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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO

Comprensión de Textos y Expresión Oral

“Actividad 1. Cuestionario sobre habilidades

para la expresión oral”

PROFESORA:

Lic. FABIOLA OLVERA ALDANA

Alejandro Novia Ramos


1- ¿Por qué se considera a la expresión oral como una habilidad comunicativa en la
vida universitaria?

Es indiscutible que los procesos sociales que atravesamos las personas a lo largo de
nuestras vidas serían tarea imposible si prescindiésemos de la comunicación. Incluso
podemos hablar de que, al margen de comunicarnos o no, no hacerlo de forma adecuada y
no respondiendo a las demandas de la persona o personas que se interpelan implica el
fracaso de este complejo proceso.

Así, la comunicación pasa a adquirir un valor fundamental en nuestra convivencia social,


pero también lo hace en nuestra expresión propia, la cual, a mi entender, tiene un valor
intrínseco. Racionalizar nuestras ideas resulta en un despropósito si no existe un medio a
través del cual comunicarlas, por lo que, desde antaño, las personas nos hemos de preguntar
cuál es el medio de comunicación de estas más eficiente.

Si bien creo que la transmisión de ideas entre personas resulta más o menos fácil
dependiendo de la idea en sí misma, creo que también el medio -contextualizado- a través
del que se realiza este proceso juega un papel fundamental. En ese tenor, el éxito de nuestro
desarrollo y vida académicos (siendo de las esferas sociales en las que la comunicación
adquiere mayor relevancia) depende muchas veces de qué tan buenos o buenas somos
hablando, pues tiende a ser el sistema de comunicación más relevante y cotidiano.

La expresión oral, en consecución de su naturaleza, no se delimita a la concatenación fónica


de sílabas que forman oraciones que pretenden albergar ideas, sino, más bien, empieza a
adquirir sentido en la medida que transmite ideas personales en un lenguaje que
corresponde a las circunstancias lógicas en las que el proceso de la comunicación se da.

En la vida universitaria, la a expresión oral empieza a significar la habilidad de poder -o


no-, por ejemplo, posicionarnos y anclarnos en algún sitio del espectro político con firmeza
ideológica. La transmisión de nuestras ideas es relevante desde el ‘vamos’; las
interlocuciones suscitadas en un contexto universitario resultan como arma lógica del
mismo estudiante para con el sistema educativo y para la adquisición y comprensión cabal
de las ideas académicas.
2- ¿Cuáles son las características que definen al buen hablante y al buen oyente en el
ciclo de la comunicación oral?

Durante la lectura se nos presentan una serie de características que, sin duda, resultan en
habilidades lógicas que responden a necesidades particulares de la o las otras personas o
actores que forman parte del proceso de comunicación que se está llevando.

A pesar de que estas características puedan llegar a pecar en sólo considerar la dimensión
pragmática de la comunicación oral, podemos conceder que su relevancia es alta y
comúnmente acordada entre las personas que sostienen de manera recurrente
conversaciones analizadas desde el proceso de la comunicación.

Para poder delimitar las características o habilidades con carga positiva que tienen o
adquieren las y los buenos(as) hablante y oyentes, primero debemos delimitar, entonces,
que a pesar de la cantidad de personas que conformen a ambos actores, en la comunicación
verbal encontramos un proceso bidireccional de suceso único: uno escucha y a la postre
habla, nunca pudiendo hacer ambas a la vez o dejando de hacer alguna, pues implicaría la
imposibilidad del proceso comunicativo.

Así, podemos describir a la o el buen oyente de la siguiente manera: Es una persona


interesada en el tema y lo refleja con rasgos no verbales, pues no está participando de la
conversación con la palabra; muestra una actitud de respeto y empatía con su interlocutor;
escucha de manera objetiva y crítica las ideas que se le están presentando; sigue el tono y
forma de la conversación; jerarquiza y cataloga las ideas que va recibiendo, a la par que las
pretende comprender; infiere las intenciones del emisor, así como le da valor natural a las
ideas ajenas; maneja adecuadamente los turnos de habla; y muestra reacción constante al
mensaje brindado.

Por otra parte, las características que describen a la o el buen hablante son: Valora y
contextualiza su audiencia; tiene esquematizado (y hasta planeado) el discurso que va a
transmitir; configura y determina los términos y métricas de la conversación; respeta el
medio en el cuál se lleva a cabo la plática; cuida la cooperación comunicacional, así como
los gestos no-verbales que emplea en la recitación de sus ideas; observa y actúa de manera
positiva ante la reacción de su audiencia; y es ético a la par que sincero.

3- ¿Por qué se dice que la expresión oral es más que escuchar y hablar? Menciona
esas características.

Que la comunicación oral vaya más allá de escuchar y hablar es la respuesta al orden
general de que un proceso de comunicación holístico está compuesto de más elementos que
el emisor y el receptor. La contextualización de las conversaciones, así como la
comprensión histórica del momento y circunstancias en las que se lleva a cabo, es parte
fundamental del proceso de comunicación oral.

Los elementos de la expresión oral trascienden las palabras que se recitan o, incluso, el
mensaje literal que se emite; la expresión oral alude a significados y lenguajes
extralingüísticos, la vida real de las conversaciones se encuentra en los mensajes laterales
de las mismas, así como en la interpretación subjetiva de lo que termina por decirse.

Son las expresiones como la sonrisa, la risa, el sollozo, el llanto, los suspiros, los silbidos,
el canto, las rimas, las percusiones, los chasquidos, runruneos u otros signos acústicos los
que le dan un sentido diferente a los enunciados que, gramaticalmente, pueden tener un
sentido llano. A su vez, son también las emociones que reflejamos en nuestros dichos las
que hacen que una intención de mensaje prepondere sobre otra, estas se ven reflejadas en el
timbre de nuestra voz, el color, las tonalidades, la fuerza, la intensidad, la velocidad, las
pausas y silencios, y su ritmo.

Las expresiones complementarias son fundamentales, transmiten la esencia de lo que se


dice y de lo que se quiere decir. Hay personas que, incluso, utilizan a conciencia este
recurso comunicacional con la intención de expresar con mayor profundidad y en
dimensiones diferentes las ideas que tiene a bien transmitir.

Es así, pues, que la comunicación y expresión oral es, en esencia, entender el mensaje
integrado. Desglosar cada uno de los elementos que lo componen, analizarlos y pretender
entenderlos, tanto de manera aislada, como en su dimensión de ‘parte’. Las voces
escuchadas a la lejanía, atrás del ‘todo’ de lo que se habla cuando hablamos con alguien,
son las que reflejan intención y emociones en la comunicación verbal.

Bibliografía

 Jesús Ramírez Martínez. (2002). La expresión oral. 6/11/2021, de Universidad de la


Rioja Sitio web: file:///C:/Users/Isem/Downloads/dcfichero_articulo.pdf

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