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Premisas implícitas: un método para su reconstrucción

Constanza Ihnen Jory


27.03.2020

§1. Introducción

Cuando argumentamos es muy común que dejemos premisas implícitas. Algunas quedan
implícitas porque las consideramos tan evidentes que parece superfluo mencionarlas. Por ejemplo,
en el argumento “Son las una de la tarde; no olvides usar bloqueador solar” el punto de vista “No
olvides usar bloqueador solar” está justificado por la premisa explícita “Son las una de la tarde” y
la premisa implícita “A las una de la tarde es necesario usar bloqueador solar”. Es plausible que,
en este caso, tratándose de una premisa implícita de fácil reconstrucción y amplia aceptación, el
hablante haya decidido omitirla en su discurso por considerarla evidente. Sin embargo, los
hablantes también pueden dejar premisas implícitas estratégicamente, esto es, para disimular la
parte más débil de su argumentación.

Como es difícil conocer con el motivo por el cual un hablante deja implícita una de sus premisas,
estas tiene que ser siempre reconstruidas si queremos evaluar adecuadamente la calidad de un
argumento. A veces la reconstrucción de premisas resulta intuitiva, como en el ejemplo del
bloqueador solar. Otras veces, su reconstrucción es menos evidente. Para esos casos necesitamos
un método que nos permita justificar nuestra propuesta de reconstrucción desde lo implícito a lo
explícito.

§2. Algunos puntos de partida teóricos

Todo método de reconstrucción de premisas implícitas parte de al menos dos supuestos teóricos:
(i) un modelo que describa la estructura interna de una argumentación simple; y (ii) principios
lingüísticos que sirvan para la reconstrucción de contenidos implícitos en el discurso.

En este curso se concibe la estructura interna de una argumentación simple como un conjunto de
proposiciones relacionadas entre sí y compuestas por: (i) un punto de vista, (ii) al menos una
premisa dato y (iii) una premisa garantía. El punto de vista refiere a la opinión que se pretende
justificar mediante el argumento. En la premisa dato se expresa la razón que se da para sostener el
punto de vista. En la premisa garantía se expresa una regla general que otorga un permiso para
transferir la aceptabilidad de la premisa dato al punto de vista. Dicho de otra manera, la premisa
garantía responde a la pregunta: ¿por qué puedo inferir a partir de la premisa dato el punto de
vista?1 La estructura de una argumentación simple la representamos mediante el siguiente
diagrama:2

1 Las teorías de la argumentación de inspiración silogística denominan a la premisa dato y garantía “premisa menor”
y “premisa mayor”, respectivamente.
2 Lo que aquí se ha definido como estructura interna de una argumentación única coincide con los elementos centrales
del modelo de Toulmin: opinión, datos y garantía (1958). El modelo de Toulmin incluye además otros elementos que
Punto de vista

Premisa dato Premisa garantía

Partiendo de esta estructura es posible analizar cualquier argumentación simple, independiente de


su contenido. Por ejemplo, el argumento referente al bloqueador solar puede analizarse en los
siguientes términos:

Punto de vista
No olvides usar bloqueador solar

Premisa dato Premisa garantía


Son las una de la tarde (A las una de la tarde es necesario
usar bloqueador solar)

Cualquiera de las dos premisas – dato o garantía – puede estar implícita. El primer paso para la
reconstrucción de premisas implícitas es, por lo tanto, determinar cuál de los dos tipos de premisas
es la que hace falta reconstruir.

Además de conocer los tipos de premisas que componen una argumentación única, es necesario
tener claridad respecto a cómo reconstruir los contenidos implícitos de un discurso. La teoría
pragmática del discurso establece principios interpretativos que gozan de amplia aceptación y que
pueden resumirse en las siguientes directrices:3

1) Al reconstruir contenidos implícitos, sea lo más fiel posible a la intención del hablante,
conforme se puede inferir de lo dicho y el contexto de enunciación.
2) En caso de duda entre dos o más posibles contenidos implícitos, sea caritativo: atribuya
al hablante aquel contenido que resulte más razonable esgrimir en el contexto de
enunciación.

a nuestro juicio no debieran incluirse en un modelo de la argumentación única pues, o bien son analizables dentro de
una de las categorías que incluye nuestro modelo, o bien son analizables como una argumentación única distinta, a su
vez compuesta de un punto de vista, una premisa dato y una premisa garantía. Así, por ejemplo, el “cualificador
modal” presente en el modelo de Toulmin se toma en consideración, en nuestro modelo, cuando se reconstruye el
punto de vista; mientras que el elemento “respaldo” del modelo de Toulmin se analiza en nuestro modelo como una
argumentación única cuya función es justificar la aceptabilidad de la premisa garantía del argumento principal, y que
se compone a su vez de una premisa dato y una premisa garantía.
3 Para una exposición más detallada de estos principios consultar, entre otros, Searle (1969/1994, 1999) y Grice
(1967/1991, 1999).
§3. Un método para la reconstrucción de premisas implícitas

A continuación se esboza un método para la reconstrucción de premisas implícitas. El método


expuesto sintetiza y simplifica la propuesta de los autores Frans van Eemeren y Rob Grootendorst
contenida en el capítulo “Las premisas implícitas en el discurso argumentativo” de su libro
Argumentación, Comunicación y Falacias (1992/2002). Además, complementa esa propuesta
pues, tal como los autores señalan en una nota al pie, el método de reconstrucción que proponen
supone que todos los argumentos que se utilizan a diario son deductivos. Pero esto es sólo un
supuesto; no una afirmación de hecho. 4 En la práctica, los argumentos más interesantes y útiles
suelen ser los argumentos no deductivos o “derrotables”, como se les ha venido denominado
recientemente en la literatura (Walton & Reed, 2002; Walton, 2011). Sin ir más lejos, en el
contexto judicial, la gran mayoría de los argumentos utilizados para establecer los hechos del caso
y para interpretar el significado de una disposición normativa son “derrotables”. Asimismo, el
mencionado capítulo sólo se concentra en la reconstrucción de premisas garantías, en
circunstancias que la premisa dato también puede quedar implícita.

3.1. Premisa garantía implícita

La mayoría de las veces es la premisa garantía la que está implícita. Para reconstruirla, proponemos
seguir los siguientes pasos:

PASO 1: Reconstruya la premisa garantía implícita formulando primero el mínimo lógico.

Supongamos que alguien esgrime el siguiente argumento: “Martín cometió parricidio, porque mató
a su padre conociendo la relación que los ligaba”. En este argumento se explicita el punto de vista
“Martín cometió parricidio” y la premisa dato “Martín mató a su padre conociendo la relación que
los ligaba”. La premisa garantía, en cambio, está implícita. El primer paso para reconstruirla es
formular el “mínimo lógico”.

Formular el mínimo lógico consiste en construir una premisa que permita transformar el argumento
incompleto, y por ende deductivamente inválido, en un argumento deductivamente válido. Una
forma muy sencilla de hacer esto es formulando una premisa que transforme el argumento
incompleto en un modus ponens, una forma de argumentación deductiva.

La forma del modus ponens es la siguiente (para conocer más detalles ver: Weston 1987/2009):

Premisa garantía: Si p, entonces q


Premisa dato: p
Punto de vista (o conclusión): q

4Esta supuesto “deductivista” también subyace a la reconstrucción de premisas implícitas en el texto de Weston (1987/
2009).
Por lo tanto, si queremos reconstruir el mínimo lógico para un argumento cuya premisa garantía
está implícita, debemos formular una premisa con el siguiente contenido: “Si + premisa dato +
entonces + punto de vista”.

Así, en nuestro ejemplo sobre Martín, la premisa necesaria para construir el mínimo lógico es: “Si
+ Martín mató a su padre conociendo la relación que los ligaba + entonces + Martín cometió
parricidio”.

De esta manera, el argumento originalmente incompleto e inválido pasaría a ser un modus ponens,
es decir, un argumento válido, con el siguiente contenido:

Premisa garantía: (Si Martín mató a su padre conociendo la relación que los ligaba, entonces
Martín cometió parricidio)
Premisa dato: Martín mató a su padre conociendo la relación que los ligaba
Punto de vista: Martín cometió parricidio

PASO 2: Generalice el mínimo lógico, universalizándolo.

El enunciado añadido al argumento incompleto es sólo una repetición literal de lo que ya está
implícito en los otros dos enunciados. Lo único que hace es señalar, explícitamente, que está
permitido inferir la conclusión dada a partir de la premisa dada. Pero ya está claro, precisamente a
partir del hecho de que presenta esta argumentación particular en favor de su punto de vista, que
el hablante supone que esta conclusión se sigue de su premisa. Así, si bien la atribución del mínimo
lógico es caritativa con el hablante pues vuelve válido un argumento inválido, por otro lado es
poco caritativa pues sólo reitera información ya aportada por el hablante.

El óptimo pragmático es la premisa que vuelve válido el argumento, pero sin ser poco caritativo
con el hablante. En la mayoría de los casos se trata de generalizar el mínimo lógico, haciéndolo
tan informativo como sea posible sin adscribirle al hablante compromisos no garantizados. Para
que el argumento sea deductivamente válido, debe tratarse de una universalización. Así, por
ejemplo, en el argumento que refiere a Martín, el óptimo pragmático sería el siguiente: “El que
mate a su padre, conociendo la relación que los liga, comete parricidio”.

Hasta aquí la propuesta de Frans van Eemeren y Rob Grootendorst. Para poder esbozar un método
de reconstrucción de premisas garantía en argumentos que no son deductivos, sin embargo,
debemos añadir un tercer paso al procedimiento.

PASO 3: Pregúntese si es aceptable la premisa implícita reconstruida cuando se la


universaliza. Si no es aceptable universalizada, matice la formulación del óptimo pragmático.

Este paso consiste en preguntarse si el óptimo pragmático que hemos propuesto para completar el
argumento y que universaliza nuestra premisa implícita es aceptable en el contexto de discusión.
Si la respuesta es afirmativa, se trata de un argumento deductivo y la premisa formulada con una
generalización universal es la premisa garantía del argumento. Es lo que ocurre en el ejemplo de
Martín:
Martín cometió parricidio

Martín mató a su padre conociendo (El que mate a su padre, conociendo


la relación que los ligaba la relación que los liga, comete
parricidio)

En cambio, si la respuesta a la pregunta por la aceptabilidad de la premisa universal es negativa,


será necesario matizar la generalización. Para entender por qué es necesario matizarla, consideren
el siguiente argumento: “No creo que Juan esté casado, porque no lleva puesta una argolla.” El
punto de vista es “Juan no está casado” y la premisa dato es “Juan no lleva puesta una argolla”.
Según el método de reconstrucción revisado hasta ahora, debemos primero formular el mínimo
lógico (PASO 1) “Si Juan no lleva puesta una argolla, entonces Juan no está casado” y luego
formular el óptimo pragmático, universalizándolo: “Quien no lleva puesta una argolla, no está
casado” (PASO 2). Si detuviésemos el proceso de reconstrucción aquí, el argumento completo
deberíamos diagramarlo así:

Juan no está casado

Juan no lleva puesta una argolla (Quien no lleva puesta una argolla, no está
casado)

Es evidente, sin embargo, que esta reconstrucción es poco caritativa. Si le preguntásemos al


hablante qué piensa de la premisa implícita que le hemos atribuido lo más probable es que la
rechace, y nos acuse de una falacia de hombre de paja, pues las excepciones a esta generalización
son por todos conocidas: alguien puede olvidar ponerse la argolla, la argolla puede haberse caído
o la argolla puede haberse guardado de adrede, entre otras.

¿Cómo reconstruimos la premisa garantía en este caso? En primer lugar, asumimos que el
argumento incompleto que estamos analizando es un argumento basado en un esquema
argumentativo derrotable y, en segundo lugar, formulamos una premisa garantía consistente en
una generalización matizada. Así, en lugar de atribuirle al hablante la premisa universal “Quien no
lleva puesta una argolla, no está casado” le atribuimos la generalización matizada: “Por lo general,
quien no lleva puesta una argolla, no está casado”, “La mayoría de quienes no llevan puesta una
argolla no están casados”, “Por lo general, no llevar puesta una argolla es indicio de no estar
casado” o alguna variante similar. De esta manera, el argumento completo lo representaríamos
como sigue:
Juan no está casado

Juan no lleva puesta una argolla (Por lo general, no llevar puesta una argolla
es indicio de no estar casado)

Es importante tener en cuenta que esto no significa en ningún caso flexibilizar o debilitar los
estándares de evaluación de un argumento. Ello es así porque un argumento derrotable puede estar
construido en base a dos premisas perfectamente aceptable y aun así reprobar el examen de
razonabilidad si las premisas son insuficientes para sostener el punto de vista. Si un argumento
derrotable es suficiente o no dependerá de la información del contexto. Por ejemplo, en el caso
recién analizado, el argumento caerá, aun si sus premisas son aceptables, si nos enteramos de que
Juan tiene la argolla escondida en su bolsillo.

3.2. Premisa dato implícita

Reconstruir la premisa dato es más sencillo pues la premisa garantía que está explícita nos
entregará la clave del contenido faltante.

Por ejemplo, en el argumento “Martín cometió parricidio, porque el que mata a su padre,
conociendo la relación que los liga, comete parricidio” la premisa garantía está explícita, mientras
que la premisa dato está implícita. Para reconstruir la premisa dato debemos reconstruir el
argumento como si fuera un modus ponens, donde la premisa garantía cumple la función del
condicional que vincula premisa dato y punto de vista:

Premisa garantía: El que mata a su padre, conociendo la relación que los liga, comete
parricidio
Premisa dato: ?
Punto de vista: Martín cometió parricidio

Luego identificamos en la premisa garantía aquella información que refiere a la conclusión –


“comete parricidio” – y aquella que debiera aparecer en la premisa dato – “El que mata a su padre,
conociendo la relación que los liga”. Ahora aplicamos el proceso inverso a la reconstrucción de la
premisa garantía: en lugar de generalizar, concretizamos. ¿A quién o qué se refiere en particular
el argumento? A Martín. Por lo tanto, nuestra premisa dato debería ser: “Martín mató a su padre
conociendo la relación que los ligaba”:
Martín cometió parricidio

(Martín mató a su padre conociendo El que mate a su padre, conociendo


la relación que los ligaba) la relación que los liga, comete
parricidio

Referencias:

Grice, H.P. (1999). “Las intenciones y el significado del hablante”, en: Valdés Villanueva.
L.M.(Ed.), La búsqueda del significado. Madrid: Tecnos.
Grice, H.P. (1967/1991). "Lógica y conversación", en: Valdés Villanueva, L.M. (Ed.), La
búsqueda del significado. Madrid: Tecnos.
Searle, J. (1969/1994). Actos de habla. Ensayos de filosofía del lenguaje. Barcelona, México y
Buenos Aires: Planeta-De Agostini.
Searle, J. (1979). Expression and Meaning. Studies in the Theory of Speech Acts. Cambridge:
Cambridge University Press.
Toulmin, S. (1958/2007). Los usos de la argumentación. Barcelona: Marcial Pons.
Van Eemeren, F.H. & Grootendorst, R. (1992/2002). “Las premisas implícitas en el discurso
argumentativo”, Argumentación, Comunicación y Falacias. Santiago, Chile: Pontificia
Universidad Católica de Chile.
Walton, D. (2011). “Defeasible reasoning and informal fallacies”. Available at
SSRN: https://ssrn.com/abstract=1775825 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.1775825
Walton, D. & Reed, Ch. (2002). “Argumentation schemes and defeasible inferences”, in: Guiseppe
Carenini, Floriana Grasso & Chris Reed (Eds.), Workshop of Computational Models of
Natural Argument, ECAI, 15th European Conference on Artificial Intelligence. Available
at:
https://www.researchgate.net/publication/237628795_Argumentation_Schemes_and_Def
easible_Inferences.
Weston, A. (1987/2009). “Argumentos deductivos”, Las claves de la argumentación. Barcelona:
Editorial Ariel.

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