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¿QUÉ ES LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA?

La restauración ecológica es un campo de conocimiento aún en construcción. Es una


herramienta fundamental de manejo; sin embargo, es importante reconocer que las
bases teóricas y, sobre todo, las técnicas están aún en desarrollo. Por ello es
particularmente importante mantener actualizados en este tema a quienes, de una u
otra forma, están vinculados a la recuperación de zonas drásticamente perturbadas. La
restauración requiere de conocimientos en diferentes áreas, tales como la erosión, la
desertificación, la sucesión, la dinámica de las comunidades animales y vegetales, el
flujo de energía y los componentes sociales y económicos que subyacen a los
disturbios ambientales. Por ello, el estudio de la restauración requiere de un enfoque
multidisciplinario integrado, que permita a los restauradores ponderar el tipo de
perturbación a la que se enfrentan y diseñar estrategias que sean de largo plazo. Las
mismas deben incluir planes de seguimiento, desarrollo de indicadores de rehabilitación
de los ecosistemas y mecanismos de participación pública. Todo ello para que la
restauración y la conservación sean vistas como actividades necesarias y redituables
para el bienestar colectivo (Sanchez., et al 2005).
La ecología de restauración es, sobre todo, una ciencia aplicada que busca responder
preguntas relacionadas con la reintroducción de poblaciones en sitios en donde han
sido extirpadas: ¿qué características físicas debe poseer el sitio para facilitar el
establecimiento de plantas y la colonización de animales?, ¿cuántos individuos se
deben plantar o liberar por unidad de área?, ¿de qué edad o tamaño?, ¿de qué lugar
se deben colectar las semillas y capturar los individuos para el sitio que se está
restaurando?, ¿qué ocurre con la diversidad genética de las poblaciones que se
establecen y cómo afecta esta diversidad a los resultados del esfuerzo de
restauración? También busca favorecer los procesos que permitan la recuperación de
comunidades diversas en donde se den procesos dinámicos lo más parecidos a los de
ecosistemas naturales, para lo cual se deben responder múltiples interrogantes: ¿cómo
afectan la dinámica depredador-presa los procesos de restauración?; ¿cuál es el papel
de la herbivoría en las diferentes etapas de un proyecto de restauración 10 Ecología de
Restauración y Restauración Ambiental ecológica?; ¿existen reglas de ensamble de
comunidades que nos permitan predecir la composición de una comunidad en función
de las especies que introducimos?; ¿qué ocurre con la dinámica sucesional en sitios
degradados y cómo podemos manipularla para lograr la restauración de ecosistemas?
Todas estas, y más, son las preguntas que la ecología de restauración explora a nivel
de las comunidades ecológicas (Ceccon, E. y C. Martínez-Garza, 2016.).
La visión de Clements de la sucesión dependía de interacciones estrechas entre los
integrantes de una comunidad vegetal, implicaba un proceso de cambio predecible y
sobre todo la existencia de la comunidad clímax. Clements escribió: “el clímax
constituye la unidad principal de la vegetación y, como tal, forma la base para la
clasificación natural de las comunidades vegetales” (Clements, 1936). Este modelo de
la sucesión fue cuestionado por Henry Gleason quien, desde 1917, propuso que las
asociaciones vegetales eran el resultado de procesos aleatorios y que la sucesión
estaba dominada por interacciones de competencia (Gleason, 1926, 1927). Aunque el
modelo de Gleason es más apegado a la realidad, la visión organísmica de la sucesión
prevaleció por muchas décadas, y de hecho fue fundamental para el desarrollo de la
idea de la restauración ecológica. Durante un largo tiempo se han ido relacionando
ciencias, que ayudan a la restauración ecológica (figura 1).

Figura 1. Algunas de las relaciones entre la restauración ecológica y otras disciplinas. En la parte inferior
disciplinas que han contribuido a la restauración. En la superior disciplinas que la han incorporado.

Este proceso consiste en alterar el espacio degradado en modo de activar la capacidad


de resiliencia que permita restaurar las condiciones ambientales del medio y devolverle
su valor natural y socioeconómico.
La resiliencia es una capacidad natural del ambiente que les permite retornar a las
condiciones iniciales tras haber sufrido una perturbación. Un ecosistema se considera
degradado cuando ha perdido esta cualidad (Fernández, 2017).
Para conseguir este objetivo no existen modelos concretos a seguir sino que las
estrategias de actuación para recuperar un espacio se deben ajustar a la problemática
concreta del lugar.
La capacidad de restaurar un ambiente dependerá del estado del ecosistema antes y
después de la degradación y del tipo de daño causado (Fernández, 2017).

Fernández (2017), decía que para conseguir una efectiva restauración ecológica, se
deben seguir cinco fases:

★ La primera fase consiste en la realización de un diagnóstico ecológico inicial que


permita determinar las causas y procesos que han causado la degradación del
ecosistema.

★ En la segunda fase se definen los objetivos para restablecer los procesos


ecológicos que permitan recuperar la resiliencia del ecosistema.

★ La tercera fase se basa en desarrollar las estrategias de actuación para obtener


los objetivos.

★ La siguiente fase consiste en poner en práctica las estrategias de acción sobre


el terreno.

★ La última es la fase de evaluación donde se monitorea el ecosistema para ver


cómo evoluciona la restauración y valorar la efectividad de las intervenciones y
la metodología utilizada.
Figura 2. Relación entre la ecología, la ecología de la restauración y la práctica de la
restauración ecológica. Modificado de Palmer (2009).

Como ambiente degradado se consideran los espacios periurbanos, los cultivos


abandonados, los terrenos deforestados, las extracciones mineras, los vertederos
colmatados, los espacios con grandes infraestructuras y los suelos contaminados
(Fernández, 2017).
Los bosques son elementos esenciales de la infraestructura terrestre verde, y juegan
un papel clave en el ciclo hídrico y en la estabilización del clima. A pesar de estos
beneficios, el 30% de la cobertura forestal global se ha perdido, y apenas se mantienen
el 15% de los bosques primarios. Con respecto a los recursos hídricos, estudios
realizados por TNC y sus aliados muestran que la preservación y restauración de la
vegetación natural en torno a manantiales y otras fuentes genera réditos para la
inversión en términos de seguridad hídrica, puesto que aumentan el flujo de agua y
reducen los costos de tratamiento de la misma (Nature, 2023).
En lo que toca al clima, los bosques absorben dióxido de carbono de la atmósfera,
principalmente durante su crecimiento, lo que contribuye a la mitigación del cambio
climático (Nature, 2023).
¿Por qué hay que hacer restauración ecológica?
Porque es necesario intentar/pretender recuperar los ecosistemas que están
gravemente dañados para recuperar también todo lo que nos dan: el agua, el suelo, la
vegetación, los animales, los paisajes. Todo eso que nos ofrecen los ecosistemas se
llama: servicios ecosistémicos (Fernández, 2020).

Fernández (2020), hacía mención de que la restauración ecológica sirve para:

❖ Mantener el buen funcionamiento de los ecosistemas, la conservación de la


biodiversidad, y la gestión sostenible de los mismos.
❖ Mejorar los aspectos físicos, socio-económicos y culturales relacionados con la
protección de los ecosistemas.
❖ Fomentar las relaciones positivas y evolutivas entre los seres humanos y los
paisajes que habita.
❖ Prevenir los efectos de factores climáticos adversos como la erosión y las
inundaciones, así como garantizar la estabilidad de los suelos como sustratos y
el mantenimiento de los sistemas hidrológicos.

•Restauración Activa
La restauración activa es el proceso que logra rescatar las funciones naturales de los
ecosistemas mediante la intervención humana y promover el desarrollo de los procesos
de recuperación en aquellas áreas que perdieron sus mecanismos naturales de
recuperación cuando estos han sido alterados o destruidos. De esta forma se les
permite superar las barreras que impidan su regeneración natural.
La restauración activa permite mejorar y acelerar los procesos de regeneración natural
en áreas degradadas (Miambiente, s.f.).

•Restauración Pasiva
La restauración pasiva es el proceso mediante el cual los ecosistemas se recuperan
por sí solos cuando no existen tensionantes o se eliminan las barreras que impiden su
regeneración en un proceso conocido como restauración pasiva o sucesión natural. Por
ello, una de las primeras acciones para recuperar un ecosistema es retirar esos
factores que le impiden o dificultan su regeneración natural (Miambiente, s.f.).
Fernández (2020), hace mención de ejemplos de proyectos de restauración ecológica
como:
➔ Restauración de complejos mineros con fines medioambientales y de
divulgación científica: Proyecto Eden (Inglaterra), así como la creación de un
parque de atracciones en La salina de Turda (Rumanía).
➔ Restauración de ecosistemas dañados por el vertido de productos tóxicos de
origen industrial: Corredor verde del Guadiamar (Andalucía, España).
➔ Restauración de puentes, carreteras y otras vías: Túnel de flores colgantes en
Japón.
➔ Restauración de humedales y selvas para favorecer la agricultura tropical:
Lacanhá Chansayab, Chiapas (México).

Aspectos sociales vinculados a la restauración ecológica


Para hacer un análisis concreto de la interacción entre sociedad y medio ambiente y
cómo se vinculan entre sí, es necesario partir de un elemento básico, el territorio
entendiéndolo como aquellos lugares creados por la acción del ser humano. En este
sentido, el territorio es la “organización del espacio, se puede decir que el territorio
responde en primera instancia a las necesidades económicas, sociales y políticas de
cada sociedad, y bajo este aspecto su producción está sustentada por las relaciones
sociales que lo atraviesan: pero su función no se reduce a esta dimensión instrumental;
el territorio es también objeto de operaciones simbólicas y una especie de pantalla
sobre la que los actores sociales (individuales o colectivos) proyectan sus
concepciones del mundo” (Clewell, 1999).

Esta compleja concepción del territorio es una invitación a ver la totalidad de elementos
que confluyen en un simple espacio, ya que no se enfoca únicamente a actividades
económicas sino que recupera la importancia de los aspectos sociales y culturales, y
sobre todo, la diversidad de actores que pueden estar proyectando sus expectativas
sobre un lugar. La restauración de ecosistemas supone un reconocimiento concreto de
una problemática específica sobre un territorio, y la necesidad de actuar para revertir la
problemática identificada. Sea cual sea el territorio elegido, éste tiene de inicio una
característica como lugar en el que interactúan diferentes actores, con diversos grados
de poder y con expectativas propias sobre los posibles usos de dicho espacio. En otras

En otras palabras, la idea del territorio de un técnico es distinta a la de un empresario o


la de un burócrata, pero también a la de las personas que viven de él y en él. Por lo
tanto, no sólo se tiene que trabajar en el entendimiento de una complejidad en factores
ecológicos y sociales, sino con expectativas y representaciones. La restauración de
ecosistemas no exige sólo un reconocimiento común del problema, sino una intención
compartida de cambiar ciertos patrones que pueden estar influyendo en el deterioro. En
este sentido, el grado del deterioro es importante ya que un cambio en los patrones de
uso de la tierra y los recursos parte de una percepción de crisis por parte de al menos
un actor. Dicha crisis puede ir desde la percepción de escasez de un recurso, hasta
alteraciones graves a la cotidianidad, como los casos relacionados con la salud. Un
ejemplo de percepción de escasez es la restricción del uso de recursos forestales por
parte de una comunidad que ve mermado su bosque (Chase y Boudouresque, 1987).

una situación grave como la contaminación por derrame de químicos en un cuerpo de


agua (los derrames de petróleo en la costa de la península ibérica en 2003) 34
Contexto general Hasta este momento sobresalen dos puntos importantes: a) un
territorio específico tiene representaciones distintas para los diferentes actores
involucrados, lo cual se refleja en sus expectativas sobre los usos y valores de dicho
territorio; b) las acciones para la restauración ecológica implican una percepción de
escasez, crisis o peligro por parte de al menos una fracción de los actores
involucrados. Hay otros elementos que influyen en la degradación ambiental y en la
posibilidad de lograr una restauración y que tienen que ver de manera general con las
dinámicas internas que se están viviendo en las comunidades (historia, dinámica
poblacional) y con elementos externos que influyen el territorio como lo son las políticas
públicas o los mercados que demandan ciertos productos. A continuación se proponen
siete elementos que permiten analizar no sólo el estado de las condiciones sociales
existentes en torno a un territorio específico, sino que permiten ver las relaciones,
tendencias y posibles puntos de conflicto que pueden influir en la restauración
ecológica. Dichos elementos son: a) historia, b) indicadores sociodemográficos, c)
actores y relaciones, d) derechos de propiedad, reglas de uso y normatividad, e)
políticas públicas, f) actividades productivas y mercados, y g) información. A
continuación se explica cada uno de ellos y se propone el uso de algunos modelos
analíticos que pueden ser de utilidad. Ésta es sólo una de las maneras de
conceptualizar la situación, y cómo se verá todos los factores están relacionados.
Sin embargo, tratar por separado cada uno de ellos permite profundizar y obtener una
imagen más completa de la situación. La propuesta no es que se inicien los proyectos
una vez que se tengan llenas matrices con datos y después de una serie de talleres
para obtener la información; se reconoce que en los procesos de crisis ambientales,
donde se requiere de una actuación inmediata, es muy difícil ponerse a investigar
previamente estadísticas del INEGI (por mencionar algún ejemplo). A pesar de ello, es
útil tener en mente que estos elementos existen y que impactan tanto en la
degradación como en la restauración para (Chase y Boudouresque, 1987).
BIBLIOGRAFÍAS
➢ Fernández, V., (2017). La Restauración Ecológica es clave para la recuperación
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https://geoinnova.org/blog-territorio/restauracion-ecologica/

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➢ Sanchez, O, Eduardo Peters, Roberto Márquez-Huitzil, Ernesto Vega, Gloria


Portales, Manuel Valdez y Danae Azuara(2005).Temas sobre Restauración
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del Estado de Morelos, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
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