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¿Es la salvación sólo por fe, o por fe más obras?

¿Es la salvación sólo por fe, o es la salvación por fe más obras? Esta es quizás la
pregunta más importante en toda la teología cristiana. Esta pregunta fue la causa
de la Reforma, la división entre el protestantismo y el catolicismo. Esta pregunta es
una diferencia clave entre el cristianismo bíblico y la mayoría de las sectas. ¿La
salvación es sólo por la fe o por la fe más las obras humanas? Dicho de otra
manera, ¿me salvo por confiar en Jesús, o tengo que creer en Jesús y, además,
hacer ciertas cosas?

Las obras necesarias para la salvación, además de la fe, son diferentes en los
distintos círculos religiosos. Muchos grupos afirman que el bautismo en agua es
una obra que hay que añadir a la fe para la salvación: si no te bautizas, no eres
salvo. Algunos van aún más lejos: tienes que bautizarte con el pastor correcto,
utilizando el método correcto y pronunciando las palabras correctas.

Otros aconsejan cumplir diferentes requisitos para salvarse, aunque la fórmula es


siempre fe + [rellenar el espacio en blanco]. La salvación es por fe + asistir a misa,
fe + confesarse, fe + diezmar, etc.

Muchos pasajes en la Biblia enseñan que la salvación es sólo por la fe, no por la fe
más las obras. Efesios 2:8-9, por ejemplo, está claramente redactado y es
inequívoco: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". La palabra
gracia es de vital importancia, ya que se refiere a las bendiciones de Dios sobre los
que no las merecen. La sola idea de la gracia niega todo intento de ganarse la
salvación. Pablo presenta ese argumento cuando enseña sobre la elección de Dios
del remanente de Israel: "y como es mediante la bondad de Dios, entonces no es
por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que
realmente es: gratuita e inmerecida" (Romanos 11:6 NTV).

Otros pasajes que enseñan claramente la salvación sólo por la fe son Hechos 16:31;
Romanos 3:28; 4:5; 5:1; Gálatas 2:16; 3:24; Efesios 1:13; y Filipenses 3:9.

Hay algunos pasajes bíblicos que, a primera vista, parecen enseñar la salvación por
la fe más las obras. Uno de ellos es Santiago 2:24, que parece decir que la
justificación es por la fe más las obras: "Vosotros veis, pues, que el hombre es
justificado por las obras, y no solamente por la fe". Este aparente problema se
resuelve examinando toda la argumentación de Santiago en su epístola. Santiago
está refutando la idea de que una persona pueda tener fe salvadora sin producir
ninguna obra buena (ver Santiago 2:17-18). Según Santiago, la fe genuina en Cristo
producirá un cambio de vida y producirá buenas obras (Santiago 2:20-26). Santiago
no está diciendo que la justificación es por la fe más las obras, sino que una
persona que está verdaderamente justificada por la fe tendrá buenas obras en su
vida. Las obras son una demostración externa de la fe genuina en Cristo (Santiago
2:14, 17, 20, 26), y es esa demostración externa la que "justifica" al creyente a los
ojos de los demás.

Pablo dice que los que tienen verdadera fe en Jesucristo estarán "celosos de
buenas obras" (Tito 2:14). Volviendo a Efesios 2, inmediatamente después de
enseñar que nos salvamos por la fe, no por las obras (Efesios 2:8-9), Pablo dice que
fuimos creados "para buenas obras" (Efesios 2:10). La salvación viene por la gracia
de Dios a través de la fe, y esa fe se manifiesta en buenas obras. Las obras
acompañan a la fe y son una prueba de ella.

Si vamos a decir que somos salvos por las obras, debemos especificar de quién son
las obras. No nos salvamos por nuestras propias obras, por muy meritorias que nos
parezcan. Nos salva únicamente la obra de Cristo a favor nuestro. Su muerte y Su
resurrección son las obras que nos salvan. Recibimos a nuestro Salvador por la fe
(Juan 1:12).

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