naturales, es designada como tal con la finalidad de protegerlos. El valor de estas zonas se extiende con frecuencia a los servicios ecosistémicos que prestan y a su diversidad cultural asociada.
Existen diferentes clases de áreas protegidas de
acuerdo a la legislación de cada país. Un paisaje protegido, por ejemplo, es un territorio natural que se conserva por sus cualidades culturales y estéticas. En este caso particular, el ser humano puede haber intervenido incluso de forma significativa en el ambiente; sin embargo, la combinación resultante de su accionar y la respuesta de la naturaleza ha dado una zona bien definida, con una belleza sin igual y un valor incalculable desde un punto de vista cultural o ecológico. Las áreas protegidas están dirigidas a la conservación, uso sostenible y estudio de: - Especies, poblaciones y comunidades animales y vegetales. -Biodiversidad de flora y fauna. - Ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos. Esto fomenta un ambiente de vida saludable, la seguridad alimentaria y evita gastos para la economía del hogar. También las comunidades locales mantienen sus conocimientos de medicina natural vinculada al aprovechamiento de productos del bosque, lo que evita gastos en medicina occidental.
Por lo tanto, la gestión adecuada de estos espacios
es crucial para garantizar la conservación a largo plazo de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que ésta proporciona, pero también de la cultura, el folclore, los usos del suelo o la forma de vida de sus gentes El Día Mundial de la Tierra lo conmemoramos cada 22 de abril desde hace casi 50 años con el propósito de generar mayor conciencia en todos nosotros sobre la importancia de la relación de interdependencia que los seres humanos y todos los seres vivos tenemos con los elementos y componentes naturales que nos rodean y forman parte de nuestro planeta Tierra. A mediados de los años 70 se promovió la creación de este día por una serie de movimientos ecológicos y ambientalistas liderados por el entonces senador y activista ambiental norteamericano Gaylord Nelson, sin dejar de lado que “todos los días son o deberían ser el Día de la Tierra” dada la importancia de nuestro planeta. De todas formas ahora ya sabemos que se celebra oficialmente este día.
La Tierra es un espacio natural único, donde
conviven una infinidad de especies de todo tipo y encontramos una serie de recursos que nos sirven para satisfacer nuestras necesidades biológicas, económicas, sociales y culturales; y así desarrollar las condiciones actuales de vida, pero los seres humanos no hemos hecho un uso eficiente y consciente de estas bondades de nuestro planeta. El Día de la Tierra no debería limitarse a un solo día y por el contrario debería generar un compromiso ambiental en cada uno de nosotros para toda nuestra vida, ya que a lo largo de esta nosotros seremos los responsables directos con cada una de nuestras acciones para mejorar las condiciones ambientales o por el contrario aumentar los impactos negativos. Una acción muy difundida y sencilla en relación al cuidado ambiental es plantar un árbol. Así contribuimos a la mejora de la calidad del aire. No se trata solo de plantarlo en el suelo y dejarlo para que crezca sino que requiere compromiso y cuidado. De igual manera todas las acciones a favor de nuestro planeta deben ser constantes y sostenibles para obtener resultados favorables.