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Isabella Cano Caviedes.

Tres historias de amor: Eco y Narciso.

Eco vivía en el monte Olimpo, cantando y contando historias, Hera, la esposa de Zeus se
pasaba horas escuchándola, hasta que un día se dio cuenta de que su esposo aprovechaba
sus distracciones para tener aventuras amorosas. Hera muy enojada le echo la culpa a Eco
y como sabia que ella estaba enamorada de Narciso, lo condeno a no ver más a Eco, es
decir Eco se convertiría en otra persona a los ojos de Narciso y no la reconocería; Y así
sucedió siempre que Eco iba a ver a Narciso y lo intentaba convencer de que en verdad
era ella, este le contestaba que no era cierto, que no sabía quién era, ni dónde estaba su
amada Eco, y que por favor dejara de mentir y se alejara de él, pero Eco perseveraba y lo
seguía a todas partes diciéndole e intentando convencerlo de que ella era su querida Eco;
Narciso cansado de esto tomo la decisión de evitarla y esconderse para que así no lo
pudiera hallar.

Después de un tiempo, triste y enojado por no saber dónde estaba Eco, ni por qué había
desaparecido, decidió ir al bosque a cazar, pero en algún momento de su viaje vio su
rostro reflejado en un charco y se enamoro de él. Pasaba sus días enteros sentado en el
bosque viendo y admirando su reflejo, sin comer, dormir; hasta que un día Eco, alguien
diferente a los ojos de Narciso, lo encontró, y viéndolo ahí se dio cuenta de que si no hacia
algo por el esa sería la causa de su perdición, ya que se olvidaría de todo y moriría; así a
pesar de que el no la reconocía, ella prometió y decidió cuidarlo y protegerlo todos los
días de su vida, por lo que cada día y cada noche Eco cuidaba de Narciso, vigilándolo y
asegurándose de que no viera su reflejo. Los dioses impresionados por su paciencia,
perseverancia y amor hacia Narciso y agradecidos por salvarlo y acompañarlo cada día a
pesar de su condenación, decidieron quitarle a Narciso su maldición, dejando así que viera
a su amada.

En ese preciso momento Narciso se dio cuenta de que todo ese tiempo ella había dicho la
verdad y Eco había estado en frente de él, y en ese mismo momento Narciso muy
confundido y arrepentido empezó a llorar, pidiéndole perdón a Eco por no haberle creído
y por no haberla reconocido, Eco muy feliz de que por fin la distinguiera y recordara, le
seco sus lagrima diciéndole que no era su culpa y que lo importante era que ya veía la
verdad y que por fin podrían estar juntos. Pocos días después, Eco y Narciso felices por
poder pasar el resto de sus vidas juntos se casaron.

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