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Tristeza Que Se Volverá Goz1
Tristeza Que Se Volverá Goz1
17:22-23)
“Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de
hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran
manera”. Mateo 17:22-23
Introducción
Mateo continua en estos versículos narrándonos el peregrinaje de Jesús rumbo a Jerusalén donde iba a
sufrir martirio a manos de pecadores. Como dijimos en el capítulo 16, se ha comenzado una nueva sección en
este evangelio y este inicio con el primer anuncio de su muerte: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a
sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales
sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”, (Mateo 16:21). Ahora en estos versículos
encontramos la segunda predicción de su muerte y vemos cómo sus discípulos empiezan a asimilar estas
palabras y la tristeza que les produce.
“Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le
matarán; mas al tercer día resucitará…”
Mateo 17:22-23
Aquí encontramos la segunda predicción que Jesús hace de su muerte a todos sus discípulos: El Hijo
del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; más al tercer día resucitará . Marcos nos dice
que este comentario de Jesús fue dirigido a sus 12 discípulos camino a Galilea de manera secreta: “Habiendo
salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les
decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto,
resucitará al tercer día”, (Marcos 9:30-31). Y Lucas recalca que ocurrió justamente después del milagro de
sanación del joven que había estado poseído y que su padre había llevado a Jesús: “Y maravillándose todos de
todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras;
porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres”, (Lucas 9:43-44). Jesús sabía
que su momento de partir de esta tierra se acercaba y por lo tanto quería enseñarles a sus discípulos lo que
tendrían que hacer en su ausencia. Nuestro Señor les había dicho la primera vez: …era necesario ir a Jerusalén
y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al
tercer día”, (Mateo 16:21). Aquí dijo que padecería mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y
escribas; pero ahora aquí agrega otro elemento importante respecto a su muerte: El Hijo del Hombre será
entregado en manos de hombres, y le matarán. Así sería, iba a sufrir a manos de los líderes religiosos de
Jerusalén y lo iban a entregar en manos de Poncio Pilato y los romanos para que estos lo mataran. De esta forma
Jesús iba revelándoles progresivamente a sus 12 discípulos lo que iba a ocurrir y de cómo resucitaría al tercer
día: y le matarán; más al tercer día resucitará.