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MO I S É S AZ A Ñ A
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ALÉTHEIA O DE PAN Y MARGARITAS
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ELEGÍA EN DO BEMOL
Entonces
sucede. Te llama
en el momento menos indicado
y te dice
tenemos que conversar. Tú
ya imaginas lo que dirá,
lo sabes antes que todos, antes
que nadie.
Antes incluso que ella misma
Y entonces
sucede. Te encuentras con ella
está en la misma banca
donde en otro tiempo dichosos se habían
juntado entre bromas y cóleras
pero hoy permanece seria y tú sabes
o crees saber
la causa
está pálida
parece sin bañarse y su cabello
desgreñado
existe más desgreñado
y sus dientes
amarillos
los crees más amarillos
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aunque no los ves
no abre la boca ni para saludarte
mucho menos para sonreír. Tú que siempre
creíste que el final tendría algo
de Woodie Allen
por lo menos de Campanella
te sorprendes que esta realidad sea tan
realidad tan anticinéfila
tenía que ser bello, te dices
más bello que los primeros principios
Pensando esas y otras intrascendencias te sientas a
su costado
Y
ahora sí
sucede. Te lo dice en una
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sin arreglo sin maquillaje
sin procedimiento: Ya no puedo
necesito que terminemos. Entonces
eficiente títere de sangre hueso y vientre
te vas con tu anécdota y tu sonrisa al carajo.
Ya no hay nada que hacer
solo mirar, solo sentir y resignarte
ya no es tuya
desde esas feas palabras sientes que
se encuentra por otros lados
esas palabras han marcado una división absoluta
épocas distintas
un antes y un después
en el que de ser han pasado a no ser
más que ausencia corpórea
presencias invisibles
Ahora lo sabes
Para el fin
ningún momento es el indicado
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y tú estuvieses sonrisas
Para que ya no se enojara
hombre de carne y congojas
te aguantabas aunque por instantes la risita salía
no sabías cómo controlarla
lo hacías sin intención aunque no lo creyera
Esa risa natural y sin causa aparente
esta vez no brota
ahora solo sonríes y
tu sonrisa es la de un cadáver
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Hace varios siglos te quedaste sin palabra
Hace varios siglos ella tu lechuza sin alas se alejó
te dejó abandonado en la marea de las distancias
batallando con los icebergs aparatos tecnológicos
los silencios virtuales que gritan mundos paralelos
esos témpanos verdes de los que ven sin ser vistos
sacudidos en los ensayos sin tiempo
La palabra crea
también destruye
Después de pensarlo
sobre todo de sentirlo
le dices lo único que te sale de tu corazón apolillado
que tú no quieres que acabe, que la vida es
una mierda, pero será una completa mierda sin tu presencia,
se lo dices así, con esta palabra, pero ella ora anda por arriba
cazando algo abstracto con alas
como si a esta hora de invierno
y en este cielo de Lima
existiese todavía algo que vuele
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La historia de siempre
el dolor de siempre
de todos los que más entregan
ni siquiera tocarle algún fragmento de ese cuerpo vivo que un día (alguna
vez, más de una vez) creíste tuyo
te lo repitió hasta el cansancio líquido
es tuyo / solotuyo
carencia absoluta de promesas efluvio
muchas veces jugaron jugaban habitual jugar a que ambos
uno / el otro
eran suyos
éldeella / elladeél
ausencia de cemento en palabras
casados con hijos sin hijos
caminaban de la mano como si de una sola vida se tratase
dentro del gran invierno que eran sus vidas
yodeti / túdemí
na
da
na
da
na
da
Entonces
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sin pensarlo
sin comprender a tu cuerpo
una reacción aparentemente ilógica
te pones de pie
y sin decirle
ni una sola palabra
das unos pasos
luego otros
caminas lento sin dirección
a ningún lado
ningún lado
ahora lo sabes
ningún lado es tu único camino
ningún lado es tu único cuerpo
ningún lado
ningún lado
afuera de todos
el hombre aparte
Toda relación nace hundida
Solo el amor la salva
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eternidades que se dejan
que se sufren
se duelen y se sufren
se desnutren
eternidades que se mueren
El amor consiste en sacarla a flote
repites
en no dejar que se muera
Sigues caminando
tus pasos se alejan pero
escuchas puedes escuchar Adónde vas
todavía no he terminado
ven, oye, todavía no he terminado…
sigue diciendo
gritando
Y sigues caminando
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Yo sí he terminado
Y sigues caminando
Yo sí he terminado
Y sigues caminando
Y sigues caminando…
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LA TRISTEZA DE SOFÍA
(Corto 4)
Sofía siente la tristeza en alguna parte de su cuerpo, pero no sabe dónde y por
qué. Lo peor es no saber cuál es la causa. Es como cuando siente un escozor y al
rascarse no encuentra el origen y sigue rascándose esperanzada de encontrar el
perverso punto y por más que busca y busca la picazón continúa.
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LA DANZA DE LOS FELICES QUE UN DÍA APRENDIERON A LLORAR
éramos felices
la soledad estaba rodeada de nosotros
no sé en qué instante de nuestra ruleta rusa empezamos a creer que nos amábamos con
toda esa pasión que nos enseñaron las películas más malas y tristes que vimos
y amarnos y pelearnos con la furia e inocencia de nuestros vacíos
como sea ama y se lucha con lo que jamás quiere dejarse
no sé en qué instante habías cambiado la historia de mi vida por la historia de tus heridas
un peldaño tras otro habíamos ido subiendo en el compendio de tus dolores como quien
prende la tele y hace zapping
(ningún sonido tiene el color de tu rabia
disuélveme)
íbamos por el mundo matando nuestras últimas ventanas rotas que habíamos dejado para
mirar el planeta que nos asfixiaba
ven por este cadáver que no puede morirse
este cadáver que te dio todos sus sentimientos sin planchar para que no los pisotees y hagas
de ellos algo menos sensible
pero se te dio por jugar
hacer una antología de mí
de mis peores y más recónditos gestos a punto de morir
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de mis más fatales melancolías que no me dejaban mover del subsuelo
ya hemos perdido demasiado tiempo en rutas que nos adhieren mal muy mal a nuestros
cueros cabelludos de niños que quieren seguir cantando frente al mar a la hora en que cae
el sol y todo se derrumba desde las fábulas hasta la ballena con que un día soñamos pintar
de grandes
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y al crecernos la edad solo fuimos otros seres vivos como las plantas que ponían cabeza
abajo a la hora en que nuestros consumidos organismos no sabían qué hacer con tanta
iluminación mal curada
no me mientas
siempre que la verdad no venga desnuda
ten la bondad de no tener bondad y mírame directo a la cara
ten la verdad de embriagarte y no confundirme con otro cautiverio
éramos azul obsidiana
nadie en el mundo pudo dar tanto
éramos océano
frente al desierto de cadáveres que no sabían cómo florecer en pleno pulmón de mediodía
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UN OCÉANO EN EL VIENTRE
O LA LLUVIA DE TU VIENTRE
Me llamo Inés, tengo treinta años y un océano que me crece en el vientre. Pensé
que jamás llegaría a esta edad, siempre estuve segura de que moriría a los veinte,
por eso cuando cumplí veintiuno me sentí entre aliviada y aterrada; desde ese
momento he sentido que un océano ha venido creciendo adentro, se instaló
tenuemente y a medida que pasaban los años largas raíces fueron invadiendo otros
espacios de mi endeble cuerpo. Al principio no supe cómo reaccionar y si
quedarme callada o contarle a alguien. Cuando se lo confesé a mi novio, él me
miró extrañado, noté en su mirada cierta tristeza, pero al mismo tiempo algo que
indicaba girasoles y eucaliptos, las plantas que me encanta contemplar cuando
viajo en un bus y cierro los ojos. Después de su silencio me expresó que yo había
nacido con el designio de las mujeres que permiten que el mundo continúe
girando: crecía en mí el origen de la vida y debía estar dichosa. Yo le dije que sería
feliz si el océano crecía afuera y alcanzara a nadar en él.
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HORA 23 / AGÓN (ἀγών)
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cuando nadie te toque la puerta
y olviden llamarte para que apagues la luz
y el corazón ya no pueda por otros dos segundos
y los números dejen de contarse
y que sea un año u otro ya no importe nada
cuando te digas que vivir no vale la pena y con ese mismo entusiasmo vayas a
comprar pan
cuando sientas que el amor siempre está en la otra esquina
cuando te enteres que las preguntas no sirven de nada
y maldigas en silencio lo que no puedes decir con palabras
cuando te quedes solo pero de verdad solo y las ollas estén vacías
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y lo que abandonaste días atrás te sea indispensable para este instante
cuando se formen muchas arrugas en tu cuerpo y sigas sin saber por qué para qué
hacia dónde
y los años te arrebaten la memoria
y rías y el mundo no ría contigo
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cuando el olvido no te ofrezca sus senos
y de nuevo todo dé igual
y nadie pueda comprender tu gran pena
cuando te enteres que por más días que pase el dolor no envejece
y tu imaginación no te dé la respuesta
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CELESTE
Llueve. Ojalá llueva todo el año, así papá y mamá no saldrán de casa y no estaré
sola. Es difícil quedarse sola. Yo no puedo. Me da mucho miedo, la casa es tan
grande y yo soy tan chiquita. En estos días la señora Maya se está yendo temprano.
A las seis me da un beso y me dice que me porte bien; yo la obedezco porque la
quiero mucho. Antes se quedaba a dormir, pero ahora su mamá está mal y no
puede quedarse con nosotros. Yo creo que Maya nos va a dejar; mamá y papá
piensan otras cosas y les da igual si se va o se queda, pero Maya es muy buena
conmigo, sería lindo que se quedara con nosotros para siempre.
Yo no entiendo por qué los buenos nos tienen que dejar, el señor Pacho
también era muy bueno y tuvo que irse. Mamá dice que ahora está en mejor lugar,
hasta se ha curado y ya no le duele la espalda; lo cuidan bastante. Aquí nadie lo
podía cuidar, todos andaban muy ocupados, él también andaba muy ocupado con
el jardín de la casa, le gustaba mucho las flores. Cuando le digo a mamá que el
señor Pacho debe extrañar sus flores, responde que allá tiene muchas más:
blancas, rojas, azules, amarillas y de todos los colores que existen, pero yo no sé
sus nombres. Quisiera visitarlo, lo extraño mucho. Mamá dice que no puedo ir
porque todavía soy niña. Cuando crezca podré ir, me lo ha prometido, por eso
ahora quiero crecer, quiero ser grande.
Quiero ser grande como mamá, como el profesor Benjamín, como todos
los grandes. Ellos pueden hacer lo que quieren y no tienen miedo, pero reniegan
mucho. A mí no me gusta cuando reniegan, hacen mucha bulla, cambian de cara
y me ponen nerviosa, ya ni siquiera puedo jugar con mis muñecas, ellas también
se asustan aunque nunca me lo dicen. Son muy tímidas. Yo también soy muy
tímida. Le quiero decir a papá que me gustaba cuando jugaba y me contaba
historias, le quiero pedir que esté más tiempo conmigo y que me diga por qué sus
jefes son muy malos, casi no lo veo, trabaja mucho, su trabajo debe ser muy difícil
porque siempre regresa muy cansado y lo único que quiere es dormir.
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nunca la he visto llorando pero sé que llora como yo a escondidas, aunque siempre
me repite que no lo haga, debo ser valiente como ella, no llorar cuando me caigo
ni cuando me quedo sola, pero duele mucho quedarse sola y sobre todo en la
noche. Pero ya estoy creciendo, ahora lloro menos, cuando cumpla diez ya seré
grande, ya no lloraré y podré salir sin permiso como sale mamá.
Mamá sale casi siempre, eso no le gusta a papá y tampoco me gusta a mí,
menos cuando llueve, imagino que alguien horrible entra, me lleva a mí y a mis
muñecas. Tonterías, ya tengo ocho, debo dejar de pensar tonterías, mis muñecas
se reirían si se enteraran. Ellas son mi compañía cuando duermo y cuando estoy
despierta. Mis papás casi nunca son mi compañía. Ahora los dos duermen en su
habitación, eso creo porque ya no los escucho, cuando conversan parecen leones,
hablan muy fuerte. Los leones son muy feos y muy malos, una vez fui al circo y
allí los vi, un león casi mata al señor que tenía su palo, por eso no me gustan los
circos, además los payasos son feos, no deberían pintarse las caras ni las bocas,
hacer reír no debe ser un sufrimiento, yo sufro cuando los veo, me dan mucho
miedo. Todo me da miedo. No, jugar en el campo no me da miedo, es bonito, a
mí me gusta mucho, casi siempre es solo mío, puedo correr y correr, sobre todo
cuando no está papá y mamá. Maya sí me deja aunque siempre me está viendo y
yo quiero que deje de verme, se lo digo y se esconde y yo me río. Tal vez puedo
volar si extiendo las manos; no voy muy lejos porque puedo perderme, más allá
solo hay personas grandes. Maya, el profesor Benjamín y mis papás dicen que
pueden ser malas, que uno nunca sabe con quien conversa, mejor es quedarse en
casa, en mi habitación jugando con mis muñecas.
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