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Luis Celaá Morales.

1 " El Último Dragón"


El Último Dragón

Luis Celaá Morales


“Abuelomuro”

Luis Celaá Morales. 2 " El Último Dragón"


© 2012 Bubok Publishing S.L.
1ª edición
ISBN:
DL:
Impreso en España / Printed in Spain
Impreso por Bubok

Luis Celaá Morales. 3 " El Último Dragón"


Dedicado con cariño a:
David Celaá Morales y a Raquel Canales Migueláñez.
Sin vuestra ayuda y vuestras correcciones jamás
hubiera podido terminarlo.
y a todos aquellos que un día estuvieron junto a mi y ya
no están, espero que encontréis la paz al otro lado

Luis Celaá Morales. 4 " El Último Dragón"


NOTA DEL AUTOR:

Pese a que éste libro se puede leer de


forma independiente, te rogaría que leyeras
antes "La Verdadera Profecía" (Entrelíneas
Editores, 2009. Luis Celaá Morales) ya que
ésta es su segunda parte.
Éste libro continúa la aventura nada más
terminar el primero, por lo que es importante
que sigas la historia de forma lineal pues de
lo contrario te puedes llegar a perder...
Gracias y disfruta de la lectura.
Cuando lo hayas leído, por favor cuéntame
que te ha parecido. Yo te lo agradeceré
enviándote algún capítulo adicional de la
historia que no he metido en ninguno de los
dos libros.
abuelomuro@hotmail.com
abuelomuro@gmail.com

Un abrazo

Luis Celaá Morales. 5 " El Último Dragón"


Índice:
Prólogo- 9-20
Libro Primero. I. Rimantel- 21-23
II. Veena- 24-29
III. Reunión- 30-34
IV- Vuelta al mundo real- 35-37
V- Y Némesis habló... 38-41
VI- El Fantasma- 42-46
VII- Un gran plan- 47- 55
VIII- La Sentencia de la Diosa- 56-62
IX- Una nueva gobernanta en la ciudad- 63-74
X- Adiós, Leganés- 75- 83
XI- Bobostock tiembla- 84-91
XII- Ordenanza Sacerdotal- 92-99
XIII- Soraya- 100-109
XIV- Vientos de Guerra- 110-115
XV- Reencuentro con un amigo- 116-122
XVI- Primera prueba- 123- 142
XVII- Asedio Mortal- 143-149
XVIII- El Verdadero origen del hombre- 150-160
XIX- Tiembla, es Asnaráasha- 161-169
Libro Segundo. XX- En el fragor de la batalla-
170-178

Luis Celaá Morales. 6 " El Último Dragón"


XXI- Erus, un magnífico Dragón- 179-188
XXII- Génesis- 189-199
XXIII- Se acerca la dulce victoria- 200-206
XXIV- El despertar de un Dios- 207-215
XXV- Revelaciones- 216-226
XXVI- Derrota- 227-235
XXVII- Erus, el último Dragón- 236-244
XXVIII- ¡Prométemelo!- 245- 251
XXIX- Derrota (II)- 252-258
XXX- Tu me has llamado- 259-269
XXXI- La búsqueda de Marduk- 270-283
XXXII- La Batalla de las Hadas- Parte 1ª- 284-300
XXXIII- Prueba de fuego- 301-314
XXXIV- ¿Dónde se esconden los humanos?- 315-331
XXXV- Conociendo a Marduk- 332-343
XXXVI- No es una ilusión es real- 344-351
XXXVII- Desde tiempos inmemoriales- 352-361
XXXVIII- Unos nuevos amigos- 362-372
XXXIX- Túneles de muerte- 373-383
XL- Erus, dueño y señor del aire- 383-389
XLI- Parece dócil, pero ten cuidado- 390-398
XLII- Ven a mis brazos, ven... 399-409
XLIII- Limpieza de inframundos- 410-418
XLIV- La nevada región de Farinell- 419-427

Luis Celaá Morales. 7 " El Último Dragón"


XLV- Quirón, el Centauro- 428-436
XLVI- ¿Pesadilla o realidad?- 437-444
XLVII- Recuerdos del Futuro- 445-455
XLVIII- Cenando entre Centauros- 456-470
Epílogo- 472-487
Apéndices:
I. El desamor del joven y apuesto Tralfi- 488-498
II. La bella ganadera Humana- 499-517

Agradecimientos varios: 518-521


Guía de Personajes: 522-569

Luis Celaá Morales. 8 " El Último Dragón"


Prólogo
A. Asalto Final

De repente el día se hizo noche. El sol


desapareció en la más negra oscuridad.
Los pájaros dejaron de cantar.
Ruidos ensordecedores estropearon el
bendito silencio: gritos, armas, máquinas,
lamentos....
Los más oscuros temores de Némesis se
habían desatado. Miles de criaturas estaban
dolidas, indignadas. Por culpa de un absurdo
juego, de una incomprensible mentira habían
muerto de repente miles de seres de una misma
etnia. Por culpa de los malditos Elfos, Humanos,
Tralfis y demás protegidos por los Dioses había
desaparecido una raza. Pero iban a pagar por
ello. Ésto no iba a quedar así. Rimantel iba a
quedar reducida a cenizas..
En un principio todos se habían quedado
absortos. No podía ser real. La profecía que les
habían contado durante años y años no era
cierta. Aquella profecía era mentira. ¿Porqué les
habían engañado así?

Luis Celaá Morales. 9 " El Último Dragón"


¿Porqué no les habían dejado entrar en
Rimantel y acceder a través de un portal al
último mundo dominado por los humanos, como
los Dioses les habían prometido? En vez de eso,
que era lo que les habían prometido durante
tantísimas generaciones, habían caído
fulminadas miles de arpías a la vez en todos los
sitios.
¿Por qué había sido eso? ¿Cuál era de
verdad la profecía? Los miles de seres que
estaban fuera de Rimantel, sitiando la imponente
ciudad amurallada, se sentían tan engañados
que sin una órden previa de sus superiores
habían atacado a la vez.
Todos, excepto los vampiros y las nuevas
aberraciones creadas: Elfos-vampiros, Hadas-
vampiros, Tralfis-vampiros... que dormitaban
hasta el anochecer, atacaron a la vez. Todos en
un mismo puño. Por el norte, que era la zona
más fácil de acceder aunque estuviera bien
protegida; atacaron los Orcos, Trasgos, Goblins
y Duendes.
Por el sur, que era una de las puertas mejor
guarnecidas, atacaron las criaturas más
potentes y letales: Trolls, Valquirias, Gigantes, la
mitad de los Minotauros y algún Ento encantado
que se movía lenta y misteriosamente...

Luis Celaá Morales. 10 " El Último Dragón"


Por la puerta éste, la más inaccesible de todas,
atacaron sin ningún tipo de piedad las diversas
criaturas del más que temido ejército de los
Corazones Negros junto a unos pocos Gólems
de Fuego.
La puerta oeste, quizás la más débil de todas,
fue acosada por la otra mitad de los Minotauros
junto a los Semi-orcos (hábiles escaladores) y la
rara especie que salía de la unión de Semi-orcos
y Trasgos, con su característico ropaje rojo.
Esta raza era la única “sin nombre” oficial,
aunque ellos se consideraban así mismo Semi-
orcos eran mirados con desconfianza, aunque
los utilizaban para atacar pues eran
especialistas en armamento ya que tenían la
rara habilidad de convertir cualquier cosa en una
peligrosa arma (Si, hasta un plátano podía ser
un arma en sus manos...)
El caos y el miedo se apoderó rápidamente
de la vetusta ciudad pese a que en teoría
estaban preparados para la invasión de razas
conocidas como “anti-humanas”, el ataque
salvaje y descontrolado que estaban sufriendo
les había pillado “in fraganti”.
Algunos corrían hacia todos los lados sin
ningún control e iban de un lado para otro dando
gritos u órdenes.

Luis Celaá Morales. 11 " El Último Dragón"


Además de los militares, que eran la mayoría
de los que quedaban en Rimantel, también
habían quedado prisioneros de esta inmensa
batalla algunos Sacerdotes Celestiales y los
pobres prisioneros, que se pudrían en las
insanas celdas.
Civiles quedaban muy pocos. Tras la absurda
matanza de los militares poco tiempo antes, los
que quedaron habían decidido en su inmensa
mayoría escapar por la noche. Por la puerta
este, a priori la más inaccesible, había un
milenario pasadizo que era desconocido por los
militares.
Mientras los soldados miraban estupefactos
“La auténtica madrugada”, la gente había
escapado en masa por el lóbrego pasadizo:
Humanos, Elfos, Enanos, Semi-elfos, algún tralfi
viejo o demasiado joven; todas las razas habían
corrido juntas. Incluso a aquel extraño grupo se
les unió algún despistado Silfo y dos o tres
Siskategos que andaban dando vueltas por la
ciudad en el momento de la invasión, nadie
repudió a los Siskategos, de hecho ni siquiera
les habían mirado pues huyeron juntos
escapando de una posible guerra y de la
matanza que aquello significaba.
Varios Minotauros de guardia habían
presenciado la peculiar escena de la masiva
huida.

Luis Celaá Morales. 12 " El Último Dragón"


Cientos de seres de varias razas huyendo
juntos, atropelladamente, con escasas
pertenencias encima. Eran un blanco fácil,
demasiado escandaloso como para pasar
desapercibido y cuando los soldados de guardia
avisaron a sus jefes, éstos sorprendentemente,
les dijeron que les dejaran huir y los siguieran un
tramo para que los vieran, para que supieran
que les habían perdonado la vida, pero que no
les hicieran nada.
Ante la absurda mirada de los soldados
Minotauros, los jefes rieron y les explicaron que
aún no habían entrado en guerra, qué los Dioses
no les habían autorizado. Además no tenía
ningún mérito atacar y matar a criaturas que
huían desesperadas, lo grandioso era ganarlos
en la batalla pues ahí si que tenía mérito;
cuando accedieran al mundo humano a través
de la vanidosa Rimantel.
Así que, cuando los fugitivos vieron en su
huida a patrullas de Minotauros y de Orcos
observándoles, el pánico se apoderó de ellos.
Algunos abandonaron las pocas pertenencias
que les quedaban. Muchos fueron pisoteados en
su intento de huida, algunos ancianos no
pudieron seguir adelante. Como suele pasar en
estos casos, nadie atendió sus gritos de auxilio.

Luis Celaá Morales. 13 " El Último Dragón"


Cuando pasó el tiempo y comprobaron que no
les atacaban, lloraron de emoción. Estallaron de
alegría y se arrodillaron para darles las gracias.
Cuentan por ahí, aunque está sin confirmar, que
algunos Minotauros también lloraron de la
emoción...
Lo que sí estaba claro y más que confirmado
era la rabia con la que las tropas “anti-humanas”
asaltaban la ciudad. Una lluvia de fuego, lanzas,
flechas y proyectiles varios habían caído
masivamente sobre la bien amurallada y gloriosa
ciudad de Rimantel.
Ya se escuchaban los primeros lamentos de
dolor, los primeros caídos por ambos bandos
empezaban a florecer. La batalla iba a ser muy
cruenta y puede que hasta demasiado larga. El
odio que los dos bandos se tenían entre si iba a
hacerla más duradera de lo habitual pues ningún
bando cedería...
Némesis lo observaba todo desde el cielo y por
primera vez en mucho tiempo lloró. Lo hizo
amargamente. Todo el plan anterior se había
desvanecido, una vez más. La verdadera
profecía se volvió a cumplir, una vez más, y una
nueva raza había dejado de existir. Todo por el
insaciable odio a lo que es diferente a nosotros y
por una absurda rabieta de hace siglos, que a
los Dioses les servía para engordar, aún más, su
infinita vanidad.

Luis Celaá Morales. 14 " El Último Dragón"


Pero Némesis era diferente ya que en su
esencia tenía impreso el impartir justicia. No
importaban las razas, ni lo que tuviera que
hacer, era su obligada naturaleza y punto.
Otros Dioses miraron la escena durante unos
instantes, no con interés, ni siquiera con
curiosidad. Simplemente la estaban mirando con
aburrimiento, como quien zapea en la televisión
buscando algo interesante y finalmente, más que
aburrido, apaga la tele.
Eso hicieron los Dioses. Simplemente se fueron
y desaparecieron a otro sitio, pese a las miles de
súplicas de piedad que llegaban desde abajo...
Tan sólo la incansable Némesis se había
quedado observando, triste, pero pensativa.
Buscaba alguna solución. Algo se le tenía que
ocurrir y rápido.

Luis Celaá Morales. 15 " El Último Dragón"


B. La lluvia cae
“¿Para qué vivir cuando todo por lo que
has luchado se ha desvanecido? ¿Qué
hacer cuando ese amor tan buscado ha
desaparecido ante tus ojos tras un fugaz
instante?
Busca esas respuestas en tu corazón. Él
mejor que nadie las conoce. “
(Viejo proverbio Nemesino. De época
incalculable)

Luis Celaá Morales. 16 " El Último Dragón"


Hacía mucho frío, demasiado quizás, para la
época del año en la que nos encontrábamos. Un
frío de esos que te va calando lentamente a
través de la piel y te congela hasta el último de
tus huesos.
Llevaba un rato sentado en aquella fría,
solitaria y húmeda roca. La lluvia empezaba a
golpearme dañinamente la cara. El tiempo
pasaba inexorablemente a mi alrededor. Pero yo
ni me movía ni parecía que me afectara...
Quizás llevaba demasiado rato sin moverme en
aquel tétrico lugar. Inmune, inmóvil, inerte a las
inclemencias del tiempo; no era muy consciente
de nada. Puede, no estoy seguro, que notara
dolor físico, pero eso no me importaba pues mi
dolor iba más allá de cualquier dolencia.
Me sentía la persona más desgraciada del
mundo pues dos veces había conocido el amor y
en las ambas ocasiones se me había escapado
violentamente. Tan rápido como había venido,
se había ido. Pensaba que aquello no era justo.
¿Porqué me hacían conocer las mieles del
amor para luego arrebatármelas tan
rápidamente? Pensé en llorar más, pero no
podía y aún así intenté un último esfuerzo pero
no había manera. Había derramado tantas
lágrimas que me dolía la cabeza, ni siquiera
podía suspirar. Pensé en suplicarle a los Dioses
que por favor me dieran otra oportunidad.

Luis Celaá Morales. 17 " El Último Dragón"


Pero rápidamente deseché la idea. Ni era justo
pues había gente con problemas de verdad
como problemas de inmovilidad, de ceguera o
simplemente para sobrevivir a diario y no iba a
llegar yo de listo pidiendo algo de amor, ni me
iban a escuchar. La pérdida de un amor no está
entre las prioridades de los Dioses.
Era perder el tiempo. Para ellos no
significamos nada, somos como diminutas
termitas a sus infinitos pies.
Una vez leí que no había ser más desgraciado
que aquel que nunca había conocido el amor.
Falso. Absolutamente estúpido y falso. Se podía
ser perfectamente feliz sin conocerlo. Es más, yo
era una persona alegre, feliz y dicharachera
antes de descubrir las maravillosas bondades
del amor ya que éste podría llegar a ser lo más
bonito del mundo pero también podría ser lo más
doloroso. Yo tuve la enorme suerte de conocerlo
dos veces casi seguidas, pero también tuve la
maldita desgracia de perderlo tan rápidamente
como lo había descubierto. Jamás se lo podré
perdonar a los Dioses. Nunca.
Ya nada importaba. Todo daba igual.
¿Qué sentido tenía vivir?
¿Para qué estábamos aquí?
¿Para que me levantaba cada maldita
mañana? ¿Para qué? ¿Porqué me había pasado
ésto a mí?
Luis Celaá Morales. 18 " El Último Dragón"
Ya no importaba. Todo se había perdido. Era
el fin. Mientras me lamentaba, la lluvia caía con
una atronadora fuerza. Parecía que descargaba
todo su odio acumulado. Ese odio se mezclaba
con el dolor antes de empantanar la eterna
tierra...
Si no hubiera estado llorando, quizás me
hubiera dado cuenta de que me estaban
observando. O a lo mejor sí me di cuenta pero
en aquel momento no le daba importancia. Creía
que ya nada importaba.
Afortunadamente, estaba equivocado y, sí
tenía importancia, y mucha...

Luis Celaá Morales. 19 " El Último Dragón"


“ A veces, aunque queramos escapar
de nuestro presente nuestro pasado nos
alcanza. Nunca lo dudes, sigue hacia
adelante. Hacia el futuro. Es el único
camino verdadero”.

(Viejo proverbio Tralfi)

Luis Celaá Morales. 20 " El Último Dragón"


- LIBRO PRIMERO:

I. Rimantel

“ Cuando el odio nos domina, la razón


siempre desaparece”
(Sigmur Trean. Primer Rey humano cautivo)

La contienda se desarrolló brutalmente. Se


habían librado tantas batallas en el Mundo
Mágico que nadie podría nunca recordar todas.
Harían falta muchos, muchísimos libros para
contarlas todas.
Pero ésta había sido diferente. En todas ellas
se luchaba con desprecio al enemigo pero
respetando al derrotado, nunca se hacía leña del
árbol caído pero llevaban tanto tiempo
aguantando humillaciones, tantos años
soportando vejaciones, que el odio acumulado
durante generaciones explotó en ese momento.
Las conocidas como razas anti-humanas
atacaron con un odio sobrenatural. Poco o nada
importaba que delante estuviera un Elfo,un
cobarde humano o un abominable semi-humano.
Ni siquiera los aguerridos Tralfis podrían con
ellos. Su dolorida alma iba a ser su mejor arma.
Aniquilar a todos, su objetivo en la vida.

Luis Celaá Morales. 21 " El Último Dragón"


En un principio, empezaron perdiendo. Las
catapultas, el aceite hirviendo y las flechas
incendiarias causaron estragos, pero cuando un
Orco, un Troll o un Goblín moría, otro ocupaba
inmediatamente su lugar.
Los Minotauros lucharon como nunca antes lo
habían hecho. Daba auténtico miedo verles dar
mandobles con sus hachas de doble filo. Varias
cabezas volaban siniestramente por el aire
ensangrentado.
Miembros amputados les perseguían a veces,
otras en cambio tan sólo se desplomaban con un
último y macabro movimiento. Cientos de
cuerpos yacían inertes en aquella mañana
fatídica. Todos sus enemigos iban cayendo por
doquier, casi nadie se salvaba. La sangre
bañaba su enfurecido rostro.
Tampoco se quedaban atrás los Trasgos,
débiles físicamente, pero muy rápidos y certeros
en la lucha a distancia.
Muerte. Dolor. Quejidos. Gritos. Más muerte
Finalmente, tras muchas horas de asedio la
victoria se estaba decantando del lado de los
enfurecidos asaltantes.
Aunque pareciera increíble, por primera vez en
su largo devenir en la historia del mítico Mundo
Mágico, Rimantel estaba siendo tomada.

Luis Celaá Morales. 22 " El Último Dragón"


Nadie lo hubiera creído pero era cierto. Nunca,
tras mucho siglos de existencia había sucedido
algo semejante ya que Rimantel era la
imponente ciudad amurallada.
Gracias a ella las razas favorecidas de los
Dioses habían dominado al resto del Mundo
Mágico. La ciudad era mucho más que una
colosal fortaleza. Mucho más que un gigantesco
sitio donde defenderse de los ataques enemigos.
Mucho más que una capital de un imaginario
imperio Elfo.
Bastante más que la sede del preparado y
valeroso ejército Tralfi, más que un sitio donde
se depositaban siglos de cultura, de tecnología,
de historia, de leyendas...
Rimantel era la Ciudad. La única. El orgullo de
muchos pueblos.
Pero a veces el orgullo puede jugarnos una
mala pasada y esta era una de esas veces.

Luis Celaá Morales. 23 " El Último Dragón"


II. Veena
“ Del amor al dolor tan sólo hay un paso. No lo
dudes. Aprovecha el momento o puede que te
arrepientas para siempre”
(Ancestral proverbio Élfico, de más de mil años)

Tan sólo unos instantes, eso es lo que le había


durado a Veena la felicidad. No era justo. Tanto
luchar por volver con su amado, tanto
sufrimiento padecido y se lo habían arrebatado
en un momento.
¡¡¡Oh Dioses crueles!!! ¡¡¡Malditas sean
vuestras decisiones!!! ¿Qué he hecho yo para
que me hagáis ésto? ¿Porqué no me dejáis
estar con mi amor?
Es injusto. Sólo quiero estar con él. Sentir su
piel junto a la mía. Juntar nuestros labios. Unir
nuestros cuerpos. Penetrar nuestro amor.
¿No puede estar él en este mundo? ¿Por qué?
Aquí conviven miles de humanos con otras razas
y no pasa nada. ¿Es porque él es diferente?
Dejadme ir con él a su mundo, quiero ir dónde
él vaya y respirar su aire. Necesito soñar sus
sueños, beber su amor y envejecer con él. No
hacemos daño a nadie. ¡Oh Dioses!
¡Dejadnos estar juntos! ¿Por qué no escucháis?
Veena se derrumbó pues su amor ya no estaba
junto a ella.
Luis Celaá Morales. 24 " El Último Dragón"
Poco importaban los nuevos poderes que
Némesis, la poderosa e implacable Diosa, le
había concedido. Para ella no significaban nada
si no podía estar con su amado.
El amor es cruel, doloroso y fugaz. Nunca
antes se había sentido tan mal, Veena ahora
comprendía por qué la gente mataba por amor.
Sin amor no se podía vivir. Todo era una
quimera, una ilusión.
Sin cariño, las oscuras sombras penetraban
dolorosamente el alma. Ennegreciendo nuestros
corazones. ¿Cómo podría vivir nadie sin amor?
Inmersa en un mar de lágrimas poco importaba
la batalla que se estaba desarrollando a su
alrededor. Oía gritos pidiendo auxilio que
procedían de las almenas, pero sus piernas no
le respondían.
Por primera vez en su vida, no corrió para
ayudar a los heridos, no acudió a socorrerlos.
Pero, extrañamente, tampoco se sentía mal por
ello. Eran los culpables de que su amado no
estuviera con ella. Por ella, se podrían morir
todos...
Y la oscuridad en la que se encontraban las
celdas donde Veena derrumbada en el suelo
maldecía, lloraba e injuriaba, se tornaron en
cegadora luz.

Luis Celaá Morales. 25 " El Último Dragón"


Las penumbras desaparecieron. Una etérea
pero imponente figura flotaba en el aire un metro
por encima de la desconsolada Veena.
Némesis miraba impertérrita a la poderosa
hechicera. Su imperturbable mirada era
indescifrable. No mostraba enfado ni ira, pero
tampoco alegría o compasión. (Si alguien más
hubiera visto la escena, podría haber adivinado
que pensaba la Diosa). Tan sólo observaba.
Tantos siglos viendo escenas semejantes o
peores la habían sumergido en la indiferencia.
Podría haber sentido compasión. Sí, podría.
También podría haber sentido lástima. Quizás,
pero viéndolo desde otro punto de vista, también
podría haber sentido odio.
¿Por qué tenía que sentir lástima por el dolor
de un alma cuando miles de ellas perdían la vida
por culpa del amor de esa, supuestamente,
dolorida alma? ¿Aquello no era injusto? Todo es
según como se mira, nada es absoluto.
Por fin, Veena se sintió observada. Sus
plegarias, su dolor y sus maldiciones habían
habían sido escuchadas. La mismísima Némesis
observaba a Veena, ni ella sabía como sentirse.
¿Defraudada? ¿Dolida? ¿O quizás ya sabía
que pasaría eso? No importaba. Nada
importaba. Había miles de vidas en juego.
Entonces, Némesis habló:

Luis Celaá Morales. 26 " El Último Dragón"


- “Veena, mírame. Te hablo yo, Némesis. Esa
Diosa a la que odiabas pero que te dio ilimitado
poder. Aquella que te despertó tu dormida e
inagotable energía, la misma que desató tu ira
adormecida. Ahora te digo, levanta Veena.
Levanta y escucha”.
La voz de la Diosa retumbó en las galerías de
la muerte, aquellas galerías donde había bajado
Veena a buscar a su amor. Aquellas galerías en
las que lo había disfrutado fugazmente, en aquel
maldito sitio de dónde se lo habían arrebatado.
Veena no podía moverse, temblaba como un
flan, pero no por miedo. No tenía miedo a los
Dioses ya que había hablado con ellos más que
con su amor. Aquel amor humano del que nunca
terminó de disfrutar. Además, ¿para qué
temerlos si nada importaba? todo había dejado
de tener sentido. El dolor le impedía moverse.
Pese a que Némesis era impaciente, esperó.
Diez minutos. Quizá veinte. Mientras tanto, los
gritos de la batalla inundaban la estancia.
Flechas zumbando. Desgarradores gritos de
dolor. Catapultas silbando atropelladamente.
Música de muerte. Aquello destrozaba los
tímpanos de cualquiera.

Luis Celaá Morales. 27 " El Último Dragón"


Pero la poderosa hechicera seguía sin
moverse. Cada vez temblaba menos. Era buena
señal. O quizá no.
Némesis había decidido esperar. Pese a que
la verdadera profecía no se había cumplido.
Pese a que la estupidez había triunfado y que
las cosas no habían terminado de salir como
deberían haber salido, pese a todo ello, no se
había perdido todo. La Profecía no se detenía.
La Profecía continuaba y Veena debía
reaccionar.
Se le podía dar la vuelta a la tortilla y poner
fin a tantas muertes. A tanta sangre derramada,
a tanto daño causado, a tanto dolor.
Todo ello podía acabar. Podría empezar una
nueva era. Pero para que todo saliera bien,
Veena debía estar bien.
Veena era importante en esta historia.
Importante,no. ¡La más importante!

Luis Celaá Morales. 28 " El Último Dragón"


“ Humanos. Malditos humanos.
Siempre haciendo daño.
Siempre causando dolor.
Humanos. Malditos humanos.
Nunca más lo haréis.
Nunca más lo conseguiréis.
Humanos. Malditos humanos.
Vuestros días llegan a su fin.
Vuestros días llegan a sus noches.
Humanos. Malditos humanos.
Sabed que vais a sufrir.
Sabed que vais morir.
Humanos. Malditos humanos.
No tendréis escapatoria.
No tendréis Dioses a los que rezar.
Humanos. Malditos humanos. “

( Canción de guerra de la ”56ª Legión”


Creada por Seunmen. Histórico Líder)

Luis Celaá Morales. 29 " El Último Dragón"


III. Reunión.
"¿Todavía no te has enterado?
¡¡Huye por tu vida!!
¡¡Ya están aquí!!
Es el ejército más poderoso
del Mundo..."
(III Guerra élfica contra enanos)

La noticia había estallado como una bomba de


relojería. No había rincón alguno en el mundo
mágico donde no hubiera llegado aquella
novedad. Desde la pradera mágica de Eslafán
hasta la Inmensa Ciénaga sin fín. Todos se
habían enterado del cruel y cobarde asesinato
de Seunmen. Era la única forma de acabar con
él. El más poderoso guerrero que nunca había
dado la gloriosa 56ª Legión había caído en una
emboscada.

Solo y rodeado de apestosos elfos, cobardes


humanos y malditos engendros semi-élficos. El
apestoso Zarkis había sido el que todo ello había
maquinado.

Luis Celaá Morales. 30 " El Último Dragón"


La situación clamaba urgente venganza. La
gente más cercana a Rimantel había corrido
para participar en el asedio a la ciudad
amurallada. Gigantes, Orcos, Trasgos, Goblins,
Minotauros,Engendros... cada uno clamaba
venganza y aportaría lo que pudiese para
acabar con los malditos humanos.

Muchos iban cantando, llenos de ira, su


famosa canción de guerra. Aquella canción que
cantaban siempre, camino de la batalla:

“Humanos, malditos humanos. Siempre


haciendo daño. Siempre causando dolor... “

“¿Por qué, poderosos Dioses, hemos de


padecer y aguantar la crueldad humana? ¿por
qué, Inmensas Fuentes de Poder, son vuestra
raza favorita? Os imploramos explicación. ¿Por
qué tenemos que aceptar sus ansias de
grandeza y de raza superior? No, Dioses, no.
Todo tiene un principio y un final. Llevamos
siglos aguantando las diversas injusticias
humanas, doblegados a su voluntad y capricho.
Fueron eras oscuras que van a llegar a su fin"

Luis Celaá Morales. 31 " El Último Dragón"


Todos se preguntaban lo mismo. Nadie
encontraba respuestas a sus plegarias.

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"Sumergidos entre tinieblas a su voluntad y


capricho. Ellos. ELLOS. ESOS MALDITOS
HUMANOS. HAN SIDO LOS CULPABLES DEL
EXTERMINIO DE NUESTRAS COMPAÑERAS
ARPÍAS...”

“ ELLOS QUISIERON QUE LA VERDADERA


PROFECÍA NO SE CUMPLIERA. HEMOS DE
ACABAR CON ELLOS. HIMLER ASÍ LO
PROCLAMA Y ASÍ DESEA QUE SE CUMPLA”

Una atronadora ovación cerró la intervención


de Himler. Un poderoso y valiente semi-orco.
El siguiente en la línea sucesoria de la 56 ª
Legión, y un ser conocido en el mundo mágico
por su ferviente odio a los humanos. La reunión
se estaba llevando a cabo en la pequeña plaza
de Mensfield, una pequeña población muy
alejada de Rimantel. A esta ciudad era imposible
acceder por tierra pues tan sólo se podía llegar
por mar.

Luis Celaá Morales. 32 " El Último Dragón"


Su puerto estaba incrustado en un pequeño
golfo amurallado de muy difícil acceso y había
que pasar varios controles para llegar a la
ciudad.

En Mensfield, los lugareños no veían bien a


los forasteros. Exceptuando, claro está, a los
integrantes de la gloriosa Legión. En esta ciudad
nació la famosa facción terrorista. Aquí tenía su
sede central y en este curioso lugar estaba
teniendo lugar la reunión para decidir como
actuar, cuál era el siguiente paso a dar.

La plaza se había quedado pequeña ante la


ingente llegada de seres de todo el Mundo
Mágico, cualquiera que simpatizara con sus
aberrantes ideas era bienvenido. Cualquiera, por
supuesto, que no fuera de alguna de las razas
odiadas por ellos. o sea, ni Elfos, ni Semi-elfos,
ni Hadas, ni traidores Enanos, ni apestosos
Duendes bondadosos, ni repugnantes Tralfis, ni
los repudiados Siskategos que daban mala
suerte, ni por supuesto los odiados humanos
tenían cabida en Mensfield.

Si algún ser de esas razas se acercaba allí,


era torturado hasta la muerte sin compasión.

Luis Celaá Morales. 33 " El Último Dragón"


Todos lo sabían y por eso solían evitar
acercarse a esa zona. Ni siquiera los aguerridos
Tralfis se dejaban caer por aquel terreno vetado.

Aquella noche iba a ser clave en el devenir de


la historia. Mientras los hermanos de la facción
atacaban Rimantel, en la otra punta del Mundo,
ellos decidían como iban a atacar por su zona.
Había que decidir qué hacer y cualquiera podía
hablar, todos tenían derecho a dar su opinión:
desde los poderosos Minotauros hasta los
insignificantes Pequeños Seres (si es que en
algún momento dejaban de hacer el amor, claro)

Las reuniones llegaban a ser tediosas debido a


que solía participar mucha gente y se alargaban
en exceso. En ésta, se llevaba hablando desde
el amanecer. Todos parecían tener algo que
decir, querían aportar cosas. Algunas veces, se
habían dado caso de reuniones que habían
durado dos o tres días seguidos.

Eso sí, lo decidido en una reunión iba a misa.


Nadie podía discutirlo y todos daban su sangre o
su vida por ello pues la palabra era sagrada.

Luis Celaá Morales. 34 " El Último Dragón"


IV. Vuelta al mundo real.
“Conócete a ti mismo si quieres que los demás
te puedan llegar a conocer”.
( Sabio Proverbio. Época de los Clásicos Griegos)

Cuando volví a casa todo era muy distinto a


como lo recordaba. Mi novia, la que en un futuro
cercano iba a ser mi mujer, me había dejado.
Tras una rápida exploración visual de mi hogar,
me detuve en el salón. En la modesta mesa,
apoyado en una foto en la que estábamos los
dos juntos riéndonos de tiempos mejores, había
un sobre. Con ansia viva, lo abrí:
“Perdona, pero te sigo queriendo. Creo que,
pese a todo, te amo. No te puedes imaginar
cuánto. Pero no puedo vivir así. Con ésta
incertidumbre. Hace muchos meses que te
fuiste...”
¿Muchos meses?- Me pregunté estúpidamente
interrumpiendo la lectura de la carta. No puede
ser, si apenas he estado más de una semana en
el mundo mágico. Corrí al teléfono y llamé a
información. A la telefonista de turno se le cortó
la voz cuando le pregunté la fecha. Tras unos
segundos en silencio en los que debió pensar si
la estaba vacilando o no, me la dijo.

Luis Celaá Morales. 35 " El Último Dragón"


El auricular se me cayó de las manos. Las
piernas me temblaban mientras asimilaba las
duras palabras. Aún hoy, recuerdo que casi me
puse a llorar. No podía ser. Corrí al cuarto de
baño y me miré al espejo.
Estaba muy cambiado. Tenía abundante barba
y bigote. Cuando antes nunca lo llevaba.
Además, tenía el pelo muy largo. Excesivamente
largo, bastante más de lo habitual. Por cierto, las
puntas estaban muy quemadas, tendría que ir a
que me lo sanearan un poco.
Me asusté mucho. Me puse, estúpidamente, a
llorar al caer en la cuenta. Para mí apenas había
pasado una semana pero había estado fuera
mucho más tiempo. En ese momento no sabía la
equivalencia del tiempo pero más adelante me
pude enterar que un día en en cualquier portal
mágico equivalía a tres de los nuestros y un día
en el Mundo Mágico equivalía a 32 días en el
nuestro. El caso es que había pasado
demasiado tiempo para que mi novia se hubiera
quedado esperándome sin una sola noticia mía.
Después de un buen rato sollozando, perdido y
desorientado, caí en la cuenta del tiempo que
llevaba sin ducharme. No os podéis ni imaginar
el asco que me di. Me volví a mirar en el espejo.
Parecía un guarro de esos que llevan ropas
medievales.

Luis Celaá Morales. 36 " El Último Dragón"


Tiré la ropa a la lavadora y me miré al espejo.
¡Menos mal que a ella no le había pasado nada!
cogí una toalla y ropa limpia para después de mi
ducha.
Aún hoy recuerdo con una enorme sonrisa el
impresionante homenaje que me di en el plato
de la ducha.
Empecé pensando en Veena, luego la vez
que estuvimos juntos Bella y yo. Rápidamente,
pase a recordar las duras tetitas de la arpía. Ha
sido uno de los mejores homenajes que me haya
dado nunca.
Aunque luego me sentí culpable por pensar en
Bella y la Arpía. Yo no tuve la culpa, me dije
intentando consolarme ya que fueron los
estúpidos humanos de allí y sus absurdas
profecías.
Todavía no entendía como habían aniquilado
los Dioses a toda una raza sin pestañear ni
sentirse culpables.
Terminé de leer la carta de mi ex-novia
tumbado en el sofá y pese a estar más tranquilo
que antes, también lloré. Joder, que día más
tonto llevaba, la verdad.
La pobre tenía razón al haberme dejado, tanto
tiempo sin escribirla ni llamarla. Pero, que coño,
¡¡En el jodido mundo mágico no hay cobertura!!
¿Qué hubierais hecho vosotros?

Luis Celaá Morales. 37 " El Último Dragón"


V. “ Y Némesis habló”
" ¿Amistad?
¡Qué bonita palabra!
¡Qué difícil conseguirla
y más aún conservarla!”
(Ancestral proverbio Minotauro)

Pese a las horas transcurridas, aún se oían


gritos de batalla en la otrora gloriosa ciudad
amurallada. Algunas hechiceras Tralfis
intentaban socorrer a los numerosos heridos por
ambos bandos en la batalla. Era increíble como
las respetaban, nadie las atacaba. Incluso
algunos guerreros les llevaban los heridos a la
retaguardia para evitar que alguna flecha
perdida pudiera alcanzar a alguna curandera
despistada.
Una de las puertas había quedado seriamente
dañada y pese a que era la mejor guarnecida,
cayó. Poco pudieron hacer los soldados Elfos o
Humanos ante aquella invasión de tropas
enfurecidas. El odio mezclado con la ira se había
convertido en su mejor arma, nada parecía
afectarles. Si una flecha alcanzaba su objetivo,
el ser se la arrancaba y seguía luchando,
cuando una Valquiria, Gigante, Troll o Minotauro
caía; seis aparecían en su lugar.

Luis Celaá Morales. 38 " El Último Dragón"


Pero no acababan ahí los problemas de los
defensores ya que a pesar de que las puertas
norte y oeste aún aguantaban, la este también
había caído.
Los hábiles luchadores de los Corazones
Negros habían accedido a ella gracias a la
inestimable ayuda de los Golems de fuego que
habían quemado vivos a los defensores Tralfis.
Alguno sobrevivió pero fueron cruelmente
ajusticiados, sin compasión, por los rencorosos
Corazones Negros.
“Si no hay prisioneros, no hay problemas.
Acaba con tus problemas antes de que
aparezcan”. Esa era una de sus máximas. La
verdad, es que la llevaban a rajatabla. Los Tralfis
eran muy buenos guerreros, pero los Corazones
Negros eran mejores. ¿El motivo?
No tenían miedo a morir y eso les hacía muy
superiores. No se puede luchar contra quien no
le importa ni morir ni matar.
Para mayor hándicap estaba oscureciendo. En
pocos momentos, la luna sería tapada por sus
hijos malditos. Cientos de seres alados
irrumpirían en la batalla para calmar su ansiosa
sed de sangre, una orgía vampírica se desataría
en breve. Pero cuando parecía que Rimantel iba
a ser un recuerdo o una leyenda más que contar
a futuras generaciones, una cegadora luz blanca
paralizó a los contendientes.

Luis Celaá Morales. 39 " El Último Dragón"


El atardecer se tiñó de blanco. La mayoría no
podía ver. La batalla cesó y una voz retumbó en
los oídos de los allí presentes:
“Dejad de luchar, criaturas. Cesad vuestro
odio. Soltad las armas. Nadie lleva razón pero
nadie está equivocado. ¿Por qué lucháis? ¿Qué
os da derecho a matar a otro ser vivo? ¿Os
creéis abanderados de la verdad absoluta?”
Nadie respondió. Todos tiraron las armas muy
asustados, sabían que algún Dios había
aparecido en Rimantel y ya conocían el carácter
que gastaban. A un Dios no se le discutía, se le
obedecía o pagarías duramente las fatales
consecuencias.
Viendo con satisfacción que nadie rebatía sus
preguntas, Némesis cesó la cegadora luz para
que pudieran ver bien su imponente aparición de
Valquiria de más de siete metros que asustase
hasta los temidos Gigantes. Némesis no se
equivocó. Todos temblaron al verla y
comprendieron, con horror, quien era. Alguno
lloraba de miedo o de emoción.
“¿Qué pensáis ahora? ¿Qué se os pasa por la
cabeza? ¿Tembláis aguerridos luchadores? Yo,
la vilipendiada y criticada Némesis, ordeno que
dejéis de luchar. Mucha sangre ha sido
derramada, muchos seres han muerto ya.
Demasiadas veces mi corazón ha sido dañado
por vuestro vanidoso orgullo.

Luis Celaá Morales. 40 " El Último Dragón"


Dejad pues esta estúpida afrenta ya que todos
habéis sido engañados por el resto de los
Dioses. ¿Acaso no lo veis? Todos sois victimas”.
Némesis calló. Quería ver el efecto que sus
palabras habían causado en sus oyentes.
Esperaba que alguien la rebatiera y una vez
más, la poderosa Diosa acertó. Un Sacerdote
Celestial, que eran uno de los pocos seres no
soldados que quedaban en la ciudad, se levantó
y habló con ella.
“Perdóname Diosa por haber dudado de ti.
Como Semi-elfo que soy adoro a la poderosa
Madre Naturaleza, pero ella no ha escuchado
nunca mis plegarias. Nos ha ignorado, al igual
que todos los demás Dioses. No les importamos
lo más mínimo. Te juro, poderosa Némesis, que
a partir de ahora te seguiré hasta la muerte. Oh,
Diosa justa y sabia"
¡¡Oh, Némesis!!
El sacerdote levantó el puño y gritó alabanzas
a la Diosa. Los demás le imitaron y repitieron el
nombre de la criticada Diosa sin parar. Némesis
miró a su alrededor, sonrió. La primera parte ya
había acabado como ella quería: cesó la batalla
y todos la adoraban.

Luis Celaá Morales. 41 " El Último Dragón"


VI . “El Fantasma”
“Aunque mucha gente te rodee
A veces, muchas veces.
Te encontrarás demasiado sólo.”
(Madre Naturaleza. En el 2º Concilio)

No había manera, era imposible. Estaba claro


que ellos te verían a ti cuando ellos quisieran no
cuando tu quisieras. Hacía más de un mes que
había regresado a mi mundo y lo estaba
pasando realmente mal.
No sabía qué le había pasado a mi amantísima
Veena ni tampoco dónde habían ido a parar
Manistrán ni Bella. Me dijeron que habían
muerto, pero yo no me lo podía creer. Algo en mi
interior me decía que no me rindiera, que aún
seguían vivos.Tampoco logré información
verídica sobre mis queridos aliados: El Señor
Libro y Manquesí.
En la celda me dijeron que los habían visto
muertos en el patio (*) ... ¿Pero como era eso
posible? No podía ser. Cuando había más gente,
si ellos querían, tomaban sus formas originales,
de caja y libro. Algo no me cuadraba y quería
saber la verdad. Tenía derecho a conocerla.
(*) Se refiere a la anterior parte,”La Verdadera
Profecía”

Luis Celaá Morales. 42 " El Último Dragón"


Seguro, que en cuanto me fui se desarrolló una
brutal contienda en la hermosa ciudad de
Rimantel. Nunca entendería las guerras, qué
forma más estúpida de desaprovechar el
maravilloso don que los Dioses nos otorgan:
“La Vida”.
Me recorrí todo Madrid entero: Desde Leganés
hasta Aranjuez.,desde la bola del mundo hasta
Alcalá pasando por Alcorcón y Navalagamella.
También estuve en el Pantano de San Juan por
la noche pues me habían dicho que había una
impresionante Lamia que lo vigilaba y guarnecía
de todo mal.
Nada. No vi ni una sola criatura mágica en mi
mundo,era como si me esquivaran. Seguro que
los Dioses habían ordenado a algún Duende o
Hada que me vigilaran pero sin ser vistos.
Una noche, mientras dormía, mi subconsciente
usó el poder de la oclumancia. Fue maravilloso,
ya que me percaté de que cuando dormimos no
estamos tan solos como nos creemos, ya que
unas pequeñas conciencias viajan a toda
velocidad por el aire.
Conseguí introducirme en sus mentes y
traducir, con la ayuda de la legemancia, sus
pensamientos. Eran mosquitos y algunas
moscas. Sus pensamientos eran muy simples,
no pasaban de alimentarse y sobrevivir.

Luis Celaá Morales. 43 " El Último Dragón"


Una hembra de mosquito me estaba chupando
la sangre mientras ella pensaba en el banquete
que le iba a dar a sus criaturitas. Los ignoré,
demasiado ínfimo para mí. Mi mente siguió
buscando más seres vivos. Captó a un fantasma
que sobrevolaba la habitación. parecía ausente.
Como si fuera presa de un dolor inenarrable.
También lo ignoré.
Quizás hace un año me hubiera vuelto loco
buscándolo pero había visto cosas mucho más
interesantes. Además, sabía que el fantasma
estaba sufriendo ya que al meterme en su
conciencia noté su pena y él me expulsó
violentamente y se fue a otra habitación para
estar a solas con su trágico dolor.
Seguí buscando más mentes, por fin encontré
a tres pequeños pero complejos seres que
espiaban desde el armario. Eran muy difíciles de
localizar, pero finalmente conseguí introducirme
en sus enfermizas mentes.
Si las mentes humanas están llenas de cosas
banales y estúpidas como la codicia, la miseria y
el dinero; la de éstos Pequeños Seres, primos
lejanos de los Duendes, eran mentes dedicadas
al vicio y a la corrupción. Mis compañeros de
habitación eran dos hembras y un macho, los
cuales estaban escondidos ya que les habían
ordenado vigilarme.

Luis Celaá Morales. 44 " El Último Dragón"


Pero no los Dioses, sino ¡¡La 56ª Legión!! que
ahora estaba más viva que nunca, ya que
habían utilizado la muerte de Seunmen para su
provecho. Habían elevado al antiguo líder a la
condición de mártir por su cruel e innecesaria
muerte.
¡¡ La cruel 56ª Legión me estaba vigilando!!
¿Por qué? ¡¡Si estaba en otro mundo y otra
dimensión distinta!! Me estaba asustando
realmente pero no me quise mover para que los
Pequeños Seres no se dieran cuenta de que les
estaba espiando. Hubo un momento que creí
que me iban a descubrir, pero en seguida se
pusieron a practicar sexo entre los tres.
¡¡Qué suerte tiene el macho!!, pensé.
Hacía tiempo que no practicaba el sexo.
Recordé a Bella, sus labios, sus pechos, sus...
¡Uff!, tuve que dejar de pensar en ella para
intentar dormir. No quería estar todo el día
recordándola. ¿Y si había muerto? Debía
averiguarlo como fuera.
A la mañana siguiente me recorrería todos los
“lugares mágicos”, tal y como hizo mi querido
abuelo. Debía encontrar un portal. Debía
encontrarlo o morir en el intento. Éste ya no era
mi mundo. Estaba rodeado de gente pero me
encontraba solo. Demasiado solo.

Luis Celaá Morales. 45 " El Último Dragón"


Echaba mucho de menos a Manistrán.
Desgraciadamente, disfruté demasiado poco de
su amistad, No podía dejar de acordarme de él y
de lo buen amigo que había sido. Recordaba a
mi amaba Veena, a la que también, echaba
mucho de menos. Cada vez que cerraba los ojos
me venía su imagen a mi cerebro, riéndome y
guiñándome un ojo en plan cómplice.
Por supuesto, añoraba al Guardián del Portal
de Madrid. ¿Se acordaría de mí? Tenía que
volver, se lo prometí y yo siempre cumplo mis
promesas o al menos lo intento.

Luis Celaá Morales. 46 " El Último Dragón"


VII. “Un gran plan”
“ Cuando un caballero o un humano,
quién quiera que sea,
comete grandes pecados,
acoge dentro de sí al enemigo”
(Chrétien de Troyes )
(“La Búsqueda del Santo Grial. S.XIII)

Pese a que aún continuaba la reunión


extraordinaria de la 56ª Legión, Himler ya
sonreía. Todo había ido según lo planeado con
Seunmen tiempo atrás, tenía que llevar el plan a
cabo, no podía traicionar su memoria.
Seunmen era muy inteligente y un gran
estratega, planeó hasta su posible muerte y las
consecuencias que ésta traería.
Himler sentía escalofríos al recordar como su
antiguo líder hablaba de su posible muerte, “Si
algún día he de morir en batalla, moriré de la
forma más heroica posible. Esos apestosos
humanos no me cogerán vivo para experimentar
conmigo. No señor. Te aseguro que no, mi
estimado Himler”.
Mucha gente pensaba mal de Himler. Casi
todos pensaban que estaba deseando que
muriera Seunmen para alcanzar el liderato de la
perseguida organización, pero ¿para qué?

Luis Celaá Morales. 47 " El Último Dragón"


No le hacía falta. Ahora que ya lo tenía, pues
bienvenido sea ya que él nunca había deseado
ningún mal a Seunmen, ya que eran amigos
desde la infancia. Era como su hermano mayor.
Siempre le había dejado hacer lo que quisiera y
sin dar explicaciones a nadie. Se llenaba de
orgullo cada vez que su amado Seunmen le
felicitaba.
Por muchas cosas que le pasaran el resto de
su vida, nunca podría olvidar aquella vez en que
a él y a tres Orcos más les hicieron una
emboscada aquellos malditos hippies de “Alma
Humana”. Pese a su ventaja inicial y a que un
estúpido Orco llamado Wush cayó a las primeras
de cambio, el grupo supo reaccionar e hizo
correr a esos malditos come-flores.
¿Por qué no dejaban a las plantas en paz? Las
flores eran para verlas, olerlas, disfrutar de su
esencia. ¡¡Pero no para comérselas!!
Nunca podría entender como había gente que
sólo se alimentaba de flores y hierbajos varios,
eso era enfermizo. El cuerpo y la mente
necesitaban comer carne, al menos de vez en
cuando para estar en forma y evolucionar.
Un grito devolvió al Semi-orco a la realidad.
Se estaba votando una incursión militar en
Bobostock,una ciudad costera que antaño fue
comercial y hoy en día plagada de esos malditos
hippies de “Alma Humana”.

Luis Celaá Morales. 48 " El Último Dragón"


Allí tenía su sede esa organización. La habían
intentado atacar varias veces pero una brigada
de Semi-elfos la protegía muy bien día y noche.
Se turnaban con un escuadrón de aguerridos
Tralfis muy bien entrenados para ello.
Pero esta vez iba a ser diferente. Un Corazón
Negro se había infiltrado en la ciudad y había
observado al ejército... ¡¡Estaba bajo mínimos!!
La mayoría había regresado a Rimantel o había
desertado ante una inminente batalla. Era una
gran oportunidad.
Bobostock fue una portuaria ciudad muy
importante hasta hace unos veinte años en la
que una epidemia acabó con todos los seres que
allí vivían.
Tras varios años siendo guarida de ladrones,
maleantes y algún otro ser no recomendable;
“Alma Humana” decidió instaurar allí su sede.
Reconvirtieron o expulsaron a quien en ese lugar
encontraron. Luego, con infinita paciencia,
limpiaron, prepararon y fortificaron la ciudad para
que fuera su guarida. No era una ciudad muy
grande pero estaba saturada de gente que
permanecía casi siempre ociosa.
La mayoría de sus habitantes no solían
trabajar mucho salvo para algún ataque
ideológico o para cuidar sus plantaciones y sus
arbolillos frutales

Luis Celaá Morales. 49 " El Último Dragón"


Se podía llegar a la ciudad por el sur a través
del mar. Por el este era más difícil pues un
enorme desierto la bordeaba. Por allí no podría
llegar un contingente muy grande. Se les vería
mucho y era muy aparatoso el desplazamiento
por las arenas de aquel fatídico desierto.
Por el oeste había también mar, pero a
diferencia del sur no había forma de alcanzar la
ciudad. Una enorme e inaccesible pared la se
alzaba orgullosa e imponente desde el mar, tal
era su magnitud que ni los más hábiles
escaladores podrían acceder por allí. Ya lo
habían intentado más de una vez y siempre era
un rotundo fracaso,llegando en ocasiones a
perder estúpidamente la vida.En el norte, estaba
la descuidada carretera que daba el principal
acceso a la ciudad, pero estaba muy vigilada.
Tras varias horas de intervenciones y
discusiones se decidió atacar a la vez por mar y
carretera.
Además, los temibles Corazones Negros
accederían a través del desierto. No serían
muchos pero sí los suficientes como para
sembrar el desconcierto y el caos en la ciudad.
También irían unos pocos Semi-orcos y un par
de Semi-orcos cruzados con Trasgos por la
inaccesible pared Oeste. Tranquilamente, a su
ritmo, y sin prisa irían escalando.

Luis Celaá Morales. 50 " El Último Dragón"


Al estar los soldados ocupados batallando en
el puerto y la carretera no tendrían vigilancia, su
misión sería llegar al polvorín y volarle.
Después tocaba esconderse y descansar pues
estarían agotados los pocos escaladores que
sobrevivieran.
A Himler le pareció bien el plan pero con una
salvedad que exigió pues la consideraba vital
para el éxito de la misión. Primero, partirían los
escaladores y los Corazones Negros para llegar
antes y esconderse cerca de sus accesos.
Luego atacarían por mar con todos los barcos
disponibles y cuando hubieran disparado las
primeras salvas de cañones, los atacantes
terrestres saldrían de sus escondites para
combatir por el otro sitio a la vez.
Comenzaría atacando el ejército por el Norte y
una hora después, los Corazones Negros
intentarían llegar por el desierto, mientras los
escaladores hacían su trabajo tranquilamente.
Todo el mundo ovacionó al nuevo líder. A
algunos, se les había olvidado pronto todas sus
infundadas sospechas. Himler había ganado sus
corazones a base de coraje e inteligencia.
Cuando pararon de aplaudir, Himler organizó
todo. A los Corazones Negros y a los
escaladores les faltó tiempo para partir, pues en
24 horas sería el ataque por mar.

Luis Celaá Morales. 51 " El Último Dragón"


Se organizaron los grupos que irían por mar y
los que irían por tierra. Algunos no soportaban
viajar por el inestable mar, así que prefirieron
hacerlo por tierra. Otros, sobre todo por razones
biológicas y de peso, era obligatorio que viajaran
por tierra, como por ejemplo los Gigantes y los
Minotauros.
Aunque obviamente, debieron salir de la ciudad
de Mensfield por mar, ya que el acceso terrestre
era imposible (aunque éstos sólo fueron hasta
poder hacer pie).
El barco capitán estaría comandado por Dafne.
La segunda valquiria en el escalafón tras la
fajadora Freeza, que como todos sabían era el
ojito derecho de Némesis.
Cada uno de los siete barcos restantes estaría
comandado por un jefe de cada raza “anti-
humana”. Mezzayh, jefa medusa, comandaría el
segundo barco más importante. Dudenai, el
Trasgo, llevaría otro barco.
Ronnel, jefe Minotauro, tendría el honor de
luchar en el primer submarino de la historia del
mundo mágico. Darkwingx, joven vampiro y jefe
de escuadrón iría en otra nao. Taenaris, la cruel
Valquiria que no conocía la piedad, dirigiría otra
nave con Valquirias.
Rowling, la sabia y veterana hada que murió
en Rimantel y fue transformada en la aberrante
Hada-vampiro también se unía a la comitiva.

Luis Celaá Morales. 52 " El Último Dragón"


La última nave sería la de Paolini, un Goblin
más alto e inteligente de lo habitual para los de
su raza, que comandaba una pequeña
embarcación pensada para el transporte de
armas y como lugar para atender a futuros
heridos.
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El mar tembló al ver pasar a un impresionante
ejército de esas características. Formaron un
contingente terrible unidos por un sólo fin:
asaltar Bobostock y destruir de una vez para
siempre a los hippies de Alma Humana, unos
seres con unas ideas tan absurdas que no
merecían seguir existiendo y menos si seguían
ayudando tanto a los malditos humanos.
Cualquier soldado de los que formaba el amplio
contingente hubiera dado los aznarines que
hubieran hecho falta para pagar al que tuviera la
fórmula o la magia capaz de destruir, de una vez
por todas a los absurdos humanos.
Himler organizó los escuadrones que atacarían
con él por tierra. Dos asustadas Tralfis estarían
prisioneras en su comitiva, permaneciendo al
final para ayudar y curar a los heridos en la dura
batalla que se avecinaba, las pobres fueron
capturadas en las inmediaciones mientras
duraba la reunión.

Luis Celaá Morales. 53 " El Último Dragón"


Pese a que el primer impulso fue matarlas,
Himler decidió sabiamente conservarlas con vida
por ser muy buenas curanderas. Haría falta
gente con esos conocimientos pues los pocos de
la gloriosa legión que sabían curar o atender en
condiciones a un herido, o se habían ido en la
Nao de Paolini o permanecerían en la ciudad.
Previendo, astutamente, un posible ataque
enemigo; decidió dejar en la ciudad a bastante
gente como para defender el lugar de cualquier
repentina invasión. Además, hechiceros Goblins
la habían impregnado con un maléfico hechizo
anti-humano.
Eso significaba que ni apestosos Humanos ni
malditos Elfos podrían entrar pues el contacto
con estas razas les hacía en cierto modo ser
medio humanos. Por supuesto, tampoco los
Tralfis podrían entrar por motivos obvios pues
todos tenían ascendencia humana.
Cuando quisieron partir ya era casi amanecer.
La ciudad empezaba a despertar orgullosa con
su trajín diario.
Himler no había dormido absolutamente nada,
pero ni él ni sus vanidosos soldados protestaron.
Todos estaban deseando llegar a Bobostock y
arrasarla.
Mientras daba la orden de ponerse en marcha,
Himler miró a su alrededor y se llenó de orgullo.

Luis Celaá Morales. 54 " El Último Dragón"


Miles de soldados partieron escandalosamente
a la batalla cantando. Muchos de ellos, quizás
demasiados, nunca regresarían de aquella
posible carnicería pero a ninguno les importaba
eso pues sabían a lo que se exponían.
El cielo oscureció ante un ejército de tal calibre
y los animales huían despavoridos mientras
todos ellos iban entonando los primeros
compases de una de sus canciones favoritas:
“ Humanos. Malditos humanos.
Siempre haciendo daño.
Siempre causando dolor.
Humanos. Malditos humanos.
Nunca más lo haréis.
Nunca más lo conseguiréis.
Humanos. Malditos humanos.
Vuestros días llegan a su fin.
Vuestros días llegan a sus noches.
Humanos. Malditos humanos.
Saber que vais a sufrir.
Saber que vais morir.
Humanos. Malditos humanos.
No tendréis escapatoria.
No tendréis Dioses a los que rezar.
Humanos. Malditos humanos. “

Luis Celaá Morales. 55 " El Último Dragón"


VIII. “LA SENTENCIA DE LA DIOSA”
“Aun cuando alguien tiene muchos amigos,
suele haber entre ellos unos pocos, a los que se
quiere todavía más que a los demás”
(Extraído de “Momo”. Michael Ende. 1978)

El silencio se apoderó de la ciudad. Tras horas


de caóticas batallas y de miles de muertos por
ambos bandos, se agradecía el silencio.
Un silencio sólo roto por los lamentos de
aquellos que habían quedado amputados,
malheridos o desfigurados. Entrecortado por
aquellos que habían perdido a un amigo, a un
ser querido o a un compañero de armas.
Némesis miró con rabia a su alrededor, nunca
entendería ese odio atroz que te lleva a matar
sin compasión. ¿Por qué matas a un ser vivo?
¿Por qué desfiguras a alguien a quien no
conoces?
Malditas guerras. Los peones caen al barro de
la batalla mientras los Reyes se revuelcan en
sus caras sabanas en alejadas alcobas
esperando celebrar la victoria. ¿Por qué lucha el
pueblo entre sí mientras ellos se ríen desde sus
protegidos escondites? ¿No entendéis que las
mal-llamadas ideologías son un invento de los
que gobiernan para enfrentaros y que no
penséis?

Luis Celaá Morales. 56 " El Último Dragón"


¡Oh mortales razas! Cuerpos valerosos,
estúpidos de mentes.
Némesis observó con asco al Sacerdote
Celestial que le miraba asustado como una
vulgar comadreja. Ella odiaba a todas las
órdenes eclesiásticas ya que vivían demasiado
bien mientras el pueblo lo pasaba mal. Eran
holgazanes, embusteros, egoístas...
No quería ni pensarlo, porque sólo verlas le
hacía sentirse realmente mal.
“¡Escucharme todos bien y con atención!” -
La voz de Némesis tronó en toda la ciudad.
Todos callaron. Nadie habló, ni siquiera los
heridos se quejaron. Todos prestaron atención.
“Sé que la palabra de los Dioses en los
concilios es ley. Por tanto, hasta que en el
próximo se rebata la verdadera profecía ésta se
tendrá que volver a cumplir”.
Dicho esto, Némesis calló para ver el efecto
de sus palabras entre la gente. Nadie se atrevió
a hablar en voz alta, pero algunos sí se
atrevieron a murmurar con el de al lado sobre lo
que acababa de decir.
Némesis sonrió. Le gustaba que la gente
pensara. No le atraía nada ver a los seres
obedeciendo órdenes sin protestar. Las cosas
estaban para cuestionarlas. Cuando los
murmullos cesaron, la Diosa continuó.

Luis Celaá Morales. 57 " El Último Dragón"


“Escucharme bien, gente que ahora estáis en
Rimantel. ¿Por qué no dejáis de pegaros entre
vosotros y sencillamente vivís en paz? Este
mundo es muy grande, podéis compartirlo entre
todas las razas”-
Cuando la polémica Diosa calló, algunos la
vitorearon y jalearon, otros la pitaron y los
menos la miraron con cara de disgustados. Al
momento, las voces se apaciguaron para
escuchar con atención a Némesis, que se
dispuso a continuar hablando.
“¿De verdad ésto es lo que queréis legar a
vuestros hijos? ¿Queréis darle en herencia un
mundo enfermizo de guerras y odio a otras razas
tan sólo por ser diferentes?”- Sentenció la Diosa
que al instante volvió a callar para ver la
reacción que hacían sus palabras en su público.
Ahora eran más los que aplaudían que los
que criticaban, aunque seguía habiendo muchos
incrédulos. Aún así, siempre que hablaba la
Diosa todos volvían a callar y prestaban
muchísima atención. Nadie tenía el valor de
interrumpirla,ya que eso no se le podía hacer a
los caprichosos Dioses.
“Miraos a vosotros mismos, mirad en vuestro
interior. ¿Os veis perfectos? Ni siquiera los
Dioses lo somos, aunque nos lo creamos.

Luis Celaá Morales. 58 " El Último Dragón"


Se perfectamente de lo que hablo, a nosotros
nos consume la vanidad y el orgullo. Pero hay
que cambiar ésto. Quería que lo entendierais.
A partir de ahora os ordeno que dejéis de
luchar. Que todos os respetéis entre vosotros.
Que las razas apartéis vuestros odios y os
tendáis la mano. He venido de buenas.
No quiero tener que obligar a nadie ni hacer
que lo entendáis por la fuerza. Imagino que
comprenderéis lo que os acabo de decir. Ahora,
volved cada uno a vuestra tierra. Los que os
quedéis aquí, en esta histórica ciudad y sus
alrededores, viviréis en paz y armonía. Yo, la
Diosa Némesis, os lo ordeno.
Para que cumpláis estas órdenes a rajatabla,
desde hoy la curandera y poderosa hechicera
Veena será la gobernanta de la ciudad. Rimantel
estará bajo sus órdenes. No quiero que ésto se
critique ni se cuestione. Así debe ser. Veena
gobernará a todos los ciudadanos, a todos los
soldados y estará por encima de todos los
estamentos.
Ni siquiera el dichoso clero mandará sobre
ella. Aunque esto no les guste a los Sacerdotes
Celestiales, ella tendrá poder de decisión sobre
todas las iglesias y las religiones existentes y las
nuevas que se formen. He dicho mi palabra, la
cual es ley y no se podrá rebatir.”

Luis Celaá Morales. 59 " El Último Dragón"


Todos callaron estupefactos. Se miraron entre
ellos y vitorearon a la Diosa. Hasta los más
escépticos sabían que su palabra era ley.
De repente, dos Sacerdotes Celestiales que
habían estado cuchicheando entre ellos, se
pusieron a gritar groseramente. Poco a poco, se
fueron ganado la atención de todos los
concurrentes que desviaron la mirada hacia
dónde ellos estaban. Hasta la todo-poderosa
Némesis les miró con cara de pocos amigos,
aún así tuvo la paciencia y la educación de
dejarlos hablar. Aunque ella ya sabía que no
iban a decir nada bueno...
“¿Nos hablas de paz y de armonía y nos
impones una gobernanta? ¿Por qué? Tú
marcharás ahora y nos dejarás con nuestros
problemas, luego te volverás a presentar ante
nosotros cuando te apetezca y pedirás justicia.
¿Por qué no nos dejas a nosotros elegir a
nuestro gobernante? ¿Por qué ha de mandar por
encima de nosotros? ¡¡ Encima una Tralfi, no es
justo!!” - Terminó de hablar el sacerdote más
veterano, que encima era humano. Lo dijo
gritando al cielo para ver si alguien le seguía,
pero todos callaron. Ver a una Diosa tan
enormemente grande imponía mucho, pero que
mucho respeto.
Némesis miró al cielo meneando la cabeza.
Estaba contrariada, como quien se enfada

Luis Celaá Morales. 60 " El Último Dragón"


después de haber sido muy paciente con un niño
o un anciano.
“¿Te crees que a mí me gusta hacer lo que
voy a hacer? ¿Acaso crees que disfruto con
ésto? He venido de buena voluntad. Os he dado
explicaciones, pese a que no tengo porqué
hacerlo. He intentado ser razonable, justa y
dialogante pero con vosotros, los eclesiásticos,
es imposible. No atendéis a razones. Vivís
enquistados en vuestro pasado y en vuestras
ideas. Pues bien, actuaré como vosotros. Se
hace así porque yo quiero y punto. Y como
escarmiento al clero...”
Némesis dejó de hablar. La habían enfadado.
Todos se lo imaginaron y se arrodillaron
temerosos de lo que iba a suceder. Algunos
huyeron o se escondieron hábilmente. Todos
sabían que a veces, los Dioses hablaban contigo
pero su paciencia era limitada.
Un estruendo precedió al trueno que lanzó la
orgullosa Diosa desde el dedo índice de su
mano derecha. Los dos Sacerdotes Celestiales
no se habían inmutado, quizás si hubieran
saltado o se hubieran apartado en el último
momento hubieran salvado sus vidas pero no lo
hicieron. El rayo les fulminó terminando con su
egoísta existencia.

Luis Celaá Morales. 61 " El Último Dragón"


Cuando desapareció la fulgurante luz que lo
acompañaba, los sacerdotes ya no estaban,
parecía como si nunca hubieran estado allí.
“Bien. ¿Alguno más tiene otra queja que
discutir o algo que decir? “ Dijo Némesis
irónicamente con la voz resignada.
Todos, sin excepción, aclamaron a la Diosa y
a la estupefacta Veena. La mayoría seguía de
rodillas. Hasta un sacerdote que estaba por allí
se agachó. “Cualquiera protestaba” pensó el
asustado y rechoncho eclesiástico...

Luis Celaá Morales. 62 " El Último Dragón"


IX. “Una nueva nueva gobernanta en la ciudad”
“ El amor. Bendita enfermedad.
Ni comes ni duermes ni reaccionas.
¡Qué bonito es estar contagiado!
¡Y que deliciosa es la cura! “
Vieja canción élfica. XXX siglos antes del hombre.

Fue la primera vez que Veena veía a todo el


mundo agacharse a la vez. Parecía como si
todos estuvieran de acuerdo. Era triste pero no
había mejor correctivo que un poco de violencia
controlada.
A Veena no le gustaba mucho la violencia,
pero reconocía que a la gente parecía que le
sentaba bien. Era como si, a veces, necesitaran
que alguien les mandara; como si desearan que
hubiera otro ser por encima de ellos para
achacarle sus males o pedirle explicaciones y
así no tener que complicarse la vida con
situaciones difíciles.
Némesis había construido en un segundo un
enorme altar en el centro de la ciudad
amurallada. Allí invocó a una confundida Veena
que estaba como en Babia.
Cada acción confundía aún más a los
combatientes. Todos murmuraban. Pero seguían
arrodillados presa del pánico.

Luis Celaá Morales. 63 " El Último Dragón"


“Despertad pueblo, despertad. ¿Os habéis
visto? Pegándose unos a otros. Dañándose con
saña por ser Orco, Humano o Elfo. No seáis tan
patéticos. Despertad pueblo,despertad.”
Todos alzaron la vista de nuevo, pero seguían
de rodillas ante la omnipresente Diosa que había
cesado la cegadora luz. Ahora se había
transformado en una enorme Minotaura de
cuatro metros con una presencia imponente.
“He aquí a Veena. Hechicera entre curanderas.
Sabia entre ignorantes, poderosa entre
mediocres. Ella guiará los pasos de la nueva
civilización, ella os conducirá entre el caos y el
desorden. Rimantel ha visto un nuevo amanecer.
Será un destino universal. Ella os guiará como
vuestra emperatriz y, cuando los impacientes
Sacerdotes Celestiales la preparen para ello,
será nombrada Suma Sacerdotisa que es el
cargo más alto de la Iglesia. Es mi palabra y ella
es ley. Sólo otro Dios podrá rebatirla. Que baje
ahora. Aguardamos un momento, si nadie se
aparece lo que he dicho así será. Levantad y
descansar, pueblo. Vuestras rodillas os lo
agradecerán.”
Sepulcral silencio. Eso fue lo que siguió a las
palabras de la Diosa. Casi todos cambiaron su
postura. Alguno se sentó para estar más
cómodo, pero la mayoría se puso de pie,
expectante para ver si bajaba otro Dios.

Luis Celaá Morales. 64 " El Último Dragón"


Era muy difícil presenciar a un Dios y casi
imposible que te hablara, así que vinieran dos en
un día era...
Parecía como si Veena estuviera en estado
catatónico. Su cuerpo estaba ahí, sentado en
ese imponente trono ubicado encima del altar
pero su mente estaba lejos, muy lejos. Buscaba
a su amado humano, lo añoraba. Necesitaba
volver a verle, abrazarle, besarle...
Deseaba sentirle dentro de ella para completar
su desbocado y desgraciado amor.
Némesis se giró y la miró a los ojos. Palabras
bonitas fueron susurradas al oído de Veena. Con
su peluda mano, agarró el brazo de la hechicera
y la consoló durante un largo rato. Durante un
buen rato pareció funcionar pero Veena se
golpeó con la dura realidad.
Se asustó al ver a Némesis con su taurina
forma. Ésta le explicó rápidamente lo sucedido.
La dijo que, una vez más, confiaba en ella. La
pidió que tuviera paciencia, que pronto vería a
su humano pero que ahora no era seguro,
todavía no.
La maldita legión estaba haciendo de las suyas
en otra parte del mundo y que...
Némesis no pudo terminar de hablar. El silencio
murió arrollado por una enorme jauría aullante.

Luis Celaá Morales. 65 " El Último Dragón"


Una jauría infernal. Sólo escucharles te helaba
la sangre. La Diosa sonrió, sabía quién vendría.
Todos los seres temblaron. Alguno intentó
escapar, presa del pánico fue pisoteado.
Gritaban mientras intentaban huir de un lado
para otro. Se desató un auténtico caos.
De repente se hizo de noche. De la luna bajó
en la infernal figura de una enorme loba, la
todopoderosa Hécate, Diosa entre Diosas.
Temida y respetada hasta por el mismísimo
Zeus. Tras ella una jauría aullante galopaba
hacia la ciudad amurallada. Hasta los cimientos
de Rimantel parecían temblar ante su divina
presencia.
El caos precedió a la violencia. Todos se
empujaban, gritaban querían huir. Algunos lo
consiguieron, otros se escondieron pero la
mayoría aún se pegaba cuando la enorme loba
se presentó ante Némesis. La Minotaura miró
desafiante a la orgullosa Hécate. Eran tan
parecidas que nunca se habían llevado bien,
pero las dos se guardaban una sincera
admiración y un profundo respeto.
Eran de los pocos Dioses justos, vengativos y
sinceros que había, no como el resto que eran
orgullo, capricho y falsedad.
Némesis se cruzó de brazos y sonriendo le
habló a su poderoso igual:

Luis Celaá Morales. 66 " El Último Dragón"


“Vaya, Hécate, qué sorpresa. Me alegro de
que al menos tu me hayas escuchado. ¿Vienes
a felicitarme o es que no te ha gustado mi idea?”
y calló para ver la reacción de su interlocutora.
Ésta emitió un aullido que heló las entrañas de
todos los presentes, la jauría la siguió de forma
similar.
Un pestilente olor comenzó a apoderarse del
patio, parecía que el miedo había traicionado a
muchos de los que se hacían un fétido hueco en
la plaza.
“Némesis. Siempre eres tú. Has revuelto todas
y cada una de las dimensiones existentes.
¿Sabías que has vuelto a enfadarlos a todos?
Tienes un inexplicable don. ¿No se suponía que
teníamos que dejar a las criaturas a su libre
albedrío? ¿No habíamos acordado que sólo
intervendríamos en decisiones menores que no
afectaran a su presente o a su futuro?
¡¡No podemos escoger a sus gobernantes!!
Ellos son los que deben decidir sobre su futuro,
si escogen su destrucción que así sea.
No debemos interferir, Némesis. Te entiendo y
respeto pero no lo hagas o desatarás una guerra
de incierto resultado. Sabes que otros mundos
han desaparecido por cosas mucho más
insignificantes que ésta. Némesis, te pido como
igual, que reflexiones...”

Luis Celaá Morales. 67 " El Último Dragón"


Némesis pensó durante mucho tiempo. Tanto
que algunos seres aprovecharon para huir de la
ciudad, principalmente los asustadizos Goblins y
muchos de los cansinos Duendes. Tampoco los
pocos Humanos supervivientes se quedaron
atrás, ya habían visto demasiados Dioses en un
día. Mejor dicho, ya había visto bastantes Dioses
por mucho tiempo. Pero,tanto Veena como los
Sacerdotes Celestiales, o como la mayoría de
los aguerridos Minotauros e incluso los valientes
Tralfis ni se inmutaron, tan sólo esperaron.
“Está bien, Hécate, agradezco profundamente
que hayas venido de dónde estuvieras para
avisarme. Por cierto, ¿Porqué has bajado de la
luna de éste mundo? ¿Tú no estabas en la luna
terráquea? Bueno, no quiero cambiar de tema.
Sé que la furia de los Dioses no tiene límite
pues yo misma la he desatado en miles de
ocasiones, quizás en demasiadas.
Pero no podía evitarlo, va en nuestra esencia.
Igual que en los seres vivos, salvo excepciones,
están impresas en su instinto algunas básicas
emociones de supervivencia o algunos instintos
más mundanos como el amor.
¿Por qué estamos tú y yo aquí hablando
ahora? ¿Por el amor? No. No es por amor por lo
que estamos dialogando en este sitio. Es por el
odio.

Luis Celaá Morales. 68 " El Último Dragón"


Ese odio que se va introduciendo en cada uno
de nosotros y nos va comiendo poco a poco, que
mata el amor puro de nuestros corazones. Ese
odio que nos transforma en seres vengativos,
crueles e injustos.
Tú bien sabes de lo que hablo, Hécate pues
tuviste que sufrirlo en numerosas ocasiones. Tú
has vivido en el mismísimo infierno y ese maldito
lugar desprende odio por cada sitio que pisas.
Yo sólo quiero frenar el odio para que esta
estúpida guerra pare. ¿Es tanto pedir?
Creo que es la causa más noble a la que sirvo
desde hace años. Puede que pasen eones hasta
que quiera volver a realizar algo tan bello.
No quiero interferir en el libre albedrío. Tan
sólo que no desaparezcan más razas de esa
forma tan absurda . Las Arpías hace bien poco
que paseaban plácidamente por aquí. Hoy son
sólo un recuerdo, unas víctimas prematuras de
ese estúpido fervor.
¿Que los Dioses se enojan por esta tontería
que yo estoy haciendo y no por exterminar una
raza entera? ¿Qué justicia es esa? ¿Con qué
derecho piden que sean adorados?”
Némesis calló después de su magnífico y
elaborado discurso. Miró a la gente que los
observaba. Muchos ya se habían ido. No
quedarían ni la mitad de los combatientes que
habría cuando irrumpió en la ciudad.
Luis Celaá Morales. 69 " El Último Dragón"
Pero todos sonreían satisfechos y algunos se
atrevían a hacerla gestos de conformidad. No
había distinción de razas tanto orcos, como
Semi-elfos, Valquirias o los caprichosos Elfos. A
todos les pareció una gran disertación.
A todos menos a Hécate y a su infernal jauría
que no paraba de aullar y de estremecer hasta
al más osado de los allí presentes.
Ante un gesto de Hécate, todos callaron. Miró
fijamente a los ojos de la minotaurizada Diosa y
le habló.
“Hablas bien, Némesis. La sabiduría fluye por
tus venas como por las de otros corre una
contaminada sangre. Es bonito lo que dices pero
el problema es que a mí no has de
convencerme, sino a los Dioses. Los cuales ya
están bastante enojados por tu constante
intervención en este mágico mundo.
¿Ya olvidaste los siglos de destierro?
¿Ya no eres la misma Diosa que impartía
justicia divina implacablemente?
No vayas de buena conmigo, te conozco hace
eones de tiempo. En cierto modo te admiro y
respeto, de verdad. Si lo piensas es mucho decir
con respecto a mis otros sentimientos a los
demás Dioses, pero creo que ésta vez la has
liado mucho. Sabes que hay algunos Dioses con
los que no congenias.

Luis Celaá Morales. 70 " El Último Dragón"


Creo que te involucras demasiado con nuestras
pequeñas creaciones. Imagino lo que pretendes,
pero creo que no te saldrá bien.
Los Dioses te dan un plazo de dos días desde
ahora mismo, ni un minuto más. Procura no
malgastar el tiempo. No me repliques, sería vano
y fútil.
Me voy a mi nuevo mundo. La luna terráquea
la abandoné hace tiempo, desde que el ser
humano llegó también allí, ya no es lo mismo.
En ésta nueva luna no hay humanos. Pese a
tu devoción manifiesta por ellos, yo los
aborrezco. Son de las peores criaturas que
jamás hemos creado: vanidosos, estúpidos y
encima egoístas.
Procuraré que nunca accedan a mi mundo.
Sabes que cuando digo nunca es nunca. He
creado una nueva raza: los Selenitas. Por ahora,
tienen un corazón limpio aunque imagino que
con el tiempo se les ensuciará como a todas las
razas que aquí te rodean y veneran.
Los Selenitas me adoran de verdad. Les he
creado animales y plantas para que convivan
con ellos y me lo han agradecido de verdad.
Recuerda, poderosa Némesis, que 48 horas
pasan pronto. Quizás demasiado pronto. Te
deseo suerte. Ya nos veremos...”

Luis Celaá Morales. 71 " El Último Dragón"


Y dicho ésto se giró, aulló y se volvió
rápidamente por donde había venido. La jauría
la siguió fielmente del mismo modo.
Tras el escándalo, el miedo y el silencio se
apoderaron de los allí presentes. Némesis les
miró a la cara. El pavor se reflejaba cruelmente
en sus rostros.
Némesis los miró y emitió una mueca de
desprecio. Qué volubles son, pensó. ¿No saben
que a los Dioses les da igual todo? ¿Por qué no
se imaginan que si no es hoy será el mes que
viene cuando, con cualquier excusa, acaben con
ellos?
La Diosa les miró nuevamente y les volvió a
hablar. Les intentó tranquilizar. Por lo menos, les
consoló, les dijo que confiaran en su palabra.
Que se postularan a ella y que les devolvería el
favor.
Unos tímidos aplausos la animaron a seguir
hablando. Continuó hablándoles, les dijo que
desde hoy Veena sería su líder. Que para
asegurarse de ello la mismísima Freeza y su
guardia personal velarían por la seguridad de la
hechicera Tralfi. Desde ese día todas las razas
serían iguales y se acabarían la esclavitud y el
odio en el mundo.
Veena dijo que ese también era su sueño y que
quería verlo cumplido. Prometió luchar hasta el
último día de su vida por conseguirlo.

Luis Celaá Morales. 72 " El Último Dragón"


Una estruendosa ovación aclamadora cerró el
discurso de ambas protagonistas. Todos
corearon el nombre de Veena y el de la Diosa
Némesis. La gente cambió su actitud: se
abrazaban, bromeaban y tiraban las armas
significativamente.
Freeza apareció de la nada y se subió al
estrado. El grupo de Valquirias que la
acompañaba permaneció firme abajo, sin
apenas inmutarse.
Al subir, Némesis la sonrió y la abrazó
cariñosamente, no le importaba mostrarle su
afecto en público, pues era una buena discípula.
A Freeza, emocionada, una lágrima se le resbaló
por la mejilla.
Veena sonreía pues parecía que todo iba a
salir bien. Némesis había ganado una batalla.
No era mucho, pero era un buen comienzo.
No sólo había conseguido que dejaran de
pegarse, sino que además había unido
fraternalmente a las razas.
Era algo bonito de ver. Tras siglos de
estúpidas y ancestrales disputas, este pequeño
incidente era una gran victoria, una luz al final de
un largo pero sinuoso camino.
Pero Veena no era feliz del todo. Su corazón
estaba lejos, muy lejos, tanto que no lo sentía
latir.

Luis Celaá Morales. 73 " El Último Dragón"


Anhelaba el abrazo de su amado. Suspiraba
por verle junto a ella, se moría por una sonrisas
suya. Hubiera matado por escucharle susurrar
palabras de amor, esas palabras de amor que
tanto necesitaba escuchar.
¿Dónde estaría ahora? ¿Estaría bien?
¿La echaría de menos tanto como ella a él?
¿La necesitaría tanto como ella le necesitaba?
Pero los pensamientos de Veena fueron de
repente interrumpidos por la gélida mirada de
Freeza, la imponente Valquiria, ganadora de mil
batallas y luchadora implacable. La miraba con
odio y desprecio. Veena giró la cabeza, parecía
que, precisamente, amigas no iban a ser. Un
largo suspiro se le escapó..

Luis Celaá Morales. 74 " El Último Dragón"


X. " Adiós, Leganés "
"El hombre. Menudo tema de conversación.
Es la raza más engreída que nunca
crearon los Dioses. Altivos, soberbios, egoístas.
Pero tienen cosas buenas.
A veces, la testarudez
combinada con el amor puede llevar
a que hagan cosas buenas..
Pero sólo a veces...!
Diosa Hémera. II Concilio

Estaba tan desesperado por volver al mundo


mágico que ya no sabía qué hacer para
regresar. Había quedado bien claro que en mi
querido Leganés natal ya no pintaba mucho. Mi
antigua novia se había casado con un Hippy
moderno que se suponía que era mi mejor
amigo, como en las películas, vamos.
Mis otros "mejores" amigos o se habían casado
o sencillamente se habían ido de la ciudad.
Tras una bienvenida aceptable me dieron de
lado sin ningún tipo de disimulo, creían que me
había vuelto loco o algo peor.
Siempre me ponían excusas pobres para no
quedar conmigo.

Luis Celaá Morales. 75 " El Último Dragón"


La más triste y habitual era utilizar a su hijo
pequeño como referente: "Hace mucho frío para
bajar con él", "Como se acuesta pronto", "No voy
a ir con él hasta ahí ahora", etc..
Con los compañeros y amigos del fútbol
pasaba otro tanto. Parece ser que los meses
que siguieron a la consecución de la copa del
Rey de fútbol fueron muy buenos, hablando
deportivamente, claro.
Lo mejor que nunca le había pasado a mi
Club Deportivo Leganés. El estadio se
abarrotaba horas antes de los partidos, Butarque
era una olla a presión. Los equipos rivales salían
temerosos al ver a la gente animando sin
descanso durante los 90 minutos.
Además, la comunidad de Madrid ayudó al
club con dinero. Se pudo ampliar el estadio al
doble de su capacidad.
Todo ello hizo que el Lega subiera a 1ª División
y estuviera un par de años jugando en la
máxima categoría, pero al bajar a 2ª División la
gente comenzó a abandonar el club. Ya no
jugábamos en Europa, ni siquiera en la primera
división.
Muchos jugadores buenos se cambiaron de
club atraídos por el irresistible olor del dinero,
aunque algunos, como el veterano y fiel capitán
siguieron jugando en el club con el que se ganó
la copa y se subió a primera división.

Luis Celaá Morales. 76 " El Último Dragón"


Para él era un auténtico orgullo defender la
portería de éste mítico equipo que desde la
ruinosa 2ªB consiguió ganar un título y jugar en
Europa.
Lamentablemente,eran muy pocos los que
pensaban así. Cuando volví a Leganés después
de mi aventura de la verdadera profecía todo
ésto ya había pasado.
Yo creía que habían pasado días pero fueron
muchísimos meses, demasiados, tanto que la
relación con todo el mundo se fue enfriando
hasta que acabó.
En cambio, mi amor puro por Veena seguía
ardiéndome por dentro. De cada dos
pensamientos diarios, dos estaban relacionados
con ella. Estaba demasiado enamorado para
pensar en otra cosa, así que hice una mochila y
me fui.
Gracias a los piques continuos entre las
compañías aéreas de bajo coste, volar era lo
más barato, así que yo y mi flamante portátil nos
recorrimos medio mundo buscando algo. Una
puerta o alguna criatura mágica que me ayudara
en mi obsesión.
Katmandú, Pekín, Tokio, Seúl, Mogadiscio,
Libraville, Goiás, Buenos Aires, Ottawa, Oslo,
Brujas, Vitoria/Gasteiz, San Juán de Luz...

Luis Celaá Morales. 77 " El Último Dragón"


Nada. Tanto esfuerzo para nada. Estaba claro
que hasta que ellos no quisieran no había nada
que hacer.
Lo que no se imaginaban es con quien
estaban tratando. Tengo muchos defectos. Uno
de los más acusados es que soy un cabezón
nato. Si digo algo va a misa. Quería encontrar un
portal mágico y no iba a parar hasta encontrarlo.
Veena, Manistrán... Puede que necesitaran mi
ayuda en esa guerra que se avecinaba. Bueno...
¿Avecinaba? No. seguro que ya habría
terminado por que con el tiempo que estaba
perdiendo aquí viajando de un lado para otro,
seguro que allí habrían pasado meses o.... ¿Era
al revés?
Afortunadamente, tenía bastante dinero en el
banco. Llevaba tanto tiempo sin tocarlo que
cuando volví, increíblemente, me dio hasta
intereses. Por esa parte no tenía problema.
Pero, por sí acaso puse un anuncio por internet
y vendí lo mejor que tengo, además de mi
intelecto: mi cuerpo. Ahora que sabía que
existían los Dioses (antes era un agnóstico
recalcitrante) les daba las gracias todos los días
por mi increíble y cegador atractivo físico.
Antes era atractivo y tenía buen cuerpo, sin
embargo desde que regresé había mejorado
bastante,mucho diría yo.

Luis Celaá Morales. 78 " El Último Dragón"


No sabía el motivo de mi mejoría pero era
tangible. Era habitual que muchas mujeres (y
algunos hombres...) se giraran por la calle para
contemplarme y hasta para decirme cosas
obscenas que aquí no reproduzco por si algún
niño lee el libro.
Decidí sacar partido de este inesperado regalo.
Me convertí en un gigolo de lujo. Al principio,
probé bailando en clubes donde se hacían
"streap-tease" masculinos y fiestas particulares
pero lo tuve que dejar porque las mujeres
mayores cuando se emborrachaban se ponían
muy pesadas y no dejaban en paz a mi pobre
miguelito.
Opté por progresar y convertirme en ser gigolo
de lujo. Escogía a mi clientela por internet.
Aparte de que me gustara la muchacha (y fuera
millonaria) buscaba mujeres que se sintieran
atraídas por la magia, lo oculto o lo esotérico.
Quizás alguna tuviera algún amuleto que
funcionara de verdad y me atrajera alguna
criatura mágica o descubriera algún portal. Haría
lo que fuera por volver, sin importarme el qué.
Mi amor imperecedero por Veena me estaba
matando, cada día que pasaba sin verla me
moría un poco más.
Una lluviosa mañana, mientras estaba
navegando por internet desde un hotel en
Cancún, recibí un extraño mensaje.

Luis Celaá Morales. 79 " El Último Dragón"


Alguien, que decía llamarse Soraya, quería
contactar conmigo. ¡Vaya!
Decía que sólo practicaría sexo conmigo si
luego hacíamos una misa satánica. ¿Misa
satánica?
Me pareció una imbecilidad y borré el mensaje.
Después me metí en la ducha pensando a que
lugar iría en mi próximo viaje. No llevaba ni diez
minutos con el aseo cuando un impertinente
sonido telefónico me interrumpió.
Era tan pesado que finalmente tuve que
cogerlo. Una sensual, dulce y hechizante voz
femenina me preguntó mi nombre por el
auricular. Me contó que se llamaba Soraya y que
o bajaba en quince minutos a la recepción del
hotel o subía ella a la habitación 666 en la que
me alojaba.
La pregunté cómo sabía cuál era mi habitación
y me contestó con una risa de malvado de
película mala que ella también tenía sus
habilidades.
A los diez minutos ya estaba saliendo por la
puerta de mi habitación pensando en como sería
la tal Soraya. Tenía una voz muy sensual, quizás
si estuviera buena podríamos... No.

Luis Celaá Morales. 80 " El Último Dragón"


Yo no haría una misa satánica. Quería
encontrar un portal, pero al Mundo Mágico no a
los malditos infiernos.
No quería saber nada de los Dioses Satánicos.
Lo que me faltaba, con la suerte que tengo,
seguro que algún Súcubo pesado se cambiaba
de mundo y me perseguía. ¡Hasta ahí podíamos
llegar!
Al llegar a la recepción sólo había cuatro
personas en toda la entrada del hotel: un señor
mayor, pero que muy mayor pues al pobre le
temblaba hasta la corbata, que estaba leyendo
la página de deportes de un periódico local; una
pareja de mujeres "mega-pijas" pero que tenían
un cuerpo impresionante y una chica muy
atractiva y algo entrada en kilos.
Me acerqué a la pareja de mujeres que
estaban sentadas en dos sofás hablando de
cosas muy importantes para ellas, como sus
compras o la laca para sus uñas, y me senté
enfrente. Daba por hecho que alguna de las dos
"Hilton" era mi misteriosa Soraya.
Puse la mejor de mis miradas, carraspeé y las
guiñé un ojo, pero no me hicieron caso, es más
al rato se levantaron y se fueron. Grité el nombre
de Soraya pero ni me miraron.

Luis Celaá Morales. 81 " El Último Dragón"


¿Cómo era posible que no me hubieran mirado?
¿A mí? ¡¡Nunca me había pasado nada igual!!
Por detrás mío alguien me golpeó en el
hombro. Era la chica rellenita preguntándome
con su femenina voz que sí ya había dejado de
hacer el imbécil hablaría conmigo.
No supe que contestar. Así que me dediqué a
observarla. Era muy guapa. Tenía unos enormes
ojos azules que embellecían su oronda cara.
Eran como dos océanos de misterio, unos ojos
profundos en una hermosa cara.
Además, tenía un generoso pecho que
resaltaba aún más en su ajustado corpiño negro.
Estaba gordita y era realmente atractiva.
Ante tal demostración de estupidez, Soraya
clamó al cielo y suspiró. Murmuró algo sobre
Hécate y se marchó sin decirme ni adiós.
¿Hécate? Pensé. ¡¡La Diosa del infierno y la
luna!! ¡¡La descendiente de los poderosos
Titanes!!
Me levanté presurosamente y la detuve. La
pregunté, muy estúpidamente, sí con Hécate se
refería la Diosa y ella me contestó que sí.
Me parecía imposible que aquella heavy
satánica se hubiera puesto en contacto con
Hécate, pero ¿y si hubiera sido al revés?

Luis Celaá Morales. 82 " El Último Dragón"


¿Y si Hécate traía algún mensaje para mí desde
el otro mundo?
Llevaba tanto tiempo esperando ésto que no
podía dejarlo escapar así que le pregunté por lo
que tenía que hacer para contactar con la Diosa.
Ella me miró de arriba abajo y sonrió
perversamente.
- Ya te he contestado a eso. Te lo escribí en
un email que sé que has recibido. Ella quiere
que ésta noche hagamos una misa satánica y
contactemos con ella, es la única forma que
conozco de abrir un portal con una Diosa
demoníaca. Pero para ello, antes debes hacer el
amor conmigo. Toma mi dirección. A las nueve
te quiero ver allí... - Y se marchó sin despedirse
depositando en mi mano un trozo de algo que
parecía ¡piel humana!.
Lo abrí con el máximo cuidado posible y allí
había una dirección escrita. Suspiré y pensé, de
nuevo, en mi amada Veena y en que éste era el
único método para llegar hasta donde estuviera.
Esta vez no la iba a fallar.

Luis Celaá Morales. 83 " El Último Dragón"


XI. " Bobostock tiembla"
"Aquel amanecer no había sido hermoso.
Las nubes se tiñeron de sangre.
Al cantar de los pájaros le sustituyó
el estruendo de las máquinas de guerra.
No. No fue un buen amanecer"
(Primera guerra élfica por el control de las minas
contra los enanos)

Otro día más se levantaba en la nueva ciudad


de Bobostock. La noche anterior, como la
mayoría de ellas, había pasado factura a sus
habitantes. Pocos se habían levantado temprano
para ir a trabajar o para su turno de guardia, y
los que sí lo habían hecho estaban resacosos.
No estaban en condiciones óptimas para currar.

En estos días no había mucha gente viviendo


de forma permanente en la ciudad. Muchos se
habían ido al "Festival de la Margarita Pocha",
un bonito evento que se celebraba en una
cercana población llamada Villahayedo.

Luis Celaá Morales. 84 " El Último Dragón"


Con la excusa del festival de música, la ciudad
se llenaba de seres dispuestos a estar una
semana drogándose con hongos caducados o
buscando la forma de procrear con otros seres,
muy especialmente las Trasgos hembras que
buscaban desesperadamente mezclarse con
otras razas para continuar con la especie.

En Villahayedo hay una tregua permanente


entre razas, aunque haya una guerra fuera de la
ciudad, dentro están prohibidas las armas y
reina la paz.

Cientos de Gigantes, encargados de la


seguridad, velan esa semana por la tregua.
Cuando surge una riña o pelea, los Gigantes la
solucionan llevándose a los contendientes a las
afueras de la población engulléndolos.

Así se acaba con el problema fácilmente. La


solución es devastadora pero funciona ya que no
suele haber casi peleas, salvo los goblins que
cuando se ponen borrachos se dedican a poner
trampas a la gente...

Luis Celaá Morales. 85 " El Último Dragón"


En las murallas que dan acceso por el norte no
se oía ni un sólo ruido aquella mañana. Pese al
increíble sentido del oído que poseían los elfos,
por mucho que se concentraran los pocos que
quedaban en las murallas vigilando apenas oían
algún insecto volar. No había más ruidos.

Antiguamente, había muchos Elfos en la


organización de "Alma Humana", casi tantos
como humanos; los cuales también abundaban.

Pero los Elfos son caprichosos, vanidosos y


egoístas. Al principio les hacía gracia la idea de
estar en la organización. Además, les gustaba
matar Orcos o Goblins con la excusa de ayudar
a la liberación del ser humano pero con el
tiempo, al no haber gente que les idolatrara o al
repetirse las mismas acciones, se aburrieron y la
mayoría se fue.

Algunos volvieron a Rimantel, otros se fueron


a Villahayedo a encargarse de organizar la
defensa de esa ciudad, pero la mayoría se fue a
otras tierras más lejanas. Los pocos que
quedaron en Bobostock se dedicaron a
organizar el ejército.

Luis Celaá Morales. 86 " El Último Dragón"


Desde entonces, estaban muy atareados, ya
que la defensa se había quedado bajo mínimos.
Nunca había estado tan desguarnecida la
ciudad.

Sus cómplices naturales, los Semi-elfos, a


veces les seguían y les obedecían pero, en otras
ocasiones, se dejaban llevar por su lado humano
y se emborrachaban o se iban con profesionales
del sexo (o con vulgares humanas o con las
cotizadas Tralfis, señoras de la pasión. Dicen
que quien ha conocido una Tralfi en la cama no
puede pensar en otra cosa, pero seguro que son
habladurías...)

Los Elfos habían organizado la defensa de la


ciudad con los pocos "soldados" que les
quedaban disponibles, pues la mayoría de se
habían ido al Festival y otros habían desertado
cobardemente ante las noticias de un ataque
sobre Rimantel. Se habían asustado al pensar
que si atacaban la bonita ciudad amurallada por
qué no iban a hacer lo propio con Bobostock que
era bastante menos poderosa...

Luis Celaá Morales. 87 " El Último Dragón"


Antes de llegar a la ciudad, en la costrosa
carretera, había dos puestos adelantados de
vigilancia: uno a 700 metros de la ciudad,
defendido en turnos de ocho horas por humanos
y otro a 350 metros, defendido por elfos en
turnos de 12 horas.

Sí dejabas atrás los dos puestos y antes de


llegar a Bobostock te encontrabas con dos
impresionantes torres de granito flanqueaban los
accesos a unos diez metros de la enorme puerta
de hierro. En esas torres, también había Elfos,
unos arqueros excelentes esperando el
momento de disparar su míticas flechas,
conocidas en todo el Mundo Mágico, como
"rompe-huesos".

La muralla que defendía la etílica ciudad


llegaba desde el Oeste, dónde una natural
montaña de piedras protegía ese acceso hasta
el sur. Semi-elfos y Elfos se encargaban de
vigilar la enorme muralla.

En cambio, el sur era diferente. Un enorme


puerto estaba protegido por dos pequeñas
murallas:

Luis Celaá Morales. 88 " El Último Dragón"


La Oeste, guarnecida por Tralfis y la muralla
del este que estaba controlada por humanos o
por Gólems de piedra (seis que habían sido
capaces de "fabricar" los hechiceros, eran los
que se mezclaban con los humanos.

A pesar de todas las precauciones, los Elfos


estaban bastante preocupados, ya que andaban
muy mal de efectivos. Había menos de 200
seres vigilando las murallas cuando, por norma,
solía haber más del triple.

Además, en la reserva no había ni cien


soldados descansando, lo cual eran cifras
irrisorias. Algo les decía que habría un inminente
ataque.

No había pasado ni media hora de tranquilidad


cuando unos lejanos gritos y ruidos como de
pequeña lucha asustaron a los guardianes de la
puerta norte. Algo estaba pasando...

- ¡¡¡El puesto adelantado humano ha caído!!!


¡¡¡Está ardiendo!!!- Gritó un Elfo desde la torre
izquierda de vigía.

- ¡¡Pero no vemos al enemigo!! - Gritaron


desde la otra torre.

Luis Celaá Morales. 89 " El Último Dragón"


- ¡¡Doblad la vigilancia en las torres y mandar a
alguien al otro puesto adelantado a prevenirlos!!
- ordenaron desde la torre norte. De repente, un
Tralfi vino corriendo para hablar con el capitán
Elfo, el pobre no podía ni respirar con algo de
tranquilidad.

El Elfo le ordenó que se sentara. Alguien le


trajo agua y después de beber les contó que
habían divisado siete enormes embarcaciones a
lo lejos que parecían barcos de guerra.

El capitán Elfo se imaginó lo que les iba a


suceder. ¡¡Un doble ataque de la 56 ava
Legión!!. Ordenó al Tralfi que volviera a su
puesto, pero que antes pasara a avisar al
ejército en la reserva, a los que estaban
descansando.

También le pidió que hablara con algún mando


élfico para que organizaran una defensa en la
ciudad con los "civiles" disponibles (o sea con la
gente que estaba en el pueblo...)

El Tralfi volvió a irse corriendo para obedecer


las órdenes, junto con dos elfos, por si acaso.

Luis Celaá Morales. 90 " El Último Dragón"


Apenas se fue el pequeño grupo cuando
nuevos gritos y ruidos precavieron a los
defensores de la ciudad.

El siguiente puesto adelantado había caído, la


batalla sería inminente. El capitán Elfo comenzó
a dar los preparativos para la defensa, mucho se
temía que esta vez no iba a ser tan fácil repeler
el ataque como en otras ocasiones.

Las Arpías habían sido exterminadas y ahora


aquellos seres reclamaban venganza. Iba a ser
muy difícil frenarles. Desgraciadamente, la
sangre iba a correr a raudales...

Luis Celaá Morales. 91 " El Último Dragón"


XII. "Ordenanza sacerdotal"

"¿Aún no sabes lo que te está pasando?

Estás enamorado. Mas no temas, aunque

el amor es una rara enfermedad.

Cura y mata al mismo tiempo. "

Escrito en una Tablilla de Arcilla. Encontrada


cerca de la Casa de las Tablillas de Ur. Antigua
civilización Sumeria.

Rimantel fue recuperando poco a poco la


normalidad. Había muchísimo trabajo por
delante y Veena fue organizando grupos para
adecentar la ciudad.
La hechicera observó como Némesis estuvo
hablando un buen rato a solas con Freeza, lo
cual no le gustó nada.
Su instinto parecía avisarle y hasta ahora no le
había fallado. Algo le decía que no se fiara nada
de Freeza, de hecho, no se fiaba de ninguna
Valquiria. Era una raza de mujeres demasiado
orgullosas y prepotentes.
Además de valerosas, afortunadamente para
ella, eran muy fieles a Némesis.

Luis Celaá Morales. 92 " El Último Dragón"


Nunca le discutían una órden aunque sus
propias vidas estuvieran en juego.
Némesis se despidió de la gente, no sin
advertirles, que estaría siempre vigilando la
ciudad y su evolución. Además, les previno,
avisándoles de que castigaría duramente
cualquier traición contra ella o contra Veena.
Para que no se olvidara este día, ordenó a los
sacerdotes que mandaran esculpir una enorme
estatua en el centro del pueblo con los tres
poderes de la ciudad: Veena, el civil; Freeza, el
militar y Némesis, el poder divino.
Antes de irse le dijo a Veena que Freeza se
encargaría del ejército, que pronto vendrían más
valquirias, con ellas y los Tralfis la ciudad estaría
a salvo.
Habían quedado vivos pocos Elfos y Semi-
elfos, pero ninguno puso ni una pega al respecto
ya que estaban demasiado cansados para
protestar.
Para despedirse, la Diosa, le habló de las
ordenanzas sacerdotales. Veena dijo que no las
conocía.
De la nada apareció un Sacerdote Celestial
que le suplicó a Némesis que aún era pronto
para someterla a dicha prueba, que por favor
esperara.

Luis Celaá Morales. 93 " El Último Dragón"


Némesis se fue diciendo que debía de ser esa
noche, que se preparara bien pues vencer a una
Esfinge no era nada fácil y mucho menos
derrotar a una Quimera.
Veena no pudo más que emitir un pequeño
grito de pánico ahogado por las tareas de
reconstrucción y los gritos de la gente, que poco
a poco, volvían a sus casas.
El miedo la paralizó mientras veía como
Némesis se desvanecía, sin dar más
explicaciones. ¿Quimeras? ¿Esfinges? le
temblaba el cuerpo sólo de pensarlo.
Poca gente había vencido a ambas. Tan sólo
Edipo derrotó una vez a una Esfinge, es más
creía que no había más Esfinges.
Tampoco sabía que hubiera más Quimeras, ya
que la única que ella conocía fue derrotada por
Beloforontes o, al menos, eso le habían
enseñado en la asignatura de "Historia Humana"
de la que era una amplia conocedora.
El Sacerdote Celestial estaba como ido.
Parecía como si observara el trajín de la gente
que se dedicaba a retirar heridos y muertos o a
los que empezaban a levantar los muros
derruidos. Pero la verdad es que no miraba a
ningún sitio. Sólo intentaba recordar el tiempo
que hacía que nadie le debía superar esa difícil
prueba.

Luis Celaá Morales. 94 " El Último Dragón"


Veena le llamó por tres veces. Hasta que, por
fín, a la cuarta consiguió atraer su atención. Le
preguntó qué era eso de las ordenanzas
sacerdotales y que para que servían.
El eclesiástico respiró profundamente y se
tomó su tiempo para responder. Cuando volvió a
hablar le pidió a Veena que mejor se fueran a un
sitio más tranquilo para no ser molestados.
El religioso le sugirió el antiguo despacho de
Sennier (más que nada porque tenía la
particularidad de estar insonorizado y además
era muy amplio y cómodo).
Ella aceptó sin pensarlo dos veces y se
encaminaron hacia el lugar dejando a Freeza al
cargo de la situación, ella le replicó que sin
problemas aunque su fría y siniestra mirada
pareciera indicar lo contrario.
En el corto trayecto hacia el despacho, Veena
no pudo más que recordar a Sennier. Lo bueno
que había sido con ella cuando la encontró
siendo una niña, los buenos ratos que habían
pasado juntos, las risas bromeando sobre el
futuro, las continuas bromas... ¡¡Que bonita es la
ignorancia!!- Pensó Veena melancólicamente.
Llegaron al cuarto que estaba cerrado a cal y
canto. Parecía imposible entrar. La Tralfi le pidió
al buen sacerdote que se echara hacia atrás.

Luis Celaá Morales. 95 " El Último Dragón"


Con un sencillo hechizo, recitado en un
ancestral e incomprensible lenguaje, la bella
hechicera consiguió que la puerta se abriera sola
de par en par sin ningún problema.
Al entrar en la luminosa estancia, lo primero
que observaron fue el cuerpo sin vida en el suelo
de un Tralfi gordito. Demasiado gordo para ser
soldado, pensó Veena mientras pasaba por
encima de él preguntándose por lo que le habría
sucedido a Sennier.
La Diosa le contó que Sennier no era cómo
ella creí, que era un ser cruel y egoísta. Antes de
que pudiera responderla le dijo que obtuvo su
merecido.
Némesis se negó a volver a hablar del tema
pese a sus requerimientos por lo que Veena
supuso que el gran Sennier habría muerto, pero
aún así quería que se lo confirmaran.
Quiso sentirse triste. Deseó llorar por lo que
había sido para ella. Pero no pudo, tan sólo se
quedó en blanco.
El sacerdote la sacó de sus pensamientos
hablándola de Sennier. Los Sacerdotes
Celestiales eran seres curiosos, a veces
demasiado, lo cual les había llevado en más de
una ocasión a pasar algunos apuros.
Podrían ser de cualquier raza pero tenían algo
en común: poseían como un sexto sentido.

Luis Celaá Morales. 96 " El Último Dragón"


A veces daban miedo, era como si le hubiera
leído la mente a la curandera Tralfi.
El sacerdote le contó que Sennier no era como
ella y otros muchos creían, ya que este tenía dos
caras: Una para el público y otra hacia sus
soldados, que era su verdadera cara. Le dijo que
era ambicioso, mezquino y despiadado, nada
que ver con el Héroe que todos solían ver en él.
Aunque era muy bueno con las armas y sobre
todo, con la estrategia militar; era malo con el
corazón y la lengua. Gracias a los Dioses
encontró su merecido, alguien se encargó de
acabar con él. El creyente le pidió perdón por lo
que le había dicho, pero él pensaba así, al igual
que otros muchos.
A Veena se le quedó cara de tonta. Pese a
que se lo imaginaba, no era lo mismo que
saberlo. Ahora sí que se pudo tristona. Una
solitaria lágrima se la escapó por la mejilla.
El hábil sacerdote, para cambiar de tema y no
verla tan triste, le empezó a contar lo que ya
sabía de la Esfinge y la Quimera. Le contó que
en la antigua Grecia humana sólo existieron uno
de cada especie, aunque en otros mundos sí
que existían o existieron cientos de Esfinges y
miles de Quimeras. Los Dioses los crearon para
castigar a las razas que se pasaban de crueles o
soberbios, aunque hubo un tiempo en el que
cayeron en el más discreto de los olvidos.

Luis Celaá Morales. 97 " El Último Dragón"


Actualmente, le siguió contando el religioso a
la atenta Veena que no perdía detalle de lo que
la explicaban, sólo son sacados de sus mundos
para someter a alguien a algún tipo de prueba.
Una de esas pruebas es la ordenanza
sacerdotal. Como bien sabes, a nosotros nos
escogen desde niños. Si alguien ve en nosotros
algún rasgo especial, algo que indique nuestro
famoso sexto sentido, necesario para ser
sacerdote, nos escogen para instruirnos.
Pero sólo podemos ser escogidos hasta una
cierta edad. Aunque tú eres joven, resultarías
demasiado mayor para ser de los nuestros. Por
eso protestó uno de mis hermanos.
Sé que tú no lo has pedido, pero Némesis así
lo reclamó por ello debes hacerlo, aunque no te
guste o no quieras. Eso da igual.
El ferviente creyente calló unos segundos
para comprobar la reacción de Veena. Ella no
supo que responder. Abrió la boca pero la volvió
a cerrar. Para decir tonterías, mejor callarse
pensó la Tralfi. Así que el eclesiástico continuó
su explicación sin mayor dilación.
El único método, continuó explicando el buen
eclesiástico, para ser ordenado sacerdote siendo
ya adulto es el de las ordenanzas sacerdotales.
La prueba consiste en tres fases. En la
primera, un Dios o el Sumo Sacerdote te eligen
por tu indiscutible capacidad para ello.
Luis Celaá Morales. 98 " El Último Dragón"
Tu, Veena, aunque no lo sepas tienes ese
sexto sentido, eres especial. Sennier lo sabía y
te apartó de nosotros para que no pudiéramos
guiarte y enseñarte.
Aún puedes venir con nosotros. No te
preocupes ni te asustes. No te pedimos castidad
ni otros sacrificios, como en otras religiones.
Puedes amar a alguien, incluso sí es de otra
raza.
Con la única condición de que ese amor sea
sincero y eterno. Es lo único que pedimos.
Tu sabes que tienes algo que te diferencia del
resto de los Tralfis. Hueles el peligro, sabes
dónde está el amor, cuando un objeto se pierde
lo encuentras fácilmente como sí el objeto te
"llamara", puedes ver el interior de todas las
personas... Aunque Sennier te cegara, eres muy
capaz de ésto ... y más.
Eso es el sexto sentido. Por eso eres especial y
por eso ya has pasado la primera fase, Némesis
te ha escogido. Ahora te explicaré cómo has de
pasar las otras dos duras pruebas. Presta
atención, por favor porque tu vida y tu futuro
dependen de ello...

Luis Celaá Morales. 99 " El Último Dragón"


XIII. "Soraya"

"Demasiadas veces juzgamos a los demás


por su físico, su vestimenta o su clase.
La mayoría de esas veces
hacemos una valoración equivocada"
(El abuelo del protagonista, a su nieto hace años)

Tumbado en el suelo me estaba acordando de


Bella. Nunca me enamoré de ella ni la quise.
Tan sólo me gustó por el físico espectacular que
tenía. Pero nunca podré olvidarla. Quizás hasta
la sesión de hoy,lo que tuve con ella había sido
la mejor sesión de sexo de mi vida.
Hasta hoy, claro. Las horas que había estado
practicando con Soraya la habían superado en el
"ranking" con creces. ¡Qué fogosidad!
¡Oh Dioses! ¡Qué dulzura! ¡Qué placer!
La verdad es que no se como pude aguantar
tanto tiempo, aunque últimamente había
mejorado bastante gracias a mis últimos
"trabajitos". Había tenido sesiones geniales pero
lo de Soraya fue increíble. Ella sí que supo
guiarme por las diferentes sendas del placer, me
hizo tocar el Nirvana.

Luis Celaá Morales. 100 " El Último Dragón"


Cuando finalmente alcancé mi techo particular
del éxtasis, lo que sentí fue inenarrable. Hay que
haberlo vivido para imaginarlo.
Soraya no me decía nada, tan sólo me miraba
y me sonreía. Esa maravillosa sonrisa cómplice
me hacía sentir mejor aún. parecía que ella
también había disfrutado de mi trabajo.
No sé el tiempo que pasamos descansando
tumbados en el suelo de aquel oscuro y sucio
almacén al que apenas llegaba la luz por una
vieja claraboya superior. La iluminación mejoró
bastante gracias a que estábamos en el centro
exacto de un círculo mágico pintado con algo
rojo en el suelo parecido a la sangre y rodeados
por 666 velas negras. No. No las conté, me lo
dijo Soraya.
Lo primero que pensé es que la gente tiene
demasiado tiempo libre y poca imaginación en
emplearlo para ayudar a los demás.
- Ya es suficiente. ¡Levantémonos, rápido!
Acompáñame que se acerca la hora...- bramó
sorprendentemente mi compañera que se había
puesto en pie de un prodigioso salto.
- Pero... ¿No vas a dejar que me duche y me
vista? ¡¡¡Estoy sucio y sudado!!! - La protesté
enérgicamente, pero ella me tiraba del brazo
para que me levantara.

Luis Celaá Morales. 101 " El Último Dragón"


Haciendo un esfuerzo titánico me levanté del
sitio que nunca podría olvidar por el placer que
me habían proporcionado.
Al levantarme y observarla, yo y Miguelito
reaccionamos con alegría, después de acariciar
su generoso trasero e intentar recordar el tacto
de su abundante pecho mientras le iba a
proporcionar uno de mis espectaculares besos
(conocidos en varios lugares del globo terráqueo
por algunas afortunadas).
Pero fui interrumpido de mi bonita acción
bruscamente por su delicada pero contundente
mano a la vez que retiró su cabeza mientras me
miraba con una extraña cara mezcla de asco y
sorpresa...
-¿Estás tonto o es que no has entendido nada
de lo que ha pasado? ¡Tan sólo hemos hecho el
amor y punto! Vale, me ha gustado y lo pasé
bien. ¡Pero, ya está! - Me abroncó Soraya, ante
mi incrédula mirada.
- Lo he hecho porque me apetecía y por que
era necesario para invocar a Hécate. La infernal
y sublime Diosa no se aparecerá en éste jodido
mundo si no hacemos todo bien, paso por paso.
El primer requisito era que dos humanos jóvenes
practicaran el amor durante horas, dentro de un
círculo rodeado de 666 velas y pintado en el
suelo con sangre de...- comenzó a explicarme la
enigmática Soraya.

Luis Celaá Morales. 102 " El Último Dragón"


- ¿Qué? ¿Me estás diciendo que esa pintura
del suelo era sangre? ¡¡¡Estás enferma!! -
Protesté indignado a mi interlocutora a la que no
pareció importarle mucho que la interrumpiera,
era como si lo estuviera esperando.
Soraya comenzó a reírse levemente y acabó
partiéndose de risa de forma exageradamente
sonora. Jamás, en mi larga vida, había visto
reírse a nadie de esa forma tan contundente.
-¿Eres imbécil o qué? ¡Pues claro que es
sangre! ¡Sangre de cabra para ser más exactos!
No se porque motivo, pero es la que mejor
funciona en estos casos. Y no me vengas ahora
de hippy defensor de los animales porque es lo
que hay. Las dos únicas formas de que vuelvas
al mundo al que tantas ganas tienes de ir son:
una, que ellos te necesiten cuando ELLOS
quieran o que ELLOS lo necesiten, no cuando a
TI te apetezca o dos, de esta peculiar forma.
Para ello harás TODO exactamente como yo te
diga y si no lo dejamos como está. Me visto y me
voy. Y aquí te quedas tu con las sacras ganas
de volver a ver a tu amada de las narices ¿Ha
quedado claro? ¿Lo has entendido bien?- Me lo
dijo de forma tan potente y remarcando tanto las
palabras adecuadas que me dio miedo
contestarla así que ni siquiera abrí la boca;
aunque me quedé con las ganas de saber como
sabía de mi desesperación por volver a mi
añorada amada ¿Cómo lo sabría?
Luis Celaá Morales. 103 " El Último Dragón"
A partir de ahí todo sucedió muy deprisa.
Desnudos los dos pasamos a una sala contigua.
Allí me sobresalté al entrever a una cabra
muerta y degollada salvajemente en el suelo,
pero no me atreví a protestar.
Soraya me agarró de la mano y a oscuras me
guió hasta una enorme pila que estaba rellena
de un extraño líquido que me estaba temiendo
que conocía demasiado bien. Allí me obligó a
sumergirme entero.
¡Qué asco! ¡Qué mal lo pasé! Era una
sensación asquerosa bañarte en sangre. Aún no
se el motivo pero todavía estaba caliente cuando
me metí en la bañera. Todavía recuerdo lo mal
que me sentía con toda esa sangre que se me
pegaba al cuerpo y la densidad del líquido que
llegaba a abrumarte.
Fue una sensación horrenda los segundos
que allí pasé.
Después, le tocó a ella y quizás me confunda
pero parecía cómo si disfrutara con ello. Estaba
muy oscuro pero por los gestos así me pareció.
Se recreó en exceso con el sangriento baño y
volvimos así, pegajosos y asquerosos al círculo
dónde hacía un buen rato había disfrutado de los
placeres carnales de los que reniegan la
mayoría de las religiones de mi mundo...

Luis Celaá Morales. 104 " El Último Dragón"


Me conminó a que me arrodillara hacia el sur,
pero ella no se arrodilló. Me pidió que viera lo
que viera u oyera lo que oyera no protestara ni
me asustara ni me moviera aunque me lo pidiera
la Diosa.
¡Que no me asustara, dice! ¡Ya lo estaba!
La dije que ya estaba bastante asustado pero
que intentaría controlarme. Ella me dio un
pegajoso besito en la frente y me pidió que me
relajara y que cuándo Hécate me preguntara o
hablara que yo sólo me limitara a observar.
Con el rabillo del ojo pude ver a mi compañera
saltar, botar y bailar como si estuviera poseída a
mi alrededor mientras pronunciaba palabras
raras, raras...
Al principio, no entendí que idioma era pero,
gracias a mis estudios y también a lo que me
enseñó mi añorado abuelo en su día, descubrí la
lengua en la que estaba hablando Soraya era
Arameo. Un idioma antiguo. Curiosa ironía el
emplear la lengua de Jesucristo para invocar a
una Diosa infernal, pero ya sabemos que el mal
siempre tiende a plagiar y a burlarse del bien. Es
algo inevitable que nunca cambiará.
La verdad es que me estaba doliendo en el
alma, y mucho, hacer una estúpida misa
satánica o lo que fuese aquello que estábamos
haciendo.

Luis Celaá Morales. 105 " El Último Dragón"


Llamar a una ancestral divinidad tan poderosa
y molestarla para mis propósitos no podía ser
nada bueno pero en el fondo de mi corazón
sabía que era la forma más rápida de volver al
Mundo Mágico.
Echaría mucho de menos aquellas mañanas de
domingo en el Estadio Butarque de mi amado
C.D.Leganés, estuviera en la categoría que
fuera pero añoraba demasiado a Veena.
Necesitaba ver esos ojazos rebosantes de
amor una vez más. Cada segundo que no la
veía era como una nueva puñalada a mi alma...
Un estruendo infernal me sacó de mis
ensoñaciones. Una enorme jauría aullante nos
rodeó por fuera del círculo y alrededor de las
velas, las cuales sorprendentemente no se
apagaron con la cercanía de aquellos diabólicos
animales.
Noté la presencia de un enorme animal frente a
mí pero estaba tan acongojado que no me
atrevía ni a levantar mi pobre cabeza.
Escuché como Soraya dejó de hablar en
Arameo para saludar a la Diosa en un castellano
antiguo aunque bastante inteligible. Al instante
se arrodilló a mi izquierda y también agachó la
cabeza mientras la jauría seguía aullando
infernalmente. Ese aullido quedó impregnado en
mi cabeza durante muchos años.

Luis Celaá Morales. 106 " El Último Dragón"


- Tenía muchas ganas de conocer al humano
de la profecía. Ahora que te veo, no me extraña
que le caigas bien a Némesis, tienes buen físico.
¡Levántate, quiero observarte mejor!- Y al gritar
la última órden la jauría se calló y se alejó de las
velas considerablemente.
Me levanté como un resorte y la observé con
detenimiento. Tenía forma equina pero no de
yegua, se había presentado con forma de Furia.
Sus crines eran fuego, sus pezuñas eran rojas y
parecían estar incandescentes. Además tenía un
considerable tamaño por lo que tuve que
levantar bastante la cabeza para verla bien.
- ¡Ja,ja,ja!- Rió la Diosa con ganas ante mi
patética presencia.
- Está bien, no se por qué motivo, pero me
gustas. Seguiré el instinto de Némesis, no quiero
estropear el curso de los acontecimientos, ni el
final de La Verdadera Profecía que se ha de
cumplir para que los mundos hallen la verdadera
paz...- Dicho ésto la Diosa se calló y me miró
con curiosidad al notar la extrañeza reflejada en
mi sangriento rostro, pues yo creía que La
Verdadera Profecía ya había finalizado con
aquel horrendo final para las incomprendidas
arpías.
La infernal Diosa desvió su mirada un segundo
para cruzarse con la de Soraya y después me
volvió a hablar.

Luis Celaá Morales. 107 " El Último Dragón"


- Hum... Observo que no te explicaron TODA
la profecía. Falta una pequeña pero importante
parte que debe concluir con éxito. En esa parte
tu tienes mucha importancia y reza así:
"Aquel humano que crea en las criaturas
mágicas, encontrará el verdadero amor con una
curandera que llegará a ser la gobernanta de
ese otro mundo. Se pondrá a prueba su amor
verdadero, y el fruto de ese auténtico amor será
un bebé que nazca de ambos, el cual deberá ser
educado en el mundo humano. Nada sabrá esta
criatura de nosotros, sino su hijo el cual será el
que al llegar a su pubertad volverá a este mundo
y junto a sus abuelos, que le ayudarán a
gobernar, reinará en el mundo con justicia,
equidad y valor".
Ante mi incredulidad y viendo que yo no
respondía a la Diosa, Hécate decidió seguir
hablando:
- Así concluye La Verdadera Profecía. Aunque
salió mal la primera parte, ésta otra parte debe
cumplirse lo antes posible, por el bien del
Universo y del equilibrio mágico.- Sin decir nada
más, y ante mi atónita mirada, pues estaba
totalmente alucinado con el cariz que tomaban
los acontecimientos, la Diosa alzó sus brazos.
La luz de la luna se hizo en la estancia.
Asustado, cerré los ojos y cuando los abrí me
encontraba en un sitio familiar.

Luis Celaá Morales. 108 " El Último Dragón"


Un sitio en el que estuve hace bastante
tiempo y en el que mi vida cambió
considerablemente para siempre.
Me encontraba en el interior del portal. Una
extraña mezcla de sensaciones me inundaba,
por una parte tenía miedo, pero por otra estaba
desando volver a ver al Guardián al que prometí
volver a ver y parecía que en breve iba a cumplir
esa añorada promesa.

Luis Celaá Morales. 109 " El Último Dragón"


XIV. "Vientos de guerra"

" ¿Y a esta pequeña batalla le llamas


guerra? ¿A esta pequeña confrontación?
¡¡Ahora verás una verdadera guerra!! "
( Myonssardez, Rey enano a su ministro de
guerra justo antes de invadir el país élfico)

Entonces las gaviotas dejaron de volar. Las


que no habían huido mar adentro, se habían
escondido en algún barco amarrado.
Los valientes Tralfis que vigilaban el lado oeste
del puerto de Bobostock notaron que algo raro
pasaba. Las gaviotas eran excesivamente
cansinas y hacían ruido toda la santa mañana.
Cuando no se peleaban por la comida era por
el territorio y así horas y horas. Sabían que algo
extraño había sucedido. Pese al abundante
pescado que había por la zona, no se veía ni se
oía a ningún ave por allí; y eso presagiaba algo
malo. Algo muy malo.
El Tralfi encargado de ese turno de vigilancia,
mandó a dos de los suyos al lado este de la
muralla para que avisaran a los pocos humanos
que había de vigilancia en esa zona, porque a
buen seguro estarían dormidos o tomándose sus
cervecitas del mediodía.

Luis Celaá Morales. 110 " El Último Dragón"


Estos jodidos humanos. Sólo pensaban en
divertirse. Apenas recordaba alguno trabajador...
De improvisto, entre los barcos atracados en el
puerto apareció una barquichuela flotando con
una bandera blanca y un paquete en el interior.
Un par de Tralfis bajaron a comprobar que
nada raro había en esa barca. Aunque su sexto
sentido les decía, alarmantemente, que algo
pasaba. Pasado un buen rato y desde una barca
cercana llegaron a la extraña barquichuela que
estaba con la bandera blanca, izada y a la
deriva.
Revisaron la barca y encontraron una nota y
dos banderas. La nota rezaba así:
"Desde la gloriosa 56 ava legión, hemos
decidido que ya ha llegado el momento de
exterminar a todos los humanos. Por su beata
culpa siempre estamos inmersos en
confrontaciones el resto de las razas.
Eso sin contar con las que ya han sido
exterminadas por su culpa como las recientes
arpías, que desaparecieron sin que hubieran
hecho nada malo.
Nunca pisó el ancho mundo, ni en esta
dimensión ni en ninguna otra, una raza más
cruel, soberbia, vanidosa, egoísta y racista.
Son malos hasta con los de su propia especie,
cosa nunca vista en ninguna otra raza conocida.

Luis Celaá Morales. 111 " El Último Dragón"


Alma Humana. Vosotros representáis nuestro
último gran obstáculo para el genocidio de ésta
absurda raza. Pese a los siglos de luchas y de
odios os ofrecemos una última oportunidad
porque creemos que nadie merece morir por
defender a esta escoria con patas.
Por eso os damos veinte minutos desde que
hayáis recibido esta misiva. No queremos una
carnicería entre razas, sólo acabar con los
inservibles humanos. Deseamos que finalicen
los absurdos concilios que empezaron por su
estúpida culpa. Si no hubiera humanos, no
habría racismo. Así de sencillo.
Entregarnos a los humanos que escondéis,
tanto a los que defienden el puerto (llevamos
mucho tiempo vigilando la ciudad...) como a los
que estén durmiendo en Bobostock. Sabemos
que no hay muchos pero sí los suficientes como
para darles un buen escarmiento.
Por ahora, nos vale con acabar con unos
cuantos de éstos ineptos, ya tendremos tiempo
de exterminar a los que estén en el Festival ese
o escondidos en la amplia vegetación del
Bosque de Gadinor.
Sí aún decidís protegerles y luchar contra
nosotros, os damos otra oportunidad.

Luis Celaá Morales. 112 " El Último Dragón"


Aquellos que, sencillamente quieran cambiar
de bando, serán bienvenidos o aquellos que no
quieran combatir y salgan por la puerta norte,
pacíficamente y sin armas, se les dejará pasar.
Nuestro ejército no tomará ningún tipo de
represalia; pero sólo a los que salgan en son de
paz y sin armas. Tenéis 20 minutos.,Ni uno más"
El general Tralfi y el veterano Elfo, encargados
de defender la ciudad, se miraron rabiosos.
Sabían que iba a ser el final de la ciudad. Como
no entregaran a los humanos todo se acabaría.
Pero pese a lo crueles que eran a veces no
todos eran iguales ni debían morir más razas.
Sólo los Dioses debían decidir que razas debían
morir.
Quedaba un cuarto de hora para el ataque
enemigo. El veterano elfo ya había dado
órdenes para defender la ciudad y algún elfo
había salido a caballo sin armas para buscar
ayuda.
Dos fueron a la ciudad del Festival, otros
fueron aún más lejos para buscar a quien
pudiera socorrerles. Alguno incluso pensaba
llegar hasta Rimantel, aunque tardase días en
volver.
El general Tralfi, Fliapovix, decidió urdir un
plan que a los dos les pareció genial de la
muerte.
Luis Celaá Morales. 113 " El Último Dragón"
Mientras escondían a la mayoría de los
humanos en las catacumbas, excavadas en el
subsuelo de la ciudad hace tiempo por un grupo
religioso, otro grupo más pequeño de humanos;
acompañados de algún hechicero élfico y algún
Tralfi saldrían con ellos como sí les entregaran.
Los humanos no llevarían armas pero los
hechiceros élficos les protegerían con hechizos
defensivos. Por sí acaso, los humanos que
saliesen serían ancianos, lisiados y enfermos.
Los Tralfis llevarían 2 juegos de armas, una
para apuntar a los humanos y tirarlas cuando se
"entregaran" al ejército invasor y otras
escondidas entre sus ropajes.
Por otra parte, varios hechiceros élficos ya
estaban trabajando en algún hechizo que
defendiera las murallas de la ciudad.
En el Puerto, varios Elfos y Semi-elfos,
retiraban las barcas para no dañarlas. En su
lugar, dejaron barcos viejos que había
atracados. Además, decidieron hechizar éstos
barcos para que respondieran con trampas y
más hechizos defensivos al paso cercano de
cualquier embarcación.
Los pocos barcos nuevos que había los
llevaron mar adentro para no echarlos a perder
y, de paso, vigilar las tropas atacantes.

Luis Celaá Morales. 114 " El Último Dragón"


Los Tralfis que los guiaban, llevaban
escondidos en los barcos palomas mensajeras.
Con ellas pensaban informar del número de
barcos que asediaban el puerto.
La noticia ya era conocida por todos los
lugareños. Un auténtico caos se desató en el
interior de la ciudad. Los humanos y las criaturas
menores o ancianos de otras razas ya habían
sido escondidos en las catacumbas religiosas.
Pese al poquísimo tiempo dado por la maldita
Legión asesina, los habitantes de Bobostock
habían reaccionado con unos reflejos increíbles.
A pesar del odio acumulado por ambos bandos
todos agradecieron el tiempo prestado y la
oportunidad concedida.
Sí hubiera sido al revés, ellos les habrían
masacrado sin contemplaciones y sin avisar.
Eso lo tenían muy, pero que muy claro...

Luis Celaá Morales. 115 " El Último Dragón"


XV. " Reencuentro con un amigo"

" Uno de los mayores placeres


de este mundo no es la comida,
ni el vino, ni siquiera el sexo.
Uno de los mejores placeres
es volverte a encontrar con ese
amigo que hace tiempo que no veías"
(Ancestral proverbio Minotauro)

Un cosquilleo me recorrió la espalda desde el


principio de la nuca. Tenía esa típica sensación
de nerviosismo de cuando presientes lo que va a
pasar. Tenía el estómago tan abarrotado que sí
me lo apretaban más, me explotaría.
Era increíble. Estaba en el umbral de la puerta
de un sitio que me era muy familiar. Aunque esta
vez ni siquiera había pasado a través de la luz.
Pero todo estaba como lo recordaba.
Nuevamente me volvió a dar la misma sensación
que cuando entré la primera vez. Me seguía
pareciendo un enorme refugio de montañeses
muy, pero que muy grandes.

Luis Celaá Morales. 116 " El Último Dragón"


Miré al hogar esperando ver a mi gigantesco
amigo cocinando algo en la lumbre como solía
hacer.
Me llevé una pequeña decepción cuando
comprobé que allí no estaba. Rápidamente me
llamé tonto al recordar que por su peculiar
naturaleza, no podía alejarse mucho del portal,
posiblemente estuviese o en el baño o en la
estancia que tendría que existir tras la rústica
puerta que tenía frente a mí ( y que
posiblemente fuera un almacén o una pequeña
despensa )
Una sensación de triunfo inundó mi cuerpo. No
había hecho nada pero era como si hubiera
vencido en alguna importante batalla.
¡Con lo que me había costado acceder al
portal no era para menos!
Eché otro vistazo rápido a mi alrededor. Todo
seguía igual. Miré hacia las enormes literas, y
recordé con estremecimiento el día que vi a esa
imponente Valquiria a la que conocían como
Freeza. ¡¡Cómo me asusté aquella vez!!
Miré la gran mesa, con sus sillas, a la que me
costó tanto trabajo subir la otra vez y no pude
evitar sonreír al recordarlo.
La enorme estantería que llegaba hasta el
techo seguía repleta de viejos libros. Aunque
fijándose bien, faltaba uno en la parte inferior,
casi en el suelo.
Luis Celaá Morales. 117 " El Último Dragón"
No se porque, busqué el libro con la mirada y
finalmente lo encontré abierto encima de la
mesa.
Me acerqué a la mesa y cuando iba a trepar a
la misma silla que la otra vez oí un gigantesco
estruendo. Como si una tormenta se hubiera
desatado en el interior del amplio salón, aunque
no cayera agua por ningún sitio, obviamente.
Un canturreo de detrás de la puerta me
sobresaltó y volví a sonreír. ¡¡Vaya con el
guardián que andaba flojo del estómago!!
Antes de subir a la silla esperé, por si
aparecía el guardián tras la puerta. ¡Con lo que
costaba subir a estas jodidas sillas no iba a estar
subiendo y bajando!
Una atronadora voz resonó en la estancia
mientras el gigantesco hombre venía corriendo
hacia mí haciendo que retumbara toda el lugar.
- ¡¡HOMBRECILLO!! ¡¡CUÁNTO TIEMPO!! -
me gritaba mi barbudo amigo mientras me
apretaba peligrosamente mis delicadas costillas
en un enorme abrazo de oso que a punto estuvo
de que me costara una fractura de columna.
- ¡¡ Ho... Ho... Hola!! - Estaba tan emocionado
que apenas podía articular palabra. Noté como
mis mejillas se humedecían peligrosamente.
- ¡Vaya! ¡Sigues tartamudeando cuando te
saludo! ¡JA JA JA JA! -Y el fortachón se empezó

Luis Celaá Morales. 118 " El Último Dragón"


a partir de risa como si aquella gracia fuera el
mejor chiste del mundo...
Diez minutos tardó en terminar de reírse.
Aunque a mi me parecieron muchos más. Tengo
que reconocer que si bien aprecio mucho a mi
querido amigo me sentó bastante mal esa risa
tan escandalosa.
- ¡Has vuelto! ¡Pensé que no lo harías! ¡Te he
echado de menos, hombrecillo! - Me volvió a
contar el gigantón alzando, sin poder evitarlo, la
voz y otro enorme abrazo envolvió todo mi
cuerpo.
- Intento.. Intento cumplir lo que me prometo-
le dije ahogadamente pues aún no podía respirar
bien.
Me separé un poco de él y le pedí por favor
que no me abrazara con tanta fuerza pues yo
era mucho más débil que lo que él se podía
llegar a imaginar.
Se sonrojó y me pidió perdón unas setecientas
cincuenta veces. Me repitió hasta la saciedad
que no podía controlar sus sentimientos, que me
había echado mucho de menos, más de lo que
yo me podía imaginar.
Le volví a dar las gracias y sin poder evitarlo le
pregunté si se había enterado de lo sucedido.

Luis Celaá Morales. 119 " El Último Dragón"


De aquel catastrófico final que tuvieron las
pobres arpías.
- ¿Pobres? ¡¡Lo que tú tienes débil no es el
cuerpo, sino el cerebro!! - Me contestó
indignadísimo de la muerte mi enorme
interlocutor; parecía como si le hubiera ofendido
de forma gravísima.
Debía haberle contestado, pero no supe que
decir. Le iba a responder que no podían evitar
ser así, que era su naturaleza.
Esa naturaleza que las impulsaba a cometer
esos atroces actos pero algo dentro de mí me
dijo que me callara.
Afortunadamente, le hice caso a esa pequeña
vocecilla interna porque el enorme barbudo
siguió despotricando durante largo rato contra
aquellos difuntos seres.
- ¡¡Pero si ni siquiera se querían entre ellos!!
¡¡Ni le hacían carantoñas a sus criaturas recién
nacidas!! ¡¡Era una raza cruel!! ¡¡Sin querer amar
a nadie!! ¡¡Los Dioses han sido, una vez más,
justos!! - Bramó enérgicamente señalando con
su enorme dedo índice al cielo.
Durante un segundo aquel dedo me pareció la
salchicha más grande del mundo. Estuve a
punto de echarme a reír pero no era el momento
más adecuado.

Luis Celaá Morales. 120 " El Último Dragón"


Llegó un momento en que dejé de escucharle.
Seguía diciendo chorradas sobre justicia divina y
sobre lo bien que nos protegían y no se cuantas
tonterías más...
¿Justos los Dioses?, pensé irónicamente. ¿Tan
justos como han sido contigo que te han dado
todo el poder del universo pero no puedes salir
de este lugar? ¿A eso le llamas justicia?
De repente caí en la cuenta. Intenté dejar la
mente en blanco pues me asusté al pensar en lo
que pasaría si al Guardián le daba por hurgar en
mi interior, no era normal porque no se solía
hacer por educación pero el miedo me paralizó
por completo.
- Y ahora, si me disculpas tengo mucho trabajo.
Debo terminar algo urgente. No tardaré mucho.
Sí te apetece, para hacer tiempo, vete leyendo
ese pequeño librillo de encima de la mesa.
Ahora vuelvo - Y sin decir nada más me subió
sin esfuerzo a la misma silla en la que estuve
sentado la otra vez.
Acto seguido, el grandioso ser dio media vuelta
y se marchó pesadamente por la puerta que
estaba a la izquierda del hogar.
En unos segundos, el pesado silencio que
reinaba en el salón me aplastó pesadamente.
Tan sólo se oía el crepitar del persistente fuego
de la lumbre.
Luis Celaá Morales. 121 " El Último Dragón"
No me atrevía ni a pensar en lo que acaba de
suceder. Me daba un miedo atroz recordar.
El miedo me impidió añorar a mi amiga arpía a
la que arrebataron cruelmente la vida...
Así que miré con curiosidad el libro. El enorme
libro que estaba abierto casi por la mitad.
Después de un buen rato lo cerré y miré el
título. En ancestrales runas estaba escrito el
título: " La Batalla de las Hadas".
Sonaba interesante. ¡Por fín podía saber algo
más sobre la historia de las hadas!
¡Me encanta ésto de la legemancia! jeje.

Luis Celaá Morales. 122 " El Último Dragón"


XVI. " Primera Prueba"

" Ita haec bene fecerat


ut proemium accepisset"
Séneca, ante el senado .
(Lo habría hecho tan bien que
había recibido un premio)

Parte primera: Laura


Las habitaciones que habían reservado para
Veena estaban bastante bien. Eran amplias
aunque no eran las más grandes de Rimantel.
Ella no quería las habitaciones más grandes
por dos motivos: el primero porque no quería
parecer ostentosa y el segundo porque esas
habitaciones habían sido antes del sacerdote
que acababa de morir por protestar a Némesis.
Veena se sentía culpable por ello y decidió
dedicar parte de la habitación a un santuario en
el que honraría su memoria para siempre.
Habría velas encendidas en su honor y
diversos objetos suyos para honrarle. Si por lo
que fuera, ella no estuviese en la ciudad una
joven Tralfi haría los honores en su nombre.

Luis Celaá Morales. 123 " El Último Dragón"


Esa joven Tralfi había sido asignada como su
asistenta personal, por lo que el altar era una de
sus muchas tareas.
La joven Tralfi no era muy atractiva ni tenía los
rasgos femeninos muy pronunciados pero lo
suplía con una enorme vivacidad, simpatía e
inteligencia.
Su nombre era un poco extraño para los Tralfis.
De pequeña estuvo conviviendo un grupo de
humanos en otro mundo y le pusieron de
nombre Laura. No estuvo mucho tiempo entre
ellos porque al crecer y desarrollar un poco su
femineidad, el varón humano dominante de esa
familia empezó a abusar tanto sexual como
psicológicamente de ella.
Laura se lo dijo a su madrastra humana pero
ella no la hizo caso. Ni ella ni nadie porque el
varón dominante de esa familia era también el
patriarca de un clan. Así que valía más la
palabra de Bushin que la de Laura.
Un día que la mandaron a recoger setas para
hacer una buena comida para toda la familia,
Laura se encontró con un extraño ser. El curioso
ser era feo con ganas y estaba peculiarmente
recubierto por vegetación y ramas. Dijo ser un
Siskatego y se interesó por ella. Laura le
preguntó que sí podía hacer algo por él.

Luis Celaá Morales. 124 " El Último Dragón"


El Siskatego le contó que la próxima vez que
viera a otro de su raza que se alejara de él pues
se alimentaban de la buena suerte de humanos
o mestizos como ella era.
Laura se asustó y le pidió que no le hiciera
daño. El ser se rió de ella, curioseó a su
derredor por si había alguien más y le volvió a
explicar la situación. Le dijo que él se alimentaba
de la buena suerte pero que ella era tan
desgraciada que no podía alimentarse de ella.
Como seguía sin entender nada, le explicó lo
que eran los Humanos, los Silfos, los Tralfis y los
Siskategos.
La joven Tralfi escuchó atentamente y le
suplicó que le llevara a su mundo, aquel en el
que hubiese Tralfis viviendo. El feo ser aceptó,
pero a cambio le pidió que le guiara hasta su
casa y que esa noche abriera la puerta.
Laura se horrorizó al pensar en lo que pudiera
hacerle a la familia. Así que no quiso cerrar el
trato, a pesar de que estaba deseando conocer
a más gente como ella. El Siskatego siguió
insistiendo hasta que la convenció diciendo que
solo se alimentaría de la buena suerte del
patriarca Bushin y de su mujer, por haberla
hecho tan desgraciada.
Así fue como el Siskatego después de saciarse
de la buena suerte de los dos adultos

Luis Celaá Morales. 125 " El Último Dragón"


de la familia y, respetando a los hijos pequeños
como le prometió a Laura, la acompañó hasta un
extraño lugar.
Un enorme halo de luz que caía desde el cielo
estaba frente a ellos. El Siskatego le señalaba
como indicándola que tenía que cruzar por esa
luz. Pese al miedo, Laura atravesó el halo de luz
descubriendo un nuevo mundo. Al despedirse
del Siskatego le pidió que le acompañara al
nuevo mundo pero el curioso ser le dijo que no.
Le explicó que por su naturaleza eran
repudiados por otros seres y además en ese otro
mundo, aunque había mestizos, había pocos
humanos y los que había tenían tan mala suerte
que en poco tiempo se moriría de hambre.
Laura fue feliz al descubrir que había más
seres como ella. Un grupo de Tralfis la encontró
y la llevó a la rimbombante ciudad de Rimantel.
En esa enorme ciudad se quedó viviendo y
trabajando durante un largo tiempo hasta que
llegó Veena y se puso a trabajar para ella.
Laura se enamoró perdidamente de Veena en
cuanto la vio. Era tan guapa, tan inteligente,
tenía algo especial. Sólo con verla sentía
calambres por todo el cuerpo. Pero no dijo nada.
Tenía miedo a la reacción de Veena y en como
reaccionaría la comunidad. Una vez pudo ver
como ahorcaban a dos chicos varones sólo por

Luis Celaá Morales. 126 " El Último Dragón"


amarse a escondidas. Jamás sintió tanto dolor
por nadie.
Laura terminó de vestir a Veena. La habían
puesto el traje preceptivo para la ceremonia de
esa noche. Unos amplios calzones negros y una
toga morada con unos ribetes amarillos, junto a
la blusa verde que le habían dado le daba una
extraña presencia. Una mezcolanza de militar y
sacerdocio.
Pero le gustara o no, ese era el traje que debía
llevar para la ordenanza sacerdotal. Desde hacía
siglos era así y así debía continuar.
Laura vio en Veena una extraña mirada,
mezcla de miedo, de rabia y de dolor. Al instante
comprendió que su amada señora estaba
enamorada de alguien. Se lo había imaginado
pero no lo quería creer hasta que no verlo con
sus propios ojos.
Le habían llegado extraños rumores desde la
cocina. En ese lugar se contaba que ella
disfrutaba de un aberrante amor con un humano
de otro mundo.
Pero una cosa era escuchar rumores y otra el
comprobarlo por ella misma. Laura se sintió mal
cuando comprobó que era cierto. Tenía ganas
de llorar, pero para que no la vieran así le dijo a
sus señora que había terminado y le pidió
permiso para irse.

Luis Celaá Morales. 127 " El Último Dragón"


El sacerdote con el que antes había hablado
Veena llamó a la puerta y entró sin esperar
respuesta.
El pobre se asustó un poco al ver a la simpática
y atenta sirvienta Tralfi llorar mientras
abandonaba la estancia pero optó por no decir
nada porque hablar sin saber es cosa de necios.
Veena miró con cautela al sacerdote a través
del espejo gracias al cual se había preparado
para la ocasión. El sacerdote la preguntó sí
estaba lista a lo que ella afirmó que cuanto antes
se fueran mejor, pues estaba muy nerviosa para
esperar más tiempo. El religioso le pidió que por
favor le acompañara y la dio las gracias por el
homenaje a su compañero.
Sin esperar respuesta ni mirar atrás para
comprobar que Veena le seguía, comenzó a
caminar por innumerables pasillos y túneles a
una endiablada velocidad.
A Veena le costó trabajo seguirlo pues el
curioso eclesiástico iba demasiado deprisa para
ir por una zona por la que ella no conocía.
Además se había internado por los túneles
subterráneos de la ciudad que estaban cerca de
las alcantarillas por donde ella pasó en una
ocasión. Estaban igual de oscuros pero al
menos no había tanta suciedad ni enormes ratas
que les bloquearan el camino.

Luis Celaá Morales. 128 " El Último Dragón"


La única luz que había en esos negros túneles
era la de la antorcha que portaba el religioso.
No hablaron en todo el largo trayecto. Veena
perdió la noción del tiempo. Quizás pasó una
hora o dos caminando, no podía asegurarlo,
pero lo que estaba claro es que hacía rato que
habían abandonado la ciudad.
Se asombró pues no sabía de la existencia de
estos extraños y larguísimos túneles que se
bifurcaban en incontables ocasiones.
Cuando le pareció que llevaban una eternidad
andando se pararon ante otra bifurcación que
separaba el camino. Veena miró extrañada al
sacerdote pero no protestó, esperó
pacientemente a que hablara.
Un buen rato después, el sacerdote le dijo que
habían llegado al final de su viaje juntos. Le pidió
que le escuchara con atención pues no lo iba a
repetir y además debía de volver a la ciudad
antes de que se hiciera muy tarde.
Le explicó que para comprobar si su sexto
sentido se había desarrollado bien debía dejarla
sola. La advirtió que uno de esos dos túneles
conducía a otra bifurcación y así hasta que
hallara la salida o la muerte.
Esas bifurcaciones tenían final pero podía
estar horas y horas caminando y morir en el
intento o ser atacada por los Toparks

Luis Celaá Morales. 129 " El Último Dragón"


Pero los dos caminos llevaban al mismo
destino, al bosque de Gadinor. Sólo que uno era
directo y en apenas veinte minutos llegaría y por
el otro podría estar vagando durante una
eternidad.
La pidió perdón por abandonarla pero le dijo
que debía de ser así pues era una prueba divina
y los Dioses la estaban observando.
Después rezó una bendición rápida, le dio la
antorcha que portaba y le rogó que se guiara por
su instinto y no por la razón.

Parte Segunda: En las profundidades de la Tierra


Veena iba a replicar pero, apenas abrió la
boca, el religioso ya había desaparecido. El
primer impulso de la asustada Tralfi fue salir
corriendo tras él suplicando que no la dejara sola
y casi a oscuras.
Cuando llevaba un buen rato corriendo se dio
cuenta que era una tontería y que no serviría de
nada ir tras él, pues seguramente no lo
alcanzaría nunca y se acabaría perdiendo. Pese
a que había recorrido un buen trozo decidió
volver sobre sus propios pasos, hasta que llegó
nuevamente a la bifurcación.
De nuevo, en el mismo lugar en el que vio por
última vez al eclesiástico, Veena se paró.

Luis Celaá Morales. 130 " El Último Dragón"


Cogió aire para pensar con claridad. Estaba
tan asustada que lo único que quería era
derrumbarse en el suelo y llorar como una loca.
Para quitarse el miedo del cuerpo empezó a
pensar en cosas bonitas. Pensó en la naturaleza
y en los animales. Para alegrarse un poco
recordó a los inmaculados unicornios. Era bonito
recordarlos. Sólo pensar en ellos y te transmitía
una plenitud de paz interior difícil de explicar con
palabras. Era algo fabuloso.
Para sentirse más realizada siguió añorando
los buenos momentos de su infancia. Cómo la
recogió Sennier, cómo la educó, cómo
transcurrieron sus años de aprendiz en la
amurallada ciudad. Siguió añorando gente y
pensó en su anciana maestra; siempre tan gentil
y sabia. Con ella aprendió muchísimas cosas
sobre hechicería y curas.
De repente una imagen le vino al cerebro.
Aquel día, hacía no mucho tiempo pero que a
Veena se le hacía una eternidad. Aquel
maravilloso día en que conoció a su amado
humano. Aquel día le curó después de que él
cometiera la estupidez de acercarse a aquel
árbol.
La imagen de su amado apareció nítida y clara
en su cerebro. Recordó el día del Ento y
rememoró como se enamoró de él.

Luis Celaá Morales. 131 " El Último Dragón"


Añoró con nostalgia aquellas escasas pero
inolvidables conversaciones con él. Le vino otro
momento a su cabeza. Aquel maravilloso
reencuentro con su amor en Rimantel tras tantas
aventuras que tuvo que vivir junto a aquel
vampiro.... Por cierto, ¿Qué habría sido de aquel
vampiro tan inteligente y valiente? ¿Dónde se
habría ido Samuel?
Pero unos lejanos ruidos y unas guturales
voces, provenientes del túnel de la izquierda, la
sacaron de sus ensoñaciones.
Los Tralfis no tenían un oído tan bien
desarrollado como los hipócritas de los Elfos
pero aún así oían bastante bien.
Prestó suma atención. Por los ruidos y gritos
que emitían aquellos seres, debía ser un grupo
de cinco o seis...
En un principio pensó en que serían humanos.
Pero rápidamente desechó esa ídea. No podía
haber humanos viviendo en aquellos túneles, no
sobrevivirían a unas condiciones tan extremas.
Llegó incluso a pensar en que fueran humanos
esclavos que escaparon ocultándose pero
pronto desechó, también, aquel pensamiento tan
absurdo. No. No podían haber sobrevivido en
aquel sitio.
Los pasos se acercaban. Las extrañas voces
cada vez se oían con más claridad, con más
nitidez.

Luis Celaá Morales. 132 " El Último Dragón"


Eran similares a las voces humanas pero
diferentes a la vez. Sonaban mucho más
arcaicas, más salvajes.
Aquellas voces eran una extraña combinación
de voz humana y animal. Ella conocía muchos
idiomas humanos, pues los había estudiado
durante mucho tiempo y nunca había escuchado
nada parecido. Intentó traducirlo usando la
Legemancia pero le salían cosas inconexas.
Ahora sí que se asustó. La legemancia
funcionaba con TODOS los idiomas de TODOS
los seres en TODOS los mundos conocidos.
Aquellos seres parecía que estuvieran cada
vez más cerca. De repente se pararon ante el
grito de uno de ellos. Comenzaron a murmurar
entre ellos y ... ¡¡ Echaron a correr en su
dirección!!
Entonces la bella hechicera cayó en la cuenta
de la naturaleza de esos seres. Eran Toparks.
Era la única explicación posible. Seres tan
antiguos como el mundo, descendientes directos
de los ancestrales hombres de Neanderthal. Por
eso no funcionaba la Legemancia porque su
forma de comunicación era más antigua.
Cayó en la cuenta de que sí ella les había
detectado, seguramente los Toparks ya sabrían
que algún extraño vagaba por sus túneles.

Luis Celaá Morales. 133 " El Último Dragón"


Su primera idea fue la de correr hacia el otro
túnel pero ¿y sí el túnel bueno fuera por el que
avanzaban los Toparks?
Aquellos antiguos seres debían estar muy
cerca pues los oía gritar y correr hacia ella.
De buena gana hubiera usado un hechizo
contra ellos pero no podía tirarlo sin ver dónde
caía. Era casi como un suicidio. Intentó verlos
pero la raquítica luz que daba la antorcha
apenas daba visión de un par de metros a su
alrededor.
Ya no había más tiempo. Puede que el otro
túnel fuera el malo pero al menos por el
momento no representaba peligro alguno.
Sin pensárselo más echó a correr. Corrió sin
mirar atrás. Corrió tanto que la antorcha se le
apagó. Pese a ir a oscuras no se detuvo ni un
instante. Tanto corrió que las voces cada vez
estaban más alejadas, tanto que llegó un
momento en el que dejó de oír a los Toparks.
Pensó en seguir otro poco pero las piernas ya
no le respondían. Era como si fueran
independientes, parecía que no escuchaban al
cerebro.
Quizás llevara más de media hora corriendo
cuando decidió ir parando poco a poco.

Luis Celaá Morales. 134 " El Último Dragón"


Era difícil calcular, y más a oscuras, la distancia
que había recorrido, pero debía estar lejos de la
bifurcación dónde la abandonó el sacerdote.
Cuando ya sólo andaba lentamente y estaba
sopesando la posibilidad de volver a encender la
antorcha con algún sencillo hechizo, Veena cayó
Un ahogado grito se le escapó de su garganta.
Ya no había suelo donde pisar. Braceó en el aire
buscando donde agarrarse pero no encontró la
pared a oscuras y cayó por un oscuro túnel.
La antorcha se le escapó de las manos y juntos
cayeron por un enorme y tenebroso agujero.

Parte Tercera: Cayendo y cayendo sin fin


Gritó tanto que se quedó afónica. Miedo.
Una sensación de pánico la inundó el cerebro.
Era una de las cosas más terroríficas que nunca
le habían sucedido.
Eso de caer por un agujero totalmente a
oscuras y sin ver por dónde vas era algo cruel y
doloroso.
Veena perdió la noción del tiempo. Estuvo
cayendo durante mucho tiempo temiendo que
ese fuera su cruel final. Adiós a su amado. Adiós
a Rimantel. Qué poco le había durado el reinado
sobre la amurallada ciudad...
No. Se negaba a aceptar eso. Algo debía
hacer.
Luis Celaá Morales. 135 " El Último Dragón"
Némesis le había ayudado no hace mucho a
mejorar sus dotes de hechicería. Rápidamente
comenzó a buscar en su interior algún hechizo
que le sirviera de ayuda.
Recordó uno que frenaba objetos al caer.
Siempre le había dado éxito con pequeños
objetos, incluso una vez lo probó con un ratón
muerto, pero nunca lo había utilizado con ningún
ser vivo y menos con ella misma. Pero no había
otra opción.
Pese a lo difícil de su vertiginosa situación,
intentó concentrarse lo mejor que pudo. Dejó
que la magia fluyera por ella. Con los ojos
cerrados y despejando su asustada mente,
consiguió centrarse. Para ella era un fácil
hechizo pero en esas circunstancias era casi un
milagro tener concentración.
Lo recitó en un idioma tan antiguo como los
Toparks, el universal idioma de la magia.
Tras unos segundos de incertidumbre, al
acabar de recitarlo, Veena notó como algo raro
sucedía. Ese algo le agarraba de sus ropas y
tiraba de ella hacia arriba. Cada vez más fuerte
hasta que finalmente la frenó por completo.
Estaba retenida en el aire de forma extraña y
misteriosa. Miró instintivamente hacia arriba.
Obviamente no había nada ni nadie.

Luis Celaá Morales. 136 " El Último Dragón"


Miró hacia abajo pero no veía el final del túnel.
Puede que estuviera a un metro o puede que a
cien. Estupendo, pensó. Ahora estoy haciendo el
tonto colgada en el aire en un inmenso pozo sin
fondo.
Volvió a relajarse y respiró profundamente.
Ella sabía que había que buscar el lado bueno
de las cosas, por ahora se había salvado de
darse un mortal golpe contra el suelo.
Cuando estuvo tranquila volvió a invocar a la
magia. El hechizo parecía que fluía por si solo. A
través de ella. Al momento, funcionó muy bien.
Todas las paredes del túnel se iluminaron. Un
luminoso verde emanaba de cada pared del
escabroso agujero por el que había estado
cayendo.
Miró hacia arriba pero no alcanzó a ver el
final. Miró a los lados con más detenimiento.
Estaba alejada de una pared como a un metro
de distancia pero la otra pared estaba
sorprendentemente cerca. Increíble lo que es el
miedo, pensó la poderosa Tralfi. Estoy tan cerca
de la pared que casi puedo tocarla.
Un grito de terror interrumpió el silencio de
aquel lugar. ¡¡ LAS PAREDES ESTABAN
HECHAS POR RESTOS DE DIFERENTES
SERES!!

Luis Celaá Morales. 137 " El Último Dragón"


Cientos de huesos apilados, entremezclados y
unidos por algo que parecía arcilla o barro
hacían que la fisonomía de la pared fuera muy
tenebrosa.
Alguna destrozada calavera de un pequeño
ser la observaba extrañamente a través de las
vacías cuencas de sus ojos. A Veena el miedo le
fue abandonando poco a poco y una mezcla de
asco y de odio se fue instaurando en sus
entrañas.
Superando su pánico a las alturas, miró hacia
abajo. Una sonora carcajada se le escapó.
Nunca se había reído tan fuerte y con tantas
ganas.
¡¡VEÍA EL SUELO!! Bueno, lo de suelo era
una forma de hablar. A menos de tres metros, de
ella, había una montaña de huesos, calaveras y
otros objetos que no logró identificar.
Decidió, sencillamente, dejarse caer. A esa
altura no se haría ningún daño. Además, los
huesos amortiguarían su caída.
El golpe no fue tan blando como se había
pensado en un principio. Algo duro se le había
clavado en la rodilla derecha. Encima sonó como
si algún hueso se hubiera roto.
Se asustó mucho al pensar que hubiera sido
su rodilla la que se había resquebrajado pero
rápidamente desechó esa idea.

Luis Celaá Morales. 138 " El Último Dragón"


Fue la calavera de algo parecido a un Orco la
que se había roto. A ella le saldrían moratones
por todo su dolorido cuerpo, pero nada más.
Se sentó a descansar un momento y a
pensar en su situación actual. ¿Dónde estaría?
¿A quién se le ocurriría hacer unas paredes así?
Lo único que tenía realmente claro era por qué
los Toparks no la habían seguido. ¡Porque
sabían lo del enorme agujero!.
Pero esto no podía acabar así. No. No de esa
forma tan cruel. Encerrada en alguna rara
dependencia. Tenía que encontrar una salida.
Algo que la devolviera al túnel de antes o un
nuevo túnel por el que escapar de aquel
siniestro lugar, pero estaba tan cansada que
primero iba a sentarse para descansar un
poquito. Sólo un poquito...

Parte Cuarta: No pienses, corre.


Un ruido la despertó de su adormilado estado.
Estaba tan cansada que se había quedado
dormida sentada. Ni siquiera supo el tiempo que
estuvo con los ojos cerrados. ¿Diez minutos?
¿treinta minutos o una hora? Apenas había
descansado, además, hubiera jurado que estaba
más cansada que cuando se había quedado
dormida.

Luis Celaá Morales. 139 " El Último Dragón"


Otra vez aquel ruido. Intentó clasificarlo pero
no supo bien si era de algo reptando o unos
objetos chocándose entre si... ¿Algo reptando?
¡¡SOCORRO!! ¡¡AAAAAAHHHH!!
El miedo la estaba paralizando. Miró a su
alrededor y tan solo había oscuridad. Estaba
todo tan negro que apenas se veía las manos.
Al quedarse traspuesta, sus peores temores la
invadieron. El hechizo debió de dejar de
funcionar al quedarse dormida. Entonces sí que
tuvo que pasar tiempo.
Se maldijo a si misma. Sí no se hubiera
quedado dormida hubiera encontrado alguna
salida o al menos la hubiera buscado.
Los ruidos se intensificaron. Ahora parecía
como si ese algo reptara hacia ella pero desde
lejos.
Intentó tranquilizarse pero cada vez estaba
más nerviosa. Finalmente se concentró y volvió
a recitar el mismo hechizo de la luz.
Las paredes, los huesos, las calaveras... Todo
lo que la rodeaba se coloreó de verde. Todo
emanaba una potente luz verde fosforita.
Intentó ver al ser que provocaba esos ruidos.
No veía nada.

Luis Celaá Morales. 140 " El Último Dragón"


Solo sabía que la estancia donde se
encontraba era enorme y que, posiblemente, ese
ser estaría aproximadamente en el centro. Miró
hacia donde provenían los ruidos.
¡¡Por fin vio algo!! No vio a ninguna criatura
pero todos los huesos que había en el camino
del ruido se iban apartando, se movían.
Por ahí, oculto, debía venir aquel extraño ser
reptando. En un principio pensó en salir
corriendo,no pensar en nada, huir. Pero
rápidamente desechó la idea. Seguro que aquel
bicho era más rápido que ella y le acabaría
cogiendo.
Además, era absurdo correr sin saber donde.
¿A dónde iría? No conocía el terreno.
Pensó en un sencillo hechizo que le sirviera
de algo en ese momento. Algo útil pero que no
estuviera que estar media hora recitando.
Entonces, recordó el del muro infranqueable.
Había bastante luz para ver dónde lo tiraba.
Decidió hacerlo justo delante de ella.

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Luis Celaá Morales. 141 " El Último Dragón"


Antes de cerrar los ojos comprobó que la cosa
que reptaba bajo los huesos estaba cerca, muy
cerca.
Se concentró y dejó, nuevamente, que la
magia fluyera por todo su cuerpo.
Le agotaba mucho pero era una sensación
maravillosa. Era como si te inundase de paz el
dejar que la magia invadiese tu cuerpo.
Empezó a recitar el hechizo en el ancestral
idioma de la magia. Sin conocer los hechizos ni
ese idioma era imposible que saliera bien.
Notó como aquella cosa estaba muy cerca.
Podía hasta notar su hediondo olor.
Veena no abrió los ojos cuando una enorme
serpiente ciega pero con una gigantesca boca
llena de dientes se abalanzaba sobre ella.

Luis Celaá Morales. 142 " El Último Dragón"


XVII. "Asedio Mortal"

" El cielo se oscureció,


todo se llenó de humo y pólvora.
La muerte tuvo que hacer
trabajos extraordinarios."
(Segunda guerra élfica por el control de las
minas contra los enanos)

El tiempo dado por las fuerzas invasoras ya


había concluido. La verdad es que los ocupantes
de Bobostock les dieron las gracias pues habían
cumplido su palabra. Varios Elfos y Tralfis
abandonaron la ciudad desarmados.
Flipaovix, el anciano general Tralfi y máximo
responsable de la defensa de Bobostock estaba
contento. Una barca con varias hembras, tanto
Tralfis como Elfas, junto a sus pequeños hijos,
había partido con víveres sin que los barcos que
rodeaban el puerto hicieran nada por impedirlo.
El general le dió sus últimas órdenes al
siguiente en el cargo, un veterano Elfo curtido en
mil batallas. Este militar era uno de los mayores
idealistas de "Alma Humana". Al general lo que
iba a suceder le parecía una carnicería pero
sabía que sus tropas no querían rendirse.

Luis Celaá Morales. 143 " El Último Dragón"


Todo el ejército quería luchar hasta el final.
Los barcos que sitiaban el puerto dejaron pasar
a la barca que huía de la batalla sin ningún
problema.
Tan sólo comprobaron que entre los víveres o
en los pañales de los bebés no escondieran
armas o algún mensaje de ayuda. Como no
encontraron nada sospechoso los dejaron
marchar sin más, cumpliendo así su palabra.
Mientras se alejaba la barca con todos los
supervivientes, Dafne desde su barco capitán y
con una voz que cortaba el aliento dió la orden
de atacar.
Una ráfaga de cañonazos desde su barco y
los otros cinco respondieron inmediatamente a
su orden.
Al mismo tiempo que bombardeaban el
puerto y las murallas, el primer submarino de la
historia del Mundo Mágico, comandado por el
valiente Romel y unos pocos Minotauros, que
estaban demostrando su valentía pues esta raza
sentía fobia al agua pero su odio al humano les
cegaba, se acercaba sigilosamente bajo el mar
al puerto.
El objetivo era llegar hasta el almacén de
barcos y de ahí al interior de la ciudad. Iba a ser
fácil porque los defensores de Bobostock
bastante tenían con defenderse de los
cañonazos de los barcos como fuera.

Luis Celaá Morales. 144 " El Último Dragón"


Tenían cinco catapultas con las que
disparaban "Fuego de los Dioses" a los barcos
atacantes desde el interior de la ciudad. Casi
todos los tiros estaban fallando y se perdían en
el agua. Algunos de los tiradores habían caído
ya muertos.
El puerto parecía una reencarnación del
infierno. Todo en llamas y desolado. El lado de
la muralla que defendían los humanos tenía ya
una brecha considerable.
Apenas llevaban quince minutos de
bombardeo y los defensores empezaban a
sentirse realmente asediados. Sus defensas
caían y los soldados que las defendían también.
Afortunadamente para los defensores de
Bobostock, dos bolas de fuego impactaron en
dos barcos diferentes. Una dio de pleno en el
Rowling, partiéndose la vela mayor y un trozo de
la menor, e incendiando el barco. No dió de
lleno en el barco pero se llevó de por medio a
varios Tralfis-vampiros y destrozó una parte de
la bodega.
La otra bola de fuego impactó de lleno en el
barco de los Trasgos y Semi-orcos, la barca que
comandaba Dudenai empezó a hacer aguas.
Varias criaturas murieron al momento y otras
cayeron al agua, algunas con graves heridas.

Luis Celaá Morales. 145 " El Último Dragón"


El barco que dirigía Paolini, que era el barco
de socorro y arsenal, al instante fue en su
ayuda. Se había quedado en al retaguardia
esperando pacientemente. El interior de este
barco se respiraba desesperación por ver a los
suyos ahogarse y no poder acudir en su ayuda
de inmediato.
Pero el barco iba tan cargado que no podía ir
más deprisa a socorrer a las victimas. Cuando
llegaron, tan sólo pudieron rescatar a Dudenai y
a un par de Trasgos más...
Mientras tanto, los otros barcos seguían
bombardeando las murallas y el puerto,
intentando esquivar "El Fuego de los Dioses".
El submarino, comandado por Romel había
llegado sin problemas al almacen de barcos.
Ahora tendrían que ser extremadamente
sigilosos para salir del submarino e introducirse
en el almacén sin ser vistos. Si algún apestoso
humano les viera se echaría todo a perder.
Cuando Himler iba a dar la orden de sitiar la
puerta norte y atacar a los guardianes, pues ya
habían pasado casi los treinta minutos, algo le
detuvo.
Las puertas de la ciudad comenzaron a
abrirse y él miró extrañado. ¿Atacarían con un
destacamento por tierra?
No. Los humanos eran nefastos estrategas
pero no tanto como para cometer ese suicidio.
Luis Celaá Morales. 146 " El Último Dragón"
Quizás se rindieran, aunque tampoco era
posible. Conocía bien a los humanos y ese
estéril sentimiento suyo llamado orgullo les
inundaba. No se rendirían hasta que no lo vieran
todo perdido.
Mucha gente tendría que morir antes y el
trabajo de la muerte apenas había comenzado.
Sin que Himler supiera nada, la estrategia
ideada por Flipaovix,se había puesto en marcha.
Un grupo de Tralfis y tres hechiceros élficos
bastante mayores salieron con un grupo de
humanos enarbolando la bandera blanca.
Parecía como si se fueran a entregar.
Las tropas de Himler salieron de su escondite
eufóricas por lo que creían una victoria. Cientos
de criaturas salieron de sus escondites para
verlo mejor.
El líder intentó calmarlos pero era imposible,
el grupo se acercaba lenta e inevitablemente.
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Luis Celaá Morales. 147 " El Último Dragón"


En la pared oeste, los pocos Tralfis que había
vigilándola y pese a que sus órdenes eran
explicitamente no moverse de allí bajo ningún
concepto, se fueron a la muralla del puerto, a la
zona que defendían sus compañeros Tralfis. Tan
sólo querían ayudar.
Los Tralfis estaban muy militarizados y eran
muy obedientes, nunca desacataban una órden.
Pero esta vez les había parecido un enorme
absurdo. No podían quedarse quietos viendo
como aquellos condenados seres de la "56 ava
Legión" bombardeaban el puerto y mataban a
los de su raza.
Les costó ir. Para ellos era doloroso no
obedecer una orden. Sabían que desobedecer
un mandato se castigaba duramente y más en
tiempos de guerra. Te podían hasta ejecutar.
Pero es que era una orden absurda. Nadie
subiría por la pared oeste. Un enorme y rocoso
acantilado de muchos metros lo impediría.
¿Quién iba atreverse a subir por ahí? Era
imposible. Finalmente,todos los Tralfis
encargados de la defensa de esa zona de la
ciudad abandonaron su sitio y corrieron gritando
para ayudar a sus compañeros que caían como
moscas bajo el fuego enemigo. Ellos no lo
sabían pero estaban cometiendo un error muy
grave.
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Luis Celaá Morales. 148 " El Último Dragón"


Ajenos a la batalla, decididos pero temerosos
a que los descubrieran. Lentos pero con pasos
seguros, avanzaban firmes escalando la difícil
pared que se levantaba desde el mar hasta la
ciudad, un grupo de escaladores natos que
llevaban años entrenándose para este día,
subían despacio por la dura escalada.
Un pequeño grupo de Semi-orcos y un par de
Semi-orcos mezclados con Trasgos llevaba más
de la mitad del recorrido realizado. Era subir o
morir, no había vuelta atrás.
O realizaban su misión o morirían estampados
en las rocas que salían orgullosas del fondo del
mar. Nadie hablaba para no hacer ruido.
Hacían su trabajo mecánicamente. Tantísimas
horas de entrenamiento no se podían echar a
perder por un mal paso o un error infantil.
Todo saldría perfecto, pero por si acaso los
rezos a los Dioses resonaban en sus cabezas.
Como algún maldito Tralfi les viera, todo se iría
al carajo. TODO.

Luis Celaá Morales. 149 " El Último Dragón"


XVIII. "El Verdadero origen del Hombre"
" Sintiendo curiosidad por qué
se mataban entre hermanas,
un joven unicornio le preguntó
a una Hada Maligna y ésta
le respondió:
¿Acaso no está claro?
¡No merecen vivir!"
(Fragmento de "La Batalla de las Hadas")
Escrito hace 50 años. Autor anónimo.

Ahí estaba. Sentado encima de aquella silla


a la que siempre me costaba horrores subir.
Delante de mi tenía un impresionante libro.
El curioso libro, el cual estaba escrito en
runas élficas, tenía como título "La Batalla de las
Hadas". Me llamó poderosamente la atención.
Había oído hablar de él pero la otra vez que
estuve leyendo en esta mesa era muy inexperto
y ni siquiera me fijé en él.
Antes de empezar a leer, guardé silencio.
No se oía nada, absolutamente nada. Tan sólo
el lento crepitar del fuego que cocinaba algo en
la olla. El guardián estaría haciendo algo en otra
estancia, pero en completo silencio.

Luis Celaá Morales. 150 " El Último Dragón"


Pese a las ganas que tenía de irme a buscar a
Veena, me tuve que contener.
El Guardián me dijo bien claro que me sentara
a leer. Y al Guardián no se le desobedecía.
Hacía tiempo que tenía ganas de conocer
muchas cosas sobre las hadas, unos seres tan
antiguos como mi mundo. Fueron una de las
primeras creaciones divinas.
Había tan poca información sobre ellas en mi
mundo, que tener este libro delante de mí me
embriagaba la emoción.
No habían pasado ni diez minutos de lectura
cuando un ruido proveniente del supuesto
almacén me descentró de la lectura.
Volví a recordar a mi amada Veena, pero
también añoraba al Señor Libro y a la caja.
¿Qué habría sido de ellos? ¿Estarían bien o por
el contrario, habrían fallecido?
Algo en mi interior me decía que no me
rindiera, que los buscara, que mi corazón me
guiaría a la verdad.
Intenté despejar mi mente. Me estaba
concentrando para ponerla en blanco, porqué
sino no iba a poder disfrutar de una buena
lectura.
Volví a recordar las palabras de mi amigo, me
dijo claramente que esperara. Aunque el mundo
estuviera en guerra, así debería ser.

Luis Celaá Morales. 151 " El Último Dragón"


Seguro que los Dioses se lo habían mandado,
el Guardián tan sólo era un portavoz.
Volví a centrarme en el libro. La primera vez
no me había dado cuenta de que era anónimo.
Me sorprendió que una obra tan buena como
esa fuera de un autor anónimo, pero en este
mundo las cosas eran tan diferentes que no le dí
mayor importancia.
Estaba escrito en runas élficas, por lo que el
autor podría haber sido un Elfo o un Semi-elfo.
¡Qué tonto! Pensé. Cualquiera con amplio
conocimientos élficos podría haberlo escrito.
Olvidé al autor y decidí disfrutar de una de las
más bellas lecturas que nunca leí. Era muy
amplia, así que os intentaré hacer un resumen.
El primer capítulo se llamaba el origen del
hombre.
"Eran los albores del mundo, cuando las
Hadas vagaban por miles por el Mundo Mágico,
junto a los Enanos, los Unicornios y los Elfos. El
hombre acababa de aparecer bajo el sol. Los
Dioses les dijeron a las razas más antiguas:
Hemos creado unos nuevos seres. Os
preguntaréis para qué. Nuestros motivos
tenemos. Serán decisivos en el devenir de las
cosas. Deben desarrollarse por sí mismos.
Podéis ayudarlos, aunque no en exceso. Jamás
os entrometáis en sus vidas. Dejadles al margen
de vosotros."

Luis Celaá Morales. 152 " El Último Dragón"


En cuanto los Dioses se fueron, todas las
criaturas fueron corriendo al monte Olimpo.
Allí habían creado los Dioses a los doce
primeros humanos. Elfos, Enanos, Unicornios y
Hadas; que por aquel entonces fueron los
primeros moradores de este mundo observaron
ensimismados la divina creación.
- Son como los enanos pero en grande, más
feos y peludos- Bromeó un Hada pelirroja.
- Se parecen más a los Elfos, pero con las
orejas más redondas y tienen pinta de ser más
brutos- Siguió en el mismo tono jocoso un viejo
Enano, que debía ser el líder de los suyos.
- Aún son muy primitivos... - Reflexionó un
bello y estilizado Elfo.
- Propongo dejarles a su libre albedrío y subir
cada tres años a ver qué tal les va- Propuso el
mismo Elfo, que a buen seguro era el líder de
estas mágicas criaturas.
- ¿Tres años solamente? Creo, sinceramente,
que deberíamos dejarles en paz más tiempo.
Quizás cada diez días estaría bien. Ahora tienen
refugio en el monte, agua, frutos en abundancia.
Hasta dentro de diez años no deberíamos volver
pues hay muchos animales por aquí. Ellos nos
informarán por si algo malo les sucede. Así no
hay necesidad de que estemos por aquí - les dijo
mentalmente un respetado unicornio que era tan
antiguo como los Dioses.
Luis Celaá Morales. 153 " El Último Dragón"
Tras esta opinión, que a todos les pareció
bien, ya no se volvió a hablar más. Todos se
fueron. Cada uno por su camino, decidieron que
cada diez años volverían.
Así pues, siguieron su evolución. En las
primeras visitas pudieron comprobar que los
humanos aumentaban su población
considerablemente pero que no evolucionaban.
No habían aprendido ninguna técnica básica de
supervivencia: ni a recolectar para el invierno, ni
a sembrar alimentos ni siquiera a ordeñar las
cabras y vacas que los Dioses habían puesto a
su disposición. Por no hacer ni se les había
ocurrido ponerse encima la piel calentita de
algún animal muerto como un dientes de sable o
un primitivo oso. Por supuesto, su lenguaje no
pasaba de gruñidos y gritos...
A la cuarta vez que fueron a observarlos, la
población humana había descendido
considerablemente. Estaban muy diezmados
debido al frío, a la mala alimentación y a las
enfermedades.
El anciano Unicornio apenado por su
situación ordenó que un representante de cada
raza ofreciera un don a los humanos para que
éstos no perecieran.

Luis Celaá Morales. 154 " El Último Dragón"


Pese a que a ninguno les agradaba mucho la
idea e incluso los Enanos y Elfos protestaron,
todos secundaron la propuesta del Unicornio.
Por aquel entonces ya había más razas en el
mundo: Sátiros, Gigantes, Duendes y Valquirias.
Convivían con sus pequeños problemas pero
nada importante.
Juntos fueron hacia los prehistóricos seres,
un representante de cada raza. Los Humanos al
verlos se asustaron y muchos huyeron, pero
algunos que estaban enfermos, débiles o
hembras con sus crías no pudieron huir.
Estaban muertos de miedo pero esperaron
pacientemente a ver lo que hacían los recién
llegados.
El Unicornio se metió en sus mentes y les
contó rápidamente el origen de su raza. Les
explicó quienes eran los Dioses. Les contó que
podrían protegerse del frío con las pieles de los
animales muertos, les enseñó como
despellejarlas sin dañar la piel y también les
explicó lo que era el fuego y como hacerlo. Les
dió conocimiento. Ese fue su don.
El Gigante, mediante signos y con la ayuda
del Unicornio, les explicó cómo cortar leña para
hacer fuego pero respetando a los árboles
jóvenes. Tan sólo cogiendo la del suelo y la de
los árboles que iban a morir.

Luis Celaá Morales. 155 " El Último Dragón"


Les explicó que eran seres vivos y muy
importantes en la naturaleza.
El Gigante, también les explicó cómo unir la
leña con ramas y lianas para hacer pequeños
refugios o almacenes para la misma. Ése fue su
regalo.
El Enano, muy a su pesar pues no paró de
gruñir y quejarse, también les hizo un regalo a
través del Unicornio. Les enseñó a fabricar las
herramientas para cortar la leña con piedras y
palos. Además, les enseñó a trabajar la piedra y
a moldearla. Aunque se fue antes de que le
dieran las gracias, pues ya se había arrepentido
de ello.
El Hada les hizo un regalo clave para su
evolución. Todos fueron muy importantes pero el
del Hada mucho más, pues sin ella no estarías
leyendo ésto ahora mismo.
A través de sus mentes, les enseñó a hablar,
como escucharse mutuamente y les contó el
lenguaje de los signos. Después se fue feliz,
pues ella sabía que les había hecho el mejor
regalo de todos.
Los Elfos, medio obligados por el Unicornio
pero no por que ellos quisieran, a través de su
representante les dieron un regalo del que luego
se arrepintieron por el resto de los siglos, tanto
ellos como el resto de las razas.

Luis Celaá Morales. 156 " El Último Dragón"


Les contaron lo que eran las armas. Les dijeron
lo importante que eran para sobrevivir en un
medio salvaje. Les enseñaron a fabricar arcos,
espadas y cuchillos. Les explicaron que a los
animales había que respetarlos y quererlos pero
se les podía cazar de vez en cuando, siempre
respetando a los cachorros y a las hembras
jóvenes, para comérselos y alimentarse de ello.
Los Humanos se horrorizaron con la idea de
comerse a sus compañeros animales pero le
dieron las gracias por enseñarles a cazar y la
enseñanza sobre las armas.
El Duende les volvió a insistir en lo de cazar
tan sólo a los especímenes ancianos o varones
adultos, nunca a los cachorros ni a los jóvenes,
especialmente a las hembras. Les dijo que
probaran con animales grandes, que cazaran
osos o dientes de sable. Los Humanos se
asustaron con solo oír nombrarlos pues eran sus
enemigos más acérrimos. Éstos animales solían
matarlos y comérselos.
El Duende les tranquilizó. Les enseñó a
preparar trampas y les explicó como cazarlos en
grupo, pues uno contra uno era un suicidio. A los
Humanos les brillaron los ojos pues ni siquiera
se les había ocurrido. Agradecidos le dieron las
gracias miles de veces. El Duende se fue
contento

Luis Celaá Morales. 157 " El Último Dragón"


. Al poco volvió con un oso muerto, le quitó la
piel y le enseñó como curtirla y tratarla. Les dió
unas cuantas pieles que había traído para que
se abrigaran y aquellos seres dejaron de tener
frío. Otro regalo clave para la evolución humana.
El Sátiro se acercó a ellos y les impregnó de
vitalidad y ganas de vivir. Los enfermos y débiles
se curaron de sus males. A las embarazadas,
bebés y madres también les llenó de vitalidad y
ganas de vivir. Además, les enseñó a fabricar
una flauta con un hueso. Les dio el importante
don de la música y se fue dando saltos sin mirar
atrás.
El Unicornio relinchó satisfecho con los dones
entregados por otras razas. Contentos, los
Humanos lloraron de alegría, pues pasaron de
ser animales enfermizos y moribundos a seres
evolucionados y sanos. Les prometieron que
cada vez que bajaran les darían un regalo como
ofrenda de gratitud. Como en aquella ocasión no
tenían nada que ofrecerles les dieron dos bebés.
Uno macho y otro hembra, de padres distintos.
El anciano Unicornio se asustó, bufó y
mentalmente les rogó que no se los dieran, pues
un bebé no debe separarse de su madre. Ante la
insistencia, los ruegos y las súplicas de todos el
Unicornio finalmente aceptó.

Luis Celaá Morales. 158 " El Último Dragón"


Les contó cómo era el mundo en el que vivían,
les explicó que había más sitios habitables fuera
de ese lugar, les dijo que los llevaría a otra parte
del mundo y que les cuidarían entre todas las
razas.
El Unicornio decidió llamar al niño Adán, cuyo
nombre significa el don, el regalo. A la hembra la
llamó Eva, que en élfico significa la elegida.
Los Humanos dieron nuevamente las gracias
por todo y les dijeron que quince años después
cuando les hubieran educado y enseñado, que
volvieran con los suyos.
El sabio unicornio les contó mentalmente que
si así lo querían ellos de mayores pues así
harían. El mítico equino se marchó con los
bebés en la grupa, en un canasto construido con
ramas y lianas como les acababa de enseñar el
Gigante.
El sabio animal se alejó para no volver más.
Pensativo y asustado reflexionó sobre lo que
acababa de suceder. Sin querer habían creado
al ser más mortífero que pisaría ningún mundo.
Habían creado al hombre."
Aquí terminaba el sorprendente primer
capítulo, titulado "El Origen del Hombre".
Al principio no entendía que tenía que ver con
la batalla de las Hadas, pero luego comprendí po
rque algunas Hadas nos odian.

Luis Celaá Morales. 159 " El Último Dragón"


Ellas nos ayudaron y nos enseñaron a
sobrevivir. Nos dieron un maravilloso don: El
habla. Gracias a ello pudimos desarrollar nuestra
inteligencia y a cambio, se lo agradecemos
matando a otras razas.

Luis Celaá Morales. 160 " El Último Dragón"


XIX. " Tiembla, es Asnaráasha"
" La Oscuridad.
Confusión.
Miedo.
Pánico.
La Libertad.
Alegría.
Alboroto.
Volar. "
(Ancestral canción tradicional de las Arpías)

Veena no pudo calcular el tiempo que pasó


con los ojos cerrados, asustada y temblando.
Tenía que ser fuerte. Némesis le había dicho
que aguantara, le había ordenado que tenía que
convertirse en sacerdotisa y así debía ser. Ya
había comenzado el proceso de la ordenanza
sacerdotal.
Cuando notó que su respiración se volvía
más pausada, la bella curandera abrió un ojo y
luego el otro. Las paredes, los huesos... Todo lo
que la rodeaba seguía verde, aunque no era un
verde tan luminoso como antes. Estaba como
más apagado.

Luis Celaá Morales. 161 " El Último Dragón"


Debía haber perdido fuerza porque seguro que
llevaba un buen rato con los ojos cerrados.
Al abrir los ojos, un pequeño grito se le escapó
de la garganta.
Una enorme, fea y peluda serpiente sin ojos
yacía en el suelo cerca de ella. Justo al otro lado
del muro que había invocado.
Era tan grande que su enorme cola subía y
bajaba a través de los montículos de huesos,
parecía como si se perdiera en el infinito. Era
realmente atroz.
Sin saber el porqué, pensó en el Humano, en
su Humano.
Ese amor que a todos parecía molestar, puesto
que todos se habían empeñado en ponerles
trabas y separarles. ¿Sería una conspiración
judeo-masónica?
No sabía muy bien lo que significaban esas
palabras pero se las había oído decir a algún
humano cuando descubría alguna conspiración
de tintes épicos en un pasado que ya le parecía
remoto.
Volviendo a la cruda realidad, se puso en pie.
Buscó con la vista una puerta, abertura o
trampilla pero no vio nada. Quizás no la había o
no la buscaba bien pues iba demasiado deprisa.

Luis Celaá Morales. 162 " El Último Dragón"


Debía buscar con rapidez pues la serpiente
quizás despertara más enojada y peligrosa que
antes.
Por un momento se le pasó por la cabeza la
idea de matarla pero desechó la idea
rápidamente pues ella estaba en el mundo para
curar y ayudar, no para matar, a no ser que
fuera realmente necesario.
Volvió a mirarla detenidamente. Su cabeza
era tan grande que sobresalía a través del muro
invocado.
Era tan fea que daban ganas de pegarla. Pero
llamarla fea era poco. Posiblemente era el ser
más horrendo que nunca hubiera visto la
hechicera, y eso que había visto unos cuantos.
Sonrió ante su repentino sentido del humor. Ya
ni siquiera recordaba aquel tiempo en que era
feliz junto a los suyos: Zarkis, Sennier...
¿Sennier? Bueno, quizás era mejor no pensar
en ello.
Pensó qué hacer a continuación y se le
ocurrió un gran hechizo. Uno paralizante. ¡¡Qué
tonta, por no haberlo pensado antes!! Buscó las
palabras adecuadas, rodeó el muro y se puso al
lado de la serpiente.
Incomprensibles y antiguas palabras iban
saliendo lenta pero inconmensurablemente de
su boca. No parecía decirlas, ni siquiera
recitarlas.

Luis Celaá Morales. 163 " El Último Dragón"


Era como si las fuera depositando en el aire
con sumo cuidado. Tenía los ojos cerrados y los
brazos abiertos. La cabeza ligeramente ladeada.
Sentía esa maravillosa sensación que te
recorre el cuerpo cuando dejas fluir la magia por
tu interior. Veena se sentía dichosa cuando
sentía esa sensación.
A los pocos segundos de finalizar el hechizo,
Veena abrió los ojos. La serpiente sin ojos
seguía dormida, cuando se despertara se
llevaría una desagradable sorpresa.
De repente, se le ocurrió algo. Como la
serpiente era tan grande seguro que había
dejado un rastro tras ella. Por muy sigilosa que
fuera, tendría que haber algún tipo de huella.
Ella era una rastreadora bastante buena, de
hecho, todos los Tralfis lo eran. Para ellos era
como el respirar, lo llevaban innato en sus
genes.
Además, de pequeña solía buscar el rastro de
animales heridos y curar a los que pudiera,
aunque a veces llegaba tarde.
Siguió pues el rastro de la serpiente. Había
dado dos vueltas por donde ella había estado
antes de atacar. Luego dio muchos rodeos.
Finalmente, encontró una pequeña abertura que
venía del suelo.

Luis Celaá Morales. 164 " El Último Dragón"


¿Cómo diantres había pasado la serpiente por
ahí, si era pequeña incluso para ella?
Sopesó la posibilidad de que hubiera más
serpientes al otro lado de la abertura.
Eso sí que sería un problema. Quizás, no
hubiera nada. Tan sólo era un triste agujero
dónde la serpiente dormía.
Entonces, notó que la serpiente intentaba
moverse. Pero no podía.
Daba pequeños coletazos y los huesos de
alrededor salían disparados, pero no podía
moverse.
Veena la miró y sonrió satisfecha. ¡Vaya, me
estoy volviendo una hechicera buena, buena..! y
sonrió sarcásticamente. De repente, su cabeza
parecía estallar, era como si algo intentara entrar
en su interior. Miró a la maldita serpiente que se
había quedado inmóvil, mientras su cabeza
intentaba defenderse de ese algo que violaba su
mente dolorosamente. Notó que algo, una
presencia muy antigua la hablaba mentalmente.
Se asustó al pensar que era algún Dios pero al
rato se dio cuenta de que era la serpiente. Como
era absurdo y agotador, dejó de resistirse. Se
propuso atenderla,a ver que le quería decir.
- "Vaya, he sido una estúpida. Eres más
inteligente de lo que pensaba. Por tu presencia
diría que eres Tralfi.

Luis Celaá Morales. 165 " El Último Dragón"


Pero, ¿Eres una poderosa hechicera? o ¿una
semi-diosa que ha caído desprevenida en mis
dominios? " . - Le siseó la serpiente muy
despacio en su cabeza.
- "Saludos, ancestral ser. No quería molestar.
Sólo soy una Tralfi que sigue su camino, nada
más." - La Tralfi se asustó del sonido mental que
emanaba.
- "¿Tu camino? ¿Saludos? ¡¡QUE NO
QUERÍAS MOLESTARME DICES Y ME
INMOVILIZAS!! ¡¡PÉRFIDO SER QUE NO
RESPETAS A UN DIOS!!", le gritó mentalmente
aquella extraña serpiente en la dolorida cabeza
de Veena, que parecía a punto de explotar.
Veena se asustó. Una cosa era una serpiente,
por muy grande que fuese y otra muy distinta un
Dios o algún tipo de ente que era tan fuerte que
creía serlo.
Pensó rápidamente. El animal parecía
inteligente. Debía escoger sus palabras con
cuidado, no podía cometer fallos.
- "Perdona, mi divinidad. No quería hacerla
daño. Su estado es transitorio. Sólo quiero irme
y seguir con la tarea que me ha impuesto la
Diosa Némesis,nada más"- Le explicó Veena
con sumo cuidado, sin querer sobresaltar a la
divina serpiente.

Luis Celaá Morales. 166 " El Último Dragón"


-"¡¡¡ SSSSSSHHHHHH!!! ¡¡¡NÉMESIS!!! ¡Sólo
oír su nombre me enfurece!! ¡¡Ella me encerró
eternamente en este maldito calabozo!!
¡¡Tan solo por engendrar a los primeros
Dragones!! ¡¡A mí, a la Diosa Asnaráasha!! ¡¡Tan
antigua y potente como Zeus!!"- Volvió a gritarle
mentalmente.
Antes de contestar, la poderosa hechicera se
pensó muy bien lo que la iba a decir. Tenía que
ser directa pero suave, para que la Diosa no
sospechara nada. Además, ya no podía
aguantar más el dolor de cabeza.
-"Asnaráasha, yo te saludo. Tengo una idea.
Quizás no salga bien, pero podemos ayudarnos
mutuamente. Yo te ayudo a salir de aqui y tu me
muestras el camino que debo seguir." - Le
susurró Veena, escogiendo cuidadosamente
cada palabra.
-"¿Y por qué debo ayudarte? ¿no te basta con
que no te devore, que además quieres que te
ayude a salir? creo que disparas muy alto,
querida. ¿No sabes que no se juega con los
Dioses? - Le respondió Asnaráasha pero mucho
más tranquila, como si se hubiera calmado.
Veena pensó sus siguientes palabras. Podía
estar el tiempo que quisiera pensando. La Diosa
serpiente no tendría prisa pues los Dioses no
tenían concepto del tiempo.

Luis Celaá Morales. 167 " El Último Dragón"


Un ruido la sobresaltó. Provenía del interior de
la abertura. Invocó un hechizo para saber lo que
había en el interior de la cueva.
Se asomó previamente y vio a un pequeño
Dragón, dormido en el interior, ajeno a la
situación. Ajeno a todo, descansando
tranquilamente.
-"¡¡Maldita!! ¡¡has descubierto a mi pequeño!!
¡¡como le toques una escama juró por la tierra
que te torturaré varias veces!!"- La serpiente
gritó histérica. Por fin, había encontrado su
punto débil.
Hurgó en su mente, pues Asnaráasha estaba
muy ocupada insultándola y comprobó que era
su vástago. Era el último Dragón de aquellas
tierras, el único Dragón que había sobrevivido al
exterminio de los Dioses. Todo un hallazgo.
Sinceramente, nunca había creído esa fábula
infantil pero ahora comprobó que era cierta.
Los Dioses exterminaron a los Dragones
porque se habían vuelto tan poderosos que les
cogieron miedo.
Fue un genocidio sin sentido, puesto que los
Dragones no querían más poder tan sólo
anhelaban volar en libertad.
Todos fueron aniquilados hace siglos. Bueno,
todos no. Asnaráasha había escondido a uno.
Al último de los inigualables Dragones...

Luis Celaá Morales. 168 " El Último Dragón"


" CORRE.. HUYE
LUCHA POR TU VIDA.
ESCÓNDETE.
NO IMPORTA.
TE ENCONTRARÉ,
Y SERÁ PEOR"

(Viejo proverbio Tralfi)

Luis Celaá Morales. 169 " El Último Dragón"


- LIBRO SEGUNDO:

XX. En el fragor de la batalla


"No importa dónde te escondas
No importa lo que corras
Por muy bien que te ocultes
Por muy despacio que te busque
Te encontraré
Y ese será el peor de tus recuerdos"
(Fragmento de canción de la gloriosa
56 ava Legión en contra de los humanos)

1. "Traidores sin corazón". Hatelegolas se


reía cada vez que les oía pronunciar ese
nombre. Casi siempre lo utilizaban los estúpidos
de "Alma Humana" para referirse a uno de los
mejores ejércitos que nunca vio el sol bajo sus
pies.
Corazones Negros. Ese era el verdadero
nombre del ejército que con orgullo comandaba.
Para él era el mejor ejército del Mundo Mágico
por varios motivos. El primero era que luchaban,
principalmente, por odio. La mayoría de los
ejércitos luchaban por el oro o por el saqueo de
las ciudades (aunque lo camuflaban con la
excusa de buscar la gloria).

Luis Celaá Morales. 170 " El Último Dragón"


Para ellos esas cosas materiales les traían
sin cuidado. El odio les daba energía para luchar
y gracias a ese instinto primario nunca
desfallecían ni abandonaban.
Tampoco se les podía comprar fácilmente.
En este caso se unieron a la "56 ava Legión"
porque tenían los mismos objetivos. Estos les
conocían bien y ni siquiera habían hablado de
ningún sueldo. Para ellos hubiera sido insultante.
¿Qué mejor recompensa que abrir una cabeza
por la mitad con tu hacha?
Miró hacia atrás. Contempló su pequeño
pero temible ejército. Si él fuera el enemigo
estaría preocupado. Eran de los pocos lugares
en que podías ver luchar juntos a Enanos con
Lamias. A Silfos con Duendes. A Semi-enanos
con Hadas y Tralfis.
Era una pena que en esta ocasión no se
pudieran haber traído a los Entos con ellos.
Traerlos a través del desierto era muy duro para
ellos y mortal para un Ento.
No estaban sólo por el profundo desprecio
que sentían por aquella aberración de criaturas
llamadas Humanos. No. Eso era una parte.
La principal razón por la que habían aceptado
la llamada de Himler era porque por culpa de la
estupidez y la soberbia humana existían los
malditos Concilios.

Luis Celaá Morales. 171 " El Último Dragón"


Posiblemente sin los malditos mamíferos
bípedos hubieran existido igual, pero nunca se
hubieran celebrado cada tan poco tiempo.
50 años era mucho tiempo para los Humanos
y apenas una simple brizna en el tiempo para la
historia de los Dioses.
Además estaba la estupidez de profecía que
se inventaron por culpa de los Humanos.
Siempre salía mal, o acababa en una guerra
o en el exterminio de una raza.
Estuvieron a punto de rebelarse cuando
eliminaron a los gloriosos Dragones,que eran
una de las más bellas criaturas jamás creadas.
Pero no hicieron nada ni esa vez ni cuando vino
el jodido abuelo del último Humano de la
Profecía. Tuvieron la oportunidad de matarlo en
el bosque de Gadinor pero creyeron que llegaría
a tiempo de mostrarse ante los Dioses y por eso
le dejaron pasar. Se equivocaron.
Una vez más otra buena raza cayó por su
culpa. Las pobres Arpías se extinguieron todas a
la vez. Desde que el imbécil ese de Sennier le
echara, previa tortura de Rimantel, jamás había
sentido tanto dolor.
Esta era la última vez que lo consentían.
Muerto el perro se acabaría la rabia. Si mataban
a todos los Humanos no podría haber más
estúpidas e infantiles profecías.

Luis Celaá Morales. 172 " El Último Dragón"


La travesía por el desierto no había sido nada
fácil. Muchas de sus criaturas no estaban
preparadas para ello. Había sido un viaje
excesivamente cruel para las Hadas, Lamias y
Silfos.
Estos seres estaban acostumbrados a la
vegetación, al agua y a la vida. Para ellos estar
sin eso era como encerrarles en una oscura
celda. Cruzar el estéril desierto les había
diezmado, de las siete Lamias que comenzaron
el viaje, sólo quedaban tres.
Para compensarlas las había permitido a las
tres que "dialogaran" con los Humanos de
patrulla con los que se habían cruzado. No pudo
controlar el júbilo de la tropa cuando vieron
como los transformaban en gorrinos. Gracias a
ellas, llevaban varios días cenando como
marqueses.
Los Silfos y las Hadas también habían sufrido
lo suyo. Quedaban pocos pero no se quejaban.
Era algo de lo que estaba tremendamente
orgulloso. Para un Tralfi ver como un ejército
confía plenamente en él era lo más bonito del
mundo. No había mejor recompensa.
Por fin divisaron las murallas de la portuaria
Bobostock. Mandó un pequeño avance y le
informaron de que la batalla ya había
comenzado. El ataque marítimo estaba siendo
un rotundo éxito.

Luis Celaá Morales. 173 " El Último Dragón"


Las pocas tropas que estaban vigilando la
muralla este se habían ido a defender el puerto.
No habían localizado ni a Humanos, ni a Elfos ni
a nadie.
Eso no le gustó. Pensó que podía ser una
trampa. Miró a los suyos, estaban cansados
pero deseosos de luchar. Varios Enanos afilaban
sus hachas y le miraban con media sonrisa en la
boca. Todos estaban deseando guerrear.
Había venido para eso. Seguro que la
muerte haría un buen negocio con ellos pero el
impulso les dominaba. Estaba decidido.
Atacarían sin contemplaciones. Sin hacer
prisioneros y ocasionando todo el daño que
pudieran. En cuanto pronunció la órden, todos
estallaron en gritos de aprobación. Daba gusto
ver un ejército así.
Repartió las tropas en tres grupos para
atacar desde tres sitios diferentes por si acaso
era una trampa. Una cosa era no tener miedo y
otra muy diferente era ser estúpido...
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Luis Celaá Morales. 174 " El Último Dragón"


2. Himler se imaginaba que algo raro estaba
sucediendo. ¿Si entregaban a los Humanos por
qué seguían luchando en el puerto?
Además, los tres hechiceros élficos parecían
muy mayores al igual que el grupo de Tralfis que
los acompañaba.
¿No había Humanos jóvenes o sanos? Todos
eran ancianos o lisiados. Algo en su cabeza le
avisaba del peligro pero sus tropas estaban
eufóricas saliendo de sus escondites y
vitoreando al cielo. Algunos, incluso, habían
tirado las armas y bailaban henchidos de
felicidad y ebrios de estupidez.
Desgraciadamente, todo fue muy rápido.
Los Humanos, supuestamente prisioneros, se
escondieron o volvieron corriendo a la ciudad.
Los tres Elfos comenzaron a recitar algo en un
extraño idioma mientras se concentraban. Los
Tralfis, mientras tanto, sacaron algo de sus
ropajes.
Acribillados por la ferocidad de las flechas
lanzadas por el enemigo, decenas de valientes
Orcos, Semi-orcos e incluso algún Gigante caían
muertos al suelo.
Para cuando quisieron reaccionar, los Tralfis
habían mandado una nueva andanada de
flechas matando a otros tres Gigantes.

Luis Celaá Morales. 175 " El Último Dragón"


Los Humanos habían desaparecido de la vista
y los Elfos habían terminado de preparar su
hechizo.
Una tormenta de muerte era la maldita magia
empleada por los Elfos. Decenas de los suyos
caían abatidos por una tormenta de fuego que
salía de unas extrañas nubes negras que
aparecieron sobres sus cabezas.
Afortunadamente, los Gigantes que
quedaban sí que reaccionaron. Entre varios
derribaron una de las torres de vigilancia de la
puerta principal que cayó encima de los tres
malditos Elfos.
El cielo volvió a iluminarlos. Junto a una lluvia
de fuego,flechas y aceite hirviendo que salía
desde dentro de la ciudad.
Malditos traidores de "Alma Humana", encima
que les daban una oportunidad de salvarse les
habían preparado una emboscada...
Comenzó a dar órdenes. Muchos de los suyos
habían caído, pero los demás ya estaban
luchando contra los Tralfis que aún quedaban
vivos.
Mandó esconderse y reagruparse al ejército,
pues en un momento habían sufrido muchísimas
bajas. Gigantes sólo quedaban tres ilesos y uno
que agonizaba junto a la puerta.

Luis Celaá Morales. 176 " El Último Dragón"


Se habían reagrupado en varios escuadrones.
Él estaba junto a la torre de vigilancia.
Se habían apoderado de ella y desde allí,
varios Orcos disparaban flechas al interior de la
ciudad causando bastantes bajas en su
formación.
Himler llamó a los Semi-orcos que cerraban el
ejército atrás. Trajeron escalas y varios arietes.
La mayoría de las escalas eran repelidas por los
defensores del castillo.
Aunque gracias a los Orcos, apostados en la
torre de vigilancia, estaban empezando a invadir
la maldita puerta norte.
Los Gigantes cogieron los arietes como quien
agarra una espada y cada uno corrió contra la
puerta con todas sus fuerzas. Tras los dos
primeros arreones la puerta aguantó pero tras el
tercero empezó a ceder.
Mientras, otro Gigante caía muerto bajo el
aceite hirviendo lanzado desde la ciudad, pese a
la ayuda desde la Torre. Himler estalló de cólera.
Pero, por fin, la buena noticia fue que la
puerta estaba cediendo. Había visto muchas
cosas en su vida, pero la verdad es que ahora
estaba sorprendido.
Llevaba mucho tiempo tratando con los pocos
Gigantes que quedaban en este mundo.

Luis Celaá Morales. 177 " El Último Dragón"


Les había visto hasta contentos e incluso
enfurecidos, pero nunca tan enojados como
ahora lo estaban.
Daba miedo, pero que mucho miedo, ver a un
Gigante enfadado. Iban más deprisa que un Elfo
y con más fuerza de lo habitual, como si la rabia
les diera energía extra.
La puerta cayó y un grito de júbilo salió de la
garganta del Gigante que entró. Lanzó el ariete
con rabia contra dos catapultas que estaban
lanzando "Fuego de los Dioses" y ambas
acabaron inutilizadas. Cientos de Orcos, Semi-
orcos, Trasgos, Duende e incluso alguna Lamia
entraron blasfemando a la ciudad, rodeando al
Gigante.
Ahora que habían entrado en la ciudad, nada
les iba a parar. Su odio se había desatado.
El tiempo del perdón había concluido. Victoria
o muerte. No habría ni rendición ni prisioneros.

Luis Celaá Morales. 178 " El Último Dragón"


XXI. Erus, un magnífico Dragón.
" Lo más majestuoso,
lo más hermoso
era verles volar.
El mundo entero
temblaba a sus pies.
De un gran vuelo
recorrían países, regiones...
Nada les podía parar
Era los increíbles Dragones"
(Vieja canción Élfica de Gadinor)

Aún no se podía creer la magnitud de su


descubrimiento. Volvió a mirar a través de la
pequeña abertura y efectivamente, ahí estaba.
Veena no lo había soñado. El Dragón debía ser
bastante joven y aún así tenía un aspecto feroz.
Estaba acurrucado sobre sí mismo. Tenía las
alas plegadas sobre su cabeza para dormir
mejor. El cuerpo lo tenía lleno de escamas y la
cara le recordaba ligeramente a una serpiente,
aunque daba mucho más miedo.
Veena no podía entender por qué una raza
tan terrible se había extinguido en todos los
mundos conocidos. Daba que pensar.

Luis Celaá Morales. 179 " El Último Dragón"


Sucedió hace tanto tiempo... Tantos siglos
habían transcurrido desde su extinción, que
había mucha gente que ni siquiera llegó a creer
que alguna vez surcaron el cielo.
Se movió un poco y resbaló al intentar
cambiar de posición para observarlo mejor.
El Dragón movió sus alas como pudo para el
poco espacio del que disponía y abrió sus
enormes ojos. La observó, plegó sus alas y se
introdujo en su mente.
-"¿Qué eres y por qué me observas? ¿Qué
haces aquí?"- Le inquirió con una fuerza atroz
en su desprevenida cabeza.
Veena decidió responderlo mentalmente, en el
mismo idioma y forma con la que se había
comunicado con él. Se le ocurrió una pequeña
idea. Era arriesgada pero tenía que probarla o
sería devorada por aquellas bestiales criaturas.
-"Saludos. Dios del Cielo. He venido hasta
aquí porque he notado tu presencia. Para mí ha
supuesto un gran alivio saber que al menos
queda uno de tu raza. Vengo a presentarte mis
respetos y a dialogar contigo." - Se presentó la
hechicera cortesmente a su interlocutor, con la
mayor dosis de tranquilidad que pudo reunir.
El Dragón cambió de posición para verla un
poco mejor. La miró atentamente desde otra
posición.

Luis Celaá Morales. 180 " El Último Dragón"


Se había incorporado y pese a que parecía no
tener ni una docena de años de vida imponía
mucho, pero que mucho respeto.
-"¿Por qué has venido a molestarnos a mi
madre y a mí? No me interesa hablar contigo. Si
no fuera porque no entro por ahí te devoraría de
un bocado, extraño ser. Vete, antes de que te
arrepientas"- Y se dio la vuelta. Estiró sus patas
delanteras, luego las traseras. Parecía como si
el Dragón hubiera decidido terminar la fugaz
conversación sin dejar lugar a ningún tipo de
réplica o diálogo.
Veena miró hacia atrás y comprobó que
Asnaráasha estaba extrañamente callada. No
intentaba liberarse del hechizo, o eso parecía, lo
cual le resultó extraño. Buscó en la mente del
ser. Al concentrarse notó que aquel bífido
lanzaba hechizos para liberarse de su
aprisionamiento. Para despistarle, Veena se
comunicó con la serpiente.
-"Saludos nuevamente, poderoso Dios. Si me
das tu palabra de no devorarme y me ayudas a
salir de aquí, te prometo que no le haré ningún
daño a tu joven Dragón. Sabes que la palabra de
los Tralfis es sagrada"
La ciega serpiente tardó más de cinco
minutos en responder. Mientras, Veena echó un
rápido vistazo por la abertura y pudo ver como el
Dragón seguía a lo suyo.

Luis Celaá Morales. 181 " El Último Dragón"


Parecía como si estuviera haciendo gimnasia o
algo parecido. De nuevo sintió la poderosa
presencia del Dios en su cabeza. Le avasallaba
todos los pensamientos. Era como si oprimiera
su mente.
-" JA JA JA ... ¡¡¡Que no lo harás ningún daño!!
¡Qué petulancia! ¿Qué posibilidades crees tu
que tienes frente a mi Erus? Es joven pero ya se
le nota la ferocidad de los Dragones"
Pese que ya se había comunicado con el ser
omnipotente, la hechicera Tralfi, volvió a
sorprenderse. Uno no podía terminar de
acostumbrarse a una presencia tan poderosa.
Veena midió sus palabras. Las pensó muy
bien antes de comunicarlas al Dios. Quería que
viera que estaba de su parte. Tenía que
convencer a la serpiente.
Volvió a penetrar en su mente. Depositar allí
sus pensamientos. Quería ser rápida pero no
precipitarse.
-"Oh, Asnaráasha, poderoso creador de la
más temible raza que vio el Mundo Mágico.
Ahora entiendo tu dolor. Ahora comprendo tu
rabia. Ya comparto tu odio. Creía que no
quedaban Dragones en ningún sitio pero ahora
se la abominación que cometieron los Dioses
con ellos. Eran tan hermosos, tan poderosos...
que los Dioses les temieron.

Luis Celaá Morales. 182 " El Último Dragón"


Permitidme, oh Asnaráasha convertirme en tu
más humilde seguidora. Si lo deseas propagaré
tu palabra y tu memoria. Si no quieres, nada diré
a nadie sobre la existencia de Erus, el último y
poderoso Dragón. Te prometo que te serviré y
ayudaré. Tan sólo ayúdame a seguir mi camino
para terminar mi ordenanza sacerdotal.
Prometo no defraudarte. Sabes de sobra que
los Tralfis no mentimos y que nuestra palabra es
sagrada para nosotros."
Dicho ésto y como la poderosa serpiente no
le respondía, una vez más Veena dejó que la
magia se esparciera por su cuerpo.
Cuando estuvo concentrada deshizo el
hechizo que retenía a la divina serpiente. Quizás
se arrepintiera más tarde pero debía arriesgarse
o si no saldría demasiado tarde de allí.
Era crucial salir ya de aquel gigantesco foso
de cadáveres.
Mientras efectuaba el hechizo, notaba como
dos poderosas presencias la ayudaban con la
magia. Lo hubiera hecho sola de todas formas
pero gracias al Dragón y a la poderosa Diosa no
se cansó tan rápidamente y apenas se agotó
mentalmente. Nunca le había resultado tan fácil
lanzar un hechizo ni nunca se había sentido tan
bien.

Luis Celaá Morales. 183 " El Último Dragón"


El primero que contactó en su mente fue el
joven Erus. Parecía como haber escuchado
mentalmente la conversación entre ella y su
divina madre.
"He escuchado todo, joven hechicera"- Le dijo
el joven Dragón. "Debes ser muy poderosa para
poder hacer un hechizo y deshacerlo tan
rápidamente sin apenas esfuerzo ni
agotamiento. Un Humano o cualquier otro ser
estaría agotado o casi muerto. Noto tu fuerza. La
magia fluye naturalmente a través de ti. No la
provocas como otros seres. Estás destinada a
ello. Serás una buena sacerdotisa si así lo
deseas.
Si lo que has dicho antes es cierto y nos
prometes lealtad, te ayudaré en tu tarea. Pero
debes saber que venerarás siempre a mi madre
y en caso de que solicitemos tu ayuda, vendrás
a prestárnosla. No querrás verme como tu
enemigo. No tendrías sitio dónde esconderte si
faltases a tu promesa.
Te encontraría y, si nos traicionases, te
torturaría de tal forma que me suplicarías la
muerte. Confío en tu palabra. Mi madre me ha
hablado de las razas que aún existen. Nunca he
salido de aquí, por lo que eres el primer mortal
que conozco.

Luis Celaá Morales. 184 " El Último Dragón"


Sé que la palabra para los Tralfis suele ser
sagrada. Te acepto como discípula y a cambio te
ayudaré en tu ordenación.
Pero luego cada uno seguirá su camino pues
debo encontrar los demás huevos que escondió
mi Diosa madre. Ojalá hayan sobrevivido.
Nuestra raza depende de ello, sino seré Erus, el
último Dragón."
Fue tanta la información acumulada en un
momento que Veena necesitó tiempo para
asimilarla. Notó como Asnaráasha se deslizaba
sigilosamente hacia ella. No sabía si estaba de
acuerdo con las palabras de su hijo pero no se
manifestó en contra, lo cual debía ser una buena
señal, o eso esperaba la hechicera.
"Oh poderosa Asnaráasha. ¿Estás de acuerdo
con lo que ha dicho tu hijo? El me va a ayudar y
yo a cambio, os prometo devoción eterna.
Es más, cuando termine esta misión que me
han encomendado y me reúna de nuevo con mi
amado me gustaría poder ayudaros. Mientras
tanto, os doy las gracias por vuestra ayuda, de
antemano."- Le dijo mentalmente la poderosa
hechicera a la Diosa, la cual se había
aproximado tanto a ella que podía notar hasta su
aliento. Al verla tan cerca, la Tralfi se arrodilló y
bajó la cabeza lentamente en señal de sumisión.

Luis Celaá Morales. 185 " El Último Dragón"


"¿Te has arrodillado ante mí, poderosa
hechicera? No es necesario. Álzate. He visto tu
poder. Aunque sea ciega no necesito los ojos
pues puedo ver con la mente.
Cuando te acostumbras, es incluso mejor
pues los ojos te engañan, la mente te muestra la
realidad como es.
Mi hijo ha hablado. Ahora eres su discípula y
si él confía en tí, yo también lo haré. Aunque
fuiste tú la que me apresaste, te agradezco que
me liberaras. Has demostrado mucha
inteligencia y gran valor con ese acto.
Arriesgaste, pues no sabías como íbamos a
reaccionar.
El que arriesga gana. Puedes irte con Erus.
Ha llegado su hora. Lleva más de doce años
encerrado conmigo. Le he estado formando, le
he enseñado todo lo que sé. Como era joven le
he ocultado para protegerle de la ciega ira divina
Está deseando salir desde que le conté que
no es el único huevo que sobrevivió a la
tragedia. Escondí otros doce huevos más en
diferentes lugares de este mundo, pues no me
dio tiempo a escapar a otra dimensión. A
algunos tuve que dejarlos solos pero otros están
protegidos por seres de mi confianza. Te tomo la
palabra. En el futuro ayudarás a Erus en su
búsqueda, pues es larga y peligrosa.

Luis Celaá Morales. 186 " El Último Dragón"


Ahora debes terminar tu ordenación. Haz lo
que te mandó esa maldita de Némesis. No te
asustes, no te guardo rencor. No me conocías.
Puedes hacer lo que te mande mientras no se
cruce su destino con el nuestro.
Deberías irte ya o no llegarás a tiempo. Llevas
muchas horas perdidas en este Bustum. Para
salir de aquí métete por esa abertura. Erus te
espera. Juntos volaréis a vuestro destino".
La siseante voz de la Diosa se introdujo lenta
pero convincentemente en la mente de la Tralfi.
Veena se incorporó. Le dio las gracias y se
despidió de la Diosa mientras veía como se
alejaba entre calaveras y huesos hasta
desaparecer de su vista.
Notó como el Dragón la llamaba mentalmente.
La dijo que no tuviera miedo, que entrara. Veena
dudó un momento. Una cosa son las palabras y
otra los hechos.
Aunque el Dragón tuviera sólo doce años de
edad, imponía bastante meterse de cabeza en
su guarida. Suspiró. Lo que hay que hacer para
que los Dioses estén contentos. A ella le daba
igual lo del sacerdocio.
Es más, hubiera preferido estar tranquilita
en Rimantel o buscando a su amor que pisando
huesos en una húmeda cueva.

Luis Celaá Morales. 187 " El Último Dragón"


¿Bustum? ¿Qué era ese Bustum que le había
dicho la serpiente?
Decidió dejarlo correr, armarse de valor e
introducirse por la dichosa abertura de una vez.
¿Y si me quedo atascada y no consigo
avanzar? Bueno, había que arriesgar. No le
quedaba otra opción...
Pensó mientras se introducía con dificultad
por la abertura que daba a la mismísima guarida
del Erus, el último Dragón conocido.

Luis Celaá Morales. 188 " El Último Dragón"


XXII. "Génesis"
"Némesis, Diosa Maldita.
Todopoderosa de la justicia.
Decides, acusas, arbitras...
Bajo tus eternos hombros
recaen todas las culpas."
(Estudios élficos sobre los Dioses, anónimo)

Cuando terminé de leer el primer capítulo del


fabuloso libro que tenía en mis manos, "La
Batalla de las Hadas", asaltaron mi, más que,
calenturienta imaginación un millón de dudas.
Busqué con la mirada al Guardián del Portal
pero no vi ni oí nada. Sabía que no se podía
alejar del portal más de unos segundos. Pero no
sabía a dónde iba a parar aquella curiosa puerta.
Por un instante, dudé. Estuve a punto de bajar
de la silla y abrirla pero me pude contener. Sé
que al Guardián no le hubiera hecho mucha
gracia que lo hubiera hecho, así pues, contuve
mis impulsos.
No pude evitar esbozar una sonrisa
recordando la última vez que metí la pata
estando en el portal. ¿Seguirían esas gárgolas
raras cuidando el espejo mágico? Es más,
¿Continuaría estando debajo de la cama?

Luis Celaá Morales. 189 " El Último Dragón"


No sé si fue por madurez o por el atroz miedo
que le tenía al barbudo vigilante del lugar pero el
caso es que no me moví de la silla. Tan sólo
volví a abrir el élfico libro y continué leyendo.
Después de leer el primer capítulo titulado,
"El origen del Hombre", me puse con el segundo
capítulo de aquel apasionante libro. El carácter
élfico que lo titulaba no tiene traducción a ningún
idioma humano, quizás lo más parecido sea
"Génesis" aunque eso sería sacrilegio para
muchas religiones...
"Los Humanos no dieron crédito a lo que
había sucedido. De repente, algo cambió en sus
adentros, la necesidad de saber y aprender les
transformó. Pensaron. Hablaron entre ellos. Al
principio eran sólo gritos y palabras inconexas,
pero hablaron. Había surgido la primera forma
de comunicación. Todo gracias a las Hadas, a
las que mucho tiempo después traicionarían
como compensación. Pero eso fue mucho
tiempo después.
Gracias a los dones entregados por las
diferentes criaturas mágicas, los seres humanos
no sólo sobrevivieron sino que acabaron
convirtiéndose en la especie animal más
inteligente.
Mejoraron sus sistemas de caza.,también de
recolección y almacenamiento de alimentos.

Luis Celaá Morales. 190 " El Último Dragón"


Aprendieron a cultivar la tierra. Mejoraron su
forma de comunicación, creando su primer
idioma.
En poco tiempo se les quedó pequeña la zona
donde vivían y decidieron expandir sus terrenos.
Pese a las súplicas de los más ancianos, que
seguían contando viejas leyendas aprendidas de
sus ancestros, sobre animales mitológicos que
ayudaban al hombre dándoles un don, la
mayoría decidió irse.
Como no sabían muy bien por dónde ir, se
formaron varios grupos; los cuales tomaron
diferentes direcciones. Tan sólo quedaron en
aquel mágico lugar, unos pocos ancianos, algún
enfermo y un par de familias que siempre
obedecían, sin discusión, a los sabios ancianos.
Pasó el tiempo y esperaron a las criaturas
mágicas pero no aparecían. Los días iban
pasando pero no regresaban los mágicos seres.
Mucho tiempo después algunas de esas
criaturas se dejaron ver, pero nunca se
acercaban a los humanos y mucho menos se
dejaban tocar.
Cuando llegó el duro invierno, su más anciano
y sabio consejero, Melequías falleció. Cuando
todos lloraban su muerte,un Unicornio se les
unió en los ritos fúnebres.

Luis Celaá Morales. 191 " El Último Dragón"


Hacía mucho tiempo que nadie que habitara
aquel lugar había conseguido verlos pues eran
unas criaturas extremadamente huidizas y
solitarias.
Todos se asustaron y entre gritos de sorpresa
todos se retiraron menos unas pocas personas
que al verlo llegar, se arrodillaron frente a
aquella maravillosa bendición.
El Unicornio les habló. Habló pero sin voz, ya
que sus palabras eran depositadas en las
mentes de aquellas personas. Irradiaba una
increíble sensación de paz. Sólo estar frente a
aquel ser les llenaba el alma de felicidad. Todos
sonrieron satisfechos, nadie se movía. Todos
atendieron las palabras que en sus mentes
depositaba aquella estupenda criatura sin igual.
El Unicornio les agradeció que no partieran
de aquel sagrado lugar. Les explicó que los
Humanos que habían abandonado el sitio
habían sufrido mucho, que tras varías aventuras
y numerosas bajas algunos habían llegado a su
destino.
Les contó que el resto de las criaturas les
temían pues allá dónde iban, arrasaban tierras y
quitaban vidas. Les narró la historia de dos de
los suyos que fundaron dos reinos a la vez.
Como se querían mucho fundaron sus reinos
muy cerca el uno del otro.

Luis Celaá Morales. 192 " El Último Dragón"


El mayor, más cruel y ambicioso, tenía el
nombre de Abel. Mientras que el pequeño, de
nombre Caín, era más humilde, trabajador y feliz
Abel empezó a desear la felicidad de su
hermano pero por mucho que trabajaba, por más
tierras que conquistaba para su reino no era feliz
Tuvo innumerables esposas y una legión de
hijos. Junto a familiares e hijos construyó
muchos altares para ganarse el favor de los
Dioses, pero para ello sembró el reino de terror y
corrupción. Sacrificó muchas vidas para seguir
aumentando sus dominios. Todos les temían.
Mientras, en el pequeño y aislado reino
vecino, el reino del humilde Caín, todos eran
felices. Nadie poseía nada suyo, todos
compartían con los demás las cosas: las tierras,
las casas, las cosechas, los trabajos...
Eran muy felices porque nadie quería más
de lo necesario para vivir. ¿Para que coger o
robar algo cuando tu vecino te lo daba cuando lo
necesitases?
Pero los habitantes de aquel fabuloso reino
cometieron un gravísimo error. No creían en los
Dioses. Se volvieron ateos. A los todopoderosos
Dioses esos no les sentó nada bien.
Abel sentía cochina envidia de la paz y
felicidad que había en el diminuto reino de su
próspero hermano.

Luis Celaá Morales. 193 " El Último Dragón"


No entendía porque eran tan felices si no
tenían nada. Apenas sobrevivían con lo que la
tierra o el mar les daba. Convivían unos con
otros ayudándose entre ellos y cuidando de los
animales. Sólo tenían amor para dar.
Abel y sus hijos no lo entendían. Ciegos por la
rabia y el odio les fueron ganando terreno,
mataron a muchos del reino de Caín, y los
arrinconaron en un pequeño pero bonito monte:
El monte de Arat.
Caín fue a hablar con Abel. Le solicitó
audiencia. El, su mujer y sus seis hijos mayores
fueron recibidos por Abel y su numerosa prole.
Caín le suplicó que los dejaran en paz. Que
ellos no querían guerras, tan sólo deseaban vivir
en armonía. Caín le dijo que si quería su reino
que se lo daba, que con el monte de Arat les
sobraba pues la tierra compartiría con ellos sus
frutos para vivir.
Abel se encolerizó aún más al ver a su
hermano tan relajado y feliz. ¿Por qué no estaba
furioso con él con todos los suyos a los que
había matado? ¿Por qué le perdonaba y le
regalaba su reino sin ni siquiera luchar?
El envidioso Abel, como no entendía la actitud
de su hermano se enfureció aún más. Bajó a
hablar con su hermano y darle un falso abrazo.

Luis Celaá Morales. 194 " El Último Dragón"


Caín, feliz del abrazo, lo aceptó ingenuamente
sin reparos. Pero el mezquino de Abel le clavó
un puñal por la espalda mientras le maldecía a él
y a su estirpe. Los hijos de ambos bandos se
enzarzaron en una cruenta batalla.
Como Caín siempre había sido muy fuerte,
luchador y trabajador; se levantó. Le dijo a Abel
que le perdonaba, una vez más, si se iban del
monte para siempre él y su prole.
Abel le escupió a la cara, mientras se reía del
malherido hermano. Por primera y única vez en
su vida, Caín enfureció y estranguló a su
hermano sin compasión. Abel murió asfixiado.
Miró a su alrededor. Su mujer, Raqe estaba
sin vida agonizante a su lado. Lloró junto a ella,
pero ella feliz le pidió antes de morir que cuidara
de sus hijos y que nunca más luchara con nadie.
Caín le prometió que así haría.
Raqe murió viendo cómo tan sólo su amado
Caín y dos de sus hijos la llorarían. Los otros
cuatro hijos mayores habían muerto en la flor de
la vida. Su alma, aún hoy en día, llora la pérdida
de los suyos.
Caín miró el aspecto de la sala. Todos menos
él, que estaba malherido y sangraba mucho, y
dos de sus hijos, habían muerto.
Lloró por todos y mientras lo hacía, un Dios
bajó y le preguntó por su hermano.

Luis Celaá Morales. 195 " El Último Dragón"


Él, aún confundido y consternado, no
entendió bien la pregunta y la evadió.
El vanidoso Dios se enfureció por el
desprecio de Caín y no quiso escucharle más.
Por haber matado a su hermano le condenó a
vagar junto a los suyos eternamente. Ninguno de
los tres podrían morir ni amar nunca más.
Tendrían más hijos pero serían infelices y
errarían sin rumbo, despreciados por los suyos
para siempre, por toda la eternidad."

Cuando el Unicornio vio que su cuento les


había entristecido tanto tocó con su cuerno a
cada uno de los trece hermanos que arrodillados
frente a él le habían escuchado con atención.
A Noé, el más mayor tras el recientemente
fallecido Melequías, le dijo que construyera un
arca. En él debía introducir, al menos, a un
macho y una hembra de cada especie animal
que encontrara.
También debía plantar un huerto y un terrario
para las especies vegetales, al igual que un
inmenso acuario en el interior del Arca para las
criaturas acuáticas.
Luego le pidió que él y los suyos se metieran
en ese arca con provisiones suficientes para
muchísimas lunas.

Luis Celaá Morales. 196 " El Último Dragón"


Noé, extrañado y confuso, le inquirió los
motivos pues hacía un tiempo espléndido pese a
ser invierno y para la época de lluvias aún
faltaba mucho. No entendía por qué había que
construir una embarcación tan grande en una
zona tan montañosa.
El Unicornio le explicó que debía darse prisa
pues tan sólo disponía de sesenta días para que
él y los suyos la fabricaran, y así terminó de
hablar.
Por mucho que insistió Noé, no quiso decirle
nada más. Ni accedió a contarle nada más pese
a las reiteradas súplicas. Antes de que se dieran
cuenta, el Unicornio había desaparecido.
Los trece Humanos se miraron extrañados.
Helena, una de las Humanas, les contó que no
podía entender el motivo de acometer aquella
titánica tarea pero si el Unicornio les había dicho
que lo hicieran, así deberían hacerlo. Ella se
ofrecía para encargarse de buscar y cuidar las
plantas y traer a los insectos.
David, el más fuerte y joven, también estuvo
de acuerdo y junto a sus hermanos Luis y Carlos
buscaron y derribaron los árboles más fuertes y
robustos para construir el arca. Ellos, también
decidieron encargarse de los animales
carnívoros y de fabricar sus jaulas.

Luis Celaá Morales. 197 " El Último Dragón"


El pastor Endimión, se encargaría de los
animales de granja, de su alimentación y
cuidados.
Así, cada uno de los doce hermanos se
repartieron equitativamente las tareas dirigidos
por el anciano y sabio Noé.
Durante las noches siguientes el trabajo fue
sobrenatural. Mientras, el resto de los Humanos
que vivían en el monte se burlaban de aquellos
trece hermanos escogidos por el Unicornio.
Pero ellos les ignoraban y se dedicaron a
trabajaba duramente construyendo el arca,
buscando y recogiendo animales, haciendo
acopio de armas y herramientas.
Noé les ordenó a sus hermanos que no
contestaran a las provocaciones y se dedicaran
a trabajar aunque los demás se burlaran y se
dedicaran a disfrutar de las largas noches
invernales. Se reían, bailaban y unían sus
cuerpos sin cesar todas las noches. Luego se
quejaban y maldecían a los trece Humanos que
tanto trabajaban y tanto ruido molesto hacían por
el día."
Interrumpí mi lectura. El capítulo segundo
acababa así de bruscamente. Algún estúpido
había arrancado las hojas del libro, faltaban al
menos veinte hojas. Muchos capítulos habían
desaparecido desoladamente de su cuerpo
original.

Luis Celaá Morales. 198 " El Último Dragón"


Me sentí lleno de rabia, de ira y de frustración
¿Por qué las habían arrancado? ¿Por qué
estropear así al libro
¿Lo dañaron por ignorancia o por la codicia de
poseer más sabiduría?
Miré nuevamente el libro. Reflejaba un triste
aspecto. Estaba abierto por dónde terminaba la
lectura del incompleto segundo capítulo y un
montón de hojas arrancadas en el medio del
libro hasta un siguiente capítulo que sí que
permanecía integro.
Parecían tristes restos de un pasado mejor.
Hojas muertas y dañadas de una guerra que el
agonizante libro nunca entendió.
El siguiente capítulo que se podía leer era el
noveno... ¡¡EL NOVENO!! Habían estropeado
éste maravilloso y único ejemplar arrancándole
las entrañas, sacándolo sus vísceras. Dejándolo
desnudo e incompleto. Habían dañado un
pequeño trozo de la historia que nunca se podría
volver a recuperar pues era un libro incunable.
Una lágrima inundó mi cara.
¿Cómo podría haber gente que hubiera
cometido este atentado y seguir tan feliz
viviendo? Superando como pude mi enorme
tristeza, continué la lectura dónde se podía. Este
capítulo era la primera parte de la famosa batalla
de las Hadas, que daba título al incunable libro.

Luis Celaá Morales. 199 " El Último Dragón"


XXIII. "Se acerca la dulce victoria"
"El odio. Tan criticado.
Tan vilipendiado.
Tan despreciado.
Pero, ¿No se dan cuenta?
¡¡El odio es la mejor arma!!"
(Seunmen, antiguo líder de la "56 ava Legión")
1. Desde el lado invasor:
Himler sonreía satisfecho. Pese a las muchas
bajas que estaban teniendo la batalla se estaba
decidiendo a su favor y eso que la mayoría de
esas bajas fueron culpa de una estúpida treta
que no supieron identificar a tiempo.
Siempre había sido un guerrero, le gustaba
aplastar cráneos enemigos. Cuando descargaba
su impresionante espada de doble filo en los
rivales sentía un placer difícil de explicar, no se
podía comparar con nada.
Él siempre comparaba un orgasmo con
amputar un brazo o una pierna de un enemigo.
La subida de adrenalina que le producía matar
era el mejor doping del mundo.
Lo único que le había molestado un poco era
la candidez de sus hombres. Cayeron en una
treta demasiado infantil y absurda y eso era
imperdonable.

Luis Celaá Morales. 200 " El Último Dragón"


Había tenido más bajas de las que había
calculado. Todas eran importantes pero fueron
especialmente dolorosas las de los Gigantes.
Seres maravillosos dónde los haya. Pacíficos
hasta la exageración si no se les molesta, pero
crueles y sanguinarios cuando se enfadan.
Poseen la rapidez de un Elfo y la fortaleza de
un batallón. Cada Gigante muerto era como
tener 30 bajas de alguna otra raza, eso sin
contar el efecto negativo que causaba entre los
demás cuando veían morir a esas enormes
moles.
Los Elfos habían resistido bastante bien el
primer envite. Pero eran pocos para igualar el
odio acumulado de tanto Orco, Minotauro, Semi-
orco y Troll. Y no digamos para intentar parar al
par de Gigantes que aún quedaban vivos.
Después de arrancarle la cabeza a un Semi-
elfo, bastante feo para lo que son los Elfos por
cierto, Himler miró a su alrededor. En apenas
una hora de invasión por la puerta norte ya
tenían bajo su poder casi toda la ciudad de
Bobostock.
El enemigo cada vez retrasaba más sus filas.
La victoria era cuestión de tiempo, y ellos tenían
todo el tiempo del mundo. Después de esquivar
un par de flechas élficas, se escuchó una
algarabía procedente del sur de la ciudad.

Luis Celaá Morales. 201 " El Último Dragón"


¡¡El bombardeo había cesado!! Los suyos
habían alcanzado el puerto.
Miró a su flanco izquierdo. Los Trolls y los
Gigantes hacían estragos en las filas enemigas.
Nunca había visto a éstas razas, buenas de
corazón, tan enfadadas. Parecía como si su
rabia contenida durante años les diera un plus
de fuerza extra. Daría lo que fuera por tenerlos
siempre de su lado...
2. Desde el lado de los invadidos:
Un anciano Tralfi que no debía ser más que un
soldado raso entró corriendo en el cuarto que
utilizaba "Alma Humana" como Capitanía.
Los "peces gordos" de la asociación estaban
ahí. El único que faltaba y al que quizás le
estaban echando de menos era a Zarkis.
El prodigioso Semi-gigante se había labrado
una buena reputación en la organización como
luchador y buen estratega.
Zarkis, pese a tener la mitad de su sangre de
Gigante, siempre estuvo del lado de "Alma
Humana". Tras su traumática infancia con lobos
y abandonado por su padre según la costumbre
de los Gigantes, prometió que nunca toleraría la
injusticia entre las diferentes razas. Para él eran
todas iguales, ninguna por encima de otra. Lo
único malo es que el sabio y valiente Zarkis se
había quedado en Rimantel pues era uno de los
encargados de la defensa de la ciudad.
Luis Celaá Morales. 202 " El Último Dragón"
Además, no sabían si había sobrevivido a la
invasión de las miles de criaturas "anti-humanas"
Todos esperaban que así fuera pues se había
convertido en una especie de héroe para esta
organización pro-derechos humanos.
Quitando a Zarkis, los demás históricos de la
agrupación aún estaban vivos. El veterano Elfo,
uno de los idealistas y el segundo a cargo en la
ciudad, le preguntó por la situación en el sur.
Atropelladamente le pudo responder.
No quería parecer desmoralizado, pero lo estaba
y mucho.
Si fuera por él izarían la bandera blanca de la
rendición para frenar la escabechina que
estaban sufriendo sus tropas. Les pediría perdón
y les entregaría a los pocos humanos que aún
quedaban en la ciudad. Además, estaban viejos,
enfermos o amputados.
¿Qué más daría entregarlos sí con ello
salvaban muchas otras vidas? Así aplacarían su
ira. Además, todavía quedaban humanos
escondidos en las catacumbas si es que no
habían huido ya. Pero no fue capaz de decir
nada a su superior.
Aunque fuera una asociación funcionaban
como un ejército y más en estos tiempos de
guerra. Prefería morir en una batalla que no
fusilado por deserción o traición.

Luis Celaá Morales. 203 " El Último Dragón"


Cuando le informó al ancestral Elfo de la
situación, notó como las arrugas de su cara se
hacían más pronunciadas. Era como si estudiara
la situación. El Elfo le ordenó que se retirara y
que fuera a comprobar la situación en las
murallas del oeste. Él acató la órden sin
discusión pero antes de irse, observó al cuerpo
de mando, todos estaban serios y parecían
realmente preocupados y eso no era bueno.
El curtido Elfo, segundo en la cadena de
mando, pidió permiso al resto de la plana mayor.
Flipaovix, el actual general Tralfi al mando, se lo
concedió. Explicó brevemente la situación de la
que acababa de ser informado.
El puerto, pese a su heroica resistencia había
caído. Las naves enemigas habían conseguido
atracar en el puerto sin apenas bajas ni
desperfectos, quitando una nave con bandera
Trasgo que parecía haberse hundido en el mar
con muchos de sus tripulantes dentro.
Los enemigos, que iban en los demás barcos,
ya estaban en la ciudad e iban ganando
posiciones. Parece ser que habían conseguido
llegar hasta la parte de la muralla defendida por
los Humanos. Lo cual, hizo que los enemigos
actuaran con mucha más rabia. Era cuestión de
tiempo que llegaran hasta el mismísimo centro
de Bobostock.

Luis Celaá Morales. 204 " El Último Dragón"


Para colmo de males, una importante dotación
de Los Corazones Negros se había infiltrado en
la ciudad causando grandes estragos entre la
gente. Se creía que habían llegado por la
muralla este, que estaban mal defendida en ese
momento.
Tras unos segundos de silencio, los cuales
pesaron dolorosamente sobre los asistentes, un
general Humano muy castigado por la madre
naturaleza pidió permiso para hablar.
Cuando le fue concedido empezó a decir unas
cuantas tonterías seguidas. Según él había
posibilidades de victoria. Decía que se podían
replegar las tropas en las casas y atacar a través
de ellas o de los tejados...
¿Por los tejados? pensó en ese momento el
aburrido general al que la pesada cháchara del
joven y estúpido humano le hizo desconectar y
recordar los primeros años de la organización.
Aquellos sí que eran buenos tiempos. Eran
menos que ahora pero mucho más efectivos y
contundentes. Siempre habían derrotado a la
"56 ava Legión".
Ésta era sin duda la mayor y más vergonzosa
derrota sufrida nunca por la federación.
Resultaba humillante la forma en que había
caído Bobostock.

Luis Celaá Morales. 205 " El Último Dragón"


Siempre había resistido orgullosa esta ciudad
los continuos ataques enemigos pero habían
quedado muy pocos efectivos defendiéndola. La
mayoría o estaban en el estúpido festival o
habían huído cobardemente.
Era una pena porque la batalla se había
decantado inicialmente a su favor, con tan sólo
tres ancianos hechiceros Elfos que acabaron
muriendo heroicamente pero se llevaron consigo
a un montón de los suyos. Hasta los enfermos y
los ancianos humanos habían conseguido volver
en su mayoría a la ciudad. La estratagema
habían sido un éxito hasta que... ¡¡Un momento!!
Se le había ocurrido una cosa. No creía que
funcionara pero a lo mejor aplacaba la ira de la
gloriosa "56 ava Legión". Sí conseguía salvar la
vida de la gente que aún quedaba en la ciudad a
cambio de unos pocos enfermos y ancianos
merecería la pena, además por muy mal que
fueran las cosas no pensaba revelar el secreto
de las catacumbas.
Ahí habían escondido a la mayoría de los
Humanos, quizás pudieran salvarse de ésta. Eso
si alguien no hablaba de más, claro...

Luis Celaá Morales. 206 " El Último Dragón"


XXIV. " El despertar de un Dios"
" ¿Dragones? De joven los vi.
Recuerdo que eran los amos.
Los señores del Cielo.
Majestuosos. Únicos.
Desafiando a los Dioses."
(Prólogo de "Draconians". Cuento élfico)

No era tan fácil pasar por la abertura como en


un principio Veena había pensado. No era muy
grande. Para Asnaráasha le vendría bien el
hueco pues, además de que era una Diosa
omnipotente, al ser flexible como lo son los
huesos de la serpiente eso no era problema para
ella pero para una Tralfi adulta sí que podría ser
complicado.
Cuando iba por la mitad del camino, notó que
la cadera se le atascaba en el agujero. Un grito
de maldición se le escapó a la hechicera. Otro
empujón. Nada que hacer...
Se había quedado atascada a mitad de
camino. Tan sólo consiguió sacar la mitad del
cuerpo.
Además, se había puesto la ropa perdida de
barro y decenas de heridas le habían surgido por
todo alrededor.

Luis Celaá Morales. 207 " El Último Dragón"


Erus se quedó mirando a la ínfima mortal
mientras se quitaba algo que se le había
quedado enganchado en la garra delantera.
Parecía como si fuera algún hueso del Orco que
cenó la noche anterior. Iba a tener suerte la
Tralfi pues al haber cenado bien no tendría
ganas de comer hasta que pasaran dos o tres
días, o sea mañana, pensó Erus mientras se
lamía con gusto el hocico...
Le pareció divertido verla atorada en el
agujero, llena de barro y haciendo esfuerzos por
salir. Se puso a reír. Hacía tiempo que no se reía
con tantas ganas y comenzó a revolcarse por el
suelo divertido.
Pero a los diez minutos de estar pasándoselo
bien el extraño ser se puso a gimotear. ¡Vaya! le
cortó todo el rollo. Ya no era tan divertido.
Seguía pareciendo gracioso pero no tanto.
"¿Por qué lloras Tralfi?"- le dijo con voz
potente a través de su mente, Erus el último
Dragón.
"¿No eres acaso una poderosa hechicera?
Deja de gimotear como una anciana. Respétate
a ti misma si quieres que te respeten. ¡Libérate!"
"¡Lo que faltaba!" Pensó Veena. Además de
ser un enorme Dragón, era medio payaso.
Intentó reprimir las ganas de llorar pero no pudo.

Luis Celaá Morales. 208 " El Último Dragón"


Tenía tanta tensión acumulada de tanto
sufrimiento y nervios de las últimas horas que
fue la única forma de consolarse.
Cuando llevaba un buen rato desahogándose
consiguió frenar las lágrimas. El Dragón la volvió
a apremiar para que pensara en algún hechizo o
quemaría toda la pared de la cueva.
Pensando en algún hechizo estaba cuando
notó un golpe en sus pies. Luego un enorme
golpetazo en el culo, que le dolió bastante, le
hizo moverse un poco hacia adelante. Un tercer
golpe en las doloridas posaderas la hizo salir
disparada de su atoramiento a la otra parte de la
cueva-habitación de Erus, ante la divertida
mirada de éste que no paraba de revolcarse de
risa en el suelo.
A Veena le dolía más su humillada alma que su
pobre trasero. "Pues sí que va a ser joven el
Dragón" pensó la hechicera justo antes de que
asomara burlonamente la cabeza la Diosa
serpiente.
"¡¡Así que fuiste tú!! ¿Te parece divertido?"- le
espetó Veena violentamente a la divertida Diosa.
Asnaráasha siseó graciosamente y en un abrir
y cerrar de ojos se plantó ante la curandera que
seguía en el suelo aunque trataba torpemente
de liberarse.

Luis Celaá Morales. 209 " El Último Dragón"


"Me caes bien, hechicera, aunque no tientes a
tu suerte. Por mucho menos he devorado a
familias enteras..."- Le bufaba mentalmente en
su cabeza, la cual empezaba a sufrir seriamente
los efectos de una jaqueca enorme. Era como si
treinta minotauros adultos estuvieran de fiesta
en su interior.
Veena no dijo nada, sólo se incorporó y trató
de limpiarse un poco ante la atenta mirada de la
Diosa y su hijo que se reían divertidos.
"No sabía que en el club de la comedia
tuvieran serpientes"- pensó para sus adentros la
Tralfi, pues no quería que la leyeran la mente.
Estuvo a punto de replicar un par de veces
pero prefirió guardar silencio como rezaba un
ancestral dicho de los de su raza.
"Cuando no tengas nada que decir, guarda
silencio, así no podrán confirmar sus sospechas
sobre tu estupidez"
Muy apropiado para la ocasión, pensó Veena,
que apartó la mirada de la imponente serpiente
ciega y miró a su alrededor. Era una cueva
cerrada. No había ninguna salida a la vista.
"¿Como saldrían de allí a tiempo?" pensó
aterrorizada la poderosa curandera.
"A veces no entiendo como has llegado a ser
una hechicera tan buena. ¡Vaya pregunta más
estúpida"- le siseó una conocida voz

Luis Celaá Morales. 210 " El Último Dragón"


"Mi querido Erus te sacará. ¿No habías
pensado en eso?..¡¡¡SSSHHH!!!" - Después de
decirle eso, Asnaráasha giró su cabeza hacia su
amada criatura a la que acarició ronroneando.
"Si no dieran miedo, sería una de las escenas
más tiernas que he visto en mucho tiempo"
pensó la bella Tralfi que poco a poco se iba
olvidando de su dolorido culo y su más que
atormentada cabeza.
Antes de irse de la cueva y de volver a frotarse
con su querido retoño para despedirse,
Asnaráasha le recordó su promesa de devoción.
Le recordó también que nunca perdonarían una
traición y le deseó suerte antes de desaparecer
elegantemente por la dichosa abertura.
Veena se quedó mirando al joven Dragón. La
terrorífica sensación que causaba se había
esfumado y ahora parecía un lloroso bebé que
acababa de ser abandonado por su mamá.
Obviamente no lloraba, pues los Dragones
eran demasiados orgullosos para hacerlo, pero
tenía en su cara un reflejo de infinita tristeza.
La hechicera sintió mucha lástima por él. Ella
ni siquiera conseguía recordar una imagen nítida
de su madre, tan sólo recordaba retazos sueltos,
nada claro. Una de las cosas más tristes del
mundo era no recordar a tu madre.

Luis Celaá Morales. 211 " El Último Dragón"


Eso unido a la empatía de la Tralfi hacia el
dolor ajeno hizo que se pusiera nuevamente a
llorar. Se abrazó a la escamosa pata derecha del
Dragón, que a pesar de tenerla cerrada ,era de
un enorme tamaño.
Veena notó como el dolor del alma del animal
se iba calmando poco a poco.
Eso la consoló y le fue quitando el peso que la
oprimía. Estaba acostumbrada a sentir el dolor
ajeno, incluso podía controlar el de las pequeñas
criaturas, pero el dolor de un Dragón no se podía
obviar.
Era como si la tirasen una tonelada encima
del pecho, la oprimía tanto que no podía ni
respirar.
Erus se dio cuenta del daño que le hacía
sintiéndose triste a la Tralfi.
Su madre le había instruido bien sobre todas
las razas existentes, tanto de este mundo como
de otros. Conocía al dedillo todas ellas: sus
características, su forma de ser... Su madre se
había puesto pesada hasta la saciedad con el
tema.
"Conocer bien a tus enemigos te da un punto a
tu favor. Intenta que ellos conozcan lo menos
posible de ti" - Le recordaba una y otra vez.

Luis Celaá Morales. 212 " El Último Dragón"


Intentó no pensar en nada pero una rara
sensación le oprimía el estómago, algo le decía
que quizás pasaría mucho tiempo antes de
volver a verla.
Tenía doce, casi trece años y ya era hora de
abandonar el nido familiar. Además tenía
muchas ganas de volar. Su madre no le dejaba
salir y tenía miedo de que se le oxidaran, o algo
peor, las alas. Las alas no podían estar inactivas
tanto tiempo, no era bueno. De hecho no podía
ser nada bueno tanta pereza para un Dragón.
Pensar en poder volar le dio una enorme
alegría al joven Dragón, su pena se fue
disipando poco a poco para ir embargando su
corazón de esperanza y alegría.
Veena notó como la tristeza iba dejando al
Dragón. Poco a poco se sintió más aliviada.
Comenzó a respirar bien nuevamente.
Al notar feliz al Dragón se le fue quitando
hasta el dolor de culo. La jaqueca aún
permanecía rabiosa en su cabeza, incesante, no
era nada bueno que un Dios te gritara en tu
cabeza. Te podía hasta estallar, pensó la
curandera un poco preocupada.
"Creo que ya estamos listos para irnos" le
susurró el Dragón en su mente. Veena se
sorprendió de que le susurrara.

Luis Celaá Morales. 213 " El Último Dragón"


Parecía como si el joven Erus se hubiera dado
cuenta del efecto que le habían causado los
gritos, tanto en el alma como en la cabeza.
Veena dejó de llorar y le agradeció al Dragón
que no la gritara mentalmente. Le respondió que
de acuerdo, que cuando él quisiera.
Sin decir más, el Dragón la sonrió divertido y
voló un poco hasta el techo de la cueva. Estando
en el aire le advirtió que se escondiera de las
llamas, cuando comprobó que la hechicera
estaba a salvo, soltó una enorme llamarada de
su gigantesca boca.
El techo de la cueva se derritió como un
papiro ante el fuego de Erus. En apenas unos
segundos una impresionante noche estrellada se
abría paso en lo alto de la cueva dónde antes
había estado el techo cavernoso.
El Dragón volvió despacio a donde estaba la
bella Tralfi. Aterrizó tan sigilosamente que la
anodada Veena se sobresaltó al verlo a su lado.
"¿Cómo? ¿Cómo has hecho eso?" - le inquirió
a Erus, realmente intrigada.
El Dragón la sonrió divertido. La dijo que sabía
menos de Dragones de lo que ella creía.
Como Erus veía que la hechicera la seguía
mirando atentamente le dio una explicación.

Luis Celaá Morales. 214 " El Último Dragón"


Le explicó que el fuego del Dragón puede ser
mágico a voluntad, pero que no lo suelen hacer
mágico porque, como ella sabía bien, emplear
tanta magia a la vez cansaba muchísimo. Tan
sólo empleaban la magia en ocasiones muy
especiales.
Veena aún estaba estupefacta. Impresionaba
bastante ver un techo de piedra y a los pocos
segundos que hubiera desaparecido como si
nunca hubiera estado ahí.
Erus la conminó a subirse a su lomo. La dijo
que aún la restaban dos pruebas más para
terminar su ordenación, que si no se daba prisa
no la daría tiempo.
La pobre Tralfi subió con esfuerzo a través de
su pata, luego trepó por el lomo dónde se
acomodó como buenamente pudo entre las
escamas de la columna del Dragón. Finalmente
encontró un hueco por la mitad de su columna
que utilizó como asiento.
Suspiró. Miró a la negra noche. Era realmente
hermosa. Le daba miedo la idea de volar con un
Dragón cotilla que utilizaba la oclumancia, pero
era la única opción pues la quedaba poco
tiempo.

Luis Celaá Morales. 215 " El Último Dragón"


XXV. " Revelaciones"

" Cuando el mundo


aún era joven
las bellas Hadas
ya lo poblaban.
Siempre habían sido
un poco desconfiadas
pero nunca malvadas.
Hasta que apareció el hombre.
Algunas cambiaron.
No les importó
el acortarse la vida
por joder a
los humanos.
¿Por qué?
¿Qué les pasó? "

(Tema 666 de "Historia del Mundo Mágico".


Asignatura obligatoria en la educación de Tralfis,
Minotauros, Duendes y Enanos.)

Luis Celaá Morales. 216 " El Último Dragón"


Me sentí mal. Noté como un pinzamiento en el
estómago. Seguro que a Veena le estaba
pasando algo malo. ¿Qué estaría haciendo
ahora? ¿Estaría pasándolo mal mientras yo
estaba aquí tranquilo leyendo éste interesante
libro?
Joder. Soy lo peor. Me siento hasta mal, no
me merezco su amor. ¡¡Qué ganas tenía de
verla!! ¡¡lo que daría por abrazarla!!
Después de estas divagaciones, decidí
ponerme a leer de nuevo, "La Batalla de las
Hadas" y cuando me estaba poniendo a ello, un
sonoro portazo reclamó mi atención. El Guardián
del portal acababa de regresar de lo que
estuviese haciendo.
Venía canturreando una famosa canción
infantil (en este mundo no en el nuestro), "El
Orco del saco te llevará a su olla". Muy explícito
el título, si señor.
"¡Debilucho! ¡Sigues despierto!"- Gritó el
barbudo con tanta fuerza que algunos cacharros
de la alacena temblaron, avisando
peligrosamente de su vuelo sin freno hacia el
suelo. Al instante se puso a carcajearse como si
se hubiera contado el mejor chiste del mundo.

Luis Celaá Morales. 217 " El Último Dragón"


¡Vaya! ¡Había olvidado sus dotes de gracioso
monologuista! ¡Si éste viera el show de Andreu
en la tele de mi mundo se moriría de la risa!
Mientras sonreía divertido de mi genial
ocurrencia, el gigantón se dispuso nuevamente a
hablarme.
Miedo me daban sus disparates, pero bueno
como no tenía nada mejor que hacer decidí
prestar toda mi atención a sus palabras. Suspiré
y me predispuse a seguir escuchándole.
"Tengo noticias de arriba, de los jefazos
supremos" - Me contó mi amigo haciéndose el
interesante
"Viene de camino un amigo tuyo para
ayudarte en tu tarea. Tienes que estar preparado
para salir corriendo en cuanto aparezca, no os
podéis demorar pues debéis ir a Rimantel. Es un
largo trayecto, así que te prepararé unas cosillas
para el camino y algo de ropa. ¡Qué vaya pintas
me llevas, chaval!" y sin decir más me dejó con
la intriga.
Se dispuso a abrir la puerta y a desaparecer
nuevamente por ella, cuando le interrumpí
llamándole. No podía ser, no me podía hacer
ésto. Si me dejaba con la intriga, otra vez, es
posible que me diera un infarto o algo.
¿Quién vendría a por mí? ¿Un amigo?
¿Quién sería mi amigo?

Luis Celaá Morales. 218 " El Último Dragón"


La verdad es que tampoco es que tuviera
muchos amigos en este mundo pero...
¿El Señor Libro? ¿Manistrán? ¿La caja?
Estaba en un brete, así que no tuve más
remedio que preguntarle al Guardián, cosa que
no le hizo mucha gracia por la cara que puso...
"¡Espera Guardián! ¡Por favor, contéstame!
¡Tengo que hacerte un par de preguntas!" - Le
grité mientras se giraba lentamente.
El gigantón se plantó frente a mí con cara de
pocos amigos. Me miró como quien mira con
impaciencia a un niño que te llama cien veces
por segundo para que juegues con él y tu no
puedes porque tienes muchas cosas que hacer.
"Por favor. No te robaré mucho tiempo. Solo
te suplico que me digas que les pasó a mis
amigos. Después, no te molestaré más. Te lo
prometo. Entiéndeme, llevo meses dándole
vueltas y no puedo parar de pensar en ello...
¿Dónde está ahora Veena? ¿Sobrevivió
Manistrán aquel día? ¿Qué les pasó al Señor
Libro y a Manquesí? ¿Están todos bien? Dime lo
que sepas, por favor". Antes de darme cuenta
estaba en el suelo, de rodillas frente a él.
Suplicándole, con ojos llorosos, que me dijera lo
que había pasado. Llevaba mucho tiempo
dándole vueltas al coco. Necesitaba saberlo.

Luis Celaá Morales. 219 " El Último Dragón"


Aunque fueran malas noticias, no podía
esperar más. Mejor que me lo dijera ahora que
no estar así siempre. Me podría dar algo si no
me lo decía ya, de eso estaba bien seguro.
El enorme barbudo cambió la expresión de su
cara, suspiró y se acercó a mí. Cuando le vi
levantar los brazos me preparé para lo peor.
Sabía que voluntariamente él nunca me haría
daño pero...
Increíblemente me cogió con una ternura
infinita y me dio un enorme abrazo. Para él
seguro que fue un mínimo movimiento de brazos
pero para mí fue un abrazo justo y necesario.
No le dije nada pero se lo agradecí con la mirada
No hacía falta hablar. Hay veces en la vida que
sobran las palabras.
Unos segundos después me soltó del abrazo,
me miró y me dijo con una voz casi susurrante:
"¿Meses? Es más que curioso como pasa el
tiempo fuera de aquí. Para mí tan sólo han
pasado unos días. ¡En fin!
Sabes que te aprecio pero no sé decir las
cosas con suavidad. No me prepararon para
ello. Hay malas y buenas noticias, bueno
también las hay regulares. Es decir, que fueron
buenas en su momento pero que ahora no lo
son porque..." - Y en ese momento le interrumpí.

Luis Celaá Morales. 220 " El Último Dragón"


Quizás no debería haberlo hecho pero estaba
tan impaciente que sentía como me palpitaba
hasta la frente.
"¡Guardián, por favor! ¡¡Ves al grano o me va
a dar un infarto!! ¡¡Por todos los Dioses del
Santo Cielo y de todos los universos!!" - Así de
impetuoso le exhorté a mi amigo para que me lo
dijera de una vez.
Mi amigo que había preparado una escenita
tipo "final feliz de película romántica" se vio
sorprendido por mi elevado tono de voz. Pero
reaccionó con velocidad. Carraspeó y me contó
en un tono de voz más fuerte que antes:
"Está bien, no quería ser brusco porque te va a
afectar lo que te voy a decir, pero ahí va...
El Señor Libro murió el mismo día en que
todas las arpías se extinguieron. O sea cuando
tu regresaste a tu mundo. A Manquesí le pasó
algo peor. Sí, no me mires así, hay cosas peores
que la muerte.
El hechizo del Eifit le enloqueció. Ya sabes
que si invocas a uno de esos monstruos te
compensará con cinco hechizos buenos, pero la
balanza de la vida tiende a equilibrarse. Si por
un lado te dan algo muy bueno, por otro te lo
quitarán. Es como dicen en vuestro mundo, las
gallinas que entran por las que salen..." y
empezó a mover estúpidamente las manos.

Luis Celaá Morales. 221 " El Último Dragón"


¿Había estado en mi mundo? ¿Lo habría visto
en la Televisión? ¡¡Qué estúpido soy, si aquí
tienen la suerte de no conocer la caja tonta!!
Seguro que en mi ausencia vino otro humano o
alguien que hubiera estado en mi mundo...
Interrumpí mis divagaciones, acababa de caer
en la cuenta. El Señor Libro muerto, mi amigo el
del estúpido monóculo. Intenté llorar, pero no
pude. Había llorado antes tanto que se me
habría vaciado el lagrimal de los ojos.
¿Y Manquesí había enloquecido? ¡¡Con lo
bueno que era el pobre!! ¿Dónde estaría? ¿Qué
habría sido de él en ese estado?
Cuando me desahogué levanté la cabeza y vi
al Guardián hacer unos estúpidos pasos y mover
los brazos incoherentemente mientras decía no
sé qué de un lago negro y un lago blanco...
¡¡Qué mal le estaba sentado la soledad!!
El enorme gigantón me miró, dejó de hacer el
payaso y continuó con sus explicaciones.
"No sabemos dónde está ahora. Está cerca
del Medi, ya sabes, lo del abismo de la muerte y
todo ese rollo. Cuando enloqueció, escapó de
Rimantel. Vino aquí corriendo y se fue a vuestro
mundo. Pero algo salió mal. Se supone que el
Señor Libro y esa caja sólo pueden funcionar
en este mundo, ¿no?

Luis Celaá Morales. 222 " El Último Dragón"


Pues no señor, en tu mundo también funcionó.
Parece ser que se encontró con una banda de
enanos moteros sodomitas que le adoptaron.
Se pasaba todo el día haciéndole putadas a la
gente y viendo la televisión. Ese extraño invento
vuestro qué utilizáis tan mal. En vez de usarlo
para enseñar y entretener, los dirigentes de
vuestro mundo lo emplean para: propagar
mentiras, meterse en la vida de los demás y ..." -
Le volví a interrumpir. Joder, no pasaba una. Se
iba enseguida por las ramas. Parecía un jodido
mono.
"¡¡Guardián, por favor, ves al meollo del
asunto!! ¡¡Como te despistas, pareces el portero
del Getafe!!"- Le grité para que terminara la
conversación pero sin rodeos.
"¿Getafe? Extraño vocablo. En nuestro
mundo, los jetafés son los seres que se creen
algo. Los que actúan con petulancia, pero...
Está bien. No me mires así. ¡¡ De verdad.
Qué impacientes son los humanos!! "
Después de clamar al cielo y ante mi
penetrante mirada terminó, gracias al cielo, el
eterno relato.
"Finalmente, le pudieron localizar en el país
ese que tiene muchos estados juntos. No me
mires así, sabes de lo que te hablo.

Luis Celaá Morales. 223 " El Último Dragón"


Ese extraño país en el que hablan muy raro,
sólo comen palomitas y hamburguesas y se
creen el centro del mundo...
La verdad es que costó traerle, pero lo
conseguimos. Estuvo aquí unos días pero se me
escapó. Dicen que está por el Midi, aunque no te
lo puedo asegurar...
En cuanto a tu amada, pues cuando se
tranquilizaron las cosas en Rimantel al poco de
irte tu, las razas anti-humanas invadieron la
ciudad pero intervino la mismísima Némesis
para impedirlo. Después, la Diosa la nombró
encargada de la ciudad pero como los dichosos
Sacerdotes Celestiales no estaban de acuerdo,
decidió que la ordenaría sacerdote y para ello..."
Me estaba contando mi interlocutor antes de ser
interrumpido, de nuevo, por mí.
"¿Sacerdote? ¡¡Pero sí la quiero y vamos a
vivir juntos!! ¡¡Además, aún no hemos hecho el
amor pero quiero hacerlo con ella y..." repliqué al
sorprendido vigilante que suspiró por mi
ignorancia tan fuerte que paré mis protestas.
Momento que aprovechó él para contestarme.
"Mi pequeño e impaciente amigo, aquí las
cosas son distintas que en la inquisitiva religión
de tu país. En el Mundo Mágico, los sacerdotes
pueden tener pareja. Es más, es obligatorio que
tengan pareja y que se casen.

Luis Celaá Morales. 224 " El Último Dragón"


Lo cual me parece una buena idea. Así
predican con la palabra. Se casan, procrean y
tienen muchos hijos...
Por cierto, no entiendo por qué en vuestra
religión no lo hacen así. Bueno, al grano.
Para que te ordenen sacerdote hay tan sólo
dos vías: Una, en la que vean que tienes
cualidades cuando eres joven, que me temo que
no es el caso y la segunda, que algún Dios te
elija para ello. En ésta segunda opción has de
pasar tres pruebas y tu amada Tralfi está ahora
mismo en ello" - el Guardián dejó de hablar para
ver mi reacción.
Estaba estupefacto. Sinceramente, no
entendía absolutamente nada de lo que estaba
escuchando. ¿Qué Némesis había elegido a mi
querida Veena para ordenarla sacerdotisa o
como se diga? ¿Porqué?
¡¡Qué mundo más extraño!! ¿Por qué no nos
dejarían disfrutar de nuestro amor y ya está?
¡Qué manía tienen aquí de complicarse la vida!
¿Por qué me harán ésto? ¿Por qué esta
conspiración judeo-masónica contra mi persona?
Como vio que no reaccionaba, mi barbudo
amigo continuó con su historia.
"En cambio, Manistrán estuvo a punto de morir
pero en el último momento Némesis intercedió
por él.

Luis Celaá Morales. 225 " El Último Dragón"


Le salvó la vida a cambio de que fuera su más
devoto seguidor.
¿Y sabes lo más curioso del caso? Que él
aceptó con la condición que no tuviera que hacer
nada que te hiciera daño. Le dijo a la Diosa que
prefería mil veces morir antes de dañarte...
Acabas de encontrar en ese joven Minotauro
la verdadera amistad. No la pierdas porque es
muy, pero que muy difícil encontrarla. Te lo digo
por experiencia mi buen amigo".

Luis Celaá Morales. 226 " El Último Dragón"


XXVI. "Derrota"
"Pero, ¿No habría que luchar
por cada vida amiga?
¿Por qué dejarles aquí?
le preguntó el joven Enano
al general de su propia raza.
Joven. Hay veces en la vida
en las que hay que sacrificar
a alguien para salvar a cientos.
Aunque no nos guste,
así debe de ser."
(II Guerra enana por el control de las minas)
1. Desde el ejército invadido:
Cuando aquel joven e impetuoso general
Humano terminó de hablar todos se miraron
entre sí. Nadie dijo nada pero no hacía falta.
Tan sólo con las miradas se sabía que la idea
de aquel peculiar joven no había sido ninguna
genialidad, ninguno de los allí presentes creía
que esa estupidez militar fuera a salir bien.
En realidad, ninguno creía que hubiera otra
posibilidad salvo aceptar la derrota aunque
ninguno era capaz de decirlo. Todos callaban
temiendo la reacción de Flipaovix. Aún así se
votó la propuesta humana, pero no obtuvo el
apoyo esperado por el general.

Luis Celaá Morales. 227 " El Último Dragón"


No consiguió ningún voto, porque, según las
leyes que regían la organización "Alma Humana"
nadie se podía votar así mismo ni a sus
propuestas.
El imberbe general Humano quedó estupefacto
pues no le entraba en la cabeza. Sí no había
ninguna otra propuesta, ¿Por qué no la suya?
¿Por ser Humano? ¡¡Esto era una injusticia
total!! ¡¡Por supuesto que no iba a quedar así la
cosa, faltaría más!!
Unos segundos después el humano dio un
golpe en la mesa con todas su fuerzas. Increpó
al resto de la plana mayor pero ninguno cayó en
la provocación. Es más, actuaron como si él no
hubiera hecho ni dicho nada.
Un Semi-elfo, el encargado del material bélico,
prosiguió con la reunión. Preguntó si alguien
más tenía otra propuesta un poco más
interesante que la anterior. Pese a intentar
aguantarse la risa, todos estallaron en
carcajadas.
El Humano se sintió tan ofendido que le dio
una fuerte patada a una silla que había detrás de
él, lo que hizo que la silla se balanceara.
Al volver del balanceo, la silla golpeó al joven
general en el tobillo, emitiendo éste un ahogado
grito de dolor.

Luis Celaá Morales. 228 " El Último Dragón"


Todo ésto hizo que alguno de los veteranos
soldados que había allí se cayera al suelo de la
risa y que los demás ya no intentaran disimularlo
carcajeándose a gritos.
A Flipaovix, al principio no le hacía gracia que
nadie se riera de otro y mucho menos de un
general. Iba en contra de las leyes militares,
pues algunos de la mesa tenían un rango inferior
al Humano, además, "Alma Humana" pedía la
igualdad de las razas, todos eran iguales. Nadie
tenía que reírse de nadie.
Pero cuando iba a saltar en la defensa del
Humano, se dio cuenta de que no se reían de él
por su condición humana sino porque era un ser
orgulloso y soberbio. Siempre quería llevar la
razón, no escuchaba a nadie y si no le hacían
caso se comportaba como un bebé Minotauro
golpeando todo a su alrededor.
Finalmente no dijo nada, porque el general
ofendido ya se había largado con rumbo
desconocido dando un tremendo portazo que
agrietó la pintura en torno al umbral de la puerta.
Por una parte, le vino bien el berrinche del
jovencísimo general, así todos estarían de buen
humor para cuando él soltara su propuesta.
Nadie más propuso nada, ni siquiera su
veterano amigo y segundo en la escala de
mando, así que esperó tranquilamente a que se
relajaran.

Luis Celaá Morales. 229 " El Último Dragón"


Cuando las risas cesaron, pidió permiso para
hablar. Obviamente se lo concedieron. Había un
silencio sepulcral, pese a que alguno aún tenía
la sonrisa en la boca. Todos le respetaban y no
querían ofender a su superior. Así que le
escucharon con atención.
Además, todos sabían que era un gran
estratega y mejor militar, así que seguro que
tenía una gran idea para salir lo mejor posible de
esa escabrosa situación.
Todos escucharon absortos las palabras del
anciano militar. Alguno pensó en replicar pero no
dijo nada. Finalmente, terminó de exponer su
idea. Había sido breve. Todos se volvieron a
mirar, era una idea diferente a la que se
esperaban. Alguno de los presentes aplaudió
porque al menos daba esperanza. Después se
pasó a votar la propuesta, salvo algún voto en
contra, salió adelante triunfadora la idea del
veterano Flipaovix.
2. Desde el ejército invasor:
Habían ganado la batalla del puerto. Había
caído la dura resistencia élfica de la puerta
norte. Los Corazones Negros hacía tiempo que
habían entrado por la muralla este y habían
causado estragos entre la gente allá por dónde
pasaban.

Luis Celaá Morales. 230 " El Último Dragón"


Sencillamente, había sido magnífico. Todavía
se podían escuchar explosiones que venían de
la zona oeste de Bobostock. Todos jalearon
pues sabían lo que significaba.
Los escaladores habían alcanzado la zona
oeste. Seguro que tras descansar brevemente
habrían fabricado bombas y estaban cumpliendo
su misión magníficamente bien. Los pocos que
aún se les resistían en el inexorable avance se
habían atrincherado alrededor del puesto de
mando, pero no le preocupaba lo más mínimo.
Las trincheras era muy altas pero no más que
los Gigantes, que junto a los Trolls
supervivientes las estaban derrumbando.
Algunos enemigos se rendían, pero su ejército
estaba muy enojado. El anterior engaño les
había alterado la sangre.
Quizás si al principio de la batalla no les
hubieran estafado, ahora hubieran tomado
prisioneros pero las cosas habían girado
drásticamente. No habría prisioneros, no habría
rendición. Todos habían sido asesinados sin
piedad, aunque a los que eran Humanos les
habían torturado hasta aburrirse haciendo las
delicias entre los suyos.
El odio acumulado durante siglos había salido
brutalmente a flote, era imparable.

Luis Celaá Morales. 231 " El Último Dragón"


Tantas generaciones que habían sido siempre
vilipendiadas y humilladas eran ahora vengadas.
Todas las derrotas acumuladas serían borradas
en esta gran victoria final.
Además, las dos curanderas Tralfis estaban
haciendo un gran trabajo sin protestar. Se las
veía felices curando a los demás, sin importarlas
si ayudaban a un Orco o a un Goblin. Si seguían
así, cuando todo acabara quizás las liberara por
los servicios prestados, siempre que ya no
requirieran sus curas, claro...
Un flanco de la barricada estaba a punto de
caer. Un par de estúpidos Humanos muy
ancianos intentaron huir torpemente. Como era
de esperar, no llegaron muy lejos. Les
acorralaron y empezaron a "jugar" con ellos.
Haciéndoles perrerías y golpeándoles ligera pero
contundentemente para enfadarlos.
Alguno se pasó un poco con los golpes y le
seccionó la mano izquierda al Humano más
viejo, haciendo que éste chillara como un cerdo
en la matanza. La sangre chorreó a los suyos y
cuánto más gritaba el viejo, más se reían todos.
Hasta a él le parecía gracioso.
Himler sonreía divertido. Tanto la estrategia
como la campaña militar estaba siendo un éxito.
No recordaba una victoria semejante desde
hacía mucho tiempo.

Luis Celaá Morales. 232 " El Último Dragón"


Aunque no acabaran con "Alma Humana",
este sería un duro golpe del que tardarían
meses en reponerse, quizás años.
Miró feliz al puesto de mando, estaba en un
estado cochambroso debido a las piedras
lanzadas por Trolls y Gigantes.
De repente, una bandera blanca se izó en
todo lo alto. Himler dudó un instante, al igual que
todos sus soldados. Pese a que la victoria era un
hecho consumado tenían miedo a una nueva
estratagema.
A veces, las estratagemas desesperadas
daban buenos resultados. Todos cesaron de
atacar y callaron esperando la reacción del jefe,
incluso el Humano amputado dejó de chillar.
Bueno, no fue por voluntad propia, porque
alguien aprovechó la confusión para cortarle la
cabeza y ahogar así su grito.
Todo quedó en un indescriptible silencio.
Parecía mentira que unos segundos antes se
estuviera librando una encarnizada lucha.
Un Elfo se asomó por un ventanuco desde lo
más alto de la estructura y, pañuelo blanco en
mano, gritaba rendición. Como nadie le contestó
le dijo que esta vez era sin engaños.
Todos volvieron a mirar al líder. Himler
refunfuñó, no quería ni prisioneros ni hablar.

Luis Celaá Morales. 233 " El Último Dragón"


De la rabia que sentía le dio una patada al otro
Humano viejo que estaba rodeado por sus
hombres. El anciano, pese al dolor, se aguantó y
no rechistó. Sólo le observaba intrigado al igual
que todos los demás presentes.
"Está bien, ¿Como sé que puedo fiarme de
vosotros si me habéis demostrado antes, con
traición, que no tenéis palabra? ¿Qué último
truco os guardáis en la manga, inquino Elfo?"
Preguntó Himler gritándoles rabioso.
Tras unos breves segundos, el Elfo le contestó
que para que le iban a engañar si ya estaba todo
perdido. Que ellos ya habían ganado, que la
ciudad era suya. Después, le pidió que dejaran
salir a todos desarmados, comandados por su
general que le solicitaba audiencia.
El buen humor se le había pasado a Himler.
No quería ni prisioneros ni hablar ni aburridas
audiencias. Sólo quería arrasar al enemigo.
Sembrar el terror en esa estúpida ciudad. Aún le
escocía lo que había pasado al principio del
asalto a Bobostock.
Pese a ello, respetó las reglas de la guerra
pues cuando el general o el encargado del
mando rival solicitaba audiencia tras haber sido
derrotado e izado la bandera blanca, debía ser
escuchado para fastidio de Himler y los suyos.

Luis Celaá Morales. 234 " El Último Dragón"


Pese a que no tenía nada de ganas de
escuchar sandeces decidió acceder. Era un
fastidio ser tan considerado pero total ya tenían
la batalla ganada...
Se abrieron las puertas. Menos de cincuenta
soldados entre Elfos, Semi-elfos y algún feo
Humano salieron escoltando a unos cuantos
humanos, no más de veinte.
Iban desarmados y con los brazos levantados.
Los soldados de la trinchera les imitaron y les
tiraron las armas. Himler no se fiaba nada y
ordenó que les apuntaran. Estaba deseoso de
oír a ese general hablar, a ver con que estupidez
les salía ahora...

Luis Celaá Morales. 235 " El Último Dragón"


XXVII: "Erus, el último Dragón"
" Y los Dioses decidieron
en aquel nefasto concilio
acabar con los imponentes
Dragones.
Unos dicen que fue por miedo,
otros cuentan que por sabiduría
pero lo cierto es
que aquellas magníficas criaturas,
dueñas del cielo y de la tierra,
acabaron tristemente desaparecidas.
Los Dioses no soportaron su poder."
(II Tomo de "Historia del Mundo Mágico")

Porque hacía mucho tiempo que no comía


nada sólido que si no posiblemente lo hubiera
echado todo.
Veena estaba acostumbrada a una vida más
sosegada, aunque llevaba un tiempo sin parar
de correr de un sitio para otro.
"¡Que duro es ésto del amor!" - Pensó
mientras cerraba los ojos, pues la frenética
velocidad a la que el Dragón salió de la cueva
hacia arriba la había revuelto el estómago.

Luis Celaá Morales. 236 " El Último Dragón"


Transcurrido un breve período de tiempo notó
que el Dragón aminoraba la velocidad y que ya
no volaban hacia arriba sino en línea recta.
Aún así, Veena estaba tan asustada que
decidió no abrir los ojos, todavía.
"¿Te marean las alturas, oh hechicera?" - Le
preguntó Erus mentalmente, pero con suavidad
como con miedo de hacerla daño.
"Ee... Un poco sí. Me imagino que estaremos
volando a una considerable distancia del suelo,
no?" - Le preguntó Veena, también mentalmente
y mientras se agarraba frenéticamente a una
escama que tenía enfrente de ella, aún sin poder
abrir los ojos.
"Lamento tener que decirte que sí. He decidido
volar por encima de las nubes para que nadie
nos vea. Cuanta menos gente sepa que existo,
mejor. Al menos por ahora nos conviene que sea
así.
Siento lo de antes, esa subida de la montaña
tan frenética, pero nunca había volado antes.
Sólo había entrenado un poco estirando las alas.
Ya viste el poco sitio que tenía para mí en la
cueva. Era como si acabara de nacer. Ha sido
magnífico"- le dijo el Dragón con un indisimulado
tono de satisfacción.
Se le notaba radiante, lo cual era bueno
pensó Veena con celeridad.

Luis Celaá Morales. 237 " El Último Dragón"


Durante unos segundos Veena no dijo ni
pensó en nada. Tenía un millón y medio de
preguntas que hacerle a Erus, el último Dragón,
pero no le hizo ninguna. Los Dragones eran
soberbios por naturaleza, nunca pedían perdón y
a ella ya se lo había pedido.
No sabía que pensar. Quizás fuera bueno
porque confiaba en ella o quizás malo porque la
ponía a prueba.
Fuere como fuere lo mejor era dejar que el
Dragón la llevara a su terreno. Ya le informaría
de las pruebas cuando fuera el momento.
"¿Has pensado alguna vez como te sentirías si
fueras la última Tralfi que existiera?"- Le inquirió
mentalmente el Dragón como si le susurrara con
extrema suavidad al cerebro.
Al instante Veena sintió que su cuerpo se
inundaba de tristeza. El Dragón estaba apenado,
debía ponerle contento como fuera. Por su
naturaleza captaba el dolor ajeno y el dolor que
desprendía el Dragón era enorme; como si la
aplastaran con una prensa gigantesca y luego la
estiraran con fuerza de cada uno de sus
miembros hacia afuera.
Además notaba que de su corazón latía
demasiado deprisa y su cara se había inundado
de lágrimas. Era demasiado dolor junto.

Luis Celaá Morales. 238 " El Último Dragón"


Debía hacer algo con rapidez o no aguantaría
mucho más tiempo. Había que pensar en algo.
"¿Te han contado alguna vez, oh poderoso
Erus señor del cielo, el humano cuento del patito
feo?" - le elevó las palabras con suma suavidad
en su mente. Como si fueran vasos de delicado
cristal y tuviera miedo de romperlos.
Parecía que las palabras habían surtido efecto
en el jovencísimo Dragón pues el dolor pasó a
estar intrigado, lo cual fue muy bueno para la
Tralfi que poco a poco fue recobrando la
normalidad. Su corazón recobró el pulso habitual
y el dolor se fue alejando de su alma. "Esta vez
faltó poco" pensó Veena.
"Cuando esté con él, tengo que estar más
pendiente de su estado de ánimo, otra recaída
podría ser mortal para mí"- Cayó Veena en la
cuenta de su anterior lapsus.
No sabía si había sido por las palabras o por
la intriga de la pregunta, pero el caso es que el
Dragón recuperó el ánimo y al rato preguntó
qué cuento tan extraño era ese que hablaba de
un pato feo.
"¡¡Todos los patos son feos!!"- gritó Erus,
que además añadió que son sólo comida que
vuela, lo cual hizo reír bastante a Veena.

Luis Celaá Morales. 239 " El Último Dragón"


"Oh poderoso Erus. Puede que tu ideal de la
belleza sea distinto para ti que para nosotros o
para los humanos. Además los gustos y la gente
cambia.
Si me permites el ejemplo, yo antes veía a los
humanos como seres muy feos, egoístas y
soberbios por naturaleza, y mírame ahora,
enamorado hasta la médula espinal de uno "-
Le comenzó a explicar la hechicera para animar
a su joven pero gran interlocutor.
El Dragón bufó una especie de humo negro
que olía a azufre por sus fosas nasales. Mucho
más intrigado que antes, le pidió a Veena que le
contara rápidamente el cuento pues faltaba poco
para llegar al destino.
Tras varios minutos contándolo, cuando llegó
al feliz final, la poderosa curandera notó como el
Dragón se inundaba de felicidad.
"Es curioso como unas palabras bonitas
pueden hacer tanto bien dichas en el momento
oportuno"- pensó para sus adentros con rapidez
Veena, con miedo a que el Dragón la escuchara.
Tras unos pocos segundos en silencio Erus
volvió a hablar mentalmente a Veena, con el
ánimo renovado y profundamente agradecido.
"Parece mentira que un cuento tan bonito
sea obra de los egoístas humanos.

Luis Celaá Morales. 240 " El Último Dragón"


Es un canto a la igualdad y a la naturaleza.
Gracias por darme ánimos, eres mucho más
inteligente de lo que creía, gran hechicera.
Sí que me alegro de que seas nuestra
discípula. Ahora, prepárate que vamos a
aterrizar. Agárrate bien, que ya veo un claro en
el bosque de Gadinor. Ya hemos llegado a
nuestro destino".- Le contó Erus, el poderoso ser
a Veena que se agarró aún con más fuerza a la
espina de la columna de su alado amigo.
Todavía no había abierto los ojos ni pensaba
hacerlo, ella no había nacido para volar.
Le gustaba sentir el suelo bajo sus pies.
Le hacía sentir más segura.
Sí la ascensión había sido vertiginosa, el
aterrizaje fue bastante peor. A una endiablada
velocidad el Dragón dejó los cielos, pasó
rozando entre las altas copas de los frondosos
árboles y le destrozó el culo a la pobre
curandera cuando tocaron suelo.
La Tralfi estaba tan mareada que un chorrillo
de un asqueroso líquido ensució aún más su ya
lleno de barro vestido sacerdotal.
El, hacía unas horas hermoso traje, con
calzones negros y la toga morada, junto a
aquella bonita blusa verde se había convertido
en una extraña mezcla de harapos marrones y
negros.

Luis Celaá Morales. 241 " El Último Dragón"


Aunque eso era lo que menos le preocupaba
ahora mismo a Veena. Sólo pensaba en pisar
tierra firme y en descansar un poco pues estaba
bastante mareada por el ajetreado trayecto.
Erus se dio cuenta del estado de la Tralfi, y
aunque pareció muy divertido, se contuvo la risa
y esperó pacientemente a que se le pasara un
poco el mareo.
Unos minutos después de aterrizar, Erus volvió
a conectar con la mente de la mortal. Lo hizo
con suavidad, sin prisa. A fin de cuentas, ¿Qué
era el tiempo para un poderoso Dragón como él?
"Veo que te encuentras mejor. Aquí se
separan nuestros caminos, al menos por ahora.
A tu alrededor hay árboles frutales y huelo caza
menor. Te vendría bien alimentarte antes de que
comiences tu segunda fase. Cuando te hayas
alimentado bien y tu mente y cuerpo estén
descansados, camina un poco hacia el norte.
Cuando los árboles desaparezcan podrás ver
una sombría cueva al fondo. Asegúrate de tener
siempre despejada tu mente. Tómate tu tiempo
antes de hacer nada porque podría ser lo último
que hicieras.
Allí encontrarás el saber. La conjunción de
pasado, presente y futuro. La mezcla del bien y
el mal. La delgada línea que divide la vida y la
muerte separada por el conocimiento.

Luis Celaá Morales. 242 " El Último Dragón"


Debes seguir sola tu camino, nadie puede
ayudarte. Piensa siempre bien las cosas antes
de actuar. Así ha sido siempre y así será"
El Dragón le informó de tantas cosas que no
pudo responder de inmediato, intentado asimilar
tanta información para no olvidar nada .
"¿Por qué diantres hablarán de esa forma tan
enigmática los Dragones? ¿Qué habrá querido
decir con eso de la línea del conocimiento?"-
Pensó la Tralfi mientras bajaba lenta pero
firmemente del gigantesco ser.
En cuanto hubo pisado tierra y se alejó un
poco, Erus alzó con rapidez el vuelo. Desde el
aire se despidió de ella. Le dijo que tenía que ir a
buscar a sus hermanos, que debía saber sí aún
vivían.
También le dijo que en el futuro si se sentía
amenazada, pensara con fuerza en él o en su
poderosa madre. Ellos la ayudarían en cuanto
pudieran, pero sólo en caso de necesidad mortal
y una vez superadas estas pruebas.
Añadió que en cuanto volviese a la ciudad de
Rimantel, erigiera un templo en honor de la
poderosa y genuina Asnaráasha. Debía
propagar sus hecho y su palabra entre los
suyos.

Luis Celaá Morales. 243 " El Último Dragón"


Antes de que pudiera responder, Erus no era
más que una enorme mancha negra que se
alejaba hacia la luna llena.
De repente, Veena sintió un escalofrío. Nunca
antes en su vida se había sentido tan sola ni tan
abandonada.

Luis Celaá Morales. 244 " El Último Dragón"


XXVIII. "¡¡Prométemelo!!"
"Humano: Especie mortal
que no suele vivir más de
80 o 90 años.
Eso en los países o sitios
más desarrollados.
Poseen una limitada
inteligencia que emplean mal.
Usándola para destruir
su entorno y
pisar al prójimo
habitualmente por cosas
tan triviales como
el tener más poder
o alcanzar
una mejor
posición social"

(Biografía y Diversidad de los mundos mágicos.


Tomo XVIII)

Luis Celaá Morales. 245 " El Último Dragón"


Cuando me sobrepuse volví a mirar al gigante
a los ojos, se notaba que me apreciaba.
Al verme tan mal, se le humedecieron los
ojos. Era una extraña sensación ver a un ser tan
poderoso y noble tan abatido. Notabas como un
enorme vacío dentro de ti.
Abrí la boca para hablar. Se me agolpaban las
preguntas en el cerebro pero luego no me salía
ninguna. Me quedé unos segundos pensando y
antes de que le pudiera formular una pregunta,
el Guardián me interrogó a mí:
"¿No sabes lo que le sucedió a esa joven a la
que llamabais Bella, verdad?"- Me dijo muy
delicadamente, como si tuviera miedo a hacerme
daño. Un gran psicólogo este hombre, la verdad.
Como vi que se callaba esperando a que le
contestara, moví lateralmente la cabeza. Iba a
decirle algo pero al final no abrí la boca. No me
apetecía ni hablar pues estaba temiendo la
respuesta. Seguro que iba a ser dolorosa.
"No voy a soltarte eufemismos ni nada
parecido. Némesis vino y me contó tu encuentro
con Sennier, me dijo hasta como se burló de ti.
Me contó hasta los abusos a los que la
sometieron... Pues mucho me temo que eran
ciertos, se los hicieron a la pobre.

Luis Celaá Morales. 246 " El Último Dragón"


Eso y más. Primero la violó y la pegó él hasta
que se hartó. Luego la fueron violando uno a uno
todos los altos mandos de Rimantel sin
importarla raza: Tralfis, Humanos, Elfos, Semi-
elfos...
¡Y luego los muy bastardos presumen de ser
las razas nobles!. La maldad anida hasta en el
más puro corazón"- Después de soltarme toda
esta película de dolor, me abrazó e intentó
consolar pues estaba llorando a moco tendido.
Me imaginaba que había muerto pero que te lo
confirmen es un golpe muy duro, y más de
aquella forma tan cruel.
Me temblaba todo el cuerpo pensando en que
la habían torturado y violado hasta la saciedad.
Los muy hijos de su madre.¡Pobre Bella!
Pagó un precio muy alto por un crimen que no
cometió. Éste mundo era injusto, aunque no
mucho más que el mío. Allí, sí eres pobre, te
acusan casi sin pruebas y te sancionan
injustamente haciéndote todo el daño que
puedan, tanto moral como monetario con multas
económicas demasiado altas para tus ingresos.
En cambio si eres rico o tienes una posición
social elevada no tendrás problema pues usarás
esa ventaja social para exprimir al de abajo, y sí
cometes una falta o un delito ya "lo arreglarás"
sin problemas. Es duro pero es así.

Luis Celaá Morales. 247 " El Último Dragón"


En cuanto a lo de Bella... Esos andróginos y
malditos Elfos no sabían con quien se la estaban
jugando. Me daba igual que los Tralfis fueran
guerreros o que los Humanos de aquí fueran de
mi raza. Bella también era humana y la
torturaron,sin ninguna lógica, hasta morir.
Habían desatado toda mi furia interna. Iba a
buscar a los culpables, torturarles y que un
equino les hiciera lo mismo. La venganza no me
la iba a devolver, pero me iba a sentir mucho
mejor. Ellos se lo habían buscado...
Mi barbudo amigo al verme así de mal intentó
animarme, pero no escuché nada de lo que me
decía hasta que me habló del Eifit.
Un enorme pánico se apoderó de mí, ni me
había vuelto a acordar de aquel maldito
demonio. Había leído lo que le pasaba a los que
no cumplían las reglas. Éstas eran sagradas.
Si invocabas a un Eifit, debías pedir los cinco
deseos pasara lo que pasara si nom te esperaba
una vida de dolor y amargura. Yo me quedé a
medias, no me dio tiempo a pedirlos todos.
Me estaba mareando, me puse blanco. Desde
que pisé por primera vez este portal todo me
salía al revés. No podía ser, ésto no era normal.
"Tranquilo hombrecillo. ¡Relájate que no pasa
nada! Némesis lo solucionó todo. Te eximió de la
obligación de invocar los restantes deseos.

Luis Celaá Morales. 248 " El Último Dragón"


Eso si. ¡Nunca más vuelvas a hacerlo!
¡Aunque te fuera la vida en ello! ¡Prométemelo!"
Y el guardián se puso serio. Me miraba
fijamente, parecía un búho. Me relajé un poco al
oír sus palabras. ¿Que me eximió? ¡¡Pero si eso
no se podía hacer!!
Me pensé lo de prometérselo al enorme ser.
No me gustaba nada prometer cosas que no
sabía si iba a poder cumplir o no. Quizás me
hiciera falta en el futuro... Aunque por otra parte
era demasiado arriesgado.
"¡Prométemelo! ¡Debes hacerlo ahora! ¡Te lo
exijo!" - Mi enorme amigo se estaba poniendo un
poco pesado. Parecía como si se estuviera
impacientando. Vaya, ¿No eramos los Humanos
los que eramos muy impacientes? ¿Y ahora?
Me estaba pareciendo hasta gracioso. Podía
hacerle de rabiar, aunque no se si era buena la
idea de enfadar a una bestia de éstas...
"¡¡¡PROMÉTEMELO!!!"- Ahora sí que gritó
tanto que más de un plato de la alacena salió
volando e impactó en el suelo. Esta escena de
los platos volando me estaba resultando
extrañamente familiar. Además me pitaron los
oídos bastante...
"Vale, vale tío cansino. "Prométemelo"
"Prométemelo" te repites más que una estrella
del pop. Está bien, te lo prometo...¡Que pesado!"
le dije, vacilándolo, al vigilante del portal.

Luis Celaá Morales. 249 " El Último Dragón"


El incansable Guardián sonrió satisfecho.
Se había salido con la suya. Le daba igual lo que
le hubiera dicho. Ahora que se le veía muy
contento aproveché el momento para continuar
con mi interrogatorio:
"Por cierto, amigo. ¿Podrías decirme, por
favor, como "Me eximió de pedir los deseos" ?
¿no me iban a suceder cosas malísimas de la
muerte si no formulaba los cinco deseos?" -
inquirí con inusitado interés, de verdad quería
saber como se había apañado Némesis. Tenía
una insana curiosidad por saberlo. Necesitaba
saberlo como fuera...
"Está bien, te lo diré. La verdad es que la
Diosa Némesis se fija en los pequeños detalles,
cosas que a los restantes Dioses se les pasaría
por alto porque no le prestarían la suficiente
atención. Némesis estaba preocupada porque
pediste algún deseo pero no todos. Según las
sagradas reglas, tienes la obligación de pedir
todos los deseos aunque el resultado sea malo y
empeore con cada deseo que pidas. Es ley y..."-
Volví a interrumpirle, apremiándole a que
continuara. Me ponía nervioso tanto rodeo, no lo
podía evitar.
"Vale, vale. ¡Hombrecillo caga-prisas!
Némesis estudió cada caso. En ninguno, a lo
largo de la historia, había ocurrido que quien
invocara a un Eifit se marchara otro mundo.

Luis Celaá Morales. 250 " El Último Dragón"


¡Se inventó una regla! Sí te vas a otro mundo
mientras invocas al Eifit, la relación entre ambos
cesará de forma inmediata sin importar el tiempo
que lleves ni los deseos solicitados ¡Es genial!
¿No te parece impaciente amigo?"- me explicó
el Guardián, henchido de orgullo como si hubiera
sido suya la idea. Me quedé anonadado. Le iba
a preguntar más cosas, pero me quedé
pensando en la Diosa. Al principio de todo la
critiqué diciendo que era mala y nos quería
exterminar y resulta que me ha estado
ayudando. Ahora lo comprendía.
No es que haya Dioses buenos o malos.
Son sencillamente Dioses. Seres superiores a
todos que hacen las cosas para su provecho.
Somos poco menos que insignificantes para
ellos. "¿Alguna pregunta más, renacuajo de dos
patas? Tengo más cosas que hacer. No vengo
de turismo aquí como tú..."- Me apremió
sarcásticamente mi amigo.
Ignorando su gracioso comentario, aproveché
la coyuntura para preguntarle cuándo me podría
marchar de allí y cuándo volvería a ver a mi
amada Veena. El Guardián me miró y antes de
irse, me dijo: "Pronto, amigo mío. Sólo tienes
que esperar a que vengan a buscarte. Te
recomendaría que siguieras leyendo el "Libro de
las Hadas" pues en él encontrarás más
respuestas de las que crees a tus constantes
preguntas".
Luis Celaá Morales. 251 " El Último Dragón"
XXIX- " Derrota (II) "
"Faltaban tres noches
para que los cuernos
de la luna se unieran
formando un disco completo.
Cuando por fin, la luna
se asomó compacta sobre
la tierra; hombres, pájaros,
animales y otros seres
estaban sumidos en
una profunda quietud.
Ningún murmullo salía
de los arbustos,
las ramas callaban inmóviles,
callaba el húmedo aire.
Sólo las estrellas titilaban
en el aire."

(Libro séptimo de la "Metamorfosis".


Escrito por Ovidio.)

Luis Celaá Morales. 252 " El Último Dragón"


Himler y sus victoriosas tropas observaban en
silencio. Al principio hubo un estallido de júbilo
pues la victoria había sido para la gloriosa "56
ava Legión".
Orcos, Trasgos, Trolls, Minotauros, Duendes...
Todos habían bailado, cantado y gritado
henchidos de alegría y orgullo. Todos estaban
absortos de felicidad.
La inexpugnable y poderosa sede de la
humanófila organización "Alma Humana" había
caído, por fín
Siempre habían repelido todos los ataques y
habían defendido altivamente a los humanos.
Hasta hoy. Por fin, todo terminaba.
Hoy había sido un gran día para los seres que
poblaban este mágico mundo.
La fuerza defensora de los Humanos había
sido derrotada, ya nada se interpondría en el
genocidio de esta absurda y egoísta raza.
Flipaovix se acercó a hablar con él. Himler
que, como todo buen militar, escuchó al
derrotado jefe enemigo. Después de su turno
habló él.
Le parecía bien que se rindieran. Pero a sus
condiciones puso objeciones.
Dejó que el ejército derrotado abandonara la
ciudad, pero sin armas y dividido en varios
frentes.

Luis Celaá Morales. 253 " El Último Dragón"


Uno de esos frentes ya había embarcado,
compuesto en su mayoría por Semi-elfos y algún
aniñado Elfo. Fueron vigilados hasta que se
perdieron por mar abierto.
Otra parte de ese derrotado ejército tuvo que
irse a través del desierto,formado principalmente
por los aguerridos Tralfis, los cuales estaban,
mucho más acostumbrados a las condiciones
extremas que los frágiles Elfos.
El grueso del ejército abatido salió por la
puerta principal en varias tandas, espaciadas por
dos horas de diferencia. Obviamente, tenían
claro que se reagruparían en cuanto dejaran de
vigilarlos pero eran muy pocos supervivientes.
Además estarían cansados, hambrientos y
desarmados.
Todos estaban en silencio mirando como el
último grupo de una decena de Elfos dejaba,
cabizbajo y humillado, la ciudad. Para los más
que vanidosos Elfos, éste era un duro golpe que
tardarían generaciones en olvidar. Para ellos
sería un deshonor ésta dura derrota.
Pese a que estaba muy feliz por la trabajada
victoria, su semblante estaba serio. Al verle tan
serio a él y al resto de la curia militar ( Dafne,
Mezzayh, Ronnel, Darkwingx...) todos los demás
soldados fueron calmando sus gritos de euforia.

Luis Celaá Morales. 254 " El Último Dragón"


Algunos nunca entendieron el porque pero
otros sí lo entendieron a la perfección. No había
sido una victoria plena pues era humillante no
haber matado más Humanos. Además de que
otras razas tuvieran que ser masacradas por
culpa de ellos, pese al odio que se procesaban.
Para ellos no tenía nada de glorioso ver cómo
se iban con el rabo entre las piernas el
diezmado, cansado y hambriento ejército rival al
ser derrotado.
Los Corazones Negros protestaron todo lo
que pudieron. Con una vehemencia asombrosa
pues a ellos no les gustaba dejar ni prisioneros
ni supervivientes.
Su lema era que un superviviente hoy era un
furioso enemigo mañana. Por eso lo mejor era
acabar con los problemas antes de que se
produjeran. Para ellos, todos tenían que haber
muerto. Ya se les dio una oportunidad y
encontraron como respuesta la traición.
Tras una acalorada discusión, el ejército
negro desapareció misteriosamente. Nadie les
vio marchar ni nadie supo a dónde fueron.
Himler sabía que eso era otro problema más.
Los Corazones Negros no se casaban con nada
ni con nadie, a ellos no se les podía traicionar.

Luis Celaá Morales. 255 " El Último Dragón"


Ellos no les habían traicionado pero para su
distorsionada forma de ver las cosas así había
sido. Seguramente se habían ganado otro
enemigo más. Era una pena.
Himler, por su parte, estaba orgulloso de
ellos. Habían sido de gran ayuda para la gloriosa
"56 ava Legión".
En cuanto las siluetas de los últimos
derrotados se perdieron por el horizonte, Himler
lo organizó todo. Nombró a un jurado militar
compuesto por gente de cada una de las razas
que estuvieron presente en el asalto a
Bobostock.
Su misión sería intentar juzgar al derrotado
general Flipaovix y a su plana mayor por los
crímenes de guerra cometidos. Pese a estar
encerrados en los calabozos de la ciudad, les
había dejado estar temporalmente juntos para
que organizaran su defensa en el próximo juicio.
Aunque Himler creía que les serviría de poco,
tenía que darles algo de esperanza por la que
luchar. Eran sus enemigos pero había que tener
respeto hasta por sus más encarnizados rivales.
Después organizó los turnos de defensa y
descanso. A las hechiceras Tralfis las adecuó un
lugar en el edificio principal para que sirviera de
Hospital para los heridos. Les dió unas
habitaciones privadas para ellas,

Luis Celaá Morales. 256 " El Último Dragón"


aunque mientras fueran sus prisioneras estarían
muy vigiladas.
Organizó a la gente por escuadrones para que
desescombraran, limpiaran y arreglaran la
ciudad. Tenía que quedar todo perfecto pues a
partir de ese inolvidable día, la ciudad quedaría
bajo el mando de su legión.
Finalmente, seleccionó un grupo de entre los
más preparados de su ejército para que
rastreara y vigilara la ciudad y los alrededores.
No podía parar de pensar en ello, algo no le
cuadraba a Himler. Tan sólo quedaban en la
ciudad unos pocos Humanos, la mayoría viejos o
enfermos. Habían tenido los rivales muchas
bajas, eso estaba claro, pero era muy raro que
encontraran tan pocos humanos entre los
muertos que ahora estaban incinerando.
¿Dónde estaban los Humanos de los que
hablaban los espías? No podían haber escapado
ni durante el asedio ni mucho menos en la
batalla. Algo se le escapaba y tenía que
averiguar qué era.
Una idea se le pasó por la cabeza. ¡Tenían
que haberlos escondido en algún lugar!
Pues los iba a encontrar, aunque tuviera que
remover la ciudad piedra por piedra para ello.
Lo haría. Lo juró por sus antepasados y por
los hermanos caídos en la batalla.

Luis Celaá Morales. 257 " El Último Dragón"


Ya le habían tomado el pelo una vez con
aquella absurda estrategia y no estaba dispuesto
a que se lo tomaran dos veces. Tenían que
haberlos escondido en algún condenado lugar y
donde quiera que estuviesen escondidos, los
encontraría.
La impresionante Dafne le preguntó si no
haría esa noche una fiesta para celebrar la
victoria. Himler la miró seriamente y le contestó
que la victoria no sería completa hasta que no
fueran juzgados los militares presos, ajusticiados
los humanos prisioneros y encontrados el resto
de los de su raza que permanecían escondidos
como ratas. Y a las ratas se las hacía salir de
sus agujeros, por muy profundos que fueran...
Dafne se sintió orgullosa, había acertado al
unirse a la "56 ava Legión". Cuando Seunmen
murió en el asedio a Rimantel, todos pensaron
que el fin de la legión estaba cerca por carecer
de un líder fuerte e inteligente, pero era obvio
que todos se equivocaban. Himler era el mejor
líder que cualquier ejército podría tener. Incluso
mejor de lo que había sido Seunmen en su
momento. Y eso ya era mucho...

Luis Celaá Morales. 258 " El Último Dragón"


XXX- "Tu me has llamado"
"Ninguno se atrevía
a entrar.
Habían oído miles
de leyendas
al respecto.
Muchos habían
querido alcanzar
la gloria o la fortuna.
Ahora eran
un montón de huesos
frente a la entrada
de aquella siniestra
y húmeda gruta.
¿Qué se hallará
en su interior?
Sólo la enigmática
y distante muerte
sabe la respuesta."

(Leyendas Mitológicas. Autor Anónimo)

Luis Celaá Morales. 259 " El Último Dragón"


La luna llena se encontraba en su máximo
apogeo lo que significaba que ya había pasado
un día entero desde que Veena abandonara
Rimantel. Además, había pasado mucho tiempo
desde que Erus hubiera desaparecido por el
infinito cielo.
Se encontraba tremendamente cansada,
sucia y muy,muy sola. Al principio le costó
reaccionar y permaneció largo rato sentada
debajo de un árbol. Cuando vio la luna llena
decidió que era el momento de ponerse en
marcha.
Pese a que creía conocer a la perfección el
bosque de Gadinor, jamás había estado en esa
zona o eso creía pues no le sonaba de nada.
Decidió explorar un poco los alrededores.
Parecía como si no hubiera ningún peligro, es
más era como si el peligro fuera ella pues los
diferentes animales huían a su paso.
Podía haber preparado una suculenta cena a
costa de alguna ardilla o liebre pero estaba tan
cansada que no tenía ganas de hacer trampas o
recitar hechizos.
Había que tener en cuenta también que a ella
le parecía vergonzoso a más no poder cazar una
cochina ardilla con un hechizo. No la iba a ver
nadie pero era caer demasiado bajo.

Luis Celaá Morales. 260 " El Último Dragón"


Tras caminar un buen rato, preparó un triste
simulacro de hoguera bajo un enorme manzano
que estaba solitario en un claro. Comió un par
de manzanas y decidió ir a visitar el sagrado
mundo de Morfeo.
De repente, se encontró corriendo como una
posesa. Tras ella, a unos dos metros, la seguía
velozmente un extraño ser. El animal poseía una
enorme envergadura, pese a estar corriendo a
cuatro patas tras ella.
Pese al pánico que sentía,miró hacia atrás y
descubrió un fabuloso animal con cuerpo de
cabra, cabeza de león y cola de serpiente que la
perseguía ferozmente.
Intentó correr más deprisa pero no podía,
parecía que una mano invisible la agarraba con
fuerza. Intentó soltarse de aquella mano
imaginaria pero esta la sujetaba con más
violencia, incluso que antes.
La desesperación la hizo gritar pidiendo ayuda
pues sus gritos se perdían en la profundidad del
enorme bosque.
Aquel mitológico ser se acercaba, cada vez
más cerca. Notaba su fétido aliento en la nuca.
Veena lloró amargamente.
"Ésto no puede acabar así"- pensó. "¿Tanto
esfuerzo para nada? No es justo"

Luis Celaá Morales. 261 " El Último Dragón"


El miedo la impedía pensar con claridad. Para
invocar un hechizo que la pudiera ayudar
necesitaba estar tranquila, aunque fuera un
momento.
Volvió a suplicar ayuda. Pero era tarde. El
animal ya la había alcanzado.
Este era su final. Volvió a llorar. Cayó de
rodillas al suelo implorando desesperadamente
ayuda, pero nadie parecía escucharla.
Lo único que consiguió con ello fue que las
enormes fauces del ser se abrieran.
Una llamarada de fuego salió de su enorme
boca y ...
Veena se despertó gritando. Estaba empapada
en sudor, el pelo revuelto y la cara llena de
lágrimas. Se sentía confundida y asustada.
Cuando recobró la calma se dio cuenta de que
todo había sido una pesadilla.
Miró al cielo y comprobó que la luna se había
desplazado ajena al resto del universo.
Rió pensando lo tonta que había sido. Había
sido una pesadilla. Nunca antes había tenido
una así de emotiva.
No sabía cómo eran las de los demás pero
ésta había sido demasiado real. Aún notaba el
olor a azufre del aliento de aquella bestia en la
nuca...

Luis Celaá Morales. 262 " El Último Dragón"


"¿Bestia? No, querida. Se la conoce como
una Quimera. Extraño nombre para uno de los
seres más mortíferos y sanguinarios que hayan
existido nunca. Curioso. Muy curioso"
Veena se sobresaltó y se levantó rápidamente
mirando a su alrededor. La hoguera hacía
tiempo que se había consumido. Había dormido
más de lo que se pensaba.
No había nadie a su alrededor o al menos ella
no lo veía. Pero aquella burlona voz tenía que
haber salido de algún sitio. Era como si fuera
una especie de duende pero con un timbre de
voz más elegante.
"¿Una especie de duende? ¡¡Oiga, sin faltar!!
Más quisiera esa chusma ser como nosotros.
Reconozco que por desgracia estamos
lejanamente emparentados con ellos pero..."
Un curioso ser se le apareció a Veena enfrente
de sus ojos. Flotaba mágicamente en el aire, su
aspecto era el de un Duende aunque un poco
diferente.
No mediría más de medio metro. Iba
elegantemente vestido con un traje verde. Hasta
su ridículo sombrero de chistera era verde. Sólo
su poblada barba marrón hacía juego con su
encorvado bastón de roble y contrastaba con su
ennegrecida pero curtida piel.

Luis Celaá Morales. 263 " El Último Dragón"


"¿Quién eres? ¡¡Mejor dicho, qué eres y por
qué vienes a asustarme, déjame en paz!!- Le
gritó violentamente Veena a su diminuto auditor
mientras le señalaba con el dedo índice
furiosamente.
El ser retrocedió hacia atrás haciendo una
asombrosa pirueta de espaldas. Volvió a quedar
en la misma postura de antes, flotando en el aire
y se quitó el sombrero de forma elegante
mientras inclinaba ligeramente el cuerpo a modo
de saludo. Parecía como si se divirtiera con la
situación.
"Saludos, enigmática señora. Lo primero
volver a recalcar que no soy un burdo Duende
sino un amigable Lepresaun.
Afortunado será el que nos invoque, si es que
decidimos ayudarle y nos puede recompensar a
cambio, claro está.
Amamos las joyas, el oro y las demás piedras
preciosas. En ti está que seamos socios, querida
Tralfi" y sin dar más explicaciones el curioso ser
se sentó en el aire con las piernas cruzadas
esperando pacientemente la contestación.
Veena alucinó en colores. ¿Lepresaun? ¡¡Si
esos son personajes de cuentos!! ¿Seguiré
soñando o me está gastando algún Dios una
broma pesada?

Luis Celaá Morales. 264 " El Último Dragón"


Las preguntas se agolpaban atropelladamente
en el cerebro de la cansada y extrañada Tralfi.
Había oído hablar de ellos pero creía que eran
otra invención más. Pero no, parecían reales.
De hecho, esta "invención" estaba enfrente de
ella, sentada cómodamente en el aire y
mirándola fijamente como un vulgar autillo.
Cuando pasaron unos segundos, Veena le
preguntó el por qué se le había aparecido a ella
y cuál era el motivo de ese gran honor...
El lejano primo de los Duendes abrió los ojos
sorprendido. La miró sin pestañear y se levantó
pesadamente del aire. Contestó suavemente
pero firme y seguro a la curandera:
"Te creía más inteligente, Tralfi. Es curioso
pero nosotros también sobrevaloramos a los
demás seres. He estado poco tiempo en tus
sueños pero me pareció que eras una gran
hechicera que necesitaba ayuda para completar
la tarea que te encargó la Diosa Némesis.
De hecho, TÚ me has llamado, TÚ has
pedido mi ayuda. En el sueño te perseguía una
dura Quimera. Al pedir auxilio tres veces
consecutivas en una pesadilla invocas a un
Lepresaun al despertar.
Nosotros aparecemos, siempre y cuando te
consideremos apta para que te ayudemos, te
daremos toda la buena suerte que haga falta.

Luis Celaá Morales. 265 " El Último Dragón"


Pero aunque habitualmente vivamos en los
sueños de la gente no somos tontos. Todo tiene
un precio en esta vida y sé que tu puedes llegar
a darme mucho oro que guardar en mi Sionita.
No te lo pienses mucho porque es una buena
oferta, pero por tiempo limitado, tú veras si te
interesa..."- Le explicó con cierta vehemencia el
Lepresaun a una más que sorprendida Veena.
Tras unos segundos de reflexión y análisis de
los pros y los contras, la poderosa hechicera
decidió que le convenía el pacto con aquel ente,
siempre y cuando no le costara un excesivo
precio, claro. Un poco de suerte nunca podría
venir mal.
"Hum.. Nunca imaginé que conocería a un
increíble Lepresaun, es más, creía sinceramente
que eráis un mito. Pero ya que estás aquí
podrás observar agudamente que voy hecha una
pordiosera. Como ya sabrás, no tengo ni joyas ni
oro ni nada de valor. Aunque podría intentar
conseguir alguna moneda, pero no sé cómo
invocar ese tipo de hechizos egoístas. Son muy
difíciles para una simple Tralfi como yo."- Pensó
irónicamente Veena en voz alta.
El curioso ser dio una voltereta en el aire,
quedando cabeza abajo como un murciélago. La
sonrió y le pidió que lo intentara, que para eso él
estaba ahí.

Luis Celaá Morales. 266 " El Último Dragón"


Veena asintió con la cabeza. Notó como la
energía fluía con facilidad por su mágico cuerpo.
Jamás se había sentido tan llena de magia, era
una sensación maravillosa.
El Lepresaun hacía muecas mientras la
miraba. Cuando se notó desbordada soltó la
magia a través de un hechizo en un antiguo e
impronunciable idioma. De repente, del cielo
cayó un puñado de monedas de oro que
aplastaron sin piedad al Lepresaun.
Veena se asustó. Dejó la magia creyendo
que había matado al pobre simulacro de Duende
y excavó en la montaña de oro. Finalmente, le
encontró un poco mareado pero muy feliz, pese
haber sido aplastado por ese montón de
monedas. Cuando Veena lo rescató estaba
agarrado a una de las monedas, parecía
henchido de felicidad.
"¿Ves? Empezamos a comprendernos. Te he
dado suerte para que "encontraras" toda la
magia cercana y te saliera bien el hechizo, sin
cansarte y de forma natural. ¿No te parece
maravilloso? ¡¡Ooohhh!! ¡¡Mis monedas!! Qué
bonitas son, ¿verdad?"- le gritaba el Lepresaun
mientras se revolcaba en el pequeño montón de
monedas.
Veena le miró, no sabía si seguirle el rollo o
darle una patada en la boca. Decidió lo primero.

Luis Celaá Morales. 267 " El Último Dragón"


"Pues.... Supongo que sí. La verdad es que
nunca me había sido tan fácil invocar un
hechizo, ni siquiera en presencia de la idolatrada
Asnaráasha. A lo mejor me confundo, pero no
me parece nada bien utilizar la magia para éstas
cosas tan mundanas"- Le dijo tímidamente la
sabia Tralfi al perplejo Lepresaun que no salía
de su estúpido asombro.
"¿Idolatrada Asnaráasha? ¿cosas mundanas?
¿Y crear un Gólem de luz no es mundano? "- Le
soltó enfadado el diminuto avaricioso.
Veena intentó replicar pero antes de que
pudiera hablar, el verdoso ser le interrumpió.
"¿E iluminar una pared no es mundano?
Ciñámonos al trato y ahórrate tus vulgares
comentarios. Con ésto podré darte suerte dos o
tres días, no más. Entiende que yo tengo mis
tarifas y no puedo rebajarlas. Qué dirían mis
otros clientes... Bueno, ahora te voy a dejar sola
para que descanses mientras recojo ésto.
Cuando te quedes profundamente dormida, otra
vez, volveré a tus sueños y durante unos días
serás "iluminada con mi suerte" ¿Me sigues
simulacro de filósofa?
Por cierto, ¿Te puedo dar un consejo? Creo
que te conviene. Un poco más hacia el norte hay
un refugio que la gente que está de paso usa par
descansar y hacer escala. No es gran cosa pero
suele haber ropa, comida y....

Luis Celaá Morales. 268 " El Último Dragón"


Y también hay una bañera.¡¡Una bañera!!
Hazme el favor de lavarte, porque si no me
desmayaré la próxima vez que te huela. Digo,
que te vea.
¿Tienes algo en contra del agua? Ah! Por
cierto se me olvidaba. Tu siguiente prueba es
enfrentarte a una peligrosa Quimera que vive en
una cueva hacia el norte. Bastante cerca de la
cabaña donde vas a descansar.
Deberías tener cuidado y estar mentalmente
preparada. Son seres muy inteligentes. Cuando
te acercas a su terreno te advierten en sueños.
Después deberás luchar con ella.
Además de ser fuerte y rápida es muy
sanguinaria. Extremadamente sanguinaria, diría
yo. Bueno, me tengo que ir..."- y antes de que la
sorprendida hechicera le preguntara, el ser
desapareció.
Se llevó las monedas que habían sido
invocadas ante la asustada Tralfi, que decidió ir
a buscar la cabaña para no pensar en esa
Quimera. Si en el sueño le había dado miedo, no
quería ni pensar cómo era en el mundo real.

Luis Celaá Morales. 269 " El Último Dragón"


XXXI. "La búsqueda de Marduk"
"Entonces, el cielo
se tiñó de azufre.
Las aguas enfurecieron.
Las tierras se agitaron
desde dentro de
sus entrañas.
Toda vida huyó
de aquel nefasto
lugar.
Aquello iba a seriamente
un choque
entre Dioses."

(Cosmogonía, Teología e Historia Divina)

Luis Celaá Morales. 270 " El Último Dragón"


El río Eufrates estaba aparentemente tranquilo
pese a que hacía unas pocas semanas se había
desbordado. Las aguas anegaron las tierras
colindantes, pero los aldeanos de Bahrayn
siempre estaban preparados para aquellos
"pequeños inconvenientes".
A cambio, el majestuoso río les proporcionaba
todo lo que les hacía falta el resto del año.
Los Humanos que vivían por esas tierras eran
agradecidos. Le hacían diversas ofrendas a
Apsu, Dios de las aguas dulces; tanto la de los
ríos, como los pantanos y aguas subterráneas.
Ese año del 1799 antes de cristo había sido un
buen año. Abundantes cosechas y ganado fértil
y poderoso habían contribuido al desarrollo de la
pequeña población de Bahrayn que había
crecido ostensiblemente en los últimos años.
Keni, el anciano sacerdote que se ocupaba de
cuidar el templo dedicado al todopoderoso Dios
Anu, Dios de los Dioses, estaba bastante
preocupado esos días.
Nadie entendía el porque pues todos estaban
muy felices por las buenas cosechas de ese
año. La mayoría de los babilonios sobrevivían
gracias a la agricultura intensiva. También había
que agradecer a Keni las predicciones sobre la
crecida del río, ya que los daños fueron
mínimos.

Luis Celaá Morales. 271 " El Último Dragón"


Así que nadie podía entender porque estaba
tan preocupado el veterano sacerdote. Todos
respetaban a Keni, aunque la mayoría lo temía.
Era la típica persona madura y afable pero
enérgica, seria y responsable por encima de
todo.
Si alguien se atrevía a desafiar a los Dioses,
era castigado severamente por el anciano Keni.
Hace mucho tiempo, hubo gente que se
opuso al sacerdocio de aquel anciano pero Keni
los castigó duramente. Pese a su avanzada
edad era un experto en artes marciales y tenía
una poderosa fuerza que no se había consumido
con el paso de los años.
Ni siquiera los más ancianos del lugar
recordaban el día en que Keni llegó allí y erigió
ese pequeño pero imponente templo en honor al
todopoderoso Anu, el Dios más importante de la
mitología Babilónica al ser el amo y señor de
todos los cielos.
El anciano había llegado al pueblo en busca
de su ayudante Zelaa. Era un prometedor joven.
Inteligente, atractivo y trabajador.
Para decepción de las jóvenes casaderas del
lugar había optado por hacer la carrera
eclesiástica. Keni le había preparado para el día
en que él no estuviera.
Le había instruido a cerca de todos y cada
uno de los Dioses.
Luis Celaá Morales. 272 " El Último Dragón"
Anu era el más importante, pero no debía
olvidar su devoción a Apsu ni a Tiamat que era
el Señor del mar o al polifacético Ninurta, que
era tanto el señor de los cultivos como el
implacable señor de la guerra.
También debía instruir a los aldeanos sobre el
amor que debían procesar a la Diosa Nintur, sin
la cual la vida se extinguiría sin remedio.
Deberían temer en vida a la eterna e implacable
Ereshkigal, reina de los infiernos e implacable
señora de la muerte.
Zelaa había aprendido bien toda la teología.
Además, sabía organizar al pueblo y llevar bien
el templo. Era una persona amable y bastante
trabajadora. Su único defecto era su afición a
visitar Legamhar, la taberna del pueblo, dónde
se juntaba lo peor de lo peor de los alrededores.
Pese a la temible clientela del local, el joven
sabía moverse bien. Estaba a sus anchas.
Era un buen experto jugador de dados y le
encantaba humillar a las tropas del poderoso rey
Hammurabi. Casi siempre les ganaba para
regocijo de los aldeanos. Más de una vez habían
perdido hasta el uniforme, que luego Zelaa
intercambiaba con el posadero por arrobas de
vino, el verdadero manjar de los Dioses, como él
solía decir, o repartía sus ganancias entre todos
y cada uno de los aldeanos a excepción de las
clases altas y de los militares.

Luis Celaá Morales. 273 " El Último Dragón"


Después de ganar a sus rivales, el joven volvía
al templo ebrio de felicidad y placer. Era muy
admirado y querido por todos, que perdonaban
su pequeña afición al vino, dada su generosidad
y amabilidad con la gente humilde.
Aquella había sido otra victoriosa noche más,
la Diosa fortuna le había sonreído y estaba
desplumando a su curioso oponente:
Ranza, un general bajito y bigotudo con aires
de grandeza y demasiado servil a su superior
Rialb, el teniente canoso de las duras tropas
babilónicas.
El eclesiástico recogió sus ganancias mientras
bromeaba con la gente que observaba la partida.
Esta acción no gustó demasiado al bigotudo
general que hábilmente y de un prodigioso salto
le puso una afilada daga en el cuello mientras la
gente se apartaba o huía asustada del local.
De nada sirvieron los gritos de su superior, un
asustado Rialb, que le exigía que soltara de
inmediato a su presa. Pero Ranza no prestaba
atención, estaba fuera de sí. Se sentía humillado
y clamaba venganza.
Ahora el que reía era él. Estaba apretándole la
daga en el cuello poco a poco mientras que
disfrutaba de su momentánea victoria. Era una
situación muy embarazosa para el pobre
sacerdote.

Luis Celaá Morales. 274 " El Último Dragón"


Con todo el local expectante, pero a cierta
distancia, Rialb cambió de táctica para disuadir a
su exaltado subordinado. Le empezó a susurrar
que no merecía la pena arruinarse la vida por
una tontería así.
Le dijo que él era muy grande para
molestarse por un sacerdote que no le llegaba ni
a la suela del calzado; le siguió haciendo la
pelota un buen rato hasta que comprobó que
poco a poco iba funcionando su pequeño plan.
De improvisto, sin hacer ni un sólo ruido ni
que nadie se percatara de su presencia, Keni
apareció de improvisto ante el militar. Le dijo
suave pero de forma enérgica que sería muy
conveniente que soltara la daga.
Le explicó que si la soltaba, pedía perdón y se
marchaba en silencio; haría la vista gorda y les
perdonaría la vida.
Aquello fue el detonante para que ambos
militares estallaran de la risa. Rialb, que
intentaba desarmar a su subordinado, se puso
desde ese momento de parte de Ranza. El cual
se hinchó de orgullo al ver a su superior de su
parte.
El hombrecillo bigotón se creció y le amenazó
con rebanar el cuello al joven discípulo si él no
se ponía de rodillas y suplicaba perdón.
Keni les miró despectivamente. Miró al cielo
como pidiendo perdón por lo que iba a suceder.
Luis Celaá Morales. 275 " El Último Dragón"
Después se rió sarcásticamente y antes de
que ninguno de los dos pudiera reaccionar ni
que nadie del bar supiera lo que estaba
pasando, atacó con sorprendente velocidad a
sus dos militarizados rivales.
Antes de que alguien tomara conciencia de la
situación, los dos compañeros de armas yacían
en el suelo.
Inertes y con expresión de severa perplejidad,
parecía como si fueran dos muñecos rotos.
Tenían las facciones desencajadas y algunos
miembros del cuerpo destrozados.
Los que no huyeron despavoridos del local se
arrodillaron asustados ante la increíble máquina
de matar.
Keni, el anciano sacerdote, los miró con
desprecio, escupió ante los cadáveres y les dijo:
"Nunca volváis a rebatir la autoridad de un
sacerdote pues somos sagrados a los ojos de
los inmortales Dioses.
¿Por qué nadie le ayudó? ¿Así compensáis
su generosidad? No merecéis ni que os
sirvamos espiritualmente"
Algunos temblaron suplicando perdón, otros
lloraron de miedo pero todos recordaron para el
resto de sus vidas la mirada de desprecio del
avezado eclesiástico y lo que les dijo después.

Luis Celaá Morales. 276 " El Último Dragón"


"A partir de ahora y con la autoridad que me
entrega Anu, señor de señores y amo del cielo,
os eximo de mi sacerdocio.
Desde el día de hoy seguiréis adorando a
nuestros Dioses en el mismo templo, pero éste
será cuidado y protegido por Zelaa, mi antiguo
discípulo será desde ahora mismo el sacerdote.
Yo le ordeno como tal. Que Tiamat, Apsu,
Tammuz, Adad, Ishtar, Nintur, Sin, Ea, Ellil y Anu
le protejan, le ayuden y le guíen. Así se decide y
así será"
Y con estas inapelables palabras, el veterano
Keni ordenó como sacerdote a Zelaa, su joven
ayudante. El antiguo discípulo no había abierto
la boca ni siquiera cuando estuvo en peligro,
pero la cobardía de sus aldeanos le marcó para
siempre.
A partir de ese momento, Zelaa se volvió más
reservado y dejó para siempre el juego de los
dados y aunque el sabor del vino en su paladar
le acompañara hasta el fin de sus días, tampoco
se le volvió a ver por la taberna.
Todos repitieron las últimas palabras de Keni.
"Así se decide y así será". El joven sacerdote,
que estaba arrodillado, musitó la misma frase.

Luis Celaá Morales. 277 " El Último Dragón"


Agradeció a su maestro el honor. Este lo miró
con expresión indescifrable y le pidió que le
acompañara.
Antes de salir de Legamhar, Keni se volvió a
mirar con desprecio a las gentes que seguían allí
congregadas. Sin saberlo, aquellos cobardes
seres le habían hecho un enorme favor.
Hacía tiempo que debía partir de aquella
ciudad y dejar el templo en manos de su joven e
impulsivo discípulo, pero no terminaba de verlo
preparado. Aquella triste traición serviría para
que no se volviera a fíar tanto de la gente.
Sin pretenderlo, le habían hecho en una
noche el trabajo de varias semanas.
Keni cogió la mano de Zelaa y juntos rezaron
a Ereshkigal implorando que se llevara las almas
de aquellos dos militares a su rebosante infierno.
Nadie se percató de que al momento dos
asustadas almas salían de sus muertos cuerpos
y de cómo una extraña fuerza se los llevaba
hacia abajo.
Zelaa dió, un poco asustado, un brinco hacia
atrás. Creía ciegamente en los Dioses, pero
éstos nunca le habían mostrado su poder.
Pese a estar acongojado, estuvo agradecido
de aquella irrefutable prueba. Comprobó con
agrado que los Dioses existían y escuchaban a
aquellos que les abrían sus oídos.

Luis Celaá Morales. 278 " El Último Dragón"


Keni miró de soslayo a su antiguo discípulo
pues él sí que estaba acostumbrado a las
demostraciones del eterno poder divino.
Sin decir nada más salieron de aquel tétrico
tugurio. Pese a que Keni marcaba un nivel muy
alto de ritmo al andar Zelaa conseguía seguirle
el paso, aunque debiera correr para cogerle.
Cuando se alejaron del pueblo, se
encaminaron a gran velocidad al templo. Al
llegar a la puerta, Keni se detuvo. Zelaa hizo lo
mismo, sin decir nada ni mirar a su
acompañante. Pese a que Keni había
renunciado al sacerdocio de la ciudad y le había
otorgado a él ese honor, Zelaa le consideraría su
maestro para siempre.
Pasaron diez minutos en los que el maestro no
se movió aunque estaba murmurando algo en
una extraña lengua. En un principio el joven se
asustó aunque luego se relajó pues comprendió
que él no corría ningún peligro.
Confiaba mucho en su maestro como para
temer algo de él. Sabía que no le traicionaría.
Veinte minutos después, Keni ya no
murmuraba, gritaba en esa extraña lengua algo
que sonaba como un cántico.
Al joven discípulo le parecía que repetía lo
mismo una y otra vez; tuvo que hacer un gran
esfuerzo por ser paciente y no interrumpirle.

Luis Celaá Morales. 279 " El Último Dragón"


Pocos minutos después, una cegadora luz
apareció en el cielo. Parecía como si bajara
lentamente a la tierra.
Zelaa era, por lo general, una persona
sensata y valiente pero algo en su interior le
decía que saliera corriendo de allí. Ese algo, le
avisaba de que aquella luz era un ser demasiado
poderoso como para que fuera molestado.
Keni dejó de invocar al todopoderoso Dios
Anu. Señor de los dioses y amo del cielo. Miró
con suficiencia a su aventajado alumno y le dijo
con firmeza:
"No temas nada. Esa luz que baja hacia
nosotros es nuestro poderoso señor Anu, Dios
de Dioses. Le he invocado porque lleva días
hablándome. Me dice que me tengo que ir con
él. Mi cuerpo morirá pero mi alma será
reencarnada.
Mi reencarnación se llamará Marduk. Ternero
del sol y como bien sabes, paladín de los
Dioses. No te asustes, no huyas ni hagas nada.
Comprendo tu temor pero te pido que me
hagas caso por última vez: arrodíllate y agacha
la cabeza. Métela dentro de tu capucha. No la
levantes a no ser que él te lo pida.
Para los Dioses no somos más que simples
mosquitos. Nosotros les caemos bien porque
erigimos templos en su honor y además,

Luis Celaá Morales. 280 " El Último Dragón"


alimentamos su egocentrismo pero no te confíes
nunca ni desobedezcas sus órdenes pues tu
alma no encontraría nunca el descanso eterno.
No te preocupes por mí, yo ya he vivido más
de lo necesario. Estoy cansado de la condición
humana. Hay demasiado egoísmo, demasiada
soberbia. Sobra vanidad y avaricia.
El mundo es aún joven pero camina hacia la
pérdida de sus valores. El día en que los nietos
no respeten a sus abuelos, ese día el mundo
estará perdido. Ese fatídico día el mundo morirá.
Mientras tanto, tu tan sólo debes aprender a
escuchar. Un día no oirás nada o quizás tardes
un mes en escuchar, pero ellos se pondrán en
contacto contigo. Gracias por haber sido tan
buen discípulo.
Nunca lo olvides y recuerda que la historia la
cuentan siempre los que sobreviven. Adiós"
Zelaa no supo ni pudo contestar a su maestro.
Todavía estaba digiriendo sus palabras cuando
la cegadora luz se posó sobre la tierra y se
dirigió a gran velocidad hacia ellos.
Tal y como le había pedido su maestro, se
agachó rápidamente. Se cubrió la cabeza con su
capucha y la bajó la en señal de sumisión y
sincero respeto.

Luis Celaá Morales. 281 " El Último Dragón"


Musitó una emotiva despedida a su amado
profesor y amigo que pareció escuchar pues
éste movió ligeramente la cabeza antes de que
Anu llegara a su encuentro.
Zelaa nunca podría olvidar aquella suave pero
enérgica voz retumbándole en su cabeza, la cual
le acompañó hasta el fin de sus días:
"Keni, ha llegado el momento. Tú no lo sabes
pero tu alma es la del inmortal e implacable
Marduk, nuestro fiel paladín. Has vivido muchos
años como humano, has cumplido nuestros
deseos al pie de la letra y has elegido de forma
sabia a tu predecesor pues este joven sacerdote
es de lo mejor de estas tierras.
Los dos sabemos que es un poco impaciente
e impulsivo pero el tiempo curará ese mal. Tu
alma vendrá conmigo pues en un lejano mundo,
en otro tiempo y en otra dimensión, necesitan la
ayuda del valeroso Marduk.
Así lo han decidido los Dioses y así será."
Sin decir nada más, Anu dejó de hablar y Keni
cayó vacío al suelo. Su alma acompañó a la
cegadora luz a algún remoto lugar.
Pasaron varios minutos hasta que Zelaa se
reincorporara y asimilara aquellas palabras.
Antes de entrar en el templo, echó una última
mirada al cuerpo que antes había sido Keni, su
gran maestro.

Luis Celaá Morales. 282 " El Último Dragón"


A su cuerpo, sin vida, le prometió que seguiría
fielmente sus enseñanzas hasta el día de su
muerte. Cosa que Zelaa cumplió a rajatabla...

Luis Celaá Morales. 283 " El Último Dragón"


XXXII- " La batalla de las Hadas. Parte primera"
"¿Las ves revolotear?
¿Te crees que son frágiles?
¿Acaso no sabes de su poder?
Te aviso. Nunca pienses así.
No dudes de su fuerza, amigo.
Son Hadas. Pequeñas pero poderosas"
(Seunmenn, antiguo líder de la 56 ava Legión a
su joven discípulo Himler mucho antes de la
batalla de Gadinor)

El Guardián me dijo que tuviera un poco más


de paciencia. Le miré pero me callé. No valía la
pena replicar. Su mundo, sus normas.
Me explicó que un poderoso ser me iba a
acompañar en mi siguiente misión y que pronto
vendría a por mí, pero que los viajes a través del
tiempo y de las dimensiones a veces podían
complicarse. Por enésima vez, volvió a repetir su
cantinela sobre la impaciencia de los humanos.
Cuando me quise dar cuenta volvió a
desaparecer tras su misteriosa puerta.
Al rato le oí revolotear y mover trastos, seguro
que algo estaba tramando.
Decidí ignorarle, acomodándome en la
gigantesca silla lo mejor que pude.

Luis Celaá Morales. 284 " El Último Dragón"


Una vez cogida la "posturita", Me puse a leer
el pasaje que mi amigo me había recomendado.
"Cerca del bosque de Gadinor, un poco antes
de llegar a la fosa de la muerte, hay unos
peculiares árboles, son ancestrales robles.
Nadie sabe a ciencia cierta su edad, aunque
algunos estudiosos han calculado que rondan
los doce mil años, es decir existen desde
muchísimo tiempo antes que el ser humano.
Hace años aún se mantenían en pie un gran
número de ellos pero las últimas guerras unidas
a la codicia humana, han conseguido lo contrario
que la madre Naturaleza pretendía, su casi total
extinción.
Aún quedan en pie, milagrosamente, cuatro de
estos impresionantes y majestuosos árboles.
Forman una natural barrera para intentar que
ningún indeseable acceda a otro lugar de mayor
valor y muy querido para ellos, el prado de los
Unicornios.
Este prado, como su propio nombre indica es
el lugar de refugio y morada de la mayoría de los
Unicornios que todavía quedan vivos en este
mundo. En la copa de cada uno de los dos
robles había una ingente población de Hadas
habitando en su interior. Los dos robles
centrales eran la morada de la mayor población
de Hadas Neutrales conocida.

Luis Celaá Morales. 285 " El Último Dragón"


"Densia" y "Aufragós" eran los nombres de
estas grandes poblaciones de Hadas. No se
podía saber el número exacto de ellas que
moraban en estas ciudades pues muchas eran
nómadas. Aún así se calculaba que unas mil
hadas vivían habitualmente en cada árbol.
En el roble de la izquierda se ubicaba la
pequeña población de "Therminia".
Era una minúscula población de bondadosas
Hadas, las cuales convivían pacíficamente con
gorriones, jilgueros, Pequeños Seres, Enanos-
pájaros, Duendes alados y otras diferentes
criaturas que pernoctaban temporalmente en el
susodicho árbol. La población estable de éstas
Hadas a duras penas sobrepasaba el centenar
de individuos...
En cambio, el roble de la derecha estaba
habitado casi exclusivamente por Hadas
malignas. En "Zipayo" no eran bien recibidas el
resto de criaturas a no ser que fueran protegidas
o enviadas por los Dioses. Las Hadas mantenían
un permanente rebaño de pulgones y gusanos
de seda por interés propio.
Los productos que generaban estos diminutos
seres eran utilizados por las astutas criaturas
para comerciar con otros. En cambio, las Hadas
neutrales solían mantenerse al margen de los
conflictos entre el resto de criaturas.

Luis Celaá Morales. 286 " El Último Dragón"


No solían meterse entre las disputas de
criaturas mágicas, incluso permanecían al
margen en los asuntos del resto de las Hadas.
No eran malas, pero tampoco eran buenas ya
que se consideraban, así mismas, más
inteligentes que los otros dos tipos de Hadas
juntas. Su máxima perdición, aparte de su
creciente soberbia, era su fascinación más allá
de lo comprensible por los Unicornios.
Los Unicornios para las Hadas neutrales eran
la criatura más bella y perfecta creada nunca por
los Dioses. Su única razón de vivir era proteger
y preservar a los astados equinos; aunque su
vida dependiera de ello.
Los Unicornios lo sabían y agradecían mucho
su esfuerzo aunque no les terminaban de
agradar por su egoísta forma de ser. Ellos lo
sabían ya que podían ver en el interior de
cualquier ser vivo fuera mágico o no.
Aunque a las Hadas no le podían ni quitar la
magia ni invertir su forma de ser ni maldecirlas,
no les gustaba nada que aquellos seres tan
protectores suyos fueran tan soberbios, egoístas
y superfluos. Las únicas Hadas que gozaban de
su simpatía eran las bondadosas, pero para
evitar innecesarias peleas entre aquellos seres
alados y místicos evitaban tratar con ellas a no
ser que no hubiera más remedio.

Luis Celaá Morales. 287 " El Último Dragón"


A veces era inevitable que se juntaran más a
ellas que a las otras por lo que surgían
pequeñas batallas como la que tuvo lugar hace
más de cien años y que acabó diezmando o
desterrando a la mayor parte de la población de
"Therminia" y también generó muchas bajas en
"Zipayo"; aunque las poblaciones neutrales
apenas se resintieron.
Todo empezó un frío día de un invierno que
fue especialmente duro. Demasiado gélido hasta
para los seres mágicos, que están más
acostumbrados a las temperaturas extremas que
los seres humanos.
Uno de esos días, una mujer humana y dos
niños pequeños llegaron desorientados y medio
congelados a los entonces ocho robles que
todavía estaban vivos. Las primeras en verlos
llegar fueron las Hadas neutrales. Como al
principio se quedaban fuera de la arbórea
muralla, apoyados en un roble donde habitaban
las bondadosas y sin aparente intención de
flanquear los árboles pues éstas no les dijeron ni
les hicieron nada, tan sólo se limitaron a
observar sus movimientos.
La hembra humana, de nombre Seitira, intentó
dar calor a sus dos pequeñas criaturas, una de
ellas era aún un bebé lactante. A pesar de sus
mimos, la cosa se complicaba enormemente.

Luis Celaá Morales. 288 " El Último Dragón"


Los últimos ramalazos de tenue calor se
desvanecían junto al sol que se retiraba a dormir
así que la luz iba diciendo adiós poco a poco,
para sumergir el tiempo en oscuras tinieblas
donde la cerrada noche acechaba.
Seitira, desesperada pero no rendida, intentaba
dar calor a sus niños, muy especialmente a
Rasputín, su pequeño bebé y el que más peligro
corría de morir congelado.
Mandó a Dionisos a buscar algo de leña seca
para intentar hacer una hoguera y poder así
resguardarse del intenso frío que les calaba los
huesos.
Desde la comodidad de sus árboles, las Hadas
neutrales y las malignas observaban divertidas
la escena.
Algunas neutrales se preguntaron por qué
estarían tan lejos de la ciudad una hembra y sus
dos pequeños cachorros.
Pero fueron las mínimas, la inmensa mayoría
estaba más pendiente de que no accedieran al
prado que de su posible congelación.
Para las malignas, en cambio, fue una
bendición de los Dioses. Se miraron divertidas.
Ellas odiaban visceralmente a los Humanos y
aquello era, para su retorcida forma de pensar,
como un regalo caído del cielo.

Luis Celaá Morales. 289 " El Último Dragón"


Por otra parte, las bondadosas ni siquiera se
habían dado cuenta de la situación pues la
mayoría andaba ocupada en la vecina población
de Chamirfel, en otra época gloriosa y próspera
ciudad. Convertida en una ciudad fantasma.
La cual estaba abandonada a su suerte pero
antiguamente epicentro de varias rutas
comerciales entre diferentes razas.
Dionisos, pese a ser muy despierto, todavía
era muy pequeño para entender muy bien lo que
estaba pasando. Pero sabía que hacía mucho
frío y que eso no era nada bueno para ellos.
Se empezaba a temer lo peor, sobre todo para
su débil y pequeño hermanito. Buscó con
desesperación algo de leña seca o lo que fuera
que le pudiera servir para hacer un fuego y así
poder calentarse, pero el tiempo transcurría y no
encontraba nada.
Desesperado, furioso y entumecido por el frío,
buscó y buscó; sin darse cuenta de que cada
vez se alejaba más de los robles.
No le importaba, tenía que ayudar a los suyos.
Pero toda la leña que encontraba estaba
húmeda o mojada.
No servía. Cada vez estaba más nervioso
pues sabía que el tiempo se estaba agotando.
Notaba como el frío le iba entumeciendo los
huesos y se acordó de su madre y su pequeño
hermano, debían estar pasándolo muy mal.

Luis Celaá Morales. 290 " El Último Dragón"


Cada vez hacía más frío. Pese a ello seguía
buscando aunque cada vez le costaba más
andar pues la nieve le llegaba casi hasta las
rodillas. No podía pensar con claridad pues
tenía la cabeza embotada por el frío, los huesos
atezados casi en estado de congelación. Notaba
como las manos ya no le respondían a sus
gestos.
Pese a ello sacó fuerza de su flaqueza, sabía
que la vida de Rasputín y de su buenísima
madre dependían de él. Finalmente, después de
andar muchísimo y cuando ya había perdido
toda esperanza pudo divisar una pequeña grieta
en el suelo.
La nieve le llegaba hasta la cintura, así que
casi sin pensarlo se metió en la cavidad. Aunque
el suelo estuviera húmedo al menos la cara y las
manos no se le congelarían y podría pensar con
claridad. Con descansar unos minutos le valdría
para poder seguir su afanosa búsqueda.
No llevaba ni cinco minutos descansando
cuando creyó oír dos pequeñas voces que
parecían hablar entre ellas. Al principio pensó
que era producto de su imaginación pero al poco
tiempo se dio cuenta de que sí eran reales.
Muerto de miedo, tembloros y casi congelado
el niño no supo como reaccionar. Quería gritar,
pero no pudo pues de su garganta no salía
palabra alguna.

Luis Celaá Morales. 291 " El Último Dragón"


Intentó levantarse para correr pero su cuerpo
no respondía a su mente pues estaba muy
cansado, quizás demasiado. Intentó acurrucarse
más para esconderse pero no podía pues la
abertura era muy estrecha y apenas podía cubrir
su pequeño cuerpo.
Delante de ésta aparecieron cuatro hadas que
hablaban entre ellas, como si él no estuviera
enfrente suyo. Divertidas se contaban como
habían ido por delante del niño mojando y
quitando las pocas ramas que aún quedaban
secas. El niño,al oírlo, se echó a llorar.
Le habían contado que se guardara de las
Hadas que algunas eran buenas, otras pasivas
pero la mayor parte eran malas. Se intentó
imaginar lo malas que eran pero nunca, de no
haberlas visto, se hubiera imaginado que eran
tan malignas. El niño lloró porque nunca había
visto tanta maldad en un ser vivo.
¿Por qué le hacían eso? ¿Por qué querían que
murieran los tres congelados? No lo entendía.
Era la primera vez que veía a un Hada así que
nunca les podía haber hecho nada malo.
Unas sonoras carcajadas le sacaron de sus
tristes pensamientos. Asustado, se secó las
lágrimas y levantando su congelada cabecita
miró a su alrededor.

Luis Celaá Morales. 292 " El Último Dragón"


Al principio vió a cuatro diminutos seres alados
con forma humana que le señalaban y se reían
de él pero poco a poco fueron llegando más de
esos horrendos seres hasta alcanzar más de
una docena. No podía asegurarlo bien porque
todas le parecían iguales y se movían muy
deprisa.
Cuando dejaron de reírse, le confirmaron al
niño la cruel verdad. El chaval no podía llegar a
entender esa infinita crueldad. Se quedó tan
perplejo que no podía articular palabra ante
semejante acción.
Sus escasas fuerzas le empezaban a dejar
mientras las Hadas se burlaban de su inocencia
con una vitalidad increíble. Dos de aquellas
malignas criaturas se volvieron volando a su
roble para contar la hazaña a sus perversas
compañeras. Mientras la mayoría revoloteaban
en la grieta sin parar; tan sólo esperando para
ver el final del valiente chaval.
Dionisos, en cambio, ya no podía ni moverse.
Hacía tiempo que sus fuerzas le habían
abandonado definitivamente Notaba como las
lágrimas resbalaban por sus mejillas y se
congelaban casi al instante de salir de su
corazón. Pidió perdón a su madre y a Rasputín
mentalmente pues sus labios hacía tiempo que
se habían quedado mudos por el intenso frío que
le recubría todo el cuerpo.

Luis Celaá Morales. 293 " El Último Dragón"


Pese a que era muy joven, sabía que tanto a él
como a su madre y a su queridísimo hermano
pequeño les esperaba la definitiva muerte.
A él no le importaba morir, ya que así podría
volver a ver a su amado y valiente padre al otro
lado. Además, pese a haber vivido tan pocos
años, había podido disfrutar intensamente del
amor de los suyos. No quería morir, pero se iba
hacia el sueño eterno sabiendo que había
conocido el amor y que había sido muy querido.
Comenzó a recordar rápidamente retazos de
su corta existencia. Rememoró cuando vivían los
cuatro, con su padre, en una zona que llamaban
La Galia. Hubo una época en la que fueron muy
felices pero la felicidad no suele durar mucho...
Un ejército de civilizados romanos arrasaron el
pueblo y mataron a casi todos los suyos por
"bárbaros". Recordó fugazmente al venerable y
entrañable Druida, Césarix, que les ayudó a
escapar. Nunca podría olvidar como habló con la
naturaleza bajo aquel milenario árbol.
También recordó como cogió muérdago de
aquel retorcido árbol, sagrado para su pueblo;
aquel al que llaman Celta. Césarix, les pidió que
lo mordieran bajo ese árbol mientras recitaba
algo en un extraño lenguaje. La última imagen
que tuvo de su valiente padre fue la de cómo
luchaba contra varios romanos a la vez.

Luis Celaá Morales. 294 " El Último Dragón"


Tembló al recordar, como uno de ellos,
cobardemente le clavaba una espada por detrás,
incrustándosela en la espalda mientras le gritaba
algo así como "perro celta".
Intentó olvidarlo. Pero no pudo. Parecía tenerlo
grabado con fuego en la cabeza. Ahí estaba
Césarix suplicándoles que se dieran prisa en
meterse en un extraño agujero que había
aparecido en el gigantesco y sagrado árbol.
Nunca más volvió a ver ni saber nada del sabio
Druida. Sólo escucharon a los cobardes
romanos acercarse.
Jamás se había quedado tan quieto en su
vida. Si alguna vez se había quedado sin
respiración, seguro que fue ese día.
Todos estaban tan quietos que parecían parte
del árbol. Se quedaron en un absoluto silencio
para que aquellos que los perseguían no les
oyeran. Pasó tanto tiempo en ese árbol que
debieron quedarse dormidos. Recordó con
añoranza ese momento.
Ahora caía en la cuenta, aquella vez fue la
última en su vida que había abrazado a su
hermanito y a su madre. Nunca se pudo llegar a
imaginar que aquella vez iba a ser la última en
que los iba a poder abrazar, de haberlo sabido
los hubiera abrazado tan fuerte como hubiera
podido y les hubiera dicho lo mucho que los
quería, pero no lo hizo.

Luis Celaá Morales. 295 " El Último Dragón"


Cuando misteriosamente volvió a abrirse el
árbol debió haber pasado muchísimo tiempo.
Tantas horas que debieron perder la orientación
pues donde aparecieron ya no era el mismo sitio
de antes.
Aparecieron en un lugar diferente. Era como si
les hubieran trasladado de sitio. Los tres se
miraron, asustados y extrañados. Afuera tan sólo
les esperaba un intenso frío y mucha nieve, más
de la que nunca hubiera imaginado poder ver.
Recordaba, con intenso cariño, a su querida
madre dándoles ánimos a los dos. Les repetía
continuamente que pronto encontrarían un
pueblo dónde la buena gente les ayudaría...
Las risas de las Hadas sacaron a Dionisos de
sus ensoñaciones. Le enfurecieron tanto que,
posiblemente le habían hecho despertar de su
posible muerte. Intentó abrir la boca para
insultarlas, pero sus labios estaban sellados por
el hielo. Hábilmente, recordó como su Druida, le
repetía continuamente que para pedir el favor de
un Dios no hay que suplicarlo pues puedes
pedirlo mentalmente pero para ello se tienen que
cumplir tres requisitos indispensables.
El primero es que tienes que creer en ese
Dios fervientemente, debes ser muy devoto suyo
pues ese Dios debe sentirse querido por aquel
que solicita su favor.

Luis Celaá Morales. 296 " El Último Dragón"


El segundo, es que cuando pidas algo sea
porque tu o alguno de los tuyos lo necesita
realmente y no por capricho, codicia o gula.
El tercero, y más importante, es que ese Dios
te quiera escuchar y considere adecuado bajar a
ayudarte.
Dionisos no sabía lo que significaba la
palabra "adecuado" pero aún así esperaba que
su súplica fuera atendida.
A pesar de que su pueblo consideraba a
Mercurio como el Dios más importante y al que
con más frecuencia adoraban, él siempre había
sido muy devoto de Ogmio, le encantaba ese
sabio Dios. Tan sólo a él le contaba sus
secretos, para él era como el abuelo que nunca
conoció.
A él le rogó con sus últimas fuerzas por la
vida de su madre y de su hermano Rasputín, le
pidió que les salvara a cambio de su alma, a él
no le importaba morir pues echaba mucho de
menos a su querido padre. Entonces, el
poderoso Ogmio se apiadó de él.
Dispuesto a concederle su deseo, y ante la
iracunda mirada de las sorprendidas Hadas,
Ogmio bajó de los cielos. Las Hadas se
quedaron en estado de alucinación pues los
Dioses celtas jamás bajaban a este mundo.

Luis Celaá Morales. 297 " El Último Dragón"


Con su estatura encorvada de dos metros, en
su forma de canoso anciano apareció ante
aquellos malignos seres. Era como siempre lo
habían contado en los cuentos celtas. Viejo,
medio calvo, con infinidad de arrugas y con la
piel curtida como los marineros veteranos.
A pesar de eso, su presencia imponía. Era
muy fuerte, con la piel de un león ceñida al
cuerpo. Su poderosa mano derecha llevaba una
enorme maza, portando un carcaj en la
bandolera miró desafiante a las crueles Hadas.
En su mano izquierda mostraba el tenso arco,
presto para ser utilizado. Tras él, atados por las
orejas de unas finas cadenas de oro y ámbar,
arrastraba una enorme masa de hombres.
Pero lo curioso, es que no parecían querer
huir, era como si estuvieran gozando con la
situación. Parecían felices de estar junto al
poderoso Dios Ogmio.
Antes de que las sorprendidas Hadas
pudieran reaccionar, el Dios celta le dijo al
muchacho que le concedía su deseo mientras le
tocaba suavemente con el mango de su maza.
Mientras Dionisos notaba como su cuerpo
entraba en calor rápidamente, observaba como
Ogmio se deshacía velozmente de sus malditos
enemigos. De su poderoso arco salieron ráfagas
de diez finas flechas.

Luis Celaá Morales. 298 " El Último Dragón"


Las cuales se ensartaron a las diez Hadas
que aún quedaban por ahí cerca, matándolas al
momento.
Cuando acabó con su tarea, se volvió al joven
Dionisos y le dijo:
"Eres un ser noble, no mereces morir tan
joven, aunque un trato es un trato. Para que tu
alma no tenga que venir aún conmigo, te
concedo dos años de vida por cada Hada
maligna que he matado. Cuando pasen esos
veinte años y hayas engendrado dos hijos, tu
morirás pero tu alma permanecerá conmigo feliz
para siempre.
No temas, allá donde vamos volverás a ver a
tu querido padre y al resto de tu familia y
amigos. Además, como muestra de gratitud
hacia tu valiente persona y por la manifiesta
crueldad de estos alados seres, a partir de este
momento éstas se sumergirán en una sangrienta
batalla entre hermanas mientras tú, tu hermano
y tu joven madre os refugiaréis en un prado
mágico habitado por Unicornios.
En ese prado, jamás ha entrado un ser
humano pues tienen prohibido su presencia allí,
por lo que seréis los únicos que piséis sus verde
césped. No temas pues los Unicornios os
protegerán de todo mal y os guiarán hacia
vuestro destino cuando todo acabe.

Luis Celaá Morales. 299 " El Último Dragón"


No debes preocuparte más por tu familia, ya
están siendo cuidados por los bondadosos
Unicornios y tu te reunirás con ellos ahora
mismo. Hasta dentro de veinte años, joven
Dionisos..."
El pobre Dionisos quería decirle tantas cosas,
quería darle las gracias de tantas formas que no
supo que decirle. Sólo tartamudeó mientras veía
como su cuerpo desaparecía lentamente.
Por última vez, el valiente chaval pudo ver en
vida la sonrisa irónica en la cara del anciano y
justo Ogmio..."
De repente, unos golpes en la puerta me
interrumpieron. Mi lectura se paró abruptamente.
El Guardián apareció corriendo tras la otra
puerta y abrió a toda velocidad el enorme portón.
Desde mi posición no podía ver con quién
hablaba, pero sabía que habían venido a
buscarme. ¡¡Por fín vería a mi amada Veena!!
Mi enorme amigo volvió a cerrar el portón y
con cara de infinita tristeza, me dijo sin más
miramientos:
"Tienes cinco minutos para prepararte. Ha
llegado el momento de tu partida. ¡Date prisa
pues Marduk es muy, pero que muy impaciente!
Casi tanto como tú..."

Luis Celaá Morales. 300 " El Último Dragón"


XXXIII. " Prueba de fuego"

" Se dice que habitan


en parajes inhóspitos
o en profundas cuevas.
Antes de acercarte
a sus dominios,
invaden tus sueños,
te asustan.
Intentan amedrentarte.
Pero, no lo dudes,
Huye. Vete lo más
lejos que puedas.
Es una Quimera"

(Tema 69 de "Historia del Mundo Mágico" )


(Asignatura obligatoria en la educación para
jóvenes Tralfis, Minotauros, Duendes y Humanos)

Luis Celaá Morales. 301 " El Último Dragón"


Parte primera: "Sueños y recuerdos"
Cuando la temperatura de la bañera alcanzó
su punto justo, Veena se introdujo en ella para
bañarse. Pese a ser un refugio de cazadores o
lugar de descanso para peregrinos el sitio
estaba bastante bien organizado. Seguro que
alguien estaba al cuidado de la cabaña pues
ésta se encontraba bastante limpia. Era un lugar
bastante acogedor, quizás demasiado...
El sitio no era muy grande pero sí muy
espacioso. Estaba dividido en tres estancias.
En una, había una especie de cocina con sus
armarios, un horno y una despensa donde había
varios alimentos en salazón.
Otra, la estancia principal,era la entrada
principal. Según atravesabas la puerta había una
enorme inscripción en lenguaje común,
recordándote que éste era un sitio de paso
prohibiendo la estancia de más de tres noches
consecutivas salvo causa de fuerza mayor.
Te pedía que respetaras el sitio, que no lo
destrozaras y si era posible que contribuyeras
con algún donativo en forma de aznarines, ropa
o comida para que el siguiente disfrutara de la
hospitalidad del refugio.
Te recordaba que aunque pensaras quedarte
las tres noches máximas debías dejar el sitio dos
horas antes del mediodía pues debían de venir a
limpiarlo y adecentarlo.

Luis Celaá Morales. 302 " El Último Dragón"


También te decía que si venía una persona
sola era obligatorio compartirlo con más seres
aunque llegaran bien entrada la noche.
Después de leerlo, la cansada Tralfi sonrió
pues en las pocas horas que iba a estar en el
coqueto refugio no pensaba dejar entrar a nadie
aunque los mismísimos Dioses se lo hubieran
pedido.
La amplia estancia la llenaban tres literas, un
par de amplias mesas con sus sillas, un enorme
espejo y dos armarios con ropa sencilla.
De ahí había cogido Veena unas discretas
mallas verdes que pese a quedarle bien le
apretaban un poco, le hacían marcar demasiado
ciertas zonas que no debía marcar mucho.
Para la parte de arriba había escogido una
extraña zamarra marrón oscura con pinta de
haber pertenecido antes a alguna humana. La
verdad es que la combinación le quedaba genial
de la muerte y además sugería sutilmente sus
femeninos atributos. Ella se veía guapísima...
La ropa que llevaba puesta antes de entrar en
el refugio, que estaba sucia y medio destrozada,
la echó en un cesto que encontró en la cocina
que debía estar destinado a ese fin.
Se entretuvo mirándose un rato en el espejo.
Pese a lo bien que le quedaba la ropa parecía
haber envejecido diez años de golpe pues tenía
la cara demacrada.
Luis Celaá Morales. 303 " El Último Dragón"
Ahora estaba, disfrutando del placer de un
buen baño calentito y sin saber por qué recordó
un día, de hace mucho tiempo, cuando aún era
una joven y adolescente Tralfi.
Un día de caluroso verano, en el que había
estado trabajando en la enfermería de Rimantel
durante toda la larga mañana, decidió darse un
buen baño para refrescarse.
Añoró aquel buen baño que le había hecho
relajarse como ahora. Le relajó tanto que decidió
darse un homenaje y disfrutar de las delicias de
su cuerpo dándose un íntimo masaje.
Mientras disfrutaba de aquellos orgasmáticos
momentos le pareció como si alguien estuviera
observando. Al principio se asustó, pero al no
escuchar ni ver a nadie, decidió terminar la
faena que había comenzado disfrutando como
nunca, pese o gracias a que quizás la estaban
espiando.
Siempre sospechó que había sido Sennier, su
idolatrado héroe, el que había ejercido de triste
voyeur pero no quería creérselo. ¿Cómo iba a
hacer una cosa así alguien como Sennier?
Sonriendo, se sumergió un poco más en la
gigantesca bañera dejando tan sólo la cabeza
fuera del agua.

Luis Celaá Morales. 304 " El Último Dragón"


Sin poder evitarlo volvió a recordar a su otrora
admirado y venerado Sennier.
¿Por qué actuó en la última etapa de su vida
de aquella manera con lo que él llegó a ser?
¿O es que había sido siempre así y había
estado fingiendo delante de todos tanto tiempo?
No, eso no podía haber sido así. Cuando ella
le conoció era un joven apuesto, fuerte, noble...
Lo daba todo por los demás, sin querer recibir
nada a cambio. Fue un grandísimo héroe.
Era muy bueno. Algo le tuvo que haber pasado
para que actuara de aquella manera. Algo grave
que le hizo cambiar su forma de ser, algo que le
hizo alcanzar el reverso tenebroso, algo que le
llevó al lado oscuro...
¡¡Némesis!! Recordó el día del concilio. Como
la vio salir de aquella habitación después de
haber estado los dos juntos. En su cabeza tenía
la imagen de ella saliendo sonriente y tocándose
el pelo...
¡¡Menuda pájara estaba hecha Némesis!!
¡¡Después de zumbarse a su Sennier coge y le
da poderes a ella para que se haga sacerdotisa!!
¡¡Jamás entendería a los Dioses!!
De repente, toda su vida pasó frenéticamente
por su atorada cabeza. Cuando los Orcos
mataron a sus padres y la obligaron a ver como
morían.

Luis Celaá Morales. 305 " El Último Dragón"


Más tarde, cuando los animales la ayudaban a
sobrevivir, luego apareció en su juramento
Druida de ayudar a los demás sin importar raza
o condición.
Cada vez recordaba todo más rápidamente, su
vida pasaba por delante de ella a una velocidad
de vértigo: sus primeras pociones, su
incorporación al ejército Tralfi como curandera,
su primera habitación, su soledad, su bonita
amistad con Sennier, la primera vez que vio al
Humano y como se enamoró de él, el amor no
correspondido a Sennier, el concilio, la
búsqueda por la ciudad, las apestosas
alcantarillas, aquella enorme rata, su primer
encuentro con Némesis, el Vampiro Samuel y
ella en una extraña y letal combinación de poder,
los vacíos y su primer Golem, la matanza en la
celda....
Su tierno reencuentro con su amado después
de la batalla y la triste extinción de las Arpías, la
batalla de Rimantel, Némesis hablando con la
ciudad, Selene, pasillos oscuros, los Toparks,
Asnaráasha, Erus, el Lepresaun...
¡¡El Lepresaun le gritaba desde fuera del agua!!
¡¡Se había dormido en la bañera y se estaba
ahogando miserablemente!!
Intentó salir del agua, pero el pánico se había
apoderado de ella y no podía sacar la cabeza de
la bañera.

Luis Celaá Morales. 306 " El Último Dragón"


No. Joder... ¡¡Por favor, así no!!. No podía morir
de esta manera tan absurda, de repente le entró
el pánico a una muerte ridícula. Si tenía que
morir que fuera ante la Quimera pero no de esta
manera, no ahogada en una bañera...
El recordar su amor por su querido humano fue
lo que le hizo sacar fuerzas de flaqueza y, con
un último y desesperado impulso, consiguió salir
tosiendo de la bañera, ante el alivio del asustado
Lepresaun que veía como se quedaba sin su
temporal fuente de ingresos.
"¿Se puede saber en que estabas pensando
para quedarte dormida en una bañera? ¡¡Que ya
eres mayorcita!!"- Le recriminó a voz en grito el
asustado Lepresaun mientras le señalaba la
bañera desde el aire.
Veena no respondió. Sólo le miró con cara de
disculpa mientras intentaba volver a respirar con
normalidad y expulsar todo el agua que había
tragado.
El cansino Lepresaun se dio la vuelta para no
mirar su espléndida desnudez.
Le sugirió que comiera algo y que se acostara
en UNA CAMA, pues en dos o tres horas tenían
que partir hacia una furiosa Quimera que, a buen
seguro, les estaría esperando.

Luis Celaá Morales. 307 " El Último Dragón"


La poderosa hechicera salió compungida de la
bañera, aún estaba medio alucinada de lo que le
acababa de pasar.
Mientras se secaba el pelo se insultaba así
misma preguntándose cómo había sido tan
estúpida.
Si no llega a ser por el dichoso Lepresaun todo
habría acabado para ella. TODO.

Parte segunda: "No es una Quimera. Es real"


Parecía como si hubiera dormido diez minutos
cuando en realidad estuvo más de tres horas en
brazos del atrayente Morfeo. Cuando el dichoso
Lepresaun la despertó es como si el mundo se le
echara encima.
La cabeza le dolía de forma atroz. Mientras
hacía piruetas en el aire, el primo del Duende la
miraba de forma divertida.
"Si te doliera a ti, verías como no te reirías
tanto. Maldito sucedáneo de Duende...- "
Murmuró la hechicera mientras se vestía con la
ropa que había dejado preparada antes de
acostarse.
- De nada por salvarte la vida, yo también te
aprecio. Además, si eres tan buena hechicera..
¿Por qué no te haces algún truquito o poción
para quitarte esa maldita cefalea?- apuntó
burlonamente el Lepresaun.

Luis Celaá Morales. 308 " El Último Dragón"


Veena le echó una mirada matadora pero no
le dijo nada, tan sólo se alejó de allí. Entró en la
cocina buscando algo que le sirviera para hacer
una poción medicinal y quitarse ese espantoso
dolor de cabeza, que parece ser que era normal
después de un ahogamiento. El Duende se
quedó haciendo cabriolas en el aire y gritando
estupideces como si estuviera en un concurso.
Pese a que no podía pensar con mucha
claridad siguió rebuscando entre los armarios,
alacenas, cajones.. en cualquier sitio para
buscar todas las hierbas necesarias. Finalmente,
encontró las que le hacían falta para prepararse
un maravilloso ungüento que le alejara aquella
cefalitis crónica.
Juntó varias hierbas que le servían para su
propósito e hizo una infusión. Esperaba hiciera
efecto calmante pues no le apetecía nada
enfrentarse a un monstruo con ese dolor tan
exagerado de cabeza, era como si tuviera a un
grupo de Heavy Metal tocando en su interior.
Mientras esperaba a que la poción cogiera la
forma, invocó varios aznarines y los dejó en un
armario de la cocina como pago por las hierbas
que había utilizado. Por si acaso, cogió algún
frasquito más, de todas formas, había dejado
dinero de sobra...

Luis Celaá Morales. 309 " El Último Dragón"


Se guardó, en un pequeño bolsillo de sus
mallas unas cuantas monedas que estimó
suficientes para a pagar los servicios del
Lepresaun y creyó que aún le sobrarían
monedas sin tener que volver a hacer magia.
Ella era curandera y hechicera de magia
blanca, su habilidad debía utilizarse para
defensa, hacer el bien o curar; no para satisfacer
vanidades egoístas. Parecía una codiciosa
humana...
Cuando ya había preparado varias pociones
para diferentes usos y que le podrían ser útiles
para su fatal desencuentro, un olor a pollo le
golpeó el estómago.
Se acababa de dar cuenta del hambre que
tenía. Volvió a la estancia principal y encontró al
Lepresaun detrás de una servilleta dando buena
cuenta del asado animal. Debió de poner una
cara muy tonta porque el volátil Duende se rió de
ella con ganas.
Le explicó que había tenido suerte, que en
una casa de otra dimensión lo estaban cocinado
y había decidido traerlo porque supuso que ella
no habría comido en mucho tiempo. Si no
hubiera tenido tanta hambre, posiblemente le
hubiera echado una buena charla pues no
estaba bien robar a nadie pero debido a su voraz
apetito se sentó al lado del mágico ser y entre
los dos dieron buena cuenta del pobre animal.

Luis Celaá Morales. 310 " El Último Dragón"


Cuando terminaron de comer no quedó del
pobre pollo ni los huesos pues ambos estaban
muy hambrientos. Tras el atracón con la comida
estuvieron un buen rato contándose divertidas
anécdotas que les habían sucedido a los dos.
Una vez reposada la comida, se pusieron en
marcha. Cuando se alejaron de su breve hogar
una extraña sensación la inundó, algo le decía
en su interior que se fuera de ese lugar
corriendo, que se alejara de allí todo lo rápido
que pudiera. Era una extraña sensación, algo así
como una mezcla de miedo, curiosidad y pavor.
Pero se prometió así misma ser fuerte y seguir
adelante.
El Lepresaun notó que algo la pasaba e
intentó animarla. Le dijo que tuviera fe en ella
misma, que los Dioses eran sabios y si alguno le
había mandado hacer la ordenación sacerdotal
era porque sabían a ciencia cierta que ella lo
superaría...
Esas palabras no la convencieron en absoluto,
pero le agradeció mucho sus esperanzas. Al
menos, algo le había tranquilizado.
No volvieron a hablar en todo el camino.
Veena estaba muy nerviosa y algo asustada.
Tenía una bola en el estómago. Había leído
mucho sobre la Quimera, un animal mítico cuya
fuerza y poder eran casi divinos.

Luis Celaá Morales. 311 " El Último Dragón"


Mucha gente se había enfrentado a su poder,
pero pocos la habían derrotado. Era una bestia
impresionante por lo que sobrevivir al día de hoy
tenía pinta de ser una hazaña de las que se
cuenta a los nietos...
El cielo despedía un hediondo olor, eso unido
al hecho de que hacía bastante tiempo que no
veía ni oía a ningún animal ni a otro ser vivo,
desató en ella un miedo visceral. Ese que todos
hemos sentido alguna vez en nuestra vida y que
no sabemos definir.
Estaban frente a la cueva, una quietud
sobrenatural flotaba en el ambiente. Su amigo
de alquiler le dio ánimos y le dijo que tenía que
irse pues la prueba la tenía que afrontar ella
sola, si le ayudaba no le valdría para nada.Con
un nudo en la garganta, asintió con la cabeza al
Lepresaun antes de verlo desaparecer.
Una buena rama seca es lo único que le hizo
falta a la bella Tralfi para hacerse una bonita
antorcha. Acto seguido encendió un fuego con
un sencillo hechizo, aunque pensaba iluminar las
paredes de la cueva como en anteriores
ocasiones nunca estaría de más una antorcha.
Haciendo acopio de valor entró en la cueva
con su flamante antorcha y volvió a realizar el
hechizo de iluminar las paredes, aunque esta
vez le salió un verde demasiado extraño.

Luis Celaá Morales. 312 " El Último Dragón"


Por un momento pensó en el porqué habría
salido así, quizás por los nervios del momento
pero rápidamente dejó de pensar en ello para
concentrarse en su difícil tarea.
Tras descansar unos minutos en la entrada de
la cueva para habituar la vista a su penetrante
negrura oyó un rugido que hizo despertar todos
sus sentidos.
Finalmente, la vio cuando no había andado ni
diez pasos, era aún más fabulosa de lo que
contaban en los cuentos y leyendas.
Mediría más de tres metros de largo y unos
dos metros de alto. Imponía con su cuerpo de
cabra, cabeza de león y aquella inquietante cola
con forma de serpiente.
Al notar su presencia, la Quimera escupió una
bola de fuego en su dirección que a Veena no le
costó mucho trabajo esquivar. Parecía más una
advertencia que un ataque. La Tralfi le devolvió
el ataque con otra bola de fuego que al impactar
en el sorprendido animal provocó una especie
de risa gutural.
"¿Así piensas destruirme? ¡¡Eres aún más
absurda que los anteriores!! ¡¡Yo soy eterno!!.
Nazco del fuego y vivo por y para él, estúpida"

Luis Celaá Morales. 313 " El Último Dragón"


Según terminó de recitar esas palabras la ágil
Quimera corrió hacia Veena con una velocidad
asombrosa. La hechicera se asustó de verdad,
no sabía que hacer.
El Lepresaun apareció un segundo a su lado
para decirle que mirara a su diestra, extrañada
por la repentina aparición de su aliado miró a la
derecha y entre los restos de algo que parecía el
cadáver de un Elfo encontró un carcaj y algunas
flechas, en la huesuda mano había un papiro
muy desgastado.
La Quimera avanzaba demasiado rápido, en
pocos segundos estaría encima de ella.
Se concentró y buscó en su interior algún
hechizo útil para la ocasión. Había uno muy
difícil de realizar pero le serviría muy bien.
Comenzó a recitar extrañas palabras mientras
se concentraba para que la magia fluyera a
través de ella.
Justo cuando el monstruoso ser se abalanzaba
sobre la poderosa hechicera, una extraña fuerza
empujó al ser mitológico varios metros hacia
atrás. Fue como si una gigantesca mano
invisible le hubiera golpeado con violencia.
La Quimera impactó violentamente en el suelo,
quedando aturdida por unos instantes. Con esta
acción Veena ganó tiempo, aunque necesitaba
pensar en otra cosa y rápido...

Luis Celaá Morales. 314 " El Último Dragón"


XXXIV- " ¿Dónde se esconden los Humanos?"

"Y aquellos enfermizos


hombres. Escuálidos, desaliñados.
Crearon una red subterránea
para escapar de la garra
de los romanos.
A aquellos túneles
bajo tierra,
se les llamó
Catacumbas.
Y sirvieron para
ayudar, para salvar,
la vida de
muchos Cristianos".

(Historia de los Primeros Cristianos. Anónimo)

Todo iba sobre ruedas. Las tareas de limpieza


y desescombro estaban muy avanzadas. Las
Tralfis curanderas habían desempeñado un
grandísimo trabajo y estaban comportándose
muy bien, pese a ser esclavas. Habían curado a
muchísimos heridos que parecían que no iban a
salir con vida de esta batalla.

Luis Celaá Morales. 315 " El Último Dragón"


Pero ellas con trabajo y conocimientos de las
plantas adecuadas para cada ocasión los habían
salvado. Para encontrar algunas, tuvieron que
ayudar a buscar las que necesitaban por los
alrededores, pero parecía que no había
problema pues encontraron casi todo lo que
buscaron.
Himler estaba contento con ellas, le agradaba
trabajar con las Tralfis. Sabía que se dejarían la
vida por curar a otro ser vivo sin importarlas la
raza o lo que hubieran hecho.
Por otra parte, los turnos de defensa, limpieza
y descanso estaban funcionando correctamente.
Sin ningún error. Sin ningún absurdo y estúpido
contratiempo como solía pasar con frecuencia
en éstas cosas.
Lo único que a Himler le seguía hirviendo la
sangre sobremanera era el no encontrar a los
malditos humanoides que habían sobrevivido.
Habían movido la ciudad piedra por piedra,
buscando palmo por palmo sin encontrar rastro
alguno.
Los grupos de rastreadores que habían
inspeccionado los alrededores no habían
encontrado nada relacionado con ellos.
Lo más raro del caso es que ni siquiera
habían encontrado nada relacionado con ellos.
Ni siquiera una sola prueba de que hubieran
pasado por allí. Lo cual era muy desconcertante.

Luis Celaá Morales. 316 " El Último Dragón"


A Himler había algo que le olía mal en esta
historia, no era normal que no hubieran dejado ni
un sólo rastro pues un grupo grande, y además
cargado, siempre dejaba algún rastro tras de sí.
Estaba anocheciendo cuando el jefe rastreador
entró en la sala que habían habilitado como
despacho para Himler y sus operaciones
militares en la recién conquistada Bobostock, la
antigua ciudad portuaria.
Durante mucho tiempo esta ciudad había sido
la sede de la organización "Alma Humana" pero
ahora ya pertenecía a la "56 ava Legión".
El jefe rastreador entró sudoroso en la sala.
Al ser tan tarde había poca actividad. Cuando
pasó por delante de los Orcos que custodiaban
la puerta, éstos le reconocieron y no le pusieron
ninguna pega para que pasara.
Además, avisaron a su congénere que midiera
sus palabras pues estaban dentro Himler y la
poderosa Dafne charlando sobre las próximas
decisiones y quizás les sentaran mal las malas
noticias sobre los Humanos.
El Orco rastreador le dio las gracias y entró en
el despacho previo aviso en la puerta.
Cuando los dos se le quedaron mirando,
esperando a que hablara, el hábil rastreador se
sintió un poco conmocionado.

Luis Celaá Morales. 317 " El Último Dragón"


Impresionaba mucho tener enfrente tuya a dos
guerreros legendarios esperando buenas nuevas
aunque desgraciadamente, en éste caso, no
eran precisamente buenas.
-"Dime, rastreador. ¿Cuál es el informe sobre
tus últimas incursiones? Aunque por la cara que
traes, mucho me temo que no eres portador de
buenas noticias...- Apremió Himler al jefe Orco
para que se apresurara a hablar.
-"Lo siento, señor, hemos terminado de rastrear
concienzudamente la zona en varios kilómetros
a la redonda. Apostaría hasta mi último aznarín
a que ningún Humano pasó por allí. Estoy más
que seguro de que no escaparon por tierra en el
asedio.
Es totalmente imposible que varios Humanos,
no militares, no dejaran alguna señal o rastro
que seguir. O escaparon por mar, cosa que dudo
por nuestro asedio, o si queda algún ser más de
esos debe estar aún escondido por aquí"
El Orco, visiblemente agotado, dejó caer las
palabras atropelladamente. Sin pensarlas, pues
si las hubiera pensado, a buen seguro no habría
sido tan valiente.
Dafne dio un puñetazo, de rabia, a la amplia
mesa que utilizaban como centro de
operaciones. Himler, en cambio, seguía tranquilo
Quizás demasiado tranquilo, la verdad.

Luis Celaá Morales. 318 " El Último Dragón"


Era como si ya estuviera esperando esa
respuesta y el orco le confirmara su sospecha.
Dafne, aún furiosa, miró al asustado Jefe Orco
que seguía arrodillado frente a ellos temblando y
con la cabeza agachada. Seguramente, ahora sí
estaba pensando en sus palabras. Con un gesto
le indicó que se largara y al tembloroso soldado
le faltó tiempo para irse...
-"¿Se puede saber por qué está usted tan
tranquilo señor?"- le dijo Dafne a Himler, con un
tono de ironía en la voz, dejando caer las
palabras muy suavemente.
Himler se tomó su tiempo para contestar. Al
ver a la imponente valquiria tan enfadada casi le
da un ataque de risa pero se contuvo.
Una valquiria muy enfadada era un terrible
enemigo y estaba muy cansado para tener que
darla dos bofetones para calmarla...
-"Tranquila, Dafne. Era lógico. Nos la han
vuelto a jugar. Ningún humano escapó ni en el
asedio ni en la batalla. Sabía que eso hubiera
sido imposible. Alguien tendría que haber oído o
visto algo. No se cómo lo han hecho, ni dónde
están, pero los Humanos que faltan siguen por
aquí escondidos, dentro de la ciudad".- Le
informó el líder de la militar 56 ava Legión a la
poderosa y estupefacta vikinga.

Luis Celaá Morales. 319 " El Último Dragón"


Dafne se quedó perpleja, alucinada... Eso sí
que no se lo esperaba. De la furia pasó a la
intriga.
-"¿Cómo es posible que estén todavía
escondidos en Bobostock? ¡¡Es imposible!!
¡¡Estuvimos dos días enteros removiendo la
ciudad piedra a piedra!!"- Contestó Dafne
intentando parecer enfada pero mostrando lo
intrigada que estaba. No entendía cómo se les
podía haber escapado algún refugio con la
búsqueda tan minuciosa que habían hecho.
Como vio que no le contestaba, Dafne se
quedó aún más desconcertada. ¿Quizá habían
camuflado la sala con algún hechizo? ¿Y si no
estuviera en la ciudad y hubieran habilitado
algún escondrijo marino en el puerto? ¡Sí! Esa
parecía que era una buena idea. Pensaba poder
contársela a su líder, cuando notó que éste iba a
hablar. Optó por escucharle primero para no
meter la pata, a los superiores es mejor
escucharles antes de hablar.
-"¿Recuerdas los años de estudio, Dafne?
Había una asignatura que a mí me gustaba
especialmente, se llamaba Biografía y
Diversidad de los Mundos Mágicos... -" Empezó
a explicar el líder a la alteradísima Valquiria que
le interrumpió descortesmente.
Dafne no quería interrumpir a su líder pero
estaba excesivamente intrigada...

Luis Celaá Morales. 320 " El Último Dragón"


-"Con todos mis respetos, señor ¿Qué tendrá
eso que ver ahora? ¡Claro,que me acuerdo de
esa asignatura! Te explica como viven o vivieron
las diferentes razas de los diferentes mundos.
Pero no entiendo la relación con lo que nos
pasa ahora, señor..."- Protestó la Valquiria
enérgicamente a su superior de forma airada.
En vez de enfadarse, Himler sonrió muy
sarcásticamente. Si las Valquirias éstas no
fuesen tan impulsivas y pensaran un poco más
sus acciones, sería casi imposible derrotarlas
pero cada raza tenía sus propios defectos...
-¡Vaya! No sabía que las estupendas guerreras
Valquirias, tan formidables en el combate, no
supieran comportarse en una conversación con
un superior. Creía que sabrían que interrumpir a
alguien era una falta de educación y más cuando
ese alguien es tu jefe. Es una pena... - Dijo de
forma suave pero contundente Himler, al que se
le notó el tono de reproche en la voz.
Dafne se avergonzó de inmediato y bajó la
cabeza en señal de arrepentimiento. Después
intentó pedir perdón, pero su orgullo guerrero le
impedía encontrar las palabras adecuadas así
que optó por un elocuente silencio, cosa que
hizo mucha gracia a Himler...
- Ja, ja, ja... ¡No pasa nada! ¡No te preocupes,
amiga Valquiria! ¡Te admiro y respeto mucho
como para enfadarme por esa tontería!

Luis Celaá Morales. 321 " El Último Dragón"


Sólo lo he hecho pars ver tu reacción y has
actuado de forma muy sabia. No me has
decepcionado.- Después de reírse, el líder optó
por alabar a la guerrera para no humillarla, lo
cual parecía dar resultado pues la luchadora
levantó la cabeza altivamente:
-"Escúchame, por favor. No podemos perder
más tiempo. Te he comentado esa asignatura
porque en uno de sus tomos, creo que en el 13,
habla sobre ese extraño planeta dominado por
los Humanos, ese al que llaman estúpidamente
La Tierra. Ese tomo está dedicado a su historia y
vida.
A mi me ha fascinado porque no entendía el
porqué una raza tan absurda y egoísta como es
la raza humana podía haber dominado a todas
las demás razas hasta casi extinguirlas y
evolucionar favorablemente... "- El sabio caudillo
hizo una breve pausa para ver la reacción de su
interlocutora, como comprobó que le escuchaba
atentamente, continuó con su curioso relato.
-" Recuerdo que pasé muchísimas horas en la
biblioteca de mi ciudad natal leyendo ese libro
hasta que me lo aprendí de memoria casi entero.
En los inicios de ese planeta, hace muchos
años, cuando aún convivían otras razas no
humanas libremente, hubo una tribu humana de
poderosos guerreros que llegaron a conquistar
casi todo su mundo.

Luis Celaá Morales. 322 " El Último Dragón"


Lo hicieron gracias a su fuerza pero también
gracias a su sabiduría y estrategia militar.
Se llamaban romanos porque su ciudad natal
era una importante ciudad llamada Roma.
Adoraban a unos poderosos Dioses que eran
enemigos de una peligrosa y emergente secta a
la que llamaron Cristianismo por su primer líder,
un pacifista llamado Cristo al que muchos
consideran el hijo humano de su Dios.
Los belicosos romanos decidieron prohibir esta
nueva secta al ver su influencia en la gente
humilde pues quitaba muchos fieles a la suya y
encima les enfrentaba con ellos. Ese fue su error
pues hizo que más gente se interesara por el
Cristianismo pese a lo peligroso que era serlo
en esos tiempos, ya que cada vez que les
cogían los torturaban sin piedad o los usaban
como parte de unas curiosas competiciones con
animales salvajes en los que ellos eran el plato
principal.
Los Cristianos se defendieron excavando bajo
el suelo una auténtica y compleja red de túneles
y estancias. Las llamaron Catacumbas. Ahí se
reunían todos para realizas sus aburridos ritos
religiosos y esconderse de sus instigadores.
Llegaron a hacerlo tan bien que consiguieron
construir auténticas ciudades bajo tierra. ¿Y si
aquí hubieran hecho lo mismo por si un día
pasaba ésto?

Luis Celaá Morales. 323 " El Último Dragón"


Quizás hemos subestimado a nuestro enemigo,
lo cual no deja de ser un grave error militar...."
Cuando Himler terminó de contar su increíble
historia, Dafne quedó maravillada, pues a ella
también le parecía inaudito que los Humanos
consiguieran dominar un mundo. Quizás las
otras razas también los subestimaron demasiado
y ése fue su error...
-"Perdone señor, pero no entiendo dónde
podría estar la puerta a esas Catacumbas.
Hemos mirado absolutamente todo. No sé qué
se nos ha podido pasar por alto..." - De repente
la guerrera se calló. Ya entendía lo que le decía
su superior. ¡Hasta en la derrota les habían
ganado esos malditos seres! ¡Eran más
inteligentes de lo que se creían! ¿Habrían
construido el acceso a las Catacumbas en los
calabozos? ¡Tenía que ser allí pues era el único
lugar en el que no habían mirado!
-"Ese Flipaovix es un gran estratega, me gusta
su forma de pensar. Es una pena tener que
matar a alguien tan inteligente"- dijo Himler
como si estuviera hablando consigo mismo.
Como si pensara en voz alta.
Los dos habían sido nuevamente engañados.
Seguro que estas modernas Catacumbas eran
kilométricas redes de túneles con salidas en
diferentes lugares. A lo mejor estuvieron años
excavándolas en previsión de una derrota.

Luis Celaá Morales. 324 " El Último Dragón"


A ver cómo le explicaban ésto a las tropas,
pues iba a ser un poco desmoralizante el
buscarles. Podrían estar años buscando, iba a
ser casi imposible encontrarlos.
Unos golpes en la robusta puerta quebraron el
pesado silencio. Ninguno de los dos prestó
mucha atención pues estaban demasiado
inmersos en sus pensamientos como para
atender otras menudencias.
Como los golpes no cesaban, sino que por el
contrario aumentaban violentamente, Himler
prestó atención y pidió al escandaloso golpeador
de puertas que entrara en la otrora silenciosa
estancia.
Un diminuto Trasgo, al que había que mirar
dos veces para verle, cubierto de una oscura
capa solicitó audiencia. Dafne, a la que al
principio le dieron ganas de aplastar al ínfimo
ser, le pidió que hablara pues Himler solía
delegar en ella esas pesadas tareas aunque el
también estuviera presente.
-"Señores. Traigo dos muy buenas noticias.
Ha costado la vida de varios compañeros espías
el poder traerlas pero espero que sepan ustedes
agradecer la importancia de las mismas"- Dijo el
locuaz Trasgo mientras postraba su pequeño
cuerpecito ante los dos imponentes guerreros.
Dafne le volvió a mirar. Suspiró y le dijo con
una paciencia no habitual en ella:

Luis Celaá Morales. 325 " El Último Dragón"


-"Habla y se breve. No te enrolles con detalles
absurdos y no te preocupes, si de verdad la
información es de nuestro agrado serás muy
generosamente recompensado.
Por otra parte, espero que compartas parte
del botín con las familias de los caídos..."- Y la
información de Dafne sonó más como una
amenaza que no como una sugerencia pero el
cansado Trago no se amilanó y con un gesto de
agradecimiento continuó hablando de forma
atropellada, como solían hablar los cansinos
Trasgos.
-"Por supuesto, mi señora, mi empeño pondré
en ello. La primera de las noticias es que, tal y
como sospechabais, pese a la invasión inicial de
Rimantel y la balanza a favor de nuestras
fuerzas finalmente la batalla acabó a favor de los
defensores de la ciudad gracias a la aparición
oportuna de Némesis que equilibró la balanza a
favor de éstos últimos impresentables.
Cuando terminó la contienda, Némesis ordenó
que tanto atacantes como defensores dejaran de
pelear y por increíble que parezca, acataron sus
órdenes. Ahora mismo reconstruyen la ciudad en
paz todas las razas, incluso hay Humanos
conviviendo con los nuestros, Señores.
Pero por aberrante e increíble que parezca lo
más curioso de todo no es eso, sino que la
intervención divina no acaba ahí.

Luis Celaá Morales. 326 " El Último Dragón"


Némesis ha nombrado a la hechicera Veena
como ¡Gobernanta de la ciudad! y pese a que el
clero inicialmente se había opuesto ahora acepta
porque la Diosa ha mandado que se la ordene
Sacerdote Celestial.
¡Con su edad! ¡Una apestosa Tralfi nombrada
sacerdote habiendo sido ya una muy poderosa
Hechicera!
En mi humilde opinión puede ser una mortal
combinación que no entiendo por qué Némesis
ha querido hacerlo así
La ídea de la Diosa es que llegue a ser
emperatriz y suma sacerdotisa de TODAS las
razas. ¿Algo repugnante, no creen?
Más tarde bajó otra Diosa, la infernal Hécate, y
le avisó de que al resto de los Dioses no les
hacía mucha gracia lo que estaba haciendo.
Ellos piensan que no tiene que interferir en
nuestras cosas y parece ser que la dieron un
plazo que creo que ya ha concluido.
Nadie sabe nada sobre lo que harán los
Dioses ahora pero lo que si les aseguro es que
la tal Veena empezó a hacer las pruebas. Pasó
la primera y si no me equivoco, ahora debe estar
enfrentándose con la Quimera en la segunda.
Si por lo que sea la pasa y también concluye con
éxito la tercera prueba... "- El agotado Trasgo
se detuvo para tomar aire.

Luis Celaá Morales. 327 " El Último Dragón"


Himler se acercó a él con una jarra de agua, le
pidió que se incorporara y que se sentara en una
silla para que estuviera más cómodo, así podría
descansar de su largo viaje.
El cansado espía le miró agradecido, se bebió
la jarra de agua de un trago y se acopló en la
silla. Con energías renovadas prosiguió con su
extraordinaria información ante la atentísima
mirada de sus dos superiores.
-"La otra información me llega desde el portal
que comunica con la maldita Tierra. Parece ser
que el Guardián retiene... ¡¡Al jodido Humano de
la profecía!! ¡¡Ha vuelto y nadie sabe por qué!!
Hemos conseguido averiguar que está allí
esperando a alguien muy poderoso para que le
acompañe en esta nueva andanza.
Puede que sea algún Dios o un ser muy
potente. Su destino es una incógnita, aunque
creemos que le van a llevar de vuelta a la ciudad
de Rimantel.
Parece ser que la verdadera profecía que
conocemos está inconclusa y que vuelve para
culminarla, pero ésto último no os lo puedo
asegurar al cien por cien. Esto es todo lo que
hemos podido averiguar por ahora.
¿Seguimos vigilando en Rimantel o cuál son
los pasos que debemos seguir, señores?"- y el
Trasgo dejó caer la pregunta después de hablar.

Luis Celaá Morales. 328 " El Último Dragón"


Los dos combatientes se miraron. Ambos
pensaron lo mismo. ¡Vaya historia más curiosa y
sorprendente!
No podían entender como la poderosa
Némesis había ordenado esa absurda e
incongruente unión de razas.
Algo se le escapaba, estaba claro que la Diosa
algo pretendía.
Mientras el espía descansaba, hablaban entre
ellos, intercambiando sus impresiones.
¿Para qué habría vuelto ese estúpido Humano?
¡¡Era genial que estuviera aquí!! ¡¡Había que
aniquilarlo sin contemplaciones ya que por su
culpa habían exterminado a las pobres arpías!!
Pero, era raro. ¿A quién esperaría? ¿Cual sería
su destino? Habría que estar muy atentos...
-"Bien, amigo Trasgo nos has sido muy útil.
Ahora ves a los dormitorios y descansa.
A primera hora te levantas, buscas al jefe
Trasgo que estará con los tuyos y le dices que
vas de mi parte. Tranquilo, ya le informaré.
Te recompensará muy bien. Luego divides tu
red de informadores en tres frentes. Escucha
bien. Un frente, comandado por tí, se dirigirá al
portal ese. Quiero saber por qué el Humano
arriesga su vida volviendo, parecía inteligente.
Seguro que Némesis le ha hecho volver...

Luis Celaá Morales. 329 " El Último Dragón"


Dos, otro frente de información volverá a la
ciudad de Rimantel. Infiltraros entre la gente.
Quiero saber que piensan de la "Unión de razas"
esa tan estúpida propuesta por Némesis.
Por supuesto, quiero que convenzan a la gente
para que se unan a nuestra gloriosa causa y que
dejen de lado esas tonterías de unir las razas.
Que averigüen como va la ordenanza sacerdotal
y qué piensan al respecto los sacerdotes.
Que también intenten descubrir qué pasó con
el plazo que los Dioses concedieron a Némesis.
Tres, de tu gente más allegada deja a alguien
cerca de nosotros, aquí en Bobostock.
No quiero traidores, además quiero que vayan
a la ciudad esa cercana protegida por Gigantes,
ésa donde hacen los conciertos, para saber sí la
gente se ha enterado de nuestra victoria y como
reaccionan.
Deberías irte ya a comer algo y a descansar.
Queda poco para que amanezca. Eres muy
competente, amigo Trasgo..."- Y sin decir nada
más, se dio la vuelta para seguir hablando con
Dafne. Ambos le ignoraron olímpicamente.
El pequeño Trasgo asintió complacido. Había
terminado todo mejor de lo que esperaba.
Tanto esfuerzo había merecido la pena. La
memoria de sus compañeros sería, al menos,
compensada con dinero para sus familias.

Luis Celaá Morales. 330 " El Último Dragón"


Después de echar la última mirada a sus
superiores, decidió irse a comer algo pues su
estómago estaba quejándose continuamente.
Después iría a dormir pues también estaba
agotado tras el largo viaje.
Al cerrar la puerta para irse pudo escuchar
algo de la conversación entre Dafne y Himler.
Parecía que decían algo de matar al entrometido
Humano cuanto antes y de abortar esa
estupidez de "la unión de razas".
Le gustaba esa idea. Sí todas las razas se
unían, además de ser algo antinatural ¿De qué
iba a vivir? ¿Cuál sería su trabajo?
No. No podía ser así, había que acabar con
esa tontería como fuera...

Luis Celaá Morales. 331 " El Último Dragón"


XXXV. " Conociendo a Marduk"
"Desde Nínive a Eridu
pasando por Assur, Nippur
y Urruk hasta llegar a Ur.
Todas ellas bañadas
por el Tigris y el Eúfrates.
Ríos que daban la vida
pero también escondían
la muerte.
En todas esas ciudades
su nombre era conocido,
temido y respetado.
Ese nombre era Marduk.
Ternero del Sol.
Letal Paladín de los Dioses."

(Biografía de las Divinidades Babilónicas.


Anónimo. Siglo II. D.C.)

La cara que puso el Guardián cuando se


despidió de mi fue todo un poema. Aunque
seguro que la mía debió haber sido algo muy
parecido. Un enorme puñal de dolor me atravesó
el corazón de la forma más cruel.

Luis Celaá Morales. 332 " El Último Dragón"


Notaba como mi alma se resquebrajaba muy
lentamente. Como mis lágrimas inundaban mis
blancas mejillas. Pese a estar deseando ver a mi
amada Veena nuevamente, me daba una infinita
pena volver a abandonar a mi querido amigo.
Bromas, abrazos, risas... Pronto serían un
recuerdo de camino a lo desconocido. Me
embarcaba en un nuevo viaje por un extraño
mundo que no me terminaba de aceptar,
encima en compañía de un nuevo ser...
¿Marduk? ¿El grupo de Death Metal en el que
el cantante se dedicó a quemar iglesias?
¡¡Ay socorro!! ¿Qué elemento se pondría ese
nombre tan curioso?
¡¡Ostras!! ¡¡No puede ser!! ¿Será el Marduk
de la antigua Mesopotamia? ¿Aquel paladín que
acataba las órdenes de los poderosos Dioses?
El Guardián del Portal me abrazó con fuerza
aunque con ternura infinita. Su cariñoso gesto
me devolvió a la realidad haciéndome olvidar de
elucubraciones absurdas.
Le devolví con ganas su abrazo,lo más fuerte
que pude aunque no creo que lo notara mucho...
Y que conste que no era por mi, ya que yo en el
mundo "normal" aparte de guapo e inteligente
era un muchachote bastante fuerte pero
comparado con animales mitológicos pues no
tenía mucho que hacer.

Luis Celaá Morales. 333 " El Último Dragón"


De improviso mi gigante camarada cogió un
hato que sacó de no se dónde y me lo plantó en
las manos. Me dijo que no había tiempo para
explicaciones, que ahí tenía lo más necesario
para el viaje (según él, pero seguro que no había
echado ningún portátil ni la PDA..jeje). Dentro
había comida, ropa y un "par de cosillas" que me
podrían ser útiles pero que sólo debía utilizar
cuando me hicieran falta de verdad.
Añadió que pese a ser un engreído humano y
cotilla por naturaleza, hiciera un esfuerzo por no
abrirlo hasta llegado el momento. Quise
replicarle pero debido a su letal mirada opté por
cerrar la boca, para que no entrara ninguna
mosca (que no me había fijado hasta ese
momento, pero seguro que en este condenado
mundo medirían medio metro o tendrían
escamas o...)
Una sonora colleja que me hizo mover la
cabeza como si estuviera en un concierto de los
geniales Obús me devolvió a la dura realidad.
-"Las jodidas moscas de aquí tienen el mismo
tamaño que en tu triste y egoísta mundo
¿Quieres centrarte de una vez y dejar de pensar
tonterías? ¡¡Pareces un extraño Murfo!!"- El
Guardián me había leído el pensamiento, por un
momento olvidé que por aquí eso era normal...

Luis Celaá Morales. 334 " El Último Dragón"


Le volví a pedir perdón a mi amigo (parecía un
triste contratado de Correos al que se le olvida
poner un sello en un certificado y te mandan al
paredón si no pides perdón 298 veces)
Nos dimos un último adiós y valientemente, sin
querer volver a mirar atrás (seguro que ahora
que no miraba, el Guardián estaba llorando a
moco tendido con un pañuelo que sería como
una enorme bandera...) salí del Portal con un
estruendoso portazo.
Me daba un poco de miedo dejar atrás la
seguridad del portal pero sabía que en el fondo
era necesario (aunque no pude evitar recordar
los pensamientos de los Pequeños Seres que
estuvieron espiándome en mi mundo).
Llevaba poco tiempo ahí adentro, apenas unas
horas, pero seguro que habían transcurrido días.
Mientras que fuera del portal las horas iban
deslizándose despacio pero inexorablemente,
dentro del portal apenas sí transcurrían escasos
segundos. Por un momento pensé en como
sería ese Marduk, paladín de los Dioses.
¿Sería un poderoso hechicero con su infernal
báculo o quizás un musculoso guerrero estilo
Conan? (Hombre de pocas palabras y de infinita
acción)?
Ahí reconozco que dejé volar mi imaginación,
quizás no tenía que haberlo hecho pero no pude
evitarlo.

Luis Celaá Morales. 335 " El Último Dragón"


Ya me imaginaba yo batallando contra hordas
de enfurecidos Orcos junto al poderoso brazo de
un enorme luchador, paladín de los poderosos
Dioses cuando de repente miré frente a mí y vi...
a eso. No podía ser. Mis ojos me engañaban
cruelmente. Debía haber pasado mucho tiempo
leyendo y mis ojos me traicionaban.
Aquello que tenía enfrente parecía más un
morador de las arenas que un portentoso
justiciero. ¡¡Pero sí era más pequeño que yo!!
¿Era el campeón del Reino de Liliput o qué?
¿Sería una broma de mal gusto o es que Marduk
había encogido con la lluvia?
Enfrente mía tenía un ser que parecía humano,
cosa que no comprobé hasta más adelante,
pues iba envuelto en una enorme capa negra a
modo Jedi. El curioso hombrecillo no mediría
más de 1,55 metros por que tuve que hacer un
esfuerzo sobrehumano para no revolcarme en el
suelo de la risa.
Estuve a punto de retarle a un partido de
baloncesto pero rápidamente deseché la idea
pues entonces no hubiera podido contener la
risa de ninguna manera y hubiera estado feo
empezar así nuestra relación.
Marduk levantó la mano izquierda a modo de
cansino saludo, cogió el hato que yo llevaba y lo
acomodó en su enorme caballo, que parecía un
maravilloso ejemplar de pura sangre.

Luis Celaá Morales. 336 " El Último Dragón"


¡Menudo pedazo de caballo! ¡Era realmente
hermoso! ¿Cómo subiría allí arriba mi hundido
nuevo amigo? ¿Con una pértiga o con algún tipo
de hechizo levitatorio?
Miré al otro caballo que había al lado. Era tan
hermoso como el primero aunque ligeramente
más pequeño y de color azafrán en vez de negro
como el pura sangre.
Era una hermosa hembra que giró la cabeza
hacia donde yo estaba y bufó en repetidas
ocasiones. El macho ni siquiera se inmutó.
-"Parece que le gustas, cosa que no entiendo
muy bien. Sandra es una yegua muy especial y
selectiva, es curioso que tenga su beneplácito
un prepotente Humano que juzga a los demás
tan sólo por su apariencia física. Espero algún
día tener la mínima capacidad de comprensión
para poder entender por qué los Dioses te han
elegido a ti pero mientras tanto me limitaré a
escoltarte y acompañarte a Rimantel, que es a
dónde debes ir para reencontrarte con Veena...
Que por cierto, ahora es la gobernanta de la
ciudad. Si no hay muchas complicaciones y
tengo la suerte espero poder librarme cuanto
antes de tu presencia, pues este cuerpo me
queda un poco pequeño y me tira la sisa.
Además eres un Humano muy feo"- Me dijo de
sopetón el dolido Marduk, ¿No se suponía que
era de mala educación leer las mentes ajenas?

Luis Celaá Morales. 337 " El Último Dragón"


-"Por cierto, ¿necesita su señoría ayuda para
subir a la yegua o le construyo un andamio?" -La
potente e irónica voz de Marduk sonaba
demasiado grave en un cuerpo tan reducido.
Además, parecía que los buenos modales en
este Mundo Mágico habían desaparecido en mi
ausencia pues a todo el condenado mundo le
había dado por leer mi cerebro como si fuera un
edición especial de "El Quijote".
Entiendo que como aquí no hay ni televisión ni
internet la gente se haya buscado otros
entretenimientos pero de ahí, a ir leyendo
cabezas ajenas va un largo trecho...
Quise protestar. Me dieron ganas de decirle
que era un mal educado y decirle cuatro cosas a
su pequeña cara pero no se por qué motivo no le
dije nada. Antes de que replicara cualquier cosa,
el reducido ser entrelazó sus dedos y puso sus
manos cerca de la grupa del caballo a modo de
escalón.
Resoplé, aún indignado por su anterior
comentario y apoyándome en su cabeza y en el
lomo de la asustada yegua conseguí subir con
mucha dificultad y si no me caí por el otro lado
fue gracias a que Marduk le susurró algo al
pobre animal en un idioma que se parecía
bastante al euskera pero no quise decir nada,
porque no hubiera podido aguantar otro irónico
comentario de los suyos.

Luis Celaá Morales. 338 " El Último Dragón"


Un segundo después, el poderoso paladín de
un sorprendente salto se subió encima del
inmutable caballo negro. Marduk le susurró algo
al oído del equino y nos pusimos nuevamente en
marcha.
Los caballos comenzaron el trayecto con un
suave trote el cual fueron incrementando según
iba pasando el tiempo.
Pasamos un buen rato sin hablar. El enviado
divino seguía con el manto puesto y la capucha
cubriéndole la cabeza pese al asfixiante sol que
nos acariciaba la espalda.
Me puse a reflexionar sobre sus palabras.
¿Veena gobernanta de la ciudad? ¡Que alegría
para ella! ¡Pues si que había avanzado en tan
poco tiempo! Cuando la dejé apenas era una
curandera aunque parece ser que se estaba
convirtiendo en una poderosa hechicera.
Pero de ahí a ser gobernanta de una ciudad
tan majestuosa como Rimantel nunca lo hubiera
imaginado, la verdad.
De pronto, recordé las últimas palabras del
paladín, "Este cuerpo me queda un poco
pequeño" ¿Qué diablos quería decir con eso?
¿Acaso era un espíritu que se había introducido
en un cuerpo humano?
Me entraron escalofríos tan sólo con pensarlo,
además ni siquiera le había visto la cara.

Luis Celaá Morales. 339 " El Último Dragón"


¿Qué aspecto tendría? ¿Sería de verdad
Marduk, el enviado de los Dioses o me habían
vuelto a engañar?
Intenté alejar esos funestos pensamientos
para volver a centrarme en mi amada Veena.
Intenté recordar los momentos vividos con ella.
Breves pero geniales.
Me gustaba mucho recordar su olor, su eterna
sonrisa. La profundidad de sus ojos, como se le
movía el pelo cuando reía...
-"Perdona por mi anterior comentario. Quizás
te he juzgado precipitadamente pero he leído la
decepción en tu rostro y he supuesto, espero
que erróneamente, que te ha influido mi tamaño
en tu valoración inicial.
No debes juzgar a los demás por su tamaño,
apariencia o por lo que sea sino por sus
acciones y sentimientos. Mi nombre es Marduk.
Soy tan milenario como el tiempo y cómo lo fue
mi olvidada civilización.
Mi origen es incierto, aunque mis primeras
aventuras las corrí en tu tierra, pero muchos
eriales antes de que a tí te expulsaran al mundo.
El Tigris y el Eúfrates bañaron mis inmortales
pelotas mientras nadaba tranquilamente entre
cocodrilos. Soy Marduk, ternero del Sol y paladín
de los Dioses de la antigua Mesopotamia.

Luis Celaá Morales. 340 " El Último Dragón"


Si quieres llevarte bien conmigo pregúntame lo
mínimo posible. Limítate a escucharme,
obedecerme y todo saldrá bien "- Su poderosa
voz, imbuida en un cuerpo tan pequeño no
dejaba de alucinarme.
Nuevamente, quise hablar. Hubiera dado lo
que fuera por contestarle cualquier cosa, quizás
preguntarle por mi venerada Veena y por
nuestro largo viaje pero sencillamente me callé.
Si él iba de tipo duro al que no le gustan las
preguntas pues yo iría de tipo duro que no
quería mostrar su pasado... Lo ví en una película
de John Wayne y me pareció muy chulo.
¿Qué se había creído el paladín a la taza éste?
¡Hala, yo iba a ser más chulo que él!
No sé las horas que llevábamos cabalgando ni
hacia dónde íbamos. Entre el calor sofocante
que hacía y como me dolía mi virginal ano, creía
que me iba a dar un telele o algo. De verdad que
era muy difícil ésto de ser un tipo duro...
Faltaba muy poco para echarme a llorar y
suplicar que parásemos cuando unos ruidos
procedentes de unos árboles cercanos llamaron
la atención de Marduk. Hacía mucho rato que
habíamos entrado en el peligroso bosque.
De hecho me había parecido ver unos cuantos
Entos alejados del resto de los árboles pero por
curioso que pareciera no se oía ni siquiera a los
cansinos insectos.
Luis Celaá Morales. 341 " El Último Dragón"
El pesado silencio me estaba matando
lentamente. Antes de que me diera cuenta, el
paladín se había bajado de un salto increíble.
Era alucinante con que facilidad lo hacía.
¡¡Hay que joderse lo ágil que es el jodido
enano!! Pensé con una mueca de sonrisa en la
boca pero rápidamente puse la mente en blanco
no sea que al señor Marduk le diera por leerme
de nuevo mi agitado cerebro y me diera un
sopapo como la colleja que me había dado el
Guardián por la mañana, con una por día valía...
El ruido volvió a oírse, esta vez mucho más
intensamente. Parecía como si un enorme
animal se moviera torpemente entre el follaje y
los árboles.
Marduk escuchaba desde el suelo con mucha
atención. Desde el suelo intentaba captar el
origen del sonido. En un momento dado, me dio
las riendas de su caballo y me dijo:
-"Toma las riendas de Andoni. Quédate aquí
con los dos. No hagas absolutamente nada.
Oigas lo que oigas y veas lo que veas. Os voy a
echar un hechizo protector para que no os pase
nada si no os movéis del sitio, debería funcionar
bien..."-
Creo que nunca me acostumbraré a esa
potencia de voz saliendo del cuerpo de un
pequeñísimo morador de las arenas.

Luis Celaá Morales. 342 " El Último Dragón"


Asentí con la cabeza. Pese a que me dolía el
culo como si hubiera disfrutado de una lujuriosa
noche de sexo con cien dotados hombres, no
protesté ni me moví. Acaté sus órdenes.
Estuve observando hasta que le perdí entre los
matojos de los árboles, aunque previamente nos
echó un hechizo impulsado con las manos en un
idioma que juro por mis ancestros que parecía
euskera.
Por cierto, ¿a qué mente ilustre se le ocurrió
poner de nombre Andoni a un equino? Cada día
me sorprendía más este curioso Mundo Mágico.

Luis Celaá Morales. 343 " El Último Dragón"


XXXVI- "No es una ilusión, es real"
"Cuando creas que todo
está perdido
que no queda nada por
lo que luchar ,
mira a tu alrededor.
Siempre encontrarás
a alguien que
te ofrezca
una mano amiga.
Nunca te rindas.
Lucha hasta el final.
La perseverancia es
el camino a
la dulce victoria."

(El abuelo del protagonista a éste cuando


cumplió los 16 años)
Veena estaba realmente asustada .Ella había
estado en muchas contiendas, más de lo que la
hubiera gustado, enfrentándose contra duros
rivales. Algunos tan potentes como la Diosa
Asnaráasha, al principio rival y ahora aliada,
pero ninguno era tan fuerte y peligroso como la
maldita Quimera.

Luis Celaá Morales. 344 " El Último Dragón"


Era realmente espeluznante. Daba pavor verla
tan de cerca. Se preguntaba porqué habría
hecho caso a Némesis con el rollo ese de la
ordenanza sacerdotal, pues en vez de estar
aquí, podía haberse quedado tan a gusto en
Rimantel.
Aunque allí se hubiese quedado ociosa,
contando los minutos, que faltaban para el
retorno de su querido humano cualquier cosa
hubiera sido mejor que enfrentarse a este
repulsivo ser.
No podía dejar de pensar en su amor ni un
momento. Había disfrutado tan poco de su
atrayente presencia que ni siquiera habían
podido consumar su amor...
Pero no tenía por que hacerse la heroína y
viajar a la otra punta del jodido mundo a
enfrentarse con una bestia asesina en su propia
guarida ¿Estamos tontos o qué nos pasa?
De repente, la poderosa hechicera notó un
suave golpe en la nuca, algo parecido a una
ligera colleja. Miró hacia detrás. Allí estaba el
Lepresaun. Le estaba gritando que leyera el
papiro antes de que el monstruo reaccionara.
Veena asintió y comenzó a leer. Estaba escrito
en runas élficas, para ella era muy fácil de
interpretar esa escritura.

Luis Celaá Morales. 345 " El Último Dragón"


Además de leerlo tenías que saber comprender
lo que querían decir pues era un hechizo muy
poderoso. Una curiosa invocación a una
ancestral Diosa.
La verdad es que la nueva gobernanta de
Rimantel no entendía absolutamente nada, pero
como sabía que tenía muy pocas posibilidades
de victoria pues se concentró y notó, como una
vez más, la magia le inundaba la piel.
Pese a haberlo hecho más de cien veces,
cada vez era como en la primera gran ocasión.
Era una sensación única, maravillosa.
Lo que sentía cada vez que llamaba a la magia
era una sensación fabulosa. Ni siquiera se podía
comparar con la mejor noche de sexo que
nunca pudieras tener. Imagínate el mejor sexo
de tu vida, multiplícalo por mil y ni aún así se
aproximaba a la placentera sensación de la gran
magia.
Se sentía una privilegiada, pues a pesar de
que la magia nos rodeaba muy poca gente tenía
la posibilidad de captarla correctamente y saber
utilizarla. Siempre estaría agradecida a todos los
Dioses por ello.
El hechizo hablaba de tiempos remotos,
épocas en los que su raza aún no había pisado
el mundo. Tiempos de batallas entre lejanos
Dioses, de pactos y de diferentes servidumbres
con criaturas míticas...

Luis Celaá Morales. 346 " El Último Dragón"


Mientras, la sorprendida Quimera había
recobrado el sentido y miraba extrañada a
Veena.
Primero se sorprendió por como la habían
derribado y después se sorprendió más aún al
escuchar ese hechizo. No lo recordaba. Ni el
hechizo ni el pacto del que hablaba.
Hacía tanto tiempo que su memoria lo había
desterrado. De repente, el suelo de la caverna
comenzó a temblar. Veena no se había
inmutado. Estaba en una especie de trance
místico. Las piedras caían a su alrededor, pero
ninguna la alcanzó, parecía como si no quisieran
golpearla; como si la respetaran.
La consternada Quimera ni siquiera miró a la
Tralfi cuando huyó despavorida de lo que había
sido su hogar durante generaciones hasta aquel
fatídico día. Pasó velozmente a su lado y salió al
exterior justo antes de que se derrumbara la
cueva encima de aquella extraña criatura, que
no sabía lo que era pero que tenía apariencia
humana. La criatura suspiró aliviada.
Pensó fugazmente en su rival y casi sintió
pena por ella pero rápidamente se le pasó, pues
en cierto modo la había derrotado ya que la
había hecho salir corriendo de su guarida, la
cual había quedado destrozada.
De la pena pasó a la cólera por no haber
podido matarla.

Luis Celaá Morales. 347 " El Último Dragón"


De repente, la furiosa Quimera miró al cielo
extrañada. ¿Por qué estaba todo tan oscuro si
hacía un momento estaba la luz solar iluminando
todo el bosque?
Su avezado instinto le dijo que aquello no
podía ser bueno y, por primera vez desde hacía
mucho tiempo, quizás desde los albores de la
civilización, la Quimera sintió miedo.
Nunca antes había sentido esa sensación tan
dolorosa. Lo peor es que no sabía a lo que se
enfrentaba. Decidió huir. Corrió como nunca
antes lo había hecho, como alma perseguida por
el Diablo.
No sabía ni a dónde iba ni por qué o dónde
estaba. Sólo huía. Corría todo lo que le permitía
su cuerpo. Huyó hasta que ya no podía más.
Miró al cielo y éste se despejó. Aunque algo
raro sucedió. Una voz la llamó desde el cielo,
-"¡Quimera! ¿Huyes? ¿Huyes de una pequeña
y asustada Tralfi?"- Le llamó una poderosa voz
desde el infinito cielo.
La criatura no sabía que responder. El miedo
se le iba quitando poco a poco para dar paso a
la decepción. Los Dioses la habían engañado y
ahora se reían de ella cruelmente.
-"He luchado desde que nací contra héroes y
seres de todas las razas, incluso he derrotado a
Dioses. Siempre he cumplido,

Luis Celaá Morales. 348 " El Último Dragón"


¿Por qué me hacéis ahora esto? ¿Qué queréis
de mí?"- Preguntó la sorprendida Quimera con
su último atisbo de dignidad en dirección a la
extraña voz.
-"¿Y tú tienes la osadía de preguntarnos qué
queremos? Bien lo sabes, hipócrita criatura.
Tenías que estar por los siglos de los siglos
derrotándolos a todos. Era parte del trato o ¿ya
no lo quieres recordar?"- le rememoró la voz a la
confundida Quimera.
-"¡¡Cumplí mi parte!! ¡¡Tan sólo Belerofonte me
derrotó y fue por culpa de ese maldito caballo
alado!! ¡¡Vosotros le ayudasteis a derrotarme al
igual que ahora!! Si no hubiera sido por el
hechizo la hubiera derrotado en segundos.
Además, he ganado yo pues estoy viva y ella
muerta, sepultada bajo toneladas de piedra y
polvo. Aún en la huida acabé ganando..."- Se
defendió indignada la monstruosa creación
divina.
-"Ja, ja , ja... "- Rió la voz con fuerza, tanto
que la tierra tembló y los árboles se balancearon
como suplicando que parara.
-"¿Que has ganado dices? ¿Que la tralfi ha
muerto? ¡Te equivocas, infesta criatura!
Nosotros la sacamos de ahí al invocarnos a
través de ese hechizo. Ella te ha vencido.
Nuevamente has sido derrotada. Esta vez no te
perdonaremos como la anterior vez de Pegaso.
Luis Celaá Morales. 349 " El Último Dragón"
No has cumplido tu parte, por lo tanto, no tiene
sentido tu miserable existencia"- Sin decir más
la voz calló
Y antes de que la Quimera pudiera protestar o
de que pudiera alegar algo en su defensa; la
Quimera desapareció.
Pero no murió, tan sólo desapareció. Como si
nunca antes hubiera existido.
El cielo volvió a brillar. Los pájaros volvieron a
cantar y todo volvió a la normalidad.
Mientras tanto, muy lejos de allí Veena volvió a
abrir los ojos. No entendía lo que había pasado
pues no se acordaba de nada. Sólo un ligero
recuerdo de un extraño hechizo en un
pergamino que había desaparecido de sus
manos.
Miró a su alrededor y observó asustada que
estaba fuera de la cueva, la cual se había
derrumbado, quedando la puerta enterrada bajo
kilos de piedras.
De la maldita Quimera no había ni rastro por
más que buscó. En su espalda, aún conservaba
el carcaj y el arco que encontró en la cueva.
El Lepresaun apareció sonriente y la felicitó.
Parecía que de verdad se alegraba. Le dijo que
estuvo genial, que la Quimera huyó.

Luis Celaá Morales. 350 " El Último Dragón"


Por más vueltas que le daba, Veena no
entendía nada. Quiso preguntar pero el
Lepresaun la conminó a caminar.
- " Te queda aún por realizar la última y
decisiva prueba"- le dijo solemnemente.
La hechicera le miró estupefacta. No quería oír
lo que le iba a decir a continuación ya que se
imaginaba algo parecido a lo que el símil de
Duende le dijo.
-"Abre tu mente. Piensa y vive. Cierra tu mente
y muere".
Pese a las miles de preguntas de la Tralfi
sobre el significado de tan enigmáticas palabras,
el Lepresaun no habló y juntos caminaron hacia
una nueva prueba. Hacia lo desconocido...

Luis Celaá Morales. 351 " El Último Dragón"


XXXVII. "Desde tiempos inmemoriales"
" Desde antes de que
existiera la vida
en cualquiera de sus formas,
ellos ya estaban ahí.
No hacían nada,
sólo existían.
Quizás por aburrimiento,
tal vez por vanidad
o quién sabe,
¿fue una competición?
Pero se pusieron a crear vida,
a dar forma a los mundos.
No había reglas,
cada uno era libre
de crear lo que
quisiera siempre y
cuando se respetara
al resto de los Dioses.
Tan sólo había una
gran excepción
a esas reglas:
El libre albedrío.

Luis Celaá Morales. 352 " El Último Dragón"


¿El libre albedrío?
le preguntó el
joven Trasgo a
su veterano maestro.
Sí, hijo sí.
El libre albedrío.
- Aunque una raza
no haga lo que a ti
te gustase o fuera
exterminada
no podrán
intervenir nunca
los Dioses,
salvo sí se ha hablado
entre ellos en
una de sus absurdas
y aburridas
reuniones periódicas,
las cuales decidieron
llamar Concilios-"

(Fragmento extraído de "Cuentos y leyendas de


las criaturas mágicas. De origen desconocido)

Luis Celaá Morales. 353 " El Último Dragón"


La negra oscuridad inunda el infinito.
Allá donde no hay más mundos, donde la vida
carece de significado,está el vacío.
Un asfixiante y eterno vacío al que se le
conoce como infinito. Entre mundos, más allá de
los tiempos, donde la mera existencia es una
ilusión, es allí donde descansan los Dioses.
Puede que en ocasiones no esté ninguno o
puede que estén todos. Entre ellos se ven, se
mezclan y algunos se evitan.
En ese eterno lugar gustaba morar Némesis,
La divina justiciera., la que es portadora de la
equidad universal. A ella le gustaba pasar
mucho tiempo allí.
En ese retiro espiritual a veces pensaba,
otras descansaba y la mayor parte del tiempo
estaba en su etérea forma evitando al resto de
los Dioses pues no aguantaba sus modos.
No soportaba ver cómo estaban siempre
discutiendo e insultándose. Se creían unos más
que otros, le parecía demasiado infantil. Incluso
si alguien se acercaba a donde ella fluctuaba,
Némesis lo ignoraba o se alejaba a otro lugar o
dimensión.
Los continuos roces a lo largo de los eones la
habían convertido en un ser arisco respecto de
los otros Dioses.

Luis Celaá Morales. 354 " El Último Dragón"


Allí estaba sin hacer nada cuando notó una
fuerte presencia divina que no era ni maligna ni
era benigna sino algo más. Lo era todo pero sin
ser nada de ello.
Némesis se puso en alerta. Había varios tipos
de Dioses, unos más potentes que otros, cada
uno con su religión, sus mitos y sus fieles.
Aunque algunos iban más allá de eso. Había
algunos Dioses que estaban por encima de
otros congéneres divinos, eran el todo.
Algunos de esos Dioses como La Muerte eran
esquivados por la mayoría de Dioses o incluso
de los Semi-Dioses.
Evidentemente, al ser inmortales no podían
sufrir sus consecuencias aunque sí las padecían
sus seguidores. La Muerte desprendía una
horrenda esencia que repugnaba, incluso, hasta
los seres infinitos. Pocos Dioses soportaban
estar junto a ella. Algunos como Shiva o Kaos la
adulaban porque gracias a ella tenían más poder
pero el resto la ignoraba olímpicamente.
-"¿También tú huyes de mí, Némesis?"-
Resonó una voz vacía en el amplio infinito.
La diosa justiciera dudó antes de contestar.
A ningún Dios se le podía engañar porque lo
sabría al instante, pero a la Muerte no se la
debía engañar porque se cebaría con tus fieles
para siempre.

Luis Celaá Morales. 355 " El Último Dragón"


Te dejaría sin seguidores hasta que cayeras
en el más doloroso olvido, qué era lo peor que le
podía pasar a los Dioses. Némesis lo había visto
en multitud de ocasiones, era como una muerte
en vida. Para ellos era como un "Coma
Divino".Las demás esencias divinas lo sabían
por eso la habían mandado a ella. Para intentar
convencer a la poderosa Diosa de que no
interfiriera más en los asuntos del Mundo
Mágico.
-"Muerte. Tu esencia te delata. No huyo de ti,
aunque tampoco me agrada tu repugnante
presencia. ¿Qué quieres de mí? Sí estoy aquí es
para evitar a todos y a ninguno..."- Contestó
Némesis sin ni siquiera materializarse con la
vaga esperanza de que la dejara en paz.
Además no merecía la pena presentarse en
forma alguna, ¿Para qué? ¿Para hablar con la
definitiva Muerte?
En cambio, Muerte sí decidió aparecerse. Una
eterna negrura con forma semi-humana apareció
en el vasto infinito. En un lugar de esa
inquietante presencia aparecieron unos rojizos
puntos que hacían la función de ojos, y una
pestilente oquedad simulaba una vomitiva boca.
Era una de sus formas más repulsivas y a la
vez menos conocidas, pocos humanos que no
hubieran alcanzado la locura la han podido ver.

Luis Celaá Morales. 356 " El Último Dragón"


-"Némesis, Némesis... ¿No bastó el aviso de
Selene? ¿Te crees acaso mejor que ella?
Creo que te dejó bien claro que los Dioses te
daban 48 horas para que dejaras de interferir en
asuntos mundanos.
¿Recuerdas el libre albedrío? ¿O es que ya
no lo quieres recordar?"- La ostentosa voz
retumbó y a la vez se perdió en la nada, pero
Némesis la pudo escuchar.
-"Crees saberlo todo y aunque quizás sea así,
dudarlo no debo, pero a veces los más
insignificantes detalles se os escapan. Quizás
"Los Dioses" necesitan que les recuerden sus
concilios o les rememoren sus estúpidas
profecías.
¿Sabes de lo que hablo, eterna portadora del
dolor y el sufrimiento?"- Respondió la vengativa
Diosa instantáneamente mientras decidía que se
iba a transformar en un brillante foco de luz,
quizás para contrarrestar tanta negrura, tanto
vacío o tan sólo por fastidiar a la Muerte.
-"¿De concilios me hablas? ¿Profecías me
comentas? ¿He de recordarte la alegría que me
diste con vuestra estúpida última verdadera
profecía? ¡¡Cuánto trabajo sólo para mí!!
¡¡Una raza entera!! De verdad que todavía os
estoy muy agradecida... ja ja ja"- Aquella cosa
que parecía una boca se cerraba y se abría
como si fuera acompañando a la falsa risa.
Luis Celaá Morales. 357 " El Último Dragón"
La Diosa de la justicia se estaba empezando a
impacientar. Tenía muchas virtudes, pues solía
escuchar y prestar atención a todos. Hasta al
más insignificante ser pero uno de sus mayores
defectos era la impaciencia, no soportaba ese
simulacro de ironía con las desgracias ajenas.
Las Arpías fueron fieles seguidoras suyas
hasta el final y la enfurecía que mancillaran su
memoria.
Aún así, intentó disimularlo pues si la muerte lo
notaba lo usaría en su beneficio.
- "Dile a aquellos que te mandaron a buscarme
que revisen sus profecías. Mándalos recordar
sus palabras en sus concilios y si quisieron
borrarlas de su memoria, que miren en alguna
Biblioteca. Hay una muy buena con toneladas de
información en un poblado Minotauro, en el
bosque de Gadinor, allá en el Mundo Mágico.
Puedes recomendarla, allí han recopilado esos
cornudos seres, durante eones de tiempo, toda
la información que han encontrado de miles de
mundos y razas. Hay millones de libros y de
documentos..."- Le espetó Némesis de forma
muy irónica.
Una oleada de hedor fluyó por la nada. Muerte
también se estaba enfadando con Némesis pues
no la gustaba nada que la hablaran así.

Luis Celaá Morales. 358 " El Último Dragón"


Y mucho menos le agradaba que una hipócrita
Diosa la vacilara de esa forma. Una Diosa tan
falsa que muchas veces, a instancia de los
Dioses y otras por su voluntad, le había dado
tanto trabajo.
Quizás por eso no tomaría en cuenta sus
palabras aunque debía concluir esta misión para
poder seguir trabajando ya que siempre había
miles de almas que cosechar al día...
-"No entiendo muy bien lo que me dices,
supuesta Diosa de la justicia. Nunca he prestado
atención a esos egocéntricos concilios ni a
vuestros jueguecitos a los que denomináis
profecías. ¿Y luego clamáis por el libre albedrío?
Me he cansado de esta conversación, ya no
puedo perder más tiempo aquí aunque para
nosotros el concepto tiempo sea relativo.
Debo seguir trabajando, existo para ello, para
llevarme almas agotadas al otro lado.
Soy, y seré más allá del fin de los tiempos, el
ser más repudiado de la existencia. Algo irónico
cuando soy el que más trabaja.
El Dios cristiano tan sólo trabajó 6 días.
¡¡6 días en su infinita existencia y no paran de
adorarle!! y yo que no paro de laborar soy
vilipendiada. ¿Es eso justo?

Luis Celaá Morales. 359 " El Último Dragón"


Seguro que los Humanos seguidores de esa
religión deben de ser pacifistas o progres de
esos porque si no es ilógico ese culto a un ser
tan ocioso...-"- Reflexionó Muerte en voz alta,
como si hubiera olvidado que estaba hablando
con Némesis.
Después de un breve e incómodo silencio,
Muerte se esfumó tal y como había aparecido
ante la Diosa justiciera. Desapareció dejando a
la cegadora luz en el oscuro vacío, sola en el
vasto infinito.
Iba a responderla pero no le dio tiempo. Mejor,
pensó Némesis, que se vaya a realizar sus
miserables tareas.
¡¡Vaya una muerte más quejica y envidiosa!!
¡¡Vanidosos Dioses aquellos que me hablan de
libre albedrío cuando ellos no paran de intervenir
en los asuntos de otras razas!!
Reflexionó Némesis que aún seguía en forma
de cegadora luz en la oscuridad.
¿No lo recuerdan o han querido olvidarlo?
¿Tendré que buscarlos y hacerles recordar
que la verdadera profecía no acabó con la
extinción de mis añoradas arpías? (*)
----------------------------------------------------------------
(*): Consultar el anterior libro, "¨La Verdadera
Profecía" . Primer libro de esta trilogía.

Luis Celaá Morales. 360 " El Último Dragón"


¡¡Pero sí ahí es donde comenzaba todo!!,
clamó la Diosa a la nada, como si hablara a un
público inexistente que la fuera a escuchar.
Poco tiempo después, la luz desapareció y la
nada se volvió a apoderar del infinito...

Luis Celaá Morales. 361 " El Último Dragón"


XXXVIII. "Unos nuevos amigos"
"Pese a los años
que has cumplido,
sigues siendo
un pobre infeliz.
¿No te das cuenta
de que son tus amigos
por el interés?
Sí. Sé que llevan
años a tu lado.
Sé que habéis
compartido risas,
viajes, lecho...
Pero desconfía de
quien se enfade
por una simple
estupidez,
te puedo
asegurar que
ése no es ni
será tu amigo"

(Seunmen a Himler en una fiesta Valquiria)

Luis Celaá Morales. 362 " El Último Dragón"


No se oía nada. Ni un ruido, ni un simple
murmullo. Ni siquiera se oía a un sólo insecto
revolotear, aunque nos habían acompañado
durante todo el viaje.
Marduk me lo dijo bien claro: "Quédate aquí
con los caballos. Sandra y Andoni son unos
valientes, tan sólo susúrrales cosas bonitas a
sus delicados oídos, te ganarás sus corazones"
Pues sí que tenía razón. Eran unos caballos
muy valientes, ni siquiera se habían inmutado.
Es más, estaban tan tranquilos a mi lado
mientras que yo estaba realmente asustado.
Hacía rato que me había bajado de mi montura
y esperaba de pie junto a mis amigos equinos,
no podía ir muy lejos puesto que el hechizo
protector no funcionaría si me separaba de los
caballos. Además, estaba demasiado nervioso
como para separarme de ellos.
Para estar entretenido en algo, decidí susurrar
a mi yegua. ¿Pero qué diantres se le puede
decir a una yegua?
Como no sabía que susurrarla la hablé como si
fuera un perrito, cosa que no debió gustarle en
exceso porque me bufó a la cara.
Mal, he comenzado mal, pensé. Lo intentaré
de nuevo. Ahora sí que parece que acerté, tan
sólo la dije lo que quería oír. Me dejé llevar por
el momento y parece que a ella le gustó mucho.

Luis Celaá Morales. 363 " El Último Dragón"


De repente, comencé a oír ruidos y tras un
rato, en el que me pareció ver a alguien pelearse
entre arbustos, volvió la calma.
Casi me dio algo en los diez minutos que
pasaron hasta que se oyeron risas y bromas en
una curiosa conversación.
Los caballos me miraban como si quisieran
transmitirme su sensación de calma. Los nobles
animales sabían por su instinto que nada iba a
pasar, pero yo no podía evitar el estar asustad,.
también iba en mi naturaleza previsora...
Antes de volver a pensar en tonterías, levanté
la cabeza y entre los matojos apareció Marduk
entre unos seres mucho más grandes que él.
Al principio, y debido a la poca visibilidad, no
pude distinguir bien qué tipo de seres eran.
Poco a poco fui visionando algo, hasta que mis
ojos se adaptaron a la oscuridad y los vi
claramente: Cuerpo cabruno, puntiagudas
orejas, peculiares cuernos en su humana frente,
las armónicas de cañas colgando en su cintura...
¡¡Eran Silfos!! ¡¡Jodidos Silfos que odian a los
miserables Humanos como yo!!
¿Se había dado un golpe en la cabeza el
poderoso Marduk al aliarse con esa gentuza?
Mientras se acercaban a nosotros, ante la
impasibilidad de los animales comencé a pensar.

Luis Celaá Morales. 364 " El Último Dragón"


No podía parar de recordar a mi amada Veena
¿Qué estaría haciendo ahora? ¿Estará bien?
¿Se acordará de mí? ¿Será alguno de estos
feos Silfos su padre? ¡¡Joder, a lo mejor hablo
con mi suegro o algún tío suyo!! ¡Que nervios!!
-"Saludos, Humano. Aunque, como tú bien
sabes, no nos gustan los de tu especie pero
nada debes temer pues somos amigos de
Marduk desde hace incontables generaciones.
No te haremos ningún daño, y menos desde
que sabemos que eres el famoso Humano de la
verdadera profecía. Es más, te intentaremos
ayudar en todo lo que podamos"- Me explicó el
Silfo a modo de saludo. Me fijé bien en él y, la
verdad, me parecía excesivamente gordo para lo
que habitualmente son estos seres.
Miré a Marduk como pidiéndole explicaciones
y creo que él me entendió porque se limitó a
agachar la cabeza en señal de consentimiento.
Volví a mirar al Silfo. Le pedí disculpas y le
aclaré que era la primera vez que veía tan de
cerca a uno de su raza.
También le conté que había oído muchas
historias sobre ellos, aunque la mayoría de ellas
no les dejaban en buen lugar.
Para mi sorpresa, el obeso Silfo rió con
ganas. Al momento sus compañeros le imitaron.

Luis Celaá Morales. 365 " El Último Dragón"


Afortunadamente, Marduk ni se inmutó. Tan
sólo movió ligeramente la cabeza en señal de
reproche, aunque nadie más se percató de ello.
-"Ya sabes cómo es la sabiduría popular, que si
odiamos a los Humanos a muerte, que si sólo
les ayudamos por nuestro interés, que si
violamos a sus hijas...
Te repito que la gente de tu raza no nos gusta,
pero tampoco os odiamos. No podemos odiaros
después de tantos siglos de mutuos negocios...
Además, ¡Llevamos tiempo gozando de las
mismas hembras!"- Y el portavoz de los Silfos
estalló en carcajadas, como si nunca se
hubieran reído antes.
Harto de sus humillaciones y tonterías me volví
a subir a la grupa de Sandra. Increíblemente,
conseguí hacerlo solo. (Lo cual parece una
tontería pero a mí me lleno de orgullo, al menos
en ese momento).
Marduk, maravillado ante mi modesta hazaña,
abrió tanto los ojos que casi se le salen de su
pequeña cara.
Miré con deferencia a los extraños Silfos que
seguían riéndose de forma ostentosa.
Sinceramente, me dieron ganas de pisotearlos
con mi yegua pero deseché la idea porque eran
muchos y hubiera acabado muy cansado del
esfuerzo.

Luis Celaá Morales. 366 " El Último Dragón"


Ellos, en cambio, ni siquiera me miraron, tan
sólo se reían.
Susurré al oído de mi hermoso equino cosas
bonitas y se puso en marcha elegantemente con
un suave trote. Marduk se llevó las manos a la
cabeza e hizo lo propio con Andoni, al que
previamente se había subido de un atlético salto
que ni el mejor atleta de las Olimpiadas...
Los extraños seres del bosque seguían
riéndose, aunque hicieron ademán de seguirnos.
La última vez que miré hacia atrás se estaban
revolcando en el suelo de la risa. Daban un
lamentable espectáculo.
Estaba tan enfadado con los Silfos como lo
estaba con Marduk por haberlos traído con
nosotros. Cuando le vi acercarse a mí, espoleé
suavemente mi montura para que ésta trotara un
poco más deprisa.
Diez minutos más tarde me alcanzó y se puso
a mi lado. No me dijo nada, tan sólo miró una
vez hacia detrás. Ya no se oían las risas de los
míticos seres, aunque el paladín sonrió al girar la
cabeza. Seguro que sabía que nos estaban
siguiendo.
-"¿Por qué les has traído? ¡¡Sabes de sobra
que son seres mezquinos y rastreros!! ¡¡No me
gustan nada y lo sabes!!"- Le dije gritando a
Marduk con todas mis fuerzas y sin contenerme.

Luis Celaá Morales. 367 " El Último Dragón"


Quizás no debería haberlo hecho, pero se lo
solté, pues lo estaba deseando.
El paladín divino me miró y luego observó
detenidamente el bosque mientras seguíamos
trotando a un buen ritmo.
Pasaron más de cinco minutos antes de que
me contestara. Creía que me iba a dar algo si no
me decía nada, aunque me regañara lo prefería
al silencio de la noche en aquel siniestro lugar
tan inhóspito.
-"Espero que te hayas calmado un poco.
Al menos lo suficiente como para que me
escuches serenamente y sin interrupciones.
Al igual que tú, yo tampoco me fío mucho de
ellos. Bien es cierto que llevamos muchos años
colaborando juntos, pero siempre ha sido por
interés mutuo. Me deben muchos favores y
siempre he sido muy generoso con ellos.
No debes alarmarte, tan sólo van a estar
acompañándonos hasta Rimantel. Es un camino
no muy largo pero se nos puede hacer eterno si
encontramos dificultades. Los Silfos son seres
traicioneros, silenciosos y cobardes, cosa que
nos viene muy bien para nuestros intereses.
Ahora tú no los ves, pero nos están siguiendo
hace un buen rato. Ni siquiera tienes que volver
a verlos, sólo nos vigilan por sí algo malo nos
pasara.

Luis Celaá Morales. 368 " El Último Dragón"


Era más fácil que ellos nos escoltaran que
contratar a un ejército mercenario ya que no
teníamos ni tiempo ni dinero. ¿Entiendes algo
ahora, mi impaciente Humano?"- Me explicó
Marduk muy calmado. Me lo dijo tan despacio y
tan claro que el enfado se me pasó tan rápido
como había venido.
Ahora entendía todo. No eran amigos ni nada
parecido, Marduk tan sólo los usaba en su
propio interés. Debían resultarle bastante
económicos o le deberían favores al guerrero
celestial. Aunque, no se fiara del todo de ellos
siempre era bueno contar con alguien en la
retaguardia.
Miré a Marduk avergonzado e intenté pedirle
perdón pero las palabras no salían de mi boca.
Debió darse cuenta porque me sonrió y me dijo
que no me preocupara que no pasaba nada.
Unos cuantos kilómetros después la noche
era tan cerrada que apenas veía mis propias
manos. Marduk me guió por una senda hasta
una pequeña cueva deshabitada. Hizo una
hoguera para descansar tranquilos y calentar
algo de comer. Mientras cenábamos, me dijo de
improviso:
-"De todas formas, no deberías creer todo lo
que te cuenten. Los Silfos no son un encanto
pero tampoco son tan desagradables. Dales una
oportunidad.."- Me explicó con suavidad.

Luis Celaá Morales. 369 " El Último Dragón"


Le miré intrigado. Él paró para observar como
reaccionaba a sus palabras y para dar buena
cuenta de un ciervo que había ido a cazar antes,
mientras yo alimentaba y almohazaba a los
cansados caballos.
-"Pero, se dice que han traicionado a los
hombres muchas veces. ¿A cuántas mujeres
han violado? Tú lo sabes mejor que yo..." - Le
espeté tímidamente mientras devoraba un
suculento trozo de muslo del pobre animal.
Marduk suspiró. Seguro que no era la primera
vez que los defendía ni, posiblemente, fuera a
ser la última. A lo mejor, hasta le habrían
reprochado lo mismo que yo le dije o algo muy
parecido.
-"¿Y los demás seres no han traicionado a
otras razas? ¿No recuerdas lo que pasó hace
poco tiempo? ¡¡Espera que le pregunte a una
arpía!!... Oh. Qué ya no puedo porque han
dejado de existir. ¿Y fue culpa de los Silfos? No.
Fue por culpa de Humanos, Elfos, Tralfis...
¿No estoy hablando ahora contigo? ¿Acaso tú
eres igual que ellos? En cuanto a lo de las
mujeres, no les hace falta violarlas. A la mayoría
las sedujeron con su vocabulario, su vocecita
melosa y su más que amplia experiencia sexual.
¿Acaso tienes envidia? La verdad, es que es
una pena que queden tan pocas Silfas.

Luis Celaá Morales. 370 " El Último Dragón"


La verdad es que te vendría muy bien, quizás
aprenderías muchas cosas sobre el sexo"-
Concluyó Marduk contundentemente, con una
sonrisa en la boca.
Estuve a punto de reprocharle algo pero opté
por callarme. No era quien para criticar a nadie
por su físico o su raza, eso sería de ser mala
persona y un poco hipócrita.
Yo mismo estaba enamorado hasta el alma de
una Tralfi, las cuales son medio Silfos. Además
tuve un leve romance con una arpía y las pobres
tenían peor fama que los Silfos.
Musité un casi inaudible buenas noches y me
acomodé en un rincón cerca de la hoguera para
que me diera calor, pero no tan cerca como para
que el calor no me dejara dormir ni para que me
quemara, claro.
Antes de caer profundamente dormido, pude
escuchar a Marduk, el cual me dijo unas sabias
palabras que aún hoy en día perduran en mi
mente:
-"Humano. Que naturaleza más extraña tenéis
pues creéis ver los defectos ajenos y apenas
podéis reconocer los vuestros.
Todos tenemos nuestras limitaciones y
nuestros defectos.

Luis Celaá Morales. 371 " El Último Dragón"


Una buena forma de empezar a superar
vuestras limitaciones es reconociéndolas y
cuando te rías de ellas aprenderás mucho.
Hazlo y verás, te volverás más sabio. No lo
hagas y te volverás más necio...
Buenas noches, mi desconfiado amigo"

Luis Celaá Morales. 372 " El Último Dragón"


XXXIX. "Túneles de muerte"
"Caos. Dolor
Miles de soldados
asesinando a
indefensos Cristianos.
Muerte. Lágrimas.
Alguien habló de más
e indicó
el lugar del escondite.
Rendición. Rezos.
Cientos de prisioneros
con el único
supuesto delito
de adorar a
un Dios diferente".

(Traducido del latín. Autor anónimo. S.XIV)


- Parte Primera:
En las caras del general Flipaovix y del resto
de la plana mayor del ejército de la organización
"Alma Humana", que aún vivían, se podía ver la
decepción reflejada en sus rostros.
Quizás habían subestimado a las razas a las
que llaman "Anti-humanas" o quizás Himler, era
demasiado inteligente.

Luis Celaá Morales. 373 " El Último Dragón"


Himler, actual líder de la organización
terrorista "56 ava Legión", era más inteligente y
eficaz que Seunmen; su anterior en el puesto
El hecho era que, tras tantos esforzados
sacrificios, esos más que odiosos seres habían
encontrado por fín el acceso a las catacumbas.
Quizás no había que darle más vueltas pues
tan sólo era cuestión de tiempo que las hubieran
encontrado, pero aún así dolía bastante.
Aunque ninguno dijera nada, todos estaban
rezando a sus Dioses para que hubieran llegado
a la salida antes de que éstos pudieran entrar.
Durante años habían estado temiendo que
llegara el día en que la orgullosa Bobostock
cayera en manos de la odiosa "56 ava Legión"
por lo que Humanos y seres de otras razas,
estuvieron cavando, durante muchísimos años,
una impresionante red de túneles subterráneos,
con estancias y "túneles falsos"; los cuales eran
peligrosas trampas.
Finalmente crearon una compleja "maraña"
bajo tierra a la que denominaron Catacumbas.
Muchos no entendieron ese absurdo nombre,
pero Ióbates, un sabio Humano, lo resumió de
esta manera:
"Amigos, he puesto éste curioso nombre en
honor a unos Humanos perseguidos, atacados y
esclavizados por otros de la misma raza.

Luis Celaá Morales. 374 " El Último Dragón"


Esto sucedió en otro mundo dominado por
esos Humanos al que curiosamente llamaron
Tierra, pese a que las tres cuartas partes de ese
sangriento planeta son de agua..."- Estaba
contando el sabio, antes de que fuera
interrumpido de sus explicaciones por Tirinto.
Este joven era un ser muy inteligente. Era el
neófito discípulo de Ióbates. Le ayudó en la
ardua tarea de la construcción de los túneles
pero, a ojos de su maestro, era demasiado
impulsivo.
-"Maestro. No entiendo porque un Humano
ha de esclavizar a otro y no puedo llegar a
comprender como esos Humanos han llegado a
dominar un mundo entero. ¿Cómo vencieron a
las otras razas?"- Y el discípulo miró de forma
inquisitoria a su avezado maestro que en señal
de innegable reprobación negaba ligeramente
con la cabeza.
-"Tirinto. Tirinto. Es una pena que desperdicies
tu prometedor talento. ¿Acaso sólo ves con los
ojos? ¿Te dejas guiar por lo que escuchan tus
traicioneros oídos?, perdona pero creía que
habías comprendido algo de nuestro inquina
naturaleza. Diferentes Dioses en otros lugares
del tiempo y el espacio han creado infinidad de
razas.
Creía que eso te había quedado claro cuando
te lo había explicado el otro día.

Luis Celaá Morales. 375 " El Último Dragón"


Esta acción, como casi todas las acciones,
tiene algo de bueno pero también algún factor
negativo. Pese a la divina magnificencia de los
creadores, algún Dios tuvo un error. Sí, Tirinto,
ellos también cometen errores. Quisieron crear
un ser a su imagen y semejanza. Ese abyecto
compendio de características lo denominaron
ser Humano. Y así, querido agnóstico, un día
nos crearon.
Poseemos varias virtudes, gracias a las cuales
pudimos superar y vencer a otras razas más
poderosas en tiempos y lugares en los que yo no
he estado, por lo que será difícil que te diga
como lo hicieron.
Por ello, no me preguntes, tan sólo busca en tu
interior. Seguro que allí encontrarás todas las
repuestas.
En cuanto a nuestras virtudes, para nuestra
desgracia, suelen ser eclipsadas por nuestros
defectos. Lujuria, codicia, envidia, soberbia, gula
y una larga lista que deberían no existir.
El problema es que siempre queremos tener
más que los otros, deseamos lo que tiene el otro
y nos creemos mejores que la gente que nos
rodea o nos aprecia.
En aquel tiempo, en aquel lugar y en ese
mundo unos humanos quisieron conquistar su
planeta.

Luis Celaá Morales. 376 " El Último Dragón"


Con la excusa de ser de un lugar determinado
y apadrinados por unos creídos Dioses fueron
destruyendo y dominando a otros congéneres.
Así estuvieron durante muchos años, hasta
que se toparon con otros más fuertes que ellos.
Nunca lo olvides, siempre habrá alguien más
fuerte o mejor preparado que tu.
¿Qué pasó en realidad?, nunca lo sabremos.
Quizás les ayudó el Dios al que ellos adoraban o
a lo mejor fue la ciega Fe en algo. El caso es
que gracias a esa creencia consiguieron
aguantar masacres, persecuciones, calumnias,
violencia de todo tipo. Y esa Fe nació bajo tierra.
Esa pacífica lucha se cultivó en unos túneles
subterráneos a los que denominaron con ese
nombre; Catacumbas. En honor a esa fuerte
creencia, a esa lucha pasiva pese a saberte
inferior decidí poner ese nombre a nuestro
pequeño laberinto subterráneo, pero es sólo un
nombre. Los nombres en sí no encierran nada,
son los lugares y las acciones los que los
encumbran"- Y tras la larga disertación Ióbates
calló.
Entre una salva de aplausos se retiró a
meditar sobre la mezquindad del ser Humano.
Su discípulo Tirinto le observó maravillado, pues
para él era su ídolo.

Luis Celaá Morales. 377 " El Último Dragón"


Quizás algún día llegara a ser la tercera parte de
inteligente que su mentor. Si ese instante tuviera
la feliz ocasión de suceder, su vida habría
merecido la pena.
-Parte Segunda:
Ronnel y Dudenai chocaron la palma de sus
manos extasiados de felicidad. Como siempre,
su glorioso jefe Himler, había acertado en sus
deducciones, los duros días de búsqueda habían
llegado a su fin.
A nadie se le ocurrió que hubieran cavado bajo
tierra. Para ellos era anti-natural esconderse
bajo la faz de la madre Tierra. Sólo las cobardes
serpientes y los Toparks lo hacían. ¿Cómo podía
nadie hacer una guarida ahí?
Dafne les mandó callar enérgicamente, puesto
que tanto Dudenai como Ronnel tenían varios
soldados a su cargo y éstos habían estallado de
júbilo al descubrir una abertura en el suelo bajo
la escalera que daba acceso al inmundo lugar
que llamaban calabozos.
La poderosa Valquiria había confirmado su
teoría de que nunca se debía infravalorar al
enemigo ni siquiera a los insignificantes seres
Humanos.
Pese a que todos se sentían extasiados por el
descubrimiento, ella y Himler aguardaban en
silencio.

Luis Celaá Morales. 378 " El Último Dragón"


Dafne supuso que su venerado líder pensaba
lo mismo que ella. Dentro de la victoria habían
sido derrotados. Nada había que celebrar
cuando los humanos se habían vuelto a burlar
de ellos.
Pese a su inferioridad manifiesta y la posterior
derrota, dos veces los vencieron. La primera con
una sencilla estrategia que causó innecesarias
bajas en su bando. Y ahora se habían vuelto a
burlar de ellos. Lo peor es que nadie, salvo
Himler, parecía darse cuenta de ello.
¿Para qué conquistaron Bobostock? No sólo
era para derrotar a "Alma Humana", también
había sido para exterminar a esas cucarachas
inmundas. Le dolía que aquellos traicioneros
seres se burlaran de ellos de esa manera.
La recia y tajante voz de Himler hizo que todos
guardaran silencio. Nadie desobedecía una
orden directa suya y si mandaba callar, pues ni
se respiraba.
-"Escuchadme, honorables miembros de la
gloriosa 56 ava Legión, no celebréis nada aún.
Sólo hemos encontrado la entrada a un sitio, que
suponemos es el túnel. No sabemos lo que nos
deparará el destino sí nos adentramos en él.
Ni siquiera sabemos si aquí se esconde el
enemigo. ¿Habéis pensado que pueden haber
escapado hace tiempo y que este maldito
agujero sea una continúa pasarela de trampas?

Luis Celaá Morales. 379 " El Último Dragón"


Por vuestros cambiados rostros, creo que no
se os había ocurrido. Podría ordenar que fuerais
tal o cual por el túnel, pero esta vez no lo haré
así, no es justo.
Porque algo en mi interior me dice que este
enigmático lugar es un corredor de trampas y
muerte. Por eso, tan sólo pediré voluntarios para
esta misión. Es obvio que preferiría que fuerais
gente de las razas más pequeñas y ágiles, pues
para algunos de constitución más fuerte y de
mayor tamaño, como los fieles Minotauros, las
valientes Valquirias,las poderosas Medusas o
los enormes Gigantes es tarea más que ardua el
moverse con facilidad por esos sitios.
Sé que algunos Humanos son altos y fuertes
pero pienso que en la huida habrán derrumbado
túneles e inhabilitado zonas que antes serían
altas. Sólo sé que necesito voluntarios para una
difícil misión que puede ser suicida.
Quizás no volváis pero aún así la eterna gloria
os espera, mis valientes elegidos..."- nada más
terminar su inteligente arenga, Himler fue
ensombrecido por la muchedumbre que le
jaleaba y gritaba. Todos pedían ser elegidos
para la misión, a nadie le parecía importarle los
anunciados peligros. Himler sonreía satisfecho.
Dafne cruzó la mirada con su jefe, ambos
sonreían contentos.

Luis Celaá Morales. 380 " El Último Dragón"


Comían de su mano, Harían todo lo que él les
pidiese. Con un gesto, la jauría calló.
-"Gracias amigos. Siempre estáis ahí. Nunca
me defraudáis. En vista del éxito de los posibles
voluntarios, pido a Dafne y a Paolini que escojan
a un pequeño grupo de 56 voluntarios.
Después el grupo se avituallará con todo lo
necesario para la pequeña expedición: agua,
alimentos, pociones, cuerdas, armas, pinturas...
Si por casualidad os encontráis con cualquier
Humano,o aliado de otra raza que esté
ayudándolos, matarlo sin compasión. Sin piedad
ni preguntas. Pero si está demasiado "visible"
desconfiad pues puede ser una trampa. Guiaros
por el instinto nunca suele fallar.
Con las pinturas iréis marcando por donde
vais pasando, con diferentes colores y números.
Así haréis una especie de mapa visual para no
perderos ni dar vueltas en círculo pues mucho
me temo que habrán construido muchos túneles
diferentes que a su vez bifurcaran en otros y así
hasta que se hayan aburrido de construir...
Imagino que algunos no conducirán a nada y
otros conducirán a la muerte con traicioneras
trampas. Por desgracia, sólo habrá una o dos
salidas y será muy difícil hallarlas. Sí lleváis
muchos días allí encerrados y no encontráis
nada volved sobre vuestros pasos, prefiero la
derrota a la perdida de más amigos...

Luis Celaá Morales. 381 " El Último Dragón"


Romel, Dudenai. Por haber sido los primeros
en destapar ese mugriento agujero os concedo
el honor de matar a esta gentuza que tenemos
aquí encerrada.
Escoged a siete u ocho de vuestros soldados,
por favor que sean de los más sádicos, y
matadlos sin piedad. Si os apetece torturadles
un poquito antes, para devolverlos el "favor" de
habernos hecho perder tanto tiempo y tantas
vidas de tan buena gente.
Vamos a seguir la regla de los Corazones
Negros, "Cuantos menos prisioneros vivos,
menos problemas".
Ahora, si me perdonáis, voy a echar una
cabezada. Llevo tres días sin poder dormir y me
gustaría estar en condiciones para despedir a
los 56 héroes que van a acabar con esa plaga
humana.
Por favor, comenzad a torturar a los
prisioneros que no soporto la soberbia con la
que nos miran. Disfrutad este momento,
hermanos...

Luis Celaá Morales. 382 " El Último Dragón"


XL. "Erus, dueño y señor del aire"
"Dicen los eruditos
más ancianos,
los que tuvieron
la oportunidad
de verlos volar
hace muchos años,
que ninguna otra criatura
puede igualar
su majestuosidad.
Tan sólo los Dioses
los pueden superar
pero les debía
costar trabajo
aceptarlo,
por eso los
debieron aniquilar"

(Sigmun Trean. Primer rey Humano en cautividad)

Por fin, Erus se sentía libre. Era una sensación


única, sentir como el viento te envolvía mientras
atravesabas una nube en todo lo alto del cielo,
era de lo mejor que había vivido nunca.

Luis Celaá Morales. 383 " El Último Dragón"


Nadie que no fuera un poderoso Dragón o
hubiera volado encima de uno, privilegio
concedido a muy pocos seres poseedores de
algún don especial, podría imaginar el placer
que te invadía. Es una sensación de éxtasis y
poder que no se podía comparar con nada.
Se sentía el amo y señor del cielo. Como una
especie de Dios. Las demás criaturas huían de
su presencia cuando le veían aparecer, y las
más despistadas se quedaban paralizadas por el
pánico que despertaba su potente presencia.
Sus afiladas garras, sus enormes colmillos, su
aterradora mirada o su gigantesca envergadura
hacían temblar al más valiente.
Al principio, Erus volaba muy alto para que
nadie le viera, no le apetecía nada ser el rumor
de nadie. Pero a las pocas horas un hambre
atroz le hizo volar más bajo para buscar su
alimento, algún pájaro distraído o algún ser
parecido.
Pero no tuvo suerte y se vió obligado a
descender casi a la tierra y por fin encontró un
ciervo solitario. Planeó sin hacer nada de ruido y
para cuando el solitario herbívoro quiso
reaccionar ya había muerto estrangulado por
Erus.
Estaba tan agotado tras llevar casi un día
volando que en el mismo lugar donde cazó al
ciervo, devoró su cena y se quedó a descansar.

Luis Celaá Morales. 384 " El Último Dragón"


Pensaba quedarse a dormir sólo unas horas
para luego seguir su camino.
Estaba oscureciendo y aunque le gustaba
mucho más volar de noche decidió echarse una
siestecita tras la provechosa comida. Apenas
llevaba un par de horas dormido cuando su
instinto le avisó de un peligro inminente.
Abrió, cansadamente, su espectacular ojo
derecho y vió a cuatro Elfos, los cuales estaban
supuestamente bien escondidos entre la maleza.
¿Intentando rodearlo?
"Espero que no sean tan idiotas como para
prepararme una emboscada. Es una pena que
no me hayan atacado antes de que yo hubiera
visto al pobre animal; así no le hubiera tenido
que sacrificar y hubiera cenado con estas
absurdas criaturas que se creen el centro de
atención de la Madre Naturaleza.
¡Que lástima que esté tan saciado! No me
gusta desperdiciar la comida"- Pensó el joven
Dragón, mientras notaba como los cuatro
silenciosos Elfos le rodeaban pero todo fue muy
rápido. Los cazadores Elfos le tiraron encima
una especie de pesada red para inmovilizarlo.
Antes siquiera que la red rozara sus relucientes
escamas, Erus ya había matado al Elfo que
tenía a su derecha estirando su más que
poderosa garra. El sorprendido Elfo trató de
esquivar el ataque, pero no lo logró.

Luis Celaá Morales. 385 " El Último Dragón"


Pese a su gran velocidad, Erus le dio con la
garra derecha con tanta fuerza que el altivo ser
se partió por la mitad.
La red cayó pesadamente al suelo sin alcanzar
su objetivo. Debían haberle cosido unas piedras
muy pesadas pues levantó una gran polvareda
al caer al suelo.
Al instante de morir, Erus notó como otros dos
Elfos le atacaban, a traición, por la retaguardia y,
el que quedaba, por delante.
"¡¡Estúpidos!! ¿Por qué me atacáis si nada os
he hecho? ¿Y vosotros os llamáis defensores de
la naturaleza? Yo sólo mato para comer o en
defensa propia o cuando atacan a los míos.
¿Queréis morir pues, absurdas criaturas?"
Clamó Erus indignado en la mente de sus tres
atacantes, los cuales al principio quedaron muy
desconcertados al percibir la voz del Dragón en
su interior.
Uno de ellos le gritó al Dragón: "Tú, criatura
infernal, ¿De dónde demonios sales? ¡¡Tu raza
se extinguió hace mucho tiempo!! Aunque eso
ya no importa porque no serás más un peligro
para nadie, pues vas a morir"-
Erus se sintió tan ofendido con la reacción
Élfica que decidió matarlos a todos. Hubo un
momento en el que no lo creyó necesario, por
eso había intentado dialogar.

Luis Celaá Morales. 386 " El Último Dragón"


Quería que les dijeran el por qué le atacaban
si nada les había hecho. Nunca había estado allí
antes y posiblemente no volviera por ese lugar
nunca más. No comprendía ese exacerbado
odio hacia su persona, más aún cuando hacía
muchísimos años que nadie veía a un Dragón
vivo. ¿Tanto les habían temido? ¿Había habido
un odio tan profundo como para seguir
haciéndolo años después de su triste extinción?
Acumuló tanta rabia que en poco tiempo acabó
con sus atacantes pese a que eran hábiles con
las armas y tenían unos increíbles reflejos, que
al principio sorprendió a Erus pero que de poco
les sirvieron después.
En pocos minutos los tres yacían muertos
junto al destrozado compañero, el Elfo que
primero le atacó. Normalmente, el más valiente
es el que más se precipita y el que más errores
suele cometer en su ataque. Eso lo sabía bien el
joven Dragón y lo usó en su provecho.
Miró lo que quedaba del Elfo que le había
atacado por delante, ahora no era más que un
amasijo informe con una insoportable peste a
Elfo quemado.
Sólo olerlo le repugnaba, así que le dio un
coletazo con todas sus fuerzas que le mandó
varios metros más hacia el sur.

Luis Celaá Morales. 387 " El Último Dragón"


No le apetecía aguantar ese infernal hedor. Los
otros dos Elfos, habían muerto tan violentamente
como su compañero. A uno le había arrancado
la cabeza y al otro le había destrozado el pecho,
sacándole el corazón.
Por un momento pensó en esconder todos los
cadáveres para que nadie sospechara que
seguían existiendo los Dragones, pero luego se
puso a recapacitar y decidió dejarlos para que
vieran el poder del Dragón...
¿Para qué ocultarse siendo el señor del aire?
¿De qué tener miedo siendo el dueño del
viento? ¿Por qué esconderse de aquellas malas
criaturas inferiores que le habían atacado a
traición sin provocación previa?
Recordaba a su nueva compañera, Veena,
que se asustó al verle pero no le atacó de forma
precipitada y sin provocación. Recordó cómo
habló primero con él intentando controlar su
miedo, para que no se diera cuenta de sus
emociones.
Le había parecido divertido y la siguió el juego,
hizo como si no se diera cuenta de su temor.
Más tarde pudo comprobar que la Tralfi era más
inteligente de lo que parecía.
La principal razón de que la ayudara a salir del
nido no fue la promesa de supuesta devoción a
Asnaráasha, su madre.

Luis Celaá Morales. 388 " El Último Dragón"


No. Fue porque le pareció una criatura muy
interesante. Le daba la sensación de que la
hechicera era inteligente, valiente, decidida o...
¿Fue por curiosidad?
No importa. La volvería a ayudar en cuanto
necesitara su ayuda. Hubo un momento en que
su instinto le decía que diera la vuelta, que
estaba en peligro. Pero pronto se le pasó.
Todo volvió a la normalidad. Algo, en su
interior, le decía que ella había superado la
prueba. Esa pequeña Tralfi iba a convertirse en
alguien muy poderoso, pues es muy difícil
derrotar a una Quimera...
Erus miró con curiosidad al cielo y comprobó,
con satisfacción, que aún le quedaban unas
horas hasta el amanecer, así que se alejó unos
metros de los cadáveres y se echó a dormir bajo
un robusto y hermoso roble. Mañana sería un
nuevo día, eso estaba bien claro.

Luis Celaá Morales. 389 " El Último Dragón"


XLI: "Parece dócil, pero ten cuidado"
" Al igual que
las fieras Quimeras,
las enigmáticas
Esfinges
son otra obra de
la imaginación de
los antiguos griegos.
Eso es verdadera basura.
¿Mitología? clamáis
¿Llamáis mitología a
un montón de cuentos
infantiles? ¡Bah, me río
yo de la mitología!"

(Caius Julio César, en una intervención en el


senado romano)

Veena seguía absorta. Aún no podía creer lo


que había pasado. Continuaba caminando junto
al cansino Lepresaun, que seguía hablando y
hablando sin parar sobre su heroica acción.
No podía entender como la había derrotado
tan fácilmente teniendo en cuenta la fama que
tenían las malditas Quimeras.

Luis Celaá Morales. 390 " El Último Dragón"


Recordaba haber leído aquel poderoso
hechizo que contaba cosas tan antiguas como
el mundo. De cuando las razas y los Dioses
hablaban a menudo, de la época en que hacían
pactos entre ellos, mucho antes del primer y
fatídico Concilio.
Imaginaba que el hechizo había salido bien
pues vio pasar por su lado a la Quimera a toda
velocidad, corriendo como alma que lleva el
Diablo. Notó como la magia la poseía y la
protegía del derrumbe de la cueva.
Pero, ¿Cómo había salido de allí? ¿Estaría
previsto en el hechizo? ¿Le había echado
Némesis una mano, nuevamente?
Bueno. ¡Qué más daba! lo importante es que
todo había salido bien. La Quimera había huido
de allí, así que ella había vencido. Otra prueba
superada. Ya sólo le quedaba la última. Y ésta
sería, a buen seguro, la más difícil de todas...
Desde niña había oído muchos cuentos sobre
Esfinges que sorprendían a los incautos viajeros
haciéndoles preguntas de difícil solución.
La mayoría no sabían responder a las extrañas
cuestiones planteadas y eran devorados
cruelmente por estos malignos seres.
Pero no fue hasta que su llegada a Rimantel
cuando buscó en su amplia biblioteca y pudo
descubrir la verdadera naturaleza de las
Esfinges.
Luis Celaá Morales. 391 " El Último Dragón"
Según contaban, todos los libros consultados
por ella, las Esfinges fueron creadas hace
mucho tiempo por los Dioses que les dieron un
mundo sólo para ellas.
Lo dejaron a su gusto: forma, colores, vida,
naturaleza...Tan sólo les pusieron una condición,
que cuando fueran solicitadas por algún Dios
acudieran sin protestar y acataran sus órdenes.
Al principio fueron muy demandadas tanto por
los Dioses como por otras razas para diferentes
pruebas, tanto de valentía como de fe.
Hubo una época que en el mundo dominado
por Humanos fueron bastante utilizadas. Tanto
que una tribu humana, que se llamaban así
mismo los griegos, la incluyó en su mitología.
Su forma de contacto es siempre la misma:
se te aparecen en un camino o están vigilando
el acceso a algún lugar mágico. Si quieres pasar
has de responder a tres preguntas que ellas te
formularan al azar. Pueden ser fáciles o de difícil
solución. Es la suerte la que decidirá por tí.
Sí fallas una sola de las preguntas, serás
devorado por la Esfinge tan rápidamente que no
serás capaz de reaccionar.
Si aciertas las tres, te dejarán pasar y ellas
desaparecerán. Morirán como si nunca hubieran
nacido. Sin dolor ni compasión. Solo se
desvanecerán.

Luis Celaá Morales. 392 " El Último Dragón"


Si no aceptas el trato, no te dejarán pasar pero
si te das la vuelta nada te harán. Sólo irán a por
tí y te atacarán si decides pasar sin responder a
sus preguntas. El tiempo que te dan para las
respuestas también es variable.
Según dicen, si te topas con una Esfinge vieja
tienes más posibilidades de sobrevivir pues
están tan hastiadas de todo que te harán las
preguntas más fáciles que se les ocurran y te
darán más tiempo para responder. Es como si
desearan descansar para siempre de una vez.
En cambio, había que tener especial cuidado
sí te tocaba una joven pues te dificultaría la
tarea, no dándote casi tiempo para responder y
además sus preguntas serán difíciles y lo más
rebuscadas posible...
Veena, notó como la incesante cháchara del
Lepresaun cesó milagrosamente. La cefalea voz
del Duende había cesado. ¡Oh Dioses, de
verdad que os doy las gracias por haberle
cerrado la boca un momento! ¡Os veneraré
cuanto pueda gracias a este momento divino!
Ahora, la curandera se percató del silencio de
su circunstancial compañero.
Se quedó petrificada al verlo, era mucho más
impresionante de lo que contaban. Las diversas
historias que había sobre ellas no las narraban
con suficiente ferocidad.

Luis Celaá Morales. 393 " El Último Dragón"


La Esfinge estaba situada en medio del camino
a unos diez metros de ellos. Era un ser enorme.
Desde su posición casi parecía tapar el sol. A
Veena le pareció extraño el no haberla visto
antes, quizás haya sido por la vegetación tan
exuberante que había en la zona con árboles tan
grandes como la Esfinge aunque algo raro había
en eso...
Estaba en posición de reposo. Mirando al
infinito pero sin mirar a ningún punto concreto.
Veena se quedó estupefacta al verla.
Mediría unos seis o siete metros de alto y diez
o doce de longitud, desde la cabeza hasta el
final de su larguísimo rabo.
Su cabeza parecía humana pero estaba como
petrificada. Tenía rasgos muy femeninos y una
extraña forma de recogerse el cabello pues lo
tenía encerrado en un raro moño que la hacía
parecer como si llevara un sombrero o un
curioso tocado.
El resto del cuerpo era claramente de animal
pues tenía forma de león, con sus cuatro patas
culminadas en cuatro enormes zarpas y una
larguísima cola . En el lomo tenía dos pequeñas
alas , en proporción a su gigantesco cuerpo, que
eran parecidas a las de las águilas imperiales.

Luis Celaá Morales. 394 " El Último Dragón"


Aunque no pudiese volar con ellas seguro que
la ayudarían a ser más veloz y rápida de
movimientos.
A la Tralfi le habían dicho que las Esfinges de
lejos, parecían dóciles pero que tuviera cuidado.
"Pues sería las que hubieran visto ellos, porque
ésta tenía una pinta muy peligrosa. No parecía
muy dócil precisamente"- Pensó la curandera
alarmada mientras intentaba pensar en algún
hechizo que les ayudara en esta difícil tarea.
Volvió a mirar a la derecha, el lugar por donde
había visto al Lepresaun por última vez pero
éste había desaparecido cobardemente.
"Vaya con el super héroe, parece un novio
adolescente que desaparece cuando las cosas
se ponen feas"- susurró irónicamente la
asustada Tralfi.
¿Por qué tendré que enfrentarme con ese
pedazo de monstruo? y digo yo, ¿no sería mejor
jugarme la última prueba a una sencilla partidita
de dados?
Un ruido a su derecha interrumpió a Veena de
sus estúpidas cavilaciones. En otro momento,
quizás hasta se hubiera asustado, pero ahora...
¡Qué más daba quién se apareciera! Dudaba
mucho de que fuera algo más peligroso que la
Esfinge que tenía delante o de un Dragón.
¡¡Erus!! ¿Qué habrá sido de él? ¿Estará bien?

Luis Celaá Morales. 395 " El Último Dragón"


¡Me dijo que le llamara si estaba en apuros!
¡Que solo con pensar en él acudiría!
Pero, no sabía si era oportuno convocarle o no.
Técnicamente no estaba en apuros, pues la
Esfinge ni siquiera había reparado en ella.
Aunque estaba claro que tenía que derrotarla
si quería terminar con la dichosa ordenanza
sacerdotal. En caso de necesitar la ayuda del
Dragón, quizás no llegara a tiempo ¿Y si estaba
en la otra parte del mundo y no se daba cuenta?
Los ruidos que se oían a su derecha venían
acompañados de los violentos movimientos de la
vegetación. Veena pensó con rapidez en un
hechizo para defenderse por si era atacada.
Suspiró y se preparó para una inminente batalla.
Otro fantástico ser se dejó ver tras la maleza.
Nunca había visto a ninguno de su especie
aunque sabía que existían en otros mundos,
jamás habría pensado encontrarse con un
magnífico Centauro en el suyo. Además, éste
era un señor Centauro.
Era enorme y muy atractivo. De una belleza
cristalina que superaba ampliamente la supuesta
belleza élfica. Parecía que era un veterano, pues
tenía la cara curtida como si hubiera estado
peleando en mil batallas...

Luis Celaá Morales. 396 " El Último Dragón"


-"Saludos, poderosa Veena. Por favor no temas
ni armes escándalo. La Esfinge no nos hará
nada si no nos acercamos.
Pero sí no sabe que estamos aquí sería mejor
para nuestros intereses. Por cierto, me llamo
Quirón. Quizás hayas oído hablar de mi o a lo
mejor has tenido suerte y te has librado de mis
relatos.
Se que las duras pruebas para la ordenanza
sacerdotal has de pasarlas tú sola pero Némesis
me manda para que te de un par de consejos
ante tu difícil tarea, si a ti te parece bien, claro
está..."- Se presentó Quirón, el sabio centauro,
con una inclinación del cuerpo agachando las
patas delanteras y la cabeza, a la vez que abría
ambos brazos a modo de saludo.
Nunca había tenido Veena la oportunidad de
ver a un Centauro, le pareció que eran más
hermosos de lo que nunca se hubiera
imaginado.
De cintura para arriba eran humanos fornidos,
con el pecho descubierto y amplios músculos.
De cintura para abajo, tenían forma equina. Su
cuerpo de ágil caballo contrastaba con su mitad
humana. Eran hermosos y salvajes a la vez.

Luis Celaá Morales. 397 " El Último Dragón"


-"Encantado de conocerte, Quirón. Gracias por
tu amabilidad. Es la primera vez que tengo el
placer de conocer a uno de tu especie, aunque
tengo amplios conocimientos sobre vuestra
ancestral raza. Se que soléis ser pacíficos,
aunque muy peligrosos si se os molesta a
vosotros o a la Madre Naturaleza.
Algo he oído hablar de ti. En algunos cuentos e
historias apareces como un ser justo y sabio.
Uno de los más inteligentes de tu especie, así
que es un placer conocerte y un honor sí me
ayudas; mucho más, cuando es la poderosa
Némesis es quién te envía..."- Le respondió
Veena, saludándole del mismo modo que él lo
había hecho.
Quirón le sonrió y con un gesto de cabeza le
indicó que le siguiera. Antes de que pudiera
preguntarle, ya había desparecido entre la
maleza, así que Veena no tuvo más remedio que
seguirle mientras intentaba pensar en su amado
Humano con todas sus fuerzas. Su recíproco
amor le daría las fuerzas necesarias para pasar
la siguiente prueba. De eso estaba segura.

Luis Celaá Morales. 398 " El Último Dragón"


XLII. "Ven a mis brazos, ven..."
"Sé que me miras.
Noto cómo tus ojos
me están penetrando.
¿Acaso me deseas?
Se que sí.
Ven, ven a mí.
Déjate llevar.
Acaríciame.
Deséame.
Siénteme.
Sí quieres ,
soy todo tuya".

(Canción cantada por los bardos sobre los


Súcubos desde tiempos inmemoriales)

Me costó conciliar el sueño pero finalmente lo


conseguí, aunque las palabras de Marduk
estuvieron retumbando en mi cabeza durante
horas. Además, escuchaba la armoniosa y
pegadiza canción que algún Silfo tocaba con su
armónica de cañas. Aunque parezca increíble
me costó mucho trabajo no levantarme.

Luis Celaá Morales. 399 " El Último Dragón"


Esa música te invitaba a salir corriendo hacia
su lugar de origen, era como si te penetrara a
través de los oídos dándote una sensación de
plena satisfacción. Una increíble emoción de
felicidad pero a cambio tenías que ir hacia dónde
te pidiera la música.
Me incorporé dos veces, estaba sudando,
totalmente desconcertado. Cansado, abatido...
Aunque me sentía maravillosamente feliz. Las
dos veces que estuve a punto de levantarme,
Marduk se puso frente a mí mirándome con una
especie de compasión. Como cuando miramos a
un amigo que ha bebido más de la cuenta y está
dando tumbos intentando andar en línea recta.
Yo no estaba ebrio, pero si embriagado de
felicidad por aquella celestial música que te
abría los sentidos, que te extasiaba.
Marduk volvió a mirarme como el que mira a
un niño pequeño que acaba de hacer una de sus
muchas trastadas. Me sujetó y me obligó a
tumbarme de nuevo. Aún así, yo me resistía.
Le gritaba que quería ir hacia esa música,
hacia la fuente de ese placer. Marduk suspiraba
profundamente, me decía que eran los Silfos
quienes a través de sus peligrosas armónicas de
cañas y sus notas musicales, conseguían
dominar a los débiles de espíritu. Me decía que
tenía que controlar mis primarios impulsos.

Luis Celaá Morales. 400 " El Último Dragón"


De verdad que lo intentaba, pero no podía.
Quería ir hacia allá, las notas musicales me
llamaban armoniosamente.
Finalmente, el paladín divino me dió una leve
colleja para que saliera del trance hipnótico en el
que me había metido esa música. Las dos veces
pasó lo mismo y las dos veces concluyeron con
el mismo desenlace: collejón y se acabó el
trance, así, sin tonterías.
Al final, la música fue disminuyendo de
volumen poco a poco, como si los Silfos se
alejaran hacia otra parte para realizar alguna
tarea. Gracias a eso y a que me sentía protegido
por Marduk, me conseguí dormir, aunque eso
fue ya bien entrada la noche...
Cuando llevaba un buen rato dormido, algo me
despertó bruscamente, parecía como si me
estuvieran observando sigilosamente.
Me levanté, asustado y sobresaltado. Miré a mi
alrededor. Una enorme hoguera nos calentaba
en la fría noche mientras Marduk dormitaba a
unos tres metros de donde yo estaba. Estaba de
espaldas a mí, tan sólo le oía respirar de forma
leve, ni siquiera eran ronquidos.
Intenté ver a través de la hoguera. A lo lejos
me pareció distinguir a un esquivo Silfo y creí
escuchar susurrar a otros dos. Seguro que
estaban haciendo guardia porque el guerrero
celestial se lo había ordenado.

Luis Celaá Morales. 401 " El Último Dragón"


Debía de ser un alguien poderoso o influyente
para que una raza libre como los intrigantes
Silfos le obedecieran, o quizás sólo fue un
intercambio de favores. El caso es que me
tranquilizó saber que había gente de guardia y
que Marduk dormía cerca de mí. Se que su
instinto le despertaría sí algo malo pasara.
Intenté relajarme pero no podía. Estaba
sudando. Me notaba intranquilo. Pese a las
relajadas apariencias notaba como que algo no
iba bien. El silencio de la noche me trastornaba,
sólo se oía el crepitar de las llamas cuando un
susurro me hizo incorporarme nuevamente, pues
llevaba un buen rato tumbado intentando volver
a dormirme.
Presté atención y oí como alguien susurraba
mi nombre. Era una voz suave, muy sensual,
femenina, delicada...
Aquella voz se acercaba hacia mí desde mi
derecha, del lado contrario desde donde dormía
Marduk, el cual parecía estar profundamente
dormido, ya que ahora sí que roncaba de forma
atronadora. Parecía una tormenta de verano.
Normal que no me pudiera dormir, pensé.
Miré al cielo, la luna estaba en su máximo
esplendor. Radiante y hermosa se posaba sobre
nuestras cabezas como si nos vigilara.

Luis Celaá Morales. 402 " El Último Dragón"


De nuevo escuché mi nombre, esta vez
pronunciado de forma tan excitante que me
relajé muchísimo. Todos mis miedos, mis dudas,
me habían abandonado. Ahora estaba en el
paso previo a la excitación.
Miré, de nuevo, a mi derecha. Antes de volver
la cabeza, algo me avisaba de lo que me iba a
encontrar. Aún así, los ojos se me pusieron
como platos, casi se me salen de las órbitas. No
podía dar crédito a lo que me estaban
mostrando.
Ahí estaba tan hermosa, o más que cuando la
vi el primer día. Nunca olvidaré el trabajo que
nos costó abrir la puerta en lo alto de aquella
maldita torre, cuando aquel numeroso ejército de
feroces criaturas nos perseguía, mucho menos
podría olvidar lo que nos encontramos al abrir
aquella condenada puerta.
Frente a mí se encontraba Bella, exactamente
igual de atractiva que la otra vez. Ni rastro de las
heridas que le habían infligido en la amurallada
Rimantel. No sabía cómo reaccionar. Me había
hecho a la dolorosa idea de que estaba muerta
pero mis ojos me mostraban a Bella en su más
femenina y hermosa forma.
Sabía que no estaba muerta. Estaban todos
equivocados. ¿Por qué me habían engañado?
Me daba igual, era un maravilloso error.

Luis Celaá Morales. 403 " El Último Dragón"


Bella me miraba pícaramente. Me sonreía, en
sus claros ojos se reflejaba el deseo. Se notaba
que estaba deseando entregarse a mí. Abrió los
brazos y se acercó hasta situarse a mi lado.
Estaba deliciosamente desnuda.
Por un momento quise rechazarla, miré hacia
otro lado. Ya había cometido ese mismo error
tiempo atrás y no quería volver a caer en la
misma trampa pues amaba a Veena. Quería a
esa maravillosa Tralfi como nunca había querido
a ninguna mujer.
Había tenido la inmensa fortuna de gozar del
amor con infinidad de mujeres y pese a que no
había completado mi pasión por Veena, mi
deseo estaba ahí, latente, sensual.
Entonces, algo me sacó de mis pensamientos.
Bella me volvió suavemente la cara hacia ella y
me desnudó con su mirada. Me cogió de forma
cariñosa la mano y se la llevó a su turgente
pecho, lo tenía maravillosamente duro. Pese al
amor que profesaba a mi Tralfi, no me pude
controlar. Bella me gustaba y la única vez que
hicimos el amor disfruté muchísimo. Tenía una
amplia experiencia con las mujeres gracias a mi
indudable belleza física, por lo que había
disfrutado del sexo hasta hartarme. Pero la vez
que estuve con Bella fue diferente, fue algo muy
especial y mi cuerpo lo notó enseguida.

Luis Celaá Morales. 404 " El Último Dragón"


Reaccioné sobre excitado al tocamiento del
pecho de Bella. Ella susurraba mi nombre
mientras jadeaba y me repetía una y otra vez:
-"Ven, ven a mis brazos, ven". Con una mano
acarició mi entrepierna y pudo comprobar mi
estado de repentina euforia. Me sonrió como una
niña traviesa y me besó suavemente en los
labios mientras me decía levemente al oído
cosas bonitas. Me repetía con sensual voz que
necesitaba que se lo hiciera . Se subió encima
mía y antes de cabalgarme me volvió a besar,
ésta vez mucho más profundamente que antes.
Pero algo no iba bien. Por un segundo dejé de
pensar con la entrepierna y lo hice con la cabeza
fría, que utilizaba menos de lo que debería. Una
imagen de Veena sonriéndome me devolvió a la
cruda realidad.
No, ésta no podía ser Bella. A Bella la mataron
violándola y torturándola. Ésta debía ser una
impostora pese a su asombroso parecido físico.
Además, ésta besaba de forma diferente, ésta
Bella lo hacía de una forma demasiado bestia.
Su anterior beso me había agotado mucho, algo
muy raro pasaba aquí.
La impresionante y escultural Bella seguía a lo
suyo. Me acariciaba por todos sitios, me ponía
uno de sus turgentes pechos en mi boca...

Luis Celaá Morales. 405 " El Último Dragón"


Mi ardor me estaba llevando a la perdición,
intenté separarme de ella pero no podía. Cada
vez me agarraba con más fuerza, me besaba
con mucha fuerza. Cada beso suyo me agotaba
anti-naturalmente.
Me quedé sin fuerzas, no tenía ya ni ganas ni
voluntad para moverme. La falsa Bella comenzó
a violarme, sin compasión, con rudeza. Me dejé
hacer pues no tenía ganas de nada. Estaba
totalmente agotado. Jamás en mi vida me había
encontrado tan cansado.
Sus continuos jadeos de satisfacción me
aturdían, no me dejaban pensar con claridad.
Algo, en mi ignorado interior, me gritaba que
huyera de allí, que esa no era Bella y que algo
muy raro pasaba. Pero mi cuerpo no respondía
ya a mi cerebro.
Sabía que la situación era muy extraña y
estaba intentando luchar. Peleaba internamente
por impedirlo pero sabía que ya nada podía
hacer. Al menos, mi final sería haciendo el amor,
aunque esto era algo raro.
Notaba como mi fuerza vital me abandonaba.
Mi cuerpo empezaba a protestar. No sé el
tiempo que llevaríamos haciéndolo pero Bella
botaba encima mía frenéticamente. Sus jadeos
de gozo se intensificaron. Ahora ya no había
susurros, eran exagerados gritos de placer.

Luis Celaá Morales. 406 " El Último Dragón"


Cuando todo parecía que iba a acabar, puesto
que ya no tenía ni fuerzas para moverme, algo
trastoco los planes de la falsa Bella.
Marduk se plantó ante nosotros. La copia de
Bella pareció no verle o sencillamente le ignoró
porque estaba centrada en lo suyo. Me estaba
exprimiendo sexualmente, botaba tan deprisa
encima mía que mi sexo me dolía como si lo
estuvieran aplastando.
-"¡¡Maldito demonio!! ¡¡Vuelve al sucio abismo
del que has salido!! ¡¡Déjale en paz!! ¡¡Vete a
succionar la vida a otro sitio!!"- Gritó Marduk
mientras le soltaba una durísima patada que la
sacó de encima mía y la mandó a cuatro o cinco
metros, lejos de nosotros.
Intenté levantarme para ayudarle, pero no
podía. Apenas me quedaban fuerzas para tener
los ojos abiertos. Jamás había estado tan
agotado. Me sentía como si me hubieran quitado
varios años de vida...
-"¡¡Infernal Súcubo!! ¡¡Casi acaba con él!!
¡¡Silfos, a mí!!"- Gritaba el poderoso paladín
mientras se ponía en guardia defensiva.
Según terminó de gritar estas palabras, un
enorme, feo y monstruoso demonio se abalanzó
volando sobre él chillando furiosamente. Pero no
era un chillido humano, fue como un berrido
infernal que sonó como sí le arrancaran la piel al
mismísimo Belcebú.

Luis Celaá Morales. 407 " El Último Dragón"


Pero Marduk estaba preparado para el ataque
y lo esquivó de un prodigioso salto. El infernal
demonio se alejó volando unos metros con sus
enormes alas para preparar otro feroz ataque.
Justo en ese momento llegaron diez o doce
Silfos que se quedaron horrorizados ante la
situación. Todos venían armados y uno de ellos
que parecía demasiado joven para ser un Silfo
guerrero le dio una enorme espada a Marduk,
que éste aceptó sonriendo.
El impresionante demonio se acercó
berreando para atacar pero al verse en clara
inferioridad ante tantos enemigos se paró a
mitad del ataque y se dio media vuelta.
Los Silfos aprovecharon para atacarle, pero el
maldito demonio esquivaba casi todos los
ataques con una endiablada velocidad menos
una lanza que le desgarró parte del ala izquierda
de forma ostentosa.
Un desolador grito de dolor nos reventó los
tímpanos a todos los presentes. Los Silfos
aullaban de alegría mientras intentaban alcanzar
nuevamente al esquivo Súcubo. Pero el alado
demonio consiguió desaparecer en la oscura
noche tan rápidamente que apenas le vimos.
Los Silfos gritaron de felicidad. No todos los
días se lucha contra un Súcubo y se le hace
huir, para ellos era una gran victoria.

Luis Celaá Morales. 408 " El Último Dragón"


Mientras tanto, el asombroso paladín se había
quedado a mi lado, protegiéndome. Me estaba
auxiliando dándome agua de su cantimplora,
me tapó con una manta y me miró con una cara
de preocupación infinita mientras me decía algo
sobre los Súcubos y como absorben la fuerza
vital de aquellos a quienes consiguen engañar.
Pero yo ya no tenía fuerzas ni para escucharle.
Notaba como las ganas de vivir me estaban
dejando. Por primera vez en mi vida notaba
cómo se me escapaba la ilusión por la vida. Mis
fuerzas me habían dejado definitivamente. Ya
nada importaba. Lo último que recuerdo haber
visto, antes de cerrar los ojos, fue a Marduk
muy asustado. Estaba dando órdenes a los
activos Silfos, creo que unos iban corriendo a
buscar algo y los otros le atendían con devoción
pero ese recuerdo ya es confuso.
¡¡Oh Veena!! ¡¡Amada mía, te he fallado!!
¡¡Perdóname amor mío!! ¡¡Hubiera sido tan
bonito acabar juntos! ¡ Qué triste final sin
haberte visto sonreír, al menos, una vez más!

Luis Celaá Morales. 409 " El Último Dragón"


XLIII. " Limpieza de inframundos"
" Pero, maestro ¿no es suficiente?
¿Cuántos túneles y trampas
piensa construir?
Llevamos cientos de ellos,
no entiendo por qué
debemos seguir construyendo
tantas y tantas trampas.
Y el maestro suspiró.
Miró tiernamente
a su discípulo
y le dijo,
¿de verdad no lo entiendes?
¿cuándo crees que es suficiente?
¿no merece la pena esforzarnos,
más aún, si salvamos
la vida de
nuestros nietos?
Y el discípulo, avergonzado,
le dio la razón
a su maestro.
Ambos, continuaron con su tarea".
(Conversación entre Ióbates y Tirinto cuando
estaban construyendo los túneles subterráneos)

Luis Celaá Morales. 410 " El Último Dragón"


Tanto Ronnel como Dudenai habían reunido
ya a los 56 voluntarios que había pedido su líder,
Himler. En un principio la misión les había
parecido sencilla pero a la hora de la verdad, fue
mucho más complicado de lo previsto.
Pese al gran número de voluntarios que se
presentaron, hubo que hacer muchos descartes
pues o tenían algún defecto provocado por las
innumerables batallas acumuladas tras años de
lucha o eran de razas consideradas "grandes".
Pese a que en la charla Himler lo había dejado
bien claro aún así se habían presentado muchas
Valquirias, Minotauros...
Con todo el dolor de su corazón, Dudenai tuvo
que decirles que no, que sólo aceptaban seres
de tamaño más reducido, es decir: Trasgos,
Duendes, Goblins...
Al principio, fue una tarea muy dura que un
Trasgo por muy jefe que fuera le dijera que no a
una misión a las orgullosas Valquirias, pero
Dudenai supo actuar con astucia y les dijo que
ellas estaban destinadas a tareas que fueran
más adecuadas a su honor más digno de su
condición como fusilar. Tras una previa tortura a
los altos cargos del enemigo (como por ejemplo
al general Flipaovix) y que las tareas más
denigrantes como la de arrastrarse por el barro,

Luis Celaá Morales. 411 " El Último Dragón"


a oscuras, en sucios túneles estaban destinados
para sus compañeros los Trasgos, Goblins,
Duendes. Siempre funcionaba esa táctica. Sí
querías ganarte a una Valquiria no habían nada
mejor que ensalzarlas.
Les encantaba que alimentaran su orgullo.
Dudenai siempre acababa sonriendo ante su
predecible previsibilidad. Si algún día controlaran
su ego, las Valquirias serían un terrible enemigo.
Ronnel, al ser un jefe Minotauro, no podía
bajar a los túneles recientemente descubiertos
pero colaboró muchísimo, tanto en la tarea de
seleccionar soldados como en la de preparar el
avituallamiento.
Con la ayuda de otros Minotauros, Medusas,
Trolls, etc. consiguió reunir un gran arsenal de
armas, munición, trampas, cuerdas, mantas,
pintura, etc.
La tarea fue agotadora pero mereció la pena.
Dividieron todo en 56 partes iguales y lo fueron
metiendo en una especie de petates para poder
transportarlo con facilidad.
Ya había amanecido cuando todo estuvo por
fin preparado y Ronnel miró con orgullo a toda
su gente. Le buscaron un nombre al batallón y
decidieron llamarle "Limpieza de inframundos"
de forma irónica. Había una buena variedad de
razas en ese pequeño ejército.

Luis Celaá Morales. 412 " El Último Dragón"


Un grupo, iría a la retaguardia, y ese estaría
comandado por Darkwingx, el joven vampiro y
jefe de escuadrón, estaría integrado por tres
Vampiros, cuatro Hadas-vampiro, dos Enanos-
vampiros y él.
Las tropas aún desconfiaban mucho de las
nuevas razas de vampiro creadas recientemente
en Rimantel. Además, estaba amaneciendo y a
los túneles no llegaría la luz del sol pero por sí
acaso les dejarían los últimos para que les diera
tiempo a esconderse.
En el grupo intermedio y liderados por un más
que veterano Goblin, aunque debido a su gran
forma física no parecía un Goblin, iría el grupo
de Paolini. En él se integrarían todos los Goblins
de la curiosa expedición.
En un principio, se pensó poner delante de la
formación a los Goblins. Luego se cambió de
opinión por ser más pequeños los Trasgos , ya
que son más rápidos.. Además, algunos Goblins
son tramperos pero al haber mayoría de Goblins
chamanes y curanderos se decidió ponerles
enmedio para curar a los posibles heridos y no
retardar mucho el camino de la expedición.
En éste grupo, además de Paolini, había 24
Goblins; siendo la raza más numerosa del
batallón. La "Limpieza de los inframundos" iba a
ir comandada por Dudenai, el jefe Trasgo.

Luis Celaá Morales. 413 " El Último Dragón"


Ésta decisión fue muy criticada por dentro del
seno de la "56 ava Legión" pues el comandaba
el único barco que se perdió en el desembarco.
Muchos de los que criticaban esa orden, decían
que aún no se había recuperado del duro golpe
que supuso la pérdida de la mayoría de sus
soldados y amigos en el naufragio de su nave
días atrás.
Pero Himler cortó todas las críticas de raíz,
alegando que lo hacía para subir su autoestima;
ya que estando ocupado se sentiría mejor que
sin hacer nada porque si estaba ocioso era muy
posible que se volviera loco o fuera el detonante
de una depresión. El grupo del jefe Trasgo lo
componían ocho Duendes y catorce Trasgos,
que irían los primeros al ser los más hábiles
tramperos. Así podrían ir desactivando las
posibles trampas que se fueran encontrando en
el camino.
Pese a lo temprano de la hora, la mayoría de
los integrantes de la gloriosa "56 ava Legión", se
habían reunido para despedir al grupo de los
elegidos. Los miembros de la llamada "Limpieza
de inframundos" se sentían orgullosos al ver allí
a todo el mundo. Todos pensaban en lo heroica
de su hazaña y en que no podían fallarles a sus
compañeros y amigos.

Luis Celaá Morales. 414 " El Último Dragón"


La mayoría les jaleaba, vitoreaba y les daban
ánimos como sí la misión fuera fundamental en
sus vidas; se notaba el odio al Humano en el
ambiente. Era algo que tenían fuertemente
impregnado en ellos, no lo podían evitar aunque
quisieran (que no era el caso, claro...)
Con sólo bajar y matar algún Humano más
hubieran muerto felices, su vida hubiera cobrado
un significado especial.
Ante la extrañeza de todos los presentes, el
poderoso líder no había bajado a despedirse ,
pues según decían estaba planeando nuevas
estrategias, aunque las malas lenguas afirmaban
que simplemente es que se había quedado
dormido después de tantos días sin descansar.
Su lugar de honor lo había ocupado su
lugarteniente, Dafne. A su lado estaba la
singular Mezzayh con cara de pocos amigos y a
quien ni siquiera las otras Medusas la saludaban
pues tenía mala fama entre ellas.
Cuando los vitores fueron disminuyendo y la
jauría se fue apaciguando, Dafne carraspeó
violentamente para pedir el turno de palabra.
Quería despedir a sus hombres para desearles
suerte. Se subió sobre unas cajas, que habían
sido puestas allí para ello, para que todos la
pudieran ver bien. Al verla, la muchedumbre
acalló, nadie quería enfadar a la jefa Valquiria a
esas horas tan intempestivas...

Luis Celaá Morales. 415 " El Último Dragón"


-"Amigos. Compañeros. Soldados de la más
que gloriosa "56 ava Legión", estamos todos
aquí reunidos para despedir a nuestros amigos.
Quiero pediros perdón en nombre de nuestro
glorioso líder, Himler que no puede estar ahora
presente en esta despedida.
Nuestro gran jefe está enfrascado en otras
arduas tareas militares que requieren su
inmediata atención, pero no importa porque yo
os desearé suerte en su lugar.
56, ese es nuestro mágico número. Es el
número que acompaña a nuestro glorioso
ejército. Y ahora vosotros tenéis el honor de ser
56. Hemos escogido ese número talismán para
que os de suerte... Recordad las palabras de
Himler y sed cautos. Marcad siempre por
dónde vayáis pasando para crearos una especie
de guía. Desconfiad de las fáciles victorias pues,
lo más seguro, es que sean peligrosas trampas.
Pensad siempre qué haríais vosotros en lugar
de esa escoria, eso siempre ayuda y, lo que creo
más importante de todo... ¡¡MATAR MUCHOS
HUMANOS!! ¡¡A EXTERMINAR A LA MALDITA
Y ASQUEROSA RAZA HUMANA!! ¡¡HACEDLO
POR NOSOTROS!! ¡¡GLORIA A LAS 56 AVA
LEGIÓN!!"- Dafne supo como ganarse a la
multitud

Luis Celaá Morales. 416 " El Último Dragón"


Marcaba los tiempos para que sus frases les
entraran bien a fondo, y finalizó su magnífica
charla con lo que su ejército quería oír: odio a
los Humanos y alabanzas para el grupo. Las
últimas frases fueron jaleadas por la furiosa
muchedumbre mientras empuñaban sus armas
al viento...
Abrazos, risas, lágrimas, despedidas..
Finalmente, los 56 integrantes del batallón de la
recién formada "Limpieza de inframundos"
fueron bajando uno a uno por el agujero.
Descendieron con lentitud, parecía como si
disfrutaran con la despedida. Poco a poco, la
muchedumbre se fue dispersando entre gritos de
ánimo, risas y estruendosas conversaciones.
Media hora después, en las puertas de los
túneles tan sólo quedaba un pequeño retén de
seis soldados por si acaso algo salía mal o algún
Humano loco intentaba escapar por ahí.
También se había quedado Dafne, la cual
permanecía pensativa, mirando la entrada del
túnel.
A su lado, Mezzayh que no había abierto la
boca todavía, la miraba preocupada. Por fin,
inquirió a la contemplativa Valquiria por sí la
podía ayudar con sus tenebrosos pensamientos.
-" Nos conocemos, sé que te pasa algo. Pese a
tu gran charla de hace un rato no se te ve muy
contenta.

Luis Celaá Morales. 417 " El Último Dragón"


Tu cara es un mar de dudas, oh gran
Valquiria"- le tanteó Mezzayh a la líder Valquiria
con su voz siseante y melosa.
La Valquiria suspiró, tomándose su tiempo
para responder a la jefa de las Medusas, "No me
gusta nada esto de los túneles, creo que es un
suicidio mandar a 56 de los nuestros ahí abajo...
¿Y sí los están esperando? ¿No crees que ese
lugar estará infectado de trampas y de alguna
que otra sorpresa?".
La voz de la orgullosa Valquiria sonaba rota,
como si se estuviera desahogando con la
Medusa al contarle sus dudas.
La Medusa la puso las manos en los hombros
para consolarla y la respondió:
-"Posiblemente sea así, pero ¿qué quieres que
haga Himler? Llevamos días buscándolos sin
resultado, si hay una mínima posibilidad de
encontrarlos ahí abajo hay que luchar por ella.
Además, eso es lo que querían todos, ¿no?.
Pues Himler se lo ha dado. De vez en cuando
hay que contentarlos, hay que tenerlos
entretenidos..."
Y la Valquiria se abrazó a la Medusa. Tras un
rato abrazadas, se quedaron en silencio. Cada
una con sus pensamientos. Esto no tenía pinta
de acabar nada bien, y ambas lo sabían...

Luis Celaá Morales. 418 " El Último Dragón"


XLIV "La nevada región de Farinell"
"Yo no pretendo
poseer los tesoros
de Dios, ni conozco
lo oculto.
Tampoco pretendo
ser un Ángel.
No hago sino
conseguir lo que
se me ha revelado"
(Pasaje del sagrado libro del Corán. Sura 6,50)

Erus no sabía si seguirían existiendo los


Dioses aunque creía que sí. Su poderosa madre,
Asnaráasha era una ancestral Diosa y según le
contó ella, al ser de las primeras que hubo era
de la más poderosas. Pocos Dioses habían
creado razas tan magníficas y potentes como los
Dragones.
Ella creó a los últimos seis de su especie y los
Dioses la castigaron encerrándola para siempre
en Bustum. Le contó, que consiguió salvar
algunos huevos de Dragón que pudo separar por
el mundo, justo después de que los Dioses
exterminaran, cobardemente, a todos los demás
Dragones.

Luis Celaá Morales. 419 " El Último Dragón"


"Os tenían miedo, mi alado amor, mucho
miedo"- le contaba su madre continuamente. Si
seguían existiendo o no, ya no le importaba a
Erus. Hubo un tiempo que quiso vengar a sus
ancestros, pero eso ya pasó. La venganza era
una estúpida forma de justificar más dolor, era
mucho más efectivo el olvido e ignorar a los
seres que se auto-denominaban Dioses.
¿Y qué era un Dios? ¿Qué requisitos había que
cumplir para ser un Dios? Se preguntaba Erus
mientras volaba velozmente hacia el Norte.
Su madre, también le contó, que dos de los
huevos que salvó los mandó hacia allá. No sabía
si aún quedaría algún huevo de los que intentó
esconder, pero sí alguno quedaba con vida era
muy posible que fueran los que escondieron más
al norte, junto a las Montañas Nevadas. Allí no
habitaba casi ningún ser vivo, tan sólo los que
buscaban un escondrijo o la soledad, como los
impresionantes Trolls de las montañas. Después
de los Dragones y las Esfinges, posiblemente
fueran uno de los seres más gigantescos jamás
creados, llegando a alcanzar los siete metros de
alto. Fueron muy numerosos por la zona de
Farinell, la última ciudad habitada antes de llegar
a las Montañas Nevadas pero debido a su
credulidad y estupidez fueron "carne de cañón"
para los habitantes de esta inhóspita zona; en su
mayoría Humanos mineros.

Luis Celaá Morales. 420 " El Último Dragón"


Eso y su dificultad de apareamiento los ha
convertido en una raza en extinción. Erus sintió
lástima por ellos, porque estos seres si no se
morían de forma violenta, podrían vivir mucho
tiempo; algunos incluso un par de siglos. Debía
de ser muy triste que un ser tan poderoso tuviera
que vivir escondido por culpa de otro ser mucho
más pequeño, ruin y despreciable como eran los
Humanos, pensó Erus amargamente.
El joven Dragón se prometió a sí mismo que a
no ser que fuera estrictamente necesario no
mataría nunca a ningún Troll, y menos a uno de
las Montañas Nevadas. Es más, le encantaría
ver a uno y si pudiera ayudarles mejor, pero
después de buscar los huevos y ayudar a la
Tralfi, claro.
El tiempo comenzó a cambiar. Se levantó un
fuerte viento que al principio sorprendió un poco
a Erus. Nunca había sentido tanto viento de
golpe en la cara. En algunos momentos, tuvo
que cerrar los ojos. Era una sensación molesta
al principio, pero luego se acostumbró e incluso
llegó a gustarle. Era maravilloso sentirse así de
libre. El mundo era suyo por debajo de él, desde
ahí arriba, tan sólo tenía que tomarlo sí así lo
deseaba. A veces echaba de menos a su
solitaria madre pues era el único ser que había
conocido durante su infancia. Su madre había
sido su progenitora, maestra y amiga.

Luis Celaá Morales. 421 " El Último Dragón"


Sabía que ella ahora estaría feliz pensando
que tantos esfuerzos habían valido la pena y
sería mucho más dichosa si la misión que se
había encomendado Erus salía bien.
Un escalofrío recorrió el cuerpo del alado ser.
Se estremeció de pena al pensar que quizá él
fuera el último de su especie. Erus, el último
Dragón. No podía ser. Se negaba a eso, no
podía aceptarlo. Si lo hubiera aceptado hubiera
acompañado a Veena en sus letales pruebas
aunque no estuviera permitido.
Alguno de sus hermanos tenía que haber
sobrevivido al destierro. Eran seis hermanos, se
negaba a admitir que él era el último de su gran
especie. Asnaráasha le contó en su Bustum que
su raza era peculiar, puesto que los huevos de
Dragones podían estar muchos años, incluso
siglos sin eclosionar ni morir. Se habían dado
casos de algún Dragón que puso su huevo, lo
escondió en una lejana cueva y luego no pudo
volver a por él porque le mataron o murió antes
de regresar con su retoño.
Los Dragones eran el único ser de la creación
que escogía el momento de nacer.
Podían pasar días, meses o años en el huevo
hasta que sintieran que ya era el momento de
nacer. Sonaba muy raro pero su madre le juró
que así era y su madre nunca mentía porque no
le hacia falta para nada.

Luis Celaá Morales. 422 " El Último Dragón"


Con esa esperanza, había partido Erus hacia
la región nevada de Farinell. Era un clavo
ardiendo al que agarrarse pero la esperanza
nunca se pierde. Puede que ya no existiese
ningún Dragón, aparte de él claro, pero debía
buscar a sus posibles hermanos aunque fuera lo
último que hiciera en su vida y si alguno había
sobrevivido debía estar en esa inhóspita región.
Él nunca había sentido ni el frío ni había
jugado en la nieve pero le gustaba mucho. Su
madre le explicó como se producía la nieve y
cómo en sitios con bajas temperaturas cuajaba y
tapaba todo el paisaje dejando un perenne
manto blanco que todo lo inundaba de forma
maravillosa. Al no dar nunca el sol en la zona,
nunca se derretía. "Debe ser un bonito
espectáculo. Tengo ganas de verlo. Quiero
saber que se siente al pisar la nieve"- pensó
Erus mientras intentaba volar todo lo deprisa que
podía.
Las tres siguientes horas, las pasó el en
estado de meditación. Tan sólo pensó levemente
en la joven Tralfi. La discípula de su anciana
madre estaba bien. Él lo sabía. Su instinto nunca
le fallaba y le decía que por ahora le iban bien
las cosas, así que dejó de pensar en ella y se
dedicó a volar, sintiendo un grandísimo placer
haciéndolo.

Luis Celaá Morales. 423 " El Último Dragón"


Cuando notó que estaba demasiado oscuro
decidió hacer un descanso y buscar algo para
comer.
No estaba cansado y podía haber seguido
volando durante otros dos o tres días más si
hubiera querido, tampoco estaba hambriento
pues un Dragón si se saciaba un día podía pasar
varios días sin sentir a su estómago protestar.
Pero era una necedad, tenía prisa pero no tanta
como para no sentir el placer de una buena cena
y un buen sueñecito.
Además se estaba acercando a Farinell y
quitando en la gran ciudad y en alguna pequeña
población sumergida entre las nevadas, iba a ser
muy difícil encontrar comida decente.
No era plan de ir comiéndose cada ser vivo
que se encontrase y máxime cuando necesitaría
la ayuda de alguno para buscar los huevos en
sitios a los que él no pudiera acceder debido a
su gran tamaño.
Encontró una cueva amplia y confortable, con
un suelo no muy frío y que debía de estar
ocupada por algún ser de gran tamaño. Puede
que un Oso o similar viviera en el interior de la
cueva pero él sólo quería reposar el reno
enorme que se acababa de cenar y marcharse
nuevamente por la mañana con las primeras
horas del sol.

Luis Celaá Morales. 424 " El Último Dragón"


Sí el oso o lo que fuere que estaba durmiendo
en el interior de la cueva no le hacía nada, él
tampoco le haría daño.
Escuchó unos leves ronquidos. Sintió su
fuerte presencia pero le dejó tranquilo.
¿Por qué matar a un ser vivo sin motivo? No
entendía el porqué. No era justificable bajo
ningún concepto. Él sólo mataba para poder
alimentarse o en caso de defensa propia.
Seguro que el otro ser también lo había
sentido y probablemente pensó lo mismo que él,
así que cada uno se quedó en su sitio tranquilito
y durmió profundamente.
Apenas habían pasado un par de horas
cuando un extraño sueño agitó su mente, en él
veía a Dioses atacar, acorralar y encerrar a la
poderosa Asnaráasha en la cueva donde él
nació. Increíblemente ella ni siquiera abrió las
fauces para defenderse, es como si supiera que
eso iba a suceder y sencillamente lo aceptó sin n
protestar. Una vez que se quedó sola, en la
oscuridad de la profunda cueva, pudo ver cómo,
en el sueño su amada madre hablaba con los
Toparks, quienes no se asustaron ni la atacaron
al verla, tan sólo la escucharon y se arrodillaron
para rendirla pleitesía. Ella aceptó de buen
grado el generoso ofrecimiento de aquellos
extraños pero receptivos seres.

Luis Celaá Morales. 425 " El Último Dragón"


Entonces vio como su madre abría las fauces
y él se quedó sorprendido al igual que los
Toparks.
¡Por eso no se había defendido abriendo las
fauces! ¡Ni siquiera había abierto la boca para
hablar ya que en el interior de su boca guardaba
dos huevos de Dragón!
Le contó su triste historia a aquellos seres
subterráneos, los cuales juraron protegerla,
servirla y cuidarla. La buscaron un amplio lugar
para que descansara pues ellos se encargarían
de enviarla comida para ella y sus huevos, para
sus pequeños dragoncillos. Pero Asnaráasha les
dio uno de los dos huevos con los ojos
inundados de lágrimas haciéndoles prometer
que lo cuidarían hasta que fuera adulto y partiera
en la búsqueda de los otros huevos de Dragón.
Erus se levantó sobresaltado, gimió y soltó una
impresionante llamarada por la boca. Estaba
realmente furioso. ¿Sería verdad aquel sueño?
¿Por qué no le dijo su madre que los Toparks se
habían quedado con su hermano? y lo más
importante ¿seguiría vivo?
Sería maravilloso poder volar junto a su
hermano, saber que no es el único, no sentirse
tan solo.

Luis Celaá Morales. 426 " El Último Dragón"


Aún no había amanecido pero Erus ya había
abandonado la cueva que le había servido de
refugio. No sabía ni las horas que había pasado
allí ni si el sueño era cierto o no, sólo sabía que
volaba rumbo hacia el norte,a lo desconocido.
Su única esperanza era encontrar algún otro
huevo de Dragón. Ese era su único ruego a los
Dioses, sí existían se lo debían después de
haber exterminado a sus ancestros,era lo menos
que podían hacer por él.
.

Luis Celaá Morales. 427 " El Último Dragón"


XLV. " Quirón, el Centauro"
"Cuentas las leyendas
que existe un mítico animal
mitad humano, mitad caballo.
Hubo una época en la que
los Centauros dominaban
su poblado mundo.
Se contaban por cientos,
pero se implicaron en
demasiadas batallas.
Dicen que están casi
extintos y que los
pocos que sobreviven
siguen fielmente a
Quirón, su veterano y
carismático líder".

(Diversidad de las razas. Tomo III.)

Quirón dio media vuelta sin hablar más y se


adentró en el bosque. Veena dudó unos pocos
segundos antes de seguirle mientras que el
hermoso Centauro desaparecía en la oscuridad
del gran bosque. Volvió a mirar la impresionante
figura de la Esfinge.

Luis Celaá Morales. 428 " El Último Dragón"


Estaba estática, parecía una gran estatua
carente de vida pero con un porte majestuoso.
Suspiró pues añoraba su confortable habitación
en Rimantel. "Lo bien que estaría ahora
tumbada en la cama leyendo algún libro y no
tener que estar aquí, enfrentándome con
peligrosos seres míticos"- pensó la bella Tralfi
con resignación y apresurándose el paso para
alcanzar a Quirón, el cual le había apretado
hasta límites casi inimaginables.
Dos minutos después estaba maldiciéndose
así misma e intentando buscar algún rastro del
ser cuadrúpedo. Para ser un equino era
demasiado sigiloso pues no había dejado
ninguna huella.
"Psst... ¿Vienes o qué? Te agradecería que
dejaras de perder tiempo y que aceleraras el
paso, pues no tenemos mucho tiempo. Debes
pasar esta prueba y creo que aún no estás
preparada. Sígueme, ahí detrás está nuestro
hogar, allí te prepararemos para la prueba
definitiva"- La irrupción de Quirón había
asustado a la curandera, aunque lo agradeció
pues estaba más perdida que un vendedor de
hielo en las Montañas Nevadas de Farinell, esta
vez fue más fácil seguir y localizar al mítico
equino el ya que iba mucho más despacio y la
esperada con disimulada resignación.

Luis Celaá Morales. 429 " El Último Dragón"


Veena se quedó maravillada al contemplar
tanta belleza.
Habían llegado a un sencillo pero hermoso
campamento que estaba en perfecta simbiosis
con la naturaleza. Había oído hablar de ellos
pero jamás habría pensado que iba a ver un
campamento centauro, ya que son muy difíciles
de encontrar.
Lo primero que vio fue a un grupo de niños
jugando a una especie de "corre que te pillo...".
Detrás de ellos iba una Centaura demasiado
mayor para esas agotadoras tareas y que
parecía la cuidadora de los infantes; estos entre
risas y bromas hacían poco o ningún caso a la
pobre centaura que se desgañitaba corriendo
tras ellos.
A su derecha, un grupo mixto de Centauros
estaban preparando una especie de monumental
cena o al menos eso dedujo Veena por la mesa
que estaban montando al aire libre y la gran
cantidad de platos que estaban colocando.
Acababan de pasar entre un nutrido grupo de
Centauros guerreros que estaban montando
guardia y los saludaron agachando la cabeza en
señal de sincero respeto a su venerado líder,
quien les respondió de la misma manera.

Luis Celaá Morales. 430 " El Último Dragón"


La atractiva Tralfi echó una mirada rápida a su
izquierda y comprobó con creciente curiosidad
que lo que había leído y escuchado sobre las
viviendas centauras era cierto. Eran enormes
construcciones de adobe, pieles, piedras y hojas
que recuerdan un poco a los establos humanos.
Aunque estas viviendas centauras tenían
pinta de ser más confortables y agradables,
echó un vistazo dentro y pudo comprobar lo
limpio y ordenado que tenían sus estancias
aquellos seres mágicos.
Nunca hubiera imaginado tanta sincera
escrupulosidad en aquellos cuadrúpedos seres;
aunque la verdad le agradó bastante que así
fuera ya que el lugar era sencillo pero acogedor
y muy bonito, al momento te encontrabas en
aquel sitio como en tu propia casa.
"Éste es uno de nuestros últimos Lares. Hubo
una época en el que los había por millares,
estaban repartidos por todos los mundos y en
todas las dimensiones conocidas. Hoy en día ya
no somos ni una sombra de lo que fuimos, hasta
la mayoría de la gente duda de que existamos;
lo cuál aunque duela puede ser beneficioso para
nuestra pequeña comunidad"- Le contó Quirón
con resignación mientras acompañaba a la
curandera a su temporal hogar.

Luis Celaá Morales. 431 " El Último Dragón"


Cuando llegaron a la siguiente estancia a la
que el Centauro acompañó a la joven, Veena
volvió a quedar maravillada pues jamás hubiera
imaginado que en la simplificación pudiera haber
tanta belleza.
La estancia a la que le introdujo amablemente
el líder estaba claramente preparada para los
visitantes "no Centauros".
El tamaño era más parecido al de una cabaña
élfica que a una residencia de los anfitriones. El
lugar era austero pero cubría las necesidades
básicas de descanso, alimentación e higiene y
además contaba con una pequeña biblioteca
junto a la cama colocada en una sencilla pero
coqueta estantería de roble.
-"Sé que dispones de poco tiempo y que la
premura es fundamental en la misión que te han
encargado más no temas ya que si nos
escuchas y haces lo que te decimos creo que
tienes muchas posibilidades de sobrevivir a la
Esfinge, aunque no te garantizo el éxito absoluto
pues eso depende en su mayor parte de ti.
Ahora si me hicieras el favor de sentarte junto
aquella mesa. Sí, siéntate encima del tocón y
escucha muy atentamente".- Le pidió Quirón a
Veena, quien acató de inmediato las órdenes de
aquel ser tan carismático.

Luis Celaá Morales. 432 " El Último Dragón"


La "mesa" era el enorme tocón de un árbol
anciano y la "silla" en cuestión en la que se
intentó acomodar la Tralfi sin mucho éxito
mientras escuchaba las explicaciones del
Centauro, era otro tocón aunque más joven que
el anterior y mucho más pequeño.
Durante más de una hora estuvo el veterano
Centauro contándole a Veena largas historias
sobre reinos olvidados, míticas criaturas, guerras
entre Centauros e historias de Esfinges.
A Veena se le pasó el tiempo muy rápido pese
a la incomodidad de su curioso asiento ya que le
encantaba descubrir nuevas culturas y que le
contaran ancestrales historias sobre otros seres.
La bella Tralfi se maravilló cuando su amigo
híbrido le contó que antaño, cuando eran miles
los que pisaban la tierra había una prueba que
los Centauros debían pasar para poder ser
considerados ciudadanos de pleno derecho. La
prueba era obligatoria y se la conocía como
"prueba de madurez", consistía básicamente en
que cuando un Centauro joven pasaba a ser
adulto le dejaban solo en lo más profundo del
bosque para que aprendiera a sobrevivir por su
cuenta y reflexionara sobre la vida. Si sobrevivía
a esos tres días debía de terminar la prueba con
la parte más dura: enfrentarse a la peligrosa
Esfinge.

Luis Celaá Morales. 433 " El Último Dragón"


Con dolor en la voz, Quirón le contó a su buena
oyente como al principio todos o casi todos los
Centauros pasaban la prueba, pero con el
tiempo, empezaron a fallar hasta que murieron
casi todos los jóvenes. Aquello fue tan duro para
el pueblo Centauro que, en la mayoría de los
Lares, optaron por suprimir esa parte de la
prueba para no acabar con la especie.
-"Pocos centauros quedamos de los que nos
enfrentamos a esos despiadados seres pero los
que superamos la prueba no sólo pasamos a la
edad adulta sino que, además, nos sirve para
evolucionar mental e intelectualmente. Era muy
duro pero creo que necesario para la formación
de los adolescentes. Ahora los que se hacen
adultos aún no están preparados, con lo que no
saben lo que es ser un verdadero Centauro"
"¿Sabes por qué no están preparados? ¿Por
qué crees que dejaban de superar la prueba de
la Esfinge hasta que acababan muriendo casi
todos los Centauros?"- le preguntó Quirón a la
sorprendida Veena que no se esperaba ese giro
en la conversación.
Antes de que la Tralfi pudiera responder y tras
unos segundos de incómodo silencio, el líder
Centauro volvió a hablar.

Luis Celaá Morales. 434 " El Último Dragón"


-"No, por favor. Te pido que no contestes aún.
Todavía no estás preparada para esa respuesta,
primero piensa siempre lo que vas a decir y
luego busca en tu interior. Allí, si sabes buscar,
encontrarás todas las respuestas"- Quirón le
habló tan enigmáticamente que Veena se sintió
un poco confusa. El Centauro al ver a Veena un
poco perdida continuó hablándola.
-"Antes de contestar, deberías preguntarte a ti
misma si esa es la respuesta adecuada, piensa
en ello.
Ahora si me disculpas, debo dejarte ya que
unos asuntos urgentes me reclaman. Por favor,
recapacita sobre lo que te he dicho, es muy
importante ya que debes entenderlo para seguir
con tu formación. Después descansa, aún te
quedan dos o tres horas para la cena. Utiliza lo
que te apetezca o necesites de aquí, como si
fuera tuyo. Se que encontrarás la respuesta a la
pregunta. Volverán a buscarte más tarde".
Quirón se despidió de forma centaura, como ya
había visto Veena, que era agachando el cuerpo
y las patas delanteras.
Con un suave trote el Centauro salió de la
habitación dejando a la curandera sumergida en
sus más profundos pensamientos.

Luis Celaá Morales. 435 " El Último Dragón"


Durante un rato buscó la respuesta a la
pregunta última del Centauro pero estaba tan
cansada que se tumbó en la cama.
Diez minutos después se quedó profundamente
dormida en un extraño sueño de Centauros,
Dioses y Esfinges. En el sueño, su amor la
llamaba pidiéndole ayuda pero ella no podía
ayudarle. Nadie podía hacer nada por su querido
humano.

Luis Celaá Morales. 436 " El Último Dragón"


XLVI- "¿Pesadilla o realidad?"
"Muchos otros
no lo conseguirán,
algunos hasta perecerán
en el intento,
otros te abandonarán
a tu maldita suerte.
Pero para tener éxito,
es imprescindible
que te mantengas
fuerte de espíritu.
Sin ceder a los
engaños que
el demonio te hará.
Ya sean éstos producidos
por los sentidos o
por la mente.
¡¡¡ Debes mantenerte firme
para poder sobrevivir!!!

(Un caminante a Sir Boor de Gawn en la dura


búsqueda del Santo Grial. Tiempo indeterminado)

Luis Celaá Morales. 437 " El Último Dragón"


Yo no oía ni sentía nada, pese al tumulto que
se había montado a mi alrededor. Los Silfos
corrían frenéticamente de un lado para otro
acatando a gran velocidad las órdenes que el
poderoso Marduk les daba. Nadie protestaba,
ninguno hizo un mal gesto ni nada parecido, tan
sólo obedecían. O tenían una gran amistad con
él o algo más fuerte les unía.
A pesar de que que los Silfos no suelen acatar
órdenes de nadie y menos de un ser que no
fuera de su propia raza con Marduk lo hicieron.
En pocos minutos los Silfos construyeron,
muy hábilmente, una camilla para transportarme
mientras otros habían preparado una infusión
para intentar curar mi mal.
-"Señor, creo que la única forma de salvarlo es
llevarle con Regan. El sabrá como extraer el mal
de su cuerpo y cómo inyectarle fuerza vital. Lo
ha hecho otras muchas veces, seguro que esta
vez tampoco falla"- Le dijo a Marduk un Silfo
bastante alto para su raza y que parecía estar al
mando de los suyos.
Marduk me miró gravemente, pese a que lo
habían ahuyentado, el Súcubo, me había hecho
bastante daño. Era evidente que el demonio no
sólo me había arrebatado gran parte de mi
fuerza vital sino que el mal había penetrado
peligrosamente en mi interior.

Luis Celaá Morales. 438 " El Último Dragón"


Los Silfos tenían la rara habilidad de sentir el
bien o el mal en otros seres. Marduk también lo
debía de haber notado porque afirmó con la
cabeza sin ni siquiera contestar al alto Silfo que
esperaba una pronta contestación. Después de
mirarse ambos, el Silfo despareció rápidamente
de su vista para seguir con los preparativos.
Es increíble lo sarcástica que es la vida a
veces, aquellos a los que había criticado, y en
los que yo no creía y desconfiaba estaban
haciendo todo lo que podían por ayudarme a
salvar la vida. No sé si por lealtad a Marduk o
por algún acuerdo entre ellos, quizás fuera el
miedo a la cólera de la poderosa Némesis, el
caso es que si no hubiera sido por aquellos
extraños seres yo no hubiera sobrevivido a esa
nefasta noche.
Mientras tanto, yo me aferraba con fuerza a la
vida. En estado febril luchaba conmigo mismo
por no morir. Todo me daba vueltas, la cabeza
me estallaba y deliraba cosas inconexas.
Marduk me decía cosas agradables, me secaba
el sudor de la frente, me pedía que me calmara
repitiéndome una y otra vez que todo iba a salir
bien, pero no. Nada iba a salir bien. No sólo por
el bestial dolor físico que me estaba matando,
sino porque algo indescriptible me estaba
matando por dentro. Pero eso no era lo peor.

Luis Celaá Morales. 439 " El Último Dragón"


Lo peor no era que me estuviera consumiendo
por dentro, lo insoportable era el frenético dolor
mental que sentía en mi dolorida cabeza.
Parecía que me iba a estallar, los oídos me
pitaban como si estuviera siendo sometido a una
fuerte presión. Notaba como si los ojos quisieran
escapar de su lugar, parecían tener vida propia y
querer salir del infierno en el que se había
convertido mi pobre cuerpo.
Entre tanto dolor, una imagen inundó mi mente
tan nítidamente que parecía real. Veena estaba
totalmente sola, sufriendo en una inmensa
oscuridad. Pese a que todo estaba en silencio
notaba como sufría. Oía latir su corazón, su
dolor era mi dolor. Podía olerla, sentirla y casi
acariciarla. Grité su nombre y me revolví dentro
de mi cuerpo gritando, jadeando, sufriendo.
Quería salir corriendo en su busca y poder
ayudarla pero mi cuerpo no respondía a mis
repetidas súplicas.
Yo ya no veía lo que hacían los Silfos pero a
pesar de todas las cosas negativas que había
oído sobre ellos, éstos me demostraron que
muchas veces juzgamos a los demás por sus
apariencias y sin llegar a conocerlos bien. Al
igual que hicieron en otra época los Tralfis, mis
nuevos amigos me fabricaron en tiempo récord
una camilla para poder llevarme.

Luis Celaá Morales. 440 " El Último Dragón"


Ni siquiera me había dado cuenta pero hacia
un buen rato que cuatro Silfos, bastante
locuaces e influyentes, se habían adelantado al
resto de la expedición para contactar con aquel
misterioso Regan. Los cuatro elegidos ni
siquiera protestaron, sino que se perdieron en la
penetrante noche para llegar lo más rápido
posible hasta donde estuviera aquel ser.
Mis delirios febriles iban aumentando según
nos alejábamos del lugar en donde había tenido
mi fatal encuentro con el infernal Súcubo. Toda
la comitiva iba en absoluto silencio tan sólo
interrumpido por mis continuas quejas o por las
invocaciones a mi amor, Veena o a un joven
Dragón que había visto en mi sueño.
Al nombrar al Dragón nadie le había dado
ninguna importancia, todos pensaban que era
por culpa del proceso febril y que era lo más
normal delirar en ese estado.
Bueno, todos no. El que parecía el jefe de los
Silfos y Marduk iban detrás de la camilla, en la
que me habían acomodado, y .. ¡¡Erus!!. ¿Erus?
¿Quién era Erus?
Un Silfo comentó en voz alta que cuando se
tiene la fiebre muy alta, se delira mucho y se
mezcla la realidad con nombres inventados.
Justo en ese momento, continué delirando y
nombré nuevamente a Veena y a Erus, el
Dragón.

Luis Celaá Morales. 441 " El Último Dragón"


Hasta el Silfo que me había justificado dio un
considerable respingo. Pese a que hacía mucho
tiempo que los Dragones habían desaparecido
todavía la mayoría de la gente les seguía
teniendo un miedo atroz, casi irracional. Su sola
pronunciación hacía temblar al más valiente y
para colmo, yo le había puesto un nombre.
-"¿Se lo habría inventado el Humano? ¿Sería
algún Dragón mítico, cuyas leyendas perduraban
en cuentos que hubiera leído o...?"- Los rumores
se incrementaron tanto que el propio Marduk
tuvo que intervenir para que la cosa no se le
fuera de las manos.
-"¡¡Basta!! ¡Parad un momento!"- Les gritó a
todos los Silfos un enfadado Marduk con tanta
violencia que estos se detuvieron de forma
mecánica, como por instinto.
-"Todos hemos oído los delirios del Humano.
Puede que sean tonterías o puede que tengan
base real. Dudo mucho que él sepa lo que está
diciendo. Seguro que en su vida ha visto un
Dragón"
"Me inclino a pensar que ese tal Erus o está
sacado de un cuento que ha leído en algún sitio
o dos, los Dioses le están haciendo hablar para
contactar con nosotros avisándonos de que los
Dragones han vuelto"

Luis Celaá Morales. 442 " El Último Dragón"


"Todos los creíamos extintos y puede que sólo
hayan "creado" a éste a través de algún
poderoso hechizo o resucitado con poderosa
magia negra pero nada debéis de temer ya que
ha dicho su nombre junto al de Veena y al del
Guardián del portal por donde el entró. Si por lo
que sea existe ese Dragón está de nuestra parte
así que son ellos los que han de temer, nosotros
no deberíamos ni asustarnos al verlo"- y así las
palabras de Marduk impactaron tanto en los más
que escépticos Silfos que al principio todo quedó
en un penetrante silencio tan sólo roto por mis
lejanos y frecuentes quejidos.
Tras un buen rato en el que nadie dijo nada,
algún Silfo gritó que Marduk tenía razón y se
puso a aplaudir con rabia. Cuatro Silfos más lo
imitaron y en un minuto todos estaban tranquilos
soltando vivas al inteligente paladín y alabando
sus planteamientos.
Marduk respiró tranquilo, ni él se creía lo que
había dicho, pero afortunadamente su pequeño
discurso parecía que había funcionado, al
menos momentáneamente. Hubiera sido un
infierno haber seguido aguantando los continuos
rumores hasta la guarida del temible Regan.
Está claro que las palabras se las lleva el
viento pero los rumores si no son cortados a
tiempo pueden llegar a ser dañinos de verdad.

Luis Celaá Morales. 443 " El Último Dragón"


No quedaba ya mucho camino a pesar de que
se habían tenido que desviar innecesariamente
de la ruta programada. Además, mi estado
preocupaba en exceso al enviado de los Dioses
ya que la última vez que vio a un Súcubo
encontrarse con un Humano le absorbió toda la
fuerza vital tan rápidamente que el pobre
desgraciado ni se dio cuenta de lo que le había
pasado.
Sin embargo, por algún curioso motivo, yo
estaba aguantando estoicamente, lo cual
parecía ser motivo de suerte o de otra cosa que
Marduk no comprendía muy bien.
Nadie sabía las secuelas que me podrían
quedar después de esto. Además, el enviado
divino temía lo que iría a pedir la sanguijuela de
Regan a cambio de "limpiarme". Nadie hace
nada gratis por nada en éste duro mundo y
mucho menos ese Regan... Sí es que aceptaba
hacerlo, claro.

Luis Celaá Morales. 444 " El Último Dragón"


XLVII- "Recuerdos del futuro"
"Si todo se ha perdido ya,
¿Qué puedo temer?
¿Y piensas tú que tengo
alientos para levantarme?
Que vengan, nada importa.
A quién todo lo ha perdido,
¿Qué peligro le amedentra?"

(Extracto de "El viejo y la niña". Leandro


Fernández de Moratín)

El paisaje iba cambiando a medida que volaba


cada vez más hacia el norte. La abundante y
hermosa vegetación que hasta entonces había
maravillado sus sentidos empezaba a dejar paso
a un terreno cada vez más arisco.
El viento cada vez era más fuerte y frío, pese a
estas condiciones climatológicas adversas, Erus
sonreía. Estaba teniendo una sensación nueva.
Jamás había conocido el frío. Sí que había
notado alguna vez menos calor o le había dado
en alguna ocasión un escalofrío pero nunca
había tenido la sensación esa del frío. Para el
Dragón esta sensación, al ser novedosa, era
increíblemente maravillosa.

Luis Celaá Morales. 445 " El Último Dragón"


Esto unido al hecho de que obviamente estaba
alcanzando su objetivo le hacía estar feliz de
una forma que nunca había sentido. A lo mejor
luego se desilusionaba si no encontraba ninguna
pista sobre los huevos desaparecidos o no veía
a ningún Troll de las Montañas Nevadas, pero
para él ya era muy satisfactorio llegar a Farinell;
aunque aún dudaba de acercarse tanto a la fría
ciudad.
Farinell, era el último núcleo habitado de la
zona, por lo tanto era el más peligroso, ya que
estaría plagado de Humanos y de Tralfis. Lo de
los Tralfis era curioso ya que muchos de ellos
cuando se cansaban de luchar acudían hasta
aquí, ya que estos parajes eran solitarios y así
podían vivir solos, si les apetecía, sin tener que
soportar el dolor de los demás.
Pasó Erus varias horas disfrutando de aquel
momento y sin pensar en nada importante pues
cuando llegara el momento decidiría que hacer.
Las criaturas inteligentes saben cuando hay que
disfrutar cada instante de la vida sin preocuparte
por nada, pues si te preocuparas estropearías
ese momento único e irrepetible.
Al poco tiempo empezó a oscurecer tanto que
Erus ya no veía ni se podía orientar por donde
volaba así que decidió buscar un sitio en donde
acampar para poder pasar tranquilo esa noche
fría que se avecinaba.

Luis Celaá Morales. 446 " El Último Dragón"


Comenzó a buscar alguna cueva o algo similar
donde poder resguardarse y, pese a que las
primeras montañas ya empezaban a dejarse ver,
no encontraba ningún lugar para refugiarse.
Decidió descender más y volar casi a nivel de
tierra para que no se le "escapara" ningún cobijo
aunque aquello significara el anunciar su llegada
a los cuatro vientos, cosa que no le hacía
excesiva gracia.
Una cosa era ser un poderoso Dragón y no
tener miedo a nada, y otra muy distinta era
anunciar a todo el mundo su llegada, tampoco
era plan de que todos los seres vivos se
escondieran ante su presencia pues a alguien
tendría que preguntar y a alguno se debería de
cenar para no perder muchas fuerzas (y no
necesariamente en ese órden)
Era noche cerrada cuando por fin encontró una
especie de abertura ente las montañas que tenía
pinta de ser un refugio natural. Era pequeño e
incómodo para su tamaño pero al menos podría
descansar y guarnecerse del fuerte viento que,
pese a su gran fuerza, le dificultaba el vuelo.
Una pequeña liebre de las nieves despistada o
quizás demasiado curiosa le sirvió de aperitivo
hasta que consiguió conciliar el sueño.
Nuevamente, extraños sueños le invadieron y
perturbaron su descanso.

Luis Celaá Morales. 447 " El Último Dragón"


Siempre había tenido algún sueño extraño,
incluso alguna curiosa pesadilla pero esto ya no
era nada normal. Medio dormido, medio
despierto e intentando invocar al relajante
Morfeo, Erus se puso a sopesar la posibilidad de
que fuera su propia madre la que utilizaba éste
medio para comunicarse con él. Quizás de esta
manera le contaba cosas del pasado que no
debían caer en el olvido y que merecian la pena
ser recordadas por algo. Lo cierto es que apenas
pudo pensar en ello pues voces y escenas del
pasado bombardearon su mente.
Nuevamente veía a su madre, bueno más que
verla la sentía. Era como si él fuera la poderosa
Dios Asnaráasha. Sentía por ella, notaba sus
preocupaciones. Conocía sus miedos, olfateaba
los peligros que en ese momento la acechaban.
Ahora comprendía un poco mejor a su madre.
Sabía que era mucho mejor de lo que él ya
había conocido. Se dio cuenta como nunca
temió por su vida.
Se arriesgó muchísimo por sus retoños y pudo
comprobar lo mal que se sentía ella al
encontrarse demasiado sola en una tarea tan
dura como la de ocultar los últimos huevos de
Dragón que quedaban con vida. Todo esto debió
pasar antes del destierro, antes del acuerdo con
los Toparks pero su madre nunca antes se lo
había contado.

Luis Celaá Morales. 448 " El Último Dragón"


Oculta en la oscuridad parecía esperar el
momento oportuno para revelarse, para que le
fuera mostrado su destino. Por todas partes
miles de presencias la agobiaban, la buscaban y
acosaban sus apesadumbrados sentidos.
Era como si la atacaran a través de los
sentidos, perturbando la razón. Repetían su
nombre continuamente, se metían en su cabeza
y la preguntaban cosas que no entendía por lo
que el sufrimiento alcanzaba cotas infinitas.
Erus quería despertar. Quería huir, salir de esa
pesadilla sin final. Escapar de ese doloroso
recuerdo, huir de ese fatídico advenimiento que
le acechaba. Pero era inútil, aquella conciencia
que parecía su madre no le dejaba salir.
No podía ni moverse ni evadirse de aquella dura
realidad. Cada vez sufría más a través de su
madre pero notaba como aguantaba de forma
estoica en aquel sitio que no era ningún lugar ni
nada conocido. No era nada pero también lo era
todo.
Al ser perseguida y acosada por los Dioses,
Asnaráasha tuvo que esconderse, pero no podía
estar en ningún sitio y podía estar en todos a la
misma vez.
Erus notó como su poderosa madre en forma
de conciencia vagaba por diferentes lugares.

Luis Celaá Morales. 449 " El Último Dragón"


Algunos parecían tiempos remotos, otros eran
de un presente que nunca había llegado y los
más dolorosos eran de futuros y oscuras épocas
que tenían que venir.
De repente, se encontró tan agotado que
apenas tenía ganas ni de seguir existiendo.
Ahora podía comprender parte de sufrimiento
que tuvo que padecer su pobre madre.
Pero aquel conocimiento no le hizo más sabio
ni más libre, aquella sapiencia le hizo más triste
y mucho más infeliz. A veces un poco de supina
ignorancia te hace más feliz.
Cuando los sueños parecían haberse acabado
para siempre, éstos volvieron. Se veía desde
arriba. Ahora no era su madre, era él, pero su
cuerpo ya no estaba, tan sólo su conciencia. Se
encontraba en un lugar muy parecido al que
estaba en ese momento. Veía a su madre tirada
en la nieve, a lo largo de un manto invernal.
Hacía mucho frío y nevaba copiosamente. Quiso
gritar, quería ayudarla pero no podía, tan sólo
era una simple presencia. Un errante fantasma
sin cuerpo, tan sólo era eso.
El cuerpo de su madre empezaba a estar
cubierto por la nieve. Estaba profundamente
agotada, tanto viajar por el tiempo y el espacio la
había mermado físicamente. Ante la profunda
desesperación de Erus, si algo no ocurría pronto
su madre corría el riego de morir congelada.

Luis Celaá Morales. 450 " El Último Dragón"


Pero ella era una Diosa, y los Dioses no
mueren. O eso le habían dicho a él. Erus no lo
tenía muy claro pues siempre había oído que los
Dragones eran como Dioses y el único que
quedaba a ciencia cierta era él.
Sabía que a su madre nada le podía ocurrir
pero... ¿y los huevos? ¿Estarían bien o morirían
congelados?
Si hubiera creído en aquellos déspotas Dioses,
Erus habría rezado, pero no lo hizo. No se
merecían sus ruegos, entre otras cosas, por su
asquerosa pasividad ante tanta maldad y por su
falta de implicación ante tanto sufrimiento. Erus
decidió que no les rezaría, no merecían su
atención. Quería herirles de la única forma
posible, atacando su soberbia con su manifiesta
indiferencia. Y así hizo. Esperó acontecimientos,
quería insuflar fuerzas mentales a su madre pero
de nada le servirían en su etéreo estado. Sólo
cabía esperar. Y esperó.
Cuando pasó cierto tiempo y su madre estaba
casi sepultada por la nieve apareció la ayuda
deseada en forma de un magnífico ser. Dos
enormes Trolls de las montañas aparecieron
corriendo. Pese al viento y al frío, o quizás
gracias a ello,se movían con agilidad. Con
enormes reflejos y fuerza, desterraron a su
enorme madre. Vio como un de ellos cogía con
sumo cuidado e infinito cariño algo de su vientre.

Luis Celaá Morales. 451 " El Último Dragón"


Se fijó un poco más y pudo comprobar con
evidente éxtasis lo que era. ¡¡Seis huevos
¿Tendría cinco hermanos más o, por el
contrario, no pudieron sobrevivir al intenso frío?
Vio como el Troll recogía los huevos y se iba
corriendo a algún sitio, posiblemente a ponerlos
a salvo. Mientras, el otro Troll lloraba. Erus se
notó conmocionado. Sintió el sufrimiento del
Troll a través de su conciencia. Pudo ver como
el sensible Troll lloraba al ver dos huevos
congelados por los que nada pudo hacer.
Los intentó abrir pero no pudo. El Troll, con
presteza y profundamente sobrecogido, los
ocultó en la nieve e hizo un túmulo encima de
ellos. Era como si les hubiera erigido una tumba
o un merecido homenaje a aquellas almas
innatas.
Al poco tiempo, le vio frotarse con su madre. Al
principio no entendía muy bien por que hacía
eso pero luego lo comprendió, el Troll le estaba
dando calor para que reaccionara y no se
quedara congelada.
De repente, un ruido despertó a Erus. El Troll,
su madre, la imagen... Todo se desvaneció.
Tras unos dubitativos instantes la realidad le
mostró el presente. Eran ruidos muy continuados
como de gente intentando pasar desapercibida.

Luis Celaá Morales. 452 " El Último Dragón"


Erus se puso en alerta pues notó la presencia
de varios seres, al menos eran una docena pero
eran criaturas limitadas, lo sabía porque su
instinto no le engañaba...
De repente vio cruzar a un grupo de humanos,
extrañamente ataviados con pieles de animales
y palos con fuego en sus manos, buscando algo
sin encontrarlo por la nieve.
El poderoso Dragón sabía que no iban a dar
con él. La dirección del viento le ayudaba a
poder esconderse y prefirió no delatar su
posición. Una docena de débiles Humanos no
representaban ningún peligro para él pero no
quería que cundiera el pánico. Le gustaba
mucho la tranquilidad y detestaba el absurdo
pánico de los Humanos. Un asustadizo conejo
actuaba con más inteligencia que la mayoría de
ellos en esa situación.
Ni respiró cuando los absurdos bípedos
pasaron a menos de diez metros por delante
suyo. Sintió el calor de sus palos ardiendo y se
extrañó de que que no hubieran notado su
imponente presencia, pues estaban tan cerca
que era casi un insulto que no le hubieran visto.
Les escuchó gritarse entre ellos, vociferaban en
una lengua que nunca antes había oído.

Luis Celaá Morales. 453 " El Último Dragón"


Quizás era algún lenguaje que se había
quedado anticuado con la soledad de las
montañas.
Su madre le había enseñado varios idiomas
pero aquel lo desconocía. Notó como repetían
varias palabras. "Mara" la usaban sin cesar, la
gritaban con todas sus fuerzas.
Erus se introdujo con cuidado en la conciencia
de un Humano veterano. Estaba tan
conmocionado por la ausencia de la joven Mara
que ni notó su pequeña intrusión mental. El
joven Dragón se sintió mal al comprobar que
estaban culpando a los Trolls de la desaparición
de aquella joven Humana. Maldita costumbre
tenían la de acusar a alguien sin pruebas
concretas. Jamás llegaría a entender como
sociedades enteras de aquellos orgullosos seres
llamados Humanos podían funcionar así. ¿Cómo
podían juzgar a alguien sin conocerlo? ¿Cómo
acusar a otro ser sin pruebas o por qué algún
individuo te haya dicho que ese otro era
culpable?
El joven Dragón contuvo sabiamente su
creciente indignación. No quería que siguiera
aumentando hasta que no la pudiera controlar y
le llevara a la ira, de la ira al caos, del caos al
odio...
Torpemente, los Humanos se alejaron tan
ruidosamente como habían venido.

Luis Celaá Morales. 454 " El Último Dragón"


Por un momento casi se preocupó por la tal
Mara pero estaba tan cansado que al poco
tiempo se le olvidó aquel absurdo incidente.
Estaba amaneciendo cuando Erus se quedó
profundamente dormido. El viento cesó y el frío
menguó, esta vez ni cansinos Humanos ni
dolorosas pesadillas impidieron que el joven
Dragón atrapara a Morfeo con todas sus fuerzas.

Luis Celaá Morales. 455 " El Último Dragón"


XLVIII. "Cenando entre Centauros"
"El mundo no ha renunciado
a la guerra.
Todo lo contrario,
a estas alturas,
a potencia mundial hegemónica
se arroga el derecho
de librar la guerra
a su voluntad
bajo una doctrina de
- legítima defensa anticipatoria-
sin límites declarados".

(Noam Chomsky . Fragmento de su gran libro


"Estados Fallidos")
Cuando recuperó la conciencia, aún estaba
medio dormida. Todavía podía oír las voces de
su querido Humano llamándola mientras un feo y
enorme demonio se lo llevaba hacia el infierno a
través de una enorme grieta surgida de la nada
en el suelo.
Fuego y lava salían virulentamente del interior
de la tierra, como si ésta quisiera participar en la
pesadilla. Veena corría para ir a salvarlo cuando
Quirón la agarraba por el hombro derecho
repitiéndola una y otra vez,

Luis Celaá Morales. 456 " El Último Dragón"


"Hasta que no comprendas la respuesta no
podrás salvarlo, es la única manera". La sencilla
cama se había quedado encharcada pues aún
sudaba a mares cuando despertó de aquella
extraña pesadilla. Había sido tan real que
estaba asustada, demasiado quizás.
Alguna vez en su vida había tenido este tipo
de sueños pero nunca habían sido tan reales.
Todas las veces que había soñado con que a un
ser querido le pasaba algo... Veena se quedó
blanca. No, a él no. Por favor, no podía ser. Le
amaba demasiado como para que algo malo le
ocurriera.
-"¿Puedo pasar?"- tímidamente, la dulce voz
de una centaura le llegaba desde el exterior de
su temporal morada.
Tras unos segundos en los que Veena aún
estaba desconcertada le pidió por favor que así
lo hiciera. Unos segundos después, una joven
centaura irrumpió en la estancia portando en las
manos un pequeño hatillo. Veena se quedó
maravillada con la belleza de la fémina.
-"Saludos, poderosa Tralfi"- le dijo la jovencita
centaura mientras agachaba el cuerpo y las
patas delanteras, en la respetuosa forma de
saludo centaura.
Veena respondió con un suave gracias e
inclinó su cuerpo imitando el saludo de ellos todo
lo mejor que pudo.

Luis Celaá Morales. 457 " El Último Dragón"


Cuando la adolescente Centaura trotó hacia
ella, Veena ya se había levantado de la cama.
-"Me llamo Conseisao. Soy una joven Centaura
a la que la queda poco para alcanzar su "prueba
de madurez". Aunque creo que mi prueba es
más sencilla que la tuya..."- Dijo la centaura de
forma irónica mientras sonreía a su interlocutora.
Como vio que la hechicera no la interrumpía,
Conseisao siguió hablando.
-"Quirón me ha ordenado que esté contigo
mientras dure tu breve estancia entre nosotros.
Te ayudaré en todo lo que pueda siempre y
cuando no nos pidas cosas que van en contra de
nuestras creencias. Te he traído ropa, algo de
jabón y un cepillo para que te asees el pelo, que
creo que ya te iba haciendo falta.."- le contó la
joven mientras arrastraba, literalmente, a Veena
hasta la zona de aseo de la cabaña, la cual se
componía de una pila para lavarse y un
rudimentario baño de madera.
Veena deseó no estar mucho tiempo entre ellos
aunque reconoció que el descanso le había
venido muy bien pues estaba destrozada y una
cena le daría las fuerzas necesarias para poder
continuar con su misión, pues no se creía capaz
de aguantar mucho tiempo a una Centaura tan
graciosa. La hechicera empezó a quitarse la
ropa pero vio que Conseisao la miraba con ojos
abierto como platos.

Luis Celaá Morales. 458 " El Último Dragón"


Sin duda, la curiosidad de la joven Centaura
pudo más que su educación.
-"Perdona,¿Te puedes dar la vuelta mientras
me aseo y me visto o vas a deleitarte con la
visión?"- le preguntó con cierto tono de reproche
a la Centaura, deseando devolverle la gracia que
antes le había soltado.
Conseisao la miró de forma inexpresiva aunque
en sus ojillos Veena pudo leer el enfado. Ahora
sí que la poderosa hechicera se sintió feliz.
"vaya, parece que he dado donde duele" pensó
en su idioma Tralfi por si le leía la mente su
curiosa acompañante.
Con cierta pereza, Conseisao giró el cuerpo de
forma muy lenta mientras proseguía con su
banal charla. Veena se apresuró a lavarse, por si
acaso pasaba algo inesperado...
-"Entre los nuestros lo normal es lavarnos
juntos y nunca ha pasado nada. ¿Por qué
sientes tanto pudor de que te vea desnuda?
¿Tienes algo que ocultarme?"- le inquirió la
descarada Centaura a la Tralfi, como si soltando
la pregunta así se quitara un peso de encima.
Menos mal que Veena pudo contenerse y no
soltar la grosería que había pensado acerca de
su similitud con los caballos pues quizás se
hubiera terminado la amabilidad de sus
anfitriones si así lo hubiera soltado.

Luis Celaá Morales. 459 " El Último Dragón"


-"¿Qué pasa? ¿No contestas? bueno, da igual,
te respeto porque eres nuestra invitada. Si
hubieras sido nuestra prisionera nunca me
hubiera dado la vuelta, que lo sepas"- contestó
la cansina joven mientras alzaba la voz en
algunos momentos.
-"No hace falta que grites. Estoy justo detrás
de tí y te oigo perfectamente, de verdad...".- le
dijo de forma irónica Veena mientras terminaba
de ajustarse las mallas verdes que le habían
proporcionado y que le hacían juego con el
suéter, también verde, que le quedaba un poco
justo y resaltaba demasiado su femineidad.
-"No quiero ni pensar como actuarán los
Centauros cuando se excitan. ¿Se pondrán
"muy burros?"- pensó en su idioma, otra vez de
forma irónica, mientras no podía dejar de
escapar una leve sonrisa.
Después de mirarse y terminar de arreglarse
ante un coqueto y pequeño espejo que había
junto a la pila, Veena le dijo a su acompañante
que ya estaba lista.
La Centaura se giró y silbó mientras aplaudía.
Veena agachó la cabeza en señal de sincero
agradecimiento y ambas salieron juntas de la
morada a la calle.
Muchos Centauros trotaban a toda velocidad
de un sitio para otro, la mayoría iba tan deprisa
que ni miraban con quien se cruzaban.

Luis Celaá Morales. 460 " El Último Dragón"


Algunos, especialmente los más mayores, las
saludaban respetuosamente mientras las
Centauras más jóvenes no se cortaban al
señalarlas cuando se cruzaban con ellas.
Conseisao les soltó una extraña palabra en su
idioma mientras las miraba visiblemente enojada
y le hizo acelerar el paso a Veena.
La palabra debía de ser un insulto pues las
otras le contestaron enfadas que tampoco era
para tanto.
La joven Centaura trotó más deprisa aún para
alejarse de ellas, tanto que Veena casi tuvo que
correr para alcanzarla, pero no le importó, le
pareció hasta divertido que la hubiera defendido
ante los suyos.
-"Se toma muy en serio esto de ser mi
acompañante, parece como si se sintiera más
importante"- pensó Veena, divertida, en idioma
Tralfi.
Un fuerte olor a comida recién hecha hizo que
de repente sintiera un hambre atroz, ni siquiera
recordaba la última vez que había comido algo
caliente junto a tantísima gente. Veena se sintió
contenta ante la posibilidad de cenar con tanta
gente a su alrededor. Por fin llegaron a su
destino.

Luis Celaá Morales. 461 " El Último Dragón"


Conseisao le indicó por gestos que se sentara
en el único "asiento" que había en la larguísima
mesa, que estaba preparada para recibir a
numerosos invitados y que era un incómodo
tocón de árbol, a ella la ubicaron en el lugar de
honor, entre Conseisao y un joven Centauro con
aire orgulloso y mirada cruel.
Veena desvió la mirada del joven y se dedicó a
observar todo lo que la rodeaba. Delante de
cada plato ya estaba puesta la comida calentita
en un cuenco de madera. Por el olor y la forma,
debía ser una especie de puré de setas con
hierbas aromáticas. Delante del cuenco, cada
comensal tenía una jarra rústica de roble, en
cuyo interior de la jarra había un extraño líquido
verde que no tenía la pinta tan apetecible de la
comida. Es más, a Veena le pareció un líquido
repulsivo.
Al rato se fijó en que su líquido era verde
mientras que el resto de los vasos que
alcanzaba a ver parecía como si contuvieran
agua o algo muy parecido, al menos no tenían
una pinta tan vomitiva como el interior de su
jarra. La Tralfi se sorprendió al comprobar que
ellos tres eran los únicos que estaban junto a la
mesa. Decenas de Centauros de ambos sexos
se ponían cerca de la mesa pero dejando una
separación de medio metro.

Luis Celaá Morales. 462 " El Último Dragón"


A la derecha de Veena estaba Conseisao y en
ese lado de la mesa se situaban todas las
hembras.
A la izquierda de ella estaba el joven Centauro
y en su lado estaban ubicados todos los
varones. El fondo de la mesa se encontraba
temporalmente vacío.
Veena comprobó, con curiosidad, como
Conseisao y el joven Centauro estaban muy
nerviosos. Ahora comprendía todo, el banquete
era en honor de los tres. Quizás para desearles
suerte a ella en su prueba y a los dos jóvenes en
su prueba de madurez. Tenía que ser eso,
seguro.
La hechicera Tralfi se emocionó demasiado
pero era lógico, la estaban permitiendo disfrutar
de una ceremonia sagrada para los Centauros.
Pocos seres que no fueran de su raza podían
decir eso. Se sentía orgullosa de que la hubieran
concedido ese honor.
Un gong la sobresaltó. Todos los Centauros
de alrededor de la mesa inclinaron su cuerpo a
modo de saludo. Todos menos los dos
adolescentes que la flanqueaban, los cuales
irguieron tanto el cuerpo que parecía que se le
iba salir la columna. Veena se puso recta y
contuvo la respiración ya que no quería
estropear el grandioso momento.

Luis Celaá Morales. 463 " El Último Dragón"


Sonó otro gong y todos los Centauros
comenzaron a hablar a la vez, "Gracias por todo
Madre Naturaleza.
A ti nos encomendamos y a ti te dedicamos
este banquete. Por favor, tus siervos te ruegan
que nos bendigas".
Veena se maravilló de lo bonito que había
quedado la inauguración de la ceremonia. Todos
habían hablado a la vez.
Ni uno sólo se retrasó ni levantó la voz más
que otro. Era sencillamente impresionante.
Un último gong, hizo que aparecieran por el
fondo Quirón, vestido con lujosos ropajes
diferente al resto de los centauros, el cual iba
flanqueado por una veterana Centaura y un
viejísimo Centauro que tenía no sólo el pelo
blanco sino las crines de las cola también
blancas. Cuando se acercaron a la mesa y se
colocaron justo enfrente de Veena y los dos
chavales, todos los demás levantaron su cuerpo
y dijeron al unísono, "La ceremonia comienza
con la cena. Danos tu fuerza y sabiduría, y
nosotros te cuidaremos hasta el final".
Al instante, todos se colocaron rodeando la
mesa y mirando hacia la zona donde se
encontraba colocado Quirón. El anciano
Centauro que estaba a su lado, carraspeó para
aclararse la voz, luego tardó unos segundos en
hablar, que a Veena se le hicieron minutos.

Luis Celaá Morales. 464 " El Último Dragón"


Parecía como si el buen señor disfrutara del
momento. Era como si fuera su momento.
-"Yo, el Centauro más anciano de éste Lar
tengo el honor de dar por comenzado el
banquete que precede a las pruebas.
Yo, Fraja. El Centauro que es más antiguo
que el bosque os invito a compartir los
alimentos. Así ha quedado dicho y así haremos".
Dijo con voz tan grave y solemne Fraja, el
anciano Centauro, que todos se maravillaron y
nadie se atrevió ni a respirar mientras él estaba
hablando. En cuanto calló, se puso a comer de
su cuenco.
-"Que así sea. Así ha quedado dicho y así
haremos"- repitieron todos a la vez.
En ese instante, se desató el bullicio. Todos
comían, reían, gritaban... Veena alucinaba. En
unos segundos toda la diplomacia se había
esfumado. Miró de soslayo a Conseisao. Estaba
acribillando con preguntas absurdas a una
Centaura muy mayor que tuvo la desgracia de
ponerse a su lado y que la miraba con cara de
pedir auxilio.
Veena sonrió mientras daba buena cuenta de
su apetitoso puré de setas. Había más cantidad
de lo que le pareció en un principio y pese a que
le gustó mucho y estaba muy hambrienta le
costó horrores terminar el enorme cuenco.

Luis Celaá Morales. 465 " El Último Dragón"


Entre cucharada y cucharada miró a su
izquierda, el joven Centauro seguía con su
desafiante pose.
Veena se percató de que no habló con nadie
durante toda la comida. También se fijó que los
Centauros eran mucho más escandalosos que
las Centauras.
Además de que hablaban a gritos y de que
reían con estruendosas carcajadas, se reían
como si fuera la última vez que lo fueran a
hacer.
Apenas había terminado de comer su cena,
Quirón levantó los brazos. Inmediatamente,
todos los Centauros callaron y le observaron con
gran interés.
-"Compañeros, amigos. Hoy es un día muy
especial para nuestros jóvenes Centauros
Conseisao y Mariano, los cuales comienzan su
deseada prueba de madurez". Una algarabía de
voces y silbidos interrumpió al líder. Quirón
volvió a levantar los brazos y todos volvieron a
callar y a mirarle a los ojos.
-"Pero es un día especial porque la prueba de
madurez va a ser distinta a partir de hoy. La
Madre Naturaleza nos ha pedido que la joven
Conseisao acompañe a nuestra invitada a la
difícil prueba que la espera en la cual deberá
estar a su lado, sufrir sus aventuras y correr su
misma suerte" -

Luis Celaá Morales. 466 " El Último Dragón"


Quirón paró un segundo para coger aire,
momento que aprovecharon todos para mirar a
las dos, todos murmuraban con caras
preocupadas.
Hacía mucho tiempo que ningún Centauro se
enfrentaba a una poderosa Esfinge. Al volver
Quirón a habla,r todos volvieron a mirarle.
Veena miró a Conseisao, estaba pálida y
visiblemente asustada, parecía que estaba a
punto de echarse a llorar. Veena le agarró la
mano con infinita ternura. Conseisao se la apretó
tan fuerte que le hacía daño, pero Veena no la
dijo nada.
-"Mariano tendrá que enfrentarse a otra
prueba. Deberá internarse solo en el bosque y
buscar el báculo que nos robaron recientemente.
Tiene tres días para encontrarlo. Que así sea"-
Gritó Quirón mientras alzaba tanto los brazos
que parecía tocar el cielo. Todos respondieron al
unísono que así sea y levantaron las jarras. Los
miraron a ellos y después les tocó beber a
Veena y a sus jóvenes acompañantes.
Al momento todos abandonaron la mesa y se
perdieron por direcciones opuestas. Todos
menos Quirón que se acercó a ellos. Veena se
fijó en Mariano. El pobre Centauro tiritaba. La
Tralfi le puso la mano que le quedaba libre en el
hombro para tranquilizarle pero Mariano ni la
miró aunque mentalmente le dio las gracias.

Luis Celaá Morales. 467 " El Último Dragón"


Veena le respondió también con la mente. Le
dijo que fuera fuerte de espíritu y confiara en sí
mismo.
Cuando Quirón se puso a su altura le pidió a
Mariano que esperara. Sin decir nada más dejó
al nervioso Centauro esperando y trotó delante
de ellas.
Conseisao y Veena se miraron. Veena le pidió
mentalmente que se tranquilizara y esperara a
que hablara su líder ya que sino le podía hacer
enfadar pero fue inútil. Conseisao se puso a la
altura de Quirón y le bombardeó a preguntas.
Quirón perdió la paciencia y le gritó que se
callara.
Conseisao agachó el cuerpo y casi rompió a
llorar. El poderoso líder miró a Veena y la dijo,
"¿Has pensado en lo que te dije? Creo que ya
sabes la respuesta, ¿Verdad?" y Quirón calló
esperando que la Tralfi le contestara.
Veena miró a la joven Centaura, le miró a él y
le contestó. "Gracias por la cena. He aprendido
mucho en muy poco tiempo". Me he dado cuenta
de que vuestra prueba de madurez estaba
siendo incompleta desde el día en que dejasteis
de enfrentaros a las Esfinges. Por culpa de ello
vuestra venerada sociedad corría el riesgo de
hundirse porque los jóvenes no terminaban de
formarse, no comprendían el valor de las cosas.

Luis Celaá Morales. 468 " El Último Dragón"


Pero hoy es el comienzo de una nueva era en
los Centauros, poderoso Quirón"
Éste la miró fijamente, rió satisfecho y afirmó
con la cabeza. Después, sin ni siquiera decir
adiós ni despedirse de ninguna manera, se
volvió corriendo a buscar al joven Centauro
dejando a las dos hembras un poco
descolocadas.
Veena se abrazó a Conseisao y le susurró
bonitas palabras para tranquilizarla mientras que
Quirón y Mariano se perdían en la oscuridad de
la noche....

(CONTINUARÁ...)

Luis Celaá Morales. 469 " El Último Dragón"


"En donde antes había vida
ahora hay muerte.
En donde antes se escuchaban
las risas
ahora tan sólo se oyen los llantos.
En donde una vez
se batieron las alas
ahora reinaba el terror del silencio.
Lloran con desazón los Goblins.
Sufren en silencio los Trasgos.
Maldicen con rabia los Minotauros
porque sus amigas arpías
ya no les hablarán nunca más.
¡¡Los Dioses las mataron!!

(Jurge Kleinsen, famoso trovador Minotauro)

Luis Celaá Morales. 470 " El Último Dragón"


Luis Celaá Morales. 471 " El Último Dragón"
- EPÍLOGO-
Parte primera:
"El principio del camino"
El unicornio bufaba y pateaba en el suelo
violentamente. Tenía prisa ya que la Diosa
Némesis había reclamado al Humano una vez
más, y no podían perder más el tiempo, no era
momentos para juegos absurdos.
El Hada revoloteaba cansina y violentamente
alrededor del anciano Humano, musitaba
extrañas palabras en su ancestral lengua.
Palabras dolorosas, de esas que el viento no se
puede llevar por mucho aire que levantase. El
hada creía estúpidamente que nadie entendería
lo que decía y el único que no le comprendía era
el joven nieto del Humano. El alado ser no
entendía por qué tenía que venir el maldito crío,
esta vez, con ellos. El Humano podría estar
anciano pero aún era muy hábil con las armas,
la magia, el lenguaje y el pensamiento; lo cual le
hacía ser un peligroso rival para sus enemigos.
El Humano miró fugazmente al Hada, el hada
criticaba sin parar en una ancestral lengua al
nieto mientras le miraba con una de esas
miradas que, a veces, echamos cargadas de
desprecio.
Esas miradas que echamos para que el otro
sepa que estamos en su contra.

Luis Celaá Morales. 472 " El Último Dragón"


El Humano había entendido perfectamente las
ofensivas palabras del mágico ser pero prefirió
no echar más leña al fuego. Aún no era el
momento, ya llegaría su turno.
El chaval, en cambio, era el ser más feliz del
mundo en esos momentos. Ajeno totalmente a
las furtivas miradas del Hada iba a lo suyo.
Después de oír tantas y tantas veces historias
sobre los seres mitológicos por fín tenía a uno
justo enfrente suya y no sólo eso, sino que
además se iba a embarcar en una aventura junto
a su idolatrado abuelo, ¡El mítico cazador
Humano! ¡Por fín iba a conocer su Mundo
Mágico!
Si alguien le preguntaba la historia sobre "La
Verdadera Profecía", él se la podría contar de
principio a fin. Se la sabía enterita ya que le
encantaba la historia y le había obligado a su
paciente abuelo a contársela tantas veces que
cuando el abuelo se equivocaba en algún dato,
el niño le corregía para su mayor bochorno.
A veces, las menos (pero alguna vez pasaba),
el niño encontraba al abuelo triste y abatido, él
aún era muy pequeño pero había aprendido a
marchas forzadas y sabía que si su abuelo se
encontraba así era porque echaba de menos a
su amada Veena.

Luis Celaá Morales. 473 " El Último Dragón"


Además, se imaginaba que después de haber
conocido tantas maravillas y ver otros mundos,
su abuelo se encontraría como desfasado y
fuera de lugar en este mundo. Muchas veces se
preguntaba así mismo por qué el abuelo volvía
después de una incursión a través del portal.
Al principio no encontraba respuesta para esa
pregunta pero con el tiempo se dio cuenta de
que lo único que ataba a su abuelo en este
mundo era él. Sabía que alguien del otro lado le
había encargado la tarea de enseñarle, cuidarlo,
protegerle... Pero no entendía el motivo ya que
el se veía como un chaval normal y corriente.
Es más era un poco malo con los estudios,
pues aunque en las asignaturas relacionadas
con la lectura sacaba buenas notas, en las que
estaba relacionadas con las matemáticas las
suspendía una y otra vez para mayor ira de su
correcto padre que se ponía como un Basilisco...
-"¿Serían los Basiliscos como le había contado
su abuelo o como en la película de aquel niño
mago con gafas?"- Se preguntaba el niño
cambiando rápidamente de pensamiento. Jamás
podría comprender como su padre era hijo de su
abuelo, "¡¡Eran tan diferente!!"
Ahora estaba frente a aquellos seres, más que
impresionantes, y junto a su queridísimo abuelo
que ultimaba detalles importantísimos para el
viaje.

Luis Celaá Morales. 474 " El Último Dragón"


Como por ejemplo beberse una fría cervecita
antes de partir o de besar aquel cuadro al que él
le tenía especial cariño por haber sido la
alineación del mejor C.D.Leganés de la historia.
Sí, aquel que ganó la copa de Juan Carlos por
sorpresa un año y luego ascendió a primera
división...
El niño pensó que siempre le contaba las
mismas incompletas historias, faltaban
importantes detalles como que le pasó a
Manistrán (aunque él entendía que podía haber
muerto torturado o como murió Bella, aunque
también se imaginaba que la mataron después
de violarla a la pobre y también le hubiera
gustado saber en dónde acabó el Señor Libro o
que pasó en aquella guerra...)
Eran muchos detalles que su abuelo le
ignoraba con graciosas evasivas o con una
amable sonrisa. Parecía como si no pudiera
contárselo, pero no importaba.
Ya no le preocupaba porque ahora iba a
descubrir, por fín, lo que había al otro lado.
Estaba tan nervioso que no podía pensar con
claridad. La emoción le nublaba el sentido y el
conocimiento, ni siquiera se había dado cuenta
de que su casa quedaba atrás y ya habían
comenzado lentamente a caminar bajo la intensa
lluvia.

Luis Celaá Morales. 475 " El Último Dragón"


La impaciencia ya había inundado al
Unicornio que continuamente miraba hacia atrás
clavando sus cristalinos ojos en los dos
Humanos, los cuales se daban por aludidos e
intentaban acelerar el paso.
Al subir por el oscuro sendero que llevaba a la
pequeña colina por donde se encontraba aquella
puerta tridimensional, miles de recuerdos
embargaban al veterano Humano, tantos que
apenas podía recordar todos con la suficiente
claridad.
Lo que mejor recordaba era la primera vez, en
la que asustado recorrió aquel mismo camino y,
casi sin querer, encontró aquella mágica luz que
le cambió totalmente su, hasta ese momento,
insatisfactoria vida. Una de las cosas por las que
más le gustaba hacer ese recorrido era para
volver a ver a su amigo el Guardián. Su enorme
amigo, que tanto le impresionó la primera vez,
era una persona amable e inteligente. Pese a su
temible aspecto, era cariñoso con los que le
mostraban aprecio. Estaba deseando volver a
verle para bromear con él y darle un enorme
abrazo de oso. En cambio, tenía muy pocas
ganas de volver a ver a las Gárgolas del espejo.
Eran excesivamente cansinas, una cosa era
aguantarlas un rato o saludarlas, pero tener que
estar con ellas todo el día como le pasó en una
ocasión era algo muy diferente...

Luis Celaá Morales. 476 " El Último Dragón"


No pudo evitar recordar, con cierto malestar,
aquella aventura en la que tuvo que cargar con
ellas, ya que no había más remedio que llevarse
ese maldito espejo y claro, las Gárgolas vienen
de serie con el espejo y todo para llevarlas ante
aquel curioso y terrible personaje. Si no hubiera
pasado tanto tiempo quizás temblaría aún al
recordarlo, pero sólo quizás...

Parte Segunda:
"Una importante decisión"
Por fín habían llegado al lugar donde estaba la
puerta dimensional. La inquieta Hada entró muy
rápidamente al sitio, como deseando irse de ese
extraño mundo que estaba dominado por una de
las más absurdas razas jamás creadas: los feos
Humanos. El Unicornio miró fijamente al
anciano, al cual le dijo algo mentalmente, luego
miró a su nieto. El chico estaba en un estado de
"shock", medio conmocionado por tener delante
a una criatura tan impresionante pero muy feliz
por lo que esta maravilla de la naturaleza le dijo
mentalmente, "Bien chaval, aquí comienza un
largo camino para tí. Si todo sale bien, podrás
volver a este mundo y ver de nuevo a tus
padres, imagino que tu abuelo te habrá contado
la "particularidad" de viajar entre dos mundos
diferentes. Eres muy joven aún, pero tienes un
don que todavía tienes que desarrollar.

Luis Celaá Morales. 477 " El Último Dragón"


Eres inteligente y comprenderás que el tiempo
que pases en el otro mundo transcurre de forma
diferente al de tu mundo Humano, piénsalo bien
antes de pasar porque ya no tendrás la
oportunidad de rectificar. Tú al menos tienes la
decisión entre tus manos, cosa que tus
ancestros nunca tuvieron, ellos eran el camino
hacia tí. Puede que aún no lo comprendas del
todo pero eres el elegido, tu eres el equilibrio
entre los dos mundos. Eres un simple mortal
pero eres el conducto al equilibrio universal.
Escucha a tu abuelo, piensa con el corazón y
guíate con tu intuición, tienes el alma tan pura
como tu abuelo, por ello te concedo el don de la
protección..."- Y dicho esto el Unicornio se retiró
lo suficiente como para mirarle fijamente a los
ojos. Luego marchó rápidamente a través del
halo de luz.
El chico no entendía nada pero comprendió
todo, ya que a partir de ahí su vida cambió. El
Unicornio le había pasado algo a su interior. El
chaval no sabía como explicarlo pero sabía que
ya no era el mismo, de eso estaba seguro.
Su abuelo le miraba satisfecho, estaba
henchido de felicidad y conmocionado por el
orgullo. Por fín todo tenía sentido, tanto esfuerzo
en su vida había merecido la pena.

Luis Celaá Morales. 478 " El Último Dragón"


Llevaba muchos años cuidando a su nieto, le
había protegido todo lo que podía. Incluso
cuando él no se daba cuenta, su abuelo estaba
cerca de él protegiéndolo de maléficas criaturas
que se lo intentaban llevar, como aquella vez
con esos dos pérfidos Engendros o en esa otra
ocasión en la que aún era bebé y él estaba
cerca de la guardería expectante cuando
apareció aquel Portador de Sombra en la
guardería. En aquella ocasión pudo ser más
rápido que él, cuando llegó a la clase en donde
se encontraba el niño. El maldito Portador de
Sombra había acorralado al niño, fue curioso
porque al Portador sólo lo puede ver la persona
a la cual persigue pero aunque ningún niño
podía verlo, todos lo sentían. Todos los niños
lloraron a la vez porque sentían que algo malo
había entrado en la clase. Para disgusto de los
profesores, los niños lloraban como si les fuera
la vida en ello.
Su nieto, en cambio, era el único que no
lloraba. No comprendía lo que pasaba ni sabía lo
que era aquella oscura y siniestra sombra que le
acorralaba y parecía querer llevárselo. Primero
le entró pánico, entonces el Portador creció
hasta hacerse más poderoso y cada vez creía
más gracias al miedo de los niños, pero el
infante al ver que su abuelo había entrado a
buscarlo a la clase perdió el miedo y se sintió
feliz al verle.

Luis Celaá Morales. 479 " El Último Dragón"


Sonrió e intentó llegar a donde estaba su
abuelo, el cual corrió para abrazarle. Su abuelo
comprobó cómo al no sentir miedo su víctima no
tenía poder sobre él y fue desintegrándose poco
a poco pese a que los demás niños seguían con
su particular berrinche.
Al comprobar que aquel Humano le podía ver
intentó meterle miedo pero ambos Humanos le
ignoraron olímpicamente y se pusieron a jugar
como si no le vieran. Esta acción terminó de
destrozar al Portador, ya que la única forma de
derrotarlos es venciendo tus miedos y llenándote
de felicidad. Así pues, la maldita criatura desistió
y se tuvo que marchar porque los demás niños
al ver al abuelo y al niño reír también perdieron
el miedo y así consiguieron debilitar a aquel
pérfido ser que, moribundo, regresó a las
sombras de donde nunca debió salir.
Aquel día el feliz abuelo comprobó que todo
seguía su curso natural. En un principio no podía
creer que su nieto fuera el largamente esperado,
el conocido en las más antiguas profecías como
el elegido. Pero aquel día supo desde lo más
hondo de su corazón que era cierto, que el
portador del equilibrio universal era su querido
nieto, el cual estaba lo más cerca que podía
estar un ser humano del Nirvana.

Luis Celaá Morales. 480 " El Último Dragón"


Henchido de placer se encontraba pues su
dicha no podía ser más plena. Junto a su
idolatrado abuelo iba a comenzar una fantástica
aventura con la que tantos años llevaba soñando
y pensaba que nunca iba a llegar...
Además, aquel hermoso Unicornio le había
canalizado el don de la protección. Estaba de
enhorabuena pues a pocos Humanos les ocurría
eso y menos a los de su mundo. Pero su vida
había cambiado rotundamente, hiciera lo que
hiciera, tomara la decisión que tomara, su vida
sería diferente a como había sido hasta ahora.
Por un lado tenía unas ganas locas de
comenzar una gran aventura con su abuelo
porque él sólo era feliz cuando su abuelo estaba
cerca de él. Nadie le entendía y todos se reían
de lo que decía pero las pocas veces que su
abuelo no estaba a su lado se encontraba como
vacío, como si estuviera incompleto. Era algo
difícil de explicar...
Pero por otra parte, estaban sus padres, su
colegio, la vida considerada normal que llevan
los chicos de su edad. Sabía que si cruzaba esa
mágica luz ya nada volvería a ser igual. Además,
estaba lo del tiempo ¿Cuánto pasaría en el otro
mundo? ¡¡Quizás para cuando quisiera volver
sus padres ya serían tan ancianos como ahora
era su abuelo!!

Luis Celaá Morales. 481 " El Último Dragón"


Estuvo a punto de volver corriendo a su casa,
de ir a abrazar a su pobre madre que nunca se
enteraba de nada aunque tuviera un Duende
sobre su cabeza, de pedirle perdón a su padre
por haber salido de casa tan tarde; tuvo ese
momento de duda. Pero entonces lo vio todo
claro, vio a su abuelo expectante y feliz junto a él
y durante una fracción de segundo vio una
imagen de él y de Veena juntos. Jóvenes, felices
y alegres. Con un niño pequeño junto a ellos.
Miró al cielo como pidiendo ayuda a los Dioses
y repentinamente dejó de llover. Todo parecían
buenos augurios para él. Respiró profundamente
y le dijo a su abuelo, "Vamos dentro que seguro
que hemos perdido demasiado tiempo. Espero
que papá y mamá nos lleguen a perdonar.
Nunca lo entenderán pero espero que nos echen
de menos y que no se vuelvan locos por nuestra
ausencia. Vamos abuelo, que estoy deseando
conocer al Guardián ese del Portal del que tanto
me hablas"- y juntos, de la mano, atravesaron la
mágica puerta que les conducía a otro mundo.
Un mundo que según dicen es fantástico e
inventado pero que marca para siempre a los
que han tenido la enorme fortuna de poder
conocer. Para ver hay que creer, porque si para
creer necesitas ver nunca verás nada aunque lo
tengas delante tuya.

Luis Celaá Morales. 482 " El Último Dragón"


El niño, junto a su abuelo, cruzó por primera
vez al Mundo Mágico del que tanto había oído
hablar y del que tanto sabía aunque nunca había
podido estar allí, pero sabía que su vida había
cambiado para siempre al entrar en ese portal.
Pero no tenía miedo, más bien lo contrario
porque ahora su vida era feliz.
Por fín, tras mucho tiempo, su vida estaba
plena y tenía significado. Nunca le pedía nada a
los Dioses pero al cruzar el portal le pidió que su
abuelo viviera lo suficiente para poder ver a
Veena una vez más. Lo suyo era el amor más
puro que nunca había conocido, pues aunque
pasaran años sin verse todo era como el primer
día. El chaval era muy joven aún para entender
bien lo que era el amor entre dos seres que no
eran familia, pero no había visto nada igual ni en
su familia ni entre los padres de sus amigos.
Era algo tan bonito que tenía muchas ganas de
verlo y además le apetecía muchísimo poder
conocer a su abuela Tralfi. ¡¡La mítica Suma
Sacerdotisa de este mundo, que además era su
abuela!! Uff, demasiado para un sólo día...
Parte Tercera: "Curioseando un poco"
El encuentro entre el Humano y el Guardián del
Portal fue de lo más emotivo que había visto en
mucho tiempo. Una brizna de envidia recorrió el
cuerpo del chavalín, él nunca había podido tener
un amigo que le quisiera tanto.

Luis Celaá Morales. 483 " El Último Dragón"


De hecho, ahora que lo pensaba, jamás había
tenido un amigo. Pero ya no le importaba, había
aprendido que los niños de su edad eran todos
un poco tontos así que prefería no estar con
ellos y estar con su abuelo que era más listo y
cariñoso.
Mientras el Guardián y su abuelo hablaban de
sus cosas, el niño comenzó a cotillear por toda
la estancia. Se quedó maravillado con la enorme
litera que parecía no tener fín, intentó subir a las
sillas pues había visto un enorme libro abierto
que parecía más antiguo que las cintas de
música que guardaba su abuelo en la habitación
donde él dormía.
Tras tres intentos frustrados por una aparatosa
caída desistió de subir a la enorme silla.
"Hasta el hombre araña lo pasaría mal cuando
intentara subir a esa maldita silla. ¿Por qué lo
habrán hecho tan grande?"- pensó el niño
mientras se frotaba la rodilla dolorida por la
última caída.
Un rato más tarde, cuando se le pasó el dolor
de la rodilla, siguió curioseando por la casa. Se
quedó impresionado al ver una fea y enorme
estantería llena de gigantescos y polvorientos
libros, le recordaba a una que vio una vez en
Madrid, en la Biblioteca Nacional.

Luis Celaá Morales. 484 " El Último Dragón"


Había sido en una excursión con la clase. Al
ser en invierno y una salida voluntaria pues tan
sólo fuero tres niños y una niña que no paraba
de guiñarle el ojo y echarle tontas risitas. Uno de
esos niños, que era medio tonto, estuvo todo el
santo día con el dedo en la nariz. No quiso ir
nadie más porque todos los demás niños dijeron,
"que hacía mucho frió parar ir a ver libros". Ese
día fue en el que se confirmaron sus sospechas
de que los niños de su edad o eran muy tontos o
eran raros. Decidió no volver a tener amigos de
su edad hasta que encontrara a alguno que
fuera "medio normal".
Volvió a mirar al Guardián y a su abuelo para
ver si le ayudaban a subir a la infinita silla.
Intentó gritar un tímido "socorro" pero sus
acompañantes parecían dos marujas en el
mercado discutiendo por la subida de precios de
los langostinos en la época de Navidad.
Finalmente, consiguió coger uno de los libros
que estaban en la fila de abajo. Pero estaba
escrito en un idioma extraño y con unos curiosos
caracteres que nunca había visto.
Además, estaba tan polvoriento que lo volvió a
dejar en su sitio. Siguió curioseando varios libros
hasta que encontró uno que ya estaba escrito en
Spanglish y a él se le daba muy bien esta forma
de hablar ya que en su clase había sólo dos
niños más que eran de su país.

Luis Celaá Morales. 485 " El Último Dragón"


Que eran el niño tonto que estaba todo el día
con la mano en la nariz y la niña que no paraba
de mirarle y guiñarle el ojo (¿Tendrá algún
problema en la vista la pobre?). Quitando esos
dos, los demás niños son "del otro lado del
océano" como decía su pobre madre. Así que de
tanto oír a los niños sudamericanos hablar en
esa jerga tan curiosa pues había conseguido
aprenderla bastante bien.
Miró el título del lomo de libro. "The Compays
Tralfis. Cuentos Chéveres de Tralfis across the
World". ¡¡Toma ya!! Faltaba el nombre del autor
y seguro que lo había escrito algún Kevin José
de los Santos o Marta Jessica Smith de la
Consepción.
Después de reír un buen rato de su propia
gracia se sentó en el suelo y comenzó a leer una
de las historias más sorprendentes que jamás
haya leído (y eso que él había leído bastante
pese a su corta edad, ya que era su pasatiempo
preferido).
Era un libro escrito con tanta ternura que daba
hasta pena verlo lleno de polvo en una
estantería dónde poca gente iba a poder leerlo.
El libro comenzaba así: "El grupo llevaba tanto
tiempo caminando que ya habían perdido la
noción del tiempo. Además, hacía tanto frío que
decidieron parar entre unos árboles que había
en el tupido bosque.

Luis Celaá Morales. 486 " El Último Dragón"


Después de acomodarse lo mejor que
pudieron entre la salvaje vegetación, prepararon
una hoguera y tras avituallarse de las necesarias
provisiones, tanto de alimentos como de mantas,
para no pasar frío en la gélida noche, el curioso
grupo de seres diferentes decidió que cada uno
de los allí presentes contara una historia a los
demás para pasar mejor el tiempo. Pero tenía
que ser una historia que saliera directamente del
corazón.....

FIN

Luis Celaá Morales. 487 " El Último Dragón"


Apéndices:
I. El desamor del joven y apuesto Tralfi:
Primero habló un extraño Tralfi que no poseía
nada de rasgos humanos. Es más, parecía un
Silfo pero todo el mundo decía que era un Tralfi.
Debía ser por su actitud cruel o, por su forma de
ser tan humana...
Su historia hablaba de desamores. Algo que
era bastante habitual en el mundo de los Tralfis,
pues si la historia de sus vidas es triste mucho
más impactantes eran sus desamores.
Ésta vez la narración contaba un triste cuento:
"Hace mucho tiempo, en una pequeña Aldea
conocida como Xethafe hubo un bello y apuesto
Tralfi que se enamoró perdidamente de una
Humana que era muy fea. Pero para sus
enamorados ojos era la mujer más bella que
nunca había respirado al lado de éste inocente
mancebo
Al principio, a la horrenda humana la divertía
seguirle el juego. Como nunca antes nadie la
había cortejado, pues le debió parecer divertido.
O quizás lo hacía por aparentar delante de los
demás Humanos. El caso es que con el tiempo
la situación debió aburrirla en demasía a la
caprichosa mujer y decidió cortar tajantemente
con las galanterías que le llevaba ofreciendo el
atractivo Tralfi durante meses. Algo muy común
en los Tralfis pero no tanto en los Humanos.

Luis Celaá Morales. 488 " El Último Dragón"


El pobre Tralfi, el día en que oyó lo que estaba
contando la mujer pensaba que ella le estaba
gastando algún tipo de broma. Para su mayor
pena encima ese día era su cumpleaños y como
nadie le había felicitado en todo el día pues
pensó que era debido a la sopesa que le habían
preparando.
Como pareció no tomárselo mal la mujer le
dejó al Tralfi plantado en medio de la lluvia, bajo
el centenario árbol en el que llevaban tanto
tiempo quedando los dos solos.
Bajo la sombra de aquel histórico árbol la
persistente lluvia se llevó noches de promesas
no realizadas. Tantas historias contadas, tantos
juegos amorosos, tantas risas juntas. La cruel
mujer se extrañó al irse y ver que no se lo había
tomado tan mal. (Bueno, es un Tralfi. A fin de
cuentas, ellos ya están acostumbrados a éstas
cosas)- pensó mientras se alejaba riéndose de la
cara que había puesto el atractivo ser. La mujer
era más fea aún de corazón que de físico pues
era egoísta y mezquina, cosa que el pobre Tralfi
no llegaba a entender.
Y el tiempo pasó. Nadie sabe exactamente
cuantas horas se quedó esperando el joven
Tralfi bajo aquel extraño árbol que parecía
mirarle burlonamente mientras el tiempo pasaba
inexorablemente.

Luis Celaá Morales. 489 " El Último Dragón"


De repente, algo se encendió en el abotargado
cerebro del joven enamorado. Se acababa de
dar cuenta de que aquello no era una fiesta
sorpresa ni ningún tipo de broma por su triste
cumpleaños, era la dura realidad. Comenzó a
palidecer, se mareó con tanta fuerza que tuvo
que agarrarse al perenne árbol para no
desfallecer. Era muy triste pero era la dolorosa
verdad. Nadie se había acordado del día de su
cumpleaños. Él nunca olvidaba los cumpleaños
de sus conocidos y amigos. No podía entender
como nadie se había acordado del suyo. No
quería regalos tan sólo que le hubieran felicitado
o le hubieran estrechado la mano. Pero lo peor
no era eso, lo más retorcido del asunto es que lo
que le había dicho su amada era cierto.
Él la amaba con la fuerza con que los mares
agitan las barcazas del ancho mar. La quería
tanto que el alma se le desgarraba por su
ausencia. Pero, inundado en un mar de
lágrimas, por fin aceptó que aquella mujer a la
que había estado cotejando durante tanto tiempo
no le quería. Sencillamente pasaba de su amor
¿Por qué? ¿Nunca había estado enamorada de
él? ¿Para ella todo había sido un cruel juego?
Empapado por la lluvia y asfixiado por ese
dolor que no le dejaba ni respirar el Tralfi corrió.
Corrió como nunca antes había corrido. Corrió
tan deprisa como nadie lo hizo antes.

Luis Celaá Morales. 490 " El Último Dragón"


La fea mujer, que estaba en las afueras del
pueblo riéndose de la situación, al ver como
corría el Tralfi en la dirección en la que ella se
encontraba pensó que iba a por ella. Se asustó
mucho y también se puso a correr pero además
gritando como alma que se lleva el Diablo.
Cuando parecía que el mitológico ser iba a
atraparla y a pedirla explicaciones, unos
campesinos que habían oído pedir auxilio a la
asustada muchacha corrieron raudos al rescate
de la pobre mujer.
Sin preguntar siquiera que pasaba, al ver al ser
intentar atrapar a la mujer los tres campesinos
atacaron a la vez. Descargaron su campechana
furia a través de sus herramientas de trabajo en
las carnes del extrañado Tralfi que nada había
hecho para merecer semejante tortura.
Destrozado por una trilla, un martillo y una
guadaña, el pobre Tralfi (que seguía sin poder
entender por qué le hacían eso) tuvo un último
pensamiento para su amada. La dijo que había
sido la mujer de su vida. Qué la había amado
tanto que le rompía el corazón cada vez que lo
recordaba.
La mujer era muy fea, pero no fea por el físico
porque eso no importa cuando se tiene buen
corazón. Era fea de espíritu. Era una mujer muy
cruel y como tal, actuó riéndose de él.

Luis Celaá Morales. 491 " El Último Dragón"


Le contestó que si en algún momento había
pensado que la relación iba en serio o es que
era mucho más estúpido del o que su cerebro
podía llegar a imaginar. Así, entre las lágrimas
del descorazonado Tralfi y los vítores de los
rudos campesinos, la horrible mujer se alejó del
lugar sin volver la vista atrás y sin tener ni un
sólo pensamiento para el moribundo Tralfi.
El bello y valiente Tralfi no tenía miedo de
morir. Es más cuanto más le habían golpeado
más fuerte se volvía pero su corazón ya estaba
tocado de muerte. Daba igual lo que le dijeran.
No importaba lo que le golpearan o el daño que
le hicieran. Lo único que le importaba hasta ese
momento en la vida, que era el amor de aquella
cruel Humana, se había desvanecido tan rápido
como había aparecido. Nada importaba, ya todo
daba igual...."
Y la historia se paró ahí. El curioso Tralfi dejó
de hablar. Todos le miraban, pero nadie le
interrumpió ni preguntó que sí así acababa la
historia. Ni siquiera nadie le preguntaba por lo
que pasaba después pues en el Mundo Mágico
estaba muy mal visto interrumpir o agobiar a
alguien cuando contaba historias o anécdotas.
Era como un insulto personal (a nosotros nos
vendría muy bien aprender de ellos, se ganaría
en educación)

Luis Celaá Morales. 492 " El Último Dragón"


Cuando hubo pasado un buen rato,el Tralfi se
levantó hacia un odre de agua que había atado
en un árbol junto a los caballos y bebió. Bebió
tanto que parecía que llevara meses sin probar
el bendito agua. Después de saciarse cerró bien
el odre para que la poca agua que había
quedado no se cayera y se fue hasta dónde
estaba su caballo. Este agitó la cabeza con un
suave relincho cuando le vio llegar y el Tralfi le
acarició con cariño. Al rato, dejó de acariciarle y
se volvió a sentar en el mismo sitio en el que
antes estaba.
A pesar de que todos estaban mirándole nadie
hizo ni siquiera un además para apresurar a
contarle el final de la historia o para que dijera
algo. El Tralfi tan sólo continuó la historia cuando
le apeteció hacerlo, no antes.
Sus labios continuaron contando la triste
historia del Tralfi deshecho por el desamor de
aquella mala persona...
-"El Tralfi, antes de morir, roto por el dolor y por
la paliza que le estaban infringiendo aquellos
crueles hombres hizo una súplica a los altivos
Dioses. Pero no pidió por su vida ni por una
muerte rápida, como otro cualquiera hubiéramos
hecho en su lugar. No. El quería morir con suma
dignidad. Lo único que rogó a los Dioses fue por
que aquella mujer nunca encontrara el amor.

Luis Celaá Morales. 493 " El Último Dragón"


Les suplicó para que nunca supiera lo que es
estar profundamente enamorado. Que todos los
labios que la besaran a partir de ese momento
fueran embusteros y la hicieran lo mismo que le
habían hecho a él.
Resultó que aquel valiente Tralfi era una
persona muy importante y conocido en el Mundo
Mágico. Tanto que al poco tiempo de su fatal
ausencia casi todos empezaron a atar cabos y
se dieron cuenta de que la última vez que se la
había visto con vida fue en busca de aquella
poco agraciada humana de la cual se había
enamorado.
Para esclarecer los hechos se nombró una
comitiva compuesta por dos Hadas, dos Tralfis,
dos Unicornios y un Silfo. El número no era
casualidad ya que el siete es número más
mágico en casi todos los mundos y una cuestión
de principios tanto para los Silfos como para los
Tralfis.
El grupo se había decidido con cierta estrategia
ya que las Hadas fueron para poder introducirse
por donde los demás no alcanzaban ni a oír ni a
ver. Los Unicornios debía estar para poder ver
como era el alma de aquel con el que estaban
hablando y saber si les estaban mintiendo o no.
Los Tralfis quisieron estar presentes porque
eran hermanos del desaparecido y podían hallar
algún tipo de indicio.

Luis Celaá Morales. 494 " El Último Dragón"


El silfo se unió a ellos tan sólo por si hacía
falta echar una mano de sus malditas artimañas.
Ni un sólo humano con el que hablaron, fueron
a preguntar o convivieron les contó la verdad. Ni
uno solo de ellos era buena de corazón ya que o
mentían o estaban ocultando algo. Nunca los
sagrados Unicornios vieron tanta maldad teñida
en el alma de un ser vivo. Lloraron tanto que aún
hoy en día sigue existiendo el río del Cuerno
Quebrado. Nadie sabe de donde surge el agua
pues parece que viene desde el interior de una
maldita montaña.
En esa maldita montaña murieron de pena los
Unicornios al no poder soportar tanta mentira,
tantos embustes y tanta falsedad junta.
Las dos Hadas desaparecieron sin dejar rastro
pero meses después, hermanas suyas las
encontraron muertas en el interior de dos jaulas
doradas en las cuales las habían exhibido en
una triste feria del pueblo. Las pobres murieron
de pena al no poder volar libres ni conseguir
escapar de su áureo encierro.
Los Tralfis, enojados y humillados, declararon
la guerra a ese pueblo Humano al que
pertenecía aquella mala gente. Fue una de las
guerras más cruentas que se recuerdan por
aquellos lares. Murieron incontables criaturas
por ambos bandos.

Luis Celaá Morales. 495 " El Último Dragón"


Tantas que aún hoy en día en aquel lugar de
exterminio tan sólo crecen sauces llorones, pues
la tierra aún llora recordando aquellos funestos y
crueles días..."
Nuevamente, el Tralfi calló ¿Había acabado la
triste historia? Nadie lo sabía pues el Tralfi se
quedó como pensativo. Parecía como si su
cuerpo estuviera ahí pero su mente se hubiera
evadido a otro lugar o a otra época.
En el extraño grupo había dos Humanos. Uno
muy joven, apenas un niño que acababa de
llegar a ese Mundo Mágico y uno, ya anciano,
que poseía una gran experiencia en éste mundo.
El anciano sabía de sobra que era de mala
educación interrumpir o profanar la narración de
una historia pues el narrador podría sentirse
insultado. El chaval ya había sido avisado de ello
pero aún así pudo más la curiosidad que la
prudencia, así que antes de que nadie le pudiera
contestar algo el joven preguntó:
-"¿Y el Silfo?"- Tan sólo fue un pequeño
susurro, un leve murmullo. Pero fue lo suficiente
para enojar al extraño Tralfi que contaba la
historia. Al principio se revolvió inquieto en sus
sitio, después balbuceó algo en su ancestral
lenguaje y finalmente le contestó al joven
humano, de muy mala manera, que tantos siglos
después seguía siendo muy triste que los
Humanos no se dieran cuenta de nada.

Luis Celaá Morales. 496 " El Último Dragón"


-"¿Nunca os habéis preguntado el por qué
cuando parece que todo va bien algo se os
tuerce? ¿Ni tampoco que nunca os puede
aparecer la felicidad completa? Humano, acaso
no te has preguntado el por qué cuando parece
que un país habitado por los Humanos es rico en
algo, alguna catástrofe que parece natural
aparece y lo destroza?"- Y para ver la reacción
de los Humanos, el Tralfi paró unos segundos,
luego continuó con su disertación.
-"No me mires así. Se que te lo habrás
preguntado en más de una ocasión y quiero que
sepas que eso no es casual, mi impaciente y
joven amigo"- Le contestó proféticamente el ser
narrador mientras el Humano más anciano
regañaba al más joven por su imprudencia. El
resto del grupo miraba fijamente al curioso Tralfi
sin perder, ni un segundo, su atención.
El Tralfi carraspeó brevemente y continuó
hablando. Ahora más pausadamente que antes,
se notaba que se había calmado bastante.
-"Las maldiciones de los Silfos son tan
poderosas que hasta la gente que domina la
magia en éste inestable mundo, dónde es el pan
nuestro de cada día, nos respetan y nos temen.
Eso es por algo, no deberías tomártelo nunca a
la ligera pues aquel Silfo echó una maldición
que, aún hoy en día, se sigue cumpliendo con
quien no es generoso de corazón"

Luis Celaá Morales. 497 " El Último Dragón"


"Lo más irónico del caso es que los propios
Humanos son los culpables de que así sea . El
Silfo tan sólo pidió que mientras los Humanos
antepusieran sus egoístas intereses a las cosas
maravillosas que la naturaleza nos da de forma
desinteresada como la amistad o el amor, nunca
podrían conocer ni la paz ni el descanso"
En cuanto dijo esto último, el anciano sonrió
pero no era una sonrisa feliz sino una sonrisa
amargada como cuando te confirman algo que tu
ya sabes. El más joven, en cambio, puso una
mueca de asombro tan grande que no le entraba
en su orondo rostro.
-"¿Sabes mi opinión, pequeño Humano? Pues
a mí me parece que es una maravillosa y gran
maldición pues él dijo que cada vez que un ser
humano prefiriera ser rico o tener poder en vez
de escoger el amor o la verdadera amistad,
sobre ese Humano o los suyos se desataría
algún mal o enfermedad. Esta es la principal
razón por la que hace siglos que no conocemos
la paz. ¿No creéis mi joven amigo?"- Y el Silfo
después de preguntar al imberbe humano, calló
para no hablar más en el resto de la noche.
Nadie respondió pues no hacía falta hacerlo. La
respuesta era tan obvia que era casi insultante
seguir con el mismo tema. Casi todos se fueron
a dormir y dejaron las historias para el día
siguiente pues aún les faltaba mucho camino
por recorrer en ese largo viaje.
Luis Celaá Morales. 498 " El Último Dragón"
Pero no todos pudieron descansar bien esa
noche pues el joven humano se quedó pensativo
y lloroso mientras avivando la crepitante
hoguera.
II. La Bella ganadera Humana:
Uno de los cuentos que se cuenta siempre en
el Mundo Mágico a las diferentes criaturas antes
de irse a dormir por las noches es el famoso
cuento de la princesa humana. Es un cuento que
nadie sabe quien lo inventó, ni si fue real o no, el
caso es que lleva contándose de generación en
generación durante infinidad de siglos. He creído
que era importante contarlo aquí, no necesario
pero siempre es bonito conocer las demás
culturas...
"Hubo una vez, en un lejano reino Humano, un
rey que era por todos conocidos como el Rey
Insaciable. Era una de las personas más crueles
y poderosas que jamás hayan existido. Su reino,
el Reino de Somonkano, era un reino muy
poderoso. Tanto que sus vecinos limítrofes
rendían pleitesía ante su rey para evitar posibles
represalias, pero eso no eras suficiente para el
avaricioso rey.
En el vecino reino de Vero vivía una bella
joven que vivía con su anciano padre en una
modesta cabaña. Se dedicaban al ganado y la
joven era muy feliz cuidando de sus rebaños.

Luis Celaá Morales. 499 " El Último Dragón"


Pero un día que salió a buscar plantas
medicinales se encontró, para su desgracia, con
la comitiva real que volvía de recaudar
impuestos para su millonario Rey. El Rey nunca
iba con ellos, pues sólo se dedicaba a cazar y a
firmar documentos, pero aquel día si viajaba con
ellos pues había tenido una reunión con el rey
vecino. El Rey Insaciable al ver a la hermosa
joven recogiendo plantas se enamoró de ella
perdidamente, tanto que ordenó a su fiel guardia
real que le llevara a esa joven ahora mismo a
donde él estaba.
Los soldados apresaron a traición a la pobre
joven que estaba a lo suyo sin prestar atención a
nada más y la llevaron frente al poderoso rey. Al
cual cuando estuvo delante de ella se le
iluminaron los ojos como nunca antes le había
pasado.
-"¡Oh joven campesina! ¿Qué haces tan sola
por estos peligrosos parajes? Sube conmigo a
mi carruaje real y te acompañaré a tu casa para
que nada te pase"- Le dijo el rey intentando
embaucarla para llevarla a su palacio y no a su
casa como le confirmaba.
La joven, que no era tonta, no se fiaba ni un
pelo de aquel rey adulador por lo que le dio las
gracias y amablemente declinó la oferta pero el
Rey siempre se salía con la suya, así que
ordenó que la subieran al fastuoso carruaje.

Luis Celaá Morales. 500 " El Último Dragón"


-"¿Pero niña, acaso no ves que conmigo
tendrás todo lo que deseas con tan sólo
hacerme un poco feliz? ¿Qué quieres? ¿Pieles,
joyas, poder, dinero...? ¡¡Todo puede ser tuyo si
así lo deseas!!"- El Rey, en su magnificencia, no
podía entender que alguien no quisiera irse con
él ¡¡Con lo rico y poderoso que era!!
La joven dudó en contestarle o no, pues la
fama del rey le precedía, ya que se dio cuenta
de que estaba delante del conocido como Rey
Insaciable. Todos le habían dicho que era
mezquino, opulento e insoportable. Por lo poco
que había visto de sus modales, ropas y el
carruaje parecía que las habladurías eran
correctas. Pero antes de equivocarse intentó
hacer razonar al Rey para que entendiera su
punto de vista.
-"Le agradezco a su gentil majestad todo lo que
me ofrece. Quizás haya alguna dama que sea
más joven, más guapa y con mayor alcurnia que
se merezca esa provechosa vida pero yo no lo
necesito. Soy feliz viviendo junto a mi amado
padre y la naturaleza me da todo lo que
necesito. No quiero ni necesito nada más.
Ahora, me gustaría poder bajar del carruaje para
poder volver junto a mi padre pues se hace tarde
y no quisiera preocuparle en exceso..."- Le dijo
la joven con toda la educación y el temple que
pudo al atónito rey que no conseguía salir de su
asombro...
Luis Celaá Morales. 501 " El Último Dragón"
Pero el malvado rey no estaba dispuesto a
dejar escapar una presa tan suculenta, así que
siguió insistiendo. Ésta vez ya no contuvo su ira
ni habló con la educación de antes:
-"Mira niña. Había intentado ser amable, cosa
que para mí es muy difícil de lograr con las
campesinas y demás gentuza de vuestra ralea,
pero veo que vuestra clase social no entiende de
formas ni de educación, así que te lo voy a dejar
bien clarito. Soy tan rico que jamás podré gastar
la mitad de lo que tengo aunque viviera mil años
pero siempre consigo lo que quiero, así que te
vas a venir conmigo ahora mismo a mi palacio
sin gritar sin protestar y sin hacer nada más o
juro por la memoria de mis ancestros que le voy
a hacer la vida imposible a tu padre y a la gente
que más aprecies. Podría matarlo así sin más.
Pero no haría eso, primero le haría sufrir un
poco para verte sufrir a tí... ¿Vas entendiendo lo
que te quiero decir? Ahora, ¿Serías tan amable
de subir al maldito trasto éste sin hacer ruido y
venir conmigo? Aunque no te lo creas tengo más
cosas que hacer en el día de hoy..."- Y
sonriendo el sórdido rey la tendió una mano para
que subiera a su fastuoso carruaje.
La pobre joven tuvo ganas de escupir su cara,
de insultarle o de salir corriendo para escapar de
allí pues no tenía miedo de ese fantoche pero el
corazón se le heló en cuanto nombró a su padre.

Luis Celaá Morales. 502 " El Último Dragón"


El pobre hombre empezaba a estar mayor y no
sobreviviría a un largo viaje, así que la bella
mujer no tuvo más remedio que aceptar la
cicatera oferta del monarca.
-"Está bien. Aceptaré su ruin oferta pero sólo
me iré con usted ésta noche y no sin antes pasar
por casa de mi padre para avisarle de que no
voy a dormir hoy en casa. Mañana antes de que
amanezca me tiene que dejar en libertad pues
he de ayudar a mi padre en sus tareas
domésticas. Me tiene que dar su palabra sí no
no subiré a ese maldito carro..."- Le gritó la bella
ganadera al pomposo señor que le miraba
divertido y aplaudía en un gesto de manifiesta
alegría...
-"Sube, niña a mi mundo. Te prometo que
mañana por la mañana te dejaré salir de mis
aposentos para que vayas a dónde puedas..."- y
el embustero monarca la ayudó a subir a su
carruaje mientras la hacía hueco al fondo de su
transporte.
Evidentemente, no la pensaba dejar salir de su
palacio al día siguiente por la mañana pues esa
joven respondía perfectamente a lo que él
quería: una joven virginal, atractiva y fuerte que
le proporcionara un vástago adecuado, ya se
desharía de ella más adelante ahora la
necesitaba al menos hasta que diera a luz...

Luis Celaá Morales. 503 " El Último Dragón"


Cuando llevaban diez minutos de viaje la
chica se dio cuenta de que se pasaban de largo
la pequeña aldea donde vivían el padre y la hija
y así se lo hizo saber al rey que tan sólo se rió
de ella sin hacer ademán de parar.
-"Pero... Usted me dijo que pasaríamos por la
casa de mi padre para decirle que no iba a
dormir con él en la noche de hoy... ¿Me ha
mentido un noble de alta alcurnia como usted?"-
Le dijo la joven al soberano señalándolo
acaloradamente con su mano derecha...
El rey al oír como le insultaban dejó de reír.
Gritó el nombre de uno de sus siervos que al
instante hizo parar el carruaje y acto seguido
abrió la puerta preguntando a su señor lo que
deseaba ante la atónita mirada de la señorita.
-"Mira niña. Qué sea la última vez en lo que te
queda de vida que me insultas sin poner en
peligro tu vida. A ver si memorizas un poco la
conversación que tuvimos hace un rato. Tu me
pediste parar dónde vive tu padre, de acuerdo,
pero yo no te dije que lo iba a hacer. Tan sólo te
dije que subieras a mi mundo y te prometí que
mañana por la mañana te dejaría salir de MIS
APOSENTOS PARA QUE FUERAS DONDE
PUEDAS.. Obviamente por donde puedas de
dentro del Palacio porque no vas a salir con vida
de allí hasta que me des el niño que ando
buscando.

Luis Celaá Morales. 504 " El Último Dragón"


Tienes dos formas de hacerlo por las buenas o
por las malas. A mí me da igual porque acabaré
consiguiendo lo que quiero, como siempre, pero
tu sabrás como quieres vivir éste tiempo en el
palacio..."- Le dijo muy suavemente el monarca
a la joven bajándole la mano que le señalaba de
una bofetada y antes d e que pudiera reaccionar
le dijo al siervo que estaba mirando la escena:
-"Esteban, por favor, abofetea a la joven con
todas tus fuerzas por mentirme y para que no
olvide quien manda. Luego la pones una
mordaza y la atas que no quiero que me siga
dando el viaje... ¿Has entendido?"- Con voz
autoritaria el rey dejó bien claro lo que quería, a
lo que su empleado no tuvo más remedio que
asentir con la cabeza y darle una bofetada con
todas sus fuerzas a la anodada joven que no
salía de su asombro. La bella se desmayó de la
fuerza de la bofetada, cosa que le vino muy bien
al ilota para amordazarla y atarla tan rápido
como pudo. En cuanto terminó, el rey le ordenó
que siguieran con el viaje que ya habían perdido
mucho tiempo...
Así se hizo y en apenas un par de horas el
carruaje llegó a su lujoso destino. Una vez allí
encerraron a la joven y la encadenaron para que
no escapara de su dorado encierro.

Luis Celaá Morales. 505 " El Último Dragón"


Mientras, en la aldea el padre se empezó a
desesperar al ver que su amantísima hija no
regresaba de su tarea. Empezó a dar la voz de
alarma y toda la aldea se puso a buscar a la
desaparecida hasta que alguien encontró las
huellas del carruaje y las huellas de ella
subiendo al lujoso carro real.
-"¿Pero como ha podido subir a ese carro?
¿Porqué se habrá ido con ese pomposo rey?"- el
afectado padre no salía de su asombro. Su hija
era cuidadosa y pulcra, en su sano juicio nunca
hubiera subido a ese coche de caballos.
Entonces se dio cuenta de que el señor del
Reino de Somonkano había secuestrado a su
hijita y puso la voz en el cielo. Todos le querían
consolar diciéndole que se tranquilizara, que así
no conseguía nada hasta que el ganadero les
preguntó qué si alguien le acompañaba. Todos
los reunidos bajaron la cabeza y con un sinfín de
vulgares excusas le abandonaron con su infinito
dolor. Una cosa era ayudar a buscar a una
desparecida y otra era enfrentarse con el reino
vecino que encima era el reino del Rey
Insaciable.
Tan sólo unos minutos después el buen
hombre se quedó más solo de lo que jamás se
había sentido. Nunca hubiera imaginado que su
gente, tan amable siempre, fuera tan cobarde.

Luis Celaá Morales. 506 " El Último Dragón"


Pese a su furia inicial intentó pensar con calma
y pensar en el siguiente paso. Estaba claro que
eso no iba a quedar así y que tenía que salvar a
su chica de ese demonio con dinero así que algo
tenía que hacer y rápido...
En un monte, no muy lejos de allí, vivía una
bruja a la que todos tenían miedo pero a la que
nadie la hacía nada porque algunas veces la
gente recurría a ella cuando estaba muy
desesperada. Se decía que tenía tanto poder
que sólo con mirar a tus ojos sabía si tu alma era
pura o no. Al buen hombre se la bufaba el que la
bruja esa supiera si su alma era pura con los
Querubines o más negra que el tizón y la verdad
es que la mujer le imponía respeto, que no
miedo pero aún así pensó en ir a verla porque
era la única posibilidad que le quedaba de salvar
a su secuestrada hija.
Al llegar a la tétrica cabaña en la que vivía la
milenaria mujer una desagradable voz que
surgió de su interior le invitó a pasar. El pobre
hombre casi se cagó en los calzones al oír su
nombre pronunciado por aquella sombría voz
desde aquella maldita casa pero aún así le echó
un par de bemoles y entró en la casa. Haría lo
que fuera por ayudar a su querida hija.
-"Bien, bien... Uno de los que siempre me ha
evitado viene a solicitar mi ayuda. Esto es muy
interesante.."- Gritó la bruja en cuanto le vio.

Luis Celaá Morales. 507 " El Último Dragón"


-"Señora... Bien es cierto que siempre la he
evitado porque usted me da cierto respeto y a mí
no me gustan ni los problemas ni molestar a la
gente pero le puedo jurar que jamás la he faltado
el respeto ni he obrado en su contra... Usted
sabe que si no fuera porque estoy desesperado
no la molestaría pero es que ese maldito rey ha
secuestrado a mi niña y...."- el hombre dejó de
hablar porque se acababa de derrumbar. Había
aguantado con entereza hasta ese momento
pero ya no pudo más y se puso a llorar como un
bebé lactante.
La bruja, no se sabe si por pena o porque le
estaba entrando dolor de cabeza, le dijo que por
favor se callara. Qué no se preocupara que le
iba a ayudar sin pedir dinero ni nada a cambio
pero sí que le tendría que hacer un favor cuando
llegara el momento.
El hombre, que estaba desolado, aceptó sin ni
siquiera escuchar lo que la anciana mujer le iba
a proponer lo cual agradó a la mujer en exceso.
-"Está bien. Te ayudaré ahora mismo. Para ello
has de buscarme las cosas que te he apuntado
en ésta lista... Por cierto, ¿Sabes leer? ¿Sí?
estupendo. Consígueme todo lo más rápido
posible y vienes corriendo para preparar la
poción. Cuando regreses te diré que favorcito
me tienes que hacer para sellar nuestro pacto"-

Luis Celaá Morales. 508 " El Último Dragón"


El hombre salió corriendo al monte a buscar lo
que la bruja le pidió. Al principio eran cosas
fáciles de conseguir como sapos, ciertas plantas
o algún ratón muerto pero luego la cosa se
complicó hasta tal punto que llegó a solicitar...
¿UN PELO DE HOMBRE LOBO? ¿Dónde
demonios iba a encontrar eso?
Por más que buscó nada encontró. Caminó
toda la noche, preguntó y buscó pero ni rastro de
un hombre lobo. Finalmente regresó con todo lo
que le había pedido la mujer menos con el pelo
del hombre lobo que no pudo conseguir.
-"Vaya... aquí tenemos la mandrágora, dos
ratones muertos, las plantas, el ojo de un
cocodrilo... pero, ¿Dónde está el pelo de hombre
lobo? ¿No lo encontraste? en ese caso nada
puedo hacer... Sin el pelo del hombre lobo la
poción no funcionaría y no podría hacer regresar
a tu hija. Saldría mal...Lo siento. Tienes que
traerlo o no podré hacer nada..."- la bruja se lo
dijo tan cariñosamente que el hombre se quedó
desconcertado.
-"¡¡Pero mi hija!! ya es de día y no ha vuelto a
casa... ¡¡Sabrá Dios que le habrá hecho ese
maníaco!! ¿No sabe usted alguna manera de
conseguir el pelo de hombre lobo?"- Le preguntó
el hombre llorando y de rodillas intentando darle
pena a la sabia mujer.

Luis Celaá Morales. 509 " El Último Dragón"


- "Pues ahora que lo dices sí que hay una
manera pero es un poco drástica. Esta noche
hay luna llena. Por aquí ronda un hombre lobo
así que o le quitas un mechó de pelo sin que se
entere o lo matas y se lo quitas después. Tu
verás, es tu hija..."- la anciana le dejó con sus
pensamientos y se puso a cocinar alguna sopa a
fuego lento en la enorme olla que dominaba el
centro del salón de la casa.
El hombre le pidió descansar y comer algo
hasta la noche para estar en plena forma. La
mujer le sacó queso y un poco de vino. Al rato el
hombre estaba cansado que se quedó dormido
hasta bien entrada la noche.
Un enorme rugido despertó al hombre que por
fin se había quedado dormido después de dos
días sin poder hacerlo. Se levantó asustado y le
preguntó a la anciana que es lo que pasaba. La
anciana le sonrió y le dijo que ahí tenía el
ingrediente necesario para la poción.
El buen hombre suspiró. Cogió aire y le pidió
que le dejara alguna herramienta del campo.
Una azada iba a ser su arma contra el peligroso
hombre lobo, así que salió decidido a luchar con
él para hacer que se le cayera algo de pelo. Una
vez que se hiciera con el pelo volvería corriendo
a la casa.
Al hombre le extrañó la turbia mirada de la
bruja pero no dijo nada y salió a la calle.

Luis Celaá Morales. 510 " El Último Dragón"


No tuvo que buscar mucho porque a cuatro
metros de la casa se encontró de frente con un
enorme hombre lobo. Se acercó sigilosamente,
parecía como que aquel ser estaba distraído a
los suyo y no se había percatado de su sigilosa
presencia.
Sin pensárselo dos veces levantó su azada y
cuando se disponía a atacar oyó un rugido a sus
espaldas... ¡¡Otro hombre lobo!! ¿Qué iba a
hacer ahora?
Debía ser mediodía cuando el hombre se
despertó aturdido en la cama. Estaba mareado y
estaba desnudo en la cama. Tenía un enorme
vendaje que le cubría todo el torso. Se incorporó
asustado y vio a cuatro personas más que
estaban riendo en la cocina junto a la extraña
bruja. Cuando se percataron de que se estaba
intentando levantar la bruja fue hacia él y se lo
impidió...
-"¿Pero te has vuelto loco? ¡¡Ayer por la noche
te atacó un hombre lobo, debes descansar!!
¡¡Seguro que mañana por la mañana te
encuentras mejor y podrás ir a rescatar a tu
niña!! Además todavía estoy preparando la
poción y hasta la madrugada de mañana no
estará lista...Túmbate y descansa"- le dijo la
ancianita tratándolo como si fuera su hijo o algún
familiar cercano.

Luis Celaá Morales. 511 " El Último Dragón"


Quería levantarse para irse de aquel maldito
lugar aunque fuera sin la poción. Tenía ganas de
preguntar a la mujer que quienes eran esos
hombres que estaban con ella pero la anciana
tenía razón, estaba tan cansado que no podía
levantarse. Tenía que descansar y guardar cama
aunque no sabía si sería cierto lo del hombre
lobo porque no recordaba nada. Tan sólo tenía
que dormir un poco para reponer fuerzas y luego
se iría.
Cuando volvió a abrir los ojos su habitación se
encontraba en silencio. Miró por la ventana de
su habitación y comprobó que estaba
comenzando un nuevo día... ¡¡Había dormido
casi un día entero!!
Debió armar mucho ruido cuando se levantó
porque cuando miró para atrás vio como ¡¡seis
hombres!! le estaban mirando fijamente.
Como no sabía que hacer les preguntó por la
anciana. Uno de ellos, no muy joven pero
tampoco muy mayor, le dijo que se había tenido
que marchar a buscar unas plantas que la
hacían falta. El hombre, apesadumbrado, se
dejó caer en una silla de la cocina quejándose
de que nunca más volvería a ver a su hija con
vida. El hombre que había hablado con él, se
acercó y le dio una palmada en el hombro. No te
preocupes, le dijo, nosotros estamos aquí para
ayudarte.

Luis Celaá Morales. 512 " El Último Dragón"


Al hombre le cambió la cara y extrañado les
preguntó, "¿A mí por qué? ¿Quien soy yo para
vosotros para que me echéis una mano cuando
ni los míos quisieron hacerlo? ¡¡Todos me han
abandonado!!" - clamó el hombre mirando al
cielo.
- "Nosotros te vamos a ayudar por dos motivos.
Uno, somos todos familiares de la bruja y nos
explicó la situación y dos, ahora eres uno de los
nuestros. Yo soy el hombre lobo que te atacó, al
que viste era mi hermano.. Este hombre que
está detrás mía. Al morderte te hemos hecho
uno de los nuestros. Lo siento pero ese era el
pequeño favor que te pedía mi madre a cambio
de salvar a tu hija... Por cierto, ahí en la alacena
encontrarás la poción. Cógela, nos será muy útil"
y sin esperar respuesta el hombre se volvió a los
suyos que empezaron a recoger todo como si se
dispusieran a irse a algún sitio. Les vio coger
armas, comida y otras cosas...
-"Pero... pero... yo no soy un hombre lobo. Es
más me encuentro mejor que antes, me noto
más fuerte y más despierto"- le susurró al
hombre que parecía el líder del grupo, el cual le
ignoró olímpicamente pues estaba con los
preparativos.
Pero la bruja acababa de regresar y le estaba
observando desde el umbral de la puerta. Su
rostro no reflejaba ni alegría ni pena.

Luis Celaá Morales. 513 " El Último Dragón"


El hombre se volvió hacia ella y la acosó a
preguntas. La bruja lo hizo callar de forma
autoritaria y le ordenó que cogiera la poción y
saliera de su casa. Ella había cumplido su parte
del trato y él, a cambio, se había transformado
en un hombre lobo. Ese era el favor que le tenía
que hacer, como no la dejó hablar pues no se lo
pudo explicar...
Al buen ganadero se le cambió la cara y se
puso blanco. Ahora recordaba la conversación y
era verdad. Ella no terminó de explicar las
condiciones. ¡¡Ahora era un jodido hombre lobo!!
-"No te preocupes, hombre. Ahora eres uno de
los nuestros y te vamos a ayudar a recuperar a
tu hija. Ésta poción sirve para poder convertirnos
en hombres lobo de día, lo malo es que tan sólo
dura unas horas los efectos pero no importa por
que nos la tomaremos un poco antes de atacar y
nos sobrará. Además hay de sobra para algunos
de nuestros hermanos que ya están allí
esperando. No te traumatices, si no hubiera sido
por el trato con mi madre jamás hubieras
recuperado a tu hija. Favor por favor. Nosotros
te devolvemos lo que más te importa en la vida y
nosotros te hacemos de los nuestros. Hoy en día
somos muy pocos hombres lobos y queríamos
más gente para que nos ayudara. Da gracias de
que mi madre es buena gente y no accedió a
que en el trato también entrara tu hija..."- y el
enigmático hombre se fue una vez le dijo esto.
Luis Celaá Morales. 514 " El Último Dragón"
Del viaje de los hombres lobos hasta el Reino
de Somonkano no nos ha llegado ninguna
noticia hasta el día de hoy pero sí que sabemos
que cuando el ganadero llegó con los hombres
lobo al reino ya era de noche y estaban allí
esperándolos otros treinta miembros más de su
clan. Cuentan que muchos de los soldados del
reino huyeron presas del pánico al ver aparecer
a tantos hombres lobo en un atardecer
cualquiera. La gente huía despavorida, nadie se
explicaba que hacían tantos hombres lobo juntos
y a esa hora del atardecer que encima esa
noche no iba a haber luna llena. El ataque fue
rápido y cruel. Murieron muchos soldados y
también varios campesinos y gente humilde que
se interpuso entre ellos para proteger a su rey, el
cual murió despedazado por un hombre lobo
furioso. La bella joven se desmayó del susto y
los hombres lobo la sacaron de su encierro
rompiendo las cadenas y llevándosela lejos de
allí. En la huida se llevaron todos los objetos de
valor que pudieron pero no atacaron a nadie que
no se interpusiera en su camino.
El final de la historia varía según quien te lo
cuente. Unos dicen que cuando el hombre
recuperó a su hija decidió abandonar la manada
e irse a vivir con ella sus últimos días de vida
pero no pudo soportar ser un hombre lobo
solitario y acabó suicidándose.

Luis Celaá Morales. 515 " El Último Dragón"


Otros cuentan que el buen hombre le explicó a
su hija lo que había pasado y ésta, horrorizada
con lo que su padre había hecho por ella,
decidió también ser una hombre lobo por lo que
pidió que la transformaran y así hicieron. Con el
tiempo, la buena mujer se enamoró del hijo de la
anciana bruja y tuvieron una hermosa camada
de varios cachorros. Dicen que sus nietos, aún
hoy en día, siguen vengando el secuestro de su
abuela y que una vez al año cuando menos se lo
esperan atacan cruelmente el reino matando a
todos los soldados que encuentran pero sobre
todo a los descendientes de aquel cruel Rey
Insaciable que tanto daño hizo en su reinado.
Aunque la versión más extendida es la de que
la mujer no se desmayó del susto sino que murió
de un infarto producido por el miedo al ver a
tantos hombres lobo juntos. Eso lo comprobaron
una vez que salieron del castillo. El hombre, loco
de rabia, atacó al hijo de la anciana bruja el cual
no esperaba el ataque y sucumbió bajo la furia
de aquel pobre desgraciado. El resto de la
manada al ver el ataque despedazó al ganadero
que puso fin a sus días junto a su joven amada.
Aún, hoy en día, se puede ver un túmulo que
levantaron las gentes de lugar en homenaje a
aquellos hombres lobo y la joven para poder
agradecerles que les libraran de aquel mezquino
rey que tanto daño les hizo.

Luis Celaá Morales. 516 " El Último Dragón"


No se sabe cual es el verdadero final, así que
escoger vosotros el que más os guste. Intenté
averiguarlo por mis propios medios y me fue
imposible. A cada humano que preguntaba de
aquel mundo me decía una cosa distinta. Hubo
hasta quien me dijo que los hombres lobo no
consiguieron triunfar en el ataque y que la pobre
mujer para no darle el hijo a aquel mezquino rey
acabó suicidándose, pero esto sólo me lo contó
un anciano hombre del que cuentan que no anda
muy bien de la cabeza así que yo os he contado
los finales más extendidos de aquel triste cuento
que es uno de los más populares en el Mundo
Mágico para que conozcáis un poco más la
cultura de aquel lugar....

Luis Celaá Morales. 517 " El Último Dragón"


Muchas gracias a todos aquellos que me habéis apoyado
tanto éstos años. Continúo con la larga travesía que
comenzó con “La Verdadera Profecía”. Es curioso que lo
que iba a ser en un principio un cuento breve se haya
convertido en una saga. No pensaba escribir ésta segunda
parte, de verdad. Pero, aparte de que le he cogido cariño
a Veena y a otros personajes, el sincero agradecimiento
de varios de vosotros y la insistencia para que hiciera una
segunda parte han hecho ésto posible.
También agradezco las críticas que he recibido, pues
me hacen más fuerte y me ayudan a seguir escribiendo.
Gracias, de verdad, a “los criticones”
Para los que os gustó la otra parte: se que va a ser
difícil que os guste tanto como la primera ( o no...jajaja)
porque ya no tengo a mi favor el factor sorpresa. Pero
espero que paséis un rato entretenido con éstas nuevas
aventuras que.. ¿Acabarán o no?
Yo tampoco lo sé, de verdad.
Tan sólo pretendía contar una aventura que me vino a
la cabeza. Ni voy a ganar dinero ni lo pretendo, ni
siquiera me considero bueno escribiendo; tan sólo quiero
divertirme y que paséis un buen rato leyendo.
Además sólo hay un camino para aprender en casi todos
los campos de la vida: la práctica. Si no haces las cosas
difícilmente aprenderás. En eso estoy, en aprender a
escribir buenas historias. Espero que de aquí a que sea
viejecillo aprenda a escribir alguna historia chula...

Luis Celaá Morales. 518 " El Último Dragón"


Para los que siempre estáis en mis pensamientos y mi
corazón, muy especialmente a:
Mis padres (Luis y Ana), mis hermanos Carlos y
David, El resto de mis familiares, A mi compañera de
alegría y de penas ( Siempre tuyo, Raqe), Elena Muñoz
(“Helen”),Unai Prieto, Natasha Campos, Zika Red,
Peke, Torke, ( y el resto de “Pepineros Hooligans”), a
Begoña, a los PerjudiK.O.S. (Rute, Paco, Futre, Rata,
Javilín, etc), A César Fernández (y sus colaboraciones
maravillosas),a la familia Llorente, a Cristian “el Rojo” y
a Juanda.
A Alfredo Díez por ser mi más ferviente admirador, un
buen vendedor y quien llena las jarras de ilusiones y de
ese néctar que llamamos Calimocho en esa gran Bodega
Díez.
También quiero agradecer el cariño que me han dado
la gente que integra esa familia llamada “Bar Luvi”,
especialmente sus camareros (Paco, Manolo y Fran)
Como no, gracias infinitas a la Peña Rayista
PacifiK.A.O.S. También a mis hermanos de nuestro bar-
templo Luvi: a Ángel “Anxelmo”, Mario “Talavera”,
Gerardo “Metal Rayista”, Antonio “Yonki”, a Pablo,
“Pablito” (Aupa Sporting), Pol, Aitor, Arturo...
Tampoco tengo palabras de agradecimiento suficientes
para expresar lo que siento por aquella gente que se deja
la garganta apoyando a esos maravillosos equipos de
fútbol que me hacen sufrir domingo tras domingo (y de
vez en cuando me dan una alegría).

Luis Celaá Morales. 519 " El Último Dragón"


Gracias a Bukaneros, Planeta Rayista, Ghetto 28,
Orgullo 93, Núcleo Duro (especialmente a la sección
Canarias), Los Pibes (qué grande eres Hernán)... Estoy
orgulloso de poder haber estado con vosotros en cientos
de estadios y de ver como nos dejamos la garganta
domingo tras domingo animando al Rayo Vallecano y/o al
C.D.Leganés.
Recordar que “pasan los años, pasan los jugadores, la
directiva mañana ya no está....” pero vosotros siempre
estaréis ahí.
También debo agradecer a los siguientes locales (y a
sus respectivos camareros) por su infinita paciencia
conmigo (sobre todo a ciertas horas):
Bar Luvi (Fran ,Manolo y Paco), Bodega Díez
(Alfredo),
La Senda, La Jungla...
A los que alguna vez os hayáis divertido conmigo o me
hayáis escuchado por amistad, muchas gracias.
También se lo dedico a la gente a la que se le quiere en la
distancia pero que se la ve menos de lo que se querría:
Sonia “Que vive en Castellón pero es de Teruel”, Diana
de “Esukadi”, mis tíos “de Menorca”, Pele de “Barna”,
Hernán “Grande Argentina”... y a todos aquellos que me
comprasteis los más de doscientos libros que conseguí
vender de “La Verdadera Profecía”. Para vosotros es
para quien realmente va dedicado éste libro, espero que
se os aclaren las dudas del anterior libro.

Luis Celaá Morales. 520 " El Último Dragón"


¡Ah, se me olvidaba! Para aquellos que me querían
ofender diciendo que si mi libro era como “Harry Potter”
o “El Señor de los Anillos” muchísimas gracias. Para mí
es un honor que me comparen con ellos...
Espero algún día aprender a escribir la tercera parte
de bien de como escriben sus respectivos autores.
Un último juego, cuando terminéis de leerlo buscar los
pequeños homenajes que he hecho en el libro a personas,
lugares o autores que me han marcado en mi vida por
algún motivo..jeje
Os dejo con la lectura del libro, saborear cada
palabra, disfrutar cada página y lo más importante,
pensar que tan sólo es una aventura, un cuento.
No hay que buscar tres pies al gato ni compararlo con
otras cosas, tan sólo pretendo contaros una historia que
tengo en mi cabeza y que os divirtáis.
Gracias, de corazón, por colaborar conmigo y por estar
siempre ahí. Un abrazo de oso para tod@s

Luis Celaá Morales. 521 " El Último Dragón"


GUÍA DE PERSONAJES Y LUGARES DE “EL
ULTIMO DRAGÓN”

ALMA HUMANA: Organización rival de la famosa “56


Legión”. Ésta organización vela por la seguridad y
derechos de los seres humanos, que son criminalizados,
esclavizados y asesinados sin piedad en la mayoría de los
mundos; en especial en el mundo mágico al que va el
protagonista. Están repartidos por la mayoría de los
lugares conocidos aunque están muy debilitados en
algunos lugares. Su sede central está en la ciudad
portuaria de Bobostock, antigua ciudad comercial. La
mayoría de sus integrantes suelen ser humanos, aunque
últimamente también hay Elfos, Semi-elfos, Enanos, Semi-
enanos, Tralfis, algunas Hadas Bondadosas, etc.

ALCHERINGA O EL TIEMPO DEL SUEÑO: En mitología es


aquel en el que los seres sobrenaturales, Dioses o
monstruos originarios actúan y con sus acciones crean las
cosas. Es el tiempo de los orígenes. Los ritos unidos al
recordatorio de tales o cuales sucesos míticos tratan de
establecer una comunicación con ese tiempo fundacional
y sagrado. Es como si fuera un tiempo prestigioso y
lejano, el tiempo de los comienzos. El de los Dioses o el
de los Héroes en tratos con los Dioses.

Luis Celaá Morales. 522 " El Último Dragón"


Un tiempo distinto del de la vida real, aunque por medio
de la conmemoración o la evocación ritual puede renacen
en éste otro lado. A ese otro tiempo se le conoce con
Alcheringa.

APOLODORO: Erudito que recopiló, por primera vez, los


mitos griegos en un par de libros y un apéndice.
Recogiendo cuantas noticias le llegaban de la larga
literatura griega. A éste resumen mitológico se le llamó
Biblioteca. Gracias a él la Tradición Oral, que era la que
había hasta el momento, pasó a ser escrita. Una inmensa
Biblioteca, de la que el personalmente se encargó de
extraer, recopilar y resumir todos los mitos que había
hasta el momento de diferentes culturas.

ASNARÁASHA: Ancestral Diosa, tan antigua como


los primeros Dioses. Es la señora de las serpientes,
dragones y dueñas de las cuevas y su oscuridad.
Hace muchos siglos concentró todo su poder en ella
y creó los primeros seis dragones, de los cuales
surgieron todos los demás. Los Dragones siempre la
veneraron y respetaron como su Madre y Diosa
creadora. Poco a poco los dragones alcanzaron un
poder sólo equiparable al de los Dioses. Así que los
Dioses castigaron a la Diosa por haberlos creado. La
encerraron para siempre en una extraña cueva
mágica que la retendría eternamente sin poder salir.
Veena se topa casualmente con ella y su vida
cambiará para siempre.

Luis Celaá Morales. 523 " El Último Dragón"


BOBOSTOCK: Antigua ciudad portuaria. Fue un
lugar muy importante en su época, pero fue
infectada por una epidemia en la que todos sus
habitantes murieron. Tras unos años de decadencia
fue ocupada por la organización “Alma Humana”
como su sede central. Gracias a su privilegiada
situación geográfica se puede defender muy bien,
como así fue durante años que la organización rival,
“La 56 legión” la acosó sin ningún resultado.
BOSQUE DE GADINOR: Lugar mítico en el mundo mágico.
Es un bosque muy oscuro, profundo y peligroso. Habitado
por numerosas y peligrosas criatura. Su vegetación es tan
densa que apenas deja pasar la luz solar a los que crucen
el bosque. Está plagado de Entos que protegen y cuidan
del resto de vegetación e intentan impedir el paso a los
peligrosos humanos que suelen tratar muy mal a la vida
vegetal. Lugar peligroso y no recomendable de atravesar
a no ser que no tengas más remedio. Si has de cruzarlo
hazlo, pero nunca viajes sólo o pueda que te arrepientas.

BUSTUM: En la antigua Roma era el lugar dónde


quemaban y sepultaban los cadáveres, o sea una especie
de tumba o sepultura. Asnaráasha llama irónicamente así
a su guarida, pues es un lugar de muerte para los incautos
seres que tropiezan con ella, pues ninguno sale con vida
de allí.

Luis Celaá Morales. 524 " El Último Dragón"


CATACUMBAS: Los humanos que vivían y defendían la
ciudad de Bobostock, se inspiraron en la antigua Roma
para hacer una red de túneles y lugares subterráneos
bajo su ciudad para esconderse o escapar en caso de
asedio y derrota en la defensa de la ciudad. Las
Catacumbas son lugares oscuros, peligrosos (pues están
llenos de trampas) y conectan la ciudad con diversos
lugares en el exterior.

CONSEISAO: Joven Centaura que aún no ha


superado su “prueba de madurez” para pasar a la
edad adulta como hacen todos los centauros.
Quirón la designa como acompañante de Veena, en
la breve pero instructiva estancia de ésta entre los
centauros. Es una joven hermosa y simpática,
aunque demasiado irónica y habladora. A veces
saca a Veena de sus casillas, aunque ésta sabe que
lo hace sin ninguna maldad.
CORAZONES NEGROS: También se les conoce como
“Traidores sin corazón” debido a lo peligrosos que son y
la violencia que utilizan en sus acciones. Son temidos y
respetados en el Mundo Mágico porque son letales y ya
no creen en nada. Éste peculiar ejército está integrado
por gente de diferentes razas que han sido previamente
engañados y traicionados por los suyos; como por
ejemplo: Gárgolas, Silfos, Enanos, Tralfis, Semi-enanos,
Orcos, Duendes, Trasgos… Incluso, a veces, van
acompañados de los peligrosos Entos,

Luis Celaá Morales. 525 " El Último Dragón"


los cuales nadie sabe cómo pero caminan y pelean junto a
ellos. Posiblemente gracias a algún tipo de magia negra.
Aceptan a casi todo el mundo en sus filas, tras pasar unas
duras pruebas, menos a las “razas pro humanas”; esto es:
Humanos, Elfos, Semi-elfos, etc. Es impresionante ver a
gente de diferentes razas y forma de pensar combatiendo
juntos, pero es el propio odio lo que les hace estar unidos
y ser tan peligrosos.

TAENERYS: Una de las valquirias más conocidas en el


Mundo Mágico. Una gran guerrera y una obediente
militar. A ella la encargan otra nave en el asedio a la
ciudad portuaria de Bobostock. Es extremadamente cruel
en la guerra, por lo que se la conoce como, “La Valquiria
sin piedad”

DAFNE: Jefa Valquiria. Es la segunda en la escala de su


raza tras la temible Freeza. Comandó a las tropas anti-
humanas en el ataque a Bobostock. Es un duro rival,
experta en el manejo de las armas y la estrategia militar.
Aunque muy fiel, pues sigue ciegamente las órdenes de
su líder, Himler.

DARKWINGX: Joven vampiro. Jefe de Escuadrón. Pese a


su juventud, posee una amplia experiencia en el campo
de batalla y es muy respetado entre los suyos.

Luis Celaá Morales. 526 " El Último Dragón"


Quizás por eso, Himler confía en él para que vigile y
mande a los suyos dándole el mando de la nave en la que
van los de su raza y las momias.

DUDENAI: Jefe Trasgo que comanda otra nao en la


sangrienta batalla. Queda muy tocado tras el ataque
marino a Bobostock. Pese a que no es un personaje
relevante en el Mundo Mágico, aquí juega un pequeño
papel.

DUENDES: Como ya os conté en la primera parte de


ésta aventura, los Dioses los utilizan para controlar a
los seres humanos. Especialmente para que estos
curiosos seres no metan la nariz en asuntos mágicos
que no comprenderían debido a la limitada
inteligencia del ser humano. Con el tiempo se sub-
dividen en varias razas; siendo las más comunes:
Bondadosos, Pasivos y Malignos.
Desgraciadamente, los que más abundan son los
Malignos
DRAGONES: Los Dragones fueron, en su época,
los seres más poderosos que surcaron los cielos.
Descendientes directos de la Diosa, Asnaráasha,
llegaron a ser muchísimos y dominar casi todos los
mundos. Pero los Dioses, siempre vanidosos y
conspiradores, decidieron que eran seres demasiado
poderosos y que quizá en el futuro conspirarían para
arrebatarlos el poder; nada más alejado de la
realidad pues los Dragones eran seres libres.

Luis Celaá Morales. 527 " El Último Dragón"


Tenían respeto a su Diosa por haberlos creado e
incluso podrían obedecerla en un momento
determinado de guerra o catástrofe pero eran seres
que no se atenían a ninguna regla ni ninguna
obediencia. Cuando querían algo lo hacían o lo
cogían. Además, eran respetuosos con los demás
no matando nada más que en defensa propia o para
subsistir pese al gran poder que tenían lo que les
hacía casi invulnerables.
Se contaron muchas leyendas sobre ellos pero
nunca se pusieron de parte de ningún rey ni
sacerdote, sólo actuaban si veían alguna injusticia
extrema en ese momento pero al no gustarles la
hipocresía solían vivir aislados del resto de los
demás. Muchas razas intentaron cazarlos y
exterminarlos con pocos resultados, especialmente
cansinos fueron los humanos que los veían como
una amenaza. Finalmente, tras siglos de
persecuciones humanas los Dragones a veces
atacaban a poblaciones humanas en represalias
aunque pronto se aburrían y se iban a otros lugares
más tranquilos para vivir en paz. Se les creía
extintos hace muchos eones de tiempo, aunque
últimamente circulan rumores sobre un supuesto
Dragón volando por el Mundo Mágico y otro
pequeño que está escondido en las Montañas
Nevadas de Farinell. Aunque, por supuesto, esto son
sólo rumores de campesinos asustados…

Luis Celaá Morales. 528 " El Último Dragón"


DYONISO: Dios del vino y la vid. De la fiesta, las ganas de
vivir y la vegetación. Dios barbado que siempre va
acompañado de Sátiros y Ménades. Lleva una corona de
Vid en la cabeza, en los hombros lleva una piel de corzo y
suele aparecer con un bastón de yedra. En sus ritos, los
“bacantes” (o sea los fieles) van a danzar al monte
(oreibasía) y en las alegres fiestas celebran sus conocidos
ritos ( o sea la brutal orgía), que incluyen el perseguir a
animales agrestes y comérselos crudos (omophagia);
sintiéndose poseídos por su Dios.

ENANOS: Antiguamente solían ser neutrales,


aunque últimamente se suelen decantar en algún
lado, especialmente cuando hay grandes sumas de
dinero o metales preciosos en medio ya que son
muy codiciosos. Normalmente se llevan mal con
Trasgos y Duendes, aunque por codicia pueden
soportarlos. Son valientes, aguerridos y fuertes pese
a su reducido tamaño. Están un poco limitados
mentalmente, aunque su limitación física la suplen
con gran cantidad de herramientas ya que son
extremadamente hábiles en la fabricación y manejo
de éstas.
ENTOS: Curiosos árboles, dotados de lenguaje e
inteligencia propias. Se alimentan de seres vivos, aunque
muy especialmente de seres humanos pues su carne les
parece deliciosa y además los odian profundamente por
lo mal que tratan a la madre naturaleza.

Luis Celaá Morales. 529 " El Último Dragón"


Su técnica suele ser siempre la misma, te dormitan con un
suave aroma que desprenden. Te apresan cuando estas
cerca de ellos y con su impresionante fuerza van
apretando hasta que mueres entre insoportables dolores.
Luego te hacen trocitos y te devoran poco a poco,
guardando los restos entre sus imponentes raíces.

ERUS: Asnaráasha al ver como los Dioses mataban a todos


los Dragones gastó casi todas sus fuerzas en crear los
últimos 13 Dragones. Gracias a un agujero que hizo en su
guarida, escondió los huevos. Con el tiempo, los separó y
los entregó a diferentes discípulos o razas amigas para
que las escondieran en diferentes lugares y asegurarse la
continuidad de la raza. Se quedó con el huevo más
pequeño y lo escondió en su guarida, su Bustum. Cuando
nació, lo educó y cuando creció, le explicó sus orígenes y
su condición. La condición de ser, el poderoso Erus, el
último Dragón.

ESFINGE: Monstruo originario del milenario Egipto, con


cuerpo de León, cabeza de seductora mujer y alas de
poderosa águila. Si tienes la mala suerte de encontrártela
te planteará un enigma. Si lo soluciona sigues adelante,
pero como falles te devora. Si la vences, ella no lo
aceptará y se suicida sin poderlo evitar pues va en su
esencia.

Luis Celaá Morales. 530 " El Último Dragón"


FANTASMAS: Todos hemos oído hablar de los
fantasmas, aunque pocos creáis en ellos y menos
los hayáis visto. Son seres no muertos que en otra
vida estuvieron vivos. Generalmente eran humanos,
aunque los hay de otras razas. Suelen aterrar a los
que se encuentran con ellos porque transmiten el
gélido aliento de la muerte. Son incoloros e
incorpóreos, por lo tanto son transparentes.
Los Dioses les dan forma a lo que fue un alma en
vida. Se la dan lo más parecido posible a su
envoltorio carnal para que lo acepten mejor.
Habitualmente sólo les dan forma de tronco para
arriba siendo el resto del cuerpo intangible. No se
puede hablar con ellos porque, aunque pueden
entendernos con la práctica, no pueden hablar.
Además las palabras y los ruidos les molestan
mucho; les retumban en su cabeza al ser
excesivamente sensibles por eso suelen buscar
lugares tranquilos, apartados o prefieren la noche al
ser más silenciosa.
Las únicas formas de comunicación con ellos son
bien por gestos o si tienes una mente entrenada y
preparada puedes llegar a comunicarte mentalmente
con ellos. Éstas almas no se han ido al otro lado
porque les falta algo importante por hacer en éste
mundo. Por eso los Dioses los dejan como
fantasmas hasta que cumplan su misión, pudiendo ir
a descansar eternamente cuando la terminen.

Luis Celaá Morales. 531 " El Último Dragón"


FALINDRELL: Una ciudad relativamente importante del
Mundo Mágico. Sobre todo destaca por dos cosas: su
comercio con las armas elaboradas por sus habitantes y
por ser la última ciudad en la que hay vida (casi toda
humana o “razas amigas”) antes de llegar a las inhóspitas
y peligrosas Montañas Nevadas de Farinell. Los
habitantes no son muy acogedores por lo que la mayoría
de los forasteros que pasan por ahí sólo va de paso o por
comercio.

FARINELL: Montañas Nevadas de Farinell, lugar del que


dicen que aún quedan con vida algunos Trolls. Aunque
esto no está confirmado, sí se sabe que en éstas
indómitas montañas aún viven otras criaturas tan
peligrosas cómo desconocidas (Se han oído rumores de
algunas criaturas como de Los Espíritus de las Nieves
pero no se sabe sin son ciertos o no)

FLIPAOVIX: Veterano general Tralfi. Curtido en mil


batallas. Harto de la hipocresía existente entre razas
abandonó su hogar desde niño: la bella y amurallada
ciudad de Rimantel. Con el tiempo se fue desengañando
de las acciones militares de su época y del trato con los
humanos. Desertó y vagó sin rumbo hasta que conoció a
unos extraños seres comandados por un curioso humano.
Pertenecían a una facción llamada “Alma Humana” que
navegaba al margen de la ley.

Luis Celaá Morales. 532 " El Último Dragón"


No sólo eran una organización delictiva si no también una
forma de vida que a Flipaovix le maravilló. Se unió a ellos
y empezó a escalar puestos en la organización debido a su
formación militar y a su mente de estratega. Cuando la
organización se asentó en la ciudad de “Alma Humana”, a
él le encargaron la defensa. Instruyó a los habitantes y los
organizó en un pequeño ejército que se defendió
bastante bien de los ataques de la peligrosa “56 legión”
hasta el día en que llegó Himler con sus tropas.

FUEGO DE LOS DIOSES: Armamento muy utilizado en el


Mundo Mágico. Se utiliza tanto para defender
ciudades como para asediarlas. Se necesitan grandes
catapultas que sean ignífugas y que estén preparadas
para lanzarlo. El fuego de los Dioses está compuesto por
balas de cañón rodeadas de trapos, paja y otros
elementos inflamables bañados en un peculiar aceite.
Justo antes de dispararlo se les prende fuego con una
antorcha o por otro sistema. Son muy útiles para
defenderte de un asedio o contra máquinas de guerra
pues tienen un efecto devastador al ser bolas de gran
tamaño. Normalmente cada catapulta es manejada por
tres o cuatro seres; dos para cargar la pesada bola y
lanzarla y otra para prenderle fuego e intentar dirigir el
mortal proyectil.

Luis Celaá Morales. 533 " El Último Dragón"


GOBLINS: Junto a los Orcos y los Trasgos suelen
hacer una alianza natural perfecta. Se suelen llevar
bien ya que tienen los mismos intereses. Suelen ser
del mismo tamaño que algunas razas de enanos
comunes pero son físicamente más feos y menos
fuertes que sus antagonistas. Tienen largas y
puntiagudas orejas con las que captan cualquier
sonido en kilómetros a la redonda. Su delicada vista
y su fino oído les hace ser extremadamente útiles
como espías gracias a estos rasgos. A una buena
parte de ellos se les suele dar bien las curas
naturales, por lo que algunos de ellos acaban siendo
chamanes o ayudantes especializados en descubrir
raíces y plantas curativas. A los que no se les da
bien la medicina suelen encaminar sus pasos hacia
la trampería ya que tienen una gran pericia para las
emboscadas y las trampas. Son seres de limitada
fuerza física y se reproducen con extrema facilidad.
GUARDIANES DE LOS PORTALES: Seres con un
poder equiparable al de los Dioses. Siendo los
únicos que les podrían igualar en potencia aunque
con la triste y condenatoria misión de proteger el
portal al que les encomiendan con su propia vida.
Han de hacer lo que los Dioses le ordenan
mentalmente. Si no lo hacen, éstos los matarán en el
acto y los sustituirán instantáneamente por otro
exactamente igual. No pueden abandonar el portal
nada más que unos segundos bajo ningún pretexto o
morirán al momento. Son todos de género
masculino.

Luis Celaá Morales. 534 " El Último Dragón"


Tienen apariencia humana, aunque se asemejan
más a los gigantes con los que mucha gente les
emparenta. Son tan altos como éstos, miden entre
tres y cuatro metros de altura. Tienen una
complexión bastante robusta, enorme barba y son
muy parecidos entre sí físicamente, estando todos
unidos mentalmente para su mejor control. Así todos
comparten emociones y pensamientos. Cuando uno
sufre todos sufren y sí uno pensara en traicionar a
los demás no podría. Son demasiado fuertes e
inteligentes siendo muy difícil engañarles pues
dominan tanto la Legemancia como la Oclumancia.

HADAS: Como ya las estudiamos detenidamente en


“La Verdadera Profecía” aquí sólo os haré un
pequeño resumen. Antiguamente había
innumerables tipos de hadas en todos los mundos,
pero debido a diversas circunstancias y su dificultad
para reproducirse llegaron a la casi extinción. Ahora
mismo existen tres tipos de hadas. Todas las hadas
tienen poderes mágicos que cada una utiliza según
enfoque su forma de vida. Las Bondadosas o
Benignas para hacer el bien al ser humano y
ayudarles ya que suelen estar enamoradas de
nosotros aunque pocas veces se presentan ante
nosotros ya que son muy tímidas y se avergüenzas
de su aspecto, ya que son las menos atractivas de
las tres. Las Neutrales suelen utilizar la magia para
su beneficio, ya que siempre van a lo suyo pasando
de todos los demás.

Luis Celaá Morales. 535 " El Último Dragón"


Son las más atractivas con diferencia creando
envida en las malignas con lo que a veces hay
tiranteces entre ellas aunque normalmente las
astutas malignas las suelen utilizar en su
conveniencia ya que las neutrales son las hadas
más poderosas y uno de los seres más peligrosos
con la magia existente. Son más numerosas que las
Benignas pero menos que las pérfidas malignas. Las
cuales viven para fastidiar la vida del ser humano.
No pueden evitarlo ya que lo llevan en su esencia y
le culpan de todos los males habidos y por haber.
Se acortan la vida para fastidiar la de los humanos,
para ello se han de cruzar con un humano que les
diga algo que les siente mal o que hagan algo que
ellas consideren insultante.
Se quitan dos alas de las que poseen y
automáticamente su vida quedará ligada al humano
que las ha “humillado” haciéndole la vida imposible.
Sumándole desgracias y haciendo que viva un
infierno en la vida. Desgraciadamente, son las más
numerosas de los tres tipos de hada que aún
sobreviven hoy en día. Son extremadamente
peligrosas pese a que su magia es más limitada que
la de las otras. Los Dioses las suelen utilizar como
espías ya que son avariciosas pero también son
silenciosas y muy eficaces.

Luis Celaá Morales. 536 " El Último Dragón"


HATELEGOLAS: Personaje respetado en el Mundo
Mágico. Es un jefe Tralfi, encargado de comandar a
los corazones negros en el ataque a la ciudad de
Bobostock por la muralla éste, a través del desierto
que lo rodea. Pese a llevar un heterogéneo grupo
compuesto por Hadas, Lamias, Enanos, Duendes,
Semi-enanos, Silfos y Tralfis; consiguió llegar a la
ciudad pese a las condiciones extremas del desierto
sin importar las bajas ni las circunstancias. En el
pasado Hatelegolas fue un joven y apuesto soldado
Tralfi encargado de defender Rimantel.
Pero por una disputa amorosa con Sennier tuvo
problemas, ya que éste le hizo una fatídica
emboscada matando a la Tralfi amada y culpándolo
sin pruebas convincentes a él. Tras tres días y tres
noches de torturas insufribles le condenaron a
muerte, pero gracias a los Corazones Negros que se
apiadaron de él pudo escapar de la ciudad y unirse
a ellos a los que juró eterna fidelidad.
HÉCATE: Diosa arcaica procedente de Caria (Sur de
Asia Menor). Diosa Lunar, infernal y marina.
Descendente de los poderosos Titanes, hija de Perses
y Asteria; aunque no pertenece al Partenón de los 12
grandes Dioses Olímpicos ejerce un inmenso poder
sobre el mar, la tierra y el cielo. Era muy querida por
ser una Divinidad Bienhechora, hace prosperar a los
hombres (en diversas facetas como en la guerra, el
comercio, viajes, cría de ganado, etc.…)

Luis Celaá Morales. 537 " El Último Dragón"


pero si la contrarias o sencillamente le apetece por
que le hayas caído mal puede condenarte al fracaso
hasta límites insoportables. Hasta Zeus respeta su
omnipotencia. Pasa a ser con el tiempo una Divinidad en
el reino de los Infiernos. Vinculada al mundo nocturno,
Diosa de la Luna y de la Magia Oscura, aparece a menudo
bajo diferentes formas animales (perra, loba, yegua…)
Seguida por una inquietante jauría aullante.

HÉMERA: Diosa de la luz. Es el propio día personificado.


Es la antagonista de Nicte, la Diosa de la Noche. Es la
Diosa del día, la luz y la claridad. Suele ser neutral en
todas las contiendas a no ser que Nicte se personifique y
se ponga de parte de algún bando. Entonces ella,
irremediablemente, se posicionará en el lado contrario
pudiendo personificar una batalla infinita ya que las dos
poseen el mismo poder.

HIMLER: Entró en la gloriosa “56 Legión” a una edad muy


temprana. Poco a poco fue ganándose a sus jefes hasta
que por fin llegó a ser el nuevo Líder de la organización
terrorista. Éste Semi-orco llegó a ser un gran amigo del
mítico Seunmenn, pasándolo realmente mal cuando se
entera de su trágico final. Jura venganza y no descansará
hasta ver a la organización rival, “Alma Humana” extinta
para siempre.

Luis Celaá Morales. 538 " El Último Dragón"


Tiene un gran carisma entre los suyos que le ha servido
para que todos los que integran la banda le estimen y le
sigan sin rechistar, acatando sus órdenes en la batalla ya
que es un jefe muy duro en la guerra pero con un gran
corazón. También es un gran estratega y es demasiado
inteligente para ser un Semi-orco.

HUMANOS: Antaño fueron seres poderosos y


gracias a su desarrollada inteligencia y su habilidad
en las artes del engaño, manipulación y codicia
llegaron a dominar casi todos los mundos conocidos
pero su propio egoísmo acabó con ellos al explotar a
otras razas, que llegado el momento se rebelaron
contra ellos y sus “razas amigas” como suelen ser
los Elfos, Semi-elfos, etc. Los humanos crearon las
Ordenanzas Sacerdotales al descubrir que entre
algunos seres había algo “especial”. Al principio éste
sacerdocio estaba impregnado de seres humanos,
aunque últimamente han ido decayendo dominando
seres de otras razas, como los Tralfis (que como ya
sabemos tienen una sensibilidad especial). En el
Mundo Mágico, como ya vimos en “La Verdadera
Profecía”, quedan muy pocos humanos libres
habiendo algunos sitios dónde continúan
esclavizados por razas como los Minotauros.
Nuestro protagonista está en continúo peligro con sólo
estar presente en éste mundo, ya que muchas razas odian
a los humanos y a otras no les caen bien.

Luis Celaá Morales. 539 " El Último Dragón"


La organización multi-étnica “Alma Humana” se dedica a
luchar por los derechos de los Seres Humanos en todos
los planetas. Tienen su sede en el Mundo Mágico, ya que
es dónde más suelen luchar ya que en éste lugar es dónde
más injusticias sufren los pobrecitos humanos…

IÓBATES: Anciano y sabio humano que ingenia y manda


construir una impresionante red de túneles subterráneos
bajo la apacible ciudad de Bobostock por si algún día
fuera necesario escapar de un repentino ataque y a la vez
dejar “sorpresitas” a los invasores. Nadie sabe a ciencia
cierta su edad, pero cuando el mundo era joven él ya era
viejo. Todos escuchan sus discursos porque emanan
sabiduría y destilan dudas sobre la existencia humana.
Tiene a un joven e impulsivo discípulo, Tirinto, que le
sigue a todas partes y confía ciegamente en su maestro.

KAMPEAN: Animal ungulado parecido al ciervo que


conocemos aunque de un tamaño mucho mayor y
apariencia más fiera. Tiene un color verduzco para poder
camuflarse con facilidad en los bosques en los que habita.
Su hábitat es muy limitado ya que además de vivir en los
bosques necesita cerca una gran fuente de agua dónde
beber y bañarse, cosa que hacen con frecuencia para
jugar entre ellos. Suelen vivir en manadas o con otros
herbívoros, aunque cuando se hacen muy viejos
abandonan al resto para morir en soledad y no ser un
estorbo para la manada.
Luis Celaá Morales. 540 " El Último Dragón"
Pese a la enorme osamenta que llevan en la cabeza y su
gran velocidad quedan pocos ejemplares en la actualidad
debido a que su carne es exquisita. Se la considera de un
alto sabor culinario y es muy apreciada por las diversas
razas que pueblan el mundo mágico...

LA TABA: Juego muy popular en el Mundo Mágico. Éste


juego fue introducido por los primeros humanos que
jugaban con la Taba de un animal muerto (normalmente
con la de una oveja, que son las más manejables). Según
cayera la Taba al suelo, se apostaban diferentes cosas:
dinero, collejas o hacer las tareas de otro jugador. Se
extendió el juego rápidamente entre todas las razas,
especialmente entre Goblins, Orcos y Trasgos ya que al
ser tan simple les encanta. La única diferencia con el
juego original es que ellos no juegan con la Taba de
ningún animal sino con la Taba de un Humano. Para ellos
no jugar con la Taba de un Humano ( a ser posible quitada
de un humano que aún estuviera vivo…) era considerado
una ofensa muy grave.

LAMIAS: También conocidas como Ninfas de Agua.


Fueron creadas hace muchísimos siglos por la
Madre Naturaleza para proteger todo el mundo
acuático: ríos, charcas, pantanos y lagos. Aunque
en los mares no hizo falta puesto que esa misión fue
encargada a las poderosas Sirenas.

Luis Celaá Morales. 541 " El Último Dragón"


Su vida es eterna mientras exista el territorio al que
fueron encomendadas. Al igual que los Genios y los
Guardianes de los Portales, tienen un poder casi
infinito casi igual que el de los Dioses pero limitado a
la noche y al sitio dónde viven. Son
excesivamente atractivas, con apariencia humana.
Son demasiado caprichosas y vanidosas. Siendo
uno de sus principales entretenimientos el peinarse
sus largas y morenas melenas con un cepillo de
incalculable valor de oro del que raramente se
desprenden pues su objeto más querido. Duermen
de día bajo el agua ya que son nocturnas. Su misión
de proteger su territorio la cumplen a la perfección,
dando la vida si fuera necesario. Son muy mandonas
y exigentes. Se suelen relacionar con bastante
frecuencia con los seres humanos. Pueden llegar a
ser letales y disfrutan haciendo sufrir al hombre
enamorándole, haciéndole el amor y luego
desprendiéndose de él cuando les convenga. Si las
contrarias o solamente porque les apetezca pueden
convertirte en animal de granja o de campo. No es
conveniente cruzarse con ellas pero si no tuvieras
más remedio hay que dejarlas bien claro que amas
la naturaleza y que estás de paso, sobre todo decirlo
sin miedo. Así tendrás bastantes posibilidades de
que pasen de ti o de que te crean.

Luis Celaá Morales. 542 " El Último Dragón"


LARES: Antiguamente los había por millares en todos los
mundos conocidos. Al igual que los campamentos élficos,
los Lares de los Centauros son mucho más que un hogar.
Son su integración con la naturaleza. Siendo también su
formación y educación. En definitiva, son un estilo de
vida. Los Lares están siempre en simbiosis con la
naturaleza, no camuflados en ella sino integrándose
haciendo un todo. La naturaleza les da cobijo, formación
y descanso a los Centauros; a cambio ellos la protegen y
cuidan hasta con su vida si llegara a ser necesario.

LEGEMANCIA: Arte vital si quieres sobrevivir en el Mundo


Mágico. Es muy utilizado, ya que es la sabiduría de
comprender lo que te dicen en otro idioma y traducirlo
simultáneamente al tuyo. Es bastante útil para viajar de
un mundo a otro, dónde obviamente se hablan varios
idiomas e innumerables formas de comunicación, aunque
normalmente predomina el conocido como Lenguaje
Común.

LEPRESAUN: Enigmáticos seres, ligeramente


emparentados con los duendes. A veces la gente los
confunde porqué se parecen a ellos, aunque éstos
son más pequeños, molestos y elegantes. Fueron
creados hace miles de años por Morfeo para que
vigilaran sus continuos sueños. Su hábitat natural
son los sueños de las personas que les invocan.

Luis Celaá Morales. 543 " El Último Dragón"


Aparecen en tu vida si durante una pesadilla pides
tres veces consecutivas auxilio. El Lepresaun estará
contigo un tiempo dándote suerte si te consideran
interesante o digno de ellos. Sólo te recompensarán
con buena suerte si además de esto, les das
monedas de oro o joyas. Son vanidosos y
avariciosos por naturaleza. Algunos Lepresaun han
acumulado grandes fortunas a través de los siglos
aunque no las necesiten para nada; ya que no les
hace falta el dinero para nada pues no comen ni
tienen gastos al vivir en los sueños. Tan sólo
aparecen en el mundo real cuando les invocas. A
partir de ahí te darán buena suerte si les das dinero
a cambio. El dinero lo guardarán celosamente en
sus buscadas guaridas conocidas como Sionitas. Se
creen muy inteligentes así que si sabes llevarles (y
aguantarles, que hay que tener paciencia…) pueden
ser un buen aliado.

LOS APÁTRIDAS: Conocida Organización que


siembra el caos y la anarquía por dónde pasa. Su
nombre real es Conocida Organización Anarquista
Interplanetaria aunque se la denomina COI para
abreviar. Presente en todos los mundos y
dimensiones habitadas. No tienen ningún ánimo de
lucro ni aspiran a gobernar nada, tan sólo luchan
contra las injusticias sin importar si actúan al margen
de la ley o no. Rechazan cualquier dogma o ley
establecida.

Luis Celaá Morales. 544 " El Último Dragón"


La mayoría de sus integrantes son agnósticos,
aunque también hay religiosos en sus filas (Llegando
a infiltrar a sacerdotes en los Sacerdotes
Celestiales). En sus inicios eran todos humanos, ya
que éstos fueron los fundadores ante las barbaries
que veían cometer a los de su raza con la excusa de
hacer cumplir la ley. Hoy en día quedan muy pocos
en sus filas, abunda sobre todo los Tralfis, Silfos,
Murfos…
MANISTRAN: Joven Minotauro que en “La
Verdadera Profecía” se llega a hacer muy amigo
del Humano protagonista ayudándole en todo lo
que puede. Al volver a su mundo, nuestro
Humano le pierde la pista hasta que el Guardián
del Portal que conoce le informa de que la
poderosa Diosa Némesis le salvó la vida en el
último minuto. Desde entonces se hizo su más
devoto seguidor y que sigue queriendo mucho al
Humano.

MANQUESÍ: Como ya vimos en “La Verdadera Profecía”


es creado por los Dioses como complemento perfecto del
Señor Libro (D.E.P.). De éste sí que sólo se creó uno. Sí el
Señor Libro era la Teoría, el Manquesí es la práctica.
Sabe hacer todo lo que le pidas, te enseña de todo… Eso
antes, claro. Porque al final de la anterior aventura
enloqueció por el hechizo del Eifit. Actualmente se le ha
perdido la pista aunque la última vez que se le vio con
vida estaba por el Medi (Abismo de la Muerte),

Luis Celaá Morales. 545 " El Último Dragón"


escapó de un intento de captura y a través de un portal
llegó a nuestro querido planeta Tierra (O al menos eso le
dijo al Guardian de ese Portal)

MARA: Joven desaparecida de la ciudad de Falindrell, la


última ciudad habitada antes de llegar a las salvajes y
violentas Montañas Nevadas de Farinell. En éste
lugar se dice que conviven los últimos Trolls que quedan
en las Montañas Nevadas con otras criaturas tan
peligrosas como desconocidas para los humanos.

MENSFIELD: Pequeña ciudad al sur de la inmensa ciénaga


sin fin. Población muy alejada de Rimantel, ciudad
considerada como la capital del Mundo Mágico. A ésta
ciudad es imposible llegar por tierra porque al Norte está
situada la enorme ciénaga. De hecho fue construida así,
adrede para estar más guarnecida. Sólo se puede llegar
vía marítima, por el sur. Su puerto esté imbuido en un
pequeño golfo amurallado de difícil acceso. Además hay
varios controles para llegar a la ciudad. En Mensfield, los
lugareños no ven bien a los forasteros. Exceptuando,
claro está, a los gloriosos integrantes de la 56 Legión. En
ésta ciudad nació ésta organización terrorista. Durante
muchísimo tiempo fue la sede de la asociación bélica.

MEZZAYH: Jefa de las Medusas. Muy peligrosa. Es muy


veterana y muy inteligente. Odia más a los elfos que a los
humanos porque no puede entender que unos seres

Luis Celaá Morales. 546 " El Último Dragón"


tan inteligentes se mezclen con esa bazofia de carne.
Considera a los humanos como una raza inferior, no
iguales a las demás razas. En ésta historia juega un
destacado papel ayudando a Himler.

MINOTAUROS: Como ya vimos en la anterior


aventura, son descendientes directos del mítico
Minotauro de Teseo aunque son conservados y
ayudados a reproducirse por los humanos que los
utilizan posteriormente para su propio fin haciendo
de ellos poco más que esclavos. Algunos humanos
apenados por su situación les ayudan a escapar, les
curan, les esconden y les enseñan a leer, escribir,
matemáticas y otras ciencias.
Con el tiempo olvidan su pasado y aunque
conviven cierta época con los humanos pronto se
enfrentan a ellos al enterarse que aún hay humanos
que esclavizan a sus congéneres. Matan a los
humanos que les ayudaron y tras una breve guerra
se da la vuelta a la tortilla. Quitando a unos pocos
humanos que escaparon y son libres, en la mayoría
de los sitios dónde hay Minotauros, hay humanos
esclavizados. Son altos, fuertes y tienen cuerpo
humano (brazos, torso, piernas…) pero con rasgos
de toro y con una enorme osamenta. Su cuerpo está
recubierto con piel taurina, al igual que su cara. Son
inteligentes y sanguinarios, lo que les convierte en
un duro rival.

Luis Celaá Morales. 547 " El Último Dragón"


Aproximadamente viven unos setenta años aunque
muchos Minotauros no llegan a la edad adulta, ya
que sus madres les dejan a cierta edad infantil a su
libre albedrío para que descubran el entorno que les
rodea, como parte de su formación. Aún así
sobreviven muchos, convirtiéndose en unos
peligrosos seres. En la anterior aventura, el
protagonista traba una bonita amistad con
Manistran; un joven Minotauro al que conoce siendo
poco más que un bebé pero con el tiempo se
convierte en un inteligente adolescente. Al final de la
otra aventura se separan trágicamente…
MOFLETE: Veterano goblin. Bastante inteligente
para ser uno de su torpe raza. Muy experto en la
estrategia militar, por lo que le nombran jefe de la
Brigada que baja a buscar a la “Limpieza de los
Inframundos”. Es muy querido por el resto de los
Goblins porque siempre lleva a debate las
decisiones importantes entre los demás Goblins
decidiendo las cosas en una asamblea. Es un caso
único en su militarizada raza.
MURFOS: Extraños seres con mucho poder. Se
desconoce su origen exacto. Unos cuentan que
fueron de las primeras criaturas hechas por los
Dioses. Otros, en cambio, aseveran que fueron los
primeros vástagos de de los primeros Dioses. Qué
fueron abandonados a su suerte en Échanger, el
primer mundo cambiante conocido.

Luis Celaá Morales. 548 " El Último Dragón"


El caso es que nacen con el poder de
metamorfearse en otros seres. Cosa que les es muy
útil en sus primeros años de vida, pues nada
empiezan sabiendo de la hechicería. Su naturaleza
les impulsa a aprender y dominar las artes oscuras
de la magia. Nacen con la facilidad de aprender y
controlar ese arte pero a cambio van perdiendo su
capacidad de cambiar poco a poco hasta que la
pierden totalmente. Si siguen practicando éste
oscuro arte su alma y su cuerpo se irán
corrompiendo poco a poco. Para que esto no ocurra
necesitan hacer algo con frecuencia para contenerlo:
Unos comer sin parar cualquier cosa, otros matar
seres inocentes, alguno hubo que necesitaba violar
continuamente a otras criaturas… Cada Murfo
es único, irrepetible y diferente. Nunca han existido
dos iguales. Ni de forma ni del “vicio” que mantener.
Aunque alguno ha convivido con otras razas, suelen
ser denostados y repudiados por lo que a veces han
de vivir alejados o escondidos de otros seres.
NÓMIOS: Dios pastor. Guardador del rebaño. Divinidad
pastoril que no sólo protege el ganado, sino que fomenta
su fecundidad. Es el padre del Dios Pan. Qué fue el primer
Fauno de la historia. De Pan surgieron el resto de los
Faunos y otras razas como Silfos o Sátiros.

OGMIO: Pese a que en la mitología céltica era


Mercurio el principal Dios y el más beneficiado en
sus ritos y oraciones, éste ancestral dios también se
ganó el corazón de muchos devotos.
Luis Celaá Morales. 549 " El Último Dragón"
Ogmio era lo que a los griegos Heracles. Aunque
tenían algunas diferencias. Los antiguos griegos
pintaron a Heracles como un joven fuerte, capaz de
superar todas las pruebas que le impusieron y de
soportar el peso del mundo. En cambio, los celtas
idearon a éste Dios como a un venerable anciano.
Calvo por delante y canoso en los pocos pelos que
le quedaban. Su piel era rugosa y curtida como la de
un veterano trabajador del campo. A pesar de éstas
curiosas características y de senectud, Ogmio
estaba fuerte aunque encorvado por la edad.
Además poseía una gran estatura. A su desnuda piel
la viste una ceñida piel de León que marca sus
veteranos pero potentes músculos. En su mano
diestra siempre porta una enorme maza con la que
ha guerreado en sus innumerables batallas. En
cambio, su mano izquierda agarra el tenso arco para
utilizar sin dilación con las infinitas flechas que
guarda en el carcaj que lleva en bandolera. Éste
viejo, pero potente Dios arrastra una enorme masa
de hombres, atados todos de las orejas. Sus lazos
son finos pero potentes cadenas de una extraña
aleación de oro y ámbar. Lo más curioso es que
los hombres no intentan escapar, es más no quieren
escapar. Están serenos y contentos, vitoreando
felizmente a su venerado guía.

Luis Celaá Morales. 550 " El Último Dragón"


Los Celtas, pueblo sabio, lo representó así para
que veneraran a sus ancianos, porque para ellos
eran dignos de escucharlos y obedecerlos
(Haríamos bien si les hiciéramos caso, al menos, en
ésta cuestión)
ORDENANZAS SACERDOTALES: Como a los sacerdotes
sólo se les puede escoger de jóvenes, si algún adulto
demuestra un “sexto sentido” tiene una oportunidad
para integrarse al mundo sacerdotal. Consiste en tres
fases: La primera es ser elegido por un Dios o Sumo
Sacerdote. La segunda fase es enfrentarte a una Quimera
en la lucha. Animal mítico al que solamente se le puede
vencer con el ingenio o con tus hechizos. En la última
prueba debes de vencer a una Esfinge, para ello has de
acertar su enigmática pregunta si quieres conservar la
vida.

PAOLINI: En el asalto a la ciudad amurallada de


Bobostock, Himler le encarga el mando de una de las
poderosas naos que cercara la ciudad por el mar. Su nave
es más bien de apoyo, ya que es la última de la
expedición y su misión principal es la de llevar el Arsenal y
servir de hospital, dada la facilidad de algunos Goblins
para curar. Paolini es un Goblin obediente y militar. Con
un físico espectacular, siendo más alto y fuerte que la
mayoría de su débil y escuchimizada raza.

Luis Celaá Morales. 551 " El Último Dragón"


QUIRÓN: Uno de los primeros centauros. Éste
venerado y sabio centauro fue en su época un
gran líder y guerrero. Actualmente lidera a los pocos
centauros que sobreviven en el Mundo Mágico.
Nadie sabe exactamente su edad, aunque calculan
que lleva varios siglos viviendo. Los centauros
pueden llegar a vivir muchos siglos si los humanos
o seres de otras razas no los cazan antes, claro.

QUIMERAS: Animal mitológico. Tiene el cuerpo de


cabra, cabeza de león y cola de serpiente. Mide
aproximadamente unos tres metros. Posee aliento
de fuego al igual que los Dragones, es muy hábil en
la lucha, habiendo sido derrotados en poquísimas
ocasiones. Además es bastante inteligente, por lo
que es bastante difícil derrotarlos.
REGAN: Poderoso ser. Uno de los más poderosos que
hayan existido en el Mundo Mágico del que se tenga
conocimiento. Nadie sabe a ciencia cierta su naturaleza.
Dudan si era humano o lo fue alguna vez. O quizás fuera
uno de los últimos Murfos que quedaban vivos. El caso es
que con el paso de los siglos se había convertido en uno
de los seres más poderosos que existían. Su dominio de la
hechicería y otras artes mágicas era exquisito. Además
poseía varios objetos poderosos. Según se cuenta algunos
de esos extraños objetos fueron robados a los
mismísimos Dioses.

Luis Celaá Morales. 552 " El Último Dragón"


Para poder seguir vivo y mantener su poder de hechicería
se alimentaba de las pesadillas de los demás, en especial
de los humanos a los que detestaba profundamente

RIMANTEL: Considerada como la capital del Mundo


Mágico. Es una de las ciudades más importantes de
éste mundo. Es como si fuera su corazón. Si en
Rimantel se constipan, el resto del Mundo Mágico
estornudará. Está muy bien fortificada, totalmente
amurallada por una enorme y colosal barrera natural
de piedra. La Muralla es anti-magia protegida por
poderosos hechizos. En teoría es inaccesible por
casi todos los sitios. Sólo tiene cinco puntos de
acceso. Cuatro puertas en cada punto cardinal y una
secreta, solamente conocida por unos pocos seres
escogidos. Hasta la fecha nunca había sido tomada
o conquistada.

RONNEL: Jefe Minotauro, es nombrado Jefe de


Escuadrón por Himler porque sabe llevar muy bien a
los suyos. En el asalto a la ciudad de Bobostock es
el encargado de la tripulación del único submarino
que existe en el Mundo Mágico, creado a través de
poderosos hechizos. Toda la tripulación del enorme
submarino está compuesta por Minotauros debido a
la necesidad de enorme fuerza física para controlar
los mandos de la nave.

Luis Celaá Morales. 553 " El Último Dragón"


No es muy inteligente, al contrario de la mayoría de
los Minotauros pero es muy obediente y persistente.
Aún así disfruta de la simpatía de los suyos que le
tienen en alta estima.

ROWLING: Vivió muchos siglos como una de las hadas


más sabias y veteranas que se recuerdan en éste mundo.
Tuvo la desgracia de estar en el sitio equivocado en el
momento equivocado y fue presa del ataque de los
vampiros en aquella famosa noche en Rimantel (Como
pudimos ver en “La Verdadera Profecía”). En ese ataque,
Rymnnsster (Señor de los Vampiros de la ciudad de
Rimantel) ordenó a sus Vampiros que intentarán hacer
nuevas razas de Vampiros, especialmente en las
“protegidas por los Dioses” básicamente para hacer daño.
Los Vampiros son una sociedad muy militarizada y muy
obediente. Jamás discuten la orden de un superior
aunque les resulte vomitiva como la de transformar a
Hadas, Elfos y Tralfis en Vampiros.

Después de aquella fatídica noche, a Rowling se la


nombra como Jefe de Escuadrón para que participe en el
asalto a Bobostock en una nave integrada exclusivamente
por las “nuevas razas de Vampiros”, que tanta repulsa
producen en el resto de razas, incluidos los propios
Vampiros. Así pues, Hadas-vampiros, Elfos-
vampiros y Tralfis-vampiros se ponen bajo el mandato de
ésta veterana y sabia Hada-vampiro.
Luis Celaá Morales. 554 " El Último Dragón"
SACERDOTES CELESTIALES: Curiosa órden
celestial. Cualquier ser de cualquier raza podría
llegar a ser Sacerdote pero era un camino muy largo
y muy difícil de concluir que se iniciaba siendo
bebés, por eso son tan respetados y queridos por el
resto de los seres. Habitualmente eran los propios
padres de la criatura los que acercaban a sus
propios hijos a los Templos cuando notaban en ellos
algo especial. Si conseguían pasar las duras
pruebas a las que las criaturas eran sometidas, los
Sacerdotes compensaban a los padres de diferentes
formas: económicamente, social o con alguna
propiedad aunque tenían que renunciar para
siempre a su “cachorro” pasando éste a ser
propiedad de la órden aunque les dejaban que su
familia se encargar de su formación hasta que
terminara sus estudios básicos. Una vez aprobados
los estudios la órden se hacía cargo del chaval y
nunca más volvería a ver a sus familiares ni amigos.
Todos los Sacerdotes Celestiales tienen muy
desarrollado el Sexto Sentido por eso son elegidos
y formados por ser especiales. Son los únicos seres
que pueden, en teoría, contactar con los Dioses.
Hay otra forma de ser Sacerdote Celestial siendo
adulto pero hay que ser elegido por un Dios y
superar otras dos difíciles pruebas, por lo que casi
nadie ha sido Sacerdote en edad adulta.

Luis Celaá Morales. 555 " El Último Dragón"


SAGRADO JUICIO: A los Dioses les encanta ostentar y
demostrar el gran poder que tienen por lo que hacen
pantomimas de éste tipo. El Sagrado Juicio se representa
en la eterna Sala de la Verdad. Éste es el único lugar que
existe dónde no hay ni espacio ni tiempo. Allí un divino
jurado convocado para la ocasión y que debe estar
compuesto por Dioses y, a veces por algún Semi-Dios, de
diferente esencia y variado poder. En la Sala de la Verdad
no se puede utilizar ningún tipo de magia o poder pues al
entrar son inutilizados. A éstos sumarísimos juicios se
convoca a algún ser extremadamente peligroso como
fueron en su día los Dragones o actualmente las Lamias o
Guardianes que no hayan acatado las irrevocables
órdenes divinas en, al menos un par de ocasiones ya que
la primera vez que no haces caso los Dioses suelen dar un
“toque” o un castigo leve ejecutado por el Dios injuriado.
Como su propio nombre indica, en ésta sala no se puede
ni discutir ni mentir ya que el metabolismo de la propia
sala “te obliga” a decir la verdad. El resultado de éste
juicio divino no se puede ni recurrir ni apelar, como si
fuera una especie de Tribunal Constitucional Divino. La
sentencia se realizará al momento y sin ningún tipo de
demora. No se suelen realizar muchos juicios de éste tipo
ya que para realizarlos hace falta que estén de acuerdo
Dioses de diferente naturaleza lo cual suele ser bastante
complicado...

Luis Celaá Morales. 556 " El Último Dragón"


SENTIDO DE DRAGÓN: Todos tenemos un sexto
sentido. Todas las criaturas vivas lo tienen. Desde
un simple escarabajo pelotero hasta las complejas
Medusas. Lo que sucede es que con los años, si no
le hacemos caso ni “lo cuidamos”, ese sentido se va
adormeciendo hasta que se nos queda tan atrofiado
que es difícil de recuperar. ¿A quién no le ha pasado
lo típico de decir “algo me dice que haga esto”?
Pues ese algo que te dice que hagas eso es tu
sexto sentido. Lo que pasa es que nos creemos muy
racionales y así nos va.
En el Mundo Mágico, todas las criaturas le prestan
mucha atención a su sexto sentido pues a veces su
vida depende de ello. En algunas criaturas ese sexto
sentido está especialmente desarrollado (mientras
que en otras criaturas es muy tenue), en especial las
que son muy sensibles o poderosas, como pueden
ser los Tralfis, Unicornios o los casi extinguidos
Dragones. Como los Dragones llevan siglos
desaparecidos (o al menos eso se creía) nadie
puede asegurar lo que es capaza de hacer el
Sentido de Dragón aunque hay leyendas que hablan
de que era más poderosos que todas las magias
juntas, pero son leyendas…

Luis Celaá Morales. 557 " El Último Dragón"


SEÑOR LIBRO: En la anterior aventura ya explicamos
quien era éste singular personaje y su papel fundamental
en ésta aventura. Desgraciadamente, el mismo día en que
se extinguieron las arpías también murió éste último
ejemplar que quedaba.

SILFOS: Mítica criatura mágica. Emparentada con los


Faunos, aunque los Silfos son más esquivos con los
humanos a los que su esencia les obliga a odiar. Además,
para mayor ironía tienen más de humano que los Faunos
ya que la mitad de su cuerpo es humano y la otra mitad
cabra (habitualmente de cintura para abajo) mientras que
en los Faunos el porcentaje humano es mucho menor
llegando algunos a ser casi cabras completamente.

En ellos es muy característico sus puntiagudas y


sensibles orejas junto a sus peculiares cuernos en la
frente, los cuales junto a su cara con rasgos de cabra
hacen de ellos un aspecto un poco repulsivo a ojos
humanos. Poseen una armónica de cañas con la que te
obligan a hacer algunas cosas sencillas con las piernas:
como andar, correr o bailar. Son extremadamente
esquivos, muy difíciles de ver y suelen vivir de noche.
Pese a que odian a los humanos en innumerables
ocasiones han tratado con ellos a lo largo de la historia,
bien por su insaciable codicia o porque son sexualmente
muy activos y como casi no quedan Silfas tienen la
“obligación” de intentar reproducirse con humanas,
Luis Celaá Morales. 558 " El Último Dragón"
a las que han enamorado engatusándolas o directamente
las han violado. A la criatura que nace de ésta anti-natural
unión se la conoce como Tralfis o maldecidos.
Si no se relacionan con los humanos suelen tener una
vida muy longeva aunque los que se juntan con nosotros
contraen enfermedades que para nosotros son
inofensivas y para ellos son mortales.

SUCUBO: Demonio travieso que adopta forma


femenina para enamorar a una víctima humana y
violarla continuamente hasta arrancarle toda la
fuerza vital, proceso que puede durar un día, dos o
varios. De esa fuerza vital se alimentan y gracias a
ella pueden llegar a vivir muchos más años. Si no se
alimentan de fuerza vital continuamente se debilitan
y su vida se acorta bastante.
SYBASH: Cuentan las leyendas que nada más nacer los
primeros Trasgos, ya empezaron a pelearse entre ellos
por lo que los Dioses decidieron crear a los Jefes Trasgos
entre aquellos que destacaran entre los de su raza por ser
los más inteligentes, hábiles o mejores guerreros. Para
que pudieran imponer su respeto y que se les nombrara
ceremoniosamente Jefes, debían otorgárselos las
“Sybash”. Las cuales son una especie de espada corta. Las
primeras “Sybash” fueron sencillas espadas de piedra,
pero el Dios Vulcano las fue perfeccionando hasta ser las
temibles armas de hoy en día. Actualmente su filo es muy
cortante.

Luis Celaá Morales. 559 " El Último Dragón"


Algunas de ellas están dentadas y las últimas que hizo
Vulcano en su fragua tienen la “punta bicéfala” para
desgarrar por dentro al enemigo. Éstas últimas son muy
deseadas y apreciadas por los Trasgos.

SILFOS: Mítica criatura mágica. Emparentada con


los Faunos, aunque los Silfos son más esquivos con
los humanos a los que su esencia les obliga a odiar.
Además, para mayor ironía tienen más de humano
que los Faunos ya que la mitad de su cuerpo es
humano y la otra mitad cabra (habitualmente de
cintura para abajo) mientras que en los Faunos el
porcentaje humano es mucho menor llegando
algunos a ser casi cabras completamente.

En ellos es muy característico sus puntiagudas y


sensibles orejas junto a sus peculiares cuernos en la
frente, los cuales junto a su cara con rasgos de
cabra hacen de ellos un aspecto un poco repulsivo a
ojos humanos. Poseen una armónica de cañas con
la que te obligan a hacer algunas cosas sencillas
con las piernas: como andar, correr o bailar. Son
extremadamente esquivos, muy difíciles de ver y
suelen vivir de noche. Pese a que odian a los
humanos en innumerables ocasiones han tratado
con ellos a lo largo de la historia, bien por su
insaciable codicia o porque son sexualmente muy
activos y como casi no quedan Silfas tienen la
“obligación” de intentar reproducirse con humanas,

Luis Celaá Morales. 560 " El Último Dragón"


a las que han enamorado engatusándolas o
directamente las han violado. A la criatura que nace
de ésta anti-natural unión se la conoce como Tralfis
o maldecidos. Si no se relacionan con los humanos
suelen tener una vida muy longeva aunque los que
se juntan con nosotros contraen enfermedades que
para nosotros son inofensivas y para ellos son
mortales.
SORAYA: Cuando el humano vuelve a su mundo al
final de la anterior aventura, tan sólo piensa en una
cosa: Regresar al Mundo Mágico a buscar a su
amada Veena. Lo intenta de mil formas diferentes
sin objetivo. Finalmente conoce a ésta curiosa
humana que le atrae por su esencia misteriosa.
Aquí no se termina de ver claro quién es ésta
humana y su importancia, tanto en nuestro mundo
como en el Mágico ya que ella proporciona una de
las poquísimas “formas alternativas” que hay para
viajar al otro mundo si no es a través de los canales
habituales. Aquí juega un papel importante, aunque
en el futuro puede…. Bueno, ya lo veréis en
próximas aventuras. ¿Para qué adelantar nada, no?
TIRINTO: Joven Humano. Inteligente, atractivo, hábil…
Pero demasiado impulsivo. Es discípulo de Ióbates. Le
tiene idolatrado porque ve en él a la sabiduría
personificada y, sobre todo, al padre que nunca tuvo pues
sus ancestros murieron siendo él muy joven. Al ocurrir
ésta desgracia, fue adoptado por la organización

Luis Celaá Morales. 561 " El Último Dragón"


pro-Humana, “Alma Humana”. Para agradecérselo se
siente en eterna deuda con ellos otorgándoles infinita
fidelidad tanto a su adorado Maestro, al que sirve, como
a la organización; a la que instruye filosóficamente.

TOPARKS: Desde antes que el mundo fuera joven,


estos curiosos seres ya lo habitaban. Nadie sabe a
ciencia cierta su procedencia y todos les temen.
Existen innumerables leyendas para justificar su
extraña fisonomía. La más aceptada por todos es
que antiguamente eran seres primitivos
emparentados levemente con el hombre de
Neandertal de dónde procede el ser humano.
En la antigüedad hubo una época en que las
inclemencias de tiempo hacían muy difícil sobrevivir
en el exterior por lo que se refugiaron en las
inmensas montañas. Aunque para sobrevivir en su
interior tuvieron que robar a Vertumno, Dios de los
cambios en la Naturaleza, su bastón mágico con el
que hacía que las estaciones cambiasen o que del
secano se pasara a la lluvia. Vertumno buscó
desesperadamente a los Toparks pero no los
encontró. Éstos habían utilizado su bastón mágico
para cavar innumerables túneles bajo las montañas
por lo que siempre se le escapaban.

Luis Celaá Morales. 562 " El Último Dragón"


Vertumno esperó entonces a que el hambre les
hiciera salir pero parece ser que utilizaron el bastón
para crear un micro-mundo escondido bajo tierra en
el que han vivido escondidos hasta hoy y del que
nunca regresaron por miedo al Dios enojado.

Vertumno, desesperado, pidió ayuda a la Madre


Naturaleza, su hermana mayor y bastante más
poderosa que él. Ésta se la concedió. Le devolvió su
bastón y castigó a los Toparks cruelmente. Su
castigo fe que nunca más pudieran volver a ver ni la
luz del sol ni las bellezas de la naturaleza. Por lo que
cegó a todos los Toparks y castigó a sus
descendientes a nacer totalmente ciegos por lo que
con el tiempo desarrollaron magistralmente los
sentidos del oído, el tacto y el olfato.
TRALFIS (O Los Maldecidos):
Criaturas Semi-mágicas debido a su curiosa
naturaleza. Maldecidas por los Dioses y por la
mayoría de las otras criaturas mágicas porque
consideran que no tendrían que existir. Para ellos
son aberraciones de la naturaleza. En la mayoría de
los casos son hijos de Silfos y Madres Humanas,
dándose en muy pocos casos la situación contraria
que sean hijos de Hombres Humanos y de Silfas, ya
que éstas están casi extinguidas. Al bebe que nace
se le conoce como Tralfi.

Luis Celaá Morales. 563 " El Último Dragón"


En algunas ocasiones las criaturas nacen casi
Silfos, dándose el caso en que nacen siendo casi
humanos pero con enormes vestigios de Silfo. Otra
peculiaridad de su raza es que pueden detectar el
dolor y la tristeza ajena en sus almas, haciéndoles
más desgraciados aún. Suelen ser seres muy
solitarios porque están hartos de aguantar la tristeza
ajena, aunque a veces se reúnen para diversos ritos
o para guerrear cuando es el caso.
Pueden vivir tanto tiempo como los Silfos o menos
que los humanos, no tienen una longevidad
estándar. A los Tralfis les suelen encargar las peores
tareas de los mundos mágicos, los que las demás
razas no quieren o no pueden hacer. Su bandera
representativa en batallas, ritos o celebraciones es
de color verde oscuro con una pata de cabra en el
centro y una lágrima en la esquina inferior derecha.

TRASGOS: Especies de duendes gigantes. Aunque la


magia no es lo suyo para compensar son
extremadamente hábiles con las herramientas y
haciendo trampas, ya que pueden camuflarse
perfectamente con la naturaleza que les rodea. Suele
haber más hembras que machos por lo que ellas se
aparean sin ningún pudor con seres de otras razas
similares por lo que si ellos son muy feos a ojos humanos,
imaginaos sus aberrantes criaturas…

Luis Celaá Morales. 564 " El Último Dragón"


TROLLS: Si los Trasgos son grandes, éstos son
enormes. Tienen fama de ser la raza más estúpida
que jamás haya pisado el Mundo Mágico aunque
pocos saben que tienen un gran corazón y que si se
ponen de tu parte (cosa muy rara) son muy leales y
nobles. No está confirmado pero puede que sea la
criatura más grande que nunca haya existido,
superando a los mismísimos Dragones. Son
portentos físicos, los más pequeños miden cerca de
dos metros y los más grandes alcanzan los seis o
siete metros de altura; como es el caso de los
excepcionales Trolls de las Montañas Nevadas de
los que quedan poquísimos ejemplares.
Hay varias razas de Trolls diferentes, cada una con sus
generalidades, pero todas tienen en común que son
bastante poco inteligentes, puede que las criaturas
mágicas más estúpidas que existan (superando por poco a
los Entos, pero claro éstos son simples árboles)
Habitualmente van armados con enormes cachiporras o
con armas arrojadizas aunque debido a su fortaleza física
en las peleas utilizas como armas objetos de la propia
naturaleza: árboles, rocas, vacas, otros seres vivos…

Luis Celaá Morales. 565 " El Último Dragón"


Antiguamente, poblaban los mundos mágicos por
millares pero su ignorancia (eran utilizados como cebo o
para experimentos mágicos) unido a su dificultad
reproductora hace que queden pocos ejemplares vivos
(su época de reproducción dura apenas un mes al año y
como su cortejo dura tanto a veces se les pasa “las ganas”
marchándose cada uno por un lado.

Eso sí, si encuentran pareja es para toda la vida pues


son muy fieles y leales.) Suelen habitar en lugares
poco frecuentados por el resto de seres vivos para
esconderse de ellos. Se sabe que aún quedan ejemplares
vivos en el Bosque de Gadinor, en las Montañas Nevadas,
en la frontera con el abismo de Medi y en algún sitio que
antes estuviera habitado y hoy en día abandonado como

por ejemplo en el casco viejo de Rimantel dónde viven


escondidos junto a las Momias de allí…

UNICORNIOS: Como ya vimos en la anterior aventura es


uno de las criaturas más perfectas jamás creadas. Tienen
una singular belleza que fascina a las demás criaturas. Son
de un blanco inmaculado, con una larga crin y con ojos
azulados. Si te encuentras con uno de ellos tu vida
cambiará para siempre. Los Dioses les dieron el poder de
“conducir los Dones”.

Luis Celaá Morales. 566 " El Último Dragón"


Se resume en que cuando te miran a los ojos, si tienes un
alma buena te pasarán el don de protección. Serás
afortunado porque nunca te volverá a pasar nada malo.
Cuando estés en una situación complicada en la vida,
saldrás particularmente bien de ella y ayudarás a los que
te rodean. En cambio, si tu alma está corrompida tu vida
se transformará en un infierno. Allá donde vayas
sembrarás el odio y el dolor, especialmente a aquellos
que más aprecies.

VALQUIRIAS: Hace innumerables Eones de tiempo


que fueron ideadas y creadas por la poderosa Diosa
Némesis. La Diosa de la venganza y la justicia las
creó como “la máquina perfecta para guerrear”.
Están especializadas en todos los tipos de lucha
conocidos y en cualquier tipo de combate siendo
también especialistas en estrategia militar. Suelen
odiar a los Humanos, al considerarlos una
aberración divina pues son la única raza, por regla
general, en todos los universos que matan a sus
semejantes por codicia y venganza. Tienen
apariencia humana, como de vikinga. Son muy
atractivas, y altas pues suelen superar todas los dos
metros de altura. Son rubias, de piel delicada
aunque curtidas en miles de batallas. La Diosa
Némesis las creó como sus mensajeras y
guardianas personales.

Luis Celaá Morales. 567 " El Último Dragón"


No se las puede sobornar con nada pues nada
quieren, tan sólo guerrear y servir a los intereses de
su amada Diosa, por la que darían la vida.
VEENA: Al principio de la anterior aventura parecía
una secundaria o alguien no muy importante en el
devenir de “La Verdadera Profecía” pero se ha
demostrado que es uno de los personajes más
importantes de éstas aventuras por no decir el
personaje clave. Como ya vimos en el anterior libro,
ésta Tralfi es más bella que la mayoría de las de su
especie. No es guerrera como muchos de sus
compañeros sino una hechicera-curandera con un
don especial que nadie sabe explicar pero que le es
muy útil a lo largo de su vida, tanto para curar como
para “avisar” de otros peligros. Se la encontraron
siendo ella muy pequeña (ver la guía de personajes
de “La Verdadera Profecía”) y cultivó la hechicería y
la magia. Hay varios momentos cruciales en su
vida, el primero cuando se enamora perdidamente
del humano protagonista de éstas historias en su
primer encuentro en el Mundo Mágico. Su segunda
circunstancia crucial en su vida fue cuando la
poderosísima Némesis decidió nombrarla
Gobernanta de Rimantel y Suma Sacerdotisa, para
lo cual deberá superar unas difíciles pruebas; las
cuales habrás podido disfrutar en éste libro.
¿Los otros momentos cruciales en su vida? Je, je…
Buen intento, amigo. Pero, ¡Deberás esperar a la
próxima aventura!

Luis Celaá Morales. 568 " El Último Dragón"


VILLAHAYEDO: Una triste población del Mundo
Mágico, que sobrevive todo el año con lo que ganan
los comerciantes en una semana. La semana que
dura un festival de música muy famoso por esos
lares. El conocido como “Festival de la Margarita
Pocha”. A éste festival acuden seres de todas las
razas. Mayormente a drogarse, emborracharse y a
practicar sexo salvaje con la excusa de la música.
Ésta pequeña aldea sobrevive así todo el año. Pese
a su cercanía con la ciudad de Bobostock pocas
veces hay intercambios comerciales o de algún tipo.
Ésta aldea tiene como regla básica que en su
comarca están totalmente prohibidas las armas. Esto
se ideó hace siglos para que reinara la paz. Para
que esa paz sea posible, durante tiempos de
conflictos o en la semana del festival hay cientos de
gigantes que cuidan de la tregua. Cuando hay
peleas o riñas, los vigilantes sencillamente se comen
a los violentos para acabar con el problema. El resto
del año tan sólo hay un par de gigantes no siendo
necesario mayor número por la escasa población de
ésta villa y los pocos foráneos que recibe cuando no
hay festival.

Luis Celaá Morales. 569 " El Último Dragón"


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