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EL POETA BERNARDO CANAL FEIJOO José Andrés Rivas Hace ya lamentablemente muchos afios me detuve en una vereda de la calle Nueve de Julio, sefialé una casa en la vereda de enfrente, que lamentablemente hoy ya no existe, y le dije al académico que me acompafiaba, que detrés de ese balcén, que estaba delante de esa ventana de esa alta casa de la ciudad més antigua de la patria, un joven santiaguefio habia escrito hacia casi setenta afios uno de los primeros poernarios Vanguardistas que se escribieron en esta parte de América. Que para entender el significado de esta tarea, valia la pena recordar que los Veinte poemas para ser leidos en el tranvia de Oliverio Girondo habian sido escritos apenas dos afios antes, que el Fervor de Buenos Aires de Jorge Luis Borges, el afio anterior, y que del otro lado de la Cordillera el hijo de un ferroviario de Temuco, que después se llamaria Pablo Neruda, tardaria alin un afio en publicar su Tentativa del hombre infinito Valia la pena recordar también, que por esos afios la ciudad de Santiago de! Estero no tendria mas de treinta mil habitantes, que a ningiin libro provinciano lo leerian mis de los cuarenta o cincuenta lectores, a quienes su propio autor se lo habria regalado reviamente y que fuera del tiempo que le exigia Ia escritura de esos versos, ese poeta era un joven abogado de trato muy cordial, cortesia europea inusitada generosidad, quien detris de ese balcén que estaba delante de esa ventana de esa alta casa de la Ciudad més antigua de la patria, lefa por entonces en francés los Calligrammes de Guillaume Apoliiaire, el Lunario Sentimental de Leopoldo Lugones o el Tétem y Tabi del sospechoso Sigmund Freud. El joven que vivia en esa casa de la calle Nueve de Julio se llamaba Bernardo Canal Feijoo. Es verdad que fuera de sus muros podia encontrar una bellisima acequia arias veces centenaria, dos o tres edificios construidos en una Argentina que atrala a millones de inmigrantes y un rio que la separaba de “los montes de La Banda”, como habia escrito veiate afios antes Francisco M. Viano en la primera novela de Santiago Pero el resto era una apacible ciudad provincian, “placida como una vaca {y] duloe ‘como una ciruela”, como diria afios después Witold Gombrowicz en uno de sus Diarios. En ese tiempo y en ese lugar, Canal escribid aquellos primeros versos vanguardistas. Recortados contra la totalidad de su otra, los poemarios que Canal'escribié en la Primera mitad de su vida aparecen como un enigma. Por un lado hay un Canal, que legs a ser uno de nuestros mayores ensayistas, el estudioso de los hombres que imaginaron la sabia Constitucién de 1853 0 el inesperado dramaturgo que encamaba las teorias de Bertold Brecht en textos que recogian episodios de su provincia, de su pais 0 de Ja turbulenta historia de la América Latina. Ese es el rostro de! Canal, que pervivié junto a otros autores de libros imprescindibles, que trataban de develar el rostro misterioso de la esfinge argentina que habia estremecido al autor del Facundo. Pero también hay un Canal més intimo, que vivié tras los muros de esa alta casa dela calle Nueve de Julio y que escribié aquellos poemarios casi secretos, que hablaban de ceremonias, historias y personajes de aquel lugar que le habian tocado como destino, El Canal de aquellos libros de ensayos justifica a este iltimo y nos exige su recuerdo, Pero en aquellos versos del poeta Canal, ya estaban las preguntas y muchas de las Tespuestas que desarrollarian después el ensayista y el dramaturgo Los hechos de una vida inquieta como la suya, nos muestran al primer Canal afios queriendo traer a la cultura de su provincia las inquietudes que conmovian a la inteligencia portefia. Largos siglos transitando una historia distinta, diferentes conformaciones culturales y étnicas, y més de quince horas de un penoso viaje en tren por caminos de polvo y soledades, servian mas para separarlos que para unirlos. Pero la empecinada pasion de Canal Feijoo por traer a su provincis aquellos frutos se encargaria tozudamente de alcanzarlos. Ese fue uno de los rostros de aque! memorable movimiento de La Brasa a mediados de los afios Veinte, que él imaginé y erigié en la ciudad en donde escribid aquellos poemarios: traer las expectativas culturales de Buenos Aires y Europa a su propia tierra. Pero lo hizo sin abjurar de la matriz cultural de la provincia en que habia nacido. Y ése es el otro rostro de aquel movimiento. El mas intenso, el més intimo: entender Santiago desde el mismo Santiago; entender la cultura universal desde la ciudad més antigua de la patria. Esa condicién fronteriza explica en gran parte su poesia. Canal era el hombre de ilimitadas lecturas, de ambiciosas inquietudes culturales, de permanente actualizacion en sus conocimientos, que bien podia confundirse con sus amigos del movimiento Martin Fierro en Buenos Aires. Pero al mismo tiempo era el hombre que después de esas largas horas del penoso viaje en tren por caminos de polvo y soledades, regresaba a su ciudad para escribir aquellos versos. Lejos de las modas y las costumbres portefias. Con otras voces y otras entonaciones. Para gente que hablaba un espafiol diferente. Esa era su forma de estar muy cerca, pero al mismo tiempo muy lejos. De ser como los otros, sin dejar de ser como nosotros mismos. La poesia de Canal nos recuerda la imagen de la gota que cae sobre las aguas mansas de un lago. Todo gira alrededor de un centro, pero se abre en circulos cada vez mis grandes. Asi también seria la aventura poética de Canal. El joven poeta se asoma a la puerta de esa alta casa de la calle Nueve de Julio, recorre los rincones de su ciudad y ée alli se interna en un territorio cada vez més amplio.. El primer poemario de Canal pertenece a la etapa vanguardista y tenia las caracteristicas formales de ese momento: paginas sin numerar, dibujos en tinta china, diferentes tipografias. El libro tiene un nombre inusitado para la poesia de entonces y la que se escribirfa luego. Se lamaba Pemiltimo Poema del Fiit-bol. Es verdad que en un delicioso poemario que escribirfa afios més tarde- sus Odas Elementales- el imprescindible Pablo Neruda nos recordaria que todo- la fragil cebolla, la aleachofa, el aire fugitivo, el delicioso caldillo de congrio- podian despertar nuestro aliento pottico. Pero recortada sobre la tradicién modernista de fuerte vigencia en su provincia, la herencia roméntica y aun el infrecuente sencillismo, la aparicién de un libro de poesia que giraba sobre el antes, el durante y el después de un partido de fitbol era por cierto inesperado. Mis inusitada seria ain la eleccién de la palabra patada como eje de su libro. Al comienzo sospechamos que esa palabra representaba el acto gratuito que seducia a los dadaistas. Pero su lectura nos muestra que, por el contrario, la patada aparece como un acto lleno de sentido que responde a un profundo deseo de afirmacién de la voluntad individual. Donde ef miimero mata el espiritu, la patada consagra la voluntad individual y caprichosa con el iinico gesto atendible, dice en la Introduccién de sus versos. A partir de este gesto, Canal revierte la tradicién heredada. En el principio fue la accién, no el verbo afirma. Y ese acto inicial habria sido esa patada. Una patada original, fundadora, metafisica. No es extrafio que uno de sus versos nos remita a una de las frases més famosas de su admirado Federico Nietzche: Asi hubiera pateado Zarathustra. Si bien el libro refleja ese antes, durante y después de un partido de fiitbol (posiblemente en la cancha del Club Mitre no lejos de su casa), sus versos son también metaforas de la creacién artistica. No es s6lo un enfrentamiento entre el acto y el verbo, sino también entre la libertad creadora y sus enemigos. De ese modo la furia del acto creativo, que él reivindica, se ve limitada por la retérica del discurso oficial y “las tonterias de la multitud”, que angustiaban a Rubén Dario. El referi se convierte en el gran censor de la creacién individual, de la parada y de la criollisisma diablura de la gambera. Y frente a la gran patada [que] alcanza el do de pecho jubiloso y magico, la multitud estaba cargada de una honda tristeza poética. Como vemos, Canal no se alejaba aqui de la mis alta tradicién Romantica y Modernista. La que enfrentaba al artista- representado por la patada- con el sombrio horizonte de masas que se aproximaba. Dos décadas después de la aparicin de este libro, Canal publicaria La Expresién Popular Draméitica en donde analizaba la Fiesta de San Esteban, ceremonia religiosa que se realiza en la poblacién santiaguefia de Sumamao en homenaje a dicho santo. Segiin él, esta ceremonia era una incipiente representacidn dramética con sus personajes, su puiblico espectador y un personaje- masa que hacia las veces de coro. La ceremonia se convertia asi en una “preformacién teatral profunda”, que esperaba la legada del artista culto, del Esquilo, que la convertiria en drama, Este seria uno de los origenes de esa tragedia americana, que desvelaria a Canal aflos més tarde. Desde esta perspectiva tal vez pueda entenderse su primer libro. El desarrollo del partido de fitbol es también esa preformacién teatral con personajes, acciones acotadas, division en fugaces escenas y hasta consideraciones sobre el piiblico. No habia, no podia haber, un parlamento que recitarian los actores. Estariamos frente al teatro de mimos o més probablemente frente al arte moderno que més le fascinaba a Canal, la cinematografia. Un arte que habia terminado con la divisién en largas escenas del teatro clisico y cuyos actores, como los jugadores de su Pemiltimo Poema del Filt-bol,, ertenecian por entonces a la época del cine mudo. Tres afios més tarde Canal publicé su segundo poemario: Dibyjos en el suelo. El circulo de la gota de agua se expande y él se aleja alin mas de los limites de su casa, se intema en la calles de su ciudad provinciana ¢ inicia un vuelo inesperado. El libro esté dividido en cuatro secciones- Nuevos paisajes, Ultimas lunas, Ras de tierra y Luces de ciudad-, pero la verdadera division es entre la vida de arriba y 1a vida de abajo. Entre el peso de los dias y el espacio sin limites, entre los muros de la ciudad y el infinito. Para abordarlo aqui también tenemos que referimos a un trabajo futuro. Tres afios después de su segundo poemario, en 1930, Canal dicté una conferencia sobre “El problema de la forma en la nueva poesia”. En ella trazaba un arte pottica de su etapa vanguardista. La nocién de nueva poesia suponia nécesariamente una confrontacién con otra mas vieja o al menos, anterior. Su tesis central era que “nuestra época es la época de la urgencia” y por ello rescataba el valor de lo stibito y de Ja instantnea. No seria extrafia aqui la huella de las greguerias de Ramén Gémez de la Sema. Y del séptimo arte, que tanto atraia a ese asiduo concurrente a las salas cinematograficas, no tanto por las posibilidades de! movimiento como por el efecto de Ja camara lenta, que describia las “indecibles virtudes del momento” El otro gran aporte de los nuevos tiempos era el viaje en avidn, que Canal Practicaba secretamente a espaldas de su familia, Esto se refleja en la primera parte de este poemario. El Canal que sale por la puerta de su casa, ahora se eleva gracias a esa ‘Aueva maravilla. La oposicién entre la patada y las multitudes esclavas de la gusanera del libro anterior, se convierte aqui en un enffentamiento entre el determinismo y la libertad, lo pedestre y lo sublime. Frente a sus futuros ensayos, caracterizados por un ensar situado, un ubi et nunc, las posibilidades del viaje en avién superaban los limites del espacio y del tiempo y lo convertian.en un vuelo metafisico. Tanto se entusiasma con esta aventura, que sus versos abren un arco expresivo que va desde las huellas del “Mezzogiomo” de Giuseppe Ungaretti (..un firmamento/ perfectamente/ leno de infinito) al Lunario Sentimencal de Leopoldo Lugones. O manifiesta la profesién de una fe universalista caracteristica de los felices afios Veinte: ..e! aeroplano/ acabaré despejando el cielo de las patrias/ de su terrible ofuscacion reglamentaria....! Cuando acaba este vuelo metafisico, los versos de este segundo poemario descienden a la ciudad y aparecen los verdaderos Dibujos en ef Suelo. El mundo que nos muestran estos Dibujos... refleja las costumbres de las clases media y alta urbanas, a las que su autor por otra parte pertenecia. El poeta recorre sus calles y se demora en escenas y personajes para describir sus grietas inevitables. Las ceremonias mAs celebradas son observadas con sospecha ¢ ironia bajo luces artificiales y deformantes. Y asi la elegante ‘mesa del banquete se convierte en una caricatura goyesca; la orquesta en una confiteria del centro, en una ceremonia primitiva (...e/ hombre de la flauta/ roe/ el iiltimo hueso de ‘a filarmonia...); 1a misa en la catedral, en una ceremonia desacralizada; la funcién cinematografica, en un juego ambivalente entre la realidad de la sala y la de la pantalla. Mientras tanto él seguiré recorriendo las calles sombrias de una ciudad con zaguanes oscuros, umbrales cerrados, calles en penumbras, adonde se realizan juegos prohibidos. Este es el momento més critico, el més acido, de la poesia de Canal. Es evidente que estos versos no podian atraer a una sociedad acostumbrada a “leerse” asi misma de otra manera. Esto lo reflejaria Canal en un articulo de 1936. Alli sefiala que ante Ja sorda indiferencia tenida de secreta hostilidad que muestra... la ciudad por sus intelectuales, los escritores le dieron la espalda a esa ciudad y se volearon a la problematica rural. Esas serian las razones de por qué sus versos abandonaron la aventura vanguardista y se volearon a las desventuras de sus comprovincianos. Los cireulos que abria la gota de agua, se expanden hacia los suburbios de la ciudad y el campo santiaguefio. Como diria afios después Borges al referirse a los versos de Feméndez Moreno, é! también habia hecho un gesto revolucionario: habia mirado a su alrededor. Comienza la segunda etapa de su poesia’, Ubicado en aquel momento Canal se internaba en el nativismo que recorria la literatura hispanoamericana de aquellos afios. No era por otra parte el primero en su provincia, ya que en 1907, casi treinta afios antes, Ricardo Rojas habia publicado £1 Pais de la Selva; durante la década del diez desde el cendculo de “Los inmortales”, Marcos J. Figueroa, ya escribia sus poemas de entonacién nativista y en 1920 su respetado Oscar R. Judrez habia publicado Jardin Agreste. Tampoco le faltaban antecedentes en la preocupacién por los problemas sociales, porque en 1917 Carlos Abregii Virreira habia publicado su desgarrador estudio sobre La Vida del Peén en los Obrajes del Chaco. Pero los acentos que tendria la poesia de Canal serian diferentes. Y a ellos se sumaba el magisterio que ejercian su obra y su figura sobre los escritores de su tiempo. El tercer poemario de Canal, el primero de esta segunda etapa, es de 1930 y se lamaba La Rueda de la Siesta. Ya no es aqui el poeta que se sienta en las gradas del estadio de fiitbol, ni recorre las calles de su ciudad con una visién critica, sino el hombre que se conmueve con el especticulo que lo rodea y se duele con el dolor de sus comprovincianos menos favorecidos. El ojo que aqui mira no es irénico, ni satirico, sino complice y cercano. Aunque en todo momento, nos recuerda que el mundo humano y | Aitn quedan fragmentos de la etapa anterior en el poema “Café”, que recuerda los versos de “EI truco” de Jorge Luis Borges publicados por esos aflos (Una partida antigua/ la partida inagotable del tiempo perdido...) * En una pagina de 1933- “Letras santiaguefias”- Canal ya seftalaba ese giro de las letras provinciales hacia la problemética rural, aunque sin la profundidad que tendria su articulo de 1936 social que nombra le es ajeno. Aqui Canal vuelve al decir situado, que habia abandonado en el poemario anterior. Sus versos se sitian en un preciso agui y ahora, que nos habla de un mundo que esta mds allé del suyo. El vive agui y lo que cuenta courte del otro lado. Es de ese otro lado de la frontera de aguas, que a los pescadores se los llama challueros; es alld, en el boliche de campo, adonde suena al anochecer la vidala y donde sus personajes se alejan y se van. Shigo hace pasar los caballos al otro Jado; a las vidalas muertas se las Weva “el repecho jiboso, lamentable del éxodo” y debajo del silbido de los arrieros “se van se van los caminos” En este tercer poemario Canal se instala en la tradicién de los viajeros y descubridores, que traian informes sobre la mieva tierra, Repetia la impotencia y la angustia del forastero condenado a describir una realidad con las herramientas de otra. Pero sus versos también nos muestran la angustia por los problemas seculares de su provincia, que desvelarian al futuro ensayista: la marginaciGn, ta soledad, la falta de destino, el escepticismo. Al salir de su agui y trasladarse al otro lado, Canal puede traernos un tema del que en los ambientes sociales a los que pertenecia “no se hablaba”, y que subyacia en los tabiies ancestrales y en los deseos escondidos de la cultura nativa: el tema prohibido del sexo. Canal fue tan consecuente en el abordaje de este tema que lo estudiaria después en los Mitos Perdidos de 1938 el incesto que subyace debajo de les leyendas del Cacuy y de la Viuda-, 0 el de! Andrégino de Platén en “Los tres besos” de su Lugones y el Destino Trégico de casi cuarenta afios més tarde, Este tema ya aparecia en Jos versos del Pemiltimo Poema..., al referirse a las vendedoras de naranjas a la entrada del estadio; © en el profético “fit-bol de mujeres” (La pelota se apesantaba, se enmelaba/ en los musios,/ en los senos,/ en las caderas,/ en el vientre...de esas mujeres, en el momento orgidstico del gol o detras de los zaguanes oscuros y las puertas cerradas de Dibujos en el suelo Pero a partir de La Rueda de la Siesta se incorpora como una obsesién. El sexo que le importa es el prohibido. Aquel del que no se habla y escandaliza a la pacata ciudad provinciana. Como en “Olor a cufiada” (“pecado tembloroso de llamaria eufiada”) 0 el que juega con el nombrar y el no nombrar y necesita del simbolo, la metifora o el mito perdido para expresarlo. No es extrafio que el lenguaje se cargue de palabras ambiguas- volumen, hondura, longitud, anchura, espasmos, desnudo- 0 de imégenes sugestivas como nostalgia carnosa, atardeceres de jalea, tierra puesta de espaldas, fiebres de més hondura. Si en La Rueda de la Siesta, Canal nos traia informes de la nueva tierra, en Sol Alto su cuarto poemario de dos afios mas tarde, la muestra como un territorio del dolor interminable. En apariencia el titulo nos sugeriria su momento de esplendor, el del sol ensefioreando sobre la anchura del cielo, pero los versos nos mostrarén después que se trataba del alto sol de fuego que cubre implacablemente las mafianas, los mediodias y las siestas de su desnuda geografia. Es el sol inclemente que agobia la vida a la intemperie de los personajes, que cruzan las paginas de este libro. El mismo sol cruel Que, en esa misma literatura, destruird al personaje en “Tiempo de sequia” en La Luna Negra de Clementina Quenel, al aguatero de Carlos Domingo Yainez o a “los despojos” de la novela increiblemente inédita de Orestes Di Lullo. Bajo ese so! alto sus personajes se convierten en simbolos de miles de santiaguefios de los territorios marginales, Sus ‘Yersos se convierten en tiradas de frases enunciativas o denunciativas de una situacién o lun personaje dramaticos. Todo apunta alli a recordamos el rostro doloroso de un territorio escondido u olvidado y quiere mostrarnos sus causas. No es extrafio que por 0s afios Canal iniciara su poderosa labor de ensayista. Sol dlto se abre con dos recuerdos. El primero es el del incendio de una tropa de carretas en Ja segunda mitad del siglo XIX, que prefiguraba la maldicién sobre el campo Provincial. Hasta esa época ¢l mundo “era [mas] liviano”, como dicen sus versos. Luego lo destruiria la Iegada del ferrocarril: ¥ ya no fue beatitud el tiempo,/ sino drama Y la tierra sangré en cada camino. Simbolo de progreso en el siglo XIX, el trazado de las vias del ferrocarril se convierte para Canal, como luego para otros ensayistas de su provincia, en el rostro mas descarnado del fracaso. Antes de su llegada el hombre reconocia en su mundo su propio centro. Ser uno mismo, reconocerse, vivir en su propio centro, es una aspiracién permanente en las paginas de Canal. A partir de su arribo los volimenes y las formas se deshacen en lineas que se bifurcan, se entrecruzan y se abren sin sentido. Al dejar de ser su propio centro el hombre pierde el rumbo, no sabe donde es I terra que ama, se le vuelve extrafia, Las vidas deambulan a la deriva, al margen, yel hombre no se reconoce a si mismo. Las consecuencias aparecen en el tercer poema del simbélico triptico que abre el libro: Afto redondo, gesta del Santiaguefio” El titulo de este poma esta cargado de una ironia dramatica, La palabra gesta nos remite a actos heroicos, pero aca se refiere a las migraciones anuales de los campesinos para trabajar como braceros en las cosechas de otras provincias. A diferencia de los dos poemas anteriores, esta gesta no tiene fecha. Canal la propone como simbolo de una tragedia que se habia iniciado de una vez y para siempre. Una tragedia que tiene una forma precisa: la partida del bracero, la dolorosa espera de la familia, el fugaz regreso y nuevamente la partida. Y el ciclo se repite asi interminablemente. Su rostro es el rostro del éxodo y 1a obligada partida se convierte en una maldicién para un hombre que ama como pocos su propia tierra Los personajes que encuentra en su partida no padecen menos. Para los agotados carreros que recorren los desnudos caminos de su provincia, siempre el dia se acaba {ejos de ellos. El cansancio y los peligros agobian a los niflos pastores- como hard con Ana Vieyra en el Shunko de Abalos- y son incapaces de plasmar una fibula. La campesina Silveria se convierte en simbolo de la mujer, cuyo nombre se ha separado de si misma, pierde su propia identidad y en un mundo pantefsta tifle de tristeza hasta la vida de los animales. Silveria, tu nombre pregunta por ti. Te busca y no te halla/../Tu nombre estdé lorando/../ tu ser./ El canto de las perdices acongoja ta tarde/ adonde tu nombre se ha perdido. Aunque tal vez la imagen més dolorosa sea la del hachero condenado a destruir con su golpe interminable su propio mundo. Tw brazo se levanta y cae/ Se levanta y cae, dicen versos que repiten el arco que traza el brazo con el hacha maldita. Sol Alto es el poemario del dolor del campo santiagueio, Un dolor con una tonalidad inusitada en una poesia que apenas una década antes, entonaba versos Yanguardistas. Palabras como maldicién, silencio, sed, melancolia, herida, vergiienza, ldstima, fracaso, se entrecruzan con imagenes como razas decadentes, senda indecisas, la matanza de la jornada/ la destruecién de la promesa, el collar maldito de ‘a noche maldita. Es verdad que Canal sefiala aqui las causas, pero él no eseribe para acusar, sino para recordar. Para que también seamos testigos. Para que no olvidemos esa herencia de tanta historia destruida, de tanto dolor reunido, de tanto territorio devastado. Hablamos antes de un enigma. El Canal dramaturgo, el investigador, el cnsayista, no nos dejaban ver la imagen del otro Canal, el poeta, mis intenso, mas intimo, que vivia tras los muros de esa alta casa de la calle Nueve de Julio, Pero el > En Fundacién y frustracién en la historia argentina Canal sugiere que ese descentramiento ya habria. surgido del choque entre tas dos lineas fundacionales de Santiago del Estero, idemtificadas por los capitanes Francisco de Aguirre y Juan Niiiez del Prado, (Capitulo “El arduo camino al sur", p. 11-32), gjercicio de su poesia nos trae también su propio enigma: gpor qué a partir de este cuarto poemario de 1932, Canal enmudece como poeta y regresa diez afios més tarde para despedirse para siempre de sus versos? La pregunta seria més simple si en esos afios la voz de Canal hubiera enmudecido. Pero ésos fueron afios de una intensa labor creativa, en los que Canal se intemé en el camino del ensayo con su Nan, su Nivel de Historia y Otras Proposiciones y su Ensayo sobre la expresion popular artistica en Santiago del Estero; en el teatro de inmersién americana con su Pasién y muerte de Silverio Leguizamén y con Los casos de "Juan", y en la antropologia con sus Mitos Perdidos. En todos fue el primero y en todos sobresali6. En todos formulé las preguntas necesarias y en todos nos brindé respuestas implacables. Y diez afios més tarde, en 1942, luego de esa formidable aventura espiritual, el Canal poeta reaparece con los versos de La Rama Ciega y se despide para siempre de la poesia. Si los poemarios de Canal eran como esa gota que se abria en cfrculos cada vez mis grandes- de las puertas de su casa a los suburbios y de alli al corazén mismo de la provincia y de sus gentes-, La rama ciega rompe esa cadena de circulos y se instala en el corazén mismo del poeta. En el epigrafe de su libro ya anuncia el sentido de esta nueva etapa: Digo agui la aventura sin contorno/ en que de mi partiendo voy a mi. Ya no es la apertura al espacio santiaguefio, sino la concentracién en si mismo. Esa concentracién, ese hacerse centro, como aspiraba a lo largo de su vida. El titulo del libro es altamente simbélico. E] hombre es como un arbol- metafora preferida de Canal- metido en su propia tierra, que se eleva con su imaginacién y sus Suefios. De él sale una rama solitaria, que asciende hacia lo més alto. Adonde ella legue, marca el limite del hombre-érbol. Esa es la rama ciega. El libro es una gran meditacién sobre la condicién humana, sobre la fragilidad de las ilusiones, sobre la prisién del tiempo y del espacio, de la vida y de la muerte Cuando Canal compuso este libro era un hombre maduro y licido, que estaba de vuelta de las cosas. Sus ironias ya no apuntan a las costumbres de su ciudad, sino a la propia condicién humana. Cualquiera de las coplas que aparecen entre poema y poema, nos Jo recuerdan con una sonrisa: Tras la dicha de tenerte/ que acabard alguna ver,/ s6lo diviso la muerte,/ 0, lo que es peor, la vejez. Tampoco padece con la historia de su provincia, sino que anticipindose en medio siglo a tantas biografias noveladas de nuestro tiempo, muestra a sus actores como hombres comunes. Como el glorioso General innominado, que enfrenta solitario la propia y tinica muerte: sus ultimas palabras habian sido dichas veinticinco afios antes/ y no tenia nada que agregar. Murié en silencio. Como el misterio de las frustradas bodas entre el poderoso Brigadier don Juan Felipe Ibarra y la dama saltefia Ventura Saravia, adonde juegan la imagen piiblica y la imagen privada, y siempre triunfa esta ultima’, Todos ellos forman parte del poemario, en el que Canal, como la rama ciega, habia llegado a los limites que le podia brindar la poesia. Lo que quedarfa seria sélo el recuerdo de si mismo, Era la condena del hombre-drbol a quedar erguido y enhiesto, aunque él ya no exista. Sé/o estd el drbol en la tierra y la angustia/ No podia caer hacia donde caeria. Le sostienen/ la soledad y el corazén, los cinco puntos cardinales, El quinto punto cardinal eran los despojos de si mismo. El resto seria el silencio, como en el misterioso versos de Shakesperare. Luego de ello Canal entra de leno en el ensayo yel teatro, se va de su provincia y abandona para siempre su poesia. Las frustradas bodas entre el gobernador y la dama saltefia, tuvieron repercusién en las letras santiagueflas: un romance de Horacio Germinal Rava (“La boda de Juan Felipe”); las piezas teatrales de Clementina Rosa Quenel (EI retablo de la gobernadora) y de Luis Bravo Zamora (El hombre de 1a vincha punzé), y un capitulo de una novela inédita de Orestes Di Lullo (EP saladino Ibarra). Despojados de la pasién con que los carga el tiempo, los versos de Canal pertenecen a un poeta que buscaba permanentemente de su propia forma. Y a la que una vez que Ia encuentra, Ia abandona en el siguiente poemario en un nuevo intento, hasta que llegue el momento en que sienta que debe callar para siempre. En este sentido su labor poética fue ejemplar y el suyo fue un decir tnico en las letras de su tierra. Nadie lo continuaria alli después, porque tal vez nadie habria vislumbrado como él el destino bifronte del escritor del interior a la hora de componer su obra. Era el mismo destino que habia descubierto en otros provincianos como él: Leopoldo Lugones, Juan Bautista Alberdi, Ricardo Rojas, Domingo Faustino Sarmiento. A todos los estudié y a todos los sintié como compafieros de esa misma aventura espiritual. Ellos también habian pertenecido a un territorio marginal, que queria ser centro de si mismo y habian fracasado en ese intento. Como él, habian ejercido ese oficio tan extrafio de vivir en una provincia. Esa curiosa costumbre que tienen algunos argentinos, de escribir en la soledad y all lejos, rodeados de pocos y para muy pocos. Ese afin inexplicable de elegir como compaiia la derrota anticipada del olvido, Por esa razén- por él 0 a pesar de él- su poesia tendria las mismas voces y los mismos acentos que sus comprovincianos. Esto le permitié sumergirse como pocos y antes que otros en sus propias esencias, pero le marc al mismo tiempo sus propios limites. Con ellas intent6 desandar los secretos de su oscura realidad. Y a partir de alli, se lanz6 a la formidable empresa de entender las causas, buscar los significados, proponer las hipdtesis, comparar los desenlaces, descifrar los simbolos, imaginar las soluciones. Una tarea extrafia en los versos de un poeta, que la tifié aparentemente con esa “falta de locura”, que le atribuia Oliverio Girondo. Su resultado fue una poesia spera, desnuda, implacable, pero al mismo tiempo, honda, intensa, apasionada’. Mas all de estas cualidades, los altos poemarios que Bernardo Canal Feijéo compuso hace tantos afios con tanta pasion, permanecen en la oscuridad. Vastas generaciones de lectores se han privado de su lectura reemplazndola o postergandola por otras mucho mis efimeras. Mientras aguardamos su renacimiento, tal vez estas paginas no sean totalmente inittiles. Esos libros de poemas, esos versos, estdn alli. Ricos, silenciosos, inusitados, nos esperaron durante muchos afios. Todavia nos estén esperando. tulos, libros © capitulos de libros, varios autores abordaron en su momento Ia poesia de Canal Feijoo. En un articulo de 1932, Mariano Paz celebraba que Canal ya hubiera cerrado la etapa de "poeta urbano que no ha salido de su gabinete de experimentacién..." propia de la etapa de la vanguardia y de la que s6lo permanecerian "incdlume, sus imagenes". En cambio, a partir de La rueda de la siesta- su tercer poemario-, Canal ya era para Paz un poeta con sti "instrumento lirico pulido, depurado". Muy interesante para ei abordaje de esta poesia, es el rescate que hace Paz de un poema de Canal de 1916, en a que muestra la entonacién modernista que tenian los versos de un joven de diecinueve afios. ‘A Moisés Carol pertenece el primer abordaje sobre los cinco poemarios de Canal. Su estudio tiene un titulo sugestivo, porque en él define el lugar en que ubica la poesia de Canal “EI poeta de la inteligencia" lo califica. Alli Carol refuta la afirmacién de Oliverio Girondo de que a Canal "le falta locura para ser un gran poeta’, destacando la calidad poética de sus versos. * Octavio Corvatin refuta este juicio de Girondo aduciendo que su “locura” era diferente de la de los romanticos y que "bajo la apariencia de caotizar la realidad, la ‘locura’ de Canal organiza el lenguaje de un modo nuevo" (La obra poética de Bernardo Canal Feij60, p. \2). Seffala que en su obra no hace concesiones ficiles al lector, sino que le obliga @ ubicarse en un territorio mas elevado, en donde prima su caudal de invencién, més allé de "escuelas, tendencias ¥ movimientos”. Sefiala que en la poesfa de Canal hay un instrumento lirico depurado que no se limita a nombrar las cosas, sino a mostrarlas a través de sus posibilidades y perspectivas. A pesar de su brevedad, el estudio de Carol abre nuevas perspectivas para abordar la labor poética de nuestro autor. Juan Carlos Ghiano habla de los primeros cuatro poemarios de Canal, a quien ubica centre los poetas que “estin al margen del Modemismo". Ghiano sefiala como elementos caracteristicos de su poesia las "preocupaciones de transcendencia”, que mostraban los versos de quien luego fuera un ensayista de nota. Por esta constante, que por otra parte atraviesa todos sus libros, mas allé de los géneros y las épocas, el poeta Canal Feijéo tendria "numerosos imitadores en el interior del pais, en el deseo de esquivar los pintoresquismos de la poesia regional” El abordaje que hace Horacio Germinal Rava, amigo y compafiero de aventuras intelectuales desde los primeros afios de La Brasa, esté realizada a través de un prisma afectivo, en el que el peso de una larga amistad desplaza cualquier otro intento critico, Aunque Julio Horacio Urtubey estudi6 in extenso la obra de Canal, el ‘nico trabajo que sobre ella publied es un articulo en el que analiza su poesia. En sus paginas, Urtubey se acerca a la poesia de Canal desde una perspectiva estilistica. En su andlisis aborda la intima honda tensiGn existente entre los recursos expresivos del autor- "Canal Feijéo violenta la palabra” y los alcances de una poderosa inteligencia. Los estudios mas completos sobre la poesia y la obra total de Canal Feijéo hasta esos afios, pertenecian a Octavio Corvalin, quien preferia destacar sus valores estéticos y Ia honda cortiente afectiva que escondia una poesia en apariencia "cerebral". En el estudio sobre la poesia, Corvalin recorre uno a uno los poemarios de Canal para explicarlos "desde adentro".

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