Está en la página 1de 115
LMU tor. MATERIALISE DE LA BIBLIA ~ Michel Clévenot LECTURA MATERIALISTA DE LA BIBLIA BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BIBLICOS 22 a a MICHEL CLEVENOT a EDICIONES SIGUEME t SALAMANCA ; 1978 En mi opinion, creo que usted y el seftor Galileo obrarian prudentemente si s@ contentaran con presentar las cosas de una forma solamente hipo- tética y no categérica. (Carta del cardenal Belarmino al padre Foscarini, 1615; citado por L. Geymonat, Galilée, Paris 1968, 128). ‘Titulo original: Approches matétialistes de la Bible Tradujo: Alfonso Ortiz © Les Editions du Cerf, 1976 © Hdiciones Sigueme, 1978 Apartado 332, Salamanca (Espafia) ISBN: 84-301-0748-7 Depésito legal: S. 292-1978 Printed in Spain Grificas Ortega, S, A. - Poligono El Montalvo - Salamanca 1978 en CONTENIDO Presentacion y juicio: Xabier Pikaza ............ POLOQO oo ci ecccic cece ee ne ee neeeee renters bee teteeeenens I. La BIBLIA O LAs ESCRITURAS ............... 1. La Biblia como Escritura ............ 2. Las Escrituras comienzan con Salo- TOD oes eescecc ees eeceeceeeetce erates eeee 3. La corte real de Salomon y el docu- MENLO Foo... eee sec eccecseceeeeeeseeen sees 4. Los ambientes proféticos del norte y los documentos E y D y el sistema del GON iiceieceeeeeeeeeeeseeeeeneenen eens 5. La casta sacerdotal, el documento P y el sistema de la pureza ............... 6. La lucha de clases en Palestina en el Sigld TL .... ee csee eee cecceetecee essen erases 39 41 43 357 69 77 87 95 8 Contenido Tl. EL EVANGELIO SEGON SAN MARCOS 0 UN RELATO DE LA PRACTICA DE JESUS ......... 7. Los cristianos en Roma el afio 71 ... 8. El relato de una practica ............... 9. Un relato abierto. Mitologia e historia 10. Un relato subversivo .................. 11. Topologia y estrategia .. 12. Algunas lecturas de clase . 13. EI relato plantea la cuestién: iquién CS JOstis? .....csceeceeeeecseceeeeseeeeeees 14, El combate entre la vida y la muerte 15. La impotencia engendra a la teologia 16. Tener fe o practicar la caridad-espe- ranza-fe 17. Insurrecci6n-resurreccién Pistas pata seguir ...........ccccseeeeeeeeeeeees Indice de citas biblicas ¥ PRESENTACION Y JUICIO Xabier Pikaza El proceso de acercamiento que en los ultimos afios ha estrechado lazos entre marxismo y cristianismo empie- za a producir un nuevo tipo de reflexién teoldgica donde Jas verdades de la fe se imponen al trasluz de la exi- gencia de la praxis. Esa reflexidn ha de ocuparse de temas primordiales, como son Cristo y la Biblia. Pues bien, gsera posible una lectura marxista de la Biblia? Una pregunta asi hubiera parecido absurda hace unos aiios. Ahora es diferente: si el di4logo marxismo-cristianismo tiene algun sentido, si el mensaje de Jesis se puede ilu- minar desde el trasfondo de la praxis econdmica, la lectura materialista de la Biblia no sera sdlo posible sino que es necesaria. Un trabajo de lectura semejante no es sencillo. Para realizarlo con un minimo de honestidad y de rigor se requiere un buen conocimiento histérico-literario de los textos, una gran capacidad critica y sobre todo un do- minio ejemplar de la teoria marxista de las ideologias, con todas sus posibles aplicaciones al campo de la psico- logia, sociologia, politica, etc. Que yo sepa, hasta el momento no se ha escrito en ese aspecto obra ninguna que se pueda Ilamar definitiva. Lo que existe no son mas que 10 Xabier Pikaza tanteos; entre ellos el mas valioso es la Lectura materia- lista del evangelio de Marcos de F, Belo}. La obra de F. Belo tiene el mérito indudable de tra- zar wn orden nuevo en ese inmenso bosque de lectura de la Biblia. Ha esbozado unas lineas, ha marcado unas se- fiales que bien pueden servir de orientacién al caminante. Sin embargo, el conjunto de sus signos resulta excesiva- mente complicado para un lector no especialista. Por eso, con el fin de convertir en accesible el contenido de su libro ha escrito Clévenot estos ensayos 2. La obra de Clévenot, con el estudio subyacente de F, Belo constituye a mi juicio un texto de Tectura al mis- Mo tiempo necesaria Tigrosa. Es necesaria porque todo el mundo trata de marxismo y cristianismo y casi siempre lo hace de manera ingenuamente acritica, en forma de alabanza o de condena. Por eso hay que parar- se y preguntar: {cémo se puede leer ia Biblia partiendo del marxismo?; jcdmo se entiende el mensaje de Jestis cuan- do se enfoca con luz materialista? Pero, siendo necesa- ria, esta lectura es peligrosa: el lector no especialista co- tre el riesgo de confundir hipdtesis con datos, cerfezas con simples posibilidades; tanto Belo como Clévenot, én él afan de situar todo en un campo de matérialismo istori an dejado fuera de su encuadre u- io val ores esenciales de la Biblia. ‘ara el lector no especialista escribo estas notas pre- liminares. El que ya entiende vaya sin més al libro de Clévenot, estidielo de forma personal y emita después su propio juicio. Yo pretendo simplemente ayudar al que no sabe demasiado. Para eso me ocupo de dos cosas: en primer lugar expongo lo que implica la lectura de la Biblia, sus principios, sus funciones y sus formas, con el 1. Traduccién castellana en Verbo Divino, Estella 1975. 2. Les llamo ensayos respondiendo de algin modo al titulo francés de «approches» o aproximaciones. La traduccién espaiiola ha retomado la palabra original de Belo, ciertamente pretenciosa aunque exacta en el fondo. Presentacién y juicio il fin de situar los objetivos de M. Clévenot; después me enfrento ya en concreto con el libro de Clévenot, su con- tenido, aportaciones y sus riesgos. I. EL TEXTO DE LA BIBLIA Y SUS DIVERSOs TIPOS DE LECTURA Entendemos por Biblia aquel texto, o mejor, aquel conjunto de textos que la tradicién eclesial ha transmi- tido de un modo unitario como lugar de revelacién de Dios y fundamento de la fe de los cristianos. Esos tex- tos, escritos en diversas circunstancias y con fines muy diversos, pueden agruparse en dos grandes conjuntos de sentido: la experiencia religiosa de Israel, fijada en su vertiente normativa, y el testimonio de la fe de los pri- meros seguidores de Jestis, tal como ha sido aceptada y formulada por la iglesia. El primer conjunto, antiguo testamento, refleja la autoconciencia histérica y religiosa de Israel a lo largo de un milenio de existencia: el descubrimiento drama4- tico y gradual de su propia identidad y su sentido como pueblo sobre el mundo. Evidentemente, en plano de fe, todo se funda en la palabra de Dios que se revela: Is- rael se reconoce como pueblo a la luz de esa palabra, en ella se realiza su existencia. El segundo conjunto, nuevo testamento, ha reflejado la autoconciencia de los primeros cristianos. Un grupo de creyentes descubre su identidad, su fundamento en la vida y su sentido en el futuro, a partir de la experiencia de Jestis, tal como ha sido transmitida por sus discipulos. En plano de historia intramundana el tema central lo constituye el recuerdo de ese Jestis y la manera de vi- vir de los cristianos. En un plano de fe, a Jesis se le confiesa como el Hijo de Dios y salvador para los hom- bres. Tal es, en perspectiva muy sencilla, el tema del anti- guo y nuevo testamento. Pero aqui no pretendemos tra- 12 Xabier Pikaza tar de todo su mensaje. Nos preocupa algo anterior, a nuestro juicio ms sencillo: Ja articulacién y la estruc- tura interna de la Biblia como texto. 1. La Biblia como texto Texto significa en su raiz tejido. Los textos son teji- dos complicados, como telas de un encaje primoroso, tapices donde vienen a cruzarse y recruzarse muchos hilos de colores y materias diferentes. La trama de los textos es compleja por su misma formacién o su estructura, pues se mueven sin cesar en dos niveles: a) el nivel de las practicas humanas; b) el nivel de la palabra que las funda, dirige o interpreta. El primero es el nivel de las practicas: la actividad economica, la praxis social, el incesante movimiento de flujo y de reflujo, de accién y reaccién que constituye la vida de los hombres. La complejidad de esa practica se expresa, se refleja y entreteje en el conjunto de sentido que es un texto. Pero debemos aiiadir que un texto no es jamas el calco puro y simple de la practica: no reproduce los hechos sino que los interpreta; no ofrece datos neu- tros sino que los sitia en un conjunto de sentido. Los valora. El segundo es el nivel de la palabra, la trama como logos. El texto ofrece una palabra creadora de sentido, forjadora de orden nuevo, capaz de suscitar mundos men- tales que antes no existian. Sin embargo, no podemos ol- vidar que esa palabra nunca puede convertirse en abso- luta, independiente de la praxis. De manera mas o menos inmediata, todo texto se vincula a un tipo de practica: se apoya en una forma de actuacién y la situa, la ampli- fica o la motiva. En cada uno de los textos producidos por la historia o la cultura existe un entramado radical de esos dos pla- nos. Las diversas practicas (econdémicas, sociales...) co- bran sentido y se vuelven humanas en la medida en que Presentacién y juicio 13 son interpretadas, expresdndose en un texto (sea oral o escrito). De manera semejante, las palabras cobran va- lidez en la medida en que interpretan o potencian la pra- xis de los hombres. Por resaltar este planteamiento es muy valioso el libro de M. Clévenot °. Segtin fuere el orden de acceso y la importancia que se venga a conceder a cada uno de esos planos se obten- dra una teologia diferente. Sera idealista aquella que acen- tua el valor de la palabra o del sentido y considera las practicas sociales como un dato secundario. Materia- lista, en cambio, aquella que comienza por los datos de la praxis de Israel o de Jests y los cristianos, interpre- tando lo restante a partir de ese principio. Con esto pa- samos a la lectura de la Biblia. 2. Las lecturas de la Biblia No hay lectura en singular sino lecturas, perspecti- vas diferentes y maneras de entender e interpretar un texto. En todas ellas deben encontrarse dos momentos esenciales: el redescubrimiento y la recreacién. Toda lectura es redescubrimiento. A través de un pro- cesd- que podemios lamar arqueologico, el lector va des- velando las etapas de creacién de un texto: el trasfondo econémico-social en el que surge, las determinaciones culturales, los momentos de su formacién, los planos de su estructura, la unidad de su conjunto. Este proceso, que debe ser precisado a través de diversas técnicas cien- tificas (critica literaria, historia de las formas...) pretende 3. La complementariedad de palabras y prdcticas esta en el fondo de toda la teologia. Jestis aparece en Ja tradicién como logos (palabra original de Dios, sentido de la historia) y como sarx (un hombre concreto). Semejante es el trasfondo de los dos sentidos tradicionales de la Biblia: la historia (los datos...) y la alegoria (con- tenido unitario y salvador en el trasfondo de esos datos). También el Vaticano II habla de las obras de la historia y las palabras que proclaman el sentido de esas obras (Dei Verbum 2). 14 Xabier Pikaza ser neutral, independiente de opiniones personales. Pero, al lado de eso existe un elemento ya mas subjetivo. Vea- mos. Toda lectura es recreacién. A través de un proceso que pudiéramos llamar 10g0-poittico, el texto se convierte en palabra que me inspira; descubro en él nuevas posi- bilidades de conocimiento intelectual, de realizacién existencial o cambio de estructuras, Entre el texto y el lector se establece un proceso de mutua causalidad o de influencia: proyecto en la palabra de lo escrito mis propias inquietudes; la palabra me motiva y me proyec- ta hacia el futuro. En este segundo momento de lectura no existe posible neutralidad: cada persona o cada gru- po refieja sobre el libro y recibe desde el libro impulsos diferentes. Estos dos momentos de lectura, el redescubrimiento y la recreacién, constituyen realidades inseparables. No existe pura arqueologia, estudio del pasado como dato muerto; ni tampoco hay una recreacién que pueda des- ligarse de los datos que transmite el texto. Hemos hablado, de un modo general, de la lectura © las lecturas de los textos. Existen libros muy valiosos que reflejan un momento del pasado, iluminando de manera poderosa el tiempo del futuro; son los grandes textos de Ja historia y la cultura. Ninguno ofrece, sin embargo, un fundamento radical para entender la pra- xis. Para nosotros, hombres de occidente y herederos del valor cristiano, sdlo existe un texto que pueda in- terrogarnos hasta el fondo, un texto que nos hable o ilu- mine en las raices: es la Biblia. Ciertamente, la Biblia puede interpretarse de mane- ras diferentes. Para muchos constituye el testimonio ca- pital del mundo antiguo; tiene validez porque refleja una raiz de nuestro ser de hombres modernos y nos puede ayudar en la tarea de encontrar nuestra identidad; sin embargo, su funcidn no es normativa, su influjo radical es del pasado. Para otros, que se llaman cristianos y vi- ven dentro o fuera de occidente, la Biblia sigue _siendo Presentacién y juicio IS un libro normativo: transmite una experiencia de en- cuentro con Dios que ha sido y es definitiva. Esto determina dos campos de lectura: a) una es la lectura puramente cultural, que busca el testimonio de un pasado religioso y lo valora en el presente de manera simplemente antropoldgica; b) otra es la lectura cre- yente del que escucha una palabra que en ei fondo Ila- ma desde Dios y le ilumina en el camino que dirige al Cristo. En las refiexiones que siguen dejaremos de lado esta divisién y, sin pronunciarnos sobre su valor ultimo, tomaremos a la Biblia como un libro culturalmente cen- tral que nos ayuda a buscar lo que es humano. Sélo mas tarde, al enjuiciar la obra de Clévenot, nos situaremos en dimensién creyente. Pues bien, conforme al esquema establecido, en la lectura de la Biblia inciden dos momentos: el arqueold- gico y el logo-poiético. Desde una perspectiva arqueold- gica, la Biblia ha sido objeto de un inmenso trabajo de andlisis, de busqueda y de hipdtesis que puede conden- sarse en las escuelas exegéticas: critica literaria, historia de las religiones, historia de las formas, andlisis redac- cional.., El estudio de esos planos ha Ilegado a ser objeto de una técnica cientifica que intenta mantenerse neutral respecto al fondo religioso-antropoldégico: creyentes y no creyentes, materialistas e idealistas, pueden coincidir en este campo, obteniendo los mismos resultados, aunque luego los valoren de manera diferente. La _polémica se suscita en el plano que hemos lla- mado logo-poiético, esto es, el campo de recreacién 0 cOMPreNsISnEntropologica. Una Vieja exegesis teold- gica ordenaba los datos de Ia Biblia en el contexto de un esquema sistematico, entendiéndolos en funcién de una filosoffa helenista: légicamente, el objetivo primario de la Biblia consistia en ofrecer verdades reveladas, capaces de integrarse en un sistema coherente de proposiciones teolégicas. Una exégesis existencial, mucho mas recien- te, ha puesto de relieve la exigencia de realizacién au- téntica del hombre; en correspondencia con esto, el 16 Xabier Pikaza valor de la Biblia se hallaba ligado a la capacidad de con- vertirse en palabra que ilumina el hacerse de los hombres. En las paginas que siguen no podemos explicar nin- guna de esas divisiones. Queremos exponer una dis- tinta, aquella a que aludimos al tomar la Biblia como texto y seiialar la diferencia entre la practica y sentido, los hechos y palabras. Situdndonos en esa perspectiva, distinguimos: a) una lectura idealis ue con ri~ a la palabra, valorando la interpretacién por en- ‘cima dé Tos hechos; b) una exégesis materialista, que ‘acentila Tos hechos y valora la interpretacién como ele- eiito ulterior, subordmado. En el primer caso interesa la verdad de Tas ideas; en el segundo importa la practi- eas 1deas, 3. Lectura idealista Es aquella en que priva sentido sobre praxis, verdad sobre actuaciones. Esa lectura ser4 religiosa cuando al fondo de los datos o elementos ideolégicos se venga a desvelar la gracia transformante de Dios como palabra salvadora. Sera no religiosa cuando todo se interprete simplemente como efecto de una creatividad racional del hombre. Hasta el momento, la mas extendida ha sido la lec- tura ideoldgico-religiosa de la Biblia: ideolégica porque destaca el mensaje sobre el bien, el mundo superior, la vida trascendente; religiosa porque al fondo ha descu- bierto una presencia de Dios que dialoga con los hombres. Es idealista y religiosa, al menos de manera general, aquella lectura de ia Biblia que tradicionalmente se ha hecho pasar como catdlica. A partir de una filosofia griega en la que se ha desarrollado de manera preferen- te la funcién del logos, el hombre se ha entendido como un ser que vive inmerso en las ideas: la verdad o las ver- dades que descubre el pensamiento. Pues bien, al fin de Presentacién y juicio 17 esas verdades, alli donde los hombres ya no pueden se- guir en su camino, se desvela una verdad mas excelente: la palabra revelada de la Biblia. El campo natural de las ideas que el hombre ha descubierto por si mismo se com- pleta con la revelacién sobrenatural dela verdad suprema: el logos de Dios en Jesucristo. Es idealista y religiosa aquella lectura mds existen- cial de la Biblia que ha sido cultivada preferentemente en medios protestantes y culmina en la visién de Bult- mann. Aqui se parte del hombre como ser que se inte- rroga por la meta de su vida. Lo que importa no es la praxis (eso es ciencia) sino sdlo el sentido que se pueda desvelar cuando fracasa el resto de las cosas. Aqui es donde se escucha la palabra de la Biblia, como voz de Dios que llama, fundamenta la existencia y la conduce hacia la vida verdadera. Los sentidos que recibe en cada caso la lectura ideo- légico-religiosa de la Biblia son muy diferentes. Ideolo- gia es en un caso busqueda de verdad; en el otro es pre- tensién de Iegar hasta el sentido de la vida. En ambos casos, sin embargo, el hombre sigue abierto en un plano de intimidad que desborda toda praxis econdmica; y la Biblia se desvela aqui como respuesta religiosa que en- riquece de manera gratuita nuestra vida. En plano diferente se sittia la lectura ideolégica no religiosa de la Biblia. Sera ideolégica porque se interesa por las grandes preocupaciones de la razén: la bisque- da de una verdad moral o antropoldgica, el desarrollo interior de la humanidad. Sera «no religiosa» porque en ese desarrollo, fundado y reflejado de algin modo en la Escritura de la Biblia, no interviene mds que la razén del hombre. Este tipo de lectura se arraiga en general en los prin- cipios de la Ilustracién: la razén del hombre ha conquis- tado su autonomia y se convierte en realidad autovaliosa. Situadas en esta perspectiva, las verdades de la Biblia —interpretadas desde un fondo ontoldgico o moral— se convierten en reflejo y consecuencia de ia historia crea- 2 18 Xabier Pikaza dora de los hombres. Gran parte de la exégesis moderna, tal como ha sido desarrollada sobre todo por autores protestantes desde el siglo XVIII, toma como punto de partida esta conciencia. Si interviene Dios 0 no, eso es algo secundario; lo que importa es descubrir la Biblia como expresién de un proceso en que se gesta la razén humana. {Qué descubre la razén a través de ese proceso? Eso dependeré de la corriente en que se muevan los diversos exegetas. Aquellos que se encuentran en la linea de Kant y del kantismo, tomaran la Biblia como el libro donde la humanidad ha reflejado para siempre sus conquistas mo- rales. Los que sientan mds cercano a Hegel tenderén a ver en la Escritura los momentos quizé fundamentales de un largo proceso de autorrevelacién de la idea. Esta lectura idealista y no religiosa de la Biblia esta mucho mas extendida de lo que habitualmente se supone. No se encuentra sdélo en los grandes exegetas de la vieja escuela de Marburgo o de Tubinga sino en todos aquellos que han dejado de tomar la Biblia como libro religioso y lo interpretan como uno de los testimonios supremos de la realizacién del espiritu humano, ya sea en su aspec- to moral ya sea en su vertiente antropoldgica. 4. Lectura materialista Por materialista entendemos la lectura de la Biblia donde se concede una importancia decisiva al elemento econémico-social. Esa lectura sera con preferencia de caracter no religioso: el trasfondo material se absolu- tiza de tal forma que no queda lugar para una busqueda de Dios o una experiencia trascendente. Sin embargo, no podemos negar a priori la posibilidad deuna Tectura materialista de la Biblia que se abra a Ta experiencia reli- giosa. Es To que quisiera hacer Clévenot. Lo normal es la lectura materialista no religiosa. Como al hablar del idealismo no religioso, también aqui Presentacién y juicio 19 el hombre se concibe como autocreador; antes creaba en el plano de la razén; ahora en el plano de la vida mate- rial (condicionamientos bioldgicos, econédmicos, sociales). Producto y expresién de esos condicionamientos, con- secuencia de estructuras materiales, seran las expresio- nes culturales, la religién y la misma Biblia. Los tipos de lectura materialista no religiosa de la Biblia son muy diferentes. Habra un materialismo no dialéctico, esto es, de caracter no marxista, que inter- preta el hombre y Ia cultura a partir de condicionamientos fisico-biolégicos. Cercano a ese materialismo estar4 un tipo de positivismo muy extendido que sdlo admite los datos de la ciencia que se puede experimentar con mé- todos empiricos y ofrece la posibilidad de serutilizada a través de una técnica. También aqui, la Biblia sera efec- to de un proceso material carente de sentido superior. De estos tipos de lectura no me ocupo mas porque re- chazan de raiz la problematica religiosa y no se intere- san por el testimonio de la Biblia. Con esto pasamos a un tipo de materialismo dialécti- co de caracter marxista. Ciertamente, la base de todoes la materia. Pero es una materia que se toma como realidad en movimiento, en un proceso de autorrevelacién que alcanza su plenitud en la praxis creadora del hombre. Esa actividad, reflejada primariamente en la produccidn econémica y la busqueda de bienes de consumo, influye en las instancias ideolégicas a través de las cuales se interpreta el contenido de la praxis. Materialismo significa, segin esto, que se ha dado un valor prioritario a los aspectos econdémicos y a las prac- ticas sociales; la religién, tal como se expresa por ejemplo en la Biblia, sera una consecuencia de esta base. Fieles a esa perspectiva han intentado interpretar la Biblia los clasicos del marxismo como Engels y Kautsky. Cierta- mente, para ellos la religidn no tiene autonomia ni va- lor independiente, pero puede ser signo de algo posi- tivo, pues sefiala una busqueda de justicia, un anhelo de comunismo que existia en Israel y en los primeros seguidores de Jesus. 20 Xabier Pikaza Con esto entramos en el tema: {puede darse_una Jec- tura_materialist is iblia? La respuesta es dificil. Tanto los clasicos del marxismo como los cristianos tradicionales habrian respondido con una negativa. Nosotros, tras la obra de Belo y Clévenot, no estamos tan seguros. Quiz4s pueda darse aquello que parecia un imposible. Para eso seré necesario que amplie- mos la visién de matxXismo y cristianismo. EI marxismo ao BOUTE TOMATSE Cotto sistema onfolOpiCo CETTAdG? Tam. poco el cristianismo como un mero cultivo de Ia interio- Tidad. ~~Hasta ahora, el materialismo rechazaba toda posibi- lidad de una comprensién religiosa del hombre. Pero, en estos ultimos tiempos, la diferencia entre un espiritualis- mo vertido hacia el mundo y un materialismo abierto a la realizacién plena del hombre se ha vuelto mds pe- queiia. No sabemos lo que es el espiritu; tampoco cono- cemos la materia. Por eso, la batalla entre materialistas y espiritualistas deja de basarse en las razones viejas; unos y otros pueden hallarse abiertos a la busqueda del ser del hombre y su sentido. Centrémonos en el marxismo. Entendido como ma- terialismo histérico, el marxismo no se ocupa. directa- mente de la existencia de Dios o su rechazo; se ocupa de la historia de los hombres, interpretandola a manera de proceso que se funda en unas determinaciones eco- noémicas y se expresa en coordenadas sociales. No es materialista sin mas el que niega la existencia de Dios sino el que afirma que todas las notas de los hombres (experiencia religiosa, ideas) estén fundamentadas en la base de la practica econdémica. Esto significa que, en principio, puede haber una lec- tura materialista y religiosa de la biblia. Sera materialis- a si es que todo se interpreta a partir del fundamento econémico: la misma praxis de la Biblia, tal como se centra en Jesucristo, se hallaré orientada a la igualdad economica, la supresién de la propiedad privada y la negacién de todo influjo ideolégico que entienda al hom- Presentacién y juicio 21 bre desde fuera. Sera lectura religiosa, si valora la posi- bilidad de una abertura del hombre hacia lo definiti- vo; la liberacién econémica con fa autogestién social, vista en el trasfondo de Jesiis, conduciré a una resu- rreccién, esto es, a la realizacién definitiva de las posi- bilidades humanas dentro de lo que se llama el Dios de vivos (Dios como origen, signo y garantia de la pleni- tud del hombre). Visto en esta perspectiva, el cristianismo —tal como lo quiere entender M. Ciévenot— deja de ser ideologia en el sentido de superestructura que se afiade al funda- mento de la vida y se situa en la linea de la liberacién econémico-social, de la produccién del hombre nuevo al que ha tendido desde siempre la utopia dei marxismo. La religién no es elemento que se suma a la estructura original del hombre; es mas bien el sentido radical de esa estructura, la direccidén de plenitud a la que tiende el proceso de la vida. Nada se opone, segiin esto, a la lec- tura materialista y religiosa de la Biblia. Asi argumenta en el fondo M. Clévenot. 5. Valoraciones Llegados aqui podemos ocuparnos del dualismo que forman las lecturas materialista ¢ idealista de la Biblia. A-ii juicio, las dos son relativas: dependen_de condi- cionamientos_culturales len_complementarse mu- tuamente. No existe definicién unica del hombre, ni hay tampoco un modelo absoluto de racionalidad. El ser humano es conflictivo. Tiene momentos y elementos que no pueden ser planificados en forma de conjunto totalmente coherente. Por eso, cada perspectiva (mate- tialista 0 idealista) tomada por sf misma es limitada. Concretamos, El hombre es siempre mds de lo que dice, mas de lo que hace. No se puede encerrar en la materialidad de unas prdcticas, pues ellas necesitan un sentido, Ni se define en funcién de unas ideas, que estan 22 Xabier Pikaza siempre referidas a unas practicas. Pretender una visién univoca, un monismo de lo humano donde sdlo quepa idea o praxis me parece demasiado estrecho. Por eso, des- pués de haber expuesto las posturas anteriores, habiéndo- las centrado en su funcién y perspectivas, quiero afiadir que no debemos quedar prendidos en la trampa que ellas tienden. No se trata de escoger la idea contra la mate- ria, ni la materia contra la idea. Queremos escoger al hombre entero, con unas prdcticas prefiadas de sentido, con un logos abierto hacia la praxis. Lo que intentamos al quedarnos con los dos aspectos de la vida humana no es llegar a un equilibrio eclecticista; el equilibrio estaria més bien en resolvernos a dar prioridad al pensamiento oa la praxis. Para nosotros, lo primario no es el equili- brio sino mas bien la complejidad de 1a lucha, la paradoja en que se enfrentan esos planos sin llegar a nivelarse. Desde aqui se entiende mejor el hecho religioso. Por la misma exposicién anterior hemos descubierto que el hecho religioso no se identifica con ningun aspecto de la vida humana. Puede haber un idealismo sin Dios, lo mismo que se puede tender a un materialismo religioso. En otras palabras, la religién (entendida en su radicali- dad) puede estar unida a un racionalismo ideolégico, siempre que se deje lugar para el misterio del encuentro con el Otro; y puede unirse a un materialismo, siempre que se encuentre abierto hacia el futuro de nuestra rea- lidad descubierta como gracia. La religidn cuenta con una entidad propia. No se confunde con el pensar: no es el orden absoluto de las cosas. Tampoco se identifica con el hacer de una praxis humana en sus niveles econdmico-sociales. Religién es la experiencia y el cultivo de un encuentro superior en que la vida, el hombre se descubre fundado en una gracia, amado y apoyado, dirigido hacia el futuro de su propia vida. Desde aqui cambia el sentido de la Biblia y su lectu- ra. La verdad biblica no se reduce al campo del materia- lismo ni tampoco al plano de la ideologia. La verdad o Presentacién y juicio 23 mensaje de la Biblia se decide en el campo del encuentro religioso, en la experiencia de Dios, en ese campo en que la vida se halla enriquecida y cimentada en el misterio. Planteemos el tema en su radicalidad. Lo propio de la Biblia no es desarrollar unas ideas, utilizar unos es- quemas conceptuales con el fin de expresar una experien- cia. Tales esquemas, con el mundo racional que ellos implican, son un medio de expresién pero no el centro o contenido de Ia Bibiia, Lo mismo sucede con Ios condi- cionamientos socio-econémicos. Es evidente que esos condicionamientos influyen en el surgimiento y elabora- cién de la experiencia religiosa, pero no se pueden con- fundir jamas con ella. La experiencia religiosa ofrece un contenido que no puede reducirse a la base material. Si tenemos esto en cuenta, dentro del campo de expre- sién de la Escritura, podremos distinguir tres planos o niveles: a) Existen unos condicionamientos materiales (pra- xis econémico-social). Indudablemente influyen en el con- tenido y formulacién de la experiencia religiosa, Sin embargo, nunca pueden convertirse en absolutos. b) En conexién con esos condicionamientos esta la expresion ideolégica que sirve de vehiculo, medio de ex- presién de la experiencia religiosa. Ciertamente, la reli- gién tiene su légica, un sentido, unas razones que no pueden igualarse jamas con las razones de la ciencia. Pero siempre que esa religién quiera hacerse comprensible y entrar en un campo de inteligibilidad debe acudir a for- mulaciones ideoldgicas. c) Hay, finalmente, una experiencia religiosa. Si a cualquiera de los grandes personajes de la Biblia, desde Abrahdn hasta san Pablo, le preguntan qué es lo mas va- lioso nos dir4 que la experiencia del encuentro con Dios y su exigencia creadora en el camino de la vida. Hagamos un alto. Al exponer el sentido de un texto, nos hemos referido a las practicas y su interpretacidn. Esos dos aspectos de praxis y razén, de hechos y pala- bras, nos han acompafiado a Jo largo de todo nuestro 24 Xabier Pikaza andlisis, Pues bien, ahora al final, al ocuparnos de una forma ya directa de los planos de la Biblia, descubrimos que entre praxis y razén, o por encima de ellas, surge un elemento mAs valioso: es la experiencia religiosa. Se tra- ta de una experiencia que aunque esté condicionada por a praxis y mediatizada en su expresidn por las ideas tie- ie Grigionaad-y contendo- propiosPor no valorar ésto_es deficiente el estu i manera mas directa en las paginas que siguen; ha he- cho quizds una buena lectura materialista, pero se ha Olvidado del sentido religioso de la Biblia. olvidado Cer Senlido religioso Ce ta Pipa. TI. La oBRA DE CLEVENOT: TEMATICA Y ENJUICIAMIENTO Clévenot, en la linea de la Lectura materialista del evangelio de Marcos de F. Belo, ha querido interpretar todo el conjunto de la Biblia en clave de marxismo. Para hacer su trabajo ha utilizado dos esquemas de lectura: a) el materialismo de Althusser; b) un tipo de lectura textual que esté inspirado en R. Barthes. En las paginas que siguen pretendemos enjuiciar su intento. Lo haremos en estos apartados: 1. presentacién temdtica; 2. va- lores; 3. riesgos*. 1. Presentacién temdtica La primera forma de entender o interpretar consis- te ya en la seleccién de materiales. Juzguemos la inter- pretacién de M. Clévenot a partir de los temas que ha tratado. El primer capitulo de su libro es neutral: presenta la Biblia como un conjunto de escrituras y destaca algu- 4. Buena presentacién castellana de las obras de Belo y Clé- venot en R. Trevijano Lecturas materialistas del evangelio de san Marcos: Burgense 17 (1976) 477-504. Presentacién y juicio 25 nos momentos de su génesis (documentos J, E, P). El segundo es mas parcial: se ocupa de un relato politico como es la historia de la sucesién del trono de David (2 Sam 9-20 y 1 Rey 1-2); cuando se ocupa del antiguo testamento, a Clévenot no le interesan las viejas tradi- ciones religiosas, los relatos de la entrada en Palestina, el recuerdo de la alianza; parece como si al principio de la historia de Israel no hubiera mas que un tema econé- mico-dindmico. El capitulo tercero, dedicado al documen- to J (yahvista), saca las consecuencias de ese plantea- miento: la unidad politica se ha reflejado en el J a tra- vés de una creacién ideoldgica donde historia y reli- gién se entienden en funcidn del poder establecido. A partir de aqui, en los capitulos 4 y 5, la estructura teligiosa de Israel se ha interpretado como lucha en que se oponen dos visiones de la vida. Esta por una parte el sistema del don, la realidad como regalo, Dios como prin- cipio de vida y la urgencia de justicia interhumana; es- te sistema, elaborado por las tribus del norte, se refleja en los medios proféticos y en los grandes documentos elohista y deuteronédmico. Frente al sistema del don esta el de la pureza, en el que Dios se ha interpretado como el fundamento de la ley, los hombres se dividen en clases (sacerdotes y no sacerdotes) y la vida termina convir- tiéndose en la expresién de un sometimiento a Dios y a sus Tepresentantes en la tierra. Tal es el contenido radical del antiguo testamento: a) hay una religién oficial interpretada como legitima- dora del orden establecido (sistema de la pureza); b) y una lucha en que se enfrentran dos visiones diferentes: la vida como don en los profetas y el cultivo sacral de la pureza en los sacerdotes. Evidentemente, han acaba- do triunfando los sacerdotes, imponiendo a los judios sus diversas concepciones de la ley. Sobre ese fondo ha surgido la figura de Jestis, con ia intencién de retomar la linea abierta en los profetas. En la exposicién de la practica de Jests, tal como siguiendo el evangelio de Mc la presenta Clévenot, no quiero seguir uno a uno

También podría gustarte