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EL DAR Y TOMAR EN TODA RELACION HUMANA


BERT HELLINGER
(extraido de Religión,psicoterapia, cura de almas)

Sé algo de los hombres y sé algo de lo que ocurre en las almas de las personas. Algo
que ocurre en las almas de las personas es una necesidad profunda de compensación
muy simple. Cuando alguien me hace un regalo, por muy bello que sea, yo siento una
profunda necesidad de compensar el regalo. Me siento inquieto hasta que también yo
le haya hecho un regalo al otro. Y en cuanto yo le haya dado algo me siento libre. Y
esta necesidad de compensación es la base de toda relación. Sin esta necesidad de
compensación no puede haber intercambio entre personas, entre el hombre y la
mujer, entre padres e hijos...En todas partes actúa esta profunda necesidad de
compensación. Esta necesidad de compensación se une al amor. Cuando el hombre le
regala algo a la mujer, ella siente la necesidad de regalarle algo también, y dado que le
quiere, le da un poquito más. Así, él tiene la necesidad de compensar y dado que él la
quiere le da un poquito más. Así, por la unión entre compensación y amor, el
intercambio aumenta. Y con el aumente del intercambio crece la felicidad. Este sería
el secreto de una relación de pareja. Entre padres e hijos, los padres dan tanto a los
hijos que los hijos no tienen la posibilidad de llegar a una compensación. Entonces, su
inquietud, ¿qué hace en los hijos? Se casan, traspasando luego a sus propios hijos lo
que de sus padres recibieron. Y así, la necesidad de compensación permite que los
padres les den tanto a sus hijos. Es una cosa muy bonita, ¿no? Esta necesidad
profunda de compensación tiene una importancia muy grande para nuestras relaciones.
Pero también existe el lado oscuro. Cuando alguien comete algo grave conmigo,
también siento la necesidad de compensarlo; por tanto, estoy pensando en vengarme.
Ahora bien, algunos no conocen el secreto de la buena compensación negativa. Algunos
la manejan igual que la compensación positiva. Si alguien comete una injusticia conmigo
o me daña, yo no solamente le devuelvo lo mismo, sino, como me siento justificado, aún
aumento un poco más. Así, el otro recibe el derecho de devolverme la injusticia y,
como él se siente justificado, aún un poquito más. Y así aumenta el intercambio
negativo. Sin embargo, hay una regla muy simple: hay que unir la venganza al amor. Si
a mí me hacen algo, yo también tengo que hacer algo, pero como quiero a la otra
persona, le hago un poco menos de daño. Así, el otro ya no tiene el derecho de
hacerme nada. Todo lo contrario, puede reiniciarse el intercambio positivo. Quien no
devuelve la injusticia, pone en peligro el amor. El perdón de la injusticia acaba con el
intercambio positivo. Hay que vengarse, pero con amor. Hasta aquí de las relaciones
humanas.
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Dar sin Tomar:


(extraido del Libro Felicidad Dual- Gunthard Weber (ed.)

Tener derecho a algo es una sensación agradable, y por ser una sensación tan
agradable, a algunos les gusta conservarla. Prefieren conservar la reinvindicación, en
vez de permitir que otros les den algo, como siguiendo el lema: “Vale más que tú te
sientas obligado que no yo”.
Frecuentemente ocurre con la mejor de las intenciones, y esta actitud goza de gran
respeto. Muchos idealistas mantienen esta postura, conocida como el ideal de los que
se dedican a ayudar a los demás. También es un fenómeno frecuente entre
psicoterapeutas. Éstos, por ejemplo, no están dispuestos a alegrarse en las
psicoterapias, como pequeña recompensa por el esfuerzo que realizan. En
consecuencia, el proceso se hace penoso y ya no está equilibrado. Pero si alguien da
sin tomar, al cabo de un tiempo, los demás tampoco no quieren aceptar nada de él. Es
decir, se trata de una actitud hostil para cualquier relación, ya que aquél que
únicamente pretende dar, se aferra a su superioridad y, de esta manera, niega la
igualdad a los demás. Es de suma importancia para cualquier relación que no se dé más
de lo que se esté dispuesto a tomar y que el otro sea capaz de devolver. De esta
manera, inmediatamente se establece una medida para saber hasta dónde se puede ir.

Si, por ejemplo, una mujer rica se casa con un hombre pobre, en muchos casos
no funciona, porque siempre es ella la que da, y el hombre no tiene la posibilidad de
conseguir una compensación. Si una mujer le paga los estudios a su marido, éste al
finalizar su carrera, la dejará. Ya no tiene ninguna posibilidad de llegar a un nivel de
igualdad, a no ser que le devuelva todo, hasta el último céntimo. Entonces queda de
nuevo libre y la relación puede seguir. Si un hombre que ya ha vivido su vida se casa
con una mujer que aún la tiene por delante, esta relación está destinada a fracasar.
La mujer se vengará del hombre. El hombre sabe que ella tiene el derecho de hacerlo
y, por lo tanto, tampoco intervendrá. Naturalmente, lo mismo es válido a la inversa.

Negarse a Tomar:

Algunos pretenden conservar su inocencia negándose a tomar. En un caso así,


no están obligados a nada y muchas veces se consideran especiales o mejores. Sus
vidas, sin embargo, sólo funcionan al mínimo y, en consecuencia, se sienten vacíos y
descontentos. Esta actitud se encuentra en muchas personas depresivas que se
limitan en su disfrute de la vida. En primer lugar, se niegan a tomar a sus padres, y
más adelante, esta actitud se traspasa a otras relaciones y a las cosas buenas de este
mundo. Por esta razón, muchos vegetarianos son depresivos, y muchos de los que se
apartan voluntariamente de nuestra sociedad tampoco aceptan nada, para no tener que
dar.
3

Enojo:
(extraido del libro Órdenes del Amor- Bert Hellinger)

Cuarto: alguién me da tanto de bueno y grande que me resulta imposible devolvérselo.


Eso es difícil de soportar. En consecuencia, me resisto al dador y a sus dones
enojándome con él. Esta ira se expresa en forma de reproche, por ejemplo, de los
hijos contra los padres. Así, sustituye el tomar, el dar las gracias y el actuar, dejando
a la persona paralizada y vacia.

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