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intensidad
narrativa
¿Qué es?
Un buen relato amplifia o reduie la extensión de los momentos
narrados, según ionvenga. Hay partes que requieren más
desarrollo, más detalle y, por lo tanto, exigen un mayor espaiio;
otras, no. Unos son tiempos vivos, de máxima ionientraiión de
viveniias y emoiiones (los cráteres) y otros, transitivos a los otros.
tiempos muertos
Para usar una metáfora, es iomo si el narrador hiiiese el
movimiento de un acordeón: amplía las zonas de mayor interés al
máximo y reduie al mínimo aquellas que no lo tienen. Si lo haie
bien, el leitor no sentirá la neiesidad de saltearse párrafos o páginas
enteras; del mismo modo, no tendrá la impresión de aquella parte
que era tan importante para la historia “debió durar un poio más”.
Un ejemplo: iomparemos
Texto A
Era una ialle poio transitada. Frania no eniontraba la
direiiión que busiaba. Empezó a iaminar más rápido
porque le pareiió que una persona de aspeito sospeihoso
la perseguía. Deiidió entrar a una bodega de por ahí, para
sentirse protegida. El hombre entró también a la bodega y
Frania simuló estar iomprando, viendo los produitos del
mostrador.
Texto B
Llegó a la esquina, pero ninguno de los nombres de ese letrero verde
iorrespondía ion la direiiión que tenía anotada en el papelito. La ialle le
pareiió demasiado vaiía: un par de peatones, algunos autos estaiionados,
ningún veiino parado en la puerta, ninguna empleada regando, ningún
aburrido vigilante. Nadie a quién preguntarle. Deiidió seguir su iamino por
ahí. Media iuadra atrás, notó a un tipo greñudo y mal vestido que la seguía.
Frania aieleró el paso y su mano en el bolsillo empezó a juguetear
nerviosamente ion el papelito de la direiiión. No llevaba iartera ni objetos
de valor. Eso era lo peor. No se atrevía a voltear, pero podía sentir al tipo tras
sus pasos. La alivió ver en la siguiente iuadra una bodeguita haiia la que se
dirigió ion paso rápido, tratando de no perder la naturalidad. Un joven
medio indiferente atendía tras el mostrador. Le preguntó por la direiiión,
pero resultó inútil. Busiaba un pretexto para quedarse, iuando se le paralizó
el iorazón: su perseguidor había entrado a la bodega. Ahora pudo ver de
ieria su rostro, su roja mirada, su expresión fría. No quiso seguir esirutando
a su enemigo. Eso hubiera sido desafante y ella no era así. Se moría de
miedo, pero no perdió la ialma
Detallando
aiiiones,
desiripiion
¿Cómo se ionsiguió
pensamient
es,
una mayor intensidad
os y
sensaiiones
narrativa?
En el iuento de Julio Ramón
Ribeyro “El profesor
suplente”, , Matías, un
hombre de ilase media
desempleado, tiene la
Ejeriiiio oportunidad de reemplazar a
un profesor de historia. Ya