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NOVENA AL ESPIRITU SANTO 2023 Año Precapitular
NOVENA AL ESPIRITU SANTO 2023 Año Precapitular
2023
Introducción
“El soplo de Dios comunica la vida. Este viento suave nos hace respirar cada hora.
El Espíritu de Dios hace latir el corazón y abrir los ojos. El Espíritu nos pone en movimiento. El
Espíritu alienta a la esperanza.
El viento sopla fuerte o suave. Como tormenta o como brisa. Como gemido o como aliento. Es el
Espíritu de Dios que corre, que penetra, que camina, que libera, que vivifica.
El Espíritu sorprende, el Espíritu moviliza. El Espíritu empuja y alienta la aventura. Dejarse conducir
por él es no fijar itinerarios a la vida. Es aventurar sin seguridades. Es arriesgar confiando sólo en sus
impulsos.
Al anochecer del primer día de la semana
Estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas
Por miedo a los judíos. Jesús entró y se puso en medio.
Sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu santo.
A quienes perdonen sus pecados les quedarán perdonados”
El soplo del Resucitado es su Espíritu como el primer fruto y regalo pascual.
Así sucedió también una mañana en Jerusalén. Los apóstoles se habían reunido a orar juntos con
María. Hasta que un viento fuerte llenó toda la casa donde estaban reunidos. Y salieron a las calles
de la ciudad. Con valor. Con decisión. Con una audacia refrescante y ágil. Desde Jerusalén hasta los
confines de la tierra fueron llevados por el Espíritu a predicar la Buena Nueva. Y lo mismo seguimos
haciendo hasta hoy” (P. Miguel Ortega Riquelme)
Así sucedió también un 11 de abril de 1929, bajo la acción del Espíritu Santo, Dios reúne a través del
Fundador siete señoritas con las que inicia esta obra misionera, que se ha extendido en estos 94
años, por ciudades, veredas, pueblos, países, continentes, culturas, llevando el evangelio, al soplo
del Espíritu Santo. Démosle gracias al Señor por nuestro P.F. “Él, hombre del Espíritu, recibe de este
mismo Espíritu el carisma de fundador y como respuesta enriquece a la Iglesia con una nueva familia
religiosa: el Instituto de Misioneras de Santa Teresita. Movido por el Espíritu Santo sabe leer los
signos de los tiempos y descubre en la situación histórica eclesial que vive, la apremiante necesidad
de operarios del Evangelio. Dócil a la acción del Espíritu, se constituye en colaborador suyo, para
continuar en la Iglesia, aún después de su muerte, la obra de recapitulación de todas las cosas en
Jesucristo, mediante el Instituto al cual da vida”. (El fundador en el ámbito del Espíritu, pág. 16)
“La vida consagrada es como una navecilla de vela impulsada por el viento del Espíritu. El Espíritu
que genera su pluralidad carismática, es la fuente –así mismo- de su fundamental unidad. El viento
marca sus ritmos, su velocidad, su orientación; le permite luchar contra las corrientes que quieren
llevarla hacia otros destinos u incluso su misma destrucción. Hoy la vida consagrada, navecilla
impulsada por el viento, no cuenta con corrientes favorables en muchos lugares de la tierra, pero sí
con el Viento –siempre favorable- del Espíritu. Y, por eso, nos preguntamos: ¿Hacia dónde lleva el
Espíritu la Vida Consagrada del siglo XXI, globalmente considerada?” (José Cristo Rey García
Paredes, cmf)
En este año Precapitular, juntas imploremos las luces del Espíritu Santo, para que en este proceso
congregacional que hemos iniciado, al ir concluyendo este sexenio, nos regale la iluminación para
hacer lectura de los acontecimientos del mundo, de la Congregación, de cada Comunidad Local y de
cada una en particular, para percibir la voz de Cristo invitándonos a ir por otro camino y recuperar lo
esencial, que nos permita seguir siendo significativas en el hoy de la Iglesia y del mundo.
Supliquemos una nueva efusión del Espíritu Santo, que encienda en nosotros la herencia carismática,
para que, desde la experiencia de encuentro con el resucitado, vayamos al mundo a anunciar la
Buena Nueva.
PRIMER DÍA
Sí. Porque santo no es aquel que nada malo ha hecho en su vida. Santo es el que acepta con
humildad ser amado eternamente por su Dios.
Santo es el que se deja moldear por el Espíritu. El Espíritu va tallando y puliendo en nosotros la
imagen de Jesús. Porque ser santo en una palabra es eso: ser Jesús hoy. Tener sus sentimientos.
Pensar como Él pensó. Pasar por lo que Él pasó. Vivir como Él vivió.
¡Llamados “a ser santos e inmaculados en su presencia por el amor”! Sí. Esta es la hermosa y
fascinante misión recibida. Un alegre desafío. No se trata de heroísmos espectaculares. Se trata, eso,
eso sí, de un amor comprometido, de una permanente relación al Padre, y de trabajar con ardor por la
justicia.
Santos para hoy. Ahora. En este tiempo. En esta Iglesia. Y en este mundo.
Canto
Iluminación carismática
El fundador fija la meta, para su congregación naciente: “…las Hermanas han de estar siempre
dispuestas a vivir en santidad. Como auténtico Padre espiritual, persuadido de la responsabilidad
que tiene de comunicar su espíritu al Instituto por él fundado, Monseñor Builes se preocupa por
orientar la vida religiosa de las Hermanas, urgiéndolas a que emprendan decididamente el camino de
perfección, según la inspiración que él ha recibido”
“Hijitas mías -escribe-, yo las necesito muy santas y sacrificadas hasta el heroísmo”
“¡Ser santas! Cualquier otro ideal sería en vosotros increíble locura/…/. Ser santas, es decir
imitar a Jesús, hacer vivir a Jesucristo en vosotros y no vivir más que por Jesucristo y para
Jesucristo”
“Ser santas /…/. Sí, hijas mías, subir siempre, sin mirar atrás a ver cuánto se ha subido /…/. No
decir nunca basta. Hay que tener siempre hambre y sed de justicia, para poder recibir la hartura
que promete N.S. en las bienaventuranzas” (El Fundador en el ámbito del espíritu, pág. 79-80)
“No olviden, mis amadas hijas, que están llamadas a la santidad, y que tienen que estar en
marcha por este camino, y no amarradas al puerto, esperando que les indique otro rumbo
distinto del que al entrar hallamos: es el itinerario de su vida religiosa que, sin vacilación deben
acometer”. (carta del P.F. del 27 de junio de 1930)
Oración del día: ¡Oh Espíritu Santo! Suave viento que llenó el Cenáculo y dio fuerza y valor a los
corazones de cuantos te esperaban, orando fervorosamente unidos en una sola alma y un corazón:
ocupa ¡oh Espíritu de vida y amor! toda la casa de mi pequeño espíritu, mi memoria, entendimiento y
voluntad: y dame la gracia que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria tuya y bien de mi
alma. Amén.
Petición
Gozos: (Poesías de Santa Teresita)
Ven, ven, ven, Espíritu Divino… 1. Tú bien sabes, Jesús, que yo te amo
y el Amor de tu Espíritu me inflama.
Sé que, amándote a ti, me atraigo al Padre El Espíritu de Dios es como un río
y lo guarda mi pobre corazón. Que se desborda y corre a su capricho.
Déjenlo correr según su voluntad
2 ¡Llama divina, purgadora hoguera!, No quieran su marcha atrasar
mi morada establezco en tu fogón,
y entre tus llamas yo canto a mi gusto: Es como el fuego es como el viento
¡Vivo de amor! es como el agua, va fluyendo.
Así es el Espíritu Santo...
3 Es cosa necesaria que el bautismo Espíritu Santo de Dios...
derrame por tu alma una santa blancura, El Espíritu Santo... Espíritu consolador.
que el verdadero Dios habite en ella,
que el Espíritu Santo le dé a tu corazón ( https://www.hijosdelamadrededios.com/
su propia vida. libro/novena-al-espiritu-santo)
4 Acuérdate de aquella dulce llama
que hace arder en nuestros corazones.
En mi alma has encendido ese fuego del cielo,
y yo quiero, también, derramar sus ardores.
Una débil centella, ¡oh misterio de vida!,
levantar puede sola un grandísimo incendio.
Muy lejos quiero llevar
¡oh Dios mío!, tu fuego, ¡acuérdate!
5 Este fuego que arde en mí
penetra mi alma sin tregua.
Por eso, en su llama viva
toda me voy consumiendo
en el amor y de amor.
6 Te amo cuando proclamas
que eres la sierrecilla del Señor,
del Señor a quien tú con tu humildad cautivas.
Esta es la gran virtud que te hace omnipotente
y a tu corazón lleva la Santa Trinidad.
Entonces el Espíritu, Espíritu de amor,
te cubre con su sombra,
y el Hijo, igual al Padre,
se encarna en ti...
Otros gozos….
El viento sopla donde quiere,
nadie sabe a dónde va,
el viento sopla cuando quiere
nada le impide volar.
“Dar Testimonio”
Símbolo: Una luz con la frase “Dar testimonio”
Canto: Bautízame
Oración para todos los días
Reflexión del día
Nosotros comprometemos toda nuestra vida, todo nuestro tiempo, todo nuestro trabajo para seguirlo
y vivir lo que Jesús nos dice. No nos contentamos con algunas horas para Él, o algunos días en algún
lugar.
Hemos recibido un mandato mucho mayor. “Ustedes serán mis testigos en Jerusalén y hasta los
confines de la tierra” Así es. Y así ha sido.
Pedro en Jerusalén, en Antioquía y en Roma. Pablo en Atenas, corinto, Éfeso, Tesalónica, Filipos y
Asia. Santiago en España y Jerusalén. Bernabé, tito, Timoteo, en diversas comunidades.
Hasta hoy en calles, plazas y caminos, en fábricas, aldeas, hospitales, escuelas, campos o ciudades.
Muchos hombres y mujeres dan testimonio de Jesús con su palabra o con su ejemplo. Son tantos los
que en silencio aman al Señor y lo siguen. Esa “nube inmensa de testigos” está extendida a lo largo y
ancho de la tierra. El que crea en Jesucristo ha recibido esta misión: ser testigo de Él, vivir como
discípulo, proclamarlo con la palabra. “hasta los últimos confines de la tierra”.
Les recomendó no apartarse de Jerusalén. Y les dijo: “recibirán una fuerza de lo alto para que sean
mis testigos”. A través de la palabra, de los juicios que se emiten, de los criterios que se tienen, de las
posturas ante la sociedad, del estilo de vida, cada hora y cada momento estamos invitados a dar
testimonio del Señor resucitado.
Para esto hemos recibido el Espíritu de Dios. Para vivir con un estilo nuevo entre los hombres. Para
amar hasta la muerte. Para compartir los bienes de la tierra.
El testimonio no se dice, se practica. El testimonio no se habla, se vive. Porque “la fe sin obras está
muerta” el testigo de Jesús se demuestra cada día en los gestos, en la amistad, en los negocios, en
las fiestas o en los pensamientos.
El testigo de Jesús se reconoce entre los hombres por el amor que entrega a sus hermanos. El
testigo de Jesús no trabaja en solitario, sino que se apoya en comunidad. El testigo de Jesús se
destaca por su alegría, por su esperanza ante el dolor, por su entusiasmo ante la vida, por su lucha
por la verdad y la justicia, por su acogida y su bondad.
Los hombres de hoy se han cansado ante el exceso de palabras. Ellos sienten que se pronuncian
con demasiada facilidad. Los hombres y los jóvenes hoy día quieren gestos, actitudes, vivencias y
testimonios concretos.
El testigo de Jesús es opuesto al fariseo. El fariseo habla con erudición, dice las cosas brillantemente,
busca reconocimiento y se rinde ante el alago. Tiene su corazón apegado a la vanidad. El testigo, por
el contrario, buscar servir con iniciativa, no concentra la atención, procura presentar al Señor y es
consecuente con lo que cree y con lo que vive.
Así como Jesús es testigo del Padre y de Él da testimonio, así nosotros somos testigos de Jesús. A Él
reconocemos como Maestro y su palabra y su vida nos inspira. A Él buscamos mostrar con nuestras
actitudes y con nuestros gestos. Y eso queremos hacer todos los días.
El Espíritu nos da la fuerza para el testimonio. Sin el Espíritu seríamos derrotados por la cobardía, la
mediocridad y el fatalismo. El Espíritu nos lleva a enfrentar los obstáculos y a no tener miedo en los
tribunales. El Espíritu nos anima en la persecución y nos fortalece en la adversidad.
El Espíritu da testimonio en nosotros del poder y de la bondad de Dios.
El bautizado, el confirmado, el ministro de la Palabra, o del perdón y la Eucaristía, reconoce esta
vocación en el mundo: ser testigo de Jesucristo. Esto no es un honor sino una responsabilidad. No es
un rito sino la vida. No es cosa de un momento sino de una actitud para siempre.
Ser testigo de Jesús hoy.
Iluminación carismática
“Hablé al prisionero amado, haciéndole entrega de sus esposas y recomendándoselas con todo el fervor de mi
alma sacerdotal. Que te glorifiquen, que salven las almas, que se hagan santas, Defiéndelas de todo peligro,
cobíjalas bajo las alas de tu protección, enciéndelas en tu amor y que ellas así inflamadas quemen al mundo en
tu fuego” (crónicas misionales, pág. 25)
Canto: Testigo
Petición
Gozos
Oración del día: ¡Oh Espíritu Santo! Sagrado fuego que apareciendo visible sobre los Apóstoles el
día de Pentecostés, inflamaste divinamente sus corazones para que, abrasados en tu amor,
encendieran después a todo el mundo en las mismas sagradas llamas: enciende en tus santísimos
ardores mi corazón helado, para que, abrasado mi espíritu en ellos, encienda en tu divino amor a
cuantos trate; y dame la gracia que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de
mi alma. Amén!
TERCER DIA
Anunciar el Evangelio
Símbolo: La cruz o el escudo de la Congregación, la frase “Anunciar el Evangelio”
Canto:
Oración para todos los días:
Reflexión del día
Reconocemos la dramática situación en que el pecado coloca al hombre. Porque el hombre creado
bueno, a imagen del mismo Dios, señor responsable de la creación, al pecar ha quedado enemistado
con Él, dividido en sí mismo, ha roto la solidaridad con el prójimo y destruido la armonía de la
naturaleza. Ahí reconocemos los males individuales y colectivos: las guerras, el terrorismo, la droga,
la miseria, las opresiones e injusticias, la mentira institucionalizada, la marginación de grupos étnicos,
la corrupción, los ataques a la familia, el abandono de los niños y ancianos, las campañas contra la
vida, el aborto, la instrumentalización de la mujer, la depredación del medio ambiente, en fin, todo lo
que caracteriza una cultura de muerte (Documento de S.D. Núm. 9)
Los hombres y los pueblos con distintas voces e intensidades nos piden y suplican la Buena Noticia
que los llene de alegría. Si nosotros no proclamamos la fascinante experiencia del Evangelio de
Jesucristo los hombres y los pueblos volverán sus rostros hacia otros dioses y horizontes.
¿Qué noticia necesitamos anunciar? ¿Cuál es el mensaje que ellos esperan recibir? Los hombres no
nos piden discursos, ni demostraciones de la existencia de Dios o de la inmortalidad del alma.
Tampoco nos piden probar o comprobar que dios es bueno, sabio o poderoso. ¡Buda, Mahoma o
Confucio podrían anunciar lo mismo!
Los hombres y mujeres esperan claramente la proclamación valiente de Jesús como la Buena,
Última, Única y más importante Noticia para todos los tiempos.
El que busca a Jesús, en cada rostro humano lo puede encontrar. Vamos por entre los hombres y nos
detenemos en las plazas para gritar entusiasmados que con Jesús se ha iniciado un mundo nuevo
que es el Reino.
Vamos de ciudad en ciudad, de dos, en dos sin perder el tiempo en el camino. ¡Hay consuelo para los
que lloran! ¡Hay tierra para los no violentos! ¡Hay esperanza para los pobres! ¡Hay perdón para los
arrepentidos!
El Reino va creciendo paso a paso. El Reino derrota el pesimismo. El Reino está en medio de
nosotros. La tarea es descubrirlo y servirlo.
El Reino que estamos anunciando se da cada vez que asumimos el dolor de los hermanos a la
manera de Jesús, o cuando el llanto y las frustraciones las transformamos en vida y alegría.
Porque Jesús resucitó al hombre para siempre de lo profundo de su sepulcro. Este es el anuncio que
hay que creer y al que hay que convertirse. “Es necesario cambiar de vida”. Esto es lo que proclamó
Pedro en Jerusalén, Esteban ante el Senado Judío, Paulo de Tarso en Asia y en Europa, y miles de
hombres lo siguen proclamando por países y continentes.
Y lo seguimos anunciando hoy. El Evangelio no son páginas de un libro ni es sólo una hermosa
lectura de liturgia dominical.
Por eso el que lo proclama no es un intelectual que se aprendió un texto de memoria, ni es un orador
brillante que lo explica con inteligencia.
El Evangelio es Noticia que se experimenta, que alegra la vida, y que nos llena de entusiasmo.
En una palabra: estamos llamados a ser un Evangelio vivo en medio de los hombres de este tiempo.
Y por eso con fe e insistencia invocamos al Espíritu, “el agente principal de la nueva evangelización”
(TMA 45)
Ven, Espíritu de Dios, para darnos coraje de anunciar lo que hemos visto y oído. Ayúdanos a
proclamar noticias de salvación a los hombres de este tiempo. No tomes en cuenta nuestra debilidad
y fortalece nuestra entrega. ¡Ven, Espíritu de Dios! Amén.
Iluminación carismática:
“Es también el Espíritu, quien lleva al Fundador, Monseñor Miguel Ángel Builes, a escuchar a través
del análisis de una situación de carencia de vida cristiana, una llamada a atender a esa necesidad,
mediante la creación de un Instituto.
En la primera ceremonia de profesión dirige a las Hermanas una conmovedora alocución para activar
en ellas la llama del celo, insistiendo en mostrarles el finde su consagración a Dios. así habló el
Fundador:
“A plantar la cruz gloriosa en tierra infiel os consagráis, oh Misioneras de santa Teresita del
Niño Jesús; en vuestras manos virginales brillará como un sol, y a su vista huirán las sombras
en tropel, y reinará la luz; el fuego del amor de vuestro corazón encenderá otros corazones, y
como chispa que prende en el cañaveral, prenderá el amor de Cristo en las regiones que pise
vuestra planta misionera.
De este modo se cumplirán los anhelos de santa Teresita del Niño Jesús, quien se valdrá de
vosotras, sus /…/ hijas nacidas en el corazón de estas selvas americanas, para plantar en tierra
infiel la gloriosa cruz del Redentor. (El fundador en el ámbito del Espíritu, págs. 57 y 104)
Podemos recordar testimonios de conversión por el anuncio del Evangelio en alguna misión o en mi propia
vida.
¿Qué Evangelio o Buena Noticia espera la gente recibir de cada una de nosotras, que por vocación somos
Misioneras Teresita?
¿Qué podemos hacer como comunidad, para realizar con más ardor la misión encomendada en este lugar?
Petición
Gozos
Oración del día: ¡Oh Espíritu Santo! Llama ardiente de caridad que con el fuego de vuestro amor inflamando el corazón de
los santos Apóstoles y de todos los hombres Apostólicos, les comunicaste el don de lenguas para la conversión del mundo;
inflama sagrado fuego de amor a mi corazón y mi lengua para que siempre hable gobernado por tu Espíritu, y fervorosa en
la caridad, inflame a todos para que observen fielmente tus divinos mandamientos; y dame la gracia que pido en esta
Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
CUARTO DÍA
“Servir al hombre”
Símbolo: Un niño Jesús y la frase “Servir al Hombre”
Canto:
Oración para todos los días:¡
El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre. Trabajó con
manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros,
semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado (TMA 4)
El hombre es grandeza y debilidad, pasado y futuro. El hombre es la catedral más hermosa que dios
mismo edificó en su honor. El hombre es una flecha dirigida al corazón del cielo. El hombre habla mil
idiomas, tiene mil culturas y se manifiesta glorioso y creativo en mil razas diferentes. El hombre
inventa, crea, asocia, une, procrea, piensa y trabaja. El hombre canta, sonríe, danza, aplaude y pinta.
El hombre ama, se aproxima, acaricia, comprende, escucha, reflexiona, progresa y juega.
El hombre es cuerpo y alma. Es inteligencia, capacidad e imaginación. El hombre extiende sus
miradas hacia el futuro. Lo planifica y lo prepara. El hombre sueña. Crece. Es niño. Adolescente.
joven. Adulto. Anciano.
“Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Y así fue. Hizo dios al
hombre. Macho y hembra los creó. “Y vio Dios que era muy bueno” Y les dijo: “Sean señores
sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y los animales de la tierra”.
Para el hombre fue toda la hermosura y la riqueza de este mundo.
En el hombre el rostro de Dios resplandece con toda su belleza. En el hombre las huellas digitales de
dios han quedado impresas para siempre en su inteligencia, sus virtudes, su libertad, su amor y su
belleza.
El hombre, reconociendo su originalidad, vive en tensión para llegar a Dios. El hombre es fascinado
por su Creador, y en el fresco de la tarde con él pasea en el jardín.
Sin embargo, una serpiente engañosa quiso confundir los planes y usó como arma la mentira. El
hombre quiso hacerse Dios. ¡Y esa aspiración lo llevó al fracaso, le distorsionó su figura, lo encerró
en egoísmo, lo hizo dominador de otros y lo alejó de quien lo había creado!
Pero en la cumbre de todos los tiempos, se produce el movimiento contrario: “Dios se hizo hombre”
Y toma la carne y la historia humana. Nace en una aldea, vive en un país pobre, crece en la
obediencia y muere como un bandido. ¡Dios se hace hombre!
Esta es la mayor dignidad del ser humano. Es su salvación. Y el Espíritu de Dios lo habita como
templo. Por eso todo lo humano nos importa: su fe, su cuerpo, su vivienda, su valores, su alimento,
su trabajo, su oración y su alegría…Todo lo humano es divino. No se puede descuidar, humillar o
rebajar al hombre. No se puede postergar su vida, ni sus aspiraciones, ni sus esperanzas.
No se puede reducir al hombre a ser sólo un animal económico. No se puede utilizar al hombre como
una máquina productora. No se puede mirar al hombre como un número en una gran masa. No se
puede empequeñecer al hombre quitándole su dimensión de trascendencia. No se puede rebajar al
hombre a una exclusiva influencia de nervios, células y músculos.
¡El hombre es templo del Espíritu! Cada hombre, todo hombre, todos los hombres reflejan y poseen el
Espíritu de Dios.
¿Cómo no gritar nuestro humanismo? ¿Cómo no defender la vida, la libertad y la dignidad del
hombre? Nada de lo humano nos es extraño. Somos expertos en humanidad. Y en esto reside
nuestra fe.
Nosotros proclamamos que Dios se hace hombre, para que cada hombre sea Dios. ¡Esto lo
afirmamos apasionadamente! ¡Y queremos defenderlo con tesón!
Iluminación Carismática
Const No. 120 “Preocupémonos por llenar de espíritu cristiano el pensamiento, las costumbres y las
estructuras de la sociedad en que vivimos; por tanto, trabajemos por la promoción integral de las
personas, sin perder de vista la primacía de su vocación espiritual”
Dice el Padre Fundador: “El celo de las almas, el deseo de salvarlas y el anhelo de glorificar a Dios,
me traen a esta ciudad de Bogotá, para, postrado ante vuestra Excia. Rma., pediros vuestra
aprobación para la obra que quiero acometer de las Misioneras de santa Teresita” (El fundador en el
ámbito del Espíritu pág. 23)
Como Misionera Teresita ¿Cómo servimos a los hombres y mujeres de nuestro tiempo?
En mi Hermana de Comunidad ¿Descubro la huella de Dios y la respeto?
Petición
Gozos
Oración del día: “Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz, suscita solidaridad para
con los necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que
sufren, acrecienta en todos, el compromiso por un mundo mejor” (S. Juan P. II)
QUINTO DÍA
No hay civilización del amor sin civilización de la justicia. ¿No será este el tiempo en que los
cristianos deberíamos renunciar voluntariamente a la riqueza? ¿No será esta la hora en que el que
tiene dos túnicas debe entregar una a quien nada posee? (Cfr. Mt 25, 31-44)
Iluminación carismática
Const. No. 124 “Seamos en nuestros campos de apostolado un testimonio de caridad evangélica,
acogiendo a las personas sin distinción de clases, razas o religión; y tengamos especial solicitud por
los huérfanos, los pobres o de alguna manera más necesitados 1, descubriendo por la fe, el rostro de
Cristo en cada uno de ellos”
“¡Qué alegría, Dios mío…! Porque están dando pan a los párvulos /…/ ¡Qué dicha ver los surcos
abiertos por mis hijas y contemplar las gavillas que tienen ya recogidas para los graneros del Padre
celestial!” (florilegio espiritual, pág. 128 n. 572)
Nosotras Misioneras Teresitas fuimos fundadas, para el trabajo con los pobres. ¿Qué categoría de pobres, nos
presenta hoy la realidad del mundo, a la que debemos servir con nuestro carisma misionero?
¿Qué opción voluntaria he hecho por la pobreza?
Podemos tener un signo de compartir con los más pobres.
Petición
Gozos
Oración del día: “Espíritu Santo: perfecciona la obra que Jesús comenzó en mí. Mortifica en mí la
presunción natural. Quiero ser sencillo, lleno de amor a Dios y constantemente generoso.
Que ninguna fuerza humana me impida hacer honor a mi vocación cristiana. Que ningún interés, por
descuido mío, vaya contra la justicia.
Que ningún egoísmo reduzca en mí los espacios infinitos del amor. Que la efusión de tu Espíritu de
amor venga sobre mí, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero” (Juan XIII)
SEXTO DÍA
“Ofrecer Alternativas”
Símbolo: Un corazón con la frase “Esfuerzo común”
1
Canto:
Oración para todos los días
Iluminación carismática
Const. Nº. 115 Realicemos nuestro apostolado guiadas por el Espíritu Santo, a ejemplo de Cristo,
primer Misionero del Padre, en unión con María, Maestra de los Apóstoles y bajo la protección de
nuestros Patronos Santa Teresita y San Francisco Javier, animadas del mismo espíritu de oración y
celo entusiasta que caracterizaron la actividad misionera de nuestro Fundador.
“Si los Apóstoles recibieron el FUEGO del Espíritu Santo, si san Francisco Javier fue comisionado a
prender fuego a todas las cosas, ¡por qué no podemos nosotros abrir el corazón aquí y ahora para
recibir este mismo FUEGO!”
¿Puedo enumerar las alternativas que suscita el Espíritu Santo en nosotras, ante la realidad que vive el
mundo hoy? Pensemos a nivel personal o comunitario. Encender una luz, presentar semillas, sal, levadura de
compromisos del bien.
Petición
Gozos
Oración: “Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo, ven y renueva la faz de la tierra.
Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano” (S. Juan P. II)
SEPTIMO DÍA
“Celebrar la Vida”
Símbolo: pan, vino, cirio pascual
Canto:
Oración para todos los días:
Iluminación carismática
Const. No 119. Nuestra inserción en los grupos humanos ha de estar animada por la caridad, ya que
sólo una presencia informada por el amor, puede llevarnos a descubrir la acción del Espíritu Santo en
aquellos, lo que nos permitirá realizar una evangelización más profunda a partir de sus propios
valores.
“En la misa y después de ella, le hablé de mis obras y de mis empresas misioneras y le pedí con toda
el alma que las bendijera” (Builes MA crónicas misionales pág. 183)
Nuestro P.F. celebra con gozo y esperanza al ver crecida “la obra de Dios El Instituto de Misioneras
de Santa Teresita, por la vivificante acción del Espíritu, prospera y realiza sus fines: mediante su
servicio misionero, contribuye a que se aproxime el tiempo en que la salvación sea anunciada en el
mundo entero” (El Fundador en el ámbito del Espíritu, pág. 34)
“Y se abren ante mis ojos los campos de labor evangelizadora inmensos como el mundo, y en ellos
segando las espigas, unos hijos misioneros y unas hijas misioneras por millares que conmigo trabajan
por una sola causa, por unos mismos intereses: la causa de Dios, los intereses de Cristo… son
ciudades, son aldeas, son campos, son selvas sin fin, son mares sin término, son islas lejanas…
trigales inmensos de color de oro, ondulantes, sobre los cuales se inclinan los hijos queridos, las hijas
del alma, con sus hoces cortantes, recogiendo manojos y más manojos para el Amado” (Carta MAB
agosto 5/39)
¿Cómo celebra su comunidad, la presencia del Espíritu Santo con hechos concretos? Enumérelos
Signos de comunión y vida de su comunidad.
Petición
Gozos:
Oración del día: Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia
de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amén. (S. Agustín)
OCTAVO DÍA
“Vivir la Iglesia”
Símbolo: Colocar suficientes piedras, para que juntas construyamos
Canto:
Oración para todos los días
Reflexión del día
Jesús prometió su espíritu para que pudiéramos recordar sus palabras. La Iglesia es experiencia de
fraternidad, de amor compartido, de amistad sincera, de un pueblo unido por el Señor.
La Iglesia es la vivencia de romper soledades y de servir con desinterés. Porque Iglesia quiere decir
Comunidad, Asamblea, Reunión de hermanos.
Iglesia quiere decir encuentro, proximidad, diálogo con el Padre. Iglesia quiere decir pueblo de
peregrinos animado por sus pastores. La Iglesia nace cuando doce hombres reunidos con María en
oración reciben el Espíritu Santo. y desde entonces recorren el mundo con entusiasmo.
El Espíritu hace fecunda la Iglesia, engendra en ella nuevos hijos, anima la oración, llama al servicio,
congrega a los hermanos, ilumina a los pastores y fortalece el amor y la esperanza. El Espíritu la va
guiando, inspirando y conduciendo. El Espíritu permanece en la Iglesia y la llena de alegría y de
juventud.
Los cristianos nos ponemos a la escucha de lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias. Servimos
lo que Él hace. Predicamos lo que Él dice. Actuamos según sus inspiraciones.
El Espíritu es el gran animador de la Iglesia. Nos abre caminos nuevos y fortalece nuestra fidelidad.
Por eso, cualquier acción, línea, documento, o planificación lo hacemos siempre orando, invocando y
escuchando al Espíritu. La Iglesia vive y crece porque el Espíritu le da fecundidad. El Espíritu hace
crecer su vientre y dar a luz al Hijo ya los hijos. El Espíritu la hace luz de las naciones, Madre y
Maestra de la humanidad.
El Espíritu se derrama en la Iglesia en formas muy distintas y regala diversos dones o carismas: A
algunos da el poder de enseñar, a otros la capacidad de servir, a unos les da el don de acoger, o
predicar, o conducir. A algunos les da el valor para transformar el mundo, y a otros los compromete
con los pobres en sus luchas para vivir con mayor dignidad. Con diferentes funciones formamos el
Cuerpo del Señor por la acción del Espíritu: “Todos nosotros hemos sido bautizados en un solo
Espíritu”.
La Iglesia se edifica sobre la roca de Pedro. El Papa es el servidor de la unidad y recibe siempre
nuestra especial veneración. Los Apóstoles, y los Obispos, que son los sucesores hoy, del Espíritu
reciben el don de guiar, de enseñar y de santificar a todo el pueblo. Por eso los pastores de la Iglesia
tienen nuestra adhesión, nuestro cariño y nuestro respeto. Más allá de sus virtudes o de sus defectos
personales, percibimos en ellos al Espíritu que los anima.
Los cristianos no creemos ni imaginamos poseer el Espíritu en forma exclusiva. El Espíritu se ha
derramado sobre toda carne. El Espíritu está entre los hombres y acompaña la historia. No se
encasilla en un lugar, en una persona, o en una institución.
La Iglesia, eso sí, sirve al Espíritu. Se deja moldear por Él, discierne su presencia, lo escucha y lo
reconoce. La Iglesia y el Espíritu tienen los ojos clavados en el Señor Jesús. Lo llaman. Lo piden. Lo
esperan. “El Espíritu santo y la Esposa del cordero dicen: ¡Ven!. Y el que escucha, diga: ¡Ven!. Y el
que tenga sed, y quiera, venga y teme del agua de la vida sin que le cueste nada” (Ap. 22,17)
¡Ven, Señor Jesús!
Iluminación Carismática
EL Fundador expresa una gran “fidelidad a la Iglesia -a la que como obispo ama con amor esponsal-
le exige en todo momento una actitud de fe valerosa y sacrificada, que lo aproxima a Jesús -
misionero en el sacrificio” (El fundador en el ámbito del Espíritu, págs. 47-48)
“Con vuestro rostro radiante de felicidad abandonamos el palacio del Papa, pensando en la divinidad
de la Iglesia, divinidad que se hace sensible cuando se contempla de cerca al Vicario de Cristo”
(Builes MA, Crónicas Misionales… pg. 144)
“Amadísimas hijas: grandes han sido las misericordias del señor para con vosotras, pues /…/ la Santa
Sede os ha concedido el Decreto de alabanza de vuestra Congregación” (Constituciones 1953 pg. 1)
“En este año de 1964 subís el último peldaño que es la aprobación definitiva, gracia inefable de
nuestro amadísimo Pontífice Pablo VI” (Constituciones 1964 pg. 9)
Canto: Iglesia soy
Petición
Gozos
ORACIÓN DEL DÍA: “Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios, memoria y profecía
de la Iglesia, dirige la Humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la gloria, el
Salvador del mundo, la culminación de la Historia” (s Juan P. II)
NOVENO DÍA
“Transformar el mundo”
Símbolo: Globo terráqueo
Canto:
Oración para todos los días
A veces tenemos los ojos cerrados para mirar el mundo. No gozamos de la diversidad, la belleza, la
vida, la evolución, y el paisaje de la tierra. Es el mismo dios quien lo dibujó y lo modeló con cariño. Lo
crea y lo re-crea. Lo va llamando a la vida a través de millones de años. El liquen. El protozoo. El pez.
El reptil. El caballo. El simio. El hombre. Y aunque todo era bueno, el hombre era “muy bueno”.
“Imagen y semejanza de Dios” con libertad e inteligencia. Con amor e imaginación.
Y para el hombre fue la tierra, “para que la cultivara y la cuidara”. Para el hombre fue el mar, la
montaña, los animales, el aire y las plantas. Creado con amor y regalado por amor.
Pero el pecado distorsionó y desfiguró esta belleza. El mundo fue teatro de competencias y
ambiciones. los hombres amaron el poder y avasallaron y humillaron a sus hermanos. Unos a otros
se mataron y surgió el odio, el rencor y la venganza. Algunos se apoderaron de la tierra y fabricaron
bombas que pusieron en peligro al planeta mismo. El pecado distorsionó el rostro del hombre y del
mundo. Y todo fue distinto. Pero Dios quiso re-crear su obra. Y con Jesús, Sacerdote de una Nueva
Alianza, todo fue hecho nuevo.
El hombre es hermano del hombre. El mundo es un regalo para todos. Y esto recibimos como tarea:
hacer fraternidad. Que cada hombre trate a otro hombre con respeto, con amor y con justicia. Que
cada hombre y todos los hombres, vivan con alegría, coman su alimento, habiten en una casa digna,
cuiden su salud, cultiven sus conocimientos, se expresen con libertad, y adoren al Dios en el que
creen. Luchemos y trabajemos con empeño para devolver al mundo su verdadero rostro y su misión.
El cristiano es siempre transformador del mundo y sus criterios, o somos transformados
inevitablemente por él.
Los cristianos vivimos para hacer este mundo, esta aldea global en la que vivimos y nos
comunicamos, más justo, más humano y más divino.
Hay veces en que nuestra tarea se tiñe también de pecado. Somos indiferentes ente lo que ocurre a
nuestro alrededor. No nos subimos al escenario donde se desarrolla “el teatro” de la historia. Y por
eso no somos una ciudad edificada sobre un monte, ni una antorcha colocada en un candelero. Pero
tenemos un aliento y un inspirador: el Espíritu.
El Espíritu como en el primer día de la creación, va haciendo fecunda la tierra. El Espíritu va
colocando semillas de Dios en esta ancha siembra. El Espíritu va haciendo nacer la vida donde hay
caos y muerte. El Espíritu impulsa a los hombres a luchar unos por otros.
El Espíritu es nuestro consolador, nuestro abogado, nuestra fuerza, nuestra esperanza. Por eso el
salmista y la Iglesia así lo piden al Padre: “Envía, Señor, tu Espíritu y todas las cosas serán creadas.
Y renovarás la faz de la tierra”.
Hasta que todos los hombres se reconozcan como hermanos. Hasta que todos tus hijos nos
reunamos en la heredad de tu Reino, con María, la Virgen Madre de Dios, con los Apóstoles y los
santos. Y allí, junto con toda la creación, libres ya de pecado y de muerte, te glorifiquemos por Cristo,
Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Iluminación carismática
Testimonio de la Madre María, en el día de la fundación: “El Señor Obispo nos reunió en la capilla…
se le preparó una mesita muy cerca del sagrario y nosotras nos colocamos también muy cerca del
sagrario. Estábamos profundamente recogidas y en la pequeña capillita había algo extraño que
penetraba los corazones, todo el ser. Pienso que era algo semejante a lo que sintieron los Apóstoles
en el cenáculo; aquí también se cernía el Espíritu de Dios”
Expresar los desafíos más urgentes para evangelizar hoy.
Petición
Gozos:
Oración del día: Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua
y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre
nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de
Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo
Temor. Amén.
Nota: Las reflexiones se tomaron de la segunda colección Tercer Milenio, el Don del Espíritu Santo, P.
Miguel Ortega Riquelme