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Terapias 2 Persever | C/Anglí nº8, 08017 Barcelona | persever@persever.es | www.persever.

es Carlota Sorroche

Análisis funcional de la conducta verbal


En análisis de la conducta, calificamos como verbal a la conducta que produce reforzadores
mediados socialmente. Al lenguaje, le siguen consecuencias producidas por otras personas.

La conducta verbal puede analizarse en los mismos términos en los que se analiza cualquier conducta
operante mantenida por sus consecuencias. No obstante, los reforzadores que siguen a la conducta
verbal pueden parecer diferentes, en el sentido de que la conducta está mediada por las respuestas
de otro organismo: la conducta del oyente. La conducta verbal permite al individuo acceder a un
conjunto de situaciones virtualmente infinito, y por tanto a innumerables reforzadores.

En definitiva, consideramos conducta verbal, a CUALQUIER CONDUCTA OPERANTE CUYAS


CONSECUENCIAS DEPENDEN DE LA CONDUCTA DE OTRA PERSONA.

1. ¿Vocal o verbal?
La conducta vocal puede ser o no, también, verbal.

La conducta vocal implica el efecto audible de la acción de aire expirado sobre el aparato fonador
(implica sonido, para que nos entendamos). La conducta verbal, como ya hemos mencionado, es
aquella mantenida por reforzadores mediados socialmente (como decíamos antes, dependen de la
conducta de otra persona).
Por lo tanto, podemos tener conducta vocal verbal, pero también vocal no verbal (como toser para
aclararse la garganta, porque la consecuencia que mantiene la conducta no está mediada
socialmente), y también podemos tener conducta verbal no vocal (que quede mantenida por
consecuencias sociales, pero no emita sonido audible).

2. Hablante y oyente
La conducta verbal, a pesar de estar mediada socialmente, opera a través del mismo conjunto de
principios que cualquier otra conducta.

Utilizaremos la contingencia de tres términos, al igual que en la modificación de conducta.

Para distinguir las contingencias compuestas de respuestas verbales, se las denominará OPERANTES
VERBALES. Este tipo de operante, requiere de la interacción de un hablante y un oyente. la
interacción de un oyente y un hablante se denomina episodio verbal, y si ambos individuos ejercen
roles tanto de oyente como de hablante, hablamos de unidad conversacional. Curiosamente, los
repertorios de hablante y oyente no se adquieren al mismo tiempo, y el aprendizaje de uno no

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conduce necesariamente a la ocurrencia del otro. Los roles de hablante y oyente cambian
continuamente durante un episodio verbal o unidad conversacional (tabla 26.2).

La operante verbal descrita como una contingencia de tres términos1 típica implica un estímulo
discriminativo (ED) verbal, seguido de una respuesta verbal mantenida por reforzamiento social
generalizado. Pero hay diferentes tipos de operantes verbales, que examinaremos a continuación.

3. Operantes verbales
Skinner identificó varios tipos de operantes verbales en función de los estímulos antecedentes,
respuestas y estímulos reforzantes implicados (esto nos recuerda a la contingencia de tres términos,
¿verdad?).

3.1. Ecoicas
La ecoica es una operante verbal compuesta por una respuesta vocal que guarda similitud
morfológica con el ED verbal.

Parece ser uno de los primeros en adquirirse, importante como prerrequisito para la adquisición de
otras habilidades verbales. Se han desarrollado varios protocolos de intervención a fin de establecer
el repertorio ecoico en individuos que no logran adquirirlo de forma espontánea. Existe evidencia de
que el repertorio ecoico facilita la adquisición de otras operantes verbales.

3.2. Mandos
El mando es una operante verbal bajo el control de lo que el hablante quiere obtener del oyente, o,
en términos técnicos, de una operación motivadora. Un hablante emite un mando, y el oyente
presenta aquello que fue especificado en el mando de forma fiable y predecible. El mando requiere
de un estado de privación u operación de establecimiento.

El aspecto clave que diferencia el mando de otras operantes, es que la respuesta verbal está bajo el
control de una operación motivadora, la cual produce un estímulo reforzante específico que
mantiene la conducta. La presentación de reforzador específico en la presencia de la operación
motivadora es suficiente para el establecimiento de un mando.

Esta operante permite que el individuo acceda con frecuencia a reforzadores específicos, y ayudan a
establecer la conducta verbal en el repertorio del individuo, además de poder servir como paso
intermedio en la adquisición de operantes verbales más complejas.

Las respuestas operantes adquiridas como mandos pueden ser reforzadas bajo un control de
estímulos verbales o no verbales diferentes, y convertirse en tactos o intraverbales.

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Contingencia de tres términos: Los tres términos elementales que forman la conducta operante son el estímulo
discriminativo (ED), la respuesta y la consecuencia o reforzador.

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3.3. Tactos
El tacto es una operante verbal bajo el control de un ED no verbal (por ejemplo, una foto, una persona
o un objeto), mantenida por reforzamiento social generalizado (atención social). Es una respuesta de
hablante que requiere de la mediación de un oyente competente capaz de dar reforzamiento social
generalizado de forma contingente.

El término tacto sugiere que la respuesta verbal está en contacto con el ambiente físico, es decir, la
respuesta verbal contacta con un aspecto particular del ambiente. Respecto a su mantenimiento,
Skinner sugería que el reforzador más importante era la reacción al mismo por parte del oyente. Son
muy importantes para ampliar el repertorio del oyente y contactar con el entorno.

Algunos autores sugieren que tienen más probabilidad de ser adquiridos después de que se hayan
establecido al menos unos cuantos mandos. Ello viene motivado por el hecho de que el tacto es
mantenido por reforzadores sociales condicionados cuya adquisición puede no ser inmediata en
individuos con un repertorio verbal mínimo, requiriéndose un entrenamiento adicional para que los
estímulos sociales se establezcan como reforzadores poderosos.

Los mandos están bajo el control de una operación motivadora, mientras que los tactos están bajo
el control de ED no verbal. Se usan los términos mando o tacto impuro para ocasiones en las que se
requieren ED y operaciones motivadoras adicionales para que ocurra la respuesta verbal. En cambio,
los mandos y tactos puros están exclusivamente bajo el control de una operación motivadora o un
ED no verbal respectivamente.

3.4. Intraverbales
Las intraverbales son operantes verbales bajo el control de antecedentes verbales que no guardan
similitud morfológica (a diferencia de las ecoicas), y que son generalmente mantenidas por
reforzamiento social generalizado o por alguna forma de respuesta verbal, la cual puede servir como
ED para otra intraverbal posterior. Decir tu nombre cuando te lo piden, es un ejemplo de este tipo de
operante verbal.

Las intraverbales integran la mayor parte de las conversaciones durante el uso cuotidiano del
lenguaje, dado que la mayor parte de lo que decimos no coincide directamente con lo que oímos.

El repertorio intraverbal generalmente requiere el uso de ayudas y respuestas intraverbales


apropiadas que sigan al estimulo discriminativo verbal. Luego estas ayudas deben ser desvanecidas
para asegurar que el control de estimulo se transfiere a los antecedentes verbales apropiados.

Estas operantes requieren de un control de estímulos altamente específico. Disponer de un repertorio


de ecoicas, mandos, tactos, o incluso un repertorio de oyente, no garantiza que las respuestas
establecidas como parte de cualquiera de estas operantes emerjan como intraverbales.

3.5. Autoclíticos
Los autoclíticos son operantes verbales bajo el control de otros ED verbales. Generalmente especifican
otra operante verbal primaria, ya sea una ecoica, mando, tacto o intraverbal. Por ejemplo, un hablante
que dice “manzana roja” ante la presencia de una manzana roja, utiliza el término “roja” como
autoclítico descriptivo que ayuda a especificar el tacto “manzana”.

Los autoclíticos ayudan a controlar la conducta del oyente de forma más eficaz, permitiendo
desarrollar respuestas más específicas y con mayor probabilidad de ser reforzadas, o que resultan en

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reforzadores muy específicos. También ayudan a instaurar intraverbales bajo el control de estímulos
verbales muy concretos. Pueden cumplir también muchas otras funciones.

4. Procesos de aprendizaje específicos


Revisaremos procesos adicionales que tienen efectos en la adquisición y mantenimiento de la
conducta verbal compleja.

4.1. Moldeamiento verbal


En el moldeamiento verbal se refuerzan diferencialmente respuestas verbales de acuerdo con una
gradación de criterios conductuales que se aproximan progresivamente a una respuesta verbal final.
El reforzador se presenta justo después de la ocurrencia de la conducta cuando ésta alcanza un
determinado criterio, mientras no se refuerzan las que no lo alcanzan. Puede ser relevante también
para la adquisición de operantes y clases de respuestas complejas.

4.2. Gobierno verbal de la conducta y correspondencia decir-hacer


El análisis funcional de la conducta verbal estaría incompleto sin el análisis de los procesos que
explican como la conducta verbal ejerce control sobre la conducta no verbal del individuo.

El gobierno verbal de la conducta permite adquirir repertorios extremadamente complejos y


diversos en relativamente poco tiempo. En este caso, un conjunto de ED verbales establecen la ocasión
en la que debe ocurrir una respuesta verbal o no verbal, y estas respuestas, a su vez, generan
consecuencias. Los ED verbales, frecuentemente, tienen la forma de descripciones verbales de
contingencias operantes o reglas de conducta.

Esta conceptualización ha conducido a una dicotomía en los procesos conductuales que explican la
adquisición de la nueva conducta:

- Conducta moldeada por contingencias: Depende de la historia de reforzamiento ocasionada


por el CONTACTO DIRECTO con contingencias ambientales.
- Conducta gobernada por reglas: Resultado de la exposición análoga a contingencias según
estas son descritas en expresiones verbales o reglas.

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La conducta moldeada por reglas es más sensible a eventuales cambios en los programas de
reforzamiento a lo largo del tiempo. La conducta adquirida mediante instrucciones directas tiende
a ser menos sensible a las contingencias ambientales.

La insensibilidad a las contingencias ambientales puede ser un factor útil en el mantenimiento de


conductas deseables bajo contingencias de reforzamiento ligeras o inexistentes. Esta insensibilidad se
establece de manera progresiva a lo largo del desarrollo. Mientras los bebés responden de manera
muy parecida a sujetos no humanos, los niños de 4 años muestran un patrón intermedio entre
contingencias e instrucciones. Una vez las habilidades verbales se han desarrollado más ampliamente,
los niños de 5 o más años tienden a ser más insensibles a las contingencias ambientales a favor de las
reglas verbales, manteniéndose este patrón en la edad adulta. Personas con un repertorio verbal con
deterioro parecen mostrar el patrón opuesto.

La conducta gobernada por reglas puede contactar con fuentes de reforzamiento cualitativamente
diferentes que la modelada por contingencias. Una distinción clave a este respecto puede
establecerse entre el seguimiento de reglas mantenido por contingencias ambientales actuales y el
seguimiento de reglas como una clase operante mantenida por consecuencias sociales generalizadas.

El gobierno verbal de la conducta es adquirido como un conjunto de clases de conducta, o clase de


conducta de orden superior.

La correspondencia entre las conductas verbal y no verbal, se define como la relación entre lo que
una persona dice y hace o la relación entre lo que una persona hace y luego refiere.

El entrenamiento en correspondencia está compuesto de dos componentes básicos: decir-hacer y


hacer-decir. En las secuencias decir-hacer, el individuo describe que es lo que va a hacer y obtiene
reforzamiento si su conducta posterior sigue la descripción. En las secuencias hacer-decir, un individuo
realiza un comportamiento no verbal y recibe reforzamiento si, en un momento posterior, describe
con precisión lo que dijo. (lo veréis también en terapias 4 con el TDAH). La correspondencia decir-
hacer resulta más eficaz en la producción de correspondencia.

4.3. Respuestas derivadas


Una de las críticas al análisis funcional de la conducta verbal sugiere que este no explica
satisfactoriamente la generatividad del lenguaje, es decir, el uso del lenguaje con funciones nuevas
sin necesidad de entrenamiento explícito.

Los analistas de conducta han mostrado interés en comprender cómo emerge la conducta verbal
nueva, y la mayor parte de investigación se centra en cómo la enseñanza de una operante verbal
puede conducir a la emergencia de otras operantes verbales.

Algunos autores sugieren que la conducta verbal generativa requiere del establecimiento de
complejas relaciones de equivalencia entre varias formas de antecedentes y respuestas que
componen la operante verbal.

Pese a que la investigación aplicada es aún limitada, existen varias razones para sugerir protocolos
que pueden facilitar la adquisición del lenguaje funcional en individuos que no logran adquirirlo
incidentalmente:

- Emergencia de numerosas relaciones de estímulo después de que solo unas cuantas hayan
sido entrenadas economiza los recursos de intervención

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- El uso natural del lenguaje es muy diverso, haciendo que una respuesta verbal pueda estar
controlada por múltiples estímulos. Por lo tanto, requiere de complejas relaciones de
equivalencia entre estímulos a fin de responder adecuadamente a diversas combinaciones de
ED verbales.
- Una vez las relaciones de estimulo han sido entrenadas explícitamente con varios conjuntos
de estímulos, la habilidad de aprendizaje incidental puede incrementarse notablemente.

La emergencia de nuevas funciones de estimulo no es la única forma de respuestas derivadas que se


cree que pueden mejorar las oportunidades de aprendizaje incidental.

También existe el naming, como unidad básica de conducta verbal. Es la habilidad de adquirir un
tacto puro o impuro y una respuesta de oyente sólo en función del contacto con el tacto o la
observación de otro individuo tactando el estímulo en cuestión. Varios estudios han usado instrucción
de ejemplares múltiples par establecer naming en individuos con retrasos en el desarrollo.

La adquisición del naming puede favorecer el aprovechamiento de múltiples experiencias de


aprendizaje incidental y el logro de más objetivos educativos de los que se alcanzarían si este
repertorio no estuviese presente. Hace posible el aprendizaje de múltiples respuestas después de la
instrucción explicita de una sola forma de respuesta, y también la adquisición de nuevas palabras sin
instrucción explicita.

Bibliografía:

Miltengerger, RG, (2017). Modificación de conducta: principios y procedimientos. España: Ed. Pirámide
(p. 483-498)

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