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Tarea A - El Ojo de Los Jóvenes 22-23
Tarea A - El Ojo de Los Jóvenes 22-23
La Unión Europea ha publicado el Informe sobre las Ideas de la Juventud, en el marco de la Conferencia para
el Futuro de Europa. Ese informe recoge las 20 ideas más populares y que más preocupan a los jóvenes entre 16 y 30
años, y que las han discutido de manera presencial o virtual en el Encuentro de la Juventud Europea o EYE2021.
Para mi tristeza, este informe no muestra un gran interés por la cultura, por no decir ninguno; es posible que lo
compensen con el peso que le dan a la educación, el multilingüismo y las medidas que piden para los investigadores,
es posible que a esa edad tengan tan asociados los libros, las series, los conciertos o las exposiciones a la inversión de
empresas privadas que no lo hayan mencionado. No deja de resultar llamativo el que uno de los grandes patrimonios,
material e inmaterial de Europa, el que asegura nuestra civilización y forma de vida y que genera una riqueza
considerable no merezca una mención propia.
Pero hay muchos otros puntos interesantes que muestran que existe una continuidad con algunas de las
políticas de los adultos, entre ellas, el apoyo incuestionable a la igualdad: la de las personas LGTBQ+, o la acogida de
refugiados. La ciberseguridad, y un uso más razonable y menos dañino de las redes sociales. Revelan, como era
previsible, una preocupación reiterada por el reciclaje, la sostenibilidad y la preservación del mundo: algo que ya se
encontraba en el ADN de la generación anterior, pero que no supimos defender por falta de fuerza, o por una
conciencia mucho menor de nuestro peso social y de nuestra voz.
Me encuentro a menudo con jóvenes que no pertenecen a mi familia, chicos y chicas que encajan o se apartan
de los tópicos, de orígenes muy diversos. Algunos me caen mejor, otros me parecen insoportables (…) estudian con
los sistemas que creímos mejor para ellos, opinan porque les hemos educado para tener ideas propias, son
materialistas y prácticos porque eso hemos potenciado, son empáticos, tiernos y vulnerables porque así les hemos
enseñado a ser. Que no reconozcamos en ellos nuestra huella y nuestro contacto resulta una particular forma de
ceguera. Que no escuchemos su voz, ingenua, fuerte, limpia e idealista, supone una lamentable manera de volvernos
viejos.