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A Diomedes Y. Villalona G.

,
Magistrado Juez Presidente y demás jueces que integran
la Segunda Sala del Tribunal Superior Administrativo.

Asunto: Escrito de Defensa relativo a la demanda


en acción de amparo interpuesta por el señor
Pablo Miguel Monegro Ramos, contra la
Superintendencia de Bancos, Dr. Gerardo Rivas, Lic.
Cesar Florentino, Licda. Carmen Elena Perez y
Daivery Solano.

Honorables Magistrados:
La SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA,
Organismo supervisor de las entidades de Intermediación Financiera, con
sede principal en el edificio marcado con el número 52 de la Avenida
México, esquina Leopoldo Navarro, del Distrito Nacional, debidamente
representada por su titular el Superintendente de Bancos, señor Luis
Armando Asunción Alvarez, dominicano, mayor de edad, casado, contador
público autorizado, funcionario público, portador de la Cédula de
Identidad y Electoral No. 001-0771595-5 con oficina en el edificio situado en
el No.52 de la Avenida México del sector Gazcue, el Dr. Gerardo Rivas,
Licdos. Cesar Florentino, Carmen Elena Perez y Daivery Solano, quienes
tienen como Abogados constituidos y apoderados especiales a los Dres.
Teófilo E. REGUS Comas y Gerardo Rivas y los Licdos. Victor Nicolas Ceron
Soto, Jorge Garivaldy Boves Nova, Adriano Pereyra Pool, todos dominicanos,
mayores de edad, abogados de los Tribunales de la República, casados,
Portadores de las Cédulas de Identidad y Electoral Nos.001-0266122-0, 078-
0002185-4, 001-0004865-1, 010-0013020-1, 001-0061578-0, respectivamente,
con oficina abierto en común en el tercer piso del edificio que aloja a la
Superintendencia de Bancos, en la Avenida México No.52, esquina
Leopoldo Navarro, Sector Gazcue de esta Ciudad, donde los concluyentes
formulan elección de domicilio para todos los fines y consecuencias legales
de la instancia a que está ligado el presente escrito, en ocasión con la cual
exponemos lo siguiente:

De la demanda y sus antecedentes:-

1) La demanda que se juzga tiene por objeto lograr que ese honorable
tribunal subsane un supuesto daño que según la parte demandante
le han ocasionado los accionados, para lo cual requiere al tribunal: a)
ordenar a las partes accionadas el cese de los acosos laborales,
hostigamientos, retaliaciones, y las conculcaciones de los derechos
fundamentales, en contra del solicitante señor PABLO MIGUEL
MONEGRO RAMOS, todo en franca violación a los PRINCIPIOS DE
ACTUACION ADMINISTRATIVA, consagrados en el artículo 3, de la Ley
107-13, sobre Procedimientos Administrativos y derechos de las
personas en su relación con la Administración Publica; y b) que se
disponga que al solicitante Sr. PABLO MIGUEL MONEGRO RAMOS le sea
restituido el goce y disfrute de todos los programas de beneficios de
que era titular en dicha institución gubernamental, especialmente el
plan de cobertura del pago de los colegios de sus hijos.-

2) En la exposición de los hechos el accionante PABLO MIGUEL


MONEGRO RAMOS, le atribuye al co-demandado Dr. Gerardo Rivas,
la comisión en su contra de los hechos siguientes: “el haberle
suspendido unas vacaciones que tenía programadas; haberle
informado al señor Intendente de la institución que el accionante se
hacía pasar por enfermo, haber sustraído de su expediente los
documentos depositados por él en ocasión de un proceso quirúrgico
al que se vio sometido y finalmente que valiéndose de su condición
de Subdirector del Departamento Legal gestionó el retiro de la
subvención que para estudios entrega la entidad a los hijos de los
funcionarios y empleados.

3) A la co-demandada Superintendencias de Bancos le atribuye haberle


trasladado de forma arbitraria al Departamento de Instituciones
Intervenidas y en Liquidación (IFIL).

4) A los demás codemandados, el demandante no les atribuye ningún


hecho, por lo que no se justifica su inclusión en la acción que se juzga.

5) Previo a entrar en consideración sobre los méritos de la demanda, es


preciso analizar si los hechos imputados, el derecho alegadamente
violado y el petitorio se enmarcan en los supuestos que la ley 137-11,
tiene por objeto resolver. En consecuencia se precisa considerar, que
los hechos enunciados no constituyen acciones arbitrarias ni ilegales,
que los derechos alegadamente violados no son derechos
fundamentales, puesto que su otorgamiento está reglamentado y
sometido al cumplimiento de determinadas condiciones
académicas.

6) En cuanto a la suspensión de vacaciones que el demandante le


atribuye al co-demandado Dr. Gerardo Rivas, debemos convenir que,
efectivamente eso se produjo, sin embargo, es justo reconocer que
dicha suspensión estuvo motivada en la ausencia, de por lo menos
cuatro de los seis abogados que tiene asignado la subdirección de
litigios, debido a que para la fecha en que fueron programadas
dichas vacaciones, tres de esos abogados estaban asignados al
proceso de disolución del Banco Peravia y otro en el disfrute de unas
vacaciones que tenía pendiente del año anterior, las que no pudo
disfrutar por estar también asignado a la sucursal de Bani de dicho
banco.

7) De modo que, contrario a lo que ahora alega el demandante, la


suspensión de vacaciones no estuvo motivada en un accionar
caprichoso ni arbitrario del subdirector Gerardo Rivas, sino en la una
necesidad real del área a la que estaba asignado el demandante, tal
y como se muestra en el correo remitido a la Gerencia de Gestión
Humana de fecha 31 del mes de marzo del año 2015, y luego el
correo de fecha 13 del mes de abril del mismo año, mediante el cual
se solicita emitir la acción de personal para el disfrute de las
vacaciones suspendidas. Habiendo ocurrido así, lo sensato es
reconocer que no puede hablarse de violación de derechos
fundamentales, cuando se ha actuado, atendiendo primero a una
necesidad del Departamento y en segundo lugar cuando el
empleado pudo disfrutar sus vacaciones tan pronto se incorporó el
Lic. Adriano Pereyra al término de sus vacaciones.

8) En cuanto a las informaciones que según el demandante, el co-


demandado le habría dado al señor Intendente sobre su estado de
salud, nos parece que eso en lo absoluto, de ser cierto no sería un
hecho a considerar para los fines de la estimación del amparo, más
bien el demandante lo presenta como un dato para sostener la mal
sana acusación de que existió en su contra hostigamiento, acoso y
retaliación laboral, nada más alejado de la verdad.

9) En cuanto a la acusación de que el Dr. Rivas habría sustraído de su


expediente los unos certificados médicos, sobre esto hay que decir,
que aparte de ser una infamia, esas no son cosas que haría un ser
humano del nivel profesional y responsabilidad institucional como la
que tiene el Dr. Rivas en la Superintendencia de Bancos, además se
debe tener presente que esos documentos médicos no tenían otro
propósito que el de avalar la licencia otorgada por el medico luego
del proceso quirúrgico a que fue sometido el demandante, licencia
que en todo caso administra la Gerencia de Gestión Humana, no el
Departamento Legal.
10)En cuanto a la supuesta maquinación para que a sus hijos se les retire
la subvención académica, lo primero que demos decir es que ese es
un beneficio reglamentado, no es por consiguiente un derecho
fundamental. Se le otorga y mantiene a los estudiantes que
mantengan un determinado rendimiento académico. Ahora lo cierto
es que conforme la certificación emitida por el Subgerente y que
reposa depositada en el expediente, el historial del comportamiento
a académico de los hijos del señor Pablo Miguel Monegro fue muy
inconsistente, muestra un comportamiento a académico pésimo,
siendo esta la única razón para que el Departamento de Gestión
Humana le suspendiera tal beneficio, en los periodos académicos en
que ocurrió. (ver certificación).

11)En cuanto al traslado que refiere en su demanda y que lo plantea


como un acto arbitrario de parte de la institución, se precisa señalar
que al Programa de Entidades Intervenidas y en Liquidación están
asignados por lo menos seis abogados, necesarios para atender las
responsabilidades propias de ese programa, siendo por demás una
facultad de todo empleador y de quien gestiona una institución
pública producir los movimientos de su personal conforme las
necesidades de la organización y mejores criterios de gestión
humana, sobre todo cuando ese traslado no ha supuesto cambios en
las condiciones de trabajo para el demandante.

12)Al respecto de traslados debemos señalar que los traslados


producidos en los días en que se trasladó al Dr. Pablo Miguel Monegro
Ramos también fue trasladada desde el Departamento de Protección
al Usuario la Licda. Juliana Brito Almonte, siendo que en el caso de
Monegro él había solicitado su traslado como afirma en su demanda.

13)Siguiendo con el desarrollo de los hechos, en cuanto al co-demando


Cesar Florentino el demandante no le atribuye ningún hecho, por lo
tanto no se hace necesario articular en su favor ningún medio de
defensa. En cuanto a las co-demandadas Daivery Solano y Carmen
Elena Perez, a la primera de estas le atribuye haberle indicado que
para entregarle los documentos solicitados debía obtener la
autorización de la Subdirectora Carmen Elena. En estas afirmaciones
del demandante tampoco se advierte un comportamiento que
justifique su inclusión en la demanda que se juzga.
14)En el aspecto formal, se impone tomar en cuenta que la acción de
amparo es admisible contra todo acto u omisión de una autoridad
pública o de cualquier particular, que en forma actual o inminente y
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta lesione, restrinja, altere o
amenace los derechos fundamentales consagrados en la
constitución……… (artículo 65 de la Ley 137-11).

15)El artículo 70 por su parte consagra que el juez apoderado de la


acción de amparo, luego de instruido el proceso, podrá dictar
sentencia declarando inadmisible la acción, sin pronunciarse sobre el
fondo, en los siguientes casos: 3) cuando la petición de amparo resulte
notoriamente improcedente.
16)Así las cosas debemos convenir, que en la especie no se advierte
ninguna situación que amerite la intervención del juez de amparo, por
lo que procede pronunciar sentencia al tenor de las conclusiones
siguientes:

Primero: Declarando la Inadmisibilidad de la acción de amparo que se juzga


por ser la misma notoriamente improcedente.

Segundo: En cuanto al fondo y solo para en improbable caso de que ese


honorable tribunal no acoja las anteriores conclusiones, rechazar por
improcedente, mal fundado y carente de base legal la presente acción de
amparo, dado que en la exposición de los hechos, ni el petitorio se contraen
a la preservación de derechos fundamentales.

Tercero: declarar el proceso, libre de costas.

Es de justicia que se os, pide y esperamos merecer, en la ciudad de Santo


Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la Republica
Dominicana, a los 12 días del mes de agosto del año dos mil quince (2015).

Dr. Teófilo E. Regús Comas,


Por si y el Dr. Gerardo Rivas,
los Licdos. Victor Nicolas Cerón
y Jorge Garivaldy Boves N.
Al Dr. Milton Ray Guevara,
Magistrado Juez Presidente y demás Jueces que integran
El tribunal Constitucional de la Republica dominicana.

Vía Secretaria de la Segunda Sala del Tribunal Superior


Administrativo.

Asunto: Escrito de Defensa relativo al Recurso de


Revisión interpuesto por el señor Pablo Miguel
Monegro Ramos, contra sentencia No.00327-2015,
dictada por la Segunda Sala del Tribunal Superior
Administrativo, según instancia depositada en la
secretaria de dicho Tribunal en fecha 14 del mes de
octubre del año 2015, y notificada en la misma
fecha.

De La Superintendencia de Bancos, Dr. Gerardo Rivas, Cesar Florentino,


Carmen Elena Perez y Daivery Solano.

Honorables Magistrados:

La SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA,


Organismo supervisor de las entidades de Intermediación Financiera, con
sede principal en el edificio marcado con el número 52 de la Avenida
México, esquina Leopoldo Navarro, del Distrito Nacional, debidamente
representada por su titular el Superintendente de Bancos, señor Luis
Armando Asunción Alvarez, dominicano, mayor de edad, casado, contador
público autorizado, funcionario público, portador de la Cédula de
Identidad y Electoral No. 001-0771595-5 con oficina en el edificio situado en
el No.52 de la Avenida México del sector Gazcue, el Dr. Gerardo Rivas,
Licdos. Cesar Florentino, Carmen Elena Perez y Daivery Solano, quienes
tienen como Abogados constituidos y apoderados especiales a los Dres.
Teófilo E. REGUS Comas y Gerardo Rivas y los Licdos. Victor Nicolas Ceron
Soto, Jorge Garivaldy Boves Nova, Adriano Pereyra Pool, todos dominicanos,
mayores de edad, abogados de los Tribunales de la República, casados,
Portadores de las Cédulas de Identidad y Electoral Nos.001-0266122-0, 078-
0002185-4, 001-0004865-1, 010-0013020-1, 001-0061578-0, respectivamente,
con oficina abierto en común en el tercer piso del edificio que aloja a la
Superintendencia de Bancos, en la Avenida México No.52, esquina
Leopoldo Navarro, Sector Gazcue de esta Ciudad, donde los exponentes
formulan elección de domicilio para todos los fines y consecuencias legales
de la instancia a que está ligado el presente escrito, en ocasión con la cual
exponemos lo siguiente:

Del Recurso y sus motivaciones:-

1) El recurso que se analiza está dirigido contra la sentencia No.00327-2015,


dictada por la Segunda Sala del Tribunal Superior Administrativo, mediante
la cual el tribunal a-quo, pronunció la inadmisibilidad de la demanda en
acción de amparo interpuesta por el recurrente contra los recurridos, cuya
parte dispositiva dice así: Falla: PRIMERO: ACOGE el medio de inadmisión
planteado por la SUPERINTENDENCIA DE BANCOS, el DR. GERARDO RIVAS, en su
condición de Sub-Director del Departamento Legal de dicha institución; y los
intervinientes forzosos LICDO. CESAR FOLRENTINO, en su condición de Intendente de
dicha institución; LICDA. CARMEN ELENA PEREZ, en su condición de Sub-Directora
del Departamento de Gestión Humana de dicha institución y la señora DAIVERY
SOLANO, en su condición de Secretaria del Departamento de Gestión Humana de
dicha institución y en consecuencia, DECLARA INADMISIBLE la presente Acción
Constitucional de Amparo, interpuesta por el señor PABLO MIGUEL MONEGRO
RAMOS, en fecha 23 de Junio del año 2015, por ante el Tribunal Superior
Administrativo, contra la SUPERINTENDENCIA DE BANCOS, el DR. GERARDO RIVAS, en
su calidad de Sub-Director del Departamento Legal de dicha institución; y llamados
en intervención forzosa el LICDO. CESAR FLORENTINO, en su condición de Intendente
de dicha institución; la LICDA. CARMEN ELENA PEREZ, en su condición de Sub-
Directora del Departamento de Gestión Humana de dicha institución y la señora
DAIVERY SOLANO, en su condición de Secretaria del Departamento de Gestión
Humana de dicha institución, por ser notoriamente improcedente, de acuerdo a las
disposiciones del artículo 70, numeral 3ro. De la ley No. 137-11, de fecha 13 de Junio
del año 2011, Orgánica del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos
Constitucionales. SEGUNDO: DECLARA libre de costas el presente proceso.

2) En las motivaciones del recurso el recurrente PABLO MIGUEL


MONEGRO RAMOS, le atribuye al Tribual A-quo, una serie de
violaciones e inobservancias por las que según él, ese honorable
tribunal estaría en el deber de pronunciar la nulidad de la sentencia
recurrida.

Veamos las motivaciones del recurso:

3) Entre las páginas 2 y 3 del escrito que contiene el recurso, el recurrente


se limita a transcribir todo lo relativo al recurso de revisión, tal y como
lo consagra la ley 137-11, en todo el contenido de los artículos 94 y 103
de dicha ley. Entre las páginas 4 y 6 el recurrente recoge la cronología
del caso.
4) En la última parte de la página 6 del escrito que contiene el recurso,
señala como falencia que el tribunal no consignó motivación alguna
con relación a las piezas probatorias que fueron depositadas por el
recurrente en su demanda principal. En el párrafo siguiente en la
primera la página 7, el recurrente indica que en la sentencia se
produjo una desnaturalización de los hechos e incorrecta
interpretación de los documentos aportados. (antes había dicho que
no fueron ponderados).

5) En el literal “c” del escrito indica finalmente que la sentencia tiene


falta de motivación. En las paginas 7,8,9,10,11,12,13,14, el recurrente
se limita a repetir los hechos tales y como lo había expuesto en su
demanda original. En las páginas 15,16 y 17, se limita a transcribir los
22 principios de la Ley 107-13. Igualmente el recurrente dedica las
páginas 18,19 y la primera parte de la 20, a transcribir el contenido del
artículo 4 de la misma Ley 107-13. En la última parte de la página 20
consigna los documentos depositados en apoyo de su recurso.
Finalmente dedica las páginas 21,22 y 23 a la parte conclusiva del
recurso.

Veamos ahora los Aspecto formales del recurso de revisión


constitucional, tomando en cuenta que el recurso está dirigida contra
una decisión del juez de amparo.

6) Tratándose de un recurso dirigido contra una decisión del juez de


amparo, su trámite debe realizarse siguiendo los lineamientos de la
sección V del capítulo IV de la Ley 137-11, Ley orgánica del tribunal
Constitucional y de los procedimientos constitucionales.

7) El artículo 100 de la Ley, somete el Recurso de Revisión, al


cumplimiento de determinados requisitos de admisibilidad. En ese
sentido, el texto señala lo siguiente: “La Admisibilidad del recurso está
sujeta a la especial trascendencia o relevancia constitucional de la
cuestión planteada, que se apreciará atendiendo a su importancia
para la interpretación, aplicación y general eficacia de la
constitución, o para la determinación del contenido, alcance y
concreta protección de los derechos fundamentales”.

8) Al respecto de lo anterior, ese honorable tribunal mediante su


sentencia marcada con el No.7-12, estableció los criterios que
permiten asumir el cumplimiento de las exigencias formales del
artículo 100 de la ley 137-11. En ese sentido ha indicado ese honorable
tribunal, que la especial transcendencia o relevancia constitucional
se encuentra configurada, entre otros en los supuestos siguientes:1)
que contemplen conflicto sobre derechos fundamentales respecto
de los cuales el Tribunal Constitucional no haya establecido criterios
que permitan su esclarecimiento; 2) que propicien, por cambios
sociales o normativos que incidan en el contenido de un derecho
fundamental, modificaciones de principios anteriormente
determinados; 3) que permitan al tribunal constitucional reorientar o
redefinir interpretaciones jurisprudenciales
de la Ley u otras normas legales que vulneren derechos
fundamentales; 4) que introduzcan respectos de estos últimos un
problema jurídico de trascendencia social, política o económica
cuya solución favorezca en el mantenimiento de la supremacía
constitucional.

9) Al analizar el recurso de cara al cumplimiento de las exigencias


formales establecidas en el artículo 100 de la Ley 137-11, se advierte
que el mismo no contiene ninguna alegación o exposición que le
identifique con lo expuesto por esa alta corte en la sentencia antes
señalada, que permita a ese honorable tribunal estimarlo
positivamente, dado que en el mismo no se indican razones por las
que el mismo resulte admisible.

10)Puntualizando sobre el marco conceptual ese honorable tribunal


señala que la revisión consiste en una acción constitucional instituida
con el propósito específico de garantizar un derecho fundamental,
puesto que se sustancia ante el Tribunal Constitucional (órgano ajeno
al poder judicial), y no ante un órgano superior de una determinado
orden jurisdiccional, como ocurre con los recursos ordinarios. En
consecuencia, al constituir una acción distinta e independiente de los
procesos judiciales que se desarrollan ante los órganos de la
jurisdicción ordinaria destinados a la tutela de los derechos y
libertades fundamentales, la revisión no representa una segunda
instancia o recurso de apelación para dirimir conflictos inter partes.

Veamos ahora los motivos del recurso que se analiza desde el punto de
vista de la satisfacción de las exigencias formales del artículo 100 de la
Ley 137-11, no sin antes recordar que antes ya hablamos de la
estructuración del escrito que contiene el recurso.

11)En la parte final de la página 3, en su último por cuanto, el recurrente


señala que la posición Superintendencia de Bancos es discriminatoria,
y por demás vulneradora del principio de integridad personal,
principio trabajo, principio de defensa y principio del debido proceso.
Hasta aquí no se advierte que la situación planteada muestra la
especial trascendencia ni la relevancia constitucional que exige la
ley.

12)Respecto de lo señalado en la página 6 del recurso, en el sentido de


que la sentencia recurrida no contiene motivaciones respecto de los
medios de pruebas depositados en apoyo de la acción de amparo,
se precisa señalar que cuando el tribunal se limita pronunciar la
inadmisibilidad de la demanda, como ocurrió en el caso de la
especie; entonces no es necesario que el tribunal realice ningún tipo
de ponderación sobre los documentos depositados para sustentar las
pretensiones.

13) Ocurre más bien que el análisis de los medios de pruebas, solo se
impone cuando el tribunal decide juzgar el objeto de la demanda, en
cuyo caso debe referirse a las pruebas para señalar la influencia que
cada una de ellas ha tenido en la toma de decisión.

14) Finalmente es importante señalar, que el recurrente se ha limitado a


repetir en su recurso, los mismos hechos y alegatos planteados en su
demanda principal, y a transcripción de los principios de la Ley 107-
13, obviando establecer las razones por las que, en su caso, queda
configurada la especial transcendencia o relevancia constitucional
que señala la Ley en su artículo 100.

Por todos los motivos anteriormente expuestos, los recurridos La


SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA, Gerardo
Rivas, Cesar Florentino, Carmen Elena Perez y Daivery Solano, tenemos a
bien solicitar a ese honorable tribunal fallar al tenor de las conclusiones
siguientes:

PRIMERO: DECLARANDO la inadmisibilidad, del recurso que se analiza por


carecer el mismo de especial trascendencia o relevancia constitucional.

SEGUNDO: Declarar el proceso libre de Costas.


Es la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la
República Dominicana, a los diecinueve (19) días del mes de octubre del
año 2015.

Dr. Teófilo E. Regús Comas,


Por sí el Dr. Gerardo Rivas, y por los Licdos. Victor Nicolas Cerón
y Jorge Garibaldy Boves Nova
Señor
Héctor Valdez Albizu
Gobernador del Banco Central y
Presidente de Junta Monetaria
Su Despacho.

Atención : Dra. Norma Molina de Nanita


Secretaria del Comité de Dictamen de la Junta Monetaria.
Asunto : Respuesta al Recurso Jerárquico Interpuesto por el señor
Pablo
Miguel Monegro Ramos, contra la acción personal No. 2016-
001547 con efectividad al 6 de junio de 2016, dictada por esta
Superintendencia de Bancos.

Referencia : Su comunicación No. 12037, de fecha 24 de agosto de


2016,
recibida con el registro número RC-16-026842.

Anexos : a). Copia Acción de personal No. 2016-001547.


b). Copia del acuerdo de confidencialidad.
c). Copia del cheque No. 060225 de fecha 08 de junio de
2016.

Distinguido señor Presidente de la Junta Monetaria:

Cortésmente, esta SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA,


Organismo Supervisor de las entidades de Intermediación Financiera, con sede principal en
el edificio marcado con el número 52 de la Avenida México, esquina Leopoldo Navarro,
del Distrito Nacional, debidamente representada por su titular el Superintendente de
Bancos, señor Luis Armando Asunción Alvarez, dominicano, mayor de edad, casado,
contador público autorizado, funcionario público, portador de la Cédula de Identidad y
Electoral No. 001-0771595-5 con oficina en el edificio situado en el No.52 de la Avenida
México del sector Gazcue, quien tiene como Abogados constituidos y apoderados
especiales a los Dres. Teófilo E. Regús Comas y Gerardo Rivas y el Lic. Víctor Nicolás Cerón
Soto, todos dominicanos, mayores de edad, abogados de los Tribunales de la República,
casados, Portadores de las Cédulas de Identidad y Electoral Nos.001-0266122-0, 078-
0002185-4 y 001-0004865-1, respectivamente, con oficina abierto en común en el tercer piso
del edificio que aloja a la Superintendencia de Bancos, lugar donde la exponente formula
elección de domicilio para todos los fines y consecuencias legales del recurso al que está
ligado el presente escrito, con la cual exponemos lo siguiente:

Sobre el Recurso Jerárquico y sus motivaciones:

1) El Recurso Jerárquico que se analiza, está dirigido contra la acción de personal No.
2016-001547, mediante la cual ésta Superintendencia de Bancos dispuso el
desahucio del señor Pablo Miguel Monegro Ramos, poniendo término, de ese modo,
a la relación laboral que mantenía con el recurrente.

2) Aun cuando el referido recurso, no ha sido introducido cumpliendo con las


formalidades propias de este tipo de acción, en el acto de alguacil No. 778-2016,
de fecha 15 de julio de 2016, que lo contiene y las instancias posteriormente
depositadas por el recurrente ante la Secretaria de la Junta Monetaria, se
identifican los motivos siguientes: a) violación a las disposiciones de la Convención
de San José Costa Rica, los Artículos 5, 7 y 8 de nuestra Carta Magna.

3) Al desarrollar los hechos que señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye a la
exponente, lo hace de una forma que dificulta su entendimiento y comprensión, sin
embargo, se advierte que los hechos que a juicio del recurrente constituyen las
violaciones imputadas, no se expresan en la acción de personal del Departamento
de Gestión Humana, sino más bien en el acuerdo de confidencialidad que se le
requirió firmar a todos los funcionarios y empleados de esta Superintendencia de
Bancos. De modo que, conforme se lee en la página dos (2) del acto de alguacil
que contiene el recuso, las violaciones en que según el recurrente habría incurrido
esta institución al disponer su despido, están expresada en dicho acuerdo de
confidencialidad, al que el señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye la
condición de “mostrenco violador” de la constitución, y por lo que según él, rehusó
su firma. De todos modos entraremos en las consideraciones de fondo del Recurso
Jerárquico, iniciando por justificar la puesta en ejecución del referido acuerdo de
confidencialidad.

4) Ha sido la naturaleza de las informaciones a que tenemos acceso los funcionarios y


empleados de la Administración Monetaria y Financiera, lo que ha tomado en
cuenta el legislador de la Ley 183-02, Monetaria y Financiera, para establecer en su
Artículo 8, la confidencialidad como una obligación, por lo que, en el propósito de
asegurar el efectivo cumplimiento de esa disposición, se puso en ejecución con la
entrada en vigencia de la citada Ley, y no con el acuerdo de confidencialidad que
refiere el recurrente, el cual vino exclusivamente a reforzar esta disposición expresa
de la Ley 183-02, Monetaria y Financiera, al hacer conciencia en los empleados de
esta Superintendencia de Bancos del peso de esta obligación legal. De modo que,
no se trata de una decisión caprichosa, ni antojadiza, preparada para que sea
firmada sólo por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, aunque fue el único de todo
el personal de la institución que no lo firmó, a pesar que se observa que luego de
firmarlo, lo devolvió con borrador líquido.

5) Siguiendo en la página segunda del citado acto, el señor Pablo Miguel Monegro
Ramos, señala que la acción de personal viola el Artículo 68 de la Constitución. Al
respecto se precisa señalar que, el texto en cuestión, contempla las garantías de los
derechos fundamentales, a través de los mecanismos de protección y tutela
efectiva, lo que supone el cumplimiento de una serie de formalidades en los
procesos judiciales y administrativos. Sin embargo, en el caso que involucra a esta
Superintendencia de Bancos con el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no aplican
las disposiciones de dicho texto, puesto que la decisión de despedirlo no fue la
consecuencia de un proceso disciplinario administrativo, en cuyo caso, sí deberían
observarse las reglas del debido proceso.

6) Como podrán observar los honorables miembros de la Junta Monetaria, en la


acción de personal No.2016-001547, no se alegan causas, siendo esto el ejercicio de
una potestad discrecional del Superintendente de Bancos, ejercida conforme lo
contempla el Artículo 66 del Reglamento de Administración de Recursos Humanos.
Diferente habría sido la situación, si en lugar de desahuciarlo, la entidad hubiera
operado un despido al amparo del Artículo 87 del Código Laboral, en cuyas
circunstancias se impondría un proceso disciplinario con las garantías del Artículo 68
de la Constitución de la República Dominicana. Pero no es el caso.

7) En el caso del ex-empleado Pablo Miguel Monegro Ramos, esta Superintendencia


de Bancos, operó un desahucio con el consecuente pago de las compensaciones
establecidas en el Artículo 67 del Reglamento de Administración de Recursos
Humanos, tal y como se evidencia en la prueba documental que se anexa al
presente escrito. De modo que, si bien esta entidad puso término al contrato de
trabajo con el ahora recurrente, señor Pablo Miguel Monegro Ramos, es igualmente
cierto que, en su favor fueron pagadas sus prestaciones laborales, mediante cheque
No.060225, de fecha 08 de junio del año 2016, por la suma de ochocientos cuarenta
y ocho mil trescientos diecisiete pesos con 83/100 (RD$848,317.83), el que fue
recibido conforme por el recurrente según el volante adjunto al mismo.

8) En esas consideraciones entendemos que, esta institución no ha incurrido en


ninguna violación de tipo laboral contra el señor Pablo Miguel Monegro Ramos. Más
bien se trata de un adecuado ejercicio del derecho, al prescindir de los servicios de
un empleado. Finalmente, deseamos convenir con ese alto órgano de la
Administración Monetaria y Financiera que, ésta Superintendencia de Bancos, en el
caso que ocupa su atención, sólo ha hecho un legítimo ejercicio de los derechos
que le confieren, tanto la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera, así como con el
Reglamento de Administración de Recursos Humanos.

9) En cuanto a la alegada violación de la Ley No. 41-08, de Función Pública, una


simple lectura al contenido del Artículo 2, nos permitiría convenir que, es descartable
tal violación, dado que la citada Ley, no es aplicable a las entidades que, como la
Superintendencia de Bancos en su relación con sus empleados y funcionarios, se
rigen por las disposiciones del Código de Trabajo. De modo que, en el caso del
recurrente, son las normas de dicho Código de Trabajo, y no la Ley No.41-08, de
Función Pública las que rigen la Administración Monetaria y Financiera y su personal,
conforme lo establece el Artículo 6 en su literal a), de la Ley No. 183-02, Monetaria y
Financiera.

10) En cuanto a la solución requerida por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos
consignada en su escrito de fecha 12 del mes de agosto del año 2016, en la que
plantea su reposición como empleado de esta entidad, es evidente que dicha
solución no puede ser ordenada, dado que al recibir conforme el cheque No.
060225, emitido por concepto de sus prestaciones laborales, ya ha descargado a
esta Superintendencia de Bancos de cualquier obligación relacionada con su
condición de exempleado de esta entidad.

Por todas las razones expuestas, esta Superintendencia de Bancos, tiene a bien solicitar
formalmente lo siguiente:

UNICO:, Rechazar el Recurso Jerárquico que se analiza por improcedente, mal fundado y
carente de base legal, y en consecuencia declarar que, en la desvinculación laboral por
despido, operada por la Superintendencia de Bancos contra el señor Pablo Miguel
Monegro Ramos, no se verifican las violaciones enunciadas por el recurrente en el referido
recurso.

Es de justicia que se os pide y esperamos merecer, en la ciudad de Santo Domingo de


Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los 29 días del mes de
agosto del año 2016.

Dr. Teófilo E. Regús Comas,


Director Departamento Legal.

TERC/GR/VNCS/JGBN.
Subdirección de Litigios
Al Dr. Rafael Vasquez Goico, honorable Juez Presidente (Interino) y demás
Jueces que integran el Tribunal Superior Administrativo.

Asunto : Escrito de Defensa relacionado con el “Recurso


Contencioso Administrativo” interpuesto por el señor
Pablo Miguel Monegro Ramos, contra la
Superintendencia de Bancos de la Republica
Dominicana y la Junta Monetaria, según instancia
depositada en fecha 13 del mes de diciembre del año
2016 y notificada en fecha 22 del mes de diciembre del
cursante año.

Recurrente : Pablo Miguel Monegro Ramos.

Abogados : Drs. Livino Tavarez y Tomas Castro Monegro.

Recurridas : Superintendencia de Bancos y la Junta Monetaria.

Abogados : Dres. Manuel Ramón Peña Conce, Gerardo Rivas, y los


Licdos. Victor Nicolas Ceron Soto, Jorge Garibaldi Boves
Nova y Wander Rodríguez Feliz.

Expediente : No. 0030-2016-ETSA-02223.

Honorables Magistrados:
La Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, órgano supervisor de
las Entidades de Intermediación Financiera del país, con personalidad jurídica
propia, con domicilio principal en el edificio situado en el No.52 de la Avenida
México del sector de Gazcue, de esta ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional,
debidamente representada por el Superintendente de Bancos, señor LUIS
ARMANDO ASUNCION ALVAREZ, dominicano, mayor de edad, casado, Contador
Público Autorizado, portador de la Cédula de Identidad y Electoral No.001-0771595-
5, con oficina en el tercer piso del edificio que aloja la Superintendencia de Bancos,
quien tiene como abogados constituidos y apoderados especiales a los Dres.
Manuel Ramón Peña Conce, Gerardo Rivas y los Licdos. Victor Nicolas Cerón Soto,
Jorge Garibaldi Boves Nova y Wander Rodriguez Feliz, todos dominicanos, mayores
de edad, abogados de los tribunales de la República portadores de las cédulas
de identidad y electoral Nos. 001-0210825-5, 078-0002185-4, 001-0004865-1, 010-
0013020-1 y 001-0532856-1 respectivamente, con oficina en la Consultoría Jurídica
de la exponente, lugar donde se formula elección de domicilio para todos los fines
y consecuencias legales de la instancia a que ligado el presente escrito de
conclusiones, en relación con el cual se expone lo siguientes:

Como asunto previo al análisis del recurso que se analiza, verificaremos las
exigencias formales a que está sometido el Recurso Contencioso Administrativo:

Veamos:-

1) El artículo 1 de la Ley No.1494 fe fecha 9 del mes de agosto del año 1947,
reconoce el derecho que tiene toda persona, natural o jurídica, investida de
un interés legítimo de interponer el correspondiente Recurso Contencioso
Administrativo, contra: 1ero: las sentencias de cualquier Tribunal
Contencioso-Administrativo de Primera Instancia o que esencia tenga ese
carácter, y 2d0 contra los Actos Administrativos violatorios de la Ley, los
reglamentos y decretos, que reúnan los siguientes requisitos.
2) El artículo 23 de la misma Ley, señala las condiciones de la instancia que
introduce el Recurso Contencioso Administrativo, destacándose la
obligación de transcribir el acto o los actos contra los cuales está dirigido el
recurso. Con esto queda claro, que los recursos están organizados contra
actos de la administración pública.

3) A propósito del Acto Administrativo, la doctrina lo ha definido como una


manifestación o declaración de voluntad, de juicio, de conocimiento o de
deseo realizada por la Administración en ejercicio de una potestad
administrativa distinta de una potestad reglamentaria (Eduardo Garcia de
Enterria, curso de Derecho Administrativo, tomo I, página 587). El anterior
concepto doctrinal, ha sido asumido por el legislador dominicano en la
vigente de la Ley 107-13, a partir de la cual, contamos con un concepto
formal sobro dicha institución jurídica.

4) El artículo 8 de dicha ley lo define del modo siguiente: “Acto Administrativo


es toda declaración unilateral de voluntad, juicio o conocimiento realizada
en ejercicio de función administrativa por una Administración Publica, o por
cualquier otro órgano o ente público que produce efectos jurídicos directos,
individuales e inminentes frente a terceros”.

Establecido lo anterior, pasamos a analizar el recurso con miras a verificar si el


mismo cumple con las disposiciones antes señaladas.

5) Apropósito de lo antes indicado, se observa que el recurrente no identifica


el acto contra el cual está dirigido su recurso, lo que se agrava al no
transcribirlo, limitándose en la parte conclusiva del escrito que lo contiene, a
solicitar la nulidad la acción de personal que le desvincula laboralmente de
esta Superintendencia de Bancos.

6) En ese sentido, es necesario considerar si la acción de personal que le


desvinculo de la SIB, es un acto con las características descritas en el artículo
8 de la Ley No.107-13?. La negativa se impone, siendo de vital importancia
tener presente que dicha acción no es el resultado de un proceso
administrativo, a lo que se une el hecho de que el señor Pablo Miguel
Monegro Ramos no es un tercero frente a su empleador la Superintendencia
de Bancos.

7) En otro orden, se precisa señalar, que esa acción de personal, cuyo único
objeto fue poner término a la relación laboral que ligaba al recurrente con
la concluyente, se enmarca en la facultad discrecional que le confieren el
código de trabajo de la republica Dominicana y el Reglamento de Recursos
Humanos al señor Superintendente.

8) A propósito de esas facultades, el artículo 6, de la Ley Monetaria y


Financiera, No. 183-02, del 21 de noviembre de 2002, en su literal a)
establece “la relación laboral de los funcionarios y empleados al servicio de
la Administración Monetaria y Financiera se regirá por lo dispuesto en este
Artículo, por los correspondientes Reglamentos Internos y por las
disposiciones del Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social”.

9) El Articulo 21, literal a) de la misma Ley, establece que “la organización y


reparto de competencias internas dentro de la Superintendencia de Bancos
será determinado mediante Reglamento Interno”. En efecto, el Reglamento
de Administración de Recursos Humanos de la Superintendencia de Bancos
del año 2009, en su Título IX se refiere a la “Terminación del Contrato de
Trabajo”, estableciendo en su Artículo 66 las causas de terminación del
mismo, cito: “El contrato de trabajo entre los funcionarios y empleados
debidamente nombrados por la Superintendencia, podrán terminar por las
siguientes razones: 1. Renuncia, 2. Despido, 3. Jubilación, 4. Incapacidad
física y 5. Fallecimiento.

10) En otro orden es útil tener en cuenta que en los antecedentes del caso, se
registra un recurso de reconsideración que el recurrente había interpuesto
contra la acción de personal objeto del presente recurso y luego de dicho
recurso interpuso un recurso jerárquico ante la Junta Monetaria, el que
concluyó con la Décimo Quinta Resolución, de fecha 29 del mes de
septiembre del año 2016, dejando de ese modo el asunto en sede
administrativa, lo que implica que ya no podía volver a recurrir la acción de
personal, sino la resolución de la Junta Monetaria, y como consecuencia de
ello poner a ese honorable tribunal en condiciones de adoptar una decisión
que bien pudiera afectar o no la acción de recursos humanos cuya validez
se impugna.

11) De todo lo expuesto anteriormente, se desprende la inadmisibilidad del


presente recurso.

Veamos ahora el recurso en sus aspectos de fondo.

12) En el escrito que se analiza, se observa que el recurrente utiliza como


presupuesto legal de su recurso, el literal b) del artículo 4 del Código
Monetario y Financiero, (ver página 2). En efecto el texto consagra tal
recurribilidad de los actos dictados de la Administración Monetaria y
Financiera, pero siempre que pongan termino a un procedimiento
administrativo. Aun más, según la propia normativa utilizada por el
recurrente, esos recursos están limitados al de reconsideración y el
jerárquico; que no es el caso.

13) Siguiendo en la línea de las disposiciones utilizada por el recurrente, también


es menester tomar en cuenta, que como señalamos anteriormente, el
recurrente interpuso los recursos de reconsideración y jerárquico, con lo que,
como repetimos dejó el proceso en sede administrativa, concluyendo dicha
etapa con la Resolución de la Junta Monetaria que rechazo el recurso, por
lo que siguiendo el mandato del texto señalado por el recurrente, el recurso
que se juzga sólo está habilitado contra dicha resolución. (ver ultima parte
del literal b) dela artículo 4).
14) Es en esas atenciones que entendemos, que el recurso debió dirigirse contra
la resolución de la Junta Monetaria, y no contra la acción de personal cuya
nulidad se pretende.

15) Siguiendo con el análisis de las violaciones que el recurrente le atribuye a la


Junta Monetaria, entre las que lista unas supuestas contradicciones entre las
disposiciones del artículo 6 de la Ley Monetaria y Financiera y la Ley 107-13,
según él expresadas en lo relativo al debido proceso instituido por dicha
norma, al respecto se precisa señalar, que las reglas del debido proceso
instituido por la Ley 107-13, para los actos de la administración pública, debe
interpretarse que dichas normas deben ser observadas en el marco de las
relaciones de la administración pública con sus administrados, y no en las
relaciones de la administración pública con sus empleados.

16) En cuanto al carácter liberatorio, que la Junta Monetaria le atribuye al


recibo descargo emitido de por el señor Pablo Miguel Monegro, respecto
del cual el recurrente alega que era su derecho a recibir el pago de sus
prestaciones, y que eso no limita su derecho a recurrir, es necesario tener en
cuenta que el pago de las prestaciones laborales realizado por la SIB, es una
consecuencia de la ruptura del vínculo laboral ejercido por la concluyente,
por el código laboral y el reglamento de recursos Humanos.

Por tales motivos y los que este Honorable Tribunal pudiera suplir de oficio, la
Superintendencia de Bancos de la Republica Dominicana, tiene a bien solicitar la
consideración del presente Escrito de Defensa, disponiendo en méritos de los
mismos lo siguiente:

PRIMERO: DECLARAR inadmisible el presente Recurso Contencioso Administrativo


por uno o todos los motivos siguientes: a) por no cumplir con las exigencias
prescritas en el artículo 23 de la Ley 1494 del 9 de Agosto del 1947, al no identificar
ni transcribir el acto contra el que está dirigido; b) por estar dirigidas sus
conclusiones contra una decisión que no constituye un acto administrativo, en los
términos y condiciones del artículo 8 de la Ley 107-13.

SEGUNDO: En cuanto al fondo y para en el improbable caso de que ese tribunal,


no acoja las anteriores conclusiones, rechazarlo por improcedente, mal fundado y
carente de base legal.

TERCERO: Condenar al recurrente Pablo Miguel Monegro al pago de las costas


ordenando su distracción en favor y provecho de los abogados concluyentes,
quienes afirmamos estarlas avanzando en su totalidad.

Haréis justicia.

En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República


Dominicana, a los cinco (05) días del mes de enero del año dos mil diecisiete (2017.
Dr. Manuel Ramón Peña Conce,
Abogado, por si y el Dr. Gerardo Rivas, y
Los Licdos. Victor Nicolas Ceron Soto,
Jorge Garibaldi Boves Nova y Wander Rodríguez F.

Señor
Héctor Valdez Albizu
Gobernador del Banco Central y
Presidente de Junta Monetaria

Su Despacho.

Atención : Dra. Norma Molina de Nanita


Secretaria del Comité de Dictamen de la Junta Monetaria.

Asunto : Respuesta al Recurso Jerárquico Interpuesto por el señor


Pablo Miguel Monegro Ramos, contra la acción personal No. 2016-
001547 con efectividad al 6 de junio de 2016, dictada por esta
Superintendencia de Bancos.
Referencia : Su comunicación No. 12037, de fecha 24 de agosto de
2016,
recibida con el registro número RC-16-026842.

Anexos : a). Copia Acción de personal No. 2016-001547.


b). Copia del acuerdo de confidencialidad.
c). Copia del cheque No. 060225 de fecha 08 de junio de
2016.

Distinguido señor Presidente de la Junta Monetaria:

Cortésmente, esta SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA,


Organismo Supervisor de las entidades de Intermediación Financiera, con sede principal en
el edificio marcado con el número 52 de la Avenida México, esquina Leopoldo Navarro,
del Distrito Nacional, debidamente representada por su titular el Superintendente de
Bancos, señor Luis Armando Asunción Alvarez, dominicano, mayor de edad, casado,
contador público autorizado, funcionario público, portador de la Cédula de Identidad y
Electoral No. 001-0771595-5 con oficina en el edificio situado en el No.52 de la Avenida
México del sector Gazcue, quien tiene como Abogados constituidos y apoderados
especiales a los Dres. Teófilo E. Regús Comas y Gerardo Rivas y el Lic. Víctor Nicolás Cerón
Soto, todos dominicanos, mayores de edad, abogados de los Tribunales de la República,
casados, Portadores de las Cédulas de Identidad y Electoral Nos.001-0266122-0, 078-
0002185-4 y 001-0004865-1, respectivamente, con oficina abierto en común en el tercer piso
del edificio que aloja a la Superintendencia de Bancos, lugar donde la exponente formula
elección de domicilio para todos los fines y consecuencias legales del recurso al que está
ligado el presente escrito, con la cual exponemos lo siguiente:

Sobre el Recurso Jerárquico y sus motivaciones:

1) El Recurso Jerárquico que se analiza, está dirigido contra la acción de personal No.
2016-001547, mediante la cual ésta Superintendencia de Bancos dispuso el
desahucio del señor Pablo Miguel Monegro Ramos, poniendo término, de ese modo,
a la relación laboral que mantenía con el recurrente.

2) Aun cuando el referido recurso, no ha sido introducido cumpliendo con las


formalidades propias de este tipo de acción, en el acto de alguacil No. 778-2016,
de fecha 15 de julio de 2016, que lo contiene y las instancias posteriormente
depositadas por el recurrente ante la Secretaria de la Junta Monetaria, se
identifican los motivos siguientes: a) violación a las disposiciones de la Convención
de San José Costa Rica, los Artículos 5, 7 y 8 de nuestra Carta Magna.

3) Al desarrollar los hechos que señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye a la
exponente, lo hace de una forma que dificulta su entendimiento y comprensión, sin
embargo, se advierte que los hechos que a juicio del recurrente constituyen las
violaciones imputadas, no se expresan en la acción de personal del Departamento
de Gestión Humana, sino más bien en el acuerdo de confidencialidad que se le
requirió firmar a todos los funcionarios y empleados de esta Superintendencia de
Bancos. De modo que, conforme se lee en la página dos (2) del acto de alguacil
que contiene el recuso, las violaciones en que según el recurrente habría incurrido
esta institución al disponer su despido, están expresada en dicho acuerdo de
confidencialidad, al que el señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye la
condición de “mostrenco violador” de la constitución, y por lo que según él, rehusó
su firma. De todos modos entraremos en las consideraciones de fondo del Recurso
Jerárquico, iniciando por justificar la puesta en ejecución del referido acuerdo de
confidencialidad.

4) Ha sido la naturaleza de las informaciones a que tenemos acceso los funcionarios y


empleados de la Administración Monetaria y Financiera, lo que ha tomado en
cuenta el legislador de la Ley 183-02, Monetaria y Financiera, para establecer en su
Artículo 8, la confidencialidad como una obligación, por lo que, en el propósito de
asegurar el efectivo cumplimiento de esa disposición, se puso en ejecución con la
entrada en vigencia de la citada Ley, y no con el acuerdo de confidencialidad que
refiere el recurrente, el cual vino exclusivamente a reforzar esta disposición expresa
de la Ley 183-02, Monetaria y Financiera, al hacer conciencia en los empleados de
esta Superintendencia de Bancos del peso de esta obligación legal. De modo que,
no se trata de una decisión caprichosa, ni antojadiza, preparada para que sea
firmada sólo por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, aunque fue el único de todo
el personal de la institución que no lo firmó, a pesar que se observa que luego de
firmarlo, lo devolvió con borrador líquido.

5) Siguiendo en la página segunda del citado acto, el señor Pablo Miguel Monegro
Ramos, señala que la acción de personal viola el Artículo 68 de la Constitución. Al
respecto se precisa señalar que, el texto en cuestión, contempla las garantías de los
derechos fundamentales, a través de los mecanismos de protección y tutela
efectiva, lo que supone el cumplimiento de una serie de formalidades en los
procesos judiciales y administrativos. Sin embargo, en el caso que involucra a esta
Superintendencia de Bancos con el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no aplican
las disposiciones de dicho texto, puesto que la decisión de despedirlo no fue la
consecuencia de un proceso disciplinario administrativo, en cuyo caso, sí deberían
observarse las reglas del debido proceso.

6) Como podrán observar los honorables miembros de la Junta Monetaria, en la


acción de personal No.2016-001547, no se alegan causas, siendo esto el ejercicio de
una potestad discrecional del Superintendente de Bancos, ejercida conforme lo
contempla el Artículo 66 del Reglamento de Administración de Recursos Humanos.
Diferente habría sido la situación, si en lugar de desahuciarlo, la entidad hubiera
operado un despido al amparo del Artículo 87 del Código Laboral, en cuyas
circunstancias se impondría un proceso disciplinario con las garantías del Artículo 68
de la Constitución de la República Dominicana. Pero no es el caso.

7) En el caso del ex-empleado Pablo Miguel Monegro Ramos, esta Superintendencia


de Bancos, operó un desahucio con el consecuente pago de las compensaciones
establecidas en el Artículo 67 del Reglamento de Administración de Recursos
Humanos, tal y como se evidencia en la prueba documental que se anexa al
presente escrito. De modo que, si bien esta entidad puso término al contrato de
trabajo con el ahora recurrente, señor Pablo Miguel Monegro Ramos, es igualmente
cierto que, en su favor fueron pagadas sus prestaciones laborales, mediante cheque
No.060225, de fecha 08 de junio del año 2016, por la suma de ochocientos cuarenta
y ocho mil trescientos diecisiete pesos con 83/100 (RD$848,317.83), el que fue
recibido conforme por el recurrente según el volante adjunto al mismo.

8) En esas consideraciones entendemos que, esta institución no ha incurrido en


ninguna violación de tipo laboral contra el señor Pablo Miguel Monegro Ramos. Más
bien se trata de un adecuado ejercicio del derecho, al prescindir de los servicios de
un empleado. Finalmente, deseamos convenir con ese alto órgano de la
Administración Monetaria y Financiera que, ésta Superintendencia de Bancos, en el
caso que ocupa su atención, sólo ha hecho un legítimo ejercicio de los derechos
que le confieren, tanto la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera, así como con el
Reglamento de Administración de Recursos Humanos.

9) En cuanto a la alegada violación de la Ley No. 41-08, de Función Pública, una


simple lectura al contenido del Artículo 2, nos permitiría convenir que, es descartable
tal violación, dado que la citada Ley, no es aplicable a las entidades que, como la
Superintendencia de Bancos en su relación con sus empleados y funcionarios, se
rigen por las disposiciones del Código de Trabajo. De modo que, en el caso del
recurrente, son las normas de dicho Código de Trabajo, y no la Ley No.41-08, de
Función Pública las que rigen la Administración Monetaria y Financiera y su personal,
conforme lo establece el Artículo 6 en su literal a), de la Ley No. 183-02, Monetaria y
Financiera.

10) En cuanto a la solución requerida por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos
consignada en su escrito de fecha 12 del mes de agosto del año 2016, en la que
plantea su reposición como empleado de esta entidad, es evidente que dicha
solución no puede ser ordenada, dado que al recibir conforme el cheque No.
060225, emitido por concepto de sus prestaciones laborales, ya ha descargado a
esta Superintendencia de Bancos de cualquier obligación relacionada con su
condición de exempleado de esta entidad.

Por todas las razones expuestas, esta Superintendencia de Bancos, tiene a bien solicitar
formalmente lo siguiente:

UNICO:, Rechazar el Recurso Jerárquico que se analiza por improcedente, mal fundado y
carente de base legal, y en consecuencia declarar que, en la desvinculación laboral por
despido, operada por la Superintendencia de Bancos contra el señor Pablo Miguel
Monegro Ramos, no se verifican las violaciones enunciadas por el recurrente en el referido
recurso.

Es de justicia que se os pide y esperamos merecer, en la ciudad de Santo Domingo de


Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los 29 días del mes de
agosto del año 2016.

Dr. Teófilo E. Regús Comas,


Director Departamento Legal.

TERC/GR/VNCS/JGBN.
Subdirección de Litigios
Al : Dr. Rafael Vasquez Goico, Honorable Juez
Presidente (Interino) y demás Jueces que integran
el Tribunal Superior Administrativo.

Asunto : Respuesta a Escrito de Réplica.

Recurrente : Pablo Miguel Monegro Ramos.

Abogados : Drs. Livino Tavarez y Tomás Castro Monegro.

Recurridas : Superintendencia de Bancos y la Junta


Monetaria.
Abogados : Dres. Manuel Ramón Peña Conce, Gerardo Rivas,
y los Licdos. Victor Nicolas Ceron Soto, Jorge
Garibaldi Boves Nova y Wander Rodríguez
Feliz.

Expediente : No. 0030-2016-ETSA-02223.

Honorables Magistrados:

La Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, órgano supervisor de las


Entidades de Intermediación Financiera del país, con personalidad jurídica propia, con
domicilio principal en el edificio situado en el No.52 de la Avenida México del sector de
Gazcue, de esta ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, debidamente representada
por el Superintendente de Bancos, señor Luis Armando Asunción Alvarez, dominicano,
mayor de edad, casado, Contador Público Autorizado, portador de la Cédula de Identidad
y Electoral No.001-0771595-5, con oficina en el tercer piso del edificio que aloja la
Superintendencia de Bancos, quien tiene como abogados constituidos y apoderados
especiales a los Dres. Manuel Ramón Peña Conce, Gerardo Rivas, los Licdos. Victor Nicolas
Cerón Soto, Jorge Garibaldi Boves Nova y Wander Rodriguez Feliz, todos dominicanos,
mayores de edad, abogados de los tribunales de la

República portadores de las cédulas de identidad y electoral Nos. 001-0210825-5, 078-


0002185-4, 001-0004865-1, 010-0013020-1 y 001-0532856-1 respectivamente, con oficina en la
Consultoría Jurídica de la exponente, lugar donde se ha formulado elección de domicilio
para todos los fines y consecuencias legales de la instancia a que ligado el escrito de réplica
que motiva el presenta escrito de contra réplica, en relación con el cual se expone lo
siguientes:

Sobre los aspectos del escrito de defensa que el recurrente ha decidido responder.

1) El escrito de réplica presentado por el recurrente, Pablo Miguel Monegro, incluye


respuesta, tanto al dictamen del Procurador General Administrativo, así como a
los escritos de defensa presentados respectivamente, por la Superintendencia
de Banco y Junta Monetaria. Con relación al escrito de defensa depositado por
la exponente, el recurrente, se limita a responder solo las observaciones hechas
a la condición de acto administrativo, que el recurrente le atribuye a la acción
de personal mediante la cual se le desvinculó laboralmente de la institución.

2) En tal sentido, el presente escrito, estará limitado a responder esos aspectos en


particular, tomando en cuenta que la visión conceptual expresada por la
exponente sobre el acto administrativo, es coincidente con la doctrina
administrativa, que lo define, como una manifestación o declaración de
voluntad, de juicio, de conocimiento o de deseo realizada por la Administración
en ejercicio de una potestad administrativa distinta de una potestad
reglamentaria (Eduardo Garcia de Enterria, curso de Derecho Administrativo,
tomo I, página 587).

3) Desde el punto de vista objetivo formal, el concepto de acto administrativo


aparece fijado en el artículo 8 de la Ley 107-13, en el que se define al acto
administrativo, como toda declaración unilateral de voluntad, juicio o
conocimiento realizada en ejercicio de función administrativa por una
Administración Publica, o por cualquier otro órgano o ente público que produce
efectos jurídicos directos, individuales e inminentes frente a terceros.

4) Son esos criterios, los que han apoyado la afirmación, de que la acción de
personal mediante la cual se desvinculó laboralmente al recurrente, no reúne
las condiciones descritas en la doctrina y el artículo 8 de la Ley No.107-13. En
primer lugar, porque no es el resultado de un proceso administrativo
sancionador, y en segundo lugar, porque el señor Pablo Miguel Monegro Ramos,
no era un tercero frente a su antigua empleadora la Superintendencia de
Bancos.

5) Para responder dicho planteamiento, el recurrente Pablo Miguel Monegro,


reitera que la Superintendencia de Bancos, es una institución pública, que por
lo tanto, sus relaciones laborales con ésta, se rigen por Ley 41-08, de Función
Pública. Sin embargo, es la misma Ley, la que establece en el numeral 2, del
artículo 2, que, quienes mantienen relación de empleo con órganos y entidades
del Estado bajo el régimen del código de trabajo, quedan excluidas de la
aplicación de la Ley.

6) En tal sentido, al disponer el artículo 6, de la Ley Monetaria y Financiera, No.


183-02, del 21 de noviembre de 2002, en su literal a) que la relación laboral de
los funcionarios y empleados al servicio de la Administración Monetaria y
Financiera, se rige por lo dispuesto en dicho artículo, los reglamentos internos, las
disposiciones del Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social, queda claro,
que contrario a lo afirmado por el recurrente, en su caso, no aplican las
disposiciones de la Ley 41-08.

7) En otro de sus considerando, el recurrente plantea, que la entrada en vigencia


de la Ley 13-07, fueron derogadas las disposiciones del artículo 77 de la Ley 183-
02, expresada en la transferencia de competencia del Tribunal Contencioso-
Administrativo de lo Monetario y Financiero, (tribunal que nunca se creó) al
Tribunal Superior Administrativo, y que eso también habría derogado las
disposiciones del artículo 6 de la Ley Monetaria y Financiera.

8) El planteamiento hecho en ese sentido por el recurrente, es totalmente


insostenible, ante la realidad de lo ocurrido con la entrada en vigencia de la Ley
13-07. La Ley en cuestión, unificó en el Tribunal Contencioso Tributario y
Administrativo, las

competencias que originalmente estaban atribuidas al Tribunal Superior


Administrativo, creado por la Ley 1494 de 1947, las del Tribunal Contencioso
Administrativo de lo Monetario y Financiero (los que nunca fueron puestos en
funcionamiento por la Suprema Corte de Justicia) con las del tribunal
Contencioso Tributario, de la Ley 11-92, (que tampoco nunca se creó). Solo en
esos aspectos fueron impactadas la Ley 11-92, que instituye el Código Tributario,
y la 183-02, Monetaria y Financiera.

9) De modo que, el artículo 6 de la Ley 183-02, se mantienen vigente y por lo tanto


las relaciones de los funcionarios y empleados de la Superintendencia de
Bancos, siguen bajo el régimen del Código de Trabajo.
10) Finalmente, invitamos fijar atención a las disposiciones del numeral 2 del artículo
2 de la ley 41-08, de Función Pública, el cual dispone: “ Quedan excluidos de la
presente Ley, …2 Quienes mantienen relaciones de empleo, con órganos
entidades del Estado bajo el régimen del Código de trabajo”.

Por tales motivos y los que este Honorable Tribunal pudiera suplir de oficio, la
Superintendencia de Bancos de la Republica Dominicana, tiene a bien reiterar las
conclusiones del Escrito de Defensa depositado en fecha 6 de enero del 2017, cuya parte
dispositiva es la siguiente:

PRIMERO: DECLARAR inadmisible el presente Recurso Contencioso Administrativo por uno o


todos los motivos siguientes: a) por no cumplir con las exigencias prescritas en el artículo 23
de la Ley 1494 del 9 de Agosto del 1947, al no identificar ni transcribir el acto contra el que
está dirigido; b) por estar dirigidas sus conclusiones contra una decisión que no constituye
un acto administrativo, en los términos y condiciones del artículo 8 de la Ley 107-13.

SEGUNDO: En cuanto al fondo y para en el improbable caso de que ese tribunal, no acoja
las anteriores conclusiones, RECHAZAR el presente recurso por improcedente, mal fundado
y carente de base legal.

TERCERO: CONDENAR al recurrente, Pablo Miguel Monegro al pago de las costas,


ordenando su distracción en favor y provecho de los abogados concluyentes, quienes
afirman estarlas avanzando en su totalidad.

Haréis justicia.

En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República Dominicana, a los


doce (12) días del mes de septiembre del año dos mil diecisiete (2017.

Dr. Manuel Ramón Peña Conce,


Abogado, por si y el Dr. Gerardo Rivas, y
Los Licdos. Victor Nicolas Ceron Soto,

Jorge Garibaldi Boves Nova y Wander Rodríguez F.

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