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SER COMO UN NIÑO LE QUEDA GRANDE A MUCHOS

Pero Jesús dijo: “dejad venid los niños a mí y, no se los impidáis porque de tales
es el reino de Dios” (Mateo 19: 14)

¿Qué significaba ser un niño en los tiempos de Jesús?

Ser niño no significa ser «ingenuo o inmaduro», sin capacidad para pensar y
razonar de manera sensata, en efecto, no es a esos defectos que Jesús se refiere. Mas
bien, significa, ser un “don nadie”, es decir, ser nadie, no tener nada, por
consiguiente, no aferrarse a nada. En pocas palabras, ser pobre. En efecto, esa es la
función de la analogía empleada por Jesús. Y, ello representa un gran problema para
el pecador porque venir a Cristo representaba:

 Para los griegos, los dueños de la sabiduría filosófica, significaba una


tontería, sin sentido, sin lógica.
 Para los romanos, los dueños del poder político, económico y militar,
significaba una vergüenza pública.
 Para los judíos, los dueños de la verdadera religión, significaba la peor
blasfemia.

En total: venir a Cristo significa ser un tonto (griegos), derrotado (romanos) y


hereje (judíos). En consecuencia, venir a Jesús, según ellos, era un salto al vacío,
echar dinero en saco roto, la peor inversión. Pero, contra todo pronóstico, ser niño,
es el pre – requisito para poder aceptar la salvación que solo hay en Cristo, pues,
nada de lo que eres, sepas o hagas a expensas del sacrificio expiatorio de Cristo
Jesús es aceptable ante la presencia de Dios. Sin Cristo, en efecto, no eres más que
un pecador merecedor del infierno: sin vida y sin futuro.
En este mismo orden de ideas, te pregunto, si a usted, que eres adulto y que crees
que te la sabes toda: ¿A qué estás aferrado?

Es posible, al igual, que los nombrados anteriormente:

 Te jactes de tus saberes académicos;


 Estés orgulloso de tu poder de influencia en la sociedad;
 Te fascine tu estricta religiosidad que es “mejor” que la del otro.

Pero, hoy te invito a que vengas a Cristo y te desnudes porque a nosotros los
niños no nos da pena desnudarnos, de ahí que, desnúdate de tu:

 Presunción de “sabe lo todo”.


 Jactancia politiquera.
 Vanidad pentecostal: hablar y vestir religioso no te hace santo.

Señor adulto, por favor:

 Deja tu orgullo y perdona la ofensa.


 Abandona tu estatus y visita a tu vecino que es tu prójimo.
 Desecha la ira y disfruta compartir, así como lo hacemos nosotros los niños.
 Olvida el enojo y sonríe o, ¿acaso crees que te ves bonito así aburrido?
 Rechaza todo propuesta del resentimiento porque el odio no vale un peso.

En resumen: nosotros los niños peleamos y lloramos, pero olvidamos rápido y


volvemos a jugar juntos, así que, aprende de mí. Observa que, mientras Cristo estaba
en la cruz sufriendo por ti y por mí, él oraba: “Padre perdónalos porque no saben lo
que hacen”.

En fin: Jesús y un niño son, tu modelo a seguir, por eso, sigue nuestro ejemplo y
disfruta la salvación de Cristo “con borrón y cuenta nueva todos los días”. Empieza
hoy, yo te ayudo y te quiero mucho o, ¿será que esta grandeza te queda grande?

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