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Hijo de Dios: ¡Vuelve a casa!

“El padre le dijo: <<Hijo, tu estas siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había
que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y ha sido encontrado>>” Lc 15, 31-32
Las palabras que San Lucas escribió y que es uno de los pasajes más conocidos del
nuevo testamento: El hijo pródigo. La historia de aquel hijo que reclamó su herencia y salió
al mundo pagano a vivir aventuras impuras, mentiras y placeres carnales, quién finalmente
discierne sus acciones y de uno u otro modo regresa a casa de su padre, ese padre
misericordioso que, al ver su arrepentimiento, lo recibe con gran gozo y júbilo.
Tal es el caso de A.A, joven que decidió ignorar en un principio su fe y que pasa gran
parte de su vida persiguiendo las respuestas a preguntas que lo atormentaban, buscando
un éxito y felicidad completamente falsos; sin embargo, Dios misericordioso y omnipotente
llama a su hijo que estaba perdido, para que regrese a casa y encuentre su verdadera
felicidad en el amor infinito del padre. Así mismo encontramos las historias de cuantos otros
personajes que vivieron una experiencia similar como: Amada Rosa, Eduardo Verástegui,
Tamara Falcó, Tim Guénard, entre otros, los que cuando estaban en momentos oscuros de
sus vidas, persiguiendo placeres mundanos, falso éxito, guardando rencor o tristeza,
tuvieron el privilegio de que Dios mismo les mandara señales sencillas a través de personas
o situaciones en el momento preciso, para iluminar sus corazones, enviarles su espíritu y
llegar a su conversión.
Este cambio de vida significó para Eduardo, buscar la forma de seguir en su rubro,
pero a la manera de Dios, junto a grandes personas que se encontró en el camino llegó a
formar un grupo dispuesto a llevarle la buena noticia a la gente a su alrededor, en pleno
Hollywood. Por otro lado, Tamara Falcó encontró la felicidad que tanto buscaba y pudo
compartirla con sus amigos. Tim Guénard, un hombre con una infancia muy difícil que le
ganó al odio y, sin discriminar, acoge a quien lo necesite. Éstos son verdaderos ejemplos de
cómo el llamado de Dios es tan poderoso.
Dios llama a esos corazones deseosos de su amor, almas inquietas de una sociedad
contemporánea que hoy vive una crisis mundial, para revelarnos la misión de cada uno; una
misión que no se puede cumplir si estamos sordos a su llamado, o mudos para transmitir su
palabra.
No importa a qué te dediques, qué condición económica tienes o qué tantos
pecados hayas cometido, pues si hay arrepentimiento de corazón, Dios fuente de
misericordia, nos acogerá débiles y refugiará bajo su amparo, pues Él es quien carga al
hombre en sus más difíciles momentos, es quien perdona, acoge y ama, es paz, alegría y
vida. El mismo Pastor que cuando ve que una de sus ovejas está perdida, lo da todo para
encontrarla y llevarla de vuelta con el rebaño, el Padre que recibe a su hijo con los brazos
abiertos, es Dios que entregó a su hijo para pagar por los pecados de la humanidad y que
nos tiene guardado un lugar junto a Él.

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