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Genes, pueblos y lenguas

Luigi Luca Cavalli—Sforza


Enero de / 992

Los árboles genealógicos que relacionan pueblos


y len guas se superponen. Atnbos reos/fett a corrientes migr atorias.
Las pruebas biológ icas sitúan en Africa nuestro origen

H
ace mús de 40 años el laborato—
ferente. Además, nuestra reconstruc- manas, aunque el uso pervertido del
rio de Sir Ronald A. Fisher en
ción guarda sorprendentes paralelismos segundo término aconseja su omisión.
la Universidad de Cambridge,
con una reciente clasificación de las No es fácil definir las poblaciones de
donde yo había acudido para especia-
lenguas. Genes, pueblos y lenguas se una manera rigurosa y útil a la vez,
lizarnie en genética bacteriana, estaba
han diversificado, pues, a la par, a lo porque los seres humanos se agrupan
saturado de matemáticos teóricos. Se
largo de una serie de movimientos mi- de forma desconcertante, con solapa-
entiende, pues, que, en esa atmósfera,
gratorios que, según todos los indicios, mientos en ocasiones y, siempre, cam-
comenzara y o a darle vueltas a un
comenzaron en Africa y se propaga- biando. Las lenguas, sin embargo, nos
proyecto tan ambicioso que rozaba la
ron, a través de Asia, por Europa, el prestan una pequeña ayuda.
locura: reconstruir el origen de las po-
Nuevo Mundo y el Pacífico.
blaciones humanas y los caminos que
éstas tomaron en su dispersión por el
ancho mundo. El trabajo, pensé, po-
La noción de árbol genealógico es
decisiva para situar tales episodios en
una secuencia cronológica. A igualdad
D urante largo trecho de su historia,
la especie humana se ha organi-
zado en tribus o grupos de personas
dría abordarse midiendo el parentesco
de otros factores, cuanto mayor sea el ligadas por lazos estrechos. La afilia-
entre las poblaciones acmales y, cono-
tiempo transcurrido desde la separación ción tribal continúa siendo de gran im-
cido éste, crear el árbol genealógico
de dos poblaciones tanto mayor será la portancia en las sociedades tradicio-
de la humanidad.
diferencia genética entre las mismas. nales. Y no es raro comprobar, ade-
La utopía está a punto de conver-
Este tipo de análisis puede aplicarse más, una correspondencia exacta entre
tirse en realidad. El análisis exhaustivo
después a casos más complejos, que lengua y tribu. Las lenp•uas constitu-
de datos genéticos recogidos en los ul-
impliquen a tres o más poblaciones. yen, por tanto, un punto de referencia
timos 50 años y de otros nuevos obte-
(La diferencia genética equivale en ese para las tribus: las afiliaciones triba-
nidos con técnicas de desarrollo re-
contexto a la distancia genética.) les, cuando se conocen, ayudan a es-
ciente nos ha permitido cartografiar la
Solemos hablar de grupos étnicos o bozar un guión clasificador de las po-
distribución mundial de cientos de •_e-
razas para designar las poblaciones hu- blaciones.
nes. A partir de ese mapa hemos de-
ducido los linajes de las poblaciones
de todo el mundo. Nuestro árbol con-
cuerda con otro, mas pequeño, basado
en datos genéticos de índole muy di-

LU IG I LU CA CAV ALLI-S FORZA


enseña g enét i ca en la Univers idad de
Stanford desde 1971. Nació en Génova
hace setenta años y se doctoró en medi- VASCOS
cina por la U n i v ersi dad de Pavía en
1944. Es tu di ó ge nética bacteri ana en
ltalia y, desde 1948 a 1950, en el labo-
ratorio de Si r Ronal d A. Fisher, en la
Universidad de Cambridge. Se cambió
a a genética de pobl aviones humanas
en 1 952. Desde en tone es ha estudiado
los fenóme nos de consang•uinidad, deri-
va ce netica y forma de predecir la me-
diante obser vac iones demográficas. l as
relac io nes recíprocas entre evol uci ón
bioló _ica y cultural, el si Unificado cul-
tural de nom bres y apellido s, y la re-
c onstruc ci ón de la evolución hu mana.
Ha dirigido trabajos de campo entre los
pigineos africanos y ha aplicado téc ni-
cas molecul ares a1 análisis de genes y la
persist ent ia e n el ti ernpo de materi
al 1. MAPA GENETICO del factor Rh negativo. Se observa su alta frecuencia entre los vascos. Los
_•ené ti co proced ent e de pobl aci ones datos sugieren que éstos han conservado los vestigios de una primitiva población europea que pos-
aborígenes. teriormente se mezcló con otras procedentes de Asia.
50 LUIGI LUc C VALLI-SFORZA

En las sociedades metropolitanas la


paración muy anterior. No hay, pues, to”, propuesta por Edwards. Se trata-
situación reviste mayor complejidad. ba de construir el árbol que tuviera
nada esotérico encerrado en la noción
Por eso hemos reducido los problemas la mínima longitud de ramificación.
de distancia genética.
prácticos centrando nuestros estudios Cuando el árbol se proyecta sobre un
En realidad, para que las distancias
en las poblaciones aborígenes, esto es, mapamundi, con las ramas descansan-
suministren la mayor cantidad de in-
en las que ya ocupaban sus territorios do sobre los asentamientos actuales de
formación posible sobre las historias
actuales antes de que se produjeran las
evolutivas solemos recurrir a fórmulas las poblaciones, el resultado viene a
grandes oleadas migratorias que siguie-
ligeramente más complicadas que la coincidir con las reconstrucciones an-
ron a los viajes de exploración en el tropológicas de las migraciones de la
pura resta. Si dentro de una misma
Renacimiento. Las distancias entre antigüedad.
población se aíslan de forma absoluta
esos grupos aborígenes no pueden cal- Pero carecemos de pruebas sólidas
unos grupos de otros, acabarán por di-
cularse por la mera presencia o ausen- que reafirmen que el camino genético
ferenciarse, aun cuando no se produje-
cia de un simple carácter hereditario, más corto sea la mejor forma de ajus-
ran mutaciones ni contáramos con la
o del gen que lo expresa, ya que to- tar el árbol a los datos. Otros métodos
selección natural. El azar favorece el
dos los grupos portan prácticamente dendrológicos podrían acertar más a la
cambio de sus respectivas frecuencias
todos los genes humanos existentes. hora de relacionar la longitud de las
génicas en un proceso de deriva.
Lo que sí varía es la frecuencia con A igualdad de condiciones, la dis- ramas con el paso del tiempo y en-
que los genes aparecen. tancia genética aumenta simple y regu- contrar una fecha para la "raíz" del
Tenemos un buen ejemplo de ello larmente con el tiempo. Cuanto mayor árbol. En los casos en que es posible,
en el factor Rh, un antígeno sanguíneosea el tiempo que dos poblaciones lle- la raíz permite establecer una relación
humano que puede encontrarse en dos van separadas, tanto mayor será su entre las poblaciones y un grupo dis-
formas, positivo y negativo, y sobre distancia genética. Podríamos así ima- tinto: por ejemplo, los chimpancés,
el que se ha acumulado abundante ginar la distancia a modo de reloj que que se dividieron de la línea que ha
información. El carácter, que se here-marcara los hitos de la historia evolu- conducido al hombre hace unos 5 o
da de una manera sencilla, se ha estu-tiva. Pero las leyes de la estadística 7 millones de años. Si admitimos una
diado en miles de poblaciones por ra- nos demuestran que no hemos de es- tasa constante de cambio evolutivo
zones de salud pública. Los médicos perar que un simple gen como el del para todas las ramas, podemos equipa-
deben identificar a las mujeres Rh ne-Rh proporcione una cronología exacta. rar sus longitudes con el tiempo trans-
gativas embarazadas que porten fetos Es fundamental utilizar promedios de currido desde que se produce la diver-
Rh positivos, para administrarles un muchos genes en el cálculo de las dis- gencia. Pero tambi én esos árboles
tratamiento inmunológico inmediata- tancias genéticas; lo ideal sería con- enraizados pueden estar también suje-
mente después del parto. El tratamien-trastar conclusiones con diferentes con- tos a sesgos, si unas ramas han sufri-
to impide que el cuerpo de la mujer juntos de genes. Para nuestra ventura do camb ios evolutivos más rápidos
fabrique anticuerpos que atenten contra
se conocen ya miles de genes, aunque que otras.
el fruto de un s egundo embarazo.
en
LosEuropa,
genes escasean en Africa
Rh negativos,
sólo unos pocos se han analizado en
y Asia muchas poblaciones.
frecuentes
Lasticatécnicas
de poblaciones reducen al mí-
matemáticas de la gené-

Sdeapoyarse
occidental y son prácticamente ine- on muchos los principios en que nimo los sesgos con predicciones co-
xistentes en Asia oriental, así como para reconstruir árboles rrectas de las tasas evolutivas. El mo-
entre las poblaciones aborígenes de distancias genéticas. Sírvanos de delo ev olutivo que utilizamos es el
América y Australia. ejemplo el árbol que publiqué hace más simple. Predice que las ramas
Se puede estimar el grado de paren- 27 años, junto con Anthony W. F. Ed- evolucionarán con idéntica celeridad, a
tesco, por ej emp1o , entre in gleses wards, ahora en Cambridge, y que re- condición de que la principal causa de
(16 por ciento de individuos Rh nega- lacionaba 15 poblaciones. La genealo- cambio resida en la deriva y sea el
tivos) y vascos (25 por ciento) restan- gía basábase en distancias genéticas mismo el tamaño de las poblaciones,
do ambos porcentajes (nueve puntos). calculadas a partir de las informacio- como media. La primera condición la
Entre ingleses y asiáticos orientales di- nes genéticas de que en aquel enton- confirman observaciones de distinta
cha diferencia es de 16 puntos, distan- ces disponíamos, y de acuerdo con la fuente; la probabilidad de la segunda
cia mayor que implica, seguro, una se- fórmula del “camino genético más cor- condición se refuerza con una juiciosa
selección de las poblaciones. No es
raro que las tasas de evolución sean
Etnias y lenguas
CAUCASOIDES AFRICANOS

MEDITERRANEO
EUROPEO INDIO BOSQUIMANO MASAI PIGMEO CHINO
DEL NORTE TIBETAN?

FAMILIA DE LENGUAS INDOEUROPEAS


KHOISAN NILOSAHARIANO
GENES, PUEBLOS Y LENGUAS 51

constantes si las poblaciones alcanzan a la distancia que podamos inferir de mente, del padre y de la madre; los
ciertas dimensiones y han colonizado cualquier otra comparación interconti- mitocondriales se transmiten a la des-
territorios que abarcan continentes du- nental. Y eso es lo que cabría esperar cendencia a través, casi exclusivamente,
rante un intervalo de tiempo que se pro- si la separación africana fuera la pri- de la madre. Este modo de herencia
longa hasta el asentamiento original. mera y más antigua en el árbol gena- simple convierte a los genes mitocon-
Con mis colegas Paolo Menozzi y lógico humano. driales en utillaje valioso para el cálculo
Alberto Piazza, de las universidades de La distancia genética entre africanos de las distancias genéticas. Superan tam-
Parma y Turín, respectivamente, diseñé y no africanos viene a doblar la dis- bién a los genes nucleares en su tasa de
un sistema analítico común para abor- tancia que media entre australianos y mutación; esa cadencia más alta podría
dar la historia y geografía de los ge- asiáticos; esta última separación dobla inducir a alterar en parte la determina-
nes humanos. Dedicamos 12 años al de lejos, a su vez, la distancia que ción estadística de las distancias génicas,
estudio del cuerpo de datos genéticos existe entre europeos y asiáticos. Los que no se calcularían de acuerdo con
que se había acumulado en los últimos tiempos de separación sugeridos por la las frecuencias génicas sino basándose
50 años: más de 100 caracteres here- paleoantropología guardan una relación en las mutaciones de los propios genes.
ditarios distintos procedentes de apro- muy similar: 100.000 años para la di- El reloj mitocondrial se fundamenta
ximadamente 3000 muestras, tomadas visión entre africanos y asiáticos, unos en el número de mutaciones acumula-
de 1800 poblaciones. La mayoría de 50.000 años para la separación entre das, no en los cambios de las frecuen-
las muestras incluían cientos o miles asiáticos y australianos, y de 35.000 a cias génicas. Nuestra hipótesis pivotaba
de individuos. Este conjunto de datos, 40.000 para la diversificación entre sobre la idea de una evolución, a rit-
nuestro conjunto clásico, deriva indi- asiáticos y europeos. En estos casos, mo constante, de las frecuencias géni-
rectamente de la proteínas expresadas al menos, nuestras distancias se com- cas; Wilson y su grupo pedían lo mis-
por los genes. portan como un reloj exacto. mo para los genes mitocondriales, pero
Hemos trabajado, además, con un Un reloj bastante distinto, aunque centrándose en la tasa constante de
segundo conjunto enteramente nuevo: elegante, han creado quienes se han mutación de éstos. Por la propia natu-
datos moleculares estudiados directa- ocupado de investigar un tipo de da- raleza de los datos, resulta más fácil
mente a partir de las secuencias de tos genéticos de índole diferente de ponerle raíz a un árbol mitocondrial
ADN presentes en el niícleo celular. los nuestros. Nos llegaron sus descu- que a otro nuclear. Basta cotejar el árbol
La mayoría de los datos moleculares brimientos más interesantes cuando que hemos creado con cualquier grupo
que utilizamos se recogieron en un nuestros análisis estaban a punto de externo —Wilson acudió a los chim-
programa de investigación que duró cerrarse; pero, a pesar de la disparidad pancés— cuya fecha o intervalo de fe-
siete años, en el que intervinieron mi de origen, confirmaban nuestros ha- chas de separación sea conocida.
laboratorio de la Universidad de Stan- llazgos en todos los puntos esenciales.
ford y el equipo de Kenneth K. y Ju-
dith R. Kidd, del departamento de ge-
nética de la Universi dad de Yale.
El estudio en cuestión se centra en
los genes presentes en el ADN de las
mitocondrias, orgánulos celulares que
C on esas distancias, el grupo de
Wilson construyó un árbol ge-
nealógico que revelaba más diferencia-
Aunque estos datos son en muchos as- metabolizan energ ía. No sotros, en ción en Africa que en cualquier otra par-
pectos de superior calidad que los ba- Stanford, habíamos iniciado esa línea te. El descubrimiento indicaba que era
sados en los productos génicos, de de trabajo, pero la metodología que en Africa donde el ADN humano mi-
momento sólo cubren una centésima desarrollaron Allan C. Wilson y sus tocondrial había evolucionado durante
parte de las poblaciones. No obstante, colegas de la Universidad de Cali- un período de tiempo más largo, y
hasta donde se han comparado, los da- fornia en Berkeley consiguió una re- que podía seguirse su pista hasta una
tos moleculares concuerdan muy bien solución mayor. (Quiero aprovechar sola mujer africana. Además, los inves-
con los clásicos. este momento para rendir tributo a las tigadores pudieron fechar los puntos de
muchas contribuciones realizadas por ramificación del árbol comparando el

N uestros primeros resultados apoyan


una conclusión que se extrae de
los estudios de restos humanos físicos
Wilson a la evolución molecular. Mu-
rió de leucemia aguda en julio del año
pasado, a la edad de 56 años.)
ADN de humanos con el de chimpan-
cés, cuyos linajes se sabe se separaron
hace unos cinco millones de años.
y culturales: el origen africano de Los genes mitocondríales difieren de Calibrado el árbol, el grupo de Wil-
nuestra especie. Hemos comprobado los genes del núcleo en varios aspec- son se aprestó a deducir las fechas de
que las distancias genéticas entre afri- tos fundamentales. Los genes nucleares las últimas ramificaciones. Y lo que es
canos y no africanos es muy superior se heredan, más o menos equitativa- más importante, calculó que esa mujer

ARTICOS OCEANICOS

COREANO
INUIT AZTECA YANOMANO POLINESIO MAORI MELANESIO AUSTRALIANO

AUSTRONESIO INDO-OCEANICO AUSTRALIANO


52 LuiGi LUcA CAVALLI-SrORZA

2. GENES Y PIEDRAS nos relatan una historia muy parecida. El primer cientes apuntan dos rutas migratorias de Africa a Asia (amarillo). No te-
árbol genético (rojo) se ha proyectado sobre un mapa, con sus extremos nemos pruebas de los pormenores de las rutas. Las estimaciones arqueo-
situados sobre los asentamientos actuales tpun/os rojos). Trabajos más re- lógicas sobre los primeros asentamientos aparecen reflejadas en la ruta.

africana vivió hace unos 150.000 o


tante en que sólo hubiese una mujer nos. También hemos recogido pruebas
200.000 años. Se confirmaban así nues-
viva sobre la tierra. Muchas otras mu- de oleadas migratorias. Esas claves y
tras conclusiones por otra vía, comple- jeres pudieron vivir al mismo tiempo; pautas de migración arrojan bastante
tamente independiente. sencillamente, se extinguieron sus lina- luz sobre el origen de las poblaciones
El equipo de Wilson ha acercado jes mitocondriales. actuales. Un trabajo, por lo demás,
luego algo más el tiempo estimado,
que, cuando se le compare con los ha-
aunque su mujer africana todavía es
anterior a la fecha que nosotros asig-
namos para la separación entre las po-
A lgunas de estas conclusiones si-
guen levantando controversia.
Aunque los paleoantropólogos aceptan
llazgos de filólog os y arqueól ogos,
aumentará su valor y potencial infor-
mativo.
blaciones asiáticas y africanas. De he- que el género //omo apareció en Afri- En general, los procesos migratorios
cho, tiene que ser más antigua, ya que ca hace unos 2,5 millones de años y reflejan cambios que obedecen a pre-
las dos fechas se refieren a aconteci- que las pruebas fósiles del anatómica- siones y a nuevas po sibilidad es u
mientos distintos, el nacimiento de una mente moderno //. sapiens se datan en oportunidades. Los humanos y sus ho-
mujer determinada y la bifurcación de sólo hace unos 100.000 años, en Afri- mínidos antecesores registraron episo-
una población a la que ella pertenecía. ca o aledaños, no todos aceptan la dios de alta densidad poblacional j
Los medios de comunicación confun-
teoría “africana”. Hay quien aboga por consiguiente expansión geográfica. Ta-
dieron la cuestión, dándole amplia di-
una mayor antigüedad y por muchas les éxitos demográficos nacieron, en
fusión a esa mujer, con el nombre de poblaciones del Viejo Mundo a la vez. muchos casos, de cierto desarrollo cul-
“Eva”. Sin embargo, no tenemos prue- No nos hemos limitado a situar en tural, que, en lo concerniente a la pre-
bas de que haya habido nunca un ins- Africa los primeros humanos moder- historia, sólo podemos colegir de 1o•

TIEMPO (ANOS)
NEOGUINEANOS Y AUSTRALIANOS 0500 1,000 1,500 2,000 2,50G
OCEANICOS
ASIATICOS DEL SURESTE ASIATICOS DEL<rNORESTE
100 ASIATICOS DEL NORESTE-ARTICO AME
EUROPEOS
CAUCASOIDES NO EUROPEOS AFRICANOS 80
60
POBLACION 1

POBLACION 2

20

0.20 0 10 0.050.00 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 1
TIEMPO (GENERACIONES)
DISTANCIA GENETICA

3. LA ACUMULACION DE CAMBIOS a lo largo del tiempo produce en el ordenador (derecha). Cuando una población se separa eii dos mita: =
diferencias genéticas, como queda reflejado en este árbol genealógico de sus frecuencias génicas son similares, pero con el tiempo y el azar pue- c
etnias (izquierda). La deriva, mecanismo de cambio, puede ser reproducida evolucionar en direcciones opuestas.
GENES, PUEBLOS Y LENGUAS 53

restos arqueológicos. Esos testimonios génica que se observa de una punta a descendían de una lengua común o de
—huesos e instrumentos líticos en su otra de Europa invitó a crear un mo- un grupo de dialectos emparentados
mayoría— corroborar la tesis africana delo del posible curso seguido por la que hablaban los antiguos agricultores
del asentamiento original de los horni- colonización europea. De acuerdo con del este de Nigeria y Camerún. Con la
nidos. Desde ese núcleo irradiaron ha- el guión propuesto, los agricultores del expansión de los campesinos hacia el
cia Asia vía el istmo de Suez y, pos- Neolítico llevaron sus genes, cultura y centro y sur de Africa, hace al menos
teriormen te, p as ar on de As ia a lenguas indoeuropeas de Oriente Me- 3000 años, sus lenguas se
diversifica- Europa. En esas regiones hubo en- dio a Europa en un proceso de expan-
ron, pero no hasta el punto de velar claves homínidos hace quizás un mi-
sión lenta. Como los antepasados de su origen común. La explicación es
llón de años. los vascos vivieron en el otro extremo aplicable a los genes de esas poblacio-
El siguiente paso es más difícil de de la corriente migratoria, es probable nes; y así, el bantu —en su origen
establecer, pues depende del momento que el grado de mezcla genética con una categoría lingüística— se emplea
en que imaginemos el desgajamiento los agricultores fuese mínima. ahora para designar un conjunto de
de los humanos modernos del tronco No podemos olvidar que sólo halla- poblaciones que comparten una base
hoinínido. En cualquier caso, está cla- remos patrones de asentamientos que lingüística y genética.
ro que ya había ocurrido cuando los reflejen emigraciones exitosas. Tam- En 1988 publicamos un árbol filo-
humanos se dispersaron desde Asia ha- bién habría otras que fracasaron. En genético de 42 poblaciones con sus
cia América, acontecimiento que ocu- América, por tomar un ejemplo recien- parentescos lingüísticos respectivos. El
rrió cuando el estrecho de Bering árbol demuestra que el agrupa-
estaba seco y la suavidad del cli- miento genético de las poblacio-
ma posibilitaba el avance por tie- nes se superpone sin rechinar al
rra. La colonización de Australia agrupamiento por lenguas. Con
y las islas del Pacífico hubo de muy pocas excepciones, las fami-
producirse también en fecha re- lias lingüísticas parecen tener un
ciente, una vez dominada la na- origen bastante reciente en nues-
vegación en mar abierto. tro árbol genético. Añádase a ello
Por lo que sabemos, Australia la labor de dos grupos de lingüis-
la colonizaron emigrantes del su- tas, que han creado categorías
reste asiático hace unos 40.000, lingüísticas superiores (“superfa-
si no 10.000 o 20.000 años antes. milias”) con unos resultados para-
Los arqueólogos andan divididos lelos a los obtenidos en el rastreo
sobre la llegada a un continente genético, de índole obviamente
americano. Con todo, los prime- distinta. Por no mencionar la ex-
ros signos convincentes de la pre- citación que nos producía haber
sencia humana en Alaska se re- confirmado una conjetura de
montan a unos I 5.000 años . Charles Darwin, quien en el capí-
Parece que hay dataciones ante- tulo 14 de su libro Sobre el ori-
riores en algunos sitios de Améri- gen de las especies mediante se-
ca del Sur. Las estimaciones osci- lección natural señalaba que, si
lan, pues, entre 15.000 y 35.000 se conociese el árbol de la evolu-
años. Nuestros datos de genética ción genética, se podría predecir
nuclear abonan un asentamiento 4. MUESTRA GENÉTICA extraída de un pigmeo africano el de la evolución lingüística.
cuyos inicios se fecharían hará de la tribu de Aha, que aparece con el autor del artículo. ¿Por qué van de la mano la
unos 30.000 años. evolución genética y la lingüísti-
Europa, barrida en varias oleadas te, se sabe que los vikingos llevaron a ca? No se vea detrás ningún determi-
migratorias, conserva todavía vestigios cabo colonizaciones cortas, pero se nismo genético; la respuesta está en la
de los primeros enclaves. En 1954 desconoce su posible contribución al historia: los genes no controlan el len-
Arthur E. Mourant, del laboratorio de acervo génico del lugar. guaje, sino que son las circunstancias
genética de poblaciones del Consejo del nacimiento las que determinan la
de Investigaciones Médicas de Londres
y adelantado de la geografía genética, V ayamos con nuestro tercer descu- lengua con la que uno se las va a ha-
brimiento importante: la sorpren- ber. Las diferencias lingüísticas po-
ideaba una estratagema ingeniosa para dente correlación entre distribución de drían levantar o reforzar barreras gené-
resolver el rompecabezas. Según su hi- genes y distribución de lenguas. Llega- ticas entre las poblaciones, pero no es
pótesis, los vascos (población del norte mos, en efecto, a la conclusión de probable que sean el motor de la co-
de España y del suroeste de Francia) que, en ciertos casos, una lengua o fa- rrelación. La evolución humana está
son los habitantes más antiguos de Eu- milia de lenguas servía para identificar plagada de fragmentaciones de las po-
ropa, y han con servado algo de su una población genética. Tenemos un blaciones en grupos, algunos de los
constitución genética primitiva, a pesar ejemplo notable en las casi 400 len- cuales se asientan en otras partes.
de su cruzamiento con sucesivos inmi- guas de la familia bantú de Africa Cada frag mento desarrolla patrones
grantes. La teoría se apoya en datos central y del sur, lenguas estrechamen- lingüísticos y genéticos que llevan la
sobre el Rh negativo: los vascos tie- te emparentadas entre sí, que, además, huella de un punto de ramificación co-
nen una frecuencia mayor de ese gen se corresponden con las fronteras tri- main. Por tanto, alguna correlación es
que cualquier otra población. Los tra- bales y las afiliaciones genéticas entre inevitable.
bajos con otros genes confirman la hi- tribus. Los fundamentos lingüísticos Se puede objetar que las separacio-
pótesis, lo mismo que el estudio de que sustentan este caso ya habían sido nes totales, como las que se establecen
las hondas diferencias lingüísticas en- avanzados en los años cincuenta por cuando un grupo disidente emigra a
tre el vascuence y la lengua de sus Joseph H. Greenberg, de Stanford. un nuevo continente, deben ser raras.
vecinos. Greenberg sostenía, y lo acepta hoy Pero no se necesitan océanos ni cordi-
El análisis reciente de la variación la mayoría, que las lenguas bantúes lleras para dividir las poblaciones: bas-
54 LUIGI LUcA CAVALLI-SFORZA

ta con la distancia, como demuestran


los estudios genéticos en muchas espe-
cies. Como los intercambios demográ - Correlación entre pueblos y lenguas
ficos suelen ser más habituales en las
distancias cortas, uno espera y encuen-
tra un mayor grado de disparidad ge- GENETICA
nética conforme se dilata la lejanía en-
tre dos subgrupos. Lo mismo ocurre
con las lenguas. Sin barreras especia-
les, las variaciones lingü ísticas y gené-
ticas tienden a ser continuas; la dis-
continuidad aparecerá (en la genética y
en la lengua) si se levanta algú n obs-
tá culo contra el flujo libre de personas
o poblaciones.

N uestra regla de la correspondencia


entre genes y lenguas presenta
dos tipos de excepciones: cuando se
produce sustitució n de lengua y cuan-
do se da sustitució n de genes. El pri-
mer caso ocurre cuando la gente aban-
dona su lengua ancestral por otra, la
de los inmigrantes, conquistadores o
élite cultural. No es fenó meno habitual
y su probabilidad es menor si la len-
gua nueva procede de una familia di-
ferente. El vascuence es un caso ex-
tremo de reliquia lingü ística que ha
logrado sobrevivir a miles de añ os
de continuos cambios en las regiones
vecinas.
La sustitució n de genes, normalmen-
te parcial, acontece con la mezcla de
dos poblaciones. La mezcla puede ser
gradual y afectar entonces a las fre-
cuencias relativas de todos los genes
en la misma proporció n. Este gradua-
lismo es nota discriminante entre ge-
nes y lenguas, que pueden o no ser
sustituidas. La lengua conserva su in-
tegridad ancestral aun cuando incorpo-
re muchas palabras de otra familia o
subfamilia lingü ística. Los lingü istas
coinciden, por ejemplo, en que el in-
glés sigue siendo un miembro de la
subfamilia germá nica a pesar de las
aportaciones del francés, el griego y el
latín. Lo que importa es que la estruc-
mra y el vocabulario bá sico conserven
las características de la familia.
Esta diferencia significa que, cuando
una minoría conquista a una mayoría
y le impone su lengua, la sustitució n
del idioma es casi absoluta, en tanto
que la sustitució n génica es proporcio- O
nal a la razó n demográ fica. Los hú n-
garos, por ejemplo, hablan una lengua
originaria de los Urales (que dividen
Europa y Asia) impuesta por los con-
quistadores magiares de la Edad Me-
dia, pero presentan un patró n genético
europeo. No es trabajo fá cil detectar
restos de genes magiares en la pobla-
ció n moderna. DISTANCIA G ENETICA
La sustitució n pénica a gran escala I
es quizá la má s rara. Pero hay un
ejemplo, por lo menos: los lapones, o 0.030 0.024 0.018 0.012 0.006
saame, de Escandinavia septentrional.
GENES, PUEBLOS Y LENGUAS 55

Su lengua pertenece a la familia uráli-


ca, pero su patrón genético sugiere
una mezcla entre mongoloides de Si-
beria y escandinavos, responsables es-
tos últimos de la mayoría de sus ge-
POBLACIONES FAMILIAS LINGÜÍSTICAS nes. La mezcla genética es evidente
también en el cabello y la piel de los
lapones, que varían de muy claro a
oscuro. Una situación no muy distinta
'.' EOS MBUTI
LENGUA ORIGINAL DESCONOCIDA se presenta en los etíopes, una mezcla
- - - ANOS genética de africanos y caucásicos de
2 DENTALES Arabia, con un predominio de los pri-
”."UES KORDOFANO
meros.
• ? TICOS Incluso un modesto goteo de genes
NILOSAHARIANO puede producir grandes efectos si se
BOSQUIMANO)
KHOISAN muestra pertinaz. Ejemplo arquetípico
? ”ES lo tenemos en los afroamericanos, un
' EBERES, 30 por ciento de cuyos p•enes actuales,
- '”EAFRICANOS
AFROASIATICO como media, derivan de antepasados
europeos. Esta es la mezcla esperada
si del total de las uniones de negros,
--', ES desde que se instituyó la esclavitud en
.-3PEOS América, el 5 por ciento de todas ellas
--LOS se hubieran realizado con europeos, y
INDOEUROPEO sus hijos hubiesen sido clasificados
como negros. Otros 1000 años con un
flujo genético similar acabarían prácti-
- - ¿ ES DRAVIDICO camente con el genoma africano de
origen.
- ’ ' ?YEDOS Es sorprendente quizá que se con-
URALICO *
'Z ’, OLES serve ese alto grado de correlación en-
tre lenguas y genes, a pesar de la dis-
torsión provocada por las sustituciones
CHINO-TIBETANO génicas y lingüísticas. En parte eso
puede ser reflejo de nuestra concentra-
- - ? ESES
ción en las poblaciones aborígenes. En
ALTAICO ” ” cualquier caso, otros análisis confir-
- - ANOS man la existencia de esta correlación
microgeográfica, a veces de forma es-
'TALES pectacular. Quizás el ejemplo más no-
ESOUIMOALEUTIANO
table lo represente la fuerte coinciden-
cia entre nuestros análisis de patrones
. - - ’.1ERINDIOS . CHUKCHI-KAMCHATKANO genéticos en los nativos americanos y
' ‘ "*.OAMERINDIOS % , la reciente clasificación de Greenberg
de lenguas del Nuevo Mundo entre fa-
— - ’.1ERINDIOS — - —--' milias principales. Aunque los estudios
se realizaron con metodologías diferen-
tes, y manejaron datos de contenido
- . ? S DEL SUR NA-DE NE muy dispar, los dos prestan sólido
›7 . . HEMER CHINO-TIBETANO apoyo a la existencia de un grupo de
migraciones discretas hacia ambos he-
AUSTROASIATICO

DAICO á
misferios americanos.
explicación última de esta corre-

i.:2SOS
z L lación entre genes y cultura debe
, -LOS buscarse en los dos mecanismos de
-'.OS transmisión: horizontal y vertical. Los
AUSTRONESIO
'.2FOS genes, que se transmiten siempre de
padres a hijos, describen una ruta ver-
I-.PESOS tical a través de las p•eneraciones. La
-ESOS cultura también puede transmitirse ver-
ticalmente de generación en genera-
INDO-OCEANICO ción, pero a diferencia de los genes
-. NEANOS
admite una transmisión horizontal, en-
-"- - LIANOS tre individuos no emparentados. La
AUSTRALIANO
moda de temporada, por ejemplo, se
presenta en París y se transmite al
mundo entero (aunque ahora parece
que Italia
toma la
delantera).
En el
56 LUIci LUcA CAVALLI-SFORZA

mundo moderno la transmisión hori-


tanto, el desarrollo de la cultura hura- BIBL IOGRAFIA COMPLEMENTARIA
zontal cobra cada vez mayor relieve.
na. Nuestro trabajo debe completarse RECONSTRUCTION OU HUM EvOrLWION:
Pero las sociedades tradicionales se
con la investigación de tales sustitu- BRINGING TOGETHER G NTIC, AR-
distinguen precisamente por el apego a
ciones. Los antropólogos deben acos- CHAEOLOGIC.ML AND Lu GU lSTIC D HTA .
su cultura —y normalmente su len- gua L. Cavalli-Sforza, A. Piazza, P. Meno zzi
tumbrarse a manejar esas herramientas
— de generación en generación. Su y no dejar escapar una información y 1. L. Mountain en Proceediri g.s of the
forma predominantemente vertical de National Academy of Science.s, vol. 85,
que se pierde por días. Pruebas de un n.° 1 6, pàgs. 6002-6006; a•_osto de 1988.
transmisión cultural las hace más valor incalculable se nos escapan de DRIFT, ADM IXTURE AND SELECTION IN HU-
conservadoras. las manos cuando poblaciones aborí- WN EvOLUTlON: A STUDY \VJTH DNA
Las sustituciones de genes y lenguas genes dilu yen su identidad. El cre- POLYMORPHISMS. A. M. Bow cock, J. R.
son excepciones engorrosas a nuestra ciente interés por el Proyecto Genoma Kidd, J. L. Mou ntain , J. M . Hebert,
regla. Cada excepción opera de acuer- L. Carotenuto, K. K. Kidd y L. L. Cava-
Humano podría estimular la btisque- lli -Sforza en Proceedings of the Ne tioiin/
do con sus propias normas, y así se da acumulativa de pruebas de diversi- Acndeni) ofscieilces. vol. 88, n.° 3,
explica en buena medida la evolución dad genética humana antes de que se pàgs. 839-843; 1 de febrero de 1991 .
de las poblaciones y lenguas y, por esfume.

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