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Ow ave aoe na TERCERA PARTE DE FEBRERO A JULIO DE 1917 121 123 Resumen General La Guerra El desempefio de Rusia en la Primera Guerra Mundial demostr6 la incapacidad del régimen zarista. La conduccién de las operaciones quedé en manos de los generales aristocraticos de muy poco talento militar y conceptos estratégicos atrasados. Tampoco Rusia estaba preparada para un conflicto largo: Pronto comenzaron los problemas de suministros a las tropas, que experimentaron la falta de ropas, fusiles o munioiones. A las derrotas se sums la tensi6n por la desiqualdad social: EI oficial era noble y el soldado campesino u obrero. La burguesia apoy6 inicialmente la guerra — a diferencia de las clases bajas: los campesinos eran més ocalistas y no tenfan mayor interés en ir a combatir fuera de sus aldeas - aunque el alargamiento de! conflicto, e! desabastecimiento y la inflacién que se experimentaron en las cludades, no tardaron en enfriarlos énimos. Los politicos liberales presionaron al Zar para que hiciera concesiones democréticas. Fundamentalmente pedian que los Ministros fueran ‘responsables” 0 que gozaran de la ‘confianza pdblica’, es decir, que el Zarno los nombrara o removiera antojadizamente sino con una cierta participa cién 0 control de a Duma. Nicolas Il rechaz6 estos pedidos y cometié el error fatal de hacerse cargo personalmente de las operaciones militares — puesto que 6| era el “autécrata’ de Rusia -. De ese modo, Jos sucesivos desastres militares repercutieron directamente sobre su prestigio. Con el Zar en el frente, la Zarina asumié, de hecho, el manejo del gobierno en la retaguardia. Era la 6poca del apogeo de Rasputin y la Zarina no solo pedia a su esposo e! nombramiento o remoci6n de Ministros segtin si Jos catalogaba “amigos” o “enemigos” de Rasputin, sino hasta le enviaba cartas al Zar con recomen- daciones técticas o politicas que provenian del “experto” monje. La burguesia liberal — que inicialmente trataba de pacter con la monarquia un acuerdo de reformas ‘moderadas — no tardé en darse cuenta que el régimen zerista conducia a la derrota y a la revoluci6n social. La Revoluci6n de Febrero En febrero de 1917 las mujeres de los barrios pobres comenzaron un movimiento de protesta por la escasez de pan. Pronto se sumaron los hombres. Una huelga general y varias manifestaciones se sucedieron en direccién al centro de la capital. E/ gobierno sacé a las tropas a la calle para reprimir, pero el resultado five lo opuesto: Los soldados también se sublevaron. La muttitud avanz6 hasta la Duma y alll se constituy6 e! Sdviet de Obreros y Soldados. Simulténea- ‘mente la Duma creaba un “Comité Provisional para Restablecer el Orden” que negoci6 con Nicolas Illa abdicacién. Rusia se qued6 sin monarca y la Duma creé un “Gobiemo Provisionel” que dirigiria el pais hasta la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que fijaria el régimen politico definitivo de Rusia. Mientras tanto existia un doble poder: De un lado, e! Gobierno Provisional y del otro lado, los séviets, que resucitaron por todo el pais. El primero representaba a la burguesia y los segundos a obreros, campesinos y soldados. Los s6viets estaban dominados por los partidos de izquierda, aunque los bolcheviques eran minoria. En un primer momento caracterizaron la situaci6n de Rusia como idéntica ala de Francia en 1789, es decir, que se habia producido la retardada ‘revolucin burguesa’. Interpre- tando dogméticamente las premisas marxistas, se suponia que una “revolucién socielista” solo podia producirse més adelante y por eso la mayoria del Séviet no quiso tomar directamente el poder, ce- diéndolo a la burguesia. Esta seré la polémica de los meses siguientes. 124 ALEJANDRO Cuno Escaro Las Tesis de Abril La revolucién permitié regresar a todos los emigrados y liberé a los presos politicos. En abril Lenin retorn6 a Rusia y public un texto conocido como las Tesis de Abril. Lenin planteaba una ruptura completa con el Gobierno Provisional y llamaba a una insurreccién inmediata, considerando que ya Rusia estaba madura para una revoluci6n socialista. También exigia una paz inmediata y la entrega de tierras a los campesinos. Hasta entre los mismos bolcheviques hubo resistencias a aceptar una posicién tan extrema, La ofensiva de primavera Tras muchas vacilaciones, el Gobiemo Provisional resolvié emprender un ataque. Ello era exigido por las potencias occidentales — la idea era una ofensiva simulténea en ambos frentes para terminar Ja guerra — aunque también resultaba una necesidad politica. E! Gobierno Provisional precisaba una Victoria militar que levantara su prestigio y también disciplinar a los soldados y a los obreros que reclamaban sus derechos. Antes de iniciarse la ofensiva ya el Gobierno Provisional tuvo su primera crisis cuando el Ministro de Asuntos Exteriores declaré que Rusia mantendria sus obligaciones con las potencias extranjeras, es decir, se cumpliran los objetivos imperialistas de conquista y anexiones territoriales. La protesta po- ular tuvo como consecuencia la caida de los Ministros del Gobierno Provisional més alineados a la derecha y la conformacién de una “Coalicion’: El Gobierno Provisional invité a dirigentes del Séviet a integrarse y éstos aceptaron. La ofensiva result6 un fracaso y ello provocs otra crisis de autoridad en el Gobierno Provisional. Los principales perjudicados fueron los mencheviques que hablan accedido a participar en el gobierno. En cambio, los bolcheviques, que mantenian una oposicién intransigente y exigian medidas inmediatas (paz, entrega de tierras, etc.) ganaban cada vez mas popularidad. Las Jornadas de Julio Cuando el Gobierno Provisional intenté movilizar la guamicién de la capital hacia el frente, se encendié la rebelién. Ademés de los soldados, también habla descontento en la clase obrera, cuya situacién econémica continuaba mal - la ofensiva trajo como consecuencia que volviera a repetirse Ja situacion de febrero: desabastecimiento, inflacién, etc. -. Las “Jomadas de Julio” fueron basica- ‘mente enormes manifestaciones populares exigiendo el fin del Gobierno Provisional y que en su lugar asumieran el poder los Séviets, como pedia la consigna de los bolcheviques (“Todo el Poder a los Séviets"). Durante dos dias la capital qued6 practicamente en manos de obreros y soldados enfurecidos. Curiosamente, los bolcheviques - que alli pudieron aprovecher para concretar una revolucién — vacilaron ¢ incluso trataron de contener algo que se habia producido esponténeamen- te. El mismo Lenin dudaba. Finalmente, a la indecisién de la dirigencia bolchevique, se sumé otro factor que provocé el fracaso: Se difundié una supuesta prueba que demostraba que Lenin era un agente aleman. Esto decidié a algunos regimientos a volverse contra los bolcheviques. El Gobierno pudo reprimirla revuelta y ordené el arresto de Trotsky y otros dirigentes. Lenin escapé, viviendo en Ja clandestinidad desde ese momento hasta los sucesos de octubre. En el juicio que se produjo a continuacién, se comprobé la inconsistencia de la acusaci6n contra los bolcheviques, pero mientras tanto, hubo una ola de persecuciones y represién. 125 8. Revowcibn Rusa - Tencena Panre La Guerra ‘Como hemos visto anteriormente, la Primera Guerra Mundial se gener6 por la rivalidad imperialista de Ins grandes potencias, aunque su detonante fue la crisis balcénica que enfrenté a Serbia y Austria-Hungria, El sistema de alianzas, tal como habia quedado para 1914, Ilevé a Alemania a apoyar a Austria-Hungria, al tiempo Rusia tuvo un doble motivo, entonces, para sumarse a la contienda: Los tratados firmados con Francia La defensa de Serbia, pais del mismo origen eslavo que los rusos. Para 1914 habian crecido los circulos nacionalistas, que en parte, eran una reaccién a la Revolucion de 1905. El nacionalismo ruso era monérquico y religioso, odiaba a los judios ~ por la doble razon de creerlos revolucionarios y porque no eran cristianos - y panesiavista — esto es: crela que Rusia debia unificar 0 encabezar a todos los pueblos esiavos; y e609 inclula a los eslavos dispersos en los Balcanes -. Habia también un clrculo proalemén, pero més reducido y de menor influencia. Los proalemanes creian que Rusia tenia mas en comin con las monarquias conservadoras centroeuropeas que con una *republi- ca” (Francia). No les faltaba razén y de hecho, en algiin momento de la segunda mitad del siglo XIX parecié que los tres imperios reaccionarios (Austria-Hungria, Alemania y Rusia) habfan llegado @ un en- tendimiento. Pero hacia fines del siglo XIX, Rusia terminé aliandose con Francia, pals que le proporcioné fuertes inversiones y préstamos. Como en 1904, el ingreso de Rusia en la guerra generé entusiasmos patridticos en la burguesia liberal. La capital del Imperio cambié su nombre: San Petersburgo sonaba demasiado alemén y por eso fue rebautizada con un vocablo mas ruso: Petrogrado (“Ciudad de Pedro”). Grupos nacionalistas con la bandera rusa y el retrato del Zar recorrieron las calles escoltados por la policia. En esta ocasion no solo se toleraban manifestaciones, sino casi era un deber patridtico, estimu- lado por los agentes del orden. La mayor ironia fue que ante la Embajada de Francia los manifestantes entonaron La Marsellesa, aquella cancion subversiva, que en otras circunstancias erizaba a la policia y la hacia sacar el létigo 0 el palo. Pero esta vez no fue asi. El otro incidente curioso fue en la Embajada alemana. Aqui el animo era hostil. Répidamente volaron piedras contra los vidrios y poco después se generaliz6 el saqueo. Esculturas valiosas del Renacimiento, que pertenecian al embajador aleman, fueron destruidas y en el patio de la embajada se levanté una hoguera donde se quemd el gran retrato del Kaiser Guillermo II, que presidia la sala de ceremonias. De nuevo la misma policia se cruz6 de brazos ante tan evidente acto de “vandalismo” y de vulneracion de la “propiedad privada’. Es interesante sefialario, porque los mismos personajes de clase media que miraban con aprobacién el asalto a la Embajada alemana, unos pocos afios después se horrorizaran al ver arder el Palacio de Justicia 0 el Registro de la Propiedad, - como aquel jurisconsulto liberal que en febrero de 1917 se lamentaba de la destruccién del laboratorio de peritaje y de los registros notariales, a lo que un hombre de ropas humil- des le contest6 en tono irritado: "Ya nos repartiremos las tierras sin necesidad de tu archivo". Pero esto aun era imprevisible en 1914. Hasta la misma Duma — electa en 1912 — decidié “autodisolverse” para evitarle al gobierno “dificultades” en tiempo de guerra. “No haremos mas que entorpecer — declaré Rodzianko, el Presidente de la Duma ~ Por consi- guiente, es mejor que nos disolvamos hasta el fin de las hostilidades”. Solo la miniscula faccién socialista de la Duma intenté una oposicién, que nadie quiso escuchar- en noviembre de 1914, los tinicos cinco diputados bolcheviques fueron arrestados y sometidos a juicio por sedicién -. El intento de los bolcheviques de proclamar una huelga general fue otro fracaso. Aunque consiguieron el respaldo de unos 2000 obreros, las redadas de la policia y la amenaza de despido, sumadas a la accién patoteril de las Centurias Negras, disolvieron muy pronto la medida de fuerza, Por otro lado, el gobierno tenia agentes infiltrados: Belitski, jefe de policia de Moscét en 1913: y diputado de la Duma en 1914, se jactaba que de los 13 delegados bolcheviques en la conferencia de Galitzia, tres estaban a su servicio y ninguno sabfa nada de los otros dos, e incluso la policfa estuvo a punto de arrestar a uno de ellos, por error. 126 ALEJANDRO CUNEO ESCARDO. El socialismo ruso frente a la guerra. Como hemos visto en otro lugar, los congresos de la Il Internacional socialista coincidieron en prociamarse contra una guerra europea, que ellos calificaban como “imperialis- ta". Sin embargo, cuando llegé finalmente el momento decisivo, la mayor parte de los diputados socialistas en los diferentes paises se enrolé en la posicion ‘patristica’. La actitud de la socialdemocracia alemana en especial, resulté un golpe mortal para muchos revolucionarios rusos. Es comprensible: “Para nosotros, los rusos, - escribié Trotsky comentando su llegada a Berlin en 1909 - la socialdemocracia alemana era la madre, la maestra, el ejemplo vivo. A través de Ia distancia, cobraba a nuestros ojos contornos ideales. En. Rusia jamas pronunciébamos los nombres de Bebel y de Kautsky sin un cierto tinte de devocién."*? Lenin, en su exilio en Suiza, se neg6 a creer la traicion de los socialistas alemanes. Alejandra Kollontai, que estaba en Berlin, vio la sesién del Reichstag y como los diputados socialdemécratas, uno a uno, manifes- taban su apoyo al gobierno alemédn. “Estaba convencida que o todos se hablan vuelto locos 0 que yo ‘acababa de hacerlo’- escribié Kollontai en su diario. Para peor, al salir al pasillo, se encontré con uno de estos socialdemécratas, quien, al veria, pregunté indignado qué hacia una rusa all La guerra dividié a mencheviques y eseristas. Entre los primeros, una facci6n mayoritaria, conducida por 1 viejo Plejanov, se pronuncié — como la mayoria de la socialdemocracia alemana— por la defensa nacio- nal, mientras una minoria; encabezada por Mértov, abogo por la paz. La misma division se planted entre los eseristas (defensistas frente a intermacionalistas). Solo los bolcheviques mantuvieron la cohesién. Lenin era intransigente contra la guerra y se diferencié de los mencheviques de Martov y los eseristas de izquierda en que, mientras éstos buscaban presioner por la paz mediante simples protestas y manifesta- ciones; Lenin queria llevar a cabo el programa de la izquierda de la II Internacional, que consistia en promover una revolucion. Estas diferencias entre las tres agrupaciones de izquierda rusa—mencheviques, bolcheviques y eseristas — tendrian consecuencias decisivas en 1917. De cualquier forma, la situacién de los bolcheviques fue critica al inicio de la guerra. Sus principales dirigentes estaban en el exilio y su periédico Pravda ~ creado en 1912 — fue clausurado. Arrestos masivos en el otofio de 1914 redujeron el partido a unos 500 miembros en la capital y a unos pufiados en las provincias. La clase obrera, que en los ltimos afios habia venido simpatizando en forma creciente con las consignas bolcheviques, se retrajo ante los mecanismos represivos: Los sindicatos fueron disuettos y os trabajadores mas politizados terminaron enrolados y sometidos a la disciplina militar, La amenaza de despido inmediato y las Centurias Negras, que recorrian las calles apaleando a aquellos “traidores a la patria" (judios, revolucionarios o ambas cosas) aterrorizaron al resto. La propaganda nacionalista tuvo menos influencia en la clase obrera que en la clase media, aunque también es posible que atrajera a algin nimero de trabajadores, al inicio del conflicto, al menos. Mientras los jovenes oficiales de buena fami , imbuidos de propaganda nacionalista, partian de los andenes despedidos efusivamente por sus familiares y amigos, y hasta con bandas de miisica, muy diferente era la actitud de los campesinos enrolados en los pueblos mas pequefios. Se los notaba resignados y sombrios. El campesino siempre fue muy lovalista: Era capaz de defender su aldea tenazmente o de sublevarse para obtener tierras- como lo veremos mas adelante, en la Guerra Civil -, pero la idea de morir por la “gloria del Imperio ruso” le resultaba incomprensible. Ademés muchos ni siquiera eran estrictamente “rusos”, sino provenientes de algunos de las etnias sometidas al poder de los Zares. Una advertencias no escuchada: El informs Durnovo.- En febrero de 1914, Pedro Dumnovo, viejo funciona- rio y zarista leal, escribid un informe muy llicido al monarca sobre lo que iba a suceder en los afios, siguientes. Segtin Durnovo, Rusia no soportaria una larga guerra. Avis6 a Nicolas II que no se disponian de suficientes pertrechos y en particular, sobre la falta de artileria y ametralladoras en las proporciones que requeria el enfrentamiento con Alemania. Avis a Nicolés Il sobre la red ferroviaria inadecuada, que afectada a las necesidades militares, se colapsaria — en efecto: como luego veremos, la falta de pan en la capital a principios de 1917 fue provocada en parte, porque los trenes no pudieron llevar los suministros - Aviso a Nicolas Il que los recursos financieros de! Estado no podrian afrontar un conflicto extenso y sefialé la dependencia de la industria extranjera: Un bloqueo maritimo ~ Durnovo se preocupaba por los uertos del Mar Negro, bajo alcance turco y también por el Baltico (ya hemos visto la accion de la marina alemana)— frenaria la importacién de elementos fundamentales para Rusia, En efecto fue lo que sucedi: El tanino para hacer botas se trala de Alemania. La guerra oblig6 a buscar empresas norteamericanas, Pero mientras tanto, miles de soldados estaban sin calzados adecuados para las trincheras, También tuvieron que importarse fusiles: Al final de la guerra, los rusos disponian de diez modelos distintos de fusiles ~ y cada uno de ellos necesitaba un tipo de bala también diferente - * Leén Trotsky, Mi Vida Ensayo Autobiogréfico. México: Compania General de Ediciones $.A., 1960. p. 127 8, Revowwciby Russ - Teacees Parr Durmovo pronosticaba la inevitabilidad de desastres militares 0 escasez y de inmediato — afirmaba Durnovo =e le echaria la culpa al gobierno. El paso siguiente seria que “En las instituciones legisiativas se Iniciar una encamizada batalla contra éste, seguida por agitaciones revolucionarias en todo el pals con lemes socialistas capaces de levantar el animo y de reunir a las masas, comenzando con la divisién de la tierra y seguidos por la divisién de bienes y propiedades. El ejército derrotado, al haber perdido a sus homibres mas valiosos, y arrastrado por la marea del primitivo deseo campesino de la posesion de la tierra, se encontrara muy desmoralizado para servir de baluarte para la ey y el orden. Las instituciones legislativas y los partidos de la oposicién intelectual, al carecer de una autoridad real a los ojos del pueblo, seran impotentes para contener la marea popular, fomentada por ellos mismos, y Rusia se vera arrojada ala anarquia desespera- da, cuyo resultado no se puede prever’® Lieven, el bidgrafo simpatizante de Nicolas Il, justifica que se ignorara el informe explicito de Durnovo en la creencia que la guerra durarla unos pocos meses. Sin embar- go, ya en 1915 se pudo comprobar que la profecia de Durnovo comenzaba a cumplirse. El Ministerio de Guerra no habia previsto una lucha que excediera algunos meses y aun asi, el material almacenado se gasté en las primeras semanas de la guerra. Para la primavera de 1915 escaseaban fusiles y municiones. El falto mando dispuso ahorrar municiones, de modo que cuando la artileria bomibardeaba las posiciones ru- sas, se prohibfa responder el fuego, para indignacién e impotencia de los soldados. Y para peor, el Zar resolvid asumir personalmente el mando del ejército. Todas las razones que da el benevolente Lieven - que veremos luego — sobre la decisién de Nicolés II no consiguen superar el hecho que la monarquia se precipité a un callej6n sin salida por su propia ceguera y terquedad Hay que agregar que los problemas que enfrenté Rusia en la primera guerra del siglo XX también los tuvieron las otras potencias beligerantes. Y en esta similitud de nuevo la comparacion resulta desfavorable para el zarismo: Francia o Inglaterra posefan sistemas politicos més flexibles para adaptarse a los cam- bios. Rusia no. La autocracia zarista era demasiado lenta, burocratica y anquilosada. El ejército ruso sdlo tenia a su favor la magnitud humana. Al promediar la contienda Rusia tenia movii- zados a 9 millones de soldados. Superaba claramente tanto a Alemania como a Austria-Hungria. Pero el {general Knox un agregado militar inglés — percibié claramente la desventaja: Comparé al ejército ruso con un luchador grandote, de muchos misculos — hoy dirlamos: un peleador de Sumo — pero al mismo tiempo incapaz de moverse rapido, de modo que alguien mas pequefio y gil, podia pegarle impune- mente donde le dolia. El ejército ruso: Ineptitud, burocracia y muertes inttiles. Por segunda vez, una guerra demostr6 el anacronismo del sistema zarista. El gobierno se las arregl6 maravillo- ssamente para convertir en apenas tres afios a sus millones de soldados enlistados en revolucionarios en potencia, ‘enfurecidos con sus propios jefes y hasta con el mismo Zar. Para empezar los comandantes pertenecian a las grandes familias aristocréticas. La mayoria habia pasado los Lltimos afios dirigiendo desfiles o estudiando estrategias decimonénicas, Hubo unas absurdas cargas de caballe- ria o a la bayoneta contra posiciones protegidas por ametralladoras, que barrieron compaitias enteras sin la menor justificacién estratégica, El colmo del disparate fue que los trenes rusos transportaban al frente mas forraje y caballos que suminis- ‘ros, sobrevalorando la funcién de la Caballeria, ‘Ademés los comandantes estaban divididos y a menudo peleados entre ellos por celos o antiguas rivalidades cortesanas. La estructura de comando era cualquier cosa menos “unificada”: Por un lado, estaba el Ministerio de Guerra; por otro lado, la “Stavka” (Mando Supremo) y finalmente, los comandantes de los distintos frentes. El general Bezobrazov calificé la actuacién rusa de un conjunto de “érdenes, contradrdenes y desérde- nes’. El general Dsalieski resumia las cualidades del Alto Mando de esta forma: "Muchas aventuras, mucha ignorancia, mucho egoisma, intrigas, arribismo, codicia, ineptitud y estrechez de horizontes y muy pocos conocimientos y talentos, ningtin deseo de correr riesgos 0 de poner en peligro la comodidad y la salud,” El general Brusilov se quejaba de no haber visto jamas un “plan de campafia”. Brusilov era real- mente muy capaz e inteligente — una excepoién rara — lo que resultaba suficiente para ganarse la envidia de los comandantes aristocraticos, no sdlo incapaces de emular los éxitos de Brusiloy, sino ademds, con mucha menor popularidad entre la tropa. Brusilov se preocupaba que sus soldados estuvieran bien ali- > Cit. en Orlando Figes, Orlando Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. La tragedia de un pueblo. Barcelona: Edhasa, primera reimpresion, 2001, p. 296. Mas resumido, pero con otros detalles en Dominic Lieven, Nicos I.E iltimo Zar, Buenos Aires: El Ateneo, 2006, p. 292-293. 128 ALEIANDRO Cunzo Escarno mentados y armados, castigando sin vacilar a los oficiales corruptos o incompetentes, sin importarle que provinieran de “buena familia’. La Corte detestaba a Brusilov ~ ya que éste emitid oriticas justas al alto mando - y procuré minimizar sus victorias (segun la confesién del Ministro Polivanov a la esposa de Brusilov). Asi, el avance triunfante de Brusilov sobre los Cérpatos en 1914-1915 se detuvo cuando le negaron el envio de refuerzos, a pesar que de hecho, habla conquistado una vasta porcién de territorio austrlaco, del que tuvo que retirarse al poco tiempo. El Zar empeoraba las cosas distribuyendo nombramientos por influencia de la Zarina o porque le caia simpa- tico tal o cual personaje, de modo que los altos mandos estaban llenos de hombres sumamente leales a la corona, pero completamente ineptos desde el punto de vista militar En realidad, la costumbre de tales nombramientos la habia comenzado el Ministro de Guerra Sujomiinov, tras la revolucién de 1905. En 1914 el mismo Zar quiso asumir la comandancia del ejército — a pesar de su ‘ula capacidad militar — pero al final sus Ministros lo convencieron que era mejor — como imagen polltica - que la figura real permaneciera junto al pueblo y no en el frente -. Entonces Nicolés II designé Comandante Supremo al Gran Duque Nicolés Nicolaievich — "Nicolashka” 0 "Nicolasha”, como le decian, en la familia-, su tio, que jamds habia participado en ningun combate serio. El Gran Duque Nicolés Nicolaievich era una figura decorativa — la idea fue poner un Romanov a cargo, también como ‘imagen politica’ - capaz de atender muy cortésmente a los visitantes extranjeros y firmar papeles que le ponian delante sus ayudantes de campo, pero sin una vision estratégica global. Parte de estos ayudantes de Nicolas Nicolaievich eran sus propios hermanos, cuyo mérito pasaba por su parentesco. El general Yanushkevich, jefe de Estado Mayor de Nico- las Nicolaievich ni siquiera habia comandado un batallén. Debia su cargo a la simpatia del Zar, quien lo conocié cuando Yanushkevich era un guardia del Palacio. En primavera de 1915, el general Brusilov recibio luna visite de Nicolés Il en el frente de Galitza y le fue comunicada la designacién de un general ayudante, Brusilov supuso que este alto honor se debia, sin duda, a los servicios prestados por dicho ayudante en algun lugar, pero Nicolds I le respondié que simplemente se trataba de una “recompensa’ a una persona que lo visité en su Cuartel General y charlo amablemente con el monarca en la cena. Los mandos el Ejército ruso estaban separados de la tropa por un verdadero abismo. Mientras el soldado vivia en las trincheras mal alimentado, mal vestido y mal aprovisionado, sus jefes disfrutaban de cémodas estancias, alejadas del frente. A ello se agregaba el traslado del conflicto social: Los campesinos se habian convertido en soldados, mientras los terratenientes de Ia nobleza, ahora eran sus jefes. La opresién que experimentaba el campesino en Ia aldea, se trasladaba al frente de batalla, donde el noble exigia las prestaciones personales feudales, desde hacerse lustrar as botas hasta usar a los soldados para enviar recados personales. Ademés, desde 1915 los azotes y los golpes con palos era tan usuales como discrecionales. Es significative que uno de los primeros reclamos satisfechos por el Séviet de Febrero de 1917 fue abolir el tratamiento despectivo de “tu” que daban los oficiales a los subordinados y todos los titulo nobiliarios que debia enumerar el soldado para dirigirse al superior, reemplazindolos por el simple “seftor coronel”, “sefior general”, etc. E|Comando Supremo del Ejército se hallaba en 1914 en Baranovichi, una pequefta localidad de Bielorrusia Un agregado militar inglés recuerda que era un lugar pacifico y encantador, rodeado de un bosque de abetos, Los oficiales superiores tenian tiempo para charlar como si estuvieran en un club y dar largos 'pase0s por entre los arboles, fumando un cigarrilo después de comer. Mientras tanto, en el frente, los soldados ni siquiera tenfan botas o abrigos. Uno de ellos refirié en una ‘arta a un familiar que cuando el Zar pasé inspeccién a su compafiia, los oficiales, anoticiados de antema- no, hicieron que de otro regimiento se enviaran las mejores ropas para que se las pusieran los de la ‘compatiia que iba a ser visitada. De modo que mientras el Zar se paseaba muy impresionado, alla nomas, no muy lejos, habia soldados practicamente desnudos, sin gorras, pantalones, uniformes, bufandas, etc La atencién médica para el simple soldado era de lo peor. Brusilov recorrié un hospital de campafa, encontrando horrorizado que s6lo habla cuatro médicos para atender a unos tres mil hombres heridos o enfermos. Aunque los médicos se esforzaban, comiendo de pie y trabajando sin parar dia y noche, Brusilov vio que muchos soldados estaban tirados en el piso, tal como habian llegado, con el uniforme sucio, Cublerto de sangre, sin la menor higiene. Rodzianko, el Presidente de la Duma hallo un cuadro peor en la estacion de ferrocarrl de Varsovia: Nada menos que diecisiete mil soldados heridos yaciendo en el suelo bajo la lluvia y soportando el frio. Rodzianko se dirigié al departamento médico local donde descubrio una total indiferencia por la suerte de aquellos desgraciados, a los que no se atendia por una cantidad absurda de regulaciones burocraticas. 129 8. Revowcidn Rusa - Tencena Parre La indiferencia de los altos mandos por las pérdidas de hombres en batallas indtiles, atacando posiciones demar siado fortificadas escandaliz6 a los agregados militares occidentales. El ¢jército ruso- recuerda Trotsky —habia sido modelado por las ideas de Suvorov antes de la Revolucién Francesa: El soldado debia obedecer como méquina, sometiéndose a la arbitrariedad y a la muerte, sin tener ninguna iniciativa propia, Eso explicaba continua Trotsky— que los rusos perdieran sistemiticamente todas las guerras desde la caida de Napoleén hasta 1914, Elplan original de! mando ruso era atacar @ Austria-Hungria — considerada mas débil ~ y mantenerse a la defensiva frente a Alemania — considerada mas fuerte -. Pero Francia exigié una ofensiva en la frontera alemana a fines de 1914 - ya que de esa forma se aliviaba la presion de los ejércitos germanos, Como hemos visto en otro lugar, las tropas alemanas atravesaron Bélgica y entraron en Francia arrollando sus defensas hasta llegar a Paris. El pedido de Francia era comprensible desde sus necesidades estratégi- cas. Pero implicaba enviar a la muerte a los soldados rusos, ya que era conocida la superioridad alemana. Lo terrible fue que los comandantes zaristas realmente no les importaba. :*... crelan que un ataque fuerte ‘con numerosas cargas de caballeria y una utilizacién generosa de la bayoneta reflejaria mejor la bravura del caracter ruso. Dejaron de considerar la enorme pérdida de vidas que tal ofensiva iba a entrafiar una vez que se enfrentara con la artileria y las ametralladoras modemnas"™* . Siguiendo las nuevas instruccio- nes, dos ejércitos rusos cruzaron la frontera alemana: uno desde el este (conducido por el general Samsonov) y el otro desde el sur (Conducido por el general Rennenkampf). Los alemanes no lo esperaban y'se replegaron, solicitando refuerzos. Hasta aqul el plan funcioné bien. A continuacién vino el desastre, ‘Samsonov dispersé sus tropas, enviando hombres y artilleria a proteger puntos en retaguardia o que no eran vitales en ese momento. Y encima tuvieron el descuido de dar ordenes telegréficas sin codificar de ‘modo que los alemanes supieron perfectamente como era la situacion del enemigo. En Tannemberg, el contreataque aleman acabé con este primer ejército. A continuacion, ios alemanes se volvieron contra el segundo ejército (batalla de los Lagos Masurianos), cuyo comandante (Rennenkampf), sabiendo ya el destino del primer ejército, se acobardé y ordend Ia retirada. En ambas batallas, la incompetencia o la cobardia de los comandantes rusos habian dejado un saldo de un cuarto de millon de hombres muertos. Los celos personales entre Samsonov y Rennenkampf, cada uno buscando destacarse mejor que el otro; también influyeron en la falta de coordinacién. Y eso no es todo: Un agregado militar francés fue acongo- jado a manifestar al Gran Duque Nicolas Nicolaievich su pesar por las bajas y éste le respondié en fran- és: "Nous sommes heureux de faire de tels sacrifices pour nous allies’ (Nos sentimos felices de hacer tales sacrificios por nuestros aliados). Para los circulos aristocréticos del Cuartel General, era “debilidad” cualquier muestra de compasién por los caidos en el frente. El resultado de este desastre fue la remocién del general Gilinski, comandante de todo el frente Noroeste. La ironia fue que el general Gilinski habia protestado todo el tiempo contra semejante estrategia y hasta predijo lo que podia suceder en los Lagos Masurianos, dadas las caracteristicas del terreno (una zona de pantanos, donde los soldados quedarian trabados y se hundirlan bajo el fuego de la artilleria), Laotra cuestién que incidié en el ejército fue el cambio de composicién de la tropa. Rusia disponia de algunos ccuerpos de soldados profesionales. Pero al alargarse la guerra y suftir pérdidas, se comenzé a convocar a los reservistas. Estos ya no tenian el mismo entrenamiento y eran campesinos u obreros a los que se les enchufaba el uniforme —a veces como castigo por militancia politica -. Algo similar sucedié con oficiales y suboficiales. En los primeros meses de guerra, las balas del enemigo encontraron con mucha facilidad los uniformes vistosos y coloridos que usaban los rangos intermedios con pretensiones de cortesano. Y si no, una carga frontal conducida estipidamente por el oficial en primera fila, terminaba rapidamente con él y su tropa. Tras perder de ese modo 60.000 oficiales ~ pricticamente no qued6 nada por debajo del grado de capitan — hubo que cubrir sus puestos con campesinos entrenados a toda velocidad y-que no tenian mas de veinte afios. Esto democtatiz6 los cuadros y permitié el ascenso de hombres que simpa- tizaban més con el simple soldado que con sus superiores. Escribe Trotsky: “Hay que decir que en el cuerpo de oficiales hallaba cumplida representacion, no s6lo la Rusia aristocratica, sino también la burguesa y la democratica. La guerra derram6 en las filas del ejército a docenas de miles de pequefios burgueses bajo la forma de oficiales, funcionarios militares, médicos e ingenieros."* La actitud de estos elementos — continua Trotsky - era vacilante: Por un lado respondian a la propaganda patristica, pero al mismo tiempo también crelan en la necesidad de reformas. © O. Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. ed. cit, p. 301, % Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, Madrid: Sarpe, 1985,t: |, p. 210. 130 ALEJANDRO Cuneo Escano ‘Asi, Fiodor Linde era sargento en 1917, tras haber sido un socialdemécrata que habia participado en la revolu- cién de 1905; luego encarcelado, profugo y finalmente, retornado a Rusia aprovechando la amnistia de 1913; para terminar movilizado con motivo de la guerra. Linde fue quien amotind al Regimiento Preobrashenski en febrero de 1917—como luego veremos -. Otro sargento — también de origen campesino -; Siergei Kirpichnikov, encabezé la insurreccidn del Regimiento de Volinski. Futuros importantes generales del Ejército Rojo Zhukov, Rokossovski, Chapaiev - empezaron su carrera como oficiales provisionales de la Primera Guerra Mundial. (Mas tarde Stalin los hizo a un lado porque no fueron lo suficiente chupamedias; aunque luego tuvo que llamar- los en Ja Segunda Guerra Mundial... pero eso es otra historia) El sistema ruso consistia en tres affos de servicio militar activo hasta los 21 afios. Luego se pasaban 7 atios en situacin de reserva de primera clase, seguidos por 8 afios mas en condicién de reserva de ‘segunda clase y finalmente, 5 afios en la Milicia Nacional. El verdadero entrenamiento solo se concretaba ten los tres afios primeros afios de servicio activo. Pero Rusia perdié casi dos millones de hombres en 1914 — una gran parte en el estUipido ataque sobre Prusia Oriental -, de modo que se convocaron a los reservistas de la Segunda clase. “Muchos ni siquiera sabfan cargar sus fusiles ~ se quejaba el general Brusilov — y, por lo que se refiere a su tiro, cuando menos se diga de ello mejor” El 4nimo del campesino no era precisamente belicista: El general Brusilov - que entre otras cosas, se carac- terizaba por gustarle conversar con sus hombres, a diferencia de los demas generales aristocraticos - tuvo la ‘ocurrencia de preguntar a sus soldados por qué raz6n estaban en guerra: “La respuesta inevitable y carente de sentido era que cierto archiduque y su esposa habian sido asesinados y que por lo tanto los austriacos habian intentado humillar a los serbios. Précticamente nadie sabia quiénes eran estos serbios; igualmente tenian dudas acerca de lo que era un esiavo. Nadie sabia decir por qué Alemania querria hacemos la guerra ‘acausa de estos serbios’. Otros directamente respondieron a Brusilov que ni sabian de la existencia de algo llamado “Alemania”. En Smolensko, un agente de hacienda escuché el comentario de unos soldados opi- nando que para ellos no habria diferencia alguna — 0 sea, no iban a estar peor - si quedaban bajo “un Zar ‘aleman’ y otros proponian pagarles unos rublos a los alemanes, en vez de combatirios. Por lo tanto, el resultado fue que el zarismo tenfa ahora millones de hombres del pueblo armados y organiza- dos. Sus esposas, madres 0 hermanas les escribian desde la retaguardia informandolos de las penurias que pasa- ban. Hasta el general Brusiloy, un militar apreciado por la tropa -tanto como era menospreciado en la Corte- ‘empezé a recibir cartas anénimas de sus hombres diciéndole que ya no querian luchar més. El coronel Engelhardt un octubrista de la Duma— pensaba en 1916 que los 150,000 soldados de la guarnicién de Petrogrado eran comparables a un material inflamable antes que el “sostén” del régimen. La revolucién estaba a la vuelta de la esquina. Solo necesitaba una excusa. El Zar comandante supremo ~ Recapitulemos brevemente los sucesos del frente ruso: En 1914 los ejércitos rusos atacaron simulténeamente en Alemania y en Austria-Hungria. Lo primero — por imposicisn de los aliados franceses — terminé en un descalabro. En cambio, el general Brusilov al frente del Vill ejército si logré un cierto éxito avanzando sobre territorio austriaco. En 1915 los alemanes desataron una ofensiva con éxito que logré penetrar en Bielorrusia. Con el frente occidental estancado ~ sequin vimos en otro lugar — Alemania desplaz6 sus fuerzas hacia el este. Los rusos no estaban preparados y fueron arrollados. Los comandantes habian fortificado distintas Posiciones: Kovno, Grodno, Osowiec, etc. que se transformaron en trampas mortales bajo el fuego de la artileria alemana, ‘No era sino otro ejemplo de c6mo la elite militar rusaiintentaba combatir un conflicto del ‘siglo XX con tacticas propias de la guerra de Crimea’.® Un parrafo aparte merece el comportamiento de oficiales y comandantes: Cuando los restos del Ili Ejército ruso se reunieron detrés del rio San, descubrie- Ton que sus corruptos jefes hablan vendido las palas, alambre y maderas necesarias para construir trin- cheras. El comandante de la fortaleza de Kovno, un viejito picarén, no tuvo mejor idea que irse a escondi- das a tomar unos traguitos a un bar de Wino — donde fue encontrado y sometido a una corte marcial -.. justo pocas horas antes que los alemanes llegaran a la posicion. La tropa volvié a comprobar la cobardia o ineptitud de sus jefes. Mientras el soldado raso debfa retirarse a pie ‘©amontonado en carros, se veia pasar trenes a toda velocidad transportando a los altos mandos con sus amantes 0. Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. ed. cit, p. 314. BL 8. Revowucion Rusa - Tercera Parre y sus efectos personales — alguien llegé a ver jaulas con canarios -. El gobierno presenté las cosas evocando la *épica de 1812” Era propaganda para el pueblo, pero algunos comandantes se lo creyeron en el frente, Fue wn desbande: Los soldados encontraban que depésitos de alimentos y ropa dejados en retaguardia, con los que’ contaban, habian sido apresuradamente incendiados. Las aldeas cainpesinas eran evacuadas a punta de pistols, Ienando los eaminos con familias en carros, que obstaculizaban el paso a las mismas unidades militares, acen= tuando el caos, e impidiendo formar la “segunda linea de defensa”. “Lo han jodido todo y ahora la pagamos nosotros” — refunfuiié un soldado cuyo comentario fue escuchado por el mismo Brusilov. “Los campesinos no quieren abandonar sus pueblos; ancianos y ancianas se esconden en los bosques para no tener que marcharse pero la evacuacion se lleva a cabo sin contempiaciones. Se les obliga a ‘cargar en carros su ajuar, los nifios y los ancianos, y a emprender el camino con su ganado, mientras se destruyen sus casas y sus reservas de trigo. Las copiosas lluvias hacen los caminos intransitables, por lo ‘que una verdadera oleada humana se vuelca sobre las pocas carreteras por las que se puede circular Apretujandose unos contra otros marchan durante semanas enteras sin rumbo fjo, suftiendo las incle- mencias del tiempo las fatigas del viaje, y cuando por fin, después de recorrer cien o doscientos kilme- tros, un grupo de estos fugitivos se reparte entre varios pueblos y empieza a disfrutar del bien de tener un techo sobre su cabeza, se recibe la orden de evacuar la regidn, y tanto sus habitantes como los recién llegados tienen que emprender de nuevo la marcha, siempre hacia el Este. E! torrente humano avanza cada vez mas impetuoso, obstruye las carreteras y padece hambre y toda suerte de privaciones; el gana~ do no encuentra ya pastos donde alimentarse y las reses mueren en cantidades enormes; entre los fugi- tivos aparecen enfermedades y epidemias; los que sobreviven se resisten a separarse de sus muertos, ‘esconden sus cadaveres en los carros y duermen junto a ellos. Ningun campo de batalla puede ofrecer un espectaculo tan horrible como esas carreteras colmadas de miseria y dolor. (..) Cuando llegan a las ciudades, las saquean; las orgias de destruccion sin freno ni motivo estén @ ‘orden del dia. En la evacuacién de Varsovia quieren destruir las centrales térmicas, las fabricas de gas y los depésitos de agua, pero gracias a una contraorden dada en el ultimo momento es posible evitar ese desatino. El gobernador de Lublin, lia Sterligov, incendia la ciudad. En Kovno se evacuan cuarenta mil personas en cuarenta y ocho horas. El que puede encontrar un sitio en un vagon de ganado, aunque este lleno hasta los topes, puede considerarse feliz. A los que no tienen esta suerte se les obliga a marchar por la carretera, empujados por fusiles, sin rumbo y sin esperanza" ** La facilidad con que cayeron las defensas rusas generd rumores sobre “traicién”. El origen alemén de la Zarina y de muchos dignatarios de la Corte empezé a ser recordado. El escéndalo de un coronel ruso acusado de espiar a favor de Alemania, que era ayudante del Ministro de Guerra Sujomlinoy, afirmé las sospechas. “;Qué clase de Zar se rodeatia de ladrones y defraudadores?” fue la conclusién de un cocinero, cuando el oficial reunié a le tropa para explicarles que la derrota se debia a los traidores 0 espias que estaban en el Alto Mando- “Es claro que el pez empieza a apestar por la cabeza”. “Para muchos soldados este fue el momento psicolégico vital de la revolucién, el momento en que su lealtad hacia la monarquia se derrumbd. Un gobierno que los habia arrastrado a una guerra que no podian esperar ganar, que habla fracasado a la hora de proporcionarles las armas y los suministros necesarios y que ademés se entendia con el enemigo, ciertamente no merecia mas sacrificios’. ‘Aunque muchos de los rumores no fueran ciertos ~la Zarina era més probriténica que proalemana; y aun Trotsky, el mas enconado enemigo de la monarqula, también rechaza estas habladurias*"°— otros tenian >” Es decir, cuendo las tropas napolednicas invadicron Rusia, En esa ocasi6n el general Kutusov advirtié que enfrentarse directamente = tos franceses resultaba siempre mal y prefirié retirarse, preservando sus fuerzas. Aunque los franceses tomaron Moscé, el inviemo i falta de suministros, los for26 a volverse, ahora hostigados por los rusos con breves ataques frecuentes. ®t Michael Prawdin, Rasputin y el ocaso de un imperio, Barcelona: Editorial Juventud, Primera ed., 1983, p. 88-89. > 0, Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. ed. cit, p. 316. 3 Trotsky opina que un genuino “nacionalismo” no conmovia demasiado a“... a alta aristocracia de todos los paises de Earp -vinculada en todas partes por lazos de parentesco y de herencia, por el desprecio hacia los dems simples mortalesy, last but not least Bor sus lbertinajes cosmopolitas entre los muros de los viejos catllos, de Tos balnearios de moda y las cortes europeas. Tenfan bastante mile ‘deel las antipatias orgénicas de la pandilla palaciega contra aquellos plebeyos abogados de la Repiblica francesa y las simpatias Gea reaccionarios -lo mismo los de apellido teuténico que los de nombre eslavo- contra cl espiritu auténticamente prusiano del gobiemas berlinés, que durante tanto tiempo les habla tenido Fascinados con sus bigotestiesos, sus modales de sargento mayor y su estulicis He de suficiencia." Es decir: Habia mis germanofiliaentendida como admiracion por el modelo prusiano, que efectivo entendimicnts comtiss ‘alemanes, Aftade Trotsky que los comandantes rusos también tenfan motives para hacer correr los rumores de traicién y justificar == ineptitua. (y. Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed. cit, t 1p. 80-81) 4 132 AussAnpRo Cunro Escanvo cierto respaldo: Rasputin era demasiado charlatan y result6 una buena fuente de informacion para los agentes alemianes. Maurice Palelogue, Embajador francés en Petrogrado habla montado un “servicio de vigilancia e informacion en torno a Rasputin’ — asi lo confiesa personalmente — y descubrié que el monje aceptaba de buen grado los convites del banquero Manus: “Todas las semanas — cuenta Paleologue - ofrecia una comida al starets quien se encontraba alll con generales, edecanes del emperador, altos funcionarios y también, naturalmente, algunas hermosas y complacientes mujeres. Bebian alli durante toda la noche. Animado por el vino, Rasputin charlaba, peroraba incansablemente. Y, entonces se le ofa decir en su lenguaje pintoresco todo lo que habia oldo en sus conversaciones con los soberanos, todo lo que éstos le hablan confiado 0 lo que é! habia sorprendido en sus opiniones o proyectos, en sus esperan- zas 0 inquietudes. Y, al dia siguiente, se expedia hacia Estocolmo, una relacién circunstancial. La recibla en esa ciudad el ministro de Alemania, quien a su vez la transmitia inmediatamente a Berlin’ ‘Afiade Figes: "La cuestin en torno a estos rumores no era que fuera verdaderos 0 no, sino que tenian gran poder para movilizar a un pdblico encolerizado contra la dinastia. En una crisis revolucionaria las percepciones y las creencias cuentan mas que las realidades™>?. Mas adelante, los rumores también operarian en contra y a favor de los bolcheviques, segin las €pocas, como se vera Fue entonces que Nicolas II tomé una decision: Asumir personalmente el mando del ejército. Hemos visto que lo intenté en 1914, pero sus Ministros lo convencieron de lo contrario. Habla intereses fuertes en juego: El Ministro de Guerra Sujomlinov queria tener la gloria de dirigir aquella guerra que se suponia corta y victoriosa. Pero el Zar embromé a Sujomlinov al poner a su to, el Gran Duque Nicolés Nicolaievich al frente de la Stavka (Mando Supremo). Desde ese momento la rivalidad entre el Ministerio de Guerra y el Comando Supremo se sumé a los descalabros militares. La historiografia afin al monarca lo present como un “acto de valor”: “La decisiGn del emperador de asut ‘el mando de las fuerzas armadas no solo era valiente e irrevocable, sino correcta. La mejor solucién a la crisis politica era que el monarca marchase al frente del ejército... "°. La verdad es que Nicolds Il era tan nulo militarmente como el Gran Duque Nicolas Nicolaievich aunque ambos ‘reyeran lo contrario -, El “entrenamiento” del Zar habfa consistido en pasar algunos afios en su juventud en la Guardia del Regimiento Preobrashenski, cuando aii era el heredero del trone, junto con varios j6venes aristécra- tas, miembros de la elite nobiliaria. Era como ir a una escuela privada o a un club, a aprender modos ceremoniales. Los oficiales no podian ser demasiado severos — su situacién se parecfa a la del capataz de la estancia a cargo del hijo del patrén ~ y en términos generales, Ia vida en la Guardia se parecia a un barrio privado o a la “detencién” domiciliaria o en cuarteles de los militares argentinos acusados de violaciones a los derechos humanos. En segundo lugar, la destitucién del Gran Duque Nicolés Nicolaievich se debié en parte a los cclos de la Zarina. A ésta se le habia metido en la cabeza que el Gran Duque Nicolas Nicolaievich estaba ganando mas “popularidad” que su esposo. Cortesanos y allegados le habian Ilenado la cabeza con rumores y chismes. Nicolas Nicolaievich tenia dos grandes enemigos: Uno ya lo conocemos: el Ministro de Guerra Sujomiinov. El otro era Rasputin. Nicolas Nicolaievich fue uno de los primeros miembros de la familia imperial en conocer a Rasputin y luego recomendarlo encendidamente. Seguramente habia un célculo detras: Nico- ls Nicolaievich esperaba utilizar a aquel bruto campesino para ganar influencia decisiva sobre el matri- monio real. Pero Rasputin se comporto respecto al duque igual que los Kirchner con los Duhalde, Para 1916 las malas relaciones entre el monje y el generalisimo eran evidentes. Rasputin deslizaba insinuacio- nes sobre la ambiciosa mujer del duque, una princesa de Montenegro, que como hija de reyes, queria tener su propio trono— lo que era cierto, aunque posiblemente pensando mas en una Polonia reconstruida % Maurice Paleologue, Alejandra Feodaroma (Emperatris de Rusia), Santiago de Chile : Zig Zag, 1939, p. 86. El tema ha sido actualizado con una reciente publicacién: Rasputin, ef diario secreto, Los autores del libro, padre e hijo, son el psicblogo Alexandr y el historiador Daniil Kotsiubinski, quienes dicen haber reconstruido en base a archivos todo lo que Rasputin dict6 a su secretaria entre 1914 yy 1917 ~ los papeles originales fueron quemados -. Segin este“ jaro”, Rasputin recibié dinero de Alemania. Hay que sefilar que el “diario” fue declarado apocrifo por voceros de la Iglesia ortodoxa dados los detalles escabrosos que contiene y que afectaban el propésito de canonizar como santo a’ ‘Yerosimil. Personalmente, creo que la cuestién de si Rasputin fue o no agente alemin es por ende merece la misma solucién, 30, Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. ed. cit, p. 333. *® Dominic Lieven, Nicolds IL, El slimo Zar, ed. cit, p. 30S. Esta era la opinion de la Zarina, como se lee en sus cartas a Nicolés I icolés I a su familia —1o que fue concretado ms tarde -. Sin embargo, otros historiadores lo han estimado ilar ala misma discusién sobre los bolcheviques. 8 Revouucidn Rusa - Tracers Parr ‘ con territorios arrebatados a Alemania y @ Austria-Hungrfa; algo que el mismo Nicol! insinu6 al comien= zo de la guerra -. Por parte de Nicolas Nicolaievich, seguramente también le hacia poca gracia las injerencis “militares” de Rasputin en la guerra, repartiendo consejos y prevenciones. Maurice Paleologue, embajador francés en Petrogrado, recuerda que en una ocasién Rasputin le escribié al Generalisimo que la Virgen se le habia aparecido la noche anterior y le habla ordenado ir al Cuartel General con un mensaje. Nicolas Nicolaievich respondié que aguardaba a Rasputin en su Cartel General, pero que la Virgen se le habia aparecido a él también, para decirle que si Rasputin segula hinchando, lo hiciera ahorcar. EI Ministro de Guerra Sujomlinov y Rasputin se entendieron facilmente en su propésito comuin de desha- cerse de Nicolas Nicolaievich. Es cierto que Nicolés Nicolaievich tenia buenos vinculos con los sectores liberales y es posible que muchos pensaran en él como alternativa dinastica a los Romanov reinantes. Los historiadores modernos — como Dominic Lieven — rechazan la posibilidad que Nicolas Nicolaievich partici- para efectivamente en una conspiracién contra su propio sobrino, independientemente de los rumores sobre la “conspiracién palaciega” a los que nos referiremos luego. La decisién de Nicolas II de tomar el mando del ejército tuvo el efecto de unir a sus propios Ministros en una critica comiin. Los informes del frente indicaban que Rusia marchaba hacia una derrota y lo peor que podia hacer el Zar era tomar la responsabilidad de conducir al ejército en esas circunstancias. Testimonio de Maurice Paleologue, embajador francés en Rusia: “Salta a la vista que Rusia no podré obtener ya la victoria, El 3 de septiembre de 1915 cumpio con el deber de informar telegraficamente ami Ministro M. Delcassé la probabilidad de que Rusia no pueda mantener con eficacia a breve plazo, ‘su papel de aliada’.*"* Lareaccién del monarca five empecinarse més: {Cémo se atrevian a cuestionar o dudar del Zar de todas las Rusias?. Dominic Lieven declara que poco ~... después de haber asumido el mando supremo, la situacion militar mejor6 con rapidez, Kiev se salv6, se estabilizé el frente y se produjeron pequefios pero exitosos contra- ataques”"*. Esto no se debié tanto a Nicolés I! como al Ministro Polivanov, un hombre efectivamente muy capaz, que Zarina hizo destituir en unos meses. La tiltima ofensiva.- En 1916 el animoso Brusilov insistié en desencadenar una ofensiva. Tenia un muy buen plan y fue escuchado: Desde 1915 todos los frentes se habjan estancado y la tnica posibilidad consistia en buscar un punto débil donde concentrar tropas para intentar la ruptura. Esto fue intentado a en la fase final de la guerra por alemanes, ingleses y franceses con diversa suerte. La originalidad del plan de Brusilov estaba en que él sabia que el desplazamiento de fuerzas hacia un determinado sector del frente no podia ser ocultada al enemigo, y por eo propuso un ataque simulténeo para desviar la atencién del foco principal, que se producirfa en el punto mas Adébil, que era la Galitzia austriaca. Desde el principio el plan de Brusilov fue visto con desconfianza por varios generales aristocriticos, qué le tenian envidia. Cuando Brusilov inicié su ataque, sus colegas en los otros frentes, Evert y Kuropatkin no lo respaldaron, avanzando con la decision requerida. A pesar de ello, Brusilov logré entrar en Galitza, capturando ‘casi la mitad de las fuerzas austriacas del frente oriental. El descalabro de Austria-Hungria fue tan grave, que Conrad, jefe del Estado Mayor, empezé a considerar la posibilidad de pedir la paz. Sin embargo, la falta de decisin de Evert y Kuropatkin, que no presionaron en el frente alemén, provocd que Alemania desplazara refuerzos y contuviera a Brusilov, haciéndolo retroceder. El favoritismo de la Corte hacia Evert y Kuropatkin — verdaderos responsables del fracaso — impidié que se tomaran medidas. El general Alexeiev, superior de Evert y Kuropatkin, tampoco se mostraba muy enérgico, ya que Kuropatkin habia sido su superior en la guerra ruso-japonesa de 1904, Brusilov, que en el fondo era um verdadero patriota, sacé la conclusién que era imposible ganar la guerra con el régimen politico que tenia Rusia. Dosaiios después lo encontraremos al servicio de los bolcheviques, ayudandolos a organizar el Ejército Rojo. Detras del frente: La Duma en la oposicién, La burguesia liberal se organiza El comienzo de la guerra despert6 una euforia patriética en la burguesia. ‘Como en nuestra Guerra de Malvinas, se crearon grupos de voluntarios que empaquetaban medicinas, comidas, 2% Maurie Paleologve, Alejandra Feadorovna (Enperaris de Rusia), ect, p. 87-88 28 Dominie Lieven, Nicolds I 1 iio Zar, ect, p. 309. 134 Aursanpno Cuneo Escano ropa, etc. para enviarlas al frente. Las ociosas amas de buena familia oftecieron sus servicios como enfermeras —la misma Zarina incluida, aunque su entusiasmo decliné en unos meses -, Era una forma de lavar sus complejos de culpa ante el pueblo. Laesposa del laborista (trudovique) Kérensky le escribié: “Cuando me inclinaba para lavar los pies sucios de un soldado o limpiaba y vendaba sus heridas malolientes y supurantes, experimentaba un éxtasis casi religioso. Me inclinaba delante de todos estos soldados, que hablan entregado sus vidas por Rusia. Nunca habia sentido un éxtasis similar’. Las buenas intenciones que pudo tener la Zarina al ponerse el uniforme de enfermera se estropeaban debido a su rango. Los médicos con los que trabajaba no podian tratarla como a cualquier enfermera y a menudo tenfan que procurarse ellos mismos en instrumental, mientras la emperatriz se sentaba para tomar un descanso. En otras ocasiones se demoraba una curacion para que llegara la Zarina y estuviera presente durante la misma. Aparecieron muchos “comités civicos” o “asociaciones”. El Principe Lvoy, integrante de la nobleza progre- sista, eneabezaba la Unidn de los Dsiemstvas. Esta organizacién —conjuntamente con la Unién de Ciudades — practicamente suplié lo que el gobierno tenia que hacer, encargéndose de enviar los suministros més indispen- sables a los soldados. Era lo més parecido a nuestras “Redes Solidarias”, pero con una gigantesca estructura, que hacia 1916 abarcaba unas 8000 instituciones afiliadas y varios cientos de miles de empleados. “Un Estado dentro del Estado” — segin la acertada definicién de Figes. De aqui provinieron los futuros dirigentes del Gobierno Provisional. EI Ministerio de Interior —a cargo entonces, del reaccionario Maklakov — veia con hostilidad a la “Unién de los Dsiemstvos”, considerdndola la primera avanzada de la revolucién. Lo cierto es que Lvov siempre fue mucho més conservador de lo que parecfa. Terminaba todas las reuniones entonando el himno nacional y como la ‘mayoria de los liberales rusos, no le importaba mantener la monarquia, si s6lo se hubieran aceptado unas cuantas reformas descentralizadoras. Las derrotas sufridas por el régimen sumadas al desorden administrativo y econémico, estimularon a los bur- gueses liberales a pedir cambios desde sus periddicos 0 asociaciones civicas, Hasta los miembros de la autodisuelta Duma querian volver a reunirse. El escdndalo de espionaje en el Ministerio de Guerra provoeé Ia caida de Sujomlinov. La verdad era que Sujomlinov no estaba en complicidad con agentes alemanes, sino que era un funcionario tipicamente zarista: negligente y algo corrupto — su esposa Katia, recibfa sospechosos regalos caros de los contratistas de suministros militares para el Estado -. A continuacién Nicolds II obtuvo la renuncia de Maklakov (Interior) y de dos Ministros més, todos objeto de las criticas liberales por sus politicas reaccionarias EI Ministro conservador Maklakov era el “hombre del buen clima’; eufemismo utilizado para aludir a la ircunstancia que cuando NicolAs I visito la provincia que gobemaba, hacia efectivamente buen tiempo y ‘ademas Maklakov se las arreglo para mostrar unas cuantas demostraciones patridticas a favor del Zar. Esto bastd para convertirlo en Ministro de Interior. Ya en funciones, su otra caracteristica - ademas de ensafiarse con los liberales- era divertir a la familia imperial contando chistes 0 poniéndose a cacarear como un gallo, estilo concursante de Tinell Por otro lado, Makiakov era de esos reaccionarios que soportaba de mal grado la extrafia alianza con la “Republica” de Francia, Uno de los motivos para pedir su dimisién fue que los liberales se enteraron de un memorandum del Ministro recomendando hacer la paz con Alemania y aliarse con ésta. El Bloque Progresista. La “Revolucién de los Ministros”.- El Zar acepté la reunién de la Duma hacia media ‘dos de 1915. Dos tercios de los diputados constituyeron el llamado “Bloque Progresista” (o “Bloque Progresi- ‘¥9": progriessivni bloc). Era la unién de la derecha moderada con la izquierda moderada bajo un programa ‘eomiin de reformas que mantuviera a la monarquia y evitara la revolucién. Los nuevos Ministros de Nicolds II (Kivoshein y Poliavinov) apoyaban los cambios y arrastraron a todo el resto del Consejo de Ministros, excepto ‘ileal y senil- Goremikin, que lo presidia. Foc Ia Gltima oportunidad del zarismo para cambiar Ia historia: Si Nicolés Il hubiera aceptado el reclamo Sasnime de la opinion piblica burguesa, se descomprimirfa la presién y se retrasaria la revolucién. Después de #2d>, ya lo hizo antes, en 1905. Més atin: La burguesia liberal habia “moderado” sus pretensiones para hacerlas ‘ceptables por el monarca. BS 8. Revowwciy Rusa - Tencees Panre Dominic Lieven presenta el punto de vista del Zarismo: *..e! Bloque era una conspiracion conéebida pars quitarle al emperador el control del gobiemo y colocario en manos de los politicos del partido, cuyo niicleo mas activo compuesto por los ricos industriales de Moscd presionaba a favor de un gobierno formaimente responsable ante la Legislatura. En este aspecto contaban con el apoyo de gran parte de la prensa (...) Pedian un gobierno que gozara de la ‘confianza publica’. Decodificada, la consigna significaba que el ‘emperador debla nombrar a un primer ministro aceptable para el Bloque Progresisia, a quien le seria permitido elegir y controlar a sus colegas ministeriales".** Esto no era tan asi: Solo los mas radicales del Bloque — como los laboristas (trudoviques) de Kérensky — querian un gobierno pariamentario. Miliukoy, el jefe del sector kadete (constitucional-demécrata, KD) y principal artifice del Bloque se enfrent6 a ellos. La formula “gobierno de confianza publica’ fue el resultado intermedio, procurando que fuera lo bastante eldstica como para que el Zar no sintiera que se recortaban sus facultades autocraticas, En cuanto a la mencién que hace Lieven de los “ricos industriales de Moscu’, tiene raz6n, pero no cuenta toda la historia: A prineipios de 1915 se habla creado un "Consejo Especial para la Mejora de Suministros de Artileria’, con la excusa formal de resolver los problemas de abastecimiento del frente. De hecho, se convirtié en un instrumento que favorecia contrataciones con los industriales de Petrogrado y en particular, los que estaban mas vinculados al gobierno. Los capitalistas de Moscu estaban furiosos y por eso crearon nos Comités de Industrias de Guerra, en un intento de quebrar el monopolio de sus rivales de Petrogrado. Era comprensible que los industriales metalurgicos de Moscd estuvieran en la oposicion politica y a favor del Bloque Progresista de la Duma. ‘Aqui se interpusieron dos cosas: El orgullo de Nicolis Il los manejos de la Zarina. El Zar veia las “concesiones” de 1905 como la verdadera causa de los desérdenes y la mala administracién del Imperio. Habia sido demasiado “bueno” permitiendo que aquellos “politicos” avanzaran cada vez més con sus “pretensiones”. Era tiempo de recordarles que Rusia era una autocracia — y no una “democracia” de estilo briténico -. La Zarina apoyaba este punto de vista: Sus cartas al monarca ~ ya en el frente, asumiendo el mando ~ le pedian que se comportara como {vin el Terrible” y hasta que mandara a “azotar” a los “canallas de la Duma”. Fue asi que Nicolds II dispuso la disolucién de la Duma y removié a sus Ministros, dejando al leal Goremikin en la Presidencia, El resultado fue convencer a la burguesia liberal que no habia forma de obtener cambios en el régimen por la via pacifica y diplomatica. No se trataba de ganar la guerra primero y luego mejorar Rusia —un argumento que alguna vez se us6 entre los liberales -; sino que sino se terminaba a tiempo con la autocracia zarista, Rusia iba directamente a la catastrofe militar y social. Esta conclusién explica el jbilo de la Revolucién de Febrero y la facilidad con que cay6 el zarismo, como luego veremos. “iEste viejo est loco!” — grité uno de los Ministros cuando el senil Goremikin regres6 del frente con la orden de Nicolas II de disolver la Duma. Pocos dias después, los mismos Ministros fueron al Cuartel General para entravistarse personalmente con el monarca y convencerio que las reformas eran impres- cindibles. "Muéstrales el pufio — escribid la Zarina a su marido ~ Tu eres el autocrata y no se atreveran a olvidarlo’. También le sugirid que usara el peine de Rasputin antes de la entrevista, para recibir algo de la “fuerza® del “amigo” (asi llamaba Alejandra al monje). Aparentemente la magia funcioné, porque los Minis~ tros terminaron acobardandose ante el Zar. El kadete (constitucional-demécrata, KD) Makiakov escribié en el mismo mes de septiembre de estos suce- 508 un articulo periodistico muy difundido y comentado por toda Rusia. Comparaba al pais con un automévil que iba manejado por un “conductor loco” (obviamente, el Zar) y entre cuyos pasajeros estaba la “madre” (es decir, Rusia). Aunque existian otros conductores mas competentes, nadie se animaba a tomar el volante por miedo a provocar una catastrofe. Y asi iba el vehiculo de mal en peor, con el conductor loco. El gobierno de la Zarina.- Cuando Nicolis II se hizo cargo del frente — como hemos visto — su esposa rey que a ella le tocaba cuidar la “casa”. La Zarina estaba orgullosa de ser la primera mujer desde los tiempos de Catalina la Grande que recibia Ministros. Se jactaba en su correspondencia con Nicolis II se “Ilevar los pantale= nes que no se ven”. Maurice Palelogue, embajador de Francia en Rusia: *...Ya no se ve como antes, cansada, inerte, agobie~ da, sombriamente sofiadora y taciturna: por el contrario se la ve incesantemente activa, locuaz, exuberan- te, irascible, impetuosa y arrebatada, Es que en tal instante hay una nueva idea que preocupa y domina su espiritu: se cree designada por Dios para salvar el trono de los Romanov y la Santa Rusia’.*”” 56 Dominic Lieven, Nicalds I El iltimo Zar, e4. cit, p. 299-300. 3 Maurice Paleologue, Alejandra Feodorovna (Emperatris de Rusia), ed. cit, p. 104. 136 Aursanpno Cuxto Escanno Era elmomento del apogeo de la influencia de Rasputin: La Zarina le recomendaba a Nicolas II todas las, ‘ccurrencias del monje sobre finanzas, transporte, suministros, etc. ~ y hasta tuvo la idea de sugerirle una estrategia militar basada en una “vision nocturna” de Rasputin, aunque, por suerte, Nicolas I no siguié su consejo en este punto - ‘Otro testimonio de Maurice Peleologue: "Pollticamente, este reinado de la emperatriz se traduce muy [pronto por la dislocacion de todo el aparato gubernamental (...) Por todas partes reina el desorden, la incoherencia, la anarqula sin contar con las mas escandalosas malversciones de fondos fiscales: es porque Rasputin arrastra tras de si una inmensa camarilla de chariatanes y aventureros a quienes hay que S2cier (..) Si el emperador tarda mucho en dar su consentimiento, la emperatriz acude al Gran Cuartel ‘General y no regresa a Tsdrscoie Sielo sino después de haber triunfado" ** [Los nombramientos 0 remociones de Ministros se hacfan segin la divisién maniquea del mundo en “amigos” ‘© “enemigos” de Rasputin. Asi surge de la correspondencia entre el Zar y la Zarina, donde ésta recomienda a alguno diciendo que “quiere y respeta a nuestro amigo” o bien, expresa su disconformidad con otro en estos ‘téminos: “Anda contando infames historias sobre nuestro amigo”. Los aspirantes a cargos gubernamentales no ‘tardaron en rodear a Rasputin con halagos y atenciones. De septiembre de 1915 a febrero de 1916 hubo un caos de nombramientos y destituciones: Cuatro primeros ministros, cinco Ministros de Interior, tres Ministros de Asuntos Interiores, tres Ministros de Guerra, tres Ministros de Transporte y cuatro Ministros de Agricultura. En marzo de 1916 la Zarina consiguié la destitucién del Ministro de Guerra Polivanov, “el organizador militar mas capacitado de Rusia” a juicio del agregado militar inglés Knox. Polivanov, en efecto, se ocupé de reconstruir al ejército ruso tras las pérdidas de la retirada pero su defecto — para Alejandra - fue que ssincroniz6 su trabajo con diversos organismos civiles, Era también, amigo de Guchkov, uno de los miem- bros de los Comités de Industrias. Esto bastaba para ganarse la enemistad de la Corte. "Me gustaria librarme de Polivanov ~ escribié la Zarina a Nicolés Il - Es sencilamente un revolucionario.” En cuanto al Comité de Industrias, Alejandra le pidié a Nicolas II que ordenara *cerrar* esa "podrida® cosa y respecto a Guchkov, pregunt6 sino se lo podia “ahorcar’. (El inteligente Polivanov termin6 siguiendo, mas tarde, el mismo camino que el no menos capaz Brusilov: Colaborar con los bolcheviques en la organizacién del Ejército Rojo). El sucesor de Polivanov fue el general Shuvaev, cuya mayor cualidad era una cuadrada lealtad a la corona. "Si el Zar me ordena saltar por la ventana, lo haré gustoso” — le coment6 al agregado inglés Knox. En otra ocasién, cuando se lo acus6 de traicién a causa de varios errores militares, su argumento de defensa se redujo a: "Puede que sea esttipido, pero no soy traidor’. Laofensiva de Brusilov de 1916 tuvo parte de su éxito en que fue ocultada a la Zarina. Y el descalabro que siguié también se vincula con Alejandra: Desaconsejé al Zar la ofensiva en el frente aleman — que precisa- ba justamente Brusilov como apoyo complementario — ya que el “experto” Rasputin era de esa opinion. Las torpezas de la Zarina, en medio de una crisis econémica y social, mas el hecho que luego de la ofensiva de Brusiloy, el gobierno tampoco tenia ningiin éxito militar para mostrar al pueblo, conducian directamente a la reyolucién, Las mujeres se agolpaban en la cola para el pan — que cada vez era mas escaso y costaba mis — y eomenzaban a hablar contra el gobierno. Los informes de policia indicaban que las criticas se extendian también a la Duma — cuyas reuniones se habian reanudado a fines de 1916 -. La burguesia liberal estaba en una encruci- jada: Sicmpre temié a la revolucién — atin recordaba la ira desesperada de los pobres en 1905 contra los propie- tarios: saqueos, incendios, justicia por mano propia, etc. - pero ahora percibfa que solo quedaba sumarse a ella. Las ultimas’esperanzas.- E| nombramiento de Protopopov como Ministro de Interior despert6 algunas ilusiones. Era un terrateniente octubrista, miembro del Bloque y fabricante textil; es decir, lo que parecia ‘ser-un cabal representante de la burguesia liberal. Pero fue una maniobra de la Corte: Protopopov era rotegido de Rasputin —lo que no se supo sino después —y la misma Zarina intercedié en su designacion: “Como él es uno de la Duma ~ escribié a Nicolas il - causaré un gran efecto y cerrara las bocas”. Trotsky fe calificd de un "hombre medio loco’. El juicio siempre severo del revolucionario ruso se queda corto en sia ocasi6n, si lo comparamos con la opinion de Maurice Paleologue, el embajador francés en Rusia “Perorando y gesticulando sin descanso, con extrafias llamaradas que por instantes le asomaban a los. ‘Gies, daba la impresion de un alucinado, un megalémano, un fantoche’.s WP Mesrice Paleologue, Alejandra Feodorovna (Emperatri de Rusia), 4. city. p. 99. ‘Tsirscoie Sielo" —literalmente, “la aldea del Zar” ©) Pecblo real” —era una suerte de Versalles, es decir, el lugar donde resid la familia imperial, a poca distancia de la capital, * Masrice Paleologue, Alejandra Feodorovna (Emperatriz de Rusia), ed. cit, p. 103, 137 8. Revouwcibn Rusa ~ Tercera Parr Protopopov se habia vinculado con Rasputin en casa del “sanador’ Badmaiev, que preparaba brebajes con titulos que parecen para un teria musical pop: “agua de larga vida", “jugo de loto gris", “elixir del amor perfecto", etc. - parece que Protopopov fue a verio buscando una medicina para la pardlisis cerebral, de modo que lo de “loco” no era un eufemismo -. El nuevo Ministro era un fanético mistico — en una ocasion le dijo al laborista (trudovique) Kérensky que gobernaba con la ayuda de Jess ~ y tras la muerte de Rasputin, afirmaba que el monje continuaba enviandole mensajes desde el mas alla. : “La obsequiosidad del Protopopov hacia la pareja imperial resultaba nauseabunda. En lugar de proporcionar un puente entre la oposicién liberal y el Gobierno, se convirtié en un lacayo de la Corte y fue condenado claramente por traidor a la causa pariamentaria."*®° Cuando la Duma le exigid su renuncia contest: ‘Como me piden 507. Toda mi vida solo quise ser vicegobernador y ahora soy Ministro”. Uno de los primeros servicios de Protopopov fue liberar de la carcel al ex Ministro de Guerra Sujomlinoy, el que habia estado enredado en el asunto del espionaje. Sujomlinov era otro protegido de Rasputin y si bien es cierto que era mas corrupto {ue traidor su liberacién produjo indignacién general, por la prepotencia con que se pasé por encima del tribunal ya constituido para juzgario. La oposicién de la Duma.- El 1 de noviembre de 1916 se rounié la Duma. El jefe del partido kadete (constitucional-demécrata, KD), Miliukov, un liberal moderado, siempre dispuesto a negociar con las au- toridades, pronuncio un discurso bastante critico e inusual. El gobierno prohibid su difusion por la prensa, de modo que circularon copias mecanografiadas. Esto lo agigant6 — y ademas las copias aparecieron con “agregados" andnimos, como un parrafo que hablaba sobre lo mal pagos que estaban los docentes, cosa que Milliukov nunca dijo -. Lo cierto es que ese dia se oyeron otros discursos mas fuertes ~ los del ala izquierda de la Duma, donde estaba el laborista (trudovique) Kérensky ~ pero era significativo que un contemporizador como Miliukov diera un paso semejante. La revolucion se venia encima y los politicos de ia Duma se esmeraban en no quedar mal parados. El mismo partido kadete (constitucional-democrata, KD) se estaba dividiendo en dos alas: Un sector se aproximaba al grupo de laboristas e izquierdistas. Viviendo la Vida Loca.- En medio de la derrota militar y la amenaza de la revolucion a los sectores aristo- craticos y adinerados decidieron disfrutar de la vida. Fiestas, orgias, grandes sumas dilapidadas en bebida y caviar, apuestas fabulosas en el casino, infidelidades conyugales: todo esto sorprendia alos extranjeros ‘que recorrian el barrio privilegiado de la capital. Sin disimulos, sin ocultario; las clases pudientes se entre- gaban a los mayores goces antes del derrumbe final: "Sobre aquel sangriento fondo de la guerra, bajo el Tuido sordo y perceptible de las sacudidas subterréneas, los privilegiados no renunciaban ni une sola hora alos goces de la vida; muy al contrario se entregaban a ellos con frenesi. Pero en sus orgias aparecia con mayor frecuencia un esqueleto y los amenazaba con las falanges de sus dedos descarnados."* EI “golpe palaciego’. - Como dijimos mas arriba, la destitucién del Gran Duque Nicolés Nicolaievich y su reemplazo por el Zar al frente del Comando de Operaciones (Stavka) se debié en parte al temor de la Zarina de que el duque participara de un complot para destituir a su sobrino. Dijimos que la imputacién ha sido descartada por los historiadores modernos, pero si es cierto que en 1916 hubo muchos rumores de conspiraciones para sacarse de encima a los torpes Romanov que condu- cian el pais hacia el desastre. Con sentido comtin, Trotsky pregunta: “Por qué las clases dirigentes, que buscaban el modo de evitar la revolucién, no hicieron nada por librarse del Zar y de los que le rodeaban?” Y responde: “No dejarian de pensar en ello, pero no se atrevian. (...) La idea de la revolucion palaciega (dbértsovi pieriébot) flotaba en la atmésfera hasta que la devoré la verdadera revolucién.” Se dijo que Gutchkov, miembro de ia Duma, tenia un plan consistente en apoderarse del tren donde Viajaba el Zar y obligarlo a abdicar a favor de su hijo, con el Gran Duque Miguel - hermano de Nicolas Il como regente (adviértase que no se trataba de Nicolés Nicolaievich, al menos, en este supuesto plan). ‘También se hablé de una conspiracién que implicaba al moderado Lvov y al general Alexeiev, con el apoyo del general Brusilov: “Si hay que elegir entre el Zar y Rusia, me quedo con Rusia’, fue la frase de Brusilov que circulaba por todos lados. El plan consistia en arrestar a la Zarina y hacer que Nicolas Il abdicara a favor de Nicolas Nicolaievich. Lvov quedaria a cargo del gobierno responsable tan solicitado por el Bloque de la Duma. Trotsky cite varias conversaciones mas que implican a diversos personajes (Rodzianko, Presidente de la Duma; el octubrista Chidlovski; el kadete (constitucional-demécrata, KD) Chigarev) incluso que hasta el embajador briténico pudo estar complicado — es cierto que Buchanam, el embajador inglés, simpatizaba con la burguesia liberal y la exigencia de un “gobierno responsable” en Rusia -, pero Trotsky agrega: “,Existla, en realidad, tal conspiracién? Nada hay que lo pruebe. Para ser un complot era 3 0, Figes, La Revolucién Rusa 1891-1921. ed. cit, p. 335. 22 Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed cit, tp. 79. Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed cit. lp. 79 138 Auesanpno Cuneo Escando demasiado vasto, abarcaba elementos demasiado heterogéneos y numerosos. Fiotaba en el aire como ‘expresi6n del espiritu de la alta sociedad petersburguesa, como una vaga idea de salvacion o como una salida desesperada, pero sin llegar a concretarse en ningun plan practico.” * Para Trotsky, el “golpe Palaciego” no pasé mas alla de conversaciones entre aristocratas o diputados de la Duma, conversacio- nes irritadas, pero sin llegar al terreno de la decision. Sin embargo, hubo un complot que si se concret6: "Los conspiradores liberales no se atrevieron a suprimir al primer actor del drama monarquico; pero los grandes duques decidieron suprimir al apuntador..."**. Se refiere a Rasputin. Elfin de Rasputin - En sintesis, podriamos decir que Rasputin fue muerto por un “grupo patriético-gay". El Principe lusupov, el agente principal - que luego conté Ia historia en su exilio en Parris (La fin de Raspoutine)- se habia casado con una bella mujer, pero ~de acuerdo a sus propias memorias — ya desde los trece afios preferia usar las ropas de su hermana y ponerse las joyas de su madre o de la amante de su hermano. Hacerse pasar por mujer era el entretenimiento favorito de lusupov: Consiguié cantar en un teatro, enga- fando a todos con su voz de timbre agudo, hasta que el director descubrid que era un hombre y lo echd. Asimismo le encantaba frecuentar el barrio gitano~siempre disfrazado de mujer -, donde habla fornidos. hombres de espléndidos bigotazos, que cabalgaban con increlble habilidad. Los otros conspiradores tam- bién eran homosexuales - el Gran Duque Dmitri Pavlovich, un sobrino del Zar y el Gran Duque Nicolés Mijailovich - e integraban una elite del Regimiento aristocrético mas gay de todo el ejército. Estaban he- chas unas locas con Rasputin; tan rustico, tan grosero, tan salvaje, con semejante mal gusto para vestirse yencima, un amoral. Estos sentimientos hacia Rasputin se combinaban con un ardiente belicismo nacio- nalista: Temian que por infiuencia del monje se firmara la paz con Alemania, abandonando a los aliados occidentales. Consiguieron el apoyo de un diputado de la Duma de extrema derecha, Purishkevich. Es posible que también hayan participado dos agentes ingleses: Oscar Kay y lady Sibilla Gray, ambos al servicio de Sir Samuel Hoare, quien tenla informes del servicio secteto sobre los consejos pacifistas de Rasputin a la Zarina, pero lusupov omite sus nombres en el relato, porque la intervencién de dos extran- jeros le restaria el matiz patristico. El plan consistia en eliminar a Rasputin y luego hacer encerrar a la Zarina en un convento 0 en un sanatorio mental, creyendo que asi el Zar se volveria un buen monarca. El Principe lusupov tenla motivos mas personales: Una joven, hija de’ un consejero imperial, se acercé a Resputin buscando consuelo ante el fallecimiento de su prometido, muerto por heridas recibidas en un ‘duelo, Rasputin la consolé efectivamente, del modo en que él acostumbraba. Tiempo después lo supo el hermano menor de su prometido fallecido. Y este hermano menor era justamente, Félix lusupov. Aesto se afiadian otras razones: Los padres de lusupov habian cuestionado a Rasputin y esto los enemist6 con la corte. Aunque muchos historiadores afiaden que lo decisivo fue un acercamniento mas personal de lusupov a Rasputin que no prosperé o que fue demasiado fugaz y entonces, como suele ocurrir, el amor se tornd odio, Jusupov reanudé sus vinculos con Rasputin bajo la excusa de necesitar una “curacién”. Esto le Permitié verse a solas con el monje. En estos encuentros, lusupov desplegé todas sus mejores habilida- des: Le cantaba, tocaba la guitarra, ballaba frente a Rasputin, meneando la colita y luego se sometia a los. “masajes curativos” — aunque, por otro lado, no quiso aceptar las entusiastas ofertas de Rasputin para que ‘ambos se fueran juntos a pasar la noche en un campamento gitano -. La conducta de lusupov siempre aparece contradictoria en sus relatos: Dice que lo odia, aunque por momentos se deciara fascinado por la mirada del monje y ademas continuamente le pide que abandone la corte y se vuelva a su pueblo. Una Roche, lusupov se decidid, ¢ invitd a Rasputin a su palacio, El monje acepto con el anzuelo de conocer a la esposa de lusupoy, la duquesa Irina, cuya belleza era alabada en todas partes. Lo llamativo es que el ‘complot era conocido por todos los periodistas de la ciudad y hasta él Ministro de Interior visit6 personal- mente a Rasputin esa misma noche, para decirle que la policia secreta sabia de un atentado contra su vida y lo mejor era que no saliera a ninguna parte por unos dias. Pero la duquesa Irina era irresistible: Rasputin sabia que la mujer padecia algun trastomo nervioso — segiin le dijo lusupov — asi que eso le daba le oportunidad de hacerie sus "masajes" curativos, E| monje se preparé con sus mejores ropas y cuando lusupov paso a buscarlo en un coche, percibié que se habia echado un frasco de perfume barato.Por otro Jado, como presintiendo que algo podia ocurrir, Rasputin previamente destruyo su correspondencia y eposit6 dinero a favor de su hija. Ya en el Palacio, lusupov llevé a Rasputin al sétano — que en realidad Rabia sido acondicionado y amueblado como una habitacién - y le dijo que Irina bajaria alll, cuando termi- Bera de atender a unas amigas en las habitaciones superiores, donde se percibia una melodia sonando en i megafono. La verdad era que Irina ni siquiera estaba en Petrogrado y arriba solo se encontraban los Gemas cémplices — incluidos los dos britanicos -. Siguiendo el plan, lusupov convid6 a Rasputin con vino WPesieles envenenados. Rasputin tomé uno, otro y otro. “Lo miré espantado — cont6 mas tarde lusupov - Sees Historia de la Revolucién Rusa, ed. cit, t. 1, p. 83 Pei, Historia de la Revolucén Rusa, ed, cit, 1, p. 85 BD 8 Revowcion Rusa - Tencees Pare Elefecto del veneno debia ser instanténeo pero, ante mi estupefaccién, Rasputin continuaba conversan= do como si nada pasara."® . Acto seguido, Rasputin empez6 a darle al vino ~ también con cianuro —hasts pescarse una curda, Con la excusa de ver si la bella Irina estaba por bajar — la melodia se interrumpio y hubo ruldos que llamaron la atencion de Rasputin -, lusupov subié a hablar con sus complices. “iNo @s posible! - exciamo el duque Dmitri. La dosis consumida por Rasputin ~ las masitas mas el vino ~ er@ Enorme. Previamente la probaron con un gato que cayé fulminado inmediatamente, . Habla tomado Rasputin tn antidoto?. No seria de extrafiar que, sabiendo de antemano que lo odiaban, se hubiera preparado desde mucho tiempo atras para ser envenenado en cualquier momento. lusupov tom6 el revolver del duque Dmitry regres6 — o, en otra versién, bajé junto con el inglés Kay, armado de una pistola, mientras que lusupov levaba una cachiporra (acariciar una forma gruesa, larga y redondeada en la punta, le resul- taba particularmente grato y tranquilizador, segin parece). Rasputin parecia recién empezar a sentirse enfermo. Pidid mas vino. lusupov se lo alcanz6 y vio con asombro que el monje, lejos de empeorar, parecia recobrarse. Entonces lusupov ~ 0 Kay ~ efectué el disparo fatal al corazén de Rasputin, quien parece haber caido como en una caricatura: Gritos, movimientos convulsos, no le falto sino patalear en el Suelo describiendo un circulo, mientras se apoyaba sobre su costado, como Curly, el de los Tres Chifla- dos. Muerto Rasputin empez6 la segunda parte del plan: Uno de los conspiradores se pondria su abrigo y daria un paseo en el coche para que todos los vieran y asi despistar. lusupov estaba dispuesto a admitirel Grimen. pero mas adelante, ante el Zar, en una estudiada y melodramética confocién. Mientras e0 hacian estos preparativos, dejaron a Rasputin en el sotano. Cuando volvieron por él, descubrieron horrorizados ‘que ya no estaba. Todavia, con una bala en el cuerpo, Rasputin consiguié arrastrarse y salir por una puerta Tateral. Lo vieron a varios metros, fuera de la casa. Tuvieron que hacer fuego varias veces hasta que deja de moverse. Entonces, atraldo por los disparos, leg6 un policfa, lusupov lo encaré al estilo Garcia Belsunce: “Aca no pasa nada. Estamos de fiesta. Los amigos se pusieron alegres y hacen ruido". Como se trataba de un Principe que llamaba “tio” a Nicoiés Il — era el hijo politico de Xenia, la hermana del monarca -, el uniformado se retir6. Media hora después regres6: Sus jefes tenian informes de disparos y le exigieron investiger. Esta vez lusupov admitié los tiros, pero dijo que el duque Dmitri mato a un perro. El policia ‘advirtid que los jévenes parecian bastante bebidos. Lo de “matar un perro" le causaba mucha gracia a iusupov. El policia dudaba. Entonces, un hombre de edad con barba y mondculo — seguin lo describié mas tarde el agente — se adelant6: “ZNo me conoces?. Soy el diputado Purishkievich, de la Duma. Hemos matado a Rasputin. ;Entiendes?. Se acabé Rasputin. Vete y no se lo digas a nadie". Desde luego el policia no iba a meterse con tan notables personajes, que encima parecian alcoholizados, asi que se marché Mientras tanto, entre las dos visitas del agente, el cuerpo de Rasputin fue golpeado y pateado varias veces para asegurarse que estaba muerto — fue alli que también, en un acceso de entusiasmo, se dice que uno Ge los complotados [o castr6, para guardarse un ‘trofeo”. - Acontinuacion el cadaver fue trasladado cerca de la isla, ce hizo un hoyo en las aguas heladas del rio Neva y lo tiraron con pesos atados a los pies. Rasputin fue hallado varios dias después: Se descubrié agua en los pulmones, lo que indicaba que toda- via estaba vivo al echarlo al agua. lusupov neg6 todo al principio, e incluso que hubiera visto a Rasputin esa noche: La investigacion encontré efectivamente un perro muerto en su Palacio. Pero la verdad se Supo — testimonio de la hija de Rasputin que alcanzé a ver a lusupov cuando pas6 a buscar a Rasputin, indicios de sangre humana en el Palacio, etc. - y a pesar de la censura sobre la prensa, los detalles {ganaron estado piblico. Testimonio del embajador francés: “Las mujeres son las que mas se apasionan por la misteriosa tragedia. Mientras hacen cola en las puertas de las panaderias y camicerias para recibir $u escasa racion cotidiana, se transmiten y comentan la noticia de que Rasputin ha sido abatido durante na orgia, cuyos menores detalles afirman a medida que van inventéndolos”.* lusupov se refugio en el palacio del Gran Duque Dmitri Pavlovich, donde la misma familia imperial lo protegia. La policia no podia hacer mas que informer al Zar, Unica persona que tenia poder para ordenar un arresto de miembros de su propia familia. Mientras tanto, lusupov recibla agasajos de jovenes oficiales del Regimiento de la quardia, Que se acercaban para abrazarlo y con ardor nacionalista le daban besos en la boca. E| Gran Duque Dmitri fue ovacionado de pie, al aparecer en un Teatro. La herman de la Zarina escribié a la madre de lusupoy anunciandole que rezaria en accion de gracias por aquel “acto patriético". El Zar recibio pedidos de cle- mencia por parte de muchos encumbrados personajes. De cualquier modo, como se trataba de miembros de la nobieza emparentados con la casa real, los castigos fueron destierros. Una pena adicional consistio ‘en no invitar a ninguno de los miembros de la familia imperial que apoyaron a los conspiradores a la fiesta de Navidad que se hacia en Tsarkole Cielo, Se quedaron sin regalos y sin farra; un verdadero drama, pare las costumbres aristocrdticas. Pero contrariamente a lo que imaginaron los complotados, la muerte d= Rasputin acercé mas al Zar y a la Zarina. Por otro lado, el lugar donde fue encontrado el cuerpo del monje, comenz6 a recibir visitas de mujeres que extrafan “agua bendita” de aquel rio "santificado” a partir dees circunstancia. Aunque, salvo estas beatas, la reacoion general fue de jubilo, 8 La fin de Raspoutine Paris, Librare Plon, 1927, 160. 2 Maurice Paleologue, Alejandra Feodorovna (Emperatriz de Rusia), ed. cit, p. 114. 140 ALEJANDRO CuNto Escanno Rasputin fue luego embalsamado y enterrado en el exterior del Palacio real, Tras la Revolucién de Febre- ro, un grupo de soldados tomé el cadaver, lo llevo a un bosque y lo incineré, dejando que sus cenizas se esparcieran al viento. Lo unico que se conservé de Rasputin fue aquel érgano cercenado que aludimos mas arriba. Paso por varias manos hasta llegar a poder de una sefiora aristocrética sumamente piadosa, que lo conserv6 rindiéndole el culto que se merecia ~ y aqul es preciso seffalar, que si bien estos relatos uenan tan terribles como fantasticos, nuestra propia historia nacional tiene anecdotarios similares, desde la morbosidad del! general que le tocé tener el cuerpo embalsamado de Eva Perén, hasta el destino incierto de las manos del General Pern -. En vida Rasputin habla desiizado algunas profecias al Zar, de inequlvoca presién psicolégica. Una de ellas fue: "Si muero, perderan sus hijos y su corona en seis meses” La Revolucién de Febrero En febrero de 1917 - recuerda Trotsky - “ ... el Zar se encontraba en el Cuartel general, en Moguiliey, adonde se habia trasladado, no porque fuese necesaria su presencia alli, sino huyendo de las molestias petersburguesas”."”” Por “molestias peterburguesas” hay que entender las cri particularmente el Ministro de Interior, Protopopov, perteneciente al circulo de Rasputin y de la Zarina -; los pedidos cada vez més insistentes de la burguesia liberal para que el Ministerio fuera responsable ante la Duma; ruego en el que coincidian hasta algunos miembros de la familia imperial y los comentarios negativos sobre la Zarina — también provenientes del mismo cfrculo de parientes -, aconsejandole a Nicolés I que la apartara del gobierno con cualquier excusa - el almirante Nilov propuso que se la enviara a Crimea, lugar de descanso, con sus hermosas playas, donde también habia una residencia veraniega de la familia imperial -. todas estas sugerencias Nicolis Il respondfa negativamente. Mientras tanto, Rusia entraba en su tercer invier- no en guerra. Las capas mas bajas de la poblacién ya no soportaban mas las penurias impuestas por un conflic- to bélico que se alargaba sin posibilidades de ninguna victoria. La moviizacién resto brazos en las fabricas 0 en el campo. El negocio de la guerra desplazé las inversio- es capitalistas hacia las industrias que provelan armas. De modo que comenzé el desabastecimiento de cciertos insumos basicos, Los precios se dispararon: En Moscti las botas costaban mas de un 300 % de lo que valian al iniciarse la guerra y una caja de fésforos salfa un 500 % mas cara. Pero la provisién de alimentos resulté el problema mayor en las ciudades. Curiosamente, no se trataba que no se produjeran sino que no llegaban. La red ferroviaria fue afectada al transporte de tropas, y como el desplazamiento se hacia de este a oeste, los alimentos, que viajaban de sur a norte, fueron relegados. Muchos contenedores de harina se velan inmo- Viles al lado de las vias, esperando alguna locomotora que pudiera transportarlos a Moscii o a Petrogrado. ficas continuas al gobierno — El pan, alimento bésico, comenzé a escasear en la capital. Y sin embargo, habja harina suficiente como para cubrir las necesidades de la poblacién por una semana més: que debido a la inoperancia - 0 a la especulacién ~ los su hhacian largas colas en la noche para recibir la noticia, al llegar la mafiana, que la panaderia no iha a vender nada gin el gobenador Balk -. El problema estaba en istros no llegaban a las panaderias. Las mujeres Y esto sucedia en el invierno mas duro de los iiltimos afios: La temperatura media de febrero alcanz6 los 15 grados bajo cero. La nieve contribuia a detener las locomotoras. Mil doscientas méquinas suftieron desperfectos. Muchas tiendas preferian vender alimentos en las provincias, antes que en Petrogrado, por la diferencia de precios m&s ventajosa. El gobierno anuncié que se iba “racionar” el suministro de pan, lo que gener6 el rumor que elalimento se estaba acabando y a esto siguid una estampida hacia las panaderias, que en algunos casos degeneré en saqueo. El problema del abastecimiento de las ciudades era insoluble para el zarismo y — como veremos ~ lo transmitié al Gobierno Provisional. Se empez6 a plantear la posibilidad de requisas obligatorias en el ‘campo, pero tanto el zarismo, como la burguesia liberal vacilaron ante la vulneracién de la “propiedad Privada”. Los boicheviques no tenian este prejuicio y llevaron a la préctica las medidas de fuerza que sus predecesores ya habian planteado, aunque no ejecutado, como mas adelante se vera. * Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed, cit, |. 1, p. 89. 8. Revouucidy Rusa ~ Tencens Pasre Las fabricas también tenian problemas con las materias primas el ferrocarril no llegaba, sea por el desorden: sea por el clima — de modo que algunas cerraron, dejando a los obreros sin trabajo. Huelgas y protestas. — A mediados de 1915, coincidentemente con el fin de la ilusion de una quer corta, los obreros retomaron las medidas de fuerza para mejorar condiciones de trabajo y salarios. Al principio solo se trataba de reivindicaciones econémicas o profesionales, pero poco a poco empezaron ‘a adquirir matiz politico. Y el gobiemo también ayude a la revolucion - Aesto se sumiaban las torpezas del gobierno, principalmen- te, el Ministro de Interior Protopopov, aquel "medio loco” amigo de Rasputin y de la Zarina, Protopopov convencié al Consejo de Ministros que la Duma no iniciara sus sesiones el 7 de enero - como estaba previsto — sino varias semanas mas tarde. La excusa era que los 9 de enero ~ aniversario del Domingo Sangriento — solian dar origen a manifestaciones y revueltas, por lo que resultaba conveniente tener a la Duma callada. Complementariamente, el Ministro Protopopov dispuso varios allanamientos y detencio- nes. El arresto del Grupo Obrero adjunto al Comité de Industrias de Guerra resulté particularmente irritan- te. Este grupo se habia constituido por inspiracién de los mencheviques, con la idea de sentar en una mesa de negosiacién a representantes de los trabaiadores con los empresarios y as| resolver las quejas que generaron las huelgas. Los diputados de la Duma anunciaron que interpelarian al Ministro apenas se iniciaran las sesiones. Protopopov propuso a Golitsyn, Presidente del Consejo de Ministros, una jugarreta de emergencia: Disolver la Duma y convocar a nuevas elecciones. "Pero, qcree usted que una nueva Duma sera mejor que ésta?" — pregunt6 Golitsyn. "No - replicé Protopopov ~ pero la podemos disolver de nuevo. En Japén se disolvio once veces el Pariamento. Nosotros haremos lo mismo’ Continia Trotsky: “El 23 de febrero era el Dia Internacional de la Mujer. Los elementos socialdemécratas proponian festejarlo en la forma tradicional: con asambleas, discursos, manifiestos, etc. A nadie se le pas6 por las mentes que el Dia de la Mujer pudiera convertirse en el primer dia de la revolucién. Ninguna organizacién hizo un llamamiento a la huelga para ese dia. La organizacién bolchevique més combativa de todas, el Comité de ta barriada obrera de Viborg, aconsejé que no se fuese a la huelga.” "* El testimonio de Trotsky desmiente la posterior historiografia soviética que implanté la leyenda del “partido siempre adelantado’ a los acontecimientos. Pero tambien hay que hacer conslar que las olras agrupaciones de izquierda no fueron menos sorprendidas por los sucesos: "La revolucion se desencadend como el trueno en dia sereno -dice Dsiendsinov, representante del partido de los eseristas (SR, social-revolucionarios)-. ‘Seamos francos: la revolucién fue magna y gozosa sorpresa aun para nosotros, los revolucionarios, que habiamos trabajado por ella durante tantos afios y que siempre la hablamos esperado.” En idéntico sentido, eleserista de izquierda Mstisiavski—que luego se uniria a los bolcheviques - recordaba: "Alos miembros del partido de aquel entonces la revolucién nos sorprendi6 como a las virgenes del Evangelio: durmiendo,.""* EI Dia Internacional de Ia Mujer tuvo dos partes claramente diferenciadas: Por la mafiana salieron las mujeres de clase media a hacer una protesta por la igualdad de derechos. Las fotos que se tomaron muestran a sefioras d= buen humor, acompafiadas por algunas campesinas y jévenes estudiantes. Esto no representaba ningiin peligro para el régimen. La situacién cambié por la tarde: Las obreras textiles de la barriada de Viborg se habian decla- rado en huelga por la falta de pan. Se dirigieron a los trabajadores metalirgicos pidiéndoles apoyo y el paro se extendié a otras fabricas. Luego, las mujeres resolvieron marchar desde los barrios obreros hacia el centro de la ciudad, a fin de reclamar pan a la Duma. Pronto se sumaron los hombres y los estudiantes. Durante los dias siguientes hubo nuevas marchas, a pesar de los esfuerzos de la policia para impedirlas. En realidad ya las mismas fuerzas represivas vacilaban: Trotsky recuerda que el ejército de 1917 estaba en una situacién especial. La guerra obligé a convocar al pueblo, de modo que no habia familia que no tuviera un padre, hijo o hermano entre fos soldados. ,Cémo iban a reprimir a sus madres, esposas o hijas?. La larga duracién del conflicto disips el entusiasmo patriético inicial y en su lugar crecia el desprecio o Ia irritacién hacia los altos mandos. Hasta los cosacos, es decir, el estamento més leal al zarismo, experimentaban un despaste: “el zarismo echaba mano d= ellos para todo, los mandaba a todas partes, los colocaba frente al pueblo, ponia sus nervios a prueba. Estaban y= hhartos de todo esto; no pensaban ya mas que en volver a sus casas, y guiflaban el ojo a los huelguistas como diciendo: "jAndad, haced lo que querdis; allé vosotros; nosotros no nos meteremos en nada!” 2 Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed. ct. t 1, p. 105, 3 Trotsky, Historia de la Revolucién Rusa, ed. cit tI, p. 134,

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