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SKE RmS TEORIA DEL ESTADO Alejandro A. 2° Edicién Ci | Sey Ly RT EL Ce ug Reig i Oram ha y Evolucion de una Polis e La Polis de los Lacedemonios e La Polis de los Atenienses 165 7) ORiGENES DEL _SOCIALISMO 167 7) ORIGENES DEL SOCIALISMO L Del Socialismo Utdpico al Sor ismo Cientifico Europa después de 1815. El Congreso de Viena y la Santa Alianza ‘Tras la derrota final de Napoleén Bonaparte, las potencias vencedoras, es decir, Inglaterra, Austria, Rusia y Prusia se reunieron en el Congreso de Viena para reorganizar Europa, Francia, donde se habia vuelto a reimplantar la monarquia con Luis XVII, fue reducida a sus limites originales previos a la Revolucién. Y el resto de las fronteras resulté arreglado de acuerdo a la conveniencia y las ambiciones imperialistas de los vencedores, Inglaterra consolidé su dominio del mar y adquitié gran parte de las colonias francesas, holandesas y espafiolas en Africa y Asia. En el Mediterraneo se establecié en las islas de Malta, Corfti y en las Jénicas. Austria se anexioné el norte de Italia, ¢ instalé principes austriacos en Monaco, Parma y Toscana, pero tuvo que renunciar a Bélgica. Este titimo pais se fundié con Holanda bajo la denominacién *"Paises Bajos", a iniciativa de Inglaterra. Rusia obtuvo Polonia, Finlandia y Besarabia, Prusia se extendid a Westfalia y también ocupé parte de Sajonia y Polonia. Dinamarca perdié Noruega, que termino unida a Suecia. Estos arreglos entre las grandes potencias, sometian unos pueblos a otros con los que nada tenfan en comtin (os itatianos bajo control austriaco) o mezclaban naciones culturalmente distintas (el caso de los belgas y los holandeses). "Lo que no vino al Congreso fue ningun pueblo — escribe H. G. Wells — Solo monarcas y ministros de Estado (...) Adm no se habla acabado de reunir el Congreso, cuando ya los diplomaticos asistentes se onian a maquinar, a escondidas unos de otros, secretos tratados y acuerdos" ! Esta situaci6n no tardarfa en conducir a nuevos levantamientos revolucionarios en las naciones sometidas, “Los aliados, siguiendo la costumbre, desperdiciaron preciosamente el tiempo en rapaces disputas; - escribe H. G, Wells - en tanto, los Borbones volvieron a Francia. Con ellos volvié el resto de los emigrados, vidos de restitucion y de venganza. Se habia acabado con un gran egotismo, [se refiere a Napoledn] ‘solamente para substituirio con una muchedumbre de egotistas pequefios y més mezquinos. El nuevo rey era hermano de Luis XVI; apenas tuvo noticia de que su sobrino el delfin (Luis XVII) habia muerto en el Temple [una torre en Paris donde se encerraban los presos), se apresur6 a endosarse el titulo de Luis XVIII. Era un personaje gotoso y chabacano, quizés no mal intencionado, pero simbolo acabado del anti- guo régimen. Todo lo que habia de joven y de nuevo en Francia sintio la tremenda amenaza de reaccién ue venia con él. Donde estaba la liberacién? .Todo quedaba reducido a una nueva tiranla, pesada, torpe yssin gloria, en lugar de la tiranta activa y brillante que habla sido la napolednica."? A continuacién se organizé la Santa Alianza, una liga de monarcas cristianos -segin la idea de su inspira- dor, el Zar Alejandro I de Rusia, un mfstico que cada cinco afios cambiaba de opinién- cuyo real objetivo pronto quedé en claro: Reprimir cualquier nueva insurreccién contra el orden establecido por el Congreso de “HL @ Wells, Esquema de la Historia Universal, Buenos Aires: Ediciones Anaconda, 1948. . I, p.84 2 HG Wells, Eaquema de la Historia Universal, e4. cit. , p- 86 168 Auesanpko Cunko Escanpo Viena. Se buscaba "...asegurar el absolutismo, la tradicién, el orden y la religién contra un posible retorno de la thidra revolucionaria’ " ? “El documento cardinal del proyecto de la Santa Alianza, - relata Wells - dicen que fue redactado bajo la inspiracion de la baronesa de Kridener, que parece se habia convertido en la directora espiritual del zar de Rusia. Comenzaba diciendo: ‘En nombre de la Santisima e indivisible Trinidad’, y comprometia a los monarcas participantes ‘a considerarse en relacion a sus stibditos y ejércitos como padres de familia’, y considerandose unos a otros como ‘compatriotas’, a sostenerse unos a otros, a proteger la verdadera religion y a estimular a sus sUbditos a fortificarse y ejercitarse en la practica de los deberes cristianos. Cristo, segin se declaraba, era el verdadero rey de todos los pueblos cristianos — un rey verdaderamen- te merovingio, podria haberse observado — con todos aquellos monarcas reinantes como mayordomos de su palacio."* El Canciller austriaco, Principe Clemente de Metternich, un conservador declarado, impulsé el principio de intervencién militar, para lo cual, las potencias aliadas acordaron celebrar conferencias periédicas. Metternich era un noble que muy tempranamente comenz6 la carrera diplomatic en su pais. De joven vid con desagrado la Revolucién Francesa, aunque al convertirse en Canciller en plena era napoletnica, tuvo que contemporizar con Francia, manteniendo buenas relaciones, a causa de las reiteradas derrotas mili- tares austriacas. Sin embargo, apenas se vid que Napoledn comenzaba a perder capacidad militar, Metternich cambio inmediatamente de bando, sumando su pats a los enemigos del Imperio francés. Lomas liamativo de Metternich es el contraste entre su conservadurismo feroz y su vida sexual completa~ mente liberal. Asi, aunque estaba formalmente casado con Leonor Kaunitz, dama de la nobleza y tan conservadora como su esposo; Metternich anduvo involucrado con una larga serie de mujeres casadas: En Dresde sedujo a la Princesa Bagration, de 18 afios, esposa de un general ruso, con la que tuvo una hija. ¥ en la misma ciudad se las arregié también para conquistar a la duquesa de Sagan, casada con un noble prusiano. Enviado a Paris como diplomatico durante el Imperio de Napolesn |, Mettemich parece haberse ganado 1os favores de Paulina Bonaparte — hermana del Emperador —y Hortensia Beauharnais, aunque el tema €s objeto de discusion. En cambio, si esta comprobado que sedujo a Carolina Murat, esposa de uno de los mariscales de Bonaparte y a Carolina Junod, mujer del gobernador de Paris. Esta titima aventura gener6 un escandalo, cuando el marido descubrié unas cartas de Mettemich a su esposa: "[Junod] ..estall6 en un violento acceso de celos. Se dirigié directamente a Napoledn y le dijo que exigia una adecuada reparacion por la afrenta suftida. Segiin parece, el emperador le respondié que si hubiera tenido que ocuparse de los. problemas de todos los maridos traicionados que se encontraban en su corte, no habria podido ocuparse ‘mas ni de politica ni de problemas militares. Por lo tanto Junod, después de haber enviado a Mettemich tuna tarjeta de desafio, que también quedé sin consecuencias, llam6 a Leonor Metternich {la esposa de Metternich] y le puso ante los ojos las cartas incriminadas. Pero ésta no se alterd y le hizo observar simplemente a su interlocutor cuan mal le quedaban las ropas y las actitudes de Otelo, Napoléon enton- es, que necesitaba mantenerse en buenas relaciones con el nuevo ministro austriaco de Asuntos Exte- riores (... decidié enviar a Junod a Esparia, con la obligacién de llevarse consigo a la mujer. Y antes de la partida del matrimonio Junod, hizo llamar a Laura Junod reprochandola severamente ... por haber conce- dido sus favores a un extranjero.” > Metternich no era un gran teérico del pensamiento conservador — como Edmund Burke, uno de sus maes- {ros — sino tenia ideas bastante simples y se manejaba con pragmatismo. Asi, en el Congreso de Laibach (1821), se respondié al pedido de auxilio del Rey de Napoles, cuyo poder habia sido limitado por una revolucién, que le impuso una constitucién, Las tropas austriacas invadieron Napoles y restablecieron el absolutismo, permaneciendo en la regién como ocupantes hasta 1827. Otro Congreso celebrado en Verona (1822) traté la cuestién de un levantamiento espafiol contra Fernando VII, quien también habia sido » La “Primavera de los Pueblos" en Historama: La Gran Aventura del Hombre. Buenos Aires: Bd. Codex, t. 10, p. 81. ‘La “Primavera de los Pueblos” en Historama: La Gran Aventura de! Hombre., ed. ct.p. 87, Narciso Nada, Metternich en Los Hombres de la Historia , Buenos Aires: Centro Editor de America Latina, 1978, p. 93. 169 7. Onicenes ver Socuuisuo obligado a aceptar una Constitucién. Esta vez le correspondié a la Francia de Luis XVIII restablecer el orden del Congreso de Viena: Cien mil soldados al mando del Duque de Angulema atravesaron los Pitineos y repusieron la autoridad plena de Fernando VIL. Lo que resquebrajé a la Santa Alianza fue la crisis en los Balcanes: Cuando fueron los griegos quienes se sublevaron contra la dominacién turca, los monarcas vacilaron. La opinion publica en paises como Ingla- terra y Francia, simpatizaba con la causa griega e incluso intelectuales como Lord Byron marcharon a Grecia a sumarse a las flas de los rebeldes. En cambio, Mettemich y los gobernantes alemanes defendie- ron la represién turca. Rusia, siempre en confiicto con el Imperio Otomano por el control del Mar Negro y ‘su apoyo a los servios y otras naciones esiavas bajo dominio turco, también se puso del lado griego. Con esta divisién de sus filas, terminaron los congresos de la Santa Alianza, pero no el régimen represivo, la censura de prensa y la vigilancia policial, en particular, hacia los grupos de estudiantes. La Revolucit de 1848 "La Santa Alianza — resume H.G. Wells- (..) trabajé bajo la ilusién de que, derrotado Napoleén habfan derro- tado a la Revolucién, atrasado el reloj del destino y restablecido la monarqu{a absoluta, esta vez, sobre una base santificada y para siempre”.® ‘Como respuesta a la Santa Alianza proliferaron en Europa las sociedades secretas de revolucionarios: Demé- cratas, nacionalistas, socialistas; es decir, todos aquellos que estaban en contra de las monarquias absolutistas, intentaron sublevaciones con diverso éxito (1830, 1832, etc). Fue el aflo 1848 la fecha decisiva: En enero se rebelaron los sicilianos, cuyo triunfo estimulé a Népoles a imitarlos, obligando al rey a aceptar una constitucién. En febrero estallé una insurreccién en Francia que derribé al rey Luis Felipe y establecié la Segunda Repiblica. Siguicron levantamientos en el norte de Italia, que munca se habia resignado al yugo austriaco impuesto por el Congreso de Viena: Comenzé Mildn y le siguieron Venecia, Lombardfa, Parma y Médena. En los Estados Pontificios, un alzamiento obligé a huir al Papa y se proclamé la Repiiblica Romana, con Garibaldi al frente de las fuerzas revolucionarias. Austria envié tropas a Italia, pero en mayo los estudiantes y los obreros de la misma Viena se rebelaron, Metternich tuvo que renunciar y huir y poco después el mismo Emperador de Austria abandonaba la ciudad. Metternich era el simbolo viviente del régimen de la Santa Alianza y de las ideas conservadoras que predominaron en la Cortes europeas a partir de 1815, de modo que se habia ganado el odio general. En Italia lo aborrecian todos los patriotas por las continuas intervencionas de Austria estorbando la unidad nacional, reprimiendo a los republicanos 0 apuntalando la politica autoritaria e imperialista del Papa Gregorio XVI. Otros pueblos no austriacos sometidos a la dominacién de Viena (hungaros, checos, polacos, etc.) también tenian una larga lista humillaciones para vengar. Al sumarse a ello una rebelidn en la misma Capital, donde la juventud estudiantil también estaba harta de la censura y la represi6n, la caida del Can- ciller fue inevitable. Mettemich huy6 a Inglaterra, pals en el que antes habia residido durante la Revolucion Francesa y donde tenia amigos en los circulos conservadores. Mas adelante pudo volver a Austria, pero su estrella habia declinado irremediabiemente. Ain asi, recibié visitas de la nueva generacion de conser- vadores, como el joven Bismarck, futuro artifice del Imperio Aleman unificado. Metternich nunca modificé su forma de pensar: En sus Uitimos afios, gustaba decir que se hubiera sentido cémodo viviendo cien afios antes 0 cien afios después, es decir, en la época del absolutismo previo a la Revolucién Francesa 0 en el futuro, cuando las ideas democraticas y republicanas hubieran decaido, ya que las consideraba una especie de “moda” que terminaria por extinguirse por si misma. La carrera de Metternich tiene varios puntos en comiin con la de un famoso politico argentino y ex presidente, cuyo nombre también comienza con la misma inicial tras naciones que integraban el Imperio austrfaco como Bohemia y Hungria aprovecharon también para sublevarse, lo mismo que los polacos de Cracovia. En el norte europeo, Schleswig y Holstein, dos regiones + H.GWells, Esquema de la Historia Universal, ed. cit. t Il p. 87 170 Auesanpro Cuneo Escanpo pobladas por alemanes, pero sometidas a Dinamarca, también se levantaron; al igual que los irlandeses bajo dominio britinico. Por itimo, en marzo 1a revolucién habia llegado a también a las calles de Berlin, donde se levantaron barricadas exigiendo libertad de asociacién y de prensa En Alemania la represién habia sido especialmente fuerte, generando grupos de emigrados o expulsados que marchaban a Francia o a Suiza. Estos grupos fundaron sociedades secretas, como la llamada Liga de los Justos.. La Liga de los Justos proyectaba unificar a Alemania como una reptiblica, eliminando los privilegios de los principes y la nobleza, pero se caracterizaba por poner especial consideracién hacia los sectores mas empobreci- dos, a quienes la futura Republica alemana garantizaria medios de subsistencia, instruccién publica gratuita, posibilidad de acceder al parlamento mediante una dieta, etc. Eran miembros de esta Liga dos jévenes alemanes: Uno, graduado en jurisprudencia, historia y filosofia en la Universidad de Berlin, yel otro, hijo de un industrial, a quienes, el afio anterior, en 1847, se les encomends la redaccién del programa revolucionario, afin de difundir~ lo en Alemania. Y como la Liga de los Justos modificd su nombre, siguiendo las tendencias de muchos los intelectuales europeos, que aspiraban a una sociedad futura ideal de completa igualdad, por el de Liga de los ‘Comunistas, su proyecto politico, escrito por los entonces desconocidos Carlos Marx y Federico Engels, se publicé y difundié clandestinamente como el Manifiesto Comunista. Terminologia: Socialismo y Comunismo. Antes de Marx y Engels ya existian los términos "socialismo" y “comunismo. Buscando explicar las diferencias, el mismo Engels aclaraba en el Prefacio de la edicion alemana de 1890 del Manifiesto Comunista: ...cuando aparecié no pudimos titularie Manifesto Socialista. En 1847, se comprendia con el nombre de socialista a dos categorias de personas. De un lado, los Partidarios de diferentes sistemas utdpicos, particularmente los owenistas en Inglaterra y los fourieristas en Francia, que no eran ya sino simples sectas en proceso de extincién paulatina. De otro lado, los mas diversos curanderos sociales que aspiraban a suprimir, con sus variadas panaceas y emplastos de toda suerte, las lacras sociales sin dafiar en lo mas minimo al capital ni a la ganancia. En ambos casos, gentes que se hallaban fuera del movimiento obrero y que buscaban apoyo mas bien en las clases "instruidas’. En cambio, la parte de los obreros que. convencida de la insuficiencia de las revoluciones meramente politicas, exigia una transformacién radical de la sociedad, se llamaba entonces comunista, Era un comu- nismo apenas elaborado, sélo instintivo, a veces algo tosco; pero fue asaz pujante para crear dos siste- mas de comunismo utopico: en Francia, el "icario", de Cabet, y en Alemania, el de Weitling. "7 Del texto de Engels se deduce entonces, que socialistas y comunistas eran las denominaciones de aquellos que rechazaban la propiedad privada como derecho absoluto. Pero para los "socialistas" se trataba de moderar las injusticias por mecanismos pacificos e incluso sin desdefiar "convencer" a las clases altas. Los "comunistas", en cambio, palabra no inventada, ni descubierta por Marx y Engels, pues ya se utilizabe en la época — por ejemplo, la "Sociedad Comunista” era el nombre de un grupo revolucio- nario francés de 1840-, eran decididos partidarios de alcanzar la igualdad socializando los medios de producci6n. Y esto, en general, no crefan posible por la via de Is simple propaganda, sino mediante un ‘mecanismo revolucionario. Cabe aclarar que no siempre esta distincién es clara en los mismos textos de Marx y Engels, pues a veces aparece la denominacién de "comunistas utépicos", un género algo hibrido en el que parecen confluir caracteristicas del socialismo con las del comunismo. Volveremos mas adelante sobre el punto. Pero antes de continuar, debemos ver primero como era la situacién social europea. En las revoluciones de 1848 se mezclaban sectores con el mismo enemigo, pero objetivos finales distintos. Para Ja burguesia slo se trataba de limitar el poder del absolutismo mediante constituciones y poder continuar asi sus negocios sin trabas, Incluso estaban dispuestos a una fransaccién, aceptando que se mantuviera la monarquia y la nobleza, en tanto éstos consintieran en un régimen parlamentario y garantizar ciertas libertades bisicas, 7 C. Marw/F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Buenos Aires: Ed. Anteo, 12 ed., 1974. Los autores aqui mencionados se cestudian mas abajo, im 7. Onicenes pet Socusssmo Pero junto a la burguesia, estaba ahora la clase obrera, desarrollada como consecuencia de la Revolucién Industrial. Como veremos enseguida, este sector se hallaba en una situacién mucho ms desfavorable, padecien- do las subas de productos alimenticios fundamentales — consecuencia de crisis econémicas — y la reduccién de sus magros salarios. Cuando los burgueses hablaban de libertad e igualdad, la clase obrera interpretaba algo mas que meras garantias formales de una constitucién; interpretaban fin de la pobreza, trabajo en condiciones dig- nas, ete. ¥ pronto la clase obrera advirtié que el proyecto politico de sus aliados burgueses no era el mismo al que ellos aspiraban: No se trataba de igualdad "... ante Dios o ante la Ley, sino sobre la igualdad econémica."* Por lo tanto, el afianzamiento de los principios liberales, si; por un lado, significé el fin del régimen de la Santa Alianza; por otro lado, abrié Ia Hamada cuestién social; es decir, el conflicto entre capitalistas y trabajadores. ‘Surgimiento de la clase obrera, La Situaci6n en la primera mitad del XIX Se ha sefialado que es necesario distinguir entre el surgimiento de la clase obrera como tal y el movimien- to obrero: "Como clase social surge objetivamente del proceso de acumulacién originaria capitalista que hace que para que exista capitalismo deba existir previamente clase obrera (...) el movimiento obrero como tal, sdlo apareceré en epoca mas tardfa (...) una cosa es la existencia de la clase obrera y otra la aparici6n de los movimientos obreros, sean éstos de caracter mutual, sindical 0 politico."® La misma fuente afiade un tercer aspecto: la ideologla obrera, es decir, una concepcién politica que va mas alla de la simple lucha circunstancial por un reciamo salarial o mejora de las condiciones laborales (movimiento obrero). Para que se diferencie bien este iiltimo aspecto, podemos decir que, si bien en términos generales la ideologia obrera tiende hacia el socialismo — en sus diversas variantes ~no siempre es asi; En la Argentina, por ejemplo, no hay duda que la mayoria de los trabajadores se identifica politica- mente con el peronismo — que ello esté bien ono, es otra cuestion — mientras que a principios del siglo XX laideologia dominante era anarquista o socialista, La clase obrera como tal es producto de la Revolucién Industrial y del ascenso de la burguesia. Se trata de un fenémeno histérico relativamente nuevo, que data de los tltimos dos o tres siglos. Ni en la Antigiiedad, ni en la Edad Media existié clase obrera con las caracteristicas actuales, por la misma razén que tampoco existia el capitalismo. La Antigtiedad se basaba en el trabajo de los esclavos y la Edad Media en las labores agricolas de los campesinos o de los artesanos de las ciudades. Si bien es cierto que hubo trabajadores libres en Grecia y en Roma, los mecanismos productivos eran completamente distintos de la forma de produccién capitalista. En primer lugar, porque el obrero actual carece de medios de produccién. Es el capitalista quien tiene la propiedad de la maquinaria 0 de la fabrica. Por el contrario, el trabajador libre de la Antigitedad o el campesino medieval eran duefios de sus herramientas ¢ incluso poseian alguna huerta para su subsistencia. Lo caracteristico de la produccién capitalista es la produccién en serie y la divisién del trabajo dentro de la fabrica. Mientras el artesa- no medieval elaboraba por si mismo el producto integramente — lo cual demandaba mas tiempo y un mayor esfierzo—, en el sistema fabril capitalista cada obrero efecttia una tarea especifica y limitada, como por ejemplo, ajustar una pieza o ensamblar una parte sobre otra. Como se ver mas delante de aqui arranca una de las criticas de los socialistas al régimen capitalista: El obrero queda limitado a una operacién rutinaria y simple y como debe ganarse la subsistencia, es decir, invertir varias horas de su vida en ello, todas sus capacidades potenciales se atrofian y desaparecen, en contraste con el artesano medieval que adquiria una especialidad completa del oficia (por ejemplo relojeros, escultores, fabricantes de telas, etc.). La transicién del sistema econémico medieval al régimen capitalista arranca con el crecimiento comercial de Ja burguesia y se potencia con los descubrimientos geogréficos en América, Asia y Africa. Se abren asi nuevos * Leon Trotski, Stalin. Cap. I (en Clisicas del Marxismo Revolucionario, CD Editorial Rudolph Klement) Como en esta obra Trotski se dedica especificamente a presentar crfticamente la vida de Stalin, la cita se refiere especificamente los partidos politicos del Cauenso ruso, es decir, a la diferencia entre los grupos démocratas burgueses y los grupos socialist, aunque ambos estaban contra la autocracia zarista. Alberto, Pla, Introducciéin: De los Origenes a las Revoluciones de 1848,.(en Historia del Movimiento Obrero, Buenos Aires: CAL, Vol. 1, p. 5) 172 Axesanpro Cunko ESCARDO mercados ~ y es por eso que no podia existir el capitalismo en la Antigdedad, ni en la Edad Media, cuyos mercados eran mas reducidos y se satisfacian con el régimen de produccién vigente — y surge la necesidad de produccién mas veloz y de aplicacién de las méquinas. Sila burguesia mercantil va a generar ala clase capita lista gracias a la acumulacién de riqueza en sus manos; por otro lado, los campesinos — que emigran a las ciudades debido a las crisis agricolas - y los artesanos de las ciudades— que se empobrecen al no poder competir con las nuevas técnicas mecénicas de produccién - van a convertirse en la clase obrera, A principios del siglo XIX la burguesia habia desarrollado la ideologia liberal, cuyos dos voceros mas repre- sentativos fueron dos ingleses: John Locke y Adam Smith. En lo politico, el liberalismo combatia al absolutismo mondrquico, es decir, representaba el conilicto entre la burguesia y la vieja nobleza. Pero en lo econdmico, permitia el afianzamiento de la burguesia frente a la clase obrera. En efecto, segin los principios burgueses de “libertad de contratacién" y "libertad de mercado", los capitalistas resistian cualquier intervencién del Estado para regular las condiciones laborales, entendiendo que ello "distorsionaba la economia’, En consecuencia, nada obligaba al empresario a tener su establecimiento en condiciones higiénicas elementales: Si el obrero se enfer- maba alli, no era responsabilidad de! empleador; lo mismo que si una m&quina le cercenaba un brazo o un pie al operario. El trabajador que no pudiera concurrir por tener gripe o un hijo, madre o padre enfermos que cuidar, era reemplazado por otro y quedaba despedido. El capitalista no tenfa que pagar indemnizacién alguna, ni avisarle con tiempo suficiente para que pudiera buscar otro empleo. Tampoco existia jubilacién: Aquel cuyas fuerzas se habian agotado por vejez, quedaba condenado a la indigencia. En El Capital de Marx hay un largo capitulo titulado La Jornada de Trabajo que describe tas durisimas condiciones laborales de ciertas profesiones y lugares dentro del Reino Unido de ta Gran Bretaiia en el siglo XIX. Marx se bas6 en fuentes inobjetables, como los informes oficiales de inspectores laborales o médicos. Hay que sefialar — como lo destaca Marx — que Gran Bretafia era considerada el pais mas avanzado de Europa, y de hecho, se trataba de Ja primera potencia mundial, La situacién era peor en las naciones relativamente mas retrasadas — Marx se refiere ocasionalmente a Bélgica, Alemania o Rusia - y muchisimo peor en los paises situados fuera de Europa, como China, India o los Estados Latinoamericanos. Como el fin del capitalista es obtener ganancia, se procuraba hacer trabajar a los operarios la mayor cantidad de horas. Hombres, mujeres e incluso nifios eran sometidos a brutales jornadas de 14, 16 o 18 horas continuas y veces, mucho més. Esto se vinculaba a las maquinarias y a la técnica de la divisién del trabajo. La labor del ‘operario exigia cada vez menos esfuerzo y menos capacitacién. Por lo tanto, las mujeres y los nifios eran contra~ tados, aunque, eso si, pagindoles jornales menores. Era imposible recibir la instruecién escolar bisica e incluso, Ja vida misma se acortaba. Veamos algunos draméticos ejemplos citados por Marx y tomados de los informes oficiales de comisionados enviados por el Parlamento: Pocos afios antes de la publicacién de E/ Capital, el Parlamento inglés nombré una comisién para investi- gar la posible adulteracién del pan y con motivo de ello, los inspectores visitaron varios establecimientos, tomando asi conocimiento de las durisimas condiciones de trabajo de los empleados panaderos. He aqui lo que dice el Informe de los Inspectores comisionados por el Parlamento, tal como lo cita textualmente Marx: “El trabajo de un obrero panadero de Londres empieza por lo general hacia las 11 de la noche. Aesa hora ‘hace la masa’, penosa operacién que dura media hora a tres cuartos, segin el volumen y la delicadeza de la pasta, Luego se acuesta sobre la tabla de amasar, que también sirve para cubrir el amasijo y duerme unas dos horas con un saco de harina bajo la cabeza y otro vacio sobre el cuerpo. Después comienza un trabajo rapido e ininterrumpido de cinco horas, durante las cuales se trata de amasar, pesarla masa, darle forma, meterla en el horno, sacarla, etc. La temperatura de una panaderia es por lo general de 75 a 90 grados; se eleva atin més cuando el local tiene dimensiones reducidas. Una vez terminadas las distintas operaciones que constituyen la fabricacién del pan, se produce su distribucion, y gran parte de los obreros, después de su duro trabajo nocturno, lo llevan durante el dia, en clertos cestos de casa en casa, 0 lo arrastran en carritos, lo cual no les impide trabajar de vez en cuando en la panaderia. Segin la estacion 173 7. Oniosnes vex SociALisMo del afio y la importancia de la fabricacién, el trabajo termina entre la 1 y las 6 de la tarde, en tanto que otra parte de los obreros se hallan todavia ocupados en el interior, hasta la medianoche.” "° Resumiendo, un obrero panadero trabajaba durante toda Ia noche (de 23 hs. hasta las 8 de la mafiana), luego debia distribuir el pan entre los clientes y recién entonces, al fin de la tarde podia dormir unas horas, hasta que llegaba el momento de reiniciar la labor. Asi era todos los dias, incluso los domingos. Sin vacaciones, ni posibilidad de seguir estudios, la vida de estos infelices era breve — acortada por el trabajo inoesante ~ y sus hijos repetian el destino de sus padres. ‘Algunas paginas mas adelante, considerando otto tipo de labores, Marx también cita una noticia publi- cada en un periddico de la época, sobre un proceso criminal contra un empleado del tren, un conductor yun sefialero: "Una catastrofe ferroviaria envio al otro mundo a un centenar de viajeros. Se afirmé que la negligencia de los obreros era la causa de la desgracia. Todos éstos, con unanimidad, declararon ante los jurados que diez o doce afios antes su trabajo no duraba mas de ocho horas diarias. En los ultimos 5 0 6 afios se lo elev6 a 14, 18 y 20 horas, y en ciertos momentos de apremio para los aficiona- dos alos viajes, en el periodo de los trenes de placer, etc. No es raro que dura de 40 a 50 horas. Todos ellos son hombres comunes, y no Argos "". En un momento dado, sus fuerzas de trabajo se niegan a responderles; la somnolencia hace presa de ellos, el cerebro deja de pensar y los ojos de ver. El respectable British Juryman ® les responde con un veredicto que los remite, por manslaughter, alas audiencias siguientes de la sala en lo criminal. Pero en un apéndice expresa el piadoso deseo de que los sefiores capitalistas, esos magnates de los ferrocarriles, tengan en el futuro la amabilidad de mos- trarse mas prédigos en la compra de una cantidad suficiente de ‘fuerzas de trabajo’ y menos ‘abnega- cién’ en el agotamiento de las fuerzas pagadas." De la misma fuente extrae Marx el siguiente testimonio sobre el trabajo de otro operario: *__Ellunes pasado un fogonista empez6 a trabajar por la mafiana muy temprano. Terminé después de las 14y 50. Antes de tener tiempo para beber su té, se lo llamé de nuevo al trabajo... y asi tuvo que trajinar 28 horas y 15 minutos sin interrupcion. El resto de su labor de la semana se distribuyd como sigue: miércoles, 4Shoras; jueves, 15 horas y 35 minutos; viernes, 14 horas 30 minutos; sébado, 14 horas 10 minutos. Total de toda la semana, 88 horas y 40 minutos. Y ahora imaginese su asombro cuando recibié una paga de 6 Ya dias nada mas. Nuestro hombre era novato, y pregunto qué se entendia por trabajo de una jomada. Respuesta: 13 horas, y por lo tanto, 78 semanales. ,Pero entonces dénde esta la paga de las 10 horas y 40 minutos suplementarios?. Después de largas discusiones, obtuvo 10 peniques mas" Un informe sobre las condiciones de trabajo en una hilanderia inglesa de 1823, dice que a pesar de las altas temperaturas'..a los trabajadores no se les autoriza a enviar por agua para refrescarse en medio de la atmésfera sofocante de la hilanderia; aun el agua de lluvia esta bajo candado, por orden del patron...". Y a continuaci6n, el informe enumera las diversas multas que se aplicaban a los obreros: por abrir una ventana (1 chelin), por ir a lavarse en el curso del trabajo (1 chelin) por encender el gas demasiado temprano (1 chelin), por silbar durante la tarea (1 chelin) por estar enfermo y no proporcionar un reempla- zante (6 chelines por dia en concepto de pérdida de energia mecanica), etc." Sefiala el historiador ingles Hobsbaun: “...los obreros tenian que aprender a trabajar de modo adecuado a la industria, esto es, a un ritmo de trabajo diario regular ininterrumpido que es completamente diferente de © First and Second Report from the Select Comitte on the Adulteration of Food, en Carlos Mare, El Capltal, tI, p. 250-251. Buenos Aires: Ed, Cartago, 1974. " Personaje de la mitologia griega que posefa cien ojos siempre abiertos. ""Respetable Jurado Briténico, literalmente " Homicidio involuntari. Reynold's Newspaper (20 de enero de 1866), en Carlos Marx, op. cit, p. 253-254. Reynold’s Newspaper (4 de febrero de 1866), ibid. p. 254. ° Political Register, 30 de agosto de 1823 en : Susana M. Belmartino, E! Cartismo: Las Primeras Luchas Politicas Obreras (Historia de! Movimiento Obrero. Buenos Aires: ed. cit, Vol. 1p. 166.) 174 Axesanpro Cunzo Escanvo los altos y bajos estacionales de la granja 0 del artesano independiente que puede interrumpir su trabajo ‘cuando le place (...) Los empresarios briténicos de aquella época se quejaban entonces, como ahora los de Africa del Sur, constantemente de la ‘pereza’ del obrero o de su tendencia a trabajar hasta que habla ganado su jornal para vivir una semana y después parar. Esta dificultad fue solucionada con la introduc- cién de una disciplina laboral draconiana (multas, un cbdigo de ‘amo y criado’ que utiizaba la ley a favor del ‘empresatio, etc.) pero sobre todo la practica, donde era posible de pagar el trabajo tan poco que era preciso trabajar toda la semana pare conseguir un minimo de ingresos"” En estas terribles condiciones dictadas por la "libertad de mercado”, quienes mas suftian eran los mAs débil Jas mujeres y los nifios. Marx cita el caso de una costurera muerta por "sobretrabajo": “En las tltimas semanas de junio de 1863, todos los periédicos de Londres publicaban un articulo con este titulo sensational '*: Death from simple overwork." Se trataba de la muerte de una modista Mary Anne Walkley, de 20 afios, empleada en un respetabilisimo taller que explotaba una dama portadora de duloe nombre de Eliza, proveedora de la Corte. Era la vieja historia tan a menudo relatada. Por cierto que las JOvenes obreras trabajaban término medio, nada mas que 16 % horas diarias, y, solo durante la tempora- da, 30 horas seguidas sin descanso. Es verdad, asimismo, que para reanimar sus fuerzas de trabajo desfallecientes so les daba unas copitas de jerez, de oporto, o unas tacitas de café. Pero era plena tempo- rada. Habla que terminar, en un abrir y cerrar de ojos, vestidos para las nobles damas que debian concu- rriral baile ofrecido en honor de la princesa de Gales, recién importada. Mary Anne Walkley habia trabaja- do 26 % horas sin interrupcién, con otras 60 jévenes. Hay que decir que 30 de éstas se encontraban en tuna habitacién que contenfa apenas un tercio de la masa cuibica de aire necesario, y que por la noche dormian de a dos en un cuchitril en que cada dormitorio se habia improvisado con la ayuda de diversos tabiques de tablas. Y ese era uno de los mejores talleres de modas. Mary Anne Walkley enferm6 el viernes y murié el domingo, sin haber dado la ultima puntada a su costura, para gran asombro de la sefiora Eliza. EI médico, llamado demasiado tarde al lecho de muerte, el sefior Keys, deciaré con claridad, ante el Coroner's Jury? que Mary Anne Walkley habia muerto a consecuencia de prolongados horarios de traba- jo en un local de taller demasiado atestado y en un dormitorio estrecho y carente de ventilacion. Para dar al mérito una leccién de prudencia, el Coroner's Jury deciar®, por el contrario, que la difunta habia fallecido de apoplejia, pero que existian motivos para temer que su muerte hubiera sido acelerada por un exceso de trabajo, en un taller demasiado atestado, etcétera."* Mas adelante, al referirse al trabajo de los alfareros en Escocia, Marx agrega otros testimonios recogidos Por una comision investigadora del Parlamento: "J. Leach: ‘El invierno pasado (1862) de diecinueve muchachas, seis no volvieron a presentarse a conse- cuencia de enfermedades provocadas por el exceso de trabajo. Para mantener despiertas a las otras, me veo obligado a zamarrearlas' (...)G. Apsden: ‘A mi hijito, aqui presente, solia llevario a hombros, cuando tenia 7 afios, ala fabrica y de vuelta a ella, a causa de la nieve, | y casi siempre trabajaba dieciséis horas... Muy a menudo me arrodillé para hacerlo comer mientras trabajaba en la maquina, porque no debla aban- donaria, ni interrumpir mi trabajo’ * ‘Aunque las mujeres trabajaban las mismas horas que los varones, sus salarios solian ser inferiores. El sagrado principio de "libertad de contratacién" se esgrimia para justificar todo. Los mis terribles ejemplos de la "avidez del capital para incrementar las ganancias", como dice Marx, son los casos de nifios de 8 a 13 altos, puestos a trabajar a la par que los adultos. Veamos algunos testimonios: Cit, por Alberto J. Pla, Introduccién: De los Origenes a las Revoluciones de 1848(en Historia del Movimiento Obrer, ed. cit, Vol 1, p.9). " Bfectista 0 “sensacionalista” " Muerte por exeeso de trabajo 2» Jurado que se encargaba de comprobar defunciones. ™ Et Capita, 1, e4, cit. p.255 ® El Capital, t. 1, ed, cit. p. 247-248 175 Onicewes pet. SoctatisMo Marx recoge esta noticia de un periédico de la época: "Hacia las 2, 3, 4 de la mafiana, nifios de 9 a 10 afios son arrancados de sus sucias camas y obligados a trabajar, nada mas que para ganarse el susten- to hasta las 10, 11 y 12 de la noche. La delgadez los reduce a un estado de esqueletos. Su estatura se encoge, las facciones se les borran del rosiro y todo su ser se envara en una languidez cuya sola vision provoca estremecimientos."® Una Comision del Pariamento britanico fue encargada de estudiar las condiciones de produccién de la alfareria en Staffordshire. En sus conclusiones, emerge claramente el trabgjo infantil como préctica co- ‘min de esta rama industrial. Veamos algunos testimonios recogidos por los inspectores: “Wiliam Wood, de 9 afios, ‘tenia 7 afios y 10 meses cuando empez6 a trabajar. Se ocupaba de run moulds * . Eso fue lo que hizo siempre. Todos los dias de la semana llega a las 6 de la mafiana y deja de trabajar mas o menos a las 9 de la noche. ‘Trabajo todos los dias hasta las 9; asf por ejemplo, lo hice durante las siete u ocho semanas pasadas’. |He aqui pues, a un nifio que desde los 7 afios viene trabajando quince horas diarias!. J. Murray, de 12 afios, se expresa como sigue: ‘/ run moulds, and turn’d th’jigger.2® Vengo a las 6, a veces a las 4 de la mafiana. Trabajé toda la noche de ayer hasta hoy allas 8 de la mafiana. No me acosté desde entonces; 8 0 9 chicos mas trabajaron como yo toda la noche (...) Todas las semanas recibo 3 chelines y 6 peniques. No me pagan mas cuando trabajo toda la noche. La semana pasada trabajé dos noches’. Fennyhough, de 10 afios: ‘No siempre tengo una hora para comer; los jueves, viernes y sébados tengo media hora...) J. Lightbourne; “Tengo 13 afios... Elinvierno pasado trabajamos hasta las 9 de la noche, y el anterior hasta las 10. Casi todas las noches, este invierno, tenia ios pies tan lastimados, que lloraba de dolor’ * Este informe s6lo deciara cuando comenzaba la jornada de trabajo y cuando terminaba. Pero silos nifios, vivian lejos de la fabrica, debian estar en pie mucho mas temprano y regresaban a sus casas mucho mas tarde: "...hay que ira la fabrica y volver de ella, lavarse, vestirse, comer, etc. de manera que apenas queda tiempo para reposar. Ni un instante para jugar, para respirar aire puro, como no sea a expensas del suefio (...) Mr. White cita casos de nifios que trabajaron 36 horas seguidas, otros en que chicos de 12 afios se ‘agotaron hasta las 2 de la mafiana y después duermen hasta las 5 (tres horas!) para recomenzar’ Marx cita luego los informes médicos de la época, segtin los cuales, las enfermedades del pecho hacian estragos entre la poblacién obrera de la regién, cuyo perfodo de vida, ademas se reducia al comenzar a trabajar a tan temprana edad: La industria del fosforo, cuya reconocida nocividad provocaba enfermeda- des crénicas, tenia trabajando a niffos de 8 y hasta 6 afios, segiin un informe del Comisionado White: " La jomada de trabajo varia entre doce, catorce y quince horas; se trabaja de noche; las comidas, irregulares, se hacen casi siempre en el local de la fabrica, envenenado por el fésforo". 7 En Lyon, donde se produjo una insurreccién de obreros tejedores en 1831, un informe relataba: *(...)nifios muy pequefios son ocupados en el tomno destinado a las canillas de las maquinas de tejer; all, constante- mente encorvados, sin movimientos, sin posibiidad de respirar aire puro y libre, contraen irritaciones que se convierten luego en afecciones escrofulosas; sus débiles miembros se deforman, y su espina dorsal se desvia; se agotan y, desde sus primeros afios, son los que suelen ser siempre débiles y valetudinarios. Otros nifios son ocupados en hacer girar ruedas que ponen en movimiento largos mecanismos para devanar; ia nutricion de los brazos se hace a expensas de la de las piernas y estos pequefios desdichados tienen a menudo los miembros inferiores deformados”.** ‘A continuacién, Manx transcribe las quejas de los empresarios ante el intento del Parlamento de poner limites a esta inhumana explotacion, prohibiendo el trabajo nocturno, estableciendo pausas para comer, etc.: Mr. Otley, un director de fabrica de papel de Borough (Londres), observa que la detencién de las maquinas — para permitir la cena de los operarios, por ejemplo — puede ocasioner pérdidas en el papel o ® London Daily Telegraph (17 de enero de 1860), en E! Capital, ec % Lleva los moldes al secadero y lo trae de vuelta vacio. % Llevo los moldes y hago girar la rueda % EI Capital, 1,06. cit. p. 264, nota 80. EI Capital 1,04. cit. p 247. J.B Monfalcon, Histoire des insurrections de Lyon en : Marta Bonaudo de Magnani, ;/ivir trabajando o Morir Combatiendo! (Historia del Movimiento Obrero,e8. cit. vol. 1, p. 200) p.244, 176 AurianpRo Cuneo Escarno en el color, es decir, en el bolsillo del capitalista, Otros, como Mr. Smith, socio gerente de una fabrica de Manchester, estiman que el trabajo con maquinas no es penoso, sino mas sano que el trabajo manual. * Mr. Sanderson, de la casa Sanderson Bros & Co., objeta que el reemplazo de los nifios que trabajan para 6! por adultos, lo obligaré a pagar salarios més altos®; Mrs. Naylor y Vickers, fabricantes de acero; opinan que los avenes “no sufren para nada el calor... No creemos que el trabajo, se haga de dia o de noche, represente la menor diferencia para la salud” y afladen que"... No podriamos arreglamnos (no well do) sin @! trabajo noctumo de menores de 18 afios" " (por el contrario, la nocividad del trabajo noctumo y las consecuencias de la falta de luz diuma en [a etapa de crecimiento, son destacadas por varios testimonios de médicos: v. la nota 70 en EI Capita, t. |, ed. cit., p. 257-258); para Mr. Ellis, de la firma John Brown & Cia, esta bien tener adolescentes de 13 a 18 afios trabajando 12 horas*; etc. En Dewsbury, ocho grandes fabricas habian extenuado haciendo trabajar a 5 nifios de 12 a 15 afios desde un viernes a las 6 de la mafiana hasta un sabado a las 4 de la tarde, en unos "... cuartuchos en que se deshilachan los trapos de lana, y en cuales una densa atmésfera de polvo obliga, aun a los trabajadores adultos, a cubrirse la boca con pafiuelos para protegerse los pulmones”. Los empresarios afirmaron que ellos procuraron que los nifios tomaran un descanso, pero los pequefios trabajadores se negaron testarudamente. © ‘Tampoco faltaron opiniones "autorizades" de algiin economista, de aquellos que suelen establecer magni- ficas recetas y sablos consejos a costa del esfuerzo ajeno: Marx cita el caso de Nassau W. Senior autor de tuna obra donde sosten/a que las primeras horas de la jornada laboral sdlo reponian el capital anticipado (es decir, la inversion en maquinaria, materia prima, salarios, etc.) y recién al final se producia la ganancia del capitalista. De aqui se concluia que la reduccién del tiempo de trabajo— impuesta por la ley -, reduciria os margenes de ganancia. Marx ridiculiza esta teoria — inspirada por los fabricantes ingleses, contrarios @ la limitacién de la jomada laboral — con una sencilla deduccién: Si los obreros trabajan menos horas, el ‘consumo de materias primas, uso de maquinaria, etc. también se reduciré proporcionalmente; de modo que la ganancia no se altera, ya que es siempre un porcentaje del capital que se pone en cada caso. Cuando a consecuencia de las luchas obreras y de la prédica de los primeros socialistas, la legislacion inglesa comenzé a limitar la duracin de la jornada de trabajo, particularmente respecto a mujeres o nifios; {os capitalistas acudieron al mecanismo del sistema de relevos, esto es, a tandas sucesivas de trabajado- ‘es: unos comenzaban por la mafiana y los otros venian a reemplazarlos en la noche. De este modo, se aseguraba el movimiento continuo de las maquinas, dado que, como dice Marx, la interrupcién del trabajo siempre es "pérdida” para el capitalista, cuya "sed de vampiro" por la "sangre viva del trabajo", lo conduce procurar “apropiarse del trabajo durante las veinticuatro horas del dia" Elvicio fundamental del sistema de relevos - como fue expuesto ante los investigadores parlamentarios onsistia en que si faltaba el reemplazante por cualquier motivo, el operario, que estaba alll, debla conti uar cubriendo el turno. Un niifo de 9 afios ~ dice un informe —"... cumplia hasta tres servicios de relevo sucesivos, de doce horas cada uno, y alos 10 afios, dos dias y dos noches seguidos. Un tercero, que ahora tiene 10 afios, trabajaba desde las 6 de la mafiana hasia la medianoche durante tres noches, y en ocasiones, cumplla tres servi- cios de relevo, uno tras otro, desde la mariana del lunes hasta la noche del martes." 38 ‘También destaca Man los artilugios legales que esgrimieron los capitalistas para mantener la ocupacion Infantil en contra de las expresas prohibiciones: Por un lado, el capital puso en movimiento sus recursos de abogados y bidlogos, para demostrar que la nifiez s6lo duraba hasta los 10 afios y finalmente, "... a Camara de los Comunes redujo de 9 a 8 afios la edad minima de los explotables...""” Por otro lado, segiin informes de inspectores de fabricas comisionados por el Parlamento inglés, los empresarios utilizaban o| ® Ambos testimonios en £Y Capita, t Led. cit, p. 248, » EI Capita, 1, ed. cit, p. 262, > EI Capital, 1, ed. cit, p.260 y 261 » EL Capital, 1, ed. cit, p, 261 3 £1 Capita, ted. cit, p. 242, nota 24 %y, La “ultima hora” de Senior en El Capital, ed. cit, p. 225 y sete. % EI Capital, t ed, cit, p. 267. % £1 Capital, t 1, e4. cit, p. 259 * EI Capital, t. 1, e4. cit, p. 280 y 283 “177 7. Onicenes vex Socuatisuo sistema de relevos de tal compleja forma, que al cesar un tuo en un sitio determinado; las mismas personas pasaban a efectuar otra labor en un lugar distinto o en otra fabrica.** Finalmente, ante una especifica ley de 1844 que prohibia *... volver a emplear después de la 1 de la tarde a los nifios de 8 a 13 afios que habian trabajado antes del mediodia", los empresarios acudieron a un ingenioso mecanismo, que en la practica, volvia a alargar la jomnada de trabajo: "...os de 8 afios podian ser empleados, a partir del mediodia, hasta la 1; luego de 2 a 4, y por titimo de 5 a 8.30, es decir, en total, seis horas y media, de acuerdo con la ley. Mas atin: Para hacer coincidir su trabajo con el de los obreros adultos hasta las 8.30 de la noche, a los fabricantes les bastaba con no darles tarea alguna antes de las 2 de la tarde y retenerlos luego en la fabrica sin interrupciones, hasta las 8.30" > Agréguese a lo dicho, Ia situacién miserable de los barrios obreros. Mientras la aristocracia vivia en grandes palacios, consumiendo las rentas de sus propiedades, con una dotacién de sirvientes; la burguesia residia en grandes casas de las ciudades, también con personal doméstico, y frecuentaban los teatros y los baiios termales, vestian a la moda, y ahorraban dinero para los estudios del hijo o la dote de la hija En contraste, los obreros ocupaban viviendas pequefias, en las zonas mas sucias de la ciudad, donde se hacinaba una familia entera oa veces varias en un mismo cuarto. Como en la actualidad, la poblacién campesina emigraba a las ciudades, porque la vida se habia vuelto mas dura en el interior: El pequefio agricultor tendia a desaparecer ante el avance de la burguesia, que adquirfa tierras para implantar en ellas nuevos mecanismos de produccién, Como no podia competir, el campesino propietario se veia obligado a buscar nuevas fuentes de ingresos y entonces toda su familia trabajaba: Las mujeres, generalmente, hilando desde el amanecer hasta la noche, mien- tras los hombres se volvian jomaleros. Y apenas les alcanzaba para pan, queso y legumbres, rigurosa dieta del campesino, en contraste con los variados platos de la mesa de los nobles o burgueses. Por tiltimo, las deudas terminaban con la ejecucién de la pequeia propiedad y entonces la familia marchaba a la ciudad, donde les cesperaba un destino igual o peor. Alli se encontraban con los especuladores que alquilaban viviendas mal venti- ladas y peor iluminadas, calurosas en verano y frias en inviemno, con pésimas condiciones higiénicas, para adultos o nifos. El tifus y la célera se propagaban facilmente y por es la tasa de mortalidad ascendié continua- ‘mente en Inglaterra hasta 1830, a pesar de la finalizacién de las guerras napoleénicas. A estos males se agregaban las condiciones de trabajo en la fabrica, que hemos visto. ‘Aigunos testimonios: He aqui lo que manifestaba un médico sobre los obreros de la ciudad de Nantes: "Si queréis saber como se alojan id, por ejemplo a la rue des Fumiers, que esta casi exclusivamente habitada por esta clase; entrad, agachando la cabeza, en una de esas cloacas abiertas sobre la calle y situadas por debajo de su nivel. Hay que haber bajado a esos pasadizos donde el aire es huimedo y frio como en una caverna, haber sentido deslizar vuestro pies sobre el suelo sucio, haber temido caer en ese fango, para darse una idea del sentimiento penoso que se experimenta al entrar en la vivienda de esos miseros obreros. De cada lado del pasadizo, y por consiguiente, por debajo del suelo, hay una habitacion sombria, grande, helada, cuyas paredes rezuman agua sucia; que recibe la ventilaciOn por una especie de ventana semicircular de dos pies en su mayor altura. Entrad, si el olor fétido que se respira alli no os hace retroce- der. Tened cuidado, porque el piso desigual no est empedrado, ni enladrillado, o al menos los ladrillos. estén recubiertos de una capa tan grande de mugre que no se les puede percibir. Y ved esos tres 0 cuatro lechos, mal sostenidos y vencidos porque el corde! que los asegura a sus soportes carcomidos no resistié bien. Un jergon, una manta formada con harapos guamecidos de franjas, raramente lavada, porque es la nica; a veces sabanas, a veces una almohada, he ahi el contenido del lecho. No hay necesidad de armarios en esas casas. (...) Es alli donde - a menudo sin fuego en invierno, sin sol durante el dia, a la Claridad de una vela de resina por la noche — los hombres trabajan durante 14 horas por un salario de 75, Ccéntimos a un franco por dia"? 4 £1 Capital, t.1, ed. cit, p. 281 ™ BI Capital, 1 0. cit, 286-287 Guepin, Nantes au XIXe Siécle citado en : Marta Bonaudo de Magnani, ;/ivir trabajando 0 Morir Combatiendo! (Historia de! ‘Movimiento Obrero, ed. cit. vol. p. 194). Asimismo en : Louis Blanc, Le Organizacidn del Trabajo en Ower/Lammenais/Blanc/Cabet, Precursores del Socialismo, México: Grijalbo, 1970 (Coleccién 70), p. 71 y sgtes. 178 Axezanpno Cuneo Escanvo En la misma época, Federico Engels también habia recorrido los barrios obreros de Manchester y no podia contener su indignacion: *...los 350.000 obreros de Manchester y de sus suburbios habitan casi todos en viviendas malas, humedas y sucias; que las calles de estos barrios estan en el peor estado y la mayor suciedad, sin ningin cuidado por la ventilaci6n, y dispuestas sélo con vistas a la ganancia del constructor (...) en esas habitaciones, solo una raza, no ya humana, degradada, enferma del cuerpo, moral y fisicamente rebajada al nivel de las bestias, puede sentirse feliz y a su gusto. Y no soy el Unico en sostener esto: hemos visto que el doctor Kay hace la misma descripcién y quiero decir lo que dice un liberal, una autoridad conocida y muy apreciada por los liberales: (...) Cuando estuve en las habitaciones de los trabajadores de las fabricas de Ancoats, de la ciudad irlandesa y de la pequefia Irlanda, me asom- bré (...) Estas ciudades — ya que lo son por la extension y por el nimero de sus habitantes — han sido construidas con una falta absoluta de cuidado respecto a todo, exceptuando la utllidad inmediata de los ‘especuladores (..) en un lugar encontramos una calle entera que seguia por una profunda zanja, a fin de poder construir los sétanos sin el gasto de la excavacion, s6tanos que no servian como escondrijo nego- ‘cio, sino como habitaciones para seres humanos. Ninguna casa en estas calles escapé al célera.'"*" La actividad sindical era perseguida u hostigada. En Francia rigié durante la primera mitad del siglo XIX la ley Le Chapellier que prohibia cualquier organizacién de trabajadores tendiente a “distorsionar" la libertad de mer- cado, Mucho tiempo habria de pasar, para que cambiaran las ideas en el siglo XX — tras la difusién del socialis- mo y el estallido de la Revolucién Rusa -, aceptando finalmente, la doctrina juridica laboral que el sindicato era el inico mecanismo para negociar condiciones de trabajo en pie de igualdad; pues, si el trabajador quedaba solo frente al empleador; éste le imponia sus reglas y el obrero debia aceptarlas, presionado por la necesidad de ganarse su subsistencia y la de su familia. Las primeras organizaciones obreras fueron una labor riesgosa y a menudo, clandestina en la mayor parte de Europa durante la primera mitad del siglo XIX. La burguesia las acepté solo en la medida que enfrentaban al régimen de la Santa Alianza y por eso hbo contactos entre sociedades secretas republicanas y circulos de obreros, en tanto existié el enemigo comin. Por otra parte, el principio de "libertad de asociacién' — que el capitalismo requeria para desarrollar sociedades andnimas u otros mecanismos empresarios similares — fue utilizado por los obreros para crear organizaciones aparentemente inofensivas, como mutuales, cooperativas, eic., cuya actividad era de hecho, un sindicato, Asi ‘obtuvieron la legalidad necesaria para organizar huelgas u otros medios de accién directa. Por tiltimo, hay que destacar que los trabajadores no participaban en la formacién del gobierno: El voto universal como se practica en la actualidad, no existfa, En primer lugar, las mujeres estaban excluidas y en segundo lugar sdlo los burgueses o los nobles podian elegir diputados, en aquellos paises donde la burguesia logré imponer un Parlamento. Por ejemplo, la Francia mondrquica de Luis Felipe I, sueesor de los Borbones, s6lo concedis el derecho de voto a aquellos contribuyentes que pagaran impuestos por valor de doscientos mil francos. Y a las Camaras solo ingresaban los que pagaran al menos 500 francos de impuestos anuales. De este modo, sobre 34 millones de franceses, tinicamente 240,000 personas participaban en el gobierno, Era la misma situacidn que en el Antiguo Régimen, con la diferencia que ahora la burguesia enriquecida ocupaba el lugar de los antiguos nobles y clérigos privilegiados. Se comprende asi que Francia fuera uno de los primeros pafses en ser sacudidos por el levantamiento de 1848 y donde por primera vez se vieron banderas rojas ondeando en las barricadas de las calles. Surgimiento del Socialismo. Los Socialistas Utépicos La situaci6n de la clase obrera descripta en el apartado anterior, generé la reaccién de un grupo de intelectuales ‘a quienes se conoce como socialistas utépicos Federico Engels, La Situacién de la clase obrera en Inglaterra, Buenos Aires’ Ediciones Diéspora, 1974, p.78-79 179 2. Onicenes pet SociatisMo Tarminologfa.- Hay algunas dudas sobre la aparicion de la palabra socielismo en las fuentes que se con- sultaron. Fayt sostiene que fue Pierre Leroux el primero en usar la palabra en un articulo para la Revista Enciclopédica, titulado De! individualismo al Socialismo, en noviembre de 1833. En cambio, Marta Cavillot afirma que la expresion se habla popularizado en Inglaterra mucho antes, en la década de 1820. Para H. G. Wells data de 1836 y se vincula con la prédica de Owen en Inglaterra; mientras que Fayt lo asocia con {a doctrina de Saint Simon, puesto que Leroux era uno de sus discipulos.*? Sea originario de Francia o de Inglaterra, de la década de 1820 o de la década de 1830; lo comtin a estos socialistas era la oposicion al individualismo liberal, La idea central consistia en buscar soluciones a la llamada cuestion social, es decir, ta explotacién y la miseria provocadas por el capitalismo. Para algunos, como el inglés Owen, se trataba de organizar sociedades obreras — lo que luego se llamé "cooperativas” - 0 comunidades de familias que, instaladas en alguna parcela, trabajaban coordinadamente para compartir los frutos. Para otros, como Saint Simon y sus discipulos, se trataba de planificar la economia “socialmente", es decir, no para la ganancia individual de! capitalista, sino en beneficio de la sociedad en su conjunto. En ambos casos ‘vernos /o social contrapuesto a lo individual. La distincién entre "socialismo ut6pico" y "socialismo cientifico” proviene Marx y Engels. En realidad, la expresi6n “socialistas ut6picos" fue utilizada por primera vez en la Historia de la Economia Politica por Jerome Blanqui en 1839. Marx y Engels la tomaron en el Manifiesto Comunisia, aunque alli se habla de "sosialismo y comunismo critico utépico” para aludir a Saint Simon, Owen y Fourier. Es en el Anti- Duhring de Federico Engels, una obra escrita contra el socialista aleman Eugen Dihring; donde al hacer una historia del socialismo, se opone el criterio "utopico” de Saint Simon, Owen y Fourier al estudio "cien- tifico" de Marx. Esta distincién es recalcada luego por el mismo Engels, cuando estos mismos capitulos extractados del Anti-Diihring se publicaron aparte como folleto con el expreso titulo De! Socialismo ut6pico al Socialismo Cientifico. Ellos denominaron "ut6picos" a sus predecesores, por cuanto éstos tiltimos pensaban corregir los males de la sociedad industrial mediante apelaciones a la razdn y utilizando mecanismos pacificos de convencimiento, "La sociedad no oftecia més que calamidades ~ escribe Federico Engels resumiendo el pensamiento de los “utopistas" -, que la raz6n pensante era llamada a eliminar. Tratdbase por eso de descubrir un sistema nuevo y més perfecto del orden social, para implantarlo en la sociedad desde fuera, por medio de la propaganda, y a ser posible por el ejemplo, mediante experimentos que sirviesen de modelo". En idéntico sentido, el Manifiesto Comunista hace un examen critico de los “sistemas socialistas y comu- nistas", que en ese entonces eran contemporaneos en estos términos: "Desean mejorar las condiciones materiales de todos los miembros de la sociedad, incluso de los mas privilegiados. Por eso, no cesan de apelar a toda la sociedad sin distincién, e incluso se dirigen con preferencia a la clase dominante. Porque basta con comprender su sistema para reconocer que es el mejor de todos los planes posibles de la mejor de todas las sociedades posibles. (...) se proponen alcanzar su objetivo por medios pacificos, intentando abrir camino al nuevo evangelio social valiéndose de la fuerza del ejemplo, por medio de pequefios expe- rimentos, que, naturalmente, fracasan siempre" Tradicionalmente ~ siguiendo la exposicién de Federico Engels - se mencionan como socialistas ut6picos a Saint Simén, Owen y Fourier. Sin embargo, no deben considerarse los tinicos: El Manifiesto Comunista mencio- na otros nombres (Babeuf, Cabet, Weitling, etc). Carlos Feyt, Historia del Pensamiento Politico. Vol IX: El Socialismo, Buenos Aires: Plus Ultra, 1975, p. 173 Marta Cavilloti, ET ‘Manifesto Comunista (Historia del Movimiento Obrero, ol. e. cit, p. 354); H.G. Wells Esquema de la Historia Universal ed. cit, tp. 112, © Del Socialismo Urépico al Socialismo Cientifio/E! papel del trabajo en la Transformacién de! mono en hombre Bisenos Aires: Anteo, 1975, p. 56-57. (const. AntiDihring. Buenos Aires: Editorial Hemisferio, 1956, p. 241.) “C, MandF. Engels, Manifesto del Partido Comunista, ed. cit 180 AuxsanpRo Cunzo Escanvo Saint Simon —cuyo nombre verdadero era Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint Simon—con sélo 16 afios, fue'a combatir por Estados Unidos en la Guerra de la Independencia y més tarde, de regreso en Francia, apoyo la Revolucién de 1789, renunciando a su titulo nobiliario, "Saint Simen era hijo de la gran Revolucién Francesa...” — escribe Engels. Y en efecto, de alli tomé Saint Simén su critica a las clases "ociosas" — los "privilegiados” (nobleza y clero) del Antiguo Régimen — y la reivindicacién de las clases "productivas" — a quienes denominaba “industriales" -. Propugné un nuevo orden sosial mas racional y justo, inspirado de algiin modo en la Repiiblica platénica, pues el Estado, conducido por unos intelectuales, tomarfa a su cargo la educacién y la produccién. Pero, a diferencia de Platén, la clase dirigente debia ser elegida entre los "industriales", en vez de configurarse como una easta separada. Los discipulos de Saint Simén~ como Enfantin y Bazard - organizaron varios " los" para propugnar una vida "comunitaria" basada en el trabajo y la retribucién de cada uno de acuerdo a sus capacidades. Como vemos, ya aqui emergen las caracteristicas de lo que luego sera el socialismo moderno. Engels hace un pormenorizado andlisis del saintsimonismo, seftalando sus virtudes y defectos: "... en la mente de Saint Simén, el antagonismo entre el tercer estado y los estamentos privilegiados tomé la forma de un antagonismo entre ‘trabajadores' y ‘ociosos’ . Los ‘ociosos' eran, no sdlo los antiguos privilegiados, sino todos aquellos que vivian de sus rentas, sin intervencién en la produccién ni en el comercio. En el concepto de ‘trabajadores' no entraban solamente los obreros asalariados, sino también los fabricantes, los comerciantes y los banqueros (...) .quiénes hablan de gobernar?. Segin Saint Simén , la ciencia y la industria, unidas por un nuevo lazo religioso llamado a restaurar la unidad de las concepciones religiosas, destruidas desde la Reforma, un ‘nuevo cristianismo’(..) Saint Simén sienta ya, en sus Cartas de Ginebra, la tesis de que ‘todos los hombres deben trabajar” Los saint-simonianos desembocaron en lo que se llam6 socialismo de Estado durante el Il Imperio Francés. Proudhon, fundador del anarquismo y contempordneo de esta época, ya distingula entre Saint Simén y sus discipulos, considerando que las practicas de los segundos desvirtuaban las ideas del primero.* "La escuela se organizo como iglesia, con una jerarqula de ‘padre’ y ‘apéstoles’, sacerdotes y fieles y su propia liturgia. Su credo fue la doctrina de Saint-Simon (...) Adversarios de la democracia, se oponian a los politicos y a las elecciones, considerando que la sociedad no requeria libertad orden y una organizacion planificada de la economia, la industria y la ciencia. Querian la direccién tecnocratica de la sociedad y el empleo de la propiedad para beneficio de todos. Los industriales no eran, en definitiva, sino técnicos poseedores del saber especializado en alguna rama de la actividad econémica, industrial o cientifica. El nuevo orden a instituirse en el mundo no tendria por base un gobierno politico sino la administracion econdmica."*” Puesto que los saint-simonianos no creian en el antagonismo entre la burguesia y el proletariado, ni les interesaba la accion politica por medio de un Partido de masas 0 una organizacién popular revolucionaria; no tuvieron ningtin escrdpulo en sumarse Al régimen imperial de Napoleén Ill: "El emperador y su equipo compartian las ideas de los sainsimonianos (..) se consideraba que la direccion del Estado debia estar en manos de los grandes industriales y banqueros, los cuales planificarian la economia, estimularian la produccion industrial, proporcionarian el crédito necesario para el crecimiento econdmico ..." # El inglés Robert Owen, contemporineo de Saint Simén, fuue uno de los fundadores del primer sindicato brité- nico en 1833 ¢ inspirador del movimiento cooperativo internacional. Conocié el trabajo infantil, ya que desde los 9 afios era aprendiz de hilador, pero Ilegé a dirigir una fabrica de tejidos en Manchester y luego, se casé con Ia hija del duefio de una empresa textil en New Lanark, Escocia. Aprovechando su posicién de socio y gerente de Ia fabrica, pudo poner en prictica sus ideas reformistas, * Del Soctalismo Utépico al Socialismo Ctentifico/E1 pape! del trabajo en la Transformacién del mono en hombre ed. cit, p.58-59 (ConftAmti-Duhring, ed, cit. p. 242 y 243.) “y. BJ, Proudhon, Zdea de Ja Revolucién en el Sigio XIX. Coleccién de Estudios acerca de la prictica revolucionaria ¢ industrial. Barcelona José Montanes, 1868, pags. 0, Stes, Enidtico endo, yen Quées la Propiedad”, Proudon también baba custionado © Carlos Fayt, Historia del Pensamiento Politico, Vol IX: E, Socialismo. ed, cit. p.23.; “Susana M, Belmartino: La Comuna de Paris, en : Historia Yel Movimiento Obrero, ol. 2 , Buenos Aires: CEAL, 1984; p66 181 7. Onicenes pet Socutiswo silo relata Engels, quien integr6 de joven los circulos owenistas: "Una poblacién obrera que fue crecien- do paulatinamente hasta 2.500 almas, reclutada al principo entre los elementos mas heterogéneos, la mayoria de ellos muy desmoralizados, convritiése en sus manos en una colonia modelo, en la que no se conocia la embriaguez, la policia, los jueces, los procesos, los asilos para pobres, ni la beneficencia blica. Para ello, le bast6 solo con colocar a la gente en condiciones mas humanas de vida, consagrando tun cuidado especial a la educacién de la joven generacién. Owen fue el creador de las escuelas de &rvulos, que funcionaron por vez primera en New Lanarck". También sefiala Engels que la jomada de trabajo era mucho menor que otras fébricas y el experimento de Owen "le valié fama europea”. Luego Owen creé una colonia en Estados Unidos, llamada "New Harmony". Se trataba de uno de los primeros experimentos comunistas en el sentido modemo, pues los colonos administraban los medios de produccién colectivamente. También tuvo Owen un papel destacado en la limitacién de la jomnada laboral: A su prédica y lucha se debié la sancién parlamentaria de las Factory Acts que regulaban el trabajo de mujeres y de nifios. En cuanto al cooperativismo obrero, Owen”... organiz6 entonces un sistema de ‘cambio’ entre los trabaja- dores: los artesanos de los diferentes oficios podian cambiar directamente sus productos sin necesidad de capitalistas ni de intermediarios. En la ‘Bolsa Nacional Equitativa para los Obreros' los productos de los diferentes oficios, que se hallaban organizados en cooperativas de produccién, podian cambiarse por un valor determinado por el ‘trabajo-hora’, empleado en su fabricacion. Estas ‘Bolsas’ se organizaron en Londres, Birmingham, Liverpool y Glasgow. Owen imaginé una sociedad donde los sindicatos se conver- tirian en grandes organismos productores que terminarian reemplazando al Estado por una red de coope- rativas relacionadas entre elias." # Las ideas fundamentales de Owen fueron expuestas en su obra The Book of the New Moral World (El Libro de! Nuevo Mundo Moral). Tal "nuevo mundo moral" que postulaba Owen debia basarse en reglas y principios de la Naturaleza, asegurando la felicidad y el bienestar de todos y cada uno de los miembros de la sociedad; en contraste con el mundo capitalista, basado en el egoismo, el afan de lucro y la diferencia entre ricos y pobres: "E! individuo habituado a comprar barato y a vender caro, a buscar beneficios perso- nales a costa de los demas humanos, va degradandose, hasta el punto de quedar inutiizado para la adquisicion de cualidades superiores (...) Hasta ahora todos los sentimientos, pensamientos, ideas e inte- reses del hombre habian sido individuales; su mundo era un pequefio circulo particular cuyo centro era él (.) Nose diré nunca mas: ‘, Qué es lo mas ventajoso para mi?’, sin tener en cuenta la familia humana (...) se dir: “ZQué es lo mas ventajoso para la raza humana?’, puesto que todos habrén comprendido real mente que lo que es ventajoso para la familia humana resulta también ventajoso para cada uno de los individuos de esta familia’. .Como todos los socialistas utopicos, Owen crea que esta transformacién se produciria mediante la sim- ple difusién de ideas mas racionales ("principios verdaderos” ) y mediante una nueva educacién que desde la infancia inculcara en los nifios nociones de solidaridad, respeto hacia los semejantes y amor al trabajo. "La tarea que ahora debe llevarse a cabo — escribia en el Prefacio—es la de explicarlos principios y las acciones que conducirén a este cambio (...) asi como demostrar, clara y sencillamente al hombre su valor superior", e insistia en la Introduccion: ... cuando todos sepan que con la unién se puede obtener una felicidad mayor que con la desunién, toda oposicion, toda lucha entre hombres, entre naciones, por intere- ‘se individuales 0 colectivos sean estos intereses de la clase que sean, cesaré."** El tercer socialista utépico, Charles Fourier, fue un filésofo que propuso una nueva sociedad basada en el principio de la "armonia". Al igual que Owen, traté de llevar sus principios a la prictica, mediante la creacién de pequefias comunidades rurales denominadas falasterios. Estos falasterios, asociaciones de cerca de 2,000 perso- nas, que vivirian en completa libertad y autonomia, sin pobreza, pues cada uno realizaria labores complementa- rias del otro, volverian innecesario al Estado. En esta idea de Fourier esta el fundamento de la doctrina marxista sobre la extincién del Estado, consecuencia de la evolucién a una sociedad ideal comunista. “ Susana M, Belmartino: El Cartismo: Las Primeras Luchas Politicas Obreras,en: Historia del Movimiento Obrero, Vol. 1, ed. ct:p.179. * ROwen, Et Libro del Nuevo Mundo Moral(1830) en Precursores de! Socialismo(Owen/Lammenais/BlanciCabet, ed. cit, p. 15,24 y 25 * R.Owen, El Libro del Nuevo Mundo Moral(1830) en Precursores del Socialismo(Owen/Lammenais/Blanc/Cabet, ed. cit, p.9 y 10. 182 Auesaxpro Cuneo Escanpo He aqui el razonamiento que siguid Fourier: "La sociedad, organizada defectuosamente, desvia las vocaciones, energias y pasiones humanas, segun intereses egolstas, obligando al hombre a vivir y trabajar en un medio que lo degrada o lo desnaturaliza. La mayoria de los hombres trabaja en tareas que no le agradan, en la fabricacién de cosas que no necesita o son suntuarias, y el trabajo no sirve para la plena realizacién del hombre. Se convierte en una maldicion, en una fuente de explotacion y de infelicidad humana. La monotonfa, por lo demas, acentua la fatiga y es fuente de enfermedad. En cambio, la variacién en las tareas y el cardcter voluntario de muchos trabajos que los hombres realizan simplemente porque les agrada hacerlos la inclinacién a convivir, es decir, a vivir con otros hombres, en grupos, formando asociaciones o sociedades, por amistad o afinidad, demuestran la necesidad de adecuar la organizacién social a la naturaleza humana. Se debe simplificar el proceso de produccién, distribucion y consumo de los bienes necesarios para la vida, recreando el ambiente, de modo que armonice con las inclinaciones humanas. Esa organizacién social tendra por base el falasterio .." *® . En este resumen del pensamiento de Fourier, vemos algunos elementos que luego seran retomados en el Manifiesto Comunista:"El creciente empleo de las maquinas y la division del trabajo quitan al trabajo del proletario todo caracter sustantivo y le hacen perder con ello todo atractivo para el obrero. Este se convierte en un simple apéndice de la maquina y solo se le exigen las operaciones mas sencillas, mas monétonas y de mas facil aprendizaje." Otros socialistas utépicos: Aunque existe coincidencia undnime en considerar socialistas utépicos a los tres mencionados, no por ello hay que considerarlos tinicos representantes de la corriente. Analizaremos a conti- nuacién algunos otros mencionados en el Manifiesto Comunista 0 cuyas ideas influyeron directamente en Marx y Engels. ";Que el pueblo torne la primera idea verdadera de la Igualdad! Que estas palabras: "Igualdad”, "iguales", "plebeyanismo" sean palabras de unién de todos los amigos del pueblo” Babeuf: Manifiesto de los Plobeyos, 1795. Babeuf y la Conspiracion de los Iguales.- Cuando estallé la Revolucion Francesa, Frangois Ndel Babeuf (1760-1797) habia comprobado por si mismo en su provincia natal, Picardia, la explotacién de los campe- sinos y los abusos de los nobles, por lo que se dirigié a Paris con Ia idea de proponer una reforma agraria. Babeuf criticaba el orden social que permitia la acumulacién ilimitada de riquezas, lo que, en su opinion, vulneraba la ley natural de la igualdad. Proponia una redistribucion de las tierras, de modo que cada familia francesa pudiera tener medios de subsistencia propios. En Paris, Babeuf adhirié a la Revolucién, ‘ocupando cargos publicos y difundiendo sus ideas por medio de los periédicos Journal de la Conféderation (Diario de la Confederacién) y Le Scrutateur des Décrets (El Escrutador de los Decretos), de los que era practicamente su tnico redactor. Criticé la primera Constitucién francesa por no consagrar una igualdad completa ~el sufragio estaba limitado alos sectores pudientes —y ademas, como Babeuf era republicano, cuestioné también el inmenso poder que se dejé al monarca, quien podia vetar las leyes. Babeuf se identificaba con los sectores de los barrios humildes de Paris, los famosos sans-culottes ("descamisa- dos"). Para éstos, la situacién empeors tras la caida de Robespierre y la implantacién del Directorio. Ala crisis econémica, se agregaba el malestar generado por la ostentacion Iujosa de los nuevos ricos, que hicieron fortuna gracias ala especulacién y las patotas de petimetres. "Petimetres" era la denominacion de los jévenes de familias burguesas o aristocraticas, vestidos a la moda y despectivos hacia pueblo, que ademas, con frecuencia, solian formar grupos armados con palos para escarmentar a algin jacobino. Babeuf formé una asociacién llamada la Unién del Pantedn, donde militaba un heterogéneo grupo de artesanos y antiguos jacobinos - cuyo club habia sido cerrado por el Directorio - y continud su prédica desde las paginas de su nuevo periédico Le Tribun du Peuple (EI Tribuno del Pueblo), donde firmaba atticulos con el nombre de Cayo Graco Babeur. Esta terminologia (Panteén, Cayo Graco ) remitia clara- mente a un ideal romanista republicano. Sin embargo, el Cayo Graco original — un tribuno de la plebe que intenté una reforma agraria — no s6lo no lleg6 a consolidar su objetivo, sino termind su vida tragicamente; * Carlos S. Fayt, Historia det Pensamiento Politico. Vol IX: El Socialismo., ed. cit. p. 23-24. 183 2. Onicenes vex Sociatismo ‘de modo que un paralelo estricto, no resultaba de buen augurio para Babeut. El Directorio mando a Babeuf alla carcel dos veces, cerré el periddico y clausuré la Unién del Pantedn. El grupo de Babeuf creyé que el malestar popular brindaba condiciones propicias para un levantamiento. En medio de los preparativos, fueron delatados por un hombre llamado Grisel, agente al servicio del Directorio, que se infitré en el grupo. Los principales lideres fueron arrestados (junto a Babeuf, estaban Maréchal - redactor del Manifiesto de los Iquales -, Antonelie, Darthé, Germain, Debon, Lepelietier y otros). Condenado a muerte, Babeuf se suicid6 en prisiOn, a pesar de lo cual, el Directorio envio igual el cadaver para que fuera guillotinado en la plaza piblica. Filippe Michele Buonarroti, uno de los sobrevivientes del grupo, pudo contar luego, desde su exilio en Bruselas, los hechos en su Historia de la Conspiracién de los iguales, llamada de Babeuf (1828) libro muy leldo y difundido en el ambiente revolucionario, El babuvismo o babunismo —como se suele llamar a las ideas defendidas por Babeuf y sus compafieros ~ tuvo influencias que se proyectan desde Marx y Engels hasta Bakunin y Lenin. Babeuf no crela que se Pudieran conciliar los intereses de las clases altas con los de las clases bajas, una posicion retomada mas tarde por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista — donde expresamente se menciona el nombre de Babeuf entre los precursores "utopistas” - en estos términos: "Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez mas, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la bur- questa y el proletariado."® Otro aporte del babuvismo fue el modo en que organizaron la insurreccion y su Programa politico. Tras la disoluci6n de la Union del Pante6n, los babunistas quedaron reducidos al nicleo mas decidido y resolvieron trabajar en la clandestinidad. Se cred un Comité revolucionario de seis miem- bros que elaboraron el Acta de la Sublevacién y organizaron células auténomas de otros activistas para tuna acci6n coordinada en el momento definido para el alzamiento. Esto los diferencia de los otros utopistas del siglo XIX: Los babunistas fueron revolucionarios practicos, buscaron el apoyo de los sectores empo- brecidos y planificaron en secreto una accién concreta, rasgos que imitardn las sociedades revoluciona- rias clandestinas durante el régimen de la Santa Alianza, e incluso se proyectan hasta el pensamiento bolchevique. Otro aporte del babuvismo sera la idea de que tras la toma del poder era necesaria una dictadura revolucionaria transitoria para neutralizar la contrarrevolucién y encaminar las primeras refor- mas sociales. De aqui proviene la futura tesis marxista de la dictadura del proletariado. Finalmente, el programa revolucionario tiene evidentes repercusiones en la doctrina socialista: Babeuf habia partido de la necesidad de asegurar la felicidad, lo que requeria el goce de bienes en pie de igualdad para todos (realizar la “igualdad de hecho", decia Babeuf en su periédico). Tomando ideas de Rousseau y de otros pensadores de la llustracion — como Meslier y Morelly* - , que crticaron el egoismo individualista de la propiedad privada, Babeuf lleg6 a la conclusién que una verdadera Repiblica de Iguales debia funcionar con bienes comunes. En el Manifiesto de los Plebeyos publicado el 30 de noviembre de 1795 en Le Tribun du Peuple, Babeuf escribia: "No es la igualdad mental lo que necesita un hombre que pasa hambre o que tiene necesidades: la tenla, esia igualdad, en el estado natural. (..) .cual es pues este derecho a la propiedad? 2Se entiende por ello el derecho de disponer de ella a su agrado? Si se entiende asi, lo prociamo en voz alta, es reconocer la ‘ley del mas fuerte’, es engafiar el deseo de la asociacion, es recordar a los hombres el ejercicio de los derechos de la naturaleza, y provocar la disolucion del cuerpo Politico. Si, por el contrario, no se entiende asi, me pregunto cual sera la medida y el limite de este derecho, ya que al fin de cuentas es necesario uno. (... Queréis de buena fe la felicidad del pueblo? (...) declarad hoy que la base de la constitucién republicana de los franceses sera el limite al derecho de propiedad. (.) la tierra no es de nadie, sino que es de todos. Probaremos que todo lo que un individuo ‘acapara mais alld de lo que le es necesario para su alimentaciOn, es un robo. (...)Probaremos que todo lo. que un miembro del cuerpo social tiene "por debajo” de los suficiente a sus necesidades de toda especie yde cada dia, es el resultado de una expoliacion de su propiedad individual hecha por los acaparadores de bienes comunes. Que, en consecuencia, todo lo que un miembro del cuerpo social tiene "por encima” de C. MandR. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, ed cit, p. 33, [Nota de ACE] Meslier y Morelly han merecido el calificativo de presocialisas, Jean Meslier era un modesto cura de Provincia. Cuando ‘murié,resulté una gran sorpresa deseubrir gracias a sus papeles personales, que en realidad era ateo y comunista. Melser leg6 a estas conelusiones decepcionado por la corrupcién, la hipocresia y los abusos que percibié en las clases dominantes, Morelly eseribié una “utopia al modo de Toms Moro — cosa muy comin en la época ~ donde describa una sociedad ideal basada en la comunidad de bienes. ‘Tanto Meslier como Morelly predicaban desde principios éticos. No elaboraron ninguna teora de la sociedad, ni indagaron las causas de Jos males que observaban, lo que los diferencia de los socialistas posteriores. Ademids, en la 6poca de Meslier y Morelly ain no se habia ‘consumado la Revolucién Industrial y por lo tanto, no estaba desarroliada Ia elase obrera. 184 Auzsanpno Cuxto Escanvo los suficiente a sus necesidades de toda especie y de cada dia, es el resultado de un robo hecho a los otros asociadost...)"* Para alcanzar la verdadera Republica de /guales era necesaria la transicion de la dictadura revolucionaria, ‘que comenzaria incautando los almacenes para repartir alimentos entre el pueblo y confiscando los bie- nes de contrarrevolucionarios y enemigos del pueblo, asi como también de las corporaciones industriales. Estos bienes se entregarian a individuos o familias, no como propiedad, sino como simple posesi6n, para la distribuci6n y ejecucién de las tareas productivas. Todo lo asi elaborado pasaria a unos depésitos 0 almacenes administrados por funcionarios electos democraticamente, quienes repartirian los productos. de acuerdo a las necesidades de todos y de cada uno. Estos funcionarios no ganarian sueldos superiores a los de un simple operario. El derecho de herencia seria abolido y el trabajo resultaria obligetorio. Con tales medidas, el babunismo esperaba que en el transcurso de una generacion se arribaria a la Repiblica de Iguales: Una sociedad basada en la virtud y en la solidaridad, de la que se habria desterrado la avaricia el egoismo burgués. Es evidente que la futura sociedad comunista de Marx y Engels tiene mucho en ‘comin con la propuesta de Babeuf. Asimismo, las medidas revolucionarias propuestas en el Manifesto Comunista al final de! Capitulo ll (Burgueses y Proletarios), remiten claramente a Babeuf en contenido y terminologia, cuando dicen: "Abolici6n de la herencia" (Punto 3), "Confiscacién de la propiedad de los emigrados y rebeldes" (Punto 4) y "Trabajo obligatorio para todos" (Punto 8). EI Movimiento Cartista Inglés.- En la primera mitad del siglo XIX se desarrollé el movimiento cartista en Inglaterra, cuya importancia consiste en que con él se vinculé el joven Federico Engels. El nombre del movimiento proviene de las Cartas o peticiones que se elaboraban para ser presentadas al Parlamento. La primera Carta del Pueblo fue preparada por la “Asociacion de Trabajadores", uno de los primeros organismos que intentaban unificar y dar representacién politica a la clase obrera britanica. Esta primera Carta exigia sufragio universal y secreto - en ese entonces solo los sectores adinerados podian acceder al Partamento -; retribuci6n de la funcién partamentaria — para evitar que solo los ricos se postularan como representantes -; igualdad de circunscripciones territoriales — en el régimen inglés de entonces algunos distritos enviaban representantes sin proporcion a su real cantidad de pobladores -, ete. Estos reciamos politicos eran coincidentes con los de las clases medias, también excluidas del poder. Por ello, algunos dirigentes cartistas crefan que era posible lograr estos objetivos pacificamente y en alianza con sectores de la burguesia. En cambio, otro sector de los cartistas suponia, como Babeuf, que existia un antagonis- ‘mo esencial entre la burguesia y la clase obrera, de modo que la primera solo se valia de la segunda para conseguir sus propios intereses. Estos cartistas mas radicales proponian medidas que iban mas alla de simples reformas electorales: Pedian reduccion de la jornada laboral, prohibicién del trabajo de los nifios, legalizacién de los sindicatos y la abolicién de la "Ley de Pobres’, llamada la “ley maldita". Cabe actarar que Inglaterra habia tenido diversas "Leyes de Pobres": Las més antiguas eran verdaderos mecanismos de represién y ejecucion de vagabundos y otras personas indigentes a quienes el mismo sistema capita- lista habla arrojado a la miseria. Esta legislacién fue poco a poco reemplazada por otra que creaba unas llamadas "Casas de Trabajo", es decir, un lugar adonde iban a parar aquellos que no podian ganarse la subsistencia, Era un régimen brutal, casi carcelario.®° Se separaban familias impunemente y se ponan a estos "pobres asilados" a disposicién de los capitalistas locales. Era l6gico que los obreros cuestionaran el sistema: Ademés del trato inhumano, esta mano de obra era barata y casi servil, es decir, una suerte de “competencia desleal". Este sector de cartistas mas radicalizados se apoyaba en los distritos industriales del norte, como Manchester; donde la clase obrera vivia en condiciones mas dificiles.*” El sector mas * Babeuf, Realismo y Utopia en la Revolucién Francesa. Introduccién y Notas de Claude Mazauric, Barcelona: Ediciones Peninsula, 1970, p. 128,129,133-136. * La ley fue presentada como de “Asistencia”, pero su real esencia se deduce de las palabras de Edwin Chadwick, redactor de la norma y ‘administrador del regimen: “El sistema de aslo signifi que todo socorro viene del asilo; que éste debe ser un lugar poco atrayente donde las restricciones sean las més penosas; los asilados no deben salir ni recibir visitas sin una autorizacin escrita de uno de los vigilantes: la ccerveza y el tabaco estin prohibidos; los asilados deben trabajar segin sus aptitudes; de esa forma los fondos de la comuna deben ser el ‘imo recurso del pobre y la persona que administra los socorros debe ser el amo ms duro y peor pagados al que puedan diriginse los ‘vagos y los disolutos” (ct. por Susana M. Belmartino, £1 Cartismo: Las Primeras Luchas Politicas Obreras en Historia del Movimiento Obrero, t. 1,04. cit. p. 182) Un delegado a la Primera Convencién Cartista informé: “En Leck he encontrado a los obreros reducidos al estado mas misero que puede soportar la naturaleza humana. Muchos de ellos declaraban que con quince horas de trabajo diarias lo méximo que podian ganar ‘era de siete a ocho chelines por semana. Yo les hablaba de la consigna “Paz, Legalidad, Orden", pero temo que todo esto no sirve para nad, 185 7. Oxioenss pst. Sociauisuo moderado tenia sus bases en el sur, donde predominaban artesanos que no se hablan proletarizado por completo. Una de las grandes discusiones entre los dirigentes cartistas pasé por la opcion de fuerza moral © fuerza fisica. El sector moderado- William Lovett, Thomas Attwood y otros — eran partidarios de la primera, es decir, de mecanismos pacificos, mientras que los radicales — Bronterra O'Brien, Feargus O'Connor, George Hamey, etc. - sostenfan la segunda, es decir, el derecho a la insurreccién. Desde el periédico El Defensor del Pobre, Bronterra O'Brien”... se encargaba de difundir y popularizar en su perio dico las ideas de Thomas Hodskin y otros pensadores socialistas que afirmaban que, siendo el trabajo tinica fuente de valor y, por consiguiente, los trabajadores los Unicos creadores de riqueza, debia reconocérseles el derecho de aduefiarse del valor total de lo producido por ellos. Sefialaban la injusticia del sistema capitalista en la medida en que éste permitia y otorgaba el derecho a otros grupos sociales de apoderarse mediante la monopolizacién ilegitima tanto de la tierra como del capital o de la mayor parte de la riqueza producida por el trabajo". ® También sostenia O' Brien que era imposible la alianza entre la burguesia y la clase obrera, ya que la primera jamas se despojaria ".. voluntariamente de su monopolio para devolver a los obreros el producto de su trabajo". © Como se advierte, son ideas que claramente integrarian las tesis del posterior marxismo, al igual que la teoria del "ejército industrial de reserva" — ala Que nos referimos mas abajo -, formulada por primera vez por otto cartista radical: Feargus O' Connor, desde las paginas del diario La Estrella del Norte. E! Parlamento inglés rechaz6 la mayor parte de las peticiones de los cartistas, a pesar de que estos insistieron reiteradamente, juntando mas de tres millones de firmas para la "Segunda Peticion Nacio- nal", organizada por el mismo O'Connor. El intento de apoyar los reciamos con huelgas generales tampoco dio resultados: La represién fue dura y la mayor parte de los dirigentes cartistas terminaron encarcelados. Algunos levantamientos obreros también fracasaron. En visperas de 1848, el movi- miento cartista practicamente habia dejado de existir, aunque sus principios teéricos serian retomados Por el socialismo cientifico. Luis Auguste Bianqu/ y Louis Blanc. ~ Estos dos socialistas franceses fueron muy conocidos en los afios previos a la Revolucion de 1848, de la que también participaron. Desde los 16 afios Blanqui comenz6 su carrera uniéndose a un grupo clandestino y a partir de alli intervino en todas las insurrecciones contra la monarquia francesa durante el siglo XIX, incluida la Comuna de Paris. De sus 76 afios de vida, pas6 33 en diversas prisiones y tuvo dos sentencias a muerte, conmutadas luego por reclusion. "El deber de un revolucionario es siempre la lucha, Ia lucha a pesar de todo, la lucha hasta la extincion’, sostenia.° La vida de Blanqui fue en muchos aspectos el modelo del revolucionario profesional, es decir, del hombre totalmente dedicado a una causa, postulado por Lenin. El cuestionamiento que se le hizo a Blanqui — desde el mismo socialismo cientifico - fue su desconfianza or el pueblo: Todos los intentos insurreccionales de los blanquistas fueron planeados en secreto, por un grupo pequetio y decidido, cuya accién sibita sorprendia tanto al gobierno como a la oposicion. De ahi también su fracaso rapido. "Blanqui se llamaba a si mismo ‘comunista’ pero afirmaba que el comunismo no podia establecerse sino por etapas, a medida que el pueblo se fuese preparando para é! mediante la educacién en las verdaderas ideas republicanas (...) Aspiraba a crear un grupo relativamente pequefio de hombres escogidos quienes serian la cabeza de una dictadura destinada a dirigirla educacién del pueblo con vistas a introducir el nuevo sistema social..."."" Como vernos hay puntos comunes con el marxismo — ademés de la idea de la dictadura del proletariado, también Blanqui crela en la lucha de clases como factor que producia el cambio en la historia — pero también diferencias, ya los socialistas cientificos explicaban la revolucién como una accion de masas, generada por factores objetivos y no por el intento voluntario de una faccién minoritaria, pues el lenguaje que se utiliza aqui es : mejor morir por la espada que perever de hambre”, cit por por Susana M. Belmartino, EI Cartismo: Las Primeras Luchas Politicas Obreras en Historia del Movimiento Obrero, t. |, ed. cit. p. 184) * Susana M. Belmartino, £! Cartismo: Las Primeras Luchas Politicas Obreras en Historia del Movimiento Obrero, Vol. 1, ed. cit. p. 175 Susana M. Belmartino, £! Cartismo: Las Primeras Luchas Polticas Obreras en Historia del Movimiento Obrero, Vol. 1, e4.citp. 176 © Carlos 8, Fayt, Historia del Pensamiento Politico. Vol IX: El Socialismo,, ed. cit, p. 29 © Susana M. Belmartino, Republica burguesa e insurreceién obrera en Historia del Movimiento Obrero, Vol. 1, ed, cit p. 267 186 AursanpRo Cunto Escarno Louis Bianc—cuyo nombre completo era Jean-Joseph-Charles-Louis - ya era conocido antes de la Revo- lucién de 1848 por diversos escritos literarios y politicos, e incluso, la Academia de Arras le habia premia- do tres poemas. También se habia destacado como historiador escribiendo tanto sobre la Revolucion Francesa como sobre el reinado de Luis Felipe |, trabajo en el que deslizé la critica opinién popular de la 6poca. Pero su obra politica fundamental fue la Organizaci6n de! trabajo — al poco tiempo prohibida en Francia, con el argumento de que "exageraba los padecimientos de la clase obrera"- . En la Organizacién de! Trabajo, cuyo titulo completo original era Organisation du Travail. Association Universelle. Ouvriers. Chef d’Ateliers. Homme de Lettres, esto es, un resumen de los temas que el autor iba a tratar, Blanc comenzaba cuestionando los dogmas liberales, como el de la “libre competencia". A su modo de ver, la “iibre competencia® generaba una guerra irracional entre empresarios, donde alguno terminaba por domi- nar el mercado a costa de destruira los demas. En cuanto ala clase obrera, la “libre competencia” también resultaba perjudicial, como lo mostraba Blanc con este ejemplo: "Un empresario necesita un obrero: se presentan tres.’ Cuanto queréis por el trabajo’. ‘Tres francos: tengo mujer e hijos.’ ‘Bien, zy ta?’ ‘Dos francos y medio; no tengo hijos, mujer solamente’. ‘Estupendo. zY ti’. ‘Dos francos me bastarén: estoy soltero’. ‘El trabajo es tuyo, pues’. Ya esta hecho: la puja ha terminado. Qué pasara con los dos proleta- rios eliminados?. Es logico pensar que se dejaran morir de hambre.(...) Respecto al mas afortunado de los {res su triunfo serd muy efimero. Si llega un cuarto trabajador, tan robusto como se lo permita el ayuno, dia si, dia no, el salario requerido serd tan bajo que tocaré fondo: nuevo paria; otro que pasa a engrosar las filas de los galeotes."® De esta situacién Blanc sacaba dos conclusiones: Primera, que, como acaba de decir, "..si continta la competencia libre, la baja de salarios es necesariamente un hecho general..." una idea que seré retomada por otros pensadores socialistas — Lasalle en Alemania, por ejemplo, la convirtié en su "ley de hierro de los salarios’-. Segunda: Que un sistema social con tales injusticias con- vierte a los pobres en delincuentes: "La competencia es tan fatal para el rico como para la existencia del pobre: tiranta perpetua para uno, amenaza continua para el otro. ,Sabdis de donde provienen la mayor parte de los desgraciados que son condenados a prisién? De algin gran centro industrial. Las distintas Tamas del trabajo proporcionan a os tribunales un numero de acusados igual al duplo de los procedentes del sector agricola (...) Meditese sobre estas terribles palabras del sefior Moreau-Chistophe: ‘E! hurto del pobre al rico no es mas que una reparacién, el paso, justo y reciproco de una moneda o de un pedazo de an que, de las manos del ladrén, vuelve a las manos del desheredado (...) Después que habéis hecho del casto un medio educativo para el criminal, la miseria, que lo espera a la puerta de vuestras prisiones, |o ‘encadenara de nuevo sin piedad. Se ha calculado que en la penitenciaria de Nueva York, de cada dos presos puestos en libertad, uno es reincidente”. Blanc incluso compara la alimentacién de un preso {frente alla alimentacion de un obrero y la situacién a la que quedan sometidos uno y otro, para concluir: "El régimen de vuestras prisiones sera todavia mejor que el de vuestras fabricas! {Seré casi una recompensa otorgada al hurto!”.® Lo terrible es que estas advertencias de Blanc sigan vigentes a mas de un siglo y medio de su formulacién. Lasociedad burguesa de la libre competencia - dice Blanc—convierte al pobre en un enemigo y desespe- rado; "zPuede él sembrar la tierra por su cuenta?. No, porque el derecho del primer ocupante se ha convertido en derecho de propiedad. Puede él recolectar los frutos que la mano de Dios ha hecho madu- rar en el camino de los hombres?, No, porque, igual que sucedié con el terreno, los frutos fueron ya de antemano asignados. ;Puede él dedicarse a la caza ya la pesca?. No, porque ello constituye un derecho que el gobiemo confiere a cambio de un precio. ¢Puede él tomar agua de una fuente situada en un campo acotado? No, porque el propietario del campo, en virtud del derecho de paso, es duefio de la fuente. Puede é|, muriéndose de hambre y de sed, tender la mano a la piedad de los semejantes?. No, porque existen leyes contra la medicidad. {Puede él, extenuado por la fatiga y sin cobijo, dormirse sobre el empedrado de las calles?. No, porque también hay leyes contra el vagabundeo. ¢Puede él, huyendo de ‘esta patria homicida, donde todo le es negads, ira buscar los medios para vivir lejos de los lugares que le vieron nacer?. No, porque no esta permitido cambiar de pais sino es con ciertas condiciones que a él le resulta imposible de satisfacer.(...) Ved, pues, que nole quedan mas que dos opciones: matarse o mataros 1 vosotros...) Asegurad trabajo al pobre: habréis hecho poco por la justicia, y el reino de la fraternidad © L. Blane, La Organizacisn det Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Soclalismo, ed. cit, p. 67-68, © L. Blane, La Organizacicn det Trabajo en Oven/Lammenais/Blane/Cabet Precursores del Socialismo, ed. city p.68 “L. Blane, La Organizacisn del Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 74.15. “L. Blane, La Onganizacidn del Trabajo en Owen/Lammenais/BlanciCabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 75, 187 7. Onicenes pet. SocitisMo estara todavia muy lejos, pero por lo menos la revuelta no serd necesaria y el odio no sera considerado ‘como algo sagrado"®*. Ya aqui vemos aparecer el remedio que propone Blanc, que luego desarrolla extensamente, tras varias paginas dedicadas a las duras condiciones laborales de la 6poca — incluyendo el despiadado trabajo infantil -. Es interesante advertir que Blanc considera que no es posible modificar la sociedad sin un cambio politico. En otros términos: Es desde el Estado mismo, desde la fuente de poder social de donde hay que partir. Bajo el significativo titulo de "Necesidad de una doble reforma” dice: "Hay que consagrar a esta emancipacion toda la potencia del Estado (...)sin la reforma politica no es posible ninguna reforma social; porque si la segunda es la meta, la primera es el medio..." *”. Blanc rechaza tanto {a filantropfa que se desentiende de la lucha politica, como el simple democratismo burgués que s6lo busca asegurarlos derechos individuales y deja en pie el problema social, Esta idea seré determinante en la evolucién posterior de! movimiento socialista. Para cumplir con la premisa de asegurar trabajo a todos, Blanc propone algo muy sencillo: Que el Estado ‘se haga cargo de la produccién: "Solo se exige al Estado que, con los recursos inmensos, omnimodos, {que él tiene en sus manos, haga lo que a diario vernos realizar a los simples particulares"®. La ventaja del Estado convertido en empresario consistira en que prevalecerd el interés social en lugar el lucro privado que rige en la salvaje competencia-de los capitalistas. En las fébricas 0 talleres sociales que propone Blanc, se pagarén salarios dignos a los trabajadores®, se desarrollard mejor la produccion — contemplan- do la necesidad de la sociedad, en vez de ver lo que solo da ganancia - y se podran incluso crear fondos de pensién o jubilaciones para asistir a "..los ancianos, los impedidos y los enfermos”.” Sin embargo, Blanc no propone la expropiacion de las empresas privadas. Estas podrén seguir sus actividades, pero dada la superioridad del Estado en recursos y en poder, poco a poco serén desplazadas por los talleres sociales. A esto lo denomina Blanc'...servirse del arma de la competencia al solo objeto de eliminaria’”. EI mismo capitalista descubriré que es mejor llevar sus fondos al taller social :*...e gobiemo, en vez de ser, como cualquier capitalista de hoy, el duefio y el tirano de! mercado, seria su regulador (...) Pronto, en efecto, se verian acudirtrabajadores y capitalistas a las fébricas sociales instituidas en todos los ramos de la industria, al objeto de beneficiarse de las ventajas que aquellas ofrecerian a los asociados. Después de cierto tiempo, se produciria sin abusos, sin injusticias, sin desastres irreparables (...) el fendmeno que hoy, y de manera tan deplorable, a fuerza de tirania y a impulsos del egoismo individual, se esta produciendo. Un industrial muy rico puede hoy ocasionar la destruccién de sus rivales y monopolizar toda una rama de la industria. Con nuestro sistema (...) El estado se convertiria poco a poco, en el patron de la industria, y Nosotros, como resultado de tal hecho, habriamos obtenido, en lugar de un monopolio, la aniquilacién de la competencia: la asociacion."” Ya no habré crisis econémicas - agrega Blanc— porque desaparecerd el fan de lucro de los capitalistas que las provoca e incluso ni siquiera sera necesario el crédito bancario, fuente de especulacién y de otros abusos: "... Los bancos solo prestan a los ricos. Aunque quisieran prestar al pobre, no lo podrian hacer sin correr el riesgo de arruinarse. Los bancos, constituides por intereses privados, no podrian nunca ser ~ hagase lo que se haga — sino un medio astutamente ideado para hacer a los ricos més ricos y a los poderosos mas poderosos." ’ Como el Estado, mediante los talleres sociales asegurara el acceso de los medios de produccién a todos, la necesidad del crédito ira desapareciendo. Y por ultimo, agrega Blane, se extinguiré la monstruosidad del trabajo infantil: "Todos los trabajadores, al tener la existencia asegurada mediante un salario suficiente, zcon qué derecho iban a impedir que sus hijos fuesen a la escuela?”. "* “L. Blanc, La Organizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 66-67, “'L, Blanc, La Organizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 87-88. “L. Blane, La Onganizacicn de! Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p.99 © De aqui provienc ls famosa formula distributiva que luego popularizaré el socialismo: “A chacun selon ses besoins, a chacun selon ses Jfacultés” ~“A cada uno segin sus necesidades, a cada uno segiin sus facultades”, es decir, que la retribucién debe contemplar tanto las necesidades bisicas eomo la capacidad, *L. Blane, La Onganizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/BlanciCabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 98. ”'L. Blane, La Organizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/BlanciCabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 94. "LL. Blane, La Organizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/Blanc/Cabet Precursores del Socialismo, ed cit, p. 97. ™L. Blane, La Onganizacién del Trabajo en Owen/Lammenais/BlanciCabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 103. ™L. Blane, La Organizacidn del Trabajo en Owen/Lanumenais/BlanciCabet Precursores del Socialismo, ed. cit, p. 104. 188 Avesanpro Guvzo Escarvo ‘Como hemos visto Blanc no erefa en la dictadura del proletariado, ni en la lucha de clases, sino proponia tuna transformacion “pacifica" que conduciria a la socializacién de los medios de producci6n. Con la Revo~ lucién de 1848, su popularidad en los barrios obreros le permit integrar el gobierno, desde el cual comen- 26 a poner en practica sus ideas: Se redujo la jomada de trabajo, se crearon comisiones mixtas de obreros yy patrones para fijar las condiciones laborales, etc. Sin embargo, la mayor parte del gobierno republicano de 1848 estaba en manos de la burguesia— solo Blanc y Albert eran socialistas — lo que explica el fracaso de la implementacién de los "Talleres Nacionales”. Aparentemente, se trataba de los “Talleres Sociales" propuestos por Blanc, pero no se le encomendé a é! su realizacién, sino al Ministro Marie, con la finalidad de paliar la desocupacion. Marie desnaturaliz6 por completo las ideas de Blanc haciendo de los “Talleres Nacionales" una “organizacién de la limosna” — segtin reconoci6 é! mismo Marie -.”* Cuando se intent disolverios, estallo una rebelién, cosa bastante comprensible, ya que, a pesar de todo, era el Unico medio de subsistencia pare miles de trabajadores condenados al paro forzoso por la crisis econémica. Con la represion del alzamiento obrero se produjo la caida de Blanc. El gobierno giré hacia la derecha, anulando todas las reformas, clausurando las sociedades obreras y prohibiendo sus periédicos. A esto siguid el golpe de Estado que convirtié a Luis Napoleén en Emperador como Napole6n Ill, Durante todo el Segundo Imperio, Blanc permanecié en el exilio en Bélgica, adonde habia huido tras la represion. Caldo Napoleén Ill, volvié a Paris en visperas de la insurreccion de la Comuna ~ que se estudia mas abajo -. Si bien Blanc 1no participé del levantamiento, sus ideas socialistas lo llevaban a simpatizar con los comuneros, como lo prueba el haber luchado luego, desde su escafic en el Pariamento, para lograr una amnistia a favor de los rebeldes que sobrevivieron. Cuando fallecié en 1881, su popularidad, prestigio y respeto eran tan grandes que tuvo funerales de jefe de estado, Pierre Joseph Proudhon.- Indicado por algunos como "socialista utdpico" en base a una linea critica que le dedica el Maniflesto Comunista, la importancia de las ideas de Proudhon en nuestra materia por su cuestionamiento del Estado merece que le dediquemos otro cuademo aparte. Sin embargo, podemos recordar aqui brevemente que Proudhon no solo criticaba la desigualdad social sino también al Estado mismo, como instrumento de opresion y de restriccion arbitraria de la libertad. Proudhon distingula entre la sociedad civil, es decir, la reunion de las personas con diversos fines, pero en pie de igualdad y la nocion de Estado, que en su opinién, era una construccién artificial por la que los gobernantes se perpetuaban en elpoder y en el privilegio, Proudhon sostenta que una genuine revolucion debla abolir el Estado—al menos el Estado monarquico existente en su época — y reemplazarlo por un sistema de organizacion mas libre, basado en el federalismo y en el sufragio universal. Como veremos hay muchas coincidencias con el socialismo cientifico en estos puntos, aunque la discrepancia fundamental se produjo respecto de algunas ideas econémicas de Proudhon y de su rechazo por la dictadura del proletariado. Etienne Cabet.- Mas arriba citamos este nombre, al que alude Engels en ol prefacio al Manifiesto Comu- nista, Recibido de abogado, Cabet defendié causas pollticas durante la Restauracién. Habia publicado algunos folletos y articulos periodisticos en E! Popular . Condenado por ofensa al rey, Cabet escapo Inglaterra, lo que cambié su vida: All ley6 Ia famosa Utopia de Thomas Moro. Influenciado por este libro y las doctrinas socialistas ya en boga, a su regreso a Francia, escribié su obra mas famosa, Viaje a Icarla, en la que, imitando el estilo de la Utopia, imaginaba una sociedad colectivista. Al igual que Owen, procuré llevar sus ideas a la practica: En visperas de la Revolucién de 1848, reunié a varios de sus partidarios y adquirié un terreno en Texas ~ mediante aportes de los mismos seguidores - donde se fund6 una comuni- dad “icariana". A pesar del entusiasmo inicial, en pocos meses estallaron disidencias entre los colonos 0 entre éstos y el mismo Cabet. Los disgustos terminaron con su vida tempranamente ( un ataque de apoplegia en San Luis, en 1856). Sin embargo, el movimiento "icariano" continu6 en Estados Unidos, donde se fundaron varias comunidades hasta finales del siglo XIX. Wilhelm Weiting.- Tambien citado por Engels en el Manifiesto Comunista. El mérito de Weiting fue que adquirié toda su cultura en forma autodidacta y partiendo de un origen muy humilde. Franz Mehring, contemporéneo de la época, recuerda : "Una estrecha cama , compartida no pocas veces por tres perso- Si pensamos en la desvrtuacin de los “Planes Trabajar" en la Argentina —u otros mecanismos similares ~ se entenderé fcilmente To aque sucedi con las ideas de Blane.

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