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LITERATURA BARROCA

Tópicos literarios

AULA HEGO
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Amor post mortem (amor más allá de la muerte)


Aunque asociado a Quevedo, el tópico Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
podría originarse en autores anteriores
y podrá desatar esta alma mía
de la literatura universal, como Dante hora a su afán ansioso lisonjear;
Alighieri. Puede ser una variación del mas no de esotra parte en la ribera
emblema de Alciato AMICITIA ETIAM dejará la memoria en donde ardía;
POST MORTEM DURANS (la amistad nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
dura después de la muerte), que se
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
remontaría a Catulo y que aparecerá en venas que humor a tanto fuego han dado,
la comedia isabelina (Shakespeare), en medulas, que han gloriosamente ardido,
Calderón o en escritores románticos su cuerpo dejará, no su cuidado;
como Espronceda y Bécquer. serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo
Amor constante más allá de la muerte.

Captatio benevolentiae (captación de la benevolencia)


Desocupado lector: sin juramento me podrás Recurso por el que el autor pide
creer que quisiera que este libro, como hijo del benevolencia al público lector,
entendimiento, fuera el más hermoso, el más atrayendo su atención y buena
gallardo y más discreto que pudiera disposición. Con origen en la oratoria
imaginarse. Pero, no he podido yo contravenir
al orden de naturaleza; que en ella cada cosa
romana (Cicerón), suele utilizarse al
engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá comienzo de un discurso para seducir al
engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío auditorio con fingida modestia.
sino la historia de un hijo seco, avellanado,
antojadizo y lleno de pensamientos varios y
nunca imaginados de otro alguno, bien como
quien se engendró en una cárcel, donde toda
incomodidad tiene su asiento y donde todo
triste ruido hace su habitación?

Miguel de Cervantes
Don Quijote de la Mancha, Prólogo.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Carpe diem (aprovecha el día)


Consiste en una invitación a disfrutar el presente y los atributos asociados a este:
belleza, juventud, fortaleza, lozanía, frescura. La formulación del CARPE DIEM
aparece por primera vez en Horacio, pero admite la variante COLLIGE, VIRGO,
ROSAS (“muchacha, coge tus rosas”) de Ausonio. Este tópico suele aparecer
junto al motivo de la caducidad de la vida y la fugacidad del tiempo (TEMPUS
FUGIT), pero también con la VANITAS y la irrupción inesperada de la muerte.
También es común que se sirva de la metáfora de las estaciones (primavera/
invierno) y del mito de las edades de la humanidad. El tópico admite dos
tratamientos:
Epicureísmo. Frente a la brevedad de la vida, se exhorta a gozar de los placeres
terrenales mientras dure. Es una perspectiva amable, alegre y jubilosa que
puede incluir cierta reflexión angustiosa ante la rapidez con que pasa el tiempo.
Suele detenerse en la vejez y en la pérdida de los atributos juveniles.
Estoicismo. Se mantiene la reflexión sobre la caducidad de la vida pero incide
en lo inútil de pretender mantener los bienes mundanales (belleza, juventud,
riqueza, poder). El tópico es tratado con ironía porque se impone el tono
fatalista con la aparición de la muerte y el olvido absoluto de los dones por los
que fuimos elogiados en la juventud.

En tanto que de rosa y azucena Mientras por competir con tu cabello,


se muestra la color en vuestro gesto, oro bruñido al sol relumbra en vano;
y que vuestro mirar ardiente, honesto, mientras con menosprecio en medio el llano
con clara luz la tempestad Serena; mira tu blanca frente el lilio bello;
y en tanto que el cabello, que en la vena mientras a cada labio, por cogello,
del oro se escogió, con vuelo presto, siguen más ojos que al clavel temprano;
por el hermoso cuello blanco, enhiesto, y mientras triunfa con desdén lozano
el viento mueve, esparce y desordena: del luciente cristal tu gentil cuello:
coged de vuestra alegre primavera goza cuello, cabello, labio y frente,
el dulce fruto, antes que el tiempo airado antes que lo que fue en tu edad dorada
cubra de nieve la hermosa cumbre; oro, lilio, clavel, cristal luciente,
marchitará la rosa el viento helado. no solo en plata o vïola trincada
Todo lo mudará la edad ligera se vuelva, mas tú y ello juntamente
por no hacer mudanza en su costumbre. en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Garcilaso de la Vega Luis de Góngora


Soneto XXIII. Soneto CLXVI.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

De contemptu mundi (sobre el menosprecio del mundo)


El pensamiento ascético-cristiano del menosprecio del mundo tiene su origen en
el VANITAS VANITATUM, OMNIA VANITAS (“vanidad de vanidades, todo es
vanidad”) del Eclesiastés. Todo lo terrenal carece de valor y la preocupación del
ser humano debe volcarse en el perfeccionamiento espiritual. El tópico invita a
rechazar los bienes mundanales (belleza, poder, riquezas, fama), porque estos son
efímeros, desaparecen con la muerte y distraen del camino recto. Diversos textos
medievales adoptan el título de De contemptu mundi (Bernardo de Cluny, Enrique
de Huntington, Inocencio III), pero alcanzará su máxima expresión en literatura a
raíz de la Peste en la Europa tardomedieval.

Descriptio puellae (descripción de la joven)


Aunque se considera un tópico
renacentista, utilizado frecuentemente De pura honestidad templo sagrado,
cuyo bello cimiento y gentil muro,
por Petrarca para describir a Lauretta, se de blanco nácar y alabastro duro
practicó en la Edad Media, pero se debe fue por divina mano fabricado;
a poetas elegíacos latinos como pequeña puerta de coral preciado,
Propercio, Tibulo, Catulo y Ovidio para claras lumbreras de mirar seguro,
referirse a la puella divina, caracterizada que a la esmeralda fina el verde puro
habéis para viriles usurpado;
por el contraste entre los colores blanco soberbio techo, cuyas cimbrias de oro
y rojo de la piel, los largos cabellos, los al claro sol, en cuanto en torno gira,
labios rojizos y los ojos luminosos. Este ornan de luz, coronan de belleza;
canon de belleza, junto a la filosofía ídolo bello, a quien humilde adoro,
neoplatónica, será adoptado en el oye piadoso al que por ti suspira,
tus himnos canta y tus virtudes reza.
Renacimiento y el modelo a seguir se
tomará de la Venus de Botticelli. Luis de Góngora
Presenta dos fórmulas: il canone breve, Soneto XVI.
descripción solo del rostro; il canone
longo, descripción de todo el cuerpo. En
el Barroco, el tópico aparecerá tanto en
la poesía amorosa como en la moral-
metafísica.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Exclusus amator (amante rechazado)


Hace referencia al lamento proferido ¿Qué estrella saturnal, tirana hermosa,
por el amante rechazado a las puertas se opuso, en vez de Venus, a la luna,
que me respondes grave e importuna,
de la amada o a la guardia que este siendo con todos fácil y amorosa?
hace durante largo tiempo ante los Cerrásteme la puerta rigurosa,
batientes cerrados. El tópico se donde me viste sin piedad alguna,
remonta a la literatura grecolatina hasta que a Febo en su dorada cuna
(Aristófanes, Plauto, Calímaco, llamó la aurora en la primera rosa.
¿Qué fuerza imaginó tu desatino,
Meleagro, Ovidio). El enamorado se aunque fueras de vidrio de Venecia,
queja de la larga espera y de las tan fácil, delicado y cristalino?
inclemencias del tiempo mientras O me tienes por loco o eres necia:
espera que la amada le abra las que ni soberbio soy para Tarquino,
puertas. ni tú Romana para ser Lucrecia.

Lope de Vega
A la ira con que una noche le cerró la puerta.

Ignis amoris (el fuego del amor, amor ígneo)


Ostentas de prodigios coronado,
sepulcro fulminante, monte aleve,
También conocido como FLAMMA
las hazañas del fuego y de la nieve,
y el incendio en los yelos hospedado. AMORIS, este tópico compara la
Arde el invierno en llamas erizado, pasión amorosa con el fuego, el calor,
y el fuego lluvias, y granizos bebe; la combustión. Se debe a los autores
truena, si gimes: si respiras, llueve, latinos, pero el tópico se hizo
en cenizas tu cuerpo derramado.
frecuente a partir de la lírica
Si yo no fuera a tanto mal nacido,
no tuvieras, ¡oh Etna!, semejante, petrarquista. En el Barroco, dentro
fueras hermoso monstruo sin segundo. del esquema de contrastes, la llama
Mas como en alta nieve ardo encendido, del amor se contrapone al frío, hielo o
soy Encelado vivo y Etna amante, nieve de la amada, que muestra
y ardiente imitación de ti en el mundo.
indiferencia o desdén.
Francisco de Quevedo
Compara al Etna con las propiedades de
su amor.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Homo viator (hombre viajero, caminante)


Admite como variaciones los Bien fue de cero y bronce aquel primero,
que en cuatro tablas confió su vida
tópicos PEREGRINATIO VITAE
al mar, a un lienzo y a una cuerda asida,
(“peregrinación de la vida”), y todo junto al viento lisonjero;
PEREGRINATIO AMORIS quien no temió del Orión severo
(“peregrinación de amor”), la espada en agua de la mar teñida,
NAVIGIUM AMORIS (“navegación el arco doble al Austro, y la ceñida
obtusa luna, de nublado fuero;
o travesía de amor”). La vida o el
el que fío mil vidas de una lengua
amor suponen un largo peregrinaje, de imán tocada al Ártico mirando,
por tierra o por mar, lleno de y entre líneas treinta y dos tres mil mudanzas.
dificultades y obstáculos para el Pero más duro fue para su mengua,
caminante. quien puso, las que tienen contemplando,
en mar de una mujer sus esperanzas..

Lope de Vega
Rimas XXVII.

Latet anguis in herba (la serpiente late entre la hierba)


La dulce boca que a gustar convida La expresión aparece en la Égloga III
un humor entre perlas destilado
y a no envidiar aquel licor sagrado
de Virgilio y constituye una
que a Júpiter ministra el garzón de Ida, advertencia de los peligros ocultos,
amantes no toquéis si queréis vida; del mal que se esconde en lugares en
porque entre un labio y otro colorado apariencia amables o bellos. En el
Amor está, de su veneno armado, Barroco, adquiere un matiz moral:
cuál entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas, que a la Aurora
bajo los placeres deleitosos, aguardan
diréis que, aljofaradas y olorosas, los venenosos daños. De todas las
se le cayeron del purpúreo seno; pasiones que, tras su apetecible
manzanas son de Tántalo, y no rosas, apariencia, pueden acarrear peores
que después huyen del que incitan ahora, consecuencias, el amor es el más
y solo del Amor queda el veneno.
peligroso, del que se subraya su
Luis de Góngora carácter engañoso.
Soneto XXXIII.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Memento mori (recuerda que has de morir)


Este tópico sería la actitud opuesta al CARPE DIEM. La frase latina MEMENTO
MORI tiene su origen en la advertencia que se daba a los supervivientes de una
batalla para que no olvidaran su naturaleza humana y mortal. En la Edad Media se
interpreta en clave cristiana en la literatura del Ars Moriendi, se olvida durante el
feliz Renacimiento y es retomada en el Barroco en diversas disciplinas: en la
pintura de la vanitas, en los manuales escolares, en libros devocionales, en la
poesía. Tanto en arte como en literatura, solía rodearse de una serie de símbolos:
la calavera, el reloj de arena, jarrones con flores marchitas, libros y papeles
desordenados, instrumentos musicales, espejos, máscaras, monedas, candiles
apagados, joyas y medallas... En definitiva, todo lo que hacía alusión a la vanidad y
a los efímeros bienes mundanales. En la lírica, suele aparecer junto a otros
tópicos: QUOTIDIE MORIMUR (“morimos cada día”), VANITAS
VANITATUM, PUTREDINE CADAVERUM (“podredumbre de los cadáveres”),
FINIS GLORIAE MUNDI (“el fin de las glorias mundanas”), IN ICTU OCULI
(“en un abrir y cerrar los ojos”).

Fue sueño ayer, mañana será tierra: Miré los muros de la patria mía,
poco antes nada, y poco después humo; si un tiempo fuertes, ya desmoronados ,
y destino ambiciones y presumo, de la carrera de la edad cansados,
apenas junto al cerco que me cierra. por quien caduca ya su valentía.
Breve combate de importuna guerra, Salime al campo, vi que el sol bebía
en mi defensa soy peligro sumo: los arroyos del hielo desatados;
y mientras con mis armas me consumo, y del monte quejosos los ganados,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra. que con sombras hurtó su luz al día.
Ya no es ayer, mañana no ha llegado, Entré en mi casa: vi que amancillada
hoy pasa y es, y fue, con movimiento de anciana habitación era despojos;
que a la muerte me lleva despeñado. mi báculo más corvo y menos fuerte.
Azadas son la hora y el momento, Vencida de la edad sentí mi espada,
que a jornal de mi pena y mi cuidado, y no hallé cosa en que poner los ojos
cavan en mi vivir mi monumento. que no fuese recuerdo de la muerte.

Francisco de Quevedo Francisco de Quevedo


Significase la propia brevedad de la vida, sin Enseña cómo todas las cosas avisan de la
pensar y con padecer salteada de la muerte. muerte.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Sic transit gloria mundi (así pasa la gloria del mundo)


Aunque podría remontarse a la Estas que fueron pompas y alegría,
iconografía de los transi tombs de la despertando al albor de la mañana,
Baja Edad Media y a toda la a la tarde serán lástima vana,
tradición macabra generada durmiendo en brazos de la noche fría.
Este matiz que al cielo desafía,
alrededor de la muerte, la frase
iris listado de oro, nieve y grana,
latina se le atribuye a un pasaje de será escarmiento de la vida humana:
La imitación de Cristo de Thomas ¡tanto se emprende en término de u día!
de Kempis. Viene a señalar el A florecer las rosas madrugaron
carácter efímero de las glorias y para envejecerse florecieron;
cuna y sepulcro en un botón hallaron.
mundanales. Guarda relación con Tales los hombres sus fortunas vieron:
otros tópicos de la muerte y la en un día nacieron y expiraron;
vanitas. que, pasados los siglos, horas fueron.

Calderón de la Barca
El Príncipe constante.

Tempus fugit (el tiempo huye)


La dulce boca que a gustar convida Procedente del Libro III de las
un humor entre perlas destilado Geórgicas de Virgilio, el tópico se
y a no envidiar aquel licor sagrado refiere a la rapidez del paso del
que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
amantes no toquéis si queréis vida;
tiempo y la caducidad de la vida
porque entre un labio y otro colorado terrenal. Esto conduce a dos
Amor está, de su veneno armado, conductas diferentes. Mientras en el
cuál entre flor y flor sierpe escondida. Renacimiento derivó en la invitación
No os engañen las rosas, que a la Aurora gozosa de la vida (CARPE DIEM), en
diréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;
el Barroco se asociará con el
manzanas son de Tántalo, y no rosas, desengaño, el carácter ficticio y
que después huyen del que incitan ahora, engañoso de la existencia y la vanidad
y solo del Amor queda el veneno. del mundo.
Luis de Góngora
Soneto XXXIII.
AULA HEGO
IES Miguel Fernández

Theatrum Mundi (el teatro del mundo)


La sociedad -y la existencia en general- se concibe como una obra de teatro y el
mundo como un gran escenario. Todos los individuos son, pues, actores que
interpretan uno o varios papeles. La vida acaba cuando baja el telón. Es un tópico
que se remonta a la Antigüedad y los filósofos griegos fueron los primeros en
plantear este motivo literario. Según Epicteto y Séneca, la vida es una comedia y
las personas tan solo farsantes obligados a interpretar el papel que se nos ha
adjudicado. Heráclito, Aristóteles, Platón, Plauto, Petronio son otros autores
clásicos que hicieron planteamientos similares. Este carácter ficticio de la vida lo
encontramos en tópicos similares tales como el MUNDO COMO LABERINTO o
el MUNDO COMO PLAZA, donde se subraya el sentido del caos y la confusión.
En la Edad Media, ya es tratado por Juan de Salisbury (siglo XII) y en el
Renacimiento Pierre Boaistuau (siglo XVI) lo relaciona con los vicios humanos. El
máximo representante en el Barroco será Calderón de la Barca con El gran teatro
del mundo (1655), pero también Lope de Vega, Cervantes y Baltasar Gracián
realizaron magníficos tratamientos del tema. Con permiso de William
Shakespeare, por supuesto.

El mundo es un gran teatro, Tú, mi amada Gertrudis, deberás también


y hombres y mujeres son los actores. retirarte, porque hemos dispuesto que Hamlet al
Todos hacen sus entradas y sus mutis venir aquí, como si fuera casualidad, encuentre a
y diversos papeles en su vida. Ofelia. Su padre y yo, testigos más aptos para el
Los actos, siete edades […] fin, nos colocaremos donde veamos sin ser vistos.
La escena final Así podremos juzgar de lo que entre ambos pase, y
de tan singular y variada historia en las acciones y palabras del Príncipe
es la segunda niñez y el olvido total, conoceremos si es pasión de amor el mal de que
sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada. adolece.

William Shakespeare William Shakespeare


Como gustéis. Hamlet.

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