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Graciela Montaldo TEORIA, CRITICA, E CULTURAL 1) \J : i \ Jani LEANDRA stkeo im EQUINOCCIO Ediciones de la Universidad Simén Bolivar -TeoR{A CRETICA, TEORIA CULTURAL Graciela Montaldo {© 2001 EQUINOOCIO ‘Bicone dea Universidad Sima Bolivar Vale de Satenens, Barta, estado Minds Apartado postal 9900, Caracas 1080, Venemela ‘Teenos 9053163 y 9063157 Faxes 9065 3163 y 9063159 Hecho el depésto de ey. Reserados todos ls derechos 020 co dence Sr baler, Rea eee Sasi ekscbepoieia so Coordinaciéa de producci6a ‘elem GesetAnseini, Portada, discéo y dagramacioa Cried C. Bena inéez Corressiéa ‘José Manuel Guile eines |SBN 980237. Dept lea I 29958001257 Tenpresén: Ietstia Cron Tegal. CA. “Teleforo (0243) 2016086 INDICE PRESENTACION 3 CULTURA/BARBARIE. EL ESPACIO DE LA LITERATURA J. - — 2B 1. Lawercas.... 3 2. Latastora. _ - 18, 31 1. Misesis v Repaesenracion 31 2. Larspropeccios 3. Teoiadyv sciones: Cemaay rounca CATEGORIAS IL Co — inno 1. Actos yuscrur 2. Tectoy excuim.. seerertnnicemansenpae FUNCIONES. Lo Ly tsckirees. 2 Cones ewan 3. Lancs 4. Lanisvonin. 5. Prssam LV C1 1TUR DESDE OTD EXCLUSIONES... 1. Latex 2. Los omnes: 3. Fewistsno. 4. Conruictos y POUEMICAS CULTURA Y CRETICA EN LATINOAMERICA 1. Lyetxpsones AY, AY 2. Tnevmpan ¥ UrenTr \ 3. Ly ROUTTZACKGN DE LA CRITICA 44. Lupe ET RAL BIBLIOGRARIA, 8 » von LOE 109 109 2 ua un? 2 PRESENTACION Teoria critica, Teoria cultural intenta ser una suerte de guia de lectura a través de algunas zonas problemticas de la reflexion critica contemporiiea. Gran parte del mateial original de ese texto fue trabajado en los cursos de“Teoria y métodos iterarios” del postgrado en LiteratucaLatinoamericana de a Universidad ‘Simén Bolivar. En ellos através de lr discusién constante con mis coleges ylos estudiantes, fui pensando gran parte de la organizacin de estos materiales. En primer lugar, les agradezco a es0s primeros interlocutores ‘Trabajé asistida por dos ayucantes de investigacién, Diana Medina y Mariela Casal. Aambasno sole les debo su dedicacin yesfuerzo sino también su apoyo y estimulo intelectual Por timo, quiero agradecer a mis compaiteros del Departamento de Lengua y Literatura de la USB y a Femando Feméndez, director de Extensién Universitaria, por apovar este proyecto y allanarme problentas. GM. Septiembre, 1996 CULTURA/BARBARIE En 1995, para celebrar los cien atios del cine, la empresa Gaumont encargé a varios dicectores una serie de peliculas que conmemoraran el acontecimiento. Jean-Luc Godard, el dicector emblema de la nouvelle vague de fos aitos sesenta vel que, sin cuda, reaizé las operaciones mnis audaces en un contexto de fuerte experimentacion ¥ poitizacin de teas las practicasculturales, fue el elegido por Francia y flmé J LG/.LG, una pelicula que se inscribi6 en un campoautobiogrifico v que, de algiin modo, cerraba el ciclo de un arte autonomo: asi como Flaubert habia dicho “Madame Bovary soy yo", Godard parecia deci “el cine soy yo" Siesa pelicula me sugiere la idea de cierce de un tradici6n cultural, de las ideas tradicionales ¢ incluso de las ideas mismas de arte, artista e intelectual (se tata de uno de los cerres pues una tradicion no se clausura sino através le pequeiios, individuales y a la vez colectivos rituales de enterramiento) es especificamente por una escena. la escena transcurre en la casa —como casi toda la pelicula— de Godard, el protagonista de la pelicula, v dura aproximadamente nos diez minutos. Sise destaca entre el cimulo de fragmientos que la integra es ppor el didlogo que establece con el pasaco no del cine sino cela cultura tal como lahemos concebido. Se trata de una escena sin sujtos: la cimara recorre, con un tiempo irregular, una biblioteca (la de Godard). El espectador se ve entonces enfrentadoa a propia mirada de un artista, un intelectual, que mira, busca, repase, enite los anaqueles, aquello que parecia constiuir fa préctica cultural misma: los libros —y los libros seleccionacios v ordenacios en una biblioteca personal Lademora (a la que estamos completamente desacostumbrados/as en Jos medios audiovisuales) del recorrido es interesante: la camara mira” un estante, vuelve porque pareciera querer volver a mirar algo, se detiene un momento, baja al estante siguiente. Al ver lt pelicula, Godard parece enfrentaras a un mundo que se ha descanecido. Celebrar el cine con la inscnipciGn de la biblioteca, dela cultura leteada es una forma de poner en escena los lazos fuertes de las artes vel intelectual con esa tradiciGn y abrir una reflexién sobre (también, en un sentido, inseribi) las otras culturas, aquellas que estén en otro lado, lade la empleada Gouna ur doméstiea de Godard, por ejemplo, que aparece también en la pelicula impiandie fa casa v, también, la biblioteca. Siesta escena en su contesto cultural, el del mundo vadefinitivamente audiovisual yalobalizado— me parece un comienzo pata rellexionar sobre la critica Ineraraylateoria cultural es porquees posible leer en ella muchos delos cambios que afectan a las nuevas pricticas cultuales de las vikimas décadas; es posible leer, cteo, la rearticulacion de los viejos sistemas ylos nuevos de una manera que noesni trivialmente celebratoria defo nuevo ni acriticamente aferrada a pasado: inserbe, de manera problemética v polémica, tn t6pico que nosafectajgualmente 1 todos - que a torlos nos concieme: ia qué pricticas consideramos cultura v cutales son los médios de acceso a elas, le que valores es portaclora ya quiénes integra ya quiénes excluye? - Contos cambios enlos paradigmas cientficos yfloséficas de las iimas, Si, por un lado, ‘esos cambios diluven los limites de sus sentidos yal mismo tiempo contienzan a resultar poco productivos para pensar muchos fenémenos culturales contemporineos e, incluso, del pasado, por otro lad necesaio, en este sntexto, vols areflexionar sobre conceptos en crisis ohacerlos hablar en el momento de su transformacién? “Feadicionalmente, han sido la teoriay Ia critica literarias —lisciplinas que surgen con la modemizacion cultural del siglo XIX— los dscursos que han tratado de espevficar estas categonis, Tmbien lobiceron la historia sociologn, ia lingiistia, las ciencias politicas y la anteopologia cultural y, de manera contempordinea, lis ciencias de la comunicacin, Desi rolas estas perspectivas Se han tramado mniclens semnaaticos que polemizaron sobre tos aleances de cada 8 OREN RITES. TRE IREACL LIAL categoria delimitandocampos, corpus, autores. Como resulta inevitable considerar Ins categorias culturales como historicas, me interesa plantearlas descle una perspectiva que sea capaz de ver la conformacién discursiva de ella para estudiar las condiciones en que surgieron v se consolictaron. Sin embargo, esen este fin de siglo cuando os discursos mezclados de varias de esas disciplinas cuestionan conjuntamente todas las formaciones discursivas con que se ha pensado la cultura. De ahi que parezca indispensable también volsera mirar, desde el presente, los casi dos sigos de la cultura moderna (que, en el caso de América Latina, coincide en gran medida con la historia de las rentiblicas indlepencientes) para rellexionar sobre fendmenos que lejos de haberse dausurado estin en pleno proceso de transformacién. De aqui la posibilitad de repensar categorias y modalcades derefleni6n de la teoria literati v cultural. Los contenidos sobre los que se organizaré esa reflexién pueden agruparse en tres grandes bloques. El primero dara cuenta de los problemas y planteos que la teori literaria (y cultural) ha ido manejando alo largo de la historia de la modemizacion cultural en Occidente. En este sentido, resulta interesante volves a revisar el proceso de autonomizacién del arte, y la discriminacién entce la diversas “culturas" (ata, media, popular) que conviven desde entonces, asi como su replanteo en nuestro fin de siglo. Elcome histérico, el de la modernidad, tiene que ver tanto con que en ‘ese momenitose conforman las categorias con que hasta hace poco nos regiamios, como.con que en ese momento se produce la incorporacin de América Latina al sistema de economia-mundo del siglo XIX luego de las revoluciones de Independencia. Los letrados criolles de las nuevas reptiblicas se insertan en un contexto de primera globalizacién econémico-cultural; arman sus programas politico-culturales (de importancia central en la organizacién de las nuevas eplibicas) en ese contexto; de ai la relevancia de pensar ese periodo en relacion con nuestra propia cultura ya fonmacién europea de esos criollos. Modemidad y tmodlemizacion son dos procesassimulténecs pero que no siemprese superponen menos en América Latina donde es posible encontar, por ejemplo, moxleruidad sin modemizacion— aunque si generan, conjuntamente, una cantidad de nuevos fenémenos en los que la cultura se ve seraniente implicada. Las nuevas teorias sobre los medios de coniunicacion v la circulacién cultura, asi como las formas 9 aaa de complejizaci6n dela cultura en un mundo cada dia mis alfabetizado, serén los puntos que guien esta reflexion. Elsegundo bloque es un pasaje por las categortas fundantes de a critica + la teoria literaias y su reescrtura en la reflexién contemporénea. Desde un presente que ha cuestionado seriamente todas las pricticas de la culturaletradaa través de las nuevas formas de reproduccién tecnolégica, se procura hacer un replanteo de los procesos porlos cuales fueron atravesandotaliteratura, la estética, Jos géneros, los autores, las lectores, las ideas de canon, texto, escitura, ompus, entre otras, La revision de las categoriastradicionales dela prictcasreferidas ala literatura implica también la incorporacién de las nuevas modalidades de circulacidn de lo estético ¥ los relatos en la cultura contemporénea, asi como el estudio de ntievos objetos v formatos bajo los cuales la cultura se produce, reproduce y consume. El concepto clave que abarcari gran parte de esa reflexion es et de representacién, central en los cambios en larelacion entrelos diferentes enguajes 1 la experiencia, Asimismo, se trabajari sobre la idea de qué funciones han ido Gesempeiiando estas categoria en el proceso cle modemizacin. Posterionmente, sera necesario ver las teorias contemporineas que han problematizado y deconstruido los conceptos v categorias que se trabajaron en Jos bloques anteriores para plantear una suerte de “estado de la cuestién” y establecer algunas caracteristicas de nuestro presente y sus formas de reordenar el espacio cultural, Fundamentalmente, el eje de esa parte del trabajo sera la ccuestin de las “excusiones” que la cultura ~y en particular la teratura ha ido practicando lo largo de la historia al proveer, desde sus fcciones, sistemas de identidades posible y, através de su apropiacién, posiciones dentro del campo coleural. En este sentido laicea dela cultura como un campo de lucha, de debate, de profundas diferencias que se deben dirimir en la arena de la estética y de lo ideol6gico sera la base de esta reflexion. En todos los casos, se harin referencias a la literatura y la cultura Iatinoanvericanas para entender tales procesos en nuestro continente. Finalmente, se trabajai sobre algunos textes exticas de te6ricos/asItinoameticancs/as para plantear la nueva intervencién cultural de nuestros intelectuales en el nuevo escenario cultural del fin de siglo y la globalizacién en América Latina donde la funcién, lugar v contenidos cela cultura (en verdad, de las culturas mitples que posee) han sido motives constantes del debate politico. 0 TEKIN CATE TEORIACH LTR, Por timo, fltaria agregar que todos los materiales con que trabajaréa Jolargo de este libcoestarin organizatos en tomo a problemas yo aun desarrollo histérico de la disciplina. Esta opcién parece inevitable precisamente porque la posibilidad de referise a una tcadicién en términas de historia esté hoy cuestionacta descle todas las pricticas discursivas. Creo, asimismo, que la organizacion por problemas puede plantearse como uns forma de ler la maraiia de textos teéricos que proporcione un recorrido por objetos plurales, que nunca alcanzan a consoldause plenamente yque, por ello mismo, abren mis posbilidades de pensar fendmencs por dentro y por fuera de la teratura, la cultura leirada, las nuevas tecnologis, la representacién, y ponerlos a circular en espacios plirales, La propuesta es, entonces, un modo de leer cietos problenias tericos através de ‘una bibliografia especifica, Por lo dems, lo hago con la conviccién de que la teoria literatia critica como discurso tienen ~todavia— o son capaces de tener wna posibilidad de intervencién piiblica en la conformacién de imaginarios culturales. Es deci, el dliscurso de la critica cultural tiene algo que decie acerca de nuestro presente porque es un discurso que pone en juego valores fuertes al tener una precisa operatividad en la conformacion de identidades: quién es “culto" yquién noloes; cuindo, para quiéa y por qué la cultura, la préctica de la escritur va lectura son un valor, una positvidad, etc. De alli que sea necesario escribir acerca de esa escena y preguntarse también por el espacio posible para cirtas préctica ligadas ala literatura ya la lengua, tra propiedad que progresivamente se nos deslza. ara finalizar, quisiera traer una couocida cita de Walter Benjamin quien en su séptima “Tesis de filosofia de la historia’, viendo a la historia como una lucha en la que los bienes culturales son partes del “botin” de los vencedores, afirmd que: ; Jos bienes culturales que abarca con la mirada tienen todos cada uno un ongen que no podré considerar sin horror. Deben su cexistencia no sélo al esfuerzo de los grandes genios que los han creado, sino también a la servidumbre andnima de sus contemporineos. Jamis se da un documento de cultura sin que lo seaalla vez de a barbaric 1 Walter Hersamin. Discursosiaterrumpidos, Huse Aes. Taurs, Wp. 12 La rellevin de Benjamin, en medio de fa destrueciOu de In cultura europea por la barbare de fa Segunda Guerta Mund, repisirabs, com siempre sus miradas sobre el present, a forma en que la primera mitad del siglo XX hacia clviolento vradical cambiode la cltura burguesa con Ia destruccion de as fronteras entre culto y popular: [a destruccién de una tradicion. Peco también, y fundanientalmente, le permit ler lahisrora dela hegemonia de laculturaletrada que habia conservado, entre sus monumentes, aquellos que le permitian aivtojustficarse vexcluir,armarel discurso delegitimacion dela cultura occidental como “universal, cuyos valores tots debian ejecutar oer condenaclos al campo de la barbarie Fn of horror de la guerra la persecusién y el despojo, Benjamin ve derrumbarse una tradicién que ha servido a tal punto para excluir que, no casualmente, termina en el genocidio ¥ la destrucciéa de los valores burgueses feuropeos a manos de fs nazis, Bsa gran cultura burguess europea tiene, como acto final de clausura ¥ coronacion, en el mismo escenario europeo, las formas mds tersibles del exterminio: la cultura que habia disefiado al Otro como otro problematico (y estamos hablando cle fa cultura ituminista, de ta cultura del facionalismo) termina con la climinacién brotal del Otro. Benjamin ve aqui la clausura de una funcién cultural de siglos: ese proceso paradéjco de integra a kx vez que excluir ha temninado por mostrar su verdad, la exterminacion de la diferencia, Deh que toda historia de la cultura no pueda pensarse sin u reverso: Jos horrores que hicieron posible la consolidacion de los valores universales de “Inbelleca”vde la verdad! (principios en que sesustentan el arte yl Ciencia). De ahitambign que el reclamo de una vor parala critica de la cultura sea fundamental Si hay una historia que contar, si hay alguna reflexidn que articular, deben ser aquellas historias yaquellas voces que hablen tanto desde ixidentidad como desde inskiendads perono para consolidar nuevas historias en donde hs voces armronicen sino para hacer presente, cada vez, quel historia de a cul ants <3 pacific, jams se reduce a a aceptacion actitica de valores universes v que no es lugar ni the consenso ni de descanso cel mundo, sino que es unt campo de lucha que nos constinwve como sijetos, como ciudadanos y como comuidades (nacionaes, regionales, de genero, étnicas, etc) ¥ cue, siempre, estd imegrado al flujo de nuestra vias EL ESPACIO DE LA LITERATURA. La nuprors Este libro comienza por donde deberia terminar. Este movimiento que pede parecer arresgato es sin embargo, la conslicén dest escritura. Las razones se fundan en la ruptura que ha sufrido el saber y la clasificacion dl saber en, por aenos, las dos iltimas dcadas, este hecho ha afectado por igual a todas las disciplinas, tanto ls tadicionalmente concebicas como “ciencias duras” como las humanisticas, Deal que, de la cesintogracion de esasbordesydelainseguridad de as fronters ycertezas, vayamios a ratar de exter algin sentido que permita reflesionar acerca de una practca. La pricticaantes concebida como citcavteoria lterarias y hoy estendida a una critica de la cultura en diferentes émbitos y manifestaciones. Para decirlo con palabras de Clifford Geert2, un antropdlogo contemporéneo que en gran parte ha eflesionado sobrelateoria etogréfica como el esciramiento ylalectura que hace la rita tears el giro cultural que hace que esto seaastesel tema deeste ensayo: la ‘efiguracin del pensamientosocial. sun fenémenolosuficientemente general y dstintvo como para sugerirque lo que estamos viendo no simplemente oto trazaco del mapa cultural ~el movimiento de unas pocas fronteras en disputa, el dibujo de “unos pintorescos lagos de ‘montaia~ sino una ateraci6n de les principios mismos del mapeado. Algole esta sucediendoal nvodo en que pensamos.[..|..anuestromodo ever, alo que escribimias ylo que lemos kha llegadoel monientode un ajuste distintivamente democritico. {..] No se trata de que no ‘engamos ms convenciones de interpretacion; tenemncs mas quenunca, constridas—ya menudonial constuidas— para acomiodar unasiruacion quealmismo tempoestluids plu, descentralayfundamentalmente ingobemnable" 2 herd Gowns “ner canines La sigue dl wl" En Calo 8 tien sg ami sxe” Bn Calo Reyne (comp) El surgimiento de Is antropologia possnoderaa. Ses Cra, HDI, pp- 6843, u Th Ladecaracion d¢Geertzts elocuentesel cambio que experitmentanmos no es simplemente una alteracién de modelos de pensaniiento, un cambio de wn ‘modelo te6eico por otto; se tata, por el contario, de un cambio que altera fa prdctica de las disciplinas sociales como tales. Esa alteracion conmiueve tan Faertemente lasbases sobre ls que orpanizamios y pensamos ia realidad quelleva, para Geert, a una paradje: {hay un nuevol estilo Ae interpretacion en ls ciencias sociales quecombina un fuerte sentido de ordenramifento forimal de las cosas con un sentido igualinente fuerte dela radical arbitrariedad de ese orden: inevitabilidad de las movidas de ajedrez. que podrian asimistuo haberse desarrollado de otra manera. (p. 68) Tradicionalmente, el saber ha ordenado y organizado la realidad segin leriterio de verdad, que eral categoria en quese fundaban ls orras condiciones de posibilidad del ciscurso ciemtfico como tal: objtividad y universaliad. Ese discurso fundado en la verdad fue durante siglos el que legitim6 las précticas de has diferentes disciplinas y el que consteuyé una version de lo real relatvamente homogénea, universal y compacta, Esa imagen es la que la comenzaclo a resquebrajarsey es su socavamiento el que produce la alreracion de a que habla Geertz. Pero no estan sélo el saber lo que esté cambiando, Larefiguracin de la teoria social representa -olobard, si contina fen curso- un camubio monumental no tanto en nuestra nocién de Jo que es el conocimiento, sino en nuestra nocion de lo que deseamos saber. (p. 76; la cursiva es nuestra) Quizis sea interesante—para nuestra reflexion presente pensar en los fecrasms queen las causas de un proceso que hov parece indetenible. En primer lugar, lo que se canbian son las categorias que han sostenido hasta hace poco tiempos diferentes disiplinas. Enel caso conctetode a teoria terasiatendriamos que considera las categorias de autor, texto, contexto, relato, escritura, generos, canon, corpus. discurso, representaci6n, mimesis, sentido, interpretacién, subjerividades, que, desde diferentes disciplinas, se lan ido desintegrando como certezas gnoseoldgiras, como principios de organizacion del saber. Esinevitable, cn este punto, recurrir al pensamiento de Michel Foucault quien en un texto fundadlor Las paleras p fas cosas (1963), aticula fa iden le ‘THORINCRTICA. HORA CELT que una nueva episteme reorienta y reorganiza nuestra relacién contemporinea conloreal, Para Foucault, es enellenguaje en donde se encuentra un articulacion cordenada de lo eal, once fo real es capaz de “aparecer’ hacerse visible, cobrar sentidos v, por tanto, ls ideas de orden y discurso (orden atavés del discurso) son as que estructuran su teodasobce nuestra elacién con el mundo. Del mismo modo, son ls ideas cle lo Otro y lo Mismo, de identidad y diferencia, las que regulan los diferentes érclenes que imponemics alo real. En este libro temipeano, Foucault desarcolla una arqueologia del saber cientificoy disciplinario como organizador del mundo a la vez que como “pliegue” arbitrario y coyuntural para defini: _nada hay més vacilante, nada mas empitico (cuando menos en pariencia) quela instauracién de un orden de las cosas, naa exige una mirada ms alerta, un lenguaje més Bel y mas modulado... dehecho, no existe, ni aun para la més ingenva de ls experiencias, ninguna semejanza, ninguna dstincién queno sea resultadode una operacién precisa y de la aplicacién de un ctterio previo. (..] El orden es, ala vez, lo que se da en las cosas como su ley interior, la red secreta segtin la cual se miran en cierta forma unas a otras, yo que no existe a no ser a través de fa teja de una mirada, de un aencién, de un lenguaje; ysGlo en las casila blancas de este tablet se manifieste en profundidad como ya estando ahi, esperando en silencio el momento de ser enunciado’ De esteniodo, la mirada (del sujeto) tiene unaimportancia fundamental cen la constitucién de las cosas, es decir, en el sentido que le damos a lo real Miramos, sempre, desde un a priori cultural y su libro es entonces un intento de ver las condiciones de posibilidad que han hecho posible los conocimientes, las ideas, las categorias con que nos hemos manejado a través de la historia, es decir, laarqueologia que hizo posible que hayamas llegado a esos conocimientas y no otros, disefiando una cualidad de fuerte arbitrariedad en el saber. Pero Foucault agrega Los cécigos fundamentales cle ua cultura—tos que rigen sulenguaje, ‘sus esquemas perceptivos, sus cambios, sus técnicas, sus valores, la 3 Niche! Foust as palabras yas cosas Hilo. ines KE 5 Guus hoe jerarquia de sus précticas—fijn de antemano para cada hombre los Grcenes empiticos con los cuales tendré algo que ver y dentco de los que se reconoceré. En el otro extremo del pensamiento, las teoras cientifias ols interpretaciones de os filésofos explican por qué existe un orden en general, a qué ley general obedece, qué principio puede dar cuenta de él, por qué razén se estcblece este orden y no aquel oto, Pero entre estas dos regiones tan distantes, reina un dominio que, debido a su papel de intermediario, no es renos fundamental: ms confuso, mis oscuro, sin duda, menos ficil de analizar, Es ahi donde una cultura, libréndose insensiblemente de los érdenes empiricos que le prescriben sus 6digos primatios,instaura una primera distancia con relaciéna ellos, les hace perder su transparencia inicil, esa de dejarse atravesar pasivamente por ellos, se desprende de sus poderes inmediatas ¢ invisibles, se ibera lo suficiente para darse cuenta de que estos <6rdenes no son los inicos posibles ni los mejores, de tal suerte que se encuentra ante el hecho en brato de que hay, por debajo de sus dedlenes esponténeos, cosas que en si mismas son ordenables, que pertenecen a cierto orden nudo, en summa, que hay un orden. |. ‘siexiste en toca cultura, entre e uso delo que puciéramos lamar los cédligos ordenadores y las reflexiones sobre el orden, una experiencia desnuda del orden y sin modos de ser. (p. 6) La cultura se welve, entonces, 1a definicion de una distancia inevitable, a la ver, es esa distancia la que nos permite “comunicarnos” con las cosas. La cultura es aquella mirada que hace visible y a la vez paca nuestra relacién con lo real. De ahi la importancia de los diseursos como grillas o rejas ordenadoras de lo real, como “aprioris” de la experiencia. Desde esta reflexién, resultd inevitable, para todas las disciplinas, comenzar a intercogarse y dar razon de las relaciones entre el propio saber y las formas en que, discursivamente, se organiza. De este modo, Foucault describe a Las palabras y las cosas como: tun estudio que se esfuerza por reencontcar aquello a partir dle lo cual han sido posibles conocimientos y teorias; segin cual espavio de orden se lia consiiuido el saber, sobre ef fondo de qué 4 piori historico y en que elemento de positividad han podido parecer las losofias, formarse las cacionalidades para anularse y rowi cetien. THowiA CULTERAL desvanecerse quizés pronto. [..| lo que se intentaré sacar a luz es el campo epistemoldgico, Ia episteme en que los conocimientos, considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas, hunden su positividad y manifiestan asi una historia que no’ es la de su perfeccién creciente, sino la de sus condiciones de posibilidad {.-] Mas que una historia en el sentido tradicional dela palabra, se trata de una “arqueologia”. (p.7) Tomando dos momentos centrales de la modernidad (el siglo XVII el siglo XIX) hard un estudio de ls “discontinuidades” del saber y las rupturas en el fundamento de verdad del saber. Retomando el diagnéstico de la cultura contemporinea que hace Geert, estarianios entonces, en este momento de giro cultural, ingresando en un nuevo umibral epistemolégico que esté barajando los conceptos, categoras,disciplinas discursos y practicas de otra manera, de una manera cuyo orden ~pareciera— somos ain incapaces de visualizar, de percibit, pues se trata del momento mismo de Ia alteracién de ese saber. De alli que sea necesario hablar y hacer referencia alo largo de este libro alas categorias y saberes con que ha ttabajado una disciplina (la teora yla critica lrerarias) que esté redefiniéndose, alterando sus limites y bordes de conocimiento, Habra que veda, por ello, en su relacin con otros discursos. Pero 1no en el sentido de la “interdisciplinariedad” tradicional: no se trata ya (no basta yaen la actual crisis disiplinaia) de que wn disciplina no puede abarcar un objeto ensu totaidad y debe recurriralauslio yla complementariedad de otros saberes, disciplinas, cieucias, para tener una perspectiva més adecvada, més “completa” del cbjeto. Eso hoy es imposible y ya no lo busca ninguna disciplina. Se trata de algo mis radical: en medio de saberes de fronteras desdibujadas, también los (objets tadicionales cambian sus contornos y se ctean otros nuevos, que noeran visibles antes. Un caso conercto lo tenemos en gran cantidad de estudios criticos contempordneos el texto lterario tradicional ha dejado de ser objeto de reflexion ‘nico para extender sus fronteras a otra cantidad de fendmenos culturales no contenios en el formato exclusivamente literati. Precisamente esto sucede porquese desarticul6 el dominio deo estético como espacio cerrado, clausurado ‘esfera auténoma y autosuficente, se desdibuj6, almismo tiempo, elaleance de lo literati v Io que no lo es. Progresivamente, los estudios que proventan del tradicional campo de la critica literaria comenzaron a trabajar sobre los textos no literarios pero cercanos a la literatura: cartas,diacios, resefias, autobiografis, atchivos hist6ricos, cientificos et. Gua Noxrarn Ahora bien, una vez abierto el campo de la investigacién, una vez que se hubo ampliado aunque timidamente—el objeto, se comenzé a avanzar sobre esasindiferenciaciones genérica ydiscursiva ya tabajac sobre archivos histéricos, revistas culturales, cine, televisién, nuevas tecnologias, radio, experiencias urbanas, iniisica u otras pricticas culturales. Enumerarlas es tarea hoy imposible, precisamente, porque se trata de un campo abierto que no tiene ya limites disciplinarios: desde la cocina a a plistica, todo entra legitimamenteen el dominio de lo que hoy se llaman estucios culturales (volveremos sobre la definicidn de Geertz de los cultural studies més adelante) De ahi a que se requieran, para abordar tales fendmenos, perspectivas cada vez mis amplias a la vez que menos especializadas. Se trata de otra de las paradojas contempordneas: necesivamos cada vez ms informacion general pero también sabemos mucho menos sobre cuestiones especificas. Sin duda, la reproduccién técnica de la informacion disponible en la memoria de las computadors, las redes de internet y los CD-Roms, abren posibiidades antes mpensables para un/ainvestigador/ la vez, tanta disponibiidad de informacion muchas veces satura aqullo que podemosyquerentas saber yiasimpide visualzar otras conexiones posibles. 2. La HisToRIA, Ahora bien, conviene, en este punto, referic brevemente une historia y precisa dos categoras: I historia es la dela constitucin de lo literario como ‘categoria auténioma; las categoras son las de critica yteoria literarias. Desde elas llegaremos al punto de partida de nuestro recorrido: la crisis del saber contemporineo y sus multiples ramificaciones disciplinaras y discursivas. Para ello comeenzaremos con la reflexin ya cisica de Jitgen Habermas: Permitaseme comenzar un andlisis diferente, recordando una idea de Max Weber. El caracterizé la modernidad cultural como la separaci6n de la razén sustantiva expresada en la religion y Ia metafisica en tres esferas aut6nomas: ciencia, moralidad y arte, que se diferenciaron porque las visiones del mundo unificadas de la religign y la metafisica se escindieron' ingen Habeas: “Merial un pronextosmomphco En Sis aslo (ober) El debate ‘movderaidadposmodernidd. Its Aves Punts, 198. 9. LF 8 THORN CRITCA. TEORIACLTURAL De este modo, vemos que modernidad y autonomia estética son dos movimientos que van juntos, que se dan simulténeantente a lo largo de un proceso que tiene su momento de inicio a mitad del siglo XVIII y su consolidacién en el siglo XIX. Brevemente, podriamos ubicar el comienzo del proceso de auronomizacién de la esfera estética en el romanticismo. Aclaremos antes que autonomizacion, en arte, significa que la obra tiene sus propias leyes de constitucién y circulacién, con independencia de una fundamentacién externa a si misma; es decir, la obra de arte no se justifica ni legitima mas que por leyes estércas, internasa su constituci6n. De ahi que la prictica estética sea, como seviala Habermas retomando a Weber, una esfera independiente de la moral y la religién. El arte ocupa un lugar aparte en la sociedad crecientemente burguesa, mercanti, técnica y administrada de XIX. Un lugar que se sostiene por s{ mismo y no necesita fundamentarse en algo exterior al Los escritores roménticos tuvieron esta nueva experiencia como programa. Fausto elhéroe dramtico de Goethe de 1831, se convierteen emblema de esa modernidad compleja que no se caracteriza sino por sus paradojas y contradicciones. Continia Habermas Con diversos contenidos, el rérmino "moderno” expresé una y otra vez la conciencia de una época que se mira a si misma en relacion con el pasado, consideréndose resultado de una transicién desde loviejo hacialo nuevo ..| Esto significa que el terminoaparece en todos aquellos periods en que se formé la conciencia de una nueva €poca, modificandosurelacén con laantigiiedad y considerdndosela tun modelo que podia ser recuperado a través de imitaciones. (pp 131132) Confrontacién y experiencia de inseguridad pero, a la vez, de ‘omnipotencia en un mundo gobemado por los canibios y la ldgica de lo nuevo y €l dominio racional del mundo, es lo que experimenta el ser humano durante la modemidad; inseguridad y omnipocencia que se arraigan simultineamente en los principios de ta razén universal, nica yiltima instancia de legitimacion de las précticas modemnas; en arte pero, fundamentalmente, en la ley y la politica: "El proyecto de modemidad formulado por los fil6sofos del uminismo en el siglo XII se basaba en el desaurollo de una ciencia objetiva, una moral universal, una ley yun arte auténomios y regulacios por logicas propias".(p. 137-8) y Gras Monro Este seri el nuevo escenario en que se consttuye el nuevo arte del siglo XIX, inescapable paca el artista modemo cuyo emblema sera Charles Baudelaire. Se abre,en este panorama, la posibilidadiimitada de la creacion estética como proyecto individual, orginal y, por tanto, radical en su oposicion alas otras prcticas sociales y culturles: a autonomia de la esfera estética se convertia asi en un proyecto consciente y el artista de talento podia entonces trabajar en fa busqueda de a expresién de sus experiencias, experiencias de una subjetividad descentralizada, liberada de las presiones del conccimiento rutinizado o de la accién cotidiana. (p. 138) Dos movimientos se derivan de esta nueva experiencia: la potencia creadora del artista por un lado; por otro, la angustia ante una prictica la del arte que ha perdidosu fundamento externo (mora, religioso) y que debe ahora legitimarse por si mismo. {os artistas modernos viven simulténeamente la experiencia de liberaci6n y angustia. De ahi también que el are se vuelva, justamente en ese momento, una préctica automreflesia, ¢3 decir, comience a poner en escena, de manera cada vez mas intensa, su propio proceso de produccién, en una bisqueda de (auto)legitimacién. Marshall Berman, un importante y temprano tedrico de la modemidad cultural, lah descritono como ‘una categoria con contenidos precisos sino, enfaticamente, como una experiencia que atraviesa diferentes momentos de la historia de los wkimos dos siglos que en cada uno de ellos (y en diferentes sujetos) adquiere rasgos diferentes: Hay una forma de experiencia vital-1a experiencia del tiempo y el espacio, de uno mismo y de los denvds, de las posibilidades y Jos peligros de Ia vida que comparten hoy los hombres y mujeres de todo el mundo de hoy {sic}. Lamaré a este conjunto de experiencias “modernidad”, Ser modemnos es encontramos, fen un mundo que nos promete aventuras, poder, alegria, crecimiento, ransformacion de nosotros y del mundo y que, al, mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos. Los entornos y las experiencias modernos atraviesan todas las fronteras de la geografa y la etna, de la clase vla nacionalidad, de la celigion y Ta ideologia: se puerle decir que en ese sentido la modernidad une a toda la humanidad. Pero es una unidad paradéjica, la unidad de la desunién: nos arroja a todos a una voragine de a Tron CHITA. Teo CULTURAL perpetua desinregracion y renovacidn, de lucha ycontradiccién, de ambigiiedad y angustia. Ser modemos es formar parte de un tniverso en el que, como clijo Marx, “todo lo sdlido se desvanece enel ace”? Berman estudia dos grandes momentos de a experiencia modema: la de! siglo XIX, una modemidad eufrica v constructiva al evar adelante sus contradicciones y paradojas (cuyos ejemplos emblematicos serfan Nietzsche y Marx ya del siglo XX, una miodemidad que ha zbandonaclo el impulso citco de aquelia modernidad primera y que se ha asentado en sus aristas menos problematicas (la discusién sobre lz modernidad y postmodernidad en el pensamiento contemporineo la veremos mas adelante). Asi, sostiene que: Los pensadores del siglo XIX eran, al mismo tiempo, enemigos y entusiastas dea vida modema, en incansable lucha cuerpo cuerpo con sus ambigtiedades y sus contradicciones; la fuente radical desu capacidad creativaradicaba en sus tensiones internas y en su ironia hacia si mismos. (p. 11) los escritores romnticos levaron adelante ese impulso moderno yo continuaron luego los modernistas y decadentes, creandoun arte que buscé en si ‘mismo, en los desechos de la cae, en la experiencia de los Otros, en la fealdad, en las culturas mezcladas, en lo efitiero, materiales y formas de organizacion de esa materia voatil en que se habla convertido la vida en el siglo XIX H témnino modernidad, que describe el conjunto de esas tensiones, intenta definir una experiencia donde la pérdida de certezas se mezcla con una sensibildad que quiere rearticularlos sistemas de relacién con el mundo. Sera la moderidad quien permita Ia convivencia de positivismo cientifico y las nuevas estéticas auténomasyls posibilidad de un arte scale, Por entonces, ls individu estan expuestos ala clasificacién, alas rigucosidades de la clinica, a psiquiati, la soctologia; a la vez, ven adensarse su mundo psiquico y social con coulictos que Insubjetividad tiene que aprender a gobemat. Sin dud, las preguntas que ahora empiezan a hacerse superan la capacidad de respuesta de la ciencia y la religion. Sin embargo, la muitada 5 Mush Reman Todo Io sélido se desvanece €2 Mad, Siglo 2X, B98, p. 1 Iacaperiencia dele modemidad. Gass Most polarizadora domina ain el campo de una cultura en donde la oposicion radical nite ciencia yespictu, entre raz6n y pasin, demarca los espacios entre los que se vaa colocat la prictica cultural. Desde alguna de esas perspectivasse tratari de responder a las interrogantes sobre un mundo que funda un nuevo pacto de legitimaci6n politico y cultural, en un momento en que la vida intelectual se organiza en tomoalaespecializacién ylaautonomizaciOn dels diferentes esferas ddl saber. Elare hace aquéuna apuesta fuer en su propia versién de as pacadojas cdelas nuevas experiencias adhisiéndosea la novedad como modalidad definitoria deeste orbellino. os procesos de modemnizacin, la progresiva profesionalizacion del intelectual, la entidad que van adquitiendo nuevos sujetos Sociales, la difusin de procesos de alfaberizacion que garantizan en breve tiempo la consolidaci6n de tuna cultura esrita que yano es facilmente discernible ~aunque quiere serlo—en popular y alta, la “mundializacién” de los procesos culturales, van creando las bases dele nueva experiencia que sefala su origen en el siglo XIX y que vivid su proceso de radicalizaci6n con las vanguardias histéricas, a principios del siglo XX fen un proceso a cayo fin hoy assiriamos, segin varios teéricos. La consolidacién de una experiencia vital nueva arastea tras de siuna cantidad de fendmenos inaugurales para el campo estético, entre ellos, cierto valor omamental de los abjetos de uso cocriente y de algunas formas de la vida piiblica ge difunde en la practice cotdiana y ese hecho modifica profundamente Ja concepcién del arte y dela belleza—modifca su espacio y su funcién— pues e! artista que admira la nueva codificacién del mundo —desde los tajes cada vez mas sofisticados hasta los objetas de aseo personal— sabe que esa misma bellezaesté disponible en el mercado. A su ver, ese artista que desprecia toda vulgarizacin, sabe que cada ver se dfunden més las actividades para ocupar el tiempo libre, con la posibilidad dededica ese ocioal arte oa distntaspricticasculturales que tratan de remedaro, establecienclo limites difusos entre el arte ‘verdadero” y la simple imitacion de austos,lecruras, acttudeso lo que dicen lamas, con irona ydesprecio,“elarte industtia”. Lo que por entonces se estigmatiza como el “arte burgués" es un conjunto de textos y discursos que cada dia tiende mas a la masificacion a partir de los moctelos de la historia del arte del uso de cietas formas del canon de la tradicién culrural La inestabilidad que fa cultura moderna pone en escena puede no ser sinola respuesta (ylaméscaca) de la estabilizaci6n elas nuevas conductas sociales u ‘TeORIAGRITICA. Tonia CULTURAL y politicas, el fortalecimiemto del individuo y de lo privado, las nuevas formas de produccién cultural, la nueva organizacin espacial en tomo alas grandes utbes y I-consolidacién de los Estados nacionales, Este proceso parece eclipsar muchas rendencias dispersas del siglo XIX en su conjunto, perono se mueve en uta mera actitud ambulante ysincréticasinoen a consitucin ce un corpus de ideas formas, preocupaciones, creencia, figura, t6picos, que en si mismos son los esqueletos y residuas cel mundo del pasado —de ese mundo que la modernidad arroja rpidamente al arcaismo— pero que funcionan en una nueva percepcién de lo real, atravesedes por una mirada hacia un presente que, en cierto sentido, ya es concebido como futuro, Lafacilidad en las comunicaciones, la divulgacion de las novedades a través de la prensa, el desarrollo de las ciencias sociales, hacen posible el conocimiento (impreciso pero real) de otras formas de percibir el mundo, y ese conocimiento se inserta en las tradiciones culturales de cada pais oregién La apropiacién parece ser el signo de esa época en que la cultura se vive con un hedonismo explicito pero también con un abierto malestar. Porlo demas, el desarrollo de las politicas imperialistas del siglo XIX pone en contacto lenguas, tradiciones y costumbres tan diversas que no puede contener la prictica de retransmision de cédigos y formas de representacién pues esa relacion inevitable genera confrontaciones y zonas de contacto, llegando, en las experiencias estéticas mas audaces, a las mezclas més extratias, Sin dudaes definitorio que el arte del periodo ejerza una de las rupturas ms violentas de su historia: el abandono de! principio de mimesis en favor de la antfciosidad y el antinaturaismo como valoces estéticos predominantes, la representacién en elarte serd atacada por la nueva sensbilidad que polemiza con el realismo y el naturalismo, aunque también se sustenta en sus formalizaciones estéticas aveces nosin extremaras. Laliteratura, la pintura, lamisica,seimpregaan de esta mirada y la vida cotidiana, con lz proliferacin de pricticas mediadoras entre ls individuos (Ia moda, a codificacién de la experiencia urbana, el areglo personal, a atencion a las miles “termémetros” del cuerpo) colaboran para ‘rear ese espacio del artficio, de lo construido—a veces de lo flsamiente complejo pero, en todo caso, de lo marcadamente Bricolage— como formas que se han cargado de valores. Formas, ademas, que implican centralmente ala lengua en su posiblidad de significar y comunicar ya la imaginacién estétca como manera de horadar el mundo de loreal. Se podria hablar aside la constitucion de una nueva sensibilidad definida a partic del vacio que dejan viejs formas culturales y la invencién de nuevos sistemas de ficcionalizacion. 4 (Gavia Mostar Los nuevos caminas que empieza a recorrer el arte del siglo XIX, pronto 2 5u completa recodificacion, pocirian resumirse en: la técnica como problema formal y desafio de la estética, la mirada de los otras en la composicion de la percepcidn cultura, el cuestionamiento de la mimesis y la representacion, el cambio en el punto de vista, los disfraces dela subjetividad el antfcio critico en el arte, los limites y bordes de Ia obra, Esto significa darle forma a un nuevo arte cuestionando no solo sus materiales y su técnica sino el lugar que el arte mismo tenia en el mundo cambiante del siglo XIX. En este proceso de autonomizacién estética y autoconciencia del arte, superpuestoa su vez al proceso de profesionalizacién de os intelectuales (proceso que siguifca que ellos encuentran una instancia de legitimacton de su identidad en lasociedad ynonecesasiamente que ivan del producto desu trabajo), aparecen evas figuras intelectuales. Entre ellas los critcos literaros. Ellos son los ‘encargados, en esta nueva etapa, de proporcionar una suerte ce discurso mediador entre las obras ylos lectores en el amplio y anénimo espacio que crea el mercado de bienes simbolicos y la industria cultural. Lacitica—junto con disciplinas vecinas como_lalingistica comparada, por ejemplo es la encargada de articular un discurso que pueda amortiguar et impacto de una textualidad que se ha vuelto ajena al publico pues cada vex compaste menos presupuestas con él. En la medida en que cada obra “se inivicaliza” en su propia estética se aleja de sus posible lectores pues nosiempre ands bien: cada vez menos~ utilize los misnios cédigos v valores, la obra también se aleja de aquellos a quienes tenia como destinatarios naturales. En culturas en que lo nuevo -como vimos- es cada vez mas un valor, se hace cada ver ms dific encontrar espacios comunes entre artistas y piiblico, pues todo est sometidoa la logica det cambio. 1a dimensin mercantil que va adquiriendo el fendmeno estético y cultural, corcelativo al de la autonomizacién, implica un nuevo espacio de cisculacién: el mercado, Elmercado es el espacio de las mediaciones; aparecerin cen él las revistas literarias clonde la critica literaria encontrar su primer canal de ‘Grculicién), las colecciones editorials, los periédices yla literatura por entregas, las“ediciones barat’, ls biblotecas ctculantes, el oficio de ibrero especilizado, entre oiras,Yanoes posible, desde la modemidad, pensar e arte a cultura por fucra de la instancia del mercado, que legitima segiin el prestigio ratificado por lectores andnimos ¢ instituciones: TEORINCRITICA. THORIACULETRAL Estos procesos, largos, desiguales y complejos, que se van superponiendo a lo largo del siglo XIX no hacen sino acelerar de manera contundente experiencias que comenzaron en el siglo XVI, com lainvencién de la imprenta y con el proceso de apertura que suponen los nuevos descubrimientos y lz incorporacién de nuevos teitorios al nrapa mundial. Todo ello implica que no podemas pensar categorias fuera de ellos, mejor, fuera dela historia en que se fundan y organizan. No tomamos, sin embargo, la historia como forma de explicacon “causal” de los fendmenos sino como discurso que establece relaciones entre categorias contemporineas. Como decfamos, una de las categorias que necesitabamos especificar cra la de critica literaria, que comienza a operar en el contexto de progresivo distanciamiento entre escritor/anista ypiblico en el espacio anénimo del mercacio. a segunda categoria que hay que especificar—en sus cortelatos v lferencias con la primera—es la de teorialiteraria. Este concepto es relativamente reciente aunque nose inaugura durante 1a modernidad. Las tcoriaslteraris, como corpus organizadores de la prictica literaria, existen desde as posticas de Arstoteles, de Horacio, hasta la de Boileau, reescribiéndose en cada momento. Las poéticas son corpus normativos en circunstancias en que la prictica estética estdresiringidaa circular entre “pares” y ‘en contests en quelaliteratura es un ars pero también unatekné que'‘se aprende” segrin cédigos muy precisos: las leyes de las unidades de la tragedia griega, por ‘jemplo, son un cédigossin el cual era impensable escribir una tragedia. Amedida que el arte se autonomiza y se anonimiza el priblico, el artista, sujeto productor y creativo, se enfrenta a la posibilidad ce una ilimitada libertad para hacer su propia obra; es entonces cuando las poéticas dejan dle tener sentido. Porque el arte deja de ser exclusivamente una fekné a través de la cual se consteuyen experiencias colectivas; el arte pasa a ser también una expresiOn de la subjetividad individual (pues el “sujeto”, en la modemnidad, aparece disefiado como categoria cexperiencial). Si bien la teoria literaria no reemplaza a las potticas, ocupa el nuevo lugar abierto por los procesos de mocdemizacién. La teotia, como espacio de reflesién sobre un discurso—Ia critica teraria~que no es ate, no es ciencia, no es una disciplina, apenas es un saber o un discurso, se constituye como su fundamento epistemol6gico, ¢s su instancia de legiimacién, tanto de Ia critica como dela literarura misma. Es una instancia de reflexin requerida por las nuevas B Gavcs Mora condiciones en que el arte y la literatura circulan y se desarrollan. Si la teoria lieratia es entonces el lugar de confrontacién epistemolégice ce un arte que ha perdido su fundamento externo y que, por lo tanto, tiene que legtimarse cada vez, la critica liveraria es una de las formas de intervencién piiblica de los intelectuales modemos; la critica literaria es ese discurso mediador que se pronuncia en nombre de ls “valores universales del arte (asi como la razén ha Constituido valores universales parala ciencia, del mismo modo, elarelo hahecho a través de la belleza) y va tramando a través de su cicculacién parte de los contenidos de esos valores. El caricter axiol6gico que tuva la critica, desde su aparici6n, habla de st fuerte posicionamiento entre los discursos sociales. La critica quiere disimir, deste sus inicios, cuestiones estéricas pero también cuestiones ideol6gicas 3. Las INSTITUCIONES Hemios hablado de teoria, de critica, de literatura y de cultura como si estas categoria fuesen transparentes 0 nos permitieran entendernos con cierta facilidad. Bsa tcansparencia hoy se ha perdido, de modo que merecen cierta especificacin. Raymond Williams, uno de los teéricos de la literatura que hacia niediados de siglo XX fundé una nueva fomma de pensar los fenomenos culturaes, tnabajé precisamente sobre los cambios de sentidos que suftieron estas y otras categorias culturales, a través de la historia, Su libro, Keywords. A Vocabulary of Culture and Society (1976), fue fundamental en este sentido. Retomé este procedimiento de estudiar la resignificacién en Marxismo y literatura (1977) Asi, en el apartado “cultura”, la define como aquella categoria que “...comprende 1n0 sdlo sus cbjetos, sino también las contradicciones através de las cuales se ha desarrllado. El concepto Funde y confunde a la vez las tendencias y experiencias radicalmente diferentes presentes en formacién”®. Williams seiala: nada puede ser plenamente comprendido a menos que ‘examinemos un decisivo concepto modemo que en el siglo XVIIL necesitaba una nueva palabra: civilizaci6n, |... Encestaba dos sentidas historicamente ligados: un estado realizado, que podia contrastar con la “barbarie*, y aiora también un estado realizado del desarrollo, que implicaba el proceso y el progreso histérico. [.1] Sin embargo, al mismo tiempo fue una historia que habi culminado en un estado realizado: en la practica, la civilizacién ‘metropolitana de Inglaterra y Francia. (p. 24) 6 Raymond Willams Marxsmo y literatura wlio, Peninsula, 98,921 2 TEDRINCRITICA. TEORIA CELT RA Williams hace un registco de los valores ideol6gicos de los témminos ligados a la cultura para ver hasta qué punto fueron usados como formas sustanciles en la constitucién de identidades colectivas (cultos, civiizados barbares) ycOmio estuvieron ligados al poder de os imperias europeos (Inglaterca, Francia, €n este caso) y 2 las insttuciones estatales posteriormente. s decir, la cultura es una categorfa que en las sociedaces modemas designa un modo de er de los individuos, cémio se colocan en la sociedad v cémo son vistos en ella. Del mismo modo que ade cultura, la categorfa de iteraturasuftié una variacion notable alo largo de su historia En su fonma modema, el concepto de “literatura” no surgié antes del siglo XVII yno fue plenamente desarroliado hasta el siglo XIX Sin embargo, as condiciones desu surgimientose habian generado desde la €poca del Renacimiento.(.) surat fue el temino latino lisera, letra del alfabeto. Ltterature,segin su octografiacortiente originaria, fue efectivamente una concicién de lalectura: deser capaz de leer y de haber leido. (p. 61) La categoria misma de iteratura tiene en su riz, entonces, la filiacion a Jaculturaletrada delos individuos que la practcan y, por lo tanto, es una prictica ligada a cierts clases sociales, la que constituyen los “letrados", aquellos que los sostienen 2 través del mecenazgo (privado o estatal) y aquellos otros individuos “cultos" (que forman su nicleo de“pares") quelos een. De este modo, la literatura sera una posicion dentro del sistema de poder (Jo veremos con detalle mas adelante). Esto es, segtin Williams, lo que la categoria literatura designaba: una cudldad de os sujtos y no sélo una caracteristca de determinadas textos frente 4 otros genéricamente diferentes _ms alli del sentido desnudo de “alfabetismo” era una definicién del saber *humano" 0 “culto”, y por lo tanto especificaba una dlistincion social particular. (..j Aun asi, en este primer estadio, durante el siglo XVill, teratura fue originariamente un concepto social generalizado que expresaba cierto nivel (tinoritario) de realizaci6n educacional.[..] No habia necesidad de especializacién cen loque sereferiaalas obras “imaginativas’. Laliteratura fue todavia, primeramente, lcapacidad deleeryla experiencia deleer, yestoincla {a flosoia, la historia ylos ensayos tanto camo les poemas.(p. 62) Ahora bien, en medio del proceso de modemizacion y de la progresiva constitueiOn de la cultura burguesa, la categoria va ajustando y aguzando una cantidad de sentidos y matices, precisamente, entre aquella clases cultas que 2 Gua Merc comiienzan a ser cada vez mis extendidas, en ia medida en que las sociedades post evolucionaras europeas van “democratizando” sus practicas yalfbeizando ‘un mimero mayor de grupos sociales: Sin embargo, pueden distinguirse tres tendencias conflictivas: primero, un desplazamiento desde el concepto de“saber” hacialos de “gusto” o “sensibilidad’, como criterio que define la calidad litecara, segundo, una creciente especializacion de la literatura en el sentido de los trabajos “creatives” o “inaginativos";tercero, un desarrollo del concepto de “tradici6n” dentro de los térmiinos racionales que culminé en una definicién més efectiva de “una literatura nacional". (pp. 62-63) Es decie, se “especializa” el contenido de lo literario, se hace cada vez nds absteacto yma restringidoy se va vinculando, progresivaente,atradiciones especificas como la nacional. De ahi que la literatura se constituya fuertemente como “instirucion social”, es decir, como cuerpo de normas sociales y culturales quedefinensuslimites, pertenenciasy que impone asimismo instancias especiicas de ingseso a su recinto. De abi el canibio corelativo, el desplazamientosimultéineo de sentido, de otra categoria La “critica” es un concepto fundamentalmente asociadoa este mismo desarrollo. Como térmiino nuevo, desde el siglo XVI se desarrollé (manteniendo siempre celacionesdificies con su sentido general y petsistente de critica y censura)a parti de ls “comentarios” sobre literatura, dentro de! criterio “aprendido”, hasta el ejercicio consciente del “gusto”, la ‘sensibilidad” y la ‘discriminacion’. Se convitié en una forma significatvamente especial de la tendencia general que experimentaba el concepto de literatura hacia una §centuacién deluso.o del consumo (conspicuo) de trabajo més que ‘su produccién. (p. 63) En ese proceso de transformaciones, sefiala Wiliams se van alterando 1 mosifcando los sentidos de varias prictcas ligadas a a cultura yal ate y al consumo de la nueva cultura que comienza a disputar con la que practican los Jetrados: la popula. Willians deseribe una suerte ce batalla de sentidos, en el siglo XIX, entre estos términos; la batalla estaria centeada, bisicamente, en dtimie a quign le comtesponde legitiniamente el so de cada uno, quién €s ond apto para Hamarse culto, literato, letrado, intelectual, artista, critico, en una sociedad en que, con los avances del capitalismo, cada vez menos los individuos ‘THOU CRITE. THORN CUTERAL (progresivamente convertdos en ‘cucadanos “de ls Estados modernos) tienen asegurados sus lugares sino que ellos deben ser disputados en la esfera publica coticianamence. No hay posbilidad de pensar esta précticas culturales fuera de las fuerres disputas de poder que implicaba su posesion. Sin duda, la posesin de “cultura”, la condicion de culto, no era un hecho menor a la hora del ascenso social, De hecho, los érminos, asi como consttuyeron cies identidades, sirvicron para excluir a aquellos que no cumplieran con los requisitos: : Hubo una serie de conceptos que se desarcllaron conjuntamente El conceptode “arte” fue desplazado desclesu sentido de capacidad thumana general has una esfera de accidn especial, definida por la ‘imaginacién” y la “sensibilidad”. Durante el mismo periodo, el concepto de “estética’ se desplazo desde su sentido de percepcon genera hacia la categoria especializada del “artstico” yo “bello. [-, .-nosélo conta laciencia" yla‘Sociedaa’ [..] yno slo contea otros tipas de escritura ‘popular, a “cultura demasas” Porlo tanto, la categoria que habia parecido objetiva, “todos los lbrosimpresos", alaquese habiaadjudicadoun fundamentosocial de clase, el “sabet culto” y el dominio del “gusto” y a ‘sensbilidad’, se convicteron -cesariamente selectiva y autodeterminante: no k era “imapinativa’; no toda la “literatusa” era literatura’. La “critica” adquirié una gran importancia nueva y efectva, ya que se habia convertido en el nico medio de validar esta categoria selectiva y especializada. (pp. 65-66) Creemos que Williams hace una lectura critica y extensa del problema _ pensar de gut mova as précis —y as palabras qu is design involuan rocesos complejos de asignacién de valores en sociedades crecientemente heterogéneas. De ahi que afirme: Una gran parte de los valores activos de la “tteratura” deben ser comprendidas, por tanto, no como valores ligados al concepto, que Los imitaray los sintetizria, sino como elementos ce una préctica cambiante y continua que se esta moviizando sustancialmente mis alld de las formas antiguas y que actualmente lo hacen a nivel de la redefinicién teérica. (p. 70) De este modo concluye su reflexion sobre estas discursos: Porlo tanto, estas formas que asumen los conceptos de literatura y critica son, desde la perspectiva del desarrollo social histérico, » Gna Sere formas de contol y especializacion de una clase sobre una prctica social general y de una limitacin de clase sobre las cuestiones que ésta deberia labora. (p. 64) La cultura, de este modo, y la literatura, fueron conceptos a través de Jos cuales se le dio formas, alo largo de la modemidad, ala organizacin de ks, comunidades occidentales asus individuos, En este sentido, volveralareflexion de Jan Mukaroxsié quien en los aos treinta en Polonia, trabajé sobre los concepts de “funcién, norma y valor estéticos*, podsia puntualizar estos procesos. Para Mukarovski, el ate no puede ser pensado fuera de su relacién con el contexto donde opera. El arte no se define por nada intrinseco y natural en si mismo sino que su evaluacién como tal es el resultado de una relacion soca De este modo, desarrola fa idea de “funcién estética’: “La funci6n cestética ocupa un lugar importante en la vida de los individuos y de toda la sociedad”. Para Mukarovsk, la estética es una funcion que muchos objetos y prdcticas tienen dentro de un determinado contexto. Por ejemplo, la ropa de una ‘comunidad, ciertos rituaes 0 fiestas, utensilos e, incluso, la comic, pueden ser portadlores de esta funcion. Lo que diferencia a estos objetos y prictica del art, sin embargo, es que en este tiltimo la funcién estética es dominante y no ‘meramente secundaria como podria ser en un vestido, cuya funcién dominante seria la de cubrir el cuerpo, proteger del clima, ete. Mukarovski subraya Hay que renunciara cualquier intento de establecer un limite enice arte y no-arte. Sin embargo, tenemos conciencia de la diferencia entre ambos. Esta diferencia consiste en que en el arte la funcién estética es dominante. (p. 51) -Mukarovskipiensaen un momento en que, sibien as divisiones pueden no ser rigidas, se conservan las fronteras entre discursos y pcicticas especiicos. ‘Aunque actualmente no parezca suceder tal cosa, sin embargo, su reflexion dindmica sobre las préticasculturales puede abrir polémicas. 7 Jun Sularosh: Eerie de estétien y semiética del ate reer. Gast Gil, II. p.A0 x” CATEGORIAS I 1. MIMESIS Y REPRESENTACION Durante una escala en un largo y complicado viaje a través del mundo, a principios del sigo XIX, los tipulantes de un barco divsan algunos seres que precen humanos en las desérticas,friasy hasta entonces deshabitadas costas de un pais que se tenia por salvaje y que permanecia inexplorado. Al ver los cuerpos enormes, pintados y apenas cubiertas con piles risticas, que mueven sus bra20s y-gesticulan, los marinas, que también en ese momento son micas por aquellos indigenas sorprendidos, curren ala préctica mds simple de que disponen: imitan, sobre la cubierta, entre complacidos y autoritarios, los gestos, sonidos y smovimientos de ls salvajes. El barco inglés en que sucede esta escena sellamaba Beagle y acompaiiando alla tripulacién viajaba el joven cientifico Charles Darwin. Ia anécdota, referida en varios libros de viaje, la cuenta también un antrop6logo a fines del siglo XX. Y lo hace porque encuentra en la primera forma derrelacién entre dos culturas muy diferentes —1a mimesis alguna certeza que, si no le alcanza para definir las relaciones entre naturaleza y cultura, si le permite hacer una indagacién sobre la facultad mimética de los seres humanos en la modemidad. Son los matinos (hombres modemos de la escuadra imperial briténica) los que adoptan una acitud coavencionalmente atribuida alos salves, Jos primitivos:imitan, copiaa, reproducen aquello cuyo sentido les escapa pero que saben propiedad de los otras y, en ese acto, se lo apropian. También se comportan como nfios o como locos, quzés con la esperanza no menos magica que las pinturas rituales— de que aquellos salvajes no intenten devorarlos si se aproximan o, mas que eso, se entreguen. Es dec, los marinosimitan alos indigenas para diferenciarse. Se trata, sin duda, de ls formas que adopya la alteridad dentro dela pricticaimitativa, El are habria sido en la modemidad, la forma prvilepiada ‘donde esa imitacion, como forma de defini dentidades, fue ensayada. Adomolo sefal6 en su Teorfa esética: 1a conducta imitativa tiene su refugio en el arte. El sujeto, cuya autonomia es variable, se enfrenta por medio de la imitacion con lo 31 que es distino de é, aunque no esté separado de elo plenamente. {a renuncia de fa conducta miméice a las précticas magicas, sus predecesoras, implica su partcipacin en la racionalidad En este parrafo confluyen tépicos que hemos venido desarrollando: la modemizacién y la hegemonia de la racionalidad, e arte como préctica altema a lnciencia ya lareligion. Elarte ylaliteratura, entonces,rinculados con laconducta imitativa, tienen un rol central en la constitucién de identidades en las sociedades ‘modemas pues son el cefugio de ciertas conductas connaturales que a sociedad aiodema reprime (la magia, por ejemplo). Con las formas de aspiracién alo Otro ha trabajaco la literatura Imitar,interrogarse por el oto, usar sus discursos, defini campos de identidades, enmascacarse, tratar cle repair sentidas alas prcticas dlispersas de la experiencia, se cuentan entre sus estrateias. Y la critica también ha foralizado sus certezas con procedimientos anzloges. Michael Taussig ~nuestro antropélogo- describe la facultad mimética como un procedimiento cultural que permite consttuir identidades, estatuos, relaciones y—en Manesis and Alteity, 1993—-la define como “lanaturaleza que la cultura usa para crear una segunda naturalea, la facultad de copia, imitacién, la capacidad para armar moclelos, explorar diferencias, caer en y legar a ser Otro”. En su idea, la capacidad de imitar de los individuos —y de imitar bien— es la capacidad hacia la alteridad. Y agrega que, en el coraz6n de la mimesis, poder imitar es poseer una capacidad camaleénica para copiar. No puede dejar de ppensarse, por ello, que cualquier cosa que se copia pasee un original yque de esa Facultad (que tiene mucho de narrativo) nacié el poder para representar el mundo, pero, al mismo tiempo, esa capacidad y poder son la capacidad para fabificar, ‘enmuascarar y posat (al Otro yal mundo): ambos sentidos son inseparabes. ‘Mimesis como “space between”, un espacio permeado por la tension colonial de mimesis valteridad en la que noes nadia facil decie quién ¢s el imitador y quién es el imitado, cudl sla copia y cuil es el original’. hay mimesis, entonces, hay original y copia pero el libro de Taussig. vendiria a decir que aunque ambos existan no es posible decir cul es cual. Desde 8 Theodor ses Teor esti, vl Taras, 7 978 5 Tong Misha! Mimese and Alterty A Partculae History of the Senses‘ Joth ant Lon bie, Beatle 1998 p78 La talarcrn me peste ‘TORACHITICA THORS CLETURU. laPottica de Acistételes, ls categoria de mimesis yrepresentacion se adjuicaron alas artes que desde entonces comenzaron a llamarse “representativas” (pintura vliteratura fundamentalmente). Sin duda, nose puede pensar i idea de mimesis, de modelo, de copia, de imitacién, fuern de la idea de realidad que cada cultura tiene, pues si se puede imitar es porque existe un original, un modelo y, por lo tanto, hay realdades “nds verdaderas’ que otras. Las definiciones del Diccionatio dela Real Academia Espaiicla del verbo representar son las siguientes: 1. Hacer presente una cosa con palabras o figuras que a imaginacién retiene. 2. Informar, declarar 0 referr. 3. Manifestar uno el afecto de que esti poseido. 4. Recitar o ejecutar en pablico una obra clramtica5.tnterprerar un papel en una obra dramética. 6,Substiuic 2 uno o hacer sus veces. 7. Ser imagen o simbolo de una cosa, 0 imitarla perfectamente. 8. Aparentar una persona detenminada edad, Laidea de mediacion esti presente en todas las definiciones del espafiol. Entonces, “representar” es una actividad —tanto en politica'® como en arte— que inplica establecer un espacio entre diferentes. Ya sea que se interprete como la capacidad para ser vehiculo dealgo, lace aparentaro damatizar, todos los sents se refieren a una-actvidad que en la modemidad le ha tocado llevar a cabo, centralmente, al lenguaje: estar en el medio, entre lo uno y lo otto, Pero esa consdici6n del lenguaje, comolo vimos, ess6lo aparente pues no es una mediacion segiin Foucault— sino una actividad productva. Sin dua, y Raymond Williams lohasefilado, las concepciones que una cultura tiene dela realidad y del lenguaje son fundamentales para pensar todas sus relaciones socioculturales: “Una definicién del lenguaje es siempre, implicit o explicitamente, una definiciOn de Jos seres humanos y el mundo” (p. 32), y agregn “Signo”, que proviene etimolégicamente del vocab latinosignum, marca 0 seiil, es intrinsecamente un concepio que se basa en Ia distincion que existe entre “lenguaje” y “realidad”, Es una interposicién entre la “palabra” y el “objeto... (p. 34) Quizés el conflicto contemporineo con Ia idea misma de mimesis radique et: que nuestra concepcién de lo real ha variado tanto respecto de la epesenacin sun concep cave cn la pica moder; con la constain del stds primero ln demoeraca“epresmtt”despus sins degan peers en lr que les “tepresentan ante a aosteccxm a msn politics © 3 Grae Sosruso tradicion dlésicae, incluso, de la modernidad, que ya no es posible pensat con tanta facildad en trazar fronteras entre un orginal y una copia. Pero el problema dela representacion persiste en la reflexi6n cultural como marca de una relacién escurridiza pues la cultura —y elare—es aquella préctica que, como sujetos, tanto 1s integra como nos aleja del mundo yen su seno también se dirimen identidades De alii que lacritica cultural deba preguntarse porlas formas en quese produce esarelacion y cOmo opera. Asimismo, debe tener en cuenta que el cardcter de representacion de la cultura no es una facultad cuyos contenidos hay que describ, es decir, el arte no “representa” ~de manera contenidista—una realidad ‘otra, no estéen lugar de otra cosa, no la drantatiza. Por el contratio, su carter representativo se asienta en la diferencia con lo otro y en la puesta en duda, constante, de la crcencia que asegura que lo que leemos en una novela o un éema, lo que vemos en un cuadro o en una pantalla, es una “imagen” de otra cosa. Mis bien, la cultura -y muy especialmente el arte de la modemidad— ha permanecido como ese espacio que permanentemente se coloca como diferencia, ‘como brecha de nuestra relaci6n con el mundo aunque, en la mayoria de los cases, haya tendido a “naturalizarse” e identificarse con é 2 LA REPRODUCCION Walter Benjamin, én 1936, escribié un articulo que, sibien node manera inmediata, se convitié en un espacio prvilegindo para ler los cambios culturales del siglo XX; se trata de “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”. Quizés ningin otro escrito de este siglo haya tenido tal capacidad para abrir -sin cesar— posibilidades de reflexionar y debati sobre la cultura, el arte, la técnica, os intelectuales, los atistas, los espectadores 0 consumidores culturales, la circulacion de la cultura, la relacién de todo ello con la politica, en el contexto de la modemidad. El articulo tiene un epigrafe de Paul Valéry —uno de los artistas mas emblemticos dela modemidad~ scbre la necesidad de cambios en el arte araiz de ls transformaciones en los soportes “fisicos" con que se lleva a cabo: Bn todas las artes hay una parte fisica que no puede ser tratada como antaiio, que no puede sustraerse a la acometividad del conocimiento y la fuerza miodemos. Nila materia ni el espacio, nt el tiempo son, desde hace veinte aiios, lo que han venido siendo si ‘THORIA CRITICA.THORACULTURAL desde siempre, Es preciso contar con que novedades tan grandes, transformen toda la tecnica de las artes y operen por tanto sobre la inventiva, llegando quizés hasta a modificar de una manera maravillosa a nocién misma del arte Larellexion de Benjamin esté permeada por el efecto del cine, la forma uevade circulaci6n cultural de principios del siglo XX mds atractva,ysu relacion ‘con as masas; fundamentalmente, le interesa a Benjamin pensar larelacién con la politica de masas (el uso que el fascismo y nazismo hicieron del cine). Es deci, Benjamin enlaza varios fenomenos modernas en el contexto de la creciente masiicaci6n 2) tecnificaci6n de a cultura, b) apariién de un nuevo pablico (el pilblicomasivo, que no pertenece alas tradicionales clases cultas y que consume ahora los nuevos fenémenos), c) relacién nueva ¢ inescindible entre el are y la politica, ylacultura yla politica. Hlay un concepto central a partic del cual a reflexin de Benjamin va amando su argumentacion sobre esos cambios; ¢s el concepto de aura. Para Benjamin, el aura -tanto de la cultura como de los objetos naturales es una suerte de distancia que mantenemos con ‘Jo ott" y queries permite defini lugares y posiciones en el mundo, Sin embargo, su interés se centra en el arte, que se ‘caracteriza por poseer una aura estética, que lo distingue de los denvés objetos y aque lo sustrae de la identidad de las cosas. El aura es, en sus palabras, “..la manifestacién irepetible de una lejania (por cercana que pueda estar)" (p.24). Es «a partir del are, entonces, que se piensa en las nuevas modalidades culturales, porque los cambios de la modernidad y la época de la reproductibilidad técnica son tan fuertes que hacen variar todas las précticas estéticas. Para Benjamin, con Ja reproductbilidad técnica y en la sociedad de masa, se pierde el aura de los objetos. Incluso en la reproduccién mejor acabada, falta algo: el aqui y el ahora de la obra de ate, su existencia irepetible en el lugar en que se encuentran. (...] El aqui y el ahora del original constituye el concepio desu autenticidad, ..] Elambito entero de laautenticidad sesustrae ala reproductibilidad técnica ~y desde luego nosdloala técnica, Cara a la reproduccién manual, que normalmente es 11 Waker Benjamin “La obea de ane en la dpaca de su reproductibilud técnica”. En Discarsos intercompidos I. Buenos Ares: Taurus, 1989, p. 1 5 Gist Sera catalogeda como falsifcacién, lo auténtico conserva su antoridad plena, mientras que no ocurre lo mismo frente a la reproduccién téenica. (pp. 2021) Elconcepto de aura, entonces, seitala un tipo de relacién con el mundo que en la modemidad se pierde. La relaciGn aurdtica supone un vinculo con los “objetos y los otras seres semejante al que otorgan la religidn y Ia magia: el establecimiento de una lejania, la conciencia de una diferencia y, quizis, la nostalgia por una ammonia irrecuperable —pero posible con lo otro, con la diferencia, La estruccién del aura es una pérdica pues anula la posibilidad de experimentar cada cosa como tinica (“Porque el aura esta ligada a su aqui yahora. Del aura no hay copia”, p. 36); alavee, como diferente (ya no habria posibilidad de visualizar, por ejemplo, las diferencias enire un original ysu copia pues todo seria pasible de ser reproducido; no tendia valor establecer esa distincién), Con la destruccion de la relacién aurética dice Benjamin— también perdemos la posibilidad de cestablecer los vinculos con la tradicin, es decir, ya no somos capaces de pensar lotro dentro de un fix de sentido (no natural pues sabemos que ls radiciones son “construcciones”cultucales) y desvinculamos alos objetos y los seres de un ‘marco de contenciéa y referencia para pensarlos aisladamente oen otros contextos, cada vex menos “naturales” Resumiendo todas estas deficiencias (para definic lo que

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