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Genes Pueblos y Lenguas
Genes Pueblos y Lenguas
H
ace mús de 40 años el laborato—
ferente. Además, nuestra reconstruc- manas, aunque el uso pervertido del
rio de Sir Ronald A. Fisher en
ción guarda sorprendentes paralelismos segundo término aconseja su omisión.
la Universidad de Cambridge,
con una reciente clasificación de las No es fácil definir las poblaciones de
donde yo había acudido para especia-
lenguas. Genes, pueblos y lenguas se una manera rigurosa y útil a la vez,
lizarnie en genética bacteriana, estaba
han diversificado, pues, a la par, a lo porque los seres humanos se agrupan
saturado de matemáticos teóricos. Se
largo de una serie de movimientos mi- de forma desconcertante, con solapa-
entiende, pues, que, en esa atmósfera,
gratorios que, según todos los indicios, mientos en ocasiones y, siempre, cam-
comenzara y o a darle vueltas a un
comenzaron en Africa y se propaga- biando. Las lenguas, sin embargo, nos
proyecto tan ambicioso que rozaba la
ron, a través de Asia, por Europa, el prestan una pequeña ayuda.
locura: reconstruir el origen de las po-
Nuevo Mundo y el Pacífico.
blaciones humanas y los caminos que
éstas tomaron en su dispersión por el
ancho mundo. El trabajo, pensé, po-
La noción de árbol genealógico es
decisiva para situar tales episodios en
una secuencia cronológica. A igualdad
D urante largo trecho de su historia,
la especie humana se ha organi-
zado en tribus o grupos de personas
dría abordarse midiendo el parentesco
de otros factores, cuanto mayor sea el ligadas por lazos estrechos. La afilia-
entre las poblaciones acmales y, cono-
tiempo transcurrido desde la separación ción tribal continúa siendo de gran im-
cido éste, crear el árbol genealógico
de dos poblaciones tanto mayor será la portancia en las sociedades tradicio-
de la humanidad.
diferencia genética entre las mismas. nales. Y no es raro comprobar, ade-
La utopía está a punto de conver-
Este tipo de análisis puede aplicarse más, una correspondencia exacta entre
tirse en realidad. El análisis exhaustivo
después a casos más complejos, que lengua y tribu. Las lenp•uas constitu-
de datos genéticos recogidos en los ul-
impliquen a tres o más poblaciones. yen, por tanto, un punto de referencia
timos 50 años y de otros nuevos obte-
(La diferencia genética equivale en ese para las tribus: las afiliaciones triba-
nidos con técnicas de desarrollo re-
contexto a la distancia genética.) les, cuando se conocen, ayudan a es-
ciente nos ha permitido cartografiar la
Solemos hablar de grupos étnicos o bozar un guión clasificador de las po-
distribución mundial de cientos de •_e-
razas para designar las poblaciones hu- blaciones.
nes. A partir de ese mapa hemos de-
ducido los linajes de las poblaciones
de todo el mundo. Nuestro árbol con-
cuerda con otro, mas pequeño, basado
en datos genéticos de índole muy di-
Sdeapoyarse
occidental y son prácticamente ine- on muchos los principios en que nimo los sesgos con predicciones co-
xistentes en Asia oriental, así como para reconstruir árboles rrectas de las tasas evolutivas. El mo-
entre las poblaciones aborígenes de distancias genéticas. Sírvanos de delo ev olutivo que utilizamos es el
América y Australia. ejemplo el árbol que publiqué hace más simple. Predice que las ramas
Se puede estimar el grado de paren- 27 años, junto con Anthony W. F. Ed- evolucionarán con idéntica celeridad, a
tesco, por ej emp1o , entre in gleses wards, ahora en Cambridge, y que re- condición de que la principal causa de
(16 por ciento de individuos Rh nega- lacionaba 15 poblaciones. La genealo- cambio resida en la deriva y sea el
tivos) y vascos (25 por ciento) restan- gía basábase en distancias genéticas mismo el tamaño de las poblaciones,
do ambos porcentajes (nueve puntos). calculadas a partir de las informacio- como media. La primera condición la
Entre ingleses y asiáticos orientales di- nes genéticas de que en aquel enton- confirman observaciones de distinta
cha diferencia es de 16 puntos, distan- ces disponíamos, y de acuerdo con la fuente; la probabilidad de la segunda
cia mayor que implica, seguro, una se- fórmula del “camino genético más cor- condición se refuerza con una juiciosa
selección de las poblaciones. No es
raro que las tasas de evolución sean
Etnias y lenguas
CAUCASOIDES AFRICANOS
MEDITERRANEO
EUROPEO INDIO BOSQUIMANO MASAI PIGMEO CHINO
DEL NORTE TIBETAN?
constantes si las poblaciones alcanzan a la distancia que podamos inferir de mente, del padre y de la madre; los
ciertas dimensiones y han colonizado cualquier otra comparación interconti- mitocondriales se transmiten a la des-
territorios que abarcan continentes du- nental. Y eso es lo que cabría esperar cendencia a través, casi exclusivamente,
rante un intervalo de tiempo que se pro- si la separación africana fuera la pri- de la madre. Este modo de herencia
longa hasta el asentamiento original. mera y más antigua en el árbol gena- simple convierte a los genes mitocon-
Con mis colegas Paolo Menozzi y lógico humano. driales en utillaje valioso para el cálculo
Alberto Piazza, de las universidades de La distancia genética entre africanos de las distancias genéticas. Superan tam-
Parma y Turín, respectivamente, diseñé y no africanos viene a doblar la dis- bién a los genes nucleares en su tasa de
un sistema analítico común para abor- tancia que media entre australianos y mutación; esa cadencia más alta podría
dar la historia y geografía de los ge- asiáticos; esta última separación dobla inducir a alterar en parte la determina-
nes humanos. Dedicamos 12 años al de lejos, a su vez, la distancia que ción estadística de las distancias génicas,
estudio del cuerpo de datos genéticos existe entre europeos y asiáticos. Los que no se calcularían de acuerdo con
que se había acumulado en los últimos tiempos de separación sugeridos por la las frecuencias génicas sino basándose
50 años: más de 100 caracteres here- paleoantropología guardan una relación en las mutaciones de los propios genes.
ditarios distintos procedentes de apro- muy similar: 100.000 años para la di- El reloj mitocondrial se fundamenta
ximadamente 3000 muestras, tomadas visión entre africanos y asiáticos, unos en el número de mutaciones acumula-
de 1800 poblaciones. La mayoría de 50.000 años para la separación entre das, no en los cambios de las frecuen-
las muestras incluían cientos o miles asiáticos y australianos, y de 35.000 a cias génicas. Nuestra hipótesis pivotaba
de individuos. Este conjunto de datos, 40.000 para la diversificación entre sobre la idea de una evolución, a rit-
nuestro conjunto clásico, deriva indi- asiáticos y europeos. En estos casos, mo constante, de las frecuencias géni-
rectamente de la proteínas expresadas al menos, nuestras distancias se com- cas; Wilson y su grupo pedían lo mis-
por los genes. portan como un reloj exacto. mo para los genes mitocondriales, pero
Hemos trabajado, además, con un Un reloj bastante distinto, aunque centrándose en la tasa constante de
segundo conjunto enteramente nuevo: elegante, han creado quienes se han mutación de éstos. Por la propia natu-
datos moleculares estudiados directa- ocupado de investigar un tipo de da- raleza de los datos, resulta más fácil
mente a partir de las secuencias de tos genéticos de índole diferente de ponerle raíz a un árbol mitocondrial
ADN presentes en el niícleo celular. los nuestros. Nos llegaron sus descu- que a otro nuclear. Basta cotejar el árbol
La mayoría de los datos moleculares brimientos más interesantes cuando que hemos creado con cualquier grupo
que utilizamos se recogieron en un nuestros análisis estaban a punto de externo —Wilson acudió a los chim-
programa de investigación que duró cerrarse; pero, a pesar de la disparidad pancés— cuya fecha o intervalo de fe-
siete años, en el que intervinieron mi de origen, confirmaban nuestros ha- chas de separación sea conocida.
laboratorio de la Universidad de Stan- llazgos en todos los puntos esenciales.
ford y el equipo de Kenneth K. y Ju-
dith R. Kidd, del departamento de ge-
nética de la Universi dad de Yale.
El estudio en cuestión se centra en
los genes presentes en el ADN de las
mitocondrias, orgánulos celulares que
C on esas distancias, el grupo de
Wilson construyó un árbol ge-
nealógico que revelaba más diferencia-
Aunque estos datos son en muchos as- metabolizan energ ía. No sotros, en ción en Africa que en cualquier otra par-
pectos de superior calidad que los ba- Stanford, habíamos iniciado esa línea te. El descubrimiento indicaba que era
sados en los productos génicos, de de trabajo, pero la metodología que en Africa donde el ADN humano mi-
momento sólo cubren una centésima desarrollaron Allan C. Wilson y sus tocondrial había evolucionado durante
parte de las poblaciones. No obstante, colegas de la Universidad de Cali- un período de tiempo más largo, y
hasta donde se han comparado, los da- fornia en Berkeley consiguió una re- que podía seguirse su pista hasta una
tos moleculares concuerdan muy bien solución mayor. (Quiero aprovechar sola mujer africana. Además, los inves-
con los clásicos. este momento para rendir tributo a las tigadores pudieron fechar los puntos de
muchas contribuciones realizadas por ramificación del árbol comparando el
ARTICOS OCEANICOS
COREANO
INUIT AZTECA YANOMANO POLINESIO MAORI MELANESIO AUSTRALIANO
2. GENES Y PIEDRAS nos relatan una historia muy parecida. El primer cientes apuntan dos rutas migratorias de Africa a Asia (amarillo). No te-
árbol genético (rojo) se ha proyectado sobre un mapa, con sus extremos nemos pruebas de los pormenores de las rutas. Las estimaciones arqueo-
situados sobre los asentamientos actuales tpun/os rojos). Trabajos más re- lógicas sobre los primeros asentamientos aparecen reflejadas en la ruta.
TIEMPO (ANOS)
NEOGUINEANOS Y AUSTRALIANOS 0500 1,000 1,500 2,000 2,50G
OCEANICOS
ASIATICOS DEL SURESTE ASIATICOS DEL<rNORESTE
100 ASIATICOS DEL NORESTE-ARTICO AME
EUROPEOS
CAUCASOIDES NO EUROPEOS AFRICANOS 80
60
POBLACION 1
POBLACION 2
20
0.20 0 10 0.050.00 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 1
TIEMPO (GENERACIONES)
DISTANCIA GENETICA
3. LA ACUMULACION DE CAMBIOS a lo largo del tiempo produce en el ordenador (derecha). Cuando una población se separa eii dos mita: =
diferencias genéticas, como queda reflejado en este árbol genealógico de sus frecuencias génicas son similares, pero con el tiempo y el azar pue- c
etnias (izquierda). La deriva, mecanismo de cambio, puede ser reproducida evolucionar en direcciones opuestas.
GENES, PUEBLOS Y LENGUAS 53
restos arqueológicos. Esos testimonios génica que se observa de una punta a descendían de una lengua común o de
—huesos e instrumentos líticos en su otra de Europa invitó a crear un mo- un grupo de dialectos emparentados
mayoría— corroborar la tesis africana delo del posible curso seguido por la que hablaban los antiguos agricultores
del asentamiento original de los horni- colonización europea. De acuerdo con del este de Nigeria y Camerún. Con la
nidos. Desde ese núcleo irradiaron ha- el guión propuesto, los agricultores del expansión de los campesinos hacia el
cia Asia vía el istmo de Suez y, pos- Neolítico llevaron sus genes, cultura y centro y sur de Africa, hace al menos
teriormen te, p as ar on de As ia a lenguas indoeuropeas de Oriente Me- 3000 años, sus lenguas se
diversifica- Europa. En esas regiones hubo en- dio a Europa en un proceso de expan-
ron, pero no hasta el punto de velar claves homínidos hace quizás un mi-
sión lenta. Como los antepasados de su origen común. La explicación es
llón de años. los vascos vivieron en el otro extremo aplicable a los genes de esas poblacio-
El siguiente paso es más difícil de de la corriente migratoria, es probable nes; y así, el bantu —en su origen
establecer, pues depende del momento que el grado de mezcla genética con una categoría lingüística— se emplea
en que imaginemos el desgajamiento los agricultores fuese mínima. ahora para designar un conjunto de
de los humanos modernos del tronco No podemos olvidar que sólo halla- poblaciones que comparten una base
hoinínido. En cualquier caso, está cla- remos patrones de asentamientos que lingüística y genética.
ro que ya había ocurrido cuando los reflejen emigraciones exitosas. Tam- En 1988 publicamos un árbol filo-
humanos se dispersaron desde Asia ha- bién habría otras que fracasaron. En genético de 42 poblaciones con sus
cia América, acontecimiento que ocu- América, por tomar un ejemplo recien- parentescos lingüísticos respectivos. El
rrió cuando el estrecho de Bering árbol demuestra que el agrupa-
estaba seco y la suavidad del cli- miento genético de las poblacio-
ma posibilitaba el avance por tie- nes se superpone sin rechinar al
rra. La colonización de Australia agrupamiento por lenguas. Con
y las islas del Pacífico hubo de muy pocas excepciones, las fami-
producirse también en fecha re- lias lingüísticas parecen tener un
ciente, una vez dominada la na- origen bastante reciente en nues-
vegación en mar abierto. tro árbol genético. Añádase a ello
Por lo que sabemos, Australia la labor de dos grupos de lingüis-
la colonizaron emigrantes del su- tas, que han creado categorías
reste asiático hace unos 40.000, lingüísticas superiores (“superfa-
si no 10.000 o 20.000 años antes. milias”) con unos resultados para-
Los arqueólogos andan divididos lelos a los obtenidos en el rastreo
sobre la llegada a un continente genético, de índole obviamente
americano. Con todo, los prime- distinta. Por no mencionar la ex-
ros signos convincentes de la pre- citación que nos producía haber
sencia humana en Alaska se re- confirmado una conjetura de
montan a unos I 5.000 años . Charles Darwin, quien en el capí-
Parece que hay dataciones ante- tulo 14 de su libro Sobre el ori-
riores en algunos sitios de Améri- gen de las especies mediante se-
ca del Sur. Las estimaciones osci- lección natural señalaba que, si
lan, pues, entre 15.000 y 35.000 se conociese el árbol de la evolu-
años. Nuestros datos de genética ción genética, se podría predecir
nuclear abonan un asentamiento 4. MUESTRA GENÉTICA extraída de un pigmeo africano el de la evolución lingüística.
cuyos inicios se fecharían hará de la tribu de Aha, que aparece con el autor del artículo. ¿Por qué van de la mano la
unos 30.000 años. evolución genética y la lingüísti-
Europa, barrida en varias oleadas te, se sabe que los vikingos llevaron a ca? No se vea detrás ningún determi-
migratorias, conserva todavía vestigios cabo colonizaciones cortas, pero se nismo genético; la respuesta está en la
de los primeros enclaves. En 1954 desconoce su posible contribución al historia: los genes no controlan el len-
Arthur E. Mourant, del laboratorio de acervo génico del lugar. guaje, sino que son las circunstancias
genética de poblaciones del Consejo del nacimiento las que determinan la
de Investigaciones Médicas de Londres
y adelantado de la geografía genética, V ayamos con nuestro tercer descu- lengua con la que uno se las va a ha-
brimiento importante: la sorpren- ber. Las diferencias lingüísticas po-
ideaba una estratagema ingeniosa para dente correlación entre distribución de drían levantar o reforzar barreras gené-
resolver el rompecabezas. Según su hi- genes y distribución de lenguas. Llega- ticas entre las poblaciones, pero no es
pótesis, los vascos (población del norte mos, en efecto, a la conclusión de probable que sean el motor de la co-
de España y del suroeste de Francia) que, en ciertos casos, una lengua o fa- rrelación. La evolución humana está
son los habitantes más antiguos de Eu- milia de lenguas servía para identificar plagada de fragmentaciones de las po-
ropa, y han con servado algo de su una población genética. Tenemos un blaciones en grupos, algunos de los
constitución genética primitiva, a pesar ejemplo notable en las casi 400 len- cuales se asientan en otras partes.
de su cruzamiento con sucesivos inmi- guas de la familia bantú de Africa Cada frag mento desarrolla patrones
grantes. La teoría se apoya en datos central y del sur, lenguas estrechamen- lingüísticos y genéticos que llevan la
sobre el Rh negativo: los vascos tie- te emparentadas entre sí, que, además, huella de un punto de ramificación co-
nen una frecuencia mayor de ese gen se corresponden con las fronteras tri- main. Por tanto, alguna correlación es
que cualquier otra población. Los tra- bales y las afiliaciones genéticas entre inevitable.
bajos con otros genes confirman la hi- tribus. Los fundamentos lingüísticos Se puede objetar que las separacio-
pótesis, lo mismo que el estudio de que sustentan este caso ya habían sido nes totales, como las que se establecen
las hondas diferencias lingüísticas en- avanzados en los años cincuenta por cuando un grupo disidente emigra a
tre el vascuence y la lengua de sus Joseph H. Greenberg, de Stanford. un nuevo continente, deben ser raras.
vecinos. Greenberg sostenía, y lo acepta hoy Pero no se necesitan océanos ni cordi-
El análisis reciente de la variación la mayoría, que las lenguas bantúes lleras para dividir las poblaciones: bas-
54 LUIGI LUcA CAVALLI-SFORZA
DAICO á
misferios americanos.
explicación última de esta corre-
i.:2SOS
z L lación entre genes y cultura debe
, -LOS buscarse en los dos mecanismos de
-'.OS transmisión: horizontal y vertical. Los
AUSTRONESIO
'.2FOS genes, que se transmiten siempre de
padres a hijos, describen una ruta ver-
I-.PESOS tical a través de las p•eneraciones. La
-ESOS cultura también puede transmitirse ver-
ticalmente de generación en genera-
INDO-OCEANICO ción, pero a diferencia de los genes
-. NEANOS
admite una transmisión horizontal, en-
-"- - LIANOS tre individuos no emparentados. La
AUSTRALIANO
moda de temporada, por ejemplo, se
presenta en París y se transmite al
mundo entero (aunque ahora parece
que Italia
toma la
delantera).
En el
56 LUIci LUcA CAVALLI-SFORZA