos, revea en lo inapreieniible del presente aI goin o cl contrapuntoindestracable con cl pasado Tntempestiva, seg imagin6 Nietaiche + propia artic de la cultrs, siempre persgue ados punta 6 Jnactaly lo iamediato, provoca el roce temporal y ora de oro modo la aparente linealidad delo que sarge, lo que ba desaparecido y lo que permanece. ome es un ascuro igad ala moda, fa rita terse save fscinada por Io nuevo, persgue el eambio, tanto de ine teoras en le que aptntala #u orfandad czencial, como dels objétos dados alos que da welea auitindoles in excesvafamiliaidad o ln pesantez de [tradi literarin. Pero al ser ambi hija de lar cionalidad huminista, procede com cautela, mide; da ‘arones,explica aquello mismo cuya novedad seem: pela en tubrayar ole que, en ese afin de novedad, faventa como fazén de au propia exitenca nove. doa. La historia paral rica iterara no puede ser |imés la torpera simpliiadora del'esquema o de Ia ‘ess, y3h con todo, se entrega als cuadros, ls ro niniacenciassindptica, las condiciones de exiten- Gia de lon objetositeraros, lo hace para imventar la nueva luz que pone el parado en perspectiva st a {én acomoday reacomoda, desajstay ele a day ‘un giro en aquellos textos que provocan su indaga tion, Gree con Benjamin que siempre hay algo la Istria que debe ser redimido o retatadoy que eta operacin no es el simple descubrir de lo qu extaba oftecido ala mirada excrutadora, esperando ol to prlegiado que supiexemirar en clacereto yen loefepliegues sniertros de la historia; ere por el contrario, que la redencién consste en inventar Ia nirada, que la perspectiva es la que construye tanto Ihoperacton de rescate como el objeto que ha de ser resratado. 67 vecdod 9g kes Sagas ‘Acto ficcional o de inventiva la operacién dela critica lteraria no pretende oponer la liviandad de lo ficticio, lo hipotétco o fo conjetural a una pesada ver: ‘dad ona realidad que queda como ua polo irreduc tible de la antics conrabida entre realidad y fccin. ‘Muestra que esa polaridad oposiiva entre loreal ylo ficcional ¢r realmente un eatramado que n0 se deja ‘por Ia precipitacion reductora sobre uno de fos polos. No es la verdad o larealidad defo que lee, ni tampoco la elegancia de las construcciones fcticas Jo que certifica la justeza de una lectura critica, sino la conviecin de ot fuerza. La verdad de una lectura ‘es a posibilidad de mulplicar su propia fuerza que debe hichar contra otras fuerzas externas, opuestas, aliadas y debilitadoras. Lo legitimo de una lecture ‘rida depende de los campos imantados que logre tanto atraer como repeler ni totalmente replegada en sini tampoco vuelta nada mas que a las alianzas con los piblicoe o fas institaciones. La citca Iteraria de hoy se ha yuelto nictxcheana através de la genealogia de Foucault oles rizomas de Deleuze, Kn esta concepeién de la histoviaWiveratia, | I ertica no repara en la verdad de los objetos que desde siempre han side fcclonales, porque la Titers tara fija con el modo de exitencia la probabilidad 0 fl "como si" del mundo que abre. Pero si hay ficcin, si valiera mantener por com tumbre esta polaridad metafsia, habria que deci tambien que las ficciones no son mundas arm6nicos y que on su heterogeneidad luchan entre si. E30 que aman “lo socal” es también la lucha de fcciones y ‘mundo fiecionales que viven en estado dle guerra permanente, de absorcién y de contaminacion. rect roca, Lo que por modestia algunos cientifcos de ia Sociedad wuelen Hamar "una flecién teérica es en realidad la cortagrafia de un combate. Una tcorka +68. siempre inclaye en su mpeza teal a contaminacin ‘lapretendidasuperacion de una pote, Se puede afirmar que si hay teoria, si hay “clon tories” es Porque al mismo tempo e indacemiblemeate hay po. ica. Que el eérico io quicraobidero een dein Siralo olvide no tiga la urea polities det ohio. enka guerra ne hay fciones tees poy latina scaldad ola nie clones fa guerra mma its ple a. ttn un es dea argentina ene! que se puede navega confor: tublemente.¥ siempre se aborda la relacion través de um géncro: cuando en a Argentina nos teterison Aa fiecién en relacign con la politica, queremos de cir "la novel, como si fuese fa tnia prilegia, como si la maquinaria retorea dela novela vse a inmodiatr estaida con lo politic. La novela, ‘lgénero politico por excelencia ch la Argenina, hs. ‘nia que preguatane por qué. La wadicign der einen cs anon rca agin modo la erica Ineraria argentina (quiero decirTa buena’ ola que anuguamente x llama 2 ‘mina “de inquierda") se reconoce en a opetasion tericortcoficcional que aig Contra seguir Puileglando una operacion tambien polities que Slas grandes aubetvidades novels, ya gran snbjiidad de Ail emtc a la smpochona maget- dadino novelsica de Borges. At haber sido sucexivel ee e cat ero marcos ¥ tal we, ua de ls fanned 69+ ss) paged © CAS & Book ° cSogiys herded, Fre’) oj a nate Orci Hem eck hie =) amd Coon ks icein en su vertiente politica sea, como ha vist Benedict Anderson (un teérico del nacionatisms)-c brinda al mat de syjctos desconectados entre idea de pertenencia y de identticacén recipine dentro de una comunidad que, en el mundo meer ‘no pede er sino “nana “Comunidades nage nadas" as lama Anderton, que extse on ts novela latinonmerien _, Como te ve, prefiero abordar liicay icisn a través del seago interesado de la et ica Titeraria. Yno solamente interesado por tazones| Dofesionales, sino porque, en esta rlacion, Ger desde ego). clo nel 61 seu del iterate a de ecg Nese tm eel de modo? Modlo en elseaeaea sees dewera los hiradorsla cones oe Sia de a propa dimension etnieay danas siempre apargj6 a hitoria con neon eg (perdidaen vor den air Gentine dene tals, Fero ambien pens ene ge a fort dls deat o enn iors nceewal dente incre terariaes ademas mobo de eee derecho propio, Dominik a Capa neg | en era relaclé, aicendo on live Pie ne Shite (Comal ery Pea 198) gare | «fea, en Barthes, .que los teitos suplementan o reformulan In ‘veal fuentes que divulgan ‘he. ctios'acerea de la realidad” (p: 11), La ficeién polit ‘ade a novela, nos atreverfamos a agregar nosotros, sto a relacién entre por} h ha proporcionado xquemas de otalidad narratva ala ‘storia, pero anc a iteratara como aera itera ‘muy bien podrian mostrar un modo de descenramien- to de tales naratvas. Un modo de descentramiento aqueel talento paréco de Mauberten Bows et Peon diet indicado a a stoi y la rata fran poi de aro ier queen nde delavida socal que los exquemas socolgicon Via tcoria soci deci sntopslgin In de Ci ford Geer, por gemplo, ha eivindicado as categorie ine o dees erars por encima de eichee do “trabajo de campo" que desde sempre bil como ta garanta de objeidad antropologica, E antio- logo, afirmaria Geers, esribe na suerte de auto- Dogratia que dice “o estave all en eve Iugar oto, y imi dscuro esl txdmonio dees ear con Ta mica énelouo lado, en la otra cultura” Ta posiion del que nara el relato del antropéloge determina el género, él estilo, la retricay los mecanismos de pernision aque legiiman mis allé del informe objetvant lo que én literatura, pero no menos en antzopologi, se a ero el interés por resaltar esta dimension critica 4a problema ene que ver ambién con algo sobre lo 4que ~me parece-no se ha reflexionado demasiado Yes linterés que certossocislogosargentinos que aimidonan la atenein estates o poleslogs en fayor de una sonprendente y hasta entusasmada le- tura de textos Iiteratios. Me refiero a Horacio Gone zilezen su libro La dca pcaresce, donde esperados te6ricos sociales conviven, alternan y disputan en Igvaldad de condiciones con Hamlet, el Lasarilo de Time Rayuda de Cortiat Ante ete inexperado baat sociolégicotiterario que dexdefa tanto a soclologia teadicional como Ia socilogia de Ia literati, se po- Avia specular que uno de los actos fundactonales de ne sree ie re to nets of 5 @ jadwe leds BANOO, Ja sociologfa argentina vino dela mano de las preter siones positivist de Sarmiento en el Facund, y au ‘en 2 otra mano habia una fecion que actuariainfle- sible y convincentemente en la sociedad argentins: “civilizaién y barbaric”, un texto lterato, tama Dio- ‘grafia popular, un mito, una fccién, un panfleto, ‘una novela, un tratado, La sociologia nace aqui de ‘una mixeura literaia. ‘Yime refiero también a exe otro sociélogo angen ‘no, Emilio de Ipols, que transia como erie literario ‘por un texto al que seguramente considera clave pars Interpeetar ls teorias sociol6gicas contemporincas. Sagestivamente De Ipola nos dice que "La muerte pretacién politica que el mismo De Ipola dea de lado © apenas esboza Kati muy claco, me parece, que las {ncursiones sobre la fieeién Tineraviay sobre la iceiin de la critica son para eston soci6logos no slo una manera de hacer dialogar dferentemente ls fcclones ‘e6ricas que los preocupan en su profesi6n, sino de smarcat los limites, las estrechecesy ls imposiblida- des de I toria sociolégica. Usan a lec lverariay ® 1a erfiea sobre lnorawura porque all el esquema st _mueftra ya a vez queda entrampado en los procesor ‘carnbiantes difominadores de produecién del sat do, Ta ligeracura cierra las estrucuras para mostralas ‘calizada y abiias hacia sentidos que se chocan 9 re Stein ce conigetee | de lafosilizacion wsricao el callejon si valida de Ger ‘a ociologéa vocacionalmente empirica que ha agotado| s articulo “El enigma del cuarto (de clude oe bee de 198g fvestigacions lias analiza y malogra La rmuecrte la bila”, perdiéndoselaberinticamein cen disputas de eritics literate, yen consideraciones aaa svi note alae art del te aro ‘Conta deny ovina ete So pela tod Oc etcnrarocon tr arly ‘Ecclancnsytrencal de Mara tale Bes Po pone an ss cainne pars desputs dene {reat une, pce waka palen qe ‘pene vie yque mune ee Extras eae cn ‘eihogo que pa de ks nrpresclons polis ‘Teall on cho enrin Prves ob quase waa dons pai qu De Iple queer Bee iapoliesimpicin en la concoponer clogs, YA Lacan ef inuclene part oer La muerte y J. al debe a inept podiamon a mail) “determinism vinbico” que, fialmeate to tera pollen ywoca ade Catia, ‘vite teonco de De pola seuss completas, ‘jr o nuurae escminino yer ibe ndldua perce de dc ctoand quem cleanpo deb eto como ‘Terre a propo pare ri curdones gue || Seve podranrroher alse dene dele or | cole o pita. qucsolament a raze | permit alo teats de ple | Erato miso dea cin eet poly lcampo social, La literatura ditia al gocislogo: Keane ‘egtin tu teoria social predilecta yo Io digo todo yiem- | emis eehremulcle dew gril, y apo en (q eco os Jetara nt al de at, ae tenos gus el tio soda ue ambi see capa Teenilogf o so sara seven ees aga lisratra otgean ys propo de deren ‘ence del ia ev salon Argento, J) Scplmteass ol probes toncocaal eras. Screreereee | problema de la ientidad de los nc cen el acerijo polical, con el de las luctuantes identi ‘des nacionalesyculturales, Borges poltza por primera vez el género policiaco y avanza interpretaivamente hhacia una historia de la cultura occidental relefda y resin n ce agen péndie sme dea 8 (seg luego teorizaria Bor- gesen"Ulexlor argentino ya rain’, ya propo sto de este mismo cuento), La soclologia buscaria tamblén otza posbllidad para la teorla, que el texto ‘de Borges exhibe en el esplendor de su propia co crecién, La literauara es slempre muchas teorfas sin nombre que se encuentran emergiendo, en acto, en cbullicién. La lectura literaria, dems, se sintoniza sin ‘mediaciones can la sociedad entendida, precisamente, ‘como una tama de lectaras posibles en perpetuo cam- Dio, La literatura, social en su miso entramado lin- _gutico, no necesita “captar” lo socal como si pulse ‘ecogetse representativamente en ionos, simbolos 0 sila, Hace aquello mismo de lo que forma parte. ‘efor qué De Tpoln insist con su interpretacién del suicidio de Linnrot y casi nos convence? gEs acaso tuna defensa de Ia libertad del indivihio? Natta de eso. -iabria que recordar que sien el cuento hay un te6- rico, un lector empecinado (Linnrot descifra la rea- Tidad a través de la lectura mientras que el criminal Red Scharlach es el escrtor que en so escrituraeifra ‘lenigma:escribe en paredes, escribe anénimos, ha ‘cede la escritura su signo, es no sélo el lector sino el Iiteratooel productor de iteratura ydeficeién. Sien Ta muerte de Lannrot se quiere leer un sucilio, i et suicida es un te6rico, De Ipola estaria sentenciando ‘a muerte algo asf como wna teoria, iertateorfa que ‘muy bien puede ser una teorfa de lo social. ‘Pero, geudl? Por qué no pensar en la misma socio 5? O en aquella tociologia que sempre se empei6 | | emacacne ot toméndola | | enmantenerse 2 distancia de la Iterat ara como objeto de explicaciones entific. Enel sci de Lannrot habrfa un disolverse de la sociologia (en tanto teorf) en otra com. Una especie de pérdida de los limites discipinarios extablecidos. Un disoverse ‘nla literatura, Un volverse més literatura para apre- hhender mejor y desde otras perspectvas aquello que se capa la lteraturay el entramado socal concebido ‘hora también como literatura. Por algo Horacio Gonzfler, que practica en La ‘ca picaresca eta eapecie de dizolcién de la sociolo- sfaen a literatura, alaba alli tambin el andlisis de De Ipola sobre “La muerte ya brijula\GonzSle? conver: tela sociologia en una rama dela ertiea Hterara, Ose confunde con el, haciendo critica literatia dels teoriassocioligicas, Extrafo caso para la criticalteraria acwal)o par ‘rdoja para los ertcns iterarios: Ia erica oientada ‘nai los estos culeurales se ha yuelto historiado- ‘8, archivera, desempolyadora de mamotretos. Se ha yuelto foucauliana, sin pensar y reprimiendo si ver- tiente literati. ParadGjcamente, la historiograia la antropologta ola historia de las ideas, cas al misino tiempo en que e produce na “desiteraizacin”de crficalitraria, se han wuelto hacia los logros de esa mia era para reeuperat sa dimensin iera, ursva, redrica e inventiva, por sobre la preten- Aida verdad dels hecho, lor documents J tos ex tadios de campo. Siento af vsentaysetenta a rea tear (0 A (que también hacta critica cultural (lot objetos a mo- ta, el develamiento de la ideologi, los semisticos arteles Panzani de Barthes) queria parecers lingitstica, ca qué quiere parecerse hoy? Respondemos: auna critica de Is costumbres, a una historia de lat vida privada, con una concomitante seivindicacion de los getton o as matginalidades y a 2 (\ as jas SO (quate oo Sacbve 2 desoclamiento de To que la historia det em {ida cncubra dentro de lon mdrgenes de los exi0s Patiriente,Quiere, come cert socologla,

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