Tres Entidades Wekufu en La Cultura Mapuche

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‘TRES ENTIDADES “WEKUFU” BN LACULTURA MAPUCHE Else Marfa Waag 4 tema tratado en este volumen se reflere a un fenémeno ‘comocido y comiente en nuestra sociedad: el dato intencio. © apunta a una eosmovisiOn mapuche desde una a. Bs abordado a través de un agi as tres figuras diabélicas més gene- talizedas entre los mapuches de la Provincia de Neuguéa, Ccofichof (cabeza alada), wichalalue (exqueleto viviente) y ‘nichimaiten (duende niio). : ae In eutur, 0 seas enterion que ss emplean par cate tar la ella; ef Inaviduo, en cuanto fucto ae ieee Hlenciay ls eircunstanclas tn queso producsn lo tenses, et de manifesto Jos valores cuptesies de este fendmeno en I Sirven de base a la in dos por la autora durante sus trabajos de campo, oporti. licenciada en Ciencias Antropologicas en 1910, y de don tora en 1977. Actualmente es profesors adjunta de antes, Pologta, Cuttiral en la scuela de Servicio Soctal de la inversidad del Salvador. Varios ensayos y articalos eves su firma en revstasespecializadas, Tres entidades “welkufti” en la cultura —~mapuche UNIVERSIDAD DE CHILE t I me 3 $601 15362 2695 | [es | ELSE MARIA WAAG | | Tres entidades “wekufti” en la cultura mapuche i (alu | : Wy, AR | GENTINA EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES Foto de tapa: Carmen Antinea de Moyano, Jets spitual delor mepuches neuguines. EUDEBA SEM. Fundada por Universidod de Buenos Aires (©1982 ELSE MARIA WAAG (©1982 EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES. ‘Sociedad de Beonomia Mita Rivadavia 1571/73 (Queda hecho ef depésito que mate a Ley N*11.723 ISBN -950-23-00106. IMPRESO EN LA ARGENTINA ~ PRINTED IN ARGENTINA, NOTA PRELIMINAR La inguistud por profundizar el conocimiento sobre nentes} Las respuertas de ls ‘preguntas alaratoras, quo sels hizo al fina de a exposcin,estin intercaladas en el texto Reapesto de Ia grafia de las voces mapuches hub diicultades ‘or cuanto, desde un comienzo, ye pudo comprobar la existncia de ‘una serie de sonidos que téenesmente tienen Hore alteranca fn la ‘ronunciacién (perticularidad que ha sido considerada por Max & Echeverria y Hales Contreras en el articulo ttuado “Araucanian Phonemics”, publicado en el Intemational Journal of American Lite ‘ities, Vol, 34, n® 2, pag. 132/135, abel, 1965). 1a gafia do tos términos mapuches empleados en este trabajo ‘comesponde a la que figura en el diocionaro de August, salvo lade las cites bbliogeiics trseitas seg el texto, os los testimonios orales registrados, en su mayor parte, ‘magnetofénicamente, y los publicados por otros investiga- dores. Existe una gran cantidad de valiosas obras escritas acer- ca de esta cultura donde hay referencias sobre diversas figu- as malfcas, algunas veces con aburidante informacién, pe- +0 en la mayorfa de los casos se hace mencin de algunas de sus caracteristicas primordiales para diferenciarlos entre si, co bien para destacar su existencia. Por eso se ha considerado interesante el andlisis en profundidad, focalizado en el as- ppecto diabélico de algunos de ellos, con mas énfasis no s6lo ‘en sus componentes principales que determinan esa sigifi- ‘cecién, sino en las relaciones que establecen los hombres en- ‘tre sf y con las cosas y en el cardcter que tienen esas rlacio nes para obtener, de este modo, un conocimiento més com- ppleto e integrado sobre el significado de wekuft. De esta ‘manera se pudo deducir que las distintas figuras maléficas: chorichof, wichalalwe, anchimallén, eteétera, surgen des- pués de relacionar de distinta manera tres elementos cons- tantes en todos ellos: el kal’ku, wekufity la difusién de we- ‘kuf, dems de la adiciSn de otros ingredientes que no mo- difican su esencia, pero que atafien a su caracterizacion pporla relevancia que adquieren en cade uno de loscontextos ‘éméticos, Las diferentes figuras representan la traslacion de lo diabilico. Por tal raz6n se consideré necesario que la dé ‘ripcién de los distintos caracteres que ofrece cada una de ‘lias. estuviese acompafieda de sus propias interrelaciones, ‘porque la diferenciacién entre estas figuras se debe a cémo estén organizadas y cémo son realizadas entre los distintos elementos que las componen. ‘Los temas seleccionados para esta investigacién no constituyen relatos cerrados, invariables a través del tiempo. Se integran con hechos relativos a la vida daria porque ‘texpretan Ia realidad presente y, por ello, som realidades vivi- das, ya personalmente por quien relata su experiencia, ya ‘por una segunda persona que siempre es identificada por su nombre; a lo sumo hacen referencia de un suceso histérico ‘de mucha trascendencia pero no muy remoto. 10 Expresan Ia preocupacién del individuo ante la tremen- da realidad que representa la muerte. Su esencia, el proble- sma que significa la muerte, permanece idéntico. Lo que ha cambiado es Ia forma de enfrentarla por haber asimilado clementos de otras culturas considerados como respuestas és favorables, adecuadas entonces a su propia manera de pensar. Estas recreaciones ocurtidas en distints épocas his ‘6ricas dieron lugar a las diversas versiones de la creencia originaria, Demuestran un espiritu crtico, pues cuando se acepta una innovacién es porque ha perdido sentido el ras- 20 priginario, por insuficiente, y se busca otra saida, algo que lo susttuya, por Ia falta de fe en el elemento correspon- dionte a su cultura. Esta continua reereacion, que se podrd apreciar en su andlisis individual, sefala, por lo tanto, Ia intromision en una determinada cultura’ de nuevos horizontes culturales que, de alguna manera, ejercen su influencia al provocar cambios citcunstanciales 0 efectivos en el modo de situar- se en el mundo. La razén por la cual algunos temas o los nombres del personaje central presentan una notoria am- bigedad es, por consiguicnte, la gestacién de una nueva ‘manera de interpreta Ia realidad que vive. 48s nevesario sefilar que el mapuche no ve en estas fi- ‘guras algo creado por él, perteneciente a su mundo interior. Para él es un ser real, concreto y presente. Supone —o admi- te Ia existencia de seres etéreos, susceptbles de ser apre- ciados en circunstancias existencales especiales, como pro- “Los negros que aparecenvaras veces en los cuentos de Cal- vn son una prueba tis para su onjen argentino (pehuenche) o eu opeo; puss en Chile, sobre todo en el sur, no hal cad negro.” (Lenz, 1895:246, nota 77.) Empea el término fepay cuyo equivalent neg, “Con tapayu puede entender un hombre negro, o también un ‘aballo el mismo color, tal vez el mismo caballo que el vajero mom faba al emprender su laigo vial y com el cual se envanecian de hax ‘ber recorrido un medio mando.” “Hay que saber que el negro es para Jos indigenas siempre una figura cémics, y que su prop supe- Flordad fica intelectual respecto de los egios les parece algo uy cierto y seguro.” (Augusta, 1910:320.) ‘De Jos nogros esclvos de Ios espaioles quedaron muchos en ndios euando la desolacin, y de ellos vine la dscen- Seacia hol todavia numeross; y aunque mezclada con la sangre de los indies, se diferencia de ellos en la mayor oscuridad del color, en os natures rizos del eabelo, en las narices vomachadas y labios sgrucsos", dice Olivares respecto de Villa Rea, en 1552, carca do la order. (1864: 137 y 138.) + De Ei Cautvero Feliz de Francisco Nitiez de Pineda y Bar. cain (or de Jos mapuches durante 6 meses, en 1692) 50 trascriben los siguientes pdrratos: "De esta calidad y natualza son Jos indios, que algunos Iman ingatos, desagradecids | tuidos ‘cuando con cirtas experioncis { antiguos eonocimlentos podemot decir los que datados tiempos ls hemos manjedo (dejando apat~ te el odio ls pasién que sus barbaridades han causado a muchos), aque sus acciones I arresos valerosos han sido justificados, por Derios otssionado nuestras culturs i pecados, que continuados mds en estos tiempos con mis descoco i descaramiento, atrope- Tando la virtid | avasaléndola; con que la guerra de Chile es ina- 2» cate, ms sangentay més stds gue oo gue wena SSPE Hate roe wrsneror’ Ce) eats es 257g onsen: fa scontesio ota oatament on a ‘uci angas y paces Ini eitaosy ara los ‘joey ts ae y evita fn tana vend por exo Exe sel tno yazan que halon ene howler, 9 la camp: Siny lisina gue expertnettan en nuestros natu)" C48) ‘algunos de estos inflioe,robados y castigados por la ava- riciay las intugps de un Joe nacional, vive todavia en Marta Gat- fa gmlendo en lamas lnjusta y odiocacautividad (..). Si por amor i ‘Asmara: las Fronters y de la conducta de muchos comer tfantes, so verfa que algunos de los feroces alzamientos de los in- ioe fueron la jutarepresalia de grandes felonias de los cristiano, ‘que los tratzban como a bestias y los robaban como s fueran iiotas targados de joyas yabandonados on media calle a altas horas de lz hoche.” Estanslao Zeballos, Cllvucurd y la Dinastfa de los Piedra 250 271.) 1 En el pogo de Tradiciones Araueanss i Sm. Koestlerdig te asigna ef siguiente significado a winka: “El extranjero no indo. Sogn algunos Informantes Indigenas deriva del vorbo ellen, ‘Yo bar, © ulakln,‘euatrerear’" (XX), La misma autora en “El Lago {fear y su cludad muerta", do su obra Cuentan Tos Araucenos, he ‘bla de un Inca tirdnico que goberaaba la zona del Licary sus sit- {itos eran los que “odiaban a ls extanjrosy los lamaben buslo famente ‘huinkas,o sea adrones de animales’ porque vefan que Tolan piles desconocidas y adornos de plumas raas, nunca vis- ‘tas on a cordler nevada” (-143). Enel mito de la Puerta de Oro {el Principe de los Incas se dice que “Un dia egazon los hinkas, as{ llamades por ser unos ladrones que silo aspzaban a apoderarse 4e fos animales de ls inios, de sus riquezasy de ellos mismos pa ‘a hacedls trabajar en su provecho" (:62). Ea su vocabulazio gene ‘al se encuentra hueshe hulnka con el equivaentede “un ser blanco fn general, no indigen; es un blanco malvado pero puede signiicar también un ladron de animales, de dinero y equivalente en general 4 extranjero. La palabra tiene varios significados". El anise etimoldgico del témmino hecho por Lenz lo conduce 1 sostener que winka es el plural de inca "los inca; de la particula 4e plural pu se forma la w inital que se ha quedado también cuando suse forma sin pu; eps. nea”. (1904:404,) ‘A través de relatos sobre los acontecimientos histéricos ocur- dos en Is itima mitad del siglo pasado y lo que va de éste, que efec- tan fos mis anclanos alrededor dl fogén, se mantiene viva una ima- ‘gon sangunariay cruel del winks que so aduof sin pledad de las tieras que ellos poblaban y los marginaron a ls zonas més ins pitas. 30 * No hay una intencién valortiva enc sentido de supeon- dad oinfrordad en cuanto al dsctiminactn que hacen st. ‘taominarse o st denominado “blanco” puesto que es una cae fenton sobrealente dl color dein pe de una dels partes. La ‘Scotomialancorndio" prone del earopeo,quen somina indo {forma geazca al nati del contnente amaicao desde Canad huss Tita del Fuego, salvo une poqueta fnja creumpolr Rab {eda por los eoquimales qu janis fucro incluios eno deaomt iin. » Hay que tener preseate qué eta diszrininuién proven de lor mins eas que se sutodenominancstanos para ie. ‘Sve dl amerndo lel eee pagan. 1 ste sinretisno religioso ha sido sefalado por Bérmida ree pesto de los ginina king, "En general el problema de la religion ‘Ginlinaéna Se ve complicado por el indudable y complejo sincre- ‘ixmo con la rligin araucana y por la confusign que rina en las fuentes acerca de la procedencia nica exacts de sus noticias. La ‘comparacién con las nuestras propias permite tan sélo verfcar la permanoncla, desde el siglo XVII, de un Dios bienhechor, un dios fmalhechor yun conjunto de espititus maldicos”. (1988/1959: 191) "4 “Nguilltun: adorar a ios. Cetemonia con ia ual see pide {vores y benefisios al Ser Sapremo, el Neuenechén (Creator de la Gents)” (Koosler-g, 1954, Vocabulario) Se conoes también con cL nombre de camantco,término quechus que es utilzado con ma- yor frecuencia en las zonas est y sur del rea neuguna. La exemo- ‘ia antiguamente no revertia el carder de anal; ea clebrada ‘casin de interpreta, como presgio de un porvenit incerta ‘ers, cualquier fendmeno que ee presentabe con caraterstioas ‘exttataso amenazadorss. 1 “asf nos han narrado losseesqueridos que se nos han ade- lantado y ells lo han aprendido a su vez de sus antepasados,y las ‘cons siguem asf porque ef Gran Espiitu, Plat, pertenefa a ‘az y los protege, mientras son obedientesy noo hacen enofe, al Geande, ef de las mubes” (Kossderig, 1954:59.) “EL enojo det Plat se causaba por la infaccién de alg tabi ointerdicelén; por falta de cumplimiento de alguna costumbre ritual." (Latcham, 1924282) "Es de advertir que ya en la 6poce del vise que realizé Payr6, en 1898, quodaban pocos indigenss en condiciones de rlatar into ‘ramenté fas leyendas tradcionales, y muchos de ellos, en vitud de sus supersticiones,erefan que narrar esos euentos alos extraneros les traria deagracia, Los eaciques Hinkel, de los Teuclehes del Norte; Orkeke y Casimiro, el Su, slempre se negaron a comentsr sus creenciastadicionals afrmando que el hacerlo les tracrfa muy 31 ‘mala suerte.” (Linras Samiti, 1950:173,) En nota 25, pie de pig ‘nu 180, el autor acre: “EI zorino simbollaba al delstor entre los Iehuelches. Un indio que conversa con un extranjero desconocido sobre los cuentos trdiionals era un “zorrno” et decir, un taidor ‘que no podifa tener amigos, Est apeativa so lo endlgaron al velo Fapén, uno de los principales informantes de Rang Lista 1 “Todas las cosas tianen gus duefos invisible (gen) cuyo per- ‘miso hay que asogurarse antes de uss. Algunos habitan en cero ‘thoes, en pes o en otros lugares donde retben alin clto ver nerucin. Otto encaman en animales ose povesionan de piedrs 0 de cualquier otra cost. Tales objetos posofdos tienen poderes (ne- ‘wen) ocultos y se lsman kalku, Pueden sor usados por los inilados, ‘machi para el ion o para el mal Se los emplea como amuletos 6 falimanes, pero son peligosisimos porque cualquier dediz en st servicio pucde volverlos contra ello, es decir, contra la persona que los pose” (Benga, 1963516.) 32 ‘CONCEPTO Y EXPERIENCIA DE WEKUFU ‘Una experiencia religiosa implica una vivencia con gr daciones que pueden oscilar entre lo bueno, sublime, que conmueve agradablemente el énimo, y Io terriblemente ma- Jo, que se acompatia de una emociningrata. En este trabs- jo’se ha tratado de analiza solo un aspecto de esta dltima Circunstancia en la experiencia numinoss del mapuche: el mal intensional. Una de las mayores preocupaciones duran- te la investigacion fue no s6lo previsar el concepto exacto de welufi sino que, consiguientemente, hubo. qu hallar a vor castellana que con mayor fdelidad fflejara su verdade- 1a sigificacion. “Ante esta necesidad de traducir al castellano el concep- to que encierra wekufl mediante un término que exprese correctamente la idea que contiene, se ha elegido como equivalente el adjetivo “lo diabélico”. Dada la amplitud de su significado, antes de entrar en el andliss del concepto araucano se hice necesario dejar establecido que el sentido con que es empleado el término es de alternativatrenenda (Cerrble o espantosa) con que amensza manifestarse lo nu- rinoso y que sintetiza las conceptualizaciones hechas pri- ‘mero por Otto y luego por van der Leeuw. Para Otto, que define al objeto numinoso como “aque- lo que aprehende y conmueve el énimo con tal o cual tona- lidad”, lo disbotico —en cuanto opuesto alo santo seria Jo numinoso inconmensurablemente amenazador, mientras que para van der Leeuw es “To radicalmente maio que no puede ascender ala idea de dios y voluntad que se opone a Ia Voluntad de dios” (:133). 3 No se admiten las voces diablo, satan 8 diablo, stands, damonio, como auivalentes de wekuft a pear de se ie teoaito aeptado por los mapuches~,porgu est spurt i 1a idea de un ser como contrario a Dios, eto oe un antiis,y wetufa no es un ser yal aun eet rao por una deteminads figure, en la cultura mapuche ha sido cps i ls ts mB a on GqmPrendido y més atin en ser definido, en virtud de log Joraunt®aipetos que revste cuando se manifests, o me. dicho, cuando es advertido por factorescitcunstanciala ¥ poral cartter emotivo desu capacon, anes 2 consulta bibliogrifiea permite aprecar Ia dificultad lam tenido los investigadores para conceptuas welu Si se toman porejemplolas obras de Guevaray de Lethon: Entre otras, s© pueden observar cierts incongrucnsian wt Gausun el dafio lanzando flechasinvisiles 0 ‘transfor dot sues sal” (1908247) ee fomo VII este mismo autor considera a weluf cont tear oe et maligno gue rode al hombre y leas males que le sobrevienen”... que “no la confune den con Ia idea de espiity, aunque le din cia as Sana ats opal rican su poder nocivo a las piedrs, a los animales a hey Guerpos de todas cats, en proporcién desu tamate: Vices 4 set de este modo una individualidad vaga en su eseneis 1 rs calidad que se transiere alascous;un objeto se ropu, {a malfico cuando tiene wekufe. Los wekute son tote ‘Rios | andan en tropes": (1913:257.) Por una parte lo con, Ptuaiza Como una potenialidad nica que ho es espire. Wy inmediatamente refuta cuando se refiereasu lor: ‘ta incongruenia similar aparece en “La organi ‘os y las rnc reigas deo tgt oe 34 T de Ricerdo Latcham, Entre los “seres creados por la imagi- rnacién y coneebidos en forma de fantesmaso seres fantést- 0s y terrorificos”, coloca al wekuft: ocupando el primer lugar, por cuanto lo considera “espiritu maligno, sin forma determinada, siempre ocupado en hacerles mal y de quien se valen los brujos para sus hechiceries,y que era en nuestro pparecer el espiritu del sire” (:610). En péginas posteriores {de la misma obra se lee lo siguiente: “‘segin sus ereencias, todos los males que sucedian a los hombres 0 animales eran causados por los huecuvd, los cuales a la vez eran los emisarios de os genios o espititus malos o bien eran sub- vencionados por los bryos quienes habian adquirido poder sobre ellos” (:681). En el primer caso menciona a wekufit en forma singular que supone ser espiitu del aie; y en el segundo se refiere a una pluralidad, en cuanto emisarios de ‘otros espiritus. “Es un ente de cuya figura no se tiene alguna especie ni concepto de su ser. Sup6nese que no lo discurrenespiri- tual pues no tienen conocimiento de las substancis incor- péreas; tienen de él solamente la aprensién que basta para tenetlo. Casi todas las cosas que les suceden adverss 0 da- flosas atribuyen a su error y a su miedo al huecub (..) al enfermar o morir naturalmente ganados u hombres, es que se les meti6 en el cuerpo y en suma todo lo infausto es el hhuecub; exceptuando solamente de esta calificacién aque- tas muertes en que es el ejecutor el acero u otros equiva: lentes”. Asi se express Ovalle cuando define al wekuft 51): *(..) sélo temen a Jo que Haman huecubt —sefala Olivares— ‘que tampoco saben lo que es, sino una causa culta que les hace dafio quite Ia vida: i este huecubd dicen que le introducen los brajos. También Haman hue- cub cuando sucede una cosa espantosa o sobrenatural que no saben cémo se ha eausado”. (1874:467.)! Todo aquello que hace dafio es wekufit para’ Metraux. Puede ser tanto el principio del mal como un ser espititual capaz de adoptar la forma de un objeto tangible (: 330 y 331). Mientras qué para Erize es un “ser mistico de quien Provienen enfermedades y desgracias”. 38 ‘A través del siguiente pérrafo, extraido de la Vor de ‘Arauco de Moesbach, se puede apreciar el significado Ie teral del término: “Huecune: heucun, adverbio; afvera, por de fuera. Fe o foe, sufjo sustantvante de cualquier clase de vocablos corresponde 2 do o a eo en castellano y supone en su sujeto destreza y costumbre; asi, por ejem- plo, huepin: conversr, huepife: orador, por consiguiente hnuecufe es havedor, obrador de afuera, tomada la palabra literalmente, De afvera y mandado por los brajos, se mete l huecufu en Tas casas causendo desgracias.." (96). Benigar en “Las Rogativas Araucanss™ dice: “He men- cionado 2 los wekufi, que no se invocan en les rogativas pilblicas, hasta donde alcanzan mis conocimientos ya que én derredor de ellos gira toda Ia vide del indio. Elos es tin en el fondo de todos los sucesos terestres y celes- tes" (16). Ta evidencia que se tiene para aegurar que existe we- ‘kufé es el hecho de que Ia gente se enferma y muere. Los sintomas de enfermedad e intranquiidad testimonian Ia a tividad e intencién de un kalau que se taslada en esa direc- cin haciendo penetrar wekufil en el cuerpo del paiente y obrar dentro del. Es lo diabélico que acta por instigacion 0 con la diteccién del ka’ku 0 erstiano, Welufu, ente abstracto, inmateral, cualidad disbélica, poiiblidad de manifestacin de una adversidad, es aprove- chado por el kalu para hacer dafio, La intencién pertene ce al Kalu que le impone una cualidad diabolica@ la ac- cién, De modo que, para que la eualidad wekuf surja en ‘una acei6n, es necesario que exista un ser real y concreto, con capacidad para dotarla de esta cualidad. Wekuf, al ser cualidad que distingue la accion como diabélice, no tiene sustancia ni forma, y slo puede ser aprecada en cuanto va- Joracin afectiva, por tanto se puede relacionar con todas Jas cosas que paficipan de ese acontecer: kal'ku, cuerpo ex- ttaflo, enfermedad, lechuza, esqueleto, meteorit, ets De aqui que a veces se produce cierta confsién cuan- do el mapuche identifica a la figura maléfica, como ser el chofchon 0 el wichalalwe, con el espiritu de un Kal ku 0 36 \ | un cristiano y con “Io diabélico” puesto que estin actuan- do los tres y él los percibe como una unidad sin poder es- tablecer una divisi6n distintiva entre sus partes constituti- vas. “Killkill (Er.) y chorichon es wekuft”, informan en Ruca Choroi. En cambio, cuando se refieren independiente- mente el welfi y al kalku saben apreciar la diferencia”. ara Augusta Ia voz welufil tiene como primera acep- cién la de diablo y en segundo término “el flechazo del de- ‘monio que consiste en un palito, una pajita, un pelo o una lagartje, que Ta machi finge extraer del cuerpo del enfer- ‘mo” Estos elementos que la machi pretende extraerle al pa ciente no son més que diferentes formas de corporificar a wekufit que ha sido introdueido y que hasta ese momento ppermanecié en el cuerpo de Ia victima. Esto es lo que el Imapuche sustancializ, es una cualidad: “Io diabélico”, y cuando ésta se encuentra en el cuerpo es posible extraerla, ya mediante succi6n, combate, oraciones, infusiones, pur- 2s, masajes, fumigaciOn, eteétera ‘Se ha considerado “lo diabético” como equivalente en castellano del término mapuche wekufil, pero no en ‘cuanto concepto abstracto sino asociado a una experiencia dolorosa intensamente vivida, que puede ser tanto de {ndo- le fisica como psiquica. Wekufl es una calidad diabslica de un acontecer experimentado dolorosamente, ya sea de tun suceso actual o presente, como de un hecho ocurrido fen un pasado, ahora presente por el recuerdo 0 por asocia~ ida de otras experiencias similares, o simplemente como posibilidad futura. El mapuche tiene un conocimiento intuitivo de la pre sencia de un poder nefasto, o mejor dicho, de una cuslidad potencial mala al méximo que él denomina wekufl®. Esta cualidad wekfi intuitivamente percibida serfa el estimulo que, al obrar sobre el inconsciente, hace afluir a la concien- cia del individuo una figura diab6lica. Tanto es asf que, por el solo hecho de promunciar el término con que es designa- do, le produce un malestar, una sensaciOn desagradable que no’ puede ocultar. A través de la palabra el oyente recibe Ja figura porque en el nombre esté implicito el significa. 37 do del objeto que designa y por tanto es su esencia misma De modo que wekufi! es vivencia de lo adverso y, en cuanto ta, s6lo es cualidad de un acontecer porque se ma- nifiesta en la acci6n. Pero también puede percibirse como luna cualidad potencial que podria convertir la accién en una eventualidad desagradable, Existen por lo tanto dos situaciones existenciales dis- tintas en cuanto @ la intensidad de la vivencia de “lo diabd- fico”. Cuando el acontecimiento se sufre en el momento presente, y cuando se suffe ante la posible resolici6n de lun acontecer futuro. Esto es, la situacién puede variar en cuanto puede ser una experiencia personal y directa de un ‘acontecer nefasto, como puede ser a través de un relato, 0 puede vivise como una posibilidad futura en virtud de la presencia de ciertas seffales que lo inducen a sospechar un porvenir adverso. Asimismo hay que tener presente. que la experiencia en si es personal y, por consiguiente,interviene luna serie de factores individuales que pueden determinar la intensidad de la misma. Por ejemplo, la que pueda tener lun introvertido serd diferente de la de un extravertido, Ie de un anciano de la de un nifo, la de un enfermo grave de lade individuo sano, etestera, Dado el cardcter emocional de su captacién y el cono- cimiento intuitivo de su presencia, es el propio individuo quien esta dando significacién a ese acontecer. Si bien es ‘una experiencia individual, hay elementos del nivel colec- tivo que intervienen en su condicionamiento, tales como el sistema de creencias, Ios supuestos sobre los cuales descen- sa, ete. De modo que en esta experiencia numinosa indi vidual, del ser que percibe 1a manifestacin de lo diab6li- co con determinada figura, puede hacerlo y expresatlo a través de un nombre, porque ya existe en su cultura; ya sabe de su existencia y de sus distintas facetas y modos de ‘manifestarse, y porque se presenta en su pensimiento al recibir un estimulo que hace surgir del inconsciente esa fi- gura. Puede ser a través de Ia palabra, porque ese algo que s se halla identificado con un nombre que, al ser pronun- 38 ciado, se actualiza en la mente de los que escuchan, es de- cir, en ese momento es presencig, porque la palabra ha brin- dado esa posibilidad. Es una realidad que en algunos casos se vive como pos bilidad, y esto ocurre cuando relatan el hecho, lo que ha acontecido a alguien, no importa en qué tiempo, pero se repite porque se introduce en la mente de los que escuchan yy ellos viven ese momento. EI relato para ellos es una ensefianza, constituye su tra- icin oral que se va transmitiendo de generacién en gene- raci6n, Lo identifican como consejos”. Escuchar los con- sejos es impregnarse de la sabiduria de los mayores. Cono- cer los acontecimientos pasados es marcar un rumbo para cl porvenir, es sefialar el camino a seguir. De modo que al escuchar el relato Ta gente se informa del acontecer pasado, las circunstancias por las cuales pudo.producirse y Ia acti- tud de quienes fueron sus testigos presenciales, y en ese sentido desempefla una funcién rectora para su conducta futura previniéndolos de los posibles percances y sefalan- do los aciertos. Por tratarse del relato de un suceso no tiene la misma Intensidad de significacién que la situacién vivida, asf co- ‘mo tampoco tiene el mismo sentido para quien lo escucha ¥¥ para quien lo vivi6, y menos atin si se trata de un repre- Sentante de otro horizonte cultural; en cambio para el ma- puche es muy grande porque se halla incorporado a su vida significant. La experiencia de lo diabélico que tiene ol individuo, parte del hecho de hallerse en una situaci6n vital, y en tal sentido su interiotidad psiquica se estremece ante la posi- bilidad de hallarse en el limite de su existencialidad. Este estado de inseguridad, que se halla intimamente asociado a Jos supuestos subyacentes en Ia cultura, se expresa a través de un modelo tradicional de su acervo cultural. El fantasma, ‘que s6lo existe en ef pensamiento, esté en Ia mente pero también estd en la cultura. Se piensa on un ser que tiene de- terminadas caracteristicas que son iguales para todos los, que piensan en ese ser. En la mente de los individuos existe 39 ‘una especie de modelo que reproduce en forma similar las ‘earacteristcas propias de ese fantasma. De modo que en las comunidades mapuches, las personas que sufren una si- ‘tuacién existencial determinada se refleja en un estado par- ticular del énimo que es el que posibilita Ia experiencia in- dividual de 1o diabélico, sea en forma de lechuza, sea de es- queleto, ete. En la'experiencia numinosa del mapuche wekufi es “lo otro”, Io que est enfrentado al sujeto que, por estimarse terrorifico, conmueve profundamente al ser. La experien- cia de wekufit es, por lo tanto, una experiencia trascen- dental, més alli de toda comprensi6n, que sacude todo su ser. Es una percepcién directa de une realidad interior con ‘gran intensidad de significado que se traduce en imégenes ‘mentals terroricas de mucha sustancia, vividas como reales. Es el miedo que experimenta ante la inseguridad que le offece el mundo circundante. El miedo hacia lo desco: nocido hace entrar en relacién lo ignorado con un estado de gnimo, sentimiento que nace como consecuencia de la falta de fe en sf{ mismo. El terror es resultante de una si- ‘taci6n existencial intensamente vivida en la que, por efec- to de la subjetividad receptore y creadora, asociada a un estado angustioso, emerge del inconsciente una figura dia- bélica intimamente ligada al momento vivido. Es decir, el individuo siente el suftimiento, fisico 0 meramente psf quico, padece una dolencia que, al no hallarse presente en forma concreta el objeto que lo produce, lo representa {maginativamente. 'ES el tomor de In manifestacién negativa de una poten- cia, porque welufi es esencialmente accién y como tal es considerado. Bs una cualidad potencial que hace del acon- tecer una eventualidad desagradable. En cuanto es cualidad de un actuar se manifesta durante el acontecimiento. Es lo ‘malo que se revela en la acci6n; Es lo diabélico actuante. El significado que tiene para el individuo esa s representado por una figura terrifica y é lo expresa a tra- vés de un nombre: chorchon, wichalalwe, anchimallén, et- cétera, 40 La percepcién de lo diabélico emerge en virtud de que en el individuo existe un sentimiento de inseguridad sub- yyacente que hace que se sienta continuamente amenazado, pero ademds hay un soporte emotivo responsable de esa in tuicin del futuro acontecimiento, Tiene miedo de ser val- nerable a una presunta accién proveniente del ambiente en cl cual se halla situado, que en cualquier momento puede agredirlo. De modo que la relacién que se da es que “lo diabolico” es terrorsfico porque el individuo experimenta terror y no que se siente terror porque es terroriico. Es el individuo que hace que lo sea’ La emotividad desempefia un papel importante en la conservacién y actualizacion de wekufi en su experiencia religiosa. Cuanto mayor es la emotividad que despierta en ¢l individuo, tanta mayor persistencia tendrd; pero cuando el soporte emotivo comience a ceder su preponderancia esta experiencia de lo diabélico, concomitantemente perdiendo actualidad la vivencia de wekufi, hasta caer en elolvido. Tienen absoluta conviccién de que todas las coses son capaces de contener una potencialidad en latencia que pue- de manifestarse en cualquier momento. Le liberacion de este poder energético se traduce en una aecién que repercu- te sobre los elementos que la rodean madificéndolos en al- ain sentido, ya favorable, ya desfavorablemente. Esto es, al equilibrio —muy frégil~ en que permanecen las dos fuer zas del bien y del mal puede romperse en cualquier mo- ‘mento por el desencadenamiento de una de ellas. Se teme Y se trata de evitar que el acontever sea desagradable y fu- nesto. De ahi que el mapuche esté siempre alerts a su con- ‘tomo, préstando atencién a los més minimos eventos dé la naturaleza para poder precsar, lo més anticipadamente po- sible, Ia direccign que va a tomar el accionar de esa poten- cia, esto es, si las consecuencias de su accién lo beneficia rin, o seré algo que ocurtiri en su perjuicio. Esta cons tante bisqueda de signos para lograr predecir el futuro es Ja que mantiene viva la creencia en los pressgios y en la adi- vinaci6n. 4 Hay un orden nomativ, que rige las relaciones entre Jos mapuches impussto por la teofanta, que debe ser rs- peta, de Io contrario se hacen acreedores de un castigo ome setribucion por la falta cometida. ‘Es diffe! que un sor humano no haya incureido 0 no Incurra en alguna falta, por minima que sea sobre todo porque ésta es valorada, no tanto por la responsabilidad ‘que le corresponde al infractor, como por el.efecto que pro- duce, y esté expuesto a la pérdida de la bondadosa pro- teccion de la teofania, quedando' merced de su propio destino, o caer bajo los designios de un kulku. No es un dolor injusto el que sute, sino que es consecuencia de una falta cometida. La teofania no permitici el sutimiento in- justo, “Una persona muere, muchas veces la pueden ma- far; le pueden dar cualquier cosa, eomo le pueden dar una pufialada, es0 viens por destino de Dios. Y si una persona ‘muere por enfermedad de uno, es porque Dios lo destin6. Y si una persona muere porque le han hecho a uno una ee- cién mala, es porque Dios permitié que le hagan ast. Si Dios no permite nada Ie pueden hacer porque cuando a uno Je llega Ia hora, cuando Dios dej6 que vivieraesa persona hasta ahi, tiene que mori. Si Ud. le desea la muerte a una persona, y est persona no tiene delito con Ud., Ud. no le puede hacer nada, y si esa persona tiene dalito con Ud. en- tonces sf lo puede matar con toda su razin. Tiene que te- ner el corazén muy grande 0 si no es el kau.” (Test. 1° 8.) “Cuando ya el Dios Io destiné a esa persona para mo- Tir, entonces aprovecha el kal, le quita el espiit, y ast sa persona tiene que irse ala muerte." (Test. n° 9.) Se siente desvalido y se aribuye a culpa de exe desam- paro, Tiene que procurarse por s{ mismo los recursos para protegerse conta la adversidad que le puede lega por cul- pa de los hombres a través del kal'ku, © por las fuerzas de Js naturaleza desatados en su. contra por la teofanta. Por tanto el sentimiento de inferioridad esté asentado sobre un complejo de culpa surgido como consecuencia de una presunta perturbaciOn de su relacién normal con la t20- faa, 2 Lo diabélico 0 wekujt fenomenoligieaments conside- rado seria el objeto estimulador, pro por ser s6lo cualidad no puede ser aprehendido como objeto con forma concte- ta, sino solamente como un acontecer, un devenir, como algo detagradable que sucede y segin cémo es peribido subjetivamente se Te adscribe una figura determinada. La ppotencia latente en la cosa estésubordinada a la voluntad do un ser humano, ala omnipresencia de Ia intencionalidad de kal, quien puede convertisiaen ua fendmeno adver- so. Es lo que se designa cominmente como fenémenos ‘ocaltos, en virtud de que la ciencia ain no ha.podido dar ‘una explicacién sutisfctoria(acorde con sus axiomas y postulados) de estas experiencas y_por tanto escapan del estudio por medio del método cientifico. No es cuestin de rechazar estos fenémenos que son percibidos y declarados por personas que deben merecer tanta fe como cualquier otra. Ademds dabe tenerse prese te que son excelentes informantes en todos os otros aspec- tos de su cultura, observando claridad de expresi, vera dad en sus sseveraciones y sinceridad de sentimientos sin algin tipo de anomalidad psiquica. No se debe negar la enistencia de estas experiensas por el hecho de que la cen- cia, en la actualidad, no puede dar explicacién de elas, por- 4que ni el método cientifico ni el observador estén dotados de os elementos necesarios para su comprobacién Son fenémenos que, como surgen del inconsciente, se sanifiestan con caracteristcasiracionales y, como se pre- sentan espontncamente, no ofrecen la posibildad, por aho- 13, do ser reproducidos a voluntad. Tales la razén, a pesar de haberse encarado desde hace tiempo su estudio viguroso y sistematico, por la cual no a sido posible su inesigaciin exhaustive por el método cientifico, aise ha logrado su cabal interprotacién a a luz de la ciencis moderna, por no hhabersehallado un método adecuado y universimente lido, capaz. de abordarlos y develar su misterio en forma sistematica y objetiva, a través de pruebas contundentes, como la exge la metodologiahipotético deductive. 43 ‘Tampoco se debe calificar a este tipo de abstracciones como fuerzas invisbles © fuerzas ocultas. La fuerza pura ya es de por sf invisible, lo que se manifiesta es Ia conse- ‘cuencia o el efecto de la fuerza, el resultado de su accion. NOTAS. * cuando Olivares se refiere a Ios poyas(pueches) que habit: tan al este del lago Nahuel Huapl dice acerca de sus reencas que so temen o coneiben tuna causa oculta que ellos no ven ni saben (qo es, a cul lee puede hacer malo bien, 2 quien aman chechue- 4H, como en Chile huecubu, 1 les parece que esta caus invisible puvsde més que ellos” (511), "(~) porque éstos se descuidan mur ho con los enfermos, {Tos saan fUera para que mueran, porque fo contaminen Ia habltei6n, que cuando alguno mucre en ells, fodos la dessmpiran, como apestada con el chahuelli que enteé tn ela ain ms que después de muertos no los quieren nombrar jor s8 nombre, ino por todeos i circunloquios” (514). Transeribe {is palabras de un brio puelehe que en 1706 fueron dirigias al ps- dre Felipe de Ia Laguna’ "yo morse si entra en mi cuerpo el cha- heli sel no entrate, no he de mort” (:516), Durante el vale que hiaen unos puclches hacia el norte acompafiados por el padre Feli- ‘pe dice que “cuando enttaban en las cass a vera sus pazientes, do is que allt vena un fantasm, oun chahuelll que los del norte ts- fan hueoubu” (..). Lo indos le dieron al padre que era un “cha- hue" porque le tsibufan la causa del mal que gufran (:519). “chub; demonio maligno; el espfrtu més vio Var. nica: chauello.” (Koostertg, 1962, Giosaro,) Frecuentemente es mer onado el chanilien'Jor telatos de ios informantes de la Sra oesderdg, * Es muy diffi precisa, por ejemplo en el ciso del choichon, si es el kal ku transformado en lechuza, oes lechuza en cuanto exp situ sux. 2 Er teror pénico en cuanto sentimiento puro es el primer pa so, segin Otto, para lsgar al detcubrimlento del objeto muminoso (Cap. 16:10) “Bl terror fantaml os considerado por Otto como un mu sgrén bastardo del pavor demoniaco en cuanto primer grado del ‘pavornuminaso (Cep. 1V). 4s CHORCHON: LA CABEZA ALADA RESERA Rodeados por representantes de la civilizacin occiden- tal subsisten, Ins zonas més inhéspitas de le provincia de Neuquén, nicieos dispersos de comunidades etnogréticas en proceso de trasculturacién, descendientes del tronco ra- cial mapuche o araucano como habitvalmente se lo deno- mina. ‘Al forastero que vista estas comunidades le ama la atencién la frecuencia con que aparece Ia ossmenta de un ¢rineo equino blangueando sobrelos techos de los ranchos, Ja estrella de cinco puntas pintada de un solo trazo en la puerta 0 pared de una habitacin vacia, la cantidad de plan- {as de ajenjo que circundan la viienda, etc. Se trata de exoreismos contra una de las creoncias mis difundidas entre Jos mapuches: el chofchor, spariién misteriosa de un ser volitil nocturno dotado de’ una potencia de indole diabé- ica. I terror que infunde a los erédulos se debe a que re- conocen en 41,0 Io identifican con 4) al expiritu erante de un bru 0 cristiano predispuesto a hacer dafio, que se- le 2 volar con su cabeza durante les horis de la noche en ‘busca de una victima mientras el cuerpo permancce en la cama. ~ Si alguien da welta el cuerpo, cuando la cabeza se halla en su wuelo nocturnal regresar de su gira maléfica, se pega al revés, por lo que debe esperar Ia noche para desprenderse nusvamente, volar y Iuego colocarse del la- do que cortesponde. En el caso de no tener tiempo de re tomar al cuerpo por haberla sorprendido el amanece, la cabeza se clava en una roca 0 arbol en espera de la noche 7 para proseguir su viaje. Si la cabeza no logra unirse correc tamente al cuerpo el individuo sucurnbe!. Lo que wiela es la cabeza completa con sus corres- pondientes érganos funcionando normalmente. Ve porque tiene ojos; oye porque tiene ofdos; grita porque tiene bo- ca; wuela porque sus pabellones auriculares se transforman en alas y, ademds de todo esto, entiende lo que le dicen. ‘A su vez esta subfigura de cabeza humana sufre una ‘ronsfiguracion en un pijaro de hibitos nocturnos de la familia de las estrigidas. Hay una ambigledad morfol6gi- cca en la percepei6n: es cabeza humana, es pajaro, es espi- ritu ~de cristiano o de brujo~, a ls vez que hay una duali- dad en sus caracteristicas: es visible o invisible a la vez, es figura y esprit sin ninguna diferenciaciin. Es figura que tiene forma, color, vuela, grita, ve, oye y entiende; pero es figura que no tiene comsistencia, no tiene solidez ni du- raci6n, no tiene existencia conereta ara el mapuche es una realidad, porque al sustanciali- zar lo espiritual en un ser voldtil ~ya sea como cabeza hu- mana 0 como péjaro—, esté postulando como objeto real algo que él intuitivamente ha apercibido. CHORCHON Como instrumento del kal’ku, Moesbach sefal la exis- teneia de una creeneia conocida con el nombre de ch chof que estarfa intimamente relacionada con la actividad de los brujos y que a su vez leva la misma denominacién que la de una lechuza de la fauna regional. (1944:34.) Se- gin este autor, ha sido la lechuza Noctua Glaucidium la que ha dado origen al tema del cho‘ichofl 0 cabeza alada, idea que comparte Erize en su diccionario cuando lo de ne, Latcham sostiene que del nombre de una especie de pe- dquefia lechuza llamada chuchu chunchu “se ha originado Ia Ieyenda de los chunchunes © chonchones, eabezas con alas, en que se convértfen Ios brujos para efectuar sus pere- grinaciones nocturnas”. (1924:853-85.) 48 tsa note n® 2 al pie de la pégina 60 (1962) la sore Koeslerilg clara el significado de otonchon expresindo aque “se trata de una figura fabulsa, posblementesugerida por el killkil 0 chuncho, Tiene el aspecto de una cabeza alada y sire los brujos para encarmarse en ella durante fu correrfas”. La cabeza alada no ha sido sugeriéa por et kale fampoco es una encamacin del Kal, sino que es Incabeza de éste que sale a volar. En la obra de Guevara no hay mencién alguna de le chuza de Ja fauna regional que Ieve ese mismo nombre. Pata este investgador es s6lo unser mitolgico que posse caracteristias distintas seg fa comunidad de que se tate. En algunas reducciones se representa como “pijaro grande nocturno i en otras como la eabezaalada de una mujer que fe desprende del cuerpo i vela en la noche”. (T. 1X: 326) 327) Chun chun, chuncho y kill sn los equivalentes que encuentra Alvarez. de oliofchon, caracterzéndolo como “Sve nocturna de mal agiero semejante a una lechuza”. A esta lechuza, segin ol mismo estudiso, “el pehuenche le representa en forma de cabeza alada que es transformacion transitoria de alguna bruja o calcu” (:117). Como se podré apreciar en les paginas que siguen,l cabeza sla no repre senta In lechuza sno la cabeza de un klk que adopta la forma slada para poder volar. nla actualidad kill tiene el equvalente de chofichof en cuanto figura diablic. entre Tos mapuches de Chile Augusta ha recopilado tun cuento que titla “Menoko” en donde existe una refe- Tencia un ave noctuma de nombre tonton, cya hij, al fer presentada a un pastor, le infunde tanto temor que os- pecha qué se trata de una brja(:113). Este es un dato més Sobre la creencia en los espiitus de los bros configura de péjaros nocturnos que podria tener alguna reacion con tl chafchof escietamente definido en su diccionario como “certo péjaro grande nocturno', Cabe,destacar qu el pja- 1 de existencin real, que se conoce como choco es una Techucita de tamafio reducdo, la més pequeia que se co noce. 49 Actualmente en el sur de Chile al chorichofl lo aman teuteu y lo describen con figura de péjaro nocturno que no se ve y del que s6lo se oyen sus gritos. En la zona de Qui- én, de Ia provincia de Neuquén, aman teutew al kal’u ‘que oyen pasar volando de noche, pero que munca se lo ve. (Test. n° 13.) En cuanto a los mapuches neuquinos hay que sefalar que si bien algunos saben de Ia existencia de una lechuza de la fauna, que lleva el mismo nombre do la figure diabélica, ‘otros tienen una idea confusa al respecto, prevaleciendo en su pensamiento la de esta tiltima, en virtud de haber expe- rimentado intensamente una situaciGn existencial luctuosa que le fue atribuida, En realidad, con el nombre de hofichof| se designa a dos seres total y radicalmente diferentes. Por un lado a una Techuza de existencia real, por el otro a una subfigura, que ‘puede ser una cabeza humana —1a del brujo— o una lechuza, dotada de una potencia daflina, que actuaria como esprit. del kal hu o sea la transfiguracién del propio brujo?. Giofichon y kilkil pargcerian mostrar funciones dis- tintas en esta creencia. El primero, como agente del mal, es el que transporta wekuft y lo introduce en el cuerpo de la victima, y el segundo, como emisario del kal'ru, actia ‘en calidad de informante. (Véase testimonio n® 29,) Como lesa de ta fauna regional. Existe un paco de habitos nocturns dela faa delasextrgias “Gla ium nanum (King)~pertneciente a la fauna ef zona aus es coniderado de mal agueroy cayo nombre vlgr et Unie gd se fio dei cre Tee ee ia dispenién en el teritorio argentino esta peguaia le. fhuza chorion o ill, como st la enomita habitual mente en la provinia de Neuguén y que en otras reiones del pais se conoce como eabur, ry de los pos fey de ls pty te, cst, ton yah Aba gs) En el texto dictado por el mapuche Cofa a Mossbach ‘hay una referencia a los gritos de aves agoreras nocturnas 50 sobre las viviendas, interpretados como sefial de enferme- dad 0 muerte. (1930:111,) Esta informacién se encuentra en li obra de Guevara sobre el kilkill,chucho 0 chuncho, nombres vulgares del Glaucidiun nanum (T. IX:333) y que también otros autores han identifieado eon el chorichon. Con el nomire de quilli quill (Cobo), o Kill killi @Berto- nio) se designa en el Peré al cericalo. CChuncho es el nombre vulgar, en Chile, del Glaucidium brasilianum (Gmelin), esto 6, del caburé misionero, que se distingue del Glaucidium nanum (King) por si color més amiarillento, Philippi: 232.) En el ceste de la Patagonia se conoce con el nombre de concon (Lynch. Arribélzaga) colcon o lechuza bataraz del sur (Lista Sistematica...) a una lechucita (Strix rufipes, King) que tiene una distribucién en la cordillers andina desde Neuquén hasta Tierra del Fuego e Islas Malvinas, rea que, segin Dabbene, podria extenderse hacia el norte ¥ Megar hasta el Chaco paraguayo. Parecer‘a que existe una sinonimia entre Glaucidium nanum y Strix rufipes, cuyos nombres corresponderian a una misma variedad de lechuza. EI muco y el chochof fueron descritos por Olivares como “aves semejantes a la lechuza, en color y figura, y aborrecen Ia luz, se diferencian en que nunca habitan en poblados y en que cantan de noche (..) y los indios tienen, eneellos varias quimeras supersticiosas". (1864:32,) De modo que, con el nombre de chofichon x designa tuna pequefa lechuza que ha sido objeto de méltiples deno- minaciones, aun en la misma comunidad, y a la que le ha sido adscrita una creencia, por lo que, ademés de ser una lechuza real, es una figura diab6lica. ‘Nunca se le remeda el grito cuando se fo oye durante la noche, porque al ofr que se le responde se acerca y pro- sigue emitiendo sus chillidos con més enfasis, asf como ‘otros ejemplares pueden hacerse presentes y sumar sus gri- tos. Esta creencia tione un fundamento real que he sido comprobado por Castellanos quien refiere que, estando cn Tierra del Fuego,~“durante la noche habfa ofdo varias veces el grito de esta diminuta lechucita, que parece el au- 31 llido de un cachorro; entonces me puse a imitérselo y no tardé en aproximarse a Ios drboles vecinos a la carpa con- ‘tinuando hasta altas horas de la noche” (:387). Cuando el chorichon se halla en reposo y con sus plumas erizadas, en Ja parte posterior de su cabeza se forma, por el contraste del color de las mismas, un dibujo que “representa una cara de lechuza con la expresin genuina de la familie co- srespondiente al género strix”. (Koslowsky:230.) No es de cextrafiar que este singular mimetismo, que hace aparecer al chofichof’ como poseedor de dos caras, tenga alguna re- ppercusién en el mapuche y haya sido el motivo por el cual se le atribuyera la posesidn de un poder extraordinario. Es de advertir que la duplicidad se halla en relacién con lo sa grado. La teofania tiene dos caras; l kal’ku, dos corazones; epuane es el nombre de un ser acudtico con dos caas, eteé- tera, Es de mal augurio ver u oft uno de estos péjaros en vir- tud de que esté anticipando una realided inquietante, esté insinuando un imprevisto desigradable, que una desgracia etd préxima a ocurrir, puesto que es la forma mediante la ‘cual se anuncia la muerte. Esto se debe a que su figura es similar de la que intuitivamente tiene el esprit del kau cuando se moviliza para provocar enfermedad y muerte. La silueta se corresponde, no asf el color de su plumaje, Por un lado esté la pequefia lechuza bataraz, y por el otro um tétri- co pajarraco negro que a veces se eree ver y otras no. ‘También se le atribuye al péjaro una extraordinaria re- sistencia, que ni el fuego ni los golpes 0 cuchilladas mas violentos pueden dbatir. Dicen que cuando se lo golpea en la cabeza suena a hueco. (Test. n° 19.) Si consiguen atrapar alguna lechuza chofchon, la mal- tratarin para soltarla después. Al dia siguiente tratarén de Aaveriguar qué persona presenta vestgios de las lesiones, con- tusiones 0 quemaduras que Ie-fueron practicadas al péjaro, asi logran identificar quién 12 mand6, esto es, al kali 0 cristiano. (Test. n° 19.) Es una préctice de magia simpética por la que se piensa que todo Io que le ocurre al doble en euanto espiritu 0 como imagen: en el agua, espejo, fotogra- 32 fia, ctestera, por cuanto es el alma, le aconteceré al origi- tal, Sobre la creencia que el brujo moria cuando se sacri. fcabe su espirtu auxiiar hay informacién en la obra de Latcham, (1924:753,) Eliade encuentra una satims rela cin entre el chamén y su expiritu auxlar@ tal punto que ‘cuando éste es herido; el mago sufte también (:88). Todos estos caracteres que se le atribuyen ala lechuza no son mis que cuslidades que el mapuche imagina corres: ponder al péjaro por estar basados en la ereencia que tiene ‘rato con el al eu. En el caso de encontrar alguno de estos eemplares du- rante el dia dumiendo en un bol o ale rocoso.trataréa, de alejarlo_por todos los medios posible, pues ereen que, por hallase ezrea, puede estar esperando la noche para camplir su cometido. No es al pjaro en sf quien se temé sino al epiritu que se oculta simulando su figura. De modo que el chom- chofl inicamente de noche es potencialmente dibdlico, porque puede tratarse de un kal’ku —o cristiano quien slo desarrola sus actividades como tal durante la noche. ‘Ahora bien, sila lechuza existe sale de noche, chill etc, To imaginaro que rodea a esta creencia tiene alg: na conexién con la realidad que vive el sujeto, peo la dife- rencia esté en que el mapuche representa esa realidad de acuerdo con los nexos que establece a través del modo e6- mo Ia concibe. Como figura. Aparcion fatal dacs. eho chon co consid como un epi 0 vontad maligna Gee octta bajo una gua sla, conta intercon 2 tanta tracert prs into que lo peee gor Su forma queda wl, pudendo pasar idtintamento de cabeza humana &lecits,o ser las dos coisa ibmo fmpo. ‘Un infooante de Aluminé rite gue “el chonchon no se ve porque coy poder el biho, Hen Micha Fuca, have que quiet” Bo Ruea Chore ie resopida Ia sguente vettn or: "ei chorehon es un pajaito. Ex 33 cabeza de kal ku. Cabeza de persona que sale a volar, de persona que tiene la fuerza del kal “ku”. (Test. n° 13.) El chorichon esta formado por tres elementos diferen- tes, de cuya integracién y de Ja manera particular o6mo el ‘mapuche los relaciona surge, como expresién cultural, una figura diabélica. El elemento primordial lo constituye el espfritu de un ser viviente dotado de poderes espectficos, esto es, el kal’Au © cristiano. A este elemento se Te asocia una figura: Ia cabe- 2a alada o lechuza. El tercer ingrediente: wekufi, lo colors de una cualidad diabélica tan poderosa que hace estreme- ‘er al paisano por el solo hecho de pensar en él, Para Moes- bach habria un cuarto elemento, porque considera que el ‘al, transfigurado en chofichon, se hace acompafiar por al wichalatwe —en calidad de espiritu auxilia~ cuando se ditige a la vivienda de la vet ‘cin no tesiste la confrontacién con la adquirida reciente- ‘mente en la provincia ni con la bibliogrética. Con el fin de comprobar esta posible intervencién, y la relacion entre estas dos figuras, se consult6 a varios infor- ‘antes sobre el particular, quienes sin excepcién manifes- taron que eran dos seres distintos. Que si bien existfa una ‘conexién entre ellos en cuanto a Ia intervenci6n del kal kus ‘como manipulador de 10 diabélico, es decir de wekufi, con el fin de provocar la muerte, constituian dos seres to talmente distintos en cuanto a su origen, figura, emisién de sonidos, etc. Tampoco se. pudo corroborar bibliogrd- ficamente la informacién de Moesbach, razén por la cual se a considera como una variante singular, De acuerdo con los datos de los testimonios orales y la informacién obtenida por Ia bibliografia se puede des- cribir al wichalalwe como un ser extraordinario con figu- ra de hombre flaco, alto, que el kal'ku hace surgir de hue- sos y faneras humanos, ‘montado sobre un caballo tordi- lo resucitado de la misma manera, Su presencia es anun- cio de enfermedad y muerte. (Test. n° 25.) En sintesis, ef wichalalwe es una figura fantasmal de Ia que se vale el kal’kuw para hacer dafio, a la que no se ha 54. podido encontrar ninguna conexién con el choficho salvo la mencionada por Moesbach en cuanto lo hace par. ticipar como vector mecénico de wekufi. Pareveria que en esta experiencia no estuviera bien elimitada 1a individuaidad del ser. El dal’ku es un ser doble, de dis ¢s hombre pero de noche y, en virtud de su desdoblamiento en cuerpo y ospiitu, se sustancializa en Jn figura de una lechuza; peo también puede darse la pre- sencia de dos seres distintos, la cabeza alada del Kal'ku y Inlechuza en cuanto esprit euxiar. Lo cutioso es que, para el mapuche, el esptitu del alex en cuanto conciencia e intencién malign, repre- sentado por la cabeza alada, no es una cosa etérea, intan- sible, que se puede independizaro desigar totalmente del Ser @ quien pertenece, camo acontece con el alma durante dl suefio, o como el alma descarnada de los difuntos. Por al contrario, debe mantenerse unido a su morada carnal Y por tanto'no se erade abandonando al cuerpo sino que se desprende voluntariamente con el receptdculo en el que se halla contenido. De modo que en este caso, no es Sélo el alma o espititu quien abandona el cuerpo sino que lo hace juntamente con su envoltura material, esto es, la ca- ‘beza, pues el cuerpo permanece en Ia ama sin lla ‘Evidentemente esta dsparidad que se refleja en torno de ta idea de traslacién del espiritu del brujo.respecto de Jn del alma del sofiador es consecuencia de la distintaapre- ciacion de Ia realidad en vrtud de enfocarla desde perspec- tivas distntas. En el primer caso es el brujo que hace volar su cabeza, durante Ia noche y en estado de vigia, con rum bo fijado de antemano consciente y voluntariamente, pero quien vive y relata la situacién no es el brujo sino una se- sfunda persona, y por tanto es Ia cabeza del “otro” lo que vuea. Bs decir, no s6lo juzga posible qu el otro puede ha- cer volar su cabeza, sino que en muchos casos es quien cer- tifica queelbrujo ha estado actuando porque ha observado su cuerpo sin cabeza. En cambio, en el segundo caso es el alma del sujeto en estado de suefo que, con forma pura se desprende del cuerpo (que queda yacente ¢ intacto) y 55 | emprende raudo vuslo a otto lugar sin rumbo preniedita- do. 1 sofiador habla en primera persona y es consciente de que he sofiado, pero como lo acontecido durante el sue- {fo se interpreta como un hecho real, considera que ha par- ticipado de ese acontecer y que ha sido su alma quien se ha trasladado, o el alma del “otro” que acudié a su encuen- tro. Son dos criterios diferentes utilizados para juzgar la realidad, uno se basa en la intervencién de factores poten- ciales humanos y el otro en el concepto de la realidad de Io sofado. En Ruca Choroi se cuenta el caso de un muchacho que en Chile, al encontrar a su novia sin cabeza en la cama, por- que ésta habia salido a volar, dio vuelta el cuerpo y se fue. A la mafiana siguiente encontraron Ia mujer muerta en Ia ‘cama porque Ia cabeza no se pudo Ajar en el cuerpo. Esta ‘misma informacién ha sido documentada por varios auto- res, entre ellos Guevara, en cuyos cuentos mitices hay va- tos ejemplos. (1908: 339, 341 y 345.) Si ademds de esto se tiene presente que esté vigente la creencia de que la lipotimia y ol estado de coma se produ- ‘cen porque el espiritu o alma que acompafa permanente- ‘mente al cuerpo viviente lo ha abandonada, y que la vida vegetativa s6lo puede persistir por un lapso no mayor de mueve dias, produciéndose indefectiblemente la muerte cuando ya no tiene posiblidad de regresar durante ese pe- riodo, se puede concluir que el mapuche concibe la acti- vidad 'psiquica consciente y al principio vital como dos fa- cultades del alma, El espiritu, al no desprenderse del cuerpo en forma radical, mantiene su conexién a través de Ia cabeza, y es- tando ésta desprovista de los medios indispensables para ‘movilizarse por el aire, sufre una primera transformacién ‘mediante Ia cual sus pabellones auriculares experimentan luna prolongacién transitoria y se convierten en alas, para luego transformarse en péjaro. La figura, ora [i cabeza ala 4a, ora Ia lechuza, representa el espiritu que se trasada en su habitacion animada, En el relato que se trascribe en el testimonio n° 16 se 56 puede apreciar cierta contradiccién en el sentido de que, al sostener que el chorichol es mandado por su duerio, aque es el kal'ku, da la impresion de que se esta refiriendo a su espiritu auxiliar y no de que es su propia cabeza con el alma la que sale a volar. ‘Si el Kala ordena “vaya a tal parte”, se puede supo- ner que se estd refiriendo al espiritu auxiliar, pero en vir- tud de que le informante sostiene reiteradamente que es Ja cabeza del kal’ku la que sale a volar y no menciona en ningin momento la intervencién de un espiritu auxiliar, lo que quiere expresar, en este caso, es que el brujo orde nna a una parte de su cuerpo —Ia cabeza el cumplimiento de una misién. El escenario de apariciin de esta figura fantasmal puede ser cerca de la vivienda, sobre todo si en J misma habita alguna persona de avanzada edad o algin enfermo grave; las Solitaria travesfas; los lugares retirados, Js caminos poco transitados, etcétera. ‘Lleva siempre una direccién determinada, porque una vez que ha escogido a su victima Ia persigue’ hasta lograr su propésito. En estos casos se lo oye pasar gritando de noche durante meses. “El chofichoft se ofa pasar todas las noches volando muy bajto siguiendo el rio arriba. Era al kal ‘kat, Hay que tratarlo bien, entonces no hace nada. Ya ro se oye més.” Intensificada Ia investigaci6n se pudo saber que el cacique, que vive precisamente en:la direoci6n que tomaba el hofichon, habia estado gravemente enfermo ha- cfa unos meses y que en el momento dela entrevista se ha~ aba totalmente restablecido, (Informaci6a obtenida en Quillén, Neuquén.) ‘Sus gritos se hacen més potentes cuando regrese des- ppués de haber ocasionado el mal, porque suponen que se hha vigorizado con la sangre succionada al sujeto, quien in- defectiblemente enferma gravemente y muere al verse pri- vedo de tan vital elemento. ‘Sus poderes extraordinarios le pormiten Ie absorcién, de la sangre a distancia, sin necesidad de estar en contacto corporal con Ia victima cuando succiona. La accién del chofichot cuando se encuentra chupando la sangre y pti- 37 vando del aliento @ su huésped se traduce en pesadillas, palpitaciones, disnes y gritos por parte de quien se halla atacado por este ser. (Test.n® 14.) De acuerdo con los datos proporcionados por diversos informantes se ha podido comprobar que la manera de ac- tuar del chofichon sobre el organismo humano no es uni- forme. Pata algunos tiene una sola forma de obrar (uecu- futun) (Er.), y para otros, varias. Entre ellas se pueden identi- ficar las siguientes: succionando la sangre del organismo de la victima: (fiuecufutun) (Er.); envenenendo por Ia admi- nistracién de un t6sigo (flapue) (Er.); introduciendo un cuerpo extrafio; robando el alma, peio, ufla, ropa usada, cetobtera (infitun) (Er) Aqui se puede apreciar nuevamente que el mapuche ‘no puede deslindar con precisiOn los diferentes conceptos incluidos en la experiencia: kal’ku, chorichon y wekuft, fen virtud de que los tres estén actuando al mismo tiempo, razén por Ia cual los concibe como una integridad no des- ‘membrable en sus elementos. Siempre se presenta durante las horas de la noche, cuando han cesado las actividades cotidianss; cuando las ‘personas se hallan gozando del descanso reparador con suspensién de la percepcién sensitiva y la movilidad volun- taria_y que, por estas circunstancias, son las més propicias ppara las actividades nefastas. Esto es, a transfiguracién ola ‘metamorfosis se produce de noche, convirtiéndose en un ser mixto dotado de potencia: es brujo, es cabeza humana, es lechuza. En cambio durante el dfa es un ser Unico, un ser humano, una lechuza,o un péjaro hueco inactivo. Por la informacién suministrada por los cronistas se puede apreciar una coincidencia en definir al chofichoflco- ‘mo cabeza alada de mujer que vuela de noche a las reunio- nes que realizan Jos brujos en cuevas subterrineas. Ya no s© trataria de un ser cuya transfiguraciOn se produjo para ha- cer dafto, sino simplemente para concurrir a sesiones con el fin de participar en orgias y al mismo tiempo adquitir ono cimientos por medios secretos. Se puede considerar, en es- te caso, la posibilidad de un origen hispénico o ser simple- 58 ‘mente un reflejo de Ta brojerfa imperante en Europa en las Postrimerias de la Edad Media debido a la mentalidad y condicionamiento cultural de quienes se ocuparon de in- formar sobre las creencias y costumbres de los mapuches. Lo significativo de la figura es el propésito que se le atribuye y no la imagen, por cuanto sus caracteristicas ff- sicas pesan a segundo plano, o pueden hasta ser invsibles. “EI chofichon vino a hablat ahi en el pinito, Decfa tue, tue, tue... Todos lo escuchamos pero no lo vimos nada. A la noche sale. Cuando se oscurece sale. Se quedé toda la ‘noche y después fallecié la vijita.” (Test. n° 13.) Esto se debe a que no puede representar 0 concebir una potencia sin figura, sin materia, por tanto la intencién debe sustan- cializarla de alguna manera y en este caso ya no se trata de una lechuza rea sino de un ser volitl sutil que tiene su mis- ma forma. Esto surge como consecuencia de concebir si- multéneamente un objeto espiritusl como ser de exis- tencia real, concreta y presente. ‘Como ejemplo merece citarse el caso de un paisano de Ruca Choroi quien, estando intermado en un hospital de la Capital Federal, aseguraba que durante todas las, nnoches ofa alichofichow merodear alrededor del estable- cimiento sanitario, lo que, por otra parte, le acasionaba bastante temor. . La existencia de este ser no puede ser comprobada por otra persona que no sea el sujeto mismo, puesto que es una Imagen que estd dentro de 4, como objeto interno del pen- samiento; estd intimamente telacionada con el sistema de valores y’creencias de la comunidad. Sin este horizonte no existirian los factores culturales que posibilitan y sostienen su vigencia Kal'Ku. Manipalador de."to diabélico” Entre los investigadores e informantes del drea arauca- na hay coincidencia en definir el kal’ku como equivalente de brujo o de bruja. 59 En su necesidad de explicar y justficar la experiencia de ciertas incompatibilidades que se le presentan en la vi- da diaria: vida-muerte, salud-enfermedad, bien-mal, etc. 1 mapuche las atribuye a la capacidad que tienen deter- ‘minados seres supradotados contrapuestos de manipular potencias. Como consecuencia de esta divergente orientacién resulta que, en una misma comunidad, los hechos 0 acon- teceres desfavorables son atribuidos al poder del Kalu, Drujo que se dedica pura y exclusivamente a hacer dafio, que el restablecimiento del equilibrio, roto por esta ac: ‘ign maléfica, esté a cargo de la macht. El parecido que tiene la machi con’el kal’kw se debe a que los dos tienen injerencia sobre el mundo espiritual. La diferencia se de- be a que su acci6n se halla encamineda en direcciones opuestas. Mientras 1a machi ejeroe un control sobre los espiritus mediante su alejamiento o Ia anulacién de su ac: tividad, con el fin de restar todo tipo de adversidad al in- ividuo, el kal’ku se ocupa de desatar los acontecimicn- tos adversos con el fin de perjudicar al ser humano, Es importante establecer una comparaciéa de los nombres con que se designa al brujo en araucano y en quechua. En el vocabulario de Gongélez. Holguin figura la palabra cauchu (: 52 y 438) 0 kauchu (: 139) como equi- valente de brujo o aojador. La similitud fonética y Ia eoin- cidencia en Ia significacién que offece con el término alae podrian dar lugar a suponer que se trata de una adaptacién araucana del vocablo quechua Rauch’. Otro testimonio que podria reforzar esta hipdtesis es tuna nots al pie de la pagina 291 en Estudios Araucanos, en Ia que Lenz aclara el significado del término Kauchu ‘que “segiin Calvum significa un hombre mui rico i bien arre- glado” y que aquel traduce por hombre admirable, Pero si se analiza el cuento, cuyo texto transcribe en araucano y en castellano, se puede apreciar que es empleado para calificar a quien exhibe poderes superiores a sus congéneres. (1897: 291, 292.) ‘Como complemento de esté andlisis os interesante des- 60 tacar que el téemino opuesto skal, reche, se emplea in- distintamente para designar & quien no 5 brujo como al araucano puro. A este respecto Koeslerg sefala: “es et- rioso que con ia misma palabra designan la pureza de raza y 1 no ser brujos. Sugiere la idea de que, de algin modo, sea por razones histricolegendarias © por alguns particular eoncepeién de la raza, los brujos sean considerados como de otro pueblo w origen”. (1962: 80. Motraux sostiene que la diferencia entre mach y kal'ku es una simple divergencia de punto de vista, hipétesis que comparte la sefiora Koessler-fig quien express que “los atri- bbutos distintos se confunden en un mismo personaje. Mis informantessuelen confundiekalku con machi”, (1962:70.) Peto en la péging 77 de la misma obra se lee lo siguiente: “La machi es antagonista del kal’ku, sise quiere, del weku- fe". Esta investigadore opina que posblemente en época r- rota todas las funciones magico-rligiosas estuvieron con- ‘entradas en una sola persona: el agueifike o nguenpin (1962: 70.) En cambio para Moesbach a machi (machi buena) y el ka’ku (machi bruja, machi del welt) se ha- lian enffentados en sus actividades en vrtud de comunicar- se con espiritus contrarios.(1936:336.) De esta misma opinién es Gusinde quien dice: “entre los araucanos el Machi no se identificaba con el brujo pues los indos atribuian ls supercherias de los Machis ala intervencién del Pilén, mientras la actuacin de los brujos se reducia a simple brajeria".(1917:102.) Otro investigador que se ha ocupado del toma es Lat- cham para quien “ademas de este oficio benévolo de médi 0, el machi podfa ser y también con frecuencia lo era, he- chicero 0 biujo, pero jamds confundia sus dos caracteres” para agregar que “los brujos, entre los araucanos, eran tem dos y odiados y al descubrilos eran muertos sn piedad, de ‘manera que sus ritos los practicaban en el mayor secreto”. (1924:778,) La actitud que se asume frente al kal ku no ha vatiado, salvo en lo que respecta al homicidio que ya no se pracica por temor de ser denunciados alas autoridades Policiles. (Test. n° 37.) 6 ‘También Guevara establece netamente la diferencia en- tre estas dos profesionesejercidas por sujetos con erenta- cfones opuestas, aunque feconoce que a veces una misma persone puede ejercet las funciones de mach! y de brio. (F. ViL:278.) En su obra “Psicologia del Pueblo Arauca: no” dice: “Tos espirtus pemiciosos que combaten el ma- chismo estén con mucha frecuencia sometidos ala esclt- sma yolunad de un poredor qu los wiz pre data « uien quisre o para Yengarse de sus enemigos. Estos due- fos de espiitas malos sn los brujs (ele), Ottos ha que poseen la propiedad de transformacién personal en seres zoomérficos”.(1908:225,) “A pesar de que ordinariamente se asimile a hechice- ros y machis ~dice Medina—, unos y otros no tenéan sin ‘embargo idénticas funciones.” (1925:245.) Olivares tam- bin sofas In diferencia entre lo brujos verdaderosy aque- ios que ocasionaban los malefcis. (1864:46.) Ruiz Aldea sostiene que la machi “tiene el poder de convertisse en péjaro 0 chortchot” (59). Segin est autor esto se produ cia en ocasién de tener que trasladase a las sesiones en el “reni?” euando su residencia se hallabe muy distante el lugar de reunidn (:61). Segin informacin mas reciente Ia machi silo va al reni en busca del alma o algin jirén del cuerpo del enfer- ‘mo que ha sido levado allf con el fin de perjudicar a su duefio. Se sobreentiende que el vsje lo realiza mediante tun vuelo magico. En el curso de una conversacin mantenida con una ‘machi manifest6 que ella tinicamente se ocupa en hacet bien, munca mal. Que se dedica en especial a contracrestar las actividades nefastas de algin “picaro” 0 “picara™, que puede pertenecer a la misma o 2 otra comunidad; a ia c- cién del chofichom! —que para ela era equivalente 2 “die. blo"; etc. Este enfrentamiento de actividades de la ma- chi y del kalu se puede apreciat claramente por la di ferencia que hizo entre las posible causas de enfermedad y los encargados de su euracién. Por un lado “el mal aire”, 0 sea el sie que tra la enfermedad (es un mal are porque 2 tiene weluft, con lo que enferma ala gente), entendiendo por tal al dafio causado por el “diablo” y que es el unico que ease presta acura, Segin Moesbachyy Latcham, entre otros, a estas afecio- tes se las conoce como “mal tirade”, en vrtud de la ereen. ia de que el brujo ocasionaba el defo arrojando weluf en forma de fechas inviibles. Posiblemente esta clasificacién dual, que cireunscribe de alguna manera su campo de accién, se debs & Ia influen- cia y presién ejeredas por las autoridades policiales de la provincia quines, en virtud de reiteradas denuncas por cu. tanderismo, han debido concurit en varias oportunidades al domicilio de la referida machi. Teniendo en cuenta Ie finaidad de tos brebsjes que utilizan en sus tratamientos se hace més nitia la diferen- cia entre estas dos profesiones. La mach recetainfusio. nes en calidad de remedios para curar un mal y 2 pedido del paciente, esto es, con el conocimiento y el consent ‘miento del enfermo. En cambio el kal‘ku hace ingerir ve- ‘Renos para ocasionar un dafo, sin conocimiento ni con: sentimiento de su victina y generalmente s pedido de ‘una tercera persons. El brujo que prepare el veneno sabe Jo que hace, que el producto bruto tiene cierto elemento téxico y que en determinada cantidad produce efectos no- ives; pero también cree que si no pone intencionelidad al prepararlo no logrard el efecto busesdo, de moto que establece una relacién cualtativa entre el producto y st intencionalidad. La machi, a la vez que cura 0 neutraliza el mal ocasionado por el fal ku, debe descubrir al autor el dao, interpretar los suefos y hechos fortuitos, ete El kal’ku s6lo perjudica a las personas y se beneficia a simismo. (Test.n® 6 a 12.) De acterdo con el sistema de valores de los mapuches, cl ser machi es una profesion prestgiosa, por tanto los miembros de la comunidad le rinden un tratamiento de- ferente. Todo lo contrario sucede respecto del kal’ a quien se respeta s6fo por el temor que se le tiene. Las ferencias, en lo que se refer ala situacién socal, radican 8 fen que la machi es aceptada en la comunidad porque pro: tege al responder y atraer hacia si los inconvenientes debi dos al contacto con lo numinoso; mientras que el kal'ku ‘no lo es porque actia contra los individuos de la sociedad yy hace que lo numinoso se manifieste diabélico. Por tal azn la primera puede ejercer Hbremente su profesién fen tanto que el brujo debe hacerlo disimuladamente. Es- ‘ta divergente orientacién en sus profesiones se debe a la relacion que mantienen con potencias opuestas, puesto gue por una parte se lo exalta por su comunicacién con lo muminoso mayestético y por la otra se lo acusa de tra- ficar con potencias maléficas. Es de advertir que nada de lo que concieme a Ia acti- vidad de la machi se adscribe a la del espiritu de un cris- iano, puesto que suponen que éste jamds puede tener buenos propésitos respecto del mapuche; en cambio el cespiritu del kal’ku es identificado con el de un cristiano y muy frecuentemente reemplazado por éste. No ha sido posible verficar algin caso en donde este término haya sido utilizado como equivalente de médico © curandero; en cambio existe bastante informacién res- pecto de la capacidad de la macki para manipular las dos fuerzas, tanto para el bien como para el mal. Esto ¢s, la 0 cl machi tiene mayores poderes que el kal’ku en virtud de que puede actuar en ambas direcciones, no asi este ilti- ‘mo que s6lo esté orientado para hacer’ mal ‘inicamente. (Test.n° 9). En general los kal’ku pueden ser personas de cualquier sexo, que tengan cierta edad y experiencia, ademds de la iniciacién como tales. Al respecto Alvarez dice que las ma- chi “son mas bien del sexo femenino” y los hombres “de- rivan sus inquietudes hacia Ia brojerfa constituyéndose en kkalku o hechicero” (:141). Existe mucha informacién, proporcionada por diferen- tes estudiosos, sobre le capacidad que tiene el kal’ku para ‘ransfigurarse 0 transformarse en un animal, con el fin de cconeretar sus malas intenciones. De las figuras de péjaros, amis siniestra y temida es la del chofichon.. 64 Entre los procesos contra las brujas ocurridos a media- dos del siglo XVIII en Chillén, Chile, Medina refiere el ca- so de unas indias que fueron denunciadas al cura del pue- bblo y a quien “le contaron con Ia mayor seriedad que se convertian en chonchones y se iban de noche volando hhasta la casa de la persona a quien querfan maleficiar”. (Hist. del Tribunal [..]: nota pie pag. 138.) La intuida presencia de esta figura durante la noche std indicando la actividad de un kal ku que, por ocultarse ‘ras esta forma, no permite reconocerlo. Perciben vivencial- mente la capacidad que tienen para actuar alevosamente, ppor lo que adoptan una actitud de cuidado frente a quien suponen consagrado para actuar con potencias daftnas Las sospechas pueden recaer sobre cualquier miembro de la comunidad puesto que se trata del “brujo”, de la “picara” o del “picaro”, nombres que le dan habitualmen- te cuando se expresan en castellano. Una de las caracteristicas més lamativas acerca de esta ‘experiencia es que se supone que el “‘duefio del chorichon™, ‘esto es, el kal’ku, es un pariente consanguineo de la victi: ma, y refleja de esta manera la hostilidad existente en el grupo familiar. Esto ha hecho suponer una alianza por pacto de sangre con el espiritu auxiliar, tal como ha sido dacumentado por diversos autores, entre otros Latcham (1924:786), y Gueva- a, quien sostiene que ‘‘cada brujo tiene un compromiso de sangre con el espiritu maligno que se ha puesto a su servi- cio; esté obligado a entregarle periédicamente a une perso- nna Ge su familia”, (1908:256,) Esto es, el kal'ku debe ofre- cer una Victima al espiritu que tiene a su servicio, un con- snguineo suyo, de lo contrario corre el riesgo de pagar eon su Vida el pacto no cumplido al no renovar la alianza por ‘medio de un sacrificio. (1913:279.) (Véase Wichalalwe: el papel de la sangre, pégs. 69-70.) Pero si se tiene en cuenta la génesis y las caracteristicas de este mediador entre el kal’ku y los hombres —el espiritu auxiliar~ se advierte que es el espiritu del kal’ku descarna- do y transfigurado quien actta, lo que implica la necesidad 65 de vigorizar su propio espiritu para que pueda operar con eficiencia; de lo contrario éste se proveeria de la sangre que contiene el cuerpo, cuya repercusion se traduce por debili- tamiento de las fuerzas del kal kw que hasta puede produ- cir su propia muerte. Es decir, el desdoblamiento de la in- dividualidad del kal ku trae como consecuencia forzosa el mayor desgaste de energia, que se recupera mediante la in- sgestin de sangre, elemento vitalizador para el cuerpo y el espiritu. (Ver wichalalwe, espititu auxiliar del kal'ku, pg DR) En este sentido, y al referirse a la atribucién de male- ficios en la produccién de enfermedad y muerte, Miguel de Olivares informa que “consultan a alguno de sus adivi- nos,'y éste, con diabélica malicia, culpa a quien quiere, y ue ordinariamente es el més desvalido y a veces a perso- nas mui inmediatas del difunto”, (1864: T. IV:46,) Sin ‘embargo. en Aluminé se recoge la versién de que el “‘choft cchofi carga aunque no sea pariente, Persigue a los que tie- nen mucha edad y estén por morir”, mientras que al refe- rirse al wichalalwe sostiene 1a misma informante que “es alguien que manda al brajo para matar al pariente. Es el pariente quien manda al brujo para que haga dafio”. (Test. n° 12y 13.) Cuando suceden varias desgracias en una comunidad se considera que el kal’ku tiene mucho poder y por tal ra- 26n se teme su presencia o vecindad, Esto ha sido posible observarlo en Ruca Choroi, donde varias familias que te- _nfan su vivienda cercana del que consideraban que: posefs.ta- les facultades se trasladaron a lugares més distantes para evitar su proximidad, Al respecto una informante dijo: “Nosotros suftimos mucho con la periente. Al lado de ella estuvimos nosotros, después disparamos y quedamos ci. Ahora no hay nadie cerca. Ellos estén sotos. Son gente mala. Ahora que fallecié. Ja viejita, Ia hija tiene la fuerza del'kal'kw”. La informante se refiere a le capaci- dad que ha adquiridg su cufiada, después de la muerte de Ja madre, para manejar Io diabélico, es deci, para utilizar ‘una potencia terrible en contra de alguien que en este 66 caso son sus parientes. Evidentemente en una familia desavenida os contlitos son muchos y_ gensralmente enisten sentimientos de odio y de rencor que se tradu- cen en deseos de venganza o de mala suerte para su ene- ‘igo, y que serin mis intensos y més evidentes cuanto rmayores sean los problemas que existan'entre ellos. Esta situacign hostil es vivenciada por las partss como una inten- cionalidad splicada, « hacer dafo y a provocar todos los rales posibles. Estin continuamente atentos pra evita cualquier con- tratiempo que les pueda ocasionar. Ante la més minima sospecha consultan de inmedisto a Ia machi quien, me- dante su accién benefactor, vga y contrarresta ls acti- vidades de estas personas. Segin los mapuches, la intencin maligna del kar tiene Ia faculted de desplazarse con su cabeza, pero como para trasladarse no le basta ser cabeza alads, entonces se transforma en pajaro. Naturalmente que esta cepacidad pa- fa desdoblarse en cuerpo y espiritu, transfiguarse y trasla- darse sutiimente por el are es privativa del brujo ~o exis tiano identiticado como kal ku y de a machi. Bs el me- dio por el cual aumenta inmensamente su poder, pues le permite evar a cabo tareas extraordinaras que de otra manera no podria realizar. De modo que no s6lo e el quoter ser sino que debe i acompafiado del poder ser, y este poder ser y poder no ser es uno de los atributos que se le asigna al chard, Otra de sus capacidades es Ia de comunicar wekufi I kal ku es malo por su disposicién e intencin de hacer datlo y porque es capaz de movilizar “Io diabélico” en de- terminada direccién. Al mismo tiempo que pone en acti vidad energies naturales las canaiza y orienta para que fe resuelvan en sucesos adversos. El kalku es quien tama y ‘casio Ios males, y su resultado es wekuft, Se responsabiliza al brujo por la enfermedad o muerte de los individuos. Para lograr sus propésitos emplea dos ‘éenicas complementarias: la introduecién de un cuerpo extra y el robo del alma, or

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