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n8 ‘MARIO AGUIRRE GODOY Finalmente, por el caracte1 sata ee rn act ls LS ee ee a a roe aa considere necesarias en vista de las D) Clases de interdictos Ya expresamos antes que aunque algunos tienen en reali-_ {na cardcter eautelar, nuestro obdigo los agrupe dentro do lag sumatios. Por consiguiente 1a tramitacién es comin a todos ellos Neturalmente hay algunas normas que son etpt slales para o aba inberaico ai peril, por oll, Jos vara 1) Interdicto de amparo de posesién 0 de tenencia Este interdicto procede cuando el halla en poses o tenencia de un bien inmueble es fperloubedo aa ells yor of tos que pongan, de manifiesto la inencién de despojario (art. 389, plsr: 10.) Suyone pues, uu esl de posesion o de tenen Ser demostsado en jucio,y el eto, oe actee perturbadbtes que arama slo, eto, Jos actos perturbadores que es lo que dispone el art. 254 del Codigo, é fetablece los tftminos de le suntencia: ol juts ceased quale demandante en la posesién o tenencia; condenaré les coats al portuthadar ¥ 8 dos ¥, perjuicios, que fijaré teks repoamilides aia 2) Interdicto de despojo Contempla dos modalidades, segin propiamen- te de despojo o que sea un despojo judidial fin todo caso, s¢ DERECHO PROCESAL CIVIL DE GUATEMALA no dia con respecto a aquellos que teniendo Is posesién o la tenen. ia de un bien inmueble 0 derecho real, furen desposeidos, con fuerza o sin ella, sin haber sido citados, oidos y vencidos en juicio. En tales supuestos pueden pedir Ja restitucién ante el jiuez, exponiendo el hecho del despojo, su posesién y el nombre licl despojador. Ofrecerén la prueba de haber poseido y de- jado de poseer (art. 255). En esta clase de interdictos encontramos una particulari- dad muy importante que es necesario destacar. Ella se refiere fal cago en que no hay oposicién del demandado. Cuando esta Situacin se presenta, el juez sin necesidad de acuse de rebel tia, porque el Cidigo no lo exige, ordena la restitucién con las dembs consecuencias Jegales (art. 256). En realidad se trata de una aplicacién de la ficta conjessio, que tanto relieve alean- {a en la regulacién de los juicios sumarios en el Proyecto Cou- ture, como lo afirma este autor, en Ia recomendable exposicién de motives de su Proyecto de Cédigo. ‘Ahora bien, si tramitado el juicio resultaren probados los ‘extremos de la demanda con la informacién que se recabe, 16- gicamente también se ordenard la restitusién. En ambos casos, se condena al despojador en las costas y a la devolucién de frutos; y si hubiere habido violencia, se le ‘ademas, al pago de daiios y perjuicios, que el juez fijaré prudeneialmente, quedando el demandado sujeto a las demas responsabilidades a que hubiere dado lugar (ar:, 256). Nitese que el cédigo da facultades al juez para que fije a su arbitrio los dafios y perjuicios cuando ha habido violencia. Esto permite que tales dafios se cobrem una vez concluido el juicio, ejecutivamente, en la via de apremio, sin necesidad de seguit un juicio declarative para determinarlos. Todo ello se justifica en razén de la violencia ejercida para el despojo. La otra clase de despojo es el Hamsdo judicial, que se pre- senta cuando el juez ha privado a alguno de su posesién, sin previa eitacion y audiencia (art. 257 pérr. 10.) Esta norma hace que en la practica los jueces sean muy cauteloses, espe- cialmente en aquellos casos en que hayan de entregar Ia pose. Sign de inmuebles como consecuencia de un litigio que ordend tal entrega. Las responsabilidades en que pueden incurrir con: sisten en Ia condena en las costas y en la reparacion de los Gafos y perjuicios que hubiesen causedo, los cuales también | 120 ‘MARIO AGUIRRE GODOY estima prudencialmente el tribunal mnoce, de la responsabilidad del orden penal (art, 256 gérr ee El cédigo establece reglas ite ¥ proce para el tréi ao cei tebe zl far te y prom clasts Brovidencias que causaron el despojo hubieren ict mr un juez que conoce en Pri dra la restitucion ante el Tribunal superior. Sine se hebid {interpuesto reeurso de apelacién contra la providencla que cat 5 el despojo, puede el despojado solicitar la restitucién an ¢l tribunal superior, dentro del afo siguiente al despo. ecto, se pecan los autos al inferior, para que los remita Gu informe dentro de segundo dia; y ia demanda se trata , instancia, i6n del Ministeri Blieo (att. 257 parrafos Zo. y So.) nn” Se) Ministerio Pie Impedido de ha enta con er eral acgn®: cuenta con un afo para intentarlo ante Por iiltimo, también puede ocurrir Probare el despojo judicial. En ese easy el eédigo eotablong Que el que interpuso la reclamacién pagara las costas y sufrirg una multa de cincuenta les i tencla tact seaineuenta quetzales que se le impondri ela sen- 3) Interdicto de apeo o deslinde En algunos otros sistemas de derecho positi ‘ia 7 cela ae cete ae eee Pei materi eee denominada jurisdiccién voluntaria. Por ello, se Hocoteaat liens (0 wo en realidad carécter interdictal. "Entre hana, radicion se Je ha considerado un interdicto, dife. lo de un tramite puramente voluntari de una reme- airway a dees ba oe Soph ane rate eee tenn oe eet era apie sere ft ex sn SSS iy aa tere ee te come aes a ar Se eae Pe DERECHO PROCESAL CIVIL DE GUATEMALA aa lida o de un juicio ordinario en el que se pretenda determinar Jn extension de dos o més fincas.24 En este interdicto s6lo se discute una cuestién posesoria de hecho, qué se refiere a la alteracién de limites entre here- Wades, cuando se han removido las cercas o mojones y se han puesto en lugar distnto del que tenian y st ha heeho un nuevo lindero en lugar que no corresponde (art. 259). En la practica ha sido muy util, mas en el agro que en los limites urbanos, porque la solucién es rapida y evita dificul- " \ades més graves por las alteraciones de linderos. El cédigo es muy claro al establecer los requisites espe- cificos que debe contener la demanda, Ellos son: 1) el nom- bre, jurisdiceién, linderos y situacién de la finca; 2) a parte © partes en que ha sido aiterado el lindero; 3) el nombre de quign 0 quiénes han hecho la alteracién, si se supiere; y los nombres de los colindantes que puedan tener interés en €l apeo; y 4) el lugar en que se pretenda que deban colocarse los mo- jones, vallas o cercas, debiéndose acompafiar los titulos y de- mis documentos que sirvan para la diligencia (art. 260) La prueba se limita a establecer si ha habido alteracién de limites y mojones y quién la hizo o mandé que se hiciera art, 261 part. Lo.) insistimos en que no es necesario reme- dir los terrenos, porque ello implicaria incluso costos elevadi- simos por la prueba pericial requerida (agrimensores), que mu- ‘chas veces no esta en consonancia con la extensién del lindero alterado que es objeto de Ia discusién en el interdicto. ‘La diligencia fundamental en este interdicto es la de re- conocimiente judicial, Se practica de acuerdo con las reglas establecidas para esta clase de prueba (art, 261, parr. 20. y art, 174). Las caracteristicas de la diligencia estan sefialadas fn el art. 261 que dispone que discernido el cargo a los peritos, Se sefialaré dia para practicarla con prevencién a los interesa- dos y a los colindantes para que presenten en ella sus respec- tivas pruebas. De la diligencia se levanta acta, en la que se deseribe todo lo practicado con inclusién del dictamen de los peritos. El aeta sera firmada por todos les que hubieren estado presentes, si pudieren hacerlo. Finalmente, de acuerdo con lo dispuesto en el art, 262 del cédigo, sila alteracién fuere comprobada, se ordenara la res- titueién a catgo del que Ja hizo o la hubiere ordenado, quien 2 Be ig entahea de caralén de, 28 SU Ge Beate’ cantimsinw ie aos ‘hon momentanen por. alteracién ‘di para obvenct el deslinde de dos de 1961 (Gincetas det ter. ‘hteto ae, fon inractns a para diseutit in post= ies, con ia tecon oriharia a2 ‘MARIO AGUIRRE GODOY serd responsable de las costas del juicio y de los datios y {iuicios, fijados prudencialmente por el juez, sin perjuicio de Tesponsabilidades en que hubiere ‘incurrido. ‘Nétese que aqui también el juez, fija prudencialmente daiios y perjuicios, lo que permite su cobro directo en for ejecutiva por la via de apremio, sin necesidad de juicio ded rativo posterior. 4) Interdicto de obra nueva o peligrosa ‘Debemos distinguir las dos clases de situaciones que pue- den dar origen al planteamiento de este interdicto. La ob puede ser nueva, aunque no peligrosa pero susceptible de cau. sar un dafio; o bien puede ser no necesariamente nueva, si peligrosa. Por ello se diferencian ambos supuestos, ‘euando en los dos se persigue fundamentalmente la de Ja obra, primero en forma provisional y luego definitivi mente. a) Obra nueva Es uno de los casos en que el cédigo concede acciém popue lar, cuando la obra nueva causa un dafo piblico. Precisamen. te por esta misma consecuencia, puede ejercitarse judicialmen- te o ante la autoridad administrativa. Ahora bien, cuando la obra nueva perjudica a un particular, la legitimacion se le con- cede tinicamente a él (art. 263 parrafos lo. y 20.) Este mismo articulo 263 contiene una norma muy especial sobre que la persona que tenga derecho al agua como fuerza motriz, puede denunciar 1a obra nueva, cuando por ella se em: barace el curso 0 se disminuya el volumen o la fuerza del agua cuyo distrute le corresponda (parrafo final). Se establece en el cédigo una norma de equidad que per. mite al juez, cuando lo estimare justo, que ordene la suspen- sién inmediata de la obra. No se perjudica al duefio, porque también se le faculta para que la continie si diere garantia por Jas resultas del juicio y por los dafos y perjuicies. En cual. quier caso, el juez puede permitir que se leven a cabo las obras que’sean absolutamente indispensables para la conser- vacién de lo edificado. Contra lo que el juez resuelva no cabe recurso alguno (art. 264). Los efectos de Iq sentencia que se dicte son los mismos que para el ¢aso de que la obra fuere péligrosa; es devir. el iuer DERECHO PROCESAL CIVIL DE GUATEMALA 13 resuelve en ella sobre Ja suspensién definitiva 0 la demolicién fe la obra, y la condena en costas al vencido. Si procediere a in definitiva, ordenaré el juez la ejecucién inme- tata del fallo; y si procediere la demolicién, se fijara término para Hevarla a eabo a costa del demandado (art. 268). b) Obra peligrosa En esta situacién, las consecuencias riesgosas de 1a obra hacen que el juez debs actuar con prontitud. El art, 265. dis: pone que st la obra fuere peligrosa, o 1a construcclén por su nal estado pudiera causar dafo, o si existieren arboles de pueda éste provenir, el juez dictara en el acto Tas medidas lie seguridad que juzgare necesarias o el derribo de la obra, construccién 0 Arbol, sin ulterior recurso, ‘ ‘El juer no debe esperar que se le solicite la diligencia de reconocimiento judicial, dada la especial situacién de peligro- Sidad de le obra. Por ello, el cédigo dispone que al darle tr nite a la demanda, ordenara el reconocimiento judicial de la thra, sefalando dia y hora para el efecto y que esta diligen- ia puede practicarla inmediatamente, segun 1as clrcunstancias, Sin necesidad de notifieacién previa a Ja otra parte (art. 266). Normas especiales trae el cédigo en lo que respecta a la suspension de la obra, Estén contenidas en el art. 267: «Si fue- re deeretada la susperisién y el rio de la obra no con- Curriere al reconocimiento judicial, el juez hard la prevencién fl director 0 encargado de 1a obra y, a falta de 41, a los ope- rarios, para que en el acto suspendan los trabajos, so pena de ‘astigarlos como desobedientes— En el acta respectiva se de- {allara el estado en que se halle la obra en el momento de la suspensién.— En cualquier momento y a peticiér de parte, el juez podré ordenar Ja demolicién de Jo construido en contra de de si6n, a costa del infractor». 's orver atime, recordamos que os efectos de la sentencia, en Ja que el juez se pronuncia sobre la suspensién definitiva o la demolicién de la obra, son los mismos que para el caso de obra nueva, a los cuales antes nos hemos referido (art. 268).

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