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Historia Del Arte PREHISTORIA
Historia Del Arte PREHISTORIA
Historia del
arte: ARTE
PREHISTÓRICO
Índice:
4. Valoración y significado
5. Planteamiento de género
6. Periodos
8. Arte mueble
N OTI CI AS
Este descubrimiento, publicado esta semana en la revista Nature, demuestra que el arte
rupestre, una de las innovaciones más importantes en la historia cultural del ser humano, no
surgió en el continente europeo como se creía hasta ahora. Los habitantes de la región asiática
desempeñaron un papel vital en su desarrollo.
Aunque hay muchas explicaciones posibles, el hecho de que el arte figurativo de Asia sea tan
antiguo o más que el descubierto en Europa puede ayudar a resolver algunas de las incógnitas.
“Creo que estamos empezando a ver un patrón en los lugares en donde el arte se desarrolló
más o menos al mismo tiempo y de una forma similar en lugares opuestos del mundo”, adelanta
el arqueólogo.
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Los seres humanos que poblaban el planeta en esa época (el PA L EO L ÍTICO SUPERIO R )
practicaban una economía depredadora, basada en la caza y la recolección de vegetales, lo que les
obligaba a mantener formas de vida nómadas. En parte por esta razón, empleaban frecuente-mente
como hábitats las cuevas que hallaban en sus recorridos.
El tema del parentesco entre el A RTE PREHISTÓ RICO Y EL A RTE CO NTEMPO RÁ NEO se
plantea rara vez. Desde luego, podemos seguir un enfoque histórico y analizar cómo apareció la
palabra «prehistoria», cómo los artistas se apoderaron de la idea de los orígenes integrándola en
sus obras propias. Por supuesto, la toma de conciencia del «tiempo largo », la percepción de una
cultura antes de la historia escrita, y sobre todo el descubrimiento y EL RECO NO CIMIENTO DEL
A RTE PA RIETA L marcaron a los hombres cultos, a sabios, a escritores y a artistas plásticos,
agitando sus conciencias y llevándolos a relativizar su visión del mundo.
En ese sentido ¿Hasta qué punto han influido las vanguardias europeas a la interpretación
posterior del arte de las culturas primitivas o del mismo arte prehistórico? O por el contrario ¿fue
el arte prehistórico el que creó fuertes influencias en las primeras vanguardias?
Uno de los asuntos más controvertidos del arte prehistórico, y en particular de la pintura, es
su significado. ¿PO R QUÉ Y PA RA QUÉ PINTA BA N L O S HO MBRES DEL PA L EO L ÍTICO ? Se
manejan diferentes hipótesis, pero todavía hoy continúa siendo un misterio sin resolver.
De entre todas las posibles respuestas que se han dado, hay dos que poseen una mayor
aceptación entre los estudiosos, la que aportó en los años 50 el abate HENRI BREUIL , y la teoría
que manejó a partir de los 60 A NDRÉ L ERO I-GO URHA N , ambos franceses.
BREUIL , pensaba que las pinturas tenían un significado mágico y ritual. Nuestros antepasados,
al igual que algunas tribus primitivas actuales, pintaban aquello que iban a cazar, y lo hacían
pensando que de esta forma la caza les iba a ser más favorable, o abundante, de ahí que también
aparezcan figuras de hembras preñadas. Sería por tanto un rito propiciatorio de magia simpática.
Esta teoría ya había sido formulada, pero fue el abate Breuil quien la hizo popular en 1952.
En CO NTRA DE ESTA TESIS se dice que los animales más pintados eran bisontes y caballos,
pero que, en cambio, no eran estos los animales más cazados por nuestros antepasados del
Paleolítico. A partir de los años noventa, y tomando como referencia las dataciones cronológicas
de muchas de las pinturas, esta teoría ha tomado impulsos renovados.
Por su parte, André Leroi-Gourhan, formuló una teoría de carácter estructuralista. A partir
del análisis in situ de más setenta cuevas europeas, y aplicando métodos estadísticos, creyó
encontrar en todas ellas UN PA TRÓ N DE CO MPO RTA MIENTO CO MÚN . En contra de la opinión
sostenida hasta entonces, afirmó que la distribución de las imágenes y su localización en el interior
de las cuevas, no era aleatorio ni producto del azar, sino que reproducían una secuencia que se
repetía de una a otra. Según él, hay determinados animales, el bisonte y el caballo, que ocupan el
centro de las composiciones; mientras que otros, como los ciervos, cabras, etc., tienen una
disposición periférica con respecto a los primeros. A partir de ahí, concluyó que el BISO NTE Y EL
CA BA L L O representaban, respectivamente, lo FEMENINO Y L O MA SCUL INO , es decir, las fuerzas
opuestas y complementarias del Universo que generan la vida.
En su opinión, las cuevas pintadas serían una especie de SA NTUA RIO S REL IGIO SO S , en los
cuales podrían haberse llevado a cabo determinados ritos de iniciación, relacionados con el paso
de la adolescencia a la vida adulta.
Sean las explicaciones estas, o cualquiera de las otras que se han dado, L A RESPUESTA SIGUE
A BIERTA .
5. PLANTEAMIENTO DE G ÉNERO
¿Cazaban los hombres y recolectaban las mujeres de las sociedades cazadoras y recolectoras
del Paleolítico Superior?, ¿eran los hombres los jefes de los primeros grupos neolíticos? , ¿había
jefes siquiera, en los primeros grupos neolíticos? Lo cierto es que NO CO NTA MO S CO N DA TO S
NI A RQUEO L Ó GICO S NI A NTRO PO L Ó GICO S SUFICIENTES como para responder de forma
taxativa y clara a las preguntas anteriores.
Uno de los últimos lo publicó la revista científica SCIENCE A DVA NCES a principios del pasado
noviembre: el hallazgo de una chica de entre 17 y 19 años enterrada hace unos 9.000 años junto
a sus armas y la posterior revisión de un centenar de enterramientos ha llevado a un grupo de
arqueólogos a afirmar que más de un tercio de quienes cazaban eran mujeres.
Las implicaciones que tiene este descubrimiento en TÉRMINO S DE GÉNERO son, por tanto,
fundamentales para enfocar el discurso histórico de una manera más amplia y rigurosa de lo que
se viene haciendo hasta ahora. “Afirmaciones como la de que las mujeres no cazaban o no
pintaban cuevas no se pueden seguir manteniendo”, señala SÁ NCHEZ RO MERO . Sobre todo, por
el hecho de “que una actividad tan diversa como la caza –caza mayor, caza menor, uso de arcos,
lanzas, trampas, hondas, etc– con un desarrollo tan dilatado en el tiempo –miles de años– y
realizada prácticamente en todos los lugares del mundo pueda ser tratada de una forma tan
simple”.
Cuidar, alimentar, sanar, socializar o mantener los espacios de hábitat son L A BO RES
IMPRESCINDIBL ES en cualquier sociedad. En palabras de Sánchez Romero: “Son las únicas
actividades estructurales”. De hecho, según recuerda, “durante la pandemia, el mundo se ha
parado para, precisamente, cuidar, curar y procurar el bienestar”. “Lo que queremos –añade– es
poner estas tareas en primer plano de la explicación histórica, independientemente de quien las
realizara en el pasado”.
6. PERIODOS
7 .1 PINTURA S RUPESTRES
7 .1 .1 PINTURA PA L EO L ÍTICA
Vista general del techo de la sala de los Policromos de la cueva de Altamira. Presenta
una superficie densamente decorada de cerca de 200 metros y en la cual se documentan más de
3 0 0 REPRESENTA CIO NES DE A RTE RUPESTRE que abarcan desde los inicios de la expresión
gráfica, hace casi 40.000 años, hasta el momento en que la cavidad quedó cerrada, hace unos
13.400 años. Este gran panel se sitúa en una sala lateral de la cavidad que, en origen, se encontraba
abierta hacia la zona del vestíbulo, si bien tras diversas modificaciones realizadas a lo largo del
siglo XX ha quedado como un ESPA CIO CERRA DO , al que se accede por un estrecho pasillo desde
la galería principal de la Cueva.
Sorprende que en esta sala no se decoraran las paredes y todo el A PA RA TO GRÁ FICO SE
CO NCENTRE EN EL TECHO . Este se ubicaba en origen a tan solo un metro del suelo y en él,
diversas generaciones de artistas plasmaron TO DO TIPO DE REPRESENTA CIO NES del repertorio
paleolítico, tanto figurativas como abstractas o de interpretación desconocida. Para ello, se
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emplearon prácticamente todas las variedades conocidas de las técnicas del grabado y la pintura,
como el grabado simple o el múltiple, el trazo estriado o el trazo raspado, o las aplicaciones de
colorantes lineales, el punteado, la pintura Aero grafiada o soplada, las tintas planas o el
difuminado de los colorantes por frotado o lavado. UNA GRIETA NA TURA L atraviesa el panel de
roca dividiéndolo longitudinalmente en dos secciones, a partir de las cuales se describe su
contenido artístico.
En la zona anterior de este sector derecho, un grupo de BISO NTES PO L ICRO MO S de una
calidad inferior a los más conocidos del sector izquierdo, se superponen a caballos rojos en tinta
plana y conviven con grabados de ciervos de gran belleza plástica y buen tamaño, seguramente
coetáneos.
Sobre el sentido e interpretación de este panel se ha especulado mucho a lo largo del casi
siglo y medio que ha transcurrido desde su descubrimiento, en 1878. Actualmente se sabe que se
trata de una formidable acumulación de REPRESENTA CIO NES REA L IZA DA S A L O L A RGO DE CA SI
2 5 .0 0 0 A ÑO S , lo que convierte a este techo, y por extensión a la cueva de Altamira, en un lugar
especial para las poblaciones del Paleolítico superior. Su relación con el pensamiento
transcendente de los hombres de esta época es segura, si bien no conocemos con qué creencias o
ritos pudieron estar asociadas. Por el contrario, sabemos que NO SE HICIERO N CO N EL Á NIMO
DE DECO RA R L A CA VIDA D , ya que las mismas apenas eran visibles al encontrarse en un espacio
ancho, profundo apenas a un metro de altura, lo cual impedía no ya la observación general
del techo, sino incluso la contemplación, una por una, de la mayor parte de las figuras.
En su conjunto, este panel constituye un A UTÉNTICO HITO DE L A HISTO RIA DEL A RTE ,
siendo conocida como el "la capilla Sixtina del Arte Paleolítico", y un referente absoluto para el
conocimiento del primer arte de la Humanidad.
La Neocueva nos presenta Altamira tal y como era hace entre 35.000 y 13.000 años
cuando la habitaron distintas sociedades cazadoras y recolectoras. La Neocueva es una
REPRO DUCCIÓ N TRIDIMENSIO NA L rigurosa, basada en el conocimiento científico y en el estudio
de las técnicas y materiales empleados en época prehistórica.
El VESTÍBUL O de la cueva fue el lugar dedicado a las TA REA S CO TIDIA NA S mientras que
los espacios donde apenas penetraba la luz se dedicaron a la expresión de su pensamiento
transcendente. Sorprende el TECHO DE PO L ÍCRO MO S con sus bisontes, caballos, ciervos, cabras
y signos pintados y grabados. Estamos ante una obra maestra de artistas geniales, ante una de las
manifestaciones más espectaculares de arte rupestre. Altamira destaca por la calidad de sus
pinturas y grabados, y por la diversidad de técnicas y estilos.
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Siguió pasando el tiempo y llegó el siglo XX. En 1 9 0 5 , casi con toda certeza más de
veinte mil años después de la primera entrada de los hombres paleolíticos en la cueva, un
campesino de la zonala descubrió de manera oficial. El avispado campesino logró hacerse con la
propiedad del terreno y esta es la razón por la cual, cuatro generaciones después, la cueva de La
Pileta sigue estando, de manera incomprensible, en MA NO S PRIVA DA S . De este modo, la cueva
que puede considerarse como la mejor muestra del A RTE RUPESTRE FRA NCO -CA NTÁ BRICO en
territorio andaluz está sometida a un régimen de explotación económica basado en la obtención
de beneficios, con horarios que no se cumplen, con precios abusivos y con guías no cualificados
que durante años han empleado lámparas de petróleo para mostrar las pinturas, lo que ha supuesto
un cierto deterioro. Todo ello ha generado además algunos desacuerdos entre los propietarios de
la cueva y la administración andaluza, que han llegado hasta EL TRIBUNA L SUPREMO .
En tan amplio conjunto destacan sobremanera las representaciones de FA UNA PRO PIA
DEL PA L EO L ÍTICO , con más de 80 figuras zoomorfas. Se asignan a las etapas que van desde el
Solutrense antiguo hasta el último Magdaleniense, con una cronología que podría situarse entre
unos veinte mil y ocho mil años antes del presente. Las especies representadas son diversas: uro,
caballo, ibix, ciervo y cabra montés. Llaman la atención especialmente la YEGUA PREÑA DA del
denominado "santuario" y el GRA N PEZ DE METRO Y MEDIO de longitud de la última sala, una
representación poco frecuente en la pintura paleolítica y que se ha identificado con un mero o una
platija. Predominan siempre los silueteados y el empleo de los tres colores característicos de la
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etapa: rojo, amarillo y negro. Junto a los animales aparecen también pinturas esquemáticas e
idiomorfos de difícil interpretación.
Por otra parte, el NEGRO fue el color predominante empleado para las pinturas
postpaleolíticas, en las que el esquematismo se impone de manera completa. En su mayor parte
se han asignado a una etapa neolítica, corroborada por el hallazgo de algunos recipientes
cerámicos en el interior de la cueva. Se asigna a estas manifestaciones una cronología de unos
CINCO MIL A TRES MIL A ÑO S A NTES DE CRISTO .
Entre los diferentes espacios hallados, quizás los más significativos sean la Sala de los
Toros (por su calidad y cantidad de animales representados), en una de las primeras
composiciones circulares, la galería axial, donde se puede contemplar el llamado caballito chino;
el camarín de los felinos; así como el «pozo», donde se halla una escena mágico-cinegética bien
conocida, con la presencia de un chamán.
La mayoría de las pinturas son de la ETA PA FINA L DEL A URIÑA CIENSE , o de principios
del MA GDA L ENIENSE , e impresionan las dimensiones de algunas de las figuras representadas,
como los toros (de hasta 5 metros), así como las técnicas dinámicas y seguras con las que están
realizadas (figuras amarillas, bícromas, negras con degradación).
Como en la mayoría del Arte Rupestre del Paleolítico, la pintura se realiza en grandes
MURA L ES de roca insertos en cuevas. Las técnicas que se utilizaron fueron EL GRA BA DO Y LA
PINTURA , en la mayoría de casos se combinaron ambos procedimientos, primero grabando los
contornos de las figuras y después pintando sobre ellos. En mucha s ocasiones se utilizan los
salientes de la roca para crear una ilusión de volumen. El cromatismo, como podemos ver en la
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El tema fundamental, como en casi todas las pinturas Paleolíticas, son los A NIMA L ES, en
la imagen se aprecian vacas, así como abundantes caballos y ciervos. Como observamos en la
imagen, en este PA NEL DE L A VA CA NEGRA de la cueva de Lascaux, se utiliza una composición
vertical, aunque no se emplea la perspectiva, se aprecia un gran naturalismo y un uso de una
perspectiva fingida que se aprecia a la hora de representar las patas o las astas, que nos sugieren
cierta tridimensionalidad. Los animales aparecen de formas muy variadas, alerta como el caso de
las vacas o toros, corriendo, descansando o apareándose. En general, suelen representarse juntos
como en manadas, en muchas ocasiones superponiéndose unos a otros.
En 1 9 9 4 un grupo de espeleólogos franceses descubrió una gruta, conocida hoy en día como
de Chauvet en honor a uno de ellos, que albergaba un conjunto de pinturas rupestres que desde el
mismo momento causó sensación entre la comunidad científica por su espectacularidad. La cueva,
un A NTIGUO CA UCE SUBTERRÁ NEO de un afluente del río Ardeche, tributario del Ródano
(Francia), había estado ocupada por el hombre y había permanecido sellada desde hacía más de
20.000 años por un derrumbamiento de su entrada.
• Exhiben una gran calidad estética, se puede apreciar en el uso hábil de sombreado, las
combinaciones de pintura y gravado, la precisión anatómica con la que están
representadas, el efecto tridimensional y el movimiento.
• Estas muestras son las más antiguas encontradas, es decir, son las primeras
manifestaciones artísticas más antiguas y elaboradas encontradas hasta la fecha.
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Las pinturas están compuestas por ESCENA S NA TURA L ISTA S ejecutadas con maestría y llenas
de dinamismo. Entre las pinturas destacan un bestiario muy variado, se pueden O BSERVA R
A NIMA L ES DE CA ZA MA YO R : uros, caballos, megaceros (ciervos gigantes) y bisoterontes.
También se pueden observar animales que representaban un PEL IGRO PA RA EL SER
HUMA NO : rinocerontes, leones, un mamut y osos. En total las representaciones de los animales
peligrosos representan el 60 % de las pinturas contabilizadas en la cueva, también se aprecian
representaciones de figuras humanas y símbolos.
Hay una gran cantidad de grabados y las pinturas realizadas se han realizado fundamentalmente
en dos colores de pigmentos: rojos (hematites y óxido de hierro) y negros (carbón).
Las pinturas de color rojo están situadas cerca de la entrada antigua de la cueva, entre estas
pinturas realizadas con pigmentos rojos se encuentran los grupos de puntos, las especies de signos
y las huellas de manos, así como las siluetas de animales más estáticas.
Además de las pinturas de animales, en las paredes de la cueva, también se pueden apreciar
MA NO S EN NEGA TIVO Y EN PO SITIVO , representaciones de sexos femeninos y signos de puntos
formando figuras todavía no descifradas.
• La calidad estética, son pinturas caracterizas por una gran detalle y expresividad en la
expresión de los animales.
• Uso de contraste del difuminado para crear sensaciones volumétricas, con el fin de
representar las escenas de animales con profundidad.
• Un estilo muy definido, trazos perfectos, estilizados y proporcionados. (Se aprecia sobre
todo en un gran número de pinturas negras).
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Pocos milenios después de que los grupos humanos de cazadores y recolectores del
Paleolítico Superior nos dejasen abundantes evidencias de su capacidad artística en las cuevas de
la zona franco-cantábrica, comenzó a desarrollarse en otras áreas de la Península Ibérica una
VA RIEDA D DE A RTE PA RIETA L bien distinta de la anterior. Se trata de la denominada pintura
rupestre levantina. Debemos comenzar aclarando que el calificativo de levantino aplicado a este
tipo de manifestaciones artísticas no resulta del todo adecuado, pues podemos encontrarlas en una
amplia franja próxima al Mediterráneo que comprende no sólo el Levante español, sino también
algunos sectores del sur de la península, extendiéndose hasta la provincia de Cádiz.
Pero lo más llamativo de la pintura levantina es su CA RÁ CTER NA RRA TIVO : nos encontramos
ahora con escenas variadas (caza, lucha, danzas, vida cotidiana) en las que el característico
naturalismo de la etapa anterior resulta en parte sustituido por una cierta tendencia a la estilización
de las figuras, que quedan reducidas a sus rasgos fundamentales (llegando en ocasiones al
esquematismo) y suelen estar pintadas en un único color. La vivacidad de la escena se acentúa
además por L A IDEA DE MO VIMIENTO : es frecuente encontrar grupos de animales o de
cazadores y guerreros en plena carrera. Precisamente, la incorporación de un
A MPL IO REPERTO RIO DE FIGURA S HUMA NA S DE A MBO S SEXO S en estas representaciones
(habitualmente, de tamaño reducido) es otra de las características fundamentales del arte rupestre
levantino.
torso descubierto. Hombres y mujeres, especialmente los primeros, se adornan con diversos tipos
de peinados, plumas y cintas en la cabeza, tronco y extremidades. Los animales y la s figuras
humanas se representan A ISL A DO S O FO RMA NDO ESCENA S , por lo general de caza.
La más conocida de estas escenas y una de las primeras publicadas de todo el arte
levantino es la del A BRIGO DE CO GUL L , donde una serie de MUJERES , realizadas por distintos
autores y en momentos también diferentes, aunque muy parecidas entre sí, están en actitud de
danza y formando un círculo en torno a una pequeña figura masculina, claramente FÁ L ICA , que
se ha interpretado como un principio fecundador. El hecho de que algunas de las figuras hayan
sido repintadas invita a pensar que la escena tuvo vigencia durante un tiempo más o menos
dilatado, e incluso es muy probable que el CO VA CHO DE CO GUL L llegara a tener carácter de
santuario hasta época histórica si tenemos en cuenta la existencia de grafitos ibéricos y romanos
grabados en sus paredes.
El abrigo de la Roca de los Moros de Cogul, supone uno de los conjuntos de arte rupestre
MÁ S BEL L O S DEL A RTE PREHISTÓ RICO DE L A PENÍNSUL A IBÉRICA y un PO DERO SO EJEMPL O
DE L A ESPIRITUA L IDA D INTRÍNSECA DEL SER HUMA NO .
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8. ARTE MUEBLE
Se entiende como arte mobiliar las O BRA S REA L IZA DA S PO R EL HO MO SA PIENS SA PIENS
que podía llevar consigo al cambiar de lugar de asentamiento: una figurilla, un bastón de mando,
una placa decorativa en hueso...Para ser considerado artístico estas obras deberán tener un
REFERENCIA FIGURA TIVA . No incluimos, por tanto, en esta categoría los utensilios de piedra
tallados por el hombre desde hace millones de años, siguiendo una técnica de talla u otra, que,
aunque son en ocasiones muy bellos (v.g. bifaz achelense), los consideramos tan sólo
instrumentos.
Los restos mobiliarios más antiguos que nos han llegado del ser humano son de época
relativamente reciente, a lo sumo se remontan a L O S 4 0 .0 0 0 A ÑO S , y se encuentra en Europa al
sur del casquete glacial creado por la GL A CIA CIÓ N DE W ÜRM , que se llegó a extender en algunos
momentos desde el Polo Norte hasta latitudes tan bajas como la zona de la actual Paris.
Muchas de las obras se han encontrado en ENTERRA MIENTO S junto a otros objetos de
adorno, por lo que además de ser objetos que pretendían tener una FUNCIÓ N DE INTERA CCIÓ N
MÁ GICA con la naturaleza, también podían tener una finalidad ornamental o de ostentación y
prestigio (bastón de mando).
ETAPAS Y OBRAS
L A S VENUS ESTEA TO PIGIA S. Son las primeras representaciones plásticas de la
humanidad. Las más antiguas aparecen en el Paleolítico Superior, hace unos 30.000 años, en un
periodo conocido como A URIÑA CIENSE . Se tratan de figuras femeninas en piedra, en bulto
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redondo o en relieve, con sus A TRIBUTO S SEXUA L ES exageradamente marcados. El rostro, sin
embargo, apenas está esbozado en un abandono consciente del realismo. Los prehistoriadores
opinan que se tratan de ÍDO L O S DE L A FECUNDIDA D FEMENINA que los grupos humanos creaban
para de esa forma controlar el misterio de la reproducción de su clan. Con ellos querían hacer una
especie de "MA GIA SIMPÁ TICA " para asegurar que la naturaleza hiciese su voluntad y, de esta
forma, poder asegurar la continuación generacional de ese grupo humano. Es el precedente de la
representación de una DIO SA MA DRE TIERRA de tiempos posteriores.
Las obras más conocidas son las VENUS DE W IL L ENDO RF (A USTRIA ) , la de L ESPUGUE,
BRA SSEMPO UY y L A USSEL EN FRA NCIA y GRIMA L DI EN ITA L IA .
Cuando se trata de analizar estas figurillas, existen varias cuestiones en las que coinciden
plenamente todos los investigadores: no cabe duda de que son REPRESENTA CIO NES FEMENINA S ,
cuyos autores han puesto un énfasis especial en recoger con el mayor detalle algunos rasgos
anatómicos, fundamentalmente los pechos, las caderas y las nalgas, el vientre e incluso la vulva,
lo que podría indicar una clara preferencia por los elementos más visibles de la SEXUA L IDA D
FEMENINA . Al mismo tiempo en muchas de estas figuras observamos también una
EXA GERA CIÓ N DE L A O BESIDA D concentrada en esas zonas del cuerpo, lo que se ha dado en
calificar como ESTEA TO PIGIA , aunque tal palabra no figure en el diccionario de nuestra lengua.
Además, frente a la presencia de estos caracteres, la mayoría de estas figuras carece de rostro
propiamente dicho (aunque a veces se represente el cabello) y se observa en ella la escasa a tención
prestada a las extremidades que en algunos casos están sólo indicadas muy escuetamente.
Finalmente, en casi todas estas piezas resulta evidente la ESQUEMA TIZA CIÓ N DE LA
REPRESENTA CIÓ N HUMA NA , que viene a contrastar enormemente con el elevado naturalismo de
las figuras de animales características de la pintura rupestre de la misma época.
Durante el NEO L ÍTICO FINA L Y EL CA L CO L ÍTICO (IV Y III MIL ENIO ) se generalizan a lo
largo de la Península ibérica, pero especialmente en su mitad meridional, unas pequeñas figuras
sobre materiales diversos que sugieren representaciones humanas a las que se han denominado
genéricamente como ídolos, aunque posiblemente no todos lo fueran. Artísticamente hablando
hay que relacionarlas con la figuración mobiliar aparecida desde el paleolítico. Serían la última
manifestación de este proceso de representación simbólica y se relaciona con la A PA RICIÓ N DE
L A S ÉL ITES Y L O S PRIMERO S INDICIO S CL A RO S DE JERA RQUIZA CIÓ N. Es la manifestación
simbólica menos numerosa y la que requiere una mayor dedicación en tiempo y habilidad para su
elaboración de todas las conocidas entre los milenios IV y III a.C. Podrían tratarse de
representaciones masculinas con la función de identificar la posición preeminente de ciertos
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individuos en su grupo social y ante otros grupos paralelos de poder. Sería la forma de legitimar
y sacralizar su estatus elevándolos a la categoría religiosa, como intermediarios entre la sociedad
y las creencias míticas. El esquematismo con el que están concebidas aporta una
contemporaneidad a su diseño, que les hace comparable a la obra de artistas del siglo XX
como BRA NCUSI.
Son los más NUMERO SO S Y A NTIGUO S PO RQUE se datan en un ancho espacio temporal
que abarcaría desde el IV al II milenio a.C. Los materiales habituales en que se realizaron fueron
la pizarra, el esquisto y la cuarcita, rocas que permiten obtener láminas muy finas (placas) y
trabajarlas para obtener una forma trapezoidal. La pieza resultante puede mantener rasgos
antropomorfos esquemáticos como los ojos, los hombros o la cabeza, aunque los hay puramente
geométricos. El resto del "cuerpo" estaría grabado con bandas lisas, reticuladas y en zig-zag.
Suelen tener una o dos perforaciones en el extremo superior que podrían servir para llevar la pieza
colgada del cuello por medio de una cuerda.
Corresponden cronológicamente al III MIL ENIO A .C. , por tanto, algo más recientes, pero
también coincidentes, con los ídolos placas. Se caracterizan por ser piezas cilíndricas sobre piedra
o hueso donde la representación antropomórfica se limita a grandes ojos circulares y cejas de
trazos curvos sencillos sobre los ojos. Bajo ellos se marcan L ÍNEA S PA RA L EL A S CURVA DA S que
se interpretan como un tatuaje facial. En la parte superior y trasera poseen líneas en ZIG-ZA G a
modo de cabello.
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L OS MI L L ARES, AL MERI A
La colonización neolítica de las tierras bajas del sureste peninsular se inició entre el VI y
V milenio a. C. A partir del IV milenio a. C., NEO L ÍTICO RECIENTE , se produjo un proceso de
concentración del poblamiento en las tierras aluviales de mayor potencial agrícola, con la
aparición de aldeas (El Garcel, Tres Cabezos, Churuletas…) asociadas a PEQUEÑA S
SEPUL TURA S de cámara redonda o cuadrangular sin corredor y con escaso número de individuos
inhumados.
L O S MIL L A RES , fue, sin duda, el de más recorrido cronológico, ya que estuvo habitado
entre el 3100 a.C., momento en que empezó a configurarse, y el 2200 a.C. aproximadamente,
cuando fue abandonado. También fue el de mayor importancia, ya que SUS MO DEL O S
URBA NÍSTICO S Y RITUA L ES se repitieron en otros poblados posiblemente por ser dependientes
de él.
EL PO BL A DO . Se estima que podía contar con una población de unas 1500 personas. El
interior del asentamiento muestra una distribución organizada del espacio, en el que las viviendas
compuestas por cabañas de planta circular con zócalos de mampostería, alcanzan distintas
dimensiones en cada área del poblado. También se han descubierto varias estructuras de planta
rectangular, como un taller metalúrgico y un gran edificio de carácter público que dominaba la
zona central del poblado.
L A S MURA L L A S. El poblado de Los Millares llegó a poseer hasta tres líneas de murallas
concéntricas, que cerraban y segmentaban un asentamiento de unas 4/5 ha. De superficie. Una
cuarta fortificación, a modo de “ciudadela” cuadrangular, se sitúa en el extremo del espolón. La
muralla exterior, construida tras una ampliación del asentamiento, cerraba un perímetro de unos
400 m de longitud y presenta a intervalos regulares 17 bastiones y torres, a los que hay que sumar
dos barbacanas o puertas fortificadas, que protegen las entradas al recinto. Sus murallas sufrieron
diversas reconstrucciones motivadas por continuos cambios en las estrategias defensivas.
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Hacia mediados del quinto milenio antes de Cristo, o quizás antes, un fenómeno de
carácter cultural y artístico se extendió por algunas zonas del norte de África y extensas regiones
de Europa, tanto en su fachada atlántica como en las riberas del Mediterráneo. En síntesis, puede
caracterizarse por la aparición de estructuras constructivas levantadas con piedras de gran tamaño,
lo que ha llevado a calificar tal fenómeno como MEGA L ITISMO O CUL TURA MEGA L ÍTICA , y que
viene a constituir la primera arquitectura de la humanidad, si hacemos excepción de las viviendas
que hubiesen podido realizarse con anterioridad empleando materiales efímeros, como los de
origen vegetal.
Una de L A S HIPÓ TESIS MÁ S A CEPTA DA EN L A A CTUA L IDA D es la de que sería una gran
necrópolis ya que, de hecho, en las inmediaciones de los alineamientos, existen varios túmulos y
construcciones con una función funeraria más evidente, como el de Saint-Michel, de 217 metros
de largo por 59 de ancho, uno de los más antiguos del mundo.
Stonehenge es una de las ESTRUCTURA S MEGA L ÍTICA S MÁ S FA SCINA NTES del mundo
y a la vez de las más misteriosas dado que es muy poco lo que sabemos sobre sus constructores,
su propósito, su alineamiento astronómico y el método que utilizaron para trasladar las piedras y
erigirlas en el lugar. Se trata de una O BRA TIPO CRO ML ECH (círculos concéntricos de piedra)
situada en la planicie de Salisbury, en el condado de Wiltshire (a unos 130 km al oeste de
Londres). Hoy sabemos que la construcción de la primera etapa de Stonehenge se inició a FINA L ES
DEL NEO L ÍTICO , hacia el año 3100 AEC, período en el que todavía no existía ni el hierro, ni la
rueda ni la escritura.
Este asombroso monumento fue realizado por una CUL TURA QUE NO DEJÓ REGISTRO S
ESCRITO S, por lo que muchos aspectos de su construcción y utilización son interpretaciones y
conjeturas que siguen siendo motivo de debate, entre ellas, las fechas de sus etapas constructivas.
número de entierros para un período tan largo, se cree que no se trató de un cementerio para la
generalidad de los integrantes de una comunidad sino para determinadas personalidades
destacadas.
El Dolmen de Soto, datado entre el 3000 y el 2500 a.C., pertenece a la familia de los
dólmenes denominados de corredor largo. Su tamaño es uno de los rasgos que más sorprenden,
pues es el mayor de todos los encontrados en la provincia de Huelva, con una longitud de casi 21
metros. La anchura va variando en función de la zona en la que te encuentres. Cerca de la puerta
alcanza unos 0,80 metros, mientras que en la parte de la cámara asciende hasta más de tres.
El espectáculo al entrar los rayos del sol está servido. El Dolmen de Soto está orientado
de Levante a Poniente, por lo que la luz entra por el corredor en el equinoccio y se proyecta en
la cámara durante unos minutos. El sentido religioso de este rito apunta al renacimiento gracias
al sol, los difuntos volvían a la vida.
Una de las características más impresionantes del dolmen es el arte rupestre que lo
decora. La mayor parte de los bloques verticales y losas de cubierta están repletas de diversas
grafías que se han identificado como propias del arte megalítico del sur de la Península.
A RQUITECTURA DEL BRO NCE BA L EA R: NA VETA DES TUDO NS (CIUDA DEL A , MENO RCA )
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