Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Jaguar Genes y Conservacion
El Jaguar Genes y Conservacion
ZOOLOGÍA
El jaguar: genes
y conservación
La historia poblacional del gran félido
americano revelada por el ADN
D
Manuel Ruiz García
La anécdota, descrita por Alexander von Humboldt, refleja las últimas décadas se ha producido una reducción importante
el hecho de que, a pesar de la capacidad de los jaguares para de la distribución geográfica del jaguar, y varios organismos de
atacar a los humanos, raramente han sucedido incidentes al conservación internacionales lo han incluido en sus listas para
respecto. (No obstante, en los últimos años se ha informado de promover su gestión y protección.
algunos casos de jaguares que han matado a humanos en Bra- Pero para favorecer la conservación del jaguar debemos
sil y Colombia.) conocer la salud genética de la especie. Interesa averiguar su
Por el contrario, este gran felino manchado ha sido y es variabilidad genética, esto es, el número de variantes genéti-
afectado de forma negativa por diferentes actividades huma- cas existentes y cuán extendidas se hallan en los distintos in-
nas, como la caza y la fragmentación del territorio causada, so- dividuos. También conviene conocer el grado de aislamiento
bre todo, por la deforestación de su hábitat. Debido a ello, en genético, o de intercambio reproductivo, que hay entre las di-
Wikimedia commons/GFDL/CC BY-SA 3.0
EN SÍNTESIS
El jaguarestá considerado una especie vulnerable La aplicaciónde marcadores moleculares y Esos estudiosconcluyen también que los tamaños his-
y su número de individuos se halla en declive. diversos procedimientos estadísticos han de- tóricos de sus poblaciones han sido notables y que la
Para diseñar planes de conservación del felino mostrado que las supuestas razas de jagua- especie no ha atravesado cuellos de botella recientes,
resulta decisivo conocer su variabilidad genética res, basadas en criterios morfológicos, no se aun cuando durante varias décadas se ha cazado in-
y el grado de aislamiento de sus poblaciones. corresponden con la realidad. tensamente.
salvo indicación contraria, todas las imágenes son cortesía del autor
Muestras culturales indígenasrelacionadas con el jaguar. Las espinas y dibujos en el rostro de este indígena matiz del río Yavarí,
en la frontera amazónica entre Perú y Brasil, asemejan los bigotes del jaguar (izquierda). Cerámica maya guatemalteca con símbo-
los alusivos al félido (derecha).
Distribución geográfica
Hasta hace pocas décadas, los territorios ocupados por el jaguar
se extendían desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta la
zona media de Argentina. Sin embargo, hoy en día el felino ha
sido eliminado casi en su integridad de los Estados Unidos, El Panthera P. o. veraecrucis
Salvador, Uruguay, así como de una buena parte de México, la onca arizonensis
costa brasileña, Guatemala y Argentina. Su situación tampoco
parece ideal en Panamá, Costa Rica, Honduras y, probablemen- P. o. goldmani
te, en algunas zonas de Perú, Colombia y Venezuela. P. o. hernandesii P. o. onca
Debido a la presión humana, se calcula que la distribución
norte del jaguar, en Estados Unidos y México, se ha contraído P. o. centralis
unos 1000 kilómetros hacia el sur (lo que representa una reduc-
ción del área septentrional del 67 por ciento), mientras que, en
Sudamérica, su distribución sur se ha contraído unos 2000 ki- P. o. peruviana
lómetros hacia el norte (un 38 por ciento de reducción del área
P. o. paraguayensis
meridional). Algunos autores afirman que, desde 1900, la distri-
bución geográfica del jaguar ha disminuido un 37 por ciento de
forma global, mientras que, desde la llegada de los europeos, la
superficie ocupada por él ha pasado de 15.000.000 a 9.340.000
kilómetros cuadrados.
Además, todavía se desconoce el estado de conservación y dis-
tribución de la especie en el 17 por ciento (cerca de 3.300.000 ki-
lómetros cuadrados) de su área de distribución histórica anterior
a la llegada de los europeos. Esas zonas poco estudiadas abar-
can áreas considerables de México, Guatemala, Colombia, Ecua- Mapacon la distribución geográfica aproximada de las diferen-
dor y Brasil. Debido al declive del jaguar, la Unión Internacional tes subespecies de jaguares reconocidas morfológicamente por
para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo clasificó como Seymour en 1989.
especie vulnerable, mientras que la Convención sobre el Comer-
cio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Sil-
vestres (CITES) lo incluyó en el Apéndice I en 1973. loa hasta Tehuantepec y desde Sinaloa hasta Luisiana, en Esta-
Por lo tanto, el jaguar requiere múltiples estudios de gené- dos Unidos; Panthera onca veraecrucis, desde el oriente de Mé-
tica, ecología y sistemática para promover su conservación a xico (Tabasco, Veracruz y Tamaulipas) hasta el centro de Texas;
medio y largo plazo. Pero para ello debemos conocer cuál es el Panthera onca goldmani desde Belice, al norte de Guatemala,
grado de aislamiento genético, o de intercambio reproductivo, hasta Campeche y Yucatán, en México; Panthera onca centra-
que se da entre las poblaciones de jaguares. Si el aislamiento lis, en el norte, centro y costa pacífica de Colombia, así como
entre ellas es grande, cada población presentará característi- en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Honduras;
cas genéticas propias, lo que motivará una gestión de conser- Panthera onca onca, desde Venezuela hasta Guyana (parte nor-
vación específica en cada una de ellas. Por el contrario, si todas te de su distribución), la zona oriental de Brasil, toda la cuen-
las poblaciones se hallan conectadas y existe flujo genético en- ca amazónica (que incluye Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y
tre ellas, la mayoría de los rasgos estarán extendidos por to- Brasil), desde Pernambuco hasta Río Grande del Sur, y desde el
das ellas y la población conjunta deberá ser manejada de for- norte del Mato Grosso brasileño hasta el departamento de San-
ma integral. ta Cruz en Bolivia; Panthera onca peruviana, en la zona coste-
ra de Perú y Ecuador (aunque el estatus de esta subespecie no
Subespecies descritas está claro, ya que el material biológico analizado ha sido muy
Antes de abordar el estudio de las características genéticas de escaso), y Panthera onca paraguayensis, desde el sur de los es-
las poblaciones de jaguar, recordemos sucintamente las subespe- tados brasileños de Mato Grosso, Paraná y Sao Paulo hasta Pa-
cies, o razas, que han sido reconocidas por los zoólogos a partir raguay y noreste de Argentina.
de variables morfológicas: principalmente, características cra- Una de las primeras aproximaciones para resolver la reali-
neométricas, del pelaje y del tamaño de los animales. Las pri- dad de la existencia de esas subespecies fue llevada a cabo en
meras clasificaciones fueron propuestas por varios autores en 1997 por Shawn E. Larson, del Acuario de Seattle. El investi-
el primer tercio del siglo xx, entre las que destaca la de Regi- gador estudió 11 características craneales en 170 especímenes
nald I. Pocock en 1939. En 1989, Kevin L. Seymour, del Museo procedentes de diversos museos de Estados Unidos. Al aplicar
Real de Ontario, se basó en el estudio de ese autor para descri- un análisis discriminante, no halló diferencias apreciables en-
bir las siguientes subespecies: Panthera onca arizonensis, dis- tre las supuestas subespecies. Su estudio concluyó que, desde
tribuida desde Arizona hasta Nuevo México y Sonora; Panthera un punto de vista craneométrico, todos los individuos tendían
onca hernandesii, en la parte occidental de México, desde Sina- a presentar una elevada variabilidad, pero en cambio se obser-
Microsatélite
elevada variabilidad genética poseen mayores posibilidades de significativa entre las poblaciones para los genes mitocondria-
supervivencia ante cambios externos o ambientales. les. Ello sugiere que tanto machos como hembras han podido
atravesar, históricamente, el mayor río del mundo.
¿Existen varias subespecies? Esos valores de heterogeneidad han sido ratificados por
Para poder conservar las poblaciones de jaguares todavía exis- otros autores, entre ellos, Eduardo Eizirik, de la Pontificia Uni-
tentes, debemos conocer cuántas unidades genéticamente di- versidad Católica de Río Grande del Sur en Porto Alegre, y sus
ferentes hay en la naturaleza. Ello equivale a dilucidar si las colaboradores, quienes publicaron sus resultados en Molecu-
subespecies morfológicamente propuestas desde hace décadas, lar Ecology en 2001. También lo han confirmado las estima-
comentadas con anterioridad, se corresponden con diferentes ciones teóricas que hemos realizado sobre el flujo genético en-
acervos genéticos identificables con métodos moleculares. tre dos poblaciones de jaguares en Colombia (la del oeste de
Para averiguarlo, se emplearon ambos tipos de marcadores la cordillera oriental de los Andes frente a la del este). De los
moleculares anteriormente citados. El análisis de los 12 mi- cálculos se deduce que estaría produciéndose un intercambio
crosatélites demostró que 4 de ellos (Fca45, Fca126, Fca136 y reproductivo entre ambas poblaciones de entre 3 y 12 jagua-
Fca225) presentaban diferencias entre las poblaciones estudia- res por generación. Se trata de una cifra elevada, la cual in-
das de jaguares. Además, los 12 microsatélites analizados en dica que, desde un punto de vista reproductivo, las poblacio-
conjunto permiten diferenciar también esas poblaciones. Sin nes no se hallan totalmente aisladas. Sin embargo, hoy segu-
embargo, la heterogeneidad era relativamente pequeña (mien- ramente no existen animales que puedan cruzar esa barrera
tras que los análisis de heterocigosidad dilucidan la riqueza ge- montañosa, al tratarse del área más intervenida y de mayor
nética en cada población, los de heterogeneidad determinan presión demográfica humana, por lo que es muy posible que
el grado de diferencias genéticas entre poblaciones). Los re- esos valores representen estimaciones de flujo génico que se
sultados demuestran que, en promedio, las diversas agrupa- dieron hasta hace poco.
ciones de jaguares consideradas comparten un 97 por ciento Para determinar si algunas de esas subespecies definidas me-
de la variabilidad genética (es decir, solo se diferencian en un diante características craneométricas, del pelaje y del tamaño
3 por ciento). Incluso si comparamos las frecuencias de los mi- de los animales constituyen entidades biológicas reales, utili-
crosatélites de poblaciones de jaguares al norte del río Amazo- zamos un análisis estadístico basado en la teoría de J. K. Prit-
nas con las que se hallan al sur de este, la heterogeneidad es chard y otros autores, del año 2000, mediante el programa in-
tan solo del 0,6 por ciento. Esto es, el 99,4 por ciento de la va- formático STRUCTURE. El método emplea cadenas de Markov
riación genética es compartida por ambas poblaciones. Por lo Monte Carlo y genotipos multilocus (los que corresponden a
tanto, ni siquiera un obstáculo geográfico notable como el río varios genes o microsatélites) para inferir la estructura pobla-
Amazonas ha evitado el contacto genético entre las poblacio- cional y, al mismo tiempo, asignar los individuos a poblaciones
nes de jaguares. De idéntico modo, el análisis con los tres ge- específicas. El modelo considera K poblaciones y los individuos
nes mitocondriales reveló que la heterogeneidad entre los in- son asignados a cada una de ellas o, si sus genotipos son consi-
dividuos de diferentes regiones sudamericanas era muy limita- derados mixtos o híbridos, a dos o más. Cincuenta y seis jagua-
da. Tampoco el río Amazonas constituyó una barrera geográfica res fueron genotipificados para 13 marcadores microsatélites.