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Lic. Química Clínica.

Docente: Q.F.B. Daniela Villaverde Ramírez.

Alumno: García Alarcón Luis Fernando

Actividad de aprendizaje 2: Las enzimas en el diagnóstico


clínico.

Tampico, Tamaulipas.

23/Marzo/2023.
Tabla de contenido
1.Introducción.................................................................................................................4
2.Estructura y función de las enzimas..............................................................................5
2.1. Estructura de las enzimas...................................................................................................5
2.2 Función de las enzimas........................................................................................................6
3.Terminología................................................................................................................7
4.Cinética de las reacciones enzimáticas..........................................................................7
4.1 Unidades de medida de la activad enzimática...................................................................10
5. Técnias de análisis.....................................................................................................11
5.1 Métodos más comunes......................................................................................................11
5.1.1. Métodos cinéticos colorimétricos.................................................................................................11
5.1.2. Métodos cinéticos con NADH O NADPH.......................................................................................11
5.2. Las enzimas como reactivos..............................................................................................12
6. Aspectos práctivos.....................................................................................................14
6.1 Condiciones de la muestra.................................................................................................14
6.2 Condiciones de los reactivos y de los equipos de laboratorio............................................15
6.3 Controles de calidad..........................................................................................................15
7. Enzimas plasmáticas: Determinaciones más frecuentes.............................................16
7.1 Fosfatasas..........................................................................................................................17
7.2 Creatinina Quinasa............................................................................................................18
7.3 Aminotransferasas o Transaminasas..................................................................................19
7.4 Gamma Glutamil Transferasa (GGT)...................................................................................19
7.5 Lactato Deshidrogenasa.....................................................................................................20
7.6 Amilasa.............................................................................................................................20
8. Interpretación de los resultados..........................................................................................21
8.1. Infarto de miocardio.........................................................................................................21
8.2. Pancreatitis aguda............................................................................................................22
8.3. Hígado y enzimas séricas..................................................................................................23
8.3.1. Hepatitis víricas agudas.................................................................................................................23
8.3.2. Enzimas marcadoras de colestasis.................................................................................................24
8.3.3. Enzimas marcadoras de alcoholismo............................................................................................25
8.3.4. Cirrosis hepática.............................................................................................................................25
8.4. Medicamentos..................................................................................................................25
8.5. Neoplasias........................................................................................................................26
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8.5.1. Metástasis hepáticas......................................................................................................................26
8.5.2. Metástasis óseas............................................................................................................................26
8.5.3. Cáncer de próstata.........................................................................................................................26

Conclusión.....................................................................................................................27
Bibliografía...................................................................................................................28

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1.Introducción.

Las enzimas son el grupo más variado y especializado de las proteínas. Su


función es actuar como catalizadores y permitir que las reacciones que tienen
lugar en los seres vivos se desarrollen a un ritmo adecuado. Todas las reacciones
químicas están catalizadas por enzimas. Podemos definir un catalizador como un
compuesto que con su sola presencia aumenta la velocidad de la reacción sin
experimentar ninguna alteración. Las enzimas pueden acelerar reacciones
químicas específicas en un medio acuoso y en condiciones en las que los
catalizadores no biológicos serían incapaces de realizar iguales funciones.

La enzimología clínica es la aplicación del conocimiento de las enzimas en el


diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad.

La enzimología es una parte fundamental de la química clínica ya que la


determinación de enzimas en el laboratorio suele ser una de las pruebas más
requeridas en la práctica diaria. La determinación de una enzima o un grupo de
enzimas en el plasma sanguíneo o en otro líquido biológico, puede
proporcionarnos una información muy valiosa

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2.Estructura y función de las enzimas.

Las enzimas están presentes en todos los tejidos aunque no todos tienen el
mismo tipo de enzimas ni en igual cantidad. El conocimiento de su localización y
su función en los tejidos es lo que nos permite utilizarlas como marcadores de
ciertas patologías.

2.1. Estructura de las enzimas.

Las enzimas son macromoléculas de origen proteico de elevado peso molecular


compuestas por átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre.

Las enzimas están formadas por una secuencia específica de aminoácidos que
constituyen de este modo la estructura primaria de las enzimas. Los aminoácidos
de la cadena están unidos entre sí por enlaces peptídicos adquiriendo así la
cadena una estructura tridimensional que puede disponerse de tres formas
diferentes: alfa-hélice, hoja beta- plegada y espiral (estructura secundaria).

La estructura terciaria viene determinada por la capacidad de la estructura


secundaria plegarse sobre sí misma. Cada proteína adquiere una estructura
terciaria propia que le confiere las propiedades biológicas específicas y exclusivas
de cada tipo de enzima. Las cadenas polipeptídicas de la estructura terciaria
pueden unirse entre sí determinando la estructura cuaternaria.

Estas cuatro estructuras van a determinar la actividad catalítica de una enzima y


su estabilidad está en función de parámetros tales como la temperatura, la
concentración de hidrógeno (pH) y la concentración de sales del medio en que se
encuentre.

En realidad, la parte más importante en la estructura de una enzima es la


denominada sitio activo y que es el lugar por donde se une el sustrato para que la
enzima pueda llevar a cabo su función catalizadora. El resto de la molécula

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cumple la mera misión de soporte estructural para que los componentes del sitio
activo se mantengan en la conformación espacial adecuada para la enzima
cumplir su misión catalítica.

2.2 Función de las enzimas.

Las enzimas son biomoléculas cuya función en nuestro organismo

en la de actuar como catalizadores de las reacciones químicas que tienen lugar en


él sin sufrir modificación en el proceso. Por lo tanto lo que consiguen es aumentar
la velocidad a la que estas reacciones se producen.

Para ello la enzima debe reaccionar con algún material: el sustrato que tras la
reacción se transforma en producto.

Las enzimas tienen una serie de propiedades que podemos resumir:

 Son eficaces en muy pequeñas cantidades.


 No se alteran con la reacción.
 Sólo van a afectar a la velocidad con la que se alcanza el equilibrio de la
reacción.
 Poseen mayor especificidad que los catalizadores químicos habituales.

Las enzimas llevan a cabo su función bien de forma solitaria o bien mediante un
complejo llamado holoenzima, formado por la enzima propiamente dicha o
apoenzima más un cofactor. Este cofactor puede ser de naturaleza metalorgánica,
en cuyo caso lo llamamos activador enzimático, o bien ser moléculas orgánicas,
denominadas coenzimas.

La especificidad de las enzimas no es específica, esto quiere decir que enzimas


diferentes pueden catalizar una misma reacción química. A éstas se les conoce
con el nombre de isoenzimas. El uso de las isoenzimas como marcadores
específicos de lesión tisular, celular o subcelular, como por ejemplo la creatinina

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quinasa (CK) y sus isoenzimas CK-MM, CK-BB y CK-MB, es lo que en realidad
nos interesa a diario en la práctica en el laboratorio.

3.Terminología.

Desde 1961, para la nomenclatura de las enzimas se siguen las directrices de la


Comisión de Enzimas de la Unión Internacional de Bioquímica según las cuales
todas las enzimas se denominan con las iniciales EC (Enzyme Comisión) y cuatro
números separados por puntos. La primera cifra corresponde a la clase (una de
las seis categorías de reacción), las dos siguientes indican la subclase y la
subsubclase a la que se ha asignado la enzima, y la última cifra es el número de
serie específico en su subsubclase.

Todas las enzimas se encuadran dentro de alguna de las siguientes 6 fases:

4.Cinética de las reacciones enzimáticas.

La acción de las enzimas es absolutamente necesaria para los sistemas vivos ya


que las reacciones sin catalizar son lentas y las posibilidades que tiene una
molécula de cambiar en un ambiente estable como es el medio biológico, son muy
bajas, de ahí que las enzimas proporcionen el medio adecuado para contrarrestar
la lentitud en la reacción del cambio.

De forma esquemática, el desarrollo de una reacción enzimática es el siguiente:

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La forma que tiene la enzima de realizar su actividad catalítica será en primer
lugar unirse con el sustrato y, en segundo lugar facilitar la modificación del mismo
para su cambio a producto. Las enzimas reaccionan ofreciendo su sitio activo al
sustrato con el cual se acoplan y forman el complejo enzima-sustrato donde actúa
con gran rapidez hasta liberar el producto transformado sin que en esta reacción
se altere la enzima, la cual queda libre para fijar otra molécula de sustrato.

Dentro de todo el conjunto de enzimas, las hay que presentan una alta
especificidad, es decir, sólo aceptan un tipo de moléculas sobre las que realizar la
catalización. Otras, por el contrario, son menos específicas y catalizan reacciones
utilizando como sustratos moléculas que presentan una cierta similitud.

La interacción entre enzima y sustrato se realiza a través de enlaces de naturaleza


débil entre la molécula de sustrato y el centro activo. Cuanto mayor sea el número
de estos enlaces, mayor será la especificidad de la enzima.

El estudio de la actividad enzimática implica el análisis de la velocidad de


actuación de la enzima, lo cual se conoce con el nombre de cinética enzimática.
La velocidad de catálisis de una enzima se determina bien como velocidad a la
que se forma el producto, o bien como velocidad a la que desaparece el sustrato.

Si mantenemos constantes las condiciones de la reacción (pH, temperatura,


cofactores y concentración de enzima), la velocidad aumenta a medida que
aumentamos la concentración de sustrato, hasta llegar a un punto (velocidad
máxima) a partir del cual la velocidad es constante aunque siga aumentando la
concentración de sustrato. Esto se explica porque al aumentar mucho la cantidad
de sustrato, la enzima se satura, y es entonces cuando se alcanza la mayor
velocidad de reacción posible, que va a depender exclusivamente del tiempo que
necesite la enzima para transformar el sustrato.
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En 1913, Michaelis y Menten diseñaron un modelo o teoría general de la acción
enzimática que explica el comportamiento de la velocidad de la reacción con
respecto a la concentración de sustrato.

Entraremos en materia partiendo del estudio de una constaste matemática


relacionada con la cinética enzimática: la constante de Michaelis (Km). La Km es
la concentración de sustrato en moles por litro con la cual la velocidad de reacción
es la mitad de la velocidad máxima. Esta constante es característica de cada
enzima con su

sustrato y nos permite valorar la especificidad de la enzima por el sustrato. Para


una Km elevada, la mitad de la velocidad máxima se alcanzará con una
concentración alta de sustrato, lo que quiere decir que la afinidad de la enzima por
ese sustrato es baja. Si la Km de una enzima por su sustrato es baja, la afinidad
de la enzima por ese sustrato será alta, y la velocidad rápida.

Cuando se estudia la actividad enzimática, se observa que a bajas


concentraciones de sustrato, la velocidad es una función lineal de la cantidad de
sustrato. A este fenómeno se le llama cinética de primer orden. Si la concentración
de sustrato sigue aumentando, llega un momento en que la velocidad es
independiente de la concentración de sustrato. En este caso se dice que es una
cinética de orden cero.

En la práctica, si mantenemos constante la temperatura y el pH para que no se


afecte la enzima y la concentración de sustrato empleada es por lo menos diez
veces superior a la Km, podemos determinar la concentración de sustrato de dos
maneras:

 Midiendo el aumento del producto formado a lo largo del tiempo de


reacción.
 Midiendo la disminución del sutrato a lo largo del tiempo de reacción.

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Ambas mediciones se pueden hacer en un colorímetro o en un espectrofotómetro.

Cuando tiene lugar la reacción enzimática, el producto formado aumenta


proporcionalmente con la concentración de enzima hasta que ésta excede a la
cantidad de sustrato disponible, y se agota todo el sustrato antes de que finalice la
monitorización de la reacción. En este momento la reacción deja de ser lineal y no
refleja la actividad enzimática. Esto es lo que denominamos el límite de linealidad
en una determinación enzimática.

4.1 Unidades de medida de la activad enzimática.

La actividad catalítica de las enzimas se mide en condiciones estándares, con


concentración saturante y temperatura de 37o C.

Según la IUB (Unión Internacional de Bioquímica), la IFCC (Federación


Internacional de Química Clínica) y la IUPAC (Unión Internacional de Química
Pura y Aplicada) se debe emplear como unidad de medida de la actividad
enzimática el katal/litro y que se define como la cantidad de enzima que
transforma un mol de sustrato por segundo.

Como se trata de una unidad excesivamente grande aún no es utilizada por todos
los laboratorios clínicos, siendo la actividad enzimática expresada en
unidades/litro. Una Unidad es la cantidad de enzima que cataliza la conversión de
un micromol de sustrato o coenzima por minuto en las condiciones de la prueba
(temperatura, pH y concentración de sustrato).

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5. Técnias de análisis.

El estudio enzimático en el laboratorio se basa de una forma general en la


demostración in vitro de la actividad catalítica que una tiene in vivo. Por lo tanto, lo
que en realidad nos interesa determinar es la funcionalidad de la enzima. La
actividad de una enzima se mide mediante la determinación de la cantidad de
sustrato transformado por unidad de tiempo, en condiciones exactamente
definidas y estrictamente controladas. Existen pruebas específicas para hacer
estas mediciones basadas en métodos inmunológicos, electroforéticos,
cromatográficos y otros, que se emplean para el estudio de las distintas
isoenzimas que componen la enzima o para aislar la forma pura de la enzima.

5.1 Métodos más comunes.

Los métodos que con mayor frecuencia son empleados por los laboratorios para
las determinaciones de la actividad enzimática son los que a continuación se
mencionan.

5.1.1. Métodos cinéticos colorimétricos.

Estos métodos se basan en la confirmación de un aumento del producto formado


o de la reducción del sustrato mediante reacciones colorimétricas. Por ejemplo,
determinación de la actividad enzimática de la fosfatasa ácida. La fosfatasa ácida
actúa sobre el 1- naftilfosfato presente en el reactivo produciendo 1-naftol y
fosfato. El 1-naftol reacciona con otro compuesto también presente en el reactivo y
se transforma en un compuesto coloreado que puede leerse a 405 nm. Se lleva a
cabo una primera lectura y a los 5 minutos otra. El aumento de absorbancia que
se ha producido en este intervalo de tiempo multiplicado por un factor, nos dará la
actividad catalítica de la fosfatasa ácida.

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5.1.2. Métodos cinéticos con NADH O NADPH.

El fundamento de estos métodos se apoya en el hecho de que las formas


reducidas de las coenzimas NADH y NADPH absorben la luz ultravioleta a una
longitud de onda de 340 nm., y las formas oxidadas de estas coenzimas no lo
hacen a esta longitud de onda.

De este modo, la actividad enzimática de las deshidrogenasas que necesitan NAD


o NADPH como coenzimas, puede medirse a 340 nm detectando el aumento o el
descenso de la absorbancia que se produce al reducirse u oxidarse la coenzima.
El aumento o la disminución que se produce en la absorbancia por unidad de
tiempo es directamente proporcional a la actividad enzimática en la reacción.

Por ejemplo, determinación de lactato deshidrogenasa (LDH). La LDH actúa sobre


el piruvato en presencia de NADH e hidrogeniones para dar lactato y NAD. Se
hace una lectura basal a 340 nm. seguida de varias lecturas más a intervalos
idénticos de tiempo. Vemos cómo se va produciendo un descenso en la
concentración de NADH de forma constante. Las diferencias producidas entre
cada lectura y la anterior definen el incremento de absorbancia y deben ser
iguales a lo largo del transcurso de la reacción. Al finalizar, realizamos la media
aritmética de las diferencias constatadas y se multiplica por un factor obteniéndose
así la actividad enzimática.

Este factor por el que se multiplica el incremento de la absorbancia (sA) depende


de las condiciones de la reacción.

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5.2. Las enzimas como reactivos.

En el laboratorio, las enzimas no sólo son utilizadas para determinar su actividad


sino que también son útiles en el estudio y determinación de concentraciones de
sustrato.

De este modo, para determinar la concentración de un sustrato, se utiliza sistemas


de reacción en los que están presentes todos los componentes necesarios para
que dicha reacción tenga lugar a excepción del sustrato que es el que queremos
medir y que se encuentra en la muestra problema.

Para medir la glucosa por un método enzimático utilizamos el método de la


glucosa oxidasa, en el cual se producen las reacciones siguientes:

El reactivo contiene las enzimas glucosa oxidasa y peroxidasa y los sustratos


necesarios para que la reacción tenga lugar. Todos ellos se encuentran en
concentraciones definidas y estudiadas para que el sistema funcione en
condiciones óptimas.

Al suero problema que contiene la glucosa se le añade el reactivo y se


desencadena la reacción. A continuación medimos con espectrofotómetro el color
que se forma.

La técnica se calibra con soluciones de concentración conocida de glucosa con las


que se compara el problema.

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De esta forma se miden en el laboratorio las concentraciones de muchos sustratos
como la glucosa, el colesterol, ácido úrico y triglicéridos.

En la actualidad, en los laboratorios existen aparatos destinados a la medida de


las actividades enzimáticas y que son capaces de conservar en memoria los
factores correspondientes a cada técnica que realizan, miden el incremento de
absorbancia y multiplican éste por el factor informando de la actividad de la
enzima en estudio. Si se ha producido algún fallo durante la reacción también lo
indican.

6. Aspectos práctivos.
6.1 Condiciones de la muestra.

Las muestras que se van a emplear para la determinación de enzimas deben


reunir una serie de requisitos y que son un aval de garantía de la calidad del
resultado final.

 No se deben utilizar muestras qua hayan sido congeladas y descongeladas


ya que puede ser motivo de desnaturalización de la proteína constituyente
de la enzima con lo que ésta perdería sus propiedades catalíticas.
 Los tubos destinados al estudio no deben ser lavados con detergentes que
puedan alterar la estructura de enzimas.
 No usar muestras hemolizadas en las que están aumentados los
componentes intraeritrocitarios que han sido vertidos al medio, sobre todo
LDH y AST.
 Separar con la mayor brevedad posible el coágulo del suero ya que ciertas
enzimas, como la DHL y la fosfatasa ácida, son componentes de los
trombocitos y se liberan al medio si existe destrucción de éstos.
 La muestra de sangre debe ser extraída evitando la estasis venosa
prolongada porque se produce hipoxia y un aumento de la permeabilidad de
las células sanguíneas.
 Evitar el envejecimiento de las muestras, sobre todo para las
determinaciones de CK y fosfatasa ácida que son muy lábiles.

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 El transporte de las muestras destinadas a determinaciones enzimáticas
debe realizarse en frío, sin congelar, a no ser que la determinación se vaya
a realizar pasado algún tiempo.

6.2 Condiciones de los reactivos y de los equipos de laboratorio.

 Conferir la fecha de caducidad de los reactivos y vigilar que no se ha


producido un deterioro en las soluciones de sustrato.
 Conferir y comprobar el buen estado de los reactivos que hacen apropiado
su uso.
 Cumplir siempre con las recomendaciones en cuanto a almacenamiento de
los reactivos.
 Mantener una temperatura adecuada en las neveras donde se almacenan.
 Cuando se reconstituye un reactivo es útil identificarlo con la fecha y
cumplir las recomendaciones del fabricante.
 Diluir los sueros cuando la reacción está fuera de la linealidad. Así
disminuye la cantidad de enzima y con ella la actividad enzimática, y el
sustrato presente en el reactivo puede ser suficiente.
 Los aparatos utilizados para las determinaciones enzimáticas, ya sea de
forma manual o automática, debe cumplir dos requisitos importantes: ser un
buen espectrómetro que nos permita obtener lecturas fiables a la longitud
de onda del ensayo, y en segundo lugar, tener un buen sistema de
regulación de la temperatura de modo que permita mantener la temperatura
de trabajo deseada con un margen de ± 0,1o C.
 Asegurarnos de la buena calidad de las pipetas a utilizar para pipetear las
cantidades con las que vamos a trabajar.

6.3 Controles de calidad.

El método analítico va acompañado del uso de sueros de control. Antes de


procesar las muestras, hay que partir de la aceptación de los controles que se

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introducen en el laboratorio. Los resultados obtenidos deben ser aceptados en
función de controles sucesivos, que son introducidos según el protocolo de cada
laboratorio.

Con unos controles de calidad internos correctos, existirán menos posibilidades de


cometer errores en la determinación de las actividades enzimáticas que
estudiamos.

De cualquier manera, los resultados no esperados así como todas aquellas


muestras que sobrepasen el límite de linealidad o en cuya determinación se
produzca cualquier tipo de error, deben ser siempre comprobadas antes de pasar
a la fase de validación.

7. Enzimas plasmáticas: Determinaciones más frecuentes.

En el suero de individuos sanos vamos a encontrar por un lado, las enzimas


denominadas plasmaespecíficas, y por otro vamos a detectar también actividades
enzimáticas fisiológicas.

Las enzimas plasmaespecíficas son aquellas enzimas que van a desarrollar su


propia función en el plasma. Son vertidas al plasma por órganos como el hígado
(enzimas de la coagulación como la protrombina). Si el órgano responsable de su
secreción está lesionado, va a ser evidenciable el descenso en la actividad de las
enzimas que produce.

Las actividades enzimáticas fisiológicas tienen su origen en los procesos de


renovación celular que constantemente tienen lugar en el organismo, en la
actividad muscular y en el paso de enzimas de los órganos secretores al torrente
sanguíneo.

Cuando existe alguna lesión en la membrana de las células, su contenido,


incluidas las enzimas intracelulares, es vertido al espacio intersticial con el
consiguiente aumento de la actividad enzimática en el suero. Dependiendo del
grado de permeabilidad que mantenga la célula así como de la distancia a los

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vasos sanguíneos, mayor o menor será el tiempo transcurrido entre el momento
en el que se produce el daño celular y la detección de este aumento en la
actividad.

Así por ejemplo, la constatación de un aumento en la actividad enzimática


hepática debido a una lesión, es cuestión de pocos minutos. Por el contrario, si se
produce una lesión en el corazón, páncreas o próstata, la detección en la sangre
de un aumento de la actividad enzimática puede tardar horas. Si la lesión celular
se produce en el músculo, este tiempo puede alargarse varios días.

Pero la acción de las enzimas en el torrente circulatorio es limitada ya que su


permanencia en él también lo es. Esto es debido a la acción de complejos
sistemas encargados de la eliminación de las enzimas que llegan al torrente
circulatorio mediante su captación y metabolización.

De este modo podemos deducir que el conocimiento de la procedencia celular de


las enzimas, de su distribución y difusión a través de la sangre, linfa y tejido
intersticial, así como de su vía de eliminación, nos permite obtener datos de gran
interés en el diagnóstico de fenómenos patológicos.

Vamos a continuación a hacer una exposición de las enzimas más frecuentemente


estudiadas en el laboratorio y su relación en determinadas patologías.

7.1 Fosfatasas.

Las fosfatasas pertenecen a la clase de las hidrolasas y a la subclase de las


esterasas.

Dentro de ellas se incluyen dos enzimas principales: la fosfatasa alcalina, con un


pH óptimo de alrededor de 9, y fosfatasa ácida, con un pH óptimo alrededor de 5.

La fosfatasa alcalina es una enzima intracelular que se encuentra prácticamente


en todos los tejidos. La fosfatasa alcalina tiene cuatro isoenzimas, derivadas de
hígado, hueso, intestino o placenta. Aunque no está disponible de forma rutinaria,

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las fosfatasas alcalinas pueden ser diferenciadas mediante métodos
especializados como la electroforesis o la separación en placas de gel de
poliacrilamida. También existen métodos de diferenciación mediante la
inactivación por calor. Pero la manera más fácil y ampliamente disponible en la
práctica diaria es la confirmación con gamma glutamiltranspeptidasa (GGTP) o 5
nucleotidasa para establecer si el origen de la fosfatasa alcalina es hepático o no,
ya que se la considera como un marcador muy sensible de la enfermedad
obstructiva hepática, pero no específica, ya que aumenta también en
enfermedades óseas y situaciones fisiológicas como el embarazo y las etapas de
crecimiento.

La fosfatasa ácida tiene varias isoenzimas y está presente en numerosos tejidos.


Se puede encontrar en hígado, bazo, riñón, eritrocitos, plaquetas y osteoblastos.
Pero donde se encuentra en mayor proporción es en la glándula prostática.

De todas las isoenzimas de la fosfatasa ácida, sólo dos son útiles: la isoenzima
prostática, ya que es la más frecuentemente determinada en el laboratorio como
marcador tumoral en los carcinomas metastásicos de próstata, y las isoenzimas 1
y 5 del bazo, útiles en la enfermedad de Gaucher.

7.2 Creatinina Quinasa.

Se trata de una transferasa que cataliza la formación de ATP requerido por los
sistemas contráctiles o de transporte. También cataliza la fosforilación reversible
de la creatinina, siendo el ATP el dador del grupo fosfato.

Se trata de una enzima citoplasmática y mitocondrial ampliamente distribuida por


los tejidos, pero en distinta concentración y de forma decreciente en músculo
esquelético, miocardio, placenta y cerebro, y en menor proporción en otros tejidos.

Se encuentra formada por dos subunidades: M y B. Estas dos subunidades se


combinan formando tres isoenzimas: CK-BB, CK-MM y CK-MB. Estas isoenzimas

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se pueden distinguir empleando métodos electroforéticos en gel de agarosa,
cromatografía de intercambio iónico, inmunoinhibición y radioinmunoanálisis.

La distribución tisular de las isoenzimas es la siguiente: la isoenzima MM


predomina en músculo esquelético; en el miocardio también predomina la
isoenzima MM, pero existe entre un 13 y un 22% de isoenzima MB; y en el cerebro
hay un 100% de isoenzima BB, retenida por la barrera hematoencefálica, que no
deja pasar la CK-BB de origen cerebral. En los demás tejidos, aunque existe
menos cantidad de CK total y es más variable, el contenido de isoenzimas hay que
tenerlo en cuenta a la hora de valorar un aumento de la CK.

7.3 Aminotransferasas o Transaminasas.

Catalizan la reacción reversible de un grupo alfa-amino de un aminoácido a un


alfa-cetoácido. Dentro de la clasificación de las enzimas, pertenecen a la segunda
clase, es decir, son transferasas. Existen dos enzimas: la aspartato
aminotransferasa (AST) y la alanina aminotransferasa (ALT).

Existen dos formas de AST: una mitocondrial, que es la más importante, y una
forma citoplasmática soluble en menor cantidad. Su distribución celular es la
siguiente: está presente en corazón, hígado, músculo esquelético y riñón en una
cantidad parecida, pero decreciente, por lo que un aumento de AST en el suero no
es específico de un órgano concreto, aunque indica algún daño tisular. La forma
mitocondrial constituye el 81% de la enzima total presente en el hígado humano.

La ALT cataliza la transferencia de un grupo amino de la L-alanina al alfa-


cetoglutarato.

Al contrario de la AST, la ALT se encuentra en su mayor parte en forma de enzima


citoplasmática soluble. Se encuentra principalmente en hígado y en menor
concentración en miocardio y otros tejidos. A pesar de esto, no es específica de
enfermedad hepática.

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7.4 Gamma Glutamil Transferasa (GGT).

Cataliza la transferencia de un grupo gamma-glutamilo o un aminoácido o péptido


a otra molécula de sustrato o al agua.

Se encuentra principalmente en el riñón, páncreas, hígado y próstata. Está muy


distribuida entre los tejidos con un contenido muy variable.

Es una enzima microsómica por lo que el alcohol y algunos fármacos son capaces
de producir una inducción enzimática y aumentar sus niveles séricos.

7.5 Lactato Deshidrogenasa.

Esta enzima cataliza la reacción reversible de lactato a piruvato.

Es más abundante en miocardio, riñón, hígado y músculo si bien se encuentra


ampliamente distribuida por los tejidos. Es un tetrámero compuesto por cuatro
subunidades. Existen dos subunidades diferentes: H y M, H para las cadenas de
péptidos del corazón y M para las cadenas del músculo liso. Las dos cadenas
admiten combinaciones de cinco formas diferentes lo que nos permite hablar de
cinco isoenzimas que se separan por electroforesis. Estas cinco isoenzimas de
mayor a menor movilidad electroforética son: LDH1, LDH2, LDH3, LDH4 y LDH5.
Todas ellas tienen el mismo peso molecular, pero sí diferencia en la carga que
contienen.

La distribución de las isoenzimas en los tejidos es variable. La LDH existe en el


miocardio y los hematíes. El riñón contiene la mayor parte de las isoenzimas de
mayor movilidad como son la LDH1 y LDH2. En el hígado y músculo esquelético
las principales isoenzimas son la LDH4 y LDH5. La concentración relativa de las
isoenzimas en el suero normal es, de mayor a menor: LDH2, LDH1, LDH3, LDH4 y
LDH5.

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De forma general, la elevación de los niveles séricos de LDH no se considera
específica de ningún órgano o tejido. Para obtener mayor información y una
relación más certera, es necesario separar y determinar las cinco isoenzimas.

7.6 Amilasa.

Esta enzima es la encargada de degradas las moléculas de carbohidratos


complejos en componentes más pequeños. La amilasa hu mana es una alfa-
amilasa debido a su capacidad para romper las uniones de polisacáridos alfa-1-4,
sin alterar las uniones alfa-1-6 de las cadenas laterales, dando lugar a dextrano,
maltosa y algunas moléculas de glucosa.

La producción de amilasa es llevada a cabo por el páncreas exocrino y las


glándulas salivares para facilitar la digestión del almidón. Es filtrada con facilidad
por los glomérulos renales debido a su bajo peso molecular por lo que no es de
extrañar su presencia en orina cuando se encuentra aumentada en suero. Así
ocurre en el caso de una pancreatitis.

Actualmente, la amilasa sérica humana puede ser fraccionada en dos isoenzimas:


amilasa P, producida por el páncreas, y amilasa S, producida por las glándulas
salivares y otros tejidos. Se pueden separar por electroforesis donde observamos
que las isoenzimas pancreáticas avanzan más lentamente hacia el ánodo que las
salivares.

La utilidad clínica de las isoenzimas pancreáticas es bastante discutida. Puede


resultar útil en estudios de hiperamilasemia clínicamente inexplicada, para
distinguir entre la pancreatitis aguda y otras perturbaciones asociadas a
actividades elevadas de amilasa sérica.

8. Interpretación de los resultados.

Una vez que ya sabemos qué es una enzima, cuáles son las que con mayor
frecuencia se determinan en el laboratorio y cómo las podemos medir, vamos a
estudiar cuál es el valor de estas determinaciones, es decir, qué significado tiene

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su elevación en los diferentes fluidos biológicos. Para ello, vamos a establecer una
relación entre las enzimas ya estudiadas y los procesos patológicos en los cuales
se ven implicadas.

8.1. Infarto de miocardio.

El dato fundamental es la elevación en la concentración de enzimas plasmáticas y


las más frecuentes son: la creatinfosfoquinasa (CPK), la transaminasa glutámico
oxaloacética (TGO) y la deshidrogenasa láctica (DHL).

La enzima que se eleva más tempranamente es la CPK y su isoenzima CK-MB,


que lo hacen en las primeras 8 horas alcanzando su pico máximo alrededor de las
24 horas y regresando a cifras normales en 2 ó 3 días. También se eleva en
miopatías, diabetes, intoxicación etílica, trauma muscular, ejercicio exagerado o
infarto pulmonar. Incluso se puede elevar por la administración de inyecciones
intramusculares. De aquí que sea más específica la medición de la fracción
miocárdica MB de la CPK, que casi siempre se eleva en los casos de infarto de
miocardio. Es por tanto más específica en ausencia de lesiones del intestino
delgado, diafragma, útero o próstata.

La TGO se eleva más tarde y se mantiene elevada durante más tiempo. Presenta
el pico máximo alrededor de las 48 horas y se normaliza hacia el quinto día.
También se eleva en enfermedades hepáticas, miopatías, miopericarditis,
tromboembolia pulmonar e incluso con la administración de inyecciones
intramusculares.

La DLH se eleva en el suero a las 24 ó 48 horas siendo su elevación más


sostenida que las anteriores. Alcanza su pico máximo a los 4 ó 6 días
descendiendo a cifras normales en 1 ó 2 semanas después del infarto. También
se eleva en hemólisis, anemia megaloblástica, leucemia, enfermedades hepáticas
y renales, neoplasias, miopatías y miocarditis.

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Se recomienda realizar un control cada 6 horas. Una vez establecido el
diagnóstico, interesa ver la evolución del enfermo, por lo que se deben realizar
análisis cada 12-24 horas con e fin de observar picos de AST y LDH y su posterior
normalización, lo que se interpreta como un buen pronóstico de la lesión del
miocardio. Los exámenes generales de laboratorio suelen mostrar alteraciones
inespecíficas como leucocitosis y aumento de la velocidad de sedimentación
globular.

8.2. Pancreatitis aguda.

La autólisis del parénquima del páncreas exocrino libera lipasa y alfa-amilasa al


tejido intersticial, que pasan de los vasos linfáticos a la circulación sanguínea.
Como tienen un peso molecular relativamente bajo atraviesan el glomérulo renal.
Los túbulos reabsorben la lipasa pero no la amilasa, que aparecerá en elevadas
concentraciones en orina. Por estas razones, en el diagnóstico de la pancreatitis
se determinan lipasa en sangre y amilasa en sangre y orina. Los valores
considerados como normales de amilasa en orina son de 1-17 U/h.

8.3. Hígado y enzimas séricas.

El hígado es el órgano más rico en enzimas por lo que las enfermedades


hepáticas generan numerosas alteraciones de las actividades enzimáticas en la
sangre.

Las enzimas liberadas por las células hepáticas son vertidas directamente a la
sangre por lo que pueden ser detectadas en un plazo de tiempo muy corto tras la
lesión.

El uso de exámenes de laboratorio automatizados ha hecho posible la


identificación de muchos pacientes, en gran parte asintomáticos, con elevación de
enzimas hepáticas. La elevación de estas enzimas y la alteración de otras pruebas
de laboratorio como la albúmina o el tiempo de protrombina, son fundamentales
para el diagnóstico de un trastorno hepático en cualquier individuo, y por lo tanto
se debe iniciar una evaluación más profunda.

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8.3.1. Hepatitis víricas agudas.
Se puede constatar la elevación de la ALT en mayor proporción que la AST. La
elevación de los niveles séricos de estas enzimas no es directamente proporcional
a la gravedad del daño hístico. En las hepatitis agudas también se produce una
elevación de la GGT.

Las enzimas séricas se normalizan en un plazo de 3 a 5 semanas.

En las situaciones clínicas de hepatitis fulminante, los niveles séricos de


transaminasas van a descender de forma brusca debido a que la necrosis
generalizada de las células hepáticas (hepatocitos), va afectando a todo el
parénquima hepático perdiendo éste su funcionalidad y por tanto es incapaz de
producir más enzimas y liberarlas al medio.

Si la hepatitis se hace crónica, las enzimas no llegan a normalizarse.

8.3.2. Enzimas marcadoras de colestasis.

En la colestasis, la GGT se eleva por mecanismos no bien establecidos pero


probablemente similares. Además es inducible por agentes externos. Se trata de
un marcador muy sensible pero de poca especificidad. El alcohol induce
manifiestamente su síntesis, por lo que es de utilidad en el control de la
abstinencia alcohólica.

También se produce un aumento de la fosfatasa alcalina si bien hay que tener en


cuenta que de forma fisiológica esta enzima aumenta en el torrente sanguíneo
(embarazo, crecimiento, envejecimiento). Las fosfatasas alcalinas hepáticas son
un grupo de enzimas ubicadas preferentemente en la membrana canalicular del
hepatocito. Su síntesis está, al menos en parte, regulada por la presencia de sales
biliares. Un aumento en la concentración de sales biliares, estimula la síntesis de
fosfatasas alcalinas. Por esta razón, se elevan en la colestasia intra o
extrahepática y pueden elevarse en procesos expansivos locales (tumorales o

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inflamatorios), en los que la concentración de sales biliares aumenta en forma
sectorial, estimulando la síntesis de fosfatasas alcalinas.

En el daño hepático crónico, es corriente encontrar discretas alzas en la


concentración de fosfatasas alcalinas, como expresión de la colestasia que
siempre está presente. Una elevación importante de fosfatasas alcalinas en estos
casos, debe hacer pensar en daño hepático predominantemente colestásico
(cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante), en la aparición de algún proceso
expansivo intrahepático o en obstrucción del flujo biliar. También puede estar
aumentada en algunas enfermedades extrahepáticas, enfermedad de Paget,
hiperparatiroidismo primario, osteomalacia, raquitismo, insuficiencia renal crónica y
en pacientes sometidos a hemodiálisis.

En conclusión, el incremento de la GGT y de la fosfatasa alcalina no parece que


se deba a la retención biliar, sino a que existe un aumento de la síntesis
consecutivo a la colestasis.

8.3.3. Enzimas marcadoras de alcoholismo.

La determinación de GGT en plasma como marcador sensible y precoz es de gran


utilidad para llegar a un diagnóstico de etilismo crónico. El alcohol actúa como
inductor enzimático y como tóxico. Por este motivo, cuando se abandona el hábito
alcohólico, se produce una disminución exagerada de la actividad enzimática
hasta la vuelta a la normalidad.

8.3.4. Cirrosis hepática.

En la cirrosis hay un incremento moderado de las transaminasas, siendo el


incremento de AST mayor que el de ALT, al contrario de lo que ocurría en la
hepatitis vírica aguda.

Si la cirrosis es de origen etílico, también se encontrará aumentada la GGT, y si es


de origen biliar, lo estarán de forma clara las fosfatasas alcalinas.

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8.4. Medicamentos.

El efecto de los medicamentos puede influir sobre el resultado de los estudios


analíticos enzimáticos porque:

 Producen interferencias analíticas.


 Modifican los valores fisiológicos al provocar un mecanismo de inducción
enzimática.
 Por la hepatotoxicidad de algunos fármacos.

Por estas razones es necesario tener un conocimiento exacto del tratamiento a


que está siendo sometido el paciente cuando se hace un estudio enzimático
encaminado al diagnóstico de algún proceso patológico.

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8.5. Neoplasias.

De forma general, existe un aumento no considerado específico de la LDH y


fosfohexoisomerasa (PHI) en un 30-70% de todos los casos de cánceres.

8.5.1. Metástasis hepáticas.

Se observan aumentos de la fosfatasa alcalina y de la GGT.

8.5.2. Metástasis óseas.

Si existen condensaciones, signo de que aumentan los osteoblastos, se observa


un incremento de las fosfatasas alcalinas.

Si, por el contrario, existen lesiones de tipo lítico que demuestran un aumento de
los osteoclastos, se produce un aumento de las fosfatasas ácidas totales.

8.5.3. Cáncer de próstata.

Se detecta un aumento de la fosfatasa ácida total consecutivo al aumento de su


isoenzima prostática. No es un marcador precoz de la enfermedad ya que cuando
se detecta la lesión ya existen metástasis.

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Conclusión.
Al realizar este trabajo se concluye que el organismo vivo es una gran máquina
que merece la pena ser estudiada a fin de poder capatar y tener conocimientos
sobre el tema, para así comprender los mecanismos bioquímicos, en este caso,
las enzimas.

Las enzimas son de naturaleza proteica y altamente estructurales que catalizan


reacciones químicas. Su función principal es entrelazar y deplegar una o más
cadenas polipeptídicas, que aportar un pequeño grupo de aminoácidos para
formar el sitio activo, o lugar donde se adhiere el sustrato, y donde se realiza la
reacción. Una enzima y un sustrano no llegan a adherirse si sus formas no
encajan con exactitud. Este hecho asegura que la enzima no participa en
reacciones equivocadas.

Entre los factores que incluyen reacciones enzimáticas, tenemos: cambios de pH,
cambios de temperatura, presencia de cofactores, concentración de sustrato y
producto final, activacion, etc. Es importante comprender la temperatura y la
temperatura de la enzima, porque un aumento aumentará la velocidad a la que la
enzima cataliza la reacción.

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Bibliografía.

 Labandera, Nadia.R., Malarczuk, Elba.C. Guía de Estudio. Trabajo Práctico.


Enzimología Clínica. Principio del análisis en Enzimas.
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 Lorena L. Enzimología Clínica. Año 1990. 5. Smith-Thier. Fisiopatología
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 Núñez de Castro. Enzimología. Capítulo 6: Modulación de la actividad
enzimática. Tratamiento formal de inhibidores y activadores de enzimas.
Madrid. Editorial Pirámide. 2001.

 María José Noriega Borge. Principios de Bioquímica. Capítulo 5: Enzimas.


1ª Edición. Barcelona. Editorial Masson. 2000.

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