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Leén Rozitchner Escritos psicoanaliticos Matar al padre, matar al hijo, matar a la madre Ledn Rozitchner Escritos psicoanaliticos: matar al padre, matar al hijo, matar a la madre / Le6n, Rozttchner; con prélogo de Diego Sztulwark y Cristién Sucksdor, - 1a ed, - Cludaq Auténoma de Buenos Ares: Biblloteca Nacional, 2015, 268 p.; 23x15 cm. | ISBN 978-987-728-033-3 1. Psicoandisis. , Ciencia Poltica. 3. Flosofa. |. Diego Sztulwark, proog, 1, | | Sucksdort, Cristién, prolog, CDD 150.195 LEON ROZITCHNER. OBRAS Biblioteca Nacional Direccién: Horacio Gonzélez Subdireccién: Elsa Barber Direccién de Administracién: Roberto Arno Direccién de Cultura: Ezequiel Grimson Direccién Técnico Bibliotecolégica: Elsa Rapetti Direccién Museo del libro y de la lengua: Maria Pia Lopez Coordinacién Area de Publicaciones: Sebastién Scolnik de Publicaciones: Yasmin Fardjoume, Maria Rita Fernandez, Pablo Fernandez, Ignacio Gago, Griselda Ibarra, Gabriela Mocca, Horacio Nieva, Juana Orquin, Alejandro Truant Disefio de tapas: Alejandro Truant Correccién: Paloma Sneh Seleccién, compilacién y textos Preliminares: Cristian Sucksdorf, Diego Sztulwark La ediciOn de estas Obras fue Posible gracias al apoyo de Claudia De Gyldenfeldt, y a U interés por la publicacién y la difusion de! pensamiento de Leén Rozitchner. © 2015, Biblioteca Nacional Agiiero 2502 (C1: }425EID) Ciudad Auténoma de Buenos Aires www.bn.gov.ar ISBN: 978-987-728-033-3 IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Hecho e! depéeito que marca fa ley 11.723 Indice Presentacién Palabras previas Matar al padre, matar al hijo (Freud y el hombre Moisés) Frend y el problema del poder 1. La interiorizacién del poder en la formacién del sujeto Il. Ladisolucién del poder colectivo en la dispersi6n individual. Masas, instituciones y Edipo IIL. Clausewitz y Freud: la guerra y el poder. El suelo como esencia de todo conllflicto Edipos Freud y Lacan, Sade y Kant Matar ala madre (Edipo y la Esfinge) 21 77 79 105 127 155 177 189 Freud y el problema del poder Freud: la interiorizacién del poder en la formacién del sujeto! zl ema que vamos a desarrollar, Freud y el problems del poder requiere distintos accesos al andlisis de la realidad social. Partimos de Freud, y cabe entonces tratar de justificar por qué este comienzo con él. Pienso que el problema que se plantea es el siguiente: por una parte tenemos el desarrollo del poder estatal desde la Revolucién Francesa hasta ahora ~sea capitalista o socialista— y,al mismo tiempo, la emergencia de una fuerza de masas que ha comenzado a reclamar de manera mds vehemente y més activa su participacién en él, Este acceso, el de quienes estan alejados del poder al mismo tiempo que son su fundamento, nos plantea una necesidad ligada a la busqueda dela eficacia posible, tanto como la explicacién del fracaso en el que culminaron muchas tentativas por alcanzar el éxito: la necesidad de volver a las fuentes subjetivas de ese poder objetivo formado, aun en su magnitud colectiva, por individuos. Tratar de comprender cual es cllugar, también individual, donde ese poder colectivo sigue de algiin modo generindose y al mismo tiempo -lo vemos- inhibiéndose en su desarrollo, Para decirlo con pocas palabras: gqué significan las condi- “ones amadas “subjetivas” en el desarrollo de los procesos colectivos is tienden a una transformacién radical de la realidad social? eLa “ondicién de radicalidad no esta determinada precisamente por esta tema in dea repercusién en la subjetivdi de bs oe anene jetivas’, sin alcanzar la cual la politica es ee del ' ineficacia? Si ya no se puede seguit hablando de Poder” en is puesto en la scan; los mismos términos que antes, el énfasis pues Minacién . sont al mismo del poder, en su “microfisica’, ano significa est rimera vez PO! basado on se Os aiculo 0s por los que componen este apartado fueron editados Por P nla exuclas ici (fcnge ge 1982 dentro dl ibro Freud ye problema del Po ahd ad Aura # PFincipios de los aios ‘80 ~afios de su exo <® "Snoma Metropolitana, México). 79 Leén Rozitchner tiempo un retorno de lo colectivo -lo macro- hacia lo individual : . decir, hacia lo que respecto de él resultaria como lo micro, lo compu, cir, lar? Cuando Freud encuentra que la fortaleza con la que e Poder cular? aus contiene no est afuera sino sitidndonos desde dentro de nosotr, nos aoe é mismos, instalada en el dominio llamado “interior’, organizando ca io “ 1uico’, :n0 nos su aparato de dominacién nuestro propio ‘aparato i a Alisi ema a est mostrando los caminos para un andlisis del pro! ae ; . savoluc nacién y del poder que necesariamente tiene que ime i id ate? como el lugar donde éste se asienta y también se del i d Lo que encontramos francamente planteado ” eae indivi cl 2 este problema es una relacién entre lo individual ; lo agua ibn taj 10s. al mismo tiempo una separacién tajante entre am! x as je ¢ que las llamadas ciencias sociales dejen de abordar ae ni de concebir a lo colectivo como formado por indivi a els is ja, creo, individuos fuera de la sociedad. Pero hay una distancia owt ji fan afirmaciones de Marx, por ejemplo, cuando desde los im 1844 dice que “el individuo es el ser social”, 0 cuando Freu = que “la psicologfa individual es al mismo tiempo, y desde unp psicologia social”, y aquellos que encontramos en una maul ie abordajes de la descripcién de los procesos sociales, donde de esa dificil ecuacién tiende a ser ab; . A 10 sorbida exclusivamente por U los dos extremos, donde predomina exclusivamente una objetivi sin subjetividad, o una subjetividad en la cual lo externo esth red ido y circunscrito sélo a la palabra “realidad” 9 “mundo exterior Pero este mundo exterior Permanece como indi srencid ice de una existem sefalada, saludada casi, pero no incluida en tanto determinante de los y explicar, Falta £M sus presupuestos fenomenossubjetivos que se trata de comprona ellos una teoria de la subjetividad que contenga mmismos la densidad histérica del mundo que i, Organiza como tal no como algo aleatorio 0 apregado, sino donde eon — misma trama y estructura, determinando tambien, 1, Pista en 5 1 la cram, del individue. Creemos que Freud es quien abre ct ane a © © inten tal vez de manera precaria pero al misino emo precisa, dap nn F cuenta bo Escritos psicoanaliticos de esta determinacidn histérica en la subjetividad. Es él quien va a tratar de mostrar de qué manera la historia esta presente articulando y organizando ese “aparato psiquico’, donde la sociedad se ha interio- rizado hasta tal punto en el sujeto que éste aparezca congruentemente integrado dentro de la re-produccién del sistema que lo produjo. Que funcione para él y de acuerdo con él, Nuestro objetivo consiste en mostrar como ese “aparato psiquico” no es sino el ultimo extremo de la proyeccién ¢ interiorizacion de la estructura social en lo subjetivo. Hay que mostrar al mismo tiempo la limitacién de esta organizacién social en la subjetividad: como el poder despético se interiorizé all{ donde aparentemente somos el resultado inmediato y espontaneo de un mero transito continuo a la realidad. Debemos mostrar cémo ese poder se implanté en esta subjetividad para convertirnos en individuos adecuados a las formas dominantes* regionales o centralizadas, del estado. El pensamiento que trata de abrir caminos en la relaci6n entre lo subjetivo y lo objetivo tiene antecedentes histéricos que iban sefialando el lugar de esta comprensién necesaria. El primero al cual vamos a acudir es Marx. Trataremos de mostrar que, desde la concepcién misma del concepto de riqueza, la critica dela economia politica apuntaba a la Produccién de hombres através de la produccién de las cosas, y que all también se plantea.l problema dela subjetividad y la logica que va gene- rando el desarrollo hist6rico,logica adecuada para ocultar la presencia de lo colectivo en lo individual, y para alejar al sujeto del producto de su Propia actividad. Haremos énfasis en el capitulo de El) capital en el cual se desarrolla el problema de la cooperacién. Cooperacién que, desde la actividad primera de los hombres en el comienzo de la historia, se Prolonga en la manufactura hasta alcanzar la gran industria, preambulo de a formidable explosién tecnoldgica ala que estamos asistiendo, Hay ue sefalar que Marx trata de comprender como se disuelve el poder de la cooperacién al mismo tiempo que se expropian sus frutos, lo cual implica simultdneamente la produccién de hombres, en sus cabezas y © sus cuerpos, como adecuados a esa expropiacion. br Le6n Rozitchner Nos referimos también a la l6gica que Marx muestra en e| capital sobre la mercancia, que culmina en la forma dinero, y se vers que re también est presente una légica histérica que oculta en el campode " universal lo individual y lo subjetivo, del cual sin embargo resulta, F| sentido de este planteo aparecerd en la parte final de “El cardcter feti- chista de la mercancia y su secreto”, Este capitulo sobre el fetichismo muestra cémo est presente dentro del Ambito de la produccién capi- talista un campo imaginario que lo complementa, que necesariamente determina la estructura de los individuos que integran ese sistema, a fin de que pueda funcionar adecuadamente. No queremos decir queel po, ni tampoco interesa. Lo nes de dominacién, s. De manera produce de los sistema tenga la intencién de crear ese cal imaginario resulta el complemento de las relacio sin el cual éstas carecerfan de coherencia en los sujetos que este imaginario complementario que el sistema suscitay esté referido en Marx, claramente, a la organizacién psiquice sujetos que forman parte de él. Pero si vamos més atrds aiin, trataremos di problema tal como, creemos, se nos muestra de tun tedrico de la guerra: Clausewitz. Aqui, segan nm! tacién, se evidencia en su forma extrema el problema relacién con la subjetividad. En la guerra, enfrentamiento entre grandes colectivos, pareceria que la personalidad del hombres muestra disuelta y necesariamente convocada al sacrificio como mer cantidad de fuerza y poder de resistencia. Sin embargo, en est¢ proces? socal productor de un nuevo campo donde laacionalidady poset de distintos sistemas culminan en una verificacién que llev2s * rv : de las batallas, al aniquilamiento y ala muerte, vamos mostrar que también, en la concepcién militar, esta presente lo que Freud po™ relieve en tanto matriz despdtica de la subjetividad: el problem je comprender ese mismm? manera ejemplar & uestra interpre fade del general del eerie “ desde una coneeP rn, Hamada “e* ° preeminencl4 Edipo. Veremos que en el caso de Clausewitz, Federico II, hay un transito teérico que lo lleva individualista de la guerra hasta otra concepcid trinidad”, donde reconoce el poder colectivo y la 8a Escritos psicoanaliticos la politica. La primera, diremos si no exageramos demasiado, parte de Edipo: en I segunda ol reencuentro con ls fuerza colectvas lo lleva a criticar, hasta cierto punto, esa subjetividad sin otros, de la que parté su primera teoria de la guerra, Esta ampliacién que realiza Clausewitz, general intelectual, implica una critica de la subjetividad despética presente como modelo en el militar, esa que Freud analizé bajo la forma del Edipo. La relacién entre Freud y Clausewitz nos vaa servir para verificar al segundo desde el primero, Puesto que es obvio quelateoria del Edipo aparece muchos afios mds tarde: sélo descubre Tetrospectivamente estructuras que tenian, necesariamente, vigencia desde mucho antes de que se las comprendiera. Comenzaremos por Freud. La primera Pregunta que asomaal leerlo «s:éa qué campo acude Freud para montar tedricamente es: «se aparato que él llama “psiquico”? contenido para Pensarlo? 3 que resulte radicalmente di autetiores ala suya? Entre otras Siguiendo el andlisis que nos da “Poca clasica, es que la descr: a maquina, @De donde extrae la materia, el ué es lo que le permite hacer un planteo ferente respecto de otras concepciones cosas lo primero que se podria mostrar, Foucault en su Historia de la locura en 4 ipcién teérica de la organizacién subje- Va resulta de una comprensién asilar, en Jas cuales estaban e1 ““entes ylos pobres, La expe NO se. Pusiese de telieve s ntento de liberarlos que se previa de la organizacion carcelaria y ‘ncerrados tanto los locos como los delin- riencia de Freud resultatia incomprensible ‘obre el fondo del encierro de los locos yel Min Fanon Produce en Europa en la época de la Revo- AS cadenas, om i queria decir conereramente desararlos de ‘Piememen net ’s como estaban a un cruel encierro. Ea) a Ma reconge Peto humanitario del hombre del siglo XV UL ; ciendo el sentido de la locura y la razén de la enter- Que se : Embargo, Se trata de una liberacién aparente del enfermo "Cet con ine enado Y sometido, Esta tentativa, que hace desapa- *ealig i Mel en Francia las cadenas que contenian alos locos, es en “etme, PPFundizacién de la domesticacién de la subjetividad del ¢ tratard de que el poder exterior regule al enfermo, Liberarlos 0, Porque s 83 Le6n Rozitchner - acia, pero esta vez lesde dentro. En f, dad 24, e redoblando su efic: cribe en el descubrimiento de una ra Ic, *|iberalizacién” se ins . ; : importante, efectiva y sutil “ dy por otra parte, el desarrollo de todas nuestras instituciones act. *Y que estard ligada con el descubrimiento de la subjetividad como lugar de n de la dominacién exterior. ¢ dominar al enfermo, aparentemente reconociq lo nsistira en tratar de reconstituir nuevamente que las cadenas, técnica que va a « rizar, implantaci6r El intento d en su humanidad, co ahora dentro del internamiento, las formas de dominio paternales y religiosas que existian fuera del internamiento, en la trama cotidiana de la vida social normal. Se trataba de redoblar la dominacién en el interior de aquel que, loco, no podia guiarse y someterse a Ta raciona- lidad del sistema, intensificando esta dominacién para interiorizarla més profundamente aun en la subjetividad de cada enfermo. Foucault nos muestra brillantemente como, por ejemplo, en el caso de Pinel el problema es el mismo. Mientras otros acudian a la interiorizacin mis rigida y brutal de las categorias religiosas, Pinel recurre a otra formula: corregit la imaginacién “loca” del enfermo, lo imaginario que quebrabe la racionalidad y el orden real del sistema social, para que esta imagi- nacion se mantuviera en los limites precisos y no desbordara lo auto- rizado y lo aceptable, para que se verificara en tanto verdadera o falst dentro de los limites del hospicio, en la realidad de los hombres qu dominaban y dirigian, con su autoridad y saber, el hospicio misme- De manera tal que al enfermo se lo “curaba” tratando de restringit Ambito desbordante de lo imaginario para que volviera a encontrar sus limites adecuados en el reforzamiento de las estructuras de do paternalistas, despéticas, las cuales volvian a desarrollarse € como modelos sociales, dentro de los limites del internamient©- ‘oda experiencia previa de dominacién, donde la teoria n° aparest . mn aera condiciones de la estructura subjetiva ates sistema deter ‘ 7 Por primera vez el médico aparece al serv - , serd retomada de manera critica por Frev®" minacion incluirs 84 Escritos psicoanaliticos frente explicitamente este problema en los términos en que esque en desctibi¢ndolo. Freud, comprendiendo esta dominacién vyeniamos strard que dentro del campo llamado “subjetivo” persisten, rts desripevas de su comprensién y funcionamiento, een, eee ate ecient esrecoteeea i ae eee la conciencia, fundamento del racionalismo y con el cual formaba sistema, se vea relegada y aparezca solamente como una ‘culidad del cuerpo”. No es tampoco extrafio que lo inconsciente reprimido aparezca ligado al campo pulsional. En Freud se trataria de explicar la estructura subjetiva como una orpniacién racional del cuerpo pulsional por imperio de la forma social. Si cada uno de nosotros ha sido constituido por el sistema de produccién histérico, es evidente que el aparato psiquico no hace sino ‘eroduciry organizar ese Ambito individual, la propia corporcidad, como adecuado al sistema para poder vivir y ser dentro de él. Muchas elas explicaciones que desarrolla Freud se basan en modelos de las Sstuciones represivas sociales interiorizadas: la policia, los mili- ‘ares lareligién, Ja economia, la familia. Todo lo que vemos en accién hur aparece y permite la construccién tedrica de una organizacion Sujetiva : ‘ fs adentro, que determina nuestro modo de ser como réplica * organizacién social, 05 inter : oe “tesa mostrar que lo subjetivo es absolutamente incom- le si “ rina; ° Se prolonga hasta alcanzar el campo colectivo de las laciones histér: : : tracty fi 5 historicas, Es extrafio que psicoanalistas de derecha Ores dein: ak Hesente 6 I “!quierda coincidan en ocultat este problema que esta ” Freud, p : » Puede: “tical ay d Ment ’gunos de Ho N Bustar o no su inclusién, la carencia de sus planteos, el ocultamiento 0 desconoci 105, res : “4S prejuicios liberales, pero no se puede negar que Yung "edad ty eB que no slo inclaye al hombre denteo de la ona 4 | m | : Mundo actual, sino que recurre necesariamente a la Mou a thre hy Ite uly ‘ ‘ “d Mmiento para dar cuenta de la conducta inlividual Posibilidades de Vr densi ‘ay 'p me pensar la conducta del hombre en cl ad significativa dentro de la cual encuentte 8s Le6n Rozitchner su sentido, Y nos muestra a la psicologia incluyéndola com a histbrica, es decit, constituyendo al individuo como el lugar es se verifica y se debate el sentido de la historia, sin lo cual la - se convierte en in-significante, No queremos decir que Freud lo h : alcanzado cabalmente: decimos sélo que, a partir de él, el inter. gante que toma al hombre como su objeto encontrara desde alli ls Iineas de sentido para su comprensién y posterior desarrollo. Pienso en sus obras llamadas “sociales”: El malestar en la cultura, Psicologia de las masas y andlisis del yo, Moisés y el monoteismo, El porvenr de sna ilusién, por ejemplo, donde el problema de lo colectvo yl his rico es explicito, Pero no sdlo en ellas, sino en aquellos trabajos enlos que el sutl andlisis de la organizacién ps{quica, llamada “profundé encuentra también como fundamento esta determinacién social su proceso de formacién. Mas no sélo Jo “social” como marca, com? jicto donde modo de una transaccién, Transaccién: elaboracién objecivo-subjetiva el que acuerdo, resultado de una lucha previa, de un combate donde vaasersujeto, es decir yo, no es el dulce ser angelica Ilamado nif" como el adulto lo piensa, que va siendo impunemence moldea9P™ el sistema sin resistencia, Si hay transaccién, si el yo ¢5 SU Togas ob? lucha en el oxigen de la indivdualidad: hubo vencedores 84" y la formacién del sujeto sla descripein de ese proceso L# PS loga tradicional esudia a conducta del hombe vencid.F5#°° ‘mecanismo, adaptado ya: el conductismo es el ejemplo. Y me est vencido,estudia el modo de modificar el mecanismo P=" Su resistencia: redoblar el determinismo, reforzatlo, y Volve! ar wi, © decir, venceslonuevamente, Habsta que pensat prow pow naam la Pesca con linea: el siscema trata ¢€ a e gra sin lucha ni debate hasta el a6" de sus fi mel nt uerzas, sobre el fc : » fondo de la a1 a naza de muer' Y nino, tal como lo describe : scuye lo mental de su aport Freud. Creo que esto consti” ou © aquel que permite pensar al sujet com imposicida, sino como resultado de un debate, de un conf la forma de lo social triunfa -y no siempre sdlo bajo ¢l ucit 86 Escritos psicoanaliticoy fuerza de resistencia pronta a surgir, inagotable ¢ insublimable, y sin Ja cual todo proceso histérico de transformacién careceria de funda. mento. Desde aqui es posible leer entonces su Psicologta de las masasy andlisis del yo como el lugar donde el poder individual se debate en la apertura hacia el poder colectivo. Ademds, siguiendo al dltimo Freud, podriamos mostrar que no hay cura para el hombre ~digo cura indivi- dual- si ésta, que busca su resolucién més alld de la adaptaciébn, no se prolonga hasta abarcar el campo histérico como lugar de la sin-raz6n, EI psicoanilisis suele quedar detenido, en tanto terapia, en lo meramente individual, y su teoria proporciona sélo una comprensién limitada a lo individual sin plantearse, en ocasin de ella, el sentido de la raz6n y el orden que organiza todo nuestro sistema historico de vida. Ese psicoandlisis forma sistema con la permanencia del sistema productor de enfermedad, y sdlo se mueve en funcién de sus obje- tivos propios: la salvacién individual dentro de la perdicién colectiva. Anilisis éste que se restringe —y restringe al mismo Freud- a no poder desarrollar y permitir la aparicién del lugar personal donde se engendra y se desarrolla el poder de resistencia individual contra el sistema, ysu Posible participacién en la resistencia y transformaci6n colectiva. Mala cura podré ser entonces aquella donde el individuo queda, solitario, Solipsista, aferrado a la impotencia de su propio cuerpo individual ‘3 poder abrirse al cuerpo comin pulsional de lo colectivo, ese que std presente tanto en Freud como en Marx. Disimetria fundamental cnn odes ue subsiste como marco de toda in Con nuestro mero cuerpo individual la materiali cig mCi nt = ae sin abrir el campo colectiye " hs nen eta prot ate oe cuerpo en la materialidad es oe claens le comprender este problema en Fr a ante Prepataton ae del deseo. Veremos Ge rece conk Peles quis pia et lo histérico como adecuadas a la aparece formas rmadas van a 87 Le6n Rozitchner convertirse en modelos alienados de participacién Personal q, del sistema, Este primer sistema inadecuado, mediante el cual ne trata de alcanzar la satisfaccién de su deseo por el camino més a perduraré como una forma socialmente eficaz, pero al mismo tiempo contraria a su libertad, en el hombre adulto. De la misma maner, veremos luego que la forma edipica dibuja el lugar de un poder, y que esta forma “necesaria” de enfrentarlo es al mismo tiempo una salid: infantil en falso, que el sistema ratificaré como verdadera en las inst tuciones adultas. En el Esquema 1.1 se sintetiza lo que decimos. i \ (ate / Naturalezal Neuieto) (objeto) Trabajo Asalariado d El primer problema planteado se referia a la adecuaciO® om 7 sistema de produccién y la forma subjetiva de los individuos alist producidos por él, Marx es sabido, caracteriza al sseema HP" y por a contradiccin fundamental entre capital y trabajo at" capital aparece como la organizacién racional de todo el sistem. tivo, pero se apoya a su vez en la dominacién de la corporei” sn, tida de los obreros, es decir en el trabajo asalariado. Esta contradi ue expresada como méxima simplifcacién, determina tambien 4 88 Escritos psicoanaltticos EL hombre aparece conformado de manera contra . ctoria jos sujet . 7 \ en tanto se vive como esplritu, alma 0 lo que se 7 icra, vo wn PATS rece contrapuesto en s{ mismo con sus propias pulsiones o su Propio rf . experiment étecomo natralers, residenciadeloemibleen uel ‘ 1 y nismo que hay que domeziar, la animalidad subsistente. El hombre sun smixto” para si mismo, su propia corporeidad es sdlo el soporte de sy nobleza spiritual, y lo infinito tanto como lo finito se dan cita en él, uno mt Jo que tiene de absoluto, sin historia ni origen: su conciencia; y lo que tiene de relativo, convocado a la muerte, su propio cuerpo. Esta descrip- «jon, en su simplicidad, queda por explicar. Con lo cual no queremos decir que corresponda a la “verdad” del hombre, a su “aspiracién’, sino sélo a su descripcién. Pero esta forma de ser “uno mismo” encuentra frente a si, en nuestro sistema, formas de objetos que le son correspon- dientes: las mercanctas. La forma social de los objetos es, en este sentido, congruente con la forma social de los sujetos. Y esto es innecesariamente asi, porque son ellos quienes confirman, en su existencia subjetiva, la forma que presentan esos objetos sociales. Queremos decir simple- mente lo siguiente: nuestro aparato psiquico, aquel que nos proporciona Suestro propio funcionamiento como sujetos, es congruente con la ‘orma de aparecer de los objetos sociales. El hecho de que nosotros, que “wimos bajo esa forma doble, seamos ese “mixto”; el hecho de que toda ‘scion con la sociedad esté determinada por una forma de objetividad ie Presenta esa contradiccién; el hecho, para decirlo en pala- farx, de que seamos, como la misma mercancia, “fisicamente Metafisicog” : ton, ra "hos va sefialando que el imperio de una forma contradic 4 obj Ap Aree Yue e Ietiva que esta instaurada y tiene vigencia en la realidad implica a i ; ap Perio determina también su imperio en nuestra propia forma fc *T46 sujetos, y est Y esta organizada por ella. Feud a a : Lilet 1 EERE que dar cuenta de esta doble relacibn, de ese tema, ee j bmo si peng, de este “mixto que somos, y que explicamos como s€ 1"8hdra, pg ae ' Sido A No sélo Freud. Esta organizacion social contradictoria ambig , 7 ela én el niicleo contradictorio que ttadicionalmente la tg °sofig — ene dle comprender y explicar. En la forma que la flosofia 89 Le6n Rozitchner n el periodo de desarrollo del capitalismo este ido, entre otros, en Hobbes, Descartes, ae ‘ucintamente podriamos, a riesgo de simplifcar pa formacién, partir de Descartes. Podriamos, asta || imperio de la raz6n supone en élla aus no mismo con Dios, base de la afitmacién presenta ¢) podrfa ser seg Hegel y Marx. Si el extremo de la de ejemplo, mostrar como el de una relacién interior en ul como la de una parte finita con el todo infinito que tiempo esta ahistoricidad de la razén desde el momento en que el nifto es engendrado: por eso nos dice que el alma humana, incluso cuando el entre materno, siempre piensa. Naturalmente, agregs, i como el adulto, no piensa en cosas metafisicas, la de Dios, las tiene ya alli, porque no hs ce. Asi, para Descartes, Dios germinaend! nel 6vulo de la mujer. Esta unin, esta n el hombre desde el origen de sus de nuestro yo, lo hace posible. Pero al mismo supone que ella estd presente nifo estden el vi el nifo no piensa alli pero las ideas, sobre todo adquiere después cuando cre nifio como el espermatozoide ¢ implantacion de la razén, estd ¢ como separacién entre lo sensible y Por otra parte, en Kant, este imperi cién radical con la naturaleza, como opo: relativo, el nowmeno y el fendmeno. Esta lo racional. ‘o de la razén aparece ¢h oposi- sicin entre lo absoluto y oposicién esta press nosotros mismos: el mundo sensible, de los fendmenos, po abajo.) por arriba. La op el reino de los fines, del notimeno y de la raz6n, cién se ratifica,o se verifca, en el mundo o el campo de Ja moral pa® Kant, pero de manera dramética ¢ insoluble: entre el ser medio Po los demés hombres, o ser considerado como fin. Y Ja solucion m>" ven ens expresa, segtin lo sefiala Goldmann,? este drama sin je ruvoll diera por al todos sett? ence cf imperativo categ6rico: “Acttia como sila norma d convertirse en ley universal”. Actuar “como si” pu de mi acto moral individual imponer una ley en la cu reconocidos como fines, pero esa es su limitacion: “como! id porgueen realidad no puede serlo. Estas condiciones de “imposii : 2. Lucien Go Goldmann, Jnrodaction da piloophie de Kant, NRE. Pats, 1967 90 Escritos psicoanalfticos oi réctica en el hombre no son sino las de una razén situada delat vcasnpo histérico, y al mismo tiempo un intento de solucién en un de sus limites. En Kant, vemos que la razén aparece contra- oe vomo una sustancia diferente, a lo material y alo sensible. El i ajismo del cuerpo Y de la razon queda consolidado, y la raz6n, cate- ras mediante, da forma a un contenido sensible. La subjetividad tanto conciencia, el lugar donde estas categorias convierten es, en at n mediador de la sujecin del cuerpo y de sus apetitos - al hombre ¢1 Ilamados patologicos— En Hegel el proceso mediante el cual la subjetividad accede a la racionalidad rompe este dualismo, y la razén aparece desarrollan- dose y organizandose en Ja materialidad del cuerpo mismo como lugar de su transito y elaboracién. El hombre, en tanto subjetividad, podté aparecer como una “astucia” de la razén para aleanzar sus fines racionales ya determinados, pero requiere de él como el lugar de su surgimiento y de su adecuacién. Por eso hay en Hegel transito y supe- racién en lo sensible mismo. Hay trdnsito y superacién de lo sensible cuando en él aparece el sentimiento. El sentimiento niega (contiene y supera) lo sensible, porque implica la aparicién de una significacion sentida que va més alld del primero y lo incluye en un orden superior. Pero cuando aparece la intuicién (complejo de significaciones) el come 3 Cl negado esta vez (contenido y superado) i nae a icién serd negada en la representacién (signo incluido ‘a organizado) y la representacién sera a su vez negada Por el co, pee ncepto; donde por fin la racionalidad no tiene ya ningun Contenj. ido 7 , . A A de Sensible, sino que tiene, como contenido, la racionalidad Cantada en ¢| Nalidad: f | proceso sensible sdlo aprehendido en su pura racio- for , ; “forma racional y contenido racional. Hegel reconoce ast sélo Una nj Nica g , ustanci, - ae, ia ‘ancia, la espiritual, y su teoria serd por ello una teor! Monis, ta, per ‘O ién ij. . Ste Procesg también idealista. Porque lo importante de todo ¢ lo se aprehende e sucesi c ce : ; "2140 lo sensi Sivas negaciones es la verdad que s©) fin lei nsible ( ) es un medio para un ™° que cul ala ley universal de la razén. Y con ello el propio cuerpo, ‘mina en la Idea. or Le6n Rozitchner Para Marx, en cambio, la raz6n que se aprehende en Ja hi producto de la actividad humana, y el hombre, como cian medio al mismo tiempo de su propia productividad, por fe 5 fin el modo de produccién particular el que lo plantea como ras Sea rico. La Iégica en Marx no es ontoldgica, no es la racionalidad in, del espiritu que engendra el mundo el que aparece utilizandolo coms medio. El pensar es un medio de aprehender en forma aproximad, una légica histérica que engendré la misma capacidad con la cual ¢ hombre produce y conoce. Sélo habria légica ontoldgica en la historia cuando la razén es elaborada y producida por el hombre, lo cual supone ala conciencia como necesaria para su dialéctica, pero sobre todo ls productividad de un cuerpo colectivo del cual el propio, y sus capaci- dades, forma parte. La capacidad de integrar desde el propio cuerpo sensible los diversos niveles de ampliacién, comprensién y participe cin que en él la historia produce, nos muestra este transito desde la presencia al sentimiento, de ésta a la imagen, y de la imagen al signs. Pero los diversos niveles en los cuales es para terminar en el concepto. na capacidad de conocer sino raz6n se desenvuelve no expresan s6lo ui er afectivo, imaginario, representativo Y conceptual, ados cuando s¢ iencia, hace ser delo qued rata bet también de se: que permanecen sin ser negados, aunque si transform: alcanza el conocimiento que el concepto, elemento de la ci posible. Lo representado 0 pensado nunca es idéntico con el conocido, sino que es slo un medio de su conocimiento, puesto n la cual el hombre al ser como S* nacabada, y 5" ser supera en su densidad y riqueza la razén co} de aprehenderlo. El conocimiento no da término sino como ser vivido, ser de la “praxis” y de la creacion i Jos limites que la “razén” trate de imponerle. En estas cuatro soluciones —Descartes, Kant, Hegel, que esté en juego es el poder del hombre, reconocido o negad productor, slo soporte de un orden que recibe y s¢ le impon® ia experiencia © | oa Juciones filos iquic? por el contrario él verifica y transforma en su propi lugar de la subjetividad lo que esté en juego en las so cas. P es, 206 ficas. Pero entonces, ¢e6mo pensar la estructura del aparato ps 92 Escritos psicoanaliticos que Freud describe, si mantenemos presente que lo subjetivo no es, en co psicologia, solo un objeto de ciencia, sino sujeto de la praxis? qo que la psicologia deberia estudiar, describir y comprender es un sroblema eminencemente filosofico, que muestra la relacion del hombre con Ja verdad y con Ia historia. {afilosofia expresa el debate presente en el ambitodela historia, yel jntento de producir una manera sistematizada de pensar las contradic- cones y sus soluciones en una forma racional que abarque la totalidad scleampo, desde el sujero que la piensa hasta el cosmos. El problema fandamental en dltima instancia seria éste: gla racionalidad surge _ se prolonga desde la sensibilidad de wna corporeidad que, siendo marerial, es el lugar mismo donde se verifica esta materialidad como storica? zLa universalidad que el pensar plantea puede imbricarse vrerialidad corporal de los hombres como para que la contra- enka m: zLo universal es diccién vivida sea resuelta en la materialidad misma? vnaterializable? Es decir: :la contradiccién presente puede ser resuclea como acuerdo en la materialidad misma de los hombres que los haga tradictorios, en su corporeidad misma, entre si? aparecer como no con! ar el de los :El deseo es necesariamente individual o puede reencontr otros sin contradiccién? El hombre, para Marx, seria aquella porcién de materialidad surgida desde la naturaleza, pero en la cual se verifica su transforma- cién como materialidad hist6rica, cultural, consciente, y respect dela cual toda materialidad historica exterior, transformada por el trabajo, adquiere y revela su sentido. Por lo tanto, es el propio cuerpo personal cl lugar donde el debate histérico plantea su contradiccién, que sera por lo tanto contradiccién vivida, contradiccién histérica subjetivi emer en destino personal. Lo cual no quiere decir, como que = a eucriory colectivo se le oponga, sino por el contrario, Tt oe "tvidad debe recuperar la materialidad a campo ne tfectivo de la ‘ombres ysu actividad colectiva, como unico a Comin de log a Por lo tanto: prolongar su cucrpe en el cuerpo ‘mas hombres. 93 Le6n Rozitchner ¢Y como aparece Freud aqui? Queremos mostrar que ¢| su “aparato psiquico” es, viniendo desde la psicologta, aes an de el planteo de Ia filosofia, y nos muestra a la subjetividad hist ‘ econ cada sujeto como el lugar donde este debate constituye el fundan, vk mismo de lo més individual. La psicologia deja de ser una region mn rada, como separados estan a nivel convencional lo individual a colectivo, o las lamadas “ciencias humanas” entre si, para ser una Psico- logia filosdfica, o psicologia politica o, en términos de Merleau-Ponty, una “psicologia trascendental”. Vedmoslo, en Freud, partiendo de su primera tépica, el “aparato psiquico” tal como esta desarrollado en el capitulo vil de su Lnterpreta- cién de los sueros, No se trata de un aparato bioldgico, definido anatémi- camente, si bien supone que se desarrolla en un cuerpo bioldgico, solo que aqui esa biologia sirve de lugar material donde se desarrolla un aparato psiquico, es decir histérico. Esta materialidad psiquica supone la aparicién de estructuras significativas que la conviertan en un ugar donde lo histérico que la produce se presente como lugar contradic- torio de su acceso al mundo de los hombres. Freud la piensa partiendo de un simil éptico: microscopio © aparato fotografico, espacio psiquico que tiene una entrada y une salida, y dentro de él sistemas 0 instancias que lo integran, los cuales mantiene? entre si una oriencacién constance, “orden fjo de sucesion” qe excitacién debe recorrer conforme a una sucesién temporal determ* ; ato nada, aunque ésta, como veremos, puede ser modificada. Este apar emo consciente 1° aro destinado # undo dent" ugar donde tiene un extremo sensible, perceptual, y un extri culmina en la actividad motriz. Se trata de un apar producir la capacidad de actuar adecuadamente en el m del cual el individuo se encuentra. El extremo sensible es ¢l ° se producen las percepciones debidas a los estimulos que !o 2°" Pero este primer sistema sensible y perceptual debe, al mism? ee que recibe los estimulos, quedar libre para otros nuevos: Detrés este primer sistema debe existir por lo tanto otro, que “cranston™ la momenténea excitacién del primero en huellas duraderas: 5°” 94 Escritos psicoanaltticos mnemicas’ lugar de la memoria. Aqui aparecen instancia! apyellas , so hu! as que reproducen y conservan el orden en el cual esas percep. site “d sociacin por simultaneidad, por analogia etcétera, . " 7 ciones § onservado en la memoria del aparato, es inconsciente en si con A yando podra prolongarse hasta el otro extremo del aparato, la aun cu cia, Pero entre estos contenidos y su prolongacién Freud intro- yncie aaa? ; i on sinstancia critica” que separa tajantemente a estos primeros juce . . menos inconscientes en su prolongacién hasta los otros, cons- fen Gentes: “una de las cuales [instancias, la critica] somete auna critica a . actividad dela otra”. Esta instancia critica se encuentra en el extremo motor del aparato. Y asi vemos aparecer un sistema llamado “incons- ciente”, que SC prolonga desde los sistemas mneménicos, situados antes de otro, llamado preconsciente, que es a su vez anterior al ultimo, la | conciencia, en la cual culmina la actividad motriz. Lo inconsciente no secomunica con la conciencia sino a través del sistema preconsciente. Lacensura de Ia resistencia es la que inhibe, en el estado de vigilia, ditrinsito de lo inconsciente a la conciencia, en la cual culmina este aparato destinado a facilitar una accién adecuada a la realidad por medio de la accién motriz. Asi este aparato comienza en un extremo sensible y culmina en otro extremo racional. Esquema 1.2 P Mn Mn' Icc 95 Le6n Rozitchner _ Se ve entonces que este apararo que Freud estd construyendy de a una forma mediadora entre el sujeto y la estructura del -social, que no aparece todavia con su nombre, salvo ensura y ¢l lenguaje. Pero este aparato es tambigy por lo menos, que corresponde a la forma de |z mixta, descrita anteriormente. Y eo correspon’ sistema historico cuando aparecen la c un aparato dualista, tividad contradictoria, nsible, lo que proviene de las pulsiones del cuerpo, todo lo jondndome en su determinacién exterior y produ- ignificaciones sentidas (si asi fuere, gcémo subje porque lo se que aparece impresi ciendo al mismo tiempo si podrian asociarse en mi memoria?), lo que me es propio en mi percep- cin inmediata del mundo exterior, todo eso no puede ser integrado a mi conducta racional, no puede pasar a mi conciencia, y tampoco podré culminar instaurando una conducta motriz que lo prolongue, La censura determinard lo que si podré inscribirse dentro de esta prolongacién del aparato, que tiene a la palabra, y ala conciencia que de ella resulta, como su forma culminante. Cuando Freud tiene que describir el aparato psiquico del sujeto lo sittay lo ubica sobre el fondo de aquello que la filosofia traté de elaborat, prolongando las mismas oposiciones y contradicciones, pero presentin- dolo al sujeto como el lugar donde éstas se inscriben y se enfrentan. Esto es lo que le proporciona esa dimensién de “psicologia trascendental”@ la cbr de Freud, en el sentido ya mencionado. Freud encuentra que el dualismo esta presente en a estructura del aparato psiquico que lt censura separa; que nosotros, en nuestra individualidad, hemos sido ——ae —_ donde ladominacién y el poder exterior, a y desde afuera,reprime vines Pensante que nos cerca desde ae sents, pensdy eed eae poder, l del cuerpo, que sit y la instancia critica le han imps Os ines que la represion — ser “normal”, Lo que Freud aa como tinica posibilidad dese" di Vidual, y los procesos ——— i . ne auele ——e Es laemergenci,misalldelacemurey deine econ ensura y de la represién, de significacion® vivencias, sentimi » sentimientos, : ; Pensamientos, relaciones, impulsos, etcete™ 96 Escritos psicoanaliticos esentes en nuestra subjetividad, enuuchas veces sin que hayan siquiera alcanzado la conciencia, pero jaccualizadcg en relaciones objetivas, que rompan con esta oposicién tajante que el sistema organiz6 en nosotros mismos como si fuera -y de alguna manera lo es— propia. Lalocura, en tleima instancia, es el desborde y la ruptura de este aparato de contencién que nosotros mismos somos. Freud descubre queel represor nO est4 sdlo fuera del aparato psiquico, en el aparato del estado, 0 de la economia, 0 del ejército, o en el aparato de la religion. Nos dice que si hay represién también hay que buscarla alli donde se forma sistema con ella: en la forma como esta organizada nuestra propa subjetividad. Que yo mismo, que el sujeto mismo en tanto yo tse lugar de la represién: que yo soy, para mi mismo, elrepresor. Lo cual no quiere decir que no esté afuera, sino algo mds simple: que para poder discriminar su existencia, nuestro acuerdo con él, para poder vetlo, es preciso deshacer nuestra estructura coherente con la suya. Cuando Freud describe el aparato psiquicolo hace en forma dualista. Pero cuando trata de elaborar su teoria de la cura, formulando un marco tebrico adecuado para la comprensién de estos conflictos, ese que no ¢sth expresado cabalmente, hace aparecer una teoria monista. Trara de comprender y habilitar a la subjetividad desde la corporeidad de las Pulsiones, donde éstas deberfan abrirse paso hacia el mundo exterior Tompiendo estos limites para emprender una conducta que nos leva as él a yelorden oficial. Lo cual no quiere decir que sea nn lo con los otros como meta posible, y que toda oe “tote mand Ja emergencia de la naturaleza animal ensu bes a ; eae tal como el pensamiento dualista la on oe estructura del ‘ntonces ence presente que cuando Frew ee A diensa gue ‘ aparato psiquico como resultado social, noes F a la sctipcign oa aleanzar histéricamente. La oni a Wa tcotia ny gett modificacién posible es la distancia ener Yk esc, totalmente explicitada, que le sirve de fundament 2 co... | Pion de Lo real. Lo que é| describe -como buen cienti- es la ae estry id jistorica Uctura que corresponde a la conformacion h 97 Leén Rozitchner de la subjetividad, represion mediante. Pero cuando cura o ex

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