Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cómo CAMBIAR Tu PEREZA Por MOTIVACIÓN
Cómo CAMBIAR Tu PEREZA Por MOTIVACIÓN
No quiero que termines como un hámster dando vueltas, cada vez más frustrado. Así que…
Tengo que llevar una vida más saludable. Quiero montar mi propio negocio. Debería prepararme unas
oposiciones. Es hora de apuntarme al gimnasio. Necesito hacer nuevas amistades. Quiero gestionar mejor
mi tiempo. Me he propuesto ser más positivo.
Si necesitas hacer cualquiera de estas cosas para que tu vida tenga un sentido o para subir tu
autoestima, en vez de seguir un deseo genuino que nazca dentro de ti, es muy probable que te
venga una URGENCIA y una OBLIGACIÓN que te impulsarán lo que te dure tu fuerza de
voluntad.
¿Cómo lo notarás?
Estado Mental: Piensas que “deberías” o “tendrías” que hacer algo porque ya va siendo hora. Sientes que es tu
deber y actúas por obligación más que por decisión..
Estado Físico: Puedes estar lleno de energía, pero no sabes qué hacer con ella.
Con mi trabajo no puedo hacer más. Cambiar los hábitos de siempre es casi imposible. No tengo tiempo
para el gimnasio ni para dedicarme a mí. Es muy complicado que saque tiempo para estudiar. No tengo los
medios ni los conocimientos para emprender nada por mi cuenta. Está todo muy mal. La gente no quiere
hacer amistades y es muy rara. No voy a poder cambiar mi forma de ser.
¿Cómo lo notarás?
Estado Mental: Llegas a la conclusión de que vas a tener que esforzarte mucho y no sabes si te merecerá la
pena. Por eso encuentras un millón de EXCUSAS que son medio verdades para no hacer lo que “quieres”.
Estado Emocional: Tus sensaciones son de abatimiento, derrota y desgana. Aparece la culpa que querías
evitar precisamente intentando ponerte en marcha. Dudas mucho.
Estado Físico: Tu energía se ha reducido, te faltan fuerzas y te notas cansado. Te lesionas fácilmente.
CONCLUSIÓN: Si no te das cuenta de que tus síntomas sólo te están avisando y te enganchas a ellos
en lugar de verlos como señales que te pueden conducir hacia tus verdaderos deseos, te centrarás sólo en
ellos y pasarás sin remedio al siguiente paso de la rueda.
3.- No lo hago.
Acabas de aterrizar. Sé que es duro, pero no niegues lo que ya sabes: no vas a hacer lo que te
has propuesto. Es momento de aceptarlo.
Otra vez sin conseguirlo. Ya sabía yo que no podía. Tengo que dejarlo porque esto va a acabar conmigo.
Estoy agotado. No valgo para esto. Nunca consigo lo que me propongo. No tengo ninguna voluntad. Soy un
desastre.
¿Cómo lo notarás?
Estado Mental: “Siempre me sucede lo mismo”, la profecía se ha cumplido. Pensabas que no podías y no has
podido. Comienzas a castigarte y llamarte “vago” e “inútil” y quizás también lo hagan los demás, con lo cual tu
derrota sientes que es absoluta.
Estado Emocional: Sientes rabia y frustración. Aparece la impotencia, la renuncia y mucha más culpa. Incluso
sientes vergüenza.
Estado Físico: Puedes enfermar y centrarte más aún en tus síntomas como manera de no ver lo que
verdaderamente ha sucedido dentro de ti.
PROBLEMA: Estás en el momento más delicado porque lo más fácil ahora es pasar de criticarte a
consolarte y quejarte, en vez de replantearte las cosas.
CONCLUSIÓN: Si te asustas y no eres capaz de aparcar tus juicios y los de los demás, ten por seguro
que tu mente va a buscar refugio en la queja porque tienes que seguir viviendo.
Ahora estoy prácticamente incapacitado para darme cuenta de mi propio proceso si nadie me ayuda a ver lo
que me está sucediendo. Estoy demasiado dentro como para hacerlo y estoy enfadado conmigo mismo,
mientras crecen mi frustración y mi rabia.
Vaya, siento que hayas llegado a este punto y estés lamiéndote las heridas. Pero quiero que
sepas que yo no te voy a consolar porque sería lo peor que podría hacer por ti, así que continúa
leyendo por favor.
¿Cómo lo notarás?
Estado Mental: Tu ego recurre al autoengaño para sobrevivir. Necesitas justificarte como sea y sin saberlo
tienes la esperanza de que tu victimismo haga que los demás te apoyen.
Estado Emocional: Te instauras en la queja, y la disfrazas de tristeza. Te sientes muy vulnerable y con la
autoestima por los suelos.
Estado Físico: No tienes fuerzas para hacer nada y a estas alturas ya te has convencido de que necesitas un
tiempo para recuperarte.
PROBLEMA: Ya ves que quejarse tiene sus ventajas. Estás buscando aliados para que suban tu
autoestima y te comprendan, pero antes o después vas a ver que el tiempo pasa y no te sientes mejor por
mucho que te quejes y te justifiques.
CONCLUSIÓN: Date cuenta que buscas paños de lágrimas, pero NO SOLUCIONES. Te aviso: estás
en serio peligro.
Mientras no aceptes que estás aquí porque empezaste mal, sin un deseo verdadero de hacer lo que decías,
corres el riesgo de volver al principio, otra vez tirando de obligación y fuerza de voluntad. Sería lo más
sencillo, incluso lo más rápido, pero no lo más inteligente, y lo sabes.
Aprende de tu experiencia, sé sincero contigo. Nadie tiene porqué enterarse
de tus conclusiones, así que no te ahorres esfuerzos en esto.
Pide ayuda profesional, y sea como sea no concluyas que no puedes,
sino que AÚN NO SABES.
Sólo necesitas saber qué puedes hacer para DESBLOQUEARTE cuando te atasques. Si
sigues estos últimos consejos te aseguro que no volverás a pensar que te falta motivación.
* Detecta en qué punto te encuentras y repasa las preguntas que puedes hacerte para salir
ahora mismo.
* Sin duda descubrirás cosas que no te gustan, incluso quizás descubras que lo que te
propusiste en realidad no tiene nada que ver contigo.
* Si decides continuar, estupendo, siempre que cambies la fuerza de voluntad y la obligación por
el deseo auténticode hacer y tu disfrute.